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MEDIDAS DE PROTECCIÓN

EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Y EL GRUPO FAMILIAR
Proceso de Tutela Urgente
MEDIDAS DE PROTECCION
EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Y EL GRUPO FAMILIAR

Proceso de Tutela Urgente


MEDIDAS DE PROTECCIÓN EN LA
VIOLENCIA DE GÉNERO Y EL GRUPO
FAMILIAR (Proceso de Tutela Urgente)
O JOHNNY E. CASTILLO APARICIO

© EDICIONES DE JU S E.I.R.L.
Jr. Miguel Aljovín N° 233 - Cercado de Lima
edicionesdejus@hotmail.com
Teléf.: 01-4697151
Cel.: 987841066

Primera Edición: Marzo 2021


Tiraje: 1,000 ejemplares

DERECHOS DE AUTOR
RESERVADOS CONFORME A LEY
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca
Nacional del Perú N° 2021-01752
ISBN: 978-612-48090-4-0

Diseño y Diagramación:
Ediciones De Jus E.I.R.L.

Impreso en Multigrafik S.A.C.


Jr. Huaraz 1717 stand 324 - Cercado de Lima
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R.U.C. 20551793878
Para mi Antonella, con ternura y todo el am or
sublim inal d el mundo. A la m em oria de m i padre
M anuel R esurrección p o r su alegría y
m agnanim idad que lo caracterizaba.
«El grado de civilización de una sociedad se m ide
p o r el grado de libertad de la mujer».

(C h a r l e s f o u r ie r )
ÍNDICE

Introducción............................................................................................ 25

CAPÍTULO I
Garantías a la integridad de la víctima de violencia
contra la mujer y el grupo familiar

1. El estado garante de la plena vigencia de los derechos


humanos......................................................................................... 33
2. Deber del Estado de protección a la mujer y el grupo
familiar conforme a la Convención Belém do Pará............... 36
3. La Policía Nacional brinda garantías necesarias en
resguardo de la integridad de la víctima................................... 38

CAPÍTULO II
Medidas de protección sobre violencia de género y
el grupo familiar en convenios internacionales

1. Convención Americana sobre Derechos Humanos


(Pacto de San José)....................................................................... 45
2. Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer “Convención Belém
do Pará” .......................................................................................... 46

11
índice

3. Comité para la eliminación de la discriminación contra la


mujer - CEDAW.......................................................................... 47
3.1 Recomendación General N° 19........................................... 47
3.2 Recomendación General N° 35........................................... 48
Asamblea General de las Naciones Unidas............................. 50
4.1 Medidas de prevención del delito y de justicia penal
para la eliminación de la violencia contra la mujer.
A/RES/52/86, 2 de febrero de 1998.................................. 50
5. / CIDH. Acceso a la justicia para mujeres víctimas de
¿ violencia en las Américas............................................................. 51

CAPÍTULO III
Violencia contra la mujer y el grupo familiar

1. Violencia de género....................................................................... 55
2. Violencia contra la mujer............................................................. 56
3. Definición de violencia contra la m ujer................................... 58
4. Definición de violencia contra elgrupo familiar..................... 62
5. Tipos de violencia......................................................................... 65
5.1 Violencia física...................................................................... 66
5.2 Violencia psicológica............................................................. 68
5.3 Violencia sexual.................................................................... 70
5.4 Violencia económica o patrimonial.................................. 71

CAPÍTULO IV
Principios procesales vinculados a los
procesos de violencia familiar

i. Breve introducción....................................................................... 79

12
índice

a. Principio precautorio o de cautela............................. 79


b. Principio de celeridad y economía procesal............. 81
c. Principio de dirección y actuación de oficio............ 82
d. Principio de congruencia............................................. 83
e. Principio de flexibilización procesal.......................... 85
f. Principio de disposición de los hechos...................... 86

g. Principio de disposición de las pruebas.................... 86

h. Principio de favor probationem................................. 87


i. Principio de razonabilidad y proporcionalidad........ 87

CAPÍTULO V
Proceso de tutela urgente

Procesos urgentes................................................................. 93
Procesos urgentes en la Legislación Argentina............... 96
Proceso de tutela urgente en la Ley 30364....................... 99

CAPÍTULO VI
Medidas autosatisfactivas

Medidas autosatisfactivas.................................................... 105


Concepto de las medidas autosatisfactivas...................... 110
Requisitos para la emisión de las medidas
autosatisfactivas.................................................................... 116
3.1. Requerimiento urgente.............................................. 116
3.1.1 Clases de medidas autosatisfactivas según el
momento del daño............................................ 117

13
índice

3.2. Fuerte probabilidad del derecho invocado....................... 118


3.3. Prestación de cautela............................................................. 120

Características de las medidas autosatisfactivas...................... 121


4.1. Ausencia de instrumentalidad............................................. 121
4.2. Es urgente............................................................................... 122

4.3. Se dicta inaudita et altera pars............................................. 122


4.4. Debe mediar recurso contra su despacho......................... 124
4.5. Probabilidad intensa............................................................. 124
4.6. Contracautela........................................................................ 126
4.7. Tiene como presupuesto el perriculum in mora............. 126
Características particulares de las medidas autosatisfactivas
según Jorge W Peyrano............................................................... 127
5.1. Autonomía o prescindencia de un proceso...................... 127
5.2. Ausencia de provisionalidad................................................ 127
5.3. Innecesaridad de la declaración del derecho................... 128
5.4. Bilateralidad postergada....................................................... 128
5.5. Ejecutabilidad inmediata..................................................... 128
5.6. Excepcionalidad de su despacho........................................ 129
5.7. No caducidad del trámite.................................................... 129

CAPÍTULO VII
Medidas de protección

Definición de las medidas de protección.................................. 133


Presupuestos de admisibilidad de las medidas de
protección....................................................................................... 138

14
índice

2.1 Verosimilitud de la denuncia.............................................. 140


2.2 Peligro en la demora............................................................ 142
2.3 Caución o contracautela...................................................... 144
Características de las medidas de protección.......................... 145
3.1 Verosimilitud......................................................................... 145
3.2 Obligatoriedad...................................................................... 145
3.3 Enunciativas........................................................................... 145
3.4 Protección a la víctima y recuperación al agresor........... 146
3.5 Indubio pro víctima.............................................................. 146
3.6 Inexistencia de caducidad.................................................... 146
El objeto de las medidas de protección.................................... 148
4.1 Autoridad competente para dictar las medidas de
protección............................................................................... 149
Criterios para el otorgamiento de las medidas de
protección....................................................................................... 150
5.1 La ficha de valoración del riesgo........................................ 153
Clases de medidas de protección.............................. ................ 154
6.1 El retiro del agresor del domicilio en el que se encuentre
la víctima, así como la prohibición del regresar al mismo.. 154
Jurisprudencia .............. ......................................................... 158
6.2 Impedimento de acercamiento o proximidad a la víc­
tima en cualquier forma, a su domicilio, centro de tra­
bajo, centro de estudios u otros donde aquella realice
sus actividades cotidianas, a una distancia idónea para
garantizar su seguridad e integridad................................. 159
Jurisprudencia ..................................................... ................. 161

15
índice

6.3 Prohibición de comunicación con la víctima vía episto­


lar, telefónica, electrónica; asimismo, vía chat, redes so­
ciales, red institucional, intranet u otras redes o formas
de comunicación.................................................................... 161
Jurisprudencia ........................................................................ 163
6.4 Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para
el agresor, debiéndose notificar a la Superintendencia
Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil para que proceda
a dejar sin efecto la licencia de posesión y uso, y para que
se incauten las armas que están en posesión de personas
respecto de las cuales se haya dictado la medida de pro­
tección. En el caso de integrantes de las Fuerzas Arma­
das y Policía Nacional del Perú en situación de actividad
que emplean armas de propiedad del Estado en el ejer­
cicio de sus funciones, el juzgado oficia a la institución
armada o policial para los fines de este numeral............. 163
Jurisprudencia ........................................................................ 165
6.5 Inventario de bienes.............................................................. 165
6.6 Asignación económica de emergencia que comprende
lo indispensable para atender las necesidades básicas de
la víctima y sus dependientes. La asignación debe ser
suficiente e idónea para evitar que se mantenga o colo­
que a la víctima en una situación de riesgo frente a su
agresor e ingrese nuevamente a un ciclo de violencia.
El pago de esta asignación se realiza a través de depósi­
to judicial o agencia bancaria para evitar la exposición
de la víctima............................................................................. 167
Jurisprudencia ........................................................................ 168
6.7 Prohibición de disponer, enajenar u otorgar en prenda o
hipoteca los bienes muebles o inmuebles comunes........ 168

16
índice

6.8 Prohibición a la persona denunciada de retirar del cui­


dado del grupo familiar alos niños, niñas, adolescentes u
otras personas en situación de vulnerabilidad............... 169
6.9 Tratamiento reeducativo o terapéutico para la persona
agresora................................................................................. 170
Jurisprudencia ..................................................................... 171
6.10 Tratamiento psicológico para la recuperación emo­
cional de la víctima............................................................. 171
Jurisprudencia ..................................................................... 172
6.11 Albergue de la víctima en un establecimiento en el
que se garantice su seguridad, previa coordinación
con la institución a cargo de este..................................... 172
6.12 Cualquier otra medida de protección requerida
para la protección de la integridad y la vida de la
víctima o sus familiares...................................................... 173
Vigencia de las medidas de protección y cautelares.............. 174
Medidas de protección deben ser precisas no genéricas........ 175
Ampliación o modificación de las medidas de protección.... 177
Apelación de las medidas de protección y cautelares............ 179
Incumplimiento de medidas de protección............................. 181
Desobediencia o resistencia a una medida de protección ..... 182
12.1. La conducta de desobediencia.......................................... 183
12.2. La conducta de resistencia................... ............................. 184
12.3. Incumplimiento de medidas de protección.................. 184
12.3.1 Procedimiento de la Policía Nacional ante el
incumplimiento de medidas de protección....... 186
Medidas dé protección durante la emergencia sanitaria
Covid-19...................................................................... .................. 187

17
índice

CAPÍTULO VIII
Medidas cautelares

Definición de medida cautelar............. ...................................... 191


Medidas cautelares en el proceso de la Ley 30364.................. 193
Alimentos....................................................................................... 194
3.1 Alimentos en contexto de violencia familiar.................... 197
Regímenes de visitas..................................................................... 200
4.1 Regímenes de visitas en contexto de violencia familiar... 203
Tenencia.......................................................................................... 205
5.1 Tenencia en contexto de violencia familiar....................... 210
Suspensión de la patria potestad................................................ 211
6.1 Patria potestad...................................... ................................. 211
6.2 Suspensión de la patria potestad.......................................... 212
Acogimiento familiar.................................................................... 215

CAPÍTULO IX
Facultad coercitiva del juez en
las medidas de protección y cautelares

Incumplimiento de las medidas decretadas.............................. 219


Facultades coercitivas del juez. Art. 53 CPC.......................... 220
2.1 Multa......................................................................................... 221
2.2 Detención........................................................................ ....... 221
Apercibimiento que puede imponer el juez Art. 181 CNA.... 222
3.1 Multa........................... ............................................................. 223
3.2 Allanamiento del lugar.......................................................... 224
3.3 Detención hasta por 24 horas.............................................. 225

18
índice

CAPÍTULO X
Cumplimiento de las medidas de protección

Ejecución de la medida de protección...................................... 229


1.1 Procedimiento para la ejecución de las medidas de
protección por la Policía Nacional.................................... 231
Responsabilidad funcional.......................................................... 235
2.1 Artículo 377 del Código Penal. Omisión, rehusamiento
demora de actos funcionales.............................................. 236
a. Omitir algún acto de su cargo..................................... 236
b. Rehusar algún acto de su cargo................................... 237
c. Retardar algún acto de su cargo................................. 237
2.2 Artículo 378 del Código Penal. Denegación o
deficiente apoyo policial...................................................... 238
Flagrancia delictiva...................................................................... 240
3.1 Plazo ....................................................................................... 244
3.2 El arresto ciudadano en estado de flagrancia delictiva... 245
3.3 Intervención y acciones inmediatas en caso de
flagrancia por la Policía Nacional...................................... 247
Apoyo del servicio de serenazgo.............................................. 249

APÉNDICE

JURISPRUDENCIA................................... .......................... 255


Proceso de amparo contra la resolución N° 01 contra
el Primer juzgado Especializado de Familia de lea y la
resolución N° 04 de la Sala Superior de Emergencia de la
Corte Superior de Justicia de lea, en el extremo que otorgó

19
índice

medidas deprotecciónafavordeladenunciante.Sentenciadel
Tribunal Constitucional Exp. N° 03378-2019-PA/TC-Ica... 255
1.1. Apelación de medidas de Protección. Sala Superior de
Emergencia de lea, Corte Superior de Justicia de lea.
Exp. N° 3933-2018................................................................. 294
1.2. Medidas de Protección de prohibición de acercamien­
to a la agraviada a una distancia no menor de cincuenta
metros, prohibición de comunicación, de agresión ver­
bal y abstención de inferir maltrato físico y psicológi­
co. Primer Juzgado de Familia de la Corte Superior de
Justicia de lea. Exp. N° 03933-2018 .................................. 303
2. Apelación de medidas de protección. Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp. N° 13913-2018 . 308
2.1. Medidas de Protección de abstención de insultos, ame­
nazas y agredir física y/o psicológicamente a la denun­
ciante, de abstención de cualquier tipo de represalias,
improcedente el pedido de retiro del agresor del do­
micilio de la denunciante. Décimo Primer Juzgado de
Familia de la Corte Superior de Justicia de la Libertad.
Exp. N° 13913-2018.............................................................. 339
3. Apelación de Medidas de Protección. Tercera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp. N° 09448-2017. 348
3.1. Medidas de Protección de prohibición de ejercer vio­
lencia física y psicológica en perjuicio de los adoles­
centes, prohibición de insultar, gritar, humillar, ame­
nazar, prohibición de desatender sus obligaciones ma­
terna y fija pensión anticipada de alimentos la suma
de cuatrocientos soles. Segundo Juzgado de Familia
de la Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp.
N° 09448-2017....................................................................... 370

20
índice

. PLENOS JURISDICCIONALES DE LAS CORTES


SUPERIORES SOBRE MEDIDAS DE PROTECCIÓN
EN EL MARCO DE LA LEY N° 30364 .... ........................... 375
1. Pleno Jurisdiccional Regional sobre violencia contra la mujer
e integrantes del grupo familiar (Lima, 14 y 15-10-2020).... 375
Tema 1. Las medidas de protección a favor de niños y/o ado­
lescentes víctimas de violencia sexual ejercida por
agresores que no son integrantes del grupo familiar... 375
Tema 2. La violencia contra la mujer ejercida por otra mujer.. 375
Tema 3. La prevención de la competencia en materia de
violencia familiar: garantía versus eficiencia............ 376
Tema 4. La necesidad de medios probatorios de afec­
tación o daño psicológico para la emisión
de medidas de protección......................................... 376
2. Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia Penal 2019. Corte
Superior de Justicia del Cusco (Cusco, 27-09-2019). El
incumplimiento de las medidas de protección dictadas en
los procesos de violencia familiar............................................. 377
Tema III. El incumplimiento de las medidas de protección
dictadas en los procesos de violencia familiar
constituye la circunstancia agravante prevista en
el inciso 6 del segundo parágrafo del art. 122-b
del CP, o delito de desobediencia a la autoridad
previsto en la segunda parte del artículo 368°
del C P .......................................................................... 377
3. Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia de Familia
2017. Corte Superior de Justicia de Lima Sur. (Lima, 06-
10-2017). Actuación de pruebas en la audiencia oral. Vía
procedimental del proceso de violencia familiar..................... 378

21
índice

Tema 3.
Subtema 1.
¿Procede la actuación de pruebas en la audiencia oral
previamente a dictar las medidas de protección?................... 378
4. Pleno Jurisdiccional Nacional de Familia 2017 (Lima, 27-
05-2017). La necesidad de la realización de audiencia oral
en el marco de la Ley N° 30364.................................................. 380
Tema 2. Vigencia de las medidas de protección y medidas
cautelares en aplicación de la Ley N° 30364............ 380
Tema 4. Reiterancia de actos de violencia mientras se
encuentran vigentes las medidas de protección
dictadas por el juzgado................................................ 382
5. Pleno Jurisdiccional Distrital de la Especialidad de Familia
2016. Corte Superior de Justicia de Ventanilla (Lima,
12-12-2016). Medida de protección prescindiendo de
la realización de audiencia oral a que hace referencia el
artículo 16 de la Ley N° 30364................................................... 383
TemaV Se puede dictar medida de protección prescin­
diendo de la realización de audiencia oral a que
hace referencia el artículo 16 de la Ley N° 30364... 383
6. Pleno Jurisdiccional Distrital de Familia 2016. Corte
Superior de Justicia de Lima Norte (Lima, 10-06-2016).
Medidas de protección y/o medidas cautelares en aplicación
de la Ley N° 30364........................................................................ 384
Tema II. Las medidas de protección y/o medidas cautelares
en aplicación de la Ley N° 30364............................... 384

. MODELOS DE ESCRITOS
1. Denuncia por violencia familiar y solicita medidas de
protección....................................................................................... 387

22
índice

2. Solicitud de medidas de protección por hechos de


violencia familiar........................................................................... 390

. LEGISLACIÓN
1. Texto Único Ordenado de la Ley N° 30364, Ley para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar. Decreto
Supremo N° 004-2020-MIMP................................................... 393

BIBLIOGRAFÍA ................................................ 439

23
INTRODUCCIÓN

El 23 de noviembre de 2015, se promulgó la Ley para Pre­


venir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar - Ley 30364, esta nueva legislación
incorporó a nuestro sistema jurídico un nuevo proceso especial de
tutela con la finalidad de proteger los derechos de las víctimas de
actos de violencia.

La ley busca que los operadores de justicia ante un hecho o


amenaza de violencia, actúen en forma oportuna, sin dilación por
razones procedimentales, formales o de otra naturaleza, previnien­
do que el proceso se dilate por cuestiones procesales o formales;
más aún si también se debe aplicar el principio de sencillez y orali-
,dad; es decir, contar con un proceso de mínimo formalismo.

A lo largo de la evolución de nuestro sistema procesal se ha


venido prefiriendo procesos mas céleres, con un mínimo de forma­
lidad con la finalidad de resolver controversias jurídicas que ameri­
tan tutela urgente por su propia naturaleza y porque se encuentran
protegidas en la Constitución; por lo tanto, un nuevo proceso de
tutela para las victimas de violencia bajo la interpretación de sus
propios principios resulta relevante y de aplicación conforme a su
contexto especial.

En ese sentido, nos encontramos ante un proceso de tutela


urgente que busca interrumpir el ciclo de violencia mediante el

25
Johnny E. Castillo Aparicio

otorgamiento de las medidas de protección, con la finalidad de


proteger tanto a la víctima como a su entorno familiar y evitar
nuevos hechos de violencia conforme a la determinación del riesgo
en la que se encuentra.
Asimismo, el artículo 6 del Reglamento de la Ley 30364, Ley
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar, modificado por el Decreto Su­
premo N° 009-2016-MIMP, establece que el proceso especial tiene
por finalidad proteger los derechos de la victima y prevenir nuevos
actos de violencia, a través de medidas de protección o medidas
cautelares; y la sanción de las personas que resulten responsables;
en todas las fases del proceso se garantiza la protección de la inte­
gridad física y mental de las víctimas, sobre todo de aquellas que
corran riesgo de intimidación, de represalias o de victimización
reiterada o repetida.
De esta manera queda establecido que estamos ante un pro­
ceso especial de tutela urgente no regulado anteriormente en nues­
tro ordenamiento jurídico; asimismo, la ley deja en claro que esta­
mos ante dos formas de protección a la víctima mediante medidas
de protección y medidas cautelares. Por lo tanto, las medidas de
protección son consideradas, por gran parte de los doctrinarios,
como medidas autosatisfactivas.
Es así, que cuando la Policía Nacional recibe una denuncia
por hechos que constituyen violencia contra la mujer o los inte­
grantes del grupo familiar comunica del caso al juez de familia,
quien determina la concesión de una tutela urgente ante dicha de­
nuncia emitiendo la resolución de medidas de protección. Estas
medidas de protección deben responder a la naturaleza de cada
caso y buscan cautelar o proteger la integridad de la víctima.
El proceso tramitado en el juzgado de familia sobre medidas
de protección derivado de violencia familiar o violencia contra la

26
Int r o du c c ió n

mujer, pretende la cesación del riesgo que pesa sobre la víctima,


evitándoles el agravamiento de los perjuicios concretos derivados
del maltrato mismo (violencia física, psicológica, sexual o econó­
mica o patrimonial) que se cierne sobre ellas, de otro modo podría
ser irreparable.

El juzgado dicta estas medidas de protección teniendo en


cuenta el riesgo de la víctima, la urgencia, la necesidad de protec­
ción y el peligro en la demora las mismas que deben ser basadas y
motivadas en los principios e intereses de cada coyuntura o cir­
cunstancia. Una decisión a destiempo puede acarrear perjuicios a
la persona que ha acudido al Tribunal para pedir amparo.

El Acuerdo Plenario N° 5-2016/CIJ-l 16, de la Corte Supre­


ma de Justicia de la República, sobre “delitos de violencia con­
tra la mujer y los integrantes del grupo familiar. Ambito procesal:
Ley N° 30364”, señala que las medidas de protección (i) deben
entenderse como medidas provisionales que inciden, de uno u otro
modo, en el derecho a la libertad del imputado - y también, según
la Ley, en el derecho de propiedad, aunque en este caso su calidad
cautelar es indiscutible-, y buscan proteger a la víctima de futuras
y probables agresiones, con lo que cumplen su función de asegu­
ramiento y prevención; (ii) buscan otorgar a la víctima la debida
protección integral frente a actos de violencia; (iii) inciden en el
periculum in dannum -peligro fundado en la reiteración delictiva-,
pero es apropiado enfatizar que apuntan a otorgar a la víctima la
protección necesaria para que pueda hacer efectivo el ejercicio co­
tidiano de sus derechos.

Al respecto, el Tribunal Constitucional en la sentencia recaí­


da en el Exp. N.° 03378-2019-PA/TC-Ica, en el fundamento 22,
establece que “las medidas de protección presentan características
o elementos que también son propios de las medidas cautelares,
como la temporalidad, variabilidad y la urgencia; sin embargo, ello

27
Johnny E. Castillo Aparicio

no supone necesariamente que ambas tengan la misma naturaleza.


En cualquier caso, las medidas de protección se deben adoptar en
un plazo bastante breve por el Juzgado de Familia y en el marco de
una audiencia oral que se debe caracterizar por prohibir “la con­
frontación y la conciliación entre la víctima y el agresor” (artículo
25 de la Ley 30364). El trámite de las medidas de protección es
independiente del trámite de la denuncia por violencia que se ini­
cia, generalmente, cuando el Juzgado de Familia remite los actua­
dos al M inisterio Público para que realice la investigación corres­
pondiente. De ahí que el dictado de una medida de protección no
significa la atribución automática del estatus de responsable penal
al presunto agresor de violencia. El objeto de las medidas de pro­
tección es solo asegurar la integridad personal de quien presenta
la denuncia por violencia; por ello, su trámite es independiente y
célere. La determinación de la responsabilidad penal del presunto
agresor debe seguir el curso que la normatividad procesal penal
prevé para el efecto”.
Adicionalmente es de enfatizar lo señalado por la Conven­
ción Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violen­
cia contra la Mujer, “Convención Belém do Pará” donde se declara
que: “Los Estados partes condenan todas las formas de violencia
contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apro­
piados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y
erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo siguiente: (...)

d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor


a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar
o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier
forma que atente contra su integridad o perjudique
su propiedad.

f. establecer procedim ientos legales justos y eficaces


para la m ujer que haya sido som etida a violencia,

28
In t r o du c c ió n

que incluyan, entre otros, medidas de protección,


un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales
procedim ientos”.

De manera que, las medidas de protección vienen a ser aquel


remedio de tutela urgente que requiere la victima para cesar las
agresiones en cualquiera de sus modalidades, por consiguiente, su
función preventiva y protectora se agota cuando cumple su fina­
lidad y esto dependerá según las circunstancias del caso en con­
creto, garantizando el pleno ejercicio y respeto de los derechos y
libertades de la presunta víctima.

Lima, N orte verano de 2021

29
Garantías a la integridad de la
víctima de violencia contra la
mujer y el grupo familiar
1. EL ESTADO GARANTE DE LA PLENA VIGENCIA DE LOS DE­
RECHOS HUMANOS
El Estado peruano desempeña un rol garante frente a las
violaciones de derecho humanos, es así, que en los casos de vio­
lencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar, es impres­
cindible que los sectores e instituciones involucradas cumplan un
verdadero rol garante y de eficiente protección de los derechos
fundamentales como son el derecho a la vida, a la dignidad, a la
libertad, a la integridad física, psicológica, sexual y económica o
patrimonial de la persona todo ello consagrado en nuestra actual
carta política de 1993.

Expresa León Vásquez, que otro deber primordial que la


Constitución consagra es el de garantizar la plena vigencia de los
derechos fundamentales. En realidad, este deber primordial del
Estado social halla su sustento, por un lado, en el hecho de que
nuestra Constitución (artículo Io) consagra que la defensa de la
persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de
la sociedad y del Estado; y por otro lado, en el doble carácter de los
derechos fundamentales, como a continuación se da cuenta.

La previsión de este deber se justifica en la medida de que


entre los derechos fundamentales y el Estado social y democrático
de Derecho se da un estrecho nexo de interdependencia: el Estado
social, para ser considerado como tal, tiene que respetar y garanti­
zar los derechos fundamentales; y a la inversa, los derechos funda­

33
Johnny E. Castillo Aparicio

mentales, para su realización, precisan de la existencia del Estado


social y democrático de Derecho.

Las exigencias de esta reciproca implicancia entre ellos se re­


flejan en el hecho de que los derechos fundamentales no son solo
derechos negativos o de defensa de las personas frente al Estado y
ante los cuales el Estado debe abstenerse de realizar actos que pue­
dan vulnerarlos; sino que también suponen exigencias concretas o
positivas a ser materializadas por parte del Estado; esto es, el Esta­
do asume la obligación de promover el respeto y la vigencia de los
derechos fundamentales a través de la provisión de las condiciones
más adecuadas para su plena realización/1)

El deber fundamental de garantizar los derechos constitu­


cionales implica en buena cuenta -com o lo ha establecido la Corte
Interamericana de Derechos H um anos- cumplir con las siguientes
obligaciones:

1. La obligación de respetar, que implica que el ejercicio del


poder estatal se encuentra limitado por los derechos hu­
manos, lo cual significa que el Estado, directa o indirec­
tamente, no puede violar estos atributos inherentes a la
persona.

2. La obligación de garantizar, que significa adoptar las me­


didas necesarias que permitan a todas las personas el goce
pleno y efectivo de los derechos humanos.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, está


obligación comprende: la obligación de prevenir, la obligación de

(1) León Vásquez, Jorge Luis. “Deberes fundamentales del Estado” en


La C onstitución comentada, análisis artículo p or artículo, Tomo I,
pp. 696.

34
Ca pít u l o I: G a r a n t í a s a la i n t e gr i d a d d e la v í ct i m a d e v i o l e n ci a co n t r a la m u j e r ...

investigar, la obligación de sancionar, la obligación de reparar los


daños producidos en perjuicio de las personas.

La obligación de prevenir, que implica que las violaciones


a los derechos humanos van de la mano con una obligación de
protección ante posibles amenazas a los derechos provenientes de
particulares, grupos, empresas.

La obligación de investigar, que significa que las autorida­


des están obligadas a investigar las amenazas o vulneraciones a los
derechos humanos. La investigación de estos hechos comprende
también la obligación de sancionar a los responsables de tales vul­
neraciones de modo tal que éstas no queden impunes.

Finalmente, el Estado está obligado hacer posible la repara­


ción de los daños producidos en perjuicio de las personas.^)

Bernales Ballesteros, declara que es deber del Estado garan­


tizar la plena vigencia de los derechos humanos, que son los dere­
chos establecidos tanto dentro de la Constitución, como los de­
más que, según el art. 3o, sin estar taxativamente descritos, deban
ser considerados como tales. La vigencia de los derechos humanos
debe entenderse como compromiso de respeto pleno a la persona
humana, promoviéndola integralmente y absteniéndose el Estado
de todo acto u omisión que pudiera afectar el goce de estos dere­
chos. La vigencia se garantiza de diversas maneras, todas conflu­
yentes entre sí:

a) Educando, en prim er lugar, a los funcionarios públicos,


personal encargado de la seguridad y el orden y a la po­
blación en el respeto de los derechos. Si se crea una con­
ciencia de obligatoriedad y desarrollo de los derechos 2

(2) Chanamé Orbe, Raúl. La Constitución comentada, Tomo I, pp. 460, 461.

35
Johnny E. Castillo Aparicio

humanos, se estará contribuyendo efectivam ente a su


cum plim iento.

b) Estableciendo la institucionalidad que permita su protec­


ción. Para ello debe asegurarse, en primer lugar, la exis­
tencia y funcionamiento independiente de todas las ins­
tituciones constitucionales relacionadas al tema, particu­
larmente el Tribunal Constitucional y la Defensoría del
Pueblo.

c) En general, es m uy im portante para la garantía de los


derechos humanos que el proceder de la autoridad sea
compatible con ellos. Lo anterior im plica la necesidad de
fijar códigos de conductas y entrenar a los funcionarios
públicos, para hacer posible el pleno respeto de los dere­
chos humanos, particularm ente por los organismos que
tienen función básica la represión de conductas ilícitas
en la sociedad.^)

2. DEBER DEL ESTADO DE PROTECCIÓN A LA MUJER Y EL


GRUPO FAMILIAR CONFORME A LA CONVENCIÓN BELÉM
DO PARÁ
Declara el artículo 7 incisos d) y f) de la Convención Intera-
mericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la
Mujer, “Convención Belém do Pará” que:

“Los Estados partes condenan todas las formas de vio­


lencia contra la mujer y convienen en adoptar, por to­
dos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas 3

(3) Bernales Ballesteros, Enrique. La Constitución de 1993. Análisis com­


parado, quinta edición, pp. 312, 313.

36
Ca pít ul o I: G a r a n t í a s a l a i n t e g r i d a d d e l a v í c t i m a d e v i o l e n c i a c o n t r a l a m u j e r ...

orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha vio­


lencia y en llevar a cabo lo siguiente:

(...)

d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor


a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar
o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier
forma que atente contra su integridad o perjudique
su propiedad.

f. establecer procedimientos legales justos y eficaces


para la mujer que haya sido sometida a violencia,
que incluyan, entre otros, medidas de protección, un
juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedi­
mientos.

La Guía para la aplicación de la Convención Interamericana


para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer,
(Convención Belém do Pará) citado por Alex Placido, expresa que
las medidas a que alude el inciso d) del artículo 7 de la Convención
Belém do Pará están dirigidas al agresor y su objetivo es evitar que
continúe ejerciendo violencia contra las mujeres. Se trata de medi­
das jurídicas que deben ser dictadas u ordenadas por autoridades es­
tatales bajo parámetros legalmente establecidos centradas en modi­
ficar la conducta del agresor a efecto de que se abstenga de cualquier
conducta que pudiere resultar ofensiva para la víctima y su familia;
las que pueden ser de carácter penal o civil, condición que hará variar
el tipo de sanción al agresor en caso de incumplimiento. Tienen por
finalidad proteger a la víctima de más agresiones.^ 4

(4) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 413.
Johnny E. Castillo Aparicio

Asimismo, señala en cuanto al literal d) que el proceso debe


incluir la adopción de medidas de protección que eviten que las
mujeres queden desprotegidas y a merced de las represalias de sus
agresores. Una medida de protección representa una determina­
ción judicial de riesgo, por ello deben ser inmediatas y efectivas; y
deben responder a la urgencia de la situación, por eso su naturaleza
será variada. Deben ser capaces de proteger a la mujer víctima, a
sus familiares y a testigos; pudiéndose otorgar sin necesidad de
iniciar procedimientos civiles o penales.

Estos propósitos ponen de manifiesto que, por su urgencia,


la interrupción del ciclo de violencia contra la mujer se realiza con
medidas de protección que constituye un mecanismo de interven­
ción basado en la existencia de un riesgo real que amenace dere­
chos; esto es, que el riesgo no sea meramente hipotético o eventual
o remoto, sino que tenga posibilidad cierta de materializarse de
inmediato. En cambio, la investigación y castigo al autor de los
actos de violencia es un mecanismo de intervención mediato, des­
tinado a acreditar la participación en la comisión del ilícito penal
y, por lo tanto, sancionarlo punitivamente. Como se aprecia, estos
propósitos se complementan, pero resultan autónomos en razón
de perseguir fines distintos y valerse de medios diferentes.^

3. LA POLICÍA NACIONAL BRINDA GARANTÍAS NECESARIAS


EN RESGUARDO DE LA INTEGRIDAD DE LA VÍCTIMA
El Estado crea a la Policía como institución ejecutora de
la facultad de coerción estatal, de acuerdo a las leyes dictadas
en función del interés social; por lo que su actividad, función y 5

(5) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 416, 417.

38
Ca pít ul o I: G a r a n t í a s a l a i n t e g r i d a d d e l a v í c t i m a d e v i o l e n c i a c o n t r a l a m u j e r ...

finalidad deben ejecutarse dentro del marco de la ley, la doctrina y


los principios generales del Derecho y de la Constitución, la cual
se orienta hacia la defensa de la persona humana como fin supre­
mo del Estado/6)

Es así que la Policía Nacional es el órgano que, generalmen­


te, interviene de forma inmediata al problema (violencia fam iliar).
La población tiene un mayor acceso a dicha institución, dado que
tiene presencia casi en todos los lugares del país. Su rol resulta
trascendente ya que es la personalización de la protección y auxilio
que el Estado ofrece a la ciudadanía, por lo que su acción debe ser
oportuna y enmarcada en el respeto por la dignidad humana/7)

De acuerdo a lo establecido en el artículo 166° de la Cons­


titución Política del Perú, la Policía Nacional presta protección y
ayuda a las personas y a la comunidad. Esto quiere decir que la
Policía Nacional tiene como finalidad garantizar la vida e integri­
dad física de las personas que son agredidas por violencia familiar
y más aún si a solicitud de la víctima requieren el cumplimiento de
las medidas de protección que le son otorgadas por el M inisterio
Publico o el Poder Judicial; no puede entonces la Policía Nacional
dejar de garantizar la integridad de aquellas personas. Es así que el
Estado peruano desempeña un rol garante frente a las violaciones
de derecho humanos que se dan contra las víctimas de violencia
familiar. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional Exp. N°
00017-2003-AI/TC, Fj. 8, señala que uno de los aspectos funda­
mentales del orden interno es la seguridad ciudadana (protección

(6) Chanamé Orbe, Raúl. La Constitución comentada, Tomo II, sexta edi­
ción, pp. 368.

(7) Salas Beteta, Christian y Teófilo Baldeon Sosa. Criminalización de la


violencia familiar. Desde una óptica critica, pp. 208.

39
Johnny E. Castillo Aparicio

de la vida, integridad física y moral, patrimonio, etc.) donde la Po­


licía Nacional tiene por finalidad fundamental garantizar, mante­
ner y restablecer.

El artículo 45.4 de la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar


y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del gru­
po familiar, modificado por la Ley N° 30862 del 25-10-2018, esta­
blece que los sectores e instituciones involucrados (...) son res­
ponsables de: 4. El M inisterio del Interior. (...). Brindar atención
oportuna y prioritaria para la implementación y cumplimiento de
las medidas de protección otorgadas a las personas afectadas por
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.

Soria Lujan, manifiesta que la labor de la institución policial


está estrechamente vinculada con la protección de los derechos
fundamentales de las personas en la medida de que el orden inter­
no implica la ausencia de situaciones de afectación o amenaza al
ejercicio de tales derechos.^)

La Ley Orgánica de la Policía Nacional establecía que dentro


de sus funciones de este organismo era la de brindar protección al
niño, al adolescente, al anciano y a la mujer que se encuentra en
situación de riesgo de su libertad e integridad personal, previnien­
do las infracciones penales y colaborando en la ejecución de las
medidas socioeducativas correspondientes.

El Decreto Legislativo N° 1267, Ley de la Policía Nacional


publicado el 18-12-2016, señala en el artículo 2o que son funciones
de la Policía Nacional del Perú: (...) 5) “Garantizar los derechos
de las personas y la protección de sus bienes, privilegiando de ma­
nera especial a la población en riesgo, vulnerabilidad y abandono,8

(8) Soria Lujan, Daniel. “Policía Nacional” en La Constitución comentada,


análisis artículo por artículo, Tomo II, primera edición, pp. 813, 814.

40
Ca pít u l o I: G a r a n t í a s a l a i n t e g r i d a d d e l a v í c t i m a d e v i o l e n c i a c o n t r a l a m u j e r ...

incorporando los enfoques de derechos humanos, genero e inter-


culturalidad en sus intervenciones”.

Es así que uno de los deberes primordiales que tiene el Es­


tado es garantizar la vigencia de los derechos humanos así como
proteger a la población de las amenazas contra su seguridad (art.
44° de la Constitución Política).

41
q-pq-p «

c
r-
b o

Medidas de protección
sobre violencia de género y el
grupo familiar en convenios
internacionales
1. CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS
(Pacto de San José)
Se establece en el segundo párrafo del artículo 63 de la Con­
vención Americana sobre Derechos Humanos:

2. “En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando


se haga necesario evitar daños irreparables a las per­
sonas, la Corte, en los asuntos que este conociendo,
podrá tomar las medidas provisionales que considere
pertinentes. Si se trata de asuntos que aún no estén
sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solici­
tud de la Com isión”.

El segundo párrafo del artículo 63 otorga a la Corte la facul­


tad de adoptar medidas provisionales para evitar daños irreparables
a las personas. Ello limitado a situaciones de extrema gravedad y
urgencia, ya sea en relación a casos de los que esté en actual cono­
cimiento o respecto de solicitudes que la Comisión le presente. Se
trata de tres requisitos copulativos exigidos por la norma y que la
Corte ha sostenido en forma invariable en su jurisprudencia:

a) extrema gravedad;
b) urgencia, y
c) que se trate de evitar daños irreparables a las personas.

Estas tres condiciones son coexistentes y deben estar pre­


sentes en toda situación en la que se solicite la intervención del

45
Johnny E. Castillo Aparicio

Tribunal. Del mismo modo, las tres condiciones descritas deben


persistir para que la Corte mantenga la protección ordenada.

Se trata de una facultad que, si bien limitada a circunstancias


estrictas, ofrece significativas posibilidades para la protección de
los derechos humanos.

También ha considerado que la obligación de disponer de


medidas de protección es resultado de la obligación, erga omnes,
de los Estados de proteger a todas las personas que se encuentren
bajo su jurisdicción no solo en relación con el poder del Estado
sino también en relación con actuaciones de terceros particulares,
inclusive grupos armados irregulares de cualquier naturaleza/9)

2. CONVENCIÓN INTERAMERICANA PARA PREVENIR, SAN­


CIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
“Convención Belém do Pará”
Declara el artículo 7 incisos d) y f) de la Convención Inte-
ramericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra
la Mujer, “Convención Belém do Pará” que: “Los Estados partes
condenan todas las formas de violencia contra la mujer y convie­
nen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones,
políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violen­
cia y en llevar a cabo lo siguiente:

(...)

d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor


a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar
o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier

(9) Correa, Cristian. “Reparaciones y medidas provisionales” en Conven­


ción americana sobre derechos humanos comentada, pp. 879, 880.

46
Capít ul o II: M e d i d a s d e p r o t e c c i ó n s o b r e v i o l e n c i a d e g é n e r o y e l g r u p o f a m i l i a r ...

forma que atente contra su integridad o perjudique


su propiedad.

f. establecer procedimientos legales justos y eficaces


para la mujer que haya sido sometida a violencia, que
incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio
oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos.

3. COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN


CONTRA LA MUJER - CEDAW
3.1 Recomendación General N° 19 (29-01-1992)
Sobre la violencia contra la mujer
Re c o m e n d a c io n e s c o n c r e t a s

24. A la luz de las observaciones anteriores, el Comité para


la Eliminación de la Discriminación contra la M ujer re­
comienda que:

a) Los Estados Partes adopten medidas apropiadas y efi­


caces para combatir todo tipo de violencia basada en
el sexo, ejercida mediante actos públicos o privados.

b) Los Estados velen por que las leyes contra la violen­


cia y los malos tratos en la familia, la violación, los
ataques sexuales y otro tipo de violencia contra la
mujer proteja de manera adecuada a todas las mujeres
y respeten su integridad y dignidad. Deben propor­
cionarse servicios apropiados de protección y apoyo
a las víctimas. Es indispensable que se capacite a los
funcionarios judiciales, los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley y otros funcionarios públicos
a fin de lograr la aplicación efectiva de la Convención.

47
Johnny E. Castillo Aparicio

t) Los Estados adopten todas las medidas jurídicas y de


otra índole que sean necesarias para prestar protec­
ción eficaz a las mujeres contra la violencia dirigida a
ellas, incluidas entre otras:
i) medidas jurídicas eficaces, incluidas sanciones pe­
nales, recursos civiles y disposiciones de indemni­
zación para proteger a la mujer contra todo tipo
de violencia, incluida la violencia y los malos tra­
tos en la familia, el ataque sexual y el hostigamien­
to sexual en el lugar de trabajo;
ii) medidas preventivas, incluidos programas de in­
formación pública y de educación para modificar
las actitudes relativas a las funciones y la condi­
ción del hombre y de la mujer;
iii) medidas de protección, incluidos refugios, ser­
vicios de asesoramiento, rehabilitación y apoyo
para las mujeres que son víctimas de violencia o
que se encuentren en peligro de serlo.

3.2 Recomendación General N° 35 (26-07-2017)


Sobre la violencia por razón de género contra la mujer, por
la que se actualiza la recomendación general núm. 19

C. Pr o t e c c ió n

31. El Com ité recomienda que los Estados partes apliquen


las siguientes medidas de protección:

a) Aprobar y aplicar medidas eficaces para proteger y ayudar


a las mujeres denunciantes y a los testigos de la violencia

48
Capít ul o II: M e d i d a s d e p r o t e c c i ó n so b r e v i o l e n c i a d e g é n e r o y e l g r u p o f a m i l i a r ...

por razón de género antes, durante y después de las accio­


nes judiciales mediante, entre otros:

i) La protección de su privacidad y seguridad, de confor­


midad con la recomendación general núm. 33, en parti­
cular mediante procedimientos judiciales y medidas que
tengan en cuenta las cuestiones de género, teniendo en
consideración las garantías procesales de las víctimas y
supervivientes, los testigos y los acusados;

ii) La prestación de mecanismos de protección adecua­


dos y accesibles para evitar una posible violencia o más
actos de la misma, sin la condición previa de que las
víctimas y supervivientes inicien acciones legales, por
ejemplo mediante la eliminación de las barreras de co­
municación para las víctimas con discapacidad. Los
mecanismos deberían incluir la evaluación inmediata
de los riesgos y la protección, compuesta por una gran
variedad de medidas eficaces, y, cuando corresponda,
la emisión y seguimiento de órdenes de desalojo, pro­
tección, alejamiento o seguridad de emergencia contra
los presuntos autores, incluidas sanciones adecuadas
en caso de incumplimiento. Las medidas de protección
deberían evitar imponer una excesiva carga financiera,
burocrática o personal sobre las mujeres víctimas o su­
pervivientes. Los derechos o reclamaciones de los auto­
res o presuntos autores durante y después de los pro­
cedimientos judiciales, en particular en lo que respecta
a la propiedad, la privacidad, la custodia de los hijos, el
acceso, los contactos y las visitas, deberían determinar­
se a la luz de los derechos humanos de las mujeres y los
niños a la vida y la integridad física, sexual y psicológica
y regirse por el principio del interés superior del niño.

49
Johnny E. Castillo Aparicio

4. ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS


4.1 Medidas de prevención del delito y de justicia penal para la
eliminación de la violencia contra la mujer. A/RES/52/86,
2 de febrero de 1998
A n e x o

Estrategias y Medidas Prácticas Modelo para la eliminación


de la violencia contra la mujer en el campo de la prevención del
delito y la justicia penal.

[•••]
II. Procedimiento penal

7. Se exhorta a los Estados Miembros a que examinen, eva­


lúen y enmienden sus procedimientos penales, según pro­
ceda, para cerciorarse de que:

[...]

g) Los tribunales están facultados, a reserva de los dis­


puesto en la norma constitucional de su Estado, para
dictar mandatos judiciales de amparo y conminatorios,
en casos de violencia contra la mujer, que prevean la
expulsión del domicilio del autor de los hechos, con
prohibición de todo contacto ulterior con la víctima y
demás personas afectadas, dentro o fuera del domicilio,
y de imponer sanciones por el incumplimiento de esas
órdenes;

h) Se pueden tomar medidas cuando sea necesario para ga­


rantizar la seguridad de las víctimas y de sus familias y
para protegerlas contra la intimidación y las represalias.

50
Ca pít ul o II: M e d i d a s d e p r o t e c c i ó n so b r e v i o l e n ci a d e g é n e r o y e l g r u p o f a m i l i a r ...

5. CIDH. ACCESO A LA JUSTICIA PARA MUJERES VÍCTIMAS


DE VIOLENCIA EN LAS AMÉRICAS
B. M arco ju ríd ico d el in form e : normas y estándares interna­
cionales aplicables al derecho al derecho de las mujeres para acce­
der a recursos judiciales idóneos y efectivos cuando son víctimas
de violencia.

[...]

2. Debida diligencia y acceso a la protección judicial

“La obligación de proteger con la debida diligencia exige


que los Estados garanticen que las mujeres [...] que son
víctimas de violencia o corren el riesgo de serlo tengan ac­
ceso a la justicia y a servicios de atención de salud y apoyo
que respondan a sus necesidades inmediatas, las protejan
contra otros daños y se ocupen de las consecuencias que
se derivan de la violencia para la mujer. Con ese fin, los
Estados deben elaborar marcos legislativos, sistemas de
vigilancia policial y procedimientos judiciales apropiados
para proteger adecuadamente a todas las mujeres, propor­
cionarles un entorno seguro y propicio para que informen
de los actos de violencia cometidos contra ellas y adoptar
medidas tales como órdenes de interdicción o expulsión
y procedimientos de protección de las víctimas. En situa­
ciones en las que es evidente que determinadas mujeres
y niñas pueden ser víctimas de la violencia, los órganos
encargados de aplicar la ley tienen la obligación de estable­
cer mecanismos de protección efectivos y apropiados para
impedir que se produzcan otros daños”/10)

(10) Asamblea General de Naciones Unidas. Declaración sobre la elimina­


ción de la violencia contra la mujer. Artículo 4, letra g). Véase también

51
Johnny E. Castillo Aparicio

IV Conclusiones y recomendaciones

298. [...]

Pr o t e c c ió n c a u t e l a r y pr e v e n t iv a

1. Diseñar e institucionalizar programas de capacitación des­


tinados a todos los funcionarios estatales involucrados en
el seguimiento y supervisión de medidas de protección y
medidas preventivas de actos de violencia contra las mu­
jeres, particularmente a la policía, sobre la necesidad de
asegurar el debido cumplimiento de estas medidas y las
consecuencias de su incumplimiento. Sancionar a los fun­
cionarios estatales que no realizan el debido seguimiento
de estas medidas.

CIDH . Acceso a la Justicia para Mujeres víctimas de Violencia en las


Américas, párr. 298 y ss.

52
CAPITULO
Violencia contra la mujer y
el grupo familiar
1. VIOLENCIA DE GÉNERO
La violencia basada en género hace alusión a aquella acción o
conducta que tiene una relación estrecha con un orden social que
discrimina a las mujeres y desvaloriza lo femenino, a la vez que
construye y perpetúa las desigualdades de género. En ese sentido,
la gran m ayoría de situaciones de violencia contra las mujeres se
constituirá como violencia basada en género, pero ambos no son
términos completamente equiparables, pues el segundo coloca el
énfasis en el reforzamiento e imposición de los postulados del sis­
tema de género, es decir, de aquellos estereotipos sobre lo mascu­
lino y lo femenino/11)

En la construcción sociocultural encontramos el estableci­


miento de diferencias entre hombres y mujeres; así, las primeras
enseñanzas sobre patrones sexistas son aprendidas por la madre,
el padre o los responsables de los hijos, y ello nos lleva a avizo­
rar desde las perspectiva educativa cómo los hombres y mujeres
son formados desde las primeras etapas de su vida, adquiriendo
estereotipos o patrones sexista, donde se enseña que el hombre
debe tener el dominio de su entorno, surgiendo luego conductas
violentas de sometimiento dirigidas a la mujer, quien tiene el rol
de sumisión. La construcción de estereotipos o patrones sexistas

(11) Díaz Castillo, Ingrid, Rodríguez Vásquez, Julio y Cristina Valega Chi-
poco. Feminicidio. Interpretación de un delito de violencia basada en
género, pp. 21.

55
Johnny E. Castillo Aparicio

encuentran su origen en el género, entendiéndose este como la


valoración sociocultural que se le otorga al ser humano de acuer­
do con sus características sexuales. Si bien los estereotipos afec­
tan tanto a hombres y mujeres, tienen un mayor efecto negativo
en las segundas, pues históricamente la sociedad les ha asignado
roles secundarios, socialmente menos valorados y jerárquicamen­
te inferiores/12)

El Com ité para la Eliminación de la Discriminación contra


la M ujer de la O rganización de las Naciones Unidas ha señalado
en su Recomendación General N° 19 (1992) que la violencia basa­
da en genero contra las mujeres se constituye como una forma de
discrim inación hacia las mismas. Ello en tanto impide el goce de
derechos y libertades de las mujeres en igualdad de condiciones
y, además, ocurre hacia ellas en cuanto son mujeres o las afectan
de manera desproporcionada. El mismo comité, además, ha re­
conocido que este tipo de violencia ocurre en virtud de los este­
reotipos que se les asignan a las mujeres y quedes son impuestos
socialm ente/13)

2. VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


EL concepto de violencia contra la mujer fue planteado por
la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer
de 1993 de la O N U y la Plataforma de Acción de Beijing de 1995

(12) Silva Chávez, Leticia Mercy. “Criterios para resolver casos de violencia
de género y el delito de feminicidio desde la perspectiva de género” en
Acceso a la justicia: discriminación y violencia por motivos de género,
pp. 35, 36.

(13) Díaz Castillo, Ingrid, Rodríguez Vásquez, Julio y Cristina Valega Chi-
poco. Feminicidio. Interpretación de un delito de violencia basada en
género, pp. 23, 24.

56
C a pít u l o III: V io le n ci a co n t r a la m u j e r y el grupo familiar

como «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo fe­


menino que tenga o pueda tener como resultado un daño o su­
frimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como la
amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la
libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida
privada».

Dicho de otro modo, se trata de una violencia que se dirige


contra las mujeres simplemente por el hecho de ser mujeres, sien­
do que su especificidad no radica en el ámbito en el que se ejerce
-puede ser en lo público y en lo privado-, ni en la persona que la
ejerce -puede ser el varón que mantiene o mantuvo una relación
afectiva o de otra naturaleza con la víctim a-, sino que reside en la
pertenencia a un determinado sexo, el sexo femenino (víctima) y
sexo masculino (agresor).

Cabe destacar, que conforme a la Declaración «la violencia


contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos
y las libertades fundamentales e impide total o parcialmente a la
mujer gozar de dichos derechos». Asimismo, se señala que esta
clase de violencia «constituye una manifestación de relaciones de
poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que
han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en
su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la
mujer y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos
sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situa­
ción de subordinación»^14)

La expresión «violencia contra la mujer» es un término que se


emplea generalmente en la normativa internacional. Su utilización

(14) Bendezú Barnuevo, Rocci. Delito de feminicidio. Análisis de la violencia


contra la mujer desde una perspectiva jurídico-penal, pp. 47, 48.

57
Johnny E. Castillo Aparicio

se observa a partir de la Declaración de la O N U sobre la elimina­


ción de la violencia contra las mujeres, aprobada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20 de diciembre de 1993, de
igual forma se emplea en la Convención Interamericana para Pre­
venir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la M ujer de 1994,
aprobado por la OEA.

Este término tiene el mérito de apreciar a las mujeres como


victimas habituales de éstas agresiones. En opinión de Aranda Al-
varez, la violencia sobre las mujeres seria el concepto más amplio,
pues hace referencia a la violencia que se inflige a las mujeres en
cualquier circunstancia o condición, es decir, todo tipo de actua­
ción basado en la pertinencia a dicho sexo de la víctima, y con
independencia de la edad de ésta, que a través de medios físicos o
psicológicos, incluyendo las amenazas, intimidaciones o coaccio­
nes, tenga como resultado posible o real un daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico para la mujer, y se realice al amparo de
una situación de debilidad o dependencia física, psicológica, fami­
liar, laboral o económica de la víctim a frente al agresor/15)

3. DEFINICIÓN DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


La violencia contra la m ujer constituye la expresión de toda
violencia que se ejerce por el hombre contra esta por su condición
de tal, y tiene su génesis en la discriminación intemporal, la situa­
ción de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre
las mujeres.

Desde esta perspectiva la violencia contra las mujeres no se


reduce al ámbito familiar (como parte de la relación de subordina­

rá ) Bendezú Barnuevo, Rocci. Delito de feminicidio. Análisis de la violencia


contra la mujer desde una perspectiva jurídico-penal, pp. 44.

58
Ca pít u l o III: V io le n ci a co n t r a la m u j e r y e l gr u p o f a m i l i a r

ción), sino a una estructura social caracterizada por la discrimina­


ción, desigualdad y relaciones de poder entre el hombre y la mujer.

El artículo 1, de la Convención Interamericana para Prevenir,


Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la M ujer - BELEM DO
PARA, señala “(...) debe entenderse por violencia contra la mu­
jer, cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause la
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer,
tanto en el ámbito público o privado”/16)

En esta definición, el término “basado en género” significa


que la violencia se sustenta en creencias, prácticas y estructuras
sociales de poder y subordinación que generan discriminación ha­
cia la mujer y le asignan papeles que limitan su desarrollo personal.
Es decir, se construye desde los estereotipos y roles de género que
consideran a la violencia como medio efectivo de poder y control
sóbre las m ujeres/17)

En igual sentido, la Comisión de Derechos Humanos de las


Naciones Unidas, en la resolución número 2005/41, definió la vio­
lencia contra mujer como «todo acto de violencia sexista que tenga
o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual
o psicológico para la mujer».

Así mismo, la Declaración de la Organización de las N acio­


nes Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,

(16) Corte Suprema de Justicia. X Pleno Jurisdiccional de las Salas Pena­


les Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 001-2016/C J -1 16,
pp. 7879.
(17) Documento elaborado por las y los representantes de las instituciones
integrantes de la Mesa de Trabajo Intersectorial contra el Feminicidio.
Protocolo interinstitucional de acción frente al feminicidio, tentativa de
feminicidio y violencia de pareja de alto riesgo 2015, pp. 17.

59
Johnny E. Castillo Aparicio

elaborada en la 85 sesión plenaria, celebrada el 20 de diciembre de


1993, reconoce que “la violencia contra la mujer constituye una
manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales
entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de
la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre.
La violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales
fundamentales por los que se refuerza a la mujer a una situación
de subordinación respecto del hombre” (es evidente la conexión
entre violencia de género y discriminación, relaciones de poder y
desigualdad).

La Convención sobre la eliminación de todas las formas de


discriminación contra la mujer (CEDAW) en su artículo 1, expre­
sa: “La discriminación contra la mujer denotará toda distinción,
exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio
por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base
de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos
y las libertades fundamentales en las esferas política, económica,
social, cultural y civil o en cualquier esfera”/18)

La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la


mujer, aprobada en 1994 por la Asamblea General de las N acio­
nes Unidas, define la violencia sobre la mujer como “todo acto de
violencia basado en el género que tiene como resultado posible o
real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la
coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra
en la vida pública o en la vida privada”.

(18) C orte Suprema de Justicia. X Pleno Jurisdiccional de las Salas Pena­


les Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 001-2 0 16 / C J-l 16,
pp. 7879, 7880.

60
Ca pít u l o III: V io le ncia co n t r a la m uj e r y e l gr u p o f a m ilia r

Este tipo de violencia surge a partir de un patrón de habitua-


lidad y no de un mero incidente aislado. La violencia es ejercida
por el varón sobre la mujer para controlarla y someterla. Algunas
definiciones recogen estos aspectos, por ejemplo la que nos pro­
porciona Davies, M .H., al entender la violencia contra las mujeres
en la pareja como “un patrón de control por coacción, caracte­
rizado por el uso de conductas físicas, sexuales y abusivas”; o la
de la Asociación Americana de Psicología (APA), que define la
violencia o el maltrato doméstico como “un patrón de conductas
abusivas que incluye un amplio rango de maltrato físico, sexual y
psicológico, usado por una persona en una relación íntima contra
otra, para ganar poder o para mantener el abuso de poder, control
y autoridad sobre esa persona”.^9)

El artículo 5o de la Ley N° 30364, Ley Para Prevenir, Sancio­


nar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes
del Grupo Familiar, establece que “La violencia contra las mujeres
es cualquier acción o conducta que les cauce muerte, daño o sufri­
miento físico, sexual o psicológico por su condición de tales, tanto
en el ámbito público como en el privado”.

Asimismo el artículo 4° del Reglamento de la Ley N° 30364,


Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar, aprobado mediante
Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, modificado por el De­
creto Supremo N° 004-2019-MIMP, de fecha 07-03-2019, ma­
nifiesta que: “La violencia contra la mujer por su condición de
tal es la acción u omisión identificada como violencia según los
artículos 5oy 8o de la Ley que se realiza en el contexto de violencia 19

(19) Ramón Agustina, José. “Conceptos clave, fenomenología, factores y es­


trategias en el marco de la violencia intrafamiliar” en Violencia intrafa­
miliar. Raíces, factores y formas de la violencia en el hogar, pp. 86.

61
Johnny E. Castillo Aparicio

de género, entendida ésta como una manifestación de discrimina­


ción que inhibe gravemente la capacidad de las mujeres de gozar
de derechos y libertades en pie de igualdad, a través de relaciones
de dominio, de control, de ejercicio de poder, de sometimiento y
subordinación hacia las mujeres.”

4. DEFINICIÓN DE VIOLENCIA CONTRA EL GRUPO FAMILIAR


García de Ghiglino y Alejandra Acquaviva, sostienen que
una de las conceptualizaciones más aceptadas es la que elaboró el
Consejo de Europa en 1985: “es toda acción u omisión cometida
en el seno de la familia por uno de sus miembros, que menoscaba
la vida o la integridad física o psicológica, o incluso la libertad de
otro de los miembros de la misma familia, que causa un serio daño
al desarrollo de su personalidad”/20)

El termino violencia familiar, alude a todas las formas de abu­


so y maltrato que se dan entre los miembros de una familia. Se
entiende que la condición de violencia es aquélla en donde una per­
sona que posee más poder, abusa de otra con menos poder, y persi­
gue un propósito de sometimiento y subordinación. Se denomina
relación de abuso a aquella forma de interacción que, enmarcada
en un contexto de desequilibrio de poder, incluye conductas de
una de las partes que, por acción u omisión, ocasionan daño físico
y/o psicológico a otro miembro de la relación/21)

Para Echeburua citado por Silvia Mendoza, manifiesta desde


un punto de vista clínico, el maltrato doméstico se refiere a las

(20) García de Ghiglino, Silvia y María Alejandra Acquaviva. Protección con­


tra la violencia familiar, pp. 133.

(21) Silva Mendoza, Milka. Mujer, grupo familiar violencia y derecho. Estu­
dio a la Ley N° 30364 y a su reglamento, pp. 17.

62
Ca pít ul o III: V io le n cia co n t r a la m uj e r y el gr u p o f a m ilia r

agresiones físicas, psíquicas, sexuales o de otra índole, llevados a


cabo reiteradamente por parte de un familiar -habitualm ente el
m arido-, y que causan daño físico y lo psíquico y vulneran la liber­
tad de otra persona -habitualm ente la esposa-.

También se ha definido a la violencia familiar como todo tipo


de conductas abusivas de poder que obstaculizan, obstruyen o nie­
gan el “normal y pleno desarrollo personal del que está sujeto a ese
tipo de violencia”Z22)

Cuando los actos de violencia se producen en el seno de la


familia, se emplean indistintamente expresiones como “violencia
familiar”, “violencia en la familia” o “violencia doméstica”, aunque
hay autores como De Urbano y Castrillo, citados por Diego Or-
tiz, que prefieren hablar de violencia familiar, por ser una acepción
más amplia que el término violencia domestica ya que no siempre
se produce el maltrato en el domicilio o en el hogar donde se mora,
sino en otros ámbitos/23)

Para la Ley argentina 24.417 de Protección contra la Violen­


cia Domestica, establece que, a los efectos de su aplicación, se en­
tiende por grupo familiar el originado en el matrimonio o en las
uniones de hecho/24)

Señala el proyecto del Congreso de la República que las


disposiciones de la norma propuesta se aplican a todos los casos
de violencia dirigida hacia la mujer y los miembros del grupo fa­

(22) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 49.

(23) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 48.

(24) García de Ghiglino, Silvia y María Alejandra Acquaviva. Protección con­


tra la violencia familiar, pp. 135.

63
Johnny E. Castillo Aparicio

miliar. Sobre el particular, la Ley N° 26260 (derogada por la Ley


N° 30364), enumeraba expresamente los sujetos de derecho entre
los cuales se podía producir la violencia familiar; sin embargo la
presente propuesta alude de manera específica únicamente a las
mujeres y aparece como una institución innovadora el concepto
de “Grupo fam iliar”/25)

El concepto de “grupo fam iliar” abarca el reconocimiento de


tres dimensiones que están en intersección: la protección familiar
en sentido extenso; la protección de los miembros del hogar, que
es la unidad domestica; y la última parte está referida a la protec­
ción de las relaciones de pareja/26)

Define la Ley 30364, Ley Para Prevenir, sancionar y Erra­


dicar la Violencia contra la Mujeres y los Integrantes del Grupo
Familiar, en el artículo 6 que la violencia contra los integrantes del
grupo familiar, es cualquier acción o conducta que le cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico y que se produce en
el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder,
de parte de un integrante a otro del grupo familiar.

El artículo 7 de la Ley 30364, modificado por la Ley N°


30862 de fecha 25-10-2018, establece que debe comprenderse a los

(25) Dictamen de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos recaído en


los Proyecto de Ley 1212/ 2011-CR , 1896/2012-PE, 2226/2012-CR,
2434/2012-C R, 2683/2013-C R Y 3227/2013-C R con un texto sustitu­
torio que propone la “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violen­
cia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar”.

(26) Dictamen de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos recaído en


los Proyecto de Ley 1212/ 2011-CR , 1896/2012-PE, 2226/2012-CR,
2434/2012-C R, 2683/2013-C R Y 3227/2013-C R con un texto sustitu­
torio que propone la “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violen­
cia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar”.

64
Capít ul o III: V io le n cia co n t r a la m u j e r y e l gr u p o f a m ili a r

miembros del grupo familiar: a los conyugues, ex conyugues, con­


vivientes, ex convivientes; padrastros, madrastras; o quienes ten­
gan hijas o hijos en común; las y los ascendientes o descendientes
por consanguinidad, adopción o por afinidad; parientes colaterales
hasta el cuarto grado de consanguinidad o adopción y segundo
grado de afinidad; y quienes habiten en el mismo hogar siempre
que no medien relaciones contractuales o laborales, al momento
de producirse la violencia^27)

5. TIPOS DE VIOLENCIA
Se establece en el artículo 8o de la Ley 30364, Ley Para Pre­
venir, sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar (ley que ha tenido varias modifica­
ciones), y el artículo 8o del Reglamento de la Ley N° 30364, apro­
bado mediante Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, modificado
posteriormente por el Decreto Supremo N° 004-2019-MIMP, de
fecha 07-03-2019, que los tipos de violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar son : a) la violencia física, b) la
violencia psicológica, c) la violencia sexual y la c) violencia econó­
mica o patrimonial.

Con la emisión de la Ley N° 30364 Ley para prevenir, san­


cionar y erradicar la violencia contra la mujer y los integrantes del
grupo familiar, publicada el 23 de noviembre del 2015, la legisla­
ción peruana incorpora como un tipo de violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar a la violencia económica o
patrimonial, ya que con el texto de la Ley N° 26260 Ley de Protec­
ción Frente a la Violencia Familiar, no se le consideraba como un
tipo expreso de manifestación de la violencia familiar.

(27) Artículo modificado por el A rt. 1 de la Ley N° 30862, pub. 25/10/18.

65
Johnny E. Castillo Aparicio

Resulta positivo que la norma defina, en su artículo 8, los


cuatro tipos de violencia mencionados en torno a la violencia
contra las mujeres e integrantes del grupo familiar. Además, los
reconocim ientos de los tipos de violencia se adaptan a los es­
tándares internacionales en m ateria de derechos humanos. Por
ejemplo, se establece que se pueda configurar violencia sexual
aunque no haya penetración ni contacto físico con la víctima, y
se reconoce la violencia patrim onial hacia las mujeres que ante­
riorm ente no estaba reconocida en ningún dispositivo norm ati­
vo nacional/28)

5.1 Violencia física


El artículo 8 inciso a) de la Ley 30364, declara que la violencia
fisca es: “La acción o conducta, que causa daño a la integridad cor­
poral o a la salud. Se incluye el maltrato por negligencia, descuido
o por privación de las necesidades básicas, que hayan ocasionado
daño físico o que puedan llegar a ocasionarlo, sin importar el tiem­
po que se requiere para su recuperación”.

Es decir, es cualquier acto que dañe o lesione su cuerpo, aun­


que no necesariamente produzca marcas corporales en ella. Este
tipo de violencia incluye, entre otros, los goles en cualquier parte
del cuerpo que dejen o no huellas, empujones, heridas internas y
externas, tirones de pelo, etc.

Diego O rtiz, manifiesta que la violencia física es aquella vio­


lencia que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo do­
lor, daño o riesgo de producirlo y cualquier otra forma de maltrato

(28) Valega Cristina en “Avanzamos contra la indiferencia: Comentarios a la


Nueva Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las
Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar s/n pp.

66
C a pít ul o III: V io le n ci a co n t r a la m uj e r y e l grup o f a m ilia r

o agresión que afecte su integridad física como por ejemplo un


cachetazo, un golpe de puños, etcd29)

El M ovimiento Manuela Ramos, señala que la definición de


la violencia física entraña el uso intencional de la fuerza física, el
vigor o un arma para dañar o lesionar. Nuestra legislación incluye
conductas no intencionales como la negligencia y el descuido, y no
exige que se produzca un daño, sino que este sea posibled30)

El proyecto de Ley de la Comisión de Justicia y Derechos


Humanos del Congreso de la República optó por detallar cada una
de los tipos de violencia. Así en cuanto a la violencia física, se ha
incluido el maltrato por negligencia, descuido o privación de las
necesidades básicas, que haya ocasionado daño físico o que podría
llegar a ocasionarlo, sin importar el tiempo que se requiere para su
recuperación. M anifiesta el Dictamen de la Comisión de Justicia y
Derechos Humanos del Congreso de la República que el concepto
“privación”, ha sido tomado de la propuesta de la organización
Panamericana de la salud, en aquellos casos en los cuales los padres
o las personas que tienen bajo su cuidado alguna persona depen­
diente, sea esta niña, niño o adolescente, persona con discapacidad
o adulto mayor, le ocasionan un daño físico por no proveerle el
sustento adecuado, entendido este como: alimento, salud o recu­
peración incluso de alguna afección que pudiera tenerd31)

(29) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 162.

(30) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 18.

(31) Dictamen de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos recaído en


los Proyecto de Ley 1212/2011-CR, 1896/2012-PE, 2226/2012-CR,
2434/2012-C R , 2683/2013-C R Y 3227/2013-CR con un texto sustitu­

67
Johnny E. Castillo Aparicio

5.2 Violencia psicológica


En un prim er momento cuando se promulgó la Ley N°
30364 se consideró a la violencia psicológica como a la acción o
conducta tendiente a controlar o aislar a la persona contra su vo­
luntad, a hum illarla o avergonzarla y que puede ocasionar daños
psíquicos.

Posteriorm ente mediante Decreto Legislativo N° 1323,


Decreto Legislativo que fortalece la lucha contra el fem inicidio,
la violencia fam iliar y la violencia de género de fecha 06-01-2017,
se modifica el artículo 8o de la Ley N° 30364, con respecto a la
violencia psicológica en los térm inos siguientes: “Es la acción
u omisión, tendiente a controlar o aislar a la persona contra su
voluntad, a hum illarla, avergonzarla, insultarla, estigm atizarla
o estereotiparla, sin im portar el tiempo que se requiera para su
recuperación” asimismo, dicho Decreto Legislativo suprime el
daño psíquico.

La violencia psicológica es cualquier conducta u omisión in­


tencional que cause daño emocional y/o disminución de la auto­
estima de una mujer, mediante amenazas, humillaciones, vejacio­
nes exigencia de obediencia o sumisión, coerción verbal, insultos,
aislamiento o cualquier otra lim itación de su ámbito de libertad.
Entre otras manifestaciones, la violencia psicológica incluye la
culpa, la vigilancia, el aislam iento, el control, la manipulación, la
exigencia de obediencia o sumisión, la imposición del rol servil,
que causan perjuicio o menoscabo de la autodeterminación/32)

torio que propone la “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violen­


cia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar” pp.13.

(32) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 403.

68
Ca pít u l o MI: V io le n cia co n t r a la m u j e r y el gr u p o f a m ilia r

Declara Diego Ortiz, que la violencia psicológica es aquella


violencia que causa daño emocional y disminución de la autoesti­
ma o perjudica el pleno desarrollo personal o que busca degradar o
controlar sus acciones, comportamientos, creencias y decisiones,
mediante amenazas, acoso, hostigamiento, restricción, humilla­
ción, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento/33)

M ontalbán Huertas citado por Núñez Molina y Castillo Sol­


tero define la violencia psicológica como “la que se exterioriza en
forma de amenazas, intimidaciones, insultos en público, despre­
cios, espionaje, control permanente”. Añadiendo que “son actos
que persiguen minar la autoestima y la dignidad de la víctima”/34)

Para el M ovim iento M anuela Ramos, la violencia psicoló­


gica im plica controlar o aislar, así como hum illar o avergonzar
a una persona. Incluye “m altrato verbal en forma repetida, aco­
so, reclusión y privación de los recursos físicos, financieros y
personales”/35)

Echeburua y Paz del Corral, sostienen que “la violencia psí­


quica se caracteriza por la presencia continuada de intimidación o
de amenazas, por el recurso a humillaciones graves y reiteradas,
que contribuyen a socavar la autoestima de la víctima, por la impo­
sición del aislamiento social, por el sometimiento a restricciones
económicas graves (cuando ella carece de recursos propios), por la

(33) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 163.

(34) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia Fami­
liar. Comentarios a la Ley 29282, pp. 56.

(35) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 19.

69
Johnny E. Castillo Aparicio

desvalorización total como persona (calificándola, por ejemplo, de


loca) o por un acoso continuado”/36)

5.3 Violencia sexual


La ley 30364 establece en el artículo 8 inciso c) que la violen­
cia sexual “son acciones de naturaleza sexual que se cometen con­
tra una persona sin su consentimiento o bajo coacción. Incluyen
actos que no involucran penetración o contacto físico alguno. A si­
mismo, se consideran tales la exposición a material pornográfico y
que vulneran el derecho de las personas a decidir voluntariamente
acerca de su vida sexual o reproductiva, a través de amenazas, coer­
ción, uso de la fuerza o intim idación”.

La jurisprudencia interamericana ha ampliado el concepto


precisando que considera que “la violencia sexual se configura con
acciones de naturaleza sexual que se cometen en una persona sin
su consentimiento, que además de comprender la invasión física
del cuerpo humano, pueden incluir actos que no involucren pene­
tración o incluso contacto físico alguno”/37)

Expresa Diego O rtiz, que es cualquier acción que implique la


vulneración en todas sus formas de la libertad de autodetermina­
ción sexual de la mujer, con o sin acceso genital, del derecho de la
m ujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o repro­
ductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intim i­

dó) Echeburua, Enrique y Paz de Corral: “Violencia en las relaciones de pa­


reja. Un análisis psicológico” en Violencia intrafamiliar. Raíces, factores
y formas de la violencia en el hogar, pp. 137, 138.

(37) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 19

70
C apít u l o III: V io le n ci a co n t r a la mujer y el gr up o fam iliar

dación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras


relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así
como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abu­
so sexual y trata de mujeresd38)

En su sentido más amplio, incluye cualquier acto de conte­


nido sexual no consentido. Incluye entre otras la exhibición, la
observación y la imposición de prácticas sexuales no consentidas,
sin importar si el agresor mantiene o ha mantenido algún tipo de
relación de pareja, afectiva o de parentesco con la víctima y sin
importar que el agresor tenga o no contacto físico con las vícti­
mas. La falta de consentimiento puede interpretarse a partir de
diferentes formas de coacción, física, o no. Por su parte, la edad
para consentir relaciones sexuales suele variar de un país a otro/39)

5.4. Violencia económica o patrimonial


Con la promulgación de la Ley 30364 se señaló primero que
la violencia económica o patrimonial, es la acción u omisión que
se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de cualquier persona, a través de:

1. la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de


sus bienes;

2. la pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación


indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales;

(38) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 168.

(39) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 403.

71
Johnny E. Castillo Aparicio

3. la limitación de los recursos económicos destinados a sa­


tisfacer sus necesidades o privación de los medios indis­
pensables para vivir una vida digna; así como la evasión del
cumplimiento de sus obligaciones alimentarias;

4. la limitación o control de sus ingresos, así como la per­


cepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un
mismo lugar de trabajo.

Posteriormente se modificó el inciso d) del artículo 8 de la


Ley 30364, con la Ley 30862, de fecha 25-10-2018, manifestando
que la violencia económica o patrimonial: “Es la acción u omisión
que ocasiona un menoscabo en los recursos económicos o patri­
moniales de las mujeres por su condición de tales o contra cual­
quier integrante del grupo familiar, en el marco de relaciones de
poder, responsabilidad o confianza, por ejemplo a través de:

1. la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de


sus bienes;
2. La pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación
indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos
personales, bienes, valores y derechos patrimoniales;

3. la limitación de los recursos económicos destinados a sa­


tisfacer sus necesidades o privación de los medios indis­
pensables para vivir una vida digna; así como la evasión del
cumplimiento de sus obligaciones alimentarias;

4. la limitación o control de sus ingresos, así como la per­


cepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un
mismo lugar de trabajo.

En los casos en que las mujeres víctimas de violencia tengan


hijos/as y estos/as vivan con ellas, la limitación de los recursos
destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios

72
C a pít ul o III: V io le n ci a co n t r a la m u j e r y e l g r u p o f a m ili a r

indispensables para vivir una vida digna, así como la evasión de


sus obligaciones alimentarias por parte de la pareja, se considerará
como una forma de violencia económica o patrimonial contra la
mujer y los/las hijos/as”.

La violencia económica, es aquella que se dirige a ocasionar


un menoscabo o perjuicio en el patrimonio de la mujer, específica­
mente en los recursos económicos o patrimoniales de su titularidad.
Cuando hay una situación de violencia económica hay una asimetría
en donde uno es el que domina, decide y administra el dinero sin
someter la cuestión a decisión de la pareja o de la familia/40-1

Graciela Medina, precisa que la violencia económica -enten­


dida como la serie de mecanismos de control y vigilancia sobre el
comportamiento de las mujeres con relación al uso y distribución
del dinero, junto con la amenaza constante de no proveer recursos
económ icos- es una de las formas más tremendas de violencia, que
demuestran relaciones de poder que se establecen entre mujeres
y hombres, quedando en manos de estos últimos una autoridad
y un poder acompañado de la sumisión y/o subordinación de las
mujeres/41^

A lex Placido, señala que la violencia económica es “toda


acción u omisión que afecte el uso, goce, disponibilidad o acce­
sibilidad de recursos económicos, limitando la autonomía eco­
nómica de la víctim a y aumentando la dependencia al agresor
proveedor. La violencia económica como forma de control se
m anifiesta, entre otras, a través de prácticas como la manipu­

lo ) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 171.

(41) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 107.

73
Johnny E. Castillo Aparicio

lación o lim itación de los ingresos, la coerción para utilizar o


invertir los recursos económicos propios en intereses del agre­
sor, la amenaza de negarle los recursos económicos básicos para
alim entarse y/o vestirse.

Asimismo, declara que la violencia patrimonial, es “cualquier


acción u omisión que menoscabe la libertad de usar, disponer o ac­
ceder a sus bienes materiales, sean adquiridos dentro de la pareja o
producto de herencias, trabajo, etc. Se incluyen los daños a los bie­
nes comunes o propios mediante la transformación, sustracción,
destrucción, distracción, pérdida, limitación, retención de objetos,
documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.
Entre otras formas está la manipulación de bienes materiales de
propiedad compartida o única, la venta no autorizada o manipula­
da de algún biend42)

Se dice también que “son todas aquellas acciones u omisiones


por parte del agresor que afectan la sobrevivencia de la mujer y
sus hijas e hijos, o despojo o destrucción de sus bienes personales
o de la sociedad conyugal (perdida de la vivienda, los enseres y el
equipamiento doméstico, bienes muebles e inmuebles, así como
los objetos personales de la afectada o de sus hijos, etc.). Además,
incluye negación a cubrir cuotas alimenticias para las hijas (os) o
gastos básicos para la sobrevivencia del núcleo fam iliar”. (43)

La violencia económica o patrimonial, implica negar el acce­


so a los recursos básicos o el control de ellos. No es mencionada
expresamente en la Convención de Belém do Pará, a diferencia de

(42) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 404.

(43) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia Fami­
liar. Comentarios a la Ley 29282, pp. 59.

74
Capít u l o III: V io le n ci a co n t r a la m u j e r y el gr up o f a m ilia f

los tres tipos de violencia anteriores; sin embargo, “es actualmen­


te considerada una forma de violencia a nivel internacional y está
incluida el legislaciones nacionales”. La definición que contiene la
ley proviene literalmente de la Ley 26.845 de Argentina^44)

(44) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 19.

75
o
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-o
H
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o

Principios procesales
vinculados a los procesos
de violencia familiar
I. BREVE INTRODUCCIÓN
En materia de violencia familiar resultan de aplicación priorita­
ria los principios generales comunes a los demás procesos de familia.

Es claro que las medidas de protección previstas en la Ley


30364 tiene una naturaleza especial y sui generis, motivo por el
cual se rigen por principios procesales específicos y propios que le
dan una fisonomía única, en la medida que conjuntamente con las
normas que la regulan, pretenden resolver conflictos que se dan en
el entorno familiar que de por sí, son complejos en tanto afecta a
instituciones constitucionales como son la familia, el niño, adoles­
cente, el adulto m ayor o la mujer que, por su grado de vulnerabili­
dad, tienen un tratamiento diferenciado. Estos principios jurídicos
son imperativos abiertos que guían a los jueces y abogados en el
proceso mismo y busca lograr la justicia en el caso específico, pero
que tienen ciertos matices en la medida de que no son inflexibles,
ya que se han adaptado a la finalidad de la Ley 30364. A continua­
ción mencionaremos algunos de estos principios:

a. Principio precautorio o de cautela


Este principio surge de la naturaleza jurídica de las medidas
de protección prevista en la Ley 30364 y de la necesidad de tutela
de urgencia ante un acto de violencia familiar o contra la mujer, y
es que este principio exige que ante sólo la sospecha de la existen­
cia de un maltrato o violencia psíquicas, físicas, sexual o econó­
mica patrimonial que presente la presunta víctima en una relación

79
Johnny E. Castillo Aparicio

familiar y personal, el órgano jurisdiccional está obligado adoptar


medidas urgentes, proporcionales y razonables bajo un mandato
judicial, llámese medidas de protección y/o medidas cautelares. Al
respecto tenemos lo afirmado por Andrés Gil Dominguez, María
Victora Fama y Marisa Herrera que al abordar la Ley de protección
contra la violencia familiar en argentina, reconocieron im plícita­
mente este principio al expresar que: “(....) basta la sospecha de
maltrato ante la evidencia psíquica o física que presenta el mal-
tratado/a, y la verosim ilitud del derecho, para que el juez ordene
medidas que, en esencia, son verdaderas medidas cautelares, o bien
el sometimiento de la familia o un tratamiento bajo mandato judi­
cial”. La justificación de este principio se sustenta en -según Javier
López Maida, Carlos Alberto Ju ry y M aiela Leticia R ipa- la obli­
gación del Estado a dictar medidas “...co n la mayor premuera po­
sible para cumplir con el objetivo protector de la ley. Una decisión
a destiempo puede acarrear perjuicios a la persona que ha acudido
al Tribunal para pedir amparo”.
Como consecuencia de este principio, podemos establecer
que no es imprescindible demostrar plenamente la gravedad del
riesgo por el ejercicio de violencia, sólo se exige indicios razona­
bles y suficientes de su existencia y el nivel en que se encuentra;
dejando en claro que el auto que dicta medidas de protección y/o
medidas cautelares no importa un decisorio de mérito o de fondo
que declara a alguien como autor de los hechos que se le atribuye,
ya que ello sólo le compete a la justicia penal (Juzgado Penales
o Juzgado de Paz Letrado), además por la características propias
de las medidas de protección y/o medidas cautelares, que no son
inmutables, en el entendido que pueden variar, modificar e incluso
extinguirse con el tiempo/45)

(45) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. V, 5.3.1, pp. 10, 11.

80
Ca pít u l o IV: P r i n cip i o s p r o ce sa le s v in cu la d o s a lo s p r o ce so s d e v io le n cia f a m ilia r

b. Principio de celeridad y economía procesal


Señala Diego O rtiz, que el principio de celeridad es el prin­
cipio referido a la rapidez en la toma de decisiones de parte de la
autoridad competente. Este principio está relacionado a los plazos
y a evitar el exceso de formalismos. Asimismo, el principio de eco­
nomía procesal, está referido a la maximización de recursos mate­
riales y humanos tendientes a ahorrar tiempo y dinero. (46)

Declara el Colegiado de la Primera Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de la Libertad, que exigen que el proceso de
violencia se tramite de manera casi inmediata, simplificando los
procedimientos del mismo, reduciendo la cognición e incluso pos­
tergando o relativizando la bilateralidad, con la finalidad de brin­
dar una tutela eficaz a la víctima, ello permite maximizar una tutela
efectiva a favor de las personas afectadas por la violencia, ya sea
miembro de la familia o la mujer en su condición de tal, evitando
incluso daños -a veces- irreparables para las partes, y permitiendo
restablecer las relaciones entre las partes en conflicto.

Es claro entonces, que en este tipo de procesos debe darse


una dosis especial de celeridad por la propia naturaleza de los bie­
nes y valores que se tutelan (integridad física y emocional de la
persona); constituyendo un baremo de ineludible observancia para
los jueces de familia, quienes deben actuar con una mayor sensi­
bilidad en la tramitación de los mismos y no caer en el extremo
formalismo. Es el marco de este principio, que el legislador perua­
no estableció que las medidas de protección se deben dictar, en el
mejor de los casos, en una audiencia especial hasta antes de las 48
horas de recibida la denuncia y en caso de suma urgencia de riesgo
severo dentro de las 24 horas de recibida la solicitud (artículo 16

(46) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 289.

