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80 ADVERTENCIA,

Las citas de El Capital son de la traducción de Ediciones Sociales (8 vo­


//Ímenes) . Los números romanos indican el número del Tomo; los números
t.'// cifras árabes indican la página. El Capital, IV, 10 5 quiere decir: El
Capital. Ediciones Sociales. Tomo IV, página 1O5.
Las Te01·ías sobre la plusvalía (Theorien über den Mehrwer) han sido
traducidas del francés P'or Molitor (ed. Costes) con el título: Historia de
las Doctrinas Económicas, en 8 tomos. Empleamos aquí la misma fórmula
de referencia que para El Capital (Tomo, página) .
A menudo hemos tenido que rectificar las traducciones francesas de JACQUES RANCIERE
r1•fm•ncia, incluso la traducción del Primer Libro de El Capital por Roy,
/111r11 Cl'ñir mejor el texto alemán, en ciertos pasajes particulármente densos
o n1rg11dos de sentido teórico. De modo muy general, nos hemos remitido, •
rn nuestra lectura, al texto alemán de la edición Dietz (Berlín) , en la cual
El Capital y las Teorías sobre la plusvalía comprenden cada uno tres tomos. I' '

EL CONCEPTO DE CRITICA
L,A.
I'

Y LA CRITICA
, ,

DE LA ECONOMIA POLITICA

DESDE LOS "MANUSCRITOS"

DE 1844 A "EL CAPITAL"

Para citar este texto:

ALTHUSSER, L.; RANCIÉRE, J. &


MACHEREY, P.; Leer El Capital (tomo I);
Editora Universitaria; La Habana; 1966
l •'.sta exposición encuentra su justificación en el subtítulo de El Capital:
Crítica de la economía política.
Este subtítulo reclama dos consideraciones :
l. el concepto de crítica ·es un concepto que encontramos presente en
toda la obra de Marx. Marx lo ha utilizado en todos los momentos de la
evolución de su pensamiento para designar su actividad específica.
Por otra parte, si bien este concepto ha estado presente siempre en
Marx, sabemos que ha sido. tematizado explícitamente por Marx en un mo­
mento preciso de su historia, a saber, durante los años 1842 a 1845. Du­
rante todo ese período, ha sido el concepto central de su pensamiento. De
ahí viene esta pregunta : ¿Qué relación tiene nuestro subtítulo con la tema­
tización del concepto de crítica que encontramos en las obras de juventud?
2. Especifiquemos el problema. El proyecto de una crítica de la eco­
nomía política fue formulado por primera vez por Marx en 1844. Ese pro­
yecto ha de dirigir todo el tr.rbajo de Marx hasta el fin de su vida. ESte
proyecto da lugar sucesivamente :
-a los Manuscritos de 1844 que se consideran explícitamente como
una crítica de la economía política
-a la Contribución a la crítica de la economía política de 1859
-a El Capital.
De donde viene este problema: ¿Qué relación hay entre El Capital y el
proyecto que tenía Marx en 1844?
Yo no voy a hacer aquí naturalmente toda la historia del desarrollo de
ese proyecto, de las elaboraciones sucesivas a las cuales ha dado lugar. Me
conformaré con relacionar dos textos: El Capital por un lado y por el otro
los Manuscritos de 1844, primera crítica de la economía política, estricta
mente dependiente de la teoría crítica del joven Marx.
En la primera parte, trataré de definir la figura de conjunto de esa
teoría crítica que obra en los Manuscritos. Al hacer esto, señalaré cierto
número de puntos de referencia ( por ejemplo, el problema del sujeto econó­
mico) . En la segunda parte, donde ya no se podrá bosquejar una figura de
conjunto semejante, tomaré dos o tres problemas de El Capital, procurando
ceñirme a los puntos señalados en la primera parte y señalar el desplazamiento
de los conceptos y de sus relaciones, lo que constituye el paso a la cientifi­
cidad marxista, el paso del discurso ideológico del joven Marx al discurso
científico de El Capital.
R4 JACQUES RANCIERE EL CON;CEPTO DE CRÍTICA 85

Para este estudio me apoyaré en cierta tesis teórica constituida por los La palabra nosotros representa aquí la conciencia crítica. Es ella la
trabajos de L. Althusser (ver: Para Marx, Colección Teoría, F. Maspero, primera en tomar conciencia de que ha llegado el momento en que esa
París, 196 5) y en los conceptos identificados y elaborados por ].A. Miller experiencia toca a su término que es el conocimiento de sí. Ella es la
en u n as exposiciones (no publicadas) leídas en el curso del año 1964 y con­ conciencia privilegiada en la cual esa experiencia se hace clara para sí misma,
sagrndas a la teoría de J. Lacan y a la crítica de la psicología de G. Politzer. o, más exactamente, ella es la palabra con que se expresa el lenguaje en el
J. A. Miller ha mostrado el carácter decisivo de estos conceptos para la lec­ cual esa �xperiencia humana conoce al fin su verdad.
tura de JJl CajJital en su texto: «Función <le la formación teórica» (Cuadernos .
Todo el método se encierra en ese erklaren. Esto significa a la" vez de­
marxi.lla-lcnJnistas No. 1).
clarar y explicar. Eso quiere decir que la exposición de los hechos por fo
que son ( f ür das was sic sind) , la exposición de la experiencia humana tal
A. f,a cr ítica de la economía políti ca en los «Manuscritos» de 1844
y como se da, es ya su explicación. Es suficiente reconocer la palabra que
formula esos hechos (lo que Marx llama los pecados de la humanidad) . La
l1rl'l1111h1ar formulación de esos hechos es ya su conocimiento, y su conocimiento los
La crítica de la economía política en los Mamuscritos representa la fi­ suprime como pecados, puesto que lo que los constituía como pecados era
gurn más sistemática de la crítica antropológica desarrollada por Marx en precisamente el no ser conocidos, él ser una experiencia ciega.
loN textos del período 1843- 1844, sobre la base de la antropología feuerba­ Lo que se dice de capital en este erkliiren, es que la explicación no per­
quiana, (Se sobrentiende que, no siendo nuestro objetivo dibujar la figura tenece fundamentalmente a un orden diferente del enunciado, la constatación.
uc11hada de esta crítica, el problema de la relación Feuerbach-Marx queda Podemos expresar esto con otra metáfora: diremos que la crítica es
(uera de nuestro estudio) . lectura: El texto a que ella se refiere, es la experiencia cuyo sujeto es la hu­
Tratemos de definir esa crítica mediante la respuesta a tres preguntas: manidad. ¿Qué es lo que constituye ese texto, ese enunciado? Ese enunciado
¿Cuál es el objeto de esa crí tica? es un tejido de contradicciones. La forma bajo la cual la experiencia humana
¿Cuál es el sujeto, o sea, quién hace la crítica? da a conocer su desarrollo, es la forma de la contradicción. Cada esfera de l,a
¿Cuál es su método? experiencia humana (política, religiosa, moral, económica, etc.) presenta
.
l;t respuesta nos la da el último párrafo de la carta a Ruge de septiem­ cierto número de contradicciones .. Estas contradiccion�s las sienten los in­
bre de 1843 : dividuos en lo que Marx llama «las luchas y las aspiraciones de nuestra
época».
«Podemos captar la tendencia de nuestra revista1 en una sola fór­
mula : autoexplicación de nuestra época en cuanto a sus luchas y sus El papel de la Crítica és decir o leer -según sea la metáfora escogida­
aspil'aciones. Es una tarea para el mundo y para nosotros. Es una obra la contradicción, declarar lo que es. ¿En qué se diferencia del enunciado or­
que sólo pueden realizar fuerzas reunidas: se trata de una confesión, y dinario, que le· permite ser crítica?
nada más. Para hacerse perdonar sus pecados, ·la humanidad no tiene En que percibe detrás de esas contradicciones una contradicción más
·

más q Lle declarar lo que son (Um sich ihre Sünden vergcben zu lassen, profunda, la que expresa el concepto de alienación.
braudll sic Menschheit die nur für das zu erklaren was sic sind) ». Conocemos su descripción vulgarizada : el sujeto, el hombre, expresa los
prCdicados que constituyen su esencia en .un objeto exterior. En e� estado de
Toda la critica se encierra en la forma como se entrelazan los tres
alienaci6n, ese objeto se hace extraño para él. La esencia del hombre ha pa­
t�r111inns q ue
he mencionado: el sujeto, el objeto y el método.
sado a un ser extrafio. A su vez, ese ser extraño -que sólo está constituido
l lahlc1110N objeto: ¿de qué se trata? Se t ra ta de una ax/1u­
primcrn del
por la esencia enajenada del hombre- pasa por verdadero sujeto, y hace
rlr11rla n1yo NUjcto es fa humanidad. La hum n n ic.la d viene pas;111do estit cx­
p1uar al hombre por su objeto.
p11ricnd11 dcmlc lrncc mud10 ti�mpo de m11nora ciega, pcrn Ahor� cMtamoN en
En ll\ Alicnaci6n, el ser p ropio del hombre existe bajo la forma de su
1111 punto an t)�la lo e• po1iblo coinprcndouc 11 d mimmll.
1ar u.tra�o¡ lo humano cxi1to en lo fo1·m11 do lo inhumano, la rnz6n en 111
8o tr•t• '11 1 01 t\1111111 frlllH!Mtll'lllllOH. formn d1 lll 110-ru.ón.
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l·:Nt" ldr11tld111l ¡•111r1• l.1 l'.�l'IH'i.1 dt•I lurn1lin• y �11 .�t·r t'Klr.11\o t'.� lo quc 1".Nt.• r111H'l'plo dr v1•rdad 1111.� 1wr111itL1sil11ar <.¡ di sc u rso opuesto al discurso
.�t· l�l'ltko, d d!vt'!irrn 1·.1 /lt'l'lil111i1'11, (•'.stc se carai:tcri:.r.a como discurso
d1•fi11r lu Hit 11.1ril'l11 de l'Olll l'•Hlin·i«'111, K�to l'S, la i.:m1tradil'L'i1'111 liasa en la
abstracto.
rHL'i�it'111 d1• un N11jl-to l'Oll.�Í).\o 111i.�1110. Que la l'ont.radil't:ión st·�• 1·.11·i.1irfo., cH tica antropológica, da lugar a un equí­
HNt:o l'lllll'eplO de t1f1slrt1t'l'itÍ11, en la crí

l,1 n1r.�tiú11 rnpital para sq.;uir Lod:1 la articulai.:ión del di.�i.:urso crítii.:o. voro f1111dan1cntal: designa al mismo tiempo un proceso que ocurre
en la
l•:n la cKpcril'lll�ia, sin embargo, la estruclura de la cont r adi cció n no .realidad y el curso propio de cierto tipo de discurso.
npnrrrr tnl ru.tl c.�. 1-:lla se e Kpr!.!sa en una forma particular, 1•'.n efecto, la En efecto, abstracto se toma aquí en sentido de separado. La
abstrac­
.
t'.�l·i.�i1'111 l'llt re el hombre y su es encia tiene por consecuencia una di visión. produce cuando la esencia humana s e separa del
ci611 (la separación) se
l.nN di f¡•rcntes l'.� fera .� de mani f'estación de la experiencia humana -esferas ser extraño. La especulac ión parte
hombre, situándose sus predicados en uh
q111• rorn.,�pondcn a los difc1·entes predicados de la esencia humana- adquie�.
de esa abstracción, de esa separación de la unidad originaria. En este estado,
rt•11 nula una su propia realidad autónoma. Por ese hecho, la contradicción
el predicado· existe separado del sujeto. Pero esta escisión dé la unidad origi­
�r ) l l 't'.�r nt a .�iempre como contr;idicción en el interior de una esfera parti­
naria es al mismo tiempo constitución de una ·nueva unidad, en beneficio
c11l.1r. Todo enunciado de la contradicción que se atenga a esa forma par-< que
de ese ser extráño donde está alienada la esencia del· sujeto. Esto es lo
t in1L11· l'S un e 11 1 111ciado unilaicral, parcial. El trabajo de la crítica consiste los teó­
permite hacer pasar al predicado por verdadero sujeto. Así es como
r11 rlrvar la rnnt radic ci ó n particular a su forma ge�eral.
logos, partiendo de la separación entre el hombre y su esencia enajenada en
1 >iferl'Jltes co ncc J'> t os expresan ese cambio de nivel. Marx habla de forma
)l,1'111•r11/, de 1il lll1r11 de /JrincijJios, de significación verdadera. Estos términos se
Dios, hacen de Dios el verdadero sujeto. De igual modo, la filosofía espe­
rrH11111¡•11 en e l concepto general que expresa la operación, el concepto de culativa -la filosofía hegeliana- parte del pensamiento separado de su
\11·11111·11.11-l/il'IJ1111g (palabra por palabra: humanización) . Dar a la contradic­ sujeto, el hombre, para hacer de él la idea abstracta, verdadero sujeto de
ri1'111 su forma gene ral, es darle su significación humana: la separaci6n del la experiencia.
ho111lirc y su esencia. Este sentido humano en el que la contradicción par� Así leemos en la Filoso/ía del porvenir de Feuerbach (Manifiestos filo-
t iriilar l'S la manifestación, la crítica vuelve a encontrarlo al despojar la forma sófiDos, p. 161):
�rlH'l'al de la contradicción: la relación entre los dos términos cuya escisión ·
«La esencia de Dios no es otra cosa en Hegel que la esencia del
pensamiento o el pensamiento separado por abstracción del yo pen­
nparl'l'C en la contradición.
Tomemos un ejemplo. En la Cuestión Judía, Marx critica el modo comó
sant�. La filosofía de Heg�l ha hecho del pensamiento, ,del ser sub­
fütt1l'I' plantea el problema de .la emancipación de los judíos. Para Bauer, e1
jetivo p ero concebido sin el sujeto y por tanto representado como
prohll'lll:t se reduce a la relación entre el Estado cristiano y la religión judía';
un ser distinto de él, el ser divino y absoluto» .
No l'Onsidera el Estado en su forma .general, sino que toma un tipo de
l•'..�t ado particular. Por otra parte, sólo considera el judaísmo en su significa� Lo que es importante aquí es que la abstracción, como instrumento de
ri1'111 rt·ligiosa, en lugar de darle su significación humana general.
pensamiento, se encuentra descalificada. Todo pensamiento que quiere pro­
.
Marx, en cambio, realiza el paso a la forma general. De la contradicción ceder por abstracciones cientí ficas (en el sentido en que Marx lo enten­
1"..�t ad o /rcligión particular, pasa a la contradicción Estado/presuposiciones del derá en la Introducción general de 18 5 7) es acusado de mantener la se­
'
la experiencia humana.
11.sl ado, la cual remite a la contradicción Estado/propiedad privada. paración de los momentos abstractos. de
Fn este nivel aparece la contradicción profunda: el hecho de que la. Así, en las Tesis provisionales para la reforma de la filosofía, Feuer­
,
rs1·11ci:1 del hombre existe fuera del hombre, en el Estado. bach caracteriza la abstracción como alienación:
l•'.11
este ejemplo vemos que el discurso crítico es: «Abstraer es poner la esencia de la naturaleza fuera de la natu-
explicitación del sentido pr.ofundo de la contradicción . raleza, la esencia del pensamiento fuera del acto de pensar. Al basar
-redescubrimiento de la unidad originaria. sú sistema enteramente en estos actos de abstracción, la filosofía de
:
E�taunidad originaria es la unidad de un sujeto y de su esencia. Esta Hegel ha enajenado al hombre de sí mismo. Esta ·filosofía identifica
unidad del sujeto hombre y de su esencia es lo que define, en la crítica bien fo qué ella separa,. pero en un modo que a su vez lleva consigo la
fcucrbaquiana, el concepto de verdad. se_paración y la mediación>>. · Tesis J::Jo. 20,
89
JAC(JUHI l\ANc:1fc1111
111. c:u11o1mui•r•11 11� <:nl'l'li:A

A11ticip1111do, pmlcmo• J ccir que lo q uo Ne confunde en esta tcorln impllcitn de cNe concepto no l'CConocido, no criticado, es lo que constituye
do fo ubNt.rucción Non los Jos pl'o·cesos que Marx ha de dis tin guir como lii c ondi ció n de posi bilidad del discurso critico del joven Marx y lo que
jmwrw ele /1rn.1·11mltmto y J1rocrso rc11l en fa Introdttcción general de 18 57. hace imposible un discurso científico) . La realidad económica no aparece,

J>¡¡rn l'CHI mir estas consideraciones preliminares sobre el concepto de pues, sino como una de las esferas que expresan, cada una a su modo, el
l'rl l irn, dcNt¡¡c¡1rcmos los tres tipos de discursos posibles en lo que con­ desarrollo y la alienación de la esencia humana.
dl'rno " fa critica: Sin embargo, esta primera localización contradice una segunda. En el
-un ui.�curso que se mantiene al nivel de los fenómenos, discurs.o tercer manuscrito (p. 8 8), Marx declara que la alienación económica es
1111 il11tcrnl que NÓ]o capta un aspecto particular de la contradicción la alienación de la vida real (por oposición a la alienación religiosa que sólo
ocurre en la conciencia). En consecuencia, la supresión de la alienación
-doN d iNcu rsos que se mantienen al nivel de la esencia: el discurso
económica arrastra la supresión de las demás alienaciones.
crl lirn o dcNarrollo de la esencia verdadera y el discurso especulativo o
dl'N 11r ro llo de la esencia falsa. ¿Cómo es posible este deslizamiento? Porque nos encontramos con un
Ahora podemos abordar el estudio de la crítica en los Manuscritos. hinchamiento tal del concepto de economía, que llega a envolver todas las
relaciones del hombre con la naturaleza (en los conceptos de producción
l. ¡.;¡ 11il't'l de! la economía política y de consumo) y todas las relaciones de· los hombres entre sí (en el con­
cepto de cambio) . La economí a cubre, pues, todo el campo de la expe­
No vamos a desplegar toda la problemática de los Manuscritos. Más riencia humana; no es sino la figura tomada por ese concepto mismo de ex­
hi�11 abordarcmo.� la cuestión oblicuamente, haciéndonos esta pregunta: ¿cuál
periencia.
ON el /11g11r de la economía política en· los Manuscritos?
De este modo, la localización de la realidad económica peca en un
1':I prefacio de Marx no define el concepto de economía política. La caso por defecto, en el otro por exceso. Pero por ambos lados, el resultado
cronomí.i política aparece allí como un elemento en una tabla de materias. es el mismo: Marx ho constituye un dominio de la economía política.
M11rx declara que él presentará la crítica de diferentes· materias ( derecho,
b) no hay localización del discurso económico.
nwrnl, política; etc . . . ) , que mostrará después su encadenamiento, y qu�
Hay un hecho notable en los Manuscritos: el problema de la economía
fi nalmente mostrará como la filosofía especulativa ha utilizado estos ma­
política como discurso con pretensión científica no se plantea verdadera­
ll'rialcs para operar sus construcciones. Aquí no hay localización de la eco-
110111 í ri p ol í ti c a . Dos cosas habría que localizar: la realidad económica y el
mente. Cierto es que Marx habla en el segundo Manuscrito de un progreso d e
la e� onomía política; pero se trata de un progreso en el cinismo: los eco­
cli.11·111'.rn c•conómico.
nomistas confiesan cada vez con mayor franqueza la inhumanidad de la eco­
a) no hay localización de la realidad económica,
nomía política.
La economía no aparece aquí en lugar de un fundamento o de una De hecho, el orden del discurso, para Marx, no se torna un orden
i'i ltima instancia. Aquí no encontramos l:i instauración de una estructura privilegiado sino cuando alcanza la esencia (sea como discurso éspeculativG
t'l'on6mica de la sociedad en el sentido en que Marx lo entenderá a partir que desarrolla la esencia falsa, sea como . discurso crítico que desarrolla la
de la Icfrología Alemana.' esencia verdadera ) . Al nivel en que nos encontramos, el discurso del eco-
Tampoco aparece como l¡i alienación fundamental obtenida por re­ , nomista sólo se toma como reflexión de los hechos. No hay desnivel entre
d11n�ión de otras alienaciones (me refiero aquí al esquema de Calvez ) . Las ·les hechos económicos y la ciencia económica. Esta ausencia de desnivel
nlit•naciones se presentan primeramente todas al mismo nivel. la expresa Marx cuando habla del nivel de la economía política. La expre­
l·'.n una primera localización, podemos, pues, definir la economía po­ sión nivel de la economía política define por un lado cierto grado de
li tic a, el derecho, la moral, la poli tic a como esferas diferentes de la expe­ desarrollo de la humanidad, que se manifiesta en fenómenos tales como la
riencia humana, Subrayemos aquí la importancia de este concepto de expe­ concurrencia, la pauperización, etc. . . . Pero también indica el nivel con­
riencia, propiamente heg.eliano. Este concepto no tematizado· oor Marx es ceptual en que se mantiene el discurso del economista. A este orden de
.
lo que hace posible su tematización. En la explicación crític ; con Hegel, fenómenos corresponde una conciencia reflexiva prop ia. Dicho de otro modo,
l'll el tercer Manuscrito, ese. concepto es lo que no se .critica. La presencia esta percepción reflexiva de los fenómenos que Marx caracterizará en El
,J Af.l'Jll11.� llA Nl:lflllli 111, 1 :UN l 111"1'0 lllt 1 :11f'l'ICA 91
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n•t'1• nq11l v1ilid11da, y loN l'Olll'l'pl<is de la cconomia dáNil:<t parecen �ólo jJo/(llt·11 y a exponer en su forma general la contradicción enunciada en el
rxprrN1tr t'H.I pcrn·pl'i<'in. discmso del e conomista.

Vr1111w.� por 1·j1·111plo en el primer Manusc!'ito lo que Marx denomina las Eslc cambio de nivel lo hace Marx explícit() al comienzo del texto so-
/1·¡11•1 tl1• lc1 1·r·u110111í11. Ústas son expresiom•s de un estado de hecho corres-' 1bre el trabajo alienado (Ediciones sociales, p. 5 5 ). Está señalado por la
po11dic11lc al t•stadio de la economía política, es decir, a cierto estadio de oposición entre los dos verbos fassen y begreifen.
d1%lt'l'ollo de L1 humanidad.
«La economía política parte del hecho de la propiedad privada,
l•'.n su t e x to
Umrissc z1t 1•i'n.c"r J(ritik dcr Nationalok.onomie, escrito
pero no nos la explica. Expresa ( fassen) el proceso material que la
11110.� nirst'.� :111Les, Engcls procedía de otro modo: ensayaba una crítica de
propiedad privada describe en realidad en fórmulas generales y abs­
lm 1·11111·1•/1/m de la economía política (por ejemplo, del concepto de valor) .
tractas que tienen inmediatamente para ella valor de leyes. Ella no
Íil t•olocab:1 la con trad icci ón interna de estos conceptos como signo de
comprende (begreifcn) estas leyes, es decir, ella no muestra coí:no las
111rn t'o11tradicción m;Ís profunda ligada a la propiedad privada. En los
leyes se derivan de la esencia de la propiedad privada»,
M1Nl·1t.ll'rilos, por el contrario, ni n gú n concepto económico "es criticado como
t 1tl. Todos c.�tos conceptos son válidos al nivel de la economía política. La economía política capta las leyes que manifiestan el movimient.o
li'.lloN cKpresan adecuadamente los hechos. Simplemente no los compremden. de. la pr()piedad privada. Ella no comprende esás lel'.es en su encadenamiento
política aparece así como el espejo donde se reflejan lós
La economía
interno, no las comprende como expresiones del movimiento de la esencia
lwdw.� económicos. Este concepto de espejo ha sido tematizado explícita-' de la propiedad privada.
nwnte por Marx ch la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel: el Y esta comprensión es la tarea propia de la critica. ¿ Cómo se va a
E�t ;Hlo es el espejo donde van a reflejarse en su significaci6n verdadera las· operar? Aquí surge el problema del punto de partida. Este punto de par­
r1111l radiccioncs de la sociedad civil. Este tema está latente también en la tida no puede ser una abstracción. Debe ser del orden de los fenómenos.
1·111'1 a a Ruge. Marx explica allí que si bien el punto de partida de la Por otrá parte, este fenómeno es en principio indiferente. Este punto de
.
ní 1 irn es indiferente, existen lugares privilegiados donde vienen a refle­ 'partida será lo que Marx llama un «hecho económico actual». Marx ex­
jnrsc las contradicciones: el Estado y la religión. Aquí es la economía po­ pone este hecho y después formula el cbncepto:
litit:a la que representa ese papel de espejo.
«Nosotros partimos de un hecho económico actual; El obrero se
Ahora podemos comprender esta frase del prefacio de los Manuscritos:
hace tanto más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece
«Mis resultados so� el producto de un análisis totalmente emp_írico, su producción en poder y en volumen. El obrero se torna una mer­
que se basa en un estudio crítico concienzudo de la economía po­ cancía tanto más vil cuantas más mercancías produce. La deprecia­
lítica». ción (Entwertung) del mundo de los hombres aumenta en razón
directa a la valorización (Verwertung) del mundo de las cosas. El
Por ser el discurso de la economía política como un espejo, la lectura
. trabajo no produce más que• mercancías.: se produce a sí mismo y pro­
de lrn economistas puede pasar por un análisis empírico, y puede ser una
duce al obrero como mercancía, y esto en la medida en que produce
r rí Lit: a de las contradicciones de l� realidad económica.
mercancías en general.
Este hecho no expresa nada más· que esto: el objeto que el trabajo
.'. l .a elaboración crítica
produce, su producto s� le enfrenta como _un ser extraño, como una
l.a crítica no se sitúa al nivel de los términos de la economía polí­ potencia independiente del productor. El producto del trabajo es el
tir.1. Y, de hecho,. ella ·toma sin crítica todos sus conceptos,. -particular-. trabajo que se ha fijado, coné:retado en un objeto, es la objetivación
mt•nLr los de Adam Smith, para· designar los fenómenos económicos. del trabajo. La actualitación del trabajo es su objetivación. En la es­
Ocurre que la crítica es fundamentalmente crítica del texto eri · su tadía de la economía política¡ esta actualización (Werwirklichung )
conjunto. Una vez formuladp- el eri1mtiado del díscurso económico, ·la del trabajo- aparece como una pérdida para e l obrero de su realidad
92 J A.C:QU�I l\A NCtha 93

(Hntwirltlichun¡i;), la objetivación como fa p6rdida del objr!fo y la füt1 1rn1up0Nición hn &ido poNible porque 1e hn hecho un jitt!go de
.it>r11hlu.mlm1 a é�tc, la npropiaci6n como la alienación ( Entfremdung), pal11br11.1 mbrc el con ce pto <le p rotluc ci6n . Lo mismo ocurre con el con­
el dcNprcmdimiento (Entausserung) ». cepto de objeto. Decir que el obrero produce un objeto, es algo aparente­
mente muy inocente, p ero bajo este concepto indeterminado de objeto se
El hecho económico de que parte Marx es la pauperización : el obrero
introduce la concepción feuerbaquiana del objeto. Feuerbach la expresa así
NC lrn,·c tanto más pobre cuantas más riquezas produce. Marx procede a
en la Esencia ,/el cristianismo:
un análisis de la esencia de este hecho. Este hecho expresa algo, este fe­
n{uneno expresa una esencia. La pauperización manifiesta el proceso cuya «El objeto del hombre no es otra cosa que su misma esencia to,mada
forma general y humana �s la alienación. como objeto»:
Manifiestos filosóficos, p. 71.
El hecho económico sufre así una elaboración que le permite descubrir
«El objeto con el cual se relaciona un sujeto por esencia y necesidad
Nu Ncntido. Entre los dos párrafos tenemos la transposición de una estruc­
no es otra cosa que la esencia propia de ese sujeto, pero objetivada».
tlll'" a otra. Bajo el enunciado de los hechos económicos se ha deslizado
id. p. 61.
del texto de referencia, texto de la crítica antropológica que enuncia el
p ro c e so <le alienación. La pauperización -económica- ha llegado a ser la El objeto producido. por el obrero aparece así como un objeto feuer­
ulicnación-antropológica. baquiano, como la objetivación de la esencia propia del hombre.
Todo se desarrolla al nivel de dos enunciados, que yo doy en forma Lo que hace posible la operación crítica es el deslizamiento realizado
Nimplificada: con los términos producción y objeto. Al pasar de su sentido económico
-el hombre produce a Dios (indeterminado ) a su sentido antropológico, estos dos conceptos transforman
-el obrero produce un objeto. el discurso dado en el discurso de ·referencia.
El hombre produce a Dios, o sea, él hace objetivos én Dios los pre­ A este procedimiento que permite a la ley económica tornarse ley an­
dicados que constituyen su esencia. Cuando .se dice que el obrero produce tropológica (forma general de la contradicción) lo llamaremos anfibología.
un objeto, se parte del concepto prosaico de producción, pero el desliza­
miento se opera gracias a ese concepto que permite concebir la relación 3. La anfibología y su fundamento
entre el obrero y su producto según el modelo de la relación entre Dios y
el hombre en la religión. Así, la actividad productiva se identifica con la
Veamos, por una parte, la estructura de referencia de la alienación.
actividad genérica (actividad del hombre en tanto que él afirma así su En la alienación se produce la inversión siguiente: la vida genenca
esencia propia ) , y el objeto producido con la objetivación del ser genérico del hombre se torna el medio de su vida individual, su esencia se torna el
del hombre. El hecho de que este producto vaya a incrementar el poder medio de su existencia. Así, en la Cuestión Judía, Marx muestra como la
del capital, aparece como el último momento de la alienación, aquel en Declaración de los derechos del hombre hace de la vida política, que repre­
que el hombre se hace objeto de su objeto. senta la vida genérica del hombre, un .simple medio para preservar los inte­
De este modo se ha proyectado sobre la relación obrero-producto el es­ reses egoístas de los miembros de la sociedad burguesa.
quema de la alienación religiosa. En la alienación religiosa hay, efectivamente, Veamos, por otra parte, un concepto económico, el concepto de me­
adecuación entre el hombre y su producto. Dios está hecho sólo de pre­ dios de subsistencia. Se sabe que para la economía clásica el valor del tra­
dicados del hombre. Es, pues, un objeto absolutamente transparente donde bajo es igual al valor de los medios de subsistencia necesarios del obrero.
el hombre puede reconocerse, y el fin de la alienación se presenta lógica­ Por otra parte, sabemos que en El Capital, Marx dirige su crítica al con­
mente como recuperación por el hombre de aquello que él había objetivado cepto de valor del trabaj o y muestra que no es mis que una expresión
en Dios. Ahora bien, la transparencia de la relación sujeto-objeto, dada irracional del valor de la fuerza de trabajo. Al nivel en que estamos, no
como base de la crítica de la religión justificada por la naturaleza misma se trata de hacer una crítica semejante; en cambio sí es posible plantear
del objeto, es introducida aquí por Marx en la relación entre el obrero y la ecuación siguiente:
su producto. El producto del obrero se supone ser algo en que el obrero trabajo del obrero actividad que procura al obrero sus
deberí a reconocerse. medios de subsistencia.
JACl,IU111 l\ANCl�IUi ti 1, 1:nN(:1i 11'1'1> lit( C:I\ hll'.A 91

/\lior11 bien, c11 1.i ;mtropoloKln del joven Marx, el trnbajo cN hi ma­ ( )hNcrvul'ion�.�:
l.;1 prinwra anfilioloKÍa c.�
ní fo.�1 �1ric'in d•� la vida Kt'nérica del hombre; tcncmoN JHICN: n) l:i anfibología obrero/hombre.

dcl "":
1\1 sujeto del p1·o¡;cso al L:omicnzo es el obrero. Se podría pensar, pues,
1rnl111jo obrero manifestación de la actividad /!Cn6rku del
obrero que se parte aqLJÍ de un p u n t o de vista que es el de la lucha de clases.

