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Nació en Lima (Perú) el día 30 de abril del año 1586; fueron sus padres Gaspar Flores y

María Oliva, tuvo 12 hermanos de los cuales varios murieron tempranamente. Aunque la
niña fue bautizada con el nombre de Isabel, se la llamaba comúnmente Rosa y con este
nombre fue confirmada por el arzobispo de Lima, Santo Toribio , tenia once años para ese
entonces y quiso completar su nombre con el de la virgen, Rosa de Santa María.
Rosa tomó a Santa Catalina de Siena por modelo, a pesar de la oposición y las burlas de
sus padres y amigos. En cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores
para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la
cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad, tuvo después bastante
dificultad en quitársela. Como la gente alababa frecuentemente su gran belleza, Rosa solía
restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para
nadie.
Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus
manos y de la finura de sus dedos; inmediatamente la santa se talló las manos con barro,
a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes. Estas y otras
austeridades aún más sorprendentes la prepararon a la lucha contra los peligros
exteriores y contra sus propios sentidos
Cuando la familia atravesó dificultades económicas, ella se puso a trabajar en el huerto
familiar, cultivaba flores y las vendía y por la noche cosía para las damas de la sociedad
limeña.
Rosa tenía vocación de soledad, se hizo en el solar de su casa con la ayuda de su hermano
una ermita para recogerse en oración y allí transcurrió gran parte de su tiempo, esa
miniatura de casa fue testigo silencioso de su santidad. Cuenta la historia que rosa tuvo
miedo al principio de quedarse sola en la casita del huerto, pero se dio ánimo con este
argumento; a mi mamá se le quita el miedo si la acompaña su esposo. Yo tengo mejor
esposo que ella pues el mío es el Señor.

Rosa de Santa María vivió en profundidad la espiritualidad dominicana de Santo Domingo


de Guzmán. Vivió la presencia de Dios, su alimento fue la eucaristía, pasaba noches
completas en adoración al Santísimo y muchas horas diurnas de rodillas ante el sagrario,
quiso ir de misionera a predicar el evangelio pero no le fue permitido ya que en la época
eso estaba reservado para los hombres.

Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de
la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no
podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara
a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que
la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no
quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto
pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo
fácilmente. Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería
ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y
negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar
una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias
dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida
como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

Uno de los rasgos distintivos de la espiritualidad de Santa Rosa fue su vivencia de la


pasión de Cristo, desde jovencita uso cilicios, se flageló con látigos, se ciño una cadena de
hierro y arrojo la llave del candado al pozo, esto le causo heridas infectadas, uso un aro de
púas en la cabeza oculto en el tocado como recordatorio de la corona de espinas del
Señor, comía cosas amargas en memoria de la hiel y el vinagre que dieron a Cristo
agonizante, para dormir usaba las camas y almohadas mas inclementes; piedras ,tejas,
troncos, fueron constantes en su vida todo tipo de asperezas. La iglesia actual ni aconseja
ni permite este tipo de penitencias.

Esos autocastigos no fueron en vano ni estériles, la pasión vivida por ella se transformo en
compasión y la compasión se tradujo en caridad. Repartía a los pobres la comida de la
casa, fue convirtiendo varias habitaciones de la casa en una especie de hospital y lo
llamaba la enfermería, allí acogía a los pobres y a todos los que padecían enfermedades
asquerosas además ayudaba en el hospital oficial.
La vida que llevo Rosa fue debilitando poco a poco su salud. Su muerte, fue una muerte
precoz y prevista, desde los primeros meses de 1617 ella aludía con frecuencia su próxima
partida, fijando para ello la fiesta de San Bartolomé del cual era muy devota y así ocurrió.
Recibió con total lucidez el sacramento del perdón, la eucaristía, el viatico y la unción de
los enfermos. Media hora antes de morir pidió la bendición a sus padres, hermanos y
confesores, pidió perdón a todos y pronunciando las palabras “Jesús sea conmigo”,
entrego su alma a Dios. Amanecía el 24 de Agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé
apóstol. Rosa tenía 31 años.

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