81
Johnny E. Castillo Aparicio

de la Ley 30364 - modificado), pudiendo darse dichas medidas de


protección inaudita parte, no siendo necesario la presencia de la
víctima o del presunto agresor (artículo 35° del Reglamento de la
Ley 30364). No olvidemos que la inacción o la acción tardía por
parte del Poder Judicial, ante la denuncia por actos de violencia,
constituiría una inacción deliberada, una especie de complicidad o
aquiescencia del Estado con el agresor, al tolerar la continuación
de actos de violencia familiar y contra la mujer, que podría traer
consecuencias y responsabilidades internacionales al E stadoJ47)

c. Principio de dirección y actuación de oficio


El Colegiado de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de la Libertad, advierte que este principio exige que el Juez
de familia o el que haga sus veces, por su calidad de director del
proceso, debe tener una actuación dinámica, guiado por la finali­
dad del proceso de violencia familiar. Es así que el Juez de Familia
debe dejar de lado la tradicional actividad del Juez Civil, que sólo re­
suelve a solicitud de parte y su conducta pasiva en el proceso; por el
contrario, debe tener una actitud activa y comprometida, interesado
en lograr un resultado socialmente eficaz, que se compadezca con el
valor justicia desde un punto de vista sustancial. Es por ello que se
amplían las facultades del Juez, debiendo contar con herramientas
mucho más eficaces y de amplio contenido procedimental, que de­
terminan la concesión de una tutela urgente ante una denuncia por
violencia familiar o violencia contra la mujer.

En suma, el Juez tiene la delicada y difícil misión de resolver


conflictos que no se agotan en el estricto marco de lo jurídico, ya

(47) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. Y, 5.3.2, pp. 11.

82
Ca pít u l o IV: P r i n c i p i o s p r o ce sa le s v in cu la d o s a lo s p r o c e so s d e v io le n cia f a m ilia r

que exigen una verdadera composición humana. Entonces queda


claro que una vez iniciada la actividad jurisdiccional, promovida
por una denuncia por violencia familiar o contra la mujer, el Juez
debe actuar -incluso de oficio- para lograr los fines del proceso
como es el de brindar protección a la víctima de violencia, incluso
en la ejecución misma, jugando así un rol protagónico en la recom­
posición del conflicto mismod48)

d. Principio de congruencia
Representa el deber del juez de someter su pronunciamiento
al contenido de las concretas peticiones, pretensiones y defensas
esgrimidas por las partes, no otorgando ni más ni menos ni otra
cosa que lo pedido en tanto los presupuestos de la pretensión o pe­
tición se hubiesen acreditado en debida forma, so pena de incurrir
en pluspeticiónd49)

En términos generales, el principio de congruencia procesal


exige que el Juez deba someter y limitar su decisión a las concretas
pretensiones del solicitante; sin embargo, por la naturaleza cons­
titucional y pública del conflicto familiar en el que se desarrolla la
violencia familiar y por la finalidad que persigue la Ley 30364 y su
modificatoria, el Juez de Familia no necesariamente debe resol­
ver conforme a lo peticionado por el denunciante, pues, según el
tenor de las pruebas que adjunten, se encuentra obligado a dictar
las medidas de protección que satisfagan el amparo de la presunta
víctima, en el entendido que podrá dictar medidas de protección

(48) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. V, 5.3.3, pp. 12.

(49) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 286.

83
Johnny E. Castillo Aparicio

distintas a las solicitadas o ampliarlas, e incluso puede incluir en la


resolución a otros agraviados o agresores que no hayan sido incor­
porados como parte del proceso.
No olvidemos que el Juez está obligado a cubrir con las me­
didas de protección todos los indicios expuestos y extraídos no
sólo de la demanda, sino de los anexos de dicha solicitud, pudien-
do incluso ir más allá de lo solicitado o pretendido, ello debido al
rol protagónico que juega el Juez en este tipo de procesos sui ge-
neris, dejando establecido que incluso las medidas de protección o
cautelares deben ser razonable, en la medida que debe estar acorde
al caso concreto de violencia expuesta de la solicitud como de los
demás recaudos.
En suma, el principio de congruencia procesal se ha relativi-
zado, tanto en su objeto, sujeto y los hechos mismos, situación que
incluso puede extenderse a nivel superior al momento de resolver
medios impugnatorios interpuestos por las partes interesadas en el
proceso mismo (llámese víctima, agresor, o el tercero denunciante),
dejando en claro que puede pronunciarse sobre aspectos procesales
no expuestos como agravios por las partes en sus recursos impug­
natorios, pero que afecta al proceso mismo, intervención extensiva
que se justifica debido a la naturaleza pública con la que cuenta este
tipo de procesos, pudiendo disponer subsanar, convalidar o integrar
algunas omisiones incurridas por los jueces de primera instancia; e
incluso de manera muy excepcional, podría pronunciarse sobre el
fondo del asunto, pese a que no existe pronunciamiento de fondo en
primera instancia y/o no fue apelado, debiendo para ello justificar
constitucionalmente dicha intervención, como puede ser la urgencia
de preservar la vida de la victimad50)

(50) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. 5.3.4, pp. 12, 13.

84
Ca pít u l o IV: P r i n cip i o s p r o ce sa le s v i n cu la d o s a lo s p r o c e so s d e v io le n cia f a m ilia r

e. Principio de flexibilización procesal


La flexibilización procesal en el derecho de familia permite
brindar una adecuada protección ante hechos de violencia que por
su naturaleza son nocivos y denigrantes a la dignidad de la per­
sona. Ello se justifica en atención que se advierte que una parte
se encuentra en situación de vulnerabilidad y por su naturaleza
se encuentra sometida en círculos de violencia que lim ita su ac­
tuación procesal y que la constituye en parte débil de la relación
jurídica procesal y requiere la intervención del aparato estatal no
para favorecer a esta parte, sino para equilibrar la relación jurídica
y tratar de colocar a las partes en una situación de igualdad; sin
embargo, es pertinente destacar que la decisión siempre tiene que
estar debidamente justificada en atención a lo actuado y probado
en el proceso.

Del Tercer Pleno Casatorio Civil, se puede extraer la predis­


posición del Estado y del órgano jurisdiccional en particular, de
brindar protección a la parte que se ha visto perjudicado/a con una
determinada situación jurídica (violencia). En tal sentido, se ha
establecido como regla vinculante la flexibilización procesal, ge­
nerándose la facultad del órgano jurisdiccional de romper algunas
reglas tradicionales del proceso civil J 51)

Para el Colegiado de la Primera Sala Civil de la Corte Su­


perior de Justicia de la Libertad, este principio exige que el Juez
de Familia deba cumplir con las formalidades previstas en la Ley
30364 o las que son propias de todo proceso judicial; sin embargo,
dichas formalidades sólo serán aplicadas, si con ellas se logra el fin

(51) Lovera Jiménez, Silvana “La tutela judicial de las relaciones familiares.
Comentario a la sentencia recaída en la Cas. N° 4101-2014 Cusco” en
Los procesos judiciales en el derecho de familia, pp. 491, 492.

85
Johnny E. Castillo Aparicio

del proceso (garantizar la integridad física, psicológica y sexual de


la persona que se encontraría siendo víctima de violencia, neutra­
lizando o minimizando los efectos nocivos de la violencia ejercida
por la persona denunciada). Por el contrario, si tal exigencia formal
comporta o implica la desprotección de los derechos y valores en
juego o el incumplimiento de la finalidad antes referida, entonces
obliga al Juez ha adecuar las formalidades o de ser el caso, pres-
cindirse, con el objeto que se cumplan los fines de la Ley 30364,
pudiendo para ello crear o flexibilizar formas o actos procesales de
ser necesario, o disponer la subsanación de la misma, no afectando
los demás actos procesales ya realizadosd52)

f. Principio de disposición de los hechos


Se refiere al aporte y delimitación del material factico que
habrá de conformar el objeto de la prueba y el fundamento de la
decisión. Significa que la actividad alegatoria y probatoria de las
partes y la decisoria del juez, se habrá de lim itar a aquellos hechos
alegados y controvertidos por las partes, pues el hecho no afirma­
do no existe para el proceso del mismo modo que el hecho admiti­
do se encuentra exento de demostración.I53)

g. Principio de disposición de las pruebas


Esto es que - s i bien el derecho de familia tiene una naturale­
za jurídica distinta del derecho civil en general- y en virtud de ello
el principio dispositivo cede en cierto grado en favor del interés

(52) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. V, 5.3.5, pp. 14.

(53) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 286, 286.

86
Ca pít u l o IV: P r i n c i p i o s p r o c e sa l e s v i n cu l a d o s a l o s p r o c e so s d e v i o le n cia f a m i l i a r

familiar, nuestro ordenamiento jurídico sigue receptando como


principio general para el derecho de familia que quien alegue un
hecho le incumbe la carga de probarlo. Es por ello que -en materia
de violencia fam iliar- la denuncia deberá contener el ofrecimiento
de la prueba de la que la parte intente valerse para acreditar los
hechos invocados, sin perjuicio de las atribuciones del juez para
ordenar la producción de oficio de pruebas que coadyuven a en­
contrar la verdad reald54)

h. Principio de favor probationem


Supone que en caso de objetivas dudas y especialmente de
dificultades probatorias, habrá de estarse por un criterio amplio
a favor de la producción, admisión y eficacia de las pruebas. Esto
significa que los escasos hechos positivos que el que afirma pueda
probar en autos habrán de ser evaluados con un criterio de laxitud
y si alcanzan a formar una convicción en el juez, le corresponderá
a la otra parte demostrar lo contrario^55)

i. Principio de razonabilidad y proporcionalidad


Si bien es cierto, las medidas de protección no implican un
pronunciamiento sobre el fondo del asunto, significan una lim ita­
ción a ciertos derechos, algunos de rango constitucional. Es por
tal motivo que el juzgador debe analizar con sumo cuidado los he­
chos narrados por la parte denunciante, ya que debido a la urgencia
con que requiere el libramiento de medidas de protección, por lo

(54) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 286, 287.

(55) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 287.

87
Johnny E. Castillo Aparicio

general, no se cuenta con otros elementos de los cuales extraer in­


formación que le permitan fundamentar su decisión; por lo que es
preciso que en el acta de denuncia o en el aviso que presente, cons­
ten los suficientes elementos que permitan presumir la existencia
de hechos de violencia intrafamiliar y la necesidad de brindar una
protección jurídica a la víctima, en ese sentido los hechos deben
ser lógicos y creíbles/56)

El juez al dictar las medidas de protección de oficio o a soli­


citud de la víctima, debe tener en cuenta que para la concesión de
estas medidas van a importar restricciones a derechos constitucio­
nales, resultando necesario determinar la razonabilidad y propor­
cionalidad de la medida otorgada para el caso concreto.

En esencia se analizará si, en el caso de mujeres víctimas de


violencia familiar, la agresividad demostrada por el ofensor y el
entorno factico y de fragilidad en la que se desenvuelve la víctima,
haga presumir que no existe otra medida alternativa o de menor
lesividad para aquel (agresor), que la medida urgente de tutela,
para proteger adecuadamente a la víctima. De esta manera, el juez
antes de dictar una medida de protección, debe hacer un juicio de
proporcionalidad, contraponiendo los derechos que pretende pro­
teger y aquellos que va a afectar con el libramiento de la medida de
protección.

Estos principios se encuentran reconocidos expresamente en


inc. 6 del artículo 2o de la Ley 30364, el cual exige al Juez que, ante

(56) Lemus Escalante, José Miguel. Protocolo para la aplicación de la ley con­
tra la violencia intrafamiliar. El proceso de violencia intrafamiliar cons­
titucionalmente configurado. Corte Suprema de Justicia de El Salvador,
2009, s/n pp. Disponible en:
http://www.csj.gob.sv/genero/images/PDF/Protocolo_para_la_Apli-
cacion_de_laLCVI_Oct_2009 [1] %20Manuel%20Velasco.pdf

88
Ca pít u l o IV: P r i n cip i o s p r o ce sa le s v in cu la d o s a lo s p r o c e so s d e v io le n cia f a m ilia r

toda acción vinculada al trato de violencia contra la mujer y los


miembros del grupo familiar, deba aplicar la razonabilidad en toda
su extensión.

Es evidente que estos principios tienen rango constitucio­


nal en la medida que emergen de lo establecido en los artículos 3
y 43 de la Constitución, el cual cobra especial relevancia debido
a los márgenes de discrecionalidad que tiene el juez al momento
de interpretar normas indeterminadas o en aquellas donde la mis­
ma Ley le otorga posibilidad de acción, como ocurre al momento
de expedir medidas cautelares o ante el de dictado de medidas de
protección bajo los alcances de la Ley 30364. Sin embargo, la dis­
crecionalidad no es arbitrariedad, debiendo para ello, cumplir con
los estándares mínimos de razonabilidad, siendo que ello permite
lograr el balance justo entre el hecho de violencia concreto y la
medida de protección y/o medida cautelar dictada.

El Tribunal Constitucional ha precisado que a través del “ju i­


cio de proporcionalidad se trata de determinar hasta qué punto re­
sulta constitucionalmente admisible una intervención estatal, o lo
que es lo mismo, cuál es el grado de intervención compatible con
el respeto a los derechos. Desde luego ello apunta a eliminar la ar­
bitrariedad, y en tal sentido, el juicio de proporcionalidad supone
el de razonabilidad” (STC No. 2192-2004-AA/TC)/57)

(57) Apelación, Exp. N° 13913-2018, Primera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de la Libertad, f. j. V, 5.3.6, pp. 15.

89
o
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u
H
c
n
O

Proceso de tutela urgente


1. PROCESOS URGENTES
Desde el punto de vista clásico o tradicional, los denomi­
nados “procesos urgentes” se referían, únicamente, a las medidas
cautelares que se dictaban en el marco de un proceso principal. Ac­
tualmente se afirma que los procesos urgentes no se agotan con las
medidas cautelares, siendo su campo de acción mucho más amplio
porque también lo “urgente” está presente en ciertas pretensiones
que recaen directamente sobre aspectos sustanciales o de fondo.

Vargas Abraham, citado por Rolando M artell, manifiesta


que en el XVIII Congreso Nacional de Derecho Procesal (Santa
Fe, 1995) se declaró que la categoría de proceso urgente es más
amplia que la de proceso cautelar. Así, la primera comprende tam­
bién la denominada medidas autosatisfactivas y las resoluciones
anticipatorias/58)

En las VII Jornada Bonaerenses de Derecho Civil, Comercial


y Procesal (Junín, septiembre de 1996) se puso de manifiesto la
necesidad de una norma jurídica que regule como categoría autó­
noma y diferenciada al llamado proceso urgente, género integrado
entre otras especies por las medidas autosatisfactivas/59)

(58) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 111.

(59) Hurtado Reyes, Martín. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 296.

93
Johnny E. Castillo Aparicio

En el X Congreso Provincial de Derecho Procesal de Santa


Fe (Argentina), realizado en el mes de agosto de 1996, se expresó
que “el proceso urgente constituye una categoría amplia caracteri­
zada por la necesidad de proporcionar respuestas jurisdiccionales
prontas y expeditas a determinadas situaciones cuya solución no
admite demoras. Las diligencias cautelares son solo una especie
de las mismas, pero también se integran con otras: las medidas
autosatisfactivas, las sentencias anticipatorias, el habeas corpus,
etcétera.

Por tanto, sería conveniente y necesario legislar sobre el pro­


ceso urgente como categoría autónoma y diferenciada, género que
se caracteriza por registrar en su seno un reclamo acentuado de
una pronta, expedita y eficiente respuesta jurisdiccional, donde el
factor “tiempo” posee especiales resonancias.(60)

En el XIX Congreso Nacional de Derecho Procesal (Corrien­


tes, agosto de 1997) de tendencia reformista a la teoría cautelar or­
todoxa, se determina a la medida autosatisfactiva como una solución
urgente no cautelar, despachable in extremis, que procura aportar
una respuesta jurisdiccional adecuada a una situación que reclama
una pronta y expedita intervención del órgano jurisdiccional.

En el XX Congreso Nacional (San M artin de los Andes, oc­


tubre de 1999) se insistió en la necesidad de involucrar a la medida
autosatisfactiva como vertiente del proceso urgente y se propugnó
su rápida incorporación a la legislación procesal argentina.

Como podemos apreciar la tendencia en los eventos acadé­


micos realizado en Argentina y en general de la doctrina vinculada
al derecho procesal es involucrar a la tutela urgente satisfactiva

(60) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil,pp. 111, 112.

94
Ca pít u l o V: P r o c e so d e t ut e la u r ge nt e

dentro del género denominado tutela urgente, es decir aquella tu­


tela que tiene como propósito evitar que el peligro en la demora
que se pudiera producir durante la tramitación del proceso perju­
dique a quien la exige del Estado. M onroy Gálvez, precisa que la
tutela urgente está conformada por la tutela de urgencia cautelar y
la tutela de urgencia satisfactiva.

Se parte de la idea que las medidas cautelares en algunas cir­


cunstancias no solucionan el caso concreto, así frente a la «tutela
cautelar» existe la «tutela urgente» (término que ingresó a la doc­
trina argentina por Peyrano, Morello y Berizonce por la influencia
del derecho procesal italiano) o «providencia urgente». Peyrano la
denomina «tutela urgente sustantiva no cautelar», con autonomía
propia y con finalidad de preservar ciertas y determinadas situacio­
nes jurídicas/61)

Olga Edda Ciancia, indica que se utiliza la designación pro­


ceso urgente o mejor dicho se usaba, ya que hoy se le denomina
medidas autosatisafctivas para caracterizar a un proceso que pro­
curaba solucionar coyunturas urgentes, es decir que hay peligro
en la demora, de modo autónomo y se agotan en sí mismo, vale
decir que su subsistencia no reclama la posterior promoción de
otra acción, que se despacha sin oír previamente al destinatario de
la diligencia postulada/62)

Adoptando, entonces, el concepto de “proceso urgente” en


sentido amplio, este se puede obtener:

- En forma provisoria, siendo necesario que se tramite


otro proceso principal al cual se encontrara subordinado.

(61) Hurtado Reyes, Martín. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 296, 297.

(62) Hurtado Reyes, Martín. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 297, 298.

95
Johnny E. Castillo Aparicio

Es el caso de la clásica medida cautelar y de la tutela


anticipatoria.

- En forma definitiva, que se agota en sí mismo, no requi­


riendo otro proceso al cual subordinarse. Es el caso de la
medida autosatisfactivad63)

2. PROCESOS URGENTES EN LA LEGISLACIÓN ARGENTINA


La expresión “proceso u rgente” es la que m ejor puede de­
fin ir las características de un proceso que pretende amparar a
las víctim as de la violencia fam iliar. Ella supera y amplía la no­
ción de proceso o medida cautelar, ya que al dictársela se torna
autosatisfactiva, y hasta puede dar por concluido ese proceso
urgente.

Partiendo de la base de que la prevención del daño que rea­


liza un juez, generalmente, configura un supuesto de prevención
terciaria, pues actúa tratando de reparar el perjuicio ya producido,
el proceso importa un camino arduo a través del cual la víctima,
difícilmente, pueda alcanzar el mismo bien de la vida del cual fue
privada. En ese marco, las “medidas cautelares” que ordena el juez
para asegurar el cumplimiento de una sentencia por dictarse pos­
teriormente, sobre la base de la existencia de la verosim ilitud en el
derecho y de peligro en la demora, en determinados casos entre los
cuales se incluye el supuesto de abuso y maltrato de niños, tras­
cienden su ámbito meramente asegurativo, para adelantar el resul­
tado final perseguido, en forma total o parcial. En estos casos, la
doctrina de los autores más recientes del derecho deja de calificar
a estas medidas como meramente cautelares o precautorias, para

(63) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 113.

96
Capít ul o V: P r o c e so d e t u t e la u r ge nt e

denominarlas “autosatisfactivas”, porque por si solas satisfacen a


la persona cuyo derecho ha sido violado. (64)

Lo importante es advertir que las medidas “autosatisfactivas”


no son fruto de un procedimiento cautelar común, que está some­
tido a las vicisitudes de un proceso de fondo en el que se debate
el derecho sustancial, sino de un proceso distinto que, en general,
no aparece delineado estrictamente en los códigos procesales, sino
que abreva en principios del proceso sumarísimo y termina defi­
nido en normas específicas. Este es el denominado proceso “ur­
gente”, previsto en leyes como las dictadas para la protección de
la violencia familiar, aun cuando esas leyes no lo mencionen en
tales términos y los jueces, en general, prefieran seguir hablando
de procesos cautelares/65)

Insisto en que las medidas cautelares o precautorias, además


de requerir los extremos de procedencia ya señalados, son mera­
mente instrumentales, carecen de un fin en sí mismas y solo pue­
den existir subordinadas en forma accesoria a un proceso principal.

Otra de sus notas es la provisionalidad, o sea que se mantie­


nen mientras subsistan las circunstancias fácticas que condiciona­
ron su dictado, tal como lo prevé la ley procesal (cf. arts. 202 y 203
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, de aplicación
exclusiva en la ciudad de Buenos Aires, pero semejantes a normas
existentes en los códigos procesales de cada provincia).

Cabe advertir que la aplicación rigurosa de estos criterios a


un procedimiento destinado a proteger a las víctimas del abuso y

(64) Sanz, Diana y Alejandro Molina. Violencia y abuso en la familia, pp. 259.

(65) Sanz, Diana y A lejandro Molina. Violencia y abuso en la familia,


pp. 259, 260.

97
Johnny E. Castillo Aparicio

el maltrato no parece lo más adecuado si es que se intenta alcan­


zar el fin proteccional referido, por encima del cumplimiento de
una mera formalidad. Más aun, en doctrina de otros países se ha
desarrollado la idea de que los requisitos extremos de una medida
cautelar -esto es, la verosimilitud del derecho y el peligro en la
demora-, cuando se trata de violencia familiar, deben ser interpre­
tados desde una perspectiva diferente de la habitual. Por ello no se
consideran el hecho acaecido y su sanción punitiva o indemnizato-
ria, sino el daño producido y la posibilidad de que se reitere si no
se adopta una medida de amparo, por algunos llamada cautelar.!66)

Las precedentes características van a definir en parte lo que


hemos calificado como proceso urgente. El otro aspecto por con­
siderar es que las medidas que exceden lo cautelar o precautorio,
para tornarse en autosatisfactivas, resultan de un proceso especial
reglado por normas de ese carácter. En nuestro caso sostienen Dia­
na Sanz y Alejandro Molina, la Ley 24.417 es una buena muestra de
cuanto venimos diciendo, pues en virtud de ella el juez queda auto­
rizado a dictar medidas que no están sujetas a un proceso principal
como para que puedan ser definidas como cautelares, más allá de la
mención que en ese sentido contiene su art. 4°d67)

(66) Sanz, Diana y Alejandro Molina. Violencia y abuso en la familia, pp. 260.

(67) Ley 24417 de Protección Contra la Violencia Familiar A rt. 4o El juez po­
drá adoptar al tomar conocimiento de los hechos motivo de la denuncia,
las siguientes medidas cautelares: a. Ordenar la exclusión del autor, de la
vivienda donde habita el grupo familiar; b. Prohibir el acceso del autor
al domicilio del damnificado como a los lugares de trabajo o estudio; c.
Ordenar el reintegro al domicilio a petición de quien ha debido salir del
mismo por razones de seguridad personal, excluyendo al autor; d. D e­
cretar provisionalmente alimentos, tenencia y derecho de comunicación
con los hijos. El juez establecerá la duración de las medidas dispuestas
de acuerdo a los antecedentes de la causa, sobre el dictado de medidas así

98
C a pít u l o V: P r o c e s o d e t ut e l a ur ge nt e

En suma, diremos con Peyrano que todo lo cautelar es urgen­


te, pero no todo lo urgente es cautelar. La medida autosatisfactiva
es un requerimiento urgente formulado al, órgano jurisdiccional
por los justiciables, que se agota con su despacho favorable, y no
implica necesariamente la iniciación de una ulterior acción prin­
cipal para evitar su acaecimiento o decaimiento. Con este sentido
cabe aplicar todo régimen jurídico que pretenda proteger a las víc­
timas de la violencia familiar^68)

3. PROCESO DE TUTELA URGENTE EN LA LEY 30364

A lo largo de la evolución de nuestro sistema procesal se ha


venido prefiriendo procesos más céleres, con un mínimo de forma­
lidad con la finalidad de resolver controversias jurídicas que ameri­
tan tutela urgente por su propia naturaleza y porque se encuentran
protegidas en la Constitución; por lo tanto, un nuevo proceso de
tutela para las víctimas de violencia bajo la interpretación de sus
propios principios resulta relevante y de aplicación conforme a su
contexto especial; a razón de que su finalidad es proteger derechos
humanos contemplados en los tratados internacionales ratificados
por el Perúd69)

M ediante la Ley 262260 se tram itaba el proceso de violen­


cia fam iliar en la vía procedim ental del proceso único, la m otiva­

denominadas, obviamente en forma errónea. () Sanz, Diana y Alejandro


Molina. Violencia y abuso en la familia, pp. 260, 261.

(68) Sanz, Diana y Alejandro Molina. Violencia y abuso en la familia, pp. 262.

(69) Saravia Quispe, José. “Naturaleza del proceso especial de tutela frente a
la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar” en Per­
sona y familia N° 06 - 2017, Revista del Instituto de la familia, facultad
de derecho UNIFÉ, pp. 188.

99
Johnny E. Castillo Aparicio

ción de su derogación era el ingresar a un nuevo sistema de tutela


urgente; a razón de que los hechos de violencia contra la mujer
y los integrantes del grupo fam iliar no podían ser solucionados
por un instrum ento vinculado a la tutela ordinaria ligada a un
ritualism o procesal que en muchos de los casos no cumplía con
las finalidades de la Convención Belém do Para; es así que con la
vigencia de la ley 30364 se busca enmarcar el proceso de violen­
cia en una naturaleza especial que requiere de una oportuna deci­
sión, de no ser así se produciría la conculcación irreversible de la
integridad física y psicológica de la m ujer y/o de los integrantes
del grupo fam iliar que podría haber sido prevenida mediante una
inmediata atención del sistema de justicia con el dictado de me­
didas de protección.^70)

Expresa Alex Placido, que el vigente modelo jurídico de in­


tervención contra la violencia de género, regula la etapa de tutela
especial, en el que se otorgan las medidas de protección o las me­
didas cautelares, como un proceso de tutela urgente satisfactiva,
que es una modalidad de tutela jurisdiccional diferenciada, cuya
característica fundamental consiste en el factor tiempo; dándose
prevalencia a la celeridad, a cuyos efectos se reduce la cognición,
y se posterga la bilateralidad a la audiencia, asegurando con ello la
utilidad del resultado^71)

El M ovimiento Manuela Ramos, sostiene que la intervención


jurisdiccional sigue la lógica de una tutela de urgencia ante la vio­

(70) Saravia Quispe, José. “Naturaleza del proceso especial de tutela frente a
la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar” en Per­
sona y familia N° 06 - 2017, Revista del Instituto de la familia, facultad
de derecho UNIFÉ, pp. 191.

(71) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar, contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 453.

100
C a pít u l o V: P ro c e so d e t ut e l a u r ge n t e

lación del derecho a la integridad personal, lógica similar a la que


sigue el proceso de hábeas Corpus/72)

Queda establecido que estamos ante un proceso especial no


regulado anteriormente en nuestro ordenamiento jurídico; asimis­
mo, la ley deja en claro que estamos ante dos formas de protección
a la víctima mediante medidas de protección y medidas cautela­
res; asimismo, el reglamento establece que las medidas cautelares
se regula conforme los requisitos establecidos en el artículo 611°
del Código Procesal Civil; por lo tanto, solo las medidas de pro­
tección son consideradas, por gran parte de los doctrinarios en
diferentes eventos académicos, como medida autosatisfactiva. ( )
Saravia Quispe, José. “Naturaleza del proceso especial de tutela
frente a la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo
familiar” en Persona y familia N° 06 - 2017, Revista del Instituto
de la familia, facultad de derecho UNIFE, pp. 190.

Es así, que acorde al análisis realizado nos encontramos ante


un proceso de tutela urgente que busca interrumpir el ciclo de vio­
lencia con la finalidad de proteger tanto a la víctima como su en­
torno familiar, incluyendo a quien se denuncia, con la finalidad de
evitar nuevos hechos de violencia conforme a la determinación del
riesgo en la que se encuentra/73)

(72) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar


la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley
N° 30364 comentada, pp. 29.

(73) Saravia Quispe, José. “Naturaleza del proceso especial de tutela frente a
la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar” en Per­
sona y familia N° 06 - 2017, Revista del Instituto de la familia, facultad
de derecho UNIFÉ, pp. 189.

101
Medidas autosatisfactivas
1. MEDIDAS AUTOSATISFACTIVAS
Jorge Peyrano citado por Zela Villegas, señala que La concep­
ción de este tipo de medidas tendría su origen en las VII Jornadas
Uruguayas de Derecho Procesal de 1995 y desde entonces ha go­
zado de una buena acogida en la doctrina argentina e, incluso, ha
sido aplicada por la jurisprudencia de ese país en reiterados casos.
Además, el anteproyecto de Código Procesal Civil y Comercial
de la Provincia de Buenos Aires la contempla en su artículo 67J 74)

Graciela Medina, Mabel de los Santos entre otros son uná­


nimes al considerar que: “las medidas de protección que se dictan
en los procesos de violencia intrafamiliar son “Medidas Autosa-
tisfactvas”, pues se caracterizan por una limitada cognición y por
ausencia de bilateralidad, a fin de obtener el dictado de una me­
dida de tutela eficaz y rápida, ya que tiene como único objeto la
prevención o cesación de un daño independiente de los reclamos
que las partes puedan formular en otros procesos de conocimien­
to. A diferencia de las medidas cautelares clásicas que constituyen
verdaderos anticipos jurisdiccionales que pueden solicitarse antes,
simultáneamente o con posterioridad a la iniciación de la demanda,
a la cual se encuentra íntimamente vinculadas (objeto, duración,
extinción, finalidad, etc.,), las Medidas Autosatisfactivas gozan de
autonomía propia, agotándose con el despacho favorable, es decir

(74) Zela Villegas, Aldo. La Tutela preventiva de los derechos, como manifes­
tación de la tutela diferenciada, pp. 183.

105
Johnny E. Castillo Aparicio

con el cumplimiento de la cautela requerida, dándose satisfacción


al interés reclamado, no necesitando a diferencia de las medidas
cautelares clásicas mayores presupuestos para ser decretadas, basta
con la apariencia de veracidad de los hechos narrados por la parte
denunciante para su pronunciamiento”. F5)

García de Ghiglino y M aría Alejandra Acquaviva, al pre­


guntar ¿las medidas que enumera la Ley de Protección Contra la
Violencia Familiar Ley 24.417 son cautelares? Expresan que son
medidas cautelares porque la ley así lo afirma, y que autorizada
doctrina ha señalado que son, en su esencia, verdaderas medidas
autosatisfactivas.

Sabido es que las medidas cautelares son conexas a un juicio


principal de naturaleza civil y tienden a asegurar el cumplimiento
de una sentencia que va luego a dictarse en el proceso principal.

La medida autosatisfactiva, en cambio, procura solucionar


coyunturas urgentes y se agota en sí misma, es decir, es un proceso
autónomo, en el sentido de que no es accesorio de otro. Y este es
el caso de las medidas que la ley enumerad7576)

(75) Lemus Escalante, José Miguel. Protocolo para la aplicación de la ley con­
tra la violencia intrafamiliar. El proceso de violencia intrafamiliar cons­
titucionalmente configurado. C orte Suprema de Justicia de El Salvador,
2009, s/n pp. Disponible en:
http://www.csj.gob.sv/genero/images/PDF/Protocolo_para_la_Apli-
cacion_de_laLCVI_Oct_2009 [1] %20Manuel%20Velasco.pdf

(76) Ley 24.417. A rt. 4. El juez podrá adoptar, al tomar conocimiento de los
hechos motivo de la denuncia, las siguientes medidas cautelares: a) O r­
denar la exclusión del autor, de la vivienda donde habita el grupo fami­
liar; b) Prohibir el acceso del autor, al domicilio del damnificado como
a los lugares de trabajo o estudio; c) Ordenar el reintegro al domicilio
a petición de quien ha debido salir del mismo por razones de seguridad

106
Ca pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a c t i v a s

Cabe resaltar que tanto la ley 11.529, de la provincia de Santa


Fe, en su art. 5o, como la ley 1918 de la Provincia de la Pampa, en
su art. 18, reconocen la naturaleza autosatisfactivas de las medidas,
y así las denominan.

Lo que realmente se exige es la posibilidad cierta de un daño


irreparable en caso de demora. Haciendo hincapié no tanto en la
verosim ilitud del derecho sino en el riesgo del daño, se las ha de­
nominado también “medidas subcautelares”.

Más allá de toda discrepancia, se trata de un “proceso urgen­


te”, en el cual el factor tiempo tiene especial relevancia. La carac­
terística de este proceso es la prevalencia del principio de celeridad
que obliga a reducir la cognición y a postergar la bilateralidad con
la finalidad de brindar una tutela eficaz.

En tal sentido, se ha explicado que los presupuestos clásicos


de verosim ilitud del derecho y peligro en la demora deben ser in­
terpretados desde una perspectiva diferente a la habitual, cuando
se trata de casos de violencia familiar.

Estas medidas se toman generalmente inaudita parte siem­


pre que, a criterio del juez, exista presunción cierta de que la de­
mora pueda poner en riesgo la integridad psicofísica de las perso­
nas involucradas.

Por otra parte, en este proceso debe existir una actividad ju­
risdiccional, dinámica, dejándose de lado la tradicional actuación

personal, excluyendo al autor; d) Decretar provisoriamente alimentos,


tenencia y derecho de comunicación con los hijos. El juez establecerá la
duración de las medidas dispuestas de acuerdo a los antecedentes de la
causa, ya que una vez adoptadas, satisfacen por si mismas el interés de
la persona que las peticiona y no están sometidas a la evolución de un
proceso de fondo en el que se debate el derecho sustancial.

107
Johnny E. Castillo Aparicio

del juez civil que solo resuelve a petición de parte. El juez asume
aquí un rol protagónico, pudiendo impulsar de oficio el expediente
e incluso ordenar medidas no peticionadas que aseguren mejor la
protección del derecho vulneradod77)

Graciela M edina y González M agaña, al referirse también


a la Ley 24.417, m anifiestan que la norma faculta al juez a dictar
las medidas cautelares, al tomar conocim iento de los hechos de
violencia, con el fin de proteger a la víctim a de las agresiones
sufridas.

Sin perjuicio de ello, advertimos que, en su esencia, las me­


didas que estipula la ley son auténticas medidas autosatisfactivas,
siendo tal la interpretación efectuada por la más autorizada doctri­
na en la materia.

El fundamento de dicha distinción radica en entender que


las medidas cautelares son dictadas en el marco de un proceso
principal, cuyo objeto difiere del pretendido en la litis principal,
y atienden a asegurar la eficacia de la sentencia que debe recaer en
el proceso.

Entretanto, la medida autosatisfactiva procura solucionar


coyunturas actuales y urgentes, agotando su objeto en sí m is­
ma, es decir, es un proceso autónomo, no dependiendo ni sien­
do accesorio de otro. Se desprende de lo dicho que este tipo de
medidas son las que ha querido el legislador regular en materia
de violencia intrafam iliar, ya que una vez adoptadas las mismas,
satisfacen por si mismas al interés de la persona que las pide, y
no están sometidas a la evolución de un proceso de fondo en el

(77) Gracia de Ghiglino, Silvia y María Alejandra Aquaviva. Protección C on­


tra la Violencia Familiar, pp. 165,166.

108
C a pít u l o VI: M e d i d a s a ut o sa t i sf a ct i v a s

que se debata un derecho sustancial relacionado con el objeto de


la medida ordenada J 78)

Diego O rtiz, declara que con relación a las medidas auto­


satisfactivas, de gran desarrollo en la doctrina procesalista mo­
derna a instancia del doctor Jorge Peyrano, cabe advertir que
ellas se destacan en el derecho de familia, precisam ente en el
marco de los procesos judiciales por violencia familiar. Es aquí
donde varias voces doctrinarias se inclinan por entender que las
medidas que se dictan en dichos procesos son, técnicamente,
medidas autosatisfactivas. (79)

Griselda Ferrari, afirma sobre las medidas autosatisfactivas lo


siguiente: « [...] pero si bien todas las pretensiones merecerían un
tratamiento rápido, existen situaciones en que se requiere inelu­
diblemente una respuesta inmediata, ya sea por las connotaciones
de urgencia del caso, irreparabilidad del daño, infungibilidad de
los bienes amenazados, etcétera. De lo contrario, la demora en el
dictado de la sentencia, aun cuando esta haga lugar a lo reclamado,
implicaría una dosis de injusticia, porque el transcurso del tiempo
importaría un innecesario agravamiento del daño o no evitaría que
el mismo se produjera. Además debemos tener en cuenta que la re­
paración pecuniaria, si bien implica un paliativo, no puede reponer,
en todas las circunstancias, el bien jurídico dañado» J 80)

El objetivo de este tipo de medidas es que trata de un re­


querim iento formulado al órgano jurisdiccional por los ju sticia­

(78) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 344.

(79) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 281.

(80) Balcázar Quiroz José. Teoría de las medidas autosatisfactivas, pp. 95.

109
Johnny E. Castillo Aparicio

bles que se agota -d e ahí lo de autosatisfactiva- con su despa­


cho favorable, en supuestos en los cuales resulta palm ario que
si bien concurre una situación de urgencia que reclama pronta y
eficiente solución jurisdiccional, no se visualiza la necesidad ni
la conveniencia de hacer otra cosa que resolverla prontam ente,
y nada másd81)

2. CONCEPTO DE LAS MEDIDAS AUTOSATISFACTVAS


Jorge Peyrano, sobre la base de dicho estudio (de las me­
didas autosatisfactivas), se encargó de profundizar en el tema,
consiguiendo delinear los primeros rasgos del instituto y vis­
lumbrando sus virtudes, los mismos que ha expuesto en trabajos
científicos dentro y fuera de Argentina. A él se debe la expresión
-luego retomada por todos sus seguidores- que define a la M edi­
da autosatisfactiva como un requerim iento urgente formulado al
órgano jurisdiccional que se agota (de ahí lo de autosatisfactiva)
con su despacho favorable, así como el propio termino Medida
autosatisfactiva -q u e a la postre seria la expresión más recono­
cida y extendida en los círculos científicos-, term ino éste que le
hizo abandonar la expresión que adopto originariam ente (proce­
so urgente) J 82)

Aldo Zela, declara que el jurista argentino Jorge Peyrano, uno


de los creadores y más profusos difusores de este tipo de medidas,
las define como «soluciones jurisdiccionales urgentes, despachables
inaudita et altera pars y mediando una fuerte probabilidad de que

(81) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 282, 283.

(82) Balcázar Q uiroz, José. Teoría de las medidas autosatisfactivas. Una


aproximación desde la teoría general del proceso, pp. 92.

110
Capít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

los planteos formulados sean atendibles». La falta de contradicto­


rio en este tipo de medidas se sustenta en la extrema urgencia de
tutela del derecho amenazado/83)

Tendrían las medidas autosatisfactivas, pues, un carácter ex­


clusivo: serian providencias especiales que se agotan con su despa­
cho favorable.

De esta manera, Peyrano indica que “la medida autosatis-


factiva es un requerim iento urgente formulado al órgano ju ris­
diccional por los justiciables que se agota -d e ahí lo de satisfac-
tiv a - con su despacho favorable, no siendo, entonces, necesaria
la iniciación de una ulterior acción principal para evitar su cadu­
cidad o decaim iento”/84)

M anifiesta Graciela Medina, que Peyrano define a la medida


autosatisfactiva como "... una especie de medida o proceso ur­
gente que a los tres requisitos ya expresados (verosimilitud del
derecho, peligro en la demora, quedando exentas de contracautela,
habida cuenta de que se trata de procesos gratuitos), agrega las
siguientes características: a) procura solucionar cuestiones urgen­
tes, b) se agota en sí misma, c) aparece manifiesto un daño irrepa­
rable, d) existe una fuerte probabilidad de que las pretensiones del
peticionante sean atendibles. Esta característica las diferencia de
las cautelares tradicionales en las que basta la mera aparicencia del
derecho alegado. Dada esta fuerte probabilidad, normalmente no
requiere contracautela, e) el proceso es autónomo, agotándose en

(83) Zela Villegas, Aldo. La tutela preventiva de los derechos, como manifes­
tación de la tutela diferenciada, pp. 182.

(84) M artel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 120.

111
Johnny E. Castillo Aparicio

sí mismo, f) por ser autónoma, normalmente la demanda es segui­


da de la sentenciad85)

Las medidas autosatisfactivas son verdaderos procesos prin­


cipales y urgentes que resuelven de modo definitivo conflictos de
intereses o incertidumbres jurídicas, no siendo por tanto proviso­
rias ni accesorias de otro proceso.)86)

M anifiesta Jorge Peyrano, citado por M artell Chang, que las


medidas autosatisfactivas “son soluciones jurisdiccionales urgen­
tes, autónomas, despachables inaudita et altera pars (se ordena sin
oír previamente a la parte contraria) y mediando una fuerte proba­
bilidad de que los planteos formulados sean atendibles. Importan
una satisfacción definitiva de los requerimientos de sus postulan­
tes y constituyen una especie de la tutela de urgencia que debe
distinguirse de otras, como por ejemplo, de las diligencias cautela­
res clásicas. Pueden llegar a desempeñar un rol trascendental para
remover vías de hecho, sin tener que recurrir para tal efecto a la
postulación de diligencias cautelares que, como se sabe, ineludi­
blemente requieren la iniciación de una pretensión principal que, a
veces, no desean promover los justiciables”.)87)

La medida autosatisfactiva es una solución urgente no cau­


telar, despacahable in extremis que procura aportar una respuesta
jurisdiccional adecuada, a una situación que proclama una pronta y
expedita intervención del órgano judicial. Posee la característica de

(85) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 234.

(86) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 120.

(87) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 125.

112
C a pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

que su vigencia y mantenimiento no dependen de la interposición


coetánea o ulterior de una pretensión procesal. Su dictado está su­
jeto a los siguientes requisitos: concurrencia de una situación de
urgencia, fuerte probalidad de que el derecho material del postu­
lante sea atendible, quedando la exigibilidad de la contracautela
sujeta al prudente arbitrio judicial.

Expresa M artell Chang, que resumiendo, podemos manifes­


tar que las medidas autosatisfactivas constituyen requerimientos
urgentes (pues buscan una acertada aplicación del principio de ce­
leridad procesal), formulados por los justiciables ante el órgano
jurisdiccional con el propósito de que este provea, con carácter
expeditivo, autónomo y definitivo, la remoción de vías de hecho
u otras situaciones coyunturales urgentes que puedan acarrear un
daño inminente e irreparable, no siendo necesaria la instauración
de otro proceso.

La causa próxima e inmediata más importante del nacimien­


to de las medidas autosatisfactivas ha sido la percepción de los
justiciables y sus abogados de que algo faltaba en el abanico de
atribuciones judiciales que permitiese lograr la satisfacción plena
y efectiva (sustantiva y autónoma) de ciertas situaciones urgentes,
que no encontraban soluciones adecuadas en las medidas cautela­
res tradicionales que consagran las legislaciones.^88)

Las medidas autosatisfactivas, son aquellas medidas autóno­


mas, (no necesitan servirse de una acción principal) que dan solu­
ción a cuestiones urgentes, agotándose en sí misma una vez satis­
fecha la solicitud.

(88) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 126, 127.

113
Johnny E. Castillo Aparicio

Luis Sicardi presenta como ponencia que la medida autosa-


tisfactiva tiene carácter de urgente, autónoma, despachable inau­
dita parte, mediando para su otorgamiento, la acreditación de una
fuerte probabilidad de ser atendible el reclamo pretendido.

Las medidas urgentes satisfactivas son mecanismos de tute­


la diferenciada más concretamente de tutela urgente, que buscan
dar satisfacción inmediata a quien requiere de tutela jurídica en
situaciones de urgencia, la cual no puede ser atendida por la tute­
la ordinaria, pues colapsaría y se vulneraria irremediablemente el
derecho que se busca proteger con una medida de esta naturaleza,
esta tutela urgente no es instrumental, ya que no requiere llevar la
discusión a otro proceso y se agota con su ejecución/89)

En cuanto al nomen iuris, inicialmente M orello utilizo la ex­


presión de “proceso preliminar preventivo” con el propósito de
identificar a una herramienta “que traspasa la órbita de las medidas
preliminares, con autonomía que se agota en sí misma y que tiene
fuerza vinculante mediante una sentencia que previene el ulterior
proceso contencioso porque la satisfacción preventiva se ha agota­
do ya con lo actuado dentro de ese tipo de proceso”/90)

Luego diversos autores han acuñado denominaciones como:


medidas autosatisfactivas (Peyrano), proceso urgente no cautelar
(Adorno), cautela material (De Lázzari, M orello), tutela civil inhi­
bitoria (Lorenzetti), tutela anticipatoria (Berizonce), tutela inhi­
bitoria (N icolau), cautelar autónoma (Agustin), cautela satisfacti-
va (M orello), de satisfacción inmediata, y tutela diferenciada.

(89) Hurtado Reyes, Martín. Tutela diferenciada, pp. 307, 308.

(90) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 127.

114
Ca pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

Peyrano considera que es más adecuada la denominación


de medida autosatisfactiva por proceso urgente, en prim er lugar
porque denota más cabalmente que el núcleo central consis­
te en que el justiciable obtiene ya mismo la satisfacción de su
pretensión y sin que ello dependa de actividades ulteriores, en
segundo lugar porque la locución proceso urgente es más glo­
bal y abarca otras hipótesis en las cuales el factor tiempo posee
especial resonancias.

M onroy Palacios expresa su discrepancia con el término


medida autosatisfactiva, pues la satisfacción es una característica
propia de todo proceso judicial en el cual se realice un pronuncia­
miento sobre el fondo, donde resulta indistinto que se dé o no la
razón al justiciable. En esta medida, añade, autosatisafaccion da
la idea de que un sujeto de derecho se está valiendo de sí mismo
para lograr una satisfacción, una composición de la litis, lo cual,
en la actualidad, se encuentra proscrito, salvo excepciones justifi­
cadas. Considera que la mejor forma de nombrar este mecanismo
es señalando precisamente lo que es: un proceso que posee una
característica esencial, cual es, la urgencia. Concluye, que en con­
secuencia, salvo mejor parecer, la denominación más adecuada es
aquella que describe las cosas tal cual son: proceso urgente. Así,
la medida autosatisfactiva seria, por tanto, el proceso urgente por
antonomasia/91)

Jorge Mario Galdós sostiene que de esta multiplicidad de


designaciones, por razones prácticas de su divulgación en el que
hacer jurídico, la locución medidas autosatisfactivas contiene una
descripción más concreta y precisa, connota las propiedades del

(91) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 128, 129.

115
Johnny E. Castillo Aparicio

instituto; la pretensión se agota en sí misma (por ello, la referencia


de autosatisfactiva), es decir, se autoabastece, con prescindencia de
otro proceso principal.

Este mismo autor, añade que sería más asertiva la nomencla­


tura proceso autosatisfactivo, para diferenciarlo total y categórica­
mente de las medidas cautelares clásicas, y con ello evitar confu­
siones al prescindir de la expresión medida, que se ha consolidado
en su versión clásica cautelar como dependiente y subordinada a
otro juicio/92)

3. REQUISITOS PARA LA EMISIÓN DE LAS MEDIDAS AUTO-


SATIS FACTI VAS
La procedencia de las medidas autosatisfactivas está condi­
cionada a la concurrencia simultanea de circunstancias excepcio­
nales (no cotidianas) derivadas de la urgencia impostergable que
tiene el demandante, en la que el factor tiempo se presenta como
perentorio, y la fuerte probabilidad de que su derecho material sea
atendible (no siendo suficiente la mera verosim ilitud del derecho
que se requiere para las medidas cautelares). En tanto que la exigi-
bilidad de la prestación de la contracautela quedará sujeta al pru­
dente arbitrio judicial en cada caso concreto/93)

3.1. Requerimiento urgente


Significa que la petición del accionante debe estar atendida in­
mediatamente, bajo riesgo de sufrir daño inminente e irreparable.

(92) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 129, 130.

(93) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 167.

116
Ca pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

Balzar Quiroz, manifiesta que el daño irreparable o irreversi­


ble de las Medidas autosatisfactivas se referiría, por tanto, no ya al
peligro de que la sentencia a dictar devenga inútil por inejecutable,
sino al riesgo de que la pretensión perezca debido a la falta de an­
ticipación de la tutelad94)
Es la situación de daño inminente a que se encuentra ex­
puesto el demandante (en su derecho probable) y cuya cesación
inmediata es su único interés. Consecuentemente, la tutela judi­
cial efectiva debe ser urgente y tener por finalidad evitar la con­
sumación de ese daño inminente e irreparable que pueda abolir o
restringir sus intereses, sustanciales o procesales, tutelados por el
ordenamiento jurídico.
Esta situación de urgencia constituye, de esta manera, el an­
tecedente fáctico del dictado de la medida autosatisfactiva y se pre­
senta, en todos los casos, como una situación contraía a derecho,
manifiesta y más o menos grave; en tal sentido, se debe rechazar
su dictado si no surge cierto y manifiesto que la conducta del de­
mandado constituye una vía de hecho (meros actos materiales sin
sustento jurídico alguno) directamente generadora de un daño in­
justo, actual o inminente, al que se debe poner “freno” de manera
urgente para evitar que sea irreparable/95)

3 . 1.2 Clases de medidas autosatisfactivas según el mo­


mento del daño
Según el momento de la ocurrencia del daño, podemos dis­
tinguir las siguientes clases de medidas autosatisfactivas:

(94) Balcázar Quiroz, José. Teoría de las medidas autosatisfactivas. Una


aproximación desde la teoría general del proceso, pp. 108.

(95) M artel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 16 7 ,16 8 .

117
Johnny E. Castillo Aparicio

a) Medidas autosatisfactivas quia timet (preventivas): se con­


ceden antes de la ocurrencia del “daño inm inente” con el objetivo
de poder evitar que el daño acaezca.

b) Medidas autosatisfactivas con daño existente (correcti­


vas): son dictadas en presencia de un daño contemporáneo, con el
objetivo de hacer cesar los efectos del dañod96)

3.2. Fuerte probabilidad del derecho invocado


Expresa Balcázar Q uiroz, que para la expedición de las M e­
didas autosatisfactivas, la doctrina afirma que la misma exige una
acreditación «objetiva», «cierta» y «robusta» con respecto al dere­
cho sustancial en un grado mayor que el requerido para la admisi­
bilidad de las medidas cautelares que es, como sabemos, el fumus
boni iuris. Se utiliza el termino «fuerte probabilidad» para referirse
a este peculiar requisito de las Medidas autosatisfactivas, el mismo
que se distingue del concepto cautelar de la «verosimilitud del de­
recho» por cuestión de grado. Por eso es que se define usualmente
a dicho concepto como «algo más que la mera verosimilitud, pero
menos que la certeza».

Por tanto, el juez, para expedir una M edida autosatisfactiva,


debe convencerse en grado de «fuerte probabilidad» de que el actor
efectivamente tiene razón en cuanto al fondo de la controversia.
Este convencimiento, se dice, se logra únicamente a través de una
cognición sumaria, lo cual implica, de por sí, un alejamiento del
concepto de certeza, la cual se consigue por medio de una senten­
cia expedida en un proceso de conocimiento ordinario (cognición
exhaustiva).

(96) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 169.

118
Ca pít ul o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

Entonces, tenemos que a partir de este requisito se va a confi­


gurar el carácter excepcional de las Medidas autosatisfactivas debi­
do a que el derecho del requirente debe aparecer prima facie como
cierto, manifiesto y suficientemente probado lo cual encontraría
respaldo en medios probatorios que demuestren una probabilidad
cierta o fuerte de que lo peticionado resulte atendible/97)

Declara M artell Chang, que para el dictado de una medida


autosatisfactiva se requiere la presencia de lo que algún sector de
la doctrina denomina “fuerte probabilidad” de que efectivamente
el derecho postulado por el demandante tenga sustento jurídico
para ser atendible. Así, Jorge Peyrano citado por Chang, exige una
fuerte dosis de probabilidad de que los planteos sean atendibles/98)

En tal sentido, el derecho o interés invocado por el deman­


dante debe aparecer prima facie como manifiesto y suficiente­
mente probado (“respaldado por los diversos medios probatorios
admisibles que demuestren seriamente que lo postulado resulte
atendible jurídicamente”) para que el juez arribe a la conclusión
de que hay una “fuerte probabilidad” de que le asiste razón en su
pretensión, lo que en el pensamiento del hombre común lego se
traduce en “que debemos esperar si ya todo está dicho y probado”.

La fuerte probabilidad, en suma, no es otra cosa que la evi­


dencia clara y convincente, la misma que se logra con una cogni­
ción sumaria; por lo tanto, no es idéntica a la certeza, que deviene
en una sentencia después de un proceso ordinario de conocimien­
to exhaustivo.

(97) Balcázar Quiroz, José. Teoría de las medidas autosatisfactivas. Una


aproximación desde la teoría general del proceso, pp. 107, 108.

(98) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 16 9 ,17 0 .

119
Johnny E. Castillo Aparicio

Sera, pues, el demandante de la medida autosatisfactiva quien


proveerá de consistencia y veracidad a su relato factico si es que
lo acompaña de medios probatorios documentales, informativos,
periciales, testimoniales, etcétera, que avalen la “seriedad” de su
pretensión. En tanto que el juez a quien se le solicita el despacho
de una medida autosatisfactiva debe tener “total convencimiento
de que lo postulado resulte atendible”.

Sin embargo, consideramos que el juez no está obligado ne­


cesariam ente a decidir con los únicos medios probatorios apor­
tados ab initio por el demandante de la medida autosatisfactiva,
pues no hay im pedim ento alguno para que, con o sin control de
la contraparte eventual, disponga, de oficio o a petición de par­
te, la realización de medios probatorios “urgentes” -com o, por
ejemplo, inspección judicial, periciales, testim oniales, etcétera-
para llegar al estado subjetivo interno que le perm ita sostener
que hay “una fuerte probabilidad” de que la pretensión plantea­
da sea atendible^")

3.3. Prestación de cautela


La necesidad o no de otorgar contracautela, y su alcance en
miras a obtener el dictado de una medida autosatisfactiva, deberá
determinarse por el prudente arbitrio del juez, de acuerdo a las cir­
cunstancias de cada caso concreto en que le sea sometida a su de­
cisión, considerando, como punto central, que la exigencia de una
contracautela se encuentre en relación lógica con lo peticionado y
con la irreversibilidad del anticipo de la tutela. De esta manera, si el
objeto de la prestación está destinado a consumirse por el uso del

(99) Martel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 171, 172.

120
Ca pít ul o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

demandante es procedente la exigibilidad de que otorgue contra­


cautela; empero, si el objeto no se consumirá o no desaparecerá en
su esencia se debe dictar la medida sin asegurar el pago de futuros
daños y perjuicios, es decir, sin que se otorgue contracautelad100)

4. CARACTERÍSTICAS DE LAS MEDIDAS AUTOSATISFACTIVAS


Los caracteres que distinguen a las medidas autosatisfactivas
son los de ser requerimientos urgentes y se caracterizarían en:

4.1. Ausencia de instrumentalidad


Las medidas urgentes satisfactivas en contraste con las me­
didas cautelares no son instrumentales, pues no dependen de otro
proceso, son totalmente autónomas, es decir no tienen dependen­
cia ni instrumentalidad con otro proceso. Expedida la medida ur­
gente el beneficiario no tendrá necesidad de interponer demanda
alguna, esto quiere decir que no están sometidas a la característica
de instrumentalidad o accesoriedad, estas medidas se agotan en sí
mismas al brindar satisfacción. Por lo cual se dice que es absoluta­
mente autónoma.

Si la decisión es favorable el titular de la misma, no requerirá


de la interposición de una demanda para evitar su caducidad, esto
es que no hay que generar un proceso principal del cual dependa,
pues la medida satisface de inmediato al requirente, no hay posibi­
lidad de una discusión posterior, salvo la recursiva, pero no en un
proceso posterior/101)

(100) M artel Chang, Rolando. Tutela cautelar y medidas autosatisfactivas en el


proceso civil, pp. 172, 173.

(101) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 310.

121
Johnny E. Castillo Aparicio

Esto ratifica su condición de proceso urgente no cautelar de


la tutela satisfactiva, sin rango de instrumentalidad, en consecuen­
cia distinta a la tutela cautelar^102103)

4.2. Es urgente
La tutela urgente satisfactiva tiene la vocación de urgencia,
de tal envergadura, que requiere también de una respuesta urgente
del órgano jurisdiccional, de tal forma que uno de los caracteres de
ésta es que es urgente, es decir lucha contra el tiempo.

Proto Pisani citado por Monroy Palacios, señala que los casos
de tutela sumaria no cautelar, antes que en el principio de economía
procesal, encuentran justificación en razones de urgencia, es decir, en
la necesidad de procurar -sobre todo en las situaciones que carecen
de contenido patrimonial- la efectividad de la tutela procesal.

Lo que se pretende neutralizar (con visos de irreparabilidad)


generan la posibilidad del otorgamiento de una tutela urgente, es
decir aquella que lucha en contra del tiempo, aquella que busca
evitar la vulneración de derechos materiales de forma irreparable,
aquella que busca proteger situaciones de hecho nocivas para el
solicitante de tutela del órgano jurisdiccional.Ó03)

4.3. Se dicta inaudita et altera pars


O tra característica de estas medidas que buscan un resulta­
do satisfactorio inmediato, es que se despachan inaudita parte, es
decir sin citar ni oír a la otra parte, suspendiendo el principio de
bilateralidad en su concesión, sin embargo en caso de que el reque­

(102) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 311.

(103) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 311, 312.

122
Ca pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

rimiento tenga un resultado favorable, deberá abrir la posibilidad


de la vía recursiva con el propósito de evitar cualquier tipo de ar­
bitrariedad judicial y en busca del cumplimiento del derecho de
defensa y doble instancia.

Este recorte temporal del principio de bilateralidad, en estos


casos de suma urgencia, son entendibles, pues se requieren de la
toma de decisión inmediata (sin trámite previo, ejemplo traslado o
audiencia) del órgano jurisdiccional, sin embargo entendemos que
en estos casos, al igual que en las medidas cautelares, no se estaría
afectando el principio de contradicción de quien debe recepcionar
el dictado de la medida satisfactiva, pues existe la posibilidad de
impugnación, la cual no admite la discusión a priori, respecto de la
tutela que se debe expedir. El debate se debe abrir con posteriori­
dad a la ejecución de la misma, a través de la impugnación.

Es en estos casos, donde se debe preferir el uso de las herra­


mientas con las que cuenta el órgano jurisdiccional para atender
problemas de solución y atención urgente, sin completar de ma­
nera rígida el principio de bilateralidad y contradicción, pues más
bien su flexibilidad debe propiciar la solución de conflictos que
deben ser atendidos por este tipo de tutela.

El dictado de resoluciones judiciales sin oír a la otra parte, no


son cotidianas en el proceso civil, son más bien una modalidad de
resolver situaciones especiales y de urgencia, donde no se debe oír
a la parte contraria, a fin de evitar que ésta obstruya o haga imposi­
ble el cumplimiento de lo que se va ha decidir, pero es justamente
esta situación de urgencia la que posibilita la flexibilidad de los
principios ya mencionados, pues sólo así se podrá otorgar plena
satisfacción a quien lo solicitó la tutela al Estado/104)

(104) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 313, 314.

123
Johnny E. Castillo Aparicio

4.4. Debe mediar recurso contra su despacho


La falta de cuestionamiento de la resolución por la vía re-
cursiva, atenta contra el derecho a un debido proceso legal, pues
recorta la posibilidad de impugnar resoluciones judiciales y vulne­
ra el principio de bilateralidad; si esta medida se dictó inaudita et
altera pars, la pars condictio se debe equilibrar con la vía recursiva
en favor del destinatario de la medida urgente satisfactiva.

Hurtado Reyes, expresa que en estas situaciones la idea es


conciliar el derecho de las partes, por un lado la urgente protección
del derecho de quien requiere la tutela y por otro lado el derecho
de defensa del requerido, para la protección de quien solicita tutela
con grado de urgencia es que se debe dictar la medida judicial inau­
dita et altera pars, pero también se debe proteger a la contraparte,
dándole la oportunidad de ejercitar el derecho de defensa.

Señala de que sería recomendable, en caso de abrir la vía re­


cursiva, que sea la apelación el trámite más óptimo, sin embargo
esta impugnación debe hacerse sin efecto suspensivo, es decir que
la resolución satisfactiva no quede suspendida por el concesorio de
apelación/105)

4.5. Probabilidad intensa


Las medidas urgentes satisfactivas no están basadas en su
concesión por el fumus boni iuris (apariencia de buen derecho)
que se invoca para la concesión de una medida cautelar, pues para
su procedencia se exige algo más que apariencia y probabilidad, se
necesita alegar un derecho con cierto grado de certeza, en efecto se
requiere de un mayor grado de certidumbre en cuanto a que la pre­
tensión del peticionante sea atendible además «el proceso urgente

(105) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 317.

124
C a pít ul o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

solo podrá promoverse partiendo de alguna consagración legal que


regule una situación particular... no puede defenderse un proceso
urgente «in genere» sino de base legal y destinado a disciplinar
ciertas y precisas coyunturas»/106)

Sostiene Barbieri citado por Hurtado Reyes, que el tema a


su modo de ver, pasa por lo siguiente: el juez al que se le solicite
el despacho de una medida autosatisfactiva debe tener «total con­
vencimiento de que lo postulado resulta atendible», basando dicha
certeza en las pruebas que el solicitante haya arrimado. Porque so­
bre éste pesará la carga de probar acabadamente lo afirmado y ello
debe hacerlo con la interposición de la demanda, produciendo en
ese momento la totalidad de la prueba de lo que se vale.

A sí Canelo Rabanal precisa que la regulación del proceso ur­


gente debe ser taxativa, de modo que sea empleado solamente en
aquellos supuestos, en donde debido al bien jurídico objeto de tu­
tela y las circunstancias propias del caso, pueden sacrificar algunos
de los derechos de connotación procesal de, por lo menos, una
de las partes implicadas en el problema a resolver. Esto implica el
otorgamiento de tutela satisfactiva de manera urgente cuando ha
mediado la acreditación de una fuerte probabilidad de atención al
pedido de quien exige tutela/107)

Sobre el particular M onroy Gálvez señala que una pretensión


que deba ser admitida en esta forma tan especial de tutela debe
tener una probabilidad intensa, es decir, elevada posibilidad de ser
acogida.

La doctrina, en cuanto a este requisito, prefiere llamarla fuer­


te probabilidad, señalando que es más que la simple probabilidad

(106) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 318.

(107) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 319.

125
Johnny E. Castillo Aparicio

(para medidas cautelares clásicas), pero menos que la certeza (que


solo se logra con la sentencia). Este concepto va más allá de la
mera verosim ilitud o del concepto de posibilidad.^108)

4.6. Contracautela
Si no existe una apariencia sino bastante probabilidad de la
existencia de derecho alegado se deberá señalar que una de las ca­
racterísticas aun no definidas por la doctrina es el tema referido a
la contracautela, algunos autores han señalado que por las carac­
terísticas de estas medidas urgentes y de realización automática
se debe propugnar una exoneración taxativa al peticionante de la
exigencia de prestar contracautela.

La necesidad o no de fianza deberá determinarla el juez en


cada caso en que le sea sometida a su decisión una medida autosa-
tisfactiva. Dependerá siempre del grado de verosim ilitud del dere­
cho, de la prueba acompañada por el peticionante y de la naturale­
za de la pretensión, como así también de la posibilidad de perjui­
cio que el despacho de la medida pueda eventualmente producir al
destinatario de la mismad109)

4.7. Tiene como presupuesto el perriculum in mora


El periculum in mora si es un presupuesto esencial de la me­
dida urgente, no por la demora de un proceso principal ni por el
daño que se pueda generar con esa dilación, sino porque el derecho
o interés que se pretende proteger requiere una respuesta inmedia­
ta del órgano jurisdiccional. La necesidad de una respuesta rápida

(108) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 319, 320.

(109) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 321.

126
Ca pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

implica una urgencia de dictar el mandato protector, obligando al


juez a emitir la providencia urgente in audita altera parsd1101)

En estos casos la tutela urgente como ya hemos señalado


combate justamente al gran enemigo de la tutela oportuna: al pe­
ligro en la demora, este tipo de tutela busca evitar el obstáculo del
tiempo necesario en la tutela ordinaria para lograr certeza pero
nocivo en situaciones de urgencia.

5. CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DE LAS MEDIDAS AU-


TOSATISFACTIVAS SEGÚN JORGE W. PEYRANO
Jorge W Peyrano, manifiesta que la doctrina y jurisprudencia
han ido cincelando los caracteres particulares de las medidas auto­
satisfactivas, conforme los lincamientos que se siguen:

5.1. Autonomía o prescindencia de un proceso


A diferencia de la cautelar clásica que procura garantizar la
eficacia de la sentencia que recaiga en el juicio principal al cual
accede, la autosatisfactiva se abastece con su propio dictado, y no
reviste el carácter instrum ental propio de aquella.

5.2. Ausencia de provisionalidad


Se concede una tutela definitiva. No obstante ello, y en fun­
ción de las circunstancias, los jueces podrán fijar límites tempora­
les a las medidas autosatisfactivas que se despacharen y también
podrán disponer a solicitud de parte, prorrogas de los mismos.

(110) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 322.

(111) Hurtado Reyes, Martin. Tutela jurisdiccional diferenciada, pp. 323.

127
Johnny E. Castillo Aparicio

5.3. Innecesaridad de la declaración del derecho


Supone que el interés del postulante se ha circunscrito de
manera evidente a obtener la solución de urgencia no cautelar re­
querida, no extendiéndose a la declaración judicial de derechos co­
nexos o a fines.

5.4. Bilateralidad postergada


Los jueces podrán despachar directamente la medida auto-
satisfactiva postulada o, excepcionalmente, y según fueren las cir­
cunstancias del caso y la materia de la medida, someterla a una
previa y reducida sustanciación que no excederá del otorgamiento
a quien correspondiere, de la posibilidad de ser oído. En todos los
casos, el ejercicio del derecho de audiencia se posterga hasta luego
de dictada la resolución autosatisfactiva, pudiendo la parte formu­
lar los recursos que correspondan.

5.5. Ejecutabilídad inmediata


La urgencia pura que motiva el dictado de la resolución au­
tosatisfactiva da pábulo a inadmisión de incidente o recurso de
virtualidad suspensiva de la efectivización del derecho material. De
tal modo, el legitimado para contradecir una medida autosatisfac­
tiva ordenada podrá optar por impugnarla entre la interposición
directa del recurso de apelación que será concedido, en su caso,
con efecto devolutivo, o iniciar un juicio declarativo general su­
mario de oposición, cuya promoción no impedirá el cumplimiento
de la decisión judicial impugnada. Elegida una vía de impugnación
se perderá la posibilidad de hacer valer la otra. También podrá so­
licitar la suspensión provisoria de la medida autosatisfactiva que
lo afecta, en el supuesto que acreditara prima facie la concurrencia
del riesgo de sufrir un perjuicio de imposible o difícil reparación y
prestara contracautela suficiente.

128
C a pít u l o VI: M e d i d a s a u t o sa t i sf a ct i v a s

5.6. Excepcionalidad de su despacho


No se trata de una figura de derecho común, sino que su
aplicación es excepcional pues reclama la previa verificación de la
urgencia como factor intrínseco y no como capricho elusivo de las
vías procesales comunes. Se trata de consagrar un derecho procesal
de emergencia, de socorro, de urgencia.

5.7. No caducidad del trámite


A diferencia de las medidas cautelares patrimoniales, someti­
das a una caducidad corta, si a su respecto no se iniciaría el proceso
principal al que tributan. (lir)12

(112) Peyrano. Jorge W Problemas y soluciones procesales, pp. 227, 228.


CAPÍTULO
Medidas de protección
1. DEFINICIÓN DE U S MEDIDAS DE PROTECCIÓN
El Diccionario de la Lengua española, define el término “me­
dida” como disposición, prevención/113) Asimismo “proteger” lo
define como resguardar a una persona, animal o cosa de un perjui­
cio o peligro, poniéndole algo encima, rodeándolo, etc. Amparar,
favorecer, defender a alguien de algo/114)

El diccionario Jurídico Espasa nos dice que “medidas”, son


actuaciones judiciales que deben practicarse o adoptarse preventi­
vamente en determinados casos previstos en la ley/115)

Núñez Molina y Castillo Soltero, manifiestan que las medi­


das de protección son un mecanismo procesal para la tutela urgen­
te de derechos, esto es cuando exista un real peligro en la demora
y haya que evitar mayores perjuicios a la víctima/116) Asimismo,
señalan que constituyen una forma sui generis y excepcional de

(113) Real Academia Española. Diccionario de la Lengua española, Vigésima


tercera edición, pp. 1436.

(114) Real Academia Española. Diccionario de la Lengua española, Vigésima


tercera edición, pp. 1801.

(115) Fundación Tomas M oro. Diccionario Jurídico Espasa Calpe, pp. 963.

(116) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia fami­
liar. Comentarios a la Ley N° 29282. Doctrina, legislación, jurispruden­
cia y modelos, Segunda edición, pp. 135.

133
Johnny E. Castillo Aparicio

tutela diferenciada/117) También concuerdan doctrinariamente que


son medidas autosatisfactivas/118)

Las medidas de protección son como lo afirma Silvia V


Guahnon, medidas de tutela personal, pues tienden a resguardar a
quienes se encuentran expuestos a peligros físicos o psicológicos,
o que por estar transitando circunstancias particulares en su fami­
lia, necesitan algún tipo de tutela. Agrega la citada autora, que las
personas que son objeto de protección, son aquellas especificadas
en la ley y que se encuentran incluidas debido a su vulnerabilidad
o necesidad de atención especial.

En esta lógica, podemos indicar que el proceso tramitado


en el juzgado de familia sobre medidas de protección derivado
de violencia familiar o violencia contra la mujer, pretende la ce­
sación del riesgo que pesa sobre la víctima, evitándoles el agrava­
miento de los perjuicios concretos derivados del maltrato mismo
(entiéndase violencia física, psicológica, sexual o de económica o
patrim onial) que se cierne sobre ellas, de otro modo, podría ser
irreparable/119)

Pariasca M artínez, sostiene, que las medidas de protección


forman parte de lo que se conoce en la ciencia procesal como tute­

(117) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia fami­
liar. Comentarios a la Ley N° 29282. Doctrina, legislación, jurispruden­
cia y modelos, Segunda edición, pp. 127.

(118) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia fami­
liar. Comentarios a la Ley N° 29282. Doctrina, legislación, jurispruden­
cia y modelos, Segunda edición, pp. 122.

(119) Apelación, Exp. 5098-2017, Segunda Sala Especializada Civil de Trujillo,


C orte Superior de Justicia de la Libertad, 11-06-2018, f. j. IV, 4.3.

134
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

la preventiva/120) Seguido señala que en los procesos de violencia


familiar, estando a lo urgente el pedido, las decisiones, al menos
de las medidas de protección, tiene que ser expedidas de forma
inmediata.

De este modo, se puede decir entonces que las medidas de


protección colaboran de manera muy significativa con la política
permanente del Estado de lucha contra la violencia familiar, sien­
do esta tutela realmente efectiva y oportuna a favor de las vícti­
mas, no pudiendo ser consideradas o confundidas con las medidas
cautelares/121)

Las medidas cautelares en asuntos de familia presentan carac­


terísticas especiales, distintas a las medidas cautelares en materia
civil, fundamentalmente, por las particularidades del derecho de
familia, disciplina que regula, entre otros aspectos, los derechos de
los niños y adolescentes. De este modo, la medida de protección es
diferente a la medida cautelar familiar y esta, a su vez, a la medida
cautelar civil/122)

Para María Elena Guerra Cerrón, respecto a las medidas de


protección, señala -a l igual que el debate sobre la naturaleza del
proceso de violencia fam iliar- existen posturas doctrinarias res­
pecto a la naturaleza de las mismas: si eran medidas cautelares
o no, si tenían el carácter de medidas autosatisfactivas o no; sin

(120) Pariasca Martínez, Jorge. Violencia familiar y responsabilidad civil ¿tema


ausente en la nueva Ley N°30364?, pp. 95.

(121) Pariasca Martínez, Jorge. Violencia familiar y responsabilidad civil ¿tema


ausente en la nueva Ley N°30364?, un análisis desde la praxis, pp. 98.

(122) Pariasca Martínez, Jorge. Violencia familiar y responsabilidad civil ¿tema


ausente en la nueva Ley N°30364?, un análisis desde la praxis, pp. 99.

135
Johnny E. Castillo Aparicio

embargo, esa disquisición ha concluido, porque hoy no cabe duda


de que las medidas de protección -cu yo dictado corresponde al
juez de fam ilia-, tiene la naturaleza cautelar. Entonces nos pre­
guntamos, ¿cuál es la razón por la que el legislador ha mantenido
la diferencia en la denominación medidas de protección y medidas
cautelares, si ambas son cautelares? Nuestra respuesta es que la
denominación de medida de protección es para dar relieve a que
están dirigidas a proteger la integridad de la víctima, estas son de
carácter personalísimo; mientras que las medidas cautelares, como
se señala en la propia ley, son para resguardar pretensiones de ali­
mentos, regímenes de visitas, tenencia, suspensión o extinción de
la patria potestad, liquidación de régimen patrimonial y otros as­
pectos conexos que sean necesarios para garantizar el bienestar de
las víctimas d123)

Ramos R ío s y Ramos Molina expresan que las medidas de


protección prevista en la Ley 30364, no es más que una decisión
del juez, célere, eficaz, temporal, variable e impugnable, que tiene
como objetivo garantizar el bienestar y la seguridad de la mujer o
algún integrante del grupo familiar a fin de alcanzar la realización
de sus derechos humanos/124)

Bendezu Barnuevo, expone que se entienden por medidas


de protección inm ediatas aquellas providencias que tienen como
función garantizar la integridad física, psicológica y m oral de la

(123) Guerra Cerrón, J. María Elena. Sistema de protección cautelar. El carác­


ter transversal de la tutela cautelar peruana y su aplicación en los ám­
bitos del derecho procesal civil, comercial, constitucional, consumidor,
arbitral, contenciosos administrativo y supranacional, pp. 185.

(124) Ramos Ríos, Miguel y Ramos Molina, Miguel. Violencia contra las mu­
jeres y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otor­
gamiento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 187.

136
C a pít u l o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

víctim a, previniendo el surgim iento de los ciclos de violencia


fam iliar/125)

Diaz Pomé, declara que las medidas de protección son aque­


llas actitudes y decisiones que toma en cuenta el Estado a través
de sus .diversas instituciones públicas, a fin de hacer efectivo el
cuidado y protección de la victima de agresión, con respecto a la
agresión misma y a su agresor; son mecanismos que buscan brin­
dar apoyo y protección a las víctimas de las agresiones e impedir la
continuación de estas. Asimismo, estas medidas de protección van
más allá, por cuanto buscan que la víctima se sienta tranquila y que
pueda gradualmente volver a su vida normal, rehabilitándola de sus
traumas. Dichas medidas de protección se encuentran establecidas
en nuestra legislación/126)

El Acuerdo Plenario N° 5-2016/CIJ-l 16, sobre delitos de


violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar. Ám­
bito procesal: Ley N° 30364, señala que las medidas de protección
(i) deben entenderse como medidas provisionales que inciden, de
uno u otro modo, en el derecho a la libertad del imputado - y tam­
bién, según la Ley, en el derecho de propiedad, aunque en este caso
su calidad cautelar es indiscutible-, y buscan proteger a la víctima
de futuras y probables agresiones, con lo que cumplen su función
de aseguramiento y prevención; (ii) buscan otorgar a la víctima la
debida protección integral frente a actos de violencia; (iii) inciden

(125) Bendezú Barnuevo, Rocci. Delito de feminicidio. Análisis de la violencia


contra la mujer desde una perspectiva jurídico-penal, pp. 123, 124.

(126) Díaz Pomé, Alen!. “La efectividad de las medidas de protección frente a
la violencia familiar”, pp. 1. Disponible en:
https://trabajadorjudicial.wordpress.com/la-efectividad-de-las-medi-
das-de-proteccion-frente-a-la-violencia-familiar/

137
Johnny E. Castillo Aparicio

en el periculum in dannum -peligro fundado en la reiteración de­


lictiva-, pero es apropiado enfatizar que apuntan a otorgar a la
víctima la protección necesaria para que pueda hacer efectivo el
ejercicio cotidiano de sus derechos.(1271

El Manual de Procedimientos de las Fiscalías de Familia del


año 2006, establecía que las medidas de protección son disposicio­
nes que emiten los operadores calificados, sean estos Fiscales o Jue­
ces, atendiendo a tres consideraciones básicas: urgencia, necesidad
y peligro en la demora. Las medidas de protección están orientadas
a dotar a la víctima con las condiciones necesarias básicas que le
permitan el normal desarrollo de sus actividades cotidianas, sin el
peligro del acecho o acercamiento del agresor. Asimismo, indica que
las medidas de protección tienen por objeto asegurar la integridad
física, psicológica y sexual de la víctima, además del resguardo de
sus bienes patrimoniales, de ser el caso. Constituyen por tanto, un
mecanismo procesal destinado a neutralizar o minimizar los efectos
nocivos del ejercicio de la violencia por parte del agresord128)

2. PRESUPUESTOS DE ADMISIBILIDAD DE LAS MEDIDAS DE


PROTECCIÓN
Señala Diego O rtiz, que en el derecho procesal de familia - y
más aún en casos de violencia fam iliar- los requisitos de las medi­
das cautelares -peligro en la demora y verosim ilitud del derecho-,
deben ser valorados con mayor flexibilidad y menor rigor técnico

(127) C orte Suprema de Justicia. X Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales


Permanentes y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 5-2016/C IJ-116, pu­
blicado en el Diario Oficial El Peruano el 17-10-2017.

(128) Ministerio Público. Manual de Procedimientos de las Fiscalías de Fami­


lia, pp. 72.

138
Capít u l o VII: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

que en otros ámbitos. Asimismo, considera que la flexibilidad que


menciona Berizonce citado por Diego Ortiz, evita caer en forma­
lismos cuando las situaciones de hecho apremian para intervenir,
pero eso no significa obviar los presupuestos de admisibilidad ya
que la adopción de las medidas cautelares puede derivarse en un
perjuicio para el afectado, motivo por el cual no debe admitirse
que estos instrumentos puedan ser utilizados sin que se verifiquen
los extremos antes invocados/129)

En general, los presupuestos procesales exigidos para el otor­


gamiento de una medida cautelar, tiene una íntima relación con su
excepcionalidad, ya que no puede exigirse al denunciante que acre­
dite la verosimilitud en el derecho, el peligro en la demora y que
preste contracautela con el mismo rigor que se exige para el resto de
las medidas cautelares en el derecho de familia, y mucho menos con
el que se exige para las medidas cautelares en general. Estos nos dice
que como principio general para cualquier medida cautelar, hay una
excepcionalidad al otorgarla complementando los mencionados re­
quisitos. Esta excepcionalidad se acentúa cuando estamos ante una
situación de violencia familiar en donde los hechos se suscitan a un
ritmo vertiginoso y el derecho a través de ciertos mecanismos, in­
tenta evitar otros hechos. Si no existieran dichos mecanismos, todo
sería una ficción jurídica, en donde la mejor y mayor fundamentada
medida cautelar tomada en un expediente si no ha frenado la violen­
cia es inocua, es decir no causa impacto en el denunciado.

Por eso podríamos postular a la excepcionalidad y flexibili­


dad como estandarte a tener en cuenta en este tipo de medidas/130)

(129) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 268.

(130) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 269.

139
Johnny E. Castillo Aparicio

Es así, que los presupuestos procesales exigidos para el otor­


gamiento de una medida cautelar o medida de protección en los
casos de violencia familiar son:

2.1 Verosimilitud de la denuncia


En los casos de violencia familiar, los presupuestos de las
medidas cautelares tienen otra interpretación dado lo cautelar y
urgente del trámite. Entre esos presupuestos, está la verosimilitud
del derecho, ya que la mujer o el hombre que realizan la denuncia
por violencia familiar van a relatar lo sucedido en la actualidad y
con el extracto de su relato, el juez decretara las medidas cautelares
acordes al mismo.

Cuando se habla de que para que proceda la medida es nece­


sario que la denuncia sea verosímil se refiere a que haya una fuerte
probabilidad de que sean atendibles las peticiones del denunciante,
se trata de la apariencia de verdad de los hechos relatados por la
denunciante, basta la sospecha de que existió maltrato para hacer
viable la medida cautelar.

Grossman y Alcorta plantean que no debemos soslayar que es­


tamos frente a una medida protectora con clara finalidad preventiva
siendo que, tal sería realmente antifuncional exigir para adoptarla que
la violencia sea de tal envergadura que exponga a la posible victima a
una situación de extrema gravedad para recién entonces si actuar en
el plano jurídico. De ahí la afirmación de que basta la mera sospecha,
la verosimilitud, para que el magistrado que interviene en la causa de­
cida adoptar aquellas medidas de protección que considere adecuadas
para prevenir nuevos hechos de violencia. Ó31)

(131) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 270.

140
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

La materia prima del juez va a ser el relato del o la denun­


ciante. Si de ese relato surge la mera sospecha de maltrato o de una
situación de riesgo ante la evidencia psíquica o física, bastara para
que el juez se encuentre legitimado para el dictado de las medidas.
Sin embargo, teniendo en cuenta la situación de desamparo de la
víctima en la que será determinante su situación socioeconómica,
y la posibilidad de contar con el apoyo de su entorno familiar o so­
cial, el juez tiene amplias facultades para ser más o menos estricto
a la hora de hacer lugar al reclamo efectuado.

Asimismo, la imposición de la medida precautoria dependerá


de que exista una situación de riesgo que requiera la tutela jurisdic­
cional de forma urgente y que la probabilidad de que la denuncia
efectuada sea atendible por esta vía, caso contrario deberá accio­
narse a través de los mecanismos legales ordinarios/132)

Es así, que en violencia familiar se habla de “balance de pro­


babilidades” de que sean atendibles las pretensiones de quien de­
nuncia, en virtud del peligro en que está expuesta la victima de
sufrir nuevos actos de violencia en caso de que la autoridad juris­
diccional no actué, es decir la probabilidad de que la víctima sufra
nuevamente violencia.

Esto nos hace pensar en lo diferente que es este procedi­


miento, que apunta a preservar el futuro de las víctimas de violen­
cia familiar, sin indagar con pruebas ni endilgar responsabilidades
solo con el objetivo de protección, no es un prejuicio de divorcio
ni un elemento para evitar que el padre vea a su hijo, sino que es
una herramienta procesal protectoria.

(132) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 271.

141
Johnny E. Castillo Aparicio

Grossman y Mesterman plantean que: “en la doctrina se ha


hecho una distinción entre la necesidad de acreditar la verosimilio-
tud de los hechos, que sería un requisito para dictar la medida cau­
telar, y la existencia de una fuerte probabilidad de que el reclamo
es atendible, condición para ordenar una medida autosatisfactiva”.

En el caso de la violencia familiar, al tratarse de una medida au­


tosatisfactiva, debería acudirse, según algunos autores, al cálculo de
las probabilidades que tiene una persona de sufrir nuevos actos de
abuso, el criterio que debe utilizar es el de balance de probabilidades.
Es suficiente, como afirma la jurisprudencia, la sospecha de maltrato
ante la evidencia física o psíquica que presenta el maltratado/133)

2.2 Peligro en la demora


En este presupuesto el factor tiempo es fundamental, en
donde la demora del juez para tomar una decisión, puede acarrear
serios peligros para la víctima como lesiones, abusos y hasta la
muerte/134)

El peligro en la demora, no se trata de un peligro para la marcha


ordenada del proceso por la tardanza, propio del periculum in mora,
sino de un periculum in damnun (peligro fundado en su repetición
delictiva), en otras palabras, el peligro a considerarse no consiste en
un peligro genérico del daño jurídico, sino más bien en la situación
objetiva de riesgo de reiteración delictiva o incluso del peligro de un
daño mayor al que motivo la intervención oficiosa de la autoridad o

(133) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 272, 273.

