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LA DIVINA COMEDIA

EL INFIERNO

Ante las puertas del infierno

Aquí se encuentran, entre lamentos de dolor y de ira, las "gentes que vivieron sin gloria ni
infamia", mezcladas con los ángeles que no se rebelaron contra Dios, pero no por lealtad, sino
para evitar las consecuencias de tomar partido en la lucha entre el bien y el mal. El cielo los
rechaza porque no hicieron nada bueno y el infierno también, porque no hicieron nada malo. Su
tormento es que nadie se acuerda de ellos, no tienen esperanza de morir y no tienen nada que
hacer en su pobre vida, desdeñados tanto de la justicia como de la compasión. Dante está
condenando aquí, en particular, a sus compatriotas que, al contrario que él, evitaron tomar
partido en los conflictos políticos de su tiempo anteponiendo su bienestar al bien de su ciudad.

También están allí los pusilánimes, desnudos, acosados por avispas, moscones y gusanos.
Entre ellos estaba "quien hizo por cobardía aquella gran renuncia".

El Infierno es un enorme valle cónico y está dividido en nueve niveles o círculos, cada cual más
profundo y estrecho que el anterior. Para llegar hasta él hay que cruzar el río Aqueronte, y las
almas lo hacen en la barca de Caronte.

Círculo primero

El círculo primero es el Limbo, donde están quienes, sin haber cometido falta alguna, han
muerto sin haber recibido el bautismo; en particular, todos cuantos nacieron antes de la llegada
de Cristo. Las excepciones son Adán, Abel, Noé, Moisés, Abraham

Círculo segundo

En este círculo se castiga a "los lujuriosos, que la razón someten al deseo", eternamente
arrastrados de un sitio a otro por un terrible e incesante viento.

Círculo tercero

El círculo tercero está guardado por Cerbero, el perro de tres cabezas. Aquí se castiga el
pecado de la gula. Los condenados sufren una tormenta perpetua, con lluvia y granizo.

Círculo cuarto

El círculo cuarto está guardado por Pluto, el dios romano de la riqueza, y en él se encuentran
los pródigos y los avaros, condenados a hacer rodar pesadas rocas desde las laderas del valle
hasta chocar en el centro.

Círculo quinto

En el círculo quinto está la laguna Estigia, vigilada por Flegias, hijo de Marte. Enfangados en
ella, luchando eternamente unos contra otros, a golpes y mordiscos, están los condenados por
el pecado de la ira, mientras que debajo del agua están los acidiosos, es decir, los perezosos y
los que vivieron tristes y deprimidos sin motivo.

Círculo Sexto

En el círculo sexto se condena a los herejes. Está sembrado de tumbas en cada una de las
cuales arde el jefe de una secta herética junto con todos sus seguidores.

Círculo Séptimo

El círculo séptimo está custodiado por el Minotauro, en él se castiga a los violentos y está
dividido en tres recintos:
Recinto primero

Aquí se castiga a los que cometieron violencia contra el prójimo. Los que intentan salir de él
son devueltos por las flechas de los centauros que vigilan sus orillas.

Recinto segundo

Aquí se castiga a los que cometieron violencia contra sí mismos (los suicidas) o contra sus
posesiones (dilapidadores). Los que han renunciado a su cuerpo mediante el suicidio lo pierden
para siempre, pues cuando sus almas son arrojadas a este recinto se convierten en árboles
que sangran cuando las arpías se comen sus hojas. Los dilapidadores son perseguidos y
devorados por perros.

Recinto tercero

En el recinto tercero se castiga a quienes cometieron violencia contra Dios y sus designos:
blasfemos, homosexuales y usureros. (Los usureros no respetaban el mandato divino de
ganarse el pan con el sudor de su frente, sino que se lo ganaban con el sudor de la frente
ajena.) Se trata de un arenal ardiente sobre el que cae una lluvia de fuego. Los blasfemos
están tendidos boca arriba, lo que les impide protegerse de la lluvia; los usureros están
sentados, lo que les permite estar algo más resguardados, mientras que los homosexuales
pueden correr libremente (y si uno se para se ve obligado a estar parado durante cien años).

Círculo octavo

En el círculo octavo se condenan las distintas clases de fraude, y se llama Malas bolsas,
porque está dividido en diez recintos o bolsas. Está separado del anterior por el río Flegetonte,
que forma una gran catarata.

Bolsa primera: En ella se castiga a los seductores, azotados por demonios cornudos, provistos
de látigos.

Bolsa segunda: Aquí están los aduladores, hundidos en estiércol.

Bolsa tercera: Cada reo está metido boca abajo en un agujero, de modo que sólo le asoman
los pies en llamas.

Bolsa cuarta: Aquí se castiga a los adivinos, que caminan hacia atrás porque les han retorcido
el cuello, de modo que tienen la cara en la espalda.

Bolsa quinta: Aquí están los estafadores, a los que unos demonios negros sumergen en una
espesa resina ardiente y les pinchan con sus garfios si asoman la cabeza.

Bolsa sexta: Aquí están los hipócritas, que iban vestidos con capas que por fuera eran de oro y
por dentro de pesado plomo, que se veían obligados a llevar con gran esfuerzo

Bolsa séptima: Aquí los ladrones desnudos entre serpientes que se les suben encima, les
muerden y hacen que se deshagan en cenizas, pero luego se recomponen para seguir
sufriendo el tormento.

Bolsa octava: Es un foso en llamas, donde se castiga a los que sembraron discordia.

Bolsa novena: Unos demonios desgarran en ella a los "sembradores de escándalo y cisma",
entre los que se encuentran Mahoma y Alí.

Bolsa décima: Los falsificadores caminan aquejados de distintas enfermedades.

Círculo noveno

El último círculo está rodeado por los gigantes que forman una muralla humana que sobresale
hasta la altura del círculo octavo. En él se castiga a los traidores, sumergidos en hielo. Se
divide en cuatro zonas, en las que se castiga, respectivamente, a los traidores a su propia
familia, a los traidores políticos, a quienes traicionaron a sus amigos ya en el mismo centro de
la Tierra donde está Lucifer, se encuentran quienes traicionaron a sus benefactores, entre ellos
Judas y los asesinos de César: Bruto y Casio.

Lucifer es un gigante de unos mil metros. Fue arrojado del cielo por el hemisferio austral, de
donde se retiraron las tierras (todas concentradas en el hemisferio norte) y quedó el agujero
que lleva hasta el centro de la Tierra. La tierra desplazada formó el monte del Purgatorio, junto
al agujero, por el que fluye el río Leteo.

LUCIFER

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