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4. Colangiografía intraoperatoria.
5. Bibliografía.
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Por ello, dado que el cáncer de vesícula tiene muy mal El trocar óptico se coloca en posición inmediatamente
pronóstico, debe realizarse una selección de los pacientes. supraumbilical (se puede colocar trans- o
Aquellos pacientes mayores, con calcificación difusa paraumbilical, pero a criterio del autor, la incisión
y asintomática podrían ser simplemente observados, supraumbilical permite tanto una ampliación cómoda
mientras que pacientes jóvenes con calcificación en caso de especímenes voluminosos como un cierre
selectiva (con mayor expectativa de vida y, por tanto, más seguro para disminuir la eventración diferida),
mayor riesgo acumulativo de cáncer de vesícula) o debiendo desplazarlo en dirección cefálica según las
pacientes sintomáticos deberían ser operados. dimensiones del abdomen del paciente. La distancia
ombligo-xifoides es una buena referencia.
.
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Pólipo ecográfico
Seguimiento
Factores de
ecográfico 2·3 Colecistectomía
riesgo
años
Estable, fin de
Si No
seguimiento a Crecimiento
criterio del colecistectomía
clínico*
Ecografía a
los 6 meses y
Colecistectomía seguimiento anual
durante 2 años
Figura 1. Algoritmo de decisión clínica para los pólipos vesiculares. *No existe consenso sobre el tiempo máximo durante el cual hay que realizar
seguimiento de esta patología.
Al autor le gusta dejar pasadas en este momento las Es importante una adecuada triangulación de los
suturas de cierre (dos puntos de Monosyn 2/0 con aguja puertos y dejar espacio para un segundo trócar de 5 mm
de 5/8, en “X” uno en cada ángulo de la incisión) por de ayuda de tracción en flanco derecho hacia la línea
dos motivos. Al comienzo de la intervención el plano axilar anterior, en caso de ser necesario.
aponeurótico se identifica mejor y si la colecistectomía
es dificultosa y agotadora, el cierre puede ser un La técnica laparoscópica habitual es la colecistectomía
momento frustrante y de esta manera, al extraer la pieza retrógrada, aunque en situaciones de gran inflamación,
y los trócares se habrá concluido la intervención. la técnica “fundus-down” o anterógrada o la punción
previa de la vesícula (aprovechar para enviar cultivos
Una vez establecido el neumoperitoneo (12 mm Hg microbiológicos) pueden resultar muy útiles y aumentar
habitualmente y hasta 15 mm Hg en pacientes obesos), la seguridad del procedimiento. La punción está
se introduce el videolaparoscopio (la preferencia del autor contraindicada si se sospecha un cáncer vesicular.
es 30o, ya que en situaciones de múltiples adherencias
logra una exposición superior a la óptica de 0o) y el resto En casos de inflamación muy severa no ha de olvidarse
de trócares se colocan bajo visión. El calibre de estos nunca la posibilidad de dejar una colecistostomía y
dependerán del instrumental del que se disponga. Un diferir el procedimiento o realizar una colecistectomía
trócar se coloca subxifoideo o ligeramente subcostal parcial, dejando la bolsa de Hartmann abierta con un
izquierdo. La localización más cómoda es a la izquierda drenaje aspirativo si no sale bilis (por ejemplo, si se
del ligamento redondo-falciforme, ya que el ángulo de trata de un síndrome de Mirizzi), o cerrándola mediante
ataque de las estructuras del triángulo de Calot es mejor, una sutura continua o bolsa de tabaco. En pacientes
aunque en algunos casos, como cuando existe un lóbulo cirróticos o hemofílicos graves en los que la hemorragia
hepático izquierdo que tapa la visión del hilio hepático, de la disección del lecho hepático puede ser muy difícil
puede ser necesario colocarlo a la derecha del mismo de controlar, la colecistectomía parcial dejando la
para poder salvarlo. Para elegir bien la posición de este pared posterior sin disecar y coagulando la mucosa es
trócar, el autor prefiere colocar antes el trócar de 5 mm resolutiva y segura.
de trabajo de la mano izquierda en el flanco derecho, para
traccionar de la vesícula e identificar la localización de
bolsa de Hartmann y del hilio hepático.