(134) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 274, 275.

142
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

la que impulso a la denuncia de parte, y que no necesariamente esta­


rá relacionada a la lentitud con la que pueda fluir las investigaciones
o el proceso, sino con las peculiaridades de cada ciclo de violencia en
la que se encuentran inmersas las partes.

Aunque sobre el peligro se admita su prueba, éste debe ser


objetivo, es decir, no un simple temor o aprehensión del solicitan­
te, sino derivados de hechos que pueden ser apreciados -en sus po­
sibles consecuencias- aun por terceros. Debe excluirse los simples
caprichos y la sola prolongación del proceso en el tiempo, pues
bajo dichos criterios no existiría situación alguna que no ameritara
el dictado de una medida de protección.

Para determinar el peligro en la demora, los indicios a valo­


rarse serán el tipo de acto cometido, los antecedentes del encausa­
do, las amenazas vertidas por él, los intentos de agresión ya produ­
cidos, una conducta de acoso o seguimiento., etc. Dichos indicios
serán corroborados, por los testimonios de las propias personas a
proteger o con declaraciones de terceras personas/135)

Es así, que el peligro en la demora es otro presupuesto exigido.


Es el requisito que -a l apuntar claramente a las razones de urgencia-
justifica la toma de decisiones mediante un procedimiento extraor­
dinario que casi siempre resulta agresivo para quien debe tolerarlas.

La toma de decisiones por parte del juez debe ser de manera


expedita, no admitiendo dilaciones una vez que se acredita la vero­
sim ilitud de la denuncia/136)

(135) Bendezú Barnuevo, Rocci. Delito de feminicidio. Análisis de la violencia


contra la mujer desde una perspectiva jurídico penal, pp. 127,128.

(136) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 275.

143
Johnny E. Castillo Aparicio

Ello significa que de no adoptarse de manera inmediata la


medida de protección se originara un daño irreparable o, en su
defecto, continuaran los daños en contra de la víctima, peligrando
su integridad física, psíquica y moraló137)

2.3 Caución o contracautela


Diego O rtiz, manifiesta que el fundamento de la exención
en este tipo de supuestos podría ser entre tantos, el fin tuitivo de
las leyes de protección contra la violencia familiar, su enfoque pro-
victimológico, la recepción de los principios y postulados de los
instrumentos internacionales de protección de los derechos hu­
manos específicos como la Convención Belém do Pará, el acceso a
justicia, etc. Desde el punto de vista procesal, lo cautelar de la me­
dida y la importancia de la temática en este tipo de casos es uno de
los motivos por el que no se requiere la prestación de una caución
de ningún tipo. Sería excesivo y contraproducente pedirle a una
víctima de violencia familiar una garantía por si lo que denuncia
es falso, ya que esto iría en detrimento del enfoque protector que
vengo mencionando.^138)

Es así, que la no caución significa que estando a lo urgente


del pedido y a su naturaleza, las medidas de protección no necesi­
tan de caucionó139)

(137) Pariasca Martínez, Jorge. Violencia familiar y responsabilidad civil ¿tema


ausente en la nueva Ley N° 30364?, pp. 100.

(138) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 277.

(139) Pariasca Martínez, Jorge. Violencia familiar y responsabilidad civil ¿tema


ausente en la nueva Ley N° 30364?, pp. 100.

144
C a pít u l o Vil: Medidas de protección

3. CARACTERÍSTICAS DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN


Diego O rtiz, declara que uno de los caracteres más sobre­
salientes de las medidas de protección emergentes de la ley de
violencia familiar, consideradas por la mayoría autoral como au-
tosatisfactivas, es el de su provisionalidad y mutabilidad, lo que
permite que, si con el transcurso del tiempo se modifican las cir­
cunstancias fácticas tenidas en cuenta para su dictado, las mismas
se modifiquen o se dejan sin efecto según corresponda.^140)

Para Ricardo Dutto citado por Diego Ortiz, las principales


características de las medidas autosatisfactivas en relación a la vio­
lencia familiar son:

3.1 Verosimilitud: No es estrictam ente una cautelar pues


esencialm ente se diferencia en que el despacho reclama una
fuerte probabilidad de que lo pretendido por el presentante sea
atendible y/o la mera verosim ilitud con que contenta aquella y
lo más im portante es que genera un proceso que se autosatis-
face sin depender de otro, ni es tributario ni accesorio, “se vale
por sí m ism o”.

3.2 Obligatoriedad: Se resalta que el legislador procuro ajus­


tarse a los lincamientos fijados sobre el particular por la doctrina
especializada, y así el juez “podrá” no “deberá” despachar la me­
dida, es decir no ser un reflejo automático del juez interviniente o
competente.

3.3 Enunciativas: El listado de medidas autosatisfactivas es


meramente enunciativo, por cuanto el Tribunal cuenta con un am­
plio margen de acciones a los fines de adoptar las medidas que sean

(140) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 283, 284.

145
Johnny E. Castillo Aparicio

conducentes para la efectiva solución del caso en particular, así lo


señala expresamente la norma y también la doctrina.

3.4 Protección a la víctim a y recuperación al agresor: El


artículo de Dutto señala uno de los fines de la ley: prevenir futuros
daños, buscando además de la protección a la víctima, la recupera­
ción del agresor.

3.5 Indubio pro víctim a: Conforme la redacción legal basta­


ría una acusación hacia un integrante de la familia para que, de no
tomarse debidamente el recaudo de la fuerte probabilidad que los
hechos sean ciertos, se termine sancionando al señalado.

3.6 Inexistencia de caducidad: Ello ocurre al agostarse en sí


misma y que no es tributaria ni accesoria de otro principal. Pero,
la propia ley establece la posibilidad de fijar un tiempo de duración
de las medidas, vencidos los cuales caduca si es que no se ha inicia­
do otra acción principal/141)

Es de sostener también con respecto a las características de


las medidas de protección lo siguiente:

1. Inm ediatez, otra de sus características es la inmediatez, de


la que en gran parte depende su efectividad y que compromete a la
vez una conveniente y rápida apreciación de los hechos para tomar
decisiones adecuadas, con libertad de criterio, en el marco de la ley.

2. No tiene carácter lim itativo, otra importante característi­


ca consiste en no tener un carácter limitativo en su manifestación,
lo que significa la posibilidad de respuestas concretas a una situa­
ción no prevista que a la postre evita el desamparo de la víctima.

(141) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 284, 285.

146
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

3. Son potestativas, del criterio del Juez de familia, por ende,


pueden ser dictadas de oficio, pero también a pedido de parte.

4. Es tu itiva, es también característico de estas medidas su


naturaleza tuitiva en favor de la víctima, de esta forma se les asigna
el fin de garantizar la integridad física, psíquica, sexual y económi­
ca o patrimonial de las mismas.

5. Es urgente, significa que la petición del accionante debe


ser atendida inmediatamente bajo riesgo de sufrir daño inminente
e irreparable para la víctima logrando su eficacia entendida como
aquella actuación rápida, oportuna y adecuada del órgano jurisdic­
cional y que el derecho del justiciable sea preservado.

6. Es tem poral, la duración de las medidas debe extenderse


en tanto subsistan las agresiones intrafamiliares, hasta el día en que
éstas desaparezcan/142)

7. Es variable, las medidas de protección son variables, el


operador/a judicial puede modificarlas y ampliarlas cuando así lo
requiere la protección a la víctima.

8. Son obligatorias, en caso de incumplirse con su mandato,


procede la intervención del Ministerio Publico, en la investigación
de los posibles delitos de resistencia y desobediencia a una medida
de protección.

9. Ausencia de instrum entalidad, las medidas de protección


no son instrumentales (prescinde de la instrumentalidad), no de­
penden de otro proceso, son autónomas y únicas.

También presentan las siguientes características:

(142) Castillo Aparicio, Johnny. Medidas cautelares personales en la violencia


familiar, pp. 82, 83.

147
Johnny E. Castillo Aparicio

a. Deben ser congruentes a las condiciones que tiene las


víctim as

b. Son oportunas e inmediatas

c. Son provisionales y perentorias

d. Son obligatorias para las partes

e. Se otorgan sin necesidad de prueba

f. Son prorrogables

g. Son personalísimas e irrenunciables

h. Son variables

i. Son protectoras ante el riesgo

j. Son accesibles

k. No producen cosa juzgada^143)

4. EL OBJETO DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN


Señala el artículo 22 de la Ley 30364, modificado por el artí­
culo 2 del Decreto Legislativo N° 1386 de fecha 04-09-2018, que
“el objeto de las medidas de protección es neutralizar o minimizar
los efectos nocivos de la violencia ejercida por la persona denun­
ciada, y perm itir a la víctima el normal desarrollo de sus activi­
dades cotidianas; con la finalidad de asegurar su integridad física,

(143) Yáñez Vera, Betsy: “El proceso de tutela de la nueva ley de violencia
contra las mujeres y grupo familiar” en Manual de la ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, pp. 63.

148
Ca pít u l o Vil: M e d i d a s d e protección

psicológica y sexual, o la de su familia, y resguardar sus bienes


patrimoniales.
El juzgado las dicta teniendo en cuenta el riesgo de la víctima,
la urgencia y necesidad de la protección y el peligro en la demora”.
Graciela Medina, declara que el objeto de las medidas que se
dicten en los procesos de violencia es evitar toda conducta, acción
u omisión que de manera directa o indirecta afecte la vida, libertad
física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así tam­
bién su seguridad personal.
Estas medidas deben ser fundadas porque cercenan la liber­
tad de otra persona, es decir que la adopción debe realizarse por
auto motivado. Y otorgarse cuando sean estrictamente necesarias
para proteger a la víctim a puesto que su fin no es otro que garanti­
zar el derecho de ésta a no sufrir nuevos ataques del mismo agresor
contra su dignidad o integridad física, ya sea de manera directa, ya
a través de otras personas como son sus hijos/144)

4.1 Autoridad competente para dictar las medidas de protec­


ción
La Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Con­
tra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar Ley N° 30364
y su Reglamento aprobado mediante Decreto Supremo N° 009-
2016-MIMP, señalan que autoridad pueden dictar las medidas de
protección:

1. El Juzgado de Familia o su equivalente: Art. 7o, 16°, y 23°


de la Ley N° 30364 y el Art. 37° del Reglamento de la Ley
N° 30364, (D.S N° 009-2016-MIMP).

(144) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 235.

149
Johnny E. Castillo Aparicio

2. El Juzgado Penal: Art. 7° del Reglamento de la Ley N°


30364, (D.S N° 009-2016-MIMP).
3. El Juzgado de Paz Letrado: Art. 7o del Reglamento de la
Ley N° 30364, (D.S N° 009-2016-MIMP).
4. El Juzgado de Paz: Art. 47° de la Ley 30364 (modificado por
Ley N° 30862), Art. 7o del Reglamento de la Ley N° 30364,
(D.S N° 009-2016-MIMP). Art. 6o inciso 7 de la Ley N°
29824 Ley de Justicia de Paz y el art. 32° del Reglamento de
la Ley de Justicia de Paz N° 29824, (D.S N° 007-2013-JUS).

5. CRITERIOS PARA EL OTORGAMIENTO DE LAS MEDIDAS


DE PROTECCIÓN
De acuerdo con el artículo 22 de la Ley N° 30364, modificado
por el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386, para su otorga­
miento, el juzgado de familia toma en cuenta el riesgo de la víctima,
la urgencia y necesidad de la protección y el peligro en la demora.
Esto es, debe apreciar el estado de vulnerabilidad de la víctima o
peligrosidad de la persona denunciada; lo que permitirá determinar
que lo requerido es jurídicamente exigible (urgente) e imprescindi­
ble (necesario). Para ello, deberá considerar, entre otros aspectos:
a. Los resultados de la ficha de valoración de riesgo y los infor­
mes sociales emitidos por entidades públicas competentes.
b. La existencia de antecedentes policiales o sentencias en
contra de la persona denunciada por actos de violencia
contra la mujer e integrantes del grupo familiar, por deli­
tos contra la vida, el cuerpo y la salud; la libertad sexual, el
patrimonio y otros que denoten su peligrosidad.
c. La relación de la víctima con la persona denunciada.
d. La diferencia de edades y la relación de dependencia entre
la víctima y la persona denunciada.

150
Capít ul o VII: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

e. La condición de discapacidad de la víctima.


f. La situación económica y social de la víctima.
g. La gravedad del hecho y la posibilidad de una nueva
agresión.
h. Otros aspectos que denoten el estado de vulnerabilidad de
la víctima o peligrosidad de la persona denunciada.
Waldo Núñez y María del Pilar Castillo, sostienen que las
medidas de protección constituyen una forma sui generis y ex­
cepcional de tutela diferenciada, pues las medidas de protección
que dicta el “juzgado de familia” se encuentran libradas a su cri­
terio discrecional. De modo, que interpretando a cabalidad la
ley debemos convenir que para el otorgamiento de una medida
de protección inmediata, “el juez de familia” debe comprobar la
concurrencia de los requisitos de evidencia y urgencia de que el
derecho invocado existe. Para ello, debe valorar la prueba aportada
para generar convicción. Si un pedido no es acompañado con los
elementos probatorios o los ofrecidos no producen convicción,
“el juez de familia” no está obligado a otorgarlo. En tales casos, se
debe declarar infundado el pedido formulado.
Por el contrario, si el “juez de familia” advierte que los medios
probatorios generan convicción sobre la concurrencia de los requisitos
para el otorgamiento de la medida de protección inmediata solicitada,
está facultado para dictar discrecionalmente la medida autosatisfactiva
más adecuada “que la situación exija”; la que no, necesariamente debe
coincidir con la expresamente solicitada por el interesado.^145)

(145) Núñez Molina, Waldo y María del Pilar Castillo Soltero. Violencia fami­
liar. Comentarios a la Ley N° 29282. Doctrina, legislación, jurispruden­
cia y modelos, Segunda edición, 127, 128.

151
Johnny E. Castillo Aparicio

La finalidad de las medidas de protección es garantizar el pleno


ejercicio y respeto de los derechos y libertades de la presunta víctima.

El juez de familia adoptará la medida de protección más ade­


cuada y eficaz para la situación de la presunta víctima, para cuyo
efecto evaluara la situación de riesgo de la presunta víctima, la que
dicta de oficio o a pedido de parte. De no otorgarla deberá expedir
resolución motivada.

Las Medidas de Protección que pueden dictarse en los pro­


cesos por actos de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar son: el retiro del agresor del domicilio en el
que se encuentre la víctima, así como la prohibición del regresar al
mismo, el impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima
en cualquier forma, a su domicilio, centro de trabajo, centro de
estudios u otros donde aquella realice sus actividades cotidianas, a
una distancia idónea para garantizar su seguridad e integridad, pro­
hibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica,
electrónica; asimismo, vía chat, redes sociales, red institucional,
intranet u otras redes o formas de comunicación, prohibición del
derecho de tenencia y porte de armas para el agresor, inventario
de bienes, asignación económica de emergencia que comprende lo
indispensable para atender las necesidades básicas de la víctima y
sus dependientes, prohibición de disponer, enajenar, u otorgar en
prenda o hipoteca los bienes muebles o inmuebles comunes, pro­
hibición a la persona denunciada de retirar del cuidado del grupo
familiar a los niños, niñas, adolescentes u otras personas en situa­
ción de vulnerabilidad, tratamiento reeducativo o terapéutico para
la persona agresora, tratamiento psicológico para la recuperación
emocional de la víctima, albergue de la víctima en un estableci­
miento en el que se garantice su seguridad, cualquier otra medida
de protección requerida para la protección de la integridad y la
vida de la víctima o sus familiares.

152
Capít u l o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

El juez de familia dispone de una gama indeterminada de me­


didas de protección que despacha ya sea de oficio o a petición de
parte (petición expresa de la víctima) siendo la finalidad de ésta,
evitar mayores perjuicios a la víctima/as o para garantizar su inte­
gridad física, psíquica, sexual, económica o patrimonial, y desde
la perspectiva de la persona afectada, se trata de un requerimiento
urgente que reclama pronta y eficiente solución jurisdiccional así
como de evitar riesgos y el surgimiento del ciclo de violencia con­
tra la mujer e integrantes del grupo familiar.

5.1 La ficha de valoración del riesgo


La ficha de valoración del riesgo es un instrumento que apli­
can la Policía Nacional del Perú, El Ministerio Público y el Poder
Judicial, que tiene como finalidad detectar y medir los riesgos a
los que está expuesta una víctima respecto de la persona denuncia­
da. Su aplicación y valoración está orientada a otorgar medidas de
protección con la finalidad de prevenir nuevos actos de violencia,
entre ellos, el feminicidio.

El personal de la Policía Nacional del Perú, del M inisterio


Público o del Poder Judicial que reciba la denuncia es responsable
de aplicar las fichas de valoración del riesgo. El registro de la in­
formación que brinda la víctima y la valoración de los factores de
riesgo es responsabilidad de dicho personal; quien lo realiza con­
forme al instructivo de cada ficha de valoración del riesgo y nuca
es llenado por la víctima. La valoración del riesgo es el resultado
del análisis realizado por la persona operadora del servicio, no es
una lista de chequeo y tampoco es de auto aplicación/146)

(146) Placido Vilcachagua, Alex. Violencia familiar contra la mujer y los inte­
grantes del grupo familiar, pp. 451.

153
Johnny E. Castillo Aparicio

La Policía Nacional del Perú y el Ministerio Público deben


rem itir la ficha de valoración de riesgo al juzgado de familia, el cual
la evalúa para su pronunciamiento sobre las medidas de protección
y cautelares y debe ser utilizada cuando la circunstancia lo ameri­
ten, lo que incluye la posibilidad de variar la evaluación del riesgo.

Las tres fichas de valoración del riesgo y su instructivo (ficha


de valoración del riesgo en mujeres víctimas de violencia de pare­
ja; ficha de valoración del riesgo en niños, niñas y adolescentes; y
ficha de valoración del riesgo en persona adulta m ayor), fueron
aprobadas por el Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, Regla­
mento de la Ley N° 30364, de fecha 27-07-2016.

Cabe señalar que el Tribunal Constitucional ha precisado que


no constituye una vulneración al derecho de defensa la circunstan­
cia que el llenado de la ficha de valoración del riesgo se realice sin
la participación del denunciado/147)

6. CLASES DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN


6.1 El retiro del agresor del domicilio en el que se encuentre la
víctima, así como la prohibición del regresar al mismo
Para el D iccionario de la Lengua española, retirar significa
“apartar o separar a alguien o algo de otra persona o cosa o de
un sitio ”/148)

Diego O rtiz, advierte que significa la separación del agresor


de su grupo familiar conviviente como alternativa atenuante de pe-

(147) STC Exp. N° 03378-2019-PA/TC-Ica, fj. 47 y fj. 92, de fecha 05-03-


2020.
(148) Real Academia Española. Diccionario de la Lengua española. Tomo II,
pp. 1964.

154
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

ligros mayores. La exclusión del hogar es una medida que impide


la vida en común de una pareja e hijos, porque las situaciones de
violencia tornan riesgosa la convivencia familiar/149)

La medida tiene como propósito fundamental retirar al pre­


sunto agresor de la vivienda familiar a fin de que cesen los actos
de violencia permitiendo a la denunciante mantenerse en su hogar
con sus hijos o no/150)

La titularidad registral del inmueble no condiciona la resolu­


ción judicial de excluir al presunto agresor del hogar. Esto quiere
decir en concreto que por más que el denunciado acredite en el ex­
pediente que es titular de la propiedad en la que fue excluida, el fin
de esta medida es de carácter cautelar, es decir que están en juego
asuntos extramatrimoniales y no carácter patrimonial/151)

Graciela Medina y Gonzales Magaña, sostienen que la expe­


riencia judicial alcanzada en estos años demuestra que la exclusión
del hogar es -p o r excelencia- la medida de tutela personal que me­
jor responde a las necesidades de las víctimas de violencia intra-
familiar, pues tiende a recuperar -provisionalm ente- el equilibrio
emocional del grupo familiar afectado.

Ello, pues es reconocida y denominada por la víctima como


protectora, pero es vivida como castigo por el agresor, quien es
alejado de su núcleo familiar y socioambiental.

(149) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 372.

(150) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 371.

(151) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 373.

155
Johnny E. Castillo Aparicio

Por otra parte, es importante destacar que la exclusión del


hogar del agresor opera aunque éste sea el propietario del inmue­
ble en el que habita el grupo familiar afectado, ya sea que se tra­
te de un grupo familiar fundado en el matrimonio o bien en una
unión de hecho/152)
El fin de la ley es el hacer cesar una situación de riesgo existente
al momento de la denuncia. Esta situación de peligro actual se evi­
dencia a veces por una cadena de denuncias que muestran numerosos
actos de agresión entre miembros de la misma familia, lo que puede
hacer presagiar en el juzgador que el hecho que impulsara a la víctima
a denunciar no cesará y probablemente recrudecerá. En tales casos,
puede ordenarse el retiro del agresor del domicilio/153)
A lení Díaz Pomé señala que el retiro del agresor, se efectiviza
cuando el agresor sale voluntariamente o por la fuerza pública, del
domicilio de la víctima; es decir, se establece que debe hacer deja­
ción del lugar donde domicilia la víctima para impedir que se con­
tinúen con las agresiones a ésta, dicha medida también tiene como
finalidad que la víctima no tenga mayor contacto con su agresor
y evitar nuevos enfrentamientos. Además puede ser considerada
como función rehabilitadora, porque en cierta forma permita que
la víctima se sienta segura y no vea en peligro su integridad, lo que
hace que de alguna forma pueda rehabilitarse física, psicológica,
moral y mentalmente de su agresión/154)

(152) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 351,352.

(153) Ramos Ríos, Miguel. Violencia Familiar. Protección de la víctima frente


a las agresiones intrafamiliares, segunda edición, pp. 249.

(154) Vega Rimachi, Sixto, “De la intervención del Ministerio Publico frente a
la violencia familiar” en separata del Diplomado de Derecho de familia y
violencia familiar, Librejur, 2015, pp. 102.

156
Capít u l o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

M anifiesta Diego O rtiz, que la exclusión del hogar se realiza


de manera inmediata, en donde el excluido tiene un breve lapso de
tiempo para tom ar algunas cosas e irse sin poder volver a retirar
algo que ha olvidado sin petición judicial. Por lo dicho es impor­
tante solicitar que se retiren por ejemplo los instrumentos de tra­
bajo en caso de no haberlos podido retirar en el momento en el que
fue excluido/155)

El M anual de Procedimientos de las Fiscalías de Familia del


año 2006, que se aplicaba con la derogada Ley N° 26260, Ley de
Protección Frente a la Violencia Familiar, aprobada mediante De­
creto Supremo N° 006-97-JU S, establecía que el retiro del agresor
del domicilio es una medida destinada a establecer la no permanen­
cia del agresor en el mismo inmueble en el que vive con la víctima,
a fin de evitar la sobrevictimización de ésta.

La medida debe ser clara y establecerá un plazo razonable de


duración, para lo cual el Fiscal debe contar con suficientes elemen­
tos que lo lleven a la convicción de que es la más adecuada por la
naturaleza del conflicto investigado, aplicando criterios de opor­
tunidad, subsidiariedad, razonabilidad y proporcionalidad.

PRO CEDIM IEN TO:

La autoridad policial debe levantar un inventario antes de en­


tregar al agresor sus efectos personales y profesionales, puesto que
su alejamiento compulsivo no implica que se le limite el derecho
a seguir con sus actividades habituales para proveerse de recursos
para su persona y sus dependientes, ni lo exime de la obligación
de continuar prestando los alimentos respecto a quienes los debe.

(155) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 373.

157
Johnny E. Castillo Aparicio

En caso que posteriormente a la ejecución de la orden, el


denunciado reingresa al domicilio, ya sea por sus propios medios o
en mérito de habérsele facilitado el ingreso por alguna otra perso­
na, se le apercibirá de ser denunciado por resistencia a la autoridad,
procediendo el Fiscal de Familia o M ixto, de ser el caso, a remitir
copia de todo lo actuado al Fiscal competente para que proceda
conforme a sus atribuciones.

A fin de propiciar que la reinserción del agresor o agresora


sea satisfactoria para el entorno familiar, debe disponerse además,
que durante el tiempo del retiro del hogar, aquellos acudan a una
terapia que les permita erradicar las causas que motivaron las ma­
nifestaciones de violencia/156)

iSv JURISPRUDENCIA

3. Amplio medidas de protección a favor de la víctima Mónica


Milagros Angulo Suarez, que son las siguientes:

a) “Ordeno el retiro inmediato del hogar del agresor Sebastián


Amerson Rivera Trujillo, del domicilio ubicado en la Av. Perú 2do
piso Dpto 203 Distrito de San Martin de Porres, hasta recabar el
resultado favorable, del tratamiento reeducativo al que deberá
someterse de manera obligatoria, para tal efecto cúrsese oficio a
la Comisaria responsable de ja ejecución de este mandato judicial
para su estricto cumplimiento, bajo responsabilidad”.

Exp. N° 3591-2020. 12° Juzgado de Familia -Su b Esp. Violencia


Contra la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar de la Corte Superior
de Justicia de Lima Norte, fecha 20-02-2020.

(156) Ministerio Público. Manual de Procedimientos de las Fiscalías de Fami­


lia, pp. 73.

158
Capít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cci ó n

6.2 Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima


en cualquier forma, a su domicilio, centro de trabajo, cen­
tro de estudios u otros donde aquella realice sus activida­
des cotidianas, a una distancia idónea para garantizar su
seguridad e integridad.
La medida de protección de impedimento de acercamiento
o proximidad a la víctima en cualquier forma, “tiene como funda­
mento evitar ulteriores agresiones del victimario en función del
contacto que pueda buscar con la víctima”.

Lamberti y Viar citado por Diego Ortiz, plantean que esta


medida puede subdividirse en cuatro categorías:

1. Prohibición de acercamiento a la persona de la victima

2. Prohibición de acercamiento a personas determinadas de


la familia extensa de la víctima.

3. Prohibición de acercamiento al domicilio

4. Prohibición de acercamiento a los lugares de trabajo y/o


de estudio de la víctima.

Esta medida es la comúnmente denominada “perimetral”,


porque se habla de marcar un perímetro de distancia a una cierta
cantidad metros, como por ejemplo 200 mts. Sin embargo la críti­
ca de esta medida, no se basa en su existencia sino en el modo de
cumplirla efectivamente o mejor dicho de ejecutarla.^157)

El propósito de esta medida es que el autor, debidamente no­


tificado de la medida tomada por el juez, no se acerque al hogar

(157) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 357.

159
Johnny E. Castillo Aparicio

ni a los lugares en los que se encuentra la denunciante como ser


lugares de esparcimiento (shoppings, cines, plazas, etc.) estudio y
de trabajo. Es una medida de prohibición, es decir que no es nece­
sario que haya una manifestación de conducta violenta por parte
del denunciado para tenerla por incumplida, sino que basta que
esté presente en el lugar donde se encuentra la denunciante para
que la medida se efectivice pidiendo colaboración a la autoridad
policial/158)

La medida debe tener un plazo determinado o determinable.


No puede quedar eternizada, porque es perjudicial para ambas par­
tes estar sujetas a una decisión judicial.

La medida no debe ser suspendida por ningún motivo. Se


trata de proteger y sostener a la persona en situación de violencia.

Es necesario que la resolución con las medidas tenga los po­


deres de hecho para efectivizarlas, es decir, el cúmulo de previ­
siones necesarias para cumplirla. Entre los poderes de hecho que
contenga la resolución, el juez puede pedir la colaboración a la
Policía a fin de que cualquier efectivo policial que se encuentre en
la vía publica le brinde a la denunciante el auxilio que sea necesario
en el caso de que la prohibición de acercamiento sea incumplida y
que proceda a labrar actuaciones con minuciosa constancia de lo
acontecido y haga inmediata consulta con el juez penal en turno
para el juzgamiento de la desobediencia/159)

(158) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 358.

(159) Ortiz, Diego Oscar. “Algunas notas sobre la prohibición de acercamien­


to ”, pp. 2, disponible en:
https://aldiaargentina.microjuris.com/2015/07/21/algunas-notas-so-
bre-la-prohibicion-de-acercamiento/

160
Ca pit u l o Vil: M e d i d a s de p r o t e cci ó n

Para que se efectivice el cumplimiento de esta medida de pro­


tección, se debe señalar con precisión cuales son las conductas que
el agresor no debe llevar a cabo, o los derechos que a éste se le
suspenden, como la de aproximarse a la persona agraviada y a sus
familiares; de acudir a lugares que frecuente la víctima como cen­
tro laboral, educativo; la prohibición de visitas al hogar de la vícti­
ma por parte de aquél u otros donde aquella realice sus actividades
cotidianas y por un plazo o tiempo determinado.

^ JURISPRUDENCIA
C. "El impedimento de acercamiento o proximidad con intenciones
de ejercer violencia sexual en la victima, en cualquier forma, sea en
el domicilio, centro de trabajo, centro de estudios u otros, donde
compartan juntos o aquellos o aquellos realicen sus actividades
cotidianas, por parte de Armas Germán Bernardino hacia Tito
Huarcaya Priscila Vicenta, en un rango de 300 metros a la redonda
del lugar donde se encuentre la víctima, mientras subsistan las
condiciones de riesgo, en caso de incumplimiento se remitirá copias
certificadas al Ministerio Publico, por el delito de desobediencia a la
autoridad y se ordenará su detención por 24 horas”.

Exp. N° 18277-2020. Décimo Juzgado de Familia Subespecialidad


Violencia Familiar de la Corte Superior de Justicia de Lima Este,
fecha 30-09-2020.

6.3. Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar,


telefónica, electrónica; asimismo, vía chat, redes socia­
les, red institucional, intranet u otras redes o formas de
comunicación.
Esta medida de protección es de suma importancia para pre­
servar la integridad psicológica de la víctima que denuncia hechos de
violencia contra la mujer o contra los integrantes del grupo familiar.

161
Johnny E. Castillo Aparicio

Si la parte denunciada sigue hostigando telefónicamente por


medio de mensajes de texto, llamadas reiteradas, mensajes priva­
dos por medio de las redes sociales, el maltrato psicológico sigue
vigente y el daño a la persona tambiénd160)

Se establece como medida de protección la prohibición de


comunicación con la víctima vía epistolar, que viene hacer la carta
o misiva que puede escribir el agresor hacia la víctima, así como
también vía telefónica refiriéndose a la comunicación por teléfono
como teléfono fijo, público y/o celular.

Cada vez más con el adelanto y avance de la tecnología la co­


municación que es un factor prim ordial para el desarrollo humano
se ha ido transformando como es la comunicación electrónica que
viene hacer un servicio de trasmisión, que consiste en el transporte
de señales a través de redes de comunicación. Es así, que el térm i­
no comunicaciones electrónicas se utiliza para referirse de forma
conjunta a las telecomunicaciones y al internet.

La prohibición implica la orden del juez de que el agresor no


se comunique con la víctima, ya sea mandándole mails, mensajes
de texto, cartas, mensajes públicos o privados por medio de las
redes sociales, etc. Precisa la medida de protección que pueden
ser vía chat, redes sociales, red institucional, intranet (e- mails,
faccebok, twitter, comunicación digital) u otras redes o formas de
comunicación.

Esta medida es importante en tiempos actuales en donde las


formas de comunicación han avanzado.

(160) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 362.

162
Capít ul o VII: M e d i d a s de p r o t e cció n

^ JURISPRUDENCIA

c) “Prohibición de comunicación por parte del denunciado Juan José


Quintana García hacia la agraviada Rosa Apolinaria Alburqueque
Bermejo, se vía telefónica, epistolar, mails, electrónicos, mensajes
de textos, vía chat, redes sociales u otras redes sociales, u otras
redes o formas de comunicación, bajo apercibimiento expreso
de ponerse de conocimiento del Ministerio Público a efectos de
que proceda con la denuncia penal por el delito de resistencia y
desobediencia a la autoridad, en caso de incumplimiento de lo
ordenado por la presente judicatura”.

Exp. N° 10241-2018. 6o Juzgado de Familia - Subespecialidad


Violencia contra las Mujeres de la Corte Superior de Justicia de Lima
Sur, fecha 03-08-2020.

6.4. Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas


para el agresor, debiéndose notificar a la Superintenden­
cia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil para que proceda a
dejar sin efecto la licencia de posesión y uso, y para que
se incauten las armas que están en posesión de personas
respecto de las cuales se haya dictado la medida de pro­
tección. En el caso de integrantes de las Fuerzas Armadas
y Policía Nacional del Perú en situación de actividad que
emplean armas de propiedad del Estado en el ejercicio de
sus funciones, el juzgado oficia a la institución armada o
policial para los fines de este numeral.
La tenencia de armas a manos del denunciado agrava la si­
tuación de violencia que se cierne en la familia debido a la even­
tualidad de que ocurra un hecho más riesgoso. Las armas de fuego
son objetos riesgosos que el hombre introduce en la sociedad. Re-

163
Johnny E. Castillo Aparicio

quieren cautela en su uso y la m ayor prudencia posible. Al usarse


las mismas en familias en donde se ejerce violencia, es un indica­
dor de riesgod161)

La hipótesis normativa de la regla lim ita el derecho a po­


seer y portar un arma, el objetivo, garantizar el bienestar y la
seguridad de la víctim a. El propósito de la medida de protección
de prohibir la tenencia y/o el porte de armas para el agresor es
el de evitar o prevenir que los actos de agresión contra la mujer
o los integrantes del grupo fam iliar tengan un desenlace fatal
en medio de las agresiones como sería dar muerte o una lesión
grave a la víctim a.

En la realidad se han dado muchos casos de muertes de muje­


res por parte de sus parejas con armas de fuego, desencadenándose
el últim o eslabón de esta larga cadena de violencia a la que se ven
sometidas las mujeres, llamado feminicidio.

Teniendo en cuenta las regulaciones normativas sobre la te­


nencia y uso de armas, la medida de protección que ordena la pro­
hibición de tener y portar armas incluye la comunicación a SU-
CAM EC, de la disposición, para que proceda a dejar sin efecto la
licencia de posesión y uso, y para que se incauten las armas que
están en posesión de personas respecto de las cuales se haya dicta­
do la medida de protección.^162)

(161) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 379, 380.

(162) Ramos Ríos, Miguel y Miguel Ramos Molina. Violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otorga­
miento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 201.

164
C a pít u l o Vil: M e d i d a s de p r o t e cció n

'2íL JURISPRUDENCIA

6 “Prohíbase al denunciado Santos Yasmani Alban Varillas, el


derecho de tener o portar armas, para cuyo efecto cúrsese el
oficio correspondiente a la Superintendencia Nacional de Control
de Servicios de Seguridad, armas, municiones y explosivos de
uso civil, para que proceda a dejar sin efecto la licencia de
posesión y uso”.

Exp. N° 112-2016. Juzgado Especializado de Familia de Sultana de


la Corte Superior de Justicia de Sullana, fecha 15-01-2016.

6.5. Inventario de bienes


Llámese inventario a la operación consistente en la indivi­
dualización y descripción de los bienes que se pretende asegurar.

En el caso del inventario de los bienes en el proceso sobre


cese de violencia familiar, la razón es para individualizar y describir
cualquier derecho real sobre los bienes, se facciona el inventario de
los bienes de la víctima, a fin de que no desaparezcan o se confun­
dan con otros bienes, conviene también inventariar los bienes en
copropiedad de la víctima.

La finalidad del inventario es individualizar y establecer la


existencia de los bienes que pretende asegurar. Asimismo, señala
que procede el inventarío a) cuando lo prescribe la ley y b) cuando
se sustente su necesidad de evitar mayores perjuicios con peligro
por la demorad163)

(163) Vega Rimachi, Sixto, “De la intervención del Ministerio Publico frente a
la violencia familiar” en separata del Diplomado de Derecho de familia y
violencia familiar, pp. 103,104.

165
Johnny E. Castillo Aparicio

Díaz Pomé, manifiesta que esta medida se adopta con la fina­


lidad de evitar que el agresor tome represalias y disponga o se lleve
los bienes del hogar, protegiendo de alguna manera el patrimonio
de la fam ilia.!164)

Con la aplicación de esta medida, se acredita la preexistencia


de los bienes de la víctima que se pretende resguardar, procedién­
dose a su individualización.

Diego O rtiz señala que en los casos de las parejas convivien­


tes se dispondrá el inventario de los bienes de cada uno. Esta me­
dida evita operaciones comerciales como consecuencia de la de­
nuncia al registrar los bienes pertenecientes a cada cónyuge. Desde
ya para esta medida rige las normas del régimen patrimonial del
m atrim onio.!165)

Ramos Ríos, expresa que la orden de inventariar los bie­


nes es una medida excepcional y accesoria de otra, despachán­
dose siempre que se asuma convicción o exista verosim ilitud de
que los bienes a inventariar pertenecen a la familia o siendo de
propiedad exclusiva del agresor, estos han sido aportados para
fundar una comunidad de bienes y disfrutar de ellos de manera
perm anente, que además éstos bienes sean im prescindibles para
la subsistencia de la familia; y que debido al desquicio m atrim o­
nial o la crisis familiar, la víctim a tuvo que haberse visto forzada
a retirase del lugar donde se encuentra la vivienda y en ella todos

(164) Díaz Pomé, Aleni “La efectividad de las medidas de protección frente a
la violencia familiar”, pp. 2. Disponible en:
https://trabajadorjudicial.wordpress.com/la-efectividad-de-las-medi-
das-de-proteccion-frente-a-la-violencia-familiar/

(165) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 426.

166
Ca pít u l o Vil: M e d i d a s de p r o t e cció n

sus bienes, y en dicha circunstancia exista el peligro de que la


parte agresora pueda hacer uso o disposición indebida, despro­
porcionada o abusiva de los bienes, sobre todo de aquellos de
mayor valor y que se encuentran registrados en la Superinten­
dencia N acional de los Registros Públicos, en desmedro de los
miembros más débiles/166)

6.6. Asignación económica de emergencia que comprende lo


indispensable para atender las necesidades básicas de la
víctima y sus dependientes. La asignación debe ser sufi­
ciente e idónea para evitar que se mantenga o coloque a
la víctima en una situación de riesgo frente a su agresor
e ingrese nuevamente a un ciclo de violencia. El pago de
esta asignación se realiza a través de depósito judicial o
agencia bancaria para evitar la exposición de la víctima.
Esta medida de protección hace que el magistrado en un ges­
to innovador de la norma complemente con el factor económico
que es fundamental. Es decir cómo se van a sostener los depen­
dientes de la víctima y/o cubrir sus necesidades, así como tam ­
bién la misma víctima. La solvencia económica es fundamental lo
que nos va a ayudar a complementar con el desarrollo integral del
menor; asignándose un monto económico de emergencia que per­
mita cubrir sus más elementales necesidades y brindarles una vida
digna, de esa forma evitar exponer a la víctima a nuevos hechos de
violencia cuando exija el cumplimiento de esa obligación.

(166) Ramos Ríos, Miguel y Miguel Ramos Molina. Violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otorga­
miento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 201.

167
Johnny E. Castillo Aparicio

^ JURISPRUDENCIA

C) “Dispongo una asignación económica de emergencia ascendente


a la suma s / 1000 (un mil soles) de forma proporcional a favor de
sus menores hijos, debiendo el denunciado Sebastian Amerson
Rivera Trujillo, acudir en forma mensual y por adelantado mediante
una cuenta de ahorros que deberá aperturarse ante el Banco de la
Nación a nombre de la agraviada Mónica Milagros Angulo Suarez,
asignación que permanecerá hasta el resultado firme del proceso
de alimentos que deberá iniciar la denunciante en el plazo de
noventa días ante la instancia respectiva”.

Exp. N° 3591-2020. 12° Juzgado de Familia -Su b Esp. Violencia


Contra la Mujer e Integrantes del Grupo Familiar de la Corte Superior
de Justicia de Lima Norte, fecha 20-02-2020.

6.7. Prohibición de disponer, enajenar u otorgar en prenda o


hipoteca los bienes muebles o inmuebles comunes
Esta prohibición es necesaria a fin de cautelar los bienes co­
munes de la pareja en conflicto, ya que cualquier venta o cargo
de los bienes comunes sería perjudicial para el otro cónyuge o
conviviente/167)

Ramos Ríos, declara que esta posibilidad solo puede ocurrir


si acaso el grupo familiar se fundó de hecho y no se tuvo la previ­
sión de registrar dicha unión, pues solo allí podría ocurrir que por
ejemplo los bienes adquiridos por la comunidad estén a nombre de
uno de los fundadores de la familia y éste en un eventual proceso
de desplazamiento familiar puede realmente hacer disposición de

(167) Silva Mendoza, Milka. Mujer, grupo familiar, violencia y derecho. Estu­
dio a la Ley N° 30364 y a su reglamento, pp. 157.

168
Ca pít u l o Vil: M e d id a s de pro tecció n

bienes sobre todo de aquellos que se encuentran registrados ante


la Sunarp, que serían los de mayor valoró168)

6.8. Prohibición a la persona denunciada de retirar del cuidado


del grupo familiar a los niños, niñas, adolescentes u otras
personas en situación de vulnerabilidad
Esta prohibición pretende proteger a los hijos de la pareja
en conflicto, evitando el alejamiento unilateral de los menores al
amparo de la pareja agredida.^169)

Ramos Ríos, señala que se trata de una medida orientada a


la protección de los hijos e hijas del progenitor o progenitora que
se alejó del grupo familiar, los hijos sobre todo de tierna edad son
reclamados por aquel integrante de la familia que desertó del gru­
po, como por ejemplo el padre que decidió retirarse del núcleo
familiar y pretende evitar ser condenado al pago de una pensión de
alimentos y no se le ocurre mejor idea que sustraer y trasladar a su
hijo lejos del grupo familiar en el que habitualmente vive para lue­
go buscar una consolidación de esa situación de facto y argüir que
no está obligado al pago de la pensión de alimentos demandada por
el representante legal del niño o niña, porque su hijo o hija, recibe
de él directamente dicho derechoó170)

(168) Ramos Ríos, Miguel y Miguel Ramos Molina. Violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otorga­
miento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 202.

(169) Silva Mendoza, Milka. Mujer, grupo familiar, violencia y derecho. Estu­
dio a la Ley N° 30364 y a su reglamento, pp. 157.

(170) Ramos Ríos, Miguel y Miguel Ramos Molina. Violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otorga­
miento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 203.

169
Johnny E. Castillo Aparicio

6.9. Tratamiento reeducativo o terapéutico para la persona


agresora
El agresor debe contar con tratamientos específicos que lo
ayuden a desaprender esa conducta violenta ya que sin un trata­
miento específico probablemente incurra nuevamente en actos de
violencia contra los integrantes de su familia.

Muchas veces en la resolución judicial se resuelve que el de­


nunciado concurra a sesiones con un especialista en violencia mas­
culina que pertenece a una institución dependiente de un organis­
mo de gobierno, que plantea la problemática a fin de empezar un
tratam iento/171)

Graciela Medina, sostiene que muchas veces lo único que se


presenta como idóneo es el tratamiento terapéutico. El mero aleja­
miento de las partes involucradas es en algunos casos insuficiente
para solucionar la situación, ya que aunque al agresor se le ordene
la prohibición de acercamiento, la modalidad de funcionamiento
de la relación sigue siendo la misma, aun en su ausencia, porque
remite a pautas inconscientes, y si bien en lo real uno de sus inte­
grantes está ausente, las características del grupo siguen siendo las
mismas.

En algunos casos ninguna medida resultará suficiente si no


se logran cambiar las pautas de conducta de las partes mediante el
tratamiento psicológico o la “terapia bajo mandato”/172)

(171) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 387.

(172) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 238.

170
Ca pít u l o Vil: M e d id a s de p r o t e cció n

JURISPRUDENCIA

C) “Terapia psicológica y reeducativa gratuita obligatoria para el


denunciado Juan José Quintana García, en el consultorio de
psicología del CAI del MINDES (atención gratuita), ubicado en el
Jirón Jangas N° 601, Breña (altura cuadra 15 de la Av. Venezuela,
a la espalda del mercado de productores número cinco - Breña).
Debiendo informar el profesional tratante (psicólogo) de los
resultados del mismo, para cuyo efecto el demandado deberá
comparecer al local del juzgado a fin de recabar los oficios
respectivos dentro de los tres días de tomar conocimiento de
la presente resolución, bajo apercibimiento de remitir copias
al Ministerio Publico a fin de ser denunciado por el delito de
resistencia y desobediencia a la autoridad”.

Exp. N° 10241-2018. 6° Juzgado de Familia - Subespecialidad


Violencia contra las Mujeres de la Corte Superior de Justicia de Lima
Sur, fecha 03-08-2020.

6.10. Tratamiento psicológico para la recuperación emocional


de la víctima
Subraya Diego O rtiz, en el tema de la denuncia de violencia,
la necesidad de que la misma sea acompañada de la concurrencia a
un tratamiento psicológico continuo especializado en la temática,
para sostener la denuncia en el tiempo evitando el abandono de la
denuncia. Asimismo, añade que es necesaria la realización de un
tratamiento para obtener herramientas que permitan reconocer,
visibilizar y desnaturalizar el contexto de violencia vivido.-173)

(173) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 387.

171
Johnny E. Castillo Aparicio

'S k JURISPRUDENCIA

E. “Evaluación y terapia psicológica y/o psiquiátrica gratuita, que


pudiera necesitar Tito Huarcaya Priscila Vicenta, en el Centro
de Salud de Chosica o en el centro hospitalario más cercano
a su domicilio, para su recuperación emocional, a fin que
puedan superar los sucesos vividos y fortalecer su autoestima
mientras dure el proceso. Se precisa que, debido al estado
de emergencia, se deberá seguir los protocolos y reglas para
tramitar las citas”.

Exp. N° 18277-2020. Décimo Juzgado de Familia Subespecialidad


Violencia Familiar de la Corte Superior de Justicia de Lima Este,
fecha 30-09-2020.

6.11. Albergue de la víctima en un establecimiento en el que se


garantice su seguridad, previa coordinación con la insti­
tución a cargo de este
La víctima de violencia de género y/o familiar pueden ser
acogidas en los hogares de refugio temporal, también mediante
esta medida de protección.

Los hogares de refugio temporal, son lugares de acogida


temporal para víctimas de violencia contra la mujer e integrantes
del grupo familiar, se les llama también, Casa de Acogida. Brindan
protección, albergue, alimentación y atención multidisciplinaria
propiciando su recuperación integral.

Los hogares de refugio, ofrecen a la mujer afectada de vio­


lencia espacios seguros para analizar y decidir acerca de un nuevo
proyecto de vida en paz y sin violencia, luego de haber recibido
una atención integral y multidisciplinaria: legal, psicológica, y ca­
pacitación laboral.

172
Ca pít ul o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cció n

El marco legal es la Ley N° 28236, Ley que crea Hogares de


Refugio Temporal para las Víctimas de Violencia Familiar.

Según el artículo 5odel capítulo II del Reglamento de la Ley N°


28236, aprobado mediante Decreto Supremo N° 007-2005-MIM-
DES, los hogares de refugio temporal, tiene como objetivos:

a) Garantizar un espacio seguro de acogida temporal brin­


dando vivienda, alimentación, vestido, protección, sopor­
te emocional así como un proyecto de recuperación per­
sonal - social a personas afectadas por la violencia familiar,
de manera específica y de acuerdo con sus características
particulares por razón de sexo, grupo etéreo y condición
físico-mental.

b) Brindar el apoyo terapéutico que promueva la autono­


mía de las personas afectadas por la violencia familiar y el
acompañamiento en la toma de decisiones y el desarrollo
de capacidades que permitan la opción por una vida sin
violencia

c) Garantizar la atención integral a personas afectadas por la


violencia en el marco de la intervención de la Red Local de
Prevención y Atención de la Violencia Familiar.

6.12. Cualquier otra medida de protección requerida para la


protección de la integridad y la vida de la víctima o sus
familiares
Otras de las medidas que se puede adoptar seria la suspen­
sión temporal de visitas al agresor.

Entendemos que visitar proviene del termino latino visitare,


que significa ir a ver a alguien a su casa. Acudir con frecuencia.

173
Johnny E. Castillo Aparicio

Ahora nos preguntamos ¿puede prohibirse dichas visitas?

Según la norma jurídica, mediante esta modalidad de medida


de protección el “juez” de familia, puede detener, lim itar o inte­
rrumpir al agresor temporalmente a efectuar toda visita a la vícti­
ma, con el fin de resguardar su integridad psicofísica y moral.

Se trata de prohibir temporalmente ai agresor de penetrar en


cualquier morada donde se encuentra la victimad174)

Esta medida se aplica en los casos en que el agresor no vive en


el domicilio de la víctima. Está orientada a evitar que se mantenga
el contacto personal entre el agresor con la víctima, además de res­
guardar su integridad psicológica e intimidación que aquel pudiera
ejercer sobre ésta.

7. VIGENCIA DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y CAUTE­


LARES
El artículo 23 de la Ley 30364, modificado por el Decreto
Legislativo N° 1386, de fecha 04-09-2020, preceptúa que “las me­
didas de protección y cautelares dictadas por el juzgado de familia
se mantiene vigentes en tanto persistan las condiciones de riesgo
de la víctima, con prescindencia de la resolución que pone fin a la
investigación, o al proceso penal por faltas”.

Es de señalar en primer lugar que las medidas de protección


y cautelares dictadas por el juzgado de familia se mantienen vigen­
tes en tanto persistan las condiciones de riesgo para la víctima, sin
importar el resultado del proceso penal. En segundo lugar, estarán

(174) Vega Rimachi, Sixto. “De la intervención del Ministerio Publico frente a
la violencia familiar” en separata del Diplomado de Derecho de familia y
violencia familiar, pp. 103.

174
Capít ul o Vil: M e d id a s d e p r o t e cció n

vigentes hasta que el juez de familia disponga su cese (cese el ries­


go o la violencia que las origino) o a solicitud de la víctima, cuando
de los informes periódicos que remitan las entidades encargadas
de su ejecución, advierta la variación de la situación de riesgo de la
víctima. Para esto, cita a las partes a la audiencia respectiva, comu­
nicando inmediatamente su decisión de sustituir, ampliar o dejar
sin efecto las medidas, así como de comunicar a las entidades en­
cargadas de su ejecución.

Las medidas de protección y cautelares tiene validez a ni­


vel nacional y se puede solicitar su cumplimiento ante cualquier
dependencia policial hasta que sean dejadas sin efecto por orden
judicial.

8. MEDIDAS DE PROTECCIÓN DEBEN SER PRECISAS NO


GENÉRICAS
El artículo 37.3 del Reglamento de la Ley 30364, aprobado
mediante Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, modificado pos­
teriormente por el Decreto Supremo N° 004-2019-MIMP, de fecha
07 de marzo del 2019, señala que: “El mandato de cese, abstención
y prohibición de ejercer violencia por sí solo no garantiza la pro­
tección de la víctima. Sin embargo, puede ser ordenado por el juz­
gado de familia como una medida adicional que debe ser cumplida
por la presunta persona agresora”.

Si el juez espera que las medidas de protección se cumplan,


estas deben ser precisas. El juez debe precisar en su resolución las
obligaciones de dar, hacer o no hacer que deberá cumplir el agresor
y motivar de manera suficiente cuales han sido las razones para ex­
pedir dichas medidas de protección. Se debe puntualizar todas las
medidas de protección que requieren no solamente los agraviados
sino también el entorno familiar.

175
Johnny E. Castillo Aparicio

En el expediente N° 5098-2017, la Segunda Sala Especializa­


da Civil de Trujillo, de la Corte Superior de Justicia de la Libertad,
consideró dentro de sus fundamentos con respecto a que el órga­
no jurisdiccional no se habría pronunciado sobre cada uno de los
pedidos de la parte solicitante, de otorgar medidas de protección
por violencia fam iliar lo siguiente: “En términos formales, po­
díamos afirmar que ante la omisión de pronunciamientos respec­
to a todos los pedidos formulados por el Centro de Emergencia
M ujer - Com isaria La Esperanza a través del escrito que obra a
folios 02 al 09, se incurriría en nulidad procesal por transgresión
al principio de congruencia al expedirse una resolución citra pe-
tita; sin embargo dichos ritualism os del derecho procesal formal
y del propio principio de congruencia, no podían ser aplicables
de forma estricta en el proceso de familia y en específico, en los
procesos de solicitud de medidas de protección por violencia fa­
miliar y violencia de la mujer que se encuentra regulado por la
Ley 30364, ya que de aplicarse la nulidad procesal a la resolución
número dos por expedirse citra petita y ordenar que expida una
nueva resolución resolviendo todos los pedidos formulados por
la denunciante, implicaría claramente dejar sin efecto las medidas
de protección dictadas en favor de los niños (...), respecto de la
violencia ejercida por la madre de estos Carmen Jakeline Sarmien­
to Zamora (aunque sea por algunos días); decisión que implicaría
una afectación mayor a los derechos y valores constitucionales
que pretenden ser protegidos por la Ley 30364 y que incluso están
reconocidas en normas internacionales que forman parte del blo­
que de constitucionalidad, como es el establecido en el artículo
3.1 de la Convención sobre los Derechos del Niño, norma que
exige que toda medida que tome el Estado, incluido el Poder Ju ­
dicial, respecto al niño debe darse en atención al Interés Superior
del Niño. La omisión formal en el ámbito procesal del Aquo al no
resolver todos los pedidos tutelares, no puede transgredir la pro­

176
C a pít u l o Vil: Medidas de protección

tección necesaria y urgente que ya se dieron a los menores antes


indicados respecto a una de las agresoras^175)

El otorgamiento de las medidas de protección como toda de­


cisión judicial, para ser aceptada como legitima debe estar debida­
mente justificada, la justificación responde al principio y derecho a
la motivación de las resoluciones judiciales, el deber de motivar las
resoluciones judiciales tiene fundamento constitucional derivado
en forma explícita del artículo 139.5 de nuestra Constitución y en
forma implícita del artículo 139.3 que proclama «la observancia del
debido proceso y la tutela jurisdiccional».

Como antecedente tenemos que con la ley anterior Ley


26260 Ley de Protección Erente a la Violencia Lamiliar, el fiscal
que dictaba como medida de protección la simple orden de “cese
de violencia” incurría en responsabilidad funcional. Esto de con­
formidad con la Directiva N° 005-2009-MP-FN del M inisterio
Público.

9. AMPLIACIÓN O MODIFICACIÓN DE LAS MEDIDAS DE


PROTECCIÓN
Señala el segundo párrafo del artículo 23 de la Ley 30364 mo­
dificado por el Decreto Legislativo N° 1386 de fecha 04-09-2018
que: “Estas medidas pueden ser sustituidas, ampliadas o dejadas
sin efecto por el juzgado de familia cuando, de los informes perió­
dicos que remitan las entidades encargadas de su ejecución, advier­
ta la variación de la situación de riesgo de la víctima, o a solicitud
de esta última. En tales casos, el juzgado de familia cita a las partes
a la audiencia respectiva”.

(175) Apelación, Exp. N° 5098-2017, Segunda Sala Especializada Civil de Tru-


jillo de la Corte Superior de Justicia de la Libertad, f. j. 4.6.4, s/n pp.

177
Johnny E. Castillo Aparicio

A sim ism o, el artículo 41 del Reglamento de la ley N°


30364, modificado por el Decreto Supremo N° 004-2019-M IM P
de fecha 07-03-2019, preceptúa que: “Los juzgado de fam ilia que
em itieron o ratificaron las medidas de protección o cautelares,
de oficio o a solicitud de parte, pueden sustituirlas, ampliarlas o
dejarlas sin efecto”.

Las medidas de protección pueden ser modificadas de oficio


o a pedido de parte cuando se produzcan hechos nuevos, si se alte­
ran las circunstancias que motivaron la decisión o aquellas no sean
suficientes para garantizar la seguridad o bienestar de la víctima o
ante el incumplimiento de las medidas de protección inicialmente
dictadas.

M anifiesta Diego O rtiz, que la materia familiar es fluida y


cambiante, por lo que el transcurso del tiempo influye sobre las
bondades de las decisiones cautelares familiares. Se ha dicho, con
razón que las resoluciones cautelares familiares estarían sujetas a
una suerte de clausula rebuc sic stantibus que determina que deba
considerarse que tales decisiones no causan estado y que pueden
mutar varias veces como fuere necesario.

Las historias donde se relatan hechos violentos van cambian­


do diariamente, como por ejemplo un hombre golpea a su espo­
sa desde hace varios meses pero dado un suceso determinado co­
mienza a golpear a uno de los hijos menores de edad, lo que lleva
pedir, una ampliación de la medida de prohibición de acercamiento
al hijo.

Las leyes civiles de protección mencionan la am plitud que


tiene el juez de m odificar y ampliar las medidas dado las aristas
particulares que revisten la temática. Sin embargo cabe decir que
para que se amplié una medida debe haber un fundamento. Sería
excesivo que el juez de oficio amplié una medida sin fundamento

178
Ca pít ul o Vil: M e d id a s de p r o t e cció n

alguno. Para plantear un ejemplo podría ser un caso en donde la


victim a denuncia hechos de violencia y había un nivel de riesgo
medio evaluado por los profesionales, ciertos hechos como por­
tación de arma y amenazas coactivas que lleven inevitablemente
al juez a que amplié la medida. La agresividad de los hechos nue­
vos que se suscitaron y el aumento del nivel de riesgo, permite
claramente que el juez amplié la medida, ya que dejarla como
estaba anteriorm ente es una protección débil desde el punto de
vista legal.(176)

10. APELACIÓN DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y


CAUTELARES
La resolución que se pronuncia sobre las medidas de protec­
ción o cautelares puede ser apelada en la audiencia o dentro de los
tres (3) días siguientes de haber sido notificada.

En los casos que las víctimas sean niñas, niños o adolescen­


tes, los servicios de asistencia jurídica gratuita y defensa publica
en tanto se encuentren apersonados, así como la fiscalía de fami­
lia o mixta pueden interponer recurso de apelación, tomando en
cuenta su opinión conforme el artículo 9 del Código de los Niños
y Adolescentes.

En el caso de las medidas de protección dictadas por el juz­


gado penal que incoa proceso inmediato, solo procede el recurso
de apelación contra la resolución de ratificación, ampliación o va­
riación que emite el juzgado de familia.

(176) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 295, 296.

179
Johnny E. Castillo Aparicio

La apelación se concede sin efecto suspensivos en un plazo


máximo de tres (3) días contados desde su presentación.
Dentro del tercer día de notificada la resolución que concede
la apelación, más el término de la distancia cuando corresponda, la
otra parte puede adherirse y, de considerarlo necesario, solicitar al
juzgado de familia, agregar al cuaderno de apelación los actuados
que estime convenientes. En la notificación del concesorio dirigi­
do a la víctima se informa de los servicios de asistencia gratuita y
defensa pública.
Concedida la apelación, el cuaderno se eleva a la sala de fami­
lia en un plazo no mayor de tres (3) días, en los casos de riesgo leve
o moderado, y en un plazo no m ayor de un (1) día, en los casos de
riesgo severo, bajo responsabilidad.
Al recibir el cuaderno de apelación, la sala de familia, en caso
de que las víctimas no cuenten con patrocinio jurídico, lo comu­
nica de inmediato a los servicios de asistencia jurídica gratuita y
defensa publica de la víctima, los cuales actúan conforme al inciso
b del artículo 10 de la Ley N° 30364 bajo responsabilidad, a través
de documento, facsímil, teléfono, correo electrónico o cualquier
otro medio de comunicación.
La Sala de Familia remite los actuados a la fiscalía superior de
familia, a fin de que emita su dictamen en un plazo no mayor de
cinco (5) días.
La Sala de Familia señala fecha y hora para la vista de la cau­
sa, que debe realizarse en un plazo no mayor a tres (3) días de
recibido el cuaderno, y comunica a las partes que los autos están
expeditos para ser resueltos dentro de los tres (3) días siguientes a
la vista de la causa.
En caso se considere que las medidas de protección y cautela­
res son insuficientes para salvaguardar la integridad física, psicoló­

180
Ca pít u l o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cció n

gica y sexual de la víctima, o la de su familia, la Sala Superior puede


integrar en la resolución apelada las medidas que sean necesarias.

La Sala Superior orienta su actuación a la resolución del proce­


so especial, evitando que se dilate el proceso y deje en indefensión a
la víctima. N o procede la nulidad de la resolución apelada por forma­
lismos procesales que pueden ser subsanados en segunda instancia.

11. INCUMPLIMIENTO DE LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN


Diego Ortiz, señala que teniendo en consideración la obliga­
ción internacional de actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer (conforme el
art. 7.b de la Convención de Belém do Pará), el Poder Judicial no
puede permanecer ajeno frente al supuesto incumplimiento de sus
órdenes y medidas que justamente tienen como finalidad la pre­
vención de nuevos episodios de violencia hacia las mujeres, como
es el caso de las medidas cautelares. En otras palabras, la adminis­
tración de justicia, se ve seriamente afectada cuando sus decisiones
son incumplidas, porque de ese modo se acrecienta la tolerancia de
este tipo de prácticas que deben der erradicadas, por ser además
de delictivas-violatorias de derechos humanos, con la consecuente
responsabilidad internacional que ello implica/177)

Graciela Medina e Ignacio Gonzáles Magaña, declaran que


sin dudas el cumplimiento de las medidas de protección dictadas
en el marco de un proceso de violencia doméstica es una de las
mayores complejidades que presenta la problemática referida/178)

(177) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 427.

(178) Medina, Graciela, González Magaña, Ignacio y Gabriela Yuba. Violencia


de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, pp. 361.

181
Johnny E. Castillo Aparicio

Silvia García de Ghiglino y María A. Acquaviva, expresan


en cuanto al incumplimiento de las medidas cautelares de la Ley
24.417 de Protección contra la Violencia Familiar que no prevé
sanciones, no obstante, en la mayoría de las resoluciones los ma­
gistrados hacen saber al denunciado que, en caso de no cumplir
con las mismas, se derivarán copias de las actuaciones a la justicia
penal por la posible comisión del delito de desobediencia a una
orden judicial/179)

Señala el artículo 24° de la Ley 30364, Ley Para Prevenir, San­


cionar y Erradicar la Violencia Contra la M ujer y los Integrantes
del Grupo Familiar que: “El que desobedece, incumple o resiste
una medida de protección dictada en un proceso originado por he­
chos que configuran actos de violencia contra las mujeres o contra
integrantes del grupo familiar, comete el delito de resistencia o
desobediencia a la autoridad previsto en el Código Penal”.

Asimismo, también se encuentra establecido en el artículo 6o


inciso 7 de la Ley N° 29824 Ley de Justicia de Paz donde se indica
que dentro de las facultades que tiene los Jueces de Paz es la de: “De­
nunciar por delito de resistencia a la autoridad, previo requerimiento,
a toda persona que persista en incumplir las medidas urgentes y de
protección en materia de violencia familiar dictadas por su despacho”.

12. DESOBEDIENCIA O RESISTENCIA A UNA MEDIDA DE


PROTECCIÓN
El tercer párrafo del artículo 368° del Código Penal establece
que: “Cuando se desobedece o resiste una medida de protección
dictada en un proceso originado por hechos que configuran vio­

(179) Gracia de Ghiglino, Silvia y María Alejandra Aquaviva. Protección C on­


tra la Violencia Familiar, pp. 173, 174.

182
Capít u l o Vil: M e d i d a s d e p r o t e cció n

lencia contra las mujeres o contra integrantes del grupo familiar


será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni
mayor de ocho años”.

12.1. La conducta de desobediencia


Según la RAE, “obedecer” significa: “Cumplir la voluntad de
quien manda”. En ese sentido, en términos de Salinas Siccha: “el
agente dolosamente se revela, insubordina o desobedece la orden
impartida por funcionario público en el ejercicio normal de sus
atribuciones, por lo cual se dispone que realice una conducta o
debe de hacer determinada conducta. (18°)
La conducta de desobediencia consiste en no acatar o in­
cumplir lo ordenado previamente. Aquí, la orden recae en el des­
tinatario, estando su cumplimiento pendiente a la conducta de
éste, pero que al final será una negativa abierta a desobedecer o
cumplir, ergo (por tanto) cualquier acto ejercido que se ajuste a
ese sentido podría configurar desobediencia. Además, esta nega­
tiva abierta a cumplir debe ejercerse de forma manifiesta, hostil,
clara y terminante (...)/ 180181)
La desobediencia es la rebeldía u oposición abierta, hostil y
maliciosa, acompañada de actos de contradicción, decidida y resuel­
ta al cumplimiento de un mandato u orden en curso de ejecución,
expreso y personal de la autoridad en ejercicio de sus funciones/182)

(180) Arismendiz Amaya, Eliu. Manual de delitos contra la administración


pública. Cuestiones sustanciales y procesales, pp. 186

(181) García Navarro, Edward. Lecciones de derecho penal parte especial,


pp. 448.

(182) Reátegui Sánchez, James. Delitos contra la administración pública en el


Código Penal, pp. 159.

183
Johnny E. Castillo Aparicio

12.2. La conducta de resistencia


La RAE indica que el verbo “resistir” consiste en “repugnar”,
contrariar, rechazar, contradecir. Dicho de una persona, oponerse
con fuerza a algo”; siendo así tenemos que el agente delictivo se
opone abiertamente al cumplimiento de la orden legal, para lo cual
despliega conductas con tal find183)

Para García Navarro, la conducta de resistencia, supone im ­


pedir o trabar el cumplimiento de la orden emitida. Es la oposición
o rechazo abierto frente a actos ejecutivos funcionariales. Nuestro
texto penal acoge genéricamente la expresión “resiste” que puede
ser interpretada en forma relativa, en el sentido de que interrumpe
u obstaculice el cumplimiento de la orden sin llegar a su fracaso
(trabar), o de manera absoluta logrando que la orden no se concre­
te o no se llegue a cumplir (impedir) d184)

12.3. Incumplimiento de medidas de protección


En este contexto, enmarcado en el tema del que estamos tra­
tando, la conducta renuente del agresor, para acatar las medidas
de protección dictada (ordenadas por el juzgado de familia) en un
proceso originado por hechos que configuran violencia contra las
mujeres o contra integrantes del grupo familiar, será denunciado
por el delito de resistencia o desobediencia a la autoridad. Es decir,
el agresor que desobedece, incumple, resiste, impida u obstaculi­
ce una medida de protección decretada, será denunciado ante la
Fiscalía Penal por el delito de desobediencia o resistencia a la au­

(183) Arismendiz Amaya, Eliu. Manual de delitos contra la administración


pública. Cuestiones sustanciales y procesales, pp. 186.

(184) García Navarro, Edward. Lecciones de derecho penal parte especial,


pp. 440.

184
Ca pít u l o Vil: M e d id a s d e p r o t e cció n

toridad en la modalidad de desobedecer o resistirse a cumplir una


mediad de protección.
En esa misma línea, Diego O. Ortiz, sostiene que la desobe­
diencia a las órdenes de restricción dictadas por los órganos judi­
ciales en casos de violencia familiar y bajo dicha normativa espe­
cífica, claramente encuadran dentro de la figura penal bajo análisis
(delito de desobediencia a la autoridad art. 239, CP) y es que, nos
encontramos frente a un destinatario determinado a quien la auto­
ridad pública competente le notificó una prohibición y su incum­
plimiento lesiona el bien jurídico protegido; esto es, el compromi­
so expresamente asumido por la administración de justicia, como
parte del Estado, para erradicar y sancionar los hechos de violencia
intra familiar; máxime cuando estas órdenes son impartidas con el
fin de hacer cesar conductas que denuncian violencia y para preve­
nir o evitar que las mismas se reiteren poniendo en peligro, la vida,
la salud o la integridad psicofísica de la víctima/185)
De esta manera la agravante establecida en el tercer párrafo, rela­
tivo a la desobediencia de una medida de protección, trata de desvalo­
rar en mayor medida la conducta del sujeto activo, pues no se trataría
de la desobediencia de cualquier orden, sino que es una emitida por
un juez de familia en el contexto de agresiones a mujeres o integrantes
del grupo familiar, quienes, obviamente, por su grado de vulnerabili­
dad, requerirán de mayor protección. En otras palabras, la agravación
mencionada anteriormente desvalora en mayor grado la conducta, por
ende, la sanción mayor, en atención a que con ello se lograría aminorar
el carácter vulnerable de los sujetos pasivos mencionados, el mismo
que es consustancial al tipo de sociedad vigente/186)

(185) O rtiz, O. Diego, Medidas cautelares en violencia familiar, pp. 436, 437.

(186) M endoza Yana, Daniel. “La agravante del artículo 122-B del Código
Penal por incumplimiento de medidas de protección y el delito de des-

185
Johnny E. Castillo Aparicio

12.3.1 Procedimiento de la Policía Nacional ante el incum­


plimiento de medidas de protección

Señala la “Guía de Procedimientos para la intervención de


la Policía Nacional en el marco de la Ley 30364, Ley para pre­
venir sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, y su reglamento”, aprobado por
Resolución de la Comandancia General de la Policía Nacional N°
170-2020-CG-PNP/EMG de fecha 17-06-2020, que ante un caso
de incumplimiento de medidas de protección de parte de la per­
sona agresora, el personal policial procede de la siguiente manera:

a. Si el hecho ha sido cometido en flagrancia, el efectivo poli­


cial debe constituirse de inmediato al lugar de los hechos,
prestar auxilio a la víctima y proceder a la detención de la
persona agresora, además de:

- Registrar la denuncia en el SIDPOL.

- Realizar las diligencias preliminares y poner en conoci­


miento la detención a la fiscalía penal de turno.

- Comunicar al juzgado de familia o su equivalente que


dictó las medidas de protección, así como al fiscal penal
de turno.

b. Si el hecho de incumplimiento no constituye flagrancia,


el personal policial lo registra en el SIDPOL y comuni­
ca inmediatamente al juzgado de familia o su equivalente,
para las acciones de su competencia, de conformidad con
el artículo 16 de la Ley 30364.

obediencia a la autoridad”, en Gaceta penal y procesal penal, Tomo


123, pp. 36.

186
Ca pít u l o Vil: M e d id a s d e p r o t e cció n

Asimismo, pone a disposición a la persona agresora al De­


partamento de Investigación Crim inal competente, en condición
de intervenida por la presunta comisión del delito de desobedien­
cia y resistencia a la autoridad. El Departamento de Investigación
Criminal coordina directamente con la fiscalía penal de turno la
notificación de las medidas de protección que efectuó el juzgado
de familia a la persona agresora o la comunicación que realizó la
PNP a la persona agresora, y actúa en el ámbito de sus competen­
cias de conformidad con el artículo 41.5 del Reglamento de la Ley
N° 30364 y el punto 6.3.8. de la presente guía.

13. MEDIDAS DE PROTECCIÓN DURANTE LA EMERGENCIA


SANITARIA COVID-19
Para responder a casos de violencia contra mujeres e inte­
grantes del grupo familiar ocurridos durante la emergencia sanita­
ria declarada por el Covid-19, se aprobó el Decreto Legislativo N°
1470 publicado en el Diario Oficial El Peruano el 27-04-2020. Esta
norma dispone, entre otros, lo siguiente:

- Todos los casos deben ser atendidos inmediatamente,


cualquiera sea el nivel de riesgo. La ficha de valoración de
riesgo solo se completa cuando sea posible.

- Se prescinde de la audiencia.

- El juzgado de familia dicta en el acto las medidas de pro­


tección y/o cautelares, para tal fin hace uso de recursos
tecnológicos que permitan la comunicación inmediata con
la víctima.

- El juez/a dicta la medida de protección y/o cautelares con


la información que tenga disponible, no siendo necesario
contar con la ficha de valoración del riesgo, informe psi­

187
Johnny E. Castillo Aparicio

cológico u otro documento que por la inmediatez no sea


posible obtener.

El juez/a debe dictar una medida de protección efectiva.


Esta no puede ser ordenar la “prohibición o cese de la vio­
lencia”. Debe priorizar aquellas medidas que eviten el con­
tacto con la persona agresora, privilegiando el retiro de la
persona denunciada del domicilio.

Si no es posible el retiro de la persona agresora y, no tu­


vieras a dónde ir, el juez/a coordinará con las instituciones
correspondientes para su acogida en un refugio temporal
o albergue adecuado.

Las medidas de protección que se otorguen deberán ser


ejecutadas inmediatamente por la Policía Nacional del
Perú, independientemente del nivel de riesgo.

Se dispone que la atención de casos de violencia contra


las mujeres y los integrantes del grupo familiar, desde que
se produce la denuncia hasta que se dicta las medidas de
protección, no puede exceder el plazo de 24 horas.

188
CAPITULO
Medidas cautelares
1. DEFINICIÓN DE MEDIDA CAUTELAR
La medida cautelar es un instituto jurídico por medio del cual
se garantiza la efectividad de la sentencia a dictarse en un proceso
frente a los riesgos derivados de la demora del mismo. Para ello,
el órgano jurisdiccional que conoce el proceso cuya decisión se
requiere garantizar (proceso principal), luego de evaluar si se pre­
sentan los presupuestos exigidos por la ley, dicta una resolución,
a pedido de parte, que dispone el otorgamiento de una medida
adecuada para poder garantizar la eficacia de la sentencia (medida
cautelar) d187)

M onroy Gálvez conceptúa a la medida cautelar del siguien­


te modo: “Es un instrumento procesal a través del cual el órgano
jurisdiccional, a petición de parte, adelanta ciertos efectos o todos
de un fallo definitivo o el aseguramiento de una prueba, al admitir
la existencia de una apariencia de derecho y el peligro que puede
significar la demora producida por la espera del fallo definitivo o la
actuación de una pruebad188)

Ledesma Narváez, expresa que la medida cautelar es un ins­


tituto procesal mediante el cual se busca proteger y garantizar el
resultado de un proceso judicial iniciado o por iniciarse, a fin de

(187) Priori Posada, Giovanni. La tutela cautelar. Su configuración como dere­


cho fundamental, pp. 36.

(188) Martínez Letona, Pedro. La teoría cautelar y tutela anticipada, pp. 38.

191
Johnny E. Castillo Aparicio

evitar que el derecho de fondo controvertido, siendo verosímil, se


convierta en iluso en satisfacción, debido al inevitable transcurso
del tiempo hasta que se expida el fallo favorable al sujeto que in­
terviene como demandante del proceso, en el cual se discute dicho
derecho de fondo, para lo cual nuestra normativa procesal en su
artículo seiscientos once y la doctrina de la Teoría del Proceso,
establece ciertos requisitos comunes (o regulares) de toda cautela,
esto es: la apariencia del derecho invocado o fummus bonis iu-
ris, un real peligro de irreparabilidad en la demora o periculum in
mora, y, el ofrecimiento de contracautela idónea para asegurar al
afectado con la decisión urgente los daños que pueda ocasionarle
su ejecución, y además, la apreciación de que lo pedido resulta ade­
cuado para garantizar la eficacia de la pretensión, lo que constituye
técnicamente un cuarto requisito (Apelación N° 1300-2007, Sala
C ivil Transitoria de la Corte Superior de Lima/189)

Peláez Bardales señala: “si queremos esbozar un concepto


directo y claro podemos afirmar que la medida cautelar es un ins­
trumento procesal que puede plantearse antes o dentro de un pro­
ceso ya iniciado, con la finalidad de asegurar preliminar y preven­
tivamente la eficacia de la sentencia, a fin de proteger el derecho
del accionante o actor, que por fundadas razones puede suponer
válidamente que su pretensión o el derecho que invoca se encuen­
tre en peligro ante el demandado, quien, en tanto dure el proceso,
puede disponer, para eludir su propia obligación, de los bienes que
finalmente pueden garantizar la pretensión/190)

Rojas Bernal, declara que es aquella providencia judicial que


tiene por finalidad asegurar la eficacia de una resolución judicial

(189) Ledesma Narváez, Marianella. La tutela cautelar y de ejecución. Medidas


cautelares, Tomo I, pp. 37.

(190) Peláez Bardales, Mariano. Medidas cautelares en el proceso civil, pp. 11.

192
Ca pít u l o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

principal, cuando existe peligro en la demora y apariencia de buen


derecho.

Su función, por lo tanto, es eminentemente aseguradora o


preventiva, permitiendo así que la administración de justicia cum­
pla a cabalidad los objetivos que tiene constitucionalmente traza­
dos, a la vez que protegiendo los derechos fundamentales concer­
nidos en la resolución judicial principal/191)

2. MEDIDAS CAUTELARES EN EL PROCESO DE LA LEY 30364


Señala el artículo 22-B de la Ley N° 30364, Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y los integrantes
del grupo familiar, modificado por la Ley N° 30862 del 25-10-202,
que: “De oficio o a solicitud de la víctima, el juzgado de familia,
en la audiencia oral, se pronuncia sobre las medidas cautelares que
resguardan pretensiones de alimentos, regímenes de visitas, tenen­
cia, suspensión de la patria potestad, acogimiento familiar, dispo­
sición de bienes y otros aspectos conexos que sean necesarios para
garantizar el bienestar de las víctimas, las personas dependientes o
en situación de vulnerabilidad a cargo de la víctima”.

Explica, El Movimiento Manuela Ramos, el que la derivación


se haga a un juzgado de familia tiene dos ventajas ligadas entre sí.
La primera es que, al ser un órgano jurisdiccional el que interviene,
no está en duda su posibilidad de dictar mandatos coercitivos pro­
pios de las medidas de protección; durante la vigencia de la legisla­
ción previa existió gran polémica sobre este punto pues esa facul­
tad recaía en las fiscalías de familia. La segunda es que, por tratarse
de un órgano jurisdiccional, puede pronunciarse también sobre

(191) Rojas Bernal, José Miguel. Medidas cautelares y ejecución de sentencias


constitucionales, pp. 37.

193
Johnny E. Castillo Aparicio

otros aspectos conexos importantes en una situación de violencia


como los mandatos de Derecho de Familia: alimentos, tenencia,
régimen de visita, etc., que, en el esquema anterior, se presentaban
cuando la denuncia llegaba a los juzgados de familia muchos meses
después de que se interponía la denuncia inicial/192)

3. ALIMENTOS
Para A guilar Cornelio es “la obligación que tienen los padres
deprender a la subsistencia de su progenie; es el deber moral y jurí­
dico más importante que tiene los padres frente a sus descendien­
tes que no termina tan solo con la provisión de elementos mate­
riales necesarios para su supervivencia, sino que, se hace extensivo
a su formación integral; hasta que estén debidamente capacitados
para subvenir decorosamente a su propia subsistencia”/193)

Complementando lo señalado nos dice Varsi Rospligliosi,


que los alimentos comprenden jurídicamente todo aquello que
permite el sustento y sobrevivencia del ser y que no se circunscri­
be exclusivamente al aspecto comestible, comida no es lo único.
Para lograr estos objetivos se debe procurar otorgar los mayores
recursos disponibles, es decir, una amplia base de cálculo para su
fijación/194)

(192) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 29.

(193) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Derecho fami­


liar patrimonial. Relaciones económicas, e instituciones supletorias y de
amparo familiar, Tomo III, pp. 420.

(194) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Tomo III,


pp. 420.

194
Ca pít ul o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

Entonces, debemos entender por alimentos todo lo necesa­


rio para atender la subsistencia, es decir, aquello que es indispensa­
ble para lograr el desarrollo integral del niño, niña o adolescente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los alimentos no solo es
la comida propiamente dicha, como es mal entendido por algunos
deudores alimentarios, sino que va mucho más allá.

Tengamos en cuenta que los alimentos tienen una connota­


ción m uy amplia, pues abarca tanto lo fisiológico, psicológico, y
moral o espiritual. La educación, por ejemplo, ayudara para que
el hijo se desarrolle como persona y forma parte del concepto
“alimentos”.^ 95)

Es así, que no debemos olvidar que los alimentos deben cu­


brir lo necesario para el sustento, habitación, vestido, asistencia
médica y, tratándose de menores, su educación y recreación; en
consecuencia, no se mal entienda que cuando se trate el problema
de los alimentos, estos no deben reducirse solo a lo necesario para
el sustento del acreedor. (1%)

Siendo los alimentos un derecho fundamental no podemos


dejar de mencionar lo establecido en nuestra Constitución Política
del Estado, la cual señala en su artículo 6 que es deber y derecho de
los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos; asimismo,
que todos los hijos tienen iguales deberes y derechos. A través
de esta norma constitucional podemos apreciar que la obligación 1956

(195) C ortez Pérez Cesar y Alvin, Quiroz Frías. “Derecho fundamental a los
alimentos: En nombre del padre y por derecho del hijo” en Patria potes­
tad, tenencia y alimentos, pp. 162.

(196) C ortez Pérez Cesar y Alvin, Quiroz Frías. “Derecho fundamental a los
alimentos: En nombre del padre y por derecho del hijo” en Patria potes­
tad, tenencia y alimentos, pp. 164.

195
Johnny E. Castillo Aparicio

alimentaria de los padres, es de primer orden para con sus hijos,


por lo cual no se puede poner en peligro la subsistencia de un me­
nor ante una duda, ya que los alimentos es un derecho indisponible
para el menor. Con ello nos queda claro que por intermedio de los
alimentos, se van a llegar a cubrir lo necesario para el sustento,
habitación, vestido, asistencia médica y tratándose de menores su
educación y recreación/197)

El artículo 472 del Código Civil contempla la definición de


alimentos, al señalar que:

- Se entiende por alimentos lo que es indispensable para el


sustento, habitación, vestido y asistencia médica, según la
situación y posibilidades de la familia.

- Cuando el alimentista es menor de edad, los alimentos


comprenden también educación, instrucción y capacita­
ción para el trabajo.

De acuerdo a lo normado en el artículo 92 del Código de


los Niños y Adolescentes Ley N° 27337, se considera alimentos
lo necesario para el sustento, habitación, vestido, educación, ins­
trucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica y psico­
lógica y recreación del niño o del adolescente. También los gastos
del embarazo de la madre desde la concepción hasta la etapa de
postparto/198)

Los alimentos están compuestos de dos elementos:

(197) C ortez Pérez Cesar y Alvin, Q uiroz Frías. “Derecho fundamental a los
alimentos: En nombre del padre y por derecho del hijo” en Patria potes­
tad, tenencia y alimentos, pp. 166.

(198) Artículo modificado por el A rt. 1 de la Ley N° 30292, publicada el 28-


12-2014.

196
Ca pít ul o VIII: M e d i d a s ca u t e la r e s

1. El elemento personal: que lo constituyen los sujetos que


componen esta institución, que son; el alimentista, el
acreedor alimentario, la persona beneficiada con los ali­
mentos, el titular del derecho alimentario; y el alimentan­
te, el deudor alimentario, la persona obligada al pago de
los alimentos, el titular de la obligación alimentaria.

2. El elemento material: lo constituye la cuota, pago, pensión


alimenticia que el alimentante cumple con el alimentista.

La obligación alimentaria puede ser cumplida de dos formas


diferentes: a partir de la entrega de una cantidad de dinero (presta­
ción de dinero) o satisfaciendo directamente las necesidades, me­
diante la satisfacción de los alimentos en sus mismos productos
(prestación in specie o in natura) d1")

3.1 Alimentos en contexto de violencia familiar


Sostiene Diego, O rtiz que cuando la víctima, (entiéndase
mujer o niño, niña o adolescente), interpone una denuncia por
violencia familiar, por haber sido maltratada física y/o emocio­
nalmente, se tiende a proteger su integridad física y psíquica por
medio de las medidas cautelares establecidas en las leyes de protec­
ción contra la violencia familiar. De alguna manera, una forma de
protección es asegurar su subsistencia por medio de un dinero en
concepto de cuota alimentaria.

Es así, que una de las medidas cautelares que postulan las


leyes de protección, es la fijación de una cuota de alimentos provi­
sorios. M edida de gran relevancia porque tiende así sea de manera 19

(199) Canales Torres, Claudia. Criterios en la determinación de la pensión de


alimentos en la jurisprudencia, pp. 8.

