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El término 

solución, del latín solutĭo, tiene dos grandes usos. Por


un lado, se trata de la acción y efecto de
resolver una dificultad o una duda. Por el otro, solución es
la acción y efecto de disolver.

En el primer caso, la solución supone la satisfacción de una


inquietud o la razón con que se destraba un problema.
Solucionar algo, por lo tanto, es resolverlo o darlo por
terminado. Por ejemplo: “Mi casa tiene goteras: tengo que
encontrar una solución o se va a inundar”, “No te preocupes,
vamos a pensar juntos una solución para tus problemas”, “No
tengo trabajo y mañana me rematan la casa: necesito una
solución urgente”.

La solución en el arte

En el campo de la literatura, el teatro o el cine, la solución es


el desenlace o la finalización del argumento, que suele resolver
cualquier incógnita que pudiera tener el espectador de acuerdo a
la trama.

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