Pur t ;1 1 1 to: En realidad, no es así. En el segundo párrafo de nuestro texto, ese obrero
es ya un jJYoductor. Más tarde, este productor es ya simplemente el hombre.
M111iifC'slndt'i11 de In nctividad actividad que procura al obrero los me­ Releamos el comienzo de nuestro texto (p. 5 7) :
J(CIJ(•riru del obrero dios de subsistencia
«El obrero se hace tanto más pobre cuanta más riqueza produce,
o t;unhién: cuanto más crece su producción en poder y volumen».
Comparemos ahora con, este texto, el texto del tercer Manuscrito
M1111ifcstnd<'m de la vida genérica medio de mantener la existencia indi­ (p. 1 00):
vidual
«El hombre se hace cada vez más pobre como hombre, cada vez
V o! vemos a encontrar aquí la inversión medio-fin característica de tiene más necesidad de dinero para adueñarse del ser hostil, y el poder de
b alicnaL:ión. El concepto de medios de subsistencia ha permitido cubrir su dinero cae exactamente en razón inversa del volumen de la producción,
Lt ley eL:onómica con la estructura antropológica. o sea, que su indigencia aumenta a medida que crece el poder del dinero».
l Iemos dado aquí un ejemplo de opera ción que no es des�rrollado La alienación se ha vuelto alienación del hombre en general.
rxpllcitamente por Marx, pero que fundamenta la posibilidad de. su dis­ b ) L a anbiología del valor se hace sensible e n l a pareja d e vocablos
n1rso. Semejante demostraci6n puede hacerse con otros conceptos de los Verwertung/Enterwertung de nuestro texto. Al concepto económico clásico
M1m11.1critos. Podemos entonces hacer un cuadro de las anfibologías, donde de valor se ha superpuesto un concepto de valor
' que de hecho remite al con-
Ne verá como los términos y los encadenamientos de· los términos (leyes) cepto ( kantiano) de dignidad.
de la economía clásica son tqnsferibles inmediatamente ·al discurso crítico c) La anfibología del cambio aparece explícita sobre todo en los cua­
( ;111 trnpológico) . dernos de lectura donde Marx ha comentado a los economistas que él había
leído antes de redactar los Manuscritos. El cambio se comprende antropoló­
Cuadro de las anfibologías gicamente como intersubjetividad. En la et.apa de la economía política, el
cambio aparece como la forma alienada de la comunidad humana (Geme­
Economía Crítica inwesen). El concepto de comercio (Verkehr) se toma igualmente con esa
resonancia intersubjetiva (incluso en la Ideología Alemana el concepto de
oh re ro hombre Verkehrsfonn planteado como equivalente del concepto de relaciones de
1 rn h a j o actividad genérica
producto objeto producción conserva un contenido antropológico) .
u1pital ser ajeno (fremdes Wesen) d) Las otras anfibologías ya han sido explicadas, con excepc1on de
lllt'd ios de subsistencia medios de vida (Lebensmittel)
valor valor (Wer ) = dignidad (Würde) la anfibologí a de la riqueza, sobre la cual volveremos a hablar.
tambio comunidad
rnmcrcio comercio (Verkehr ) .
Ahora podemos definir lo que es el begreifen que caracteriza a la crítica.
riqut'Za riqueza (Sinnlichkeit feuerbaquiana) Consiste en una resolución por sustitución de términos de las ecuaciones
donde se plantea la contradicción.
Cuadro de las oposiciones pertinentes Estas ecuaciones son, por ejemplo:
valorización del mundo
hombre cosa de las cosas depreciación del mundo de los hombres
nwdio fin
valor del trabajo válor de los medios de subsistencia.
•J11
11L CONCMtnn 1111 c1th'1c:A 97

Se 11lc11n:r.:.t la Nolucit'm cua ndo se llega a la ecuación fundamcn'to.l, Q fo ToinamoN una da Ju definiciones de hi economla clhica, aquella que
dafitt1 el capital como trabajo 1.1 c umulado . Se ve fácilmente el esquema
iill'n Lid11d:
esencia humana ser ajeno. antropológico que puede deslizars e aquí, la anfibólogía que no desaparece
füta c cu .1 ció11 nos indica, en efecto, el principio de la contradicción, hnsta que Marx, en El Caj1ital, define el capital com0 una relación de pro­
h1 Ncparnción de la esencia humana del sujeto humano. Esta separación se ditcci6n, realizando así la mutación radical que hará pasar el discurso econó­
cxpreN11 en los Manuscritos por el concepto de trabajo alienado. Así, el tra­ mico del campo de la antropología al de la ciencia. Igualmente, te�tos como
h;ijo nlicnndo es el concepto (Begriff) planteado, la solución de todas las el célebre de Boisguillebert sobre el dinero que debería ser el servidor del
eCLHICIOlleS. hombre y que se ha hecho su dueño, se ofrecen también a la elaboración de
¿Cómo será posible, partiendo de esta determinación del concepto, cons­ la crítica antropológica. La economía política a la que Marx se refiere apa­
tituir el disc urso crítico de la economía política? Marx nos lo indica en
rece así gravada por toda una antropología implícita. Se presenta general­
In página 68: '
mente de un modo más o menos explícito según los casos, en el cuadro de
«Lo mismo que del concepto de trabajo alienado hemos extraído una teoría de la sociedad. Esta teoría de la sociedad remite a una teoría
por análisis el concepto de propiedad privada, así, con ayuda de estos de la subjetividad humana (que puede presentarse como teoría de las nece­
dos factores, se pueden exponer todas las categorías de la economía sidades, teoría de los intereses, teoría de las pasiones, etc . . . ) , a una teoría
y en cada categoría, como por ejemplo el tráfico comercial, la con­
de la intersubjetividad, de las relaciones entre los sujetos humanos, y a una
c urrencia, el capital, el dinero, no encontramos sino una e;x:presión
teoría de las relaciones del hombre con la naturaleza. Los mismos conceptos
determinada y desarrollada de estas primeras bases».
que constituyen su esfera, los conceptos de cambios, industrias, .etc ...
Es decir, que se vuelve a encontrar en todas las categorías de la eco­ no están, ni mucho menos, puros de toda implicación psicológica o antro­
nomía poli tica la misma estructura de referencia. Esto no debería asom­ pológica. Ahora bien, la teoría antropológica del j oven Marx se presenta
b rarnos: el estudio del procedimiento de la anfibología nos ha hecho ver
justamente como una teoría general de las relaciones del hombre con la
que partiendo de cada categoría, se podía encontrar una expresión de la .
naturaleza y con el hombre. Igualmente, hay en la economía clásica una
contracción fundamental: la escisión entre la esencia y el sujeto.
teoría más o menos implícita del orden natural y de su perversión ( tenemos
Podemos expresar de otro modo lo que es el begreifen volviendo a
un ejemplo en el texto ya mencionado de BoisgUillebert ) . Pero la teoría de
nuestra metáfora inicial del lenguaje: el begreifen consiste en revelar el len­
guaje profundo que se halla bajo el enunciado económico. El movimiento la alienación es la sistematización de esta teoría de la perversión. Así, la
d el begreifen que comprende el encadenamiento de los hechos, es la· elabo­ crítica antropológica puede presentarse como explicitación y sistematización
ración del lenguaje en el cual se expresa la experiencia humana. del discurso an'tropológico implícito en la economía clásica.
O, dicho de otro modo, la crítica es traducción y nuestro cuadro de (Aquí no hago más que promover este problema de. una manera muy
anfibologías es un diccionario. Pero este último es sumamente notable. En- general. Naturalmente, sería preciso hacer de él un estudio profundo.
.
contramos en él una correspondencia término a término, y no sólo corres­ Quizá se podría abordar este problema de otro modo planteando la cues:ión
ponden los términos, sino también los enunciados mismos.
de una doble relación: la rela�ión de los conceptos de trabajo, alienación,
Esto sólo es posible gracias a un encuentro privilegiado: el encuentro
etcétera . . . en los Manuscritos con la teorización de estos conéeptos en
de un discurso antropológico explícito y del discurso antropológico implí­
Hegel, y la relación de Hegel con la economía política ) .
cito de la economía clásica. En efecto, la economía política, a la cual nos
referimos aquí, es la economía «pre-crítica», la que todavía no ha sido Procuremos ahora precisar más aquello que permite el encubrimiento
sometida a la crítica decisiva que le hará Marx en El Capital. Es una eco­ de los dos discursos. Consideremos el cuadro de las anfibologías. Lo que hace
nomía que habla de producción en general sin poder formular el concepto de posible la traducción, el paso de una columna a otra, es la existencia de un
la especificidad de un modo de producción, que concibe el desarrollo econó­ soporte común.
mico partiendo de la acción de sujetos económicos. El soporte de la anfibología es un sujeto, el sujeto hombre.
98 .1 ACQUJU l\l\NClhJll1 "llL tlONllHP'l'O U� Cl\frlt:,\ 99

P11t'I\ ver cómo nc t ú a ese soporte, est1.1dicmos la fose 8iguicnte: • 1 '1\lcal'do •11 moncionA variu vcceN, sobre todo en el seg1.1ndo Man uscrito.
d lemu.� p;1rcido de un hecho económico: la alienación del obrero y de · J'.!.l e• quien· cxp1·esa c1nicamcntc todas las consecuencias inhumanas de la
NLI producción. liemos expresado el concepto de este hecho: el trabajo vieelto cco110111in politica. Pero Marx no refleja aquí lo que hace la originalidad
de Ricardo en el seno de la economía clásica. Ricardo es quien éxpre�a en
11)1•1w, ali1mado». p. 6 5,

Ln condición de la transposición crítica consiste en qué puede operar ol interior de la economía política la diferencia entre la esencia y el fenómeno.
lit t•structura Sujeto-Predicado-Objeto. Esto se hace posible gracias a la in­ Pero, para el joven Marx esa diferencia cae fuera del discurso económico.
Ella es precisamente lo que define la diferencia entre el discurso económico
trod ucción del posesivo: m producción. Por poco que se reflexione sobre
y el discurso crítico que es su sentido.
ello, se ve que esa relación de pertenencia no es nada menos que evidente,
y, tratándose del obrero de la gran industria, aquélla no tiene mucho sen­
En El Capital, Marx capta esa origirÍalidád de Ricardo y sitúa en este
tido. Ahora bien, su introducción es lo que permite en el campo de los nivel su diferencia de la concepción ri�ardiana en cuanto que ella repre­
senta lo más profundo de la economía clásica. Al nivel, de . los. Man11:scritos,
fenómenos económicos centrarse alrededor de un sujeto. Este sujeto no está .
Ricardo aparece como el hombre de la abstra�ción, aquel que, definiendo
dndo en el obrero. Está en su producción. Dicho de otro modo, el despeje
la c�ncurrenci� como algo a�cidéntal; niega los fenómenos económicos apa-
del predicado es lo que determina al sujeto.
. rentes para imponer sus abstracciones (esto es lo que Marx le reprocha en
¿Por qué introducirse aquí ese posesivo su, esa relación de pertenencia sus notas de lectura)

sujeto/predicado? El propio concepto de producción la induce. Al no ser


Del mismo modo, Ricardo es aquel que reduce la . importancia de los
definido científicamente como lo será en El Capital, es decir, situado en
factores subjetivos en la economía. El joven Marx sólo concibe esta re­
un J1roceso, este concepto indica solamente un acto que ocurre en la esfera
· , ducción como expresión de la inhumanidad de las leyes de la economía
de. actividad de un sujeto, en una relación sujeto/objeto. De modo más ge-.
. política.
neral, los conceptos de la economía clásica (sociedad, producto, riqueza,
ganancia, etc ... ) , por no ser criticados, d�terminan ese lugar de un sujeto. ' Si Marx no capt;i en su verdadero nivel la importancia ·de Ricardo,
es porque los Manuscritos son menos una crítica de los principios de la
Si nos anticipamos y confrontamos el concepto de producción aquí
·economía política que un.a verdadera teoría de la riqueza (más adelante ve­
considerado con el concepto de proceso de producción en El Capital veremos1
remos lo que esto significa).
que en El Capital es el concepto de relación de producción lo que permite;
eliminar las anfibologías mediante la des-subjetivación de las categorías eco­
Observación
nómicas . Aquí es su ausencia lo que determina al sujeto/hombre
. como so-'
porte necesario de esas categorías. Al lado del cuadro de las anfibologías yo he colocadd el ctiadro de
Ahora vemos por qué la no-crítica de los términos de la economía· las oposiciones pertinentes: persona/cosa y medi9/fin. Son estas oposiciones
política es la condición de la crítica de la economía política; ahora vemos las que dan sentido al discurso antropológico. Al mismo tiempo se nos remite
cómo la no-determinación de un dominio de la economía política es la, al campo donde se encuentra localizada la pertinencia de esas opdsiciones,
condición de la determinación de los fenómenos económicos como expre­ .. el campo de la moral kantiana.
siones de un proceso antropológico. Sólo quiero llamar aquí la atenc10n sobre un problema: si bien hemos
A e.ste fin, no: es indiferente preguntarse qmen representa la economía, tematizada profusamente el problema de la relación Marx-Hegel, no hemos
política en los Manuscritos_. Si nos referimos a los textos citados en el primer. pensado .en una relación que es acaso decisiva para concebir la i:uptura entre
Manuscrito, vemos que pertenecen a dos categorías : los unos ( la mayoría) la crítica del joven Marx y la del Marx de la madurez, la relación Kant-
son extraídos de Adan Smith, los otros son extraídos de Buret y de Sismondi ··Marx.
(que representan la crítica humanista del «cinismo» de Ricardo) . De estos' Podemos preguntarnos si el terreno en que .se mantiene el joven Marx
textos es de donde Marx extrae las leyes de la economía política que él tras­ no estará delineado por las opo�iciones kantianas (atitonomía/heteronomía,
planta a la teoría anfropológica. En cambio, se puede observar en esta mismá persona/cosa, medio/fin) . Cdnvendría entonces estudiar en El Capital el
recopilación de textQs del primer Manuscrito una casi ausencia: la de Ricardo. ; désplazamiento de esas oposiciones, por ejemplo, el desplaza�iento de la Opo-
1 00 JACQUnl l\ANClllUI JU. CONClllP'f() l>U caf'r1cA 101
.
11ció11 porson a/cosn 11
los conceptos de sojJortl! y do j1vrsonlfk11clón. Tcimbidn Dos conceptos oxprcun cMtn iunción d e 1 4 subjetividad capi._,
Ja! c:npltRli. t 11.
hcibrici 'lUC
preguntarse en qué medida los conceptos de medios y de fines tAli1t11,los concepto1 de humor (LAune) y de cálculo (Berechnung ) . Est�
del modo de producción capitalista operan esa des-subjetivación de ld opo- teorla de In subjetividad y del cálc1do es. particula,rmente clara en el texto
1ición medios/fines del tercer Manuscrito titulado : Significación de las necesidades humanas en
Estas observaciones pueden permitir explicar por qué el rebasamiento r.l régimen de la jiropiedad p rivada y bajo el socialismo. Esta teoría Heva
problemática del primer Manuscrito, operado en el tercero, es un rebasa­
do 111 consigo una nueva determinación de la ecor,iomía política: ésta aparece
miento hegeliano. como la ciencia del cálculo. Por ejemplo, la ley del valor del trabajo mani­
fiesta el hecho de que la economía política calcÜlá para el obrero la vida
4. Desarro llo de la contradicción: más estrecha posible. La economía · política es concebida aquí -lo cual
llJstoria y Subjetividad o Motores y Motivos era ya el caso en el texto de Engel� como expresión directá de ·la subje­
La elaboración crítica ha permitido definir la contradicción funda­ tividad capitalista. Las leyes de la economía política aparecen . entonces
mental: la pérdida del hombre en su objeto, su separación de sí mismo, la como mandamientos que expresan la voluntad capitalista. Estas leyes expresan
alienación de la esencia humana en el movimiento de la propiedad privada. los fenómenos económicos en la medida en que son ellas las ·que determinan
Sabemos cómo se desarrolla la continuación de la problemática de los el desarrollo de la propiedad privada.
Manuscritos: el trabajo alienado aparece primeramente como una conse­ De ahí vienen las expresiones, usadas en ese texto, como «obedecer
cuencia de la propiedad privada, pero el análisis revela que la propiedad pri­ las leyes de la economía», «someterse a las enseñanzas de la economía».
vada es también una consecuencia del trabajo alienado. Entonces se plantea De este modo, el obrero obedece las leyes de la economía al obedecer los
el problema del origen de la alienación del trabajo: o bien la alienación es mandamientos del cálculo capitalista, del cual es portavoz el economista,
un accidente y ento�ces somos remitidos a una problemática del origen de Pero esta subjetividad capitalista -cuyo papel acabamos de ver- ¿ debe
In mala historia, parecida a la problemática de la filosofía de las Luces, � a su vez perderse en el movimiento de la propiedad privada, en el desarrollq
bien la alienación es un proceso necesario, inherente al de5'arrollo de la hu­ de la etapa de la economía política? No es indiferente ver cómo se efectúa
manidad. Esta segunda solución es la que escogerá Marx en el tercer esa pérdida.
Manuscrito donde la alienación de la esencia humana aparece como la con­
El primer modelo que se ofrece a Marx . para concebirla: es el modelQ
dición de realización de un mundo humano.
smithiano de la concurrencia equilibradora de. la . acción de las subjetividades
Todavía no nos situamos aquí en el centro de la problemática explí­ y constituyente de la armonía de la sociedad . como resultante de los inte.,.
cita de Marx. Nuestro propósito es responder a la pregunta siguiente: ¿qué reses egoístas. Marx recurre a este modelo (p. 27-28 ) . En cuanto a esto
ocurre con la relación entre la actividad de los sujetos económicos y el
podemos hacer una observación: la importancia concedida en los M!4nus �
desarrollo histórico de la propiedad privada, desarrollo que permite la cons­
critos -y aún1 más en el texto de Engels- a la concurrencia, señala bien
titución del campo de la economía política?
el carácter todavía ideológico de su crítica de la economía política, la con­
Plantearemos este problema siguiendo las desdichas de un personaje
fusión de lo que Marx en El Capital distingue como movimiento real Y
escogido del que volveremos a .hablar en lo referente a El Capital: el capi­
talista. movimiento aparente. Sin embargo, Marx no retiene aquí el modelo smithiano
y critica la tesis smithiana de la baja de la ganancia por la concurrencia.
Partiremos de una frase de Smith citada por Marx (p. 2 7 ) :
«Las operaciones más importantes del trabajo son reglamentadas y diri­ . Marx utiliza un segundo modelo que podemos ver en el texto sobre
gidas según los planes y las especulaciones de aquellos que emplean los ca­ la Significación de las necesidades humanas (p. 1 0 0-1 18) . Marx desarrolla
pitales». . aquí la teoríá del paso de la riqueza disipadora a la riqueza industrial. El
primer momento de esta dialéctica es el de la ríqueza disipadora, del capi­
Esta determinación de la subjetividad capitalista como motor del de­
talismo del gozo. Este primer momento está ' destinado a perderse en
sarrollo de la economía, la toma Marx por su . cuenta en varios lugares,
el segundo momento, el del cálculo. El capitalista del cálculo es el capitalista
declarando que la marcha de la economía está re.gida ·por. la arbitrariedad
industrial. Éste subordina el goce al cálculo, y el goce termina en subor•

-.------===-----�---· -- --- --� -------.--- �- ------


l b2 ,f ACQUIU UANCn'Ull\ IH, ( ' ON llKl•'ru l lU 1 :111'r1 1 · A

lÍln11ción 'dul dlcu'lo · � lá riquezn. El momento del cnpic11listn del d l c u lo ) ,o 1¡11u 1•11i:onlrnmoN nqu l eN el modelo ' hegclinno <lcl Prefacio a las
111 el 1'.iltimo momento en el desarrollo de la propiedad pl'ivnda. l,f'1'1'irN11'.1 d1• filmo/la tlu fo /Jisforla. El verdadero Rujeto de la historia .s(I
�irvc de hu R u b j ctividadcs ihrnorias pnrn ·irriponcr su ley. El verdadero motOl'
«El gozo se subordi11a al capital, el individuo que goza se subor­
dl• la historia es la esencia humana. Y el momento de la riqueza es aquel
d i na a a q u e l que capitaliza, mientras que antesj era lo contrario. La
t•n q m• la humanidad puede recuperarla reconociéndose en el mundo sensible.
dismi11 ución del interés no es, pues, un síntoma de . la abolición del
ca pital si110 en la medida en que es un síntoma de su dominación en
Podemos ahora precisar lo que es el nivel de la economía política.\
v l ns d e rc;llización, y por tanto de la alienación que se termina y se 1':l es tadio de la economía política es aquel en que aparece la esencia subjetiva
. de l a riqueza, el trabajo. El discurso de la economía poli tic a reconoce ' lj
1tprcsura a su. supresi<;)n» (p. 11 0 ) .
esencia del hombre como esencia de la riqueza, pero no conoce la alienación'
¿Por qué este momento del capitalismo del cálculo es el momento que de esa esencia, no reconoce que el trabajo, fuente de riqueza, es el trabafo
precede a la supl'dión del capitalista? Porque la subjetividad capitalista alitnado. Lo que la economía conoce como esencia del hombre en su esen6 ii
·(el cálculo) ha creado la objetividad en la cual aquélla va a perderse, alienada.
la que pcrmitirá ' el fin de la alienación: la riqueza.
Al mismo tiempo comprendemos el fundamento de la dificultad qü�
Hagamos explícita la anfibología planteada más arriba. La riqueza que señalábamos en la lra. parte -la ausencia de desnivel («décalage�>) eritfe
os el resultado del cálculo es la riqueza desplegada de las fuerzas humanas. realidad económica y discurso economico expresada en el concepto de nivei
F.lla representa la h�unanización del mundo sensible que ha sido .hecha posible de la economía política : este concepto expresa cierto momento del desarrolld
por l a alienación, el término del movimiento por el cual los objetos natu­ de esa experiencia humana de que h�bláb�mos al principio. Expresa tierra
rales del mundo se han hecho objetos . naturales humanos, constituyendo un conciencia de sí de la humanidad. Pero esta conciencia de sí de la huma-
�undo donde el ho�bre podrá volver a encontrarse y reconocer su propia . nidad es una conciencia de sí i�directa: la humanidad sólo conoce su es.enci¡i
esencia, la esencia alienada que, en la forma de trabajo alienado, ha consti-
·
bajo la forma de la alienación o, lo . cual expresa la misma situación, sol�'
tuido h riqueza. · la conoce en una de sus determinaciones (la 'economía política, dice Marx;
L1 ,anfibol?gía consiste en esto: lo que se coloca �ajo el concepto (eco­ sólo conoce al hombre como capitalista u obrero, sólo conoce el tr�bajo
'nómico) de riqueza en el concepto de Sinnlichkeit. La Sinnlichkeit es para como actividad en busca de ganancia, etc . . . ) .' Al hacer de Ja econolI1Ía
FeueL"bach la exterioridad sen.sible en la que el hombre se reconoce. Para una historia antropológica de las relaciones del .hombre con la náturalezá ')i
con el hombre, al no conocer, piles, la objetividad económica sino eri i�
Marx, este reconocimiento, es ' identidad entre la Sin1tlichkeit (realidad seri­
forma de intersubjetividad y de sensibilidad. (Sinnlichkeit) , Marx ha hech�'
'sible) y lo humano sólo pued� ser un resultado. Es el resultado del trabajo
posible el trámite que hace desvanecerse esa objetividad e� una di.aléctica ,d�
alienado creador de la riqueza.
la experiencia humana que sólo es en definitiva la dialéctica de la cr;m.:, .

«Gracias solamente a ia riqueza desplegada objetivamente de la ciencia de sí.


esencia humana, puede desarrollarse o nacer la riqueza de la facultad
subjetiva de sentir del hombre, puede el oído hacerse musical, el ojo 5. Discurso crítico y discurso científico
percibir la belleza de la fo�ma, brevemente, pueden los sentidos hacerse
Si consideramos todos los elementos del discurso crítico vemós qué
capaces de gozó humano, y afirmarse como fuerzas esenciales de:!
bosquejan cierta figura que es la figura de las condiciones de impo�ibilidad
hombre» (p. 93) .
def discurso científico.
· Aquí vemos lo qtie · s�gnifica esa pérdida del sujeto economzco en el El punto de partida del discurso crítico es el rechazo de la abstracción!
desarrollo de la propiedad privada. ;En su desaparición aparece el verdadero De lo qu� se trata es, en efecto, de la hislo;ia de un sujeto. Identificándose
·sujeto del movimiento, la humanidad. A través de los motivos del capita­ la abstracción de pensamiento con la separación de · fos elementos de io :r�áÍ;
Iismo, se ha abierto camino el' desarrollo. de la esencia humana y ha repre­ la abstracción sólo puede considerar uh momento separado de la historia d�l
sentado el .papel de· motdr. \ sujeto. La abstrac ción no permite lleg'lr a ,la comwe11sión qe esa his�orfa.
.
JU. CUNC.IJI PTU me r1ah1<1A 10,
1 04 J ACQUUI l\ANC:tb.I

rn
Pero, por lo concreto, 111 criticn co11dc1rn su discu1·90 11
tcorla de Hn olocto1
no 1cr mh quti mioblamiento. Ella es redob Í amiento de su punto de par tida , 1 . L11 constitución de 1'1 objetividad se reduce de hecho al desarrollo
01to tiN, de lo que le es dado por la experiencia ordi1uria y los discursos, ya de la hinoria de un sujeto.
c:onsLi tuidos, El concepto latente de exf1erlcncia elimina la posibilidad de constitución
Plll'n tratar de mostrarlo, nos referiremos al esquema dado por Althusser de u 11 dominio de la ciencia.
p11r11 concebir el concepto de práctica te6ríca.2 2. Por otra parte, si se trata siempre solamente de una his�oria de
L11 prá c tic a teórica es, como sabemos, un proceso de transformación que la esencia humana, no es posible constituir objetividades específicas que
proc.luce un objeto especifico: el conocimiento. Por medio de los conceptos dieran lugar a discursos científicos específicos. En efecto, siempre es la
de un11 «ttioria) o generalidad II, transforma lo dado; o sea, las generalidades misma historia que se debe reconocer en todas partes. En todos sitios se
ya c l 11b or11 dn s por la práctica teórica anterior (Generalidad I ) , produciendo expresa la esencia humana.
Ad nuevos conceptos, un nuevo conocimiento ( Generalidad III ) . Esto es lo que expresa Feuerbach en las Tesis provisionales (No. 62 ) .
Lll generalidad I está representada aquí por los conceptos económicos
«Según el lenguaje, el nombre de «hombre» es un nombre par­
de la economía política clásica (producción, trabajo, capital, ganancia,
ticular, pero, según la verdad, es el nombre de todos los nombres.
ric¡ ucza . . . ) . La generalidad II es la teoría antropológica, en la cual el tra­
El hombre tiene derecho a múltiples predicados. Cualquier cosa que
b11jo, designado por térmipos como Erkliirung, Vermenschlichung, begreifen,
nombre o exprese, el hombre siempre expresa su propia esencia». Mani­
produce los conceptos antropológicos de producción, trabajo, riqueza, ser
fiestos filosóficos, p. 1 2 3 .
11jcno, etc, Podemos caracterizar esta transformación de dos modos:
-desde el punto de vista de la relación entre generalidad I y gene­ A l igual que e n cada objeto encontramos el nombre de hombre, también
ralidad II I Los conceptos antropológicos son, como hemos visto, . la tra­
.
encontramos una teoría del hombre en cada una de las tesis en las cuales
tlucci6n de los conceptos económicos. A esta traducción es a lo ql;le se se expresa la teoría crítica del joven Marx.
reduce toda la transformación. No se produce ningún concepto económico Podemos hacer aquí una especie de cuadro:
n uevo. Teoría de la crítica tesis de la indiferencia del punto de partida
-desde el punto de vista de la relación entre generalidad 11 y gene­ tesis del espejo
nlidad III. Los conceptos de la «teoría» (Generalidad II) , los conceptos tesis de la no-ab.stracción
de esencia, alienación, actividad genérica, etc. no hacen sino reproducirse,
Teoría de la contradicción concepción de la contradicción como es­
redoblarse en los conceptos antropológicos de la generalidad III.
cisión entre el sujeto y su esencia e inversión
El proceso de transformación de la Crítica no es, pues, más que la cari­ del acto del sujeto
catura, la begriffslose Form de la práctica teórica. En esta estructura com­
Teoría de la objetividad la objetividad está .constituida por el de­
pletamente particular de pro'ceso de transformación que nada transforma,
sarrollo de la historia de un sujeto. No
es donde se presenta el discurso ideológico del joven Marx.
hay dominios de objetividad específicos.
Vemos todo lo que queda implicado en esta teoría de la abstracción
que es la del joven Marx. No es por azar si, en la Introducción General a Todas estas tesis que diseñan la figura de la teoría crítica se reflejan.
la critica de la economía política, la piedra de toque que sirva para dis­ unas en otras y expresan todas la misma teoría del hombre.
tinguir la ciencia .de la ideología será la teoría de la abstracción. Y tampoco Esta teoría alcanza su límite en los Manuscritos. Ella encuentra su
es por azar el que la mayoría de las deformaciones de la teoría marxista cu'lminación en el texto del tercer Manuscrito s�bre el Comunismo.
tengan esto en común para .fundamentarse en cierta ideología de lo concreto. En este texto donde Marx desarrolla una dialéctica propiamente hege�
Igualmente podemos ver cómo éste par teoría de la abstracción/teoría liana, donde el comunismo se define en los términos que en Hegel definen
del sujeto impide plantear el problema de la constitución del dominio de al. saber absoluto, nos encontramos con un discurso a la vez perfecto en su
la economía política como l.ln dominio de objetividad. ;igor e insostenible ( insostenible en el cuadro de' ��ª teoría que se propone.
- una acción revolucionaria efectiva) .
2
Sobre la dialéctica materialista (La Pemée, No. llO, agosto de 1963 ) .
,JACQUJH MNClfilUI l Of

ANI , e.He d iNcurso no tcndr& con t i n u t1ci<'>11. El objeto n uevo enco11trnd


o L1u cuoftlÍ01\c1 quo trataré de phtntc111· 1edn, puc1,
las siguientes: ' .

l'Ur 111 Cd tica, fa cco11e111ia politica1 pa rece haber sido absorbido aquí total­
Si Mni· x hn rcvoh1cionado una .ciencia y f o n dado un dominio científío<!>
mente por fo C rí tic a En realidad, es él quien impondrá el estallido
del mo­ nuevo, ¿ cuál es la configuración de ese dominio? . ¿Cómo se definen sus
.

dlllo c d ti co y la reestructuración de toda la problemática de Marx.


obj e t os y lns relaciones entre ellos?
Si Marx ha fundado una ciencia nueva mediante 1? crítica \de J�
B. Crl!ic11 y ciencia en «El Capital»
categorías económicas, ¿en qué se basa la diferencia esencial entre ella :y
l1r1://111i n11r la economía clásica? Por otra parte, ¿qué es aquellq que, en su .teoría, pe�.:.
mitirá comprender los discursos econq111icos qué 'él reflita, el de la ecoriódíí:i
exposición tiene el propósito de mostrar los problemas sobre los que
Esta clásica y el de la economía vulgar? .
se nr t: i c u l a
.

la reorganización del campo conceptual de Marx, que constituye


Al mismo tiempo, como lo he anunciado, sostendré otra cuestión�
el paso del discurso ideológico del joven Marx al discurso científico de Marx.
¿qué ocurre en El Capital con la problemática ·antropológica de los Manus­
No puede tratarse aquí de una exposición sistemática que supondría
haber critos de 1 844?
cnNado plenamente el concepto .de la cientificidad del marxismo. y poder
Sé puede plantear esta última cuestión tomando por referencia cierta
exponerlo en un discurso unitario. Así, mi método consistirá en partir de
nueva interpretación de Marx desarrollada en la escuela de Della Volpe.
difcfentcs puntos, de diferentes lugares, para tra,tar de precisar por medio
Según esta interpretación, Marx utiliza en El Capital, para hacer la crítica
de aproximaciones sucesivas esa especificidad del discurso de Marx en El
de la economía clásica, el modelo crítico que él había elaborado en el Ma­
C"J1ital.
nu�crito de 1 843.· y titulado Kritik des hegelschen Staatsrechts (traducido
En general, Marx da a ' esa especificidad, ya no el nombre de crítica,
por Molitor con el título: C�ítica . 4e la filosofía
. del Estado de Hegel.
siú.o el de ciencia. En una carta célebre· a Kugelmann, Marx coloca El Ca­ · ·

Obras filosóficas, t. IV) .


J1ilal entre . los «ensayos cientí ficos escritos con vista a revolucio
nar una En ese texto, para hacer la crítica de la filosofía del derecho de Hegel,
ciencia». Este proyecto de revolución de un dominio científico constitu
ido, Marx utiliz� el modelo crítico feuerbaquiano, el modelo de la inversión
es algo muy diferente · del proyecto de lectura de un subdiscm:so impl'ícito
para un discurso que caracterizaba la crítica antropológica. Sin embargo, sujeto/predicado. Se trataba ; de itlostrár qu·e Hegeb.en todos sitios tomaba
Marx utiliza igualmente para designar este proyecto específico nuevo el tér­ el predicado autónomo por verdadero· suj eto. · ·i
mino de crí rica -y el subtítulo de El Capital es pq¡eba de ello. Por e$0 Marx toma
° .el ejell)plo del concepto .de soperanía. l,a .soberaní�,, dice
es.c.ribe en su carta a Lasalll;! d�l 2 2 de febrero de 1 8 5 8 : él, no es 0tra cos� q�e el espÍrit� d� lo� s�bditbs ' deJ E'.st�d Ella es� <
.,
pues, el predicado de un sujeto sustancial (M�ni: 'define este s�jet? cóm'd
«El trabájo de que se trata ante todo es la crítica de las categorías Y.rr oKElµEyoy, como sustancia) . En la alienad6t1, este pl:édrcádo, este espíiítu
econó·micas, o bien, si lo prefieres así, el sistema de la economía . bur­
de los súbditos del Estado éstá separado de· su sujeto. Aparece' cómo lá ·esen..:
guesa presentado bajo una . forma crí tica. Es a la vez un cuadro del
. cía del Estado. Esta existencia por separado clel �ujeto · y del predicado pei.'.!
·

sistema y la crítica de ese. sistema por medio de su exposición». mite a Hegel realizar la operación espe�ulativa: medi�ri.te una riueva �epa:;.o
Al abordar los problemas presentados por este proyecto de revolución ración, él distingue la soberanfa del estado real/hace cle: eíla uná idea, • titll
·

de una ciencia, dará por conocidos cierto número de puntos, que son ser autónomo. :. .'

•Csencialmente: Este ser autóhomo debe tener un . apoyó:' Este ápoyó se lo 'da la IdeJ
-la localización de lo que he denominado la realidad económica en hegeliana, lo que Marx Jlama la Ide� Mística. La. sobeian:ía se vuelve una
. .