197
Johnny E. Castillo Aparicio

provisoria a cubrir necesidades básicas fundamentales en este par­


ticular contexto.
Asimismo, adiciona que destaca la importancia de garantizar
esta medida debido que muchas veces la imposibilidad de obtener
sustento económico funciona como un valladar para qué la mujer
interponga la denuncia de violencia, tolerando maltratos y abusos
en el seno del hogar, priorizando los alimentos de sus hijos antes
que su bienestar físico y emocional.
En el marco de una situación de violencia familiar en que uno
de los padres es excluido del hogar, el deber alimentario subsiste, sino
estaríamos confirmando que un hecho de violencia familiar paraliza
las obligaciones alimentarias de los padres con respecto a sus hijos.(20°)
Rodas Vela, expresa que entre las medidas cautelares que pue­
de dictar el juez de familia o el que haga sus veces en un proceso
de violencia familiar o contra la mujer como tal, ya sea a solicitud
de parte o de oficio, es el que pretende resguardar los alimentos,
siempre y cuando dicha medida cautelar de prestación de alimen­
tos provisoriamente, tenga relación directa con los actos de vio­
lencia denunciados en el presente proceso y pretende garantizar el
bienestar de la víctima, para tal efecto debe cumplir con los presu­
puestos establecidos en el artículo 611 del Código Procesal Civil,
el artículo 22-B de la Ley 30364, modificado por el Decreto Legis­
lativo N° 1386 (posteriormente modificado por Ley N° 30862) y
el artículo 39 del Reglamento (posteriormente modificado por el
Decreto Supremo N° 004-2019-M IM P)d20201^

(200) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 404, 405.

(201) Rodas Vela, Paul. Violencia contra las mujeres y los integrantes del gru­
po familiar. Ley N° 30364 y reglamento D.S N° 009-2016-MIMP, co­
mentada, pp. 44, 45.

198
Ca pít ul o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

Considera M eztanza García, que cuando las víctimas de vio­


lencia contra la mujer o contra los integrantes del grupo familiar
soliciten, (...) las medidas cautelares que resguarden sus preten­
siones de alimentos, régimen de visitas, tenencia, suspensión o ex­
tinción de la patria potestad o liquidación de régimen patrimonial,
es necesario que presenten en la audiencia oral las correspondien­
tes partidas de nacimiento o de matrimonio, que permitan evaluar
al juzgador la verosim ilitud del derecho invocado.

Esto es, si bien la nueva ley ha establecido la posibilidad de


que la víctima pueda solicitar en la audiencia oral las medidas cau­
telares que resguardan las aludidas pretensiones, su otorgamiento
se encuentra supeditado a que se reúnan los requisitos estableci­
dos por el artículo 176 del Código de los Niños y Adolescentes,
norma que, a su vez, nos remite a lo establecido en el Titulo Cuar­
to de la Sección Q uinta del Libro Primero del Código Procesal
Civil.

Por lo tanto, para el otorgamiento de las medidas cautelares


de alimentos, tenencia, y demás, antes precisadas, el juez deberá
tener en consideración los requisitos establecidos en el artículo
176 del Código de los Niños y Adolescentes y en el artículo 611
del Código Procesal Civil; en tal sentido, consideramos que será
necesario que la denunciante presente en la audiencia oral las co­
rrespondientes copias de las partidas de nacimiento y de matrimo­
nio, así como los demás elementos probatorios que acrediten la
verosim ilitud de su derecho.

Es insuficiente la mera solicitud de adopción de las medidas


cautelares de alimentos, tenencia y demás precisadas por parte de
la víctima para que el juez pueda concederlas. Necesariamente, la
victima deberá acompañarlas con elementos probatorios que acre­
diten su derecho, el peligro en la demora y la razonabilidad de su

199
Johnny E. Castillo Aparicio

adopción, específicamente, las partidas de nacimiento y de m atri­


monio correspondientes/202)

Cabe mencionar como precedente judicial vinculante, el


numeral 1 de la Casación N° 4664-2010-Puno, del Tercer Pleno
Casatorio de la Corte Suprema, donde se establece que: “En los
procesos de familia, como en los de alim entos, divorcio, violencia
familiar, los jueces tienen obligaciones y facultades tuitivas y se
flexibiliza los principios y normas procesales sobre iniciativa de
parte, congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión, acumu­
lación de pretensiones, entre otros, en razón de las responsabilida­
des constitucionales sobre protección de familia Sin embargo,
al haberse derogado la Ley 26260 Ley de Protección Frente a la
Violencia Familiar, conforme a la Segunda Disposición Com ple­
mentaria Derogatoria de la Ley N° 30364, toda referencia a los
procesos de violencia familiar debe entenderse ahora a los pro­
cesos de tutela frente a la violencia contra las mujeres y los inte­
grantes del grupo familiar; por lo tanto, las reglas vinculantes de
la Casación N° 4664-2010-Puno, son de aplicación sistemática al
nuevo proceso de tutela vigente.

4. REGÍMENES DE VISITAS
Como consecuencia de la residencia en diferentes domicilios
de padres e hijos, se debe establecer un régimen de visitas a los
fines de proveer el contacto con el progenitor no conviviente/203)

(202) Mestanza García, Gerardo: “Criterios de aplicación de la nueva ley de


prevención, sanción y erradicación de la violencia contra la mujer” en
Gaceta penal y procesal penal. Tomo 80, pp. 201, 202.

(203) Jara S. Rebeca y Yolanda Gallegos. Manual de derecho de familia,


pp. 440.

200
Ca pít u l o VIII: M e d i d a s ca ut e l a r e s

Es así, que el régimen de visitas forma parte del Derecho de


relación. Es el derecho que permite el contacto y comunicación
perm anente entre padres e hijos, logrando el desarrollo afecti­
vo, emocional y físico, así como la consolidación de la relación
paterno-filial. Jurídicam ente, visitar implica estar, compartir, su­
pervisar, responsabilizarse; por lo tanto, resulta más conveniente
referirnos, de manera integral, al régimen de comunicación y de
visita.

Es una relación jurídica familiar básica que se identifica


como un derecho-deber a tener una adecuada comunicación en­
tre padres e hijos (y viceversa) cuando no existe entre ellos una
cohabitación permanente. Como derecho fam iliar subjetivo re­
conoce, en este orden de ideas, el derecho del progenitor que
no vive con su hijo a estar con él así como, recíprocamente, el
derecho del hijo de relacionarse con su padre a quien no ve co­
tidianam ente. En otras palabras, no es una facultad exclusiva del
progenitor, sino que es una facultad indispensable del hijo para
su desarrollo integral^204)

Bossert; y Zannoni nos dicen que: “Si bien (...) es un están­


dar aceptado por los jueces que, tratándose del régimen de visitas
conferido al progenitor que no tiene la guarda del hijo menor, tal
régimen implica el derecho de retirar a éste del domicilio en que
vive, (...) dependerá de las circunstancias de cada caso el otorgar
tal derecho o disponer que los parientes mencionados (...) se li­
miten a visitar al menor (...) en su domicilio; el juez tendrá en
cuenta, para ello, la edad de éste, su estado de salud, las horas que

(204) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Derecho fami­


liar patrimonial. Relaciones económicas, e instituciones supletorias y de
amparo familiar, Tomo III, pp. 311.

201
Johnny E. Castillo Aparicio

dedica al estudio o al esparcimiento, las características del vínculo


con el pariente, etcétera”.^05)

Asimismo Suarez Franco manifiesta que: “Para regular la vi­


sita el juez deberá, ante todo, velar por el interés del menor. Es
evidente que el visitante goza del derecho de visitar a su hijo pero
no es menos cierto que con la visita procura atender una necesi­
dad del menor cual es el estar con su padre o madre para obtener
a la postre su completa formación. Si la visita ocasiona trastornos
serios a la salud mental o física del hijo tendrá que distanciarse
en el tiempo o tomarse medidas complementarias para proteger al
menor. Ahora bien, si el comportamiento del padre o madre, que
realiza la visita, conlleva graves traumatismos a la estabilidad física
o emocional del hijo, como pueden ser enfermedades infecto-con-
tagiosas o físicas podrán suprimirse temporal o definitivamente.

Pero la visita (...) no puede impedir la comunicación escrita


o por teléfono con el hijo, mientras tal derecho se ejerza racio­
nalmente; si se abusa de él podrá ser regulada judicialmente. La
visita (...) se suele practicar fuera de la residencia de quien ejerce
la custodia, lo que evita enfrentamientos y fricciones entre los pa­
dres”.^06)

Este derecho de visitas o derecho al trato admite dos modali­


dades: un régimen abierto y un régimen restringido. En el régimen
abierto, que es para la generalidad de los casos, el padre o la ma­
dre tienen derecho a retirar al hijo del lugar donde vive y tenerlos
consigo por lo menos un día de descanso a la semana, el día de su

(205) Jara S. Rebeca y Yolanda Gallegos. Manual de derecho de familia,


pp. 441.
(206) Jara S. Rebeca y Yolanda Gallegos. Manual de derecho de familia,
pp. 442.

202
Ca pít ul o VIII: M e d i d a s ca u t e la r e s

onomástico, el día del padre o de la madre según el caso, uno de


los días de navidad o año nuevo y además un periodo adicional de
vacaciones escolares, a fin de que la comunicación se desarrolle
en un ambiente de privacidad, afecto y confianza y sobre todo sin
interferencias o tensiones innecesarias. Y será un régimen restrin­
gido por excepción respecto de niños, de muy corta edad que no
puedan desplazarse o tomar sus alimentos por sus propios me­
dios, o en casos muy graves en los que exista un temor fundado de
riesgo para la salud o la integridad física del menor, en los que se
autorizara visitas solo domiciliarias o supervisadasd207)/

La fijación de régimen de visitas respecto del niño o ado­


lescente se encuentra regulada en el Capítulo III del Título I
del Libro Tercero del Código de los Niños y Adolescentes Ley
N° 27337, en los artículos 88 al 91.

Cabe indicar que en el literal e) del artículo 84 del Código


de los Niños y Adolescentes se establece claramente que para él
(progenitor) que no tenga la tenencia o custodia del niño, niña o
adolescente debe señalarse (por el juez) un régimen de visitas.

4.1 Regímenes de visitas en contexto de violencia familiar


Diego Ortiz, declara que cabe plantear como principio ge­
neral que el derecho de visitas es un derecho dual, tanto del pa­
dre como del hijo, del padre de supervisar la educación y de tener
una comunicación fluida con su hijo, del hijo el derecho de poder
gozar de una comunicación con su padre en un ambiente de tran­
quilidad. Resulta evidente, que el contacto con el progenitor no

(207) Zárate del Pino, Juan. “El problema de los disensos sobre el ejercicio de
la patria potestad y la tenencia” en: Patria potestad, tenencia y alimen­
tos, pp. 381.

203
Johnny E. Castillo Aparicio

conviviente es importante para el desarrollo integral, pero en un


ámbito de armonía, de estabilidad, donde no corra riesgo la inte­
gridad psicofísica de los hijos menores. El derecho de visitas, no se
debe analizar desde la perspectiva del progenitor (madre o padre)
no conviviente, sino respecto del derecho del hijo/a como sujeto
de derechos y desde su propio interés superior/208)

El derecho dual mencionado del padre y del hijo a la comu­


nicación reciproca muchas veces, no se puede garantizar ya que
podría perjudicar la integridad física y psíquica del niño fijar un
régimen de visitas en un contexto de violencia familiar.

Pensemos en el ejemplo de un padre que maltrata físicamente


a su hijo y es denunciado por su madre. En este primer momento,
la comunicación entre padre e hijo cesaría debido a los maltratos
inferidos y al daño que podría acarrear continuar la comunicación.
Esto quiere decir que la prohibición de acercamiento del padre a su
hijo en una denuncia de violencia familiar no puede ser incumplida
con el justificativo de garantizar el derecho de comunicación. D is­
tinto sería el caso en el que el padre solicita el levantamiento de la
medida de prohibición de acercamiento fundado en el buen trato
que tiene con su hijo/209)

Ahora bien, cabe preguntarse si frente a una denuncia de vio­


lencia familiar (amenazas del padre hacia el grupo fam iliar), resulta
apropiada la medida de suspensión de régimen de visitas inaudita
parte o corresponde oír previamente al demandado, con un régi­
men de visitas supervisado.

(208) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 4 11, 412.

(209) Ortiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 412.

204
Ca pít ul o VIII: M e d i d a s ca u t e la r e s

No se trata solam ente de oír al demandado, contem plan­


do de esta manera su derecho de defensa, sino tam bién, oír al
menor, como sujetos de derechos (no como objeto de prueba).
También se tiene una mirada sesgada, si solo se escucha a la
madre (quien relatara los hechos de amenaza que denuncia, pe­
ticionando al mismo tiempo, un régim en de visitas supervisado
con la niña).

Frente a situaciones de conflicto familiar, y más concreta­


mente, cuando hay una denuncia de violencia familiar, habrá que
analizar todo el contexto familiar. Así, si la madre al tiempo de
expresar su temor ante las amenazas proferidas por el deman­
dado, planteó el pedido de régimen de visitas supervisado por
una profesional, resulta fundamental determinar si ello también
resulta conveniente al interés superior de la hija menor en ése
momento.

Evidentemente, para tener una visión global de la conflictiva


familiar denunciada, el juez debe valerse de los informes de la ofi­
cina de violencia doméstica, pericias psicológicas, de interacción
familiar, y escuchar a las partes conforme al principio de inmedia­
ción, brindarán al juez los elementos necesarios para que su de­
cisión sea valorada conforme principio “pro homine” y desde un
enfoque de derechos de la infancia^210)

5. TENENCIA
Es la relación directa de permanencia que tiene uno de los
padres respecto de su hijo.

(210) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y


práctica, pp. 412, 413.

205
Johnny E. Castillo Aparicio

Aquella facultad establecida cuando existe una separación de


cuerpos o divorcio que permite a uno de los padres quedarse al
cuidado inmediato del hijo/211)

El profesor Chunga La Monja nos dice que: “Desde el punto


de vista jurídico la tenencia es la situación por la cual un menor se
encuentra en poder de uno de los padres o guardadores. Es uno
de los derechos que tienen los padres de tener a sus hijos en su
compañía”/212)

En términos de Derecho de Familia tenencia es sinónimo de


estar junto, tener al hijo a su lado. Una forma de convivencia in­
mediata de padre/hijo.

Es una relación jurídica familiar básica que se identifica como


un derecho-deber de tener en custodia a un hijo. Como derecho
familiar subjetivo reconoce, en este orden de ideas, el derecho del
progenitor de cuidar al hijo así como, recíprocamente, el derecho
del hijo de vivir con el padre que mejor condiciones de vida le
ofrezca. En otras palabras, no es una facultad exclusiva del proge­
nitor, sino que es una facultad indispensable del hijo para su desa­
rrollo integral/213)

Es así, que la tenencia y custodia de los hijos es una forma de


protección a los niños, niñas y adolescentes y consiste en tener la

(211) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Derecho fami­


liar patrimonial. Relaciones económicas, e instituciones supletorias y de
amparo familiar, Tomo III, pp. 304.

(212) Jara S. Rebeca y Yolanda Gallegos. Manual de derecho de familia,


pp. 435.
(213) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Tomo III,
pp. 304.

206
Capít u l o VIII: M e d i d a s ca u t e la r e s

custodia física de un niño o niña con el fin de vivir, cuidar y asistir­


lo. Se puede otorgar la tenencia y custodia a uno de los conyugues,
a los dos en forma compartida o a un tercero si fuese necesario.

Doctrinariamente, se entiende por tenencia a aquella facul­


tad que tiene los padres separados de hecho de determinar con cuál
de ellos se ha de quedar el hijo. A falta de acuerdo entre ambos, la
tenencia será determinada por el juez tomando en cuenta lo más
beneficioso para el hijo, así como su parecer (arts. 81 y siguientes
del Código de los Niños y Adolescentes). Así, el hijo convivirá
con uno de los padres, en tanto que el otro tendrá derecho a un
régimen de visitas que podrá ser decretado de oficio por el juez si
se acredita el cumplimiento de la obligación alimentaria y tomando
en cuenta el interés superior del niño, si así lo justificad214)

La tenencia sin duda es un tema muy importante dentro del


derecho de familia, al determinarse se precisa con quien vivirán los
menores, ya sea con el padre o con la madre. Cuando los padres
estén separados, la tenencia de los niños, niñas y adolescentes ge­
neralmente se determinara de común acuerdo con ellos. Sin em­
bargo, al no haber acuerdo de los padres o si estando de acuerdo,
este resulta perjudicial para ellos, la tenencia la resolverá el juez de
familia, dictando las medidas necesarias para su cumplimiento/215)

Por su parte el citado cuerpo normativo (Ley N° 27337 C ó­


digo de los Niños y Adolescentes), en su artículo 83 establece lo
siguiente: “El padre o la madre a quien su conyugue o convivien­
te le arrebata a su hijo o desee que se le reconozca el derecho a

(214) Poder Judicial del Perú. Pleno Jurisdiccional Nacional de Familia, 1997.

(215) Canales Torres, Claudia. “Criterios sobre los supuestos de tenencia de­
finitiva, tenencia provisional y variación de la tenencia” en Patria potes­
tad, tenencia y alimentos, pp. 104,105.

207
Johnny E. Castillo Aparicio

la custodia y tenencia, interpondrá su demanda acompañando el


documento que lo identifique, la partida de nacimiento y las prue­
bas pertinentes”. La tenencia del niño, niña o adolescente puede
ejercitarla cualquier persona que tenga legítimo interés, en otras
palabras, la demanda de tenencia no solo podrá ser presentada por
el padre que no tenga al niño, niña o adolescente, sino también por
el que la tenga.
Asimismo, el artículo 84 del Código de los Niños y Adoles­
centes establece, respecto de las facultades del juez, que: “En caso
de no existir acuerdo sobre la tenencia, en cualquiera de sus moda­
lidades, el juez resolverá teniendo en cuenta lo siguiente:

1. El hijo deberá permanecer con el progenitor con quien


convivió mayor tiempo, siempre que le sea favorable.
2. El hijo menor de tres (3) años perm anecerá con la ma­
dre; y
3. Para el que no tenga la tenencia o custodia del niño, niña o
adolescente debe señalarse un régimen de visitas.
En cualquier de los supuestos, el juez priorizara el otorga­
miento de la tenencia o custodia a quien mejor garantice el dere­
cho del niño, niña o adolescente a mantener contacto con el otro
progenitor”.

También una regla en materia de tenencia de menores de


edad, es la contemplada en el artículo 85 del Código de los Niños
y Adolescentes, según el cual: “El juez especializado debe escuchar
la opinión del niño y tomar en cuenta la del adolescente”. Ello no
implica que el juez decida siempre atendiendo a los deseos de los
menores.

Algunos de los supuestos que implican generalmente la soli­


citud judicial de la tenencia de los hijos menores son:

208
Ca pít u l o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

- La existencia de una separación de hecho, de facto de los


padres.

- La no existencia de acuerdo entre los padres para determi­


nar con quien se quedan los hijos.

- La existencia de acuerdo de padres al respecto, pero que


sea perjudicial para el niño, niña o adolescente.

El juez debe analizar las circunstancias concretas del caso, en


concordancia con los criterios legales y suele priorizar:

- El interés superior del niño.

- El derecho de asistencia de los menores.

- El principio de no separación de hermanos.

- La edad de los menores.

- El tiempo de que dispongan los progenitores.

- La convivencia del solicitante con una tercera persona


(otra pareja).

- El lugar de residencia, entre otros/216)

Es así, que en el caso de tenencia de menores, se trata de una


medida cautelar en razón de la ruptura de la convivencia familiar,
por las discordias de los padres y que necesariamente repercute so­
bre el ejercicio de la patria potestad. A ella generalmente se agrega
otra medida cautelar: los alimentos que debe pagar el padre a los
hijos en la hipótesis de que no se le otorgue la tenencia de los hijos.

(216) Canales Torres, Claudia. “Criterios sobre los supuestos de tenencia de­
finitiva, tenencia provisional y variación de la tenencia” en Patria potes­
tad, tenencia y alimentos, pp. 105-107.

209
Johnny E. Castillo Aparicio

En todas las medidas cautelares que se dicten en las preten­


siones referidas por la norma se debe tener en cuenta el interés
supremo del menor. Como toda medida cautelar, la tenencia es
provisoria e interina, porque puede ser variada o dejada sin efecto
cuando las circunstancias del caso así lo aconsejen. En otras pala­
bras, el juez debe determinar, en interés de los hijos, con cuál de
los conyugues han de quedar sujetos a la patria potestad y tomar
las decisiones apropiadas en relación con la forma en que el conyu­
gue apartado de los hijos cumplirá el deber de velar por estos y el
tiempo, modo, y lugar en que podrá comunicar con ellos y tener­
los en su compañía. De manera excepcional, los hijos podrán ser
encomendados a otra persona, ajena a los padres y de no haberla,
a una institución idónea, confiriéndosele funciones cautelares que
ejercerán bajo la autoridad del juezd217)

5.1 Tenencia en contexto de violencia familiar


Esta medida de protección tiende al resguardo de la integri­
dad de los Niñas, Niños y Adolescentes conforme a su interés
superior.

No se debe confundir con el proceso de familia denomina­


do tenencia, sino que el dictado de una tenencia en contexto de
violencia familiar, es de carácter provisorio y temporal, es decir la
atribución de tenencia será mientras dure la medida tomada por
el juezd218)

(217) Ledesma Narváez, Marianella. La Tutela Cautelar en el Proceso Civil,


pp. 364.
(218) O rtiz, Diego Oscar. Medidas cautelares en violencia familiar. Teoría y
práctica, pp. 410.

210
Capít ul o VIII: M e d i d a s ca u t e la r e s

Existe actualmente una mayor concientización social respec­


to a que el padre que detenta la tenencia no debe obstruir el con­
tacto de los niños con el padre no conviviente, salvo, claro está, en
los casos en que la vida, la salud o la integridad psicofísica del hijo
corra algún riesgo/219)

6. SUSPENSIÓN DE LA PATRIA POTESTAD


6.1 Patria potestad
El término de patria potestad nace del Derecho Romano,
cuyo significado etimológico es el “poder del padre”, en donde
el término “patria” alude a la figura paterna, mientras que “po­
testad” im plica el poder, derecho o facultad ejercida por aquella
figura paterna/220)

La patria potestad es un típico derecho subjetivo familiar


mediante el cual la ley reconoce a los padres un conjunto de dere­
chos y deberes para la defensa y cuidado de la persona y patrimo­
nio de sus hijos y que permanece hasta que estos adquieran plena
capacidad. (221)

A guilar Llanos sostiene que: “La patria potestad es una


institución del derecho de familia que comprende un cúmulo de
derechos y deberes recíprocos entre padres e hijos, tendientes a

(219) Gracia de Ghiglino, Silvia y María Alejandra Aquaviva. Protección Con­


tra la Violencia Familiar, pp. 171.

(220) Mella Baldovino, Ana: “Perdida y suspensión de la patria potestad” en


Patria potestad, tenencia y alimentos, pp. 82.

(221) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Tomo III,


pp. 294.

211
Johnny E. Castillo Aparicio

lograr el desarrollo integral de estos y la realización de aquellos.


Este concepto pretende abarcar no solo los derechos-deberes de
los padres e hijos, sino también el fin que persigue la institución,
el mismo que debe verse en sus dos dimensiones, la de los padres
que encuentran su realización a través de desarrollo de sus hijos, y
por cierto también de la de los hijos que al recibir apoyo, amparo,
sustento, educación, protección y ejemplos de vida, posibilita un
desarrollo integral y su incorporación al seno de la sociedad en
condiciones óptimas”/222)

6.2 Suspensión de la patria potestad


Por la suspensión, se paralizan o detienen los efectos jurídi­
cos derivados de un determinado derecho. Es así como en el caso
de la suspensión de la patria potestad, lo que se paraliza no solo los
deberes (estos quedan incólumes) sino los derechos inherentes a
dicha función tuitiva, conforme lo dispone el artículo 470 del C ó­
digo Civil. Es decir, las atribuciones que como progenitor tienes
derecho desde el nacimiento de tu hijo/223)

Es una situación transitoria que suprime temporalmente el


ejercicio de la patria potestad con el propósito de restablecerla/224)

La suspensión surge como una restricción al ejercicio de la


patria potestad, generada por incumplimientos de los deberes in-

(222) Canales Torres, Claudia: “Patria potestad: Generalidades” en Patria po­


testad y tenencia, nuevos criterios de otorgamiento, perdida o suspen­
sión, pp. 9.

(223) Mella Baldovino, Ana: “Perdida y suspensión de la patria potestad” en


Patria potestad, tenencia y alimentos, pp. 93.

(224) Varsi Rospigliosi, Enrique. Tratado de derecho de familia. Tomo III,


pp. 367.

212
C a pít u l o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

herentes a tal institución del Derecho de Familia; por afectar con


ello los intereses del menor involucrado; y, por que se suscite al­
guna eventualidad que fácticamente impida su cabal ejercicio, sin
que ello implique que los padres lesionen el interés del menor. Este
último supuesto no requiere ser calificado ni evaluado por el Juez
de Familia, operan automáticamente, tal como lo es en caso de
la interdicción civil, ausencia judicialmente declarada de uno de
los padres, lo que implica que el otro progenitor ejerza de forma
exclusiva la patria potestad, salvo -claro está- lo previsto por el
artículo 502 del citado código, referido al cuidado de la persona y
bienes de un menor a cargo de una persona distinta a sus padres,
denominado tutor.

Sobre el particular, Aguilar Llanos señala acertadamente que:


“cuando uno de los padres incurre en alguna causal de suspen­
sión, entonces el otro ejercerá en exclusiva el ejercicio de la patria
potestad, en tanto que el otro conyugue quedara suspendido. Sin
embargo puede acontecer que los padres hayan incurrido en causal
de suspensión y por ende, hayan cesado temporalmente en el ejer­
cicio de la patria potestad. Pues bien, en esa circunstancia el menor
será cuidado por un tercero, quien toma el nombre de tutor. La tu­
tela es la institución familiar supletoria de la patria potestad, entra
en defecto de esta, y cuida la persona y bienes del menor que no
está bajo la patria potestad de sus padres”.^25)

Debemos distinguir, además, entre titularidad del derecho y


ejercicio del mismo, la primera alude a la legitimidad y reconoci­
miento del derecho, en tanto el ejercicio, es la posibilidad fáctica
de obrar el derecho, de hacerlo efectivo. Siguiendo este razona­
miento, cuando el Código de los Niños y Adolescentes legisla las25

(225) Mella Baldovino, Ana: “Perdida y suspensión de la patria potestad” en


Patria potestad, tenencia y alimentos, pp. 94.

213
Johnny E. Castillo Aparicio

causales de suspensión de la patria potestad (artículo 75), se esta­


blecen supuestos de hecho que de configurarse ocasionan el cese
temporal de la patria potestad, por lo que se mantiene la titularidad
y se suspende el ejercicio; por el contrario, cuando hablamos de
pérdida o extinción de la patria potestad, desaparece la titularidad
y con ella, el ejercicio/226)

El artículo 75 del Código de los Niños y Adolescentes nos


refiere que la patria potestad se suspende en los siguientes casos:

a) Por interdicción del padre o de la madre originada en cau­


sas de naturaleza civil;

b) Por ausencia judicialmente declarada del padre o de la ma­


dre;

c) Por darles órdenes, consejos o ejemplos que los corrom­


pan;

d) Por perm itirles la vagancia o dedicarlos a la mendicidad;

e) Por maltratarlos física o mentalmente;

f) Por negarse a prestarles alimentos;

g) Por separación o divorcio de los padres, o por invalidez


del matrimonio de conformidad con los Artículos 282 y
340 del Código Civil.

h) Por haberse abierto proceso penal al padre o a la madre por


delito en agravio de sus hijos o en perjuicio de los mismos
o por cualquiera de los delitos previstos en los artículos

(226) Canales Torres, Claudia: “Patria potestad: Generalidades” en Patria po­


testad y tenencia, nuevos criterios de otorgamiento, perdida o suspen­
sión, pp. 98.

214
Capít u l o VIII: M e d i d a s ca ut e la r e s

107, 108-B, 110, 121-B, 122, 122-B, 125, 148-A, 153,153-


A, 153-B, 153-D, 153-E, 153-F, 153-G, 153-H, 153-1,153-
J, 170, 171, 172, 173, 173-A, 174, 175, 176, 176-A, 177,
179, 179-A, 180, 181, 181-A, 182-A, 183, 183-A y 183-B,
del Código Penal o por cualquiera de los delitos estable­
cidos en el Decreto Ley 25475, que establece la penalidad
para los delitos de terrorismo y los procedimientos para la
investigación, la instrucción y el juicio.

Asimismo el artículo 466 del Código Civil, regula lo relativo


a las causales de suspensión de patria potestad, estableciendo ex­
presamente que:

La patria potestad se suspende:

1) Por la interdicción del padre o de la madre originada en


causal de naturaleza civil;
2) Por ausencia judicialmente declarada del padre o de la madre;
3) Cuando se compruebe que el padre o la madre se hallan
impedidos de hecho para ejercerla; y,
4) En el caso del artículo 340.

El artículo 22-B de la Ley N° 30364, Ley Para Prevenir, San­


cionar y Erradicar la Violencia Contra la M ujer y los Integrantes
del Grupo Familiar, modificada por Ley N° 30862 del 25-10-2020
establece que el juzgado de familia de oficio o a solicitud de la
víctima, se pronuncia sobre la medida cautelar de suspensión de la
patria potestad.

7. ACOGIMIENTO FAMILIAR
El Decreto Legislativo N° 1297 (de fecha 30-12-2016), Para
la Protección de Niñas, Niños y Adolescente sin cuidados paren-

215
Johnny E. Castillo Aparicio

tales o en riesgo de perderlos, define en el artículo 3o al acogimien­


to familiar, como una medida de protección que se aplica de acuer­
do con el principio de idoneidad, que se desarrolla en una familia
acogedora mientras se trabaja para eliminar las circunstancias que
generaron la desprotección familiar. Puede ser una medida tempo­
ral o permanente.

El Reglamento del Decreto Legislativo N° 1297, aprobado


mediante Decreto Supremo N° 001-2018-MIMP (de fecha 10-02-
2018), señala en el artículo 70° que la medida de acogimiento fa­
miliar tiene por finalidad brindar de manera temporal, protección
en un medio familiar a una niña, niño, o adolescente que no puede
vivir con su familia de origen y deba disponerse esta medida alter­
nativa de cuidado para garantizar su bienestar integral.

Asimismo, el Reglamento de la Ley 30364, Ley para preve­


nir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los inte­
grantes del grupo familiar, aprobado mediante Decreto Supremo
N° 009-2016-MIMP, modificado posteriormente por Decreto Su­
premo N° 004-2019-MIMP, establece en el artículo 40. 5 que el
juzgado de familia puede dictar la medida cautelar de acogimiento
familiar con familia extensa de una niña, niño o adolescente, siem­
pre que no contravenga a su interés superior.

El acogimiento familiar en familia extensa en una clase de


acogimiento familiar. Establece el artículo 65 inciso a) del Decreto
Legislativo N° 1297, que esta medida de protección se aplica con
aquella familia extensa que ha sido evaluada favorablemente para
asumir el cuidado y protección de la niña, niño o adolescente. Es
acompañada y apoyada profesionalmente, de manera permanente.

216
Facultad coercitiva
del juez en las medidas
de protección y cautelares
1. INCUMPLIMIENTO DE LAS MEDIDAS DECRETADAS
Establece el artículo 37.4 del Reglamento de la Ley 30364,
Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mu­
jeres y los integrantes del grupo familiar, aprobado mediante De­
creto Supremo N° 009-2016-MIMP, modificado posteriormente
por Decreto Supremo N° 004-2019-MIMP de fecha 07 de marzo
del 2019 que “todas las medidas de protección y medidas caute­
lares deben dictarse bajo apercibimiento de aplicarse las medidas
coercitivas establecidas en el Código Procesal C ivil y el Código de
los Niños y Adolescentes; sin perjuicio de la comisión del delito
de desobediencia y resistencia a la autoridad”.

En ese sentido, en caso de incumplimiento de las medidas de­


cretadas, el Juez ejercerá las facultades coercitivas, contempladas
en los artículos 53° del Código Procesal Civil y 181° del Código
de los Niños y Adolescentes, sin perjuicio de las responsabilidades
penales, a que hubieran lugar.

Es decir si desacatan las órdenes o decisiones del juez como


las medidas de protección y medidas cautelares por hechos de
violencia contra la m ujer y el grupo familiar, Ledesma Narváez
declara que “en atención a ello, el Juez debe adoptar las medidas
necesarias para el cese inmediato de los actos lesivos, sin per­
juicio de que el propio Juez ejerza facultades coercitivas como
las sanciones pecuniarias o la detención por veinticuatro horas
de quien resiste su mandato sin justificación, como lo señala el

219
Johnny E. Castillo Aparicio

artículo 53° del C P C , pues no hay nada más perjudicial para la


m ajestad de la justicia que la desobediencia a las órdenes y man­
datos judiciales/227)

Nuestro ordenamiento procesal nacional ha provisto a los


magistrados de diversas facultades y prerrogativas para conminar
a las partes a que respeten sus decisiones y guarden una conduc­
ta acorde a los fines del proceso. Estas facultades se clasifican en
genéricas, disciplinarias y coercitivas, encontrándose entre estas
últimas la aplicación de una multa e incluso la imposición de una
detención de veinticuatros (24) horas a quien sin justificación re­
siste el mandato judicial.

Sin embargo, es muy conocido que nuestros jueces no suelen


aplicar estas facultades coercitivas, pese a que la ley los faculta a
hacerlo para disuadir a las partes a cumplir sus dictados/228)

2. FACULTADES COERCITIVAS DEL JUEZ. ART. 53 CPC


A fin de acatar las decisiones del juez y de conservar una
adecuada conducta procesal, los jueces cuentan con facultades
coercitivas que pueden aplicar en forma sucesiva, de modo que
se pueda aplicar una sanción seguida de otra, en caso de que
la prim era sea ineficiente, individual o conjunta, en considera­
ción de la trascendencia y/o de la urgencia del mandato judicial
respectivo.

(227) Ledesma Narváez, Marianella. La Tutela Cautelar en el Proceso Civil,


pp. 365.
(228) Vásquez Rodríguez, Rosa. “Deberes, facultades y responsabilidades de
los jueces en el proceso” en Código procesal civil comentado, por los
mejores especialistas, Tomo I, pp. 384, 385.

220
Capít ul o IX: F a cult a d co e r cit iv a d e l j ue z e n la s m e d id a s de p r o t e cció n y ca u t e la r e s

Conforme al artículo 53 del CPC, son dos las facultades


coercitivas que se le otorgan al juez: i) ordenar la detención; y, ii)
la imposición de una multad229^

2.1 Multa
Esta sanción coercitiva consiste en ordenar el pago de una
suma de dinero, a efectos de lograr el acatamiento del mandato
judicial. El artículo 53, inciso 1 del CPC faculta al juez a disponer
de esta medida ante el incumplimiento de su mandato.

Las multas o “astreintes”, término de origen francés, se carac­


terizan por ser compulsivas y progresivas. Se dice que son compul­
sivas porque se dirigen a compeler u obligar, al destinatario de esta, a
acatar la orden judicial de que se trate. Y se dice que son progresivas
porque el juez puede aplicar esta sanción considerando que el mon­
to impuesto como multa se ira incrementado paulatinamente hasta
que el destinatario de la sanción cumpla el mandato judicial/230)

2.2 Detención
El artículo 53, inciso 2, del CPC establece que el juez está fa­
cultado para disponer la detención, de aquel que resista su manda­
to sin justificación, produciendo agravio a la parte o a la majestad
del servicio de justicia.

(229) Vásquez Rodríguez, Rosa. “Deberes, facultades y responsabilidades de


los jueces en el proceso” en Código procesal civil comentado, por los
mejores especialistas, Tomo I, pp. 385.

(230) Vásquez Rodríguez, Rosa. “Deberes, facultades y responsabilidades de


los jueces en el proceso” en Código procesal civil comentado, por los
mejores especialistas, Tomo I, pp. 386, 387.

221
Johnny E. Castillo Aparicio

Entones, se faculta al juez para ordenar la detención bajo dos


causales concurrentes: que se incumpla el mandato judicial sin jus­
tificación y que este incumplimiento produzca agravio a la parte o
al magistrado.!231)

3. APERCIBIMIENTO QUE PUEDE IMPONER EL JUEZ ART.


181 CNA
La palabra apercibimiento según el diccionario de la real aca­
demia española es la “acción y efecto de apercibir”. Si buscamos la
palabra “apercibir” significa: advertir de algo. En lo jurídico, según
el Diccionario Jurídico Elemental de Cabanellas, significa requeri­
miento hecho por un juez para que uno ejecute lo que le manda o
tiene mandado o para que proceda como debe conminándole con
multa, pena o castigo, si no lo hiciera. El Tribunal Constitucional
ha señalado: “(...) cabe resaltar que los apremios y apercibimien­
tos son la materialización de la facultad disciplinaria y coercitiva
que el legislador otorgó a la judicatura para hacer frente a las rebel­
días del justiciable ( ...) ” Exp. N° 01820-2011-PA/TC-Piura.

Los apercibimientos se vinculan a los poderes de la jurisdicción


llamados: coertio y exequtio, esto es, con aquella facultad que tienen
los jueces de emplear la fuerza pública para el cumplimiento de sus
mandatos, ejecutando lo resuelto, esto es, haciendo efectivo el dere­
cho reconocido o declarado dentro de un proceso judicial.!232)

(231) Vásquez Rodríguez, Rosa. “Deberes, facultades y responsabilidades de


los jueces en el proceso” en Código procesal civil comentado, por los
mejores especialistas, Tomo I, pp. 386.

(232) Mendoza Caballero, Susana. A rtículo 181. Apercibim ientos”, coordi­


nadora Yelena Meza Torres en Código de los niños y adolescentes co­
mentado. Análisis doctrinario, práctico y jurisprudencial, concordan­
cias, pp. 800.

222
Capít ul o IX: F a cu lt a d co e r cit iv a d e l j u e z e n la s m e d id a s d e p r o t e cció n y ca ut e la r e s

Fermín Chunga Lamonja, Lucia Chunga Chávez y otro/a,


declaran que apercibimiento es el requerimiento que hace el juez
para que uno ejecute lo que le manda o tiene mandado o para que
proceda como debe, conminándole con multa, castigo o pena, si
no lo hiciera. Dentro de la declaración jurídica procesal es, tam­
bién, la corrección disciplinaria, casi siempre escrita, en que el juez
o el superior señalan una actitud indebida, llama la atención para
que proceda en forma y previene que la repetición acarreara una
sanción mayord233)

De acuerdo al artículo 181 del Código de los Niños y Ado­


lescentes, para el debido cumplimiento de sus resoluciones, el juez
puede imponer los siguientes apercibimientos: a) multa de hasta
cinco Unidades de Referencia Procesal a la parte, autoridad, fun­
cionario o persona; b) allanamiento del lugar; y c) detención hasta
por veinticuatro horas a quienes se resistan a su mandato, sin per­
juicio de la acción penal a que hubiera lugar.

3.1 Multa
Es una sanción pecuniaria destinada a vencer la resistencia
injustificada de las partes o de quien corresponda, para cumplir un
mandato judicial. Opera a petición de parte o de oficio. Su justifi­
cante está en el ius imperium de los jueces, quienes deben dispo­
ner de los medios conducentes para lograr el acatamiento de sus
decisiones.

Es un mecanismo que perm ite m aterializar el prestigio de


la justicia al asegurar el cum plim iento de sus mandatos, caso

(233) Chunga Lamonja, Fermín, Chunga Chávez, Lucia y Carmen Chunga


Chávez. Comentarios al código de los niños y adolescentes. La infrac­
ción penal y los derechos humanos, pp. 386.

223
Johnny E. Castillo Aparicio

contrario, de nada valdría m ostrar una creación judicial razona­


ble, si el derecho quedara líricam ente estampado en una hoja de
papel, sin posibilidad alguna de coaccionar su cum plim iento a
los obligados.

Como se refiere, la multa encierra una condena del juez con


un objeto preciso y determinado: compeler al cumplimiento de
lo ordenado por una resolución judicial. La sanción coercitiva a la
que se apela es de carácter exclusivamente económica/234)

Susana M endoza Caballero, m anifiesta que es el apremio


menos agresivo, pero no por ello menos im portante por cuanto
su aplicación perm ite establecer el inicio de la ruta que dentro
de la orientación de la progresividad de aplicación de apremios
perm itirá justificar la dación de medidas más severas al quedar
evidenciado procesalm ente que la desobediencia del usuario al
cum plim iento del mandato judicial. Puede haber modalidades
en su aplicación, ya sea una sola u otra de calidad progresiva y
compulsiva/235)

3.2 Allanamiento del lugar


En cuanto al mandato de allanamiento, este término deviene
de “allanar” que según la Real Academia Española implica “entrar a
casa ajena contra la voluntad de su dueño”, “registrar un domicilio

(234) Ledesma Narváez, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil.


Análisis artículo por artículo, Tomo I, pp. 138.

(235) Mendoza Caballero, Susana. “Artículo 181. Apercibimientos, coordina­


dora Yelena Meza Torres en Código de los niños y adolescentes comen­
tado. Análisis doctrinario, práctico y jurisprudencial, concordancias,
pp. 806, 807.

224
Ca pít u l o IX: F a cu lt a d co e r cit iv a d e l j u e z en la s m e d id a s de p r o t e cció n y ca ut e la r e s

con mandato judicial”. Este apremio es una medida muy severa y,


por ende, aplicable luego de haberse agotado otros apremios me­
nos gravosos/236)

El allanamiento consiste en penetrar en casa ajena sin el con­


sentimiento de su dueño o morador, haciendo uso del auxilio poli­
cial si fuera necesario/237)

3.3 Detención hasta por 24 horas


En cuanto al apercibimiento de detención, se vincula a la res­
tricción de la libertad personal, que por no ser tampoco un derecho
absoluto, cabe la factibilidad de su restricción la que en definitiva
es indudablemente una medida severa, gravosa que por aplicación
de los principios de razonabilidad y proporcionalidad opera luego
de haberse agotado otras menos gravosas.

Podemos concluir de lo afirmado que la aplicación de la de­


tención debe ser analizada prudente, razonablemente y motivan­
do principalmente haberse agotado otras medidas menos gravosas
pese a lo cual persiste el incumplimiento, lo que impone su utiliza­
ción como ultima ratio/238)

(236) Mendoza Caballero, Susana, coordinadora Yelena Meza Torres, en C ó­


digo de los niños y adolescentes comentado. Análisis doctrinario, prác­
tico y jurisprudencial, concordancias, pp. 807.

(237) Chunga Lamonja, Fermín, Chunga Chávez, Lucia y Carmen Chunga


Chávez. Comentarios al código de los niños y adolescentes. La infrac­
ción penal y los derechos humanos, pp. 386.

(238) Mendoza Caballero, Susana, coordinadora Yelena Meza Torres, en C ó­


digo de los niños y adolescentes comentado. Análisis doctrinario, prác­
tico y jurisprudencial, concordancias, pp. 808, 809.

225
de las
medidas de
1. EJECUCIÓN DE LA MEDIDA DE PROTECCIÓN
Declara el primer párrafo artículo 23-A de la Ley 30364, Ley
para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar, incorporado por el Decreto
Legislativo N° 1386 publicado el 04 de setiembre del 2018 que: “La
Policía Nacional del Perú es responsable de ejecutar las medidas
de protección que se encuentren en el ámbito de sus competen­
cias, para lo cual debe tener un mapa gráfico y georreferencial de
registro de todas las victimas con las medidas de protección que
les hayan sido notificadas; asimismo, debe llevar un registro del
servicio policial en la ejecución de la medida y habilitar un canal
de comunicación para atender efectivamente sus pedido de res­
guardo, pudiendo coordinar con los servicios de serenazgo para
brindar una respuesta oportuna”.

Señala el Movimiento Manuela Ramos, que la novedad es lo


referido a la obligación expresa de la Policía Nacional de ejecutar
las medidas de protección disponiendo para ello de un mapa visual
que les perm ita ubicar a las víctimas de su jurisdicción y la habili­
tación de un canal de comunicación.

El énfasis en una regulación estricta de las medidas de pro­


tección, con plazos fijos y acompañada del claro establecimiento
de la obligación de la Policía Nacional del Perú de implementar-
las efectivamente se corresponde con la responsabilidad estatal de
resguardar la integridad y vida de las víctimas, concretamente, en

229
Johnny E. Castillo Aparicio

el reconocimiento de que una medida de protección es una decla­


ración de riesgo de estos derechos tal como establece la Comisión
Interamericana. (239)

Ramos Ríos, manifiesta que esta regla merece un especial


comentario, porque su hipótesis normativa de responsabilidad
realiza objetivamente aquel mandato constitucional que legiti­
ma la existencia de la Policía N acional, cual es: «prestar protec­
ción y ayuda a las personas y a la comunidad» (artículo 166 de
la C onstitución) y sirve para alcanzar la plena vigencia de los
derechos humanos -vida, libertad, integridad-. Es claro que el
establecim iento de un sistema de seguridad que garantice la vi­
gencia efectiva de los derechos fundamentales de las personas,
es una preocupación constitucional del Estado de Derecho, pero
su aparición en esta especifica norm ativa post-constitucional, es­
tablece una nueva dimensión del funcionamiento del sistema de
justicia, dimensión que si no totalm ente nueva, si que aparece
como bastante enfatizada en una etapa de diligencias prelim ina­
res, donde las imputaciones no son necesariamente verosím iles,
distinguiéndose dos vías de actuación: la estrictam ente jurisdic­
cional y la policial. En lo que a este punto atañe, interesa más la
actuación policial en tanto cuerpo de seguridad y agente confor­
mante de dicho cuerpo.

Esta nueva línea legislativa, empieza por establecer que jus­


ticia y policía son ideas de la vida pública m uy relacionadas entre
sí, y plantea el problema de la exigencia de una policía especiali­
zada, pero más que especializada, sensibilizada con el tema de la
protección a la mujer y los integrantes del grupo familiar. Este re­

(239) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 34.

230
Ca pít u l o X: C u m p lim ie n t o d e la s m e d id a s de p ro tecció n

querimiento antes que ninguna otra cosa es una exigencia política


y en dicha línea hay que hacer forzosa referencia de una parte a la
función de tutela efectiva de los derechos y libertades reconocidos
en el artículo 2 de la Constitución y de otra parte al deber perma­
nente de velar por los mismos. Siendo estos el núcleo esencial del
Estado de Derecho, cuando los actos lesivos se producen en agra­
vio de la m ujer o de los integrantes del grupo familiar, prima facie,
la función de tutela material efectiva de los derecho y libertades
de mujeres y/o integrantes del grupo familiar a cargo de la Policía
Nacional, es dispuesta en una medida de protección y encomen­
dada por los jueces a los agentes policiales de manera inmediata;
pero esta función, o mejor dicho, responsabilidad de ejecutar las
medidas de protección, no solo es impuesta, como siempre solía
ser, por un mandato jurisdiccional, característico del dogma bási­
co del Estado de Derecho, consistente en juzgar y hacer cumplir
lo juzgado; ahora, es un deber legal impuesto a la policía, cuyo
incumplimiento apareja responsabilidad penal por omisión o rehu-
samiento de actos funcionales d240)

1.1 Procedimiento para la ejecución de las medidas de protec­


ción por la Policía Nacional
La “Guía de Procedimientos para la intervención de la Policía
Nacional en el marco de la Ley 30364, Ley para prevenir sancio­
nar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, y su reglamento, aprobado por Resolución de la
Comandancia General de la Policía Nacional N° 170-2020-CG-
PNP/EMG de fecha 17-06-2020, establece en las disposiciones es­

(240) Ramos Ríos, Miguel y Miguel Ramos Molina. Violencia contra las muje­
res y los integrantes del grupo familiar. Proceso especial para el otorga­
miento de medidas de protección en la Ley 30364, pp. 124,125.

231
Johnny E. Castillo Aparicio

pecíficas con respecto a la ejecución de las medidas de protección


lo siguiente:

a. El personal policial encargado de la ejecución de las medi­


das de protección se constituye al domicilio de la víctima
con medida de protección, se identifica con su grado y
nombres completos, señalando la unidad policial de pro­
cedencia y se entrevista con la victima informándole la
medida de protección que se le otorgó, lo que ésta implica
y el número de teléfono al cual podrá comunicarse en ca­
sos de emergencia, y en lo sucesivo se recabará informa­
ción sobre su situación y el cumplimiento de la medida de
protección.

b. Pregunta por la ubicación de la persona denunciada, a fin


de asegurarse que las condiciones de la visita no pongan
en riesgo a la víctima. Si es el denunciado quien abre la
puerta, se le pregunta por el paradero de la víctim a y se le
pide que la llame para realizar la visita. El personal poli­
cial puede llamar al celular de la víctima para los mismos
fines.

c. Procede con la entrevista a la víctima, procurando en todo


momento que esta se desarrolle de forma confidencial. De
manera empática y respetuosa le pregunta cómo se en­
cuentra y lo pertinente para verificar si la medida de pro­
tección está siendo cumplida.

d. Queda prohibido emitir juicios de valor sobre la víctima o


la persona denunciada o responsabilizar a la víctima por la
violencia. Tampoco puede asumirse que la violencia equi­
vale a un malentendido, que las agresiones mutuas tienen
la misma intensidad o que es fácil para la victim a acudir a
la comisaria a denunciar.

232
Ca pít ul o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

e. En caso que la víctima sea niña, niño, adolescente, persona


con discapacidad, persona adulta mayor o persona en con­
dición de vulnerabilidad, identifica, de ser el caso, a quie­
nes ejercen su cuidado y se les informa del otorgamiento
de las medidas de protección, conforme lo señalado en el
punto 6.4.4.1 precedente.
f. Formula el acta de visita correspondiente y en caso de
no haber ubicado a la víctima por haber cambiado de
domicilio. Procede conforme a lo señalado en el punto
6.4.4.2.4.precedente.
g. Para dejar constancia georreferencial de la visita, puede
utilizar la aplicación Policía 24/7 u otras institucionales.
En los casos en los que no pueda utilizarse la aplicación, se
hará firmar a la víctima el cuaderno de visitas de medidas
de protección.
h. Si la víctima, comunica algún tipo de lesión o acto de vio­
lencia, se le presta auxilio inmediato, formulando una nue­
va denuncia y comunicando el hecho y el incumplimiento
de medida de protección al juzgado de familia o equivalen­
te que dictó la misma.
En este supuesto, la Comisaria comunica inmediatamen­
te al Departamento de Investigación Crim inal para que
informe a la fiscalía penal por el delito de resistencia o
desobediencia a la autoridad, sin perjuicio de otros delitos
que pueda constituir el nuevo hecho de violencia, y realice
las investigaciones correspondientes.
i. El personal policial encargado de la ejecución de las me­
didas de protección, realiza seguimiento a las medidas de
protección, comunicando al juzgado que dispuso las mis­
mas, información sobre el cumplimiento de las medidas y

233
Johnny E. Castillo Aparicio

la situación de riesgo de la víctima, en los siguientes plazos,


contados desde que fue notificada la medida de protección:

1. Cada seis (06) mese, en los casos de riesgo leve o mo­


derado
2. Cada tres (03) meses, en los casos de riesgo severo
j. Actualiza el mapa gráfico y georreferencial de medidas de
protección, en forma diaria con las medidas de protección
que ingresan a la Unidad Policial.
k. Pregunta a la víctima si ha recibido la atención integral de
los profesionales del CEM; con la finalidad de comunicar
al programa para que actué en el marco de sus competen­
cias. Acto que debe constar en el acta de visita.
l. Indaga si la víctima recibió alguna atención indebida de
parte de algún efectivo policial, ya sea en una visita previa
o en los casos que la víctima haya concurrido a alguna co­
misaria para informarse sobre algún aspecto de su caso. Al
respecto, pone en conocimiento de la dependencia policial
para las acciones legales correspondientes.
m . Los nombres y ubicación de todas las victimas con me­
didas de protección deben estar disponibles permanente­
mente para todo el personal policial en la jurisdicción en
la que domicilia la víctima, a fin de responder oportuna­
mente ante emergencias; debiendo mantener actualizado
el cuadro detallado de medidas de protección de la Oficina
de Atención al Público; cuya supervisión, en ausencia del
responsable de las medidas de protección, será de respon­
sabilidad del/la Jefe/a de Permanencia.
n. Mantiene comunicación permanente con las víctimas, a
través de los medios más idóneos: vía telefónica, redes

234
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o d e la s m e d id a s de p r o t e cció n

sociales, entre otros; en estricto respeto a la protección


y confidencialidad de datos personales, a fin de conocer
sobre el cumplimiento de las medidas de protección. Para
ello, el/la Jefe/a de Sub Unidad gestiona a través del área
de logística de las Unidades Ejecutoras la asignación de
equipamiento telefónico o sistema de comunicación ex­
clusivo para la ejecución y cumplimiento de las medidas
de protección.

ñ. Como parte de la implementación del plan para ejecutar


medidas de protección dictadas a favor de las víctimas, el
personal policial responsable, realiza visitas inopinadas,
formulando el parte policial de la ronda inopinada y lo re­
gistrará en el Sistema de Denuncias Policiales (SIDPOL).

2. RESPONSABILIDAD FUNCIONAL
Declara el artículo 21 de la Ley 30364, Ley para prevenir san­
cionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar, modificado por el Decreto Legislativo N° 1386,
de fecha 04 de setiembre del 2018 que: “Quien omite, rehúsa o re­
tarda algún acto a su cargo, en los procesos originados por hechos
que constituyen actos de violencia contra las mujeres o contra los
integrantes del grupo familiar comete delito sancionado en los ar­
tículos 377 o 378 del Código Penal, según corresponda; sin perjui­
cio de la responsabilidad civil y/o administrativa que corresponda,
de acuerdo a le y ”.

El Movimiento Manuela Ramos, manifiesta que este artículo


es una novedad pues establece expresamente que quienes omitan
o retarden la realización de los procesos incurren en delitos de
omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales (artículo
377 del Código Penal) y de denegación o deficiente apoyo policial

235
Johnny E. Castillo Aparicio

(artículo 378 del Código Penal). La ley establece sanciones con la


finalidad de tener mecanismos coercitivos para revertir las incon­
ductas que se presentan a lo largo del sistema y que impactan en el
acceso a la justicia de las víctimas.^241)

2.1 Artículo 377 del Código Penal. Omisión, rehusamiento de­


mora de actos funcionales
El artículo 377° prescribe que: “El funcionario público que,
ilegalmente, omite, rehúsa o retarda algún acto de su cargo, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y
con treinta a sesenta días multa.

Cuando la omisión, rehusamiento o demora de actos funcio­


nales esté referido a una solicitud de garantías personales o caso
de violencia familiar, la pena será privativa de libertad no menor de
dos ni mayor de cinco años”.

De la lectura del tipo penal se cae en la cuenta de que la figura


delictiva que en conjunto se conoce con la denominación de in­
cumplimiento de deberes se perfecciona hasta por tres hipótesis o
supuestos ilícitos perfectamente diferenciados. Ello tiene que ver
con los tres verbos rectores que recoge el contenido del tipo penal:
omitir, rehusar y retardar.

a. Omitir algún acto de su cargo

El comportamiento se configura cuando el agente, siempre fun­


cionario público, omite, prescinde, descuida, desatiende o incumple
algún acto funcional que normalmente está en la obligación de hacer

(241) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, pp. 32.

236
C a pít u l o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

o cumplir por estar dentro de sus atribuciones en el cargo, empleo u


oficio que desempeña al interior de la administración pública.
El delito de omisión de actos funcionales no requiere de un
resultado lesivo más allá de la propia inercia dolosa del funciona­
rio. Así, “La conducta típica es omitir algún acto propio del cargo
de forma ilegal, el cual está delimitado en el respectivo reglamento
o ley, de ahí que sea necesario hacer mención a la norma que obliga
al funcionario a efectuar determinado acto. Pero para diferenciar
esta conducta de una simple infracción administrativa, se requiere
que esta omisión sea ilegal, es decir, contraria a las normas que
regulan la administración pública, y, además, dolosa, es decir, rea­
lizada con el conocimiento de que se omite hacer algo propio del
cargo (omisión que se sabe es ilegal).

b. Rehusar algún acto de su cargo


El supuesto se configura cuando el sujeto activo, siempre
funcionario público, pese al requerimiento efectuado, rehúsa, re-
húye, esquiva, declina, desestima o niega el cumplimiento de un
acto funcional que está en el deber de hacer al estar dentro de sus
atribuciones, de acuerdo con el cargo que desempeña al interior de
la administración pública.

c. Retardar algún acto de su cargo


Este supuesto se configura cuando el agente, siempre fun­
cionario público, retarda, demora, retrasa, difiere, aplaza, dilata o
pospone el cumplimiento de un acto funcional que está en el deber
de hacer en tiempo oportuno, de acuerdo con el cargo o función
que desempeña al interior de la administración pública/242)

(242) Reátegui Sánchez, James. Delitos contra la administración publica en el


código penal, segunda edición, pp. 294, 295.

237
Johnny E. Castillo Aparicio

2.2 Artículo 378 del Código Penal. Denegación o deficiente


apoyo policial
El artículo 378° establece que: “El Policía que rehúsa, omite o
retarda, sin causa justificada, la prestación de un auxilio legalmente
requerido por la autoridad civil competente, será reprimido con
pena privativa de libertad no mayor de dos años.

Si la prestación de auxilio es requerida por un particular en


situación de peligro, la pena será no menor de dos ni mayor de
cuatro.

La pena prevista en el párrafo segundo se impondrá, si la


prestación de auxilio está referida a una solicitud de garantías per­
sonales o un caso de violencia familiar”.

Salinas Siccha m anifiesta que las conductas de omitir, rehu­


sar o retardar la prestación de auxilio se agravan cuando el pedi­
do o requerim iento de auxilio viene de un ciudadano particular
que se encuentre en situación de peligro. Es lugar común en la
doctrina sostener que el tipo penal no exige un peligro inm i­
nente y gravísimo, simplemente se exige que el peligro en que
se encuentra el particular que solicita al policía auxilio tenga las
características de serio e idóneo para afectar bienes jurídicos de
im portancia/243)

Hugo Álvarez, expresa que el requerimiento de auxilio po­


licial por el particular debe entenderse como un pedido urgente
sin formalidad alguna, espontanea, del momento, dada la situación
especial de peligro en que se encuentre el particular.

(243) Salinas Siccha, Ramiro. Delitos contra la administración pública, tercera


edición, pp. 211.

238
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

La expresión “en situación de peligro” está referida a lo inm i­


nente y actual de la situación que puede afectar, o afecta, la integri­
dad física del particular o su vida, o la de sus bienes.

No corresponde a la policía determinar cuándo un particular


se encuentra en peligro o no; su deber es asistir o auxiliar sin pre­
texto alguno al solo requerimiento^244)

Fidel Rojas, declara que la situación de peligro del particular


no deberá entenderse necesariamente de grave peligro o de inm i­
nencia de lesión del bien jurídico tutelado; trátese de estados pro­
medios de amenaza o de posibilidad de cierta lesión.

El tipo penal no lo dice en forma expresa, pero deberá enten­


derse el peligro en función a bienes jurídicos valiosos del particu­
lar y que el policía, por su propia función, está obligado a cautelar
la vida, la integridad física, la libertad de locomoción, la libertad
sexual, etcd245)

A sí tenemos que el sujeto activo de los comportamientos


delictivos en análisis solo será un policía, sin interesar el grado,
el mismo que puede ser un oficial o un suboficial. Es suficiente
acreditar que el agente es miembro en actividad de la Policía
Nacional.

El agente sabe en forma precisa que se requiere auxilio y,


sin justificación, en forma voluntaria se niega, rehúsa o retarda

(244) Hugo Alvarez, Jorge. Delito cometidos por funcionarios públicos con­
tra la administración pública. Análisis sistemático de los tipos delictivos,
PP- 39.
(245) Rojas Vargas, Fidel. Delitos contra la administración pública, cuarta edi­
ción, pp. 295.

239
Johnny E. Castillo Aparicio

prestarlo sabiendo incluso que esa es su obligación como miembro


de la Policía Nacional/246)

Tal es la llamada función policial que deberá desarrollarse


siempre bajo el marco de las leyes y reglamentos.

La norma penal ha empleado el término “policía” en singular


y en forma genérica, de forma tal que el incumplimiento o la dene­
gación del auxilio no comprometa simbólicamente a la institución.
No se ha diferenciado si el sujeto es un jefe o un subordinado, uni­
formado o sin uniforme; basta que se trate de un policía en activi­
dad realizando función o servicio público. Esta generalidad y am­
plitud del término no ha permitido que normativamente se entre
a detallar que tipo o cuerpo de policía es el obligado al auxilio, o si
cualquier efectivo policial es el obligado, cuestión esta última que
resultará de los estrictos ámbitos de competencia de los cuerpos
especializados de la Policía Nacional según la naturaleza del auxilio
solicitado. De ahí se explica las precisiones normativas de la figura
penal: que no exista causa justificada para el incumplimiento del
apoyo y que el requerimiento de ajuste a la legalidad. Sujeto activo
del delito es, pues, el policía. El uso del singular indeterminado no
excluye, en modo alguno, que la autoría recaiga en varios policías o
en el colectivo policial de una delegación o comisaria/247)

3. FLAGRANCIA DELICTIVA
Preceptúa el artículo 17 de la Ley 30364, Ley para prevenir
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integran-

(246) Reátegui Sánchez, James. Delitos contra la administración pública en el


código penal, pp. 295.

(247) Rojas Vargas, Fidel. Delitos contra la administración pública, cuarta edi­
ción, pp. 289, 290.

240
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

tes del grupo familiar, modificado por el Decreto Legislativo N°


1386 de fecha 04-09-2018, y posteriormente por la Ley N° 30862
de fecha 25-10-2018,que: “En caso de flagrante delito, vinculado
a actos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar, La Policía Nacional del Perú procede a la inmediata de­
tención de la persona agresora, incluso allanando su domicilio o
el lugar donde estén ocurriendo los hechos; también procede el
arresto ciudadano, de acuerdo a lo establecido en el Código Pro­
cesal Penal.

En estos casos, la policía redacta un acta en la se hace cons­


tar la entrega de la persona detenida y las demás circunstancias de
la intervención, debiendo comunicar inmediatamente los hechos
a la fiscalía penal para continuar con las investigaciones corres­
pondientes y al juzgado de familia para que se pronuncie sobre
las medidas de protección y otras medidas para el bienestar de la
víctimas”.

La flagrancia es una situación fáctica en la que el delincuen­


te es sorprendido en el momento mismo de delinquir o en cir­
cunstancias inmediatas a la comisión del delito. Habrá flagrancia
cuando el autor del hecho punible es sorprendido en el momento
mismo de su comisión, o inmediatamente después de cometerlo o
mientras sea perseguido; o cuando tenga objetos, o presente algún
vestigio que haga presumir que acaba de cometer o participar en
algún ilícito. ^248^

Se sostiene que una aprehensión flagrante es la que se pro­


duce en los momentos en que un sujeto lleva a cabo la comisión
del delito. De ahí que, en sentido común, el concepto de flagrancia

(248) Cubas Villanueva, Víctor. “El proceso inmediato” en El proceso inme­


diato, primera edición, pp. 28.

241
Johnny E. Castillo Aparicio

parte del supuesto en que el sujeto es sorprendido en el mismo


momento en que está com etiendo el delito, sin que haya podido
huir/249)

De esta manera, un hecho flagrante es el acto por el que


cualquier persona, sin mediar orden previa de autoridad compe­
tente, priva provisionalmente de libertad a otra persona, a quien
sorprende a través de sus sentidos de forma inmediata y certera
en el momento mismo del hecho o en un estado equivalente por
ley (cuasiflagrancia o flagrancia presunta), teniendo la obligación
de poner al indiciado de forma inmediata y sin demora alguna a la
orden de la autoridad/250)

El concepto de flagrancia debe estar compuesto por los ele­


mentos de inmediatez personal, inmediatez temporal, percepción
sensorial directa, necesidad u urgencia de intervención, hecho pu­
nible actual y evidente, constatación directa del tercero a efecto de
conseguir una vinculación razonable del responsable con el hecho
mediante decomiso de objetos o instrumentos/251)

El Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha re­


conocido la inmediatez temporal y personal como requisitos nece­
sarios para definir la flagrancia.

“La flagrancia en la comisión de un delito requiere el cum­


plimiento de cualquiera de los dos requisitos siguientes: a) la

(249) Araya Vega, Alfredo. El delito en flagrancia. Análisis y propuestas de un


nuevo procedimiento especial, pp. 62.

(250) Araya Vega, Alfredo. El delito en flagrancia. Análisis y propuestas de un


nuevo procedimiento especial, pp. 65.

(251) Araya Vega, Alfredo. El delito en flagrancia. Análisis y propuestas de un


nuevo procedimiento especial, pp. 82.

242
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o d e la s m e d id a s de p r o t e cció n

inmediatez temporal, es decir, que el delito se esté cometiendo o


se haya cometido momentos antes; y b) la inmediatez personal, es
decir, que el presunto delincuente se encuentre en el lugar de los
hechos, en el momento de la comisión del delito, y esté relaciona­
do con el objeto o los instrumentos del delito”/252)

Asimismo, en el Exp. N° 04630-2013-PHC/TC-La Libertad,


señala:

3.3.3. “El Tribunal Constitucional ha establecido, en reite­


rada jurisprudencia, que la flagrancia en la comisión de un delito
presenta la concurrencia de dos requisitos insustituibles: a) la in­
mediatez temporal, es decir, que el delito se esté cometiendo o que
se haya cometido instantes antes; y b) la inmediatez personal, es
decir, que el presunto delincuente se encuentre en el lugar de los
hechos en el momento de la comisión del delito y esté relacionado
con el objeto o los instrumentos del delito, ofreciendo una prueba
evidente de su participación en el hecho delictivo.

3.3.4. En este sentido, se tiene que la flagrancia es un insti­


tuto procesal con relevancia constitucional que debe entenderse
como una evidencia del hecho delictuoso respecto de su autor. Así,
la flagrancia se configurará cuando exista un conocimiento funda­
do, directo e inmediato del hecho punible que se viene realizando
o que se acaba de realizar instantes antes, situación en la que, por
su particular configuración, es necesaria la urgente intervención
de la Policía para que actué conforme a sus atribuciones. En este
sentido, lo que justifica la excepción al principio constitucional

(252) Tribunal Constitucional, Expediente N°. 2617-2006-PH C/TC, Lima:


17 de mayo del 2006, f. j. n°. 5; Idem., Expediente N° 1923-2006-PH C/
TC, Lima: 16 de marzo del 2006, f. j. n°. 5; e, ídem., Expediente N°.
7376-2005-PH C/TC, Lima: 17 de octubre del 2005, f. j. n°. 4.

243
Johnny E. Castillo Aparicio

de la reserva judicial para privar de la libertad a una persona es la


situación particular de la urgencia que, en el caso, concurriendo los
requisitos de la inmediatez temporal e inmediatez personal de la
flagrancia delictiva, comporta su necesaria intervención policial”.

En consecuencia, la flagrancia delictiva exige las notas de in­


mediatez personal, inmediatez temporal y necesidad urgente de
la intervención policial; esto es, cuando el agente es sorprendido
realizando actos de ejecución del delito.

3.1 Plazo
La detención policial de oficio o el arresto en flagrancia no
durará más del tiempo estrictamente necesario para la realización
de las investigaciones y, en todo caso, el detenido debe ser puesto
a disposición del juzgado correspondiente, dentro del plazo máxi­
mo de cuarenta y ocho horas (48) o en el término de la distancia,
a cuyo término el fiscal decidirá si ordena la libertad del detenido
o si, comunicando al juez de la investigación preparatoria la conti­
nuación de las investigaciones, solicita la prisión preventiva u otra
medida alternativa/253)

El artículo 264 del CPP ha sido modificado de manera im plí­


cita con una de las últimas reformas de la Constitución Política del
Estado.<254) Así, la detención policial puede durar ahora cuarenta y
ocho horas o el término de la distancia.

(253) Cubas Villanueva, Víctor. Las medidas de coerción en el proceso penal,


primera edición, pp. 67.

(254) El literal f) del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución Política del


Estado ha sido modificado por el artículo único de la Ley N° 30558,
publicada el 09-05-2017.

244
Ca pít ul o X: Cum p lim ie nt o d e la s m e d id a s de p r o t e cció n

Una vez vencido el plazo de la detención policial (48 o 15


días, según el delito por el que se detuvo en flagrancia), el Fiscal
debe solicitar al Juez de la Investigación Preparatoria la incoación
del proceso inmediato J 255)

3.2 El arresto ciudadano en estado de flagrancia delictiva


También es denominado arresto en estado de flagrancia.

Con la vigencia en su totalidad del Nuevo Código Procesal


Penal del 2004 Decreto Legislativo N° 957, ya no solamente se tie­
ne como exclusividad la detención en estado de flagrancia delictiva
al personal de la Policía Nacional sino que también toda persona
podrá realizar al arresto en estado de flagrancia delictiva. El artícu­
lo 260° inciso 1 del Decreto Legislativo 957 Código Procesal Penal
del 2004 establece que “toda persona podrá proceder al arresto en
estado de flagrancia delictiva”.

El Código Procesal Penal del 2004 introduce la figura del


arresto ciudadano en estado de flagrancia delictiva, este arresto o
aprehensión constituye una variedad de detención por la cual cual­
quier ciudadano puede detener a una persona que está delinquien­
do o ha delinquido en condiciones de flagrancia y conducirlo en
el plazo más pronto posible a la dependencia policial más cercana,
de no hacerlo la detención se tornaría en ilegal. Buscando de esta
manera lograr el compromiso y participación ciudadana en amino­
rar los actos delictivos o la consumación de ellos; entendiéndose
entonces el arresto ciudadano como una labor complementaria,

(255) Frisancho Aparicio, Manuel. Procesos penales especiales. Colaboración


eficaz, terminación anticipada del proceso, proceso inmediato reforma­
do, pp. 351, 352.

245
Johnny E. Castillo Aparicio

que coadyuvaría al fortalecimiento de la seguridad ciudadana y co­


laborar con la administración de justiciad256)

El artículo 260 del Código Procesal Penal le confiere este


derecho a cualquier ciudadano o persona, a condición de entregar
inmediatamente al arrestado y las cosas que constituyan el cuerpo
del delito, a la Policía más cercana. Es decir, el código reconoce
como derecho de cualquier ciudadano practicar la aprehensión de
una persona sorprendida en flagrante delito, pero establece la obli­
gación de entregarla inmediatamente, así como el cuerpo del delito
a la Autoridad Policial. Se entiende por entrega inmediata el tiem­
po que demanda dirigirse a la dependencia policial más cercana o al
policía que se encuentre por inmediaciones del lugar.

La ley establece expresamente que, en ningún caso, el arresto


autoriza a encerrar o mantener privada de su libertad a la persona;
y dispone, al mismo tiempo, que la Policía redacte un acta donde
conste la entrega y las circunstancias de la intervención.)257)

Vale decir, que al aplicar la norma del arresto ciudadano en


estado de flagrancia delictiva es, aprehender al agresor y entregarlo
a la autoridad policial, evitando o reduciendo la consumación de
los delitos de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo
familiar como; agresiones, lesiones leves, lesiones graves, violación
sexual, feminicidio, tentativa de femicidio y otros.

Sus características son: a) se requiere el estado de flagran­


cia; b) es practicado por un particular; c) es un acto transitorio

(256) Catillo Aparicio, Johnny. Comentarios a la ley de violencia familiar y su


aplicación en los procesos de violencia sexual en menores de edad en el
NCPP, pp. 80, 81
(257) Cubas Villanueva, Víctor. Las medidas de coerción en el proceso penal,
primera edición, pp. 66.

246
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

de privación de la libertad; d) debe entregarse al aprehendido a la


autoridad policial.

3.3 Intervención y acciones inmediatas en caso de flagrancia


por la Policía Nacional
La “Guía de Procedimientos para la intervención de la Policía
Nacional en el marco de la Ley 30364, Ley para prevenir sancio­
nar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, y su reglamento, aprobado por Resolución de la
Comandancia General de la Policía Nacional N° 170-2020-CG-
PNP/EMG (17-06-2020), señala en las disposiciones específicas
en relación a los casos de flagrancia o peligro inminente de perpe­
tración de los hechos lo siguiente:

a. El personal policial debe constituirse de inmediato al lugar


de los hechos, tomando las precauciones para el resguardo
y protección a victima/s directa/s o indirecta/s, de la esce­
na, indicios y evidencias, lo que dejara constancia en acta.

b. En caso de delito flagrante, el personal policial intervinien-


te procede a la inmediata detención de la persona agresora,
incluso, allanando su domicilio o el lugar donde estén ocu­
rriendo los hechos, también procede el arresto ciudadano,
de acuerdo a lo establecido en el Código Procesal Penal.

Cuando el personal policial observe lesiones visibles en la


víctima, y esta sindique a la persona agresora, se procede in­
mediatamente a la detención respectiva, previa suscripción
del acta, en la cual describe la lesión y, de ser posible, adjunta
alguna evidencia de ésta.

Cuando las lesiones no sean visibles, el personal policial


debe comunicarse inmediatamente con el Centro Emer­

247
Johnny E. Castillo Aparicio

gencia M ujer con la finalidad de solicitar la evaluación de


la víctima, que establezca el nivel de la afectación psicoló­
gica (cognitiva, emocional o conductual) relacionada con
el hecho de violencia. De acuerdo al resultado, se procede
con la detención de la persona agresora.

c. El personal policial debe comunicar a la Fiscalía Penal para


que proceda conforme el artículo 446 del Código Procesal
Penal, incoando proceso inmediato; sin perjuicio de co­
municar los hechos al juzgado de familia para que adopte
las medidas correspondientes.
Si la ficha de valoración del riesgo arroja riesgo severo,
se debe comunicar de ello a la Fiscalía Penal, a fin de que
proceda conforme el artículo 17-A de la Ley 30364.

d. En el caso de adolescentes en conflicto con la ley penal, se


aplica el Código de responsabilidad Penal de Adolescentes
y su reglamento, en concordancia con lo dispuesto en el
Código de Niños y Adolescentes.
e. El responsable de la investigación policial debe de co­
m unicar de inm ediato, por cualquier medio (escrito, co­
rreo electrónico, u otro ), de la detención a la Fiscalía
Penal y Juzgado de Fam ilia o su equivalente, para las
acciones de su competencia. A sim ism o, realiza las si­
guientes diligencias:

- O btener el diagnóstico del nosocomio donde fue aten­


dida la víctima.

- Determinar el medio empleado para causar las lesiones.

- R em itir al laboratorio de crim inalística la ropa, ins­


trum ento empleado, así como otros indicios y/o evi­
dencias hallados durante las inspecciones policiales,

248
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o d e la s m e d id a s de p r o t e cció n

para el estudio pertinente y la obtención del dicta­


men pericial.

- En caso sea posible, ubicar el instrumento del delito y


fotografiarlo en el lugar en que se encuentre. Antes de
recogerlo, levantar el croquis y emitir el acta respectiva.

- Com unicar a la Unidad especializada los casos estable­


cidos en las disposiciones legales e institucionales.

4. APOYO DEL SERVICIO DE SERENAZGO


Señala el primer párrafo del artículo 23-A de la Ley 30364,
Ley para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra las mu­
jeres y los integrantes del grupo familiar, incorporado por el De­
creto Legislativo N° 1386 publicado el 04 de setiembre del 2018
que: “La Policía Nacional del Perú es responsable de ejecutar las
medidas de protección (...); asimismo, debe llevar un registro del
servicio policial en la ejecución de la medida y habilitar un canal
de comunicación para atender efectivamente sus pedido de res­
guardo, pudiendo coordinar con los servicios de serenazgo para
brindar una respuesta oportuna”.

El M ovimiento Manuela Ramos, declara que es también


novedoso que se considere el apoyo de las fuerzas del serenazgo
cuando existan/258)

El artículo 84° de la Ley O rgánica de M unicipalidades es­


tablece que las m unicipalidades, en m ateria de programas so­
ciales, de defensa y prom oción de derechos, ejerce la función

(258) Movimiento Manuela Ramos. Ley para prevenir, sancionar y erradicar la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N°
30364 comentada, pp. 34.

249
Johnny E. Castillo Aparicio

de: “O rganizar, adm inistrar y ejecutar los program as locales


de asistencia, protección y apoyo a la población en riesgo, de
niños, adolescentes, m ujeres, adultos m ayores, personas con
discapacidad y otros grupos de la población en situación de
discrim inación”.
El artículo 197° de la Constitución Política de 1993 estable­
ce que: “Las municipalidades promueven, apoyan y reglamentan
la participación vecinal en el desarrollo local. Asimismo brindan
servicios de seguridad ciudadana, con la cooperación de la Policía
Nacional del Perú, conforme a le y ”.
Es así, que los gobiernos locales también tienen como fun­
ción fomentar, preservar y ejecutar el respeto y la defensa de los
derechos humanos de sus ciudadanos.
Derechos humanos que se interpreta en este caso como los
derechos a la vida, a su integridad física y psicológica, a la libertad,
dignidad y otros derechos fundamentales consagrados en la Cons­
titución Política y otros documentos internacionales.
A sí, las m unicipalidades en defensa de los derechos de los
ciudadanos, asiste, protege y apoya a la población en riesgo, de
niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores y personas con
discapacidad, que en este caso se relaciona con la violencia fa­
m iliar en agravio de dicha población, poniéndose en riesgo su
integridad física, psicológica, libertad de las personas y que al
ser víctim as de esta violencia las m unicipalidades a través de la
seguridad ciudadana y con la cooperación de la Policía N acio­
nal del Perú brindar el apoyo y protección a las víctim as que lo
soliciten.
El artículo 73° numeral 2.5 de la Ley Orgánica de Municipa­
lidades concibe a la seguridad ciudadana como un servicio público
local y las funciones específicas y compartidas se encuentran esta­

250
Ca pít u l o X: Cum p lim ie nt o de la s m e d id a s de p r o t e cció n

blecidas en el artículo 85° de la LOM. En realidad, si bien el papel


de los gobiernos locales es esencial en materia de seguridad ciu­
dadana, la gravedad del tema en la hora actual rebasa su capacidad
operativa y es eminentemente una competencia compartida entre
todos los niveles de gobierno (nacional, regional y local), la Policía
Nacional y la población civil organizada.

El papel del Estado en su conjunto, en materia de seguri­


dad ciudadana, ha sido desarrollada por la Ley N° 27933 Ley del
Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana y su reglamento D.S
N° 012-2003-IN, normas que conciben a la seguridad ciudadana
como: “La acción integrada que desarrolla el Estado, con la co­
laboración de la ciudadanía, destinada a asegurar su convivencia
pacífica, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de
las vías y espacios públicos. Del mismo modo, contribuir a la pre­
vención de la comisión de delitos y faltas”.

Es así, que el rol de los gobiernos locales en materia de segu­


ridad ciudadana se centra básicamente en los serenazgos.

Cabe señalar que los serenazgos hoy en día son requeridos


para una gama muy amplia de intervenciones, desde las referidas a
problemas de convivencia -com o, por ejemplo, los ruidos moles­
tos, el consumo de alcohol y drogas en la vía pública, la prostitu­
ción y las riñ as- hasta las asociadas con la actividad criminal, tales
como la microcomercializacion de drogas y todo tipo de delitos
patrimoniales, que incluyen desde robos al paso y de autopartes
hasta robos de vehículos y viviendas. Entre estos extremos, existe
un conjunto de pedidos de intervención ante hechos que pueden
o no ser delitos, que comprenden la presencia de sospechosos, los
accidentes de tránsito y la violencia fam iliar y juvenil. En muchos
casos, el serenazgo atiende el pedido directamente, mientras que
en otros, cuando es necesaria la presencia policial, se encarga de

251
Johnny E. Castillo Aparicio

viabilizarla, cumpliendo así el papel de intermediario entre el ciu­


dadano y la P o licial259)

Se entiende entonces que para los casos de violencia familiar


en donde está en riesgo la vida, la integridad física y psicológica, la
libertad de tránsito, la libertad sexual y demás derechos fundamen­
tales se debe solicitar el apoyo del servicio de serenazgo de las mu­
nicipalidades, asimismo si la víctima de violencia familiar cuenta
con las medidas de protección otorgadas por el juzgado de familia
o su equivalente y el agresor es renuente a acatar estas medidas de
protección la victima puede solicitar el apoyo del serenazgo y la in­
tervención sea oportuna con la finalidad de prevenir o contrarres­
tar la agresión dirigida hacia la víctima o que exista un peligro in­
minente que se produzca, todo ello en defensa como se ha tratado
anteriormente de los derechos fundamentales de los ciudadanos,
donde también tienen competencia las municipalidades.

(259) Mállap Rivera, Johnny. Comentarios al Régimen Normativo Municipal,


pp. 472, 475.

252
• Jurisprudencia
• Plenos Jurisdiccionales de las
Cortes Superiores sobre medidas
de protección en el marco de la
Ley N° 30364
• Modelos de escritos
• Legislación
JURISPRUDENCIA

1, Proceso de amparo contra la resolución N° 01 contra el Primer


juzgado Especializado de Familia de Sea y la resolución N° 04 de
la Sala Superior de Emergencia de la Corte Superior de Justicia
de ¡caf en el extremo que otorgó medidas de protección a favor
de la denunciante. Sentencia del Tribunal Constitucional Exp. N°
03378-2019-PA/TC-lca
v . — _______________ _______ _- ___________________________________________________________________________________________________________________

EXP. N.° 03378-2019-PA/TC


1CA
JORGE GUILLERMO COLONIA
BALAREZO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 5 días del mes de marzo de 2020, el Pleno delTribunal Constitucional,
integrado por los magistrados Ledesma Narváez, Ferrero Costa, Miranda Canales,
Blume Fortini, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, pronuncia la siguiente
sentencia, con los fundamentos de voto de los magistrados Ledesma Narváez, Ferrero
Costa, Blume Fortini, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, que se agregan.
Se deja constancia de que el magistrado Ramos Núñez votará en fecha posterior.

ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Jorge Guillermo Colonia
Bala rezo contra la resolución de fojas 108, de fecha 24 de julio de 2019, expedida
por la Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de lea, que declaró
improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES
Con fecha 27 de marzo de 2019, el recurrente interpone demanda de amparo
contra el Primer Juzgado Especializado de Familia de lea y la Sala Superior de
Emergencia de la Corte Superior de Justicia de lea. Solicita que se declaren nulas la

255
Johnny E. Castillo Aparicio

Resolución 1, de fecha 24 de octubre de 2018 (folio 5), en el extremo que admitió la


denuncia interpuesta en su contra por doña María Luisa Paredes Tambra por violencia
(en la modalidad de maltrato psicológico) y le concedió medidas de protección; y la
Resolución 4, de fecha 7 de febrero de 2019 (folio 19), que confirmó la Resolución 1,
en el extremo que otorgó medidas de protección a favor de la denunciante, las cuales
fueron expedidas, respectivamente, por los jueces emplazados.

Alega que se han vulnerado sus derechos fundamentales a la tutela jurisdiccional


efectiva y al debido proceso, en sus manifestaciones del derecho de defensa y del
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales; toda vez que a través de las
resoluciones cuestionadas se dictaron medidas de protección a favor de la denunciante
prescindiendo de la realización de la audiencia para su efecto, con lo cual se le impidió
ejercer su derecho a ser oído, y basándose exclusivamente en una anticientífica e
inconstitucional “Ficha de valoración de riesgo en mujeres víctimas de violencia de
pareja”, cuyas preguntas se formularon a la víctima en una diligencia en la que no
se le permitió participar ni a él ni a su abogado. Al respecto, señala que los jueces
emplazados no explican cómo se disponen medidas de protección sin que existan
otras pruebas periféricas que corroboren la valoración del riesgo.

Mediante la Resolución 1, de fecha 1 de abril de 2 019 (folio 52), el Tercer Juzgado


Especializado Civil de lea declaró improcedente la demanda de amparo por considerar
que no existe irregularidad de relevancia constitucional que vulnere de forma directa
y manifiesta los derechos fundamentales alegados, en tanto que el demandante se
limita a exponer argumentos y hechos del proceso ordinario pretendiendo un nuevo
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia.

