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…EL THALER DE MARIA TERESA


La entrada de hoy está dedicada a una de esas monedas que hacen historia. Tanto es así que hoy
día, más de 250 años después de su lanzamiento, sigue siendo aceptada en algunas partes de
Oriente Medio y norte de África y se sigue produciendo con prácticamente el mismo aspecto que
tenía entonces. Se trata del tálero (thaler o taler) de María Teresa de 1780, una de las “joyas de la
corona” de cualquier amante de las monedas de plata, considerada por muchos como una de las de
mayor belleza que jamás se han puesto en circulación.

Se suele considerar a María Teresa, que reinó entre 1740 y 1780 como la emperatriz de Austria,
aunque su título fue el de Archiduquesa, además de ser la Reina de Hungría y de Bohemia. Ostentó
también el título de Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico como esposa del Emperador
Francisco, aunque en aquel momento el antiguo imperio se encontrara en verdadero declive y
estrechamente ligado al devenir de la corona austriaca. La primera mitad del XVIII presenció la
ascensión de Austria a potencia hegemónica de Centroeuropa, gracias sobre todo a la resolución de
antiguos conflictos de forma favorable a sus intereses. Así, tras la Guerra de Sucesión en España,
Austria logró hacerse con territorios que antes habían estado bajo soberanía española, como los Anverso del thaler
Países Bajos o el Milanesado.

La propia María Teresa, que ascendió al trono en 1740, tuvo que hacer frente a una Guerra de Sucesión, dado que algunos de sus influyentes vecinos
como Prusia o Baviera no la reconocían como soberana. El tratado de Aquisgrán de 1748 resolvía esta disputa en su favor, y pocos años después, ya
aliada con Prusia, se repartió los territorios despojados a Polonia (Galitzia y Bucovina) llegando a conformar el imperio multinacional que duraría hasta
el final de la Primera Guerra Mundial (1918). Pese a su considerable tamaño, su complejidad política, administrativa, cultural y étnica harían de éste un
estado tremendamente inestable.

Si por algo es recordada María Teresa es por su afán reformista, muy acorde con los tiempos de la
Ilustración. Así, se embarcó en un proyecto de mayor centralización administrativa, con una
justicia unitaria y un único cuerpo de funcionarios, y trató de aumentar los ingresos fiscales
uniformizando la carga impositiva entre los distintos territorios y mediante la desamortización de
bienes de los monasterios, entre otras medidas. El ejército pasó por un proceso modernizador, pues
se instituyó la profesionalidad y permanencia del mismo. En cuanto al plano socio-económico, se
abrieron escuelas de formación para la industria, se mejoraron las vías de comunicación terrestre,
se constituyó una Comisión Agraria para analizar las cuestiones que afectaban al mundo rural y se
utilizó al Danubio como eje central de comunicación fluvial entre los distintos territorios que
formaban parte de la corona.

El tálero que protagoniza la entrada de hoy fue emitido a partir de 1741, pero adquirió su peso (28
grs.) y tamaño (41 mm.) a raíz de la Convención Monetaria entre Austria y Baviera de 1753, que

Reverso del thaler determinaba las medidas de las monedas de plata en circulación en ambos territorios. Ya durante
el reinado de María Teresa trascendió las fronteras del imperio, pues se convirtió en la moneda más
demandada para el comercio con el Levante mediterráneo (Siria, Turquía, Líbano). Es así como José II, hijo y sucesor de María Teresa, permitió que el
tálero fuera emitido con exactamente el mismo aspecto que tenía en 1780. Durante los años siguientes, se convirtió en la moneda más aceptada,
cuando no la única, en la mayor parte del mundo árabe, África Oriental e incluso India. En 1857 el Emperador Francisco José declaró el tálero como
moneda de comercio oficial, con lo que además se empezó a emitir en otras capitales como Roma, París, Bruselas, Londres o Bombay.

El tálero de María Teresa es un reflejo de la complejidad del territorio que gobernó durante cuatro décadas. El anverso, protagonizado por su
imponente perfil, presenta la siguiente leyenda: M.THERESIA D.G.R.IMP.HU.BO.REG, es decir, “María Teresa, por la Gracia de Dios Emperatriz de los
Romanos, Reina de Hungría y Bohemia”. El reverso, que contiene el escudo de armas austriaco con la célebre águila bicéfala, presenta la leyenda
ARCHID.AUST.DUX.BURG.CO.TYR1780.X que viene a ser “Archiduquesa de Austria, Duquesa de Burgundia, Condesa de Tirol 1780. La X parece indicar que
se emitió tras la convención de 1753 arriba mencionada. En cualquier caso, el tálero de las imágenes no debe tener más de 20 años de antigüedad, a
tenor de la descripción del vendedor. El canto, por su parte. contiene el lema que acompañó a la soberana durante su reinado: IUSTITIA ET CLEMENTIA

Detalle del canto


Pese a que dejó de ser moneda en circulación en el Imperio Austro-Húngaro en 1858, el tálero de María Teresa es hoy en día una de las monedas más
antiguas aún aceptadas como forma de pago en algunos lugares. Se sigue produciendo en la casa de la moneda austriaca, y es difícil calcular el número
total de táleros emitidos desde mediados del siglo XVIII. Solo sabemos que en los 200 primeros años de emisión, es decir, hasta mediados del siglo XX se
produjeron unos 320 millones de ejemplares. No está nada mal para un imperio que dejó de existir hace casi 100 años…

Referencias: 
Ruiz Rodríguez, J.I. Univ. de Alcalá de Henares. La Europa Central. El Despotismo Ilustrado en Prusia y Austria en Historia Moderna Universal, de
Alfredo Floristán (coord,) Editorial Ariel S.A. 2002 (Barcelona)

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