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Para realizar una correcta identificación y disección del La clave de esta maniobra consiste en separar del lecho
conducto cístico y de la arteria cística, ha de realizarse hepático el Hartmann de la vesícula, disecando todo
una tracción de la bolsa de Hartmann hacia la fosa iliaca el tejido entre éste y las estructuras del Calot. De esta
derecha del paciente; así se conseguirá una adecuada forma, se observa de forma inequívoca la continuidad
exposición. Si se ha colocado un segundo trócar de 5 de la vesícula con el conducto cístico y cómo ésta
mm de ayuda, éste traccionará del fundus de la vesícula queda “colgada” o adherida al hilio exclusivamente por
hacia el hombro derecho del paciente. el conducto cístico y la arteria cística.
Se incidirá el peritoneo anterior (medial) en el borde libre En este momento, se colocan los clips (dos distales y uno
de la vesícula y se continuará la disección superficial proximal) y se seccionan ambas estructuras y se completa
hasta el lecho hepático y en dirección al fundus hasta la separación de la pared posterior de la vesícula del lecho
agotar el plano. El plano de disección suele ser justo hepático. Una alternativa es no separarla del todo en la
por encima del ganglio de la arteria cística, que es una parte del fundus, para aprovechar y realizar hemostasia
buena referencia para comenzar la disección, y que en este momento, ya que su tracción ayudará a exponer
conviene realizar siempre lo más pegado a la vesícula el lecho hepático; así, una vez quitada la pieza no es
posible y lejos del hilio hepático. necesario tener que revisar de nuevo el lecho quirúrgico
ahorrando tiempo y maniobras.
Una vez incidido el peritoneo anterior, ha de movilizarse
la vesícula medialmente para exponer el peritoneo La vesícula se extrae mediante bolsa a través de la
posterior (lateral) e incidirlo de la misma forma que el incisión del ombligo y los trócares se retiran bajo visión
anterior, comunicando ambos planos. La disección comprobando la hemostasia de los puntos de entrada.
del peritoneo posterior es una maniobra clave y
fundamental. Es ésta la que permite, posteriormente,
individualizar las estructuras del Calot y la que permite
Colangiografía intraoperatoria
el descenso definitivo de la placa hiliar, alejando la vía La realización de colangiografía intraoperatoria de
biliar y la arteria hepática derecha de la zona de trabajo. forma sistemática sigue siendo para algunos un motivo
Si no se realiza esta maniobra, la tracción que se ejerce de discusión. Estudios con grandes series de pacientes
sobre la vesícula puede desplazar consigo ambas parecen favorecer su uso por un menor riesgo de lesiones
estructuras (en tienda de campaña) y llevar a que se de la vía biliar, sin embargo, muchos de estos estudios
haga una identificación incorrecta de la anatomía y se tienen importantes deficiencias metodológicas y hoy
tenga mayor posibilidad de lesión iatrógena. día, existen dos técnicas alternativas a la colangiografía
que permiten “dibujar” un colangiograma de forma más
Una vez comunicados ambos planos, se diseca el tejido rápida, menos invasiva e igualmente precisa. La primera
linfograso identificando e individualizando el conducto es el uso de la ecografía intraoperatoria, aunque ésta
cístico y la arteria cística. Otra maniobra fundamental requiere experiencia en la interpretación de las imágenes
y en opinión del autor, obligatoria, es realizar la mirada (no más de la que requiere la colangiografía con
crítica de seguridad (“critical view of safety [CVS]”). contraste), y la segunda es, precisamente, la realización
sistemática de la mirada crítica de Strasberg, por tanto,
Esta maniobra, descrita por Steven Strasberg en el
el autor no considera imprescindible la colangiografía
año 1995 9, consiste en visualizar perfectamente el
sistemática, que aumenta el tiempo operatorio y los
conducto cístico y la arteria cística, tanto por delante
costes, aunque es un recurso que debe tenerse en
(medial) como por detrás (lateral), antes de ligar y
cuenta y conocerse para aplicar en situaciones de
seccionar ninguna estructura. En algunos países, como
especial dificultad en la identificación de la anatomía.