:la «est.ructura económica de la sociedad» definida por Marx en el Prefacio determinación de esa : Idea mística. '1

.a la Contribución de 1 8 59. Es decir, supondré conocidos los conceptos Una vez .efectuado .estíe movimientb de 'áhstracción,: Hegel teaHza '· ·ét>
del
materialismo histórico. movimiento inv�rso: descender de nuevo a lo concreto; El vinculo eni:tel 'lá>
-la pmblemática del mé�odo que se expone en la Introduccióll' general idea abstrác� a y la realidad empírica ·.c.oncreia só1o· puede hacersé de un '.modd
.de 1 8 5 7. místico, mediante una. encarnación.> Mediante: esta enoai;n.áción, Ja detertni'i>
..... ...

101 . JACQUl'll RANCJllUI ll. tUHCIP'fO 1>1 C1' frtcA 109

n11ción ab1tr11ct11 puode cxi1tlr en lo concreto. L11 idea mhtic11 cnt:arnn Bncontr11mo1 u n ejemplo p11rtlculnrmcnte claro d a la utiliznción de
en un
individuo particula r: -el mon arc a. �ste 11p1wece, pues, para Hegel, co o cita 01quc111a en 111 critica que hace Marx. de Stu11rt Mill en la Introduc­
m h1
oxiBtcnci11 inmediata de la soberan ía. ción genc rnl de 1 8 5 7, La propicd;1d privada es para Stuart Mill como la
Resumamos este movimiento en el esquema siguiente: Y7roKeiµeyoy e¡dstencia empírica de la catcgoria abstracta de la apropiación. No puede
Sujeto/Predicado haber producción, observa Mill, sin apropiación de la naturaleza por el
hombre. Por consiguiente, la propiedad es una condición general de toda
S u j e tos
producción. Esta categoría abstracta encarna entonces en un tipo de pro­
del Estado/Espíritu de los sujetos piedad muy particular, la propiedad privada capitalista.
. del Estado separación -----� Soberanía Partiendo de textos como éste y de las partes de . la Introducción ge­
objetivación (esencia neral referentes a «la abstracción determinada», Della Volpe resume así
Vergenstandlichung del Estado) el trabajo crítico realizado por Marx: Marx se opone a la economía clá­
sica sustituyendo en todos sitios por abstracciones determinadas (históricas )
l
separación
las abstracciones generales indeterminadas o hipóstasis.
. Semejante interpretación parece olvidar un problema esencial: el de
autonomización
l�s condiciones teóricas necesarias para que el modelo del Manuscrito de
.J.
Idea 1'843 pueda funciónar, Para ello es preci.so que las dos oposiciones , sujeto/
.
(ser autónomo) objeto y empírico/especulación sean oposiciones pertinentes en el interior
.J.
del campo teórico de El Capital,
(Apoyo Trager) lde� mística En primer lugar es preciso .contar con un sujeto. Para que el modelo
pueda funcionar, es preciso que la sociedad represente el papel de sujeto, .
1
salto papel representado por la humanidad en el discurso antropológico. Efecti­
.J. vamente, dos text�s de la Introducción general hablan de l;¡ sociedad como
Encarnación (Verkoperung) Monarca de un sujeto. Pero esta determinación de la_ sociedad como sujeto es con­
o Personificación denada por ·Marx en otros sitio�, y veremos que es incompatible con los
Este .mov1m1ento es denominado' por Marx hipostatización. Consiste conceptos que él pone en acción en El Capital.
Por otra parte, la aplicación del modelo empírico/especulación supone
en separar el predicado de su sujeto, en hipostasiarlo para hacer de él . una
cierto tipo de relación entre realidad económica y discurso económico. Si
categoría abstracta que encarna enseguida en una existencia empírica cual­
esta relación no existe ya en El Capital, ese ·par deja de ser · funcional.
quiera. Marx dice también que se trata de una inv.ers1on de lo empírico
Sobre el fondo de esta problemática en donde tratamos efe definir la
�n especulativo (abstracción y autonomización ) y de Jo especulativo en
e �pecificidad de la «crítica de la economía política» que constituye El Ca­
�mpírico (encarnación) . Este modelo crítico está, pues, regido por dos
pital, Ahí tendremos un índice que nos permitirá determinar si nos encon­
pares de oposición : sujeto/objeto y empírico/especulación,
tramos ante un cambio de terreno teórico.
Según Della Volpe, éste es el modelo que Marx utiliza para criticar
la economía política clásica en la Contripución y en El Capital. La eco­ l. E l problema del punto · d e partida y l a cuestión crítica
nomía política clásica separa las categorías económicas de su sujeto, que
es una sociedad determinada; ella los hipostasia haciendo de ellas condi­ a. Valür y forma del valor
ciones generales, leyes eternas de la producción. Después pasa de
la espe­ Sabemos h importancia que concede Marx rn la lntro.ducción general
c;:ulación al empirismo, haciendo de las categorías económicas determinadas,
de 1 8 57 al problema del punto de partida de la ciencia. El carácter fun­
históricas, del modo de producción capitalista la simple encarnación de
las dan:iental de esta cuestión aparece confirmado en El Capital. Así, por ·
categorías generales, que son las de tod a producción. e}e�plo, al criticar a Smith en el libro II, Marx declara que la fuente de.
1�

l tO
JACQUl'll MNCd&IUI 11.T. C'tlM<llW1'0 lll:I c:l\f'rlCA i11
ci·rorc1 y do 1u1 contr Rdicci
1u1 onc1 debo ln1 1 c l\f RC en sus «puntos ele par­
tklR cien t l fico�:. . Es, pues, en este nivel
cl�kimlo 110 se ocupa ni do !11 formo. -determinación particula1'. del
donde debe situa rs e la d ifere nc i a .. 1.r1thnjo que c1·ea vn lor de cambio o se l'eprcsent a en valor de camb10-
entre fo e co no m i a clásic a y Marx.
ni del carácter de ese trabajo».
¿ Qué es lo que define para Marx la cienti
ficidad de la cconbmía
c}Á8icll? En el anáfüis del valor que es el punto de partida científico de Ri­
, cardo, está, pues, ausente un término. Marx restablece este término ausente
«La economía clásica trata de reducir por análisis las d en el primer capí tulo de El Capital:
. iferentes for- .
mas de la ¡.iqucza, formas fijas y extrañas entre sí; a su unidad '
y de despojarlas <;le la figura que ellas
interior «La sustancia del valor y la. magmtu
· d del valor quedan ahora de-
tienen unas al lado de. otras
de .una manera indiferente. terminadas. Queda por analizar la forma del valor».
El Capital, T. 1, p. 62.
I.11 econom ía clásica quiere comprender ( begreifen)
la conex10n
interna (innere Zusammenhang) separándola de Este trabajo no lo ha hecho Ricardo. Él se conform6 con el retorno
sus diversas formas ·.
de manifestación (Erscheinungsform en) ». a la unidad. La disolución (Auflosung) de las formas fijas de · la rique a

( Teorías sobre la plusvalía, texto · citado en la · traduc · ' (Losung) del problema del valor. Por e1 contrario,
es para· e'l 1a so1uc10n ·

él procedimiento de Marx, como lo indica Engels en el prefac10. del hb. �o


.
ción Molitor,
public ada con el título: Historia de las doctrinas econó
micas, Tomo VIII,
p. 1 !!4 ) . , ' consiste en
il ver en esa solución un problema. Marx plantea la cuest1on
. , I •
que podemos llamar cuest10n cnt1ca:
En El Capital (Ediciones Sociales, Tomo VIII, p. 2 0 8 )
1 Marx emplea
el verbo auflosen (disolver) para designar el trabajo
·
¿Por qué el contenido del valor reviste la forma de valor?
de la econom ía clásica.
La econom ía clásica disuelve las formas" fijas «La economía política ha analizado bien, es cierto, el valor Y la
de la rique� a, operación qu�
Marx caracteriza en el mism9 texto como operación
crítica. . Esta diso­ magnitud del valor aunque de una manera muy imperfecta, Y ha
lución es un retorno a la unidad interior: la detefminación
del valor por el '. descubierto el contenido que estaba oculto en esas formas. Pero nunca
tiempo de trabajo. se ha planteado esta pregunta: ¿por qué tal contenido reviste esa
La cco.nomía política clásica se consti tuye, pues, e.orno
ciencia esta­ forma, por qué el trabajo se representa ( sich darstel�t) en el valor Y
bleciendo una diferencia entre la div.ersidad d las
formas fenoménicas y la medida del trabajo por su duración en la magmtud de valor de
e
In unidad interior de la esencia; . Pero ella no
re{leja el concepto de esa los productos?»
diferencia�
La cuestión crítica es la problematización de la relación contenido­
Vcamos cómo la aplica Ricardo. ,forma. Para Ricardo, el valor es trabajo. Poco importa la forma en que
«El punto de · partida de Ricardo es la deteqninació'n . aparece esa sustancia. Para Marx, el trabajo se representa en el valor, re­
de . los valores .
relativos o valores de. cambio de las mercancías viste la forma de valor de las mercancías.
pa.r lá can.tidad de
.
trabajo necesario para ' su producción . . . su sustancia ·es el trabajo. Por Sea la ecuación : x mercancías A - y mercancías B. Rica�do la re­
,
eso las mercancías tienen valor. y ellas difieren suelve simplemente diciendo que la sustancia del valor de A es igual a la
en �agnitud �egún .
contengan más . o menos de .ésa.s sustancias». · del valor de B Marx demuestra que esa ecuación está planteada
.sustancia
.
·
.
.
. en términos totalmente particulares. Uno de los términos sólo figura como
Hist. Doct. Econ. T. III, p. 1
valor de uso, el otro sólo como valor de cambio ó forma de valor.
Ricardo determina dos cosas: la sustancia del valor
que es el ' trabajo;:; Es preciso, pues, plantear:
la magni{ud del . valqr . que se mide por el tiempo de
trabajo; .Pero olvida forma de valor de A = forma natural de B.
un tercel" , término: ,
---
B presta su cuerpo, su forma natural para ,l a expres10n del valor de
Nós referiremos eri general a la traduc A. Así, el valor debe tener su forma de exístencia. en la forma na­
dales, reserván'doaos el derecho de modificarla �ión francesa· :de las Edidones S�
en · caso necesário.
' tural de B. No pódemos, por tanto, conformarnos con . afirmar
" 3 "ª

1 12 11 3
JACQUBI l\AMClh.n BI.. COMCllPTt> uti. c.:kf'l'ICA

la klc11tid11d dd contenido d'e A y D. Esto es lo que podemos ver a partir de Lll 1dantid11J phmtead ll por el aigno = oculu, pues, lll diferencia más
111 cr! Licll q ue h11.ce M12rx 11. B ai ley en las Teorías sobre la plusvalía. Para radiclll. fü lll identidad de los contnrios.
l\11ilciy, el V lllor no es más que una relación entre dos objetos, lo mismo «La forma relativa y la forma equivalente son dos aspectos corre­
<]LID 111 lfotllncia es una relación entre dos objetos del espacio. lativos, inseparables, pero al mismo tiempo extremos opuestos, exclusivos
«Un obje t o no podría tener valor si no es en relación con otro, uno del otro» (p. 63 ) .
Jo mismo que no puede estar alejado sino en relación a otro», Citado Esta identidad de contrarios sólo es posible porque una de las formas
por Mllrx. (la forma natural de B) se vuelve la forma de manifestación de su con'-
Hist. Doct. Be. Tomo VI, p. 218.
trario: el valor.
He ll q u i cómo refuta Marx este argumen
to: Vemos, pues, y esto es lo que, en un segundo nivel, se puede leer im­
«Cuando un objeto está alejado de otro, la distancia constituye cier­ plícitamente en el texto sobre Bailey, que las mercancías sólo se igualan en
t11mento una relación entre los dos; pero la distanci
a es distinta de el mecanismo muy particular de la representación (Darstellung ) . No se
cu relación . Es una dimensión del
espacio, una longitud determinada igualan como simples cosas, ni siquiera como ejempiares �e la misma sus­
q ue p u ede aplicarse a la distancia entre cualesquiera objetos. .
Pero esto tancia; se igualan e n condiciones formales determmadas, impuestas por la
no e1 codo. Cuando hablamos de la distancia como
de una relación estructura en la cual se efectúa esta relación.
en t ro d os cosas, suponemos algo especial, una propiedad de las
cosas Podemos decir sobre esta referencia al espacio un poco más de lo que
que 101 permite estar alejadas una de la otra. ¿Qué
es la distancia Marx ha dicho explícitamente. Las formas en las cuales los objetos, por la
entre 111 letn1 A y una mesa? La pregunta es absurda.
Cuando hablamos
do lll lliNtanc ia entre dos objetos, se trata de la distancia en el dimensión de su valor, son puestos en relación unos con otros son formas
espacio.
LuN rnpo11emos a ambos contenidos en el espacio como puntos de determinadas por la estructura de cierto espacio. Las propiedades que re­
cae e1pacio. Los consideramos iguales como existencias del espacio, visten en la ecuación deben ser determinadas por las propiedades del es­
y
1610 después los distinguimos como puntos diferentes del espacio. ,pacio donde se efectúa la representación, la Darstellimg. La situació� de
Su
uniifod consiste en que ambos forman parte del
espacio». p. 2 1 8-219. ese espacio que hace posible una ecuación imposible se expresa por cierto
número de operaciones formales: representación, expresión, revestimiento
fütc texto me parece susceptible de una doble lectura. En un primer
de forma, aparición bajo tal o cual forma, etc.
nivel, Mlll'X defiende a Ricardo contra la crítica de Bailey, desprendiendo
Consideremos una de esas operaciones: «el Valor reviste la forma de
lll e x h te n c i a de .una sustancia· de.1 valor. La existencia de esa sustan �
ia co­ una cosa». Este examen nos permitirá precisar el sentido de la relación
mún ll los dos términos de la relación hace que tengamos una relación
tlpo1 A = mesa. Esta últi �a relación es absurda, irracional. Despejan
del contenido/forma: se trata de la relación entre la determinación interna Y
do el modo de existencia, la forma de aparición (Erscheinungsform ) de esa
111 rn1t1111CÍ I\ del valor, Ricardo evita la irracionalidad en este nivel.
Pero, determinación.
de�de e l moment o en que no despeja la forma del valor, s� condena
a su En efecto, la expresión significa que el valor tiene su modo de exis-
voz ll c11er en la contradicción y la irracionalidad cuando
se trate de for­
m11• m6s complejas, más desarrolladas que la forma mercanc ía. tencia' su forma de aparición (o de manifestación) en la forma natural
de la mercancía equivalente. Lo paradójico es que el valor no pod na ' apa-
l.o que Ricardo omite es la cuestión crítica, la cuestión
del signo = . ,
füte Nigno es problem ático, como hemos �isto, pues pone en relación
recer ni existir. En tanto que aparece en la forma natural de una mer­
dos cancía, desaparece en ella como valor, reviste en ella la forma de una
térm inos que se presentan bajo formas absolutamente heterogéneas. Por
un cosa..
l11do tenemos una pura cosa, por el otro una pura: encarnación del
valor. Por consiguiente, el valor no tiene su forma de manifestación en la
«Un examen a t ento de la expresión del valor de A en B demuestra relación de cambio sino en tanto que no se manifiesta en esa relación. Se
que cm es t ll relación la fuerza natur:il de la mercancía A sólo figura trata aquí de un tipo de causalidad totalmente nuevo en relación a los M_ani:; ­
como fonm1 de n lor de uso, y la forma natural de la mercancía B crUos. En los Manuscritos, las ecuaciones que expresaban la contradicc1011
1ólo como form11 do valor:.. El CaJ1Ual. Tomo 1, p. 7 4 . ( por ejemplo, valorización del mundo de las cosas = depreciación del.
lH
1 J .. JACQUrll l\ANc.:tAl\11

m u ndo do loN hombres o vnlor del trnb11jo ::=: valor de los medios de sub- y q uo lu dl1tl11Muo 1·1HlicL1l111cntc de h1 cco nom l l\ cl�1icn, es b teoria de la
1iNLc 1 1 c in ) Ne red uc ían tod as a la ecuación: esencia del hombre = ser ajeno po1ibiliJ11d do eH t a ecunción imposible. l•' altn de esta teoria, la economía
al hombre; es d ec i r, ellas se11alaban, como causa suya, la escisión entre el cl�sicn no puClde concebir el sistema en ,que está articulada la producción
N\1jeto hu111;1no y su esencia. La solución de la ecuación estaba en uno de capitalista. Al no reconocer esa causa ausente, la economía clásica no re­
N U N m i em b ros. En la esencia del hombre separada del sujeto humano estaba conoce la forma mercancía como «la forma más simple y más general» de,
d;ufa la causa de la contradicción y la solución de la ecuación. Se daba nn modo de producción determinado: el modo de producción capitalista.

como causa el acto de la subjetividad que se separaba de sí misma. Incluso si ha reconocido en el análisis de la mercancía la sustancia tra­
Aquí en la ecuación, o, lo que viene a ser lo mismo, en la contra­ bajo, .se condena a rlº comprender las formas más desarrolladas del proceso
de producción capitalista,
dicción: x mercancías A = y mercancías B, la causa no está en la ecua­ '
ci<'in. I1sta presenta una relación entre las cosas, una conexión d� los efectos En la crítica del punto de partida de la economía clásica, Marx ha
determinada por la ausencia de la causa. Esta causa se encuentra en la despejado un problema que e; · el del modo . de manifestación de cierta es­
identidad entre el trabajo útil, creador de valores d e uso y el trabajo creador tructura .en el seno de un espacio que no es hom6geneo para aquélla. Va� '
de valores de cambio, entre el trabajo co�creto y el trabajo abstracto. Sa­ mos , a precisar ahora los términos de este problema. .
bemos que Marx, en carta a Engels del 8 de enero de 1 8 6 8 , declara que el
descubrimiento de la doble naturaleza del trabajo ( trabajo concreto y tra� b. El problema de los objetos económicos
bajo abstracto) es «todo el secreto de la concepción crítica». Esta distinción Sea el objeto mercancía. Tres enunciados de Marx permiten definir su
es lo que permite problematizar l a unidad de las dos terminaciones. La carácter <le objeto.
economía clásica toma el concepto de trabajo sin hacer esa distinción. Por
l. «Los productos del trabajo revisten la forma de mercancía».
eso no puede comprender el carácter específico de la unidad trabajo abs­
tracto-trabajo concreto y cae en dificultades inextricables. Una vez con­ Vemos que no hay aqüí, propiamente hablando, un objeto-mercan cía,
cebida la distinción, Marx puede concebir la unidad. Ésta es el resultado de s.ino un� fOYJna-mercancía.
un proceso social. La causa ausente a la cual somos remitidos, son las rela­ 2. «Los productos del trabajo se convierten en mercancías, o sea,
ciones sociales de producción. en cosas sensibles-suprasensibles o cosas sociales {sinnliche-übersinnliche oder
gesellschaftliche Dinge) » (p. 8 5 ) •

Así, las operaciones formales que caracterizan al espacio donde so�


3 . «Las mercanéÍas . no poseen una objetividad de valor (Wertgegens­
puestos en relación los objetos económicos, ponen de manifiesto, disimu­ .
tandlichkeit ) sino en �uanto son expresiones de la misma. .unidad social,
lándolos, procesos sociales. Y1 no se trata de úna causalidad an,tropológica
el trabajo humano» (p. 6 5 ) .
referida al acto de una subjetividad, sino de tina causalidad totalmente nueva
Se trata de definir la Gegenstandlichkeit de las mercancías, es decir,
que podemos denominar causalidad metonímica, tomando este concepto de
su realidad de objeto.3 Ésta es totalmente particular. La calidad de cosa
Jacques-Alain Miller, que lo ha formulado en su exposición dedicada a la
dé las mercancías es una calidad de . cosa · social, · su objetividad, una obje­
crítica de G. Politzer. Podemos enunciarlo de la manera siguiente: lo que
. tividad de valor. Marx . dice en otro sitio que ellas tienen una objetividad
determina la conexión de los efectos (las relaciones entre las mer�ancías)
fantasmal. Esta objetividad sólo existe como expresión de una unidad so­
es la causa (las rela�iones sociales de producción ) por cuanto está ausente.
cial, el trabajo humano�
Esta causa ausente no es el trabajo como sujeto, es la identidad entre el
Ya no podemos, pues, tener un par sujeto-objeto parecido al de los ·
trabajo abstracto y el trabajo concreto en cuanto que su generalización
Manuscritos. En aquel texto, el término ·Gegenstand estaba tomado en sen­
expresa la estructura de cierto modo de producción: el modo de produc­
tid� �ensu�lista. 'Áq,uí ya no es . más que un . fantasma, la manifestación . de
ción capitalista.2
un car�cter de la estru�tura. Lo que toma la forma de una cosa, ·no es el
Dicho de otro modo, la ecuación: .x mercancías A :--- y mercancías trabajo como actividad de un sujeto, sinb el carácter social del trabajo. y
B. es, como hemos visto, una ecuación imposible. Lo que Marx· va a hacer
de que se trata y
'
3 La cuestión es saber cuál es el tipo de objeto .51-ué es '
2 �ovidos
En cuanto a los problemas · pro por este punto, ver el Anexo. lo que fundamenta su naturaleza de obj eto .
., -

1 1 11 J ACQUl'll l\ANClfsl\I 1 1 7'

ol ITd/JaJo hmnano de quo se tnu nqul no es el trab1jo de ningl:in1 subje­ 1pnriclón re mi to ni tipo de objetividad de que depend en. Su carácter
Ll vid1d co111 ti tuye 11 tc. tleva la sefial de una estructurn social determinada: 1on1ibla01up1'1.uen�iblo os la forma en que aparecen como manifestaciones de
caracteres sociales.
«Sólo una época históricamente determinada que representa ( dars­
La Nustitución de la relación humano-sensible por la relación sensible·
tcllt) el tl'abajo empicado en la producción de una cosa útil como una
suprasensible -i> social, es funda�ental para comprender lo que Marx llama
propiedad «objetiva� (gcgcnstandliche) de esa cosa, es decir, como
el fetichismo de la mercancía,
valor, transforma el producto del trabajo en mcrcancía».4
Para demostrarlo, examinemos el comienzo del texto del primer ca­
Es pues una «época históricamente determinada», esto es, un modo pitulo: el carácter fetichista de la mercancía y su secreto,
"" proditcción determinado el que efectúa la Darstellung del trabajo en la
objetividad fantasmal de la mercancía. «Una mercancía parece a primera vista algo trivial y que se _com­
El estatuto de esta G egenstandlichkeit se precisa aún más cuando prende por sí sola. Nuestro análisis ha demostrado, por el contrario,
M11rx habla de una ilusión de objetividad ( gegenstandliche Schein ) , que es una cosa muy compleja, llena de sutilezas metafísicas y de
argucias teológicas». T. I, p. 8 5.
«El descubrimiento científico . . . de que los productos del trabajo
en cuanto valores son la expresión pura y simple del trabajo humano Creemos que puede ser instructivo tomar esta última frase al pie de
empleado en su producción, señala una época en la historia del desa'­ la letra. Significa que la mercancía es teológica, según el sentido que el
rrollo de la humanidad, pero no disipa la fantasmagoría que hace apa­ concepto de teología tiene en la antropología de Feuerbach y del joven
recer el carácter social del trabajo como un carácter de las cosas, de Marx.
los productos mismos. ( . . . den gegenstandlichen Schein der gesselschaf- Sigamos el hilo de engarce en el análisis de la mercancía.
·

tlichen Charaktere der Arbeit) » T. I, p. 8 6, «En la producción del traje se ha utilizado fuerza humana bajo
El carácter de esta Gegenstiindlichkeit hace que sólo en la ciencia una forma particular. Por lo tanto, en el traje hay trabajo humano
sea conocida por lo que es, es decir, por una manifestación . metonímica de acumulado. Desde este punto de vista el traje es un porta-valor
la estructura, En la percepción ordinaria es tomada por una propiedad de (Werttrager: soporte de valor) aunque no dé muestras de esa cua­
la cosa como tal. El carácter social de los productos del trabajo aparece lidad en la transparencia de los hilos, por muy raído que esté.»
como una propiedad natural de esos productos como simples cosas. T. I, p. 6 6.

Esta teoría del objeto sensible supra-sensible permite señalar la dife­ Ya no hay más transparencia del objeto. Toda la teoría de lo sen­
rencia entre la problemática de El Capital y la de los Manuscritos, En los sible y del objeto relacionados con el sujeto humano, se derrumba. El
Mamtscritos los objetos ·económicos eran tratados de una manera anfibo­ traje lleva consigo una cualidad que no le viene del acto -de un sujeto, que
lógica porque la teoría de la riqueza estaba encubierta por una teoría feuer­ es una cualidad sobrenatural. El traje es el soporte (Trager) de algo que
baquiana de lo sensible, El carácter sensible de los objetos del trabajo no tiene nada que ver con él.
remitía a su carácter humano, a su estatuto de objetos de una subjetividad
Volvemos a encontrar aquí el concepto de soporte que habíamos loca-,
constituyente. Aquí los objetos ya no son tomados por algo humano-,
lizado en el esquema de la crítica antropológica de la especulación, y lo
sensible, Son sensibles-suprasensibles. Esta contradicción en el modo de
encontramos en una función que corresponde en ese mismo esquema a
4 Aquí traducimos el texto alemán ( Dietz, p. 76 ) . El texto· de la versión . la función de encarnación. La cosa empírica (el traje) se torna soporte de
la abstracción sobrenatural valor, del mismo modo que la existencia em­
francesa es el siguiente :
« Sólo hay una época determinada, .en el desarrollo histórico de la sociedad
que transforme ge�eralmente el producto del trabajo en mercancía, y es aquel! � pírica del monarca se tornaba en Hegel la encarnación de · la categoría,
en la que el trabaJO en;ipleado en la producción de los objetos útiles
·
reviste el
,
caracter de una calidad mherente a esas cosas' de su valor» · abstracta de soberanía:
Ediciones Sociales, p. 75.
_ Obsérvese la inclusión del adverbio generalmente por Marx en la edición · «El traje no puede representar, en sus relaciones externas, el valor
frances�. Esta inclusión no carece ciertamente de relación con la dificultad que sin que el valor tome al mismo tiempo el aspecto de un traje. Es así
subrayamos en nuestro Anexo.
111 · J ACCJU1tl 11.AHt:tfi.i\1 1 19

como ol pnrticuhir A no ¡>odrin rc¡mmm tnr IA nrnjcmnd pnru ol indi• t orl'I" " dul v n lo r . A l mirn10 tiompo llllcc dificil su com­
l.1 c.lXJll'tiNi(1 1 1
vi d Lt o ll Hin qu e fa
m 11j c s t ad 11 loH ojos do U rovilti\ i nn1cdi11t11mcn tll Si yo digo: d dt'rccho rom a 110 y d derecho alemán son
p l''111Nii'1 n .
fo figura de A». dcrN·l10N los do � , e� ¡1lHo que se co111pre11de por si solo. Pero si yo digo

No sólo por tratarse aqui de 111:1jcstad y en los Manuscrllos de 1 8 43 por el co11tral'Ío: el derecho, cosa abstracta, se realiza e11 el derecho
ele sobernnia podemos afirmar la homologia entre la estructura de la mani­ romano y e11 el derecho alemán, derechos concretos, la conexión es
festación del valor y la estructura de la encarnaciól'.I que constituia en el c11to11ccs mística».
texto de 1 843 un ele1nento de la estructura general de la especulación. El Kleine ok.onomische Schriften, p. 271.
valor encama en la existencia empírica del traje, como la majestad eri
El proceso que caracteriza aquí el modo de existencia del valor es aquel
la existencia empirica de A, como la soberanía en la del monarca hegeliano.
que caracterizaba para el joven Marx la operación de la especulación hege­
Vemos aparecer ahora una figura idéntica a la del Manuscrito de 1 843 .
liana, tal como la ilustraba en La Sagrada Familia mediante la dialéctica
Pero 110 tiene ni la función critica que tenia en la crítica antropológica de
del fruto abstracto que . se realiza en las peras y las almendras concretas.
In especulación ni aquella que la es ".uela de Della Volpe quisiera hacerle
representar como crítica de la operación especulativa ejercida por la eco­ Si la realidad es especulativa, resulta una consecuencia sumamente
non� ín política clásica. La unión d� lo sensible y lo supra-sensible expresa importante: toda lectura crítica que pretendiese, según el modelo de la carta
nqu1 la farma misma de aparición del valor y no su traducción especul�tiva; ¡i Ruge, decir o leer las cosas como son, se encuentra invalidada. La am­

En el Manuscrito de 1 84 3 esa unión era presentada como una: operáción de bición de la carta a Ruge es refutada por esta breve frase que nos dice
In especulación. Hegel transformaba lo sensibl� (lo empírico) que enconl que «El valor no lleva escrito en la frente lo que_ es (Es steht daher dem
traba en el punto de partida, para hacer de ello una abstracción supra- Werte nicht auf der Stirn geschrieben was er ist) ».
· ·

sensible que él hacía encarnar luego en una existencia sensible que serV"ia Ya no se trata de un texto que reclame una lectura que dé el sentido
de cuerpo a esa abstracción. . subyacente de aquél, sino de un jeroglífico que hay que descifrár. Este
Eso quiere decir que la figura que en la critica antropológica designaba desciframiento es la obra de la ciencia. La estructura que cierra la posibi­
el procedimiento de , la especulación, designaba aquí el proceso que se· desen­ lidad de la lectura crítica es aquella que abre la dimensión de la ciencia.
v�clve en el campo mismo de la realielad. Por concepto de realidad {Wir­ Esta ciencia no se contentará, como hacía Ricardo, con considerar el trabajo
. .
khchke1t) hay que entender precisame1;1te el espacio donde se manifiestan tomo sustancia del valor, burlándose del fetichismo de los mercantilistas
!ns dete�min ci nes de l estructura (espacio de la objetividad fant�smal) . que .creen .que el valor está unido al cuerpo de una mercancía particular.
� � � ,
Es preciso d1stmgmr . cmdadosamente esa Wirklichkeit, real respecto a
la Esta ciencia explica el fetichismo haciendo la . teoría de la estructura que
percepción, de la Wirkliche Bewegung (movimiento real) qUe constituye fundamenta la forma de cosa tomada por los caracteres 'so'ciales del trabajo.
·
lo real respecto a la ciencia. ·