A su turno, la Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de lea


confirmó la decisión de primera instancia o grado, considerando que el recurrente
pretende revisar en vía constitucional las decisiones emitidas por la judicatura ordinaria,
a pesar de ue no evidencian una infracción concreta al contenido constitucionalmente
protegido de os derechos fundamentales que invoca.

FUNDAMENTOS
§ I. PETITORIO Y DETERMINACIÓN DEL ASUNTO CONTROVERTIDO
1. Del escrito que contiene la demanda, este Tribunal Constitucional observa que
el petitorio está dirigido a que se declare la nulidad de la Resolución 1, de fecha
24 de octubre de 2018, expedida por el Primer Juzgado Especializado de Familia
de lea, a través de la cual se admitió la denuncia interpuesta por doña María
Luisa Paredes Tambra en contra del recurrente por violencia (en la modalidad de
maltrato psicológico) y le concedió medidas de protección; y la Resolución 4, de
fecha 7 de febrero de 2019, emitida por la Sala Superior de Emergencia de la
Corte Superior de Justicia de lea, mediante la cual confirmó la citada Resolución
1, en el extremo que concedió medidas de protección, por violencia contra la

256
A p é n d ic e : Pr o ce so de am paro

mujer, a favor de la referida denunciante María Luisa Paredes Tambra. Alega


que dichas resoluciones violan sus derechos fundamentales de defensa y a la
motivación de las resoluciones judiciales.
2. El Tribunal advierte que, si bien al identificarse los derechos que se habrían
vulnerado el recurrente ha invocado tanto al derecho de defensa como al
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, la presente controversia
constitucional solo está relacionada con el primero. Ello es así por cuanto,
efectivamente, la Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”, publicada el
23 de noviembre de 2015 en el diario oficial El Peruano, establece el uso de la
“Ficha de valoración de riesgo” como un instrumento objetivo para analizar el
riesgo de violencia contra la mujer y, sobre la base del resultado obtenido de
su aplicación a la víctima, sustentar el dictado de medidas de protección que
ayuden a detener la violencia ejercida contra aquella o prevenir que se suscite
nuevamente, excluyendo al presunto agresor de participar en el momento en que
se completa dicha ficha, así como impidiéndole ser oído porque se prescinde —
en casos de riesgo severo— de la realización de la audiencia para su dictado.
3. Así, el Tribunal considera que la controversia constitucional gira esencialmente
en torno a la verificación de si la exclusión del demandante para participar en el
momento en que se completa la ficha, así como el otorgamiento de medidas de
protección a favor de la mujer denunciante sin que se le permita previamente al
demandante ser oído en la audiencia de su dictado porque se prescindió de su
realización, intervienen injustificadamente o no sobre su derecho de defensa.

1.2. PROCEDENCIA DEL AMPARO


4. Sin embargo, un análisis, como el anunciado en el fundamento precedente,
requiere que este Tribunal se cerciore previamente si el recurrente ha cumplido
con satisfacer las condiciones de la acción a las que está sujeto el proceso de
amparo. Esas condiciones de la acción están reguladas, esencialmente, en el
artículo 5 del Código Procesal Constitucional y, tratándose del cuestionamiento
de una resolución judicial, el análisis también comprende lo previsto por el
artículo 4 del mismo cuerpo de leyes.
5. El Tercer Juzgado Especializado Civil de lea declaró la improcedencia in limine de
la presente demanda de amparo y esta decisión fue confirmada por la Sala Civil
Permanente de la Corte Superior de Justicia de lea, en esencia, por considerarse
que la demanda no contendría un asunto de relevancia constitucional desde el
punto de vista de los derechos fundamentales alegados (artículo 5.1 del Código
Procesal Constitucional).
6. Este Tribunal Constitucional no comparte dicho criterio. A este efecto, recuerda
que el artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, a tenor de

257
Johnny E. Castillo Aparicio

la cual se debe considerar el contenido protegido del derecho de defensa sobre


la base de la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución, reconoce
el derecho de toda persona a ser oída

con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez


o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter [negritas agregadas].

7. Si este derecho a ser oído garantiza o no que el denunciado de violencia


contra la mujer deba ser escuchado antes de que se otorgue una medida de
protección a favor de la mujer en los casos de violencia es una cuestión que se
determinará más adelante, según los derechos y principios constitucionales
involucrados. Entre tanto, para determinar si el rechazo liminar de la demanda
se encuentra justificado en los términos exigidos por el artículo 5.1 del Código
Procesal Constitucional, al Tribunal Constitucional le basta advertir que, si el
derecho de defensa garantiza, primo facie, el derecho a ser oído en cualquier
proceso judicial en el que se determinen los derechos y las obligaciones de
una persona que participa en este, no cabe duda de que esa relación directa
existe.
8. La decisión adoptada de otorgar medidas de protección a favor de doña
María Luisa Paredes Tambra, que es el acto reclamado en este proceso, tiene
el efecto de establecer ciertas reglas de conducta que deberá cumplir el
demandante. Estas reglas de conducta, que desde su dictado forman parte
de la determinación del alcance de los derechos y de las obligaciones del
recurrente, se han dictado — así se alega— sin que se le permita ser oído, lo
que le ha impedido exponer que la decisión judicial se ha adoptado según una
prueba unilateral (“Ficha de valoración de riesgo”), en cuya metodología de
aplicación no solo no participa el presunto agresor, sino también que carece
de ciertos niveles de racionalidad.
9. No se formula una pretensión orientada a cuestionar lo resuelto por los
órganos de la jurisdicción ordinaria ni un asunto que se pueda calificar como
de ninguna trascendencia constitucional, tal como ha sido señalado por las
instancias inferiores que han conocido este proceso. Así, puesto que no existe
justificación en la decisión de rechazar liminarmente la demanda, este Tribunal
debería decretarlo así y, con base en sus facultades nulificantes establecidas en
el artículo 20 del Código Procesal Constitucional, declarar la nulidad de todo
lo actuado, ordenar que se admita a trámite la demanda y disponer que siga el
curso procesal que corresponda.
10. Sin embargo, el Tribunal Constitucional considera que, en el presente caso,
es innecesario obrar de ese modo. Según nuestra doctrina jurisprudencial,

258
Apén dice: P r o c e so de a m pa r o

expresada entre tantas otras sentencias (vgr. Expedientes 04184-2007-PA,


06111-2009-P A , 01837-2010-PA, 0 070 9-201 3-P A y 01479-2018-PA), el
Tribunal considera que, al tratarse de una controversia que gira alrededor de
los alcances del derecho de defensa en esta clase de proceso especial para
prevenir la violencia contra la mujer, en el expediente se encuentra todo lo que
es necesario para emitir un pronunciamiento sobre el fondo. En primer lugar,
al tratarse del cuestionamiento directo de la resolución judicial que concedió
las referidas medidas de protección, así como su confirmatoria, las razones
de los órganos jurisdiccionales emplazados se encuentran objetivadas en
la fundamentación que antecede a la decisión. En segundo lugar, expedir un
pronunciamiento sobre el fondo del asunto no vulneraría, a su vez, el derecho
fundamental a la defensa, en este caso, de los jueces que integraron los órganos
judiciales demandados. Así, por lo demás, se desprende de los propios actuados
en el presente proceso, donde el rechazo liminar de la demanda no ha impedido
que se les notifique el escrito de apelación (folio 93, vuelta), el auto que concede
este medio impugnatorio (folios 86, vuelta; 93, vuelta; y 94, vuelta), la resolución
que establece la fecha y hora de la vista de la causa (folios 98 y 99), así como la
resolución de vista (folios 113-115).
11. Así, pues, la decisión de este Tribunal de pronunciarse sobre el fondo en el
presente caso es plenamente congruente con la directriz que contiene el
artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, la cual
ordena que los fines de los procesos constitucionales no sean sacrificados
por exigencias de tipo procedimental o formal, además, desde luego, de así
requerirlo los principios procesales de economía procesal e informalismo,
también enunciados en el referido artículo III del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional.
12. Finalmente, este Tribunal advierte que la condición de la acción — consistente en
el deber del demandante del amparo contra resoluciones judiciales de emplear
los medios impugnatorios hábiles e idóneos para cuestionar la violación de sus
derechos y, de esa manera, obtener una “resolución judicial firme”, tal como exige
el artículo 4 del Código Procesal Constitucional— , en el presente caso, también ha
sido satisfecha. La Resolución 1, de fecha 24 de octubre de 2018, expedida por el
Primer Juzgado Especializado de Familia de lea, en su momento, fue impugnada
mediante el recurso de apelación correspondiente. Esto motivó que se expidiera la
Resolución 4, de fecha 7 de febrero de 2019, por la Sala Superior de Emergencia
de la Corte Superior de Justicia de lea. Dado que esta última resolución se trata
de un auto que no finaliza el proceso, no corresponde exigir que el recurrente haya
debido interponer un recurso de casación; pues, de acuerdo con la ley procesal
correspondiente, dicho recurso no está contemplado para estos casos.
13. Corresponde, por tanto, emitir un pronunciamiento sobre el fondo y así se hará.

259
Johnny E. Castillo Aparicio

§3, SOBRE LA ALEGACIÓN DEVIOLACIÓN DEL DERECHO DE DEFENSA ENEL


OTORGAMIENTO DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN CONTRA LA MUJER QUE
ES VÍCTIMA DEVIOLENCIA
(i) El contenido inderogabie del derecho de defensa y su contenido p r i m a
f a cie

14. Como ya se tiene expuesto, el demandante invoca la afectación de sus derechos


fundamentales de defensa y a la motivación de las resoluciones judiciales.
Considera que, mediante la Resolución 1, de fecha 24 de octubre de 2018,
expedida por el Primer Juzgado Especializado de Familia de lea, a través de la
cual se admitió la denuncia por violencia psicológica interpuesta en su contra
por doña María Luisa Paredes Tambra y se le concedió medidas de protección;
y la Resolución 4, de fecha 7 de febrero de 2019, emitida por la Sala Superior
de Emergencia de la Corte Superior de Justicia de lea, que confirmó la citada
Resolución 1, se concedieron indebidamente medidas de protección a favor de la
denunciante. Así, en su opinión, estas decisiones se basan exclusivamente en una
prueba (“Ficha de valoración de riesgo”) que es anticientífica e inconstitucional,
impidiéndosele su participación en la diligencia donde se formularon las preguntas
contenidas en la ficha a la persona que denunció ser víctima de violencia. Además,
tales medidas se dictaron prescindiendo de la realización de audiencia.
15. El derecho constitucional de defensa se encuentra reconocido en el inciso 14 del
artículo 139 de la Constitución, a tenor del cual:

Son principios y derechos de la función jurisdiccional:


[...]
14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún
estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y
por escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene derecho
a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y a
ser asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier
autoridad.

16. Por su parte, el artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos


precisa que toda persona tiene derecho:

[...] a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo


razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación
de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral,
fiscal o de cualquier otro carácter.

17. En su formulación más básica, el Tribunal Constitucional ha sostenido que el


derecho de defensa garantiza que toda persona que participa en un proceso

260
A pén dice: P r o c e so de a mpa ro

judicial no quede en estado de indefensión. Asimismo, se ha mencionado que


ese derecho a ser oído no proyecta las facultades e inmunidades que en su
nombre se encuentran garantizadas al ámbito exclusivamente del proceso penal
o sobre cualquier proceso judicial, sino que tiene la virtualidad de irradiarse en
cualquier clase de procedimiento (administrativo o corporativo privado) donde un
tercero tenga la competencia para decidir sobre los derechos y las obligaciones
de una persona.
18. Por tanto, los procesos especiales, como el de medidas de protección frente a la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, regulado por la
Ley 30364, no son ajenos a este ámbito de protección del derecho de defensa.

(ii) Determinación de la intervención en el ámbito p r im a f a cie garantizado


por el derecho de defensa
19. El Tribunal observa que, de acuerdo con el artículo 16 de la Ley 30364, el
Juzgado de Familia dentro de las 48 horas (en caso de riesgo leve o moderado,
identificado en la ficha de valoración de riesgo) o de las 24 horas (en caso de
riesgo severo, identificado en la ficha de valoración de riesgo), contadas desde
que toma conocimiento de la denuncia, evalúa el caso y resuelve en audiencia
la emisión de las medidas de protección y/o cautelares requeridas, que sean
acordes con las necesidades de la víctima. En este segundo supuesto señalado,
el juez podrá prescindir de la audiencia, dada la urgencia de salvaguardar la
integridad de la persona denunciante. En tanto que en los casos en los que no
se pueda determinar el riesgo, el Juzgado de Familia, en el plazo máximo de 72
horas, evalúa el caso y resuelve en audiencia. Son inaplazables las audiencias
para el dictado de medidas de protección y se realizan con los sujetos procesales
que se encuentren presentes.
20. Igualmente, observa que, al regularse las medidas de protección que se pueden
dictar en los procesos especiales por actos de violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, enunciativamente, el legislador ha considerado las
siguientes (artículo 22 de la Ley 30364):
1. Retiro del agresor del domicilio en el que se encuentre la víctima, así
como la prohibición del regresar al mismo. La Policía Nacional del
Perú puede ingresar a dicho domicilio para su ejecución.
2. Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier
forma, a su domicilio, centro de trabajo, centro de estudios u otros
donde aquella realice sus actividades cotidianas, a una distancia
idónea para garantizar su segundad e integridad.
3. Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica,
electrónica; asimismo, vía chat, redes sociales, red institucional,
intranet u otras redes o formas de comunicación.

261
Johnny E. Castillo Aparicio

4. Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para el agresor,


debiéndose notificar a la Superintendencia Nacional de Control de
Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil
para que proceda a dejar sin efecto la licencia de posesión y uso, y
para que se incauten las armas que están en posesión de personas
respecto de las cuales se haya dictado la medida de protección. En
el caso de integrantes de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional
del Perú en situación de actividad que emplean armas de propiedad
del Estado en el ejercicio de sus funciones, el juzgado oficia a la
institución armada o policial para los fines de este numeral.
5. Inventario de bienes.
6. Asignación económica de emergencia que comprende lo indispensable
para atender las necesidades básicas de la víctima y sus dependientes.
La asignación debe ser suficiente e idónea para evitar que se mantenga
o coloque a la víctima en una situación de riesgo frente a su agresor e
ingrese nuevamente a un ciclo de violencia. El pago de esta asignación
se realiza a través de depósito judicial o agencia bancaria para evitar
la exposición de la víctima.
7. Prohibición de disponer, enajenar u otorgar en prenda o hipoteca los
bienes muebles o inmuebles comunes.
8. Prohibición a la persona denunciada de retirar del cuidado del grupo
familiar a los niños, niñas, adolescentes u otras personas en situación
de vulnerabilidad.
9. Tratamiento reeducativo o terapéutico para la persona agresora.
10. Tratamiento psicológico para la recuperación emocional de la víctima.
11. Albergue de la víctima en un establecimiento en el que se garantice
su seguridad, previa coordinación con la institución a cargo de este.
21. El legislador ha distinguido las medidas de protección de las cautelares (que
“resguardan pretensiones de alimentos, regímenes de visitas, tenencia,
suspensión de la patria potestad, acogimiento familiar, disposición de bienes y
otros aspectos conexos que sean necesarios para garantizar el bienestar de las
víctimas, las personas dependientes o en situación de vulnerabilidad a cargo de
la víctima”) aludidas en el artículo 22-B de la misma Ley 30364.
22. Al respecto, el Tribunal observa que las medidas de protección presenta
características o elementos que también son propios de las medidas cautelares,
como la temporalidad, variabilidad y la urgencia; sin embargo, ello no supone
necesariamente que ambas tengan la misma naturaleza. En cualquier caso, las
medidas de protección se deben adoptar en un plazo bastante breve por el Juzgado
de Familia y en el marco de una audiencia oral que se debe caracterizar por prohibir

262
A pén dice: P r o c e so de a m pa r o

“la confrontación y la conciliación entre la víctima y el agresor” (artículo 25 de la


Ley 30364). El trámite de las medidas de protección es independiente del trámite
de la denuncia por violencia que se inicia, generalmente, cuando el Juzgado de
Familia remite los actuados al Ministerio Público para que realice la investigación
correspondiente. De ahí que el dictado de una medida de protección no significa
la atribución automática del estatus de responsable penal al presunto agresor de
violencia. El objeto de las medidas de protección es solo asegurar la integridad
personal de quien presenta la denuncia por violencia; por ello, su trámite es
independiente y célere. La determinación de la responsabilidad penal del presunto
agresor debe seguir el curso que la normatividad procesal penal prevé para el efecto.
23. Este Tribunal nota que, si bien es cierto que no existe una norma específica
que disponga expresamente que las medidas de protección se deban dictar
sin que se oiga al agresor, en el supuesto de encontrarse ante un escenario
de violencia calificado como de “riesgo severo”, el inciso “b” del artículo 16 de
la Ley 3 036 4 autoriza al juez para que prescinda de la audiencia y actúe con
la urgencia que exige el caso. Asimismo, verifica que existen dos normas de
carácter general, como el artículo 25 anteriormente reseñado o el artículo 18
(que establece que “[en] la actuación de los operadores de justicia, originada por
hechos que constituyen actos de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar, se evita la doble victimización de las personas agraviadas a
través de declaraciones reiterativas y de contenido humillante. Los operadores
del sistema de justicia deben seguir pautas concretas de actuación que eviten
procedimientos discriminatorios hacia las personas involucradas en situación de
víctimas [...]”), a partir de las cuales se deduce la facultad del juez para disponer
el otorgamiento de medidas de protección a favor de la mujer objeto de violencia
y que estas, además, se dicten inaudita altera pars, sin oírse a la otra parte.
24. En el presente caso, el Tribunal observa que los órganos judiciales emplazados
concedieron medidas de protección a favor de doña María Luisa Paredes Tambra,
las cuales fueron dictadas sin que se permitiera al recurrente ser oído porque
se prescindió de la realización de la audiencia correspondiente al tratarse de
un caso calificado como de riesgo severo (folio 8). Las medidas de protección
consistieron en que el demandante queda prohibido de (i) acercarse a la agraviada,
a su domicilio, centro de trabajo y otros a una distancia no menor de 50 metros;
(ii) comunicarse con la agraviada, ya sea por medio de cartas, escritos diversos
correos electrónicos, mensajes de texto, teléfono, chat, redes sociales, internet
y otras formas de comunicación; (iii) protagonizar cualquier tipo de discusión o
altercado, ya sea que se encuentre en estado etílico o sobrio, en cualquier lugar
y circunstancia en que se encuentre la parte agraviada, a fin de no o causarle un
daño emocional; (¡v) agredir verbalmente a la agraviada con palabras humillantes
y ofensivas y cualquier otra acción que le cause afectación emocional; y que se
abstenga de (v) inferir maltrato físico o psicológico a la agraviada.

263
Johnny E. Castillo Aparicio

25. Como objetivamente tales medidas incidieron sobre una serie de libertades del
ahora recurrente, y estas se dictaron sin que se le permita ser oído, el Tribunal
advierte que existe una intervención sobre el derecho de defensa. Se trata de una
intervención judicial efectuada al amparo de los artículos 16, inciso “b”; 18; y 25
de la Ley 30364.
26. El recurrente considera que dicha intervención, por el solo hecho de serla, es
inconstitucional y viola su derecho de defensa. El Tribunal no comparte tal
criterio.
27. A este efecto, el Tribunal se ve en la necesidad de recordar su doctrina general
en torno a las intervenciones, las injerencias o los límites de los derechos
fundamentales. Así, los derechos fundamentales no son absolutos, se encuentran
sujetos a límites o intervenciones en su ámbito prima facie protegido. Ello es
consecuencia de que el reconocimiento de un derecho fundamental no se formula
de manera aislada en favor de una única persona, sino en un marco más general,
como el reconocimiento de diversos derechos fundamentales y otros principios o
bienes constitucionalmente protegidos. Estos límites, en algunos casos, tienen
la condición de inmanentes, cuando así se derivan del propio contenido del
derecho, o pueden ser externos, cuando el legislador quien los establece, en
aras de armonizar ese derecho con el reconocimiento de otros derechos o bienes
constitucionalmente protegidos.
28. En cualquier caso, no se puede calificar como sinónimo de violación del derecho
la identificación de un límite o la intervención sobre el ámbito prima facie
protegido por un derecho fundamental. Desde sus primeras sentencias, este
Tribunal ha sostenido que solo las intervenciones que carecen de justificación
se pueden considerar como violatorias de los derechos fundamentales. Por
lo tanto, el problema no es que se observe una intervención en el programa
normativo del derecho, sino que carezca de justificación. De esta apreciación
general no escapa el derecho de defensa. Lo mínimamente garantizado por este
es que toda persona que participa en un proceso judicial no quede en estado de
indefensión material. Es decir, que se le condene o se disponga de sus derechos y
obligaciones sin habérsele permitido antes formular sus descargos o, en términos
más generales, ser oído por quien tiene la competencia legal para decidir. Más
allá de este contenido básico e inderogable, para que sea válida cualquier otra
intervención sobre el derecho a hacerse oír ante un tribunal que dispone alguna
medida que lo afecte en el ejercicio y goce de sus derechos y libertades, debe ser
necesariamente justificada.
29. Puesto que en el presente caso se ha dictado una medida judicial caracterizada
por su provisionalidad y urgencia en su expedición, consistente en la prohibición
para el recurrente de desplegar una serie de conductas en aras de salvaguardar
la integridad psicológica y física de la denunciante doña María Luisa Paredes

264
A péndic e: P r o c e so de amparo

Tambra, prescindiéndose de la realización de la audiencia correspondiente


para su dictado y, en consecuencia, impidiéndole al recurrente ser oído; el
Tribunal nota que esta medida no afecta a aquel contenido inderogable del
derecho de defensa que todos los poderes públicos están inexorablemente
obligados a respetar. Su aplicación judicial no tiene el efecto de dejar en
estado de indefensión material a la persona contra quien se dicta, pues la
oportunidad para hacerse oír por el juez solo ha sido desplazada a otra etapa
procesal. Así, pues, no tratándose de una medida que afecte el contenido
inderogable del derecho de defensa, resta evaluar si la intervención que de
todas maneras genera en el ámbito prima facie de este derecho — consistente
en la imposibilidad de ser oído cada vez que se adopten medidas que puedan
afectar en el ejercicio de sus derechos y obligaciones de cualquier índole— se
encuentra constitucionalmente justificada.
30. En lo que sigue, por tanto, este Tribunal se detendrá en el análisis de las razones
que justifican o no que el legislador haya autorizado que, en el dictado de
medidas de protección a favor de una mujer víctima de la violencia, el juez pueda
adoptarla inaudita altera pars.

(iii) Justificación de la intervención sobre el derecho a la defensa


A. So b r e l a f i n a l i d a d c o n s t i t u c i o n a l q u e p e r s i g u e e l d i c t a d o d e l a s m e d i d a s d e

p r o t e cci ó n

31. Como antes se ha dicho, la actuación judicial que aquí se cuestiona, realizada al
amparo de la Ley 30364, constituye una intervención del contenido prima facie
garantizado por el derecho de defensa. Tal injerencia, a fin de no ser calificada
de inconstitucional, ha de necesitar contar con una justificación. Se debe evaluar
si esta existe o no tomando en consideración si detrás de su establecimiento
legislativo hay razones constitucionales objetivas que la legitimen. Por tanto, se
debe indagar si la medida establecida por el legislador, que los órganos judiciales
emplazados han adoptado, tiene la finalidad de proteger algún derecho o bien
constitucionalmente relevante, o si no se encuentra constitucionalmente prohibida.
32. En opinión del Tribunal, el derecho fundamental que la justifica es el de la mujer
a una vida libre de violencia.
33. La Constitución garantiza a toda persona su derecho a la vida, a su integridad moral,
psíquica y física, así como a su libre desarrollo (artículo 2, inciso 1). Se tratan de
tres derechos fundamentales, cada uno con un contenido constitucionalmente
protegido que es propio. En virtud de los derechos a la vida y al libre desarrollo,
estos aseguran a todas las personas una vida digna y libre, es decir, la capacidad
para formular autónomamente sus proyectos de vida, los cuales son libres de
construir a partir de su individual modelo de virtud y, desde luego, de poderlos
alcanzar. En virtud del segundo derecho mencionado, se trata de la salvaguarda

265
Johnny E. Castillo Aparicio

de su inviolabilidad moral, psíquica y física, de modo que está prohibido, como


recuerda el artículo 2, inciso 24, parágrafo “h”, de la Constitución, la “violencia
moral, psíquica o física”, o el ser “sometido a tortura o a tratos inhumanos o
humillantes”.
34. También el artículo 2, inciso 2, de la Constitución reconoce el derecho que
tienen todas las personas a no ser discriminadas por razones de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
Es el derecho a la igualdad jurídica, entre cuyas posiciones iusfundamentales
se encuentra el derecho a la igual dignidad, esto es, el derecho que tienen las
personas a ser tratadas como iguales en tanto ostentan la misma dignidad,
cualquiera sea el sexo o el género.
35. De las relaciones que se suscitan entre los contenidos de los derechos a la vida,
integridad personal, libre desarrollo e igualdad, este Tribunal entiende que se
deriva el aseguramiento, a título de derecho fundamental, de una facultad a
favor de todos los seres humanos, pero especialmente significativa — por las
razones que se expondrán más adelante— en el caso de las mujeres, consistente
en garantizar y asegurar el desarrollo de una vida libre de violencia, cualquiera
sea su clase (física, psíquica o moral). Se trata, en otras palabras, del derecho
fundamental de la mujer a una vida libre de violencia, cuyo reconocimiento no
requiere apelar a la cláusula de los derechos no enumerados (artículo 3 de la
Constitución), el cual, como se recordó en la sentencia recaída en el Expediente
0895-2001-AA/TC, está reservada solo para aquellas especiales y novísimas
situaciones que supongan la necesidad del reconocimiento de un derecho
que requiera una protección al más alto nivel y que, en modo alguno, pueda
considerarse que está incluido en el contenido de algún derecho constitucional
ya reconocido en forma explícita (fundamento 5). Un derecho, en definitiva, cuyo
reconocimiento con el más alto nivel de rango surge de la interrelación, a su vez,
de los contenidos protegidos por los derechos a la vida, a la integridad personal,
al libre desarrollo y a la igualdad.
36. El núcleo ¡nderogable del derecho fundamental de la mujer a una vida libre de
violencia — que es indisponible y, por consiguiente, proyectado como vinculante
directamente desde los artículos 2, incisos 1 y 2, de la Constitución, sin perjuicio
de ulteriores precisiones jurisprudenciales que este Tribunal pueda realizar— está
constituido por las siguientes posiciones iusfundamentales:
a) A no ser objeto de cualquier acción o conducta, particular o estatal, que
le cause la muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, por su
condición de mujer, tanto en el ámbito privado como público.
b) A no ser objeto de violación, abuso sexual, tortura, trata, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el espacio laboral o cualquier otro
lugar.

266
A péndice: P r o c e so de a m pa r o

c) A no ser objeto de alguna forma de discriminación, en particular, de aquella


basada en el sexo.
d) A ser considerada y educada sin tomar en cuenta los patrones estereotipados
de conducta, así como las prácticas culturales y sociales que están basadas
en criterios de inferioridad o subordinación.
37. En nuestro sistema de fuentes del Derecho, dicho derecho de la mujer a una
vida libre de violencia ha sido objeto de reconocimiento. Si se recuerda que
los derechos y las libertades reconocidos por la Constitución se interpretan y
aplican de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los
tratados internacionales sobre las mismas materias que el Estado peruano haya
ratificado (Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución), entonces,
este derecho de la mujer a una vida libre de violencia tiene la condición de
un derecho humano tras su reconocimiento por la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención
de Belém do Pará”, cuyo artículo 3 reconoce que “[tjoda mujer tiene derecho
a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”.
Asimismo, en el plano infraconstitucional, el artículo 9 de la Ley 30364 desarrolla
legislativamente aquel derecho: “Mas mujeres y los integrantes del grupo
familiar tienen derecho a una vida libre de violencia, a ser valorados y educados,
a estar libres de toda forma de discriminación, estigmatización y de patrones
estereotipados de comportamientos, prácticas sociales y culturales basadas en
conceptos de inferioridad y subordinación”.
38. Este derecho fundamental de la mujer a una vida libre de violencia es el fin que
existe detrás de la intervención sobre el derecho de defensa cuando la judicatura
dicta medidas de protección prescindiendo de la audiencia donde el agresor
habría podido ser escuchado.

B. ¿L a in t e r v e n ció n en el d e r e cho de d e f e n sa su p e r a el su b p r i n c i p i o de

id one id a d ?

39. Corresponde evaluar si la facultad del Juez de Familia, reconocida por el artículo
16 inciso “b” de la Ley 30364, para dictar medidas de protección, prescindiendo
de la audiencia para el efecto cuando se presenta un caso de violencia contra
la mujer que califica como de “riesgo severo”, y, por tanto, impedirle al agresor
ser oído, constituye una medida restrictiva, pero idónea para la prosecución del
objetivo perseguido por tales medidas de protección.
40. El propósito de la Ley 30364 fue establecer algunos mecanismos, medidas y
políticas integrales para prevenir, atender y proteger a las mujeres víctimas de
violencia. En ese sentido, en su artículo 22, regula las medidas de protección, las
cuales tienen por objeto:
[...] neutralizar o minimizar los efectos nocivos de la violencia ejercida por la
persona denunciada, y permitir a la víctima el normal desarrollo de sus actividades

267
Johnny E. Castillo Aparicio

cotidianas; con la finalidad de asegurar su integridad física, psicológica y sexual,


o la de su familia, y resguardar sus bienes patrimoniales.
41. Entonces, queda claro que el propósito perseguido por las medidas de protección
es detener la violencia ejercida contra la víctima o prevenir que esta se vuelva
a suscitar — de darse otra vez el escenario de violencia, la agresión podría
perpetrarse con más intensidad, sobre todo, si existe una denuncia formal de por
medio contra el actor— ,y que así las mujeres puedan llevar una vida en tranquilidad
y exentas de agresión. Las medidas de protección han sido concebidas por el
legislador para resguardar la integridad personal de las mujeres y garantizar su
derecho a llevar una vida libre de violencia, de ahí que constituyan las acciones
judiciales más efectivas e idóneas que se puedan adoptar en la actualidad frente
a las denuncias de violencia presentadas. Más aún, si en nuestro ordenamiento
jurídico no se contempla otro mecanismo tutelar, célere y especializado para
salvaguardar la integridad de las mujeres frente a la violencia00.
42. Ahora bien, para el dictado de las medidas de protección el Juzgado de Familia
tomará en cuenta el riesgo al cual se encuentra sometida la vida de la víctima
de violencia, la necesidad de protección, así como la urgencia y el peligro en
la demora. Por ello, es que tratándose de hechos de violencia calificados como
de “riesgo severo”, como el caso de autos, y no otros, la Ley 3 036 4 contempla
la posibilidad de que el juez de familia prescinda de la audiencia y dicte a la
brevedad las medidas de protección que considere adecuadas para garantizar la
integridad de la víctima. Su explicación es la necesidad, la urgencia y el peligro
en la demora. Esta justificación es plenamente constitucional, sobre todo, si se
toma en cuenta que el agresor no ha quedado en un estado de indefensión al no
ser oído como ya se afirmó supra, sino que su oportunidad para hacerse escuchar
ha sido desplazada a otra etapa procesal.
43. Por tanto, la decisión judicial de dictar medidas de protección en el presente
caso prescindiendo de la audiencia para el efecto es una medida idónea para
alcanzar el fin constitucionalmente perseguido, esto es, salvaguardar la integridad
psicológica y física de doña María Luisa Paredes Tambra.

(1) El segundo párrafo del artículo 677 del Código Procesal Civil (“Si durante la trami­
tación del proceso se producen actos de violencia física, presión psicológica, intimi­
dación o persecución al cónyuge, concubino, hijos o cualquier integrante del núcleo
familiar, el Juez debe adoptar las medidas necesarias para el cese inmediato de los
actos lesivos, sin perjuicio de lo dispuesto en el Artículo 53”) hace referencia a la
tutela anticipada. Sin embargo, las medidas que el juez pueda adoptar en el marco
de dicho precepto no tienen como finalidad inmediata alcanzar la protección, sino
la eficacia de la decisión final. En ese sentido, no puede equipararse a los alcances
tuitivos de las medidas de protección reguladas en la Ley 30364.

268
A pén d ic e : Proceso de amparo

C. ¿L a in t e r v e n ció n en el d e r e ch o de d e f e n sa su p e r a el su b p r i n c i p i o de

n e ce si d a d ?

44. Para que una medida restrictiva de un derechofundamentalno supere elsubprincipio


de necesidad, debe ser evidente la existencia de una medida alternativa que,
restringiendo en menor medida el derecho fundamental concernido, permita
alcanzar por lo menos con igual idoneidad el fin constitucionalmente válido
perseguido.
45. En el presente caso, tal como se ha referido en más de una ocasión, mediante la
Resolución 1, de fecha 24 de octubre de 2018, el Primer Juzgado Especializado
de Familia de lea admitió la denuncia por violencia psicológica interpuesta
en contra del recurrente por doña María Luisa Paredes Tambra y le concedió
medidas de protección para salvaguardar su integridad psicológica y física. Esta
decisión fue confirmada por la Sala Superior de Emergencia de la Corte Superior
de Justicia de lea, mediante la Resolución 4, de fecha 7 de febrero de 2019. Al
respecto, el recurrente alega que estas decisiones violan su derecho de defensa
porque las medidas de protección fueron dictadas prescindiendo de la audiencia
correspondiente y, por tanto, no pudo ser oído; pero, además, basándose
únicamente en la anticientífica e inconstitucional “Ficha de valoración de riesgo”
para cuyo acto de llenado tampoco fueron convocados ni él ni su abogado.
46. Recibida la denuncia por actos de violencia contra la mujer, sea que haya sido
formulada ante la Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público o el Juzgado de
Familia (conforme establece el artículo 15 de la Ley 30364), estas autoridades
deberán aplicar la “Ficha de valoración de riesgo” con el objeto de detectar y
medir los riesgos a los que se encuentra expuesta la vida e integridad de la
víctima de violencia en relación con la persona denunciada.
47. Dado que la “Ficha de valoración de riesgo” es un instrumento objetivo que
ayuda a establecer cuál es el tipo de riesgo de violencia existente (leve,
moderado o severo), así como a determinar cuáles de las medidas de protección
reguladas por el artículo 22 de la Ley 3036 4 serán las más idóneas para
proteger a la víctima de violencia, no se admite que el agresor participe de la
diligencia donde se aplica el cuestionario contenido en dicha ficha porque su
presencia se torna impertinente; ya que podría influenciar la espontaneidad de
las respuestas que otorgue la víctima, distorsionando así los resultados que se
obtengan de la evaluación del riesgo y propiciando, además, la revictimización
a través de los cuestionamientos a las respuestas. Por esta razón, el Tribunal
Constitucional discrepa de lo alegado por el recurrente, esto es, que el hecho
de no ser convocado al momento en que se aplica el cuestionario de la ficha
a la víctima constituya una afectación a su derecho de defensa, más aún, si
como también ya se afirmó supra, de las normas contenidas en los artículos
18 y 25 de la Ley 30364, queda establecido que las autoridades deben evitar

269
Johnny E. Castillo Aparicio

escenarios de discriminación en el desarrollo de los procesos, así como la


confrontación entre la víctima y el agresor.
48. Asimismo, en relación con el alegato del demandante de que las resoluciones
judiciales cuestionadas son indebidas por basarse exclusivamente en una
anticientífica e inconstitucional prueba, como lo sería la “Ficha de valoración
de riesgo”, este Tribunal observa que el recurrente sustenta su alegato en un
mero dicho como apreciación personal porque no existe en autos documentos
orientados a sustentar tales afirmaciones, lo cual confirma que su cuestionamiento
es la expresión de una mera disconformidad con la medida judicial.
49. En cuanto a la decisión de dictar las medidas de protección prescindiendo de
la realización de la audiencia (lo que es una alternativa y no, en estricto, una
obligación, conforme se advierte del tenor dispositivo del artículo 16), este
Tribunal observa que la judicatura acogió dicha opción (i) porque el resultado de
la aplicación de la “Ficha de valoración de riesgo” arrojó la existencia de “riesgo
severo”; (ii) en consecuencia, se hacía necesario otorgar tutela con carácter
urgente; (iii) es un deber estatal preservar eficazmente la integridad y vida de las
personas víctimas de violencia; y (iv) porque el hecho de que ya anteriormente se
había dictado otras medidas de protección a favor de doña María Luisa Paredes
Tambra, en lugar de impedir que se otorguen por segunda vez, reforzaba la ¡dea
de la existencia de un ambiente no adecuado para el desarrollo de una vida en
tranquilidad y libre de violencia que exige la necesidad de su concesión a la
denunciante.
50. Este Tribunal comparte tal justificación. Es de la opinión que frente aquellos casos
donde se haga evidente la existencia de un escenario de riesgo severo para la vida
de la víctima, la judicatura no tiene que dudar de tomar las medidas necesarias
(prescindir de la realización de una audiencia en lugar de llevarla a cabo) que le
permitan actuar de manera célere y eficaz para otorgar así la tutela debida acorde
con la dignidad de las víctimas. En el presente caso, la judicatura no tenía otra
alternativa que aquella que le facilitara actuar rápidamente y cumplir su rol de garante
de la integridad personal, esto es, prescindir de la realización de la audiencia.

D. ¿L a in t e r v e n ci ó n en el d e r e cho de d e f e n sa su p e r a el su b p r i n c i p i o de

p r op or ciona lid a d ?

51. Finalmente, corresponde analizar si la decisión de dictar medidas de protección


en casos de violencia contra la mujer que reportan la existencia de “riesgo
severo”, prescindiendo de la realización de la audiencia correspondiente donde el
agresor hubiera podido ejercer su derecho de defensa, superan el subprincipio de
proporcionalidad en sentido estricto. Conforme a este subprincipio, una medida
restrictiva de los derechos solo será ponderada si el grado de incidencia que
genera sobre el contenido de los derechos restringidos es menor que el grado de

270
A péndic e: P r o c e so de a m p a r o

satisfacción que genera en relación con los derechos y/o bienes constitucionales
que busca proteger u optimizar.
52. Este Tribunal considera que para efectos de realizar el análisis de proporcionalidad
de la medida, resulta pertinente pasar una mirada a la situación de la violencia
contra la mujer en nuestro país y a las distintas acciones estatales que se han
desplegado para combatirla. A eso nos abocaremos en lo que sigue.

(D.l) LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER ENEL PERÚ


53. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia
contra la Mujer “Convención de Belém do Pará”, aprobada mediante la Resolución
Legislativa 26583, publicada el 25 de marzo de 1996, ratificada por el Perú el 2
de abril de 1996 y entrada en vigencia el 4 de julio del mismo año, en su artículo
1, prescribe que

[...] debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o


conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público
como en el privado(2).

54. La violencia contra la mujer, que es un tipo de violencia basada en el género,


constituye una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones
de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres. En efecto, esta
forma de violencia, tal como se presenta, incide en el respeto que la condición
humana exige de la sociedad hacia todas las mujeres y persigue como objetivo
que el sistema de género(3) dominante, apoyado en concepciones y costumbres
asentadas en las ideas de inferioridad y subordinación de las mujeres frente a la
superioridad y poder de los hombres, permanezca y se refuerce.
55. Para el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) la violencia
basada en el género se define como
Cualquier acción o conducta, basada en el género y agravada por la discriminación

(2) La Ley 30364 define en su artículo 5 a la violencia contra las mujeres en los mismos
términos que lo hace la Convención de Belém do Pará.

(3) Por género, entiende este Tribunal, la construcción social y cultural que responde al
conjunto de roles asignados a las personas tomando en cuenta su sexo biológico.
Son características propias de una cultura y que con el transcurso del tiempo pue­
den variar. Así, bajo esta premisa conceptual, cultural socialmente se considera por
ejemplo a las mujeres como más emocionales, más sensibles, más empáticas, más
organizadas, más relacionadas con el ámbito doméstico; en tanto que a los hombres
se les considera más racionales, menos sensibles, más productivos económicamente,
más predispuestos a la actividad política, entre otros roles asignados.

271
Johnny E. Castillo Aparicio

proveniente de la coexistencia de diversas identidades (raza, clase, identidad


sexual, edad, pertenencia étnica, entre otras), que causa muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a una persona, tanto en el ámbito público
como en el privado. Se trata de aquella violencia que ocurre en contexto de
discriminación sistemática contra la mujer y contra aquellos que confrontan el
sistema de género, sea al interior de las familias o fuera de ellas, al margen
de su sexo, que no se refiere a casos aislados, esporádicos o episódicos de
violencia, sino que están referidos al sistema de género imperante, que remite
a una situación estructural y a un fenómeno social y cultural enraizado en
las costumbres y mentalidades de todas las sociedades y que se apoya en
concepciones referentes a la inferioridad y subordinación de las mujeres y la
supremacía y poder de los varones(4).
56. La violencia basada en el género incluye como perpetradores o sujetos activos no
solo a los hombres, y como víctimas o sujetos pasivos no solo a las mujeres. Esta
violencia, que se agrava por la discriminación que la acompaña, se ejerce contra todas
aquellas personas que cuestionan el sistema de género imperante y enraizado en las
relaciones sociales, con el propósito de impedir que este sea desmontado.
57. Ahora bien, entre las modalidades más frecuentes de violencia contra la mujer
se registran: 1) la violencia física y psicológica en la relación de pareja; 2) el
feminicidio; 3) la violencia sexual; 4) la violencia ejercida sobre los derechos
reproductivos (vgr. violencia obstétrica, violencia contra pacientes con VIH en
tanto no se les informa debidamente respecto a la prevención de embarazos,
esterilizaciones forzosas); 5) la violencia ejercida en el marco de conflictos
armados (vgr. agresión sexual, esclavitud sexual militar, prostitución forzada,
matrimonios forzados, mutilación genital, relaciones sexuales a cambio de
asegurar la supervivencia); 6) la violencia en el trabajo (vgr. hostigamiento
sexual, división del trabajo atendiendo el sexo, falta de reconocimiento de las
labores realizadas, desigualdad salarial); 7) la violencia económica o patrimonial;
8) el acoso sexual callejero; 9) la trata de personas; y 10) la violencia contra la
mujer migrante.
58. Atendiendo las particularidades del presente caso, corresponde detenerse en los
supuestos de violencia física y psicológica en la relación de pareja, así como en
el delito de feminicidio.

So b r e la v i o l e n c i a f í si c a y p si c o l ó g i c a

59. Según la reciente Encuesta Demográfica y de Salud Familiar — ENDES 2018


elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática — INEI, el 63.2
% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia por parte de su esposo o

(4) Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2016). Violencia basada en género.


Marco conceptual para las políticas públicas y la acción del Estado. Lima: MIMP, p. 23.

272
A pén d ic e : Proceso de amparo

compañero en el año 2018. Siendo de la zona andina sur de donde proviene


el mayor número de mujeres que fueron objeto de violencia, en específico, de
los departamentos de Huancavelica, Apurímac, Cusco y Puno. Así también, la
encuesta revela una mayor incidencia de violencia en mujeres con nivel educativo
secundario (69.4 % ) y que residen en zonas urbanas (63.3%).
60. La Ley 3036 4 señala, en su artículo 8, que la violencia física es

[...] la acción o conducta, que causa daño a la integridad corporal


o a la salud. Se incluye el maltrato por negligencia, descuido o por
privación de las necesidades básicas, que hayan ocasionado daño
físico o que puedan llegar a ocasionarlo, sin importar el tiempo que
se requiera para su recuperación.

61. Sobre este tipo específico de violencia, la encuesta del INEI revela que el 30.7
% de las mujeres alguna vez sufrió violencia física durante el año 2018. Así,
se tiene que el 27 .1 % fueron empujadas, sacudidas o que su pareja les arrojó
algo, el 1 8 .2 % recibieron bofeteadas y/o les retorcieron el brazo, el 15.3 %
fueron golpeadas con el puño o con algo que pudo dañarlas, el 9.8 % fueron
pateadas o arrastradas y el porcentaje restante aludió otras formas de violencia
física, tales como estrangulamiento, ataque con cuchillo o pistola, quemaduras
y amenazas.
62. La violencia psicológica es definida en el artículo 8 de la Ley 30364 como

[...] la acción u omisión, tendiente a controlar o aislar a la


persona contra su voluntad, a humillarla, avergonzarla, insultarla,
estigmatizarla o estereotiparla, sin importar el tiempo que se requiera
para su recuperación.

63. Este tipo de violencia repercute considerablemente en la autoestima de


las mujeres y en el proyecto de vida que puedan diseñar, menoscabando sus
aspiraciones personales y su auto reconocimiento como personas dignas y con
derechos. Así, constituyen expresión de este tipo de violencia las amenazas, los
insultos (que pueden estar relacionados con el aspecto físico, la inteligencia, la
capacidad laboral, el rol de madre y de esposa), las humillaciones, el desprecio,
así como la desvalorización de las opiniones. Y también se configuran como
actos más específicos de violencia psicológica contra las mujeres, la insistencia
de conocer a dónde van, los celos, las acusaciones de infidelidad, la prohibición
de trabajar o estudiar, la prohibición de maquillarse y arreglarse, la prohibición de
tener amigos o de que estos las visiten, la amenaza de abandono o de alejarlas de
los hijos, así como todos aquellos actos que generen en las víctimas mujeres la
sensación de culpa o miedo y que contribuyan a aumentar el poder de dominación
que ejerce el agresor, reforzándose los patrones de género instaurados cultural y
socialmente.

273
Johnny E. Castillo Aparicio

64. La misma ENDES 2018 arroja que el 5 8.9% de las mujeres han sido víctimas de
violencia psicológica y/o verbal por parte de su esposo o compañero en dicho
año. Sobre las distintas manifestaciones de violencia psicológica, la encuesta
refleja que entre las más frecuentes están aquellas referidas a celos (41.0 %),
a la insistencia en saber a dónde va la mujer (37.1 %), a las que le siguen la
prohibición de que la visiten o que ella visite a sus amistades (15.6 % ) y la
acusación de infidelidad (14.2 %). Y, por otro lado, el 16.1 % de mujeres enfrentó
las amenazas de su pareja de irse de la casa, de quitarle los hijos o la ayuda
económica, y el 8.9 % declaró que las amenazaban con hacerle daño.
65. Las cifras demuestran, entonces, que en nuestro país más de la mitad de
ciudadanas son víctimas de algún tipo de violencia por parte de sus parejas.
Estas cifras no solo demandan la custodia permanente de su integridad por
parte del Estado, sino además un cambio cultural en nuestra sociedad que solo
será posible con una educación en derechos y en igualdad que contribuya a
la formación de personas más respetuosas y menos violentas. Y este trabajo
de cambio cultural vincula a todos los integrantes de la sociedad, esto es, a
funcionarios públicos, así como a ciudadanos y también a ciudadanas.
66. Sin embargo, la violencia en general, así como la violencia contra la mujer en
particular, no son problemas que las sociedades puedan resolver, sino que se
tratan de hechos cuyo control o, en el mejor de los casos, su reducción como
meta, sí es posible alcanzar. Tenemos que aceptar esta realidad, sobre todo
porque constituye el punto de partida para todas las acciones públicas y privadas
que puedan adoptarse con el objetivo de reducir la violencia contra las mujeres
a un nivel ínfimo y casi imperceptible. El Estado no puede abandonar la lucha
contra la violencia hacia las mujeres, ni ceder ante ella. Hacerlo supondría una
desvinculación del mandato constitucional establecido en el artículo I o de la ley
fundamental (“la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son
el fin supremo de la sociedad y del Estado”).
67. Finalmente, cabe señalar que el tema de la violencia física y psicológica
sugiere en particular un análisis de la actuación institucional de la Policía en
la lucha que viene emprendiendo el Estado en contra de la violencia hacia las
mujeres, más aún, porque si tal como arroja la EN DES 2018, del 28.9 % de
mujeres que deciden denunciar haber sido víctimas de violencia por parte de
sus parejas, el 74.1 % acude a una Comisaría, es decir, las mujeres víctimas
de violencia que buscan ayuda institucional optan por acudir en primera
instancia a la Policía.
68. Como se sabe, a la labor que realiza el Ministerio Público y el Poder Judicial la prece­
de el trabajo de la Policía, vale decir, que es esta institución la mayoría de las veces la
que toma el primer contacto con las víctimas de violencia, por lo que en ese sentido
el éxito de prosecución de una investigación en torno a una denuncia por violencia
contra la mujer dependerá en grado considerable de la actuación policial.

274
Apén dice: Proceso de a mpa r o

69. La Policía ejerce entonces un rol importante y determinante en la lucha contra la


violencia hacia la mujer. Por ello, su actuación obligatoriamente tiene que estar
marcada por el enfoque de género y no puede abdicar de su deber constitucional de
prestar protección y ayuda a las personas, así como de garantizar el cumplimiento
de las leyes (artículo 166° de la Constitución). En consecuencia, todo acto de la
Policía que entorpezca la labor de prevención, de investigación y de sanción a la
violencia contra las mujeres no solo deviene en un acto inconstitucional, sino que
además acarrea responsabilidad funcional del agente estatal involucrado.

So b r e e l d e l i t o de f e m i n i c i d i o e n e l Pe r ú

70. Se describe al feminicidio como la acción de matar a una mujer por desarrollar
un comportamiento que incumple con el estereotipo de género que se esperaba
de ella. El feminicidio como hecho último es el mensaje de poder, dominio y
posesión que emplean los hombres para dejarle en claro a las mujeres cuáles
son los límites que no pueden sobrepasar, porque de hacerlo se convierten en
potenciales víctimas de violencia.
71. Para la Organización de las Naciones Unidas deben ser considerados como
feminicidios las muertes violentas de mujeres que denotan una motivación especial
o un contexto que se funda en una cultura de violencia y discriminación por razones
de género. Con el feminicidio se pretende refundar y perpetuar los patrones que
culturalmente han sido asignados a lo que significa ser mujer: subordinación,
debilidad, sentimientos, delicadeza, feminidad. El delito de feminicidio, por tanto,
refuerza el proceso de discriminación estructural de las mujeres(5).
72. Bajo tal perspectiva, entonces, el feminicidio en sí mismo también constituye
un acto discriminatorio hacia la mujer víctima, más aún, porque si tal como
define el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer a la
discriminación contra las mujeres, esta incluye la violencia basada en el sexo,
es decir, la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta
en forma desproporcionada; la misma que le impide gravemente que goce de
derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre(6).
73. Ahora bien, nuestro Código Penal, en su artículo 108-B, regula el tipo penal de
feminicidio en los siguientes términos:

(5) Cfr. Organización de las Naciones Unidas (2012) Modelo de protocolo latinoamerica-
node investigación de las muertes violentas de mujeres por razones degénero (femici-
dio/feminicidio). Ciudad de Panamá: OACNUDH, pp. 35, 36.

(6) Cfr. Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Recomendación


General 19: La violencia contra la mujer, aprobada en el 11° periodo de sesiones
(1992), párrafos 1 y 6. Este criterio ha sido acogido por la Corte interamericana de
Derechos Humanos en el caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México,
párrafo 395.

275
Johnny E. Castillo Aparicio

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte


años el que mata a una mujer por su condición de tal, en cualquiera
de los siguientes contextos:
1. Violencia familiar.
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual.
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación
que le confiera autoridad al agente.
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer, independien­
temente de que exista o haya existido una relación conyugal o de
convivencia con el agente.
La pena privativa de libertad será no menor de treinta años cuando
concurra cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad o adulta mayor.
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación.
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del
agente.
4. Si la víctima fue sometida previamente a violación sexual o actos
de mutilación.
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima tiene cualquier
tipo de discapacidad.
6. Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas o cual­
quier tipo de explotación humana.
7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agra­
vantes establecidas en el artículo 108.
8. Si, en el momento de cometerse el delito, estuviera presente cual­
quier niña, niño o adolescente.
9. Si el agente actúa en estado de ebriedad, con presencia de alco­
hol en la sangre en proporción mayor de 0.25 gramos-litro, o bajo
efecto de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópi-
cas o sintéticas.
La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más
circunstancias agravantes.
En todas las circunstancias previstas en el presente artículo, se
impondrá la pena de inhabilitación conforme a los numerales 5 y 11
del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del Código
de los Niños y Adolescentes, según corresponda.

74. Ahora bien, conforme al reporte estadístico de casos de víctimas de feminicidio


atendidos por los Centros de Emergencia Mujer del MIMP durante la última
década, esto es, durante el período comprendido entre los años 2009 y 2019, se

276
A péndice: P r o c e so de a m pa r o

registraron un total de 1318 casos; siendo el año 2019 aquel que reporta más
números de feminicidios ocurridos, toda vez que registra 166 casos. Asimismo,
el reporte señala que los departamentos con mayor número de casos de víctimas
de feminicidio atendidos (rango > 50 casos) son Lima Metropolitana, Arequipa,
Junín, Cusco, Puno, Ayacucho y La Libertad; y, de otro lado, también precisa que
es generalmente la pareja de la víctima quien comete el delito en su contra.
75. Por su parte, el estudio realizado por el Observatorio del Ministerio Público durante el
período enero 2009 — julio 2016 arroja que 10 mujeres en promedio mensual fueron
asesinadas en el Perú en contextos de feminicidio. La data registra 881 víctimas en
total, de las cuales el 89.9% fue asesinada por su pareja, ex pareja o algún familiar,
en tanto que el 10.1 % restante murió por acción de un conocido o desconocido. Así
también, el informe señala que las estadísticas revelan que el 28.5 % de víctimas fue
asfixiada o estrangulada, el 26.8 % fue acuchillada, el 19 % asesinada a golpes, el
15.7 % recibió impacto de bala, el 4.2 % murió a causa de envenenamiento y el 5.9
% restante fue degollada, desbarrancada, quemada, ahogada, decapitada, etc.
76. Existe consciencia de que la regulación de conductas como antijurídicas en
los códigos penales, así como el endurecimiento de las penas, no son medidas
suficientes para controlar y eliminar determinados comportamientos lesivos en
una sociedad; pero, si aceptamos que la violencia contra la mujer exige una lucha
frontal que ataque todas sus dimensiones, resultará legítimo apoyarnos en el
Derecho Penal para tal cometido.

(D.2) P R IN C IP A L E S ACCIONES ESTATALES PARA COMBATIR LA VIOLENCIA


C O N T R A LA M U JE R
77. El Estado es consciente que para combatir la violencia contra la mujer existente en
nuestro país debe adoptar distintas medidas legislativas, así como diseñar políticas
públicas orientadas básicamente a su prevención, a su investigación seguida de la
imposición de una sanción de exigirlo el caso y a la reparación de las víctimas. Asi­
mismo, la adopción de estas medidas se ve reforzada con la labor que la judicatura
realiza vinculada por el mismo objetivo, ello, por cuanto, es al sistema de adminis­
tración de justicia a quien generalmente le corresponde la aplicación de la legisla­
ción y porque el contenido de las políticas públicas sobre igualdad y lucha contra la
violencia hacia la mujer sin duda alguna también alcanza a la función jurisdiccional.
78. Bajo ese norte es que desde hace algunos años el Estado viene aprobando una nor-
matividad especializada, así como diseñando políticas públicas dirigidas a reconocer
y a proteger los derechos de las mujeres, pero también orientadas a combatir la vio­
lencia de la cual es objeto y la discriminación aún existente en su contra.
79. Así se tiene que mediante Resolución Legislativa N.° 23432 publicada el 4 de
junio de 1982, el Perú aprobó la Convención sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la misma que fue ratificada
el 20 de agosto de 1982 entrada en vigencia el 13 de octubre del mismo año. Y

277
Johnny E. Castillo Aparicio

en el año 1996, nuestro país aprobó y ratificó la Convención Interamericana para


Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer “Convención de Belém
do Paré”, la misma que entró en vigencia el 4 de julio del mismo año. En virtud
de lo establecido por el artículo 55° de la Constitución estas dos normativas
internacionales forman parte del derecho nacional y, a su vez, constituyen
parámetro de interpretación en nuestro sistema jurídico (Cuarta Disposición Final
y Transitoria de la Constitución).
80. En el año 1996, mediante Decreto Legislativo N.° 866 publicado el 29 de octubre en
el diario oficial El Peruano, se creó el Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Humano,
el que desde el año 2012 se convirtió en el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables. Este Ministerio tiene como misión diseñar, establecer, promover,
ejecutar y supervisar políticas públicas a favor de las mujeres, niñas, niños,
adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y migrantes
internos, para garantizar el ejercicio de sus derechos y una vida libre de violencia,
desprotección y discriminación en el marco de una cultura de paz. En tanto que en
el año 1997, el Congreso de la República incorporó a su cuadro de comisiones de
trabajo parlamentario a la Comisión de la Mujer, Desarrollo Humano y Deporte.
81. La lucha contra la violencia hacia la mujer como política de Estado fue descrita
por primera vez en el Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2002-
2007. El Estado reconoció formalmente a través de este instrumento de política
pública su responsabilidad en la prevención, sanción, investigación y erradicación
de la violencia contra las mujeres. Posteriormente, mediante Decreto Supremo
0 0 3 -2 0 0 9 -M IM D E S se aprobó el Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer
2009-2015. Y en el año 2016, a través del Decreto Supremo 008-2016-M IMP,
se aprobó el vigente Plan Nacional contra la Violencia de Género 2016-2020, el
mismo que obliga a todos los actores institucionales a actuar desde sus propios
espacios conforme a esta medida pública.
82. En el año 2013, con la publicación de la Ley N.° 30068, se estableció en el
Código Penal la tipificación autónoma del tipo penal de feminicidio en su artículo
108°-B. La descripción del delito y sus alcances punitivos han sido objeto de
modificaciones en el tiempo, siendo la Ley N.° 30819, publicada el 13 de julio de
2018, la que precisa sus alcances que se encuentran vigentes a la fecha.
83. En opinión de este Tribunal, una de las medidas legislativas más importantes adoptada
por el Estado es la Ley N.° 30364, porque tiene como objetivo prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
84. A consecuencia de su dación, mediante Decreto Legislativo N.°1368, publicado el
29 de julio de 2018, se creó el Sistema Nacional Especializado de Justicia para
la Protección y Sanción la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo
Familiar; el mismo que está integrado por el Poder Judicial, el Ministerio Público, la
Policía Nacional del Perú, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el MIMP.
Este Sistema es competente para conocer las medidas de protección y las medidas
cautelares que se dicten cumpliendo lo dispuesto por la Ley N.° 30364, así como

278
Apéndic e: P r o c e so de a m pa r o

para conocer los procesos penales que se siguen por la comisión de los delitos de
feminicidio, lesiones, violación sexual y actos contra el pudor en menores.
85. Y otra de las tantas consecuencias importantes de la aprobación de la Ley N.°
30364 es que dispone la creación en cada Comisaría de secciones de Familia
y Violencia contra las Mujeres y Grupo Familiar para que sean las responsables
de recibir e investigar todas las denuncias de faltas y delitos que constituyan
expresión de violencia contra la mujer.
86. El 24 de enero del presente año se ha publicado el Decreto de Urgencia 023-
2020, que establece como mecanismo para prevenir los casos de violencia
contra las mujeres la entrega gratuita por parte de la Policía Nacional del Perú
de información sobre los antecedentes policiales de las parejas. Tal medida tiene
como finalidad que las personas puedan tomar una decisión informada respecto
a su proyecto de vida, cautelando su derecho fundamental a la integridad y a una
vida libre de violencia.
87. Desde la administración de justicia se han emitido pronunciamientos con carácter
vinculante para proteger distintos derechos de las mujeres y también con el claro
propósito de contribuir a la lucha estatal contra la violencia hacia las mujeres. Así
se tiene que la Corte Suprema de Justicia de la República en el mes de junio del
año 2017 adoptó tres acuerdos plenarios, los que vistos desde una perspectiva
integral han sido considerados por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos como una manifestación de buenas prácticas en torno a la protección,
prevención integral y acceso a la justicia en casos de violencia contra la mujer(7):
Acuerdo Plenario 001-2016/CJ-116, publicado el 17 de octubre de 2017,
sobre los s del delito de feminicidio.
Acuerdo Plenario 002-2016/CJ-116, publicado el 17 de octubre de 2017,
sobre lesiones y faltas por daño psíquico y afectación psicológica.
Acuerdo Plenario 005-2016/CJ-116, publicado el 17 de octubre de 2017,
sobre delitos de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo
familiar (Ámbito procesal: Ley 30364).
88. Por su parte, el Tribunal Constitucional firme en su función de garante y promotor
de los derechos fundamentales ha emitido a la fecha distintos pronunciamientos
en el marco de procesos de amparo y de hábeas corpus a través de los cuales
(i) ha sido enfático en proscribir todos aquellos actos públicos y privados
que signifiquen una discriminación basada en la condición de mujer; (i¡) ha
reconocido la importancia que reviste el respeto y la promoción de los derechos a
la educación y al trabajo en el caso particular de las mujeres, a fin de que puedan
expresarse como ciudadanas libres; (iii) ha advertido de la autonomía sexual que

(7) Comisión Interamericana de Derechos Humanos (2019). Violencia y discriminación


contra mujeres, niñas y adolescentes: Buenas prácticas y desafíos en América Latina y
en el Caribe. Informe aprobado el 14 de noviembre de 2019.

279
Johnny E. Castillo Aparicio

también le asiste a las mujeres y del respeto que su integridad personal exige;
y, (iv) ha resaltado la necesidad de un enfoque de género en todo el sistema
de administración de justicia, el mismo que, mutotis mutandis, debería ser
trasladado a todos los otros ámbitos del ejercicio de poder público.

STC N.° 5652.2007-PA, Discriminación por razón


Rosa Gambini Vidal de embarazo y derecho al
(7 noviembre 2008) trabajo

Derecho a la no
STC N.° 5527.2008-HC,
Nidia Baca Barturen
discriminación
(13 febrero 2009)
(y su relación con los
derechos al trabajo y a la STC N.° 1151-2010-PA, Discriminación por razón
educación) Marthyory Pacheco Cahuana de embarazo y derecho a la
(9 diciembre 2010) educación

STC N.° 1423.2013-PA,


Andrea Álvarez Villanueva
(8 setiembre 2016)

STC N.° 0014-96-1,


Congresistas de la Métodos de planificación
República familiar
(31 mayo 1997)

STC N.° 0008-2012-P1, Relaciones sexuales de


Derechos sexuales y Más de 10,000 ciudadanos
reproductivos menores
(7 enero 2013)

STC N.° 5121.2015-PA,


(14 marzo 2018) Libertad sexual
Enfoque de género en la
STC N.° 1479-2018-PA, administración de justicia
(7 marzo 2019)

STC N.° 6572-2006-PA, Derecho a la Pensión


Janet Rosas Domínguez (reconocimiento de pensión
(14 marzo 2008) a conviviente)
Derechos
Sociales
STC N.° 0853.2015-PA, Derecho a la Educación
Marieni Cieza Fernández (acceso a la educación en el
(18 setiembre 2017) ámbito rural)

280
A péndic e: Proceso de amparo

89. Todas estas acciones estatales probablemente sean percibidas por la ciudadanía
como un punto de partida, dado que la existencia de casos de violencia contra
las mujeres subsiste. Sin embargo, constituyen la expresión de un compromiso
estatal decidido por combatir la violencia contra la mujer y que invita también a
la ciudadanía en general a suscribirlo.

(D.3) SOBRE LA PROPORCIONALIDAD DE LA INTERVENCIÓN EN EL DERECHO


DEDEFENSADELAGRESORACONSECUENCIADELDICTADODEMEDIDAS
DE PROTECCIÓN
90. La violencia contra la mujer existente en nuestro país, tal como ha sido descrita
precedentemente, explica o, en todo caso, justifica las distintas medidas
(preventivas o sancionadoras) que desde el Estado se adoptan para combatirla,
incluso, aquellas como la que en el caso de autos, suponen una intervención en
los derechos.
91. Frente a una denuncia de violencia, el aparato estatal tiene que activar todas las
condiciones necesarias para que la víctima se sienta en confianza de declarar y le
asista la seguridad de que se adoptarán medidas que garantizarán su integridad
y su vida (prevención), pero que también se promoverán las investigaciones
pertinentes con el objeto de imponer, si es que corresponde, las sanciones
debidas (sanción y reparación).
92. De ahí que se encuentra justificado que para el desarrollo del acto en el que se
formula a la víctima las preguntas contenidas en la Ficha de “Valoración de Riesgo”
no se convoque al agresor, así como que el legislador haya previsto la posibilidad
de que tratándose de casos que reportan “riesgo severo” el Juzgado de Familia
pueda prescindir de la audiencia para el dictado célere de medidas de protección
impidiendo, por tanto, que el agresor sea escuchado en esa oportunidad.
93. Garantizar a las mujeres su derecho a una vida libre de violencia es de suma
importancia para el Estado y es por ello que ha regulado las medidas de protección
como un mecanismo idóneo para alcanzar ese objetivo. En consecuencia,
la intervención que se produce en el derecho de defensa del agresor cuando
la judicatura dicta tales medidas de protección es menor si se compara con
la satisfacción del derecho a una vida libre de violencia que se alcanza. Para
este Tribunal la intervención en el derecho de defensa del agresor no resulta
desproporcional ni irrazonable.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

1. Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.

281
Johnny E. Castillo Aparicio

2. De conformidad con lo señalado en los fundamentos 35, 36 y 37 de la presente


sentencia, este Tribunal reconoce la plena vigencia del derecho a una vida libre
de violencia, el cual ya se encuentra previsto en la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer "Convención de
Belém do Pará”.

Publíquese y notifíquese.

SS.
LEDESM A NARVÁEZ
FERRERO COSTA
MIRANDA CANALES
BLUME FORTINI
SARDÓN DE TABOADA
ESPINO SA-SALDAÑ A BARRERA

282
F U N D A M E N T O DE ¥ 0 1 0 DE L A
M A G iS T R A D A L E D E S M A N A R V Á E Z

En el presente caso, coincido con el sentido de la sentencia que declara infundada


la demanda y los fundamentos que la sustentan; empero, considero necesario efectuar
algunas precisiones en torno al delito de feminicidio:

1. Nuestro Código Penal, en su artículo 108-B, regula el tipo penal de feminicidio


en los siguientes términos:

Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de veinte


años el que mata a una mujer por su condición de tal, en cualquiera
de los siguientes contextos:
1. Violencia familiar.
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual.
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación
que le confiera autoridad al agente.
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer, independien­
temente de que exista o haya existido una relación conyugal o de
convivencia con el agente.

La pena privativa de libertad será no menor de treinta años cuando


concurra cualquiera de las siguientes circunstancias agravantes:
1. Si la víctima era menor de edad o adulta mayor.
2. Si la víctima se encontraba en estado de gestación.
3. Si la víctima se encontraba bajo cuidado o responsabilidad del
agente.
4. Si la víctima fue sometida previamente a violación sexual o actos
de mutilación.
5. Si al momento de cometerse el delito, la víctima tiene cualquier
tipo de discapacidad.
6. Si la víctima fue sometida para fines de trata de personas o cual­
quier tipo de explotación humana.

283
Johrtrty E. Castillo Aparicio

7. Cuando hubiera concurrido cualquiera de las circunstancias agra­


vantes establecidas en el artículo 108.
8. Si, en el momento de cometerse el delito, estuviera presente cual­
quier niña, niño o adolescente.
9. Si el agente actúa en estado de ebriedad, con presencia de alco­
hol en la sangre en proporción mayor de 0.25 gramos-litro, o bajo
efecto de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópi-
cas o sintéticas.

La pena será de cadena perpetua cuando concurran dos o más


circunstancias agravantes.
En todas las circunstancias previstas en el presente artículo, se
impondrá la pena de inhabilitación conforme a los numerales 5 y 11
del artículo 36 del presente Código y los artículos 75 y 77 del Código
de los Niños y Adolescentes, según corresponda.

2. Tal como ha sido descrito, el tipo penal de feminicidio protege la vida de las
mujeres — se mata o se pone en peligro la vida de una mujer por su condición
de tal— no obstante, su ámbito de protección también alcanza a la igualdad
material, en tanto que como delito se caracteriza porque la muerte o puesta en
peligro de la vida de la mujer constituye una respuesta frente al incumplimiento
por parte de esta de un estereotipo de género que refuerza su posición de
subordinación y que se busca perpetuar.
3. Conforme a la descripción del artículo 108-B del Código Penal, la conducta
prohibida por el tipo penal puede ser cometida por “e/ que mata a una mujer por
su condición de tal” (cursiva nuestra). Esta forma de redacción generalmente
es usada por el Código Penal en la tipificación de otros delitos comunes, de
la que se infiere que los mismos pueden ser cometidos por cualquier persona.
Y es así porque de lo contrario se incurriría en una vulneración del principio
de culpabilidad, en estricto, de la garantía de prohibición de derecho penal de
autor(1). Es decir, si se concluye que solo los hombres pueden ser autores del
delito de feminicidio, se les estaría sancionando por el hecho cometido y por su
condición de hombre. El tipo penal de feminicidio sanciona la muerte de mujeres
por el incumplimiento de un estereotipo de género que se busca perpetuar, por
lo que tal conducta delictiva es perfectamente posible que también sea realizada
por mujeres(2).

(1) Cfr. Villavicencio, Felipe (2014) Derecho Penal. Parte Especial. Lima: Editora Jurídica
Grijley, volumen 1, p. 195.

(2) La Corte Suprema de Justicia de la República en su Acuerdo Plenario N.° 001-


2016/CJ-116, publicado el 17 de octubre de 2017 en el diario oficial El Peruano,

284
Apén dice: Pr o ce so de amparo

4. En cuanto al comportamiento típico en el delito de feminicidio, esto es, matar


a una mujer por su condición de tal en el marco de contextos específicos, cabe
advertir que no solo tiene relación con la vida de las mujeres como el bien jurídico
protegido por el feminicidio, sino también con la igualdad material como ya se
afirmó. Por ello es que constreñir el elemento por su condición de tal del delito a
un significado exclusivamente biológico sería incorrecto, toda vez que se estaría
excluyendo a la razón que motiva la muerte, esto es, la preservación de un
sistema de género dominante apoyado en concepciones y costumbres asentadas
en ideas de inferioridad y subordinación de las mujeres frente a la superioridad y
poder de los hombres.
5. Y a este respecto en particular, cabe precisar que pueden suscitarse homicidios
donde las víctimas son mujeres y que no constituyen casos de feminicidios. El
principal criterio para distinguir entre un homicidio y un feminicidio es que la
razón que motiva a este último se encuentra vinculada al género y al desprecio
que origina en el sujeto activo del delito. Por ejemplo, puede fallecer una
mujer atropellada en un accidente de tránsito ocasionado por la impericia del
conductor, o puede morir porque se encontraba en las instalaciones de un banco
que fue asaltado y se emitieron disparos sin objetivo fijo. En ninguno de los dos
ejemplos propuestos se evidencia un acto de discriminación, de desprecio hacia
la mujer y hacia su vida, o de manifestación de patrón cultural arraigado en
ideas misóginas. Por tanto, a fin de determinar si el caso que se presenta es uno
de feminicidio será determinante evaluar el contexto en que se desarrollan los
hechos delictivos, así como comprender la situación de discriminación estructural
basada en el género que caracteriza a la sociedad donde se produjo el hecho.
6. Finalmente, en torno a los elementos del delito de feminicidio también
corresponde señalar que para la acreditación del dolo se tomará en cuenta los
hechos objetivos propios del caso que permitan determinar la muerte de una
mujer justificada en el incumplimiento o la imposición de algún estereotipo de
género. No se requerirá comprobar la intención feminicida del sujeto activo,
esto es, su odio hacia las mujeres. Para el delito de feminicidio el dolo solo se
interpreta desde una perspectiva normativa(3).

S.
LEDESMA NARVÁEZ

ha precisado que el feminicidio es un delito especial que solo puede ser cometido
por hombres.

(3) Cfr. Acuerdo Plenario N.° 001-2016/CJ-116 de la Corte Suprema de Justicia de la


República, publicado el 17 de octubre de 2017 en el diario oficial El Peruano.

285
FUNDAMENTO DE VOTO DEL
MAGISTRADO PERRERO COSTA

Con el mayor respeto por la posición de mis colegas magistrados, emito el


presente fundamento de voto.

Considero que todos debemos auspiciar la protección del derecho de la mujer a


una vida libre de violencia, que persigue la presente sentencia.

Sin embargo, no suscribo sus fundamentos 54, 56, 69 y 88, pues en estos la
sentencia da un contenido específico al denominado “género” o “enfoque de género” y
pretende que así sea entendido en todos los ámbitos del poder público.

No considero necesario para el propósito de la sentencia que este Tribunal, en el


caso de autos, asuma tal contenido, tratándose de un asunto altamente controvertido
y disputado.

S.
PERRERO COSTA

286
FUNDAMENTO DE VOTO DEL
MAGISTRADO ERNESTO BLUME FORTIN!

Si bien me encuentro conforme con declarar INFUNDADA la demanda, en


los términos que expresa la parte resolutiva de la sentencia de autos, discrepo de
ella respecto de la aplicación del test de proporcionalidad, que se evidencia en los
fundamentos 31 a 52, por cuanto, considero que tal herramienta viene siendo utilizada
innecesaria e indebidamente en diversas ocasiones por el Tribunal Constitucional para
resolver las causas.

A mi juicio, el denominado test de proporcionalidad encierra un análisis teórico


que se asienta en preconceptos que no son de recibo como prioritarios ni condicionantes
frente al análisis del caso que se controvierte; análisis que debe partir de la apreciación
de la situación fáctica que genera la controversia (no de preconceptos teóricos, que
se invocan cual si fueran apotegmas bíblicos o verdades absolutas) y, a partir de ahí,
aplicar el Derecho que corresponde y las demás fuentes permitidas, dentro de una
lógica que, sin tantas digresiones ni envolturas teóricas, permita al juez, aplicando su
sano juicio y criterio común, apreciar si la autoridad ha actuado con razonabilidad y
proporcionalidad, y no ha incurrido en una actitud arbitraria.

a.
BLUME FORTINI

287
FUNDAMENTO DE VOTO DEL
MAGISTRADO SARDÓN DE TABOADA

Concuerdo con lo resuelto en la sentencia de autos, así como con la mayor parte
de su fundamentación, pero me aparto tanto del punto de partida conceptual como
de la conclusión final de la sección “D.l. La violencia contra la mujer en el Perú”,
contenidas en sus fundamentos 54 y 81.

La violencia contra la mujer debe ser condenada per se, así no derive de “las
relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres” de las que
habla el fundamento 54, sino del abuso de la mayor fuerza, peso y tamaño que suelen
tener los hombres. Sea lo uno o lo otro, ello no hace que esta violencia sea menos
despreciable y condenable.

Además, el Tribunal Constitucional — que es un ente eminentemente jurídico—


no puede definir al género como:

la construcción social y cultural que responde al conjunto de roles


asignados a las personas tomando en cuenta su sexo biológico. Son
características propias de una cultura y que [sic] con el transcurso del
tiempo pueden variar.

Esto es una digresión sociológica sin asidero en la Constitución. En la segunda


oración del inciso 2 del artículo 2, la Constitución dice que:

Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma,
religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole
[énfasis añadido].

El término género aparece más adelante, en el artículo 191, como sinónimo de


sexo:

La ley establece porcentajes mínimos para hacer accesible la


representación de género, comunidades campesinas y nativas, y
pueblos originarios en los Consejos Regionales [énfasis añadido].

No hay asidero en la Constitución para considerar al género como una


“construcción social y cultural”, es decir, artificial.

288
A péndice: Proceso de amparo

Por otro lado, como he manifestado anteriormente, considero que la constitu-


cionalidad es un atributo que corresponde a las normas jurídicas, no a la realidad. Se
puede decir que una ley es inconstitucional, no que un hecho lo sea. El que exista vio­
lencia contra la mujer es, efectivamente, un hecho aterrador, pero no inconstitucional,
como dice el fundamento 81.

Finalmente, me aparto también del fundamento 93, pues hace referencia a


algunos casos en los que he emitido votos singulares: 01423-2013-PA/TC, 00853-
2015-PA/TC y 01479-2018-PA/TC.

Por estas razones, mi voto es por declarar la demanda INFUNDADA.

S.
SARDÓN DE TABOADA

289
FUNDAMENTO DE VOTO DEL
MAGISTRADO ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

Coincido con el sentido de lo resuelto por mis colegas magistrados, pero debo
señalar lo siguiente:

Sobre las medidas de protección


1. Las medidas de protección en el marco de procesos por actos de violencia contra
la mujer e integrantes del grupo familiar, incorporadas por la Ley 30364, se
encuentran previstas como elementos de vital relevancia en la protección de
un grupo vulnerable, y en el contexto de una sociedad que aun hoy mantiene
patrones cada vez más repudiables de violencia contra la mujer. Muchas pueden
ser las posiciones al respecto, pero lo cierto es que desafortunadamente existen
hechos y se cuenta con cifras que demuestran la innegable actualidad de este
problema.
2. En nuestro voto en el expediente 01479-2018-PA/T C ya habíamos dado cuenta
de datos recogidos en la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del INEI,
en la que se señala que en los últimos años alrededor del 6 5 % de mujeres ha
sufrido algún tipo de violencia por parte del esposo o compañero. El Derecho,
y en especial, el Derecho Constitucional, no puede mantenerse al margen de (a
contundencia de estas cifras, y lo lamentable que ellas comprueban. Por ende, y
como hoy es de conocimiento general, es labor central del juez(a) constitucional
desarrollar espacios de integración social a partir de sus sentencias, realizando
interpretaciones que, dentro del margen de lo constitucionalmente posible,
permitan otorgar la tutela más adecuada a esta población vulnerable, máxime si,
por ejemplo, hay parámetro convencional que abona en favor de ello.
3. Siendo esto así, la pregunta que surge a propósito de este caso pone en
cuestionamiento las medidas provisionales en el marco de una concepción del
debido proceso a la cual algunos reclaman como “garantista”, en la cual se valora
la posibilidad de confrontar en audiencia a la contraparte como el componente
más importante del derecho de defensa.
4. En realidad, para responder a este cuestionamiento, debe partirse de comprender
que los derechos que se encuentran comprendidos en el debido proceso no

290
A péndic e: Proceso de a m p a r o

tienen la misma aplicación en todos los ámbitos en que los que se hace presente
dicho derecho. Así lo hemos también sostenido en la jurisprudencia de este
Tribunal cuando se ha tratado la manifestación del debido procedimiento en el
procedimiento administrativo sancionador o en el Derecho parlamentario, por
citar algunos ejemplos.
5. En ese sentido, la identificación del contenido constitucionalmente protegido
del derecho de defensa, el cual sería el vulnerado bajo la tesis del demandante
requiere reconocer si prima facie resulta factible que existe una norma de
derecho fundamental aplicable al caso concreto. En esta ocasión, tenemos
que los hechos del caso concreto, a diferencia de lo que señala la ponencia, si
parecen ser subsumibles dentro de los contenidos que se han presentado como
propios de un “contenido básico e inderogable”, en la medida que se trata del
“derecho a hacerse oír ante un tribunal que dispone alguna medida que lo afecte
en el ejercicio y goce de sus derechos (...)”. En consecuencia, recurrir al concepto
de “ámbito prima facie del derecho” no parece lo más adecuado para analizar la
justificación de la medida.
6. A diferencia de lo señalado en la ponencia, considero que es posible ingresar
a discutir la pretensión si se deja de lado, tal como el Tribunal ha hecho (cada
vez menos, por cierto, afortunadamente) haciendo, una concepción cerrada de
“núcleo duro” de los derechos fundamentales. En ese orden de ideas, la evaluación
de la procedencia a partir del artículo 5.1 del Código Procesal Constitucional se
manifiesta en el test que ya se ha aplicado en la jurisprudencia (ATC 02988-
2013-PA/TC, ATC 04490-2013-PA/TC, entre otros). En términos prácticos, la
diferencia entre nuestra postura y la otra radica en que nosotros asumimos que
si bien el derecho de defensa puede estar siendo vulnerado por la dación de
medidas de protección ello debe ser objeto de un test de proporcionalidad que
permita evaluar la medida adoptada. Lo contrario llevaría a despojar de sentido,
contenido y eficacia a estas medidas.

Sobre el derecho fundamental de la mujer a una vida libre de violencia


7. Los fundamentos 32 y subsiguientes de la ponencia desarrollan el derecho
fundamental de la mujer a una vida libre de violencia. Al respecto, es importante
recalcar que, antes que la creación de un derecho o un supuesto carácter
implícito, este derecho ya se encuentra reconocido en el ordenamiento peruano
a través de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer. Este tratado fue suscrito por el Perú el 12 de julio de
1995 y ratificado el 2 de abril de 1996. Cuenta, entonces, con plena vigencia en
el ordenamiento jurídico peruano.
8. Por ello no es necesario apelar al artículo 3 de la Constitución peruana de
1993, como bien señala la ponencia, pero tampoco es necesario apelar a una
interrelación de los derechos a la vida, integridad personal, libre desarrollo e

291
Johnny E. Castillo Aparicio

igualdad, como también parece sugerir la ponencia. Este derecho a una vida libre
de violencia es pues, un derecho autónomo, que responde a una dinámica de
convencionalización del Derecho, la cual en contextos como el latinoamericano
ha sido, indudablemente, un importante elemento para proteger los derechos de
las personas, y a la vez, para democratizar el ejercicio del poder que desempeñan
las autoridades involucradas en esta dinámica.
9. Así, la apuesta por la “convencionalización del Derecho” permite, desde la
diversidad, construir o rescatar lo propio (que, por cierto, no es excluyente o
peyorativo de lo distinto). En este sentido, facilita acoger y sistematizar aportes
de la normativa y jurisprudencia supranacional (que ya es interna, y que debe
comprenderse en una dinámica de Derecho común, incluso frente a aquella
normativa con carácter de ius cogen). También implica conocer la normativa y
jurisprudencia de otros países, así como las buenas prácticas allí existentes,
elementos de vital relevancia para enriquecer el quehacer jurisdiccional, máxime
si se trata de la tutela de los derechos fundamentales. Conviene entonces aquí
resaltar que la convencionalización del Derecho no implica la desaparición o el
desconocimiento de lo propio. Involucra más bien su comprensión dentro de un
escenario de diálogo muItinivel, para así enriquecerlo y potenciarlo.
10. Por ende, los contenidos del derecho fundamental de la mujer a una vida
libre de violencia presentados en el fundamento 36 de la ponencia, antes que
formar parte de un “núcleo inderogable”, conforman más bien un contenido
constitucionalmente protegido que debe comprenderse en forma dinámica, la
cual se podrá ir precisando en la jurisprudencia para así dar una respuesta tuitiva
a todas aquellas situaciones que puedan requerir protección en el futuro.

S.
ESPINOSA-SALDAÑA BARRERA

292
VOTO DEL MAGISTRADO RAMOS NUÑEZ

Emito con fecha posterior el presente voto con el propósito de manifestar


que comparto lo resuelto por el resto de mis colegas. En ese sentido, estimo que la
demanda debe ser declarada como IN FU N D A D A con las precisiones efectuadas en la
parte resolutiva de la sentencia.

S.
RAMOS NUÑEZ

Lima, 06 de Marzo del 2020

293
1.1. Apelación de medidas de Protección, Sala Superior de
Emergencia de lea, Corte Superior de Justicia de lea. Exp.
N° 39 33-20 18
v .- ...... : / •• •• •
•:' : - V '.-v'-

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE ICA


SALA SUPERIOR DE EMERGENCIA DE ICA

EXPEDIENTE N° 3933-2018-16-1401-JR-FC-01
DEMANDANTE MARIA LUISA PAREDES TAMBRA
DEMANDADO BALAREZO TELLO CAROLINA EDELMIRA y OTROS
MATERIA VIOLENCIA FAMILIAR
PROCEDENCIA SEGUNDO JUZGADO DE FAMILIA DE ICA
JUEZ Dr. CESAR AUGUSTO ALEGRIA VALER

Resolución N° 04
lea, siete de febrero
Del dos mil diecinueve.

