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HORA SANTA.

1. Canto de Entrada (21:00 hrs.)

2. Exposición del Santísimo

3. Oración de exposición (Padre Goyo)

La Encarnación del Hijo de Dios. (Marco P. 21:15)

4. Evangelio (Lc 1, 26-38)


Del Evangelio según san Lucas
A. Gloria a ti, Señor:

Envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, que se llamaba Nazaret, a
una joven prometida con un hombre de la estirpe de David, de nombre José; la
joven se llamaba María. El ángel, entrando en donde estaba ella, le dijo: “Alégrate,
favorecida, el Señor está contigo”. Ella se turbó al oír estas palabras,
preguntándose qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “Tranquilízate, María, que
Dios te ha concedido su favor”. Pues, mira, vas a concebir, darás a luz un hijo y le
pondrás de nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo y el Señor
Dios le dará el trono de David su antepasado; reinará para siempre en la casa de
Jacob y su reinado no tendrá fin. María dijo al Ángel: “¿Cómo sucederá eso, si no
vivo con un hombre? El ángel le contestó: El Espíritu Santo bajará sobre ti y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra.; por eso al que va a nacer le llamarán
Consagrado, Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel: a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses; para Dios
no hay nada imposible. María contestó: “Aquí está la esclava del Señor. cúmplase
en mí lo que has dicho”. Y el ángel la dejó.
Palabra del Señor.

5. Meditación. Celestino (21:20 hrs.)


Damos gracias a Dios por todos los niños que han sido concebidos y por todos los
que desde el inicio se alegran de este don. Vamos a pedir de una manera especial
que sepamos CUIDAR LA VIDA, tanto la de los niños que aún no han nacido
como la de todas las personas, especialmente los más débiles y los más ancianos.
Te damos gracias Señor por todas las familias que esperan el nacimiento de un
niño, infunde en ellos la capacidad para reconocerlo como un regalo tuyo.
Te agradecemos, Señor por todas las madres que se encuentran embarazadas y
encuentran alegría en ello, concédeles la fuerza y el coraje, para defender este
gran don.
Gracias Señor, por todas las leyes que están a favor y protegen la vida, desde su
concepción hasta su término.
Agradecemos Señor, por todos los hombres valientes que defienden la Vida como
el mayor regalo que Tú nos has hecho.

El Bautismo del Señor. (Victor 21:35)


6. Evangelio (Mt 3, 13-17)
Del Evangelio según san Mateo
A. Gloria a ti, Señor:
Entonces aparece Jesús que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser
bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: "Soy yo el que
necesita ser bautizado por ti. ¿y tú vienes a mí?". Jesús le respondió: "Déjame
ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia". Entonces le dejó
Bautizado Jesús, salió luego del agua: y en esto se abrieron los cielos y vio al
Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que
salía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco."
Palabra del Señor.

7. Meditación (21:40 Miguel)


¡Cuán bueno es Dios! ¡Dios derrama sobre nosotros una lluvia de gracias y
bendiciones! Una vez bautizados, poseemos el derecho de recibir “gracia actual”.
Las gracias actuales son impulsos divinos e inspiraciones que obran maravillas en
nuestro corazón y nuestra mente. Luz celestial llena nuestra mente y nos impulsa
a hacer el bien y promover la gloria de Dios. Y para fortalecer nuestra voluntad,
Dios nos da paz, alegría y entusiasmo en su servicio. Cuando somos tentados, la
gracia nos ayuda a resistir el mal y hacer el bien.
La Transfiguración. (David 22:00)
8. Evangelio (Mt 17, 1-5)
Del Evangelio según san Mateo
A. Gloria a ti, Señor:

Tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte,
a un monte alto. Y se Transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como
el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron
Moisés y Elías que conversaban con él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús:
"Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti,
otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando, cuando una nube
luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: "Este es
mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.
Palabra del señor.

9. Meditación (Sergio 22:05)


Indudablemente, el propósito de la transfiguración de Cristo en al menos una parte
de Su gloria celestial, fue para que el “círculo íntimo” de Sus discípulos, pudieran
tener una mayor comprensión de quien era Jesús. Cristo experimentó un cambio
dramático en Su apariencia, con el fin de que los discípulos pudieran percibir Su
gloria. Los discípulos, quienes solo lo habían conocido en Su cuerpo humano,
ahora tenían una mayor conciencia de la divinidad de Cristo, aunque no podían
comprenderla plenamente.
El hecho de la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor tiene en los Evangelios
una importancia muy grande. Como la tiene después para la vida de la Iglesia, la
cual reafirma nuestra esperanza en el Señor Resucitado, pues sabemos que,
cuando se nos manifieste, transformará nuestros cuerpos mortales, eliminando de
ellos todas las miserias, y configurándolos con su cuerpo glorioso e inmortal...
La Crucificción y Muerte de nuestro Divino Salvador. (Nazario 22: 20)
11. Evangelio (Mc 15, 22-39)
Del Evangelio según san Mateo
A. Gloria a ti, Señor:

Condujeron a Jesús al Gólgota (que significa "La calavera") y le ofrecieron vino


con mirra, pero no lo tomó. Lo crucificaron y se repartieron su ropa, echándola a
suertes para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo
crucificaron. En el letrero estaba escrita la causa de su condena: EL REY DE LOS
JUDIOS. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la
izquierda. Los que pasaban lo injuriaban, y decían meneando la cabeza: - ¡Vaya!
Tú que destruías el santuario y lo reconstruías en tres días: baja de la cruz y
sálvate. También los sumos sacerdotes, en compañía de los letrados bromeaban
entre ellos: - Ha salvado a otros y él no se puede salvar. ¡El Mesías, el rey de
Israel! ¡Que baje ahora de la cruz para que lo veamos y creamos! También los que
estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el medio día toda aquella tierra
quedó en tinieblas hasta media tarde. A media tarde gritó Jesús muy fuerte: -Eloí,
Eloí, lemá sabaktaní (que significa: "Dios mío, Dios mío, por qué me has
abandonado")
Palabra del Señor

Preces (Cristofer 22:25)


Que Jesús presente en el Santísimo Sacramento del altar, resucitado de entre los
muertos, vivifique nuestros cuerpos mortales y pidamos de una manera especial
por los fieles difuntos, diciendo
R./ Señor, danos la vida en Cristo.

Padre santo, ya que por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo en la
muerte, y con El hemos resucitado,
haz que de tal forma andemos en vida nueva, que aún después de nuestra muerte
vivamos para siempre con Cristo.
R./ Señor, danos la vida en Cristo.

Padre providente, que nos has dado el pan vivo bajado del cielo para que lo
comamos santamente,
has que al comerlo tengamos Vida eterna y resucitemos en el último día.
R./ Señor, danos la vida en Cristo.
Señor, que envíaste un ángel para que confortara a tu Hijo en la agonía de
Getsemaní,
dígnate consolarnos en nuestro tránsito con la dulzura de tu esperanza.
R./ Señor, danos la vida en Cristo.

Dios y Señor de vivos y muertos, que resucitaste a Cristo del sepulcro,


resucita también a los difuntos y, a nosotros, danos un lugar junto a ellos en tu
Gloria.
R./ Señor, danos la vida en Cristo.

Padre nuestro...
Ave María…
Gloria…

La Resurrección del Señor. (22:40 Edgar)


12.Evangelio (Mt 28, 1-10)

Del Evangelio según san Mateo


A. Gloria a ti, Señor:

Pasado el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la


otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto la tierra tembló violentamente,
porque el Ángel del Señor bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó
encima. Tenía aspecto de relámpago y su vestido era blanco como la nieve. Los
centinelas temblaron de miedo y se quedaron como muertos. El ángel habló a las
mujeres: -Ustedes no teman. Ya se que buscan a Jesús el crucificado; no está
aquí, ha resucitado, como tenía dicho. Vengan a ver el sitio donde yacía, y
después vayan aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la muerte y
que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán. Eso es todo. Con miedo, pero con
mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a
los discípulos. De pronto Jesús les salió al encuentro y las saludó diciendo:
¡Alégrense! Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies. Jesús les dijo:
No tengan miedo; vayan a avisarle a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me
verán.
Palabra del Señor
13. Meditación (22:45 Juan Jaime)
¿Qué habría pasado si Jesús no hubiese resucitado? Que no habría cristianos en
el mundo, que el cristianismo no existiría, que hoy en toda la tierra más de dos mil
millones doscientos mil cristianos no estaríamos celebrando ni la eucaristía, ni su
resurrección. “Si la muerte hubiera sido superior a Jesús, todo habría concluido.
Jesús hubiera sido olvidado. De su vida, su evangelio, su muerte, no habría
quedado más que un amargo sabor a utopía, ingenuidad o fracaso”.
Así de importante es la resurrección de Jesús. A Jesús hemos de verle en su
realidad completa, y nunca por separado. Su vida, muerte y resurrección forman
una unidad indivisible. Si Jesús murió como murió fue porque vivió de la manera
que vivió, y si resucitó, fue porque vivió y murió como lo hizo, vivió y murió
predicando el evangelio del amor, del amor a Dios, a los demás y a uno mismo.
Por eso su Padre Dios le resucitó al tercer día. “¿Por qué buscáis entre los
muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.
Jesús no se queda en su resurrección. Nos promete a todos sus seguidores que
vamos a correr su misma suerte, que también nosotros vamos a resucitar. Nos
regala la resurrección. “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque
muera vivirá para siempre”. Y San Pablo insiste: “Si creemos que Jesús ha muerto
y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los resucitará
con él”.
Jesús viene a cumplir uno de los anhelos más fuertemente arraigado en nuestro
corazón: vivir siempre y que la muerte no nos pueda. Pero vivir siempre no de
cualquier manera, sino vivir siempre de manera totalmente feliz, sin un miligramo
de dolor, de sufrimiento, de tristeza. Dios nos ha creado con ansias de eternidad,
de eternidad feliz. Pero no está en nuestras manos saciar este deseo.

14. Bendición y reserva del Santísimo (22:55)


15. Cantos de animación.

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