Vemos que las propiedades que definen a la Wirklichkeit, el espacio de Observación 1


aparición de las determinaciones de la estructura económica, con las que Una mirada a los conceptos que están en juego en esta problemática
definían para el joven Marx las operaciones de la filosofía especulativa. de los objetos económicos no.s demuestra que lo qúé está aquí en tela de
La mercancía es teológica, es decir, que la realidad es por sí misma especu:.' juicio es la cuestión crítica de la Dialéctica transcendental kantiana. En
.
lat1va, que se presenta . bajo la forma del misterio. efecto, reencontramos aquí la problemática del objeto (Gegenstand ) y los
Podemos encontrar otro ejemplo de este cambio de . funció'n de la dos pares Fenómeno-Apariencia (Erscheinung-Schein) y sensible-suprasen­
estructura de la encarnación en el . texto .titulado : Die Wertform. (primer sible (sinnlichübersinnlich ) . En Kant una línea de separación, referida a
esbozo del primer capítulo de .El Capital), las j(Jcultades de una subjetividad, separa a estos dos dominios-: .
«Este movimiento mediante .el cual lo sensible-concreto vale sola-' · Gegenstand
men te · como . forma de manifestación de lo :;tbstracto general, · y no al sinnlich übersinnfü::h
conti':¡lrio lo abstracto general como propiedad de lo. concreto, . c;irac- · Erscheinung Schein
120 .TACQUJ'.ll RAN(.;Jtu\.n
121
lfo M11rx encont ramos una estrnct un to talme nte d i f
ere n t e :
11b1m11.: t .:i6n y <lcl an�li8is y 111 concepción marxista. La teoría de la forma
Gc8Cl1 Ntnnd =
Erscheinungsform ( fo.r;ma de aparición) 11por t11 , en el plano de la práctica teórica de El Caj1ital, una solución a los
Ninnlic h - übersinnlich � gcsellschaftlich problemas promovidos por el concepto de abstracción determinada·5 en
i la Introducción general.
Schci11 (apariencia o ilusión)
La interpretación historicista de esta teoría de la abstracción determi­
La merca ncía es Gegenstand en tanto que
es forma de aparición nada, tal como se encuentra particularmente en la escuela de Della Volpe,
, hcmu
(linc . ngsfonn) del
valor. Este objeto es un objeto sensible-suprasensible se basa en una relación no pertinente: la relación entre lo abstracto de
c�1 tanto �lH! sus propied�des no son sino la forma de manifestación de rela­ pensamiento y lo concreto real. La abstracción determinada aparece en�
ciones soct �les. El desconocimiento de su carácter sup�a- tonces como la abstracción que retiene sólidamente la riqueza de lo con­
. ento de su caráct sensible, 0 sea, el
deNconoc1m1 er de manifestación del trabajo en una estruc­ creto real.
turii Nocial determinada, es lo que fundamenta
la apariencia (Schein ) . Marx, en cambio, se preocupa aquí de la forma-valor de la mercancía
Tenemos en Marx y particularmente en este capítu ( forma mercancía del producto del trabajo) como punto de partida cientí­
lo I la relación entre
una analltica y una dialéctica, pero esta relaci
ón supone un ; distribución fico en el interior del proceso de pensamiento. Desde este punto de vista,
totalmente nueva de los elementos, una reorganizac
ión del espacio teórico esta forma se caracteriza como la más general, la más simple, la más abs­
de sus conceptos. Esta reorganización es lo que
podrí amos llamar la revo­ tracta, la menos desarrollada. No hablaremos aquí de la primera determi­
lución anticopernicana de Marx (anti-copernicana
en el sentido kantiano nación que plantea, además, difíciles problemas de interpretación. Simple
o sea, copernicana en el
sentido estricto) . Los fenómenos ya no se centr
a� y abstracto son situados en las oposiciones abstracto-concreto y simple­
alrededor de un sujeto constituyente. En el proble
ma de la constitución de complejo que definen el campo del pensamiento en la Introducción general.
los fenómenos, el concepto de sujeto no interviene.
Por el contrario, lo que Pero el sentido de estas dos oposiciones es precisado aquí por el concepto de
es tomado en seno . por Marx es la relación
entre el fenómeno y el objeto desarrollo. Esta forma es la menos desarrollada, y el trabajo de la ciencia,
lranscendental = X. Los fenómenos, los objet
os son formas de aparición
de este X ausente que es también la incógnita que resuel trabajo que nunca se ha hecho antes de Marx, consiste en desarrollar esta
ve las ecuaciones. forma simple:
Pero este X no es un . objeto, es lo que Marx llama
una relación social. El

hcc o de que esta relación s�cial tenga qu
e representarse en algo que es «Se trata de hacer ahora lo que la economía burguesa nunca ha
radicalmente extraño a ella, en una cosa, le intentado; se trata' de proporcionar la génesis de la forma moneda, o
da a esta cosa su carácter
sensible-suprasensible. sea, de desarrollar la expresión del valor contenido en la relación de
Lo que caracteriza la apariencia es el que esa cosa aparez valor de las mercancías, desde su forma más simple y menos aparente
ca como cosa
simplemente sensible, que sus prop,iedades aparezcan hasta esa forma moneda que salta a la vista de todo el mundo».
como propiedades na­
turales. T. l. p. 63.
Así, la constitución de los objetos no pert�nece a una Ricardo es incapaz de hacer ese desarrollo. Él es incapaz de deducir
subjetividad.
Lo que pertenece a la subjetividad es la percepción. Lo la forma dinero de su teoría del valor. Es porque él no ha captado el concepto
que determina la
apariencia es la separación entre las condiciones de la de la expresión del valor, el concepto de forma.
constitución de los
objetos y las condiciones de su percepción.
Lo que falta en la concepción de Ricardo es el motor del desarrollo
de las categorías económicas, desarrollo que permite constituir el sistema
Observación 2 de la economía política. Ese motor es la contradicción.
Lo que distingue radicalmente a Marx de la economla
clásica es el 5 Este análisis de torma parece definir para Marx la forma de la cienti­
análisis d la form·a valor de la mercancía (o forma
� mercancía del pr ducto
del trabaJo) . Aquí se ve la diferencia entre la concep
� ficidad. Es interesante leer, en relación con esto, su apreciación sobre Aristóteles;
éste es calificado como «el gran pensador que fue el primero en analizar la forma
ción clási�a de la valor, así como otras formas, sea del pensamiento, sea de la sociedad, sea de la
naturaleza» , El Capital, tomo I, p. 73.
1 2�
1 22 .TACQt711� llAN Cti\1\11
n está determinada
/\ q u i 8C plnntea el problema de la lo "," l1':r.,· 1 · · 1'('1 11 e1 el de c.:on'� ' ·· ·M11r x llem ucst1·a, en · efect o¡ coino todl'I producció y por
po de trabajo disponible de la sociedad
. �" � conc.:epto
tl'nl 1 i c c i ón , de la determinación de su validez te6rica. ncceN;'ll' i nmcn to por el tiem
entes nécesidades.6
tnbajo social en .función de las difer
· ¿'1\,1� C) Ll�
consiste eso q Lle, en los primeros capí tL1los de nl Cajlital la rcp;1 l'tici6 n del
era o de otra en todas las formas
M.1 1. x t
enomma unas veces contradicción (Widersprnch) , y otras s1mp . . 1e-� Esta regu lación debe hacerse de una man
en cada 'una de estas formas.
:d<i producción: Pero toma caracteres di.fe.rentes
·

· .
mcnt e opos1c1 6n (G egensatz) ? 1, de­
Es así como Marx, en el texto
sobre el .fetichismo en el Capítulo
1 No se pretende aquí dar una soluci6n definitiva a este problema sino as de producción diferentes (la de Ro­
·muestra en los casos de varias form
s� a n�ente : . -
presentar ciertos datos e indicar una direcci6n posible a 1a mves stria rústica y patriarcal · y, final­
binson, de la Edad Media, de una indu
tigac.:ión. cómo actúa esa ley natural según
'. mente, de una · sociedad t!omunista )
Establezcamos la relación ·· x mercancí as A - - Y mercanc1as B. Po- una de esas estructuras. En el in­
.
· '
formas ·específicas determinadas por cada il
lf cmos t¡ ecu· que es contradictoria en el sentido de que un talista, don de la producción mercant
·
o d e sus ,
termmos
. terior del mod o de producción capi
8 ól o f :1gura como valor de uso y el otro como valor de cam b'10. E Sta contra- la ley reguladora del tiempo de tra­
r . es la forma de producción dominante,
{ 1 � c10n rem1te a la contradicción . interna de la mercancía, a su desdobla­ cto completamente particular, el · de
• '

bajo y de su 'repartición toma un aspe


miento en valor de uso y valor de cambio' de dond.e pasamos a la identidad ajo concreto y trabajo abstracto, la
la identidad contradictoria entre trab
.
'1 e, ¡ os contrar10s que caracteriza el trabajo representado en la forma va· 1or radicciones inheréntes al inter­
.
. . d ad del cual se encuentra representadá en las cont
de Ia mercancia: 1d ent1 trabajo concreto y del trabajo abstracto.
c.ambio de las mercancía s.
' ·

designar otra cosa que el modo


Aquí podemos hacer tres observaciones. La «contradicción» pudiera, pues, no
a hemos visto que el espacio de la re­
l . L contradicción planteada aquí no puede reducirse al orden de de eficacia propio de la estructura. Y
�a . �1a Y. de la ideología, como ocurría en la pseudo-contradicción ctura era un espacio de la contradicción
apanen presentación (Darstellung) de la estru que
� donde las relaciones ligaban cosas
.
tn ad7ecto implicada, según Bailey, en el concepto de valor de cambio , intr'm- donde los objetos no eran objetos, la cont radi cció n
etc . . . La existencia de
seco de una mercanc1a. ' por el contrario, esta contradicción sólo aparece no tenían e':ltre sí ninguna relació�, mod o, quiz á
de la estructura. De este
� �
n el d . scurso científico. Ella no es percibida por los sujetos del cambio para aparecía así como existencia misma
radicción, tal como Marx .lo 'util iza en
os cua es es completamente natural la relación xA = yB. es preciso dar al concepto de cont
alor pura!-Tlente de indicio: Marx pen­
.
. . , En 1as ecuac10nes la primera sección de El Capital, un v
2. La contradicción no consiste en una esczsion. contradicción y de desarrollo de la
saría en los conceptos. hegelianos de :
que expresaban la contradicción en los Manuscritos de 1 844, esta ' ,
se red uc1a o, cuyo concepto no llega a formular
contradicción algo rad.icalmente nuev acción
a 1a se arac1on. . de una unidad originaria. La contradicción residía en la ra en tant o que es el mod o de
el mod o de aéción de la estructu

��
ex1. encia separada de términos complementarios. Aquí oor el contrario,
de las relaciones de producción que
la gobiernan.
res1 e en la unión de dos términos exclusivos entre sí. � ' - . n sería
así reconocimiento de la
El reco noci miento de . la contradicció .


Est i entidad de dos contrarios denuncia la existencia oculta de un .
estructura en el inter ior de la cual .func iona n los. obje to,s econ\)micos y sus
tercer termino qué sostiene si:i unión. As'1 oc111·re eón el término social o de producción determinado. Al ana­
relaciones, la estructura de un mod
descubierto la . contr�dicción, o sea,
que sostiene la contradicción sensible-suprasensible. ha
lizar la for�a merc ancía, Marx ha
.
. concreto estaban determinados como man ifes-
3 . La contradicción no consiste tampoco en que el trab ªJº . descubierto que los obj'etos económicos así
se torne trab ªJº abstracto, del modo como, en Hegel, el ser se torna e.q ar. El desarrollo de las formas será
·
taciones de una estructura particul
lución (Losung) de la contradicción
la nada, o lo concreto en universal abstracto. :�¡ desarrollo de la contradicción. La reso formas
.
La unión contradictoria del trabajo concreto y el traba. J. o ab st racto no s� efectúa en lo que Marx llam
a sus formas de movimiento. Las
en desa rroll arse
son formas donde pued
' . que .fuese inherente a uno . de los dos
está determinad a por una d'ialect1ca más complejas, más desarrolladas,
, . y la carta a
termmos. Expresa la forma particular que toman' en un mod.o . d e pro•. . 8 de enero de 1868
6
ls del
' · ·
Ver sobre todo la carta a Enge
ducc10n determmado, las características generales . ·
' del trab ªJº Kugelmann d el 1 1 de julio de
1868 .
.
J ACQun1 l\ANClfilUI 121
y ro1ol vcr10 1111 contr11dicciones de hu
fo1·1nu mh simples. Ad ocurre con
ln1 ío rmns do inter cambio en relación
con las contradic ciones inherentes a c. Bl trabajo a.ialariado y la tr:orla ele lo irradonal
111 for11111 m�rc 11nci a, asi ocurre con las
formas de la producción capitalista
en rcln ci6n con las formas de la simpl e producción mercantil, Se sabe que la categoria de trabajo asalariado plantea u� proble�a
«El intercambio de mercancías sólo. pued insoluble a la economía clásica. ¿Qué ocurre, en efecto, en el intercambio
e efectuarse, corno hemos
vi1to , llenando las condiciones contradic
torias, exclusivas entre sí . Su de- entre el capitalista y el obrero?
.
111rrollo, que luce aparecer la mercancía corno
una cosa de doble cara, valor El capitalista compra cierta cantidad de trabajo, la jornada de traba�o
Je mo y valor de cambio, no hace del obrero, éon un salario que representa una cantidad menor de trab�Jº
desaparecer esas contradicciones, pero
cre11 la forma en la cual éstas pueden moverse. social. Vernos, pues, que se cambian corno si fueran iguales dos �ercancias
Éste es, desde luego, el único
mó todo para resolver contradic ciones reale .
que representan tiempos de trabajo social desiguales, lo cual invierte la ley
s. Es una contradicción, por
ejemplo, el hecho de que un cuerpo caiga cons del valor trabajo.
tantemente sobre otro y huya ·

de ól constantemente. La elipse es una de las Al mismo tiempo, nos encontrarnos en un círculo vicioso: el salario
formas de movimiento en que
0111 cont radic ción se
realiza y se resuelve a la vez». T. 1, p.
1 13. \
aparece corno valor del trabajo. Pero el trabajo se consider corno creador
«Las contradicciones que oculta l a merc del valor. ¿Cómo determinar el valor de lo que crea el valor.
ancí a entre valor d e uso La solución de esta inversión y de este círculo vicioso se en�uent�a en
y valor de cambio, de trabajo
privado que debe al mismo tiempo repre­ .
sentarse corno trabajo social, de trabajo conc la introducción de una categoría hueva, ausente de la econornia clasica,
reto que sólo vale corno la categoría de fuerza de trabajo.
trabajo abstracto, ·estas contradiccion
adquieren en la circulación sus form
es inmanentes de la mercancía
as de movimiento». p. 122.
El salario representa el valor de la fuerza de trabajo. Este valor, co 0 7
sabernos, representa, de conformidad con la ley del valor, el valor de os
.
El desarrollo de las formas de la producción
burguesa -lo que cons­ �
medios de subsistencia necesarios para reproducir la fuerza e tra�a� o. E �a �
tituye el objeto de El Capital- es, pues determinación del valor de la fuerza de trabajo, la econornia pohtica c a­
, concebido corno el desarrollo de
las formas de movimiento para la contr
adicción primitiva, la oposición sica la había formulado, pero corno valor del trabajo. La econornia clasica , .
entre el trabajo abstracto y el trabajo se encontraba pues, con un quid pro quo.
concreto. También aqui podernos
preguntarnos si los conceptos utilizados por
Marx (contradicción, desarrollo, -:.r.
En los anuscritos de 1 844, Marx se encontraba igualmente con este
resolución de la contradicción) expresan
de ellos.
adecuadamente lo que se piensa quiºd pro quo' ligado a la no-crítica del concepto de valor del trabaJO, y
.
. ,

del concepto mismo de trabajo. Aqui, por e1 contrario, · Marx se enfrenta


Dejemos este problema en suspenso y señal .,

emos los dos elementos esen­ al concepto mismo y, con· ayuda de los conceptos de forma y de relaczon,
ciales que podernos deducir del análisis de
l,a forma-valor. realiza sobre él una labor que hace apare�er un nuevo concepto, el de fuer a �
1 ) Este análisis . y la teoría de la form
a implicada en aquél permiten de trabajo, el cual permite comprender en su inadecuación el concepto e
poner en claro la estructura constituyente valor del trabajo.
de las relaciones de producción
y su modo de acción al nivel Marx capta la diferencia entre el valor de cambio de la fuerza de tra­
de la Wirklichkeit.
· · ' d e esa fuerza•
bajo (cantidad de trabajo social necesario para la reprod uccion
2 ) Ese análisis permite llegar al conocimie
nto sistemático de la co­ representada en el salario) y su valor de uso específico que es el de crear
nexión y de la articulación de las formas del
modo de producción capitalista. valor.
La economía clásica era incapaz de lleva
r a buen fin' este desarrollo de
las formas (por ejemplo, Ricardo no logra Podernos plantear los términos del problema en los dos enunciados si-
ba deducir el dinero del análisis
de la mercancía o demostrar la conexión guientes:
·entre la plusvalía y la ganancia
media ) . 1 ) la fuerza de trabajo tiene un valor de cambio, que se miºde por
.
el tiempo de trabajo necesario para reproducir 1a, y un valor de uso que es
·

Veremos precisamente estos dos elemento . superior


. a su propio
mercanc ía particular: el trabajo asala
s al pas;i.r al estudio de una creador de valor y que produce un va1or de carnb10
riado. valor (lo cual no ocurre con ninguna otra mercancía) ·
, ww •,'*..

1 2'6 JAt:QUJ!I MNCdU\1:1 m. CONClUJ>rO ll1' Cl\f'l1CA 121

2) el trabajo es creador de valor. E l trabajo n o th•nc valor. Mime, c m cambio, hace prnb lc m a lle I n cnt:�gud1\ v11lo1' del crnblljo.
En estos dos enunciados podemos leer Id posibilidad de es un 11 expresión Jrraclo11al. füt1t categori.\
�le 1rr1tc10�1 � l de­
. .
la �lusvalí a. Est11 cxprcsi6n
Y podemos ver esa. posibilidad gracias al análi.sis del doble signa en la obra de Marx la posición de una relación imposible que d1s1muln
carácter del tra­
: bajo, de la distinción entre trabajo ú til y trabajo la relación verdaderamente determinante.,
. creador de valor, h, cual
nos permite atrávesar las apariencias del modo de Hay una forma ingenua de concebir la irracionalidad de esta expresión.
producción capitalista.
. Consiste en considerarla como simple abuso de lenguaje. Así es como
«Según tódas las apariencias, lo que el capitalista paga es el
valor Proudhon declara:
de : la utilidad que el obrero le da; el valor
del trabajo y no er éle
la fuerza de trabajo que él obrero no parece enajenar. La sitriple «Se dice que el t-tabajo vale no como mercancía en s í, sino poi· loN
. rienda expe­
de la vida práctica no hace résaltar Li doble utilidad del trabajo valores que se supone contenidos potencialmente en él. El valor del
,
la propiedad que tiene, común a todas las mercancfas, trabajo es una expresión figurada, etc . . . ». Citado por Marx. Tom o 11,
de satisfacer
un� necesidad y la: de crear valor, que la distingue de p. 2 0 8 .
todas las otras
mercancías y la excluye; como elemento formador
del valor, de la , Proudhon' todo e l mundo d e l a producción
' segun
As1, capitalista estarí.a
posibilidad de tener valor». T. II, p. 2 1 1. ·
basado en una «expresión figurada», en una simple hcenc1 . . poética.
� · Es éseo.
·
Nos . encontramos ante la contraqicción siguien te: el tr�bajo un upo
· · · ' muy característica: ante las expres10nes que seftalan
de exp ¡1cac1on ·

· aparece . .
.

· como . mercan cía cuando no puede en �bsoluto ser una


. ,

mercancía. Es .decir, el misterio de la producción capitalista, su determmac10n estructu�al. f�n •

nos encontramos eón una estructura que ya hemos puesto damental, se declara que eso es sólo una expresión figurada o una d1stmc�ón
en. claro: la exis­
tencia en la Wirklichkeit de algo que es imposible. Esta sub'etiva. En varios lugares de El Capitál, Marx vuelve a tomar ese t1p�
imposibilidad nÓs remite a la causa ausente, a las relacio
posibilidad de un,a
� .
de xplicación por lo arbitrario y la subjetividad. (Así, Rica�d� d:clara q�c
. nes de producción.
Como consecuencia de la Acumulación originaria, qu la distinción entre capital fijo y capital circulante es una d1stmc1ón tota •

. e separó a. los produc;­ mente subjetiva. )


. tores directo.s de sus medios de producción, éstos se
ven obligados a vender .
su fue�za de trabajo como mercancía. Su trabajo Para Marx, por el contrario, las expresiones irracionales no . tienen n�da
se torna trabajo asalariado ·
· la del modo de acción
. y se produce la apariencia de que lo que . de arbitrario, Ellas expresan una neces1'd·ad rigurosa.
·
es pagado por el capitalista es el
trabajo mismo y no la fuerza de trabajo. de las relaciones de producción:
El descubrimiento de la categoría valor de la fuerza de «En Ja expresión valor del trabajo, no sólo ha desaparecido tot �l­
trabajo, disi­
mulada tras la categoría valor del trabajo, significa
el descubrimiento del mente el concepto de valor, sino que se ha cambi� do en su contrar10.
.
carácter determinante de las relaciones de producción Es una expresión irracional lo mismo que, por .qemplo, valo� de la
capitalistas;
No pudiendo hacer problema de la categoría valor del trabajo tierra. Sin embargo, estas expresiones irracionales tienen su origen en
como las mismas relaciones de producción. Son categorías que expres.an fo�­
farma de aparición del valor de la . fuerza de trabajo, Ricard
o no puede poner mas · de aparición de relaciones esenciales (Sie sind Kategorien fur
· de relieve lo que sostiene todo
el . mecanismo, a saber, las rclacio,nes de Erschainungsformen wesentlicher Verhaltnisse) ». T. II, P · 2 0 8 .
producción que son el capit(ll y el trabajo asalariado.

Vemos precisarse aquí l a teoría d e l a forma y el desarrollo d e las
«En lugar del trabajo, él debiera haber hablado de la fuerza
de formas. La expresión valor del trabajo supone un cambio de forma: d va �r
. :
'trabajo, pero entonces e1 capitaf sería la' expresión de las condici de la fuerza de trabajo aparece; se presenta en una forma de �amfe s:� c10n
ones
materiales del trabajo frente al obrero, sería una relación social
detet­ (Erscheinungsform) que es el valor del trabajo. Forma de mamfes� ac10n . e �
minada. Para Ricardo el capital no es más que trabajo la fuerza de trabajo, el valor del trabajo es por tanto .forma de �amfe5.tac10n
acumulado a
diferencia del trabajo presente; no es más que un elemen . .
to en el pro­ de la relación de producción esencial en el modo de producc10n cap1tahsta
ceso de trabajo y de él no se puede deducir la relació
n entre capital que . es. eJ trabajo asala,riado. El _mecanismo de transf��mación de las _ �rmas : {
y trabajo, entre salario y ganancia». Hist.
Doct. Be. T. III; p. ' 1 4 6. es, pues, determinado por las relacio11ces de producc1on que se mamftestan-

11
1
.TAcQuns JlANc1bn m. (:ONCIW'l'O l>I\ 1 :1\f'l'ICA

en las Erscheinungsformen al mismo


tiempo que se disimul;n, La irracio­ «Vcmos que el carácter de producto, de materia primll O .111 11 11•.lio
nalidad es el índice de esa eficacia prop
ia, de esa manifestación-disimulación de trabajo sólo va unido a un valor de uso en función ele la 1•mh it'111
de las relaciones de producción.
determinada que ese valor desempeña en el proceso de trab11)01 tl•I l 11K01 r
«Se comprende ahora la importancia que ocupa e n e l mismo, y s u cambio d e lugar hace cambiar 1\1 11"1 r1· ·
decisiva de la transformación
del valor Y del precio de la fuerza de minación» T. I, p. 1 8 5 .
trabajo en la forma del salario
del trabajo, o en valor y el precio del
trabajo mismo. Es en esta forma E n este nivel ya es posible l a confusión consistente e n tomar por \llHI
de manifestación, que hace invisible la
relación real y muestra incluso propiedad material de los elementos de la producción su determin11cUm
su c�ntrario, donde reposan todas
las representaciones jurídicas del funcional. Pero, de hecho, sabemos que el proceso de producción tiene
trabaJador Y del capitalista, todas
las mistificaciones del modo de lugar siempre en formas sociales determinadas, es siempre un proceso de
producción capitalista, todas las ilusi
ones liberales y todas las fruslerías · producción determinado. Esto quiere decir que los lugares, formas Y fun­
apologéticas de la economí a vulgar».
T. JI, p. 2 1 1 . ciones que el proceso determina deben servir de apoyo a aquellas que son
determinadas por las relaciones de producción que caracterizan tal o cual
d. El concepto de proceso
modo de producción. Estas relaciones determinan, en efecto, los lugares Y
En el estudio de la obJ'etividad fant funciones nuevos que dan formas específicas a los elementos del proceso
asmal de las mercancias y en e1
'

de la expresión irracional: ·valor del de trabajo. En la Wirklichkeit, estas formas aparecen como propiedades de
trabajo, se percibe cierta estructura.
Vemos que las fo:mas de la Wirklich los elementos materiales que los soportan, mientras que son formas de apa­
. keit son formas de manifestación para
las relacione s sociales de producción que no apar rición, modos de existencia del motor oculto del desarrollo. Asi ocurre con
ecen como tales en este la forma-mercancía separada, en la ilusión fetichista, de las relacione� NOcialcN
ca po de la Wirklichkeit, sino que
� estructuran las relaciones dadas 'en
�msmo. Vemos al mismo tiempo que estas form el que la fundamentan, o con la forma «valor del trabajo» tras fo c trn l Re
as de manifestación son oculta el valor de la fuerza de trabajo, es decir, las relaciones de proth1cci6n
igualmente formas de disimulac
ión. Ésta es la estructura descono
la econon:1íª clásica. Carente de una cida por capitalistas.
. . teoría de la forma, ella desconoce Esta estructura del proceso como objeto de la ciencia implica el car&ctar
obJeto mismo, No reconoce la su
objetividad específica a que se específico de los conceptos de la ciencia que lo explica. Esto es lo qua
cien cia: la de un proceso de prod refiere la
ucción determinado. Marx expresa en una oposición que determina por un lado la forma verdadera
Pára la comprensión de este concepto
de proceso, recordemos ante todo
' de la cientificidad, y por el otro el principio de los errores de la economia
la definición dada por Marx:
clásica.
«La palabra proceso expresa un desa «No se trata aquí de definiciones bajo _las cuales se incluirían las
rrollo considerado en el con­
junto de sus condiciones reales». El cosas, sino de funciones determinadas que se expresan por categorías
Capital, T. I, p. 1 8 1 .
determinadas». T. IV, p. 2 0 8 .
Completemos esta definición mencionando
las dos características esen­ Cosas (Dinge) Funciones
. ciales de un proceso, a saber:
Incluir expresar
1 ) su desarrollo conduce a reproduc
ir constantemente su punto de definiciones categorías
partida.
2 ) sus elementos son definidos no por su Creyendo tratar con relaciones naturales entre cosas estables, la eco­
naturaleza, sino por el lugar nomía clásica desconoce la estructura específica del proceso de producción
que ocupan, la función que cumplen.
capitalista. Éste está constituido, en efecto, por el encubrimiento del proceso
Estas características son válidas para
el proceso más simple estudiado de producción en general, de la forma de producción mercantil Y de las
por Marx: el proceso de trabajo en gene
ral. Marx muestra como el mismo formas propias del proceso capitalista que se desarrolla a su vez en diversos
eleme to aterial puede representar
� � allí el papel, sea de producto, sea de niveles (producción, reproducción, proceso de conjunto) . La economía clá­
materia: prima, sea de med io de trabajo.
sica, al situar en un solo plano esta estructura, se ve presa de una ·serie
.
] l () JU, c:UN<Jtil''fU l>l& t:1'f'l1CA 1'1
de confu slonc N: conf usión de I.1s deter
minaciones mate riales do los �lcme11tos dc!lnidndoMc h 1 p1·0JL1cción CR.pit11li1L11 pol' I R. idonthlnd del tr11b 11jo ú til Y del
de In prod ucció n con sus determinacione
s de forma capitalista, confu
tnb11ju t:ri•111lor de pluvalla.
entre formas de la simple prodLtcción merc sión .
antil y formas capitalistas, con­ Asi, p ues, en esta primera sección nos encontl'aríamos en un estad10
.
fusio nes entre las formas del capit
al en el proceso de producción y en anterior ( �córica e históricamente) a las determinaciones propias del n:odo
el proceso de circulación, etc . . Toda
. s estas confusiones se encuentran con­ � � _ '.
de producción capitalista. Partiendo de esto, es º ble un� lectura histo­
densa das en la concepción ele Smith acerc ricista que vea en la primera sección una expos1c1on genet1ca que va de
a del capital fijo y el capital
circ ulan te, criticada por Marx en el libro 11. las formas primitivas del cambio a las formas burguesas, pasando por los
Smith reduce las determina-
1� ioncs del capital fijo y del capital circu islotes mercantiles que se desarrollan, según Marx, en los intervalos de las ·.
lante, determinaciones de forma
del capital invertido en el proceso de circulación sociedades anteriores al modo de producción capitalista.
, a la mobilidad o inmobi­
lidad de los elementos materiales de
El Capital. Pero al mismo tiempo Marx nos dice que «la forma valor del producto
Vemos así cómo el estudio del punto de partida del trabajo es la forma más abstracta y más general del modo de pro­
de El Capital nos lleva
a reconocer la objetividad ducción actual que adquiere por eso mismo un carácter histórico.» (T. I,
propia a que se refiere la ciencia y a comprende
r. p. 8 3 ) y afirma en una carta a Engels del 22 de junio de 1 8 67 que la forma
el fundamento de los errores de la economía clásic
a. .
más simple de la mercancía «contiene todo el secreto de la forma-dinero,
Notas anexas y por ello, in nuce el secreto de todas l�s formas burgu�sas del prod�cto

del trabajo». La metáfora del núcleo lo mismo que la meta ora de la cel�la
_
en el Prefacio de la primera edición, indican que las determmac10nes propias
Relaciones mercantiles y relaciones capit
alistas
del modo de producción capitalista no se suma� simplemente a la� deter­
Nuestro análisis de la forma-valor ha suscitado
para explicar la identidad trabajo abstracto/trabajo
la objeción siguiente:. minaciones simples de la mercancía y del camb10 de mercancias, , sm� que
concreto, que determina deben estar ya presentes en ellas de cierto modo. De esta suerte tendnamos
h forma/valor de las mercancías, hacemos interv
enir las relaciones de pro­ en el primer capítulo de El Capital no un análisis de los caracteres generales
ducción capitalista. Pero es evidente que la form , en cuanto for�a
a-mer cancí a tiene una exis­ de toda mercancía, sino un análisis de la forma-mercanc1a
tencia bastante anterior al modo de producción
capitalista, y parece que más simple de un modo de producción determinado, el modo de producc1on
el análisis de la mercanc ía hecho en la primera secció
n de El Capital sólo hace capitalista.
intervenir los carac teres de la producción merc
antil en general, indepen­ La exactitud de tal interpretación se confirma del modo más �eto or
dientemente del papel que esa forma de produ .� :
cci6n pueda representar en el elogio que hace Marx de Steuart en el primer capítulo de la Contrzbuczon
modos de proJucción diferentes.
Limitemos primeramente el alcance de la objeción : «Steuart sabía muy bien que en las épocas preburguesas también el
ésta no contradice
en absoluto lo que nos parece ser el punto fundamenta
l, a saber, que los
producto reviste la forma de mercancía y la mercancía la forma �e
fenómenos de la realidad (Wirklichkeit) económica dinero, pero él demuestra con abundancia de detalle� que_ la mercanc1 a
sólo se comprenden en
aquello en que manifiestan, en una distorsión especí , en cuanto
e n cuanto forma fundamental de l a riqueza y l a ahenac10n
fica, la eficacia de las
relaciones de produ�ción. Sin embargo, de lo que aquí forma predominante de la apreciación, .sólo pertenecen al �eríodo de
se trata es del sen­
tido exacto de la función de punto de partida que
juega el análisis de
producción burguesa y que, por tanto, el carácter del tra a¡o. creador �
la merca ncía en la teoría del proceso de producción capita , a la
de valor de cambio es específicamente burgués». Contr1buc1()111!
lista.
En efecto, parece en perfecta concordancia, que, en crítica de la economía política. p. 3 5 •

la primera secc10n
de El Capital, sólo es cuestión de la producción Sin embargo, debemos evitar caer en la trampa de una lectura heg:­
mercantil en general, en
cuanto ella es una presuposición necesaria del modo de li na de El Capital como sería el considerar que la forma-mercancía con­
producción capitalista.
Por eso nos ocupamos de la mercancía en general y
no de la mercancía
: :
t ndría en gei;men en su interioridad, todas las contradicciones del modo
como elemento de un capital-mercancí a. La identi de producción capitalista, siendo entonces El Capital sólo �l desarrollo . de
dad del trabajo útil y
del trabajo creador de valor define simplemente la esas contradicciones, con el corolario inevitable, en un discurso de tipo
producción mercantil,
132 t u , c : n N rnw•ru 11" 1 :"h'1<:A

hegc,liano, de que ese punto de partida estaria mediatizado �por el p u nt o de 1tcumu lAcic'1 11 01·iKin nri1t) , el trnhl\j o �ILll d u l uhruro, dt1l prndu
ctor dlract o
llegada, de que la mercancía presupondría todo el desarrollo del proceso sólo p u ede manifoNtnrHc como tnb11j u c rcl\ dur de vnlor. 1 )e cMc m odo 111 cr�
y t rn b 11j o crc11do r
,de producción capitalista. la condic ión que permite a la id c n t i d n d entre trabajo útil
la produ De estl\ ml\nar � ••
de va lor convenirse en ley gcncrnl de
cción.
Observemos que Marx da argumentos a esta interpretación hegeliana,
c api t a s a puede n an c nn,
como las caract erístic as del modo de producción
l i t
.tanto por lo menos como a la interpretación historicista, e indiquemos
e forma-merc anc1a del l'fO•
la ví.a por donde creemos que el problema puede ser correctamente planteado. trarse ya incluidas ( eingenschlosscn) en la simpl
Para eso podemos aprovechar las indicaciones que nos da Marx en el capítulo dueto del trabajo.
titulado Relaciones de producción y relaciones de distribuciün del Libro 111.
2. Estructura del proceso y percepci&µ, del proceso
«El modo de producción capitalista crea sus productos con el carácter
de mercancías. No es el hecho de producir mercancías lo que lo dis- , a. El desarrollo de las formas y la inversión
tingue de los demás modos de producción; lo que lo distingue es
sa la relación entra 111
la circunstancia de que el ser mercancías constituye el carácter predo­ Hemos señalado un primer concepto que expre
s de ión (o de mnnl­
determinación interna del proceso y sus forma
aparic
minante y determinante de sus productos. Esto implica, en primer dejado pro·
festación ) : el concepto de la disimulación. Al
hacer esto, hemos
término, que el obrero mismo entre en escena solamente como ven­ ón1 ol
que define esta rclt1ci
dedor de mercancías, y por tanto como trabajador asalariado libre, y visionalmente de lado el segundo concepto
el trabajo en general como trabajo asalariado». T. VIII, p. 25 4. concepto de inversión ( Verkehrung) .
el valor de la. fuerz 11 do
«Se encontraban ya incluidas en la mercancía, y más aún en la mer­ Al estudiar el cambio de forma que convierte
ra:
cancía en tanto que producto del capital, la materialización de las traba jo en valor del trabajo, Marx decla
la relación real y mucl trn
determinaciones sociales de la producción y la subjetivización . de sus «Esta forma de manifestación hace invisible
bases materiales, que caracterizan todo el modo de producción capita­ incluso su contraria» . T. II, p. 2 1 1 .
el concepto de valor no 1610
lista». p. 2 5 5 . «En la expresión: «valor del trabajo»
tido en su contrario». p. 2 0 8 ,
«La forma determinada en l a cual el tiempo de trabajo social se ha desaparecido, sino que se ha inver
impone y determina el valor de las mercancías está vinculada, indu­
¿En qué consiste esta inversión? L o que
aparece e n l a or a d l � n: � �11l�rlo,
dablemente, a la �orma del trabajo en cuanto trabajo asalariado y a
su jornada de traba io sm d1stmc16n,
es que el obrero es pagado por toda
la forma correspondiente de los medios de producción en cuanto capital, e al valor de la fuerza de trabnJo,
aunque el salario, en realidad, correspond
en el sentido de que sólo sobre esta base se convierte la producción traba jo durante la cual el ob rero
y por tanto a la parte de la jornada de
de mercancías en forma general de la producción». p. 2 5 6. de trabajo. En la forma del sal a rlo,
reproduce el valor de su propia fuerza
(la división de la jornada do
Solamente sobre la base de las relaciones de producción capitalista se la base de la comprensión de la plusv alía
convierte la forma de producción mercantil en forma de producción domi­ trabaj o) se encuentra, pues, . invertida.
nante Y la forma-mercancía se presenta de manera general y con todas uc;ión realizada por Marx cm
Uno de los puntos esenciales de la revol
las .determinaciones de que es susceptible como forma del producto del la economía política consiste en poner al
descubierto en su c amp o cltll
cient ífica y la forma fenomé­
trabajo. O, si se quiere, la identidad del trabajo útil y del trabajo creador relación de inversión entre la determinación
la cientificidad.
de valor sólo determina el conjunto de la producción social sobre la base nica, lo cual es para él una ley general de
de la identidad del trabajq útil y del trabajo creador de plusvalía.
( sich darstellt) a men ud o
«Que en el fenómeno, la cosa se pres.ente
·De ese modo se afirma el carácter determinante de las relaciones de en todas las · ciencias a ex�
invertida, es un hecho bastante conocido
cepción de la econo mía polít ica». T. II,
producción capitalista. p. 2 0 8 .
A partir de la separación entre productores directos y medios de pro­
s internas, que atea·
ducción, de la conversión de los medios de producción en capital, cambios L a inversión d e las determinaciones estructurale
de producción, en sus forma
i
.operados en el proceso constitutivo del modo de producción capitalista (la tiguan el carácter constitutivo de las relaciones
. .--,, . ....,._.., . . . '· ' ' 'l f

l J.4
J ACQIJ H � llANL:lfll\H
l(f, t:ONCll l"l'U OH t :IÜl't<:A
de rn:inifostaci6n ap:irccc:, p\.ics ; com
o una ·c:trac t eri s tica fond'i\me ntal
·

del
proceso. Esta. ley es lo que determina
el desarrollo de sus formas. quo con�tit. u y c e l objeto de l libro lll do W C:11/11/11� • �
11.Nt:o dcN11 roll<
. '. .�lena' l'��
Tenemos una ilustración desde el término (11s formas que se imm ificNtan en l.i n1pcrf1c1c lle la p1 oducc1ón ca¡
nivel de la simple circulaci6n mon

taric Eri efecto, fa moneda es: form
a de existencia del valor de las , . lJa¡o
ta ¡ rnta, · la, s cu ales los diferentes c;lft)it;1lcs Ne enfrentan en la concurrcnd1
mer­
cancías, y la circulación: monetaria es
forma de movimiento para las contra­ y que los suje tos económicos a los q ue M�ll'x d a el nombre cl e ag11n t 111 t¡I
_ _ _

dicci�ries ' de las mercancías. Ahota .