AUTOS Y VISTOS; Observándose las formalidades previstas por el artículo 131°


del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial; con lo opinado por la
Fiscal Superior mediante dictamen obrante a folios ciento uno y siguientes, interviene
como Juez Superior ponente la señora Jueza Superior Jacqueline Riega Rondón;
Y, CONSIDERANDO, además:

PRIMERO.- ACTO PROCESAL OBJETO DE APELACION.


Es materia de apelación la resolución número uno de fecha veinticuatro de
octubre del dos mil dieciocho, obrante a folios treintisiete y siguientes del presente
incidente, en el extremo que resolvió conceder a la agraviada María Luisa Paredes
Tambra medidas de protección consistente en:
La PROHIBICIÓN de los agresores CAROLINA EDELMIRA BALAREZO TELLO,
JORGE GUILLERMO COLONIA BALAREZO Y WALTER EDGAR COLONIA SALINAS de

294
A pén dic e: A p e l a ci ó n de m ed id a s de protección

acercarse a la agraviada a su domicilio, centro de trabajo y otros a una distancia no


menor de cincuenta metros.

La PROHIBICIÓN de los agresores de comunicarse con la agraviada ya sea por


medio de cartas, escritos diversos, correos electrónicos, mensajes de texto, teléfono,
chat, redes sociales, internet u otras formas de comunicación.

PROHIBASE a los denunciados de protagonizar cualquier tipo de discusión o


altercado, ya sea que se encuentren en estado etílico o sobrio, en cualquier lugar y
circunstancia en que se encuentre la parte agraviada, a fin de no causarle un daño
emocional.

PROHIBASE a los denunciados agredir verbalmente a la agraviada, con palabras


humillantes y ofensivas y cualquier otra acción que le cause afectación emocional.

Y por últimos SE ABSTENGAN de inferir maltrato físico o psicológico a la


agraviada, con lo demás que contiene.

SEGUNDO.- FUNDAMENTOS DE LA APELAOON.(1)


El demandado Jorge Guillermo Colonia Balarezo al no encontrarse conforme con
lo precisado, formula recurso de apelación(2) conforme es de verse de su escrito de
folios cincuentiseis y siguientes, solicitando sea revocado el auto bajo el sustento:

Que, es falsa la denuncia por abandono y retiro del hogar alegado por la
denunciante ya que el recurrente se encuentra separado de ella desde hace
muchos meses conforme así lo ha mencionado.
El hecho alegado se ha suscitado dentro de su domicilio el cual es un condominio
al que no puede tener acceso cualquier persona, perpetrándose el delito de
violación de domicilio, por haber ingresado a este sin autorización alguna.
Agrega que no existe pericia médica alguna que acredite la agresión física
alegada por María Luisa Paredes Tambra.

El demandado Walter Edgar Colonia Salinas y la demandada Carolina Edelmira


Balarezo Tello al no encontrarse conforme con lo resuelto, formula recurso de apelación

(1) Que, conforme a lo dispuesto por el artículo 364° del Código Procesal Civil, de apli­
cación supletoria el Juez Superior tiene la facultad de poder revisar y decidir sobre
todas las cuestiones propuestas y resueltas por el juez inferior, empero la extensión
de sus poderes está precedida por un postulado que limita su conocimiento, recogi­
do en el aforismo “tantum appelatum quantum devolutum”, en virtud del cual el tri­
bunal de alzada solo puede conocer mediante la apelación los agravios que afecten
al apelante.

(2) Ver folio 62 y siguientes del cuaderno.

295
Johnny E. Castillo Aparicio

mediante escrito obrante de folios setenta y siguientes y escrito de folios ochenticuatro


y siguientes respectivamente, solicitando sea revocado el auto bajo el sustento:

Que los hechos materia de autos han tenido lugar dentro de su domicilio sito el
residencial la Angostura calle Tamarix N° 502 interior 5 del distrito, provincia y
departamento de lea, el cual es un condominio, esto es un recinto privado.

Que en autos no existe pericia médica que acredite lo esgrimido por María Luisa
Paredes Tambra de haber sido víctima de agresión física.
Que se violenta el principio de Nen Bis In ídem por haberse otorgado una segunda
medida de protección sobre lo mismo.
La demandada Carolina Edelmina Balarezo Tello al no encontrarse conforme con
la resolución número 01 interpone recurso de apelación, conforme es de verse de su
recurso de folios ochenta y cuatro y siguientes, solicitando que la misma sea revocada,
sustentando su apelación en los siguientes argumentos:

Que, es falsa la denuncia por abandono y retiro del hogar alegado por la
denunciante ya que el recurrente se encuentra separado de ella desde hace
muchos meses conforme así lo ha mencionado.
El hecho alegado se ha suscitado dentro de su domicilio el cual es un condominio
al que no puede tener acceso cualquier persona, perpetrándose el delito de
violación de domicilio, por haber ingresado a este sin autorización alguna.
Que se violenta el principio de Nen Bis In ídem por haberse otorgado una segunda
medida de protección sobre lo mismo.
Que en autos no existe pericia médica que acredite lo esgrimido por María Luisa
Paredes Tambra de haber sido víctima de agresión física.

TERCERO.» DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER E INTEGRANTES DEL


GRUPO FAMILIAR Y SU MINIMO DE FORMALISMO.
3.1. La Constitución en su artículo 2o, inciso 24) apartado h) señala que: “Nadie
debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura o tratos
inhumanos o humillantes.” Completando el bloque de constitucionalidad, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos señala en su artículo 5o que “Toda persona tiene
derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral”. En este lineamiento
las normas y procedimientos para la mejor aplicación de la política del Estado y de
la sociedad frente a la violencia familiar, preconcibe la no afectación y protección
exclusiva de un derecho fundamental de la persona, esto es la integridad personal
en su dimensión moral, psíquica y física, y t e n i é n d o s e e n c u e n t a el elevado í n d i c e
d e v i o l e n c i a f a m i l i a r e x i s t e n t e e n nuestros díasr s e d e b e o t o r g a r u n a r e v i s i ó n

i n t e g r a l d e l o s a c t u a d o s a sí c o m o d e l a s i n st r u m e n t a l e s q u e p u e d a n h a b e r se

r e c a b a d o e n e l p r o c e s o d e i n v e st i g a c i ó n p o l i c i a l so b r e v i o l e n c i a f a m i l i a r .

296
A p é n d ic e : Apelación de medidas de protección

3.2. El artículo 5 o de la Ley N° 30364, define a la violencia contra las mujeres,


como cualquier acción o conducta que les causa muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico por su condición de tales, tanto en el ámbito público como en el
privado. Se entiende por violencia contra las mujeres:
a. La que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra
relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el
mismo domicilio que la mujer. Comprende, entre otros, violación, maltrato físico
o psicológico y abuso sexual.
b. La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.
c. La que sea perpetrada o tolerada por los agentes del Estado, donde quiera que
ocurra.
3.3. Por su parte el artículo 6o de la Ley N° 30364, define a la violencia contra
los integrantes del grupo familiar, contra cualquier integrante del grupo familiar es
cualquier acción o conducta que le causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico y que se produce en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza
o poder, de parte de un integrante a otro del grupo familiar. Se tiene especial consideración
con las niñas, niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad.
3.4. Asimismo, la misma Ley N° 30364, en su artículo 8 o, establece los tipos de
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, las cuales son:
a) Violencia física. Es la acción o conducta, que causa daño a la integridad corporal
o a la salud. Se incluye el maltrato por negligencia, descuido o por privación de
las necesidades básicas, que hayan ocasionado daño físico o que puedan llegar
a ocasionarlo, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.
b) Violencia psicológica. Es la acción o conducta, tendiente a controlar o aislar a
la persona contra su voluntad, a humillarla o avergonzarla y que puede ocasionar
daños psíquicos. Daño psíquico es la afectación o alteración de algunas de las
funciones mentales o capacidades de la persona, producida por un hecho o un
conjunto de situaciones de violencia, que determina un menoscabo temporal o
permanente, reversible o irreversible del funcionamiento integral previo.
c) Violencia sexual. Son acciones de naturaleza sexual que se cometen contra
una persona sin su consentimiento o bajo coacción. Incluyen actos que no
involucran penetración o contacto físico alguno. Asimismo, se consideran tales
la exposición a material pornográfico y que vulneran el derecho de las personas
a decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva, a través de
amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación.
d) Violencia económica o patrimonial. Es la acción u omisión que se dirige a
ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de cualquier
persona, a través de:

297
Johnny E. Castillo Aparicio

1. la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;


2. la pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación indebida de
objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores
y derechos patrimoniales;
3. la limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus
necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una
vida digna; así como la evasión del cumplimiento de sus obligaciones
alimentarias;
4. la limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario
menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.
3.5. Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos
generalmente a la producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la
violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales podríamos clasificar a groso
modo en: Violencia Doméstica, constituida por la violencia psicológica, física y/o
sexual contra el cónyuge o conviviente, familiares consanguíneos y afines, el maltrato
infantil y el abuso de los niños. Violencia Cotidiana, que ocurre diariamente
y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de
una cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los
hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas
de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una
lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana. Además de ello, podemos
también referirnos a la Violencia Política, la Violencia Socio-económica, la Violencia
Cultural, y la Violencia Delincuencial, entre otros.

3.6. Tratándose de un proceso de violencia familiar, en aplicación de lo que


dispone el artículo 2 inciso 5 de la Ley N° 30364, establece que todos los procesos
por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar se desarrollan
considerando el mínimo formalismo, en espacios amigables para las presuntas
víctimas, favoreciendo que estas confíen en el sistema y colaboren con él para una
adecuada sanción al agresor y la restitución de sus derechos vulnerados. Es decir,
dada la naturaleza del proceso se tiene que éste no se sujeta a formalismos
procesales rígidos, sino que debe adecuarse a la finalidad de la misma. Exigir
el ritual formalista vulnera eventualmente el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y fundamentalmente oportuna y atenta una política del Estado, lo que
pudiera generar responsabilidades.

CUARTO. - DE LA FICHA DE VALORIACIÓN DE RIESGO (FVR)- Decreto


Supremo N° 009-2016-MIMP:
4.1. Es un instrumento que aplican quienes operan las instituciones de la
administración de justicia y tiene como finalidad detectar y medir los riesgos a los
que está expuesta una víctima respecto de la persona denunciada. Su aplicación y

298
Apén dic e: Ap e l a c i ó n d e m e d i d a s d e p r o t e cci ó n

valoración está orientada a otorgar medidas de protección con la finalidad de prevenir


nuevos actos de violencia, entre ellos, el feminicidio(3).

4.2. Recibido un caso de riesgo severo de acuerdo a la Ficha de Valoración


del Riesgo, el Juzgado de Familia adopta de inmediato las medidas de protección o
cautelares que correspondan a favor de las víctimas(4).

4.3. El Juzgado de Familia dicta la medida de protección más idónea para el


bienestar y seguridad de la víctima, atendiendo a las circunstancias particulares del
caso, los resultados de la ficha de valoración del riesgo, la pre existencia
de denuncias por hechos similares, la relación de la víctima con la persona
denunciada(5), la diferencia de edades o relación de dependencia entre la víctima
y la persona denunciada y, la situación económica y social de la víctima, entre otros
aspectos que revelen vulnerabilidad(6).

QUINTO. - DEL PRONUNCIAMIENTO DE LA MEDIDA DE PROTECCION


5.1. De la revisión de los actuados, se advierte que el hecho denunciado versa
sobre violencia familiar en la modalidad de maltrato psicológico y físico. Del contenido
del Informe Policial N° 1297-2018-VIII-M ACREP0L-AYA/RPI-DIV0PUS-CPNPF-SVF
obrante a folios dos y siguientes de los fotocopiados, y de la declaración a nivel policial
de la denunciante María Luisa Paredes Tambra obrante a folios ocho, refiere que el
día 19/10/2018 a horas 17:15 aprox. se encontraba en el frontis de la casa de su
ex conviviente a la cual acudió por que le quería reclamar por que había jaqueado su
correo electrónico, quien al salir de su domicilio le dijo que no sabía de qué estaba
hablando, después de eso salió su madre EdeImira y le dijo que se retire y es ahí donde
sale Walter el padre de su ex conviviente y la agrede físicamente con un manotazo
entre la cabeza y la cara y le hurta sus lentes, sus hijos empiezan a llorar por que se
asustan y Edelmira le sigue insultando refiriéndole que es una vergüenza una ratera
entre otras palabras groseras que le afectan y denigran como mujer luego de eso le
pidió los lentes a Walter quien le refiere que no se lo devolverá e intenta sacar a sus
hijos de su carro forcejeando las puertas, optando por retirarse.

5.2. Estos hechos denunciados por la demandante (haber sido víctima de maltrato
psicológico por parte de su e x - c o n v i v i e n t e y l a m a d r e de este), es parcialmente
aceptado por el denunciado ex conviviente Jorge Guillermo Colonia Balarezo quien
reconoce el contexto de los hechos narrados, en su declaración policial de folios once

(3) Artículo 4 o numeral 8)

(4) Artículo 36° Casos de Riesgo Severo.

(5) Lo sombreado es nuestro.

(6) Artículo 37° numeral 1) Medidas de Protección.

299
Johnny E. Castillo Aparicio

al señalar “(...) encontrando a mi ex conviviente en el estacionamiento de mi casa, donde


me empieza a reclamar tonteras de que yo le había jaqueado su correo electrónico es
ese momento proceso a subir a mi hijo a su vehículo e indicarle que se re tire de mi
domicilio y ella hace caso omisión, luego se acerca mi madre a invitarla a que se retire
(...) y a señalarle que como se presta para este tipo de situación (...). Como puede
verse del relato del demandado se puede verificar que en efecto el día de los hechos la
denunciante acudió a su domicilio, que no ingresó al mismo, sino que se quedo en el
frontis de éste y que envió a su hijo a buscarlo para conversar con él, respecto a su correo
electrónico, pero que no obstante ello bajo posteriormente su madre, suscitándose entre
ellos una discusión.

5.3. Aún cuando el demandado Jorge Guillermo Colonia Balarezo manifiesta que
la participación de su madre se limitó a invitar a la denunciante a que se retire del
lugar, ello es desvirtuado por la misma declaración de doña Edelmira Balarezo Tello
quien reconoce el contexto de los hechos narrados, en su declaración policial de folios
quince; “(...) yo le dije a la señora que haces aquí, para que vienes, solo vienes a buscar
problemas y a exponer a los niños y que eso te gusta hacer, (...) a t i t e g u s t a h a c e r
e s c á n d a l o , (...) cuando le dije retírate de mi casa, a lo cual hizo caso omiso, v o y a

lla m a r a la p o l i cí a te has metido en propiedad privada, después le dije que se vaya,


p o r q u e e s t a m o s h a r t a d e t i, de tus escándalos que lo publicas en tus redes sociales,
t e n e m o s v e r g ü e n z a d e t i, (...Y, de lo que se infiere que sí existieron agresiones verbales
contra la denunciante María Luisa Paredes Tambra.

5.4. Y finalmente el denunciado Walter Edgar Colonia Salinas padre del ex


conviviente también ratifica lo señalado por la denunciante en su declaración voluntaria
obrante a folios trece y siguientes del presente, al señalar:” (...) estaba la señora María
Luisa en su carro y l e i n c r e p e de la manera en que había violado mi domicilio y había
amenazado a mi nieto y se su r g i ó u n a d i s c u si ó n c o n l a se ñ o r a M a r í a L u i sa a l a

c u a l l e r e q u e r í q u e s e r e t i r a r a a l o c u a l h i z o c a s o o m i s o , (. .. ) l e q u i t e l o s l e n t e s

y s e l o s t i r e p o r l a v e n t a n a d e l c a r r o p a r a q u e s e r e t i r a s e y después yo me retire

para llamar al vigilante de mi casa para que la sacaran de mi domicilio (...)", lo que no
hace sino corroborar lo señalado por la denunciante quien afirma en su declaración de
folios 8 que el padre de su ex conviviente la agrede físicamente con un manotazo entre
la cabeza y la cara y le hurta sus lentes. Cabe anotar que el hecho de que el certificado
médico legal practicado a la denunciante no refleje ninguna lesión, ello de modo alguno
enerva los hechos denunciados, los que han sido reconocidos por el propio denunciado.

5.5. De los hechos narrados tanto por la denunciante como por los denunciados
se denota la existencia de un enfrentamiento latente entre ambas partes lo que
confirma la permanente situación de discordancia y confrontación existente. Por lo
que desde ya con la versión dada no hace más que corroborar conflictos familiares que
se suscitan entre ellos.

300
A pén d ic e : Apelación de medidas de protección

5.6. Ahora, si bien los denunciados no reconocen haber agredido psicológica


y físicamente a la denunciante en su declaración a nivel policial de folios diez y
siguientes, trece y siguiente, y quince y siguiente, sustentando además que no existe
pericia médica que certifique supuesta violencia; existen en autos medios probatorios
que evidencian la necesidad de conceder a la denunciante las medidas de protección,
como se tiene de la “Ficha de Valoración de Riesgo en Mujeres Víctimas de Violencia
de Pareja” obrante a folios veintitrés y siguiente con la cual se acredita la identificación
y medición de los riesgos a los que se encuentra expuesta en la actualidad la víctima
en relación a las personas denunciadas, y la misma que pone en evidencia que la
denunciante se encuentra en RIESGO SEVERO, acreditándose con ella los hechos de
violencia denunciados y la consiguiente conducencia del dictado de una o más medidas
de protección no solo con el objeto de brindar inmediata y necesaria protección a
la víctima, sino prevenir nuevos actos de agresión en su perjuicio por parte de los
denunciados, más aun si la denunciante ya se le ha otorgado medidas de protección
por hechos anteriores los cuales han sido propiciados por el ahora denunciado Jorge
Guillermo Colonia Balarezo- por violencia psicológica.

5.5. Cabe precisar además que, en los casos que se reciba un caso con riesgo
severo, el artículo 36 del Reglamento de la Ley 30364, aprobado por Decreto Supremo
N° 009-2016-M IM P, establece que: “Recibido un coso de riesgo severo de acuerdo a la
Ficha de Valoración del Riesgo, el Juzgado de Familia adopta de inmediato las medidas
de protección o cautelares que correspondan a favor de las víctimas”. Estando a todo
ello, el a quo ha procedido de acuerdo a ley, dictando -por consiguiente- las medidas
de protección, materia de grado.

5.7. Siendo así, del caso de autos es factible concluir que en efecto con la
declaración de la víctima, las declaraciones de los denunciados a nivel policial y la
Ficha de Valoración de Riesgo en Mujeres Víctima de Violencia de Pareja, obrante
a folios 23 y siguiente; la cual ha concluido RIESGO SEVERO este Colegiado es del
criterio que el A quo ha otorgado de inmediato las medidas de protección a favor de
la víctima para el bienestar y seguridad de ésta conforme a lo dispuesto en el artículo
37° del Reglamento de la Ley N°30364.

5.8. En cuanto a la alegación de los apelantes en el sentido de que se habría


violentado el principio de Nen Bis In ídem por haberse otorgado una segunda medida
de protección sobre lo mismo, debe precisarse que las medidas de protección dictadas
a favor de la agraviada en éste proceso se vinculan únicamente a los hechos suscitados
el 19 de octubre del 2018, por lo que si bien existen medidas de protección dictadas
a favor de la victima anteriormente, estas se refieren a hechos distintos a los que hoy
nos ocupan, además de ello y tal como lo han hecho saber los apelantes y concuerda
con lo señalado por la propia agraviada las medias de protección que se dictaron en
su favor anteriormente se refieren a la prohibición de su ex conviviente el denunciado
Jorge Guillermo Colonia Balarezo de acercársele, por lo que no involucran a los demás
denunciados en éste proceso.

301
Johnny E. Castillo Aparicio

5.9. Por último, viene al caso hacer presente a los denunciados que el propósito
del incidente judicial del cual se deriva el cuaderno de apelación elevado tiene
por exclusivo objeto determinar la necesidad de brindar protección a la presunta
víctima; no así definir la responsabilidad de éstos, lo que corresponde determinarse
en la vía penal.

POR E STA S CO NSIDERA CIO NES:


CONFIRMARON: La resolución número uno de fecha veinticuatro de octubre del
dos mil dieciocho, obrante a folios treintisiete y siguientes del presente incidente, en
el extremo que resolvió conceder a la agraviada María Luisa Paredes Tambra medidas
de protección consistente en:

La PROHIBICIÓN de los agresores CAROLINA EDELMIRA BALAREZO TELLO,


JORGE GUILLERMO COLONIA BALAREZO Y WALTER EDGAR COLONIA SALINAS de
acercarse a la agraviada a su domicilio, centro de trabajo y otros a una distancia no
menor de cincuenta metros.

La PROHIBICIÓN de los agresores de comunicarse con la agraviada ya sea por


medio de cartas, escritos diversos, correos electrónicos, mensajes de texto, teléfono,
chat, redes sociales, internet u otras formas de comunicación.

PROHIBASE a los denunciados de protagonizar cualquier tipo de discusión o


altercado, ya sea que se encuentren en estado etílico o sobrio, en cualquier lugar y
circunstancia en que se encuentre la parte agraviada, a fin de no causarle un daño
emocional.

PROHIBASE a los denunciados agredir verbalmente a la agraviada, con palabras


humillantes y ofensivas y cualquier otra acción que le cause afectación emocional.

Y por últimos SE ABSTENGAN de inferir maltrato físico o psicológico a la


agraviada, con lo demás que contiene.

S.S.
SEDAÑO NUÑEZ
RIEGA RONDÓN.
SA LAZA R PEÑALOZA

302
1.2. Medidas de Protección de prohibición de acercamiento a la
agraviada a una distancia no menor de cincuenta metras, pro­
hibición de comunicación, de agresión verbal y abstención de
inferir maltrato físico y psicológico. Primer Juzgado de Familia
de ía Corte Superior de Justicia de lea. Exp. N° 03933-2018

ler. JUZGADO FA M IL IA - Sede Central


EXPEDIENTE : 03933-2018-0-1401-JR-FC-01
MATERIA i VIO LENCIA FAMILIAR
JU E Z s CESAR ALEGRIA VALER
ESPECIA LISTA s PAYAT M UÑANTE NANCY GABRIELA
DEM AN DA DO : COLONIA SA LIN A S, WALTER EDGAR
BALAREZO TELLO, CAROLINA EDELMIRA
COLONIA BALAREZO, JORGE GUILLERMO
DEM ANDANTE s PAREDES TAMBRA, M ARIA LU ISA

R E S O L U C IÓ N N°01
lea, veinticuatro de octubre
Del año dos mil dieciocho.-

A U T O S Y V IST O S; Con el Informe Policial N° 233-2018-VI1I-M AC REPO L-


A Y A -1 C A -D IV 0 P U S -IC A / C S G , que antecede y anexos que se acompañan;

CO NSIDERANDO ;
P R IM E R O .- Que, según es de verse del citado Informe Policial el mismo versa
sobre Violencia en la modalidad de M altrato p sicológico en agravio de M A R IA L U IS A
P A R E D E S T A M B R A contra C A R O L IN A ED E L M IR A B A L A R E Z O TELLO y JO R G E
G U ILLER M O C O LO N IA BALAREZO ; y sobre maltrato físico contra W ALTER EDG AR
C O LO N IA S A L IN A S en agravio de M A R IA L U ISA P A R ED ES T AM BRA, ocurrido el día
1 9 de octubre del año 2 0 1 8 .

303
Johnny E. Castillo Aparicio

SEG U N D O .- Que la ley 30364 tiene por objeto prevenir, erradicar y sancionar
toda forma de violencia producida en el ámbito público o privado contra las mujeres por
su condición de tales, y contra los integrantes del grupo familiar, en especial cuando
se encuentren en situación de vulnerabilidad, para tal efecto, establece mecanismos,
medidas y políticas integrales de prevención, atención y protección de las victimas así
como reparación del daño causado; y dispone la persecución, sanción y reeducación de
los agresores sentenciados con el fin de garantizar a las mujeres y al grupo familiar una
vida libre de violencia asegurando el ejercicio pleno de sus funciones.

T ERCERO .- De conformidad con el artículo 16 de la Ley N° 30364 modificado


por el Decreto Legislativo N° 1386 “El proceso especial de violencia contra las mujeres
e integrantes del grupo familiar se realiza teniendo en cuenta lo siguiente: a)...b) En
caso de riesgo se ve ro, identificado en la ficha de valoración de riesgo, el juzgado
de familia, en el plazo máximo de veinticuatro (24) horas, contadas desde que toma
conocimiento de la denuncia, evalúa el caso y emite medidas de protección y/p
cautelares requeridas, que sean acordes con las necesidades de la víctima. En este
supuesto el Juez puede prescindir de la audiencia...”. Asimismo conforme al art. 28
de la Ley N°30364 modificado también por el Decreto Legislativo N° 1386 “En casos
de denuncias por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, la
Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público o el Poder Judicial aplican la ficha de
valorización del riesgo que corresponda a cada caso...” .

C U ARTO .- En ese mismo sentido, el artículo 36 del Reglamento de la


precitada ley dispone que “Recibido un caso de riesgo severo de ocuerdo o la ficha
de Valorización de Riesgo, el Juzgado de Familia adopta de inmediato las medidas
de protección o cautelares que correspondan a favor de las víctimas”, En tal sentido,
desde la recepción de la denuncia, el Juzgado de Familia estaría facultado a adoptar
de inmediato la medida de protección más adecuada al caso concreto, incluso sin
citar a las partes a audiencia, más aún si consideramos que la finalidad de la norma
es proteger a las víctimas de violencia a través de procesos dotados de un mínimo
formalismo, conforme se ha plasmado también en el Tercer Pleno Casatorio Civil,
procurando por el contrario medidas efectivas y eficaces, lo que justifica que se
hayan fijado plazos cortos para la adopción de las medidas de protección, que por
su naturaleza autosatisfactiva se dictan de manera urgente y a partir sólo de los
primeros recaudos; en tanto que, la responsabilidad del denunciado será dilucidada
en sede penal.

Q UIN TO.- De las m edidas de protección, en doctrina, se concuerda que


las medidas de protección resultan ser medidas autosatisfactivas, es decir, un
mecanismo procesal para la tutela URGENTE de derecho. Para Walter Peyrano, las
medidas autosatisfactivas “son soluciones jurisdiccionales urgentes, autónomas,
despachables inaudito et altera pars y mediando una fuerte probabilidad que los
formulados sean atendibles. Esta medida busca una satisfacción definitiva de los

304
A pén d ic e : Medidas de Protección de prohibición de acercamiento a la agraviada

requerimientos de los postulantes, motivo por el cual se sostiene que son autónomas,
no dependiendo su vigencia y mantenimiento de la imposición coetánea o ulterior
de una pretensión principal, como así opera una medida cautelar. Estas medidas
para la doctrina desempeñan un rol trascendental para remover las vías de hecho
porque no se necesita recurrir al interponer medidas cautelares, que luego requieren
la iniciación de una pretensión principal que, en algunos casos, los justiciables no
desean ni necesitan ya promover. Por lo que, podemos afirmar que las medidas de
protección son un mecanismo procesal para la tutela urgente de derechos, esto es
cuando exista un real peligro en la demora y haya que evitar mayores perjuicios a la
víctima; no se trata de dictar indiscriminadamente las medidas por el solo pedido
de una de las partes, estas deben dictarse con el respaldo de elementos probatorios
suficientes, que permitan advertir que realmente está en peligro la integridad física
o psicológica de la víctima.

SEXTO .- Debemos tener en cuenta además, que el presente proceso tiene


naturaleza tuitiva, entendiéndose que el Estado debe amparar, defender y más aún,
darles atención prioritaria para su protección a las víctimas por estar en riesgo derechos
íntimamente vinculado a la vida y dignidad de la persona. Es así que la Ley N° 30364
Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes
del Grupo Familiar.", en su artículo 27° señala que: “Lo protección de las mujeres y de los
integrantes del grupo familiar contra actos de violencia es de interés público. El Estado
es responsable de promover la prevención contra dichos actos y la recuperación de las
víctimas. Es política del Estado la creación de servicios de atención y prevención contra
la violencia (...)”; al respecto el Tribunal Constitucional^ ha señalado que: "al momento
de resolver un conflicto de intereses, que el juez no se debe limitar el análisis a realizar
un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además debe efectuar una
a p r e c i a c i ó n r a z o n a b l e d e l o s h e c h o s en relación con quien los hubiese cometido”.

SÉT IM O .- Entonces al tratarse el presente caso de un proceso de violencia familiar,


en aplicación de lo que dispone el artículo 2 inciso 5 de la Ley N° 30364 Principio de
sencillez y oralidad que establece: “Todos los procesos por violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar se desarrollan considerando el mínimo de formalismo,
en espacios amigables para las presuntas víctimas, favoreciendo que estas confíen en el
sistema y colaboren con él para una adecuada sanción al agresor y la restitución de sus
derechos vulnerados". Y dada la naturaleza del proceso se tiene que éste no se sujeta
a formalismos procesales rígidos, sino que debe adecuarse a la finalidad de la misma.
Exigir el ritual formalista vulnera eventualmente el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y fundamentalmente oportuna y atenta una política del Estado.

OCTAVO.- En tal orden de ideas, de la revisión del atestado que antecede, se


colige que de la FICHA DE EVALUACIÓN DE RIESGO de mujeres y/o integrantes del

(1) STC Exp. N° 2192-2004-AA/TC

305
Johnny E. Castillo Aparicio

grupo familiar por violencia física y psicológica, practicada a la denunciante tiene una
valoración de R IE S G O SEVERO , por lo tanto estando a lo antes descrito debe de
adoptarse de inmediato las medidas de protección, de conformidad a lo previsto en el
inciso b) del art. 16 referido en el considerando tercero concordante con el art. 36 del
Reglamento de la Ley Nro. 30364.

N O V EN O .- Realizado el análisis de todo el proceso así como de las pruebas que


se adjuntan, este despacho deberá de admitir la presente denuncia y prescindir de la
audiencia de medidas de protección, debiendo de adoptarse de inmediato las medidas
de protección que correspondan al caso en concreto de acuerdo a las circunstancias
particulares del caso en concreto, de conformidad a lo previsto en el artículo 36 del
Reglamento de la Ley Nro. 30364.-

D EC IM O .- Por lo que estando a lo antes descrito debe de tomarse medidas


urgentes é inmediatas para que estos actos de Violencia no se vuelvan a repetir y sobre
todo para impedir que estos puedan desembocar en una tragedia para la agraviada,
teniendo en cuenta la incidencia de feminicidios por la que atraviesa nuestra sociedad,
así como el resultado de la ficha de valoración de riesgo, la relación de la víctima con
el agresor previsto en el art. 22-A incorporado mediante Decreto Legislativo N°1386.

D E C IM O P R IM ER O .- Que, a efecto de proteger a la denunciante respecto a los


hechos denunciados por Maltrato p sicológico en agravio de M A R IA L U IS A P A R ED ES
TA M BRA contra CAROLIN A E D E L M IR A B A L A R E Z O T ELLO y J O R G E G U ILLERM O
COLONIA BALAREZO; y sobre maltrato físico contra W ALTER ED G A R C O LO N IA
S A L IN A S en agravio de M A R IA L U IS A P A R E D E S T A M B R A C R IST H IA N A B R A H A M
T R U JILLO S O L IS, y teniendo en cuenta la ficha de valoración de riesgo aplicada
a la denunciante este despacho deberá de conceder las M edidas de Protección
referidas al artículo 22° numeral 2, 3 y 1 2 de la Ley N° 3 0 3 6 4 modificado por el
Decreto Legislativo N°1386.

Por tales consideraciones: S E R E S U E L V E : A D M IT IR la denuncia contra


CARO LIN A E D E L M IR A B A L A R E Z O TELLO Y JO R G E G U ILLER M O C O LO N IA
BA LA R EZO ; sobre Violencia en la modalidad de Maltrato Psicológico en agravio de
M A R IA L U IS A P A R E D E S TAM BRA, hecho ocurrido el día 1 9 de octubre 2018;
asimismo se admite la denuncia contra W ALTER ED G A R C O LO N IA S A L IN A S sobre
Violencia en la modalidad de Maltrato Físico en agravio de M A R IA L U IS A P A R ED ES
TA M BRA P R E S C IN D IR DE LA A U D IE N C IA D E M E D ID A S DE PR O T EC C IO N y por
los fundamentos expuestos: C O N C ED ER a la agraviada M A R IA L U IS A P A R ED ES
T A M B R A Medidas de Protección consistente en:

La P R O H IB IC IO N de los agresores C A R O L IN A E D E L M IR A B A L A R E Z O TELLO,


JO RG E G U IL L ER M O C O LO N IA B A L A R E Z O y W ALTER EDG AR C O LO N IA
S A L IN A S de acercarse a la agraviada, a su domicilio, centro de trabajo y
otros a una distancia no menor de de cincuenta metros,

306
A pén d ic es Medidas de Protección de prohibición de acercamiento a ¡a agraviada

La PROHIBICIÓN de los agresores de comunicarse con la agraviada ya sea por


medio de cartas, escritos diversos, correos electrónicos, mensajes de texto,
teléfono, chat, redes sociales, internet u otras formas de comunicación.
PROHÍBASE a los denunciados de protagonizar cualquier tipo de discusión o
altercado, ya sea que se encuentren en estado etílico o sobrio, en cualquier lugar
y circunstancia en que se encuentre la parte agraviada, a fin de no causarle un
daño emocional.
PROHÍBASE a los denunciados agredir verbalmente a la agraviada, con palabras
humillantes y ofensivas y cualquier otra acción que le cause afectación emocional.
Y por último SE ABSTENGAN de inferir maltrato físico o psicológico a la
agraviada.
Conforme lo establece el artículo 48.1° del Reglamento de la Ley 30364,
REMITASE los actuados a la Fiscalía Penal, a fin de que proceda conforme a sus
atribuciones; asimismo estando a lo previsto en el Decreto legislativo Nro. 1323
publicado en el Peruano el 06 de enero del 2017, ha incorporado el art. 122-B al
Código Penal(2) en concordancia con lo estipulado en el último párrafo del art.16 de la
ley 3036 4 DEJANDOSE copias certificadas de todo lo actuado por secretaría.

Estando a lo previsto en el segundo párrafo del artículo 23° de la ley 30364


modificado por el Decreto Legislativo N°1386 , remítase copia certificada
de la presente resolución, a la Comisaria PNP de Familia de lea, para que
proceda a ejecutar la Medida de Protección brindada a la parte agraviada, bajo
responsabilidad.
Notifíquese a las partes.-

(2) Art. 2 Incorporación de los art. 122-B , 153-B , 153-c y 168-B al Código Pe­
nal Incorpórese los artículos 122-B, 153-B, 153-C y 168-B al Código penal.
“A r t í c u l o 1 2 2 - B - A g r e s i o n e s e n c o n t r a d e l a s m u j e r e s o i n t e g r a n t e s d e l g r u p o
f a m ilia r

El que de cualquier modo cause lesiones corporales a una mujer por su condición de
tal o a integrantes del grupo familiar que requieran menos de diez días de asistencia o
descanso, o algún tipo de afectación psicológica, cognitiva o conductual en cualquiera
de los contextos previstos en el primer párrafo déla rt. 108-B,s eró reprimido con pena
privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años e inhabilitación conforme
al artículo 36..:”

307
/ --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- \
2» Apelación de medidas de protección. Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp. N° 13913-2018
^ __________ ____________ _ _ _______________________________________________ __ ______________________ j

EXPEDIENTE N° 13913-2018-47-1601-JR-FT-U
AGRAVIADA YOVANA NOEM1 CORTEGANA AGUILAR
DENU NCIADO JORGE LUIS REYES CORTEGANA
JU ZG A DO DÉCIMO PRIMER JUZGADO DE FAMILIA SUB
ESPECIALIDAD DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
E INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR
M ATERIA VIOLENCIA FAMILIAR

El principio precautorio o de cautela constituye el principio rector en


los procesos de violencia contra la mujer o miembro del grupo familiar,
el cual emerge de la propia Constitución y la Ley 30364, así como
de la necesidad de tutela de urgencia ante un acto de violencia que
ponga en riesgo derechos constitucionales de la víctima. Este princi­
pio implica que ante sólo la sospecha de la existencia de un maltrato
o violencia psíquica, física, sexual o económico-patrimonial, que pueda
presentar la presunta víctima en una relación familiar y personal, el
Juez de Familia está obligado a adoptar medidas urgentes, proporcio­
nales y razonables bajo un mandato judicial, yo sea a través de medi­
das de protección y/o medidas cautelares, no siendo necesario exigir la
probanza de la certeza del acto de violencia; por tanto el razonamiento
que realizó la A-quo en el presente proceso, negando una medida de
protección solicitada, bajo el criterio jurisdiccional que no se acredita­
do fehacientemente la violencia y/o los factores de riesgo para medir
el pronóstico de repetición, constituye un razonamiento contrario al
principio precautorio desnaturalizando el proceso tutelar previsto en
la Ley N° 30364, ya que la A-quo al exigir la demostración plena de

308
A p én d ic e : Apelación de m ed id a s de protección

los factores de riesgo de los actos de violencia como criterio determi­


nante para otorgar las medidas de protección, está desconociendo la
realidad de los actos de conflictualidad humana en la que se desarrolla
la violencia misma, ya que ellos se dan mayormente en el ámbito
íntimo de la familia o del hogar, donde la actividad probatoria es casi
nula, es por ello que en este tipo de procesos el Juez de Familia debe
recurrir a las máximas de la experiencia como sucedáneo de los me­
dios probatorios para concluir el nivel de violencia existente, siendo
éste el mayor mecanismo legal que se utiliza en este tipo de procesos.

Resolución número TRES

Trujillo, veintinueve de enero de dos mil diecinueve.-

VISTA LA CAUSA en Audiencia Pública, la Primera Sala Civil de la Corte


Superior de Justicia de La Libertad, luego de producida la votación correspondiente
y teniendo a la vista el Dictamen N° 08-2019, obrante de folios 75 a 79, emitido por
la Primera Fiscalía Superior Civil del Distrito Fiscal de La Libertad, expide el siguiente
A U T O DE V ÍS T A :

I» A SU N TO ;
Recurso de apelación interpuesta contra el auto contenido en la resolución
número dos, de fecha ocho de enero del dos mil diecinueve, inserto en el Acta de
Audiencia de Decisión de Medidas de Protección (fs. 39/48), en el extremo que
resuelve: “D EC LÁ R ESE IM PRO C ED EN T E por ahora el pedido de retiro del agresor del
domicilio de la denunciante”.

II. PRETENSIÓN IMPUGNATOR1A:


El Centro de Emergencia Mujer Comisaría NP Florencia de Mora interpuso recurso
de apelación (fs. 52/56), contra el citado auto, en el extremo que declaró improcedente
el pedido del retiro del agresor del domicilio de la denunciante, solicitando que sea
revocado y se ordene el retiro del agresor.

Argumenta su apelación en los siguientes agravios: (i) Dada la urgencia del caso
y al ser un proceso cuya finalidad es otorgar medidas de protección que eviten futuros
hechos de violencia, basta la declaración de la víctima para tener en cuenta que su
integridad está en peligro; (ii) El Juzgador señaló que es la primera vez que habría
recibido violencia física por parte de su hijo, sin embargo, no tuvo en cuenta que más
bien fue la primera vez que la agraviada denuncia, pero no es la primera vez que sucede
ello, más aún si la conviviente e hija del ahora denunciado cuentan con medidas de
protección otorgadas en el expediente N° 8060-2016; y (iii) El juzgador señaló que la
ficha de valoración de riesgo concluye riesgo leve, lo que implica que no existe riesgo
grave para la víctima que haga necesario ordenar la salida del hogar por parte del

309
Johnny E. Castillo Aparicio

agresor, sin embargo, no valoró el Informe Social N° 0 7 3 -2 0 1 8 el cual concluyó que


la usuaria viene siendo víctima de violencia física y psicológica por parte de su hijo,
episodios de violencia que se han incrementado aproximadamente durante los últimos
3 meses y que suceden delante de los demás miembros de la familia, y tampoco
consideró el aumento de frecuencia de los episodios de violencia permite señalar que
estamos ante un riesgo moderado, ni que la denunciante comparte espacio con el
agresor, lo que aumenta a la probabilidad de nuevos hechos de violencia.

III. ANTECEDENTES PROCESALES;


3.1. El Centro de Emergencia Mujer (CEM) - Comisaría de Florencia de Mora
interpone denuncia de violencia familiar (fs. 13/22) en contra de Jorge Luis Reyes
Cortegana en agravio de su madre Yovana Noemi Cortegana Aguí lar, por hechos de
violencia familiar en la modalidad de maltrato físico y psicológico, solicitando que se
ordene el retiro del agresor del domicilio.

3.2. Mediante Resolución número uno (fs. 26) de fecha 03 de enero de 2019, se se­
ñaló fecha para la realización de la Audiencia de Decisión de Medidas de Protección, la cual
se llevó a cabo el día 08 de enero de 2019 (fs. 39/48), en la A quo expidió la resolución nú­
mero dos, otorgando medidas de protección generales a favor de Yovana Noemi Cortagena
Aguilar; sin embargo, se declaró improcedente el pedido de retiro del agresor del domicilio
de la denunciante solicitado por el CEM, extremo de la resolución que viene en apelación.

IV. ALC AN C ES Y DELIMITACIÓN DE LAS PRETEN SIO N ES IMPUGNATORIAS;


El principio de congruencia en segunda instancia se traduce en el aforismo latino
tantum devolutum quantum apellatum, el cual exige que el órgano superior que funge de
revisor de un recurso de apelación, solo se pronuncie sobre lo que es materia del mismo
(agravios expresados en el recurso de apelación mismo). Es en el marco de dicho principio
de congruencia (dispositivo) que se procede a fijar el tema de impugnación recurrida y
sobre el cual debe pronunciarse este colegiado, así tenemos que en el caso de autos es:

(i).- Determinar si los fundamentos expuestos por la A quo en la resolución


impugnada, consistentes en que: la ficha de valoración de riesgo de la víctima concluyó
que sólo existe un riesgo leve, asimismo, no se habría acreditado que el denunciado
padece de adicción a la drogadicción que ponga en riesgo su vida, y que sólo se ha
registrado un acto de violencia física; constituyen justificación suficiente y válida para
denegar el pedido del CEM del retiro del agresor del domicilio del denunciante.

Para resolver de forma congruente la materia objeto de recurso impugnatorio, es


necesario precisar previamente la naturaleza de las medidas de protección y cómo opera
aquellas ante los actos de violencia, determinando los principios que lo rigen, así como
establecer el rol que juega las fichas de valoración de riesgo en la determinación de di­
chas medidas de protección, ello sin dejar de lado los casos excepcionales donde la Sala
Revisora puede o no actuar como sede de instancia para resolver el fondo del asunto,
pese a que únicamente está en revisión la impugnación de la improcedencia del pedido.

310
A p é n d ic e : A p e l a ci ó n d e m e d i d a s d e protección

V. ANÁLISIS DE LAS INSTITUCIONES JURIDICAS VINCULADAS AL CASO


CONCRETO:
5.1. La Ley 30364 - Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; y su reglamento.
Con la entrada en vigencia de la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar(1), con su
modificatoria a través de Decreto Legislativo N° 1 386(2) y Ley 3086 2(3), así como su
reglamento, Decreto Supremo N° 0 0 9 -2 0 1 6 -MIMP(4), se estableció un nuevo sistema
jurídico que pretende hacer frente a la violencia que se generan contra los miembros
del grupo familiar por parte de otros miembros del mismo grupo, y contra la mujer por
su condición de tal, por parte de terceros.

Es claro que dichas normas se encuentran circunscritas dentro de la filosofía del


reconocimiento de los derechos humanos, toda vez que la violencia familiar y contra la
mujer atentan contra derechos fundamentales y humanos como la vida, la integridad
psicofísica y la libertad de las personas, valores que transcienden al individuo y al
derecho positivo mismo, los cuales se encuentran reconocidas no sólo en el marco de la
Constitución, sino en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos ratificados por
nuestro país(5). En ese sentido, si bien la violencia familiar o contra la mujer se lleva a cabo
en el ámbito ínter privatos, estos logran transcendencia debido a que a través de aquellas
conductas se vulneran derechos humanos y que motivan el actuar del Estado, porque
este último está obligado a adoptar medidas de prevención y protección; obligación que
surge de la propia Convención Americana de Derechos Humanos. Al respecto la Corte
Interamericana, en la sentencia recaída en el Caso López Soto y otros vs Venezuela, ha
sido clara al señalar que el Estado tiene la obligación positiva de garantizar los derechos
humanos de las personas y adoptar medidas que conlleven a ello, afirmando que:

(1) Publicada en el diario Oficial El Peruano el 23 de noviembre del 2015.

(2) Publicado en el diario Oficial El Peruano el 04 de setiembre del 2018.

(3) Publicado en el diario Oficial El Peruano el 25 de octubre del 2018.

(4) Publicado en el diario Oficial El Peruano el 27 de julio del 2016.

(5) A través de la Ley 30364 se pretende proteger a la mujer y los miembros de la familia
ante actos de violencia familiar, la cual tiene como fuente normativa tanto la Constitu­
ción como los Tratados Internacionales de Derechos Humanos ratificados por el Perú,
como son la Declaración Universal de los Derechos (1948), Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos (1966), Convención Americana sobre Derechos Humanos
(1969), Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer, CEDAW, Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer( 1994), Convención sobre los derechos del niño (1989).

311
Johnny E. Castillo Aparicio

“Este deber [obligación positiva] abarca todas aquellas medidas


de carácter jurídico, político, administrativo y cultural, que
promuevan la salvaguarda de los derechos humanos y que aseguren
que las eventuales violaciones a los mismos sean efectivamente
consideradas y tratadas como un hecho ilícito que, como tal, es
susceptible de acarrear sanciones para quien las cometa, así
como la obligación de reparar integralmente a la víctima por sus
consecuencias perjudiciales”.

En ese sentido, tanto la Ley 30364 actualizada como su reglamento, reconocen


mecanismos legales urgentes a ser utilizados por parte del Órgano Jurisdiccional
(Estado), ante los actos de violencia que se dan dentro del ámbito familiar hacia
uno de sus miembros y/o violencia contra la mujer, ello en el marco del desarrollo
convencional y constitucional, justamente abordando de manera integral la violencia
ejercida en el ámbito de los particulares como es en la familia y en las relaciones con
la mujer, donde se vulneran derechos humanos (vida, integridad física y psicológica,
entre otros). Igualmente, la Corte Interamericana ha sido claro en ese sentido, al
afirmar en la sentencia del caso de Masacre de Pueblo Bello vs Colombia, que los:

“(...) deberes de adoptar medidas de prevención y protección de los


particulares en sus relaciones entre sí se encuentran condicionados
al conocimiento de una situación de riesgo real e inmediato para un
individuo o grupo de individuos determinados y a las posibilidades
razonables de prevenir o evitar ese riesgo”

Los mecanismos legales de protección previstos en la Ley 30364 son dos y


tienen naturaleza procesal: La primera etapa de tutela judicial urgente, por la que
debe discurrir un acto de violencia, es la que se lleva a cabo ante el Juzgado de Familia
o el que haga sus veces, los cuales deben dictar o no una medida de protección y/o
medida cautelar, según sea el caso y conforme a la situación existente, como también
una medida cautelar para brindar una respuesta integral ante los hechos de violencia
cometidos por terceros; y la segunda etapa, es la que funciona de manera paralela
a la primera, es la que está a cargo de los órganos jurisdiccionales en materia penal
(Juzgados Penales o Juzgados de Paz Letrado) quienes en la etapa de investigación,
juzgamiento o audiencia única, dispondrán las sanciones correspondientes, según las
circunstancias de cada caso y conforme a las disposiciones sobre delitos o faltas
establecidas en la normatividad penal aplicable.

Entonces, es claro que este proceso tiene dos finalidades bien delimitadas,
las cuales se encuentra fijadas por el artículo 6 o del Reglamento de la Ley 3 0 3 6 4 (6):

(6) Art. 6 del Dec Sup. No. 009-2016-M IMP - Reglamento de la Ley 30364. Ley para

312
A pén d ic es Apelación de medidas de protección

La primera, pretende la adopción de medidas de protección y medidas cautelares


para hacer cesar la violencia y salvaguardar así la vida, la integridad psicofísica, la
dignidad, la libertad de las personas, víctimas de violencia; como también busca
la recomposición del grupo familiar de acuerdo con la características de cada
familia, mediante la derivación de tratamientos y otras estrategias adecuadas a las
circunstancias; en suma trata la problemática de la violencia de manera integral.
Mientras que, como segunda finalidad, se busca sancionar a los responsables
del maltrato familiar o contra la mujer u otro miembro del grupo familiar, por su
condición de tal.

5.2. La naturaleza jurídica de las medidas de protección previstas en la


Ley N° 30364.-
5.2.1. El artículo 16 de la Ley N° 3036 4 modificado, prescribe que:

“El proceso especial de violencia contra las mujeres e integrantes del


grupo familiar se realiza teniendo en cuenta lo siguiente: a. En caso
de riesgo leve o moderado, identificado en la ficha de valoración
de riesgo, el juzgado de familia, en el plazo máximo de cuarenta
y ocho (48) horas, contadas desde que toma conocimiento de la
denuncia, evalúa el caso y resuelve en audiencia la emisión de las
medidas de protección y/o cautelares requeridas, que sean acordes
con las necesidades de la víctima, b. E n c a s o d e r i e s g o se v e r o ,
id e n t if ica d o en la f icha de v a lo r a ción de r i e sg o , el j uz ga d o

de f a m ilia , en e l p la z o m á x im o de v e int icua t r o ( 2 4 ) h o r a s,

c o n t a d a s d e sd e q u e t o m a c o n o c i m i e n t o d e la d e n u n ci a , e v a l ú a

el c a so y em it e la s m e d id a s de p r o t e cció n v/o ca ut e la r e s

que sean acordes con las necesidades de la víctima.


r e q u e r i d a s,

En este supuesto el Juez puede prescindir de la audiencia, c. En


caso no pueda determinarse el riesgo, el juzgado de familia en el
plazo máximo de 72 horas evalúa el caso y resuelve en audiencia.
La audiencia es inaplazable y busca garantizar la inmediación en
la actuación judicial. Se realiza con los sujetos procesales que
se encuentren presentes. El juzgado de familia, por el medio más
célere, en el día y bajo responsabilidad, comunica la emisión de
las medidas a las entidades encargadas de su ejecución para su
cumplimiento inmediato y a los sujetos procesales.”

prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar.- 6.1. “El proceso al que se refiere el presente título tiene por finalidad
proteger los derechos de la victima de actos de violencia, a través de medidas de
protección o medidas cautelares, y la sanción de las personas que resultan respon­
sables. (...)”

313
Johnny E. Castillo Aparicio

Estableciendo que el Juzgado de Familia o su equivalente, procederá a evaluar el


caso y resolver en audiencia oral, la emisión de las medidas de protección requeridas
y que sean necesarias, las cuales deben darse dentro del marco de proporcionalidad y
razonabilidad que exige cada caso concreto.

5.2.2. Las medidas de protección son -como lo afirma Silvia V. Guanhonmedidas


de tutela personal pues tienden a resguardar a quienes se encuentran expuestos a
peligros físicos o psicológicos, o que, por estar transitando circunstancias particulares
en su familia, y necesitan algún tipo de tutela. Agrega la autora que las personas objeto
de protección, son aquellas especificadas en la ley y que se encuentran incluidos debido
a su vulnerabilidad o necesidad de atención especial(7). En el caso concreto de la Ley
30364, los sujetos de protección de la misma se determinan teniendo en cuenta la
pertenencia al grupo familiar, la situación de vulnerabilidad del niño y la mujer que por
su condición de tal, pueda ser violentada en sus derechos fundamentales, evidenciando
así la constitucionalidad de la norma en mención en la medida que pretende proteger
derechos y valores constitucionales de grupos vulnerables como son la familia en su
concepto amplio y la mujer en su condición de tal.

5.2.3. En esta lógica podemos indicar que el proceso sobre violencia familiar
o violencia contra la mujer, tramitado el Juzgado de Familia, pretende: i) la cesación
del riesgo que pesa sobre la víctima, evitándoles el agravamiento de los perjuicios
concretos derivados del maltrato mismo [entiéndase violencia física, psicológica,
sexual o de economía patrimonial] que se cierne sobre ellas, y que de otro modo, podría
tornarse irreparable(8); y pretende también ii) la restitución del vínculo familiar. Esto
se concretiza porque el Estado está obligado adoptar medidas integrales para cumplir
con la debida diligencia en casos de violencia contra la mujer o miembros del grupo
familiar que se ven mermados en sus derechos fundamentales (vida, integridad física y
psicológica, a no ser discriminados por su condición de mujer, entre otros).

5.2.4. Las medidas de protección que se dicten en Audiencia, tienen una


naturaleza sui generis en el ámbito de la Ley N° 3036 4 y sus modificatorias, en
tanto y en cuanto no se trata en estricto sensu de una medida cautelar, ya que una
característica prioritaria de estas últimas es que está supeditada siempre a un proceso
principal porque buscan asegurar el cumplimiento de la sentencia firme que va luego
a dictarse en el mismo, mientras que las medidas de protección no depende de un
proceso principal en específico (al margen que puedan derivarse en un proceso penal o
faltas), ya que estas permanecen vigentes en tanto persistan las condiciones de riesgo

(7) Ver GUAHNON, Silvia. “Medidas Cautelares en el derecho de familia”, Segunda


Edición. Ediciones La Roca, Buenos Aires, Argentina; 2011; pág. 193.

(8) Ver GARCÍA de CHIGLINO, Silvia y ACQUAVIVA, María. “Protección de violencia


familiar “. Edit. Hammurabi SRL; Buenos Aires, Argentina; 2010; pág. 129.

314
A p é n d ic e : Apelación de medidas de protección

de la víctima, pudiendo incluso el Juez dejarlas sin efecto cuando varíe la situación
de la víctima, esto es, cuando la parte agraviada ya no se encuentre en peligro de ser
sujeto de violencia, evidenciando así que se trata de una decisión que goza de cierta
autonomía del proceso penal que pueda seguirse. Tampoco puede considerarse una
m e d i d a autosatisfactiva, ya que esta ultima solo se da para solucionar situaciones

urgentes, para lo cual debe darse la certeza del derecho vulnerado, disponiendo medidas
que se agotan en sí mismas en el sentido que con su ejecución se da por satisfecho o
restablecido el derecho vulnerado, por tanto, no están sometidas a la evolución de un
proceso de fondo en el que debe debatir la controversia(9), en cambio las medidas de
protección que se dictan, no necesariamente se agotan en sí misma al momento de su
ejecución, ya que pueden darse nuevas situaciones que obliguen al Juez a modificar
o variar las medidas de protección ya dictadas e incluso a dejarlas sin efecto, si con
ello se restablece la relación familiar y se extingue el peligro de que se repitan nuevos
actos de violencia, sumado al hecho que para dictar una medida de protección solo es
necesario indicios de violencia, no siendo necesario para su dictado la certeza
del derecho vulnerado como sí ocurre en las medidas autosatisfactivas, primando
entonces en las medidas de protección el principio precautorio.

5.2.5. En suma, podemos concluir que la naturaleza jurídica de las medidas de


protección prevista en la Ley N° 30364, es que constituyen un proceso sui generis de
tutela urgente y diferenciada, que tienen carácter sustantivo, representando así un
medio autónomo, a través del cual se pretenden cesar la violencia, salvaguardando en
forma inmediata, célere y eficaz la integridad psicofísica, la dignidad, la libertad de las
personas integrantes del grupo familiar, asimismo lograr la recomposición del grupo
familiar y en lo personal en los casos de las mujeres.

5.3. Los principios procesales que rigen los procesos de violencia familia.
Es claro que las medidas de protección previstas en la Ley 3 036 4 tienen
una naturaleza especial y sui generis, motivo por el cual se rigen por principios
procesales específicos y propios que le dan una fisonomía única, en la medida
que conjuntamente con las normas que la regulan, pretenden resolver conflictos
que se dan en el entorno familiar que de por sí, son complejos en tanto afecta
a instituciones constitucionales como son la familia, el niño, adolescente, el

(9) De los Santos afirma que las medidas autosatisfactivas son definidas como “solu­
ciones jurisdiccionales urgentes no cautelares, despachables in extremis y mediando
una fuerte probabilidad de que los planteos formulados sean atendibles. Las mis­
mas importan una satisfacción definitiva de los requerimientos de los postulantes,
de modo que sean autónomos, no dependiendo su vigencia y mantenimiento de la
interposición coetánea o ulterior de una pretensión principal”. Ver DE LOS SANTOS,
M. “Resoluciones anticipatorias y medidas autosatisfactivas” en revista Peruana de
Derecho Procsal N° 03, Lima, Perú, Pág. 74.

315
Johnny E. Castillo Aparicio

adulto mayor o la mujer que, por su grado de vulnerabilidad, tienen un tratamiento


diferenciado. Estos principios jurídicos son imperativos abiertos que guían a
los jueces y abogados en el proceso mismo y busca lograr la justicia en el caso
especifico, pero que tienen ciertos matices en la medida de que no son inflexibles,
ya que se han adaptado a la finalidad de la Ley 30364.

A continuación mencionaremos algunos de ellos, dejando en claro que no son


los únicos, pero que su estudio se debe a que tienen relación directa con la decisión
sub análisis.

5.3.1. E l principio p r e c a u t o r i o o d e c a u t e l a . - Este principio fue inicialmente


acogido por el Tribunal Constitucional como un principio rector en el ámbito de
protección del derecho al medio ambiente, estableciendo que exigía una reacción
inmediata para dictar medidas de protección ante el mínimo indicio de un daño
irreparable al medio ambiente, no siendo necesario tener la certeza del hecho(10)1 ; sin
embargo, este principio se ha venido ampliando ante nuevas necesidades de tutela de
urgencia, como es el caso de violencia contra los miembros del grupo familiar o contra
la mujer por su condición de tal, es por ello que hemos acogido dicho principio para
el ámbito del derecho de familia. Este principio surge de la naturaleza jurídica de las
medidas de protección prevista en la Ley 30 3 6 4 y de la necesidad de tutela de urgencia
ante un acto de violencia familiar o contra la mujer, y es que este principio exige q u e
a nt e só l o la so sp e c h a de la e x i st e n c i a d e un m a lt r a t o o v i o l e n c i a p sí q u i c a s,
f í si c a s, se x u a l o e conóm ica p a t r im o nia l q ue p r e se n t e l a p r e su n t a v í ct im a en

u n a r e l a c i ó n f a m i l i a r y p e r so n a l , e l ó r g a n o j u r i sd i c c i o n a l e st á o b l i g a d o a d o p t a r

m e d i d a s u r g e n t e s, p r o p o r c i o n a l e s y r a z o n a b l e s b a j o u n m a n d a t o j u d i c i a l , l l á m e se
Al respecto tenemos lo afirmado
m e d i d a s d e p r o t e c c i ó n y / o m e d i d a s c a u t e l a r e s.

por Andrés Gil Domínguez, María Victora Fama y Marisa Herrera que al abordar la Ley de
protección contra la violencia familiar en argentina, reconocieron implícitamente este
principio al expresar que: “(....) b a s t a l a s o s p e c h a d e m a l t r a t o a n t e l a e v i d e n c i a
p sí q u i c a o f í si c a q u e p r e se n t a e l m a l t r a t a d o , y l a v e r o si m i l i t u d d e l d e r e ch o , p a r a

q u e e l j u e z o r d e n e m e d i d a s q u e , e n e s e n c i a , s o n v e r d a d e r a s m e d i d a s c a u t e l a r e s,

o b i e n e l s o m e t i m i e n t o d e l a f a m i l i a o u n t r a t a m i e n t o b a j o m a n d a t o j u d i c i a l ”{11).

(10) En la sentencia recaída en el Exp N. 04223-2006-AA/TC, el máximo intérprete de


la Constitución indicó el principio precautorio, que “comporta a d o p t a r m e d i d a s d e
c a u t e l a y r e se r v a c u a n d o e x i st a i n c e r t i d u m b r e c i e n t í f i c a e i n d i c i o s d e a m e n a z a
so b r e a l a r e a l d i m e n si ó n d e l o s e f e c t o s d e l a s a c t i v i d a d e s h u m a n a s so b r e e l
También puede verificarse el concepto de este principio en la sentencia
a m b i e n t e ”.
recaído en el Exp. No. 3510-2003-AA/TC, 202-2006-PC/TC, 04216-2008-PA/TC,
entre otras.

(11) Ver GIL DOMINGUEZ, Andrés, VICTORIA FAMA, María y HERRERA, Marisa. “Derecho
C o n s t i t u c i o n a l d e F a m i l i a ” . Tomo I. Edit. Ediar. Buenos Aires, Argentina; 2006;
pág. 432.

316
A pén d ic e: A p e l a ci ó n d e m e d i d a s d e p r o t e cci ó n

La justificación de este principio se sustenta en - según Javier López Maida, Carlos


Alberto Jury y Maiela Leticia Ripa - la obligación del Estado a dictar medidas “...con la
mayor premuera posible para cumplir con el objetivo protector de lo ley. Una decisión a
destiempo puede acarrear perjuicios o la persona que ha acudido al Tribunal para pedir
amparo,f(12).

Como consecuencia de este principio, podemos establecer que no es


imprescindible demostrar plenamente la gravedad del riesgo por el ejercicio de
violencia, sólo se exige indicios razonables y suficientes de su existencia y el nivel en
que se encuentra; dejando en claro que el auto que dicta medidas de protección y/o
medidas cautelares no importa un decisorio de mérito o de fondo que declara a alguien
como autor de los hechos que se le atribuye, ya que ello sólo le compete a la justicia
penal (Juzgado Penales o Juzgado de Paz Letrado), además por la características
propias de las medidas de protección y/o medidas cautelares, que no son inmutables,
en el entendido que pueden variar, modificar e incluso extinguirse con el tiempo, como
se ha citado en líneas precedentes.

5.3.2. L o s p r i n c i p i o s d e c e l e r i d a d p r o c e s a l y e c o n o m í a p r o c e sa l , que
exigen que el proceso de violencia se tramite de manera casi inmediata, simplificando
los procedimientos del mismo, reduciendo la cognición e incluso postergando o
relativizando la bilateralidad, con la finalidad de brindar una tutela eficaz a la víctima,
ello permite maximizar una tutela efectiva a favor de las personas afectadas por la
violencia, ya sea miembro de la familia o la mujer en su condición de tal, evitando
incluso daños -a veces- irreparables para las partes, y permitiendo restablecer las
relaciones entre las partes en conflicto.

Es claro entonces, que en este tipo de procesos debe darse una dosis especial
de celeridad por la propia naturaleza de los bienes y valores que se tutelan (integridad
física y emocional de la persona); constituyendo un baremo de ineludible observancia
para los jueces de familia, quienes deben actuar con una mayor sensibilidad en la
tramitación de los mismos y no caer en el extremo formalismo. Es el marco de este
principio, que el legislador peruano estableció que las medidas de protección se deben
dictar, en el mejor de los casos, en una audiencia especial hasta antes de las 48 horas
de recibida la denuncia y en caso de suma urgencia de riesgo severo dentro de las 24
horas de recibida la solicitud (artículo 16 de la Ley 30364 - modificado), pudiendo
darse dichas medidas de protección inaudita parte, no siendo necesario la presencia
de la víctima o del presunto agresor (artículo 35° del Reglamento de la Ley 30364).
No olvidemos que la inacción o la acción tardía por parte del Poder Judicial, ante
la denuncia por actos de violencia, constituiría una inacción deliberada, una especie1 2

(12) Ver AAVV. Directora KEMELMAJER DE CARLUCCI, Aída. “P r o t e c c i ó n c o n t r a l a v i o ­


l e n c i a F a m i l i a r - L e y 2 4 . 4 1 7 " . Edit. Rubizal-Culzoni. Buenos Aires, Argentina; 2007;
pág. 123.

317
Johnny E. Castillo Aparicio

de complicidad o equiescencia del Estado con el agresor, al tolerar la continuación


de actos de violencia familiar y contra la mujer, que podría traer consecuencias y
responsabilidades internacionales al Estado.

5.3.3. L o s p r i n c i p i o s d e D i r e c c i ó n y a c t u a c i ó n d e o f i c i o del Juez de Familia.


Este principio exige que el Juez de familia o el que haga sus veces, por su calidad
de director del proceso, debe tener una actuación dinámica, guiado por la finalidad
del proceso de violencia familiar. Es así que el Juez de Familia debe dejar de lado la
tradicional actividad del Juez Civil, que sólo resuelve a solicitud de parte y su conducta
pasiva en el proceso; por el contrario, debe tener una actitud activa y comprometida,
interesado en lograr un resultado socialmente eficaz, que se compadezca con el valor
justicia desde un punto de vista sustancial. Es por ello que se amplían las facultades
del Juez, debiendo contar con herramientas mucho más eficaces y de amplio contenido
procedimental, que determinan la concesión de una tutela de urgente ante una
denuncia por violencia familiar o violencia contra la mujer.

Eduardo Cárdenas refiere al respecto que el “ (...) Juez de familia en forma


acentuada no debe ser un mero observador neutral, sino que su papel debe ser activo,
instalándose con su imperio en medio de familia en crisis, apoyándola, poniéndole límites
y entrenándola en el proceso de organización o reorganización en que se encuentra,,(15).

En suma, el Juez tiene la delicada y difícil misión de resolver conflictos que no


se agotan en el estricto marco de lo jurídico, ya que exigen una verdadera composición
humana1 (14). Entonces queda claro que una vez iniciada la actividad jurisdiccional,
3
promovida por una denuncia por violencia familia o contra la mujer, el Juez debe actuar
-incluso de oficio- para lograr los fines del proceso como es el de brindar protección a
la víctima de violencia, incluso en la ejecución misma, jugando así un rol protagónico
en la recompensación del conflicto mismo.

5.3.4. E l p r i n c i p i o d e r e l a t i v i z a c i ó n d e l p r i n c i p i o d e c o n g r u e n c i a p r o c e sa l o

En términos generales, el principio de congruencia procesal exige que el


d i sp o si t i v o .

Juez deba someter y limitar su decisión a las concretas pretensiones del solicitante;
sin embargo, por la naturaleza constitucional y pública del conflicto familiar en el
que se desarrolla la violencia familiar y por la finalidad que persigue la Ley 30364 y
su modificatoria, el Juez de Familia no necesariamente debe resolver conforme a lo
peticionado por el denunciante, pues, según el tenor de las pruebas que adjunten, se

(13) Ver CARDENAS, Eduardo J. “Crisis Familiares: un modelo experimentado de abordaje


ecológico y transdiciplinario de un juzgado de familia de la ciudad de Buenos Aires”.
LL 191-E- 1368

(14) Ver BERIZONCE, Roberto- O. “La tipicidad del proceso de familia y su reflejo en la
tutela cautelar y anticipatoria. En Revista de Derecho Procesal. No. 01: Mediadas
Cautelares. Edit. Rubiznal -Culzoni, Buenos Aires 1998; pág. 145.

318
Apén dice: Ap e l a ci ó n de m ed id a s de protección

encuentra obligado a dictar las medidas de protección que satisfagan el amparo de la


presunta víctima, en el entendido que podrá dictar medidas de protección distintas a
las solicitadas o ampliarlas, e incluso puede incluir en la resolución a otros agraviados
o agresores que no hayan sido incorporados como parte del proceso.

No olvidemos que el Juez está obligado a cubrir con l a s medidas de


protección todos los indicios expuestos y extraídos no sólo de la d e m a n d a , sino
de los anexos de dicha solicitud, pudiendo incluso ir m ás allá de lo solicitado
o pretendido, ello debido al rol protagónico que juega el Juez en este tipo de
procesos sui generis, dejando establecido que incluso las m edidas de protección
o cautelares deben ser razonable, en la medida que debe estar acorde al caso
concreto de violencia expuesta de la solicitud com o de los dem ás recaudos.

En suma, el principio de congruencia procesal se ha relativizado, tanto en


su objeto, sujeto y los hechos mismos, situación que incluso puede extenderse a
nivel superior al momento de resolver medios impugnatorios interpuestos
por las partes interesadas en el proceso mismo (llámese víctima, agresor,
o el tercero denunciante), dejando en claro que puede pronunciarse sobre
aspectos procesales no expuestos com o agravios por las partes en su s recursos
impugnatorios, pero que afecta al proceso mismo, intervención extensiva que se
justifica debido a la naturaleza pública con la que cuenta este tipo de procesos,
pudiendo disponer subsanar, convalidar o integrar algunas om isiones incurridas
por los jueces de primera instancia; e incluso de manera muy excepcional, podría
pronunciarse sobre el fondo del asunto, pese a que no existe pronunciamiento
de fondo en primera instancia y/o no fue apelado, debiendo para ello justificar
constitucionalmente dicha intervención, como puede ser la urgencia de preservar
la vida de la víctima.

Silvia V. Guahnon explica y justifica de manera clara el “desbidujamiento


del principio dispositivo” en este tipo de procesos, de la siguiente manera: “En el
derecho de familia, en el que muchas de sus normas son de orden público, pues está
comprometido el interés familiar, se ve atenuado el principio dispositivo enunciado, lo
que lleva - al decir de algunos autores - a una “publicización de los procedimientos", o
un proceso más inquisitivo en el que las partes ven limitadas sus facultades y poderes
de disposición del mismo”(15).

5.3.5. El principio de elasticidad o adecuación de las formas al logro de los


fines del proceso, como principio transversal en los procesos de requerimientos de
medidas de protección.

Resulta de importancia abordar en la presente resolución de vista, el principio


trascendental y transversal de elasticidad de las formas para el logro de los fines,

(15) Ver GUAHNON, Silvia. Op.cit, pág.56

319
Johnny E. Castillo Aparicio

o también llamado principio de flexibilidad de las formas, el cual es propio de los


sistemas procesales publicistas, como son los procesos de familia y en especial cuando
se trata de procesos de solicitud de medidas de protección. Este principio exige que
el Juez de Familia deba cumplir con las formalidades previstas en la Ley 30364 o
las que son propias de todo proceso judicial; sin embargo, dichas formalidades sólo
serán aplicadas, si con ellas se logra el fin del proceso (garantizar la integridad física,
psicológica y sexual de la persona que se encontraría siendo víctima de violencia,
neutralizando o minimizando los efectos nocivos de la violencia ejercida por la
persona denunciada). Por el contrario, s i t a l e x i g e n c i a f o r m a l c o m p o r t a o i m p l i c a
la d e sp r o t e c c i ó n d e l o s d e r e c h o s y v a l o r e s e n j u e g o o e l i n c u m p l i m i e n t o d e la

f ina lid a d a nt e s r ef erida , e n t o n ce s o b liga a l Jue z ha a d e cua r la s f o r m a lid a d e s

o d e se r e l c a so , p r e sc i n d i r se , c o n e l o b j e t o q u e s e c u m p l a n l o s f i n e s d e l a L e y

3 0 3 6 4 , p u d i e n d o p a r a e ll o cr e a r o f le x i b i li z a r f o r m a s o a c t o s p r o c e sa l e s d e se r

n e c e sa r i o , o d i sp o n e r l a su b sa n a c i ó n d e l a m i sm a , n o a f e c t a n d o l a s d e m á s a c t o s

Sin embargo, se precisa que la flexibilización a favor de la


p r o c e s a l e s y a r e a l i z a d o s.

actuación del Juez no significa que el Juzgado queda desvinculado del derecho, ya que
sólo se utilizará si es necesario y respetando los derechos procesales mínimos.

Finalmente podemos afirmar que este principio constituye una herramienta


principal y útil que debe ser usada por el Juez de Familia, en este tipo de procesos
donde se tramitan solicitudes de medidas de protección, por ser procesos de tutela
urgente, revestidos de un carácter publicista.

5.3.6. Los p r i n c i p i o s d e r a z o n a b i l i d a d y p r o p o r c i o n a l i d a d , se encuentran


reconocidos expresamente en inc. 6 del artículo 2o de la Ley 30364, el cual exige
al Juez que, ante toda acción vinculada al trato de violencia contra la mujer y los
miembros del grupo familiar, deba aplicar la razonabilidad en toda su extensión, así
reproducimos la norma cita:

"P r i n c i p i o d e r a z o n a b i l i d a d y p r o p o r c i o n a l i d a d . - El fiscal o

juez a cargo de cualquier proceso de violencia, debe ponderar la


proporcionalidad entre violencia, debe ponderar la proporcionalidad
entre la eventual afectación causada y las medidas de protección
y de rehabilitación a adoptarse. Para ello, debe hacer un juicio de
razonabilidad de acuerdo con las circunstancias del caso, emitiendo
decisiones que permitan proteger efectivamente la vida, la salud y la
dignidad de las víctimas. La adopción de estas medidas se adecúa a
las fases que presenta la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar”

Es evidente que estos principios tienen rango constitucional en la medida que


emergen de lo establecido en los artículos 3 y 43 de la Constitución, el cual cobra
especial relevancia debido a los márgenes de discrecionalidad que tiene el Juez

320
Apén dice: Apelación de medidas de protección

al momento de interpretar normas indeterminadas o en aquellas donde la misma


Ley le otorga posibilidad de acción, como ocurre al momento de expedir medidas
cautelares o ante el de dictado de medidas de protección bajo los alcances de la
Ley 30364. Sin embargo, la discrecionalidad no es arbitrariedad, debiendo para ello,
cumplir con los estándares mínimos de razonabilidad, siendo que ello permite lograr
el balance justo entre el hecho de violencia concreto y la medida de protección y/o
medida cautelar dictada.

El Tribunal Constitucional ha precisado que a través del “juicio de proporcionalidad


se trata de determinar hasta qué punto resulta constitucionalmente admisible una
intervención estatal, o lo que es lo mismo, cuál es el grado de intervención compatible
con el respeto a los derechos. Desde luego ello apunta a eliminar la arbitrariedad, y en
tal sentido, el juicio de proporcionalidad supone el de razonabilidad” (STC No. 2192-
2004-AA/TC).

5.4. La Ficha de Valoración de Riesgo y su importancia para que el Juez


dicte medidas de protección y/o medidas cautelares

5.4.1. El Juez de Familia debe partir de dos presupuestos cuando se tramita un


proceso bajo los alcances de la Ley 30364: (i) la violencia familiar y la violencia contra
la mujer por su condición de tal, es un problema complejo y diverso, y que cada caso
tiene una particularidad distinta que urge ser tratado de manera inmediata; y (i¡) existe
un problema de probanza de los actos de violencia, ya que en la mayor parte de ellos se
da en el ámbito privado, siendo que en su mayoría existen sólo relatos de las víctimas
y en el mejor de los casos algunas pruebas interdisicipinarias que coadyuvan a probar
la existencia de estos hechos.

5.4.2. En suma, debemos afirmar que el Juez de Familia al momento de determinar


si corresponde dictar medidas de protección y/o medidas cautelares bajo los alcances
de lo establecido en la Ley 30364 y sus modificatorias, debe valorar en forma conjunta
todos los medios probatorios que se hayan recabado con la demanda, incluidos los que
haya ordenado el Juez, ya que en el marco el principio precautorio, sólo se exige el
indició de la existencia de violencia para generar la obligación de dictar medidas de
protección. Entre los medios probatorios que debe valorar están las actas policiales, las
declaraciones de la víctima realizada bajo la técnica de entrevista única, certificados de
salud física y mental, informes periciales psicológicos, informes sociales, entre otros;
dejando claro que, de no existir todos esos medios probatorios, el Juez debe acudir a
la máxima de la experiencia para arribar a una conclusión suficiente, incluso analizando
sólo las manifestaciones de la víctima, en tanto se trate de narraciones coherentes y
concordantes, por constituir estos indicios de los hechos privados de violencia.

5.4.3. Luego de determinar la existencia de indicios de violencia contra un


miembro del grupo familiar o la mujer, debe analizar y valorar en su conjunto todos

321
Johnny E. Castillo Aparicio

los medios probatorios para determinar el nivel de violencia existente: para concluir
si existe un riesgo leve, moderado o riesgo severo, ya que ello permitirá de manera
razonada dictar las medidas de protección razonables para el caso concreto; no
obstante, debemos dejar en claro que aquí juega un rol importante la denominada
Ficha de Valoración de Riesgo, empero que no es el único medio que el Juez debe
analizar para concluir el nivel de violencia, ya que del análisis de las demás podría
colegirse un nivel distinto al que arroja la ficha de riesgo.

La ficha de valoración de riego es una herramienta técnica que permite al Juez


tener una óptica más amplia del problema familiar en sí, determinando el nivel de
violencia que se encuentra ejerciéndose sobre la víctima -en grado de probabilidad
-, lo que le permite hacer una predicción sobre las posibilidades de que, en el
futuro, se reiteren situaciones de violencia, teniendo dicho documento un carácter
presuntivo. Esta ficha permite tener elementos más óptimos para dictar las medidas
de protección urgente según la naturaleza del problema, ya que ubica el grado de
violencia aparentemente existente: leve, moderado o de alto riesgo.

La ficha de valoración de riesgo es abordado en el artículo 28 de la Ley 30364,


modificado por el Dec. Leg. 1386 y la Ley 30862, que a la letra dice:

En cosos de denuncias por violencia contra las mujeres y los integrantes


del grupo familiar, la Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público o el
Poder Judicial aplican ¡a ficha de valoración de riesgo, que corresponde
a cada caso. También deben aplicarla cuando toman conocimiento de
violencia durante el desempeño de otras funciones.
La Policía Nacional del Perú y el Ministerio Público deben remitir la
ficha de valoración de riesgo al juzgado de familia, conforme al proceso
regulado en la presente ley, el cual la evalúa para su pronunciamiento
sobre las medias de protección y cautelar y debe ser actualizada
cuando las circunstancias lo ameritan, lo que incluye la posibilidad de
variar la evaluación de riesgo”

5.4.4. Carolina Liliana Ubertone y Verónica Ridolfi afirman que: “La evaluación
de la situación de riesgo sirva para prever la posibilidad de que los hechos de violencia
se reiteren y, en consecuencia, determinar la necesidad de adoptar medidas cautelares,
y en su caso, cuáles,,(16\ ello según la problemática a tratar. Vale indicar que para cada
tipo de riesgo de violencia, deben darse medidas acordes a cada una de ellas, así
tenemos la fórmula expuesta por Silvia García de Ghiglino y María Alejandra Acquaviva,1 6

(16) En AAVV. “Protección contra la violencia familiar. Ley 24.417”. Coordinadora Aída Ke-
melmajer de Carlucci. Edit. Rubinzal-Culzoni Editores; Bunos Aires, Argentina; 2007;
pág. 104.

322
Apén dic e: Apelación de medidas de protección

quienes aplicando razonabilidad y proporcionalidad según el resultado de la ficha de


riesgo señala lo siguiente:

“Los h e c h o s c a l i f i c a d o s d e a l t o r i e s g o precisan protección


jurisdiccional inmediata y, la mayor parte de las veces, la adopción
de las medidas cautelares que señala la ley u otras, como custodia
policial, ingreso a un refugio, etcétera.
Los d e m e d i a n o r i e sg o , en cambio, requieren de un tratamiento

adecuado, el cual debe analizarse para no incrementar los factores de


riesgo, sobretodo pro un mayor deterioro de la vinculación familiar o
agravamiento de los conflictos.
E l b a j o r i e s g o se relaciona, en general, co n situaciones que no

requieren adopción de medidas urgentes, aunque sí muchas veces


tratamientos acorde,,(17)

5.4.5. Un aspecto que debemos precisar es que nuestra normatividad1 (18) aborda
7
que el Juez debe tener en cuenta la ficha de valoración de riesgo al momento de disponer
las medidas de protección, empero en su Reglamento, se anexaron los formatos de las
fichas de valoración de riesgo e incluso se encuentra el instructivo correspondiente
para su llenado. Empero sólo están tres fichas de valoración de riesgo: (i) en mujeres
víctimas de violencia de pareja, (¡i) de niños, niñas y adolescentes de violencia familiar
(0 a 17 años) y (iii) en personas adultas mayores de víctimas de violencia familiar;
lo que conlleva a establecer q u e e x i s t e n d e f i c i e n c i a s e n d i c h a n o r m a , y a q u e n o
e x i st e n f i c h a s e sp e c i a l e s p a r a a n a l i z a r su p u e st o s a c t o s d e v i o l e n c i a e n t r e l o s

d e m á s m i e m b r o s d e l a f a m i l i a y so b r e v i o l e n ci a co n t r a la m u j e r p o r su c o n d i c i ó n

lo que hace concluir que no puede utilizarse dichas fichas para supuestos no
d e t a l,

previstos para ellos, como es en hechos de aparente violencia entre hermanos, entre
un padre o madre con sus hijos o viceversa, entre un tío y sobrina, etc. Esta deficiencia,
exige al Juez que para determinar el nivel de violencia (leve, moderado o de alto riesgo)
debe basarse en la sana crítica, teniendo en cuenta los medios probatorios existentes
en el expediente respectivo.

5.5. - El retiro del agresor del domicilio en el que se encuentra la víctima


como medida de protección excepcional

5.5.1. Una de las medidas de protección y tal vez una de las más gravosas que
pueda imponer el Juez de Familia o el que haga sus veces, ante un acto de violencia
intrafamiliar, es el de disponer el retiro del agresor del domicilio en el que se encuentra

(17) Ver GARCIA de CHIGLINO, Silvia y ACQUAVIVA, María. Op.cit. pág. 161

(18) Artículos 16 y 28 modificados, de la Ley 30364.

323
Johnny E. Castillo Aparicio

la víctima; medida que se encuentra prevista literalmente en el artículo 22 acápite 1) de


la Ley 30364, modificado por el Dec. Leg. 1386, donde también se dispone que dicha
medida debe ser ejecutada por la Policía Nacional del Perú. Esta medida de protección
sólo se dispondrá cuando existe una urgencia, un riesgo grave a la integridad física
e incluso amenaza eminente de estar en peligro a la vida de la víctima, quien vive
en el mismo lugar que el agresor, por ende esta medida es propia de las relaciones
intrafamiliares; no obstante toda medida de protección, incluida el de retiro de la
parte agresora del lugar donde convive con la víctima, es temporal y excepcionalmente
podría convertirse en definitiva como puede darse que luego del acto de violencia se
generé un divorcio o las partes involucradas decidan voluntariamente ya no continuar
con dicha convivencia; ello implica incluso que el Juez puede precisar - en el auto
de medida de protección - el tiempo que durará dicha medida o la condición para
su cese en el cual puede disponerse el reintegro de la víctima, el cual sólo se dará
si existe previo un informe del equipo multidisciplinario (psicológico y del asistente
social, entre otros) que determine que ha cesado el riesgo de violencia, por cuanto
han cumplido las partes involucradas en el acto de violencia con el tratamiento
correspondiente que coadyuve al manejo de los conflictos intrafamiliares, sin violencia;
ya que la finalidad de la Ley 30364 en el caso de violencia familiar no sólo es cesar
la violencia y salvaguardar así la vida, la integridad psicofísica, la dignidad, la libertad
de las personas, víctimas de violencia, sino también busca la recomposición del grupo
familiar de acuerdo con la características de cada familia, mediante la derivación de
tratamientos y otras estrategias adecuadas a las circunstancias; en suma los actos de
violencia intrafamiliar debe tratarse de manera integral por parte del Juez.

