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La declaración de prodigalidad

La declaración de prodigalidad se solicita cuando peligra el patrimonio familiar.

21 MARZO, 2021 5 min de lectura

Inmaculada Castillo

INMACULADA CASTILLO

Abogada

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¿Ha tenido su pareja problemas con el juego?, ¿ha visto usted peligrar el patrimonio familiar
por una conducta desordenada de su pareja, ha mostrado alguna adicción o conducta
desordenada?

Desgraciadamente en los últimos tiempos son muchas las personas que acuden al juego para
sobrellevar diversas situaciones que surgen y ” que nos superan o no sabemos gestionar”.
Huelga decir que en estos casos se ha de buscar cuanto antes ayuda profesional para
solucionar tales problemas, ahora bien, ¿Qué se puede hacer desde un punto de vista jurídico?
Cabe instar judicialmente una declaración de prodigalidad.

Concepto de prodigalidad.-

En el vigente sistema del Código Civil regula la llamada, la “declaración de prodigalidad” (arts.
286 n. 3º, y 294 a 298), no se configura como una declaración de incapacitación sino que
queda fuera del concepto de “las enfermedades o deficiencias físicas o psíquicas a las que
alude el art. 200 como “causas de incapacitación”, podría definirse la prodigalidad como “el
consumo arbitrario de los bienes propios en cosas vanas, inútiles o superfluos, que lleva
consigo la dilapidación de un patrimonio, sin otro objeto que el derroche”

¿Qué circunstancias han de concurrir para la declaración de prodigalidad?

a) Que se dé una conducta desordenada y ligera -no meramente desacertada- en la gestión o


en el uso del propio patrimonio, bien a causa de un espíritu desordenado o por desarreglo de
costumbres;

b) que esa conducta sea habitual, toda vez que los actos mas o menos irregulares o los actos
excesivos, pero aislados o puramente circunstanciales, no pueden ser calificados como
constitutivos de la condición jurídica de prodigalidad;

c) que ponga injustificadamente en peligro la conservación del patrimonio, con perjuicio de


aquellas personas a las que se reserva el derecho de la acción, unidas al pródigo por vínculo
estrechísimo de familia, y con respecto a las cuales tiene éste obligaciones morales y jurídicas
ineludibles.

La prodigalidad supone una sanción jurídica a una conducta concreta, es pródigo quien
negligentemente dilapida de forma continuada su patrimonio injustificadamente. No lo es
quien asume importantes riesgos económicos por causas “justas”, profesionales, personales o
familiares. La declaración de prodigalidad, mas que carácter sancionador, tiene el de una
medida preservativa, preventiva o protectora del peligro o riesgo de ruina.

¿Cómo probar la prodigalidad?

Resulta interesante en cuanto a la valoración de la prueba la sentencia del Tribunal Supremo


de 20 de Octubre de 2014, en la que considera que los dictámenes médicos no tienen un valor
decisivo a la hora de apreciar la prodigalidad.

“A través del interrogatorio practicado a la defensora judicial y a la hermana y testigo del


demandado, así como de la prueba documental, se conoce que el recurrente no solo no es
consciente del valor del dinero sino que dilapida o regala el dinero que gana como vendedor
de cupones de la ONCE, que también regala, al tiempo que se empeña o suscribe prestamos
para pagar lo que debe, siendo así que al no poder satisfacerlos, es su familia, con la que vive,
la que debe afrontarlos; prueba que ha sido tenido en cuenta en ambas instancias”

¿Quién está legitimado para solicitar la declaración de prodigalidad?

1.- El cónyuge (o quien se encuentre en una situación de hecho asimilable).

2.- Los descendientes o ascendientes que reciban alimentos del presunto pródigo o se
encuentren en situación de reclamárselos.

3.- Los representantes legales de cualquiera de los anteriores, y en su defecto el Ministerio


Fiscal.

¿Cómo se lleva a cabo la declaración de prodigalidad?

El procedimiento judicial de declaración de la prodigalidad se trata de un procedimiento


judicial por el que el juez designará una persona, puede incluso ser el cónyuge o los padres,
que habrán de supervisar y autorizar todos los actos de contenido patrimonial que haga el
declarado pródigo.
Si se llevan a cabo sin ella, serán anulables a instancia del curador o del propio pródigo cuando
deje de serlo.

La regulación procesal de la declaración de prodigalidad se encuentra contemplada en la


vigente Ley de Enjuiciamiento Civil, aprobada por la Ley 1/2000, de 7 de enero

Su regulación se encuentra en el Libro IV “De los Procesos Especiales”, dentro del Título I “De
los procesos sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores” , dedicando los artículos 748 a
763 a establecer el régimen normativo adecuado.

El artículo 748.1.º de la LEC incluye a la declaración de prodigalidad entre los procesos a los
que se les aplica la normas procedimentales que siguen. Es competente el Juez de 1ª Instancia
del lugar de residencia del presunto pródigo, sin que quepan sumisiones a otros tribunales. Las
partes deberán ser representadas por abogado y procurador –artículo 750-, y el Ministerio
Fiscal es siempre parte interviniente, a tenor de lo previsto en el artículo 749 y 758.

¿Qué efectos tiene la declaración de prodigalidad?

A través de la declaración de prodigalidad no se incapacita a la persona, no queda bajo un


régimen de tutela, si no de curatela. ¿Qué significa esto? La sentencia fijara una serie de actos
de contenido patrimonial que necesitaran de la supervisión y ratificación de un curador. Si se
llevan a cabo sin ella, serán anulables a instancia del curador o del propio pródigo cuando deje
de serlo.

La declaración de prodigalidad carece de efecto retroactivo, los actos anteriores a la misma no


pueden ser atacados.

La Sentencia determinará en que Registros se inscribirá dicha declaración a efectos de


garantizar su eficacia: en el Civil necesariamente, pero además también se puede en el
Mercantil, en el de la Propiedad Inmobiliaria, u otros de carácter administrativo o privado.

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