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Educación en Finlandia

El nivel educativo en Finlandia es elevado. En comparaciones internacionales, como el informe


PISA elaborado por la OECD cada tres años, Finlandia se sitúa entre los primeros países a nivel mundial.
Destaca sobre todo por el nivel de la educación básica.

La Escuela de Saunalahti

La ley establece que la educación es obligatoria y gratuita para todos los niños desde los 7 hasta los 16 años.
Esta gratuidad incluye también todos los libros de texto y utensilios necesarios, además de una comida
caliente al día. El gasto público en educación representó en 2008 el 5,9 % del PNB (el promedio de los países
de la OCDE es del 5,8 %).

La prestación de la escolaridad primaria está a cargo de los 320 municipios en que se divide el país, que
tienen el deber de organizar enseñanza para todos los niños en edad escolar residentes en su territorio o de
ocuparse de que reciban instrucción. La enseñanza debe impartirse cerca del hogar de cada niño. Los
municipios son responsables de organizar y pagar el transporte de los niños que residan a más de cinco
kilómetros de la escuela.

 El bachillerato está destinado en principio a los jóvenes de 16 a 19 años. Debido a las distintas opciones de
los alumnos, en el liceo no hay itinerarios fijos ni grupos por aulas. El currículo comprende estudios
obligatorios, especializados y aplicados. El bachillerato culmina en un examen (ylioppilastutkinto), que se
realiza homogénea y simultáneamente en todo el país. El examen es elaborado cada año por una comisión
ad hoc dependiente del Ministerio de Educación.

Si un adolescente después de la escuela primaria no desea seguir al bachillerato, puede optar por la
formación profesional básica que le ofrece una gran cantidad de alternativas escolares y especialidades para
elegir. Esta formación básica se puede adquirir tanto en institutos como en centros de trabajo, mediante un
contrato de aprendizaje. La oferta comprende 75 títulos profesionales básicos, que se obtienen en tres años
y otorgan la competencia para continuar estudios superiores.

Universidad de Helsinki
Para estudios superiores existen las universidades y las escuelas superiores profesionales. Las 20
universidades en Finlandia pertenecen al estado, que aporta la mayor parte del financiamiento, aunque por
su funcionamiento son muy autónomas. La red universitaria cubre todo el país, hasta Laponia. Los estudios
universitarios están al alcance de todos, ya que no se cobran matrículas. Las 29 escuelas superiores
profesionales se caracterizan por su estrecha vinculación con el ámbito laboral. Se crearon en los años 90
con esa finalidad. Estas instituciones se diferencian de las universidades en que son municipales o privadas,
en lugar de estatales. Son por naturaleza polifacéticas y regionales. El requisito de ingresos es el bachillerato
o un título de formación profesional básica. El estado subvenciona el 57 % de sus gastos.
La educación para adultos se ha convertido en un importante sector de la política educativa finlandesa.
Comparados con el resto del mundo, los finlandeses adultos son estudiantes entusiastas. Cada año un millón
de personas participa por propia iniciativa en alguna de las más de mil actividades organizadas por institutos
o universidades, que se imparten también en institutos populares, academias y universidades de verano. Los
estudios que otorgan títulos son gratuitos. Hay algunos que tienen tarifas comerciales. El Ministerio de
Educación financia la educación del adulto y es responsable de su desarrollo.

Sistema Educativo de Finlandia


Características:
El sistema educativo finlandés es un sistema igualitario: la escolaridad es obligatoria de los 7 a los 16 años
(los alumnos acuden a la escuela local). Es gratuita a tiempo completo para los estudiantes y esta gratuidad
incluye la asistencia sanitaria y el comedor (con una comida diaria que debe cubrir alrededor de un tercio de
las necesidades nutricionales diarias del alumno) para las escuelas primaria y secundaria. Durante toda la
escuela elemental (peruskoulu) de 7 a 16 años, todos los libros y materiales escolares son gratuitos y dados
por el mismo centro. Los alumnos que viven lejos de la escuela - a más de 5km - pueden pedir el reembolso
del coste del transporte. Los alumnos que tienen dificultades de aprendizaje pudiendo también beneficiarse,
en el mismo centro, de la ayuda de un profesor especialista (eritysopettaja), que puede ir a clase para guiarlo
o bien trabajar con él de manera separada.
A partir de la encuesta internacional PISA sobre los sistemas educativos de la OCDE, Finlandia recibe
regularmente las mejores calificaciones a escala mundial. En 2003 los alumnos finlandeses de 15 años
figuraban en el primer lugar del ranking mundial en cuanto a competencias lingüísticas y científicas, y se
clasificaron en segunda posición en cuanto a resolución de problemas. En cuanto a los estudios superiores, el
FEM (Foro Económico Mundial) situó Finlandia primera en el ranking mundial en cuanto a número de
matrículas y calidad, y en segundo lugar en la enseñanza de las matemáticas y las ciencias. En los estudios
que se hacen para analizar los motivos de estos buenos resultados se ponían de relieve el alto grado
de responsabilidad de los alumnos, la ausencia de estrés en un sistema donde no se puede repetir curso y la
calidad de la formación de los docentes.
Es importante considerar que los docentes del sistema público son elegidos directamente por la directiva del
centro educativo. Esto permite que cada centro pueda crear los mejores equipos de trabajo y buscar a los
profesores que mejor encajen en su proyecto educativo real. Los fondos que recibe cada centro son
proporcionales al nivel de calidad que estos ofrecen.

1. La figura del profesor/a:

Sin duda el aspecto más relevante del éxito educativo en Finlandia es la gran valoración que recibe la figura
del profesor. Aun cuando su sueldo medio (tras 15 años de profesión), es de 37,455 dólares anuales
(datos de 2010), no sea muy elevado (de hecho menor que otros países europeos, incluso menor que
en España donde el sueldo en 201o tras 15 años de experiencia laboral era de, 42,846 dólares, sin incluir los
recortes sufridos desde 2010), el prestigio que posee en la sociedad finlandesa hace que dicha profesión sea
una de las más solicitadas por los estudiantes. Tal es la demanda de esta profesión que son admitidos en las
facultades menos del 10% de los aspirantes, lo que implica que para el acceso se requiera una nota elevada y
una prueba de selección. Para ser maestro se necesita una calificación de más de un 9 sobre 10 en sus
promedios de bachillerato y de reválida y se requiere además una gran dosis de sensibilidad social (se valora
su participación en actividades sociales, voluntariado…). Cada universidad escoge después a sus aspirantes a
profesores con una entrevista para valorar su capacidad de comunicación y de empatía, un resumen de la
lectura de un libro, una explicación de un tema ante una clase, una demostración de aptitudes artísticas, una
prueba de matemáticas y otra de aptitudes tecnológicas. 
Niños haciendo trabajos manuales bajo la atenta mirada de su profesor. [Foto: Eudemic.com]
La carrera de magisterio tiene una duración de cinco años (en España son tres), pues se le exige a todo
maestro que además de los tres años de licenciatura se cursen obligatoriamente dos años de un máster de
especialización. La formación es muy exigente ya que el objetivo de la misma es preparar a los universitarios
para que se conviertan, más que en profesores, en expertos en educación. Al final de la carrera los alumnos
más brillantes suelen dedicarse a la enseñanza infantil, a la que se considera la etapa decisiva para que el
resto del proceso educativo sea bueno.
Los profesores no solo enseñan materias en los colegios. En muchos pueblos finlandeses a menudo la gente
visita a sus profesores para pedirles consejo sobre todo tipo de asuntos. La comunidad confía en los
profesores porque saben que han sido muy bien preparados ya que los alumnos con mejores resultados son
los únicos que pueden acceder a la docencia.

Conclusión
El modelo educativo finlandés está pensado principalmente para que "nadie se quede atrás" confiriendo un
sistema educativo que presta atención a cada pequeño detalle para favorecer que el finlandés medio tenga
un nivel educativo alto o muy alto. Aunque el sistema tiene un nuevo reto a superar, identificado ya por
parte de las autoridades educativas del país: la necesidad de centrarse más en los alumnos con mayor
potencial para incrementar aún más sus resultados y habilidades, consiguiendo así estudiantes
sobresalientes que destaquen por su excelencia y sobresalgan entre las élites profesionales y académicas
mundiales.

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