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SEÑOR DEL MAR

28 de octubre

SOLEMNIDAD

PRIMERA LECTURA
No me tapé el rostro ante ultrajes

Lectura del libro del profeta Isaías 50,4-9a

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado,


para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados.
El Señor me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás:
ofrecí la espalda a los que me apaleaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.
El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.
Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí?
Que se me acerque.
Mirad, el Señor me ayuda, ¿Quién me condenará?

Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 30, 2 y 6.12-13.15-16.17-25

R. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

A ti, Señor me acojo:


no quede yo nunca defraudado;
tú que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú el Dios leal, me liberarás. R.

Soy la burla de todos mis enemigos,


La irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cacharro inútil. R.

Pero yo confío en ti, Señor;


te digo: «Tú eres mi Dios».
En tus manos están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen. R.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,


sálvame por tu misericordia,
sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperan en el Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2,6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,


no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario se despojó de su rango
y tomando la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
Para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 22,6-11.
El Señor, volviéndose, le echó una mirada a Pedro,
y Pedro se acordó de la palabra
que el Señor le había dicho.

EVANGELIO
Le taparon la cara y le daban golpes

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 22,54-65

Ellos le prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo


sacerdote. Pedro le seguía desde lejos. Ellos encendieron fuego en medio del
patio, se sentaron alrededor, y Pedro se sentó entre ellos.
Al verlo una criada sentada junto a la lumbre, se le quedó mirando y dijo:
-«También éste estaba con él.»
Pero él lo negó diciendo:
-«No lo conozco mujer.»
Poco después lo vio otro y le dijo:
-«Tú también eres uno de ellos.»
Pedro replicó:
-«Hombre, no lo soy.»
Pasada cosa de una hora, otro insistía:
-«sin duda, también éste estaba con él, porque es galileo.»
Pedro contestó:
-«Hombre, no sé de qué me hablas.»
Y estaba todavía hablando, cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, le
echó una mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le
había dicho: «Antes de que cante hoy el gallo, me negarás tres veces.» Y
saliendo fuera, lloró amargamente.
Y los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de él, dándole golpes.
Y tapándole la cara, le preguntaban.
-«Haz de profeta:¿quién te ha pegado? »
Y proferían contra él muchos insultos.

Palabra del Señor.

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