5.5.2.- Un aspecto importante de abordar en el caso concreto, es cuando


se dicten medidas de protección de retiro del agresor del lugar donde vive la o las
víctimas, siendo que dentro de estas víctimas puedan encontrarse los hijos del
propio agresor, ello obliga al Juez de Familia, a dictar medidas complementarias
dentro del marco de respeto del derecho fundamental y humano del niño, niña o
adolescente, como es el de la unidad familiar prevista en el artículo 8 del Código
del Niño y Adolescente(19) y siguiendo los lineamientos de la opinión consultiva OC-
17/2002 sobre la “Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño”, que
exige mantener la unidad da la familia o de no darse dicha condición, mantener los
vínculos afectivos entre los miembros del grupo familiar (padre, hijos, abuelos, tíos,

(19) artículo 8o del Código del Niño y Adolescente.- “El niño y adolescente tiene derecho
a vivir, crecer y desarrollarse en el seno de su familia. El niño y el adolescente que
carecen de familia natural tiene derecho a crecer en un ambiente familiar adecuado.
El niño y adolescente no podrá ser separados de su familia sino por circunstancias
especial es definidas en la ley y con la exclusiva finalidad de protegerlos. Los padres
deben velar porque sus hijos reciban los cuidados necesarios para su adecuado desa­
rrollo integral”

324
A pén d ic e : Apelación de medidas de protección

etc), preservando así el principio del interés superior del niño; por ende dichas medidas
complementarias al retiro debe conllevar también al restablecimiento o preservación
del derecho a mantener dichos vínculos de afectividad, pudiendo según sea el caso
dictar medidas de protección como un régimen de visita provisional, u otras formas
de comunicación con presencia de terceros, entre otros, para ello el Juez debe utilizar
mucho el sentido común y la razonabilidad al momento de imponer estas medidas, ya
que con ello abordará el fenómeno de la violencia de manera integral. Sin embargo
debemos precisar que excepcionalmente el Juez de familia sólo dictará medidas de
retiro sin un medida complementaria de restablecimiento de la comunicación o vínculo
afectivo entre el agresor(padre) y la victima (hijo), cuando existan motivo razonables
para ello, como puede ser la presencia de presuntos actos de violencia sexual, entre
otros, dejando en claro que cada caso, tiene una particularidad distinta.

VI. FU NDAMENTOS DE LA SALA. A N Á LISIS DEL RECURSO DE APELACIÓN».

6.1. Respecto a la necesidad de un pronunciamiento de fondo por parte de este


colegiado en el marco de la relativización del principio de congruencia
6.1.1. Preliminarmente a la dilucidación del medio impugnatorio materia de
revisión, este Colegiado estima necesario pronunciarse sobre una cuestión procesal
previa, referida a la “improcedencia” del pedido de retiro del agresor del domicilio de
la denunciante, en la medida que se trata de un rechazo liminar de una pretensión
planteada, frente a la cual, bajo los cánones del clásico principio dispositivo o de
congruencia, sólo procedería: o confirmar el extremo apelado, o declararlo nulo a efectos
de disponer que el juez de primera instancia se pronuncie sobre el fondo del pedido
mismo. Sin embargo, en el marco de los principios de informalidad y de flexibilización
del principio dispositivo o de congruencia -que ha sido desarrollado supra en temas
de violencia familiar o contra la mujer-, cabe preguntarnos: ¿Es válido que pese a
esta situación procesal (improcedencia), este Colegiado en vía de revisión emita un
pronunciamiento sobre el fondo, destinado a conceder tal medida de protección o
rechazarla?.

6.1.2. En el constitucionalismo moderno hay más principios que reglas, más


ponderación que subsunción, más Constitución que Ley; por eso los principios son
considerados guías orientadoras de cómo debe desarrollar el Juez un proceso judicial,
siendo que estas varían según la naturaleza del proceso mismo. Y, como hemos
desarrollado líneas arriba, el proceso regulado bajo los alcances de la Ley 30364
constituye un proceso constitucionalizado, en la medida que busca preservar valores
constitucionales como la vida, integridad física y psicológica, el libre desarrollo de
la personalidad, la intimidad de las personas que forman el grupo familiar o de la
mujer por su condición de tal, lo cual exige formular principios particulares que han
sido desarrollados ut supra, como son el de relativización de las formas procesales,
o la atenuación del principio de contradicción para dar paso al de celeridad procesal,

325
Johnny E. Castillo Aparicio

o de la relativización del principio dispositivo; principios que se materializan por la


urgencia que requiere proteger a una persona que sufre violencia familiar o por su
condición de mujer. Es en ese sentido que dicho principios especiales constituyen una
suerte de máximas inquebrantables que se aplican en todas las instancias en que se
desarrolla el proceso mismo, hasta alcanzar la tutela plena de las personas que son
víctimas, ello implica que pueden ser aplicados por los Jueces Superiores al momento
de desarrollarse la doble instancia.

6.1.3. En el marco de este razonamiento debemos contestar la pregunta


planteada en el numeral 6.1.1. con una afirmación, y es que la Sala Superior sí podrá
emitir un pronunciamiento de fondo de manera excepcional, pese a que fuera declarado
improcedente un requerimiento en primera instancia. No obstante, tal facultad revisora
se desplegará de una manera e x c e p c i o n a l , y es que de los hechos expuestos por las
partes y de las pruebas se desprenda evidencias d e r i e s g o s e v e r o c o n t r a l a v í c t i m a ,
que podría implicar que estaría en peligro la vida de la presunta víctima, lo que origina
la urgencia de tratar el tema, relativizando el principio dispositivo o de congruencia en
segunda instancia.

6.1.4. En aplicación de lo desarrollado y del análisis del caso concreto, podemos


afirmar que este Colegiado discrepa del razonamiento de la A quo (rechazar in limine o
declara improcedente el pedido del Centro de Emergencia Mujer del retiro del agresor
del domicilio en el que se encuentra la víctima), en la medida que la Aquo no tuvo
en cuenta que, de los hechos descritos por las partes y de las pruebas actuadas, se
evidencia que: i) el agresor Luis Reyna Cartagena tiene una actitud casi permanente
de violencia física y psicológica ejercida no sólo contra su madre, Yovana Noemi
Cartagena Aguí lar, sino también contra la nuera de ésta y pareja del agresor, doña
Katherine Pérez Alfaro, existiendo incluso una medida de protección ante actos de
violencia con riesgo severo contra esta última, como puede apreciarse de las copias
que adjuntó la parte apelante del Exp. No. 806 0 -2 0 1 6 [folios 57 al 62], sumado
al hecho que ¡i) existe un relato coherente de la víctima respecto de la conducta
agresiva del denunciado, producto de la ingesta de estupefacientes, y que se habría
acrecentado en los últimos años; pero sobretodo, no se ha tenido en cuenta que iii)
existen amenazas de muerte del agresor hacia la víctima, tal como lo relató en la
Audiencia de decisión de medidas de protección, el cual reproducimos: '‘D e s p u é s
d e q u e h a n o c u r r i d o l o s hechosf e l d e n u n c i a d o h a e m p e z a d o a d e c i r “¿p o r q u é

l o s h i j o s m a t a n a s u m adre?" (...)” [folios 39 al 48]. Ello nos permite concluir que

podríamos estar ante un caso irreparable de violencia extrema, donde está en peligro el
derecho a la vida como derecho fundamental, situación que amerita a este Colegiado
realizar un pronunciamiento de fondo urgente, respecto a dicho extremo.

6.1.5. Reforzamos este criterio de pronunciarnos sobre el fondo, porque también


se están maximizando los principios de celeridad y economía procesal, en la medida
que de los actuados existen indicios suficientes para emitir un pronunciamiento

326
A p é n d ic e : Apelación de medidas de protección

de fondo, pese al rechazo liminar en primera instancia del pedido; en el entendido


que resulta innecesario y contraproducente condenar a las presuntas víctimas a que
sufran la angustia de ver cómo se declara nulo lo resuelto para que el juez de primera
instancia vuelva a emitir un pronunciamiento de fondo no obstante todo el tiempo
transcurrido, al punto de producir una sobrevictimización a la víctima, lo que está
terminantemente proscrito, ya que el artículo 7 de la Convención Interamericana para
Prevenir, Castigar y Erradicar la violencia contra la mujer se adoptó en Belém do Pará,
Brasil(20> exige a los Estados que establezcan mecanismos adecuados y sin dilaciones,
tendientes a erradicar, sanciona y prevenir este tipo de violencia.

6.1.6. Sumado a ello, en aplicación del principio de informalidad se establece que


en este estadio de segunda instancia, el Colegiado puede emitir un pronunciamiento
de fondo sobre el extremo de solicitar el retiro del agresor del lugar de residencia, ya
que el ritualismo de ordenar la nulidad de dicho extremo (improcedencia del pedido)
devendría en un formalismo innecesario que se contrapone a la finalidad de la Ley
30364 y con la celeridad que exige este tipo de proceso.

6.1.7. Asimismo, resulta necesario hacer hincapié en que esta decisión no


afecta el derecho de defensa del demandado, ya que oportunamente se puso a su
conocimiento el escrito de apelación del CEM2 (21), el cual está dirigido a cuestionar
0
el fondo del asunto, lo que significó la posibilidad del denunciado de pronunciarse
y cuestionar tales argumentos, lo que no ocurrió, no obstante, el derecho a ser oído
que le asiste a la parte demandada sí se ha salvaguardado. En este sentido queda
habilitado este Colegiado para analizar la pretensión de fondo planteada, debiendo
emitir un pronunciamiento que resuelva el conflicto respecto a la medida de protección
del retiro del hogar del denunciado.

6.2. Respecto a los agravios formulados en el recurso de apelación


(fondo del pedido)

6.2.1. Se aprecia de la resolución impugnada que la A quo determinó claramente


la existencia de violencia, tanto física como psicológica, ejercida por don Jorge Luis
Reyes Cortegana contra su señora madre Yovana Noemi Cortegana Aguilar (situación
que no fue cuestionada por la parte apelante); sin embargo, al momento de analizar
el tipo de riesgo de violencia ejercida sobre la víctima, para justificar la improcedencia
de la medida de protección (retiro del agresor del domicilio donde vive la victima)
solicitada por el Centro de Emergencia Mujer, la A quo establece que tal medida sólo es
viable en casos extremos de riesgo severo de violencia, el cual -según su criterio- no se

(20) Tratado que forma parte del bloque de constitucionalidad en el Perú, por tanto es una
exigencia constitucional.

(21) Véase Constancia de Notificación a folios 65 y 66.

327
Johnny E. Castillo Aparicio

ha dado en autos, porque la denunciante no acreditó la adicción a los estupefacientes


del agresor, y porque sido la primera vez que se ha dado un acto de violencia física; así
pues, la jueza consideró que:

“A i r e s p e c t o d e b e m o s p r e c i s a r q u e s i b i e n l a l e s i o n e s f í s i c a s y

p s i c o l ó g i c a s h a b r í a n si d o a c r e d i t a d a s c o n e l c e r t i f i c a d o m é d i c o

e i n f o r m e p si c o l ó g i c o e m it i d o p o r e l Ce n t r o d e E m e r ge n ci a Mujer;
si n e m b a r g o n o se a cr e d i t a d o l a a d i c c i ó n a l a d r o g a d i c c i ó n q u e

r ef ier e p a d e ce r e l d e n un cia d o ; p o r ot r o la do, la m i sm a d e n un cia n t e

a l r e n d i r su d e c l a r a c i ó n e n e st a a u d i e n c i a h a se ñ a l a d o q u e e s la

p r i m e r a v e z q u e h a b r í a si d o v í c t i m a d e v i o l e n c i a p o r p a r t e d e s u

hi j o . A s i m i s m o l a f i c h a d e v a l o r a c i ó n d e r i e s g o , é s t a c o n c l u y e e n

R IE SG O LEV E , lo q u e i m p l i ca q u e e l n i v e l d e r i e sg o q u e t i e n e la

d e n un cia n t e n o e s d e gr a v e d a d ”

6.2.2. Analizado dicho fundamento, la jueza toma como criterio que en todo
proceso de violencia familiar debe acreditarse “f e h a c i e n t e m e n t e ” los “f a c t o r e s q u e
r i e s g o ” que contribuyen a la violencia misma y a la medición de su pronóstico de

repetición; ello en la medida que afirma que no se ha probado el estado de adicción del
agresor, descrito por la víctima.

6.2.3. Este Órgano Superior considera que aquel criterio jurisdiccional es


co n t r a r i o a la C o n st i t u c i ó n y Co nv e nció n int e r a m e r ica na para Pr e v e nció n,

Sa n c i o n a r y Er r a d ica r la V io le ncia de M uj er (Co nv e nció n de Be l é n Do Paró),


r a t i f i ca d a por e l P e r ú (22), com o t a m b ién de la Le y 3 0 3 6 4 -Le y p a r a pr e venir ,

sa n c i o n a r y e r r a d i ca r la v i o l e n c i a co n t r a l a s m u j e r e s y l o s i n t e gr a n t e s d e l g r u p o

ya que dichos instrumentos jurídicos reconocen tácitamente el principio de


f a m ilia ,

cautela o de precaución, el cual exige que el órgano jurisdiccional actué y adopte


medidas urgentes, proporcionales y razonables ante la sola presencia de sospecha o
indicio mínimo de violencia psíquica o física de la mujer o del integrante del grupo
familiar, ello debido a la exigencia de tutela de urgencia que requieren los actos de
violencia. En suma, el razonamiento de la señora Juez es contrario al sentir del orden
constitucional y legal, pues desnaturaliza el proceso de la violencia contra la mujer o
integrante del grupo familiar, siendo totalmente invalido exigir la demostración plena
de los factores de riesgo de los actos de violencia para pronosticar el nivel de violencia
y determinar las medidas de protección que deben dictarse, desconociendo la realidad

(22) El artículo 7o inc. d de la Convención Internacional para prevenir, sancionar y erradi­


car la violencia contra la Mujer, establece que los Estados Partes se comprometen a
“adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, inti­
midar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer, de cualquier forma que
atente contra su integridad o perjudique su propiedad”

328
A p é n d ic e : Apelación de medidas de protección

de los actos de conflictualidad humana en la que se desarrolla la violencia misma, ya


que ellos se dan mayormente en el ámbito íntimo de la familia o del hogar, donde la
actividad probatoria es casi nula, y donde muchas veces debe recurrírse a las m á x i m a s
d e l a experiencia<23) c o m o s u c e d á n e o d e los m e d i o s p r o b a t o r i o s para concluir el

nivel de violencia existente2 (24), siendo éste el mayor mecanismo legal que se utiliza en
3
este tipo de procesos.

6.2.4. Por otro lado, la señora Juez expone en otro razonamiento que la
calificación de nivel grave de violencia o de riesgo severo está supeditado “únicamente"
a la existencia de continuidad o sucesividad de los actos de violencia física, ya que en
justificación de no dictar medidas graves como el retiro del agresor es que “lo p r o p i a
d e n u n c i a n t e a l r e n d i r su d e c l a r a c i ó n e n a u d i e n c i a h a se ñ a l a d o q u e e s la p r i m e r a

vez q ue ha b r ías i d o v í c t i m a d e v i o l e n c i a p o r p a r t e d e s u h i j o ” . Este entender

es muy limitativo, ya que la ausencia de antecedentes de violencia física no implica


que no pueda existir un nivel alto de riesgo de violencia contra mujer e incluso de
riesgo de muerte, en la medida el ser humano es un ser complejo, pues la presencia
de agresividad como estado emocional puede originarse en cualquier momento y
depende de diversos factores externos e internos de las personas que se originan en
los distintos contextos socio culturales en los que el agresor se desenvuelve, y que
pueden culminar en la muerte de una persona, ya sea por la suma de distintos actos de
violencia gradualmente más lesivos, como en un número reducido de actos en los que
se demuestre aquel avance del índice de violencia.

A sí tenemos que el nivel riesgo grave de una mujer dentro del entorno familiar
por violencia, s e p u e d e d a r a p a r t i r d e l a p r e s e n c i a d e u n c o n j u n t o d e f a c t o r e s
e i n d i c a d o r e s como pueden ser: Ataques previos con riesgo mortal, amenazas de

muerte a la víctima, intento o amenaza de suicidio de parte del agresor, la afectada


ha tenido que salir de la casa por riesgo de muerte, el agresor es convicto o ex
convicto por delitos contra las personas, el agresor esta acusado o tiene condena
por delitos contra la integridad física o sexual de las personas, persona que incumple

(23) La máxima de la experiencia o la denominada presunción judicial, es por definición


una conclusión empírica fundada sobre la observación de lo que ocurre comúnmente,
es decir, un juicio hipotético de contenido general, sacado de la experiencia y tomado
de las distintas ramas de la ciencia. Esta técnica está previsto en el artículo 281 del
Código Procesal Civil.

(24) Los sucedáneos de los medios probatorios constituyen auxilios establecidos por la ley
o asumidos por el Juez para lograr la finalidad de los medios probatorios (acreditar los
hechos expuestos por las parte, producir certeza en el Juez respecto de los puntos
controvertidos y fundamentar sus decisiones) de alguna de estas formas: corroboran­
do, complementando o sustituyendo el valor o alcances de éstos, así lo reconoce el
artículo 275 del Código Procesal Civil.

329
Johnny E. Castillo Aparicio

medidas de protección, la víctima considera que el agresor es capaz de matarla, la


víctima está aislada o retenida por el agresor contra su voluntad en el momento o lo
ha estado previamente, abuso sexual del agresor contra los hijos u otras personas,
la víctima está recientemente separada, ha anunciado al agresor que piensa
separarse o abandonarlo, o ha puesto una denuncia penal o ha solicitado medidas de
protección por agresiones contra ella o sus hijas e hijos o ha existido amenaza por
parte del agresor de llevarse a sus hijos o hijas más pequeños si decide separarse;
cuando el agresor consume y abusa del consumo de alcohol o drogas por, aumento
de frecuencia y gravedad de la violencia; la víctima ha recibido atención en salud
como consecuencia de las agresiones o ha recibido atención psiquiátrica producto
de las agresiones vividas; el agresor tiene antecedentes psiquiátricos (internamiento
psiquiátrico, medicación por depresión); el agresor es una persona con acceso y tiene
conocimiento en el uso de armas de fuego y/o que trabaja con ellas o porta armas;
resistencia violenta a la intervención policial o a la intervención de otras figuras de
autoridad; acoso, control y amedrentamiento sistemático de la víctima; y que haya
matado mascotas.

En suma, la Juez está obligado analizar en forma conjunta todos estos factores
y medios probatorios, para luego determinar la existencia o no de indicadores de
violencia (leve, moderado y grave), situación que no realizó en el caso de autos y por
tanto es errada la decisión arribada en la resolución impugnada.

6.2.5. El tercer argumento que expuso la A quo para denegar el pedido del
Centro de Emergencia Mujer sobre retiro del agresor de la vivienda de la víctima es que
la ficha de valoración de riesgo concluyó en RIESGO LEVE, lo q u e implicaba p a r a
la J u e z Uq u e e l n i v e l d e r i e s g o q u e t e n í a l a d e n u n c i a n t e n o e r a d e g r a v e d a d ”,

p o r t a nt o n o a m e r i t a b a d ich a m e d i d a s d e p r o t e cci ó n . Al respecto, tenemos que


una vez presentada la denuncia por violencia familiar ante el Décimo Primer Juzgado
de Familia Sub Especialidad de Violencia contra las Mujeres e integrantes del Grupo
Familia, el Psicólogo Adscrito al Equipo Multidisciplinario del Módulo de Familia elaboró
la “F i c h a d e V a l o r a c i ó n d e R i e s g o e n M u j e r e s v í c t i m a s d e v i o l e n c i a d e p a r e j a ",
aplicando el formato aprobado por el Reglamento de la Ley 30364 vigente, el cual
obra a folios 38, y que concluyó que la evaluada presenta RIESGO LEVE, habiéndole
otorgado la señora Juez pleno valor probatorio del nivel de riesgo de violencia que
arroja. Sin embargo, aquel es un razonamiento “c o m p l e t a m e n t e incorrecto" , ya que
el instrumento aplicado estaba destinado a una situación fáctica distinta a la que es
materia del proceso, en la medida que citada ficha está elaborada para las víctimas
de violencia “de pareja” y no para el contexto de violencia “entre miembros de la
familia” como es el caso del hijo respecto a su madre, deficiencia normativa que ha
sido desarrollada precedentemente, lo cual hace colegir que la conclusión arribada
por la A quo se aparta de todo criterio técnico, porque la ficha arroja un resultado
complementa errado y que originó que la Jueza incurriera en un defecto de valoración

330
A p é n d ic e : A p e l a ci ó n de m e d i d a s de p r o t e cci ón

fáctica en su dimensión positiva(25) o simplemente un falso raciocionio, que debe ser


corregido por esta instancia, con un pronunciamiento sobre el fondo, por la urgencia
que amerita el caso mismo.

6 .2 .6 . De la revisión de autos se aprecia que la Juez de primera instancia omitió


e ignoró la valoración de pruebas fundamentales para identificar el presumible nivel
de riesgo de la víctima, al no haber realizado una valoración conjunta de los medios
probatorios, basado en las reglas de la sana crítica y la máxima de la experiencia,
incurriendo en una ausencia de valoración en la dimensión negativa del defecto
fáctico(26). En efecto, este órgano Colegiado observa que no se valoró en su integridad
las siguientes pruebas:

i) El Acta de denuncia verbal [folios 3], en el que la víctima manifestó de


manera coherente que el día 26 de diciembre del 2018, aproximadamente a las
16:00 horas en momentos en que se encontraba en el interior de su domicilio,
llegó a ella su hijo en estado de ebriedad exigiéndole a su esposa Katherine
Pérez Alfaro que le proporcione dinero para continuar libando licor, siendo
que, al negarse a proporcionarle dinero, éste reaccionó vociferando palabras
soeces contra la denunciante, para posteriormente agredirla con una bofetada,
al haberlo amedrentado con un palo para que no continuará exigiendo dinero a
su nuera
ii) La declaración de la víctima Yovana Noemi Cortegana Aguilar [folios 4 y
5].- Quien narra el motivo que le llevó a denunciar a su propio hijo y solicitar que
se retire del inmueble, repitiendo los hechos descritos anteriormente, agregando
que rompió la chapa de su puerta, despostilló otra puerta y tiró las cosas que
tenía a su paso; recalcando que la denuncia es debido a los “constantes maltratos
psicológicos, porque su conducta, su trato la afectan”. En ella también hace

(25) El defecto de valoración fáctica en su dimensión positiva se presenta cuando el juez


efectúa una valoración por “completo equivocada”f o fundamenta su decisión en una
prueba no apta para ello. Esta dimensión implica la evaluación de errores en la apre­
ciación del hecho o de la prueba que se presentan cuando el juzgador se equivoca:
i) al fijar el contenido de la misma, porque la distorsiona, cercena o adiciona en su
expresión fáctica y hace que produzca efectos que objetivamente no se establecen
de ella; o ii) porque al momento de otorgarle mérito persuasivo a una prueba, el juez
se aparta de los criterios técnico-científicos o de los postulados de la lógica, las leyes
de la ciencia o las reglas de la experiencia, es decir, no aplica los principios de la sana
crítica, como método de valoración probatoria. Esta definición ha sido desarrollado
por la Corte Colombiana en la SU 159 del 2002.

(26) El defecto de valoración fáctico en su vertiente negativa, se produce cuando el Juez


omite o ignora la valoración de una prueba determinante o no decreta su práctica sin
justificación alguna.

331
Johnny E. Castillo Aparicio

referencia q u e su hij o t ie n e un p r o b l e m a d e c o n su m o d e a l co h o l y d r o ga s y

q u e h a v e n i d o t r a t á n d o se h a c e m á s d e d o s a ñ o s e n e l H o sp i t a l R e g i o n a l ,

y q u e i n c l u so lo i n t e r n ó e n u n ce n t r o d e r e h a b i l i t a ci ó n y q u e j u st a m e n t e

a ct o s d e v io le ncia so n c o n st a n t e s c u a n d o se e n cu e n t r a e n d i c h o e st a d o

de ebr ieda d y d r o ga d icció n ; h a cie nd o r e f e r e ncia i n c l u so a un he cho de

Otro aspecto al
v i o l e n ci a p si c o l ó g i c a o cu r r i d o e l 2 4 d e d i ci e m b r e d e l 2 0 1 8 .

que se refiere es sobre la conducta del agresor el cual se torna violento cuando
necesita dinero para que siga tomando y que incluso ha perdido su trabajo en
alguna oportunidad.
iii) El Informe Psicológico No 0 8 3 -2 0 1 8 / M 1 M P / P N C V E S / C E M -C O M IS A R 1 A
LFORENCIA DE M O RA/PS/M ARR [folios 17 a 22], practicado a la víctima
Yovana Noemí Cortegana Aguilar por el psicológico del Centro de Emergencia
Mujer, en el que se aprecia que en ella vuelve a relatar los momentos de violencia
ejercidos por su hijo, de una manera coherente con las otras versiones dadas a
nivel policial, ratificando que los problemas de violencia provienen por el problema
de drogadicción que padece y que en la actualidad continua consumiendo drogas
y que tal situación se torna “asfixiante” lo que causó que solicite apoye al CEM.
También recalca algunos datos importantes y es que producto del grado de
dependencia por parte del agresor a las drogas e s q u e c o m e n z ó a p e r d e r s e
c o s a s d e l a c a sa , e m p e z ó a r o b a r l e s r o p a , a c c e s o r i o s d e l a sa l a , t o d o e l l o

p a r a c o n su m i r d r o ga y q u e su a sp e c t o f í si c o c o m e n z ó a c a m b i a r h a c e t r e s

m e se s, em pez a ndo a n o t a r se su d e lga d e z y a d e sc u i d a r se f í si c a m e n t e ,

m o s t r a n d o u n c o m p o r t a m i e n t o a g r e s i v o ( r o m p e l a s c o s a s , t i r a s l a s c o sa s ) ,

a c t u a n d o i m p u l si v a m e n t e , i n su l t á n d o l a c o n p a l a b r a s so e c e s, p a sa n d o d e

l o s i n su l t o s a la a g r e s i o n e s f í si c a s, em p uj á nd ola o f o r ce j a nd o co n ella ,

o b l i g á n d o l a a d a r le d i n e r o p a r a su c o n su m o . En dicha entrevista, la victima


señaló lo siguiente: "En v a r i a s o c a si o n e s m e d e c í a q u e m e i b a a m a t a r , q ue ,

ello implicaba que existía no


p o r q u e m e j o r n o m e m u e r t o , e s o l e h a r í a f e l i z ”,

sólo violencia psicológica y física constante, sino también amenazas de muerte,


siendo éste un elemento a tener en cuenta para analizar el riesgo que tenía la
víctima. Otro dato importante es que el psicólogo concluyó que la victima mostró
poca confianza en sí misma, miedo, indecisiones, estrés, ansiedad, sentimientos
de culpa, desgano, inestabilidad emocional proyectándose rasgos paranoides
asociados a los conflictos de violencia ejercida por el agresor; recomendando
entre otras medidas que se dicte impedimentos de acercamientos o proximidad
del agresor.
ív) Informe So cia l No, 07 3-201 8/CEM -CFM -PN C V FS-M IM P /-TS (LA.LR)
[Folios 23 al 25] elaborado por la trabajadora social de CEM a la víctima,
donde aquella expresa su miedo y angustia ante la situación al manifestar lo
siguiente: “ Y a n o s é q u é h a c e r , m e s i e n t o t r i st e n o e s f á c i l d e n u n c i a r a u n
hij o, p e r o y a n o p u e d o m á s; si e n t o q u e m á s a d e l a n t e m e p u e d e h a c e r d a ñ o

332
A p é n d ic e : Apelación de medidas de protección

y n o s o l a m e n t e a m i s i n o a l o s demas”. El informe social hace referencia a

que existe presencia de riesgo moderado de violencia, sin embargo precisa que
existen ciertos factores de riesgo, que resultan importante mencionarlos como
es que el agresor tiene acceso a la usuaria, ha realizado amenazas de muerte, se
indica el aumento de la frecuencia de los episodios violentos, abuso de consumo
de alcohol y droga. La conclusión a la que arriba la asistente social es que la
víctima viene siendo víctima de violencia física y psicológica por parte de su
hijo, que se han venido incrementando en los últimos tres meses y que si bien
esta un nivel de riesgo moderado, también encuentran factores que ponen
en riesgo su integridad física y psicológica como es el nivel de consumo
de droga y alcohol por parte del agresor; recomendando el retiro del agresor
del domicilio.
v) Certificado Médico Legal No. 027085-VFL [folios 32]. En el cual el médico
legista de la División Médico Legal - Instituto de Medicina Legal del Ministerio
Público concluye que la víctima tiene una lesión traumática externa reciente de
origen contuso que ha originado una incapacidad legal de un día, producto de
violencia familiar ejercida según relata la víctima por parte de su hijo.
vi) Acta de Audiencia de Decisión de Medidas de Protección [folios 39 al 48].
En dicha audiencia, la víctima manifestó la realidad que vive con el agresor (quien
es consumidor de drogas) y que recibe amenazas de muerte, haciendo referencia
que también tiene una denuncia por parte de su conviviente, así reproducimos
su relato: “En e s e e s t a d o l a d e n u n c i a n t e r e f i e r e q u e e l d e n u n c i a d o e s s u
hij o, q u i e n v i v e e n s u d o m i ci l i o , t i e n e 2 6 a ñ o s, e s o b r e r o , e s u n a p e r s o n a

a g r e s i v a , e s c o n s u m i d o r d e d r o g a s. D e s p u é s d e q u e h a n o c u r r i d o l o s h e c h o s ,

e l d e n u n c i a d o a e m p e z a d o a d e c i r “¿p o r q u é l o s h i j o s m a t a n a s u m a d r e ?”

a s i m i s m o l e h a d i c h o q u e n o l e g r i t e a s u hi j a . A s i m i s m o r e f i e r e q u e s u h i j o

Este relata
a si d o d e n u n c i a d o p o r v i o l e n c i a p o r p a r t e d e su co n v i v i e n t e . ”

coincide con el análisis realizado por la asistente social y la psicológica de que


vive en un estado de zozobra y de violencia permanente, seguidos de amenazas
de muerte.
vil) Acta de Audiencia de Decisión de Medidas de protección ordenado en
el Exp No. 0806 0-2 01 6-0 -16 01 -JR-FC-06 a favor de la conviviente
del agresor, doña Catherine Kemmy Pérez Alfaro por hechos ocurrido
anteriormente, el 29 de octubre del 2017, donde relata actos de violencia física
y psicológica, donde rompió la luna de la casa donde se encontraba, ingresando
a la fuerza, tirándole el celular y que un día llego como “loco”, agrediéndola
físicamente, arrogando lesiones traumáticas por una incapacidad médico legal
de 2 días e incapacidad médico legal de 5 días, estableciéndose en dicha
oportunidad la presencia de RIESGO SEVERO, l o q u e d e m u e s t r a q u e y a t i e n e
a nt e ce d e nt e s de v io le ncia ext rema, dur a nt e la m i sm a é p o ca en q ue se

o r i g i n ó e l p r o b l e m a c o n s u m a d r e ( d e n t r o d e l o s t r e s ú l t i m o s a ñ o s) .

333
Johnny E. Castillo Aparicio

6.2.7. Del análisis en conjunto de los medios probatorios citados en el numeral


precedente, colegimos claramente lo siguiente: i) existe presencia de violencia física
y psicológica que padece doña Yovana Noemi Cortagena Aguilar por parte de su
hijo Jorge Luis Reyes Cortega, que se caracterizan porque los actos de violencia
tienen una presencia extensa en el tiempo ya que datan de más de tres años de
ocurrido el último suceso -26 de diciembre del 2018-, existiendo ataques previos,
tanto psicológico como físicos, habiéndose agudizado dichos actos durante los
últimos tres meses producto de que el agresor exige la entrega de dinero para
seguir consumiendo alcohol y drogas; también se aprecia que ii) el agresor viene
incumpliendo medidas de protección dictadas previamente a favor de su conviviente
Catherine Kemmy Pérez Alfaro en el Exp No 8 0 6 0 -2 0 1 6 -0 -1 6 0 1 -J R F C -0 6 , donde
le prohibió grita y humillar a la víctima, ya que doña Yovana Noemí Cortagena Aguilar
en este proceso afirmó que los actos de violencia se originaron el 26 de diciembre
del 2018, cuando se acercó a la casa y le exigía, gritándole a su nuera Catherine,
que le dé dinero para seguir consumiendo alcohol y drogas, y que ante su defensa,
la golpeó, destruyendo las cosas que estaban a su paso. Asimismo existe otros
factores importantes y es que iii) existe la convicción por parte de la víctima de
que su hijo pueda matarla e incluso agredir a otras personas como a su nuera y sus
nietos, al relatar amenazas de muerte por parte del denunciado, sumado al hecho
que el agresor tiene antecedentes psicológicos al haberse tratado por problemas
de drogadicción, sumado a la descripción clara, precisa y concatenadas de hechos y
cambios conductuales del agresor, que son productos del abuso de alcohol y drogas
y que tienen relación directa con los actos de violencia descrito.

Los factores descritos constituyen indicadores de riesgo de atentar contra la


vida o la integridad física de la víctima, la cual es una situación extrema, catalogada
como RIESGO SEVERO. Es a este nivel que se puede exigir que se protejan de manera
directa sus derechos a la vida y a la integridad personal sin tener que invocar el derecho
a la seguridad para obtener protección por parte de las autoridades.

6.2.8. Es importante precisar que, a través de distintos estudios, la ciencia ha


reconocido que existe una relación directa ente el consumo de drogas por parte del
agresor con la violencia familiar que ejerce contra algún miembro de la familia; así
pueden verse los estudios realizados por: i) Sabina Deza Villanueva en su artículo
“Violencia Familiar asociado al consumo de sustancias psicoactivas en hombres que
ejercen violencia”(27); ii) José Manuel Herrera Paredes y Carla Aparecida Arena Ventura
con su artículo “Consumo de Alcohol y violencia doméstica contra las mujeres: un
estudio con estudiantes universitarias de México”(28), iii) Iñake Markez y otros, con

(27) En Revista Apsicol 21. Editado Unife. Enero-Julio 2013; pág. 35-46.

(28) En Revista Latino Am Enfermagem. 2010. Pag. 557-564.

334
Apén dice: A p e l a ci ó n d e m e d i d a s d e p r o t e cci ó n

el artículo “Violencia doméstica, consumo de sustancias y otras circunstancias


concurrentes. ¿El derecho vesus derechos a la salud?”(29)3 , entre otros. Lo cierto es
0
que en todo ambiente en el que un integrante del grupo familiar consume drogas,
existe la presencia directa de actos de violencia familiar, siendo que, tal indicador se
presenta con mayor notoriedad en los casos en los que los niveles de drogadicción
son mayores.

Así tenemos que en el caso de autos, por los relatos coherentes y consistentes de
doña Yovana Noemi Cortanea Aguilar sobre los cambios de conducta que ha tenido el
agresor en los últimos tres meses, como también por los relatos de su pareja Catherine
Kemmy Perez Alfaro, se evidencia que estos encajan en el tercer y último nivel de
drogadicción que puede tener una persona dependiente de sustancias psicoactivas,
siendo considerado como un CONSUMIDOR COMPULSIVO o DEPENDIENTE™, ello
debido a la presencia de los siguientes indicadores: la presencia de un deterioro
biopsicosocial, en la medida que se han dado cambios físicos de delgadez, de alteraciones
neurológicas, responsabiliza al resto de sus propios problemas, el aislamiento del grupo
social (amigos, vecinos, ya que el describe rechazos por los vecinos) y la presencia
de conflictos familiares, la pérdida de valores como el respeto a los padres, por los
bienes ajenos, debido a que se describen conductas de gritos, insultos humillantes a
su pareja, como a su madre. Situación fáctica que implica a la familia, en tanto y en
cuanto aquella se ve sometida a una situación límite, ya que los comportamientos del
adicto dominan la rutina, y son llevados sólo por el uso de la droga, como ha ocurrido
en el presente caso, donde la familia en general vive una relación tensa debido a que
el agresor estaría llevando un serio estado de alcoholismo y drogadicción, exigiendo
dinero para su consumo personal y amenazas de muerte.

6.2.9. Esto hace concluir claramente la presencia de riesgo severo de violencia


familiar, que pone en peligro la vida y la integridad física de doña Yovana Noemí
Cortegana Aguilar por parte de su agresor, quien es su hijo, don Jorge Luis Reyes
Cortegana, y que se ve incrementado por la presencia de dicho agresor en el inmueble
sito en la Calle 26 de Julio, No. 1643, Florencia de Mora, de propiedad de la señora
Cortegana, por tanto la medida de protección más razonable y que garantice la vida e
integridad de la víctima, es la más gravosa, esto es, el retiro del agresor del domicilio en
el que se encuentra la víctima, prohibiéndosele regresar a la misma, debiendo disponer
y autorizar a la Policía Nacional del Perú a efectos de ingresar a dicho domicilio para la
ejecución de la medida dictada.

(29) En Revista Asociación Española Neuorpsiquiatria. No. 83; Año 2002, Vol, XXII; pág.
125-133.

(30) Las etapas de la drogadicción, son teres: la de Iniciación, la Afirmación y la Necesidad


o Dependencia (consumidor compulsivo).

335
Johnny E. Castillo Aparicio

6.2.10. Finalmente, debemos indicar que los hechos acaecidos el día 26 de


diciembre del 2018, se originaron primigeniamente por las agresiones psicológicas y
físicas que estaba ejerciendo el agresor Jorge Luis Reyes Cortegana en presencia de
sus hijos Cristina, Luis y Camila Reyes Pérez, contra su conviviente Katherine Perez
Alfaro a quién le exigía dinero para el consumo de alcohol y drogas, y quienes según el
Informe Social No. 074-2018-C EM -C F M -P N C V F S-M IM P /T S (IALR) viven en el mismo
lugar con la madre del agresor y más aún se verifica del acta de audiencia de decisión
de medidas de protección recaída en el Exp No. 080 6 0 -2 0 1 6 -0 -1 6 0 1 -JR -F C -0 6 ,
que ya tenía medidas de protección por riesgo grave contra su conviviente; por tanto
también debió la A quo en el presente proceso dictar medidas de protección a favor de
la conviviente y menores hijos, extendiéndose el retiro y alejamiento del agresor hacía
ellos, en la medida que está justificado en la medida que también está en peligro la
vida e integridad de la conviviente e hijos, aplicándose de esta manera el principio de
relativización del principio de congruencia descrita supra. Asimismo deberá dictarse
medidas de protección complementaria al retiro mismo, disponiendo que luego de
llevar a cabo el tratamiento por consumo de alcohol y drogas del presunto agresor
y previo informe del equipo multidisciplinario de esta Corte Superior de Justicia que
avale dicha medida, deberá establecerse un régimen de visita por parte del agresor a
sus menores hijos a efectos de asegurar el derecho a la unidad familiar y a no romper
los lazos afectivos que los unen, restableciéndose así de manera integral el conflicto
originado por los actos de violencia antes descritos.

6.2.11. Consecuentemente, este Colegiado, en respeto irrestricto al derecho


constitucional que le asiste a la víctima de este proceso, así como a terceros
que pueden verse perjudicados, cuya protección no se limita a nuestro territorio
nacional, sino que emana de Tratados Internacionales suscritos y ratificados por
nuestra Constitución; considera necesario y pertinente revocar la venida en grado,
que declaró improcedente la medida de alejamiento del denunciado del hogar de la
señora Cortegana, y reformándolo, declaramos fundado el pedido de alejamiento,
debiendo retirarse el señor Jorge Luis Reyes Cortegana del hogar de su señora madre,
yovana Noemí Cortegana Aguí lar, y mantener una distancia de 200 metros, bajo
apercibimiento de ser denunciado por el delito de desobediencia y resistencia a la
autoridad. Asimismo, tal medida se entiende extendida a favor de la señora Katherine
Pérez Alfaro y sus menores hijos, conforme a lo señalado en los puntos precedentes,
como también se impone una medida de protección complementaria de régimen de
visitas una vez cumplido las medidas descritas en el considerando anterior, previo
informe favorable para ello del equipo multidisciplinario.

6.2.12. Finalmente, este Colegiado, en su potestad oficiosa de pronunciarse


por aquello que sea más beneficioso para el entorno familiar, considera que debe
adicionarse como medida de protección la rehabilitación que debe seguir el denunciado
Jorge Luis Reyes Cortegana, por el consumo de alcohol y drogas al que hacen alusión

336
Apén dic e: Apelación de medidas de protección

sus familiares, en aras de la búsqueda progresiva del restablecimiento de las relaciones


familiares, dejando en claro que las medidas de protección dictadas pueden variarse si
es que existe un cambio conductual en el agresor.

VIL DECISIÓN:
Por estos fundamentos, los Jueces Superiores de la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de la Libertad, DECIDIMOS:

6.1. REVOCAR el auto contenido en la resolución número dos, de fecha ocho de


enero del dos mil diecinueve, inserto en el Acta de Audiencia de Decisión de Medidas de
Protección (fs. 39/48), en el extremo que resuelve: “D E C L Á R E S E I M P R O C E D E N T E
por ahora el pedido de retiro del agresor del domicilio de la denunciante”, confirmándose
los demás extremos de la citada resolución

6.2. Y, REFORMÁNDOLO EN DICHO EXTREMO, DECLARAMOS FUNDADO


el pedido de retiro del agresor del domicilio de la denunciante. Asimismo, DICTAMOS
COMO MEDIDA DE PROTECCIÓN los siguientes:
6.2.1- EL RETIROde don Jorge Luis Reyes Cortegana del domicilio de la víctima
Yovana Noemí Cortegana Aguí lar, sito Av. 26 de Julio No. 1643 distrito de Florencia
de Mora, provincia de Trujillo, donde también vive la conviviente del presunto agresor,
doña Katherine Pérez Alfaro y sus menores hijos Cristina, Luis y Camila Reyes Pérez;
haciéndose extensiva dicha medida de protección a favor de estos últimos. Para tal
efecto deberá disponerse que la Policía Nacional del Perú cumpla con dicha medidas
de protección y verificar el cumplimiento del mismo.

6.2.2. - LA PROHIBICIÓN DE ACERCARSE don Jorge Luis Reyes Cortegana,


respecto de las víctima Yovana Noemí Cortegana Aguilar, Katherine Pérez Alfaro y
los menores hijos Cristina, Luis y Camila Reyes Pérez, en una distancia mínima de
200 metros, bajo apercibimiento de ser denunciado por el delito de desobediencia y
resistencia a la autoridad.

6.2.3 DISPONER que el denunciado Jorge Luis Reyes Cortegana siga un


proceso de rehabilitación por el consumo de alcohol y drogas al que hacen alusión sus
familiares, en aras de la búsqueda progresiva del restablecimiento de las relaciones
familiares, para tal efecto deberá oficiarse al Hospital Regional Docente para recibir
dicho tratamiento médico en el área correspondiente, debiendo para tal efecto oficiarse
a dicha dependencia pública, quién deberá informar al Juzgado de origen, el avance
del citado tratamiento.

6.2.4.- DISPONER que en ejecución de la presente resolución, se disponga una


medida de protección complementaria de u n r é g i m e n d e v i s i t a a favor del agresor
Jorge Luis Reyes Cartegana respecto de sus menores hijos Cristina, Luis y Camila
Reyes Pérez, previo cumplimiento del tratamiento del presunto agresor por consumo

337
Johnny E. Castillo Aparicio

de drogas y alcohol y previo informe favorable del equipo multidisciplinario, debiendo


el Juez de ejecución disponer razonablemente la forma y los días que se llevará a cabo
dicho régimen disciplinario

6.3. PONER ENCONOCIMIENTOde la Coordinación de los Juzgados de Familia


de la Sub Especialidad de violencia familiar, la presente decisión, para los fines de
sociabilización entre los miembros del Módulo dé los Juzgados de Sub especialidad de
violencia familiar y respetando su independencia jurisdiccional aborden los problemas
suscitados en la elaboración y valoración de la ficha técnica de riesgo.

6.4. NOTIFÍQUESE a las partes y CÚMPLASE con la remisión de copias


certificadas al Juzgado de origen. Avocándose al presente proceso el Juez Superior
Provisional Félix Ramírez Sánchez, por licencia del Juez Superior Titular Juan Virgilio
Chunga Bernal.- PO N EN T E Señor Juez Superior Provisional Doctor Félix Ramírez
Sánchez. -

S. S.
CRUZ LEZCANO, C.
ANTICONA LUJAN, C.
RAMÍREZ SÁNCHEZ, F.

338
2.1. Medidas de Protección de abstención de insultos, amenazas
y agredir física y/o psicológicamente a la denunciante, de
abstención de cualquier tipo de represalias, improcedente el
pedido de retiro del agresor del domicilio de la denunciante.
Décimo Primer Juzgado de Familia de la Corte Superior de
I Justicia de la Libertad. Exp. N° 13913-2018
V _____________ __ _______________ J

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD


MODULO JUDICIAL INTEGRADO EN VIOLENCIA CONTRA LAS
MUJERES E INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

EXPEDIENTE N° 1 3 9 1 3 -2 0 1 8 -0 - 1 6 0 1 - J R -F T - ll
MATERIA VIOLENCIA FAMILIAR
JUEZ VANESA ALTAGRACIA AVILA LOYOLA
JUZGADO DECIMO PRIMER JUZGADO DE FAMILIA
ESPECIALISTA KARLA LISSET ESPINOZA RODRIGUEZ
DEMANDADO YOVANA NOEMI CORTAGENA AGUILAR
DEMANDANTE JORGE LUIS REYES CORTEGANA

AUDIENCIA DE DECISIÓN DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN

En Trujillo, a los ocho días del mes de Enero del dos mil diecinueve, siendo las
doce del medio día, en la Sala de Audiencias del Décimo Primer Juzgado de Familia,
que despacha el señor Juez doctor V A N N E S S A ALT AG RA CIA A V IL A LOYOLA,
asistida por la secretaria judicial Karla Lisset Espinoza Rodríguez, se dispone el inicio
de la audiencia programada.

ACREDITACIÓN DE LAS PARTES PROCESALES;


YOVANA NOEMI CORTAGENA AGUILAR, con DNI N° 18127627, de cuarenta y
seis años de edad, natural de Florencia de Mora, empleada, divorciada, con domicilio en

339
Johnny E. Castillo Aparicio

Av. 26 de Julio 1643 - Florencia de Mora, asistida por su abogada defensora JOHANA
PAOLA VELASQUEZ RODRÍGUEZ, con REG. CALL N° 6610.
En ese estado, con la finalidad de evitarla doble victimización de la agraviada, y
en observancia a lo establecido en el artículo 18 de la Ley 30364 - Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar,
se procede a preguntar al denunciante Y O V A N A N O E M I C O RT A G EN A AG U ILA R si
se ratifica en el contenido de su denuncia, y cuya declaración obra en autos, quién
manifestó que sí se ratifica.
En este estado se le procede a realizar las siguientes preguntas a la adolescente:

Si es que e s la primera vez que se ha producido e sto s h echos contra


u ste d ?
Dijo, si es la primera vez.

S i es que existen procesos judiciales pendientes o fenecidos en sede


judicial con el denunciado?
Dijo, no

Para que diga si se ha apersonado al Instituto de M edicina Legal a fin de


que se le practique la evaluación psicológica u ste d ?
Dijo, si.

En este estado la denunciante refiere que el denunciado es su hijo, quien vive


en su domicilio, tiene 26 años, es obrero, es una persona agresiva, es consumidor de
drogas. Después de que han ocurrido los hechos, el denunciado ha empezado a decir
“¿porqué los hijos matan a su madre?”, asimismo le ha dicho que no le grite a su hija.
Asimismo, refiere que su hijo ha sido denunciado por violencia por parte de su
conviviente.
Estando a lo antes señalado y lo actuados se procede a emitir la siguiente
resolución:

RESOLUCION NUMERO: DOS


A U T O S Y V IS T O S ; Dado cuenta con los actuados; Y C O N SID ER A N D O :
PRIMERO.- DEFENSA DE LA PERSONA HUMANA Y EL RESPETO DE SU
DIGNIDAD,
Conforme a lo señalado en los artículos I o y 2o, inciso 1 de la Constitución
Política del Estado, la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad, son
el fin supremo de la sociedad y del Estado, teniendo toda persona, entre otros, derecho
a su integridad moral, psíquica y física, la misma que debe ser protegida por el Estado
mediante los órganos correspondientes y aplicando leyes ordinarias que tutelan en
forma específica, estos derechos como la Ley para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar - Ley N° 30364.

340
A pén dic e: M e d i d a s d e P r o t e c c i ó n d e a b st e n c i ó n d e i n su l t o s, a m e n a z a s y agredir...

SE G U N D O »- OBJETO DE LA LEY 30364


En ese sentido, el artículo I o de la Ley N° 30364 señala que tiene por objeto
prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia producida en el ámbito público o
privado contra las mujeres por su condición de tales, y contra los integrantes del grupo
familiar; en especial, cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad, por la edad
o situación física como las niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores y
personas con discapacidad. Para tal efecto, establece mecanismos, medidas y políticas
integrales de prevención, atención y protección de las víctimas así como reparación
del daño causado; y dispone la persecución, sanción y reeducación de los agresores
sentenciados con el fin de garantizar a las mujeres y al grupo familiar una vida libre de
violencia asegurando el ejercicio pleno de sus derechos”.

TER CER O »- RESPECTO DE LA VIOLENCIA CONTRA LA M UJER Y LA


DEFINICIÓN DE LOS TIPO S DE VIOLENCIA
Corresponde precisar que el artículo 5o de la referida ley, define la violencia
contra las mujeres como “cualquier acción o conducta que les causa muerte, daño
o sufrimiento físico, sexual o psicológico por su condición de tales, tanto en el ámbito
público como en el privado. Se entiende por violencia contra las mujeres: a. La que tenga
lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal,
ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer.
Comprende, entre otros, violación, maltrato físico o psicológico y abuso sexual, b. La
que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y comprende,
entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada,
secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas,
establecimientos de salud o cualquier otro lugar, c. La que sea perpetrada o tolerada por
los agentes del Estado, donde quiera que ocurro”.

También debe tenerse en cuenta que, el artículo 8 de la Ley 30364, modificado por
el Decreto Legislativo N° 1323, define los tipos de violencia, estableciendo lo siguiente:

a) Violencia física. Es la acción o conducta, que causa daño a la integridad


corporal o a la salud. Se incluye el maltrato por negligencia, descuido o por privación
de las necesidades básicas, que hayan ocasionado daño físico o que puedan llegar a
ocasionarlo, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.

b) Violencia psicológica. Es la acción u omisión, tendiente a controlar o aislar


a la persona contra su voluntad, a humillarla, avergonzarla, insultarla, estigmatizarla o
estereotiparla, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.

C U A R T O .- H E C H O S D E N U N C IA D O S Y M E D IO S P R O B A T O R IO S RECABADOS
En el caso de autos, se advierte que YO VANA NOEME CORTAGENA AGUELAR
formula denuncia policial por violencia familiar en la modalidad de violencia psicológica
contra JO RG E LU IS R EY ES CO RTEG AN A en su agravio; que se encuentra a la vista con:

341
Johnny E. Castillo Aparicio

(i) YOVANA NOEMI CORTAGENA AGUILAR que


D e cla r a ció n d e l d e nuncia nt e

obra en autos en el cual el denunciante manifiesta que: “Me encontraba en


mi casa y llegó mi hijo a pedirle dinero a su esposa para que tome y ella no le
dio, entonces empezó a vociferar palabras soeces, luego me percaté que estaba
intentando agredir a mi nuera por lo que cogí un palo para amedrentarlo y es ahí
que se me acerca maltratándome psicológicamente y me propinó una bofetada
para luego romper la chapa de mi puerta y despostillado otra puerta inferior de mi
inmueble tirando todas cosas que tenía a su p a s o ”
(ii) La Ficha de Valoración de Riesgo en Mujeres víctimas de violencia,
practicada a la agraviada YOVANA NOEMI CORTAGENA AGUILAR, el mismo
que concluye con “R i e s g o L e v e ” teniendo los siguientes elementos relevantes:
“las agresiones son de frecuencia diario/semanal, en el último año se han
incrementado, en el último evento de agresión le ocasionó lesiones, el denunciado
le ha amenazado de muerte, la denunciante cree que el denunciado la puede
matar, el denunciado es consumidor de alcohol/drogas”.
(¡ii) 7 3 - 2 0 1 8 / C E M - C F M - P N C V F S - M I M P - T S el cual concluye
i n f o r m e So c i a l N°

que: la usuaria viene siendo víctima familiar en la modalidad física y psicológica


por parte de su hijo, episodios de violencia que se ha incrementado durante los
últimos tres meses aproximado y que suceden delante de los demás integrantes
de la familia. Usuaria se encuentra en nivel de riesgo MODERADO por encontrar
factores que ponen en riesgo su integridad física y psicológica como: se identifica
un aumento de frecuencia de los episodios de violencia cada vez es intenso
también hay acceso a la usuaria por encontrarse en el mismo espacio por parte
agresor consume alcohol y drogas.
(iv) In f o r m e P si c o l ó g i c o N° 8 3 - 2 0 1 8 / M IM P / P N G V F S/ C E M - C 0 M ISA R IA F LO ­

el cual concluye que “La agraviada presenta afectación psi­


R E N C IA . D E . M O R A

cológica, manifestando en Episodio Depresivo leve (F32.0), compatibles a even­


tos de violencia física y psicológica presentando alteraciones en los intereses
personales, cambios de humos, pérdida de confianza en sí misma y baja autoes­
tima. La examinada presenta rasgos de personalidad dependiente caracterizán­
dose por ser una persona insegura con sentimientos de inferioridad, inadecua­
ción e inseguridad. Emocionalmente refleja estado anímico con sentimientos de
inseguridad, miedo. Sí mismo presenta dificultades que lo agobian y estresan.”
(v) C e r t i f i ca d o M é d i c o L e g a l N° 0 2 7 0 8 5 - V F L , c o r r e sp o n d i e n t e a l a d e n u n ci a n t e ,

el mismo que concluye: LESION TRAUMATICA EXTERNA RECIENTE DE ORIGEN


CONTUSO.
Asimismo, a través del escrito de fecha 4 de enero del año en curso, la denunciante
a través de su abogada defensora, adjunta:
Certificado Literal de propiedad del inmueble ubicado en el Pueblo Joven
Florencia de Mora- Barrio 7 Mz. 21 LOTE 07, del distrito de Florencia de Mora, a
nombre de la denunciante (copropiedad).

342
A p é n d ic e : M e d i d a s d e P r o t e c c i ó n d e a b st e n c i ó n d e i n su l t o s, a m e n a z a s y a gr e d ir ...

QUINTO»- ANÁLISIS DE FONDO


En este contexto, advirtiendo que en el certificado médico legal antes aludido,
ha concluido que la denunciante ha presentado lesiones traumáticas de origen
contuso, lo que ha conllevado a que se le otorgue UN DÍA de incapacidad médico
legal, en consecuencia con dicha documental se acreditaría, la existencia de actos que
constituyen violencia física.

Con respecto a la violencia psicológica, la denunciante imputa al denunciado


haber ejercido violencia psicológica en su contra, a través de insultos y amenazas,
los cuales se vienen realizando en forma reiterada. Asimismo, ha referido que el
denunciado es consumidor de drogas, es violento, inclusive ha sido denunciado por su
conviviente por hechos de violencia familiar.

Si bien es cierto, no se tiene a la vista el resultado del Protocolo de pericia


psicológica de la denunciante emitido por la División Médico Legal, a fin de determinar
el daño psicológico o afectación emocional producto de los hechos denunciados; sin
embargo, del Informe Psicológico realizado por Centro de Emergencia Mujer, el cual
tiene valor probatorio de conformidad con los dispuestos por el artículo 26 de la Ley
30364, se advierte que la denunciante presenta: “La agraviada presenta afectación
psicológica, manifestando en Episodio Depresivo leve (F32.0), compatibles a eventos
de violencia física y psicológica presentando alteraciones en los intereses personales,
cambios de humos, pérdida de confianza en sí misma y baja autoestima”; por lo que
se puede llegar a verificar indicios suficientes de actos de VIOLENCIA PSICOLÓGICA en
contra de la denunciante.

S E X T O ; M E D ID A S DE PRO T EC CIÓ N
Respecto a las medidas de protección se debe señalar que, la Ley 30364,
modificada por el Decreto Legislativo N° 1386, en su ARTÍCULO 22 establece que
deben ser dictadas teniendo en cuenta: el riesgo de la víctima, la urgencia y necesidad
de la protección y el peligro en la demora.

Asimismo, que pueden dictarse entre otras, las siguientes:

1. Retiro del agresor del domicilio en el que se encuentre la víctima, así como la
prohibición de regresar al mismo. La Policía Nacional del Perú, puede ingresar a
dicho domicilio para su ejecución.
2. Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier forma, a
su domicilio, centro de trabajo, centro de estudios u otro donde aquella realice
sus actividades cotidianas, a una distancia idónea para garantizar su seguridad
e integridad
3. Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica, electrónica;
asimismo, vía chat, redes sociales, red institucional, intranet u otras redes o
formas de comunicación.

343
Johnny E. Castillo Aparicio

(...)

Por otro lado, se debe precisar que las medidas de protección a dictarse a favor
de la parte agraviada deben ser sustentadas en los Principios de Razonabilidad y
Proporcionalidad, consagrados en el numeral 6 del artículo 2 o dé la Ley N° 30364,
lo que implica que se debe ponderar la proporcionalidad entre la eventual afectación
causada y las medidas de protección y de rehabilitación a adoptarse, para lo cual se
debe hacer un juicio de razonabilidad de acuerdo a las circunstancias del caso, a fin de
emitir decisiones que permitan proteger efectivamente la vida, la salud y la dignidad
de las víctimas.

Siendo ello así, se va a ordenar al denunciado se abstenga de ejercer cualquier acto


de violencia hacia la denunciante, manteniendo una conducta de respeto, ejerciendo
una comunicación más asertiva, teniendo en cuenta que comparten el mismo domicilio
con la denunciante, por lo que además de ello deberán acudir a terapia psicológica, con
fines de reeducación para el denunciado y de restauración para la denunciante.

SÉ T IM O ^ REM ISIÓN DE C O PIAS AL MINISTERIO PÚBLICO


El artículo 48 del Reglamento de la ley 30364, dispone que emitida la resolución
que se pronuncia sobre las medidas de protección o cautelares, el Juzgado de Familia,
remite el expediente según corresponda a la Fiscalía Penal o Juzgado de Paz Letrado,
para que proceda conforme a sus atribuciones, en caso de duda sobre la configuración
si es delito o falta, remite lo actuado a la Fiscalía Penal.

En tal sentido, advirtiendo que los hechos constituirían delito; se debe remitir
lo actuado a la Fiscalía Penal Corporativa de Turno de Trujillo, a fin de que proceda
conforme a sus atribuciones.

OCTAVO; CON RESPECTO AL PEDIDO DE RETIRO DEL AG RESO R DEL


DOMICILIO DONDE VIVE LA DENUNCIANTE
Con respecto al pedido de la denunciante del retiro del denunciado de su domicilio,
se debe precisar que ésta medida de protección, es una medida de última ratio, que
se aplica cuando existan evidencias irrefutables de que la víctima se encuentra en una
situación de riesgo severo de un daño físico y/o psicológico; sin embargo, hay que
tener en cuenta que no siempre un episodio de violencia familiar, justifica la exclusión
del presunto agresor del hogar.

El retiro del domicilio, implica una limitación al derecho de propiedad, al derecho al


tener un lugar donde vivir, derecho que también tiene rango constitucional al igual que
el derecho a la integridad física y psicológica, por lo que corresponde aplicar el principio
de proporcionalidad, tal como lo dispone el numeral 5 del artículo 2 de la Ley 30364.

Tal como lo ha establecido el Tribunal Constitucional, el test de proporcionalidad


incluye, a su vez, tres subprincipios: idoneidad, necesidad y ponderación o
proporcionalidad en sentido estricto.

344
A p é n d ic e : Medidas de Protección de abstención de i nsul t os^ amenazas y agredir ...

Idoneidad o adecuación: se debe evaluar si la restricción en el derecho resulta


pertinente o adecuada a la finalidad que se busca tutelar;
Necesidad; esto supone, verificar si existen medios alternativos al adoptado por
el legislador. Se trata del análisis de relación medio-medio, esto es, de una comparación
entre medios; el medio elegido por quien está interviniendo en la esfera de un derecho
fundamental y el o los hipotéticos medios que hubiera podido adoptar para alcanzar
el mismo fin.
Ponderación entre principios constitucionales en conflicto. Aquí rige la ley
de la ponderación, según la cual “cuanto mayor es el grado de la no satisfacción
o de la afectación de un principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la
satisfacción del otro”.
En el caso de autos, se advierte que la denunciante ha narrado hechos de
violencia física y psicológica, (insultos y amenazas) por parte de su hijo, señalando que
éste sería consumidor de drogas, que es una persona violenta, que ejerce violencia
contra su conviviente.
Asimismo, del informe social, la denunciante ha hecho referencia que su hijo,
dado el vicio que tiene, no le aporta económicamente, y lo que hace es robar cosas de
la vivienda para que lo venda y pueda satisfacer su vicio como las drogas.
Se debe tener en cuenta que el denunciado tiene hijos menores de edad, quienes
también residen en el mismo domicilio, el cual conforme lo acreditado la denunciante,
es de su propiedad.
En tal sentido, con estos datos, procedemos a aplicar el test de proporcionalidad,
al caso en concreto.
Idoneidad o adecuación: La denunciante ha referido hechos de violencia
familiar en la modalidad de violencia física y psicológica, debido a las constantes
maltratos perpetrados por el denunciado, quien es su hijo, refiriendo que éste la insulta,
le habla con palabras ofensivas, la amenaza con agredirla. Asimismo, ha señalado que
el denunciado, sería consumidor de drogas.
Al respecto debemos precisar que si bien es cierto las lesiones físicas y
psicológicas habrían sido acreditadas con el certificado médico e informe psicológico
emitido por el Centro de emergencia mujer; sin embargo, no se acreditado la adicción a
la drogadicción que refiere padece el denunciado. Por otro lado, la misma denunciante
al rendir su declaración en esta audiencia ha señalado que es la primera vez que
se habría sido víctima de violencia por parte de su hijo. Asimismo, de la Ficha de
Valoración de Riesgo, ésta concluye en RIESGO LEVE, lo que implica que el nivel de
riesgo que tiene la denunciante, no es de gravedad.
En tal sentido, la medida de retiro solicitada, no sería la más adecuada para el
fin que se persigue, esto es de prevenir se susciten nuevos eventos de violencia en
agravio de la denunciante.

345
Johnny E. Castillo Aparicio

Necesidad; la medida de retiro solicita, tampoco resulta necesaria, pues existen


otro tipo de medidas que cumplan con la finalidad, como es la terapia psicológica,
considerando el nivel de riesgo que tiene la denunciante y que sería la primera vez que
han ocurrido hechos de violencia en su agravio.

Ponderación, la medida de retiro del agresor del domicilio de la denunciante,


resulta una medida desproporcional, dada la carencia de antecedentes de violencia en
agravio de la denunciante, el nivel de riesgo que ha concluido la ficha de valoración,
la lesión mínima que ha sufrido la denunciante (un día de incapacidad médico legal),
por lo que privar al denunciado de tener un lugar donde vivir, frente a la lesión mínima
que habría sufrido la denunciante, consideramos que el derecho constitucional de este
último prevalece.

En tal sentido, al no haber superado el test de proporcionalidad, la medida de


retiro solicitada, no resulta procedente ordenarla por ahora, y conforme a los hechos
acontecidos.

Por estas consideraciones y de conformidad con las normas glosadas y con lo


establecido en los artículos 12° 16°, 22° y 24° de la Ley N° 30364; S E RESUELVE:

1. DICTAR C O M O M E D ID A S DE PRO TECCIÓ N :


1.1. El denunciado JO R G E L U IS R E Y E S CO RTEG AN A, deberá abstenerse
de insultar, gritar, humillar, agredir física y/o psicológicamente y/o
amenazar con agresiones físicas a la denunciante YOVANA NOEMI
CORTAGENA AGUILAR, b a j o a p e r ci b i m i e n t o d e se r d e n u n c i a d o p o r e l

d e li t o d e d e so b e d i e n c i a a la a ut o r id a d .

1.2. El denunciado JO R G E L U IS R E Y E S CORTEG AN A, y la denunciante


Y O V A N A N O EM I C O R T A G EN A AG UILAR, deberán de asistir a TERAPIA
por separado y por el periodo que corresponda, ante el Equipo
p si c o l ó g i c a ,
Multidisciplinario del Módulo de Violencia contra la mujer e integrantes
del grupo familiar de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, sede
Natasha, en e l p l a z o d e T R E S D Í A S , b a j o a p e r c i b i m i e n t o a JORGE LUIS
REYES CORTEGANA q u e e n c a so d e i n c o n c u r r e n c i a , se r á d e n u n c i a d o

p o r e l d e l i t o d e d e so b e d i e n c i a a la a u t o r i d a d .

1.3. El denunciado JO R G E L U IS R E Y E S C O RTEG AN A, deberá abstenerse


de tomar cualquier tipo de represalias contra YOVANA NOEMI
CORTAGENA AGUILAR en forma directa o indirecta, por haber denunciado
los hechos que se investigan; b a j o a p e r ci b i m i e n t o d e se r d e n u n ci a d o

p o r e l d e li t o d e d e so b e d i e n c i a a la a ut o r id a d .

2. DECLÁRESE IMPROCEDENTE por ahora el pedido de retiro del agresor del


domicilio de la denunciante.

3. - Para tal efecto N O T IF IQ U E SE al denunciado JO R G E L U IS R EY ES


CORTEGANA con la finalidad que tomen conocimiento de las medidas de protección

346
A p é n d ic e : Medidas de Protección de abstención de insultos, amenazas y agredir ...

dictadas; y para la ejecución y cumplimiento de las medidas señaladas: CURSESE


Oficio a la Comisaría PNP de Florencia de Mora conforme el artículo 23 - C° de la Ley
N° 30364, quien deberá dar cuenta de su ejecución a este juzgado

4. Estando a lo expuesto precedentemente y de conformidad con el segundo


párrafo del artículo 16° de la citada ley; REMÍTASE el presente expediente a la
FISC ALÍA PENAL CORPORATIVA DE TURNO DE TRUJILLO, para que proceda
conforme a sus atribuciones.

En este estado se procede a pregunta a la denunciante si se encuentra conforme


con la resolución antes emitida:

DIJO: interpone RECURSO DE APELACIÓN, por lo que se le concede el plazo de


TRES DÍAS a fin de que cumpla con fundamentarlo, BAJO APERCIBIMIENTO de tenerlo
por no presentado.

Con lo que se dio por concluida la presente audiencia firmando las comparecientes
después que lo hizo la señora Juez; doy fe.--------------------- --------- ----------------------

347
f ' • ;---------- ---- ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- ----- \

3. Apelación de Medidas de Protección. Tercera Sala Civil de la


Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp. N° 09448-2017
\ ___________________ _____________________________________________)

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD


Tercera Sala Civil

EXPEDIENTE N° 09448-2017-70-1601-JR-FC-02
SOLICITANTE CENTRO DE EMERGENCIA MUJER - EL PORVENIR
AGRAVIADO A.S.F.R.
Y.J.F.R.
DENUNCIADO DIANA ARACELI REYES CHACÓN
JUZGADO DECIMO SEGUNDO JUZGADO DE FAMILIA DE
TRUJILLO
MATERIA VIOLENCIA FAMILIAR - violencia psicológica

En el marco de la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar y


erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, el Juez de Familia o el que haga sus veces, “debe"
dictar medidas de protección y/o medidas cautelares que aborden
de manera integral el problema de violencia familiar y/o contra la
mujer expuesto en el caso concreto, el cual debe buscar no sólo el
cese de la violencia y preservar así la vida, la integridad psicofísica,
la dignidad, la libertad de las personas, víctimas de violencia, sino
también debe buscar la recomposición del grupo familiar de acuerdo
con la características de cada familia. En este último caso, el Juez
de Familia, ante la presencia de circunstancias que imposibiliten la
búsqueda de la recomposición del vínculo familiar, podría disponer,
de manera excepcional, el alejamiento entre el agresor y víctima y,
por ende, no dictar medidas que conlleven a la recomposición de las
relaciones afectivas entre ambos, para ello está obligado a motivar la
aplicación de dicha excepción.”

348
A pén d ic e : A p e l a c i ó n d e M e d id a s d e Pr o t e cció n

RESOLUCIÓN NÚMERO: TRES


Trujillo, diez de octubre
Del año dos mil dieciocho.-

VISTA LA CAUSA en Audiencia Pública, la Tercera Sala Civil de la Corte Superior


de Justicia de La Libertad, luego de producida la votación correspondiente y teniendo
a la vista el Dictamen Fiscal N° 132-2018, obrante de folios 103 a 107, emitido por
la Tercera Fiscalía Superior Civil del Distrito Fiscal de La Libertad, expide la siguiente
RESOLUCIÓN DE VISTA:

i. ASUNTO:
Recurso de apelación interpuesto contra el auto contenido en la resolución nú­
mero dos, de fecha cinco de octubre del año dos mil dieciocho, obrante en fotocopia
certificadas de folios 35 a 38, en el extremo que resuelve: FIJAR como PENSION
ANTICIPADA DE ALIMENTOS la suma de CUATROCIENTOS SOLES a favor de los
adolescentes Irvin Júnior Flores Reyes y Anderson Smith Flores Reyes, a razón de dos­
cientos soles para cada uno que debe cumplir doña Diana Araceli Reyes Chacón, para lo
cual se ordena que la abuela paterna de los niños aperture una cuenta alimentaria en el
Banco de la Nación, OFICIÁNDOSE para tal fin y debiendo notificarse a la denunciada
con la presente resolución en su domicilio real y domicilio señalado en la RENIEC.

II. F U N D A M E N T O S D EL R E C U R SO DE A P E L A C IÓ N :
Mediante escrito obrante en fotocopias certificadas de páginas 81 a 84, la
demandada Diana Araceli Reyes Chacón, interpone recurso de apelación contra el
extremo del auto que fija una pensión de S/. 400.00, solicitando que sea revocado,
argumentando principalmente que:

“Para la fijación de una pensión de alimentos a favor de los presuntos


agraviados, no se ha tenido en cuenta que atenta contra la propia
subsistencia de la demandada, así como el hecho que los menores
tienen también a su padre y los alimentos se pagan entre ambos, y
que la demandada cuenta con carga familiar”

III. AN TECEDENTES:
De los actuados, se desprende que el 28 de setiembre del 2017, la abogada del
Centro de Emergencia Mujer de El Porvenir interpone denuncia bajo los alcances de
la Ley N° 30364, acción dirigida contra Diana Araceli Reyes Chacón, solicitando que
judicialmente se dicten medidas de protección a efectos de garantizar la tranquilidad,
seguridad y recuperación de los menores Anderson Smith (12) e Irvin Júnior Flores Re­
yes (14), en calidad de agraviados, por actos de violencia presuntamente cometidos por
la denunciada, en la modalidad de violencia psicológica y económica. Asimismo, como
primer otrosí digo, se solicita que se asigne anticipadamente alimentos, a favor de los

349
Johnny E. Castillo Aparicio

menores, así como se reconozca la tenencia a favor de la abuela paterna Arminda Za-
valeta Zavaleta.

Por resolución número uno, obrante a página 16, se fija fecha para la realización
de la Audiencia de emisión de Medidas de Protección, la cual se llevó a cabo el 05 de
octubre del 2017, conforme Acta de su propósito, obrante de páginas 35 a 38, acto
en el que se ha resuelto fijar medidas de protección, así como medidas cautelares,
decisión que ha sido oportunamente apelado e importa el presente pronunciamiento
Superior.

IV. PARTE CONSIDERATIVA;


4.1. Alcances y delimitación de las pretensiones impugnatorias
El principio de congruencia en segunda instancia se traduce en el aforismo latino
“tantum devolutum quantum apellatum”, el cual exige que el órgano superior revisor de
un recurso de apelación, sólo puede pronunciarse sobre lo que es materia del mismo
(agravios expresados en el recurso de apelación mismo). Es en el marco de dicho principio
de congruencia (dispositivo) que se procede a fijar el tema de impugnación recurrida y
sobre el cual debe pronunciarse este colegiado, así tenemos que en el caso de autos son:

(i).- Determinar si la A quo ha incurrido en error al fijar a la apelante Diana


Araceli Reyes Chacón una pensión alimenticia de alimentos a favor de los
adolescentes Irvin Júnior Flores Reyes y Anderson Simith Flores Reyes
de doscientos nuevos soles para cada uno, al no haber tenido en cuenta
la carga familiar con que cuenta la demandada y que el monto impuesta
afecta su subsistencia, así como la obligación de prestar alimentos también
le corresponde al padre del menor
Para emitir una decisión revisora que cumpla con los parámetros constitucionales
de una debida motivación, este Colegiado, en atención a la naturaleza de las medidas
de protección y por la función del principio de flexibilización que rige en este tipo de
procesos, también analizará la decisión sobre el dictado de medidas de protección, en
aras de determinar si ha existido algún vicio en el pronunciamiento del A-quo.

4.2. La Ley 30364 - Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia


contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar; y su reglamento.
Con la entrada en vigencia de la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar(1), con
su modificatoria a través de Decreto Legislativo N° 1 386(2), así como su reglamento,

(1) Publicada el 23 de noviembre del 2015.

(2) Publicado el 04 de setiembre del 2018.

350
A pén d ic e : A p e l a c i ó n de M e d id a s d e Pr ot e cció n

Decreto Supremo No. 0 0 9 -2 0 1 6 -M IM P (3), se estableció un nuevo sistema jurídico


que pretende hacer frente a la violencia que se generan contra los miembros del
grupo familiar por parte de otros miembros del mismo grupo, y contra la mujer por su
condición de tal, por parte de terceros.

Es claro, que dichas normas se encuentran circunscritas dentro de la filosofía del


reconocimiento de los derechos humanos, toda vez que la violencia familiar y contra la
mujer atenían contra derechos fundamentales como la vida, la integridad psicofísica y
la libertad de las personas, valores que transcienden al individuo y al derecho positivo
mismo, los cuales se encuentran reconocidas no sólo en el marco de la Constitución,
sino en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos ratificados por nuestro país(4).

Tanto la Ley 30364, su modificatoria, como su reglamento, reconocen


mecanismos legales urgentes a ser utilizados por parte del Órgano Jurisdiccional, ante
los actos de violencia familia que se dan dentro del ámbito familiar hacia uno de
sus miembros y/o violencia contra la mujer. Estos mecanismos legales de protección
previstos en las normas citadas, son dos y tienen naturaleza procesal: La primera
etapa de tutela judicial urgente, por la que debe discurrir un acto de violencia, es la
que se lleva a cabo ante el Juzgado de Familia o el que haga sus veces, los cuales
deben dictar o no una medida de protección según sea el caso y conforme a la
situación existente, como también una medida cautelar; y la segunda etapa, es la
que funciona de manera paralela a la primera, es la que está a cargo de los órganos
jurisdiccionales en materia penal (Juzgados Penales o Juzgados de Paz Letrado)
quienes en la etapa de investigación, juzgamiento o audiencia única, dispondrán las
sanciones correspondientes, según las circunstancias de cada caso y conforme a las
disposiciones sobre delitos o faltas establecidas en la normatividad penal aplicable.

Es claro entonces que este proceso tiene dos finalidades bien delimitadas, las
cuales se encuentra fijadas por el artículo 6o del Reglamento de la Ley 3 036 4 (5): La

(3) Publicado el 27 de julio del 2016.

(4) A través de la Ley 30364 se pretende proteger a la mujer y los miembros de la familia
ante actos de violencia familiar, la cual tiene como fuente normativa tanto la Cons­
titución como los Tratados Internacionales de Derechos Humanos ratificados por el
Perú, como son la Declaración Universal de los Derechos (1948), Pacto Internacional
de los Derechos Civiles y Políticos (1966), Convención Americana sobre Derechos
Humanos (1969), Convención para la eliminación de todas las formas de discrimina­
ción contra la mujer, CEDAW, Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer( 1994), Convención sobre los derechos del niño
(1989).

(5) Art. 6 del Dec Sup. No. 0 0 9 -2 0 1 6 -M IM P - Reglamento de la Ley 30364. Ley para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del

351
Johnny E. Castillo Aparicio

primera, pretende la adopción de medidas de protección y medidas cautelares para


hacer cesar la violencia y salvaguardar así la vida, la integridad psicofísica, la dignidad,
la libertad de las personas, víctimas de violencia; como también busca la recomposición
del grupo familiar de acuerdo con la características de cada familia, mediante la
derivación de tratamientos y otras estrategias adecuadas a las circunstancias. Mientras
que, como segunda finalidad, se busca sancionar a los responsables del maltrato
familiar o contra la mujer u otro miembro del grupo familiar, por su condición de tal.

4.3. Las medidas cautelares previstas en la Ley 30364, Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar.
El artículo 16° de la Ley 3036 4 (Modificado por el Decreto Legislativo N° 1386,
publicado el 4 de setiembre de 2018), prescribe que: “El proceso especial de violencia
contra las mujeres e integrantes del grupo familiar se realiza teniendo en cuenta lo
siguiente: a. En caso de riesgo leve o moderado, identificado en la ficha de valoración
de riesgo, el juzgado de familia, en el plazo máximo de cuarenta y ocho (48) horas,
contadas desde que toma conocimiento de la denuncia, e v a l ú a el c a s o v r e s u e l v e e n
a ud ie ncia l a e m i s i ó n d e l a s m e d i d a s d e p r o t e c c i ó n v / o c a u t e l a r e s r e q u e r i d a s,

b. En caso de riesgo severo,


q u e se a n a c o r d e s c o n l a s n e c e si d a d e s d e la v í ct i m a ,

identificado en la ficha de valoración de riesgo, el juzgado de familia, en el plazo máximo


de veinticuatro (24) horas, contadas desde que toma conocimiento de la denuncia,
eva lúa e l c a so v em it e la s m e d id a s d e p r o t e cció n v/o c a u t e l a r e s r e q u e r i d a s,

q u e se a nacordes c o n l a s n e c e s i d a d e s d e l a v í c t i m a . En este supuesto el Juez


puede prescindir de la audiencia. La audiencia es inaplazable y se realiza con los sujetos
procesales que se encuentren presentes. El juzgado de familia, por el medio más célere,
comunica la emisión de las medidas a las entidades encargadas de su ejecución para su
cumplimiento inmediato.”, estableciéndose que el Juzgado de Familia o su equivalente,
procederá a evaluar el caso y resolver en audiencia oral de ser necesario, la emisión
de las medidas de protección requeridas y medidas cautelares que sean necesarias,
las cuales deben darse dentro del marco de proporcionalidad y razonabilidad que exige
cada caso concreto.

En esta lógica, podemos indicar que el proceso tramitado ante el Juzgado de


Familia, sobre medidas de protección y/o medidas cautelares, derivado de violencia
familiar o violencia contra la mujer, pretende la cesación del riesgo que pesa sobre la
víctima, evitándole el agravamiento de los perjuicios concretos derivados del maltrato

grupo familiar.- 6.1. “El proceso al que se refiere el presente titulo tiene por finalidad
proteger los derechos de la victima de actos de violencia, a través de medidas de
protección o medidas cautelares, y la sanción de las personas que resultan respon­
sables. (...)”

352
A p é n d ic e : Apelación de Medidas de Protección

mismo [entiéndase violencia física, psicológica, sexual o de índole económica o


patrimonial] que se cierne sobre ellos, y que de continuar, podría tornarse irreparable(6).

La norma especial que regula la tratativa que debe darse a la violencia familiar
o contra la mujer, no sólo establece la necesidad de dictar medidas de protección
acorde con los hechos expuestos ante el Juzgado, sino también puede dictar medidas
cautelares que satisfagan preliminarmente, el derecho de quien se estaría viendo
perjudicado, siempre y cuando tengan relación directa con los hechos de violencia
o tipo de violencia detectado en la solicitud de medidas de protección. Ello implica
claramente que las medidas cautelares sólo podrán ser dictadas en este tipo de
procesos, si tienen “relación directa” con los hechos concretos de violencia; por tanto,
está prohibido que las personas utilicen indebidamente este mecanismo procesal
cautelar para lograr alguna medida cautelar rápida referente a un pedido que debe
verse en un proceso ordinario de familia y que no tiene relación directa con un acto
de violencia, ya que ello implicaría un abuso del derecho que esta proscrita en nuestro
orden constitucional.

Por ende, sumado a lo prescrito por el artículo 16° de la Ley 30364, citado en
las líneas precedentes, en el que se indica que el Juez puede dictar las medidas de
protección y cautelares que sean acordes con las necesidades de la víctima; el artículo
23° del mismo cuerpo legal, modificado por el Decreto Legislativo N° 1386 prescribe
que: “Los medidas de protección y cautelares dictadas por el juzgado de familia se
mantienen vigentes en tanto persistan las condiciones de riesgo de la víctima, con
prescindencia de la resolución que pone fin a la investigación, o al proceso penal o
de faltas. Estas medidas pueden ser sustituidas, ampliadas o dejadas sin efecto por
el juzgado de familia cuando, de los informes periódicos que remitan las entidades
encargadas de su ejecución, advierta la variación de la situación de riesgo de la víctima,
o a solicitud de esta última. En tales casos, el juzgado de familia cita a las partes a la
audiencia respectiva. El juzgado de familia también puede sustituir, ampliar o dejar sin
efecto las medidas cuando toma conocimiento de la sentencia o disposición de archivo de
la investigación, o proceso penal o de faltas que originó las medidas de protección, para
lo cual cita a las partes a la audiencia respectiva. El juzgado de familia, inmediatamente
y por cualquier medio, comunica su decisión de sustituir, ampliar o dejar sin efecto
las medidas a las entidades encargadas de su ejecución. Las medidas de protección
y cautelares tienen validez a nivel nacional y se puede solicitar su cumplimiento ante
cualquier dependencia policial”; denotándose así, que el dictado de medidas cautelares
surtirá efectos en tanto y en cuanto el Juez perciba que las condiciones primigenias
que motivaron dicha emisión, se mantienen y prolongan en el tiempo.

(6) Ver GARCIA de CHIGLINO, Silvia y ACQUAVIVA, María. “Protección de violencia fami­
liar”. Edit, Hammurabi SRL; Buenos Aires, Argentina; 2010; pág. 129.

353
Johnny E. Castillo Aparicio

4.4. La medida cautelar que resguarda pretensiones de alimentos


4.4.1. - Entre las medidas cautelares que puede dictar el Juez de Familia o el
que haga sus veces en un proceso de violencia familia o contra la mujer como tal,
ya sea a solicitud de parte o de oficio, es el que pretende resguardar los alimentos,
siempre y cuando dicha medida cautelar de prestación de alimentos provisoriamente,
tenga relación directa con los actos de violencia denunciados en el presente proceso
y pretende garantizar el bienestar de la víctima, para tal efecto debe cumplir con los
presupuestos establecidos en el artículo 611 del Código Civil; así lo reconoce el artículo
22-B de la Ley 303364, modificado por Decreto Legislativo No. 1386 y artículo 39
del Reglamento de la Ley 30364. En ese sentido, tenemos como ejemplo, que deberá
ordenarse una medida cautelar cuando se ejerce una violencia psicológica contra la
mujer a quién se le supedita la entrega de una pensión a cambio de ciertas actitudes
con el agresor; o cuando por la excepcionalidad o urgencia sea necesario disponer el
retiro del agresor del hogar conyugal o convivencial, debe asegurar la manutención de
la víctima y de los que dependan de ella o de él; entre otros supuestos.

4.4.2. - Queda claro entonces que debe existir una relación entre las medidas
cautelares de alimentos dictadas en un proceso de violencia familiar con el hecho
concreto de violencia que genera el proceso mismo, por tanto el Juez de Familia
debe verificar y establecer un monto que permita a la víctima cubrir las necesidades
impostergable que tiene.

4.5. ANÁLISIS DEL CASO EN CONCRETO


4.5.1. Sobre el recurso de apelación.
Resolviendo lo que es materia de apelación y que apertura la presente instancia
revisora, tenemos que, conjuntamente con el pedido de dictado de medidas de
protección, el Centro de Emergencia Mujer de El Porvenir solicitó que se dicte una
asignación anticipada a favor de los menores, y se reconozca la tenencia (Primer otrosí
digo de la demanda).