la producción perciben en su expenenc1a ordmana.
bien; si examina�os el movimiento
la circulación tal como se ofrece en de
la experienc ia ordinaria, las cosas se El desarrollo de las formas del proceso es regido asi por la ley d�
presentan de otro modo : l a inversión : las formas bajo las cuales se presenta o aparc c d p rocc10

de producción capitalista están rigurosamente invertidas en rc la c1611 a su dctcr�
«el curso de la moneda, es la repetic10n
constante y monótona del mmac10n
· · , 1·nterna Ellas presentan conexión de cosas (Zusammcnlu11g Jor
·
mismo movimiento. La mercancía está
el dinero siempre del lado del comp
siempre del lado del vendedor, Sache) inversa de la conexión interna (innere Zusammcnha g) , u n "'?VI¡

.
rador como niedio de compra. miento aparente inverso del movimiento real de la producc16n cap1tah1t1.
E� este sentido,' su funtión es la de realizar
los precios de las mer­ Est a forma del movimiento aparente o de la conexió.n de las cosas es fo q1.1�
C<l�\:ías. Al realizar sus precios1 las hace
pasar del vendedor al coin­ ·, B
se ofrece a la percepción de los agentes de la producc10n.
pntdor, mi�ntras que el ÜinÚo pasa de
'volver a iniciar lá misma marcha con otra
este último al primero, para Estudiaremos esta ley en un ejemplo preciso: la teoria de las «raz nOI �
merc ancía . de compensación» expuesta por Marx en el libro III (Tomo VI, P• 2 2 2, Y s1g : ) l
A primera vista , este movimiento unila
teral de la mon eda no parece Sin embargo, antes de entrar, en el estudio de ese texto, es necesario hacer
provenir del movimiento bilateral de
la .mercancía. La propia circu­ dos observaciones previas.
lación engendra la apariencia contraria
. .. 1 ) El análisis de las razones de compensación presenta la siguiente
Parec e qu � es la moneda lo que hace circu
lar las merc ancía s, inmó­ aplicación del texto del Libro I :
viles po ; sí mismas, y las transfiere de
la mano donde son no-valores
de uso a la mano don de so� valores de «Las tendencias generales y necesarias del capital deben distinguirad
uso, en una dirección opuesta
siempre a la suya propia. La moneda de las formas bajo las cuales aparecen.
aleja const antemente las mer­ . .
: cancías de la esfera de la. circulación No tenemos que examma · r aquí el modo como las tendencias !11 n'lll·
, poniéndose constanteniente en . .
el lugar de ellas y abandonando el suyo
propio. Aunque el movimiento nentes de la producción capitalista se reflejan en el mo 1 1ento d �� �
' '" de la moneda es sólo la expresión de la circu
lación de las mercancías,
los capitales individuales y se manifiestan como leyes co rc1 t1vas de la
� .
parece, por el contrario, qu.e la circu
lación de las merc ancía s es
concurrencia· y, por e¡¡0 mismo, se imponen a los cap1tahstas , como
' el resultado del movimiento de la mone móviles de sus operaciones.
da». T. I, p. 1 2 3 .
M'arx di�tingue aquí dos movimientos 8 En l a obra «Func10n de la formac · ' n . eo' · a,, (Cuademos marxista-lmi-
Miller ha puesto enw de�n�a . esta 1ey de invers ión que
·,
: un movimiento real que es
nistas No. 1 ) J.-A . ev1 o
el movimiento del valor, movimiento
que se disimula en la repetidón del deter�ina la l='." rcepción de la e����r: o
proceso de circulación y un movimien
to aparente, comprobado por la expe­ «En un sistema estructura1. 0 e p�;ti;�1:ª!: �n modo específico la l?r�
. t

riencia cotidiana y que 'representa lo inver ducción, el área de desplazamiento del s�¡e�� �� ianto se sostiene .al nivel
so del movimiento real. de lo actual, es deci�, �n cuanto que la es. r,u r c�ncede la percepción de su
Es ta relación de inversión la vemos
confirmada a medida que pasamos
estado (de su mov1m1ento aparente ) qmtando1e la de su sistema- se define
,
como ilusión. 1
de las formas más abstractas y meno
s desarrolladas del proceso capitalista Ésta, en tanto que el su¡eto 1 refle¡a,

ª . en tanto que el sujeto significa esa
·sus formas más desarrolladas y conc a ilusión, en una pala�ra, la ,redo):ila, se P.bpetua , baj o la fo rma de la ideología.
retas. El desarrollo de estas «formas La ilusión y la ideolo gia, s 1 se cdno en lo continuidad de un «ver» U[l a
concretas a las que da origen el mov
imiento del capital considerado como «decir», fo rman el elemento natural e �� s�J�t.;1 r igurosamente calificado por su

un todo»,7 formas determinadas por i riserción en la estructura de una , fo rmiC1º,tti:�1j,;stanci.


la unidad del proceso de producci
ón Justamente po_rqud l a con m1a a que debe situarse como
Y. �el proceso de circulacif
o en el proceso de conjunto del punto de referen�ia e todas. �as m��i tes:ciones de la p·ráctica social, su acción
capital, es lo es radicalmente. a¡ena a la d1mens10n . , de 1o actual se toma po r sus efecto�.
, . .'1/ invers ión de las dete�m.Lo&,
7 T. VI, p. 47.
do nes estructurales al nivel de b�� conc1_rf'.fº'.1, d .v l .
La ausenoa de la causa asta pa a �ealizar
La inversión como percepc 1o n es 1 us1on.
m ��!� .discurso es ideología.» .1 .
.. , _..... . .

13 6 ;J ACQUl\M R A N<:dtl\11 "'

El análisis científito ·de la concurrencia presupone en �fccto el aná­ Ln C\IO L,\ de x;uum:h1 NC cx pru�n por I ¡¡ (c'))' 1 1H1l�
lisis de la naturaleza Íntima del capital: Así, el movimiento aparente G ( xnn¡¡1u:i¡¡ )
de los cuerpos celestes sólo es inteligible para aquel que concibe su �P -·(
�osto de prodt�c�ió� j
movimiento real». T. 11, p. 9. que representa en realidad pl/V, siendo la masa de ganancia ig u a l a In m1m1

En la relación de estos tres términos: tendencias inmanentes de la pro­ de plusvalía y siendo C + V la suma que determina el costo de prod uéción.
ducción capitalista (movimiento real) , movimientos de los capitales
indi­
viduales (movimiento aparente) y móviles de los capitalistas, vemos deli­ 2) Establecimir!nto de la cuota de beneficio medio
nearse una teoría de la subjetividad capitalista, una teoría de los motores A diferencia. de la cuota de . plusvalía, . la cuota de ganancia está dctar­
y de los motivos, totalmente diferente de la de los Manuscritos. No son
minada por las variaciones del capital constante. Independientemente da
fos móviles ' del capitalista que se vuelven contra él bajo las formas de la obje­ la cuota de plusvalía y de _ la masa de la ganancia, la cuota de ganancll\
tividad; son las tendencias propias de El Capital, las leyes estructurales del
variará en función de la importancia mayor o menor del capital constnnto
inodo de . producción capitalista que, a través de los fenómenos
de la .con­ en relación al capital variable ( que es el único que produce plusvaHa ) .
currencia, s,e interiorizan como móviles por los capitalistas..
. Si un capital tiene una composición orgánica inferior a la composición
En el libro 1 este prÓblema sólo podía ser planteado incidentalmente.
En el libro 111, por el contrario, el análisis de la naturaleza íntima de El media, o sea, si la parte de capital constante es en él inferior a la medi111
Capital llega al punto en' que Marx puede, sin hacer el análisis de la con­ . cuota de ganancia aumentará (va augmenter) y viceversa.
la
currencia en sí, plantear su fundamento: la determinación de la relación En una situación de libre concurrencia, se produce .una afluencin do
entr� movimiento real · y ' movimiento aparente. capitales hacia las esferas donde la cuota de ganancia es superior a la mcdin.
2) El análisis de las razones de compensación forma parte del estudio Esta afluencia de capitales provoca en estas esferas un incremento de In
de · la igualación ·de las cuotas. de ganancia por la concurrencia. Su com­ oferta en relación a la demanda y -a la inversa· en las esferas de donde 80
prensión exige recordar en líneas generales el paso de la plusvalía a la ga­ retiraron los capitales. Se establece así un equilibrio:
nancia y el establecimiento de una cuota media de ganancia.
«Mediante este vaivén constante, por el modo como se reparte entre
las diferentes esferas según que la cuota de ganancia baje aqul Y
1) Piusvalía y ganancia
aumente allá, el capital da lugar a una relación entre la oferta y 11\
·

Partamos de la fórmula: C ( capital constante) + V ( capital va­ demanda que trae consigo la igualdad de la ganancia media en las dife­
riable) + pl (plusvalía) con la cual se expresa el valor de las mercancías. rentes esferas de la producción y de ahí la transformación de los
. � � valores en precios de producción».9 T. VI, p. 21 O.
La cuota de plusvalía
. es : -'-. Esta fórmula - expresa lo que Marx llama
V V
la relación · conce·ptual. En. efecto, expresa el origen de la plusvalía, como �
En c nsecuencia, los capitáles de la misma magnitud arrojarán ganancias
relación entre el trabajo nb pagado y el trabajo pagado. iguales, independientemente de su composición orgánica. La ley del valor

La plusvalía no aparece al nivel de los fenómenos concretos del proceso se halla así invertida, o, más exactamente, se realiza bajo la forma de su
?e conjunto de El Capital. Lo que aparece es una forma de aparición de la contrario. Pero esta determinación por la ley del valor sólo es conocida
plusvalía : la ganancia. Como toda forma de aparición, la gánancia es por la ciencia. Las formas de la concurrencia en que ella se realiza la disi-
al mismo tiempo una forma de disimulación. En efecto, en ella ya no se
9 El precio de producción de la mercancía es igual a su costo de producción
más un porcentaje de ganancia calculado conforme a la cuota: general de ga•
considera la relación concéptual entre la plusvalía y el capital variable, sirro
la relación no-conceptu�l ( begrifflose) entre la plusvalía y el capital total, nanda. Esta representa la relación de la masa total de plusvalía arrancada por la
clase capitalista al capital total que ella ha adela.ntado. Hay que tener en cu e?ta,
relación donde desaparece la diferencia entre los elementos componentes, en efecto, que la plusvalía es producida po� el conjunto de la clase c'.'pitahsta,
_
do'Ó.de se borra; según Marx, «el origen de la plusvalía y el misterio de Los movimientos de la concurrencia que eqmhbran las cuotas de ganancia ' e� · las
diferentes esferas tienen por término final la realización de este « comulllsmo ,
su existencia». capitalista» .
.... ,
.

,J ACQU!il l\ANC1 turn


1JI m, cnNC11U1'1'11 1 1t1 cnh'u :A

mul1111 . 1".Nto CN In q u o Marx dem ue.� tra en el texto sob re las ra;•toncs de
Podemos completar este cuadro co11 cierto' rili mero de términos eq1.ti.!.
com pe11Nal·i{m.
valen tes. El nivel de la fertigc Gostalt es también el de la conexióh de
la con c urrencia no mwestra, es la determinación del valor
« l ,o q 1 1 c las cosas, del movimie11to aparente y de la re·alidad (W1rklichkeit ) . E{ nivel
que domina el movimiento de la producción, son los valores que se de la Kerngestalt es el de la con exión interna y de� movimiento real,
disimulan tras los precios de producción y, en última instancia, los . .
Este cuadro nos permite en primer lugar precisar el concepto de ciencia.
determinan». T. VI, p. 222. Para esto, recordemos el texto que definía la econ�mía clásica como ci�ncia.
En cambio, la C011Currcn'c ia muestra tres fenómenos que van conrra
«L a economía clásica trata de reducir (zurück�f:ühren ) por anális}f
lia ley del valor : las diferentes formas de la riqueza, formas fijas y ajenas entre sí, ·a
)
1 ) la existencia de ganancias medias independientes de la composición 1 •' • ¡

su unidad interior (innere Einheit) y de despoj arlas de la figura


, ·

org�11k:1 d el capital en las diversas esferas de producción, y por tanto de


. , , . ·e�
, .
que se mantienen unas al lado de otras de manera Índif�rente.
lii ma�a de trabajo vivo que un capital se apropia en una esfera determinada
La economía clásica quiere compre�der ( begreifen) la conexipn
, 2 ) el alza y la baja de los precios de producción a consecuencia de una
intern a separándola de la diversidad (Mannigfaltigkeit) de las f�r�a�
modificación de los salarios.
de manifestación (Erscheinungsformen) ».
3 ) b gravitación de los precios comerciales alrededor de un precio
de pt'oducción comercial diferente del valor comercial. Habí amos observado que la dimensión de fa ciencia ' se hallaba irisrau�
«Todos estos fenómenos parecen contradecir tanto la determi­ rada en este proyecto de la economí a clásica por el' establecimiento de una
nación del valor por el tiempo de trabajo como a la naturaleza de dife�encia cuyo concepto no estaba pensado. Tratemos de ver más de cerd
la plusvalía, consistente en trabajo no pagado. Así, pues, en la con­ por qué no lo estaba, examinando el sistema de los térn:iinos que defibé
rnrrencia todo aparece al revés. La forma acabada ( fertige gestalt) en nuestro texto la operación del begreifen, la figura del Begriff. ' ''
de las relaciones económicas, tal como se presenta a la superficie en
zurückfuhren Mannigfaltigkeit
su existt.ncia real, y por tanto también en las representaciones me�
Einheit Ers�heinungsformen
diante las cuales los soportes y los agentes de dichas relaciones tratan
de explicárselas, es muy diferente y de hecho es hasta la inversa, la Se trata de reducir a la unidad la diversidad de formas fenoménié�s;
opuesta de su forma nuclear (Kerngestalt) interna, esencial, pero lo cual define un proyecto de estilo kantiano. Utilizando este vocabul'ario
oculta, y del concepto (Beg�iff) que le corresponde». p. 2 2 3 . kantiano, Marx designa cierto tipo de relación entré la ciencia y su objeto
Tenemos en este texto los elementos d e una teorí a: de investigación, que él caracteriza en las Teorías sobre la plusvalía como
-de la estructura del proceso abstracción formal, falsa abstracción, abstracción insuficiente.
-del lugar del sujeto en esa estructura Ateniéndose a una relación exterior entre la un!dad interna y la d'iver.:
-de la posibilidad del. discurso ideológico y de su diferencia de la ciencia. sidad de las Erscheinungsformen; este tipo de abstracción' carece del de�
Situemos en un cuadro general los términos que están en presencia: sarrollo de forma que permite a la Kerngestalt realizarse en la fertige ges ialt
que la contradice, que hace del movimiénto aparente un:a función del mo­
Verkehrung
vimiento real. Esto se debe a que no han sido pensadas las cohdicione's
(inversión )
de posibilidad de esta imidad, a que el motor del> sistema no ha sido déscuJ
fertige Gestalt Kerngestalt
bierto. Habiendo pensado esas condiciones de posibilidad, Marx podrá for..J
Superficie interna
mular el concepto de la diferencia c6nstitutiV:a · de' la ciencia., : asignar !ir
Existencia real esencial función exacta de la ciencia. Si en el desarroll@ de las formas ·del proceso;'
1 1 la esencia interna, la forma nuclear desaparece, di<sin1úlada e ' invertida ' ene
Soportes Representaciones Begriff
sus formas desarrolladas, si se convierte en el elemento invisible (como
Agentes --.- ( Vorstellungen )
la plusvalía en la forma de ganancia) , la dencia estái fundamentada •c'dmbi
erklaren
ciencia de ese invisible, reducción del movimiento l\Tisible -al· moviroiélnt�
J i\ C :()U Jl,S llANClt\l\ H 141

.invisible. ·Eritonces es posible reemplazar la primera definición de la ciencia do11dc cNtos diHcm·aos B C lrnccn, a l lug1u: donde N l.I l'jc:n:cn líl N r11/irt111111•l11d1mt11
.por esta nueva definición, que parecerá tal vez, al principio, tan esquématica ( Vontcllungcn) del sujeto .
rero la cual se podrá explicar rigurosamente:
b. Fund6n de la siebjctividad
«Es hacer labor científica reducir el movimiento visible, el movi­
El sujeto, el agente de la producción, se define aquí y en algunos otrm
miento simplemente aparente a movimiento real interno». T. VI, p. 3 22.
textos como un soporte (Trager) .
. Esta reducción del movimiento aparente no es de hecho otra cosa que Este concepto es capital. Ya hemos visto a Marx utilizarlo parn definir
la presentación del movimiento real. Por eso el termino designa la actividad los objetos económicos. El que este concepto sirva a la vez para definir el
�ientífica en nuestro texto, es del Begriff, Se trata del embargo del movi­ sujeto y el objeto demuestra bien el desplazamiento de conceptos que hA
'miento por el cual se manifiesta la determinación interna del proceso. tenido lugar. En los Manuscritos, el par central era sujeto/objeto ( o pel'son11/
. . No es inútil situar estos conceptos de Begriff y begreifen en relación cosa) . Las relaciones que definen la realidad económica se mantenían en
�on los Manuscritos. La operación del begreifen designaba allí la traducción la esfera determinada por ese par sujeto/objeto: acción del sujeto sobl'c el ob·
�n· ún discurso antropológico de referencia. A partir de ahí se podían en­ jeto, inversión de la relación sujeto/objeto, reconocimiento del sujeto en el
contrar de nuevo todas las c;tegorías de l a economía política como expre­ objeto. En El Capital es la posición de excentricidad de las relacione s 11 0
�iones del mismo concepto. ( el trabajo alienado) . Cada una de ellas no era producción lo que determina el lugar del sujeto y del objeto. El par sujeto/
más que una «expresión determinada y desarrollada» de estas «primeras objeto ya no es más que la matriz que determina la constitución del campo
bases» que constituían para Marx el trabajo alienado y la propiedad privada. de la realidad económica. El sujeto sólo es el soporte de las relaciones de
É,l gaba .como ejemplos de estas categorías que se podían desarrollar así : producción constitutivas de. la objetividad económica.
el tráfico, la concurrencia, el capital, el dinero. Nos encontramos con la siguiente serie de transformaciones :
Tenem.os en esta «expresión determinada y desarrollada» una formu­
Sujet�agente de la producción ( soporte)
lación muy próxima de las de El Capital. Pero lo que ella designa, de hecho,
es una ;·elación simple entre la esencia ( antropológica) y el fenómeno que Acto-7Proceso
�· su ·expresión particularizada. El begreifen establece una simple diferencia Objet�cosa sensible-suprasensible ( soporte)
�e nivel entre una esencia y los fenómenos que están todos en �l mismo
¡:iivel, .expresiones de la esencia con iguales t ítulos, Lo que no está en la enu­ En la primera figura el sujeto es el motor, en la segunda son las rehl·
perafión de las categorías ( tráfico, concurrencia, capital, dinero) ni de., ciones de producción.
sarrollado ni determinado, es precisamente la diferencia de nivel entre dinero Podemos medir la distancia entre la teoría de la subjetividad en El Ca­
y. capital, entre movimiento del capital y movimiento de la concurrencia, pital y la teoría de la subjetividad del joven Marx refiriéndonos al esquema
es la articulación de estas categorías en el sistema de la producción capi­ del Manuscrito de 1 8 4 3 (ver la II Parte Preliminar ) . Vemos la distancia que,
talista. en este esquema, separa al sujeto real, substancial que Marx define como .
En El Capital, el begreifen consiste por el contrario en el establecimiento Y7roKeL/M:yoy del sujeto místico, del soporte de la idea autónoma que es h1

�e estas categorías, en el embargo del movimiento de las formas en las cua­ Idea mística" Aquí el sujeto substancial está en lugar del soporte. El con­
les se efectúa el proceso de producción capitalista. El trabajo conceptual cepto de soporte que designaba uno de los términos d e la operación espe­
embarga la articulación de las formas en cuanto que se apodera de lo que culativa mediante la cual se confirmaba la separación entre el sujeto y
�etermina su articulación, a saber, las relaciones sociales. Así, la relación su esencia, sirve aquí para situar la determinación del sujeto en el proceso
fOnceptual de la cuotá de plusvalía permit,e captar la relación social disi­ real. Mediante un doble movimiento, Marx vuelve a cerrar la es'tructura
.t:nulada por · la relación conceptual de la cuota de ganancia. de la especulación desplegando la estructura del proceso donde el sujeto
Mediante esta toma conceptual, la ciencia puede embargar la articulación (lncuentra su lugar. '
de la estructura. Por eso mismo, puede ofrecer las condiciones de posibilidad Por una parte, el sujeto pierde el espesor substancial que hacía de él
<le los discursos que pueden hacerse sobre ella determinando el lugar desde el principio constitutivo de toda objetividad, de toda substancialidád, con- .
� ""'''....,... . j. - ..... .. ,. 'Tf!"r�'

fH' CONt:tt1'1'0 na rnd'l'IClA 10


142 .JACQU119 l\ANcrlm1t
V camo• c(11110 ni.:t{111 cito •i1to1ull 011 ol ciuo 1lv 1111 rn'lonc• do �·nmpon•
servando sólo la tem1e realidad de un soporte. Por la otra, si la especula­ saci611.
ción y la mistificación, como ya hemos mostrado, lejos de ser el resultado de
«Cuando la producción cnpitalista ha a l c a nz a do cierto gríldo do
una transformación operada a partir de l a WirklJchkeit mediante cierto dis-
desarrollo, la igualación entre bs diferentes cuotas de gammcia de 1"1
. . curso, caracterizan al modo según el cual la estructura del proceso · se presenta
esferas individuales y el establecimiento consecutivo de una cuotí\ me•
en la Wirklichkeit, entonces es en el ser mistificado donde reside el contenido
dia de ganancia ya no se realizan en absoluto por el simple juego do
esencial de la función de suj eto.
atracción y repulsión en el curso del cual los precios comerciales atncn
Podemos observar una transformación del mismo orden si consideramos 0 rechazan el capital. Después que los precios medios y los prcdos co·
el segundo concepto que determina esta . función del sujeto: es el concepto merciales correspondientes se han consolidado durante cierto tiempo, 101
de personificación, que también tiene su correspondiente en el modelo del capitalistas individuales toman ccmciencia de que en el curso de CltA
Manuscrito de 1 84 3. El capitalista y el obrero se ven determinados como uniformación se compensan ciertas diferencias, y ellos no tardan en Ín•
personificaciones de las relaciones de producción que constituyen el capital cluirlas en sus cuentas recíprocas. En la representaci611 de los capÍtll•
y el trabajo asalariado. Así, Marx escribe lo siguiente, en un texto tanto listas, esas diferencias existen y ellos las introducen en sus cálculo& 1\
más interesante cuanto que volvemo s a enc·ontrar en él la problemática del título de razones de compensación.
gozo . y del cálculo fundamentada sobre una nueva base: La idea fundamental de esa compensación es la ganancia media, la
idea de que los capitales de igual magnitud deben necesariamente pro·
«El capitalista sólo tiene valor histórico , derecho histórico a la vida curar ganancias iguales en períodos de tiempo idénticos». p. 223.
y razón de s�r social, en cuanto actúa como capital personificado. Sola­ L a ilusión del sujeto c apitalista puede descomponerse e n dos elemcntOll
mente en calidad de tal, aparece la necesidad transitoria de su propia
1 ) el capitalista interioriza como móviles de sus acciones los fenómenos
existencia implicada en la necesidad transitoria del modo de produc�ión
del movimiento aparente a través de los cuales se realiza la ley del movimiento
capitalista. La finalidad determinante de su actividad no es, pues, ni el
real que él ignora. Así, las razones de compensación no son sino el fenómeno
valor de uso ni el gozo, sino el valor de c ambio y el continuo acrecenta-
. de la igualación de la cuota de ganancia por la concurrencia interiorizada
miento de éste.
por el capitalista como móvil determinante de su cálculo.
El desarrolio de la producción capitalista necesita un aumento con­
tinuo del capital invertido en una empresa, y la concurrencia impone «En esta representación se basa el cálculo del capitalista que se atri�
las leyes inmanentes de la producción capitalista como. leyes coercitivas buye, todo eso, resarciéndose por un alza de precios, la ganancia quo
·
externas a cada capitalista individual». T. III, p. 3 2. pierde, por ejemplo, del hecho de que un capital efectúe su rotación con
mayor lentitud, sea porque el · proceso de producción de la mercanc ía
El agente de la producción s e define a s í como personificación o soporte
e s más largo, sea porque deba venderse e n mercados lejanos». p. 2 2 3 .
de las relaciones de producción. Interviene aquí no como sujeto constituyente
sino como sujeto percibiente, que trata de explicarse las relacíones económicas 2 ) Partiendo de ahí, e l capitalismo s e imagina que son las razones de
que él percibe. El verbo erkliiren, que en el joven Marx expresaba la actividad compensación las que determinan la existencia. de la ganancia, cuando aquéllas
crítica, designa aquí la manera necesariamente mistificada cuyo sujeto ca­ no expresan sino la repartición, en función de la importancia de los. c apitales

pitalista trata de explicarse la estructura en que se encuentra preso (befan­ individuales, de la masa de ganancia constituida por la totalidad del exceso

g en ) . Sus representaciones no son, en efecto, según Marx, sino «la expresión ae trabajo explotado en el conjunto de las diferentes esferas.:
consciente del movimiento aparente». Sus. instrumentos de conocimiento son
«El capitalista olvida solamente, o, más bien, no ve, porque la.
la intuición y, sobre todo, la experiencia, ligada a la regularidad del movi­
concurrencia no se lo muestra, que todas estas razones de compensación
miento aparente, a las formas estables de la fertige Gestalt. La experiencia que los capitalistas ponen en juego cuando hacen el cálculo recíproco
enseña ciertas relaciones regulares, por ejemplo, una relación entre los salarios:
de los precios de las mercancías en las diferentes ramas de producción,
y los precios de las mercancías, de d0nde se saca la conclusión de que el se reducen simplemente al hecho de que todos ellos tienen, en propor-
alza de los sahrios hace subir los precios.
1 44 ,J At:Qu 11� l\ A Nc:1lmu JH, CtlNClW'l'll IUl cllfrlt:A

ción a su capitnl, un derecho igunl sobre el boti11 comlin t1uc es la plus­ « l,a t•x/wrJc•11t'/a en el phmo da lit
toorl", 111 1·1/loilo 1'11./r1·1•.wdo e n �1
valía total. Como la gannncia embolsadn difiere de la plusvnlia que plano de la práctica, mucscrnn que loN prcdoN
de l:1N morc:111,c lLU llNtAn
ellos han arrancado, les parece que no es que las razones de compensa­ l
determinados por el salario, el interés y a renta, por el precio del tl'&t·
ción sirvan para igualar la participación en el conjunto de la plus­ bajo, del capital y de la tierra, y que estos elementos del precio cNCll·
valía, sino que son ellas las que crean la ganancia misma, porque creen blecen efectivamente los precios reguladores». T. V l ll, P• 249 .
que la ganancia procede sencillamente de un aumento, cualquiera que
3 ) Finalmente, podemos determinar en el concepto de cálculo el
sea el motivo, del costo de producción de la mercancía». p. 224.
desplazamiento que ha producido en relación a los Mannscritu.1. En lo•
Podemos desprender de este análisis tres elementos importantes:
Manuscritos, la teoría del cálculo era el índice de la inversión por In cwll
1 ) Vemos que a.l nivel de la conciencia del agente de la producción la decisión de la subjetividad capitalista se volvía contra él. El capitaliscn, d
hay
percepción del movimiento aparente y confirmación de
la inversión que lo calcular para sí, servía de agente de negocios, no al espíritu universal h�­
constituye. geliano, sino al desarrollo de la esencia humana. Aquí el cálculo del c11pl·
En el movimiento real, la ganancia se basa en la plusva talista se coloca al nivel del movimiento aparente de la estructura. El cn¡>i·
lía, o sea, en
el trabajo no pagado. La masa total del trabajo explota talista cree que su cálculo determina el movimiento del valor, cuando an
do en exceso es lo que
determina la masa de la plusvalia, . lo que determina realidad es determinado por él mismo. La teoría del cálculo capitalistQ 01
por tanto los límites
dentro de los cuales puede realizarse la repartición una teoría de la ilusión necesaria al capitalista para poder ocupar su lug1tr
de la ga'nancia. La ley del
valor-trabajo juega así para el conjunto de la produ de agente de la producción, de soporte de la relación capitalista.
cción el papel de ley
reguladora. La categor ía de ganancia no concierne a la Volvemos a encontrar aquí el mecanismo de la· apariencia (Schein) como
producción de la
plusvalía sino. a su repartición. El movimiento aparente desnivel entre la constitución de las formas y su percepción-. El sujeto

':"1il..1
hace aparecer. a ese
movimiento de repartición de la plusva lía como constit capitalista, en tanto que sujeto percibiente, toma conciencia de cicrt&tl
'"
utivo de la plusvalía.
¡! :1 La subjetividad capitalista que interioriza estos fenómenos relaciones representadas por el movimiento aparente. Cuando ha hecho de
a título de razones
t'
¡11i ellas los móviles de su acción, se considera como un sujeto constituycnco.

l'i
de compensación puede entonces hacer pasar sus móvile
s por constituye'ntes.
Cree encontrar en los Erscheinungen los resultados de su actividad constl·
2) Vemos al mismo tiempo lo que representan las
I' ( Vorstellungen) del agente de la producción. Son las
representaciones �
tuyente. En este modo de situarse el sujeto como const tuy�nte, nosotro1
1�1 categorías de su prác­ vemos acabada la mistificación que hemos llamado const1tut1va de su ser.
1'
tica. El capitalista no tiene ningún interés en preocu
parse por la estructura
interna del progreso. Las categorías que él necesi Otro ejemplo nos ' lo ofrece la baja de la cuota de ganancia, que Um•
ta son las que expresan las
formas del movimiento aparente, en las cuales él bién es tomada por una operación determinada por la voluntad del
vive su práctica y ejerce capitalista.
su cálculo. Las categorías constitutivas del proces
o son para él, en cierto modo,
las rúbricas de su libro de cuentas. «Un fenómeno resultante de la naturaleza del modo de producción
Así, el sistema de las ilusiones capitalistas se expresa en una teoría capitalista es el hecho de que, cuando la prod�ctividad del trabajo
de
las dimensiones. La determinación del valor de las mercancías por el tiempo aumenta, disminuye el precio de cada mercancía por separado o el
de de una cantidad dada de mercancías, aumenta el número de mercan­
trabajo es algo que ocurre a espaldas del capitalist a; la plusvalía no entra
cías, disminuyen la masa de ganancia por mercancía Y la cuota de
en su libro de cuentas. Para su cálculo el capitalista necesita dimension
es ganancia en relación a la suma de las mercáncías, mientras que crece la
reguladoras dadas, y las encuentra en aquellas que determinan
la repartición masa de ganancia, calculada sobre la suma total de mercanc ías; estos
del valor producido; el salario, la ganancia y la renta. En la superfic
ie de fenómenos sólo se presentan en la superficie de la manera siguiente :
la producción capitalista, y por tanto en la experiencia del capitalis
ta, esas baja de la masa de ganancia por mercancía individual, baja del pre­
dimensiones aparecen como elementos constituyentes del valor
de la mer­ cio de ésta, incremento de la masa de ganancia calculada sobre el
cancía. Así el capitalista las incluye en su cálculo como dimensio
nes cons­ número total, en aumento, de mercancías que procluce el capital total
titutivas del valor. de la sociedad o también el capitalista individual. De estos hechos sa
' "''""W"'n''"'

.1 A<:QUJll l\ANC:lfillft
1\1, t:ONCtl L''l'U UU t:ttf'l'ICA
deduce la idea de que el capita lista reduc e,
por puro plrtcc r, la parte
de ganancia por cada merc ancía , pero se
resarce produciendo mayor En el t ci·cllr Manusr·rJlo, 111 lll'Onotn l l\ poli tic11 como ." ' di•l�uno
cantidad de mercancía s». T. VI, p. 243
. de la subjetiv idad capitalista. Aqul cNtíl func'.émrcl�nc en UI\ d1N.CUl'N<> 1�11r·
Vemos aquí de nuevo a plena luz la relació ticular: el de la economia vulgar. I.a ccono111 1 a cl:ís1ca, en cnmlno, H c hnl111
n entre los tres términos: situada en el terreno de f a ciencia, y es en e s e terreno donde se CNtnblcco
tendencia inmanentes del capital, movimiento
aparente y conciencia del l a diferencia entre ella y el discurso científico de Marx.
capitalista.