Holanda, es obligatorio realizar una foto de este paso
de la intervención y adjuntarla al protocolo quirúrgico y Es igualmente importante conocer las variantes
la historia clínica del enfermo y en EE.UU. forma parte anatómicas más frecuentes de la inserción del conducto
del programa de formación de la SAGES (Society of cístico en la vía biliar común, de la arteria cística (única o
American Gastrointestinal and Endoscopic Surgeons): doble, anterior o posterior al conducto cístico, etc.) y de
“The SAGES Safe Cholecystectomy Program: Strategies la arteria hepática derecha (tributaria de la mesentérica
for Minimizing Bile Duct Injuries: Adopting a Universal superior que irá paralela y a la derecha de la vía biliar, u
Culture of Safety in Cholecystectomy” (tabla 1) 10. origen normal, pero cruce anterior de la vía biliar, ya que
normalmente cruza por detrás).
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1. Use el método de la mirada crítica de seguridad para la identificación del conducto cístico y la arteria
cística.
2. Realice un "Time-Out" intraoperatorio antes de "clipar" o cortar cualquier estructura tubular.
3. Valore la posibilidad de una anatomía aberrante en todos los casos.
4. Haga un uso liberal de la colangiografía o de otros métodos para dibujar el árbol biliar de forma
intraoperatoria.
5. Reconozca cuándo la disección se acerca a una zona de riesgo y haga una pausa antes de
proseguir. Valore concluir la intervención de otra forma segura que no sea mediante colecistectomía
(colecistectomía parcial, colecistostom la, reconversión) cuando las condiciones alrededor de la
vesicular son demasiado peligrosas.
6. Pida ayuda a otro cirujano cuando la disección es dificultosa.
Tabla 1. Posición del paciente
Las lesiones iatrogénicas son casi siempre fruto de una Las “señales” que deben poner en alerta son:
incorrecta interpretación de la anatomía, pero existen
algunas” señales” a las que se debe estar atentos y • La existencia de un conducto cístico de gran
que ayudarán a no seccionar ninguna estructura sin calibre. Naturalmente, si el paciente ha presentado
una correcta identificación previa de la anatomía o a migración de un cálculo a la vía biliar (clínica
reconvertir a cirugía abierta si ésta le resulta imposible de ictericia o colangitis previa) puede tener un
al cirujano. El autor insiste en que reconvertir o pedir verdadero conducto cístico dilatado, pero es
ayuda a un cirujano más experto no es sinónimo de improbable en el contexto de una cirugía electiva,
fracaso, sino de una actitud madura, responsable y o puede estar “embarazado” por el enclavamiento
profesional; la seguridad del enfermo debe primar sobre de un cálculo, pero ha de descartarse que se trate
cualquier otra circunstancia, ya que las lesiones de vía del colédoco mediante la maniobra de Strasberg,
biliar, especialmente, si se asocian a lesiones vasculares descrita previamente, o tratando de identificar la
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, pueden transformar una patología benigna en un confluencia cístico-colédoco.
drama (existen colecistectomías que han terminado
necesitando un trasplante hepático 12).(Figura 3 y 4)
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• La inserción “baja” del conducto cístico. Por Una vez identificado el origen, si la hemorragia es
supuesto que existe esta variante, pero dada su continua y ésta impide realizar bajo visión cualquier
escasa frecuencia, ha de asegurarse igualmente otra maniobra, si se tiene la destreza necesaria, puede
que no se está confundiendo el conducto cístico realizarse una maniobra de Pringle. De esta forma,
con el colédoco. Una vía biliar no dilatada en mediante un breve clampaje del hilio hepático puede
pacientes jóvenes puede tener un calibre muy fino tenerse el campo limpio durante el tiempo que se
y, por tanto, ser más fácilmente confundida en necesite para resolver el problema.
estas situaciones.