La jueza de primera instancia, entre otros extremos de la resolución que es


materia del grado, ha dispuesto una pensión anticipada de alimentos, ascendente a la
suma de S/. 400.00, a razón de S/. 200.00 para cada hijo -irvin Júnior Flores Reyes y
Anderson Smith Flores Reyes-, que debe pasar su madre Diana Araceli Reyes Chacón;
para ello, indicó que:

“SEXTO... con respecto a la asignación anticipada de antecedentes


se evidencia que por irresponsabilidad de los padres biológicos de
los adolescentes estos, desde temprana edad se encuentran bajo
el cuidado de sus abuelos paternos, quienes vienes asumiendo la
satisfacción de las necesidades básicas de acuerdo a sus posibilidades
económicas, por lo que atendiendo a la edad de los adolescentes

354
A pén d ic e: A p e l a c i ó n de Medidas de Protección

sus requerimiento respecto al sustento diario, alimentación, vestido,


salud, vivienda, recreación también se incrementan y necesitan de
un mayor desembolso económico, sin embargo conforme ha referido
los adolescentes, la madre no obstante ser vecina de ellos, no viene
cumpliendo con su obligación de ser proveedora materia y de afecto
para con sus hijos, aunado a ello que está acreditado con la actas
de nacimiento, el entroncamiento familiar, pues ha reconocido a sus
dos hijos, en ese sentido resulta para el caso concreto pertinente
fijar provisionalmente una asignación anticipada de alimentos,
de conformidad con el artículo 92° del Código de los Niños y los
Adolescentes concordante con el artículo 481° del Código Civil, y 675°
del Código Procesal Civil, una pensión anticipada de cuatrocientos
soles, a razón de doscientos soles para cada agraviado".

4.5.2. En su escrito de apelación, la demandada Diana Ara ce li Reyes Chacón,


sólo apelo el extremo de la resolución impugnada referido a la pensión alimenticia
impuesta a ésta, para ello sustentó en la apelación que: “Para la fijación de una pensión
de alimentos a favor de los presuntos agraviados, no se ha tenido en cuenta que atenta
contra la propia subsistencia de la demandada, así como el hecho que los menores
tienen también a su padre y los alimentos se pagan entre ambos, y que la demandada
cuenta con carga familiar". Siendo que, lo indicado por la parte apelante carece de todo
sustento táctico, para darle soporte a su alegato, como se explicará a continuación:

(i) .- En el caso de autos, la demandada, con la presentación de la apelación,


ha anexado la Copia de DNI de los menores: i) Dayanara Briseth Gutiérrez
Reyes, ii) Priscila Kristell Gutiérrez Reyes, y el Acta de Nacimiento de esta
última menor, obrante de folios 77 a 79, respectivamente. Así como la
Declaración Jurada de Luis David Gutiérrez Veriau (folios 80), en la que el
declarante refiere mantener una relación de convivencia desde hace más de
diez años con la ahora demandada.
(ii) . Remitiéndonos a las normas aplicables, tenemos que la Asignación
Anticipada de Alimentos, como medida temporal sobre el fondo, encuentra
asidero legal en el artículo 675° del Código Procesal Civil, modificado
por el Artículo Único de la Ley N° 29803, publicada el 06 noviembre
2011, prescribe que: “E n e l p r o c e s o s o b r e p r e s t a c i ó n d e a l i m e n t o s
p r o ce d e la m e d i d a d e a si g n a c i ó n a nt icip a d a de a lim e nt o s cua nd o

es r eq uerida por los a sc e n d i e n t e s, por el cóny uge , por los hij os

m e n o r e s co n in d ub it a b le r e la ció n f a m ilia r o p o r lo s hij os m a y o r e s

d e e d a d d e a c u e r d o c o n l o p r e v i st o e n l o s a r t í c u l o s 4 2 4 , 4 7 3 y 4 8 3

En los casos de hijos menores con indubitable relación


d e l C ó d i g o Civ il.

familiar, el juez deberá otorgar medida de asignación anticipada, actuando


de oficio, de no haber sido requerida dentro de los tres días de notificada

355
Johnny E. Castillo Aparicio

la resolución que admite a trámite la demanda. El juez señala el monto de


la asignación que el obligado pagará por mensualidades adelantadas, las
que serán descontadas de la que se establezca en la sentencia definitiva”
(resaltado nuestro).
Por su parte, el artículo 481° del Código Civil, modificado por el Artículo 1 de
la Ley N° 30550, establece que: “Los a l i m e n t o s s e r e g u l a n p o r e l j u e z e n
p r o p o r c i ó n a l a s n e c e si d a d e s d e q u i e n l o s p i d e y a l a s p o si b i l i d a d e s d e l

q u e d e b e d a r l o s, a t e n d i e n d o a d e m á s a l a s c i r c u n s t a n c i a s p e r s o n a l e s

d e a m b o s, e sp e c i a l m e n t e a l a s o b l i g a ci o n e s q ue se h a l l e su j e t o el

El juez considera como un aporte económico el trabajo doméstico


de ud or .

no remunerado realizado por alguno de los obligados para el cuidado y


desarrollo del alimentista, de acuerdo a lo señalado en el párrafo precedente.
No es necesario investigar rigurosamente el monto de los ingresos del que
debe prestar los alimentos” (resaltado nuestro).
De ello podemos colegir que se trata de una medida cautelar que tiene
un carácter excepcional, la misma que importa la concurrencia de tres
elementos: a) vinculación entre el acreedor y el deudor alimentario; b)
necesidad de alimento, que debe tener el acreedor alimentario; y c) las
posibilidades económicas del deudor alimentario.
(iii). Analizando el cuestionamiento de la apelante, este Colegiado es del criterio
que la parte obligada presenta un deber de probar o acreditar que sus
posibilidades económicas son diminutas; situación que notoriamente no ha
ocurrido, pues del caudal probatorio que obra en autos, no se desprenden
medios probatorios que determinen la falta de capacidad económica en la
que se encontraría la demandada para soportar el pago asignado por el A
quo; toda vez que, la sola presentación de dos Copias de DNI y una Partida
de Nacimiento, que acreditarían que la emplazada tiene dos hijas más,
no resulta suficiente para acreditar las precarias posibilidades económicas
que indica en su escrito de apelación, en tanto se desconoce los ingresos
que aquella presenta, situación que tampoco ha sido esclarecida por la
demandada, sumado al hecho que se acredita que convive con el padre de
dichos menores en convivencia (folios 80), lo que implica que éste aporta a
la manutención de aquellos, situación que no sucede con los adolescentes
favorecidos con la medida cautelar dictada.
4.5.3. Consecuentemente, resulta razonable el monto fijado por la Jueza de
primera instancia, en tanto no se denota que sea un monto elevado, y tampoco
contamos con medios probatorios que acrediten la imposibilidad de la demandada a
coberturar la pensión impuesta; por lo tanto, el extremo que ha sido apelado, debe ser
confirmado por esta Sala Superior; máxime si la medida cautelar de pensión alimenticia
anticipada dictada en este proceso, tiene relación directa con el acto de violencia

356
A pén d ic e : Apelación de Medidas de Protección

psicológica ejercida por parte de la agresora, que es la omisión de cumplimiento de


deberes como madre respecto a sus adolescentes hijos, en cuanto al soporte afectivo
que debe brindar para lograr la solidez formativa de los hijos.

4.6o COLOFÓN
Este Colegiado considera que la medida cautelar dictada, que ha sido apelada y
ha merecido pronunciamiento en las líneas precedentes debe ser confirmada, pues
se ajusta a derecho, no probando la demandada que se encuentra en imposibilidad de
cubrir la pensión fijada.

4.7. PRONUNCIAMIENTO DE OFICIO DEL COLEGIADO


Conforme se señaló en el punto 4.1. de esta decisión, el Colegiado, en aras de
brindar una respuesta ajustada a parámetros mínimos de una debida motivación y en
función al tipo de proceso en el que nos encontramos, analizaremos tanto la naturaleza
de las medidas de protección, así como los principios procesales que le dan soporte,
específicamente, el principio de flexibilización, ello en la medida que este colegiado
debe verificar en su calidad de Director del proceso por el respeto al debido proceso
que debe tener el presente expediente.

4.7.1. La naturaleza jurídica de las medidas de protección, según la Ley


30364
Las medidas de protección son -como lo afirma Silvia V. Guanhon- medidas de
tutela personal, pues tienden a resguardar a quienes se encuentran expuestos a peligros
físicos o psicológicos, o que, por estar transitando circunstancias particulares en su
familia, necesitan algún tipo de tutela. La citada autora agrega que las personas objeto
de protección son aquellas especificadas en la ley, quienes se encuentran incluidas
debido a su vulnerabilidad o necesidad de atención especial(7). En el caso concreto
de la Ley 30364, los sujetos de protección de la misma se determinan teniendo en
cuenta la pertenencia al grupo familiar, la situación de vulnerabilidad del niño y la mujer
que, por su condición de tal, pueda ser violentada en su derechos fundamentales,
evidenciando así la constitucionalidad de la norma en mención.

Las medidas de protección que se dicten en ella, tienen una naturaleza sui
generis en el ámbito de la Ley 30364 y sus modificatorias, en la medida que no se
trata en estricto sensu de una medida cautelar, ya que una característica prioritaria de
estas últimas es que está supeditada siempre a un proceso principal en la medida que
tiende asegurar el cumplimiento de la sentencia firme que va luego a dictarse en el
mismo, mientras que las medidas de protección no depende de un proceso principal en

(7) Ver GUAHNON, Silvia. “Medidas Cautelares en el derecho de familia”. 2a edic. Edicio­
nes La Roca. Buenos Aires, Argentina;2011; pág. 193

357
Johnny E. Castillo Aparicio

específico (al margen que puedan derivarse en un proceso penal o faltas), ya que estas
permanecen vigentes en tanto persistan las condiciones de riesgo de la víctima, incluso
pudiendo el Juez dejarlas sin efectos cuando varíe la situación de la víctima y ya no se
encuentre en peligro de ser sujeto de violencia, evidenciándose cierta autonomía del
proceso principal. Tampoco puede considerarse una medida autosatisficativa, ya que
esta última sólo se da para solucionar situaciones urgentes, teniendo como requisito
la certeza del derecho vulnerado, disponiendo medidas que se agotan en sí mismas
-en el sentido que con su ejecución se da por satisfecho o restablecido el derecho
vulnerado-, por tanto no están sometidas a la evolución de un proceso de fondo en
el que debe debatir la controversia(8); en cambio, las medidas de protección que se
dictan, no necesariamente se agotan en sí misma al momento de su ejecución, ya que
pueden darse nuevas situaciones que obliguen al Juez a modificar o varias las medidas
de protección ya dictadas e incluso a dejarlas sin efectos si con ello se restablece la
relación familiar y se extingue el peligro de que se repitan nuevos actos de violencia,
sumado al hecho que para dictar una medida de protección sólo es necesario indicios
de violencia o verosimilitud de aquella, no siendo necesario para su dictado la certeza
del derecho vulnerado, como si ocurre en las medidas autosatisfactivas, primando en
las medidas de protección el principio precautelatorio.

En rigor, tenemos que la naturaleza jurídica de las medidas de protección prevista


en la Ley 30364 y su modificatoria, es que constituyen un proceso s u i g e n e r í s de
tutela urgente y diferenciada, que tiene carácter sustantivo, representando así un
medio autónomo, a través del cual se pretende cesar la violencia, salvaguardando en
forma inmediata, célere y eficaz la integridad psicofísica, la dignidad, la libertad de las
personas integrantes del grupo familiar, como también el lograr la recomposición del
grupo familiar, como también en lo personal en el caso de las mujeres.

La naturaleza jurídica en comento, necesariamente obliga que, para su dictado, el


Juez de Familia se guíe por criterios de razonabilidad, en función a la situación fáctica
de violencia vivida, debiendo cubrir “t o d o s l o s a s p e c t o s d e v i o l e n c i a e x p u e s t a s d e
l o s m e d i o s p r o b a t o r i o s q u e se a d j un t a a la so l i c i t u d d e m e d i d a d e p r o t e c ci ó n ”

presentada ante el Juzgado (el cese de la violencia ejercida y la restitución de los


vínculos afectivos entre los miembros del grupo familiar); lo contrario -la omisión de

(8) De los Santos afirma que las medidas autosatisfactivas son definidas como “solu­
ciones jurisdiccionales urgentes no cautelares, despachables in extremis y mediando
una fuerte probabilidad de que los planteos formulados sean atendibles. Las mis­
mas importan una satisfacción definitiva de los requerimientos de los postulantes,
de modo que sean autónomos, no dependiendo su vigencia y mantenimiento de la
interposición coetánea o ulterior de una pretensión principal”. Ver DE LOS SANTOS,
M. “Resoluciones anticipatorias y medidas autosatisfactivas” en Revista Peruana de
Derecho Procesal. No. 03. Lima, Perú; pág. 74.

358
A pén d ic e : A p e l a ci ó n d e M e d i d a s d e P r o t e cci ó n

pronunciarse sobre un aspecto de la violencia o no cubrir íntegramente el hecho de


violencia misma-, implicaría incumplir la función tutelar que busca la Ley 30364.

4.7.2. Los principios procesales que rigen los procesos de violencia familia.
La Ley 3 036 4 exige una acción rápida por parte del Juez ante un hecho de
violencia, brindando una asistencia y protección casi inmediata de justicia, a aquella
persona o personas afectados por actos de violencia dentro del ámbito familiar o
aquellas mujeres afectadas en su entorno social, por su condición de tales. Es por
ello que este proceso de violencia familiar, y en específico el dictado de medidas de
protección, tiene una naturaleza procesal especial y sui generis, por ende, se rige por
principios procesales específicos y propios que le dan una fisonomía única, en la medida
que conjuntamente con las normas que la regulan, pretenden resolver conflictos que se
dan en el entorno familiar que, de por sí, son complejos en tanto afecta a instituciones
constitucionales como son la familia, el niño, adolescente, el adulto mayor o la mujer
que, por su grado de vulnerabilidad, tienen un tratamiento diferenciado.

En esta lógica, podemos inferir que existen principios procesales específicos


y propios, que son aplicables exclusivamente a los procesos de violencia familiar y
violencia contra la mujer, tramitados ante el Juzgado de Familia o el que hagan sus
veces, los cuales han sido acogidos porque permiten cumplir con la finalidad que
tiene la Ley 30364, la cual es hacer cesar la violencia y salvaguardar así la vida, la
integridad psicofísica, la dignidad, la libertad de las personas, víctimas de violencia,
como también busca la recomposición del grupo familiar.

A continuación mencionaremos algunos de ellos, dejando en claro que no son


los únicos, pero que su estudio se debe a que tienen relación directa con la decisión
sub análisis.

(i).- Uno de los principios rectores que rigen el proceso de otorgamiento de


medidas de protección ante el Juzgado de Familia, es el de celeridad
procesal, que obliga a que el proceso en sí, se dé de manera casi inmediata,
simplificando los trámites del mismo, reduciendo la cognición e incluso
postergando la bilateralidad, con la finalidad de brindar una tutela eficaz
a la víctima, ello permite maximizar una tutela efectiva a las personas
afectadas por la violencia, ya sea miembro de la familia o la mujer en su
condición de tal, evitando incluso daños -a veces- irreparables para las
partes y logrando restablecer las relaciones entre las partes en conflicto. Es
claro entonces, que este tipo de procesos debe darse una dosis especial
de celeridad por la propia naturaleza de los bienes y valores que se tutelan
(integridad física y emocional de la persona); constituyendo un baremo de
ineludible observancia para los jueces de familia, quienes deben reflejar
una mayor sensibilidad en la tramitación de los mismos y no caer en el
extremo formalismo. Es el marco de este principio, que el legislador peruano

359
Johnny E. Castillo Aparicio

estableció que las medidas de protección se deben dictar, en el mejor de


los casos, en una audiencia especial hasta antes de las 48 horas de recibida
la denuncia y en caso de suma urgencia de riesgo severo dentro de las 24
horas de recibida la solicitud (artículo 16 de la Ley 30364 - modificado),
pudiendo darse dichas medidas de protección inaudita parte, no siendo
necesario la presencia de la víctima o del presunto agresor (artículo 35° del
Reglamento de la Ley 30364). No olvidemos que la Corte Interamericana
de Derechos Humanos en la causa Penal Miguel Castro - Castro vs Perú,
reconoció la vigencia del artículo 7o inc. b) de la Convención de Belém
do Paré, norma que había sido transgredida por el Estado Peruano, y que
establecía que Estado Parte debe “actuar con la debida diligencia para
prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer”, precepto que
tiene rango constitucional en nuestro sistema jurídico y que obliga a ser
céleres en este tipo de procesos.
(i¡)- El principio de Dirección y actuación de oficio del Juez de Familia, el
cual exige que el Juez, por su calidad de director del proceso, debe tener
una actuación dinámica, guiado por la finalidad del proceso de violencia
familiar, es así que el Juez de Familia debe dejar de lado la tradicional
actividad del Juez Civil, que sólo resuelve a solicitud de parte; por ende,
se amplían sus facultades, debiendo contar con herramientas mucho más
eficaces y de amplio contenido procedimental, que determinan la concesión
de tutela de urgente. Eduardo Cárdenas refiere al respecto que el “ (...) Juez
de familia en forma acentuada no debe ser un mero observador neutral,
sino que su papel debe ser activo, instalándose con su imperio en medio de
familia en crisis, apoyándola, poniéndole límites y entrenándola en el proceso
de organización o reorganización en que se encuentra”(9); en suma, el Juez
tiene la delicada y difícil misión de resolver conflictos que no se agotan en
el estricto marco de lo jurídico, ya que exigen una verdadera composición
humana(10). Entonces queda claro que una vez iniciada la actividad
jurisdiccional, promovida por una denuncia por violencia familia o contra la
mujer, el Juez debe actuar -incluso de oficio- para la terminación del citado
proceso, incluida la ejecución misma, jugando así un rol protagónico en el
proceso mismo.

(9) Ver CARDENAS, Eduardo J. “Crisis Familiares: un modelo experimentado de abordaje


ecológico y transdiciplinaro de un juzgado de familia de la ciudad de Buenos Aires”.
LL191-E- 1368

(10) Ver BERIZONCE, Roberto- 0. “La tipicidad del proceso de familia y su reflejo en la
tutela cautelar y anticipatoria. En Revista de Derecho Procesal. No. 01: Mediadas
Cautelares. Edit. Rubiznal -Culzoni, Buenos Aires 1998; pág. 145

360
A pén d ic e : A p e l a ci ó n de M e d i d a s de Pr o t e cci ó n

(iii).- Otroprincipio procesal, es el de la r e l a t i v i z a c i ó n d e l p r i n c i p i o d e


co ngr ue ncia procesal o dispositivo. En términos generales, el principio
de congruencia procesal exige que el Juez deba someter y limitar su
decisión a las concretas pretensiones del solicitante; sin embargo, por
la naturaleza constitucional y pública del conflicto familiar en el que se
desarrolla la violencia familiar y por la finalidad que persigue la Ley 30364
y su modificatoria, el Juez de Familia no necesariamente debe resolver
conforme a lo peticionado por el denunciante, pues, según el tenor de
las pruebas que adjunten, se encuentra obligado a dictar las medidas
de protección que satisfagan la protección de la presunta víctima, en el
entendido que podrá dictar medidas de protección distintas a las solicitadas
o ampliarlas, e incluso puede incluir a otros agraviados o agresores en la
resolución de protección, que no hayan sido denunciados. No olvidemos
que el Juez e s t á o b l i g a d o a c u b r i r c o n l a s m e d i d a s d e p r o t e c c i ó n
t o d o s l o s i n d i c i o s e x p u e st o s y e x t r a í d o s n o só l o d e la d e m a n d a , si n o

d e l o s a n e x o s d e d i c h a so l i c i t u d , p u d i e n d o i n c l u s o i r m á s a l l á d e l o

so l i c i t a d o o p r e t e n d i d o , e llo d eb id o a l r ol p r o t a gó n ico q ue j ue ga el

J u e z e n e s t e t i p o d e p r o c e s o s s u i g e n e r i s, d e j a n d o e st a b l e c i d o q u e

i n c l u so l a s m e d i d a s d e p r o t e c c i ó n o c a u t e l a r e s d e b e n se r r a z o n a b l e ,

en la m e d id a q ue debe e st a r a co r d e a l c a so co n cr e t o de v io le ncia

e x p u e st a de la so l i c i t u d c o m o En suma, el
d e l o s d e m á s r e c a u d o s.

principio de congruencia procesal se ha relativizado, tanto en su objeto,


sujeto y los hechos mismos, situación que incluso puede extenderse a nivel
superior al momento de resolver medios impugnatorios, dejando en claro
que en estos casos se hará respetando el derecho de las partes a la defensa
de ser necesario.
Silvia V. Guahnon denomina a este principio como el “desbidujamiento del
principio dispositivo” justificando su existencia de la siguiente manera: “En
el derecho de familia, en el que muchas de sus normas son de orden público,
pues está comprometido el interés familiar, se ve atenuado el principio
dispositivo enunciado, lo que lleva - al decir de algunos autores - a una
“publicización de los procedimientos", a un proceso más inquisitivo en el
que las partes ven limitadas sus facultades y poderes de disposición del
m/smo”(11).
Una muestra de este principio, en concordancia con el precitado principio
de dirección del proceso, se observa en la posibilidad que tiene el Juez de
dictar medidas de protección no peticionadas por el denunciante, siempre
y cuando estas aseguren mejor la protección del derecho vulnerado como

(11) Ver GUAHNON, Silvia. Op.cit, pág.56.

361
Johnny E. Castillo Aparicio

es la vida o la integridad física (artículo 22 de la Ley 30364), e incluso


dictar medidas de protección a favor de terceros, a favor de quién no las
solicitó y que no fue denunciado en el proceso como agresor, siempre y
cuando se extraiga indicios de violencia de la denuncia interpuesta y de
los medios probatorios adjuntos, ello por el carácter público que tiene este
tipo de procesos.
(iv). El principio de elasticidad o adecuación de las formas al logro de
los fines del proceso, como principio transversal en los procesos de
requerimientos de medidas de protección.
Resulta de importancia abordar en la presente resolución de vista, el principio
trascendental y transversal de elasticidad de las formas para el logro de los
fines, o también llamado principio de flexibilidad de las formas, el cual es
propio de los sistemas procesales publicistas, como son los procesos de
familia y en especial cuando se trata de procesos de solicitud de medidas
de protección. Este principio exige que el Juez de Familia deba cumplir con
las formalidades previstas en la Ley 30364 o las que son propias de todo
proceso judicial; sin embargo, dichas formalidades sólo serán aplicadas,
si con ellas, se logra el fin del proceso, que en el caso de autos, es el de
garantizar la integridad física, psicológica y sexual de la persona que se
encontraría siendo víctima de violencia, neutralizando o minimizando los
efectos nocivos de la violencia ejercida por la persona denunciada. Por el
contrario, s i tal e x i g e n c i a formal c o m p o r t a o i m p l i c a l a d e s p r o t e c c i ó n
d e l o s d e r e c h o s y v a l o r e s e n j u e g o o e l i n c u m p l i m i e n t o d e l a finalidad

a n t e s referidaf e n t o n c e s o b l i g a a l J u e z h a a d e c u a r l a s f o r m a l i d a d e s o

d e s e r e l c a so , p r e s c i n d i r s e , c o n e l o b j e t o q u e s e c u m p l a n l o s f i n e s d e

la Le y 3 0 3 6 4 , p u d i e n d o p a r a e llo cr e a r o f le x ib iliz a r f o r m a s o a ct o s

p r o c e s a l e s d e s e r n e c e s a r i o , o d i s p o n e r l a s u b s a n a c i ó n d e l a m i sm a ,

Sin embargo,
n o a f e c t a n d o l a s d e m á s a c t o s p r o c e s a l e s y a r e a l i z a d o s.

se precisa que la flexibilización a favor de la actuación del Juez, no significa


que el Juzgado queda desvinculado del derecho, ya que sólo se utilizará si
es necesario y respetando los derechos procesales mínimos.
Finalmente podemos afirmar que este principio de elasticidad o
flexibilización de las formas, constituye una herramienta principal y útil, que
debe ser usada por el Juez de Familia, en este tipo de procesos donde se
tramitan solicitudes de medidas de protección, por ser procesos de tutela
de urgencia, que tiene un carácter publicista.

4.7.3. Las nulidades procesales en los procesos de violencia familiar


Las nulidades procesales tienen un matiz distinto en este tipo de procesos
sui generis, en la medida que tienen como finalidad preservar derechos y valores
constitucionales, inspirando su funcionamiento en el marco del principio de informalidad

362
A pén d ic e : Ap e l a c i ó n d e M e d i d a s d e P r o t e cci ó n

procesal que lo rige; por ello, la nulidad procesal es considerada como el remedio procesal
excepcional a través del cual se sanciona un acto procesal, privándolo de sus efectos
normales y retrotrayendo los actuados procesales, al estado anterior al vicio incurrido,
siempre y cuando se den “copulativamente” dos presupuestos: (i) El incumplimiento de
las formas “esenciales” del acto procesal y (i¡) que con dicho incumplimiento formal,
se haya imposibilitado el cumplimiento de los fines del acto procesal y del proceso
mismo, violentando derechos, principios o valores constitucionales.

De lo anterior claramente se colige que el Juez sólo declarará inválido uno o


varios actos procesales, siempre y cuando se den los dos presupuestos antes citado;
lo contrario implicaría que el Juez no puede declarar la nulidad de la misma, en mérito
al principio de presunción de validez y conservación del acto procesal, así como del
principio de informalidad el cual rige los procesos de violencia familiar y contra la
mujer. En suma, si el Juez verifica la existencia de un vicio u omisión, en el marco de la
instrumentalidad de las nulidades procesales e informalidad de este tipo de procesos,
primero debe procurar subsanarlo, convalidarlo o integrarlo, e incluso a través de la
elasticidad del proceso o de las formas procesales, está obligado a encontrar un
medio o solución procesal a través de la cual se puede salvar el proceso mismo, sin
resquebrajar los derechos básicos de todo proceso (defensa, motivación, etc.) y evitar
declarar la nulidad de la decisión final o de un acto procesal en específico, ya que están
en juego derechos fundamentales de las presuntas víctimas de violencia, y que tienen
un valor supralegal.

En un Estado Constitucional de Derecho, las nulidades procesales han sido


descritas por el Tribunal Constitucional, con la siguiente afirmación:

“Que al respecto, este Colegiado ha sostenido que “la nulidad


de los actos procesales está sujeta al principio de legalidad sino,
además, que en un Estado Constitucional de Derecho, la nulidad de
un acto procesal s ó l o p u e d e d e c r e t a r s e c u a n d o d e p o r m e d i o s e
e ncue nt r a n c o m p r o m e t i d o s, co n su i n o b se r v a n c i a , d e r e c h o s,

p r incip ios o v a lor e s En efecto, la nulidad de


c o n st i t u c i o n a l e s.

los actos procesales no se justifica en la simple voluntad de la ley.


No admite una consideración de la nulidad por la simple nulidad,
porque así se expresa o porque o es voluntad de la ley, sino porque
en el establecimiento de determinadas formalidades que se observen
en dicho actos procesales, subyacen bienes constitucionalmente
protegidos (RTC 1 9 7 -2 0 0 5 -PA/TC, FJ 7 in fine) . [...] en tal sentido,
la declaración de nulidad de un acto procesal requerirá la presencia
de un vicio relevante en la configuración de dicho acto (principio
de trascendencia), anomalía que debe incidir de modo grave en el
natural desarrollo del proceso, es decir, que afecte la regularidad
del procedimiento judicial. Por lo tanto, la declaratoria de nulidad

363
Johnny E. Castillo Aparicio

de un acto procesal viciado, únicamente procederá como últ im a

r a t i o , p u e s d e e x i st i r l a p o si b i l i d a d d e s u b s a n a c i ó n ( p r i n c i p i o d e

c o n v a l i d a c i ó n ) p o r h a b e r d e sp l e g a d o l o s e f e c t o s p a r a e l c u a l f ue

e m i t i d o , si n a f e c t a r e l p r o c e so , n o p o d r á d e c l a r a r se l a n u l i d a d

d e l m i sm o .

Es claro, que las nulidades procesales en el proceso de violencia familiar y/o


contra la mujer por su condición de tal, se rige por la observancia de dos principios
elementales: el de conservación de los actos procesales y el de flexibilización del
proceso, los cuales tienen notoria presencia y actuación porque preservan los
principios de economía procesal y de la defensa de los derechos humanos de las
presuntas víctimas de violencia familiar. Ello obliga al Juez de Familia a conservar
el proceso mismo, por todos los medios legales e incluso fíexibilizándolo, debiendo
buscar fórmulas procesales que logren el objetivo de la Ley 30364, que es el de
cesar la violencia y salvaguardar así la vida, la integridad psicofísica, la dignidad, la
libertad de las personas, víctimas de violencia; como también busca la recomposición
del grupo familiar de acuerdo con la características de cada familia, mediante la
derivación de tratamientos y otras estrategias adecuadas a las circunstancias. La
aplicación de estos principios se manifiestan en la praxis judicial, de la siguiente
manera:

1. - En aquellos supuestos en los que es posible subsanar o completar los actos


procesales omitidos o vulnerados por el juez, al tenerse por inexistentes. Por
tanto, debido al principio de conservación de los actos procesales, no debe
declararse la nulidad procesal, sino que, el Juez solamente debe subsanar o
completar dicho acto procesal, produciendo desde entonces plenos efectos
jurídicos.
2. - De establecerse excepcionalmente la nulidad de un acto procesal, ello no
implica necesariamente la nulidad de los demás actos siguientes, en tanto
nos encontremos frente a actos independientes de aquél, ni tampoco
aquellos en los que el contenido quedaría invariable en el supuesto de que
no se hubiere cometido la infracción a que dio lugar.
3. - En virtud del principio de conservación, se permite que la nulidad de una
parte de un acto procesal no implique la nulidad de las demás, siempre
que sean independientes entre sí, pudiendo incluso desmembrarlas para
poder subsanar, convalidar o integrar, el extremo viciado, o, en su defecto,
se busque alguna fórmula que flexibilice el proceso para lograr su finalidad.
Cabe poner como ejemplo la nulidad de actuación de un medio probatorio
que no fue admitido, no implica la nulidad de toda la audiencia de actuación
de medios probatorios; o en el caso de violencia familiar, la omisión de
un pronunciamiento por parte del Juez sobre un extremo del pedido de
dictar medidas de protección, no invalida la decisión abordada sobre los

364
A p é n d ic e : Apelación de Medidas de Protección

demás extremos, que son razonables, pudiendo el Juez emitir un auto


complementario para subsanar dicha omisión y pronunciarse sobre el extremo
omitido. También puede darse el supuesto que, de las pruebas anexadas, se
encontraron hechos de violencia contra terceros, que no están inmerso en
el pedido (petitorio) de medidas de protección; sin embargo, el juez no se
pronunció sobre aquello, pese a que es su deber pronunciarse sobre todos
los extremos de violencia que se extraigan de la solicitud y pruebas anexas,
indistintamente de que estén o no en petitorio de su solicitud (relativización
de la congruencia), pudiendo el Juez emitir una resolución complementaria
para pronunciarse sobre dicho hecho, sin necesidad de declarar la nulidad de
la resolución que dicto medidas de protección(12).
4.- Que, existiendo una nulidad procesal y esta ha sido advertida por las partes
sin que lo hayan invocado en su oportunidad, implica un reconocimiento
tácito de la misma, debiendo conservar el acto procesal mismo, en la medida
que nadie puede favorecerse de su propio error.

4.7.4. Necesidad de complementar el pronunciamiento de la Jueza de


primera instancia.
Por el principio limitativo del recurso, la Sala Superior que conoce de un recurso
de apelación debe centrar su actuar a aquello que ha sido sometido a conocimiento
de la misma por parte del apelante vía recurso imnpugnatorio y sobre el cual hubo un
pronunciamiento en primera instancia, conforme lo indica el aforismo jurídico tantum
apellatum, quantum devollutum; sin embargo, en el caso de autos, dada la naturaleza
de la presente causa, que ha sido desarrollada en los considerandos precedentes,
estamos ante un proceso particular constitucionalizado, toda vez que, lo que se busca,
como Órgano Jurisdiccional, es salvaguardar y maximizar los derechos de quienes se
encuentran inmersos en procesos de violencia familiar, por la calidad del sujeto que
estaría sufriendo actos de violencia cometidos dentro del entorno familiar o en su
condición de mujer, preservando su dignidad, vida, salud, intimidad, la unidad familiar,
de no ser discriminada, que son derechos y valores constitucionales. Es en esa medida
que la Sala de revisiones, puede de oficio verificar ciertas omisiones realizadas por
el Juez, y disponer lo conveniente bajo el marco del principio de conservación de los
actos procesales y flexibilización del proceso.

(12) Dicho supuesto se encuentra reconocido de manera expresa en el artículo 173 del
Código Procesal Civil. “La declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los
anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél. La invalidación de
una parte del acto procesal no afecta a las otras que resulten independientemente
de ella, ni impide de la producción de efectos para los cuales el acto es idóneo, salvo
disposición expresa en contrario”

365
Johnny E. Castillo Aparicio

4.7.5. Revisión de oficio del presente proceso


Se verifica, que del auto de Dictado de Medidas de Protección, que la Jueza ha
resuelto:

“DICTAR COMO MEDIDA DE PROTECCIÓN a favor de los adolescentes IRVIN


JUNIOR FLORES REYES y ANDERSON SMITH FLORES REYES consistentes en: 1.
PROHIBIR al denunciada DIANA ARACELI REYES CHACON ejercer violencia física y
psicológica en perjuicio de los adolescentes Irvin Júnior Flores Reyes y Anderson Smith
Flores Reyes.

2. PROHIBIR a la denunciada insultar, gritar, humillar, amenazar de muerte,


menospreciar, expresarse con groserías adjetivos que atentan el honor de la agraviados,
coaccionar, y tomar represalias por el presente proceso en perjuicio de la agraviada.

3. PROHIBIR al denunciado involucrar y/o hacer partícipe a sus hijos en problemas


de adultos.

4. PROHIBIR a la denunciada desatenderse de sus obligaciones maternas para


con sus hijos los co agraviados.

5. PROHIBIR a la denunciada priorizar sus intereses personales para diferir sus


obligaciones maternas.

Sin embargo, de la lectura de los argumentos brindados por la A quo, y que


sirvieron de sustento, se desprende que:

“QUINTO.- Desprendiéndose de antecedentes que por la conducta


de la madre materna, quien se ha desatendido de sus obligaciones
maternas desde temprana edad de sus hijos, m o s t r a n d o a la f e c h a
u n a c o n d u c t a in d if e r e n t e a n t e la n e c e si d a d a f e ct i v a y m a t e r i a l

d e s u s h i j o s, l o c u a l e s p e r c i b i d o p o r e st o s, p o r c u a n t o se g ú n

r e f i e r e n a m b o s a d o l e sc e n t e s, l a m a d r e d e e st o s, v i v e n a l c o st a d o

d e l d o m i c i l i o d e s u s h i j o s, c o n j u n t a m e n t e c o n s u p a r e j a a c t u a l y

n o o b st a n t e a e l l o n o a su m e s u r o l m a t e r n o , a c t i t u d q u e g e n e r a

a s u s h i j o s, por lo que atendiendo que se


a f e c t a ci ó n p si c o l ó g i c a

trata de dos menores de edad, es obligación del estado a través del


órgano jurisdiccional dictar las medidas de protección a favor de los
adolescentes; por lo que de conformidad con el artículo 22° de la ley
en comento; se debe dictar las medidas de protección pertinentes
atendiendo al caso concreto...” (el negreado es nuestro)

4.7.6. Este Colegiado Superior, en un respeto irrestricto a la Constitución, a ios


Tratados Internacionales sobre derechos de los niños y adolescentes, y a las normas
nacionales que obligan al Órgano Jurisdiccional a pronunciarse por aquello que resulte
más beneficioso para el niño o adolescente en el marco del principio de interés superior

366
Apén dice: Apelación de Medidas de Protección

de áquello, considera que lo resuelto por la Jueza de primera instancia es a todas


luces limitado, omitiendo emitir medidas razonables que conlleven a una protección
integral de las víctimas; toda vez que se ha centrado en prohibiciones ordenadas a
la demandada, sin que alguna de ellas suponga el restablecimiento emocional de los
menores inmersos en esta causa, Irvin Júnior Flores Reyes y Anderson Smith Flores
Reyes con su madre, y que ha sido expuesta en el Informe Psicológico N° 149-2017/
M IM P7PNCVFS7CEM - EL PORVENIR/PS/CABF (folios 06 a 08), e Informe Psicológico
N° 150-2017/M IM P7PN C V FS7C EM - EL PORVENIR/PS/CABF (folios 09 a 11), lo
que implica una contravención a la finalidad que se busca a través de las medidas
de protección y que son la razón de la Ley 30364, ya que sólo se dictó medidas
de protección y medidas cautelares que pretende cesar la violencia ejercida por la
madre, pero en ningún momento se dictó medidas de protección adecuada para la
recomposición del grupo familiar entre los hijos y la madre, lo cual es necesario, siendo
una obligación del Juez de Familia en su rol de director de este tipo de procesos de
brincar medidas de protección de manera integral y no limitada.

4.7.7. Por lo tanto, en función al desarrollo del principio de elasticidad de formas


y el principio de conservación de los actos procesales, desarrollado ut supra, podemos
indicar que, si bien el extremo que dicta medidas de protección sobre prohibiciones
a la demandada son válidas existe una omisión respecto a las medidas de protección
que conlleven al restablecimiento de las relaciones afectivas entre madre e hijos, pero
que ello no implica que deba aplicarse la nulidades procesales, en la medida que su
aplicación conllevaría a ser contrarias a la protección de los derechos fundamentales
protegidos por la Ley 30364, ya que dejaría nula la resolución impugnada en su
integridad, dejando desprotegido a los adolescentes con las medidas de protección ya
dictadas, lo cual no es permitido en la lógica del marco constitucional y convencional
que nos rige. Es claro, que el Juzgado debió disponer medidas que satisfagan la
necesidad de tutela integral y reestablecimiento del orden psicológico en cada
menor, debiendo dictar medidas de protección acordes y razonables que tangan como
sustento la recuperación de las relaciones interpersonales entre la demandada con sus
adolescentes hijos, pues resulta un hecho no contrariado por la apelante, que hay un
descuido por las obligaciones maternas, las cuales no se limitan al ámbito económico
[el cual se buscará suplir con la medida cautelar de anticipo de alimentos], sino
también desde un plano afectivo y emocional. No debe olvidarse que el Juez está en la
obligación de brindar medidas de protección integral al presunto afectado por violencia
(indistintamente del tipo de violencia que se ejerza), que no sólo conlleve a evitar y
proteger a la víctima sobre futuros actos de violencia, sino también de medidas que
conlleven al restablecimiento de las relaciones entre los miembros de la familia, salvo
que ocurra un hecho excepcional y razonable que no permita aquello (como puede
ser los casos de violencia sexual), pero para ello el Juez, debe fundamentarlo en la
resolución de medidas de protección porque no dicta una medida de este tipo, bajo
responsabilidad.

367
Johnny E. Castillo Aparicio

4.7.8. Sin que lo indicado en el punto precedente suponga afectación alguna


a los derechos procesales de la parte apelante, este Colegiado considera necesario e
imperioso que la Jueza de primera instancia brinde un pronunciamiento complementario,
sobre la necesidad del dictado de medidas de protección que satisfagan y permitan
el restablecimiento emocional de los adolescentes inmersos en esta causa, así
como la recuperación de las relaciones interpersonales entre la demandada con sus
menores hijos, para reconstruir ese vínculo propio entre una madre y sus hijos; ya
que las relaciones familiares de un niño o una niña, constituyen parte fundamental
de su identidad(13) . Para tales efectos, la A-quo debe tener en cuenta lo establecido
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva OC-
17/2002 sobre la “Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño”, al hacer suyos
los fundamentos de la Corte Europea, así señala:

“La Corte Europea ha establecido que el disfrute mutuo de la


convivencia entre padres e hijos constituyen un elemento fundamental
en la vida de la familia; y que aún cuando los padres estén separados
de sus hijos la convivencia familiar debe estar garantizada”

4.8. COLOFÓN
Consideramos que la Jueza debe emitir un pronunciamiento complementario,
que verse sobre la necesidad o no de dictar de medidas de protección que satisfagan
y permitan el restablecimiento emocional de los menores inmersos en esta causa, así
como la recuperación de las relaciones interpersonales entre la demandada con sus
menores hijos.

Adicionalmente, debe ponerse a conocimiento de la Coordinación de los


Juzgados de Familia, Sub Especialidad de Violencia Familiar, esta decisión Superior,
en aras de hacer llegar la presente a los Juzgados de la sub especialidad, para que se
tengan en cuenta los argumentos expuestos para la resolución de las controversias que
se susciten, respetando el principio de independencia de criterio que tienen los jueces.

V. PARTE RESOLUTIVA:
La Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, impartiendo
justicia a nombre de la Nación, y atendiendo a los fundamentos tácticos y jurídicos
glosados,

(13) Ver Sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el Caso:
Forneron e Hija Vs Argentina emitida con fecha 27.04.2012. Fundamento 113 “(...)
Las relaciones familiares y los aspectos biológicos de la historia de una persona, par­
ticularmente de un niño o una niña, constituyen parte fundamental de su identidad,
por lo que, toda acción u omisión del Estado que tenga efectos sobre tales compo­
nentes, puede constituir una violación del derecho a la identidad”

368
A p é n d ic e : Apelación de Medidas de Protección

RESUELVE
CONFIRMAR el auto contenido en la resolución número dos, de fecha cinco de
octubre del año dos mil dieciocho, obrante en fotocopia certificadas de folios 35 a 38,
en el extremo que resuelve: FIJAR como PENSION ANTICIPADA DE ALIMENTOS
la suma de CUATROCIENTOS SOLES a favor de los adolescentes Irvin Júnior Flores
Reyes y Anderson Smith Flores Reyes, a razón de doscientos soles para cada uno
que debe cumplir doña Diana Araceli Reyes Chacón, para lo cual se ordena que la
abuela paterna de los niños aperture una cuenta alimentaria en el Banco de la Nación,
OFICIANDOSE para tal fin y debiendo notificarse a la denunciada con la presente
resolución en su domicilio real y domicilio señalado en la RENIEC.

D ISPO N EM O S que la Jueza EMITA UN PRONUNCIAMIENTO


COMPLEMENTARIO sobre la necesidad de dictar de medidas de protección que
satisfagan y permitan el restablecimiento emocional de los adolescentes inmersos
en esta causa, así como la recuperación de las relaciones interpersonales entre la
demandada con sus menores hijos, en atención a lo dispuesto en la presente decisión
Superior.

PONER A CONOCIMIENTO de la Coordinación de los Juzgados de Familia -


Sub Especializad de violencia familiar, la presente decisión, para los fines pertinentes.

NOTIFÍQUESE a las partes con las formalidades de ley, y oportunamente


CÚMPLASE con los actos procesales de remisión de copias certificadas al Juzgado de
Origen, de acuerdo a los lineamientos previstos en el artículo 383° del Código Procesal
Civil. A V O C Á N D O SE al presente proceso el Juez Superior Provisional Félix Ramírez
Sánchez, por licencia de la Jueza Superior Titular Alicia iris Tejeda Zavala.- PONENTE:
Juez Superior Provisional Félix Ramírez Sánchez.-

S.S.
TEJEDA ZAVALA
LLAP UNCHÓN DE LORA
RAM ÍREZ SÁ N CH EZ

369
/--------------------------------------------------------------------------------------------------------- \
3.1. Medidas de Protección de prohibición de ejercer violencia física
y psicológica en perjuicio de los adolescentes, prohibición de
insultar, gritar, humillar, amenazar, prohibición de desatender sus
obligaciones materna y fija pensión anticipada de alimentos la
suma de cuatrocientos soles. Segundo Juzgado de Familia de la
Corte Superior de Justicia de la Libertad. Exp. N° 09448-2017
v .................................. ............................./

EXPEDIENTE 09448-2017-0-1601-JR-FC-02
MATERIA VIOLENCIA FAMILIAR
JUEZ D O R IS M IR T H A 0 S 0 R 1 0 BARBA
ESPECIALISTA EN RIQ U E H E R M A N P ER ED A V A S Q U E Z
DENUNCIANTE R E Y E S CH ACO N , D IA N A ARACELS
MINISTERIO PUBLICO 2 D A F IS C A L IA DE FAMILIA, DE T R U JILLO
AGRAVIADO FL O R E S REYES, A N D E R S O N S M IT H 12 Y
IRVIN JU N IO R 14
SOLICITANTE CEM EL P O R V EN IR

AUDIENCIA DE EMISIÓN DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN

En Trujillo, a los cinco días del mes de octubre del año dos mil diecisiete, siendo la
una de la tarde, compareció en el Segundo Juzgado de Familia, que despacha la Jueza
Titular doctora DORIS MIRTHA OSORIO BARBA; interviniendo como Secretario de Juzga­
do ENRIQUE HERMÁN PEREDA VÁSQUEZ; Compareció ARMINDA ZAVALETA ZAVALETA,
con DNI N° 18058363, natural de Otuzco, estado civil casada, con cuarto de primaria,
ama de casa, con N° de celular 947999957, domicilia en Gran Chimú El Porvenir Miguel
Grau III etapa calle Capirona N° 2153, acompañada de la abogada defensor del CEM El
Porvenir MARLENE DEL PILAR MALPARTIDA PLASENCIA, con Reg. CALL N° 004381, con
la concurrencia de la Representante del Ministerio Publico, con el objeto de llevarse a
cabo la audiencia señalada, la misma que se desarrolla de la siguiente manera:

370
A pén d ic e : Medidas de Protección de prohibición de ejercer violencia física y psicológica ...

EN ESTE ESTADO LA SUSCRITA JUEZ PREGUNTA A LA DENUNCIANTE


ARM IN DA ZAVALETA ZAVALETA, DIJO:
Es la primera vez que lo denuncia, ella es la mamá de sus nietos, los dejo a uno
de tres y al otro de cinco, los dejo y desaparecido, con mi esposo lo hemos recogido,
los tenemos nueve años, la madre de sus nietos no le apoyan en nada, el padre le apoya
de acuerdo a las posibilidades que tiene, la madre a los cinco meses que desapareció
estaba viviendo en la casa del vecino, su nieto mayor se acuerdo de su mamá y a veces
se acerca a pedirle algo, le da un sol a veces, sus nietos en los estudios están bien, no
tienen problemas de conducta, no son rebeldes, en este estado la abuela paterna de
los adolescente adjunta las actas de nacimiento de los adolescente y copia del acta de
medidas de protección otorgada a favor del padre de los adolescentes.

Acto seguido se procede a expedir la siguiente resolución:

RESOLUCIÓN NÚMERO: DOS

AU TO S Y VISTOS; Y CONSIDERANDO:
PRIMERO.- La Ley N° 30364 - “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”, tiene por objeto
prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia producida en el ámbito público
o privado contra las mujeres por su condición de tales, y contra los integrantes del
grupo familiar, en especial cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad, por la
edad o situación física como las niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores
y personas con discapacidad.

SEGUNDO.- En tal sentido, ante la denuncia presentada por la víctima de


conformidad con el artículo 16° de la citada ley corresponde al Juez de Familia a
evaluar el caso y resolver en audiencia oral la emisión de las medidas de protección
que sean necesarias.

TERCERO.- El escrito ingresado porel Centro de Emergencia Mujer que materializa


la denuncia efectuada por doña Arminda Zavaleta Zavaleta, con fecha veintisiete de
setiembre del año dos mil diecisiete en el cual manifiesta, que sus dos nietos vienen
siendo víctima de violencia psicológica y económica; debido al abandono y la decidía de
su madre; ya que desde que ellos tenían cuatro y dos años fueron abandonados por la
denunciada, retirándose su madre de su hogar para iniciar un relación sentimental con
otra persona que no era su padre. Ahora la denunciada vive al costado del domicilio de
los agraviados; sus hijos, siendo que no se preocupa por los niños pese a ser evidente
su necesidad y el abandono material y moral de que son víctimas.

Habiéndose recabado el Informe Psicológico N° 149-2017/M IM P/PNCVFS/


CEM-ELPORVENIR/PS/CABF correspondiente al menor agraviado Irvin Júnior Flores
Reyes de fecha veinticinco de setiembre del año dos mil diecisiete en el que se
concluye:

371
Johnny E. Castillo Aparicio

El examinado presenta afectación psicológica la cual se manifiesta a través de


su reacción ansiedad, vinculada a episodios reiterados de violencia psicológica
generada por su madre.
Presenta sentimientos de inferioridad e inseguridad.
Así mismo se cuenta con el Informe Psicológico N° 150-2017/M IM P/PNCVFS/
CEM-ELPORVENIR/PS/CABF que le corresponde a Anderson Smith Flores Reyes de
fecha veinticinco de agosto del año dos mil diecisiete, en donde se concluye:
Asistir a psicoterapia individual.
Evitar la victimización secundaria.
Evitar confrontar al examinado con el supuesto agresor.
Se sugiere medidas de protección, debido a la afectación psicológica que le
genera al examinado la situación.
A la vez se cuenta con el informe social en donde concluyen que los agraviados
Irvin Júnior Flores Reyes y Anderson Smith Flores Reyes presentan un riesgo moderado.
CUARTO.- Los hechos denunciados configuran actos de violencia psicológica
en agravio de ambos adolescentes, según el artículo 8o de la Ley N° 30364 - “Ley
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar”, concordante con el artículo 8o inciso 3b) del Decreto Supremo N°
0 0 9 -2 0 1 6 -M IM P por cuanto se ha acreditado que la parte agraviada ha sido víctima
de maltrato psicológico. Con el mérito de los informes psicológicos los cuales tienen
valor probatorio de conformidad con el artículo 26° de la Ley citada; concordante con
el artículo 13° inciso 1) del citado reglamento.
QUINTO.- Desprendiéndose de antecedentes que por la conducta de la madre
materna, quien se ha desatendido de sus obligaciones maternas desde temprana edad
de sus hijos, mostrando a la fecha una conducta indiferente ante la necesidad afectiva
y material de sus hijos, lo cual es percibido por estos, por cuanto según refieren ambos
adolescentes, la madre de estos, viven al costado del domicilio de sus hijos, conjunta­
mente con su pareja actual y no obstante a ello no asume su rol materno, actitud que
genera afectación psicológica a sus hijos, por lo que atendiendo que se trata de dos
menores de edad, es obligación del estado a través del órgano jurisdiccional dictar las
medidas de protección a favor de los adolescentes; por lo que de conformidad con el
artículo 22° de la ley en comento; se debe dictar las medidas de protección pertinen­
tes atendiendo al caso concreto, la misma que deberá de ser ejecutadas por la Policía
Nacional del Perú de conformidad con el segundo párrafo del artículo 23° de la ley en
comento; concordante con el artículo 45° inciso 1) del reglamento.

So b r e p e t i c i ó n d e r e c o n o c i m i e n t o d e t e n e n c i a y a s i g n a c i ó n a n t i c i p a d a

SEXTO.- La señora abogada del CEM El Porvenir, solicita en el primer otrosí


de su escrito de folios dos a cinco el reconocimiento de tenencia de los nietos de la
abuela paterna y se fije una pensión alimenticia de cuatrocientos soles, amparando su
pedido en el artículo 16° de la Ley N° 30364.

372
A pén d ic e: M e d i d a s d e Pr o t e cció n d e p r o hib ició n de ejercer violencia f í si c a y p s i c o l ó g i c a ...

Con respecto a la tenencia provisional que se solicita, de conformidad con el ar­


tículo 81° del Código de los Niños y los Adolescentes está asignada para el padre o la
madre y no para los abuelos, a quienes en todo caso ante la desprotección familiar por
parte de los padres según el artículo 511° del Código Civil, le corresponde solicitar la
tutelar, por lo que en ese sentido, resulta improcedente la tenencia provisional solicitada
por la señora abogada del CEM El Porvenir, máxime si según es de verse de la resolución
que dicta medidas de protección a favor de los adolescentes expedida en el expediente
N° 8574-2017-FC, se ha otorgado como medida de protección la entrega provisional de
los adolescente a la abuela; y con respecto a la asignación anticipada de antecedentes
se evidencia que por irresponsabilidad de los padres bilógicos de los adolescentes estos,
desde temprana edad se encuentran bajo el cuidado de sus abuelos paternos, quienes
vienes asumiendo la satisfacción de las necesidades básicas de acuerdo a sus posibi­
lidades económicas, por lo que atendiendo a la edad de los adolescentes sus requeri­
miento respecto al sustento diario, alimentación, vestido, salud, vivienda, recreación
también se incrementan y necesitan de un mayor desembolso económico, sin embargo
conforme ha referido los adolescentes, la madre no obstante ser vecina de ellos, no
viene cumpliendo con su obligación de ser proveedora materia y de afecto para con sus
hijos, aunado a ello que está acreditado con la actas de nacimiento, el entroncamiento
familiar, pues ha reconocido a sus dos hijos, en ese sentido resulta para el caso concreto
pertinente fijar provisionalmente una asignación anticipada de alimentos, de conformi­
dad con el artículo 92° del Código de los Niños y los Adolescentes concordante con el
artículo 481° del Código Civil, y 675° del Código Procesal Civil, una pensión anticipada
de cuatrocientos soles, a razón de doscientos soles para cada agraviado.

Por las consideraciones expuestas, se resuelve:

DICTAR C O M O M E D ID A DE P R O T EC C IÓ N a favor de los adolescentes IRVIN


JUNIOR FLORES REYES y ANDERSON SMITH FLORES REYES consistentes en:

1. PROHIBIR al denunciada DIANA ARACELI REYES CHACON ejercer violencia


física y psicológica en perjuicio de los adolescentes Irvin Júnior Flores Reyes y
Anderson Smith Flores Reyes.
2. PROHIBIR a la denunciada insultar, gritar, humillar, amenazar de muerte,
menospreciar, expresarse con groserías adjetivos que atenían el honor de la
agraviados, coaccionar, y tomar represalias por el presente proceso en perjuicio
de la agraviada.
3. PROHIBIR al denunciado involucrar y/o hacer partícipe a sus hijos en problemas
de adultos.
4. PROHIBIR a la denunciada desatenderse de sus obligaciones maternas para con
sus hijos los co agraviados.
5. PROHIBIR a la denunciada priorizar sus intereses personales para diferir sus
obligaciones maternas.

373
Johnny E. Castillo Aparicio

Sin perjuicio que la abuela paterna de los adolescente acuda ante la autoridad
competente para que se regule la tutela y se concretice la demanda de alimentos a
favor de sus nietos agraviados.

ORDENO OFICIAR al Centro de Salud de CEM El Porvenir para que se cumpa


con efectuar el seguimiento del cumplimiento de las medidas de protección, así como
derivar a los co agraviados al Centro de Salud mental más cercano a su domicilio para
que inicien su tratamiento psicológico.

FIJO como PENSION ANTICIPADA DE ALIMENTOS la suma de


CUATROCIENTOS SOLES a favor de los adolescentes Irvin Júnior Flores Reyes y
Anderson Smith Flores Reyes, a razón de doscientos soles para cada uno que debe
cumplir doña Diana Araceli Reyes Chacón, para lo cual se ordena que la abuela paterna
de los niños apertura una cuenta alimentaria en el Banco de la Nación, OFICIANDOSE
para tal fin y debiendo notificarse a la denunciada con la presente resolución en su
domicilio real y domicilio señalado en la RENIEC.

Para la ejecución de la medida REMÍTASE copias certificadas de la presente


resolución y de los actuados pertinentes al Comisario correspondiente quien deberá
dar cuenta de su cumplimiento a este Juzgado, para lo cual deberá tener en cuenta la
prescripción contenido en el artículo 47° del Decreto Supremo 009-2016-M IM P.

REMÍTASE estos antecedentes, a la Fiscalía penal correspondiente para que


proceda de acuerdo a sus atribuciones de conformidad con el segundo párrafo del
artículo 16° de la Ley citada; con la debida nota de atención.

Con lo que termino la diligencia firmándola la compareciente después de la


Señora Juez por ante mi doy fe.-

374
A pén dic e: Plenos Jurisdiccionales

PLENOS JURISDICCIONALES
DE LAS CORTES SUPERIORES

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1. PLENO JU R ISD IC C IO N A L REGIONAL SO B R E VIOLENCIA
CO N T R A LA M U JER E INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR
14 y 15 de octubre de 2020.
v___________________________________________________________

T E M A 1. Las medidas de protección a favor de niños y/o adolescentes


víctimas de violencia sexual ejercida por agresores que no son integrantes del
grupo familiar.
¿Procede dictar medidas de protección a favor de niños y/o adolescentes
víctimas de violencia sexual ejercida por agresores que no son integrantes del grupo
familiar, al amparo de la Ley N° 3036 4?

C o n c l u s ió n p l en a r ia :

El Pleno acordó por MAYORIA que "No procede dictar medidas de


protección a favor de los niños y/o adolescentes víctimas de violencia
sexual al amparo de la Ley N° 30364, si no se ha establecido una relación
enmarcada dentro del artículo 5 de la Ley N° 30364 (integrantes del grupo
familiar)”.

TEMA 2. La violencia contra la mujer ejercida por otra mujer.


¿Se puede otorgar medidas de protección a una mujer que alega haber sido
víctima de violencia de género ocasionada por otra mujer que está fuera de los alcances
del artículo 6 de la Ley N° 30364 (Integrantes del grupo familiar)?

C o n c l u s ió n p l en a r ia :

El Pleno acordó por MAYORÍA “Si se puede otorgar medidas de protección


a una mujer que alega haber sido víctima de violencia de género causada
por otra mujer, bajo el amparo de lo dispuesto en el literal b) del artículo
5 de la Ley 30364, que manifiesta que la violencia contra la mujer puede
ser perpetrada por cualquier persona, sin determinar el género del agente
agresor”.

375
Johnny E. Castillo Aparicio

TEMA 3. La prevención de la competencia en materia de violencia


familiar: garantía versus eficiencia.
Ante una nueva denuncia de violencia familiar en la misma jurisdicción en la que
se dictaron medidas de protección o cautelares ¿Puede interpretarse la competencia
prevista en el numeral 41.2 del Reglamento de la Ley 30364 en sentido distinto al
método literal; y permitir el dictado de las medidas de protección o cautelares por otro
juez de la misma jurisdicción pero distinto al que dictó por primera vez tales medidas?

C o n c l u s ió n p l en a r ia :
El Pleno acordó por MAYORÍA “Si. Una interpretación teleológica permite
entender que el numeral 41.2 del Reglamento de la Ley 30364, sólo
debe aplicarse en tanto que el procedimiento o trámite generado no sea
contrario a los principios de interés superior del niño, debida diligencia e
intervención inmediata y oportuna, previstos en la Ley N° 30364; así, ante
una nueva denuncia, puede conocer el caso un juez distinto al que dictó
por primera vez las medidas de protección o cautelares, expresándose las
motivaciones de tal decisión”.

TEMA 4. La necesidad de medios probatorios de afectación o daño


psicológico para la emisión de medidas de protección.
Cuando la evaluación psicológica no determina indicadores de afectación
psicológica o daño psicológico sino solo establece reacción ansiosa por los hechos
acontecidos: ¿Significa que no se ha producido el acto de violencia psicológica?
¿Corresponde emitir medidas de protección?

C o n c l u s ió n p l en a r ia :

El Pleno acordó por MAYORÍA “Si la evaluación psicológica identifica


indicadores de maltrato psicológico o daño psicológico, y determina una
reacción ansiosa situacional por los hechos denunciados, puede deducirse
que el denunciado ha ejercido violencia psicológica, procede dictar medidas
de protección”.

376
— ~ —— —— — ------------ —— — _ _ _ _ _ —

2 . PLENO J U R IS D IC C IO N A L DISTRITAL EN M ATERIA PENAL


2019. Corte Superior de Justicia del Cusco (Cusco, 2 7 -0 9 -
2019). El incumplimiento de las medidas de protección dicta­
das en los procesos de violencia familiar.
\________________________________________________ ____________________________________________________ J

TEMA III. El incumplimiento de las medidas de protección dictadas


en los procesos de violencia familiar constituye la circunstancia agravante
prevista en el inciso 6 del segundo parágrafo del art. 122-b del CP., o delito
de desobediencia a la autoridad previsto en la segunda parte del artículo 368a
del CP.
Posición 1: Se presenta un concurso aparente entre las figuras típicas previstas
en el art. 122.b°.2 del CP. y el art. 368° del CP, por tanto debe aplicarse la ley penal
más favorable.

Posición 2: Se presenta un concurso ideal entre las figuras típicas previstas en


el art. 122.b°.2 del CP y el art. 368° del CP.

C o n c l u s ió n p l en a r ia :

El plenario adoptó por MAYORIA la posición 1: SE PRESENTA UN


CONCURSO APARENTE ENTRE LAS FIGURAS TÍPICAS PREVISTAS
EN EL ART. 122-B. 2 DEL CP. Y EL ART. 368 DEL CP, POR TANTO SE
DEBE APLICAR LA LEY PENAL M ÁS FAVORABLE. Existe identidad en la
regulación del incumplimiento de una medida de protección de no agresión
en contra de mujer o integrante del grupo familiar entre lo estipulado en el
art. 122-B.2 y el art. 368 del CP; por lo que, la conducta debe ser calificada
bajo la agravante prevista en el segundo párrafo del art. 122-B.2 del CP.,
dado que prevé una penalidad abstracta menor.

377
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3. PLENO JU R IS D IC C IO N A L DISTRITAL EN M A TER IA DE
FAM ILIA 2017. Corte Superior de Justicia de Lima Sur (Lima,
0 6 -1 0-20 17). Actuación de pruebas en la audiencia oral. Vía
procedimental del proceso de violencia familiar.

TEMA 3.
Subtema 1.
¿Procede la actuación de pruebas en la audiencia oral previamente a dictar las
medidas de protección?

Primera Ponencia:
Si es procedente que el juez ordene la actuación de medios probatorios en la
audiencia oral, para resolver si concederá o no medidas de protección a favor de la
parte agraviada.

Justificación:
Las medidas de protección se concederán a favor de la agraviada siempre que,
de lo expuesto y las pruebas incorporadas al proceso de violencia familiar, se acredite
la verosimilitud del derecho invocado, valorando asimismo el peligro de la demora del
proceso o cualquier otra razón justificable; en estos casos son pruebas importantes
el certificado médico, el informe psicológico, la declaración de las partes y la posible
existencia de denuncias anteriores.
Citar a la audiencia oral a las partes no es únicamente para dar lectura a la decisión
cautelar asumida en forma privada por el juez, ello implicaría descuidar la naturaleza
especial de las medidas de protección contra la violencia familiar; además dispone el art.
16 de la Ley N° 3036 4 que el juez de familia después de recibida la denuncia por violen­
cia familiar “procede a evaluar el caso”, lo cual implica el pleno ejercicio de sus deberes y
facultades jurisdiccionales previstas en los arts. 50 a 53 del Código Procesal Civil.

Segunda Ponencia:
No es procedente que el juez ordene la actuación de los medios probatorios en
la audiencia oral, tratándose de una medida cautelar el Juez de Familia deberá resolver
con las pruebas obrantes en el proceso.

378
A p é n d ic e : Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia de Familia 2017

Ju stificación :

Dispone el articulo 16 de la Ley N° 30364, primer párrafo, que “En el plazo


máximo de setenta y dos horas, siguientes a la interposición de la denuncia, el juzgado
de familia o su equivalente procede a evaluar el caso y resuelve en audiencia oral la
emisión de las medidas de protección requeridas que sean necesarias”.

No establece la norma citada ningún tramite adicional, actuar pruebas en la


audiencia oral es desnaturalizarla dándole carácter cognitivo, máxime que el Juez
de Familia no va a emitir una sentencia, además la actuación de pruebas implicaría
vulnerar el plazo de setenta y dos horas fijado por la ley citada, demorándose el trámite
cautelar. Inclusive, en algunos casos ambas partes no recurren a la audiencia oral.

“Se acuerda por unanimidad que sí procede la actuación de medios probatorios


en la audiencia oral previa a dictar medidas de protección”.

379
Johnny E. Castillo Aparicio

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4o PLENO J U R IS D IC C IO N A L
N A CIO N A L DE FAM ILIA 2017 (Lima,
27 -05-2017). La necesidad de la realización de audiencia
oral en el marco de la Ley Na 30364.
V ________________________________________ ____ _________________________ ✓

TEMA 2. Vigencia de las medidas de protección y medidas cautelares en


aplicación de la Ley Na 30364.
¿Es necesario que las medidas de protección y medidas cautelares en caso de
dictarse a nivel fiscal el archivamiento del proceso sigan vigentes?

Primera ponencia:
No debe dejarse sin efecto las medidas de protección y sí debe dejarse sin efecto
las medidas cautelares.

En los procesos de violencia contra la mujer y demás integrantes del grupo


familiar regulado por la Ley N° 30364, las medidas de protección dictadas por el juez
de familia, son aquellas que están destinadas a conseguir el bienestar y seguridad
de la víctima, frente a la vulnerabilidad que presenta, siendo ello así las medidas de
protección tomadas por el juez de familia, ligadas exclusivamente a evitar la violencia
física y psicológica, deben quedar vigentes en el tiempo, dado que la violencia como
se presenta en la realidad resulta que tiene escalada, y en algunos casos es cíclica
en el tiempo, por tanto las medidas de protección tendientes a evitar ello, deben
permanecer vigentes; empero las medidas cautelares, por su naturaleza misma de
temporalidad, sí deben dejarse sin efecto.

Fundamentos:
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra la Mujer “Convención de Belém do Pará” establece el marco general de protec­
ción de los derechos de la mujer, siendo uno de ellos el principio de debida diligencia
entendida como el actuar con diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violen­
cia contra la mujer, tratado internacional que ha sido ratificado por el Estado peruano.

En ese sentido, el Estado, en cumplimiento de sus obligaciones internacionales,


ha emitido la Ley N° 3 036 4 Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, estableciendo un nuevo

380
A pén d ic e: Pleno Jurisdiccional Nacional de Familia 2017

marco jurídico que regula los casos de violencia familiar, siendo su objetivo prevenir,
erradicar y sancionar toda forma de violencia producida en el ámbito publico o
privado contra las mujeres por su condición de tales, y contra los integrantes del
grupo familiar; en especial, cuando se encuentren en situación de vulnerabilidad,
por la edad o situación física como las niñas, niños, adolescentes, personas adultas
mayores y personas con discapacidad.

Y dado el delicado tema que se trata, atendiendo a tal naturaleza, se ha


instaurado un proceso judicial expeditivo de 72 horas caracterizado por el mínimo de
formalismo y la tendencia a brindar medidas de protección, conforme se desprende de
sus art. 16 y siguientes, de la ley en referencia, teniendo claro que la finalidad de la
norma es que se brinde una atención inmediata y oportuna a la victima de violencia,
lo que resultaría siendo lo más adecuado. Por tanto, debemos apuntar al objetivo
fundamental de la norma antes descrita que es el de Prevenir y Erradicar la Violencia,
lo cual no se cumpliría, en caso que la Fiscalía archive el proceso, y las medidas de
protección dictadas en favor de la víctima, se deje sin efecto, por lo que las medidas de
protección, así como fueron dadas con prontitud, dejarían en desamparo a la víctima,
también de inmediato, quedando la victima sin protección alguna, lo cual creemos no
debe pasar, sino debemos tender a la protección máxima y duradera de la (persona
humana en todas sus etapas) mujer, niño y los integrantes del grupo familiar, y la
intervención judicial debe ser eficaz y en el caso concreto efectivamente la intervención
judicial o fiscal, se convierta en el garantizador del bienestar de la persona humana, al
prevenir y erradicar la violencia, como prioridad.

En ese contexto, dejar sin efecto todas las medidas de protección y las medidas
cautelares, es dejar en total desprotección a la víctima de violencia familiar y expuesta.

Por ello, se podría considerar que las medidas de protección que deben dejarse
vigentes en el tiempo son:

- Aquellas prohibiciones de agresión física y psicológica.


- Aquellas prohibiciones de comunicación por acoso.
- Entre otras que favorezcan a prevenir y erradicar el drama que vive la víctima.

Segunda ponencia:
S í debe dejarse sin efecto todas las medidas de protección y las medidas
cautelares, dictada el archivamiento del proceso en sede fiscal.

Fundamentos:
Las medidas de protección y medidas cautelares dictadas por el juzgado de familia, se
extienden hasta la sentencia emitida en el juzgado penal, o hasta el pronunciamiento fiscal
por el que se decida no presentar denuncia penal, por resolución denegatoria, conforme lo
establece el art. 23 de la Ley N° 30364; por tanto por mandato de la ley en referencia tanto

381
Johnny E. Castillo Aparicio

las medidas de protección como las medidas cautelares solo tienen vigencia en el caso
especifico hasta que el fiscal dicte la resolución en el que decide no presentar denuncia.

Conclusión Plenaria:
El Pleno adoptó por MAYORÍA la segunda ponencia que enuncia lo siguiente:
“No debe dejarse sin efecto las medidas de protección y si debe dejarse sin efecto las
medidas cautelares”.

TEMA 4. Refterancia de actos de violencia mientras se encuentran


vigentes las medidas de protección dictadas por el juzgado.
El artículo 41° del reglamento de la Ley N° 30364 establece: “Los juzgados de
familia tienen competencia para variar las medidas de protección o cautelares hasta
que el juzgado penal o el juzgado de paz letrado tengan conocimiento del caso. ¿Las
medidas de protección pueden ser modificadas de oficio? o a pedido de parte cuando
se produzcan hechos nuevos?

Primera ponencia:
Una vez dictadas las medidas de protección se remiten los autos al Ministerio
Público y de producirse una nueva denuncia y no habiendo asumido competencia el
juzgado penal se pueden variar las medidas de protección.

Segunda ponencia:
Otro sector considera que al haber asumido el Ministerio Publico es suficiente
para que ante una nueva denuncia por violencia ésta sea asumida como un ingreso
nuevo y se dicten nuevas medidas de protección.

Fundamentos:
Una vez dictadas las medidas de protección se remiten los autos al Ministerio Pú­
blico; sin embargo, no se informa al juzgado sobre la decisión final que el despacho fiscal
ha asumido, en tal sentido las medidas de protección siguen vigentes y en ese ínterin el
denunciado incurre nuevamente en hechos de violencia, motivo por el cual estos deben
ser considerados como hechos nuevos con la finalidad que se puedan modificar, de ser
el caso, las primeras medidas adoptadas. Por otro lado, consideran que al haber asumido
conocimiento la Fiscalía es suficiente para que ante una nueva denuncia por violencia
ésta sea asumida como un ingreso nuevo y se dicten nuevas medidas de protección.

Conclusión Plenaria:
El Pleno adoptó por MAYORÍA la primera ponencia que enuncia lo siguiente:
“Una vez dictadas las medidas de protección se remiten los autos al Ministerio Público
y de producirse una nueva denuncia y no habiendo asumido competencia el juzgado
penal se pueden variar las medidas de protección”.

382
5. PLEN O J U R IS D IC C IO N A L D IST R IT A L DE LA E S P E C IA L ID A D
DE F A M IL IA 2016. Corte Superior de Justicia de Ventanilla
(Lima, 1 2 -1 2 -2 0 1 6 ). Medida de protección prescindiendo
de la realización de audiencia oral a que hace referencia el
artículo 16 de la Ley N° 30364.
\_________________________________________________________________

TEMA V. Se puede dictar medida de protección prescindiendo de la


realización de audiencia oral a que hace referencia el artículo 16 de la Ley
N° 30364.
¿En los casos en que el atestado remitido por la Policía Nacional del Perú se
encuentre completo, estos es con las declaraciones tanto de la victima de violencia
como del presunto agresor y con el certificado medico legal y/o pericia psicológica
en la cual se acredita la existencia del hecho de violencia, se puede prescindir de la
convocatoria a la audiencia oral de medidas de protección, y dictarla de inmediato?

Posición 1: No es factible prescindir de la realización de la audiencia de medidas


de protección, toda vez que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 16 de la
Ley 30364, en el plazo máximo de setenta y dos horas, siguientes a la interposición
de la denuncia, el Juzgado de Familia o su equivalente procede a evaluar el caso y
resuelve en audiencia oral la emisión de las medidas de protección requeridas que
sean necesarias.

Posición 2: Sí es factible prescindir de la convocatoria de audiencia de medida


de protección en aplicación de los principios de intervención inmediata y oportuna, solo
en los casos que el atestado se encuentra completo, es decir con todos los elementos
probatorios que acrediten el hecho de violencia, por tanto resulta innecesario citar
a las partes solo para que se ratifiquen en lo declarado a nivel policial, evitando así
la revictimizadón de la agraviada, máxime si el artículo 36 del reglamento faculta al
juez para que en los casos de riesgo severo se dicten las medidas de protección de
inmediato y que en la mayoría de los casos las presuntas agraviadas no acuden a la
diligencia.

ACUERDO: Aprobado por mayoría Posición 1

383
--- ------ - ------------------ ;-----:------ --------------— ------------------------------------------------------------\

6. PLENO JU R IS D IC C IO N A L DISTRITAL DE FAM ILIA 2016. Corte


Superior de Justicia de Lima Norte (Lima, 10-06-2016). Medi­
das de protección y/o medidas cautelares en aplicación de la Ley
N° 30364.
V______________________________________________________________ J

TEMA II. Las medidas de protección y/o medidas cautelares en aplicación


de la Ley N° 30364.
Primera ponencia:
¿A quién corresponde la ejecución de la medida cautelar?

Segunda ponencia:
El trámite de las apelaciones en las medidas de protección y medidas cautelares.

En consecuencia, la conclusión plenaria por unanimidad, en este tema es la


siguiente:

La ejecución de las medidas cautelares en un proceso de violencia familiar


establecido en la Ley N° 30364, corresponde al Juez de Familia o su análogo en
aplicación supletoria lo que dispone el artículo seiscientos cuarenta y uno del Código
Procesal Civil, que establece que las ejecuciones de las medidas cautelares será
realizada por el secretario respectivo en día y hora hábil habilitados con el apoyo
de la fuerza pública si fuera necesario, debiendo considerarse que éstas medidas
anticipativas corresponde a la clasificación de medidas temporales sobre el fondo,
que adelantan la decisión a dictarse en el proceso principal mediante sentencia y con
respecto al trámite de apelaciones, corresponde a la Sala Civil de Turno, por cuanto
las medidas de protección y medidas cautelares dictadas en un proceso de violencia
familiar, lo concede un Juez de Familia.

Sergio Salas Villalobos, señala que las medidas autosatisfactivas son mecanismos
de tutela de situaciones de urgencia en la actuación judicial, a fin de alcanzar una
máxima tutela jurisdiccional efectiva; en contextos de reforma legal constante, en

384
A pén dice: Pleno Jurisdiccional Distrital de Familia 2016

correspondencia al desarrollo social, económico, cultural, etc., importa hoy la defensa


efectiva y tutela de los derechos fundamentales.

Asimismo, en mérito al espíritu de la Ley, basadas en las Reglas de Brasilia


que respeta los Derechos Fundamentales, como el derecho a la vida, la integridad
física - psicológica y patrimonial, por cuanto su naturaleza jurídica está basada en los
Derechos Universales, correspondiendo al Juez de Familia la ejecución de las medidas
de protección y medidas cautelares, flexibilizando las funciones del Juez Natural que
se encuentra como reserva de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que permite que el
Juez puede dictar las citadas medidas; siendo además que su cumplimiento por la
Policía Nacional del Perú, debe ser verificado por el Juez de Familia.

385
r
MODELOS DE ESCRITOS

1. DENUNCIA POR VIOLENCIA FAMILIAR Y SOLICITA M EDIDAS


DE PROTECCIÓN

Expediente:
Especialista:
Cuaderno: Principal
Escrito Na 01
Denuncia: Denuncia por
maltrato psicológico y solicita
Medidas de Protección

S E Ñ O R J U E Z E S P E C IA L IZ A D O DE F A M ILIA DE S A N J U A N DE LURIG ANCHO


María Campos Rívadeneyra, identificada con DNI Na 47018852, con domicilio
real en Calle Vírgenes del Sol Mz U -Lote 08 - AA.HH. 27 de Marzo 2da Etapa - San
Juan de Lurigancho (Ref. altura del Colegio Amauta) y con domicilio procesal en Jirón
San Martin Na 768 - Urb. San Rafael - San Juan de Lurigancho (Agencia Municipal Na
01 Canto Grande - 2do piso - oficina MIMP); a usted atentamente decimos:

I. PETITORIO
Por la presente denuncio a mi conviviente ROGELIO CADENAS RENGIFO
domiciliado en Calle Vírgenes del Sol Mz U -Lote 08 - AA.HH. 27 de Marzo 2da
Etapa - San Juan de Lurigancho por infracción a la Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar en mi agravio;
solicitando a vuestro despacho que conforme a los dispuesto en el artículo 22a de la
Ley Na 30364, concordado con el artículo 32a del Texto Único Ordenado de la Ley Na
30364, aprobado mediante Decreto Supremo Na 004-2020-M IMP, dicte las MEDIDAS
DE PROTECCION INMEDIATAS QUE GARANTICEN MI IN TEG RIDAD FISICA,
P SIC O L O G IC A Y MORAL, entre ellas el RETIRO DEL A G R E S O R D EL H O G AR POR EL
TIEMPO QUE LA AUTORIDAD JUDICIAL DETERMINE así como EL IM PED IM EN TO
DE ACERCAMIENTO O PROXIMIDAD A LA VICTIMA EN C U A LQ U IER FORMA, A
LA DISTANCIA QUE LA AUTORIDAD JUDICIAL DETERMINE, LA PRO H IBICIO N
DE COMUNICACIÓN CON LA VICTIMA VIA EPISTOLAR, TELEFO NICA,

387
Johnny E. Castillo Aparicio

ELECTRONICA; asimismo V IA CHAT, R EDES SO CIALES, RED INSTITUCIONAL,


INTRANET U O TRAS REDES O FO R M A S DE CO M U N ICA CIÓ N Y LAS DEM AS
PREVISTA EN LA LEY. Del mismo modo, solicitamos que se dicte como medida
cautelar una pensión de alimentos a favor de mi menor hijo Matheus Cadenas Campos
(04) por la suma de S/ 600.00 soles (seiscientos soles) y la tenencia provisional a mi
favor.

II. FUN DAM EN TOS DE HECHO


Primero.- Señor Juez con fecha 27-03-2016 aproximadamente a las 08:00
pm. en circunstancias que regresaba a mi casa luego de estar de viaje en la ciudad
de Chiclayo, encontré a mi suegra en mi dormitorio, es entonces que le pregunté al
denunciado por dicha situación y comenzó a insultarme, que esa ya no era mi casa,
tuve que dormir en el piso del taller, me insultaba y humillaba, ya me cansé; de vivir
sufriendo, ahora quiero vivir tranquila sin violencia.

Segundo.- Como consecuencia de los maltratos sufridos por mi persona es


que decido acudir al Centro Emergencia Mujer de San Juan de Lurigancho a solicitar
ayuda, donde como primera acción se dispuso que se me practique una evaluación
psicológica a fin de determinar si presentaba indicadores de ser víctima de Maltrato
Psicológico. Practicada la respectiva evaluación psicológica por parte del psicólogo de
dicha institución, se emitió el siguiente Informe Psicológico:

INFORME PSICOLOGICO Na 074-2016-M IM P/PN CVFS/CEM -SJL/PSI/G CR, que


en su conclusión detalla lo siguiente: “María Campos Rivadeneyra, presenta indicadores
compatible con violencia familiar, que se evidencia a través de la reacción ansiosa, la
baja autoestima, el temor e inseguridad, se muestra afectada emocionalmente por los
hechos de violencia que experimenta”.

Tercero.- Como vemos Señor Juez, me encuentro viviendo en un ambiente de


violencia que ha mellado mi estado emocional conforme lo señalado en el Informe
Psicológico antes mencionado, lo cual no puede ni debe ser soslayado por vuestro
despacho. Los maltratos sufridos por mi persona tiene larga data, donde he sido
víctima de insultos y tratos humillantes por parte del denunciado y muchas veces
delante de su familia. Asimismo, vuestro despacho debe tener en cuenta que toda
persona tiene derecho a una vida libre de violencia, a la paz, a la tranquilidad y
a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida y es en
el ejercicio de ese derecho que debo decidir cómo deseo vivir y gozar de la protección
que el Estado brinda a través de las autoridades competentes, en este caso el Poder
Judicial. No es aceptable bajo ningún punto de vista que mi persona sea víctima de
tratos vejatorios y agraviantes por parte del denunciado.

Cuarto.- Por lo que, en resguardo de mi integridad Física, Psicológica y Moral,


dada las condiciones en que me encuentro, vuestro despachó deberá dictar las medidas

388
A pén d ic e: D e n u n c i a p o r v i o l e nci a f a m i l i a r y so l i ci t a m e d i d a s d e p r o t e cci ó n

de protección inmediatas y las medidas cautelares solicitadas en la presente denuncia


que se encuentran destinadas a protegerme, y continuar con el tramite respectivo
dispuesto en la Ley Na 3036 4 “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar” y su Texto Único Ordenado,
aprobado mediante Decreto Supremo Na 004-2020-MIMP.

11L FUNDAMENTOS DE DERECHO


Amparo mi pretensión en los fundamentos de derecho siguientes.

Artículos 1, 2 inciso 1): Constitución Política del Perú


Artículos 1, 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14, 15, 16, 21, 22: Ley Na 30364 “Ley
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar.

IV. MEDIOS PROBATORIOS


Informe Psicológico Na 074-2016-M IM P-PN C VFS/CEM -SJL/PSI/G RC (2
folios).

POR TANTO:
A usted señor Juez, solicito admitir la presente denuncia y tramitarla de acuerdo
a ley.

PRIMER OTRO SI DIGO: Que, designo como abogado defensor al letrado que
autoriza el presente escrito, a quien deberá brindársele todas las facilidades para el
mejor desempeño de su labor.

SEGUNDO OTRO SI DIGO: Que, solicito se sirva notificar todas las resoluciones
y citaciones expedidas por vuestro despacho tanto a nuestro domicilio real como a
nuestro domicilio procesal.

San Juan de Lurigancho, 27 de octubre de 2016.

Firma del denunciante Firma y sello del abogado


Johnny E. Castillo Aparicio

2. SOLICITUD DE MEDIDAS DE PROTECCIÓN POR H ECH O S DE


VIOLENCIA FAMILIAR

Expediente:
Especialista:
Cuaderno: Principal
Escrito Na 01
Denuncia: Solicito medidas de
Protección por hechos de
violencia familiar.

SEÑO R J U E Z DEL P R IM E R JU Z G A D O DE F A M IL IA DE S A N JU A N DE
LURIGANCHO

Marcia Palacios Corahua, identificada con DNI Na 18759477, domiciliada en el


Jirón Los Arquitectos Mz. f - Lote 08 (Ref. por la entrada al Colegio Amauta), Distrito
de San Juan de Lurigancho, a Ud. Respetosamente digo:

I. PETITORIO
Que recurro a su despacho, a fin de solicitar MEDIDAS DE PROTECCIÓN
IN M ED IA T A DE RETIRO D E L A G R E S O R DE M I DO M ICILIO , A B S T E N C IÓ N DE
E JE R C E R V IO L E N C IA F IS IC A Y / 0 P SIC O LO G IC A, IM P E D IM E N T O DE TODO TIPO
DE ACOSO A LA RECURRENTE VICTIMA, contra el padre de mi menor hija Sr.
MAXIMO EMILIANO INGA CABRERA, quien domicilia en el Jirón Los Arquitectos
Mz. f - Lote 08 (Ref. por la entrada al Colegio Amauta) Distrito de San Juan de
Lurigancho, por existir maltrato psicológico, amparo mi pretensión en el art. 22a de la
Ley Na 30364, Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres
y los Integrantes del Grupo Familiar, concordado con el artículo 32a del Texto Único
Ordenado de la Ley Na 30364, aprobado mediante Decreto Supremo Na 00 4 -2 0 2 0 -
MIMP, sustento mi denuncia en los siguientes fundamentos:

II. F