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CONSIDERACIONES SOBRE LA INVESTIGACIÓN PENAL

Comencemos precisando que, en todo proceso penal se presenta


un conflicto de intereses, entre, por una parte, el interés del Estado en la
persecución penal, esto es, en el esclarecimiento y sanción de los
hechos delictivos, y por la otra, el interés del imputado en que se
respeten sus garantías penales.
La base de la diferencia entre ambos sistemas - el inquisitivo y el
acusatorio- radica, en la forma en que ellos resuelven el conflicto de
intereses mencionado. En el sistema inquisitivo, en que el imputado es
concebido como un objeto de persecución penal y no como un sujeto
de derecho titular de garantías frente al poder penal del Estado, se hace
prevalecer ampliamente el interés estatal en desmedro de las garantías
del imputado. Ello se explica porque el procedimiento inquisitivo se
corresponde histórica e ideológicamente con el Estado absoluto, que se
caracteriza precisamente por no reconocer límites a su poder fundados
en los derechos de las personas. El sistema acusatorio, aunque existió
en otras épocas anteriores, es propio del Estado moderno, por lo que,
consecuentemente, le reconoce al imputado su calidad de sujeto de
derecho al que le corresponden una serie de garantías penales
de carácter sustantivo y procesal, integrantes de las exigencias del
debido proceso, que constituyen límites infranqueables para el poder
penal del Estado. El sistema acusatorio pretende equilibrar los dos
intereses en pugna en todo proceso penal, compatibilizar la eficacia de
la persecución penal con el respeto de las garantías del imputado.

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