«La disminución de la cuota


de ganai;icia aparece aquí como una con­ c. Valar y precio de producción - Vitelta al problema de la1 abstracdó1'
secuencia del aumento del capital y
,del cálculo de los capitalistas,
Ahora disponemos de los medios para precisar esta dif erenc ia . I:o h11-
corolario de ese aumento, según el cual la masa
de ganancia que ellos remos en referencia a un problema que ha dado lugar a una ampl11i di•·
embolsarían sería más elevada con una
cuota de ganancia menor». cusión: la relación entre valor y precio de producción.
p. 2 3 8 .
Recordemos la definición de precio de producción:
Así, e l lugar de los agentes de l a producción
en el proceso determina «El precio de producción de 1 a mercanc1a es 1gua1 a s u cos to do
' ·

las representaciones necesarias de su práctica ,


como simples expresiones del producción más un porcentaje de ganancia calculado de co�for1111dnd
movimiento aparente del capital y por tanto
como representaciones total­ con la cuota general de ganancia. Dicho de otro modo, es 1gunl 11 •U
mente invertidas en relación a su movimient
o real. Así se explica y fun­ costo de producción más la ganancia media». T. VI, P• 1 74.
damenta el concepto de inversión (Verk
ehrung) utilizado a partir de La
Ideol ogía Alemana para definir la
ideología, pero que perman�cí a infun �
En el precio de producción se encuentra realizada esa inv rsión que 0Yl1.
­ .
dado debido a que Marx no estab lecía la
diferencia entre la Kerngestalt y' la �
hemos examinado : capiules iguales arrojan cuotas de anancia iguales m ·
fertige Gestalt. En la Ideol ogía Alem dependientemente de la composición orgánica del capital, lo cual parece
ana, pues, Marx seguía prisionero de un
concepto ideológico de la Wirklichkeit. contradecir la teoría del valor.
Para él, la ciencia se situaba al
nivel de la Wirklichkeit. Se trataba de estud
iar, decía él, la realidad como · '

hombre corriente. Como él no pensaba eri «L a trans formac1on de los valores en precios de producción parece
la diferencia entre la realidad y
el movimiento real, la inversión apare cía destruir la base misma del sistema: la determinación del valor de 1111
como simple función de una sub­
jetividad, -la explicación de esto era la carac mercancías por el tiempo de trabajo que contienen». Hist. Doc. Et·.
terización de esa subjetividad
como pequeñoburguesa. Stirner o Baue VIII, p. 1 64.
r eran pequeñoburguesas y era la
esencia de la subjetividad pequeñoburgu . · '
esa, incapaz de ver la realidad de Esta contra d 1cc10n h a dado lugar' desde la publicación del libro . lII,
reflejarla invertida.
a discusiones cuyo eco encontramos en el complemento de En el �
al libro
Aquí la inversión se halla fund amentada , �
en la estructura misma del III. Más recientemente, encontramos problematizada esa contrad1cc1ón en un
.
proceso. De igual modo se halla establecida la
diferencia entre este concepto art'iculo del economista italiano Pietrariera titulado: La struttura logic"' d11l
y el concepto de Verkehrung que para el joven
Marx caracterizaba la ope­ Capitale10. Pietranera trata de dar una explicacion ' � :� �
fund a en d en 101
ración especulativa.
conceptos ade 1 antad os p or Della Volpe para definir la c1ent1f1c1dad del
El lugar así definido de los agentes de la marxismo.
producción determina al
i( mism o tiempo el lugar de donde parte cierto , . . . .
1 ! discurso sobre la economía: el El cnt1ca primeramente un tipo de ' exp r1cación que se basa en una.
discurso de la , economía vulgar. , .
analogía con la física. Según, esta explicación, la ley del valo�-traba¡o es
«La economía vulgar no hace en realida otra una ley teórica, válida para un espacio vacío. Pero e� la realidad de loe
d cosa que traducir en
el plano doctrinal y .sistematizar las repres fenómenos económicos se trata de un espacio lleno. Debido a : sto se prodilCC
entaciones de los agentes de
la producción tomados de las relaciones
de producción burguesa y ha­
cierto número de fenómenos accidentales, perturbadores, analogos fenó· �,
cer su apologí a». T. , VIII, p. 196. menos de rozamiento. La diferencia entre valor y precio de producc10n CX•
--
10 Societa, 1955.
1 48 ,l l\C(JlJHS 1\ 1\ N Clllllll JU, C :ONt :lil"l'O llft CIÜl'lt:I\ 10

presaria entonces la diferencia entre una ley que opera en el vacío y una d11trrmi n 11 d 11 qua
difcrent cM. F.I prc:cio de producd é>n t'N, p 11eN, h t 11hNL rUl'CÍC111
ley que opera en el espacio lleno.
correspon d e a l a etapa de des11rro llu l'Oll N L i tuilhl por el C>tpit�li
smo dc:I Mi·

X IX.
Para Pietranera esta oposición vacío/lleno remite a una teoría glo
de la
abstracción que no es marxista. A ella opone él la teoría de la abstracción
Partiendo de aquí, Pietranera pone en acción una de las tesis
eNencin lc1
�eterminada, es decir, de la abstracción que representa una etapa de desarrollo
la cual la cientifi cidad del marxism o se carnc
.
lcr1:1.ll
de Della Volpe, según
histórico determinada.
por el establecimiento de un orden lógico de las categorías i vcrso �
del tmlcn
Esta tesis se basa en un pa,s a¡e c é le b re do 11
É] apoya su interpretación en los trozos siguientes : cronológico de su aparición.
Introducción general donde Marx dice:
1 ) Un texto del libro III ( tomo VI, p. 19 3 ) :
«el intercambio de las mercancías por su valor o aproximadamente, «Sería imposible y erróneo colocar las categorías económ ic as en al ,

requiere un grado de desarrollo menor que el intercambio a los pre­ orden en que han sido históricamente determinantes. Por el contrimo,
cios de producción, el cual requiere un nivel determinado de desarrollo st� orden está determinado por las relaciones que existen e n tre cl1�1
capitalista». en la sociedad burguesa moderna, y es precisamente el inverso de lo
que parece ser su orden natural o de lo que parece correspo nder ll su
2) El complemento de Engels al li�ro 111 donde responde a las ob­
orden de sucesión en el curso de la evolución histórica». ContrJbu .•

jeciones e interpretaciones diversas suscitadas por este problema. En ese


ción , p. 1 7 1 .
. . .

texto, Engels quiere refutar la opinión según la cual la ley del valor no
sería más que una «ficción teórica o una abstracción que no corresponde Este texto remite a l a teoría de la Grundform (forma fundam
ental ) ,
a nada real», y sobre esto escribe:
y lo esclarece el párrafo precedente en el que Marx declara:
«La ley del valor de Marx es válida en general, tanto oomo pueden «En todas las formas de soc1e · d ad , es una producc10n · ' determitr ndll
serlo las leyes económicas, para todo el · período de la producción sim­
y las relaciones engendradas por ella lo que asigna su lugar Y Stl im·
ple de mercancías, y por lo tanto hasta el momento en que esta última a las re laciones engendrad1u
portancia a todas las demás producciones y
sufre una modificación por la llegada del modo de producción capi­
por éstas». p. 1 70.
talista.
ental es la
. . . La ley del valor de Marx es, pues, válida económicamente en ge­ En el modo de producción capitalista, la forma fundam
aparición . Lcis
neral para un período que va desde el comienzo del intercambio que forma del capital industrial. Ésta es la última en el orden de
antiguas. Ellíls
transforma los productos en mercancías hasta el siglo XV de nuestra formas del capital comercial y del capital financiero son más
del capital industri al. Pero, a me·
era». T. VI, p. 3 5 . son las que permitieron el nacimiento
fundame ntal del modo
dida que el capital industrial se convierté en forma
entes y' hace
Si el comentario de Engels es justo, llegamos al resultado totalmente de producción capitalista, va sometiendo a esas .formas preexist
sorprendente de que la ley del valor-trabajo era válida antes del capitalismo, de ellas formas particulares de su proceso.
pero cesa de serlo con el desarrollo del modo de producción capitalista. En Así el capital industrial, dice Marx, tiene una manera particular de
el seno del capitalismo desarrollado, la categoría dominante ya no sería el
someter al capital portador de interés. Consiste en la creación de una form:i
valor sino el precio de producción. por­
propia, que es el sistema de crédito. En la forma de crédito, el capi.tal
al
Pietranera toma por base esta interpretación de Engels. Para él, el valor tador de interés aparece como una simple forma particular subordmada
es una abstracción determinada correspondiente a una etapa de desarrollo c_apital industrial.
anterior. El precio de producción, pot su parte, presupone la existencia de Éste es el esquema que Pietranera utiliza para la relación valor/precio
la cuota de ganancia media, presupone la existencia de diferentes ramas de de producción, sin tener en cuenta el nivel donde se sitúan estas categorías.
la industria caracterizadas por la diferente composición técnica de sus � a­ Él establece entre valor y precio de producción la misma relación que
pitales, y por ló tanto, por composiciones orgánicas y cuotas de ganancia .
Marx establecía entre capital portador de interés y capital industrial
HO fü, C:UN C�P'l'U l>M Cl\f11CA. 1'1
.1 ACQUI!S l\ANc:1turn

Tengamos, en efecto, una secuencia cronológica ¡05 fenómeno", NC rc¡¡\ [1,¡¡ 111 ley do 1¡¡ oHnd11 1 lo qu11
dcLllrmina 111 pl'oduccUin
:
precio comercial - valor --"'" precio de produ CN 11\ le � del Vl\lur.
de la p l u N v a l í a , pa i'll el c on j u n t o do 1� d.uc l':1piL�l i11 L¡¡1
cción - (precio de
monopolio) Ganancia y precio d e prod ucción son c:1LcHori aN que BÓlo co11c:cr1.1cn 1\ , lil
o, lo que es otro modo de expresarlo: repartición de Ja plu s va l \ a entre los miembros de fo c l ase c;1pm1liNtll. Son
,, , ¡
; , ¡' exceso - plusv alía - ganancia - (renta las formas que toman fa plusvalía y e l valor al nivel del p1·oca10
del monopolio) .
,:1i Invirtiendo esta secuencia ( orden de aparic
de conjunto.
Lo que Pietranera no alcanza es la diferencia radical que pcrnnto 11
ión histórica de las catego­ ,
rías) , se obtendrá el orden teórico de su subor
pitalista. Cada categ oría se subordina históricame
dinación en la sociedad ca­ Marx explicar lo que era inexplicable en . la econ.omia clásica, a c¡¡Lllll Ju
una 'teoría insuficiente de la abstracción: la relac10n que ti. ene n el v11lor Y
nte a la categoría prece­ ,
dente y permite comprenderla teóricamente. En
la época en que Marx es­ la plusvalía con sus formas modificadas. Los economistas clásicoa se oncul ·
cribe, la categoría dominante es la de precio �
1 :1 .¡
de producción. La catego ría traban ante el problema siguiente : ¿ cómo conciliar la ley del vnlo1·-m1b11¡0
de valor, categ oría dominante en las etapa s anteri
ores, está ahora subordi­ y 1os f enomenos
' de 1 a producción burguesa que niegan esa ley ? V ea1nu1 01,
11
nada a aquélla teórica e históricamente. Tamb
ién aquí llegamos a un re­ '
· 1ar como, s egún Marx, se planteaba
particu . el problema para Ad am Smlt 1l l
!,
. •
sultado muy sorprendente y difícilmente conci
liable con la teoría de las
¡! formas de maní/estación. «Es indudable que Adam Smith determina el valor de la m � rcAn� 11\
:j,
¿ Por qué es ilegítima la aplicación que se hace por el tiempo de trabajo que contiene, pero él rel.cga a co11t11�utlc16n
aquí del texto de la
Introducción gener al? Porque en el prime la realidad de esa determinación del valor a los tiempos antcnorc1 1\
r caso se trata de una reladón
entre formas de existencia del valor.
El capital industrial, forma de exis­ él. Dicho de otro modo, lo que le parece verdadero desde el punto Jo
tencia fundamental del valor en el modo de produ vista de la simple mercancía se vuelve oscuro para él desde �uc ll\
cción capitalista, hace del
capital comercial y del capital portador de interé mercancía es substituida por las formas más elevadas y comple¡:i1 do
s, formas de existencia 'del
valor subordinadas a aquél. En el segun
do caso ( relación valor/precio de capital , trabai· 0 asalariado, renta de la · tierra, etc . . . Esto es lo qui
,
producción) se trata de una relación entre el
valor y sus formas de exis­ él expresa al decir que el valor de las mercancias se med'i a por a1
tencia, una relación entre la Kerngestalt, la tiempo de trabajo que contenían en el paraíso perd!dº de la burg �cs!A,
estructura nuclear del proceso .
y sus fo.rmas más desarrolladas, más concretas. donde los hombres se enfrentaban no como capitalistas, asal:im1do1,
La ganancia no representa
1 , usureros ' etc
· ·

una forma alterada en relación a la plusva lía. Tamp propietanos de tºerras sino sólo como simples produc-
· · ·
oco representa la forma
dominante que suced ería a la plusv alía. No es tores de mercancías y simples cambiadores de mercancias». , Contn'b'U•
más que una forma de ma­
nifest ación de ella. ción . . . , p. 3 5 -6.
Valor y plusvalía son los motores del sistema. Pero,
en cuanto tales, Recordemos ahora lo que decía Engels : que la ley del valor de M11rx
son el elemento oculto del sistema. era válida «para todo el p�ríodo de la producción simple de mercanda.s'i.
«La plusvalía y la cuota de plusvalía son, relativ antes de la modificación aportada por «la llegada del modo de prod uc c.i6n
amente, el ele­ · capitalista». Ahora bien, ésa es la ' concepción que Marx reprocha a Si� 1th.
mento invisible y el punto esencial que hay que
Engels y Pietranera quieren; en suma, disculpar a Mar� del pecado rJCtlr­
elucidar, mientras que
la cuota de ganancia y por tanto la plusva lía
En cuanto 11
bajo su forma de ga­ .
, d� Sm1th.
nancia son los fenómenos que aparecen en la superf diano de abstracción haciéndole endosar la teona
icie». T. VI, p. 6 l .
Marx, no nos deja la menor duda sobre su propia teoría.
D e igual modo, Marx dice que el precio de producción
del valor de la mercancí a completamente exteriorizada
e s «una forma «La ley del valor supone, para su completo desarrollo, la socied �d
(verausserlich te) y de la gran producción industrial y de la libre concurrencia,_ es decir,
a primera vista no-conceptual ( bagrifflose) ».
la sociedad burguesa moderna». Contribución . . . , p. 3 7.
Al pasar de la plusvalía a la ganancia, del valor
al precio de produc­
ción, no pasamos a una etapa histórica más avanzada,
sino a otro nivel del El hecho d� que las mercancías se cambien individualmente por su
proceso. Nos encontramos en el nivel de los
. fenómenos de la fertíge Gestalt valor es una cosa, la ley del valor, es otra. La teoría del proceso Y del
y no en el nivel de la esencia, de la Kerngestalt. desarrollo de las formas permite comprender que, en su completo desarrollo,
Pero, en la inversión de
l f2 ,J ACQll.HM l\ A NCllu\n ltL 'C0Nc:J11''1'11 1rn rnll'l'J<:A 1S3

In lt<y del vnlor Ht' rea li z a cm su con trario: el cambio de m c r ca n c ia; 11 sus tiempos 111ll'criorcs a 61 ( a Adam Smith ) , d e ter m i na el valor de las mer­
prcl'ioN de prml uc cit'>n. cancias por la teoría de las tres fuentes (salario, ganancia, renta ) . O bien
No es fácil explicarse -si no es por una reacción «rea.lista» debida a mantener la ley como hace Ricardo, pero entonces es preciso emplear la
l . 1 N vi rl'll n.� tancias- el error de interpretación de Engels, que habl a plan­ fuerza para lograr que en la ley del valor entren hechos que son su con­
ftomlo perfectamente el problema al final del Prefacio del libro 11. Se ve tradicción, como la cuota media de ganancia. Este empleo de la fuerza, lo
ba.� t a ntc bien, en cambio, lo que fundamenta la interpretación de Pietranera. realiza Ricardo mediante una doble negación.
f.:s t e sostiene que el valo r y el precio de producción corresponden a dos
-negación de la diferencia entre plusvalía y ganancia. Para él la
11//•r•fr.1· rft. 1tbstrn·cción diferentes, que no hay que confundir, dice él, con mo•
ganancia no es más que una expresión diferente de la plusvalía, el precio
delos ah�tractos. Se trata ciertamente de niveles de abstracción diferentes,
de producción -que Ricardo llama precio natural- no es más que la ex·­
pero éstos no son concebidos por Pietranera sino como la expresión de las
presión dinero del valor.
rlrt/)(ls d i ferentes del desarrollo histórico. La abstracción sólo se concibe aquí
como 111omen.to sejJarado de 1�na historia lineal. -negación de la inversión. Así la ganancia media que aparece como
la contradicción de la ley del valor, para Ricardo es su confirmación. De
1 )e ese modo, Pietranera se sitúa en un terreno que es el de los Manus­
rril'os de 1 844, los cuales representan la teoría de la identificación entre modo más general, el mov.imiento aparente se presenta para Ricardo como
estruct ura del proceso como objeto de la ciencia y desarrollo de una historia. la confirmación del movimiento real.
En esta doble operación se manifiesta el método de Ricardo, el tipo
Si Pietnmera identifica forma de desarrollo del proceso y etapa de des­
n rrollo histórico, es porque él se mantiene, como Della Volpe, en el terreno de abstracción a que recurre:
de un historicismo y de una teoría de la abstracción como separación, o
«Dándose cuenta de la forma de la concurrencia, Ricardo renuncia
sea, en el terreno de un empirismo esbozado, como hemos visto, por las
a la apariencia de la concurrencia para estudiar las leyes como tales.
presuposiciones de los Manuscritos de 1 844. En lucha contra la dialéctica
Se podría reprocharle, por un lado, el no ir bastante lejos, y por otro,
abstracta, él no puede concebir la constitución de una objetividad que no
el tomar la forma exterior inmediatamente como representación y
l�oincida con el desarrollo de una historia.
confirmación de la ley general, en lugar de desarrollarla. En el �rimer
Tenemos ahí un desconocimiento de la ·estructura en nombre de una
sentido, su abstracción es incompleta; en el segundo, es puramente
idea preconcebida historicista, mientras que, precisamente, sólo el análisis
formal y falsa en sí». Hist. Doc. Ec. 111, 8 9.
de las determinaciones de la estructura permite captar indirectamente la his­
toricidad de las formas y de las categorías económicas. Así ocurre con el Sobre el primer punto, Marx toma el camino contrario de la crítica
;111;\lisis de la mercancí a como objeto sensible-suprasensible, que ha permitido habitúa! de Ricardo, que era también la del joven Marx. Ricardo no es
sit uarla como expresión de ciertas relaciones sociales y, por tanto, de cierta demasiado abstracto, no lo es bastante.
etapa de desarrollo histórico.
Prosiguiendo el estudio de este punto, volvemos a encontrar nuestro · «Sería erróneo reprocharle demasiada abstracción. Lo cierto es lo
punto de partida: el desconocimiento por Ricardo de la forma-valor. Ricardo contrario: al considerar el valor de las mercancías él no puede olvidar
había situado el trabajo como sustancia del valor sin ocuparse del carácter las ganancias que le revela la concurrencia». Id, p. 47.
particular de ese trabajo y sin tener en cuenta el hecho de que ese trabajo De hecho, en su primer capítulo que sólo debía tratar del valor de
se representaba en una forma totalmente particular. Él se contentó con
las mercancí as determinado por el tiempo de trabajo, Ricardo hace inter­
afirmar la ley del valor. Ahora bien, nosotros sabemos que los fenómenos venir, nos dice Marx, categorías como el salario, el capital, la ganancia, la
percibidos contradicen esa ley: cuota general de ganancia, etc . . . Contrariamente a su principio (la diso­
Se presentan entoiices dos posibilidades: o bien abandonar la ley del lución de las formas fijas de la riqueza) , Ricardo considera como datos
valor, es decir, abandonar lo que Marx llama «el fundamento y el suelo de las formas particulares de la plusvalía que él no distingue de la forma pura.
la actitud científica». Ésta es la solución de la economía vulgar; tamb�én es De este modo él presupone, desde el primer capítulo, la cuota general de
la del Adam Smith esotérico que, habiendo relegado la ley del valor a los ganancia. Marx, en cambio, procede a una disolución radical. He aquí como
1H
1 S4
lo t:ll n LO, Ne Vt' ol>liH1Hlo 1t npnrtnr 01tt1 �'ert m·h11donc8 y nfüm111· la ldcmt ld11d
define, en carta a Engels del 8 de enero de 1 868, uno de los «ti·cs elemen­
alll d o nd e li:iy con tradicción e invcrNléin, 11. p l nntcn r d m o vim l c mto 111�11-
tos radicalmente nuevos» de El Capital:
rente, contradicción del movimicnt:o real, como su conffrmaci(m l111tmllt1/11,
«Oponiéndome a to<la la econom í a anterior que, desde . el comienzo, Ma rx resume el error de Ricardo diciendo que él ha querido «suministriir 111
considera como datos los fragmentos particulares de la plusvalía con ciencia antes que la ciencia» ( carta a Kugclmann, 1 1 de julio d e 1 8 6 8 ) .
sus formas fijas de ganancia, renta e interés, yo considero primera­ Por este hecho, para Ricardo se hallan cercanas sin articularse en un 11•·
mente la forma general de la plusvalía, en la que todo eso se encuentra tema la determinación científica ( la ley del valor) por un l ado , y por
todavia mezclado como si dijéramos en solución». el otro las formas fijas de la riqueza, formas de aparición de l valor qui

Si Ricardo . no distingue entre forma general y formas particulares, se se toman como. datos.

debe fundamentalmente a su desconocimiento de las determinaciones de


. Si seguimos el consejo de buscar el origen de los errores de los eco·
forma (Formbestimmungen) . nomistas en sus puntos d e partida, comprobaremos que la s i tu ac ió n 1n
que se halla Ricardo radica en ese desconocimiento que Marx ha sefü1liido
Llegamos aquí al segundo punto: la abstracción de Ricardo es formal
.al nivel del punto de partida. Ricardo no comprende la verdadera. rchición
y falsa en sí. Marx la contrapone más adelante a la abstracción verdadera
entre la ganancia y la plusvalía por la misma razón que le ha impedido
y la caracteriza en otro lugar como abstracción forzada. El fundamento de
comprender la relación · entre la forma-valor simple de la merc:mcla y
esta abstracción falsa lo analiza al comienzo d.e su estudio sobre Ricardo en
la forma-dinero. Esto es debido a que, después de haber situado la sustancia
las Teorías sobre la plusvalí a :
(el trabajo) como invariante, ha dejado caer en lo inesencial la forma v:ilor • .

«Veamos e n qué consiste e l mé todo de Ricardo. É l parte d e l a de­ He tomado esta forma v alor como algo que actúa de por sí ( qui allait
terminación de las magnitudes de valor de las mercancías por el tiempo de soi ) . Era preciso problematizar esta forma, plantear la cuestión crítica
de trabajo, y a continuación investiga si las otras relaciones económi­ y hacer. así aparecer «todo el secreto de la concepción crítica»: el Cll.·
cas, las categorías, contradicen a esa determinación del valor o en qué rácter doble del trabajo representado en el valor de la mercancía.
sentido la modifican». Hist. Doct. Ec. III-6.
A partir de ahí es posible comprender el desarrollo de las formas de
La abstracción de Ricardo no constituye el elemento simple cuyo la producción capitalista. Marx lo indica en una nota del primer capitulo:
desarrollo permita la reconstrucción del proceso concreto. Ricardo toma la forma valor del producto del trabajo es la forma más abstracta del
distributivamente las categorías económicas y trata de encontrar en cada modo de producción capitalista. Su análisis permite comprender el desa­
una la determinación del valor-trabajo. Para él, la esencia abstracta debe rrollo ulterior de sus formas ( formas dinero, forma capital, etc . . ) . En .

volver a encontrarse en los fenómenos. Para ello basta eliminar los ele­ cambio, si se deja de lado ese análisis, si la cuestión' crítica d e la forma
mentos perturbadores. Ello supone que el fenómeno esté constituido por: no se plantea, ya no se puede plantear el problema de la relación entre
la forma nuclear y las formas concretas. Sólo queda el recurso de la com­
-una esencia
paración entre las categorías existentes y la categoría que expresa la deter­
-accidentes inesenciales diversos.
minación interna. Se tiene así una falsa abstracción que .no es susceptible
Todo lo que en apariencia contradice a la ley es accidente, cae en de desarrollo.
lo inesencial. Se establece un invariante que es el valor. Todo lo que no Si recordamos el texto ya citado, donde el método de la economi:t
reproduce a ese invariante pertenece a lo inesencial. clásica se define por el hecho de reducir a la unidad las diferentes formas
Ricardo 'se mantiene en una concepción clásica de la abstracción que de la riqueza, podemos aprehender la diferencia del método de Marx en
sería mucho más condenable que la teoría del frotamiento, teoría que el texto siguiente:
algunos quisieran aplicar a Marx. No habiendo estudiado la plusvalí a en
«La economía clásica se contradice �n este análisis; ella trata a
su forma pura, Ricardo no puede reconocer que las aparentes perturba­
menudo de operar la reducción inmediatamente sin los miembros inter­
ciones de la plusvalía son, de hecho, modos de existencia de la plusvalía,
medios (Mittelglieder) y de· demostrar la identidad de origen de las
modos de realización de Ja plusvalía bajo la forma de su contrario. Por

" . t.
1S6 J ACQUlll llANClt&l\H JU, llONCIH''l'U IJI:( tll\f't1CA

diferentes formas. Eso estriba necesariamente c11 su método analltico, y no1otroN '"bemoN que iA c r i tica dol 1i1l11111" 01 hecha ¡1or m ox¡101lcló1\
por donde deben comenzar la crítica y la comprensión. La economia cicnt l ficn, o sea, ese sistema h11cc a p 11 rc co r unn cNtructurn q u o Nólo puade

clásica no se preociipa de desarrollar las diferentes formas de una ser comprendida en la teoría del desarrollo de fas formaciones soch1las,
manera genética, sino sólo de reducirlas por análisis a m unidad, De frente, el «sistema» de Ricardo aparece como una acción da íuor�ll
porque parte de ellas corno si foesen presuposiciones dadas. Pero ( coup de force ) . Por medio de su «abstracción forzada» que quiere mctu r
el análisis es la condición necesaria de la exposición genética, de por la foerza dentro de la ley del valor todos los fenómenos que 111 con ·
la comprensión del verdadero proceso de constitución de las formas tradicen, en lugar de desarrollar la ley para hacer ver co·mo aso1 :fonÓ·
(Gestaltungsprozess) en ms diferentes fases». Hist. Doc. Ec., VIII, menos son modos de existencia de esa ley (en la forma de la disimulRclón
ii· 1 8 5 . y de la inversión ) , Ricardo quiere afirmar la ciencia en el interior d1
la no-ciencia. Él no llega, pues, hasta el final de su proyecto de sn c11.r de
Si nos atenernos a la letra de este texto de Marx, la economía clásica ,su inmovilidad, de su indiferencia recíproca, las formas dadas de la riquaza,
sería solamente incompleta. Ella sólo ciirnple la primera de las dos tareas de unirlas en su esencia interior. De este modo, en Ricardo, que reprt•
de la ciencia: el análisis, la reducción a la unidad, y desciiida la segunda: senta a la economía clásica en su mayor rigor, siempre está presente la po1l·
el desarrollo genético de las formas. De hecho, corno hemos visto, es en bilidad del fetichis'rno. El fetichismo es conjurado por la acción de fuerz11
el análisis mismo, en el modo de buscar la unidad y de determinar m de Ricardo. Pero no es comprendido.
modo de existencia, donde Man¡: se separa de Ricardo. Solamente· el análisis
de forma que realiza Marx, permite el segundo momento: el desarrollo La Veriiusserlichung y la constitución del fetichismo
3.
genético. Preliminar
A partir de ahí, el desarrollo genético permite salir de la yuxtaposición,
El concepto de fetichismo en El Capital plantea un problema que se
de la comparación y de la iteración que en la teoría de Ricardo caractei::izan
puede formular primeramente en una forma ingenua: ¿ de qué se trata?
las relaciones de las categorías económicas, es decir, permite, sólo él, cons­
Sabernos que ése e� el concepto que sirve de asidero a los que inter·
tituir un sistema de la economía política. Péro esta constitución sólo es
pretan El Capital partiendo de la antropología del joven· Marx. Para ello1
posible si se renuncia a comprender ese desarrollo genético corno la repro­
el fetichismo no es más que el nuevo nombre de la alienación. En el fcti·
ducción al derecho, o al revés, de un proceso histórico real.
chismo, las relaciones entre los hombres se tornan relaciones entre lns
Es preciso evitar aquí también una interpretación hi�toricista. Según
cosas. Así, la acción de los hombres pasa a un ser extraño, se torna deter·
semejante interpretación, la abstracción de Marx es desarrollable porqpe
rninación de las cosas y los hombres son dominados por esas relaciones entra
es histórica y recibe así su movimiento de la historia. Lo que distingue de
las cosas. El fetichismo sería, pues, un proceso antropológico, análogo al
hecho la abstracción de Marx, es que ella aprehende las propiedades for­ de fa alienación.
males de un espacio, la constitución de un campo de objetividad. Eso es
Una interpretación inversa consistiría en negarle al fetichismo todo
lo que le permite desarrollar las categorías complejas a partir de las cate­
carácter de proceso real, en decir que no es más que una concepción de
gorías simples.
las relaciones económicas, una ideología.
La diferencia entre Marx y Ricardo no es la diferencia entre un sis­ Sólo podremos comprender de hecho el fetichismo si lo concebimos
tema planteado corno eterno y un sistema histórico donde las categorías en la continuidad de lo que ya hemos dicho sobre la estructura del proceso

tuviesen un signo + ( signo de su historicidad ) . Solamente Marx logra y sobre el desarrollo de sus formas.
hacer un s.istema en el sentido kantiano del término. Sólo hay una manera Hemos visto que, a medida que pasábamos a formas más concretas
de que la economía política sea sistemática, y es accediendo a ese tipo de del proceso de producción capitalista, desaparecía la determinación interna
objetividad radicalmente nuevo corno Marx determina desde el primer · que rige sú movimiento, y la forma nuclear desaparecía en la forma aca­
capítulo de El Capital. bada. Éste es el movimiento constitutivo del fetichismo. En la superficie
La revolución de Marx no consiste, pues, en hacer la historia de las del proceso se presenta cierta conexión que podernos denominar estructura
categorías de la economía política. Consiste en hacer el sistema de ellas, fetichista. (Él discurso fetichista es la elaboración de esa conexión de las
e..._
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li1 prublcmn d� 1.1 V11r11//s,111rllc:h11 ug de lot re lac i ón capitalista -por
y 10 rcílcj11 cm h1 concitmcia de los 11gcmtc1 do fa producción . !
lo quo hoty que entender el capital en cuanto relación de producción­
fütc d iNcurso fetichista lo resume Mnrx cm lo que denomina la fórmula lo tcniatiza Marx particularmente en el capítulo XXIV del libro III
l rlt1Jlarl11. fista está consti tuida por tres pares: (Tomo V U, p. 5 3 ) Exteriorización de la relación capitalista en la forma
-Capi tal/Ganancia del n1J1ital portador de interés.
-'l'krra/Renta En ese texto, la forma del capital portador de interés es caracterizada)
-'l'rnbajo/Salario como la forma más exteriorizada ( ausserlichtes) de la relación capitalista. r)
Partiendo de ese texto y de otros de los libros III y IV, podemos dar a ese i)
Los tres elementos, el capital, la tierra y el trabajo, aparecen aquí
superlativo cierto número de sinónimos. El capital portador de interés se il
define allí como la formá más concreta, más mediatizada, más fetichista, 1¡
como tres fuentes que producen cada una un ingreso. El capital produce
más alienada ( entfremdetste) . Nos vemos así conducidos a dos obser·· fj
na turalmente la ganancia, el trabajo produce el salario, la tierra produce
l:i ren ta. Esta trinidad representa la sistematización de aquello que per­ vaciones interesantes : por una parte, el movimiento de fetichización apa- �
ciben Los agentes de la producción, formas en las cuales se inscribe su rece idéntico al movimiento de la ext.eriorización, por la otra, vemos aparecer [
.,
a c c 1on. como equivalente del concepto de Verausserlichung, el concepto-clave d �
la crítica antropológica, el de Entfremdung ( alienación) . Nos encontramos
Observación
en los libros III y IV un par Entfremdung /Veriiusserlichung que se asemeja
Marx observa que valdría más reemplazar el pnmer par (Capital/ extrañadamente al par dominante de los Manuscritos: Entfremdung/Entiius­
Ganancia) por aquello que encubre de hecho, a saber, el par Capital/In­ serung. De ahí viene la necesidad de precisar el sentido del par de que
terés. En efecto, la ganancia es una forma de aparición -o sea, de disi".' tratamos aquí para ver si abarca lo mismo que el de los Manuscritos.
mulación- de la plusvalía. Pero todavía no es la forma más concreta, ¿En qué consiste, pues, la Veriiusserlichung? Para definir la estruc­
, 1 •1 más mediatizada de la plusvalía. La ganancia está todavía en relación con tura de este movimiento que permite la constitución del fetichismo, deter­
'1t
la esfera de la prod�cción. El interés, que es una forma de apariciói;i/disi­ minemos los conceptos mediante los cuales podemos explicar la estru.:tura
mulación de la ganancia -y por tanto una forma de aparición/disimu­ del proceso.
lación de la plusvalía en segundo grado-, representa la forma más concreta, Estos conceptos son:
más mediatizada de la plusvalía. El inter.és aparece fuera de la esfera de -relación -que quiere decir relación de producción- en cuanto
la producción. Su mecanismo es el siguiente: una suma de dinero A se que estas relaciones sostienen todo el proceso
da por adelantado y regresa a su posesor bajo la forma A' (A +dA) en
-forma, en cuanto que la forma es la manifestación de la relación,
, virtud de un contrato. Aquí ya no se trata de ningún proceso de pro­
es su representación en la Wirklichkeit
ducción, sino solamente de un contrato entre dos personas y de un poder
-origen y límite del proceso
misterioso que tiene el ·dinero para acr�centarse.
1
,
' · '
! 1-·· �movimiento o desarrollo de las formas
En esta forma es como el capital aparece en la superficie del proceso
-resultado.
1
capitalista. Así, la fórmula capital/interés constituye verdaderamente el
!
primer par de la fórmula trinitaria. Nos proponemos estudiar las tranformaciones de estos elementoS' que
Para estudiar la constitución del fetichismo, examinaré la condición hacen posible la figura fetichizada del proceso.
de posibilidad de uno de lus tres pares, el par capital/ ganancia (o sea,
capital/interés ) . Esta condición de posibilidad es lo que Marx denomina ,, a. La Begriffslosigkeit de la forma
la Veriiusserlichung de la relación capitalista. Para no anticiparnos en
: 1 (
La exteriorización de la relación capitalista reside primeramente eo.
la elucidación del sentido de este concepto, lo traduciremos sencillamente el hecho de que la forma del capital portador de interés es una begriffslose
por exteriorización.
Form, forma no-conceptual o, si se quiere, privada del concepto. Se trata
%Q4M14 a �

1 60 J AC.QLIHN l\A.NCllu\rt ni. Cl(l'Jl(CIU•Tn flll º" h1c:A. IU

de la forma A-A' de donde A' = = A + a (o A -1- dA) , La B(!grJffs· cfü1a nc10' ' hlN, 1lcmln I� l'rhnal'd l1uo dol proca�o del Vl\lor-cAp ltal,
CM 111 111IN1110 tiempo función dlli c11 pi l � l-d i11cro t' n
losigkeit consiste en que en esta forma desaparece el proceso que la hace v i rtud de 111 íom11\

posible. de um espec ifico de hu mercnnc l aH '1' y Mp que él compro. '1', l V •


En efecto, el movimiento A-A' que se plantea aqui como mov1m1ento p . "1· 7 .

espontáneo de A, sólo es posible si el capital-dinero A entra en un proceso Este último miembro de la oración quiere decir dos cosas:
de producción en el cual adquiere valor. Esta valorización en el interior 1. A - MT es función del capital-dinero, y juega un p;ipel en el pro-
del proceso de reproducción del capital industrial es lo que permite el Mp
acrecentarmento dA. ceso capitalista de' reproducción al hacer posible, en virtud del cnrdctor
Para tener el verdadero ciclo efectuado por A, es preciso plantear, particular de T y de Mp, la fase p que es propiamente la fase de 111 v11lo­
en el intervalo entre A y A', todo el ciclo del capital-dinero que es uno rización.
de los tres ciclos, una de las tres formas funcionales del capital industrial
Más particularmente, lo decisivo aqui es la n;iturnlcza de 11
2.
estudiadas por Marx al comienzo del libro II.
mercancía T ( fuerza de trabajo) , El proceso de valorización de A se h11co
Entonces tendremos posible por la presencia en el mercado de esa mercancía totalmen t e p11r­
A - A - MT . . . .P. . . . . . . . . . . . M' - A' - A' ticular que es la fuerza de trabajo. La forma a que nos referimos oc�1lt11
Mp (M + rn ) (A + a ) asi la oposición entre capital y trabajo asalariado; su estudio revela como
':¡i¡,, � Sólo este proceso permite el paso de un valor A inicial a un válor A' motor del ciclo de las relaciones de producción capitalistas.
.1 1
,¡ igual a A + dA.1 1 «Todo este ciclo presupone el carácter capitalista del p roce so de

!
1i1 La cuestión que nos interesa es la de saber cuáles son, en este ·ciclo,
las relaciones entre A y A'. Preguntémonos primeramente cuál es la forma
producción mismo, y tiene por base ese mismo proceso de producción
con el estado social específico que aquél conlleva.
especifica de A en la fase A-MT. A - M = A - MT
Mp Mp
He aqui la respuesta de Marx: Pero A - T presupone el salario, por consiguiente supone que 101
«En esta primera fase, A circula corno dinero. Si funciona corno medios de producción forman parte del capital productivo, Y por
capital-dinero es simplemente porque el estado de dinero le es nece­ consiguiente, que el proceso de trabajo y de valorización, el proce10
sario para poder cumplir una función monetaria, convertirse en los de producción, son ya función capitalista>). p. 5 8.
elementos de P, a saber, T y Mp que se le enfrentan corno mercancías.
Consideremos ahora A'. No se puede decir que es el producto de A ,
En este acto de circulación, sólo funciona corno dinero». Torno IV, n
n i siquiera e l d e P (excepto e n ciertos casos particulares como la producció
p. 47. monet11r .
111
i de oro) , Es la forma convertida de M'. El retorno a la forma
es una función no del capital-dinero sino del capital-mercancía M'
1J

Esto quiere decir que A no es en sí capital. No tiene por si mismo


ningún poder de acrecentamiento. Sólo cumple una función monetaria La diferencia a, forma dinero de la diferencia ro producida por la fase P,
( función de compra ) y no una función capitalista (función de valorización no representa un movimiento propio de A.

1' del valor) ¿ Qué es lo que transforma esa pura función monetaria en «El capital-dinero en el interior del ciclo del capital industrial sólo
l '
función capitalista? Es la naturaleza de su nexo con las otras fases del ejecuta funciones monetarias, y estas funciones monetarias sólo ad�llieren
proceso. al mismo tiempo sentido de funciones capitalistas por su relación de
11 El valor-dinero A permite la compra de la mercancía T (fuerza de trabajo) conjunto con las otras fases de este ciclo.
y Mp ( medios de producción ) . Éstas entran entonces en el ciclo productivo ( P )
11 bis : el acto A-M.
que tiene por resultado e l valor-mercancía aumentado M', el cual s e convierte e n A'.

lj
11
!:b
-,
U2 J AC:QUlll ltAN<.aAu
rn
� ' ·1 y A . ' por la d1•11 1,arlc Mn ,1,1 proc 110 on
La repre cntación ( Dnrstellun g ) de A' como rcl11ci1'1•1 en tre füt• delo 11 c1r1u.a orl1.1 , pu••• lml11 1ito d1l
.
como rcla' c1ón cap1tarista, es una función dircc tíl no d d capital-dinero A 1rn�n 110m luno1 ni ,1omc nnoc
r11�1h "'I". A•I 10 pr11t11 1 l lle111
. .
smo de1 capital-mercancía
' M' ' e1 cua l a su vez, como relación ctltre rroCHO capl tnti1 t1,
.
011
.
m Y M, no hace smo expresar e1 res u1 tado de1 proceso de producción, rcprn ducc i(m cNtud i11do poi· Marx
l\n el conj unto del proccmo de
. .
de la valonzac10n, del valor-capital que se ha operado allí».
p. 72. se prod uzca esa auto nom i:t.aci ón. L11
n u to·
ti libro U, no lrny ricNgo de q ue arca nci1 ,
desap arece en el ciclo del capit 11l-1n
De ahí se sigue que en la fórmula A' - - A + dA que expresa el re- 110111 1 11 del ciclo del cnpi tr1l-d ilm·o
.,
· 1o, no hay relación entre A Y A' La ecuac1on
sultado de1 cic es una ecuación
·
a que pert e11ecc a la form 11 din1
ro
· «La apar ienc ia de inde pend enci l t1 I ·
1mpos1'bl e. Esta posición de una relación imposible la expresa Marx, como ra ·de su ciclo ( en el ciclo del c 1p
del valo r-ca pital e11 la primera figu ntt
sabemos, con el concepto de irracional. nda figura, que es por con1 iguio
dine ro) desaparece en esta segu rt,
Naturalmente, este irracional encuentra su razo'n en 1a formu
' 1a con- la redu ce a ima simple figura p11rt icul1
ln criti ca de la primera y
ceptua 1 que expresa la totalidad del ciclo del capital-dmero 69.
' y su nexo p.
· Ios. La fórmula irracional y no-conceptual A' = A + dA
con 1os otros c1c eao
a por el desarrollo de todo el proc
. La criti ca de esta figura es hech
apare ce en. la cknda.
es explicada por la fórmula completa: .
de reproducción. Pero este desarrollo. s6lo
A - MT . . . . . . . . . . . . . . . . P . . . . . . . . . . . . . . . . M' - A' de .concepto (Begriffslosigkci t ) 1 Oltl
. Esta autonomizaci6n, esta pérdida qut
Mp tivamente en la realidad a mcd idci
irracionalidad se manifiestan efec proc c10 CA•
concretas y mediatizadas del
Esta fórmula expresa la relación conceptual, es decir: se avanza hacia las formas más
l. ªbarca el conjunto de las permutaciones y de los cambios de forma pita lista.
. de interés, este proceso se encu entra
que constituyen el ciclo y lo unen a los dema' s c1ºclos en el conjunto· del En la forma del capital portador dal
la más concreta, la más mediatizr1d11
proceso de reproducción del· capital; acabado. En efecto, esta forma es en gana ncl1 1
sformaci6n de la plusvalia
2. indica el carácter determinante de 1a re¡ ación de producción que capital. Ella supone no sólo la tran e intcr 61.
sino también la escisión de esta
últim a en gana ncia de la empresa
sostiene todo e1 proceso de va1orización. todo el
anta el dinero A queda fuer a de
. El capitalista financiero que adel recibir
La relación imposible entre A' y A sólo es pos1' ble sien
. do sostemda más que adelantar una suma A y
. proceso de producción. No hace
por aquello que nge todo el ciclo: el capital como relación de producc�ón, entre estos dos acto s no le interes:i.
una suma A'. Lo que pueda ocurrir
con su complemento el trabajo asalariado. proceso capitalista ha desaparecido.
Así, en la forma A - A' todo el ioa
!' Así, el· cid� del capital-dinero es el que mejor expresa el proceso capi­ La Begriffslosigkeit expresa la desap
arición de todos los términos intermcd
ta 1st� . ��prop10 de este proceso es, en efecto, el tener por principio la tuya conexión hace posible la relac
ión entre A y A'. De este modo, aqud
posi
ll1
ble,
sostiene esa conexión y la hace
valonzac1on del valor' 1o que se expresa claramente el ciclo que va de expresa la desaparición de lo que de las 1·clnc io1m
A � A , . Pero esta forma determinada del proceso de reproducción del talis ta. Esta desa pari ción
las relaciones de producción . capi sirve de buo
gkeit de la form a es lo que
capital, proceso de valorización del valor hecho posible por 1as re1ac1ones
. de producción en. la Begriffslosi
deno mina la relac ión
ng) de lo que Marx
a la exteriorización ( Vera usserlichu
· ,
de prod ucc10n del capital y del trabajo asalariado, tiende a desaparecer en
su resultado. capitalista.
posible por el desarrollo de form11
Sabemos que esta desaparición se hace
«".-sí es como A' aparece como una suma de valor diferenciándose reta, más mediátizada, la del capi
tal por­
. que conduce a · la forma más conc to de mcd ici­
mtenormente, operando en sí misma una distinción de orden funcional de forma, este enca denamien
tador de interés. Este desarrollo a, que CI
( conceptual) ' una forma que expresa la relación ·capitalista. es su resultado. Esta form
. ciones desaparecen en la form a que o pura inma •
talista, se presenta com
Pero esto sólo se expresa como resultado' sm mediación del proceso la más mediatizada del proceso capi
nero consigo mismo.
del cual es resultado». T. IV, p. 46. diati dad, pura relación del capital-di
1 15 4 JACQUIU l\AN!,:ltuus
d1to rml·
«HI c11pi t11l no 11 i1nn c ol A, 1l
no unR rol111i l611 da pl'od ucclón
Partiendo de aquí, podemos comprender el concepto de VeriJusser­
íorm 11ción 1oci11 l hi1tó rii.rn, doto rtnl·
n11d11 , Moci11 l, pert enac icnto a unn un
) en unll COSL\ y la di\ ll ctl\ COll\
lichung. Sabemosi en efecto, que ese concepto señala una relación entre
ni1d11 , que Ne rcp re sc n t11 (aich d11rt elt
relación de producción y forma del proceso. Por otra parte, ya hemos reco­
W Caj1ltal, 'J'. Y lll, p. 1 9 3 .
no ido el mecanismo general del vínculo relación/fo.rma que hemos carac­ �'.arA ctcr socia l cspuc l fico) ,

Varhaltnis-Ding, opos i ción qi10
terizado co o vínculo de causalidad metonímica. En la begriffslose Form, ticn1
� Volvemos a encontrar l a oposición /)orr lt·
que ha perdido todos los caracteres que la situaban en cierto lugar en el ung. El desconoc imie nto el e 111
su mod o de existencia en la Darstall
desarrollo Y articulación de las formas del proceso, esa causalidad metoní­ sforma el capital en simple cos11 .
ll1eng anula la oposición y tran
mica ha de produéir sus efectos más radicales.
Los tres términos son estos:
An �es de analizar el detalle de esos efectos, podemos observar ya que ucción
, -el capital como relación de prod
a no-conceptual c a pit11l portador
los termmos del problema excluyen cierto tipo de interpretación de la Verau­
la form
serlichun (y de la Entfremdung) . Los términos en presencia no son su­ -la forma capital que es aquí
� �
jeto predicado y cosa, sino relación y forma. El devenir extraño de que de interés
: del capi tal) que sirve · do
so1,orto al
aqu1 se trata no señala la exteriorización de los predicados de un sujeto en -la cosa (elementos materiales '
la form a del capi tal port ador de inter 6N.
un ser extraño, sino que designa lo que adviene de la relación capitaÍista en capital-relación revistiendo
portador de interés ha per ido d todo
la forma más mediatizada del proceso. Ahora bien, la forma del capital c a pi t 11 I . Sull
a particular y dete rmin ada de
rastro de lo que la hace una form matorllll o�
La Verausserlichung de la relación a se conf unden con las · determinaciones
b. determinaciones de form
de la cosa . , .
El concepto de Veriiusserlichung va acompañado casi ritualmente por
o de la Begr iffslosig keit, la forma deja �e ejercer su :func l61'
otr�s tres onceptos : los de Verrücktheit ( absurdidez) , Versachlichung (ma� Por el hech ucci ón 10
.� ' sociales de las relaciones de prod
.
tenahzac10n en una cosa) y Verkehrung (inversión) . de forma. Las determinaciones mat erial es do ln
;ob're las dete rmin aéio nes
encontrarán entonces replegadas base s mat "'"llt
Dejaremos de lado el primer término, que no tiene significación con­ entre lo que Mar;c Barn a las
cosa. De ahí viene la confusión acio nes soci alH,
ceptual propia. El concepto de Verkehrung, en cambio, plantea un problema. de soporte) y las dete rmin
(las cosas que ejercen la función . es de la pro·
Por un lado designa la inversión ya estudiada de la determinación interna rales de los elell1eni: os mat erial
Éstas se tornan propiedades natu
del proceso en sus formas acabadas. Pero aquÍ toma una nueva ac�pción que se ha vueltó una cosa.
ducción. Así, el capital-relación
examinaremos más adelante. mi1t o�
muy particulares. Su carácter
Pero esta cosa tiene propiedades


El co�cepto de Versachlichung debe comprenderse partiendo de lo que maneras:
rioso puede expresarse de dos
a de valor, la relación A --' A
ya e ha dicho acerca de la constitución de la Gegenstandlichkeit y el me- ' ser' de
-Si se considera A como sum
� .
amsmo de la Darstellung. Hemos visto en el análisis de la fo�ma mercancía í nós encon·
6 mprensible ( unbegreiflich) . Aqu
q �e la cosa, el objeto, era el soporte de una relación, y que el desconoci­ la forma 4 = 5 , relaci n inco · ·

cent amiento.

l
' miento de esa función de soporte, del carácter sensible-suprasensible de la cosa
� �
tran � orma a en propiedad natural de la cosa lo que era la expresión de una
relac10n social. ·
· ·
tramos con el misterio del acre
-Se puede buscar la solución
uso de los elementos . materiales
d� este misterio · por el lado del vn lor
de la .cosa A. Ent9nces se sustituy
e ,la rela ción
de

. able : la cosa A prod uce la pli'.1-,


inconmensur
Dicho c n más precisión, todo se jugaba en la función de la forma. incomprensible por una relación nte· est e m11�
r-! �s�� era al mismo
� . al. Formular�mos adecuad ame
valía, es decir, una relación soci : se trat a dci
�1empo forma ( revestimiento)
de la cosa y forma de apa­
a esa relación inco nme nsur abk
\ nc1on de las relac10nes de producción. terio dando su verdadero nombre
'L_
Volvemos a encontrar el mecanismo de la Darstellung puesto en claro una relación irracional.
erio. Ln
bilidad y la solución de ese mist
por Marx en la relación entre el capital como cosa (suma de dinero 0 masa
··
Así podemos comprender ' la posi . Éste design11
idación del concepto de Verkehrung
de elementos materiales : materias primas, máquinas, etc . . . ) y el capital s0lución será dada por la eluc � so�ial , en coSil ••
el movimiento siguient e:
la tr�nsformaciÓn de la relació
como relación de producción, al cual sirve de soporte el primero.
U'
J'ACQuns MNcduur
ul pHo de lit Km ,¡¡tt1l dll ll
IR /ttrfl11
también una transformación de la Cosa en relación social. La cosa e11 la. cual pur ol d1mmu llu de In• i'or111 1u1 l'ºr
Rl l'iKu roH .
' 1111.i ilcta r111ln ncl6 n cunc opLu
. Gtt.1/11/I) e� HuHc cptib lc de recil iiL'
111 V11rk.11hru1111. ( d oli lc mov lmlo
ha desaparecido la relación ·social ha heredado el mov1m1ento
· · que esa relación
· nto da
. . Ln Nc,i¡u nd" func ión c j c c ut a d n por
. _

clete:mma, Este mov1m1ento está presente en ella como facultad natural 0 mil•
·11 ! ·

.
cualidad oculta de la cosa �emos, pues, precisarse aquí y perfeccionarse
· cusif icnci ón de lns relac ione s
sucia lcs y sulij ctiv izaci ón do
ada por un halo antropológico, 1c/'\n
los Nopo rtc•
lnd1 por
tc1·h1les ) es la que aparece rode
.
el sentido de . esa disimulación por la cual Marx caracteriza el modo de acc10n
·'
!! o p t u ii l lft•
·

. criticada, eri un camp o conc


u11:1 referencia, no refle xionada ni
· · ·
d e l�s reIac10nes de producción.
li
!I
1 . El efecto de ese modo de acción se manifiesta primeramente en el hecho terior.
la relación entre esu fitcu rA ,(,
de que la cosa aparezca como un autómata, dotado de un mov1m1ento · · d e- Tenemos que examinar aqul de cerca
lón
. za a la Veriiusscrlich1t.ng de In rcliac
termmado. El pas de 4 a 5 es posible porque la cosa posee en sí una razón
� la transposición en tanto que caracteri lft
. de la alienación tal como se expraH
de su acrecentamiento. y posee esá razón porque se encuentra, como dice capitalista y de la figura clásica .
� 'a. , engrosada por la presencia en ella de la relación social. Es, pues, lo del movimiento descrito aqul ¡�or Marx
� los Manuscritos. Todos los términos ul
1rrac1onal la razon ' del acrecentamiento de la cosa12 Lo 1·rrac1ona 1 queda- as1' los Manuscritos. A la estru ctur n llq
· · parecen encontrar su equivalente en m¡
.
co� firmado, en todo el . sentido de la palabra, imos Entfremdung/Vcrüusscr llch1
como la razón de la Wirklich- presente, constituida por el par de sinón
kezt. El � �
od dé presencia de la relación social en la cosa permite explicar
y el concepto de Verkehrung, corre
sponde er¡. los Manuscritos l:i C5tru ctur
ll

· ' de una
los c,los m1ster10s : el del acrecentamiento y el de la producc10n . re1a- /Entiiusserung y el mismo concepto c.l.1
constituida por el par Entfremd-¡mg
a en la crl tica antropológica el l\Cll•
., .
c1on .social por una simple cosa. El capital-cosa puede así producir natural-
Verkehrung (esta transposición señal
mente Y de una manera determinada mediante el cual el sujet o llega a aar
el interés (lo miºsmo que 1a tierra
· pro- 11
- . bamiento del proceso de alienación
� �
d uce 1a renta ) · Po emos r sumir este movimiento diciendo que la cosa h¡i
objeto de su objeto y al mismo tiem
po el procedimiento de la espec ulaci óq

. .

llegado ª s r un su¡eto ªut��omo, lo que Marx expresa con el concepto de
. ·
que confirma Ja separación y la trans
posición) � Por otra parte, 11qul lo
Versub¡ektwzerung ( sub1et1v1zación) ,
_
transposición sitúa en el terreno de un1
mismo que en los Manuscritos la
Estamos, pues, en presencia de. un doble mov1m1ento : materialización
relación persona/cosa.
�n forma de cosa de las determinaciones sociales de la produce·ion. ' y su bº¡et1v1-
·. · sar la significa.ción de los con•
· ' de. sus bases materiales, de las cosas en -las cuales esas · determinaciones
-z;ac 10n De ahí viene la necesidad de preci
co1i·
primeramente el movimiento de b
; ceptos en presencia. Consideremos ·
chung) . Lo qué ocurre en la C09Q
so �1ales se representan y se disimulan. Marx explica que ese doble movi­ no
miento era ya perceptible desde la determinación más simple del modo de ficación (Versachlichung o Verdingli na
una relación. En la Veriiusserlichu
Prod ucc1on
.
. rista: 1a forma mercancía del producto del trabajo.
' cap1u es la esencia · de una subjetividad, sino ft
_
. a de sí mismo, 'cuyo s pred icado s plllll
. no se trata de un sujeto que se separ qut
?
«Se enco traban ya incluidas en la mercancía, y particularmente en
al ser extraño, sino �ue es una form
a que se torna extrañ·a a la relac ión
ón
la mercanc1a en cuanto producto del capital, la cosificación (Verdin­ ella, llega a ser y arrastra la cosificaci
soporta y, por llegar a ser extraña a
.
� �
?h� un � , de las determinaciones sociales de la producción y la sub­ de esa relación. Esta definición de la
Verausserlichung vale igualmente
pllrl
�J tiv1zac10n (Versubjektivierung) de sus bases materiales que caracte­
la Entfremdung.
riza a todo el modo de producción capitalista». T. VII, p. 2 5 5 . n­
implicación estructural que fund
Lo que cae en el fetichismo es la
ella misma, distancia que ·c.onstituyc el
Este doble movimiento es lo que constituye el segundo sentido evo­ menta la distancia entre la cosa y
� ado � :
m s rriba, del concepto de Verkehrung, que traducimos aq í por � lugar mismo donde actúan las relac
iones económicas. Esta dista cia qued 11 �
. pued e decir HUe también l,o cstalrn
en
�tansposicion (renveisement ) El resultado de esta transposición es «el
·
suprimida en el fetichismo, pero se
mundo encantado, el mundo volteado y puesto al revés». (T. VIII, p. 207 ) .
los Manuscritos de 1 844, donde la,
cosa era consid rada direc �
tame nte como

supresión de esa distancia, de e�t.a


Nos parece esencial distinguir estas dos funciones del concepto de di.:
objeto de una subjetividad. Era la
ctun , 11
Verkehrung, porque sólo la ' primera (inversión como función determinada ifestando la toma de la estru
mensión particular de la cosa , man
eto y del produ cto. La Versachli.
c�n.
12 Se v ' ade¡ante el infortunio teórico que le . ocurno
. era' mas · ' a Price pm que permitla la anfibolog la del obj.
' · ber tomado
ha . esa razón por . una razón geométrica.

n
1:11 l'l'll:A.
10
1 68 J ACQUHS J\ANCdU\U 1( L t'.UNCIUJ'l'll 1111

t111im1, Jo:I ohrcro fi¡ul'll 111¡ul COtnO �lll'Ofü l d e


<le la relación capitalista ¡10 puede, pues, comprenderse como objetivación 111 rcl11dó n d e pl'OdLIClliÓn
de los predicados de un sujeto, a menos de suprimir la dimensión específica u 1'n ·• r1' 0 ,¡ .. [ l)ro"CN O, 1".i nm.:1rn l11no
' 1 o y no como 1u¡" cto or1' 0 " • " �
tr11 b n ¡' o 11111 [ lll'Hll
donde el capital determina las relaciones económicas. do la lintf rimul1ml{ no le co n c ie rn e . ,
tcs, Pero M u rx uamla
En cuanto a la subjetivización-, vemos que tampoco es la transposición Podem os, pues, d eterminar dos estruc turas dif�ren
constantemente a confondirlas, a concebir la Entfr
(!11tdu:1t,'{ de In rclnclc'i n
en sujeto del prédicado de un . sujeto sustancial. Lo que Marx designa como
S Lt sta nc i a l , n rnncob lr
su�j�tivización de la cosa, es la adquisición por la cosa de la función de
·
capitalista según el modelo de la alienación del sujeto
ición.
motor del proceso. Esta función no pertenece en el proceso a un sujeto la Verkehrung-inversión como Verkehrnng-transpos
Quisiera citar un ejemplo de ese desliza miento tomado d el c11pl tulo
o, a la acción recíproca de un sujeto y de un objeto, �ino a las relaciones
ormac ión de la plu1v1 1l1 on
de producción, las cuales son rádicalmente extrañas . al espacio del suj�to segundo del libro 111. Se trata ahí de la transf
forma aparición/<li1 lm1.1•
ganancia, Hemos vi&to que la ganancia era una
de
r del objeto, donde sólo pueden encontrar soportes. Las propiedades que
inaciém d e l v nlur po�
recibe la cos � no son las cualidades de un sujeto, sino el poder motor de las !ación de la plusvalía en la cual desaparecía la determ
. for1m1 CllrllCl•
el tiempo de trabajo y de la plusvalía por el sobr'etr
abajo, tlll a
felaciones de producción. La cosa se presenta como sujeto sólo en cuanto
la produc c11piul i1t11.
terizada por la inversión del movimiento real de
ción
que .ha heredado el movirrúento. El concepto de sujeto señala una función
reducida ;\ 1 11 figura
que tiene su lugar en 'mi m.ovimiento ilusorio. Ahora bien, en este texto vamos a v�r esa inversión
o y el NOl(Lind o
'
Pode�os concluir de �quí que, si bien en un campo teórico como el antropológica de la transposición, e igualmente el primer
minación quo a• CI•
d e los Manu_scritos, los c� �ep os de subjetivización, cosificación, trans'po­ modelos de la Entfremdung confundidos en esa indeter
� �
: 1 racterística del discurso antrop ológico .
�ición expresan adecuadamente cierto contenido conceptual, , en el . campo
.
teóficó de El Capi tal n¿ hacen m, ás que designar un contenido conceptual «El modo como se transforma la plusva lía en gananc
i11 pR111nd o
llo de la in tarvon ·
diferente: Ya no se encuentran allí en el registro de una adecuación con­ por la cuota de ganancia; no es más que el desarro
i: ceptual a su objeto, sino eri . eÍ de la analogía. Así es que los términos de ción del sujeto y del objeto que se produce a partí�
d el pr�co10 do
é:osificadón, subjetiviza�iÓn,. transposición · ocultan aquello �n torno a lo las fuer:t.;,\N pro·
producción. Desde ese momento, hemos visto todas
cual se juega todo: la función de motor del proceso y la eficacia propia ductivas subjetivas del. trabajo presen tarse como fuerzas prod uctlvu

.
de las relaciones' de producción.si ·
del capita!:
a al trabajo v ivo
Expresemos ' brevem�nte la diferencia entre los dos movimientos. En Por una parte, el valor, el trabajo pasado que domin
el obrero aparece , por
los Manufrritos, el sujet:o (el obrero) pone su esencia en un objeto. Este está personificado en el capitalista; por la otra,
materi al, como un1
objeto hace crecer el poder del ser ajeno ' (el capital) , el cual, en el mo­ el contrario, como fuerza de trabajo puramente '
:vimi�nto de transposición, se coloca como sujeto y reduce al obrero a ser mercancía». T. VI, p. '64.
el objeto de su objeto. • Estamos en preseneia del movimiento siguiente:
En El Capital, la Veriiusserlichung consiste en que, mediante la Begrif­ Trabajo vivo
trabajo muerto
fslosigkeit de la forma, las determinaciones de la relación se repliegan sobre !
!
las propiedades materiales de la cosa ( cosificación ) ; la cosa en la cual ha fuerza de trabajo puramente
personificación en
desaparecido la. relación se presenta entonces como un sujeto autómata ( sub ­ material: mercancía
el capitalista
jetivización) . En este movimiento no intervienen ni el obrero ni el capi-
clásico :

El . esquema utilizado aquí es el esquema antropológico
13 Se ve.rá claramente cuán inadecuada es la utilización de este esquema
cosa (objeto) persona (sujeto )
i:a:a <;:i;:presar el mecanismo de la .fetichización, si se observa que a la «subfo,
�ivizacion» de las cosas ( aíitonomización de los soportes materiales ) no corres­
! !
ponde en absoluto upa cosificación d<; las personas. Antes al contrario, lo que
en . Ja forma del . capital portador de mteres , corresponde a la figura de la cosa
persona (sujeto) cosa ( objeto)
�utomata, e_s la figura �el contrato ent�e dos personas libres, entre dos subjetivi­
capitalista, con
dades con�t1tuyentes. Ahi se muestra evidentemente que el fetichismo no concierne El desarrollo de las formas del proceso de producción
a la relación entre un sujeto y un objeto, sino a la relación entre cada uno de esa transp osición ini•
esos soportes y fas relaciones de producción que !Os determinan. la inversión que lo caracteriza, sería el desarro llo de
-. ••• "*

271
1 70 J ACQl1BS l\A NCJilJ\U

ior1md11 1t11tropolti 1:ko�. A l l l donde 11 l'IMOI' 111 • u tl l1cur.<> • o tlcbllltA, v�mo1


da! sujeto/objeto. Si este esquema es coherente, toda nuestra demostración 11\
c1bo:t.1mc u n modelo nntropoló Kico, '1'11lt• dcnli1.:imi cn to1 1011 nccc11ulo1
i'esulta aniquilada. Pero, en realidad no es coherente. En efecto, lo que corres­
fo mcdid n c11 q u e Marx no critica ri¡¡uroNam cntc su voc:ilrnfar io. l.1u ¡11-
ponde a la transf.o·rmación del trabajo vivo en mercancía, es la transforma­
.,
i
. labra s con que se expresan los conceptos nuevos introducid os por J!l C•·
ción del trabajo pasado en capital, y no en capitalista.
j1Jtal son en numerosos casos los mismos que servían para cxprc111r 101
con·
La personificación, en el sentido estricto que tiene este concepto en ccptos antropológicos del joven Marx.
El Ca.Pita!, es algo totalmente diferente, y designa la función del sujeto
Es necesario insistir en esta distinción: se trata cie r tame n te de cn,,l.
cl!jJtos diferentes. Por ejemplo, encontramos en El Caj1ital un c on c c 11to di
com� soporte de la relación de producción, La relación d e producción, como
hemos visto, determina por un lado una función de sujeto, y por el otrc
Vcrlwhrung y un concepto de Entfrcmdung que son conceptos nuevo1 tn
una función del objeto. Esa relación es la que efectúa tanto la Darstellung del
comparación con los que aparecen en los Manuscritos con un co11tonldo
objeto como aquello que denominaremos, con un término tomado de Jac­
diferente. Pero son las mismas palabras las que expresan los co 11ccpto1 nn•
ques Lacan, la puesta en escena del sujeto14• Sabemos que por ello queda
tropológicos (que denominaré conceptos I) y los conceptos dd Capll1l
excluido el que el par sujet�/objeto funcione como motor del proceso.. el
que el movimiento del proceso sea el movimiento de su reciprocidad . La (concepto s II) .
función rigurosa de la personificación, tal y como obra en El Capital, Es interesante subrayar que en los dos casos, los concep tos de V"•
priva de toda validez el uso que Marx hace aquí de ese concepto. kehrung y de Entfremdung tienen una función de relación, En el 1ono dt
Si tomamos de nuevo nuestro esquema, tendremos : cierto· espacio teórico, designan relaciones entre términos. En el c1p1u:lo
teól-ico I, los términos puestos en relación por los conceptos de V�rft,hrUHK
trabajo pasado trabajo vivo y de Entfremdung son lod de sujeto, predicado, objeto, persona, co1111 umL
! ! pirismo, especulación, etc . . . En el espacio teórico II, los término1 ion
Capital Fuerza de trabajo forma simple y forma compleja, relación y forma, etc . . '.
1 l Los dos espacios teóricos tienen propiedades diferentes. De ahl ae 1l¡ul
Capitalista Obrero
que las relaciones del úpo I y las del tipo II no pued�n ser hom6lo¡11�.
Las palabras con que �e expresan estos conceptos de relaciones qcbiel'Lln 11r
( soporte de la relación (soporte de la relación de
de producción Capital) producción Trabajo asalariado )
también rigurosamente diferentes. Como Marx no cumple c on esta exl•
: : Frente a la fuerza de trabajo se encuentra el Capital y no una persona gencia de rigor, la primera figura está siempre expuesta a introd uci rse 11lU1
donde ya no tiene su lugar. El deslizamiento se opera en dos ti empos : Cltll•
1 (el capitalista ) . De igual modo; frente al capitalista hay otro sujeto, el
obr¡;ro, y no una cosa. La inversión sujeto/objeto ya no tiene lugar aquí. blecimiento de una homología entre las relaciones del tipo I y las rcl11ci0¡­
Es decir, que la antropología no tiene otro lugar en El Capital que nes del tipo II y, por ello, reconstitución del espacio teórico I en el cual
el que le ofrecen las recaidas del discurso de Marx. Allí donde Marx no se trata de in.troducir el espacio teórico II. Ahora bien, en esta tcntlltiVA
logra localizar sus conceptos, ' éstos se mueven alrededor de puntos de re- se manifiesta una distorsión, que prueba la resistencia del espacio II. l!at1
.
distorsión es la causante, por ejemplo, de la incoherencia del esquemll qui
14 Ver : Jacq�es Lacan. La Psychanalyse. Tomo VI, p. 1 1 2-1 1 3 . «Desde acabamos de estudiar. '¡
luego, cuando Damel lagache parte de una elección que él nos propone entre
_
una e�trncrura er: . � ierto mod? aparente ( que implicaría. .la crítica de aquello que Encontramos distorsiones del mismo orden, casi siempre que M11rx
el c_a ract�t descriptivo t�ene de natural) y una ·estructura que él puede enunciar
.
a distancia de la expenenna ( puesto que se trata del «modelo teórico» a ue él
. utiliza esquemas tomados de la critica antropológica. En este sentido aon
particularmente significativos los textos que recogen el viejo esque ma ·dt
-
reconoce en la metapsicologfa :analítica ) , esta antinomia desdeña un mod�· de la
la crítica de la alienación religiosa. Cada:· vez' que Marx pone de relieve una
estru c;tura �ue, · por se� tercero, ; no podría excluirse, a sa;ber, los efectos que la
combmatotla pura y simple del. significante determina en la realidad donde se
produce. Porque el estructutaiisli:io', ¡ 'es e\ no lo que nos permite plantear nuestra analogía entre el proceso que .é l .estudia y el de alienación religiosa (pot
. _
ejemplo, en el primer capitulo de El Capital) , el análisis demuestra �UI 11
expe_nencia como el campo donde eso se manifiesta? Si la resi:uesta es sí .•la dis­
t!!M1a ' a la expeti�°:cia » �e lá. éstrtrctuta s � d�svanece, puesto que ella ope;a allí no
.i::�mo mode'o ·teonco� smo ,·}JOmRc. Ja,
·
maquma
· · ·
original ·
que pone
· ··
en · ·es
·
cena aI analogía no es absolutamente rigur.osa.
· ·
su¡eto» .
· �·

1 12 JACQUlll RANClbU llL l:UN UIU"J'U U&I l:Kf'J'Jl:A 1'1


Otra distorsión notable nos la ofrece la fórmula empl�ada a menudo (Mu 01·il(an 11 1 a l Lic m¡, o da m1l>11 ) 0 1od"1 1oul
11 u a a o raiili:t.n a n a l v11lur

· por Marx para caracterizar el fetichism o: las relaciones entre los hombres cuy11 dcm:omposición rcprc1cn t1111 ) ,Lue1111 0 •011 11 u L 011omi : udo1 y •o pl'rm111·
se tornan relaciones entre las cosas, fórmula en la que los dos complementos tan como form;1s ind iferentes L'llt1·c N I . E n ton c es es p re c i so c n conu·1u un
toman subrepticiamente el lugar de sujetos. vrlgun propio a cada uno de es t os elementos, que han perdido la dacarnil­
Queda por ver la razón profunda de esos deslizamientos. Hemos des­ nación de forma que les confería el lugar que ocupaban en el p roca10, fülll
tacado el hecho de que Marx no procediera a una crítica de su vocabu­ es lo que hace la teoría de las tres fuentes, que señala como odgc n da! 111l1&rlu
Jario. Esta ausencia de crí tica no es una simple negligencia. Si Marx el trabajo, de la renta la tierra, y de la ganancia el capital.
no
ha juzgado necesario establecer diferencias terminológicas, es porque jamás De las tres fuentes toman así el lugar del origen desconocido. L11 O)'O•
ha concebido rigurosamente la diferencia entre su discurso y el discurso sición Ursjmmg/Quelle no se encuentra en Marx por azar. Esa opo1lclón
. antropológico del joven Marx. Si bien nosotros podemos, en la práctica señala el paso de un proceso de producción socialmente determi1111do ll un•
. teórica de Marx, .determinar la ruptura que Marx no ha hecho más que especie de proceso natural. El desplazamiento del origen de fa :fucnta 11
�firmar, si podemos formular la diferencia radical entre las dos problemá­ complementario de la Versachlichung; de la transformación de 1111 ral11·
ticas, Marx, en cambio, núnca ha captado y conceptualizado verdadera­ ciones sociales de producción en cosas definidas por propiedades matcriiila1.
mente esa diferencia. Ese desplazamiento completa la naturalización del proceso. ·
Esa desaparición del origen es al mismo tiempo desaparición d e l 11·
c. El desplazamiento del origen y la transgresión del límite mite. Sabemos que el límite es determinado por el origen del V i\lor ( al
1
tiempo de trabajo) y de la plusvalía (el sobretrabajo) . La cantidad LOLlll
Veremos perfeccionarse la figura fetichizada del proceso al examinar
de sobretrabajo explotado es lo que determina los límites de la plusvalla.
lo que ocurren con el origen (Ursprung) , con el límite (Grenz) y con el
De este modo, la ley del valor actúa como una ley reguladora que indic11
:resultado de este proceso.
los límites dentro de los cuales puede efectuarse la repartición de la pl u1 •
El origen en . cuestión, no es un origen temporal, sino el origen del
valía en ganancia, interés y renta. De este modo se derrumban tod :u 1111
proceso capitalista como tal. .
, ilusiones engendradas por la teoría de las tres fuentes que producen ciid11
Siendo el proceso de producción capitalista un proceso de valorización
. . una naturalmente un ingreso. Un límite cualitativo conceptual detcrmin1
.del capital, el origen a que nos referimos es el origei;i. de la plusvalía: el
la cantidad total de vaJor y de plusvalía producidos.
sobre trabajo.
. . Por el contrario, si el capital produce.. naturalmente ganancia, si fun�
Este origen no se revela en las formas concretas del proceso capita­
ciona como un autómata, queda suprimido todo límite cualitativo y la pro•
.1ista. Lo que se nos da son los resultados del proceso, es decir, las partes
ducción de ganancia parece seguir las puras leyes de una progresión gco•
en que se descompone la plusvalía total: la ganancia, el interés y la renta.
métrica. De ahí viene el ingenioso descubrimiento mediante el cual J?l"ica
:EI estudio de las razones de compensación nos ha demostrado que esas frac­
creía poder resolver todos los problemas de tesorería de los Estados:
ciones que expresan la repartición de la plusvalía se presentan como sus
elementos constituyentes. «El dinero que produce intereses compuestos crece al principio lc11-
Esta apariencia es lo que constituye el fundamento de la economía tamente. Pero como el ritmo de acrecentamiento se acelera COIU•
'vulgar, la cual tiene su origen sistemático en la teoría de las tres fuentes tantemente, llega a ser tan rápido al cabo de cierto tiempo que dcSP.fül
del Adam Smith esotérico. La operación de Adam Smith consiste en hacer toda imaginación .
·del salario, la ganancia y la renta, ele�entos resultantes de la descompo­ Un chelín colocado desde el nacimiento de Nuestro Señor a un
sición del valor producido en un período determinado, los elementos cons­ interés compuesto de 6 % habría alcanzado las dimensiones de um1
tituyentes de ese valor10• masa de oro tan grande que no cabría en todo el sistema solar si éste
La operación de Adam Smith puede descomponerse en dos tiempos.
pita/, por un lado , y por el otro en ingresos ( salario, ganancia, renta ) . La parte
Primeramente se separan de su origen el salario, la ganancia y la renta destinada a reinvertirse eh capital; desaparece en su análisis. Por este hecho, se
expresa lo mismo al decir que salario, ganancia ( ganancia de empresa + interés )
l5 Recordemos que para plantear la teoría de las tres. fuentes, Adam Smith y renta constituyen el valor, que al decir que la ganancia y la renta constituyen
tiene que desconocer que el valor producido se descompone en realidad en ca-

la plusvalía.
� > 4fP YP ...,..

1 74 JACQUlll MNcduu11 '"

se hubiera transfor� ado en una esfera cuyo diámetro tuesc igual a la 1.1 rcl�ci<\n Nodul, m1 ser 1c11ulhlo-111pr1mmihlo1 y eN en CNI\ for1fü1 do
trayectoria de Saturno. Por consiguiente, un Estado no puede hallarse l'ltpiLnl y de gaM11cin c otno 111,n rN'c c 1r n l pres11posición fij n cm 111 NU·
en dificultades , .porque con las economías más ínfimas puede pagar pcrficic. fi,sa es la forma dc1 .w rcalldctcl o , mds bien, ha t�.1 rn for11111
las deudas más elevadas en un tiempo tan corto como. puede exigirle> "" existencia rea l. Y ésa es la forma en que vive en la conclenci11 d1
su interés», Citado por Marx, El Capital, T. VII, p. 5 8-59. s u s sostenedores, los capitalistas, la forma bajo la cual se refloj11 en rn•

representaciones». Historia de las doctrinas económicas. T. V 111, p.


Vemos aquí perfeccionarse la figura del autómata capitalista. Si es
'' 1 64 (subrayado por nosotros) .
posible la ilusión del acrecentamiento geométrico, es porque no se ha tenido
en cuenta el límite cualitativo de la valorización del capitaL Volvemos a encontrar aquí nuestro punto de partida, a saber, qu; lu
_
.
«La identidad de la plusvalía y el sobretrabajo pone un límite cua­ relaciones que determinan el sistema capitalista sólo pueden existir on 11
litativo a la acumulación del capital: la jornada de trabajo global, el forma de su disimulación. La forma de su realidad es la forma donde dH·
desarrollo presente de las fuerzas productivas y de la población limi­ aparece su movimiento real.
tan el número de jornadas de trabajo simultáneamente explotables. Si, El análisis del fetichismo nos confirma que la mis tific ac i611 01 mlltl•
por el contrario, la plusvalía es tomada en la forma no-conceptual ficación de la estructura, es la existencia misma de la estructura. El « m u ndo
del interés, el límite no es sino cuantitativo y desafía a toda ima-
' encantado» del fetichismo «donde el Señor Capital y la Scño1·:1 Tiorri1 111
ginación». T. VII, p. 62, cuanto caracteres sociales y al mismo tiempo inmediatamente, como 1hn·
La esfumación del origen y del límite completan así la figura feti­ ples cosas danzan su ronda fantasmagórica»16 es así la figura ac:ib11da d1
chizada del proceso, figura bajo la cual se ofrecen las relaciones econó­ esa conexión de efectos determinada por la ausencia de causa. Es:i nu1oncla
micas a la percepción de los agentes de l'a producción. de causa la refleja Marx como simple distancia. Ella está ligada 11 111 d11°
aparición de las mediaciones, con olvido de las determinaciones intornl\I
«En el capital portador de interés se encuentra acabada la represen­ del proceso.
tación del fetiche capitalista, la representación que atribuye al pro�
Pero ese olvido es también constitutivo, pues ya no se trata del dH·
dueto acumulado del trabajo y, además, pl<pmado en dinero, la fa­
arrollo de una conciencia dotada de la facultad hegeliana de Erinntmma.
cultad (Kraft) de producir plusvalía gracias a una cualidad secreta,
de manera puramente automátiea. y siguiendo una progresión geomé­ Más allá, pues, de las imágenes inadecuadas de la distancia y del ol·
trica».' T. VII, p. 62, vido, volvemos al fundamentó, es decir, al hecho de que las fo1·m111 d1
aparición del proceso son determinadas por algo que no puede en ab1oluto
4. El mundo encantado representarse en el campo de la Wirklichkeit sin disimularse en el 1nilmo,
a saber, las relaciones de producción, relaciones que llevan -es decir, no
Hemos descrito la constitución de uno de los tres pares de la fórmula
llevan- l.a huella del proceso de formación, del Entstehungprozess de un
trinitaria. De este análisis podemos sacar dos conclusiones importantes:
modo de producción determinado : el modo de producción capitalista,
l . El proceso de esa constitución hace intervenir una estructura to­
talmente diferente de la estructura sujeto/predicado/objeto de los Manus� El fetichismo representa así no un proceso antropológico, sino el d�I·
critos. plazamiento específico según el cual la estructura del m9do de producci6n
2. Las formas que presenta el fetichismo no son formas deformadas capitalista se presenta en el campo de la Wirklichkeit, de la Alltagslclmt
por la especulación. Son las mismas formas en que existe el proceso capi­ (fo vida diaria) , y se ofrece a la conciencia y a la acciqn de los agente1
talista para los agentes de la producción. de Ja producción, soportes de las relaciones de producción capitalistas.

«A medida que la forma de la ganancia disimula su núcleo interno, Partiendo de' esa base, las formas del fetichismo son elaboi:adas, sistt•
el capital va adquiriendo cada vez más una forma de cosa, la relación ,matizadas en un discurso particular, el de la economía vulgar.
se vuelve cada vez más una cosa, pero una cosa que lleva en sí mism�
16 Capital. T. VIII, p. 208.
UL <:ONC.:1'P'l'U 11� l'.l\ f'l'IUA
1 17
1 16 J ACQUJ'll l\ANCdUU&

ley�s mayor consis­


«La c�onoin l 11 v ul g 11r no hncc en rcnlidad otrn cosa que · m1ducir « L11 oconom lu p o li t i c 11, pn1·11 poder dar a sus
p n t r ( Wirklichkeit)
en el plano doc t r i n'¡¡ l y sistema tizar tencia y mayor determ inación a a h
, debe l e realidad
las representaciones de los agen­
tcN de l a p rod u c ci ón prendidos en las relaciones b urguesas y hacer su como a c c iden t al y la abstracción como real».
:tpolog í a :i> , T. V III, p. 1 9 6 .
formas alienadas
,,, El discurso de los Manm critos parte, pues, de las
de la Wirkli chkeit. Eso
Paniendo de las formas de la Wirklichkeit, de "la Alltagsleben, la eco­ e irracionales y trata de mantenerse en el nivel
irracion ales serán
no m i a v ulgar fas sistematiza en los tres pares de la fórmula trinitaria, quiere decir que, en ese tipo de discurso, las formas
de las formas del
formas alienadas e irracionales donde simples cosas (los elementos mate­ formas de la no-razón, de la razón vuelta extraña,
ri11les d el capital, la tierra) engendran relaciones sociales (la plusvalía, la hombre vuelto extraño a sí mismo.
visto el sen­
J'cn ta) . Estas relaciones inconmensurables representan para la economí;i O bien, si se quiere, esas formas alienadas -y hemos
para él f armas de la alie­
vulg;1r el núcleo racional del sistema. tido que hay que dar aquí a este término- son
«En cuanto ha llegado a esta relación inconmensurable, el econo. nación en el sentido antropológico del término.
inación del
mista vulgar cree haber comprendido todo y ya �o siente la necesidad Así, la redu¿ción de las formas de la riqueza a la determ
ra crítica de las formas d.e
de seguir reflexionando, porque ha llegado precisamente al «núcleo trabajo alienado no constituye una verdade
mantie ne en la simple figura
racional» de la representación burguesa». T. VIII, p. 1 97. la Gegenstandlichkeit económica, sino que se
s del sujeto humano Y
de una transposición en la que las determinacione
En el punto en que nos encontramos ahora, podemos ya tratar de es materia les
de la intersubjetividad ocupan el lugar de las determinacion
caracterizar todos los tipos de discurso que hemos hallado. de esto lo tenemos
y de las relaciones entre las cosas (el ejemplo más notable
El punto de partida que se da a la percepción son las «formas fijas sigue, pues,
en la anfibología de la riqueza y del comercio) . Este discurso
de la riqueza», formas de la Wirklichkeit con las que tratan los agentes
prisionero de las ilusiones de la Wirklichkeit.
de la producción.
El economista vulgar se conforma con sistematizar estas formas, con
5. Observaciones a modo d e ponclitsión
ofrecer el núcleo racional de ellas, a saber, precisamente lo irracional. Su
discurso es reflexió� del movimiento aparente y negación de la esencia in­ Quisiera terminar planteando un problema: el de la ,posibilidad del
terna y del movimiento real del proceso. discurso de la economía clásica.
netamente de­
La economía clásica se propone disolver esas formas fijas, reducirlas Hay un discurso cuyas condiciones de· posibilidad son
a su unidad esencial interna. Por eso reduce la renta a sobreganancia. te en lo que res-,
Peró finidas : el de la economía vulgar. El problema es diferen
su fundamento de l:�
no puede realizar su proyecto porque no ha comprendido sus formas como pecta a la economía clásica. Ésta no depende en
depende de sus debi­
formas de aparición de la esencia interna del proceso. Afirma, , pues, la representaciones de los agentes de la producción. Sólo

esenc a intern; por la negación dogmática de las apariencias, y sólo puede lidades (por ejemplo, en el Adam Smith esotéri co)
. La cuestión es cómo
o d� la economía
exorcizar las formas del fetichismo sin comprenderlas. explicar al mismo tiempo la autonomía relativa del discurs
cias del fetichismo,
La teoría de Marx, por el contrario, comprende esas formas alienadas e clásica, autonomía que le permite disipar las aparien
irracionales como formas de aparición de la esencia interna del proceso. cidad para llegar a la comprensión del
y su limitación esencial, su incapa
Con un mismo movimiento puede hacer la teoría del proceso y la teoría movimiento real de la producción capital ista.
de la economía
de su desconocimiento. Después de haber elogiado el trabajo de disolución
Podemos volver ahora sobre un cuarto razonamiento: el de los Manus­
clásica, Marx declara :
critos de 1 844. Este discurso también toma por punto de partida las «for�
cautivos de
mas alienadas e irracionales» que acabamos de examinar. El primer «Inclu so sus mejores portavoces siguen más o menos
que su crítica ha disecad o (desde el
Manuscrito parte de tres fuentes; y el joven Marx rechaza la disolución las apariencias de ese universo
de otro modo) ». Capita l T. VIII,
ricardiana considerada como abstracta. Por eso escribe en sus notas de punto de vista burgués, no podía ser
lectura sobre Ricardo: p. 2 0 8 •
l 7H .1 ACQlJH8 l\A'NCl hlU1 179

¿ Cómo No mnni ficHtn oNa i111p0Nib ilidad ? Podomo s clA1lc� q ua Kl r1111 �1\ torno 11 c101
do1 p�mto-, tienden ;1 disi1m1lar este hecho:
tratar de reflcxio nni�
Nobrc ht txi�tcn da de dos puntos p ri v ilegiado s e11
los que se a.firma el des­ ·� 111 c x.istcnci11 de b prod ucción capitalist;1 es la existencia de un modo de
co110t·i11 1 icn to de la estruct ura conteni da en el discurso
de la econom í a prod ucción his t órica me nte d e term in ado.
d áN i c a . J Jay dos cosas q ue l a economía clásica n o ve. En ese juego de escondite de la economía política clásica, hay un punto
Ya hemos examina do ampliamente el primer punto, en que siempre se quemará. Hay algo que ella no puede ver y ese algo
que se refiere
ni desc onocimien to de la forma valor. He aquí cómo plantea que no puede ver es también algo que no debe ver.
Marx la ne­
cesidad de ese desconocimiento de la econom ía clásica: El concepto de no debe ver no lo formula Marx de hecho.17 Marx no
reflexiona conceptualmente las condiciones específicas. de posibilidad del
«La economía polític a clásica nunca ha logrado deducir
de su aná­ discurso de la economía clásica. Su manera de concebir la limitación m­
lisis de la mercan cía, y especialmente del valor de la trínseca de la economía clásica es analógica.
mercancía la
forma bajo la cual ésta se vuelve valor de cambio, y ése
SLls vicios principales. Son precisamente sus mejores represen
es un de ; Esto es lo que aparece en el estudio de un texto del libro 111 donde
tantes, comenta la posición de Ricardo en el problema de la baja de la cuota de
tales como Adam Smith y Ricardo, quienes tratan la forma ganancia.
valor
como algo indiferente o sin ninguna relación íntima con
la naturaleza
de la propia mercan cía. No es sólo que el valor como «La cuota de ganancia es la forma motriz de la producción capita­
cantidad ab­
sorba su atención ; la razón es más profunda. La forma lista, que sólo produce lo que puede producirse con ganancia y en la
valor del
producto del trabajo es la forma más abstrac ta y más medida en que ésta puede obtenerse. De aquí la angustia de los eco­
general del
n od o de producción actual, que por eso mismo adqui nomistas ingleses ante el descenso de la cuota de ganancia. El hecho
:
' . .ere un carácte r de que la simple posibilidad de ese descenso inquiete a Ricardo es preci­
h stonco, el carácte r de un modo particular de producción social.

Si se comete el error de tomar esa forma por forma natural 'S amente .lo que demuestra 'SU profunda comprensión de las condiciones
y eterna
de toda producción en toda sociedad, se pierde necesari de la producción capitalista.
amente de
vista el lado específico de la forma valor, después el «La importancia de ese autor estriba precisamente en lo que algunos
de la forma
mercan cía y, en un grado más elevado, el de la forma le reprochan : en que, sin preocuparse de "los hombres'', analiza la pro­
dinero, forma
capital, etc . . . ». El Capital, T. 1, p. 8 3 . ducción . capitalista fijándose solamente en el desarrollo de las fuerzas
productivas, cualquiera que sea el sacrificio en. hombres y en valores­
Lo que l a econom ía clásica · desconoce al dejar caer capital que ese desarrollo lleve consigo. El desarrollo de las foerzás
la forma valor
en lo inesencial, es el carácter histórico particular del productivas del trabajo social es lo que constituye la misión histórica
modo de producción /
capitalista. y la razón de ser del capital. Es así precisamente como crea, sin pro-
Lo mismo ocurre en el análisis del segundo punto, que ponérselo, las condiciones materiales para un modo de producción su­
se refiere
al origen de la plusvalía. Prácticamente todos los errores de Smith perior. Lo que a Ricardo le inquieta es que la cuota de ganancia,
.
Ricardo
y de acicate de la producción capitalista y, al mismo tiempo, condición y
, todas las falsas formulaciones que hacen de problemas diversos
motor de la acumulación, está amenazada por el desarrollo mismo de
tienen la misma consecuencia: el oscure.cimiento .de la form�ci
ón de la la producción. Y la relación cuantitativa es aquí lo esencial. En el
plusvalía.
fondo de todo esto, hay algo más profundo, que Ricardo sólo puede
Hay una distinción ausente en todo el razonamiento de la economí
a intuir. Se percibe aquí en un plano puramente económico, es decir,
clásica: la distinción entre capital variable y capital constante. Ahora desde el punto de vista burgués, dentro de los límites del 'entendimiento,
bien,
h posición de esta distinción disipa el misterio de la plusvalía. Hace aparecer :. capitalista, desde el punto de vista de la producción capitalista misma,

d motor el proceso de _producción capitalis ta: la oposición entr
e el capital 17 Decir que la economía clásica no pueJe ver esos puntos porque en ellos
� el trabaJO asalariado. Es·a distinción hace aparece
r la producción capita­ se encuentra inscrito el carácter histórico del modo de producción capitalista, y por
lista como condicionada por relaciones de produ�cíón históric tanto .su desaparición necesaria, y que el capitalismo no puede soportar el ver . así
a' determinada. su muerte cara a cara, no podría nunca considerarse manifiestamente como la
Así, todas las omisiones y contradicciones del razonam
iento de la · econom ía formulación del concepto de esa ceguedad.
1 80
J ACQUJ.11 1'ANClil11.ll 181
y dentro de los limi tes de ésta, su rdativi�fod ; se ve que este modo
lidnd do l" e�·onmn l l\ clANica es preciso phmtcl\r el problema de la posibilidad
de producc ión no es un sistema de producción absoluto, sino un simple
de la ciencia misma, de su relación con sus condiciones históricas de
modo his tórico de producción correspondiente a cierta
época de desa­ posibilidad.
rrollo restringido de las fuerzas productivas. » T. VI,
p. 27 1 .
Marx: no resuelve en absoluto este problema al recurrir a un paralelo
Notemos los conceptos que están en juego. Tenemos primeramente la entre el desarrollo de la contradicción inherente al modo de producción
«in tuición» (Ahnung) de Ricardo. La presencia de este concepto no es capitalista y el desarrollo de su crítica. Me refiero aquí a esos textos célebres
indiferente. Marx la emplea precisamente cada vez que quiere indicar los donde Marx explica que la crítica científica del modo de producción capi­
presentimientos de Ricardo, sus intuiciones en cuanto a la naturaleza íntima · talista es posible a partir del momento en que ese sistema está en crisis.
del modo de producción capitalista, presentimiento que van más allá de su Podemos preguntarnos si ese nexo entre crisis y crítica no será un
·
« p u n to de vista» limitado. Esta limitación necesaria está señalada por tres residuo de la ideología historicista característica de la Ideología Alemana.
expresiones: in rein okonomischer Weise, im bourgeois Standpunkt, innerhalb Esta concepción de Marx está, por otra parte, en oposición con otra con­
dcr C renzen des kapitalistischen Verstandes. cepción que es la de la pureza de la ciencia. La posibilidad de la ciencia
Podemos relacionar estas expresiones a un texto del libro I, al final del está entonces ligada a una especie de tregua de la historia. Así, Ricardo
en p í t u l o sobre el salario. puede sostener un discurso científico porque escribe en un momento de
«La economía política toca de cerca el verdadero estado de cosas sin estabilidad ei1 que la historia está en cierto modo neutralizada. Desde que
formularlo jamás conscientemente. Y eso le será imposible mientras la crisis del capitalismo y la . lucha de clases se agravan, ese razonamiento
no se despoje de su vieja piel burguesa .» T. II, p. 2 1 3 . deja de ser posible, y los siguientes de Ricardo caen en la apologética y en
la economía vulgar.
L a relación d e estos dos textos permite poner d e relieve el modelo De una manera general, a una concepc10n historicista, concepción que
ana­
lógico utilizado por Marx para concebir la limitación de
la economía clásica. acompaña al concepto de crítica, se opone en Marx una concepci6n que
Tenemos aquí la definición de un entendimiento capitali
sta (kapitalistische fundamenta la ciencia en una ruptura radical con las condiciones de exis­
Verstan d) que no se confunde con las representaciones ( Vorstellungen tencia de los agentes históricos. El problema consiste entonces en pensar
) del
sujeto capitalista. Ese entendimiento capitalista ' lo concibe Marx las condiciones de esa ruptura. Si Marx determina en El Capital el lugar
según el
modelo del desarrolio de los modos de producción. Sabemo
s que en un de la ciencia y las formas de la cientificidad, podernos preguntarnos si res­
modo de producción determinado las formas productivas se pohde a la pregunta: ¿ cómo se llega a ese lugar de la ciencia?
desarrollan hasta
cierto punto en que su desarrollo se ve trabado por las relaciones
de pro­ Si se trata de la economía vulgar, vemos que la cuestión se resuelve por
ducción. Éstas constituyen el límite propio de un modo d producc
e ión, la determinación del lugar del sujeto capitalista en la Wirklichkeit: si se
límite que se manifiesta en el fenómeno de frenaje de las fuerzas
produc­ puede llegar a ese lugar desde donde se sostiene el discurso de la economía
tivas. Ahora bien, el kapitalistische Verstand es concebido precisam
ente vulgar, es porque se está ya allí. Por otro lado, no se responde a la cuestión
como un modo de ·producción teórico en cuyo interior las fuerzas
produc­ del acceso al discurso científico. Y yo no creo que la cuestión se resuelva
tivas teóricas pueden desarrollarse solamente hasta cierto punto, estando
mediante los célebres pasajes de la Introducción general a la Crítica de la
subordinadas al límite absoluto propio de ese modo de producción. É
ste es economía política.
el modelo analógico no explícito con que Marx concibe la posibilid
ad y la Sabemos que esa cuestión ha sido problematizada bajo la forma «Teoría
limitación intrínsecas del discurso de la economí a política, prisionera
de su e historia», sobre todo con la escuela de Della Volpe. Pero la respuesta que
«vieja piel burguesa», lo mismo que las fuerzas productivas lo están
de las se da allí en la teoría del círculo concreto-abstracto-concreto o teoría del
relaciones de producción burguesas.
paso de las instancias histórico-materiales a las instancias histórico-racionales,
Si la cosa es así, podemos afirmar que Marx no nos da el concepto
de tiende a caer más acá de la distinción radical establecida por Marx entre
la posibilidad del discurso de la econom ía clásica. Para poder formula
r ese el proceso de pensamiento· y el proceso real. Por un lado, las determinacio­
concepto sería preciso imaginar el lugar común donde se separan la
economía nes de lo abstracto y de lo concreto son confundidas con las del pensamiento
política clásica y la ciencia marxist a; o sea, que para comprender
la posibi� y de lo real ( subrepción empirista) . Por el otro, el modelo epistemológico
- · ,, ' c.¡; CAP ,,..,.,.

1 82
.JAC QUll l l\ANC1ful11
aquí propuest o está totalmente
penetrado por categorías" ideo
sado, del presente y del fut lógicas del p::i�
uro, que s"on impuestas por
objeto en cuestión (la historia e l hec ho de que el
) ha sido tomado sin crítica
ción ide<;>lógica vulgar. Este en . su determinaT
reflejo en el enunciado epistem
propiedades ideológicas del obje ológico de las
to ideológico que Della Volpe
se manifiesta por una parte se ha señalado,
en la concepción del movimie
abstracto- concreto, y por otra nto concreto­
parte en la estructura antecede
cuentes que se supone defin ntes-conse­
e la form� de la cientificidad. Las
las cate gor ías ec nómicas rela cion es entre
� son, pues, concebidas según el
mod elo de una
s ecuencia de antecedentes
a consecuentes situadas en una PIERRE MACHEREY
Hemos visto en el ejemplo de líne a con tinua.
Pietranera cómo esa teoría de la
cual orden lineal de implicac raci onal ida.d
iones (reflexión de las propieda
cepto ideológico de historia) des del con­ •
descono cía la dimensión de la
naturaleza del proceso que es ciencia y la
su objeto.
Así vemos que las dificultades teór
icas planteadas por la respuesta ra­
dican en el modo ·como se ha plan
teado la f!regunta. Es preciso, pues ACERCA
, que
,
realicemos aquí un movimient
o del cual nos ha dado Marx la
figura
DEL PROCESO DE EXPOSIC ION
ejemplar, e interrogar a los térm
inos mismos de la c �estión y part
mente al concepto de historia. Si icular­
no somos capaces de resolver el prob
sabremos por lo menos cuál es lema,
el terreno donde puede resolver
concepto de hist oria. se: el de otro DE "EL CAPITAL"

«En el umbral de la ciencia lo mismo Qlll


en la entrada del infierno•
Prefacio de la Contribucirfn " ¡,,
Crítica de la Economía Po/l#ct1,

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