• La dificultad de colocar sobre el conducto cístico
el instrumental de clipaje. Si se coloca el trocar
de la mano derecha (habitualmente de 10 mm)
en la posición descrita, subxifoideo o ligeramente
subcostal izquierdo, al traccionar de la bolsa
Hartmann hacia la fosa iliaca derecha del paciente,
el instrumental es prácticamente perpendicular al
hilio hepático. Sin embargo, si se observa que se
necesita corregir la posición y que la forma más
fácil de ligar el conducto cístico es colocando
el instrumental en un eje más paralelo al eje del
hilio hepático, ha de tenerse la sospecha de haber
podido disecar equivocadamente el colédoco y
deberá asegurarse antes de realizar cualquier
maniobra definitiva.
• Arteria cística “arrosariada”. La arteria cística es una
arteria terminal, única o doble, pero que se dirige
recta hasta alcanzar la pared de la vesícula. La arteria
hepática derecha, que a veces puede ser filiforme y, Figura 3. Variantes anatómicas más frecuentes del conducto cístico.
A. Inserción baja en colédoco. B. Ausencia o cístico corto. C. Inserción
por tanto, el calibre no ayuda a diferenciarla, puede cerca de la confluencia de los conductos hepáticos. D. Inserción en lado
“serpentear” en el Calot o, incluso, estar apoyada izq. de la vía biliar cruzando por delante de la misma. E. Inserción en lado
sobre la pared de la bolsa de Hartmann (arteria en izq. de la vía biliar cruzando por detrás de la misma.
oruga, del inglés “caterpillar artery”).
Si pese a todas estas maniobras de seguridad, se lesiona
la vía biliar, puede hacerse una reconstrucción directa
si se tiene la experiencia necesaria. Si no, debe dejarse
ligado o clipado el cabo proximal de la vía biliar, para
que dilate y facilite la reconstrucción diferida, dejar un
drenaje de ambiente e informar al paciente y familiares.
En la figura 4 se observa un amplio trayecto de la arteria Recientemente se ha publicado una técnica novedosa e
hepática derecha que discurre paralela al conducto ingeniosa de colecistectomía parcial, que consiste en la
cístico, y que es “atraída” hacia la vesícula por la tracción oclusión de la bolsa de Hartmann con un colgajo libre de
necesaria para la exposición del Calot, observándose epíplon, a modo de “plug”15.
una arteria cística en realidad muy corta y de gran
calibre. En este caso, el calibre de la arteria principal 1. Use el método de la mirada crítica de seguridad para la
es un dato que debe hacer extremar la precaución en la identificación del conducto cístico y la arteria cística.
disección, pero a veces esta arteria es filiforme y puede 2. Realice un “Time-Out” intraoperatorio antes de
ser confundida con la arteria cística cuando tiene un “clipar” o cortar cualquier estructura tubular.
trayecto extrahepático largo. 3. Valore la posibilidad de una anatomía aberrante en
todos los casos.
La imagen es un ejemplo de la importancia de la
maniobra de seguridad de la mirada crítica que ya se 4. Haga un uso liberal de la colangiografía o de
ha comentado, no poniendo clips ni cortando ninguna otros métodos para dibujar el árbol biliar de forma
estructura hasta estar perfectamente individualizadas. intraoperatoria.
5. Reconozca cuándo la disección se acerca a
Asimismo, no es infrecuente encontrarse con una rama una zona de riesgo y haga una pausa antes de
de la arteria hepática derecha, que parece dirigirse hacia proseguir. Valore concluir la intervención de otra
la pared posterior de la vesícula, pero que en realidad forma segura que no sea mediante colecistectomía
acaba penetrando en el parénquima hepático en el lecho (colecistectomía parcial, colecistostomía,
vesicular; se trata de la rama del segmento 5 hepático reconversión) cuando las condiciones alrededor de
(vídeo: arteria S5), que puede tener una división la vesicular son demasiado peligrosas.
precoz y, por tanto, un trayecto extrahepático largo y
6. Pida ayuda a otro cirujano cuando la disección es
que fácilmente puede ser confundida con una arteria
dificultosa.
cística. El resultado de su ligadura será inmediato,
observándose la demarcación isquémica del segmento
correspondiente. Desde el punto de vista clínico, este
incidente no suele tener repercusión, salvo una leve
hipertransaminasemia transitoria en algunos casos.