La Segunda Guerra Mundial es considerado el peor conflicto bélico de la historia. Esta historia nos explica la experiencia de Viktor quien fue atrapado por los nazis y del cómo sobrevivió esos tres años en los campos de concentración. Empieza contándonos su vida cotidiana y a lo largo del libro comprendemos la capacidad que nosotros como ser humanos tenemos para adaptarnos en situaciones que parecen sin solución. Se divide en tres partes: La primera que era el internamiento, donde hablaba del shock que causaba llegar a Auschwitz cuando pensaban que los iban a llevar a una fábrica de munición donde ocurrían las mayores atrocidades. Relata que en cuatro días lo único que comían era un pedazo de pan de 150 gramos aproximadamente. Después se les dividía en dos grupos, de los cuales uno fue directo al crematorio. Les retiraron todas sus pertenencias y a partir de ese momento no tenían ningún enlace con su vida anterior. “En la primera fase del shock, el prisionero de Auschwitz no temía la muerte”. La segunda parte habla de cómo se pasa del shock a la apatía, la perdida de sensibilidad. “El prisionero que se encontraba ya en la segunda fase de sus reacciones psicológicas no apartaba ya la vista”. Aun cuando ciertas condiciones podían llevar a creer que los reclusos tenían que reaccionar de un modo, en un último análisis se descubre que el tipo de persona en la que se convertía el prisionero era una decisión íntima y no del resultado de sus circunstancias. “Al hombre se le puede arrebatar todo, menos su capacidad para elegir la actitud que adoptará ante un conjunto de circunstancias”. En la tercera parte habla del proceso de los prisioneros después de su liberación. De acuerdo con la psicología, lo que sucedía podía denominarse la “despersonalización”. “Todo les parecía irreal, improbable, como en un sueño, no podían creer que fuera verdad. Habían soñado con que llegaba el día de su liberación, que volvían a sus casas, saludando a sus amigos, familiares y seres queridos, que sentados a la mesa comían alegremente pensando inconscientemente en los difíciles días que no probaban alimento”. Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo Figueroa Velázquez, J. G., & Cerón Islas, A. (2022). El hombre en busca de sentido. Boletín Científico De Las Ciencias Económico Administrativas Del ICEA, 10(20), 49- 51. https://doi.org/10.29057/icea.v10i20.8658 González, R. (2011). La lección tras el libro “El hombre en busca de sentido”. Teoría Y Praxis, (18), 111–113. https://doi.org/10.5377/typ.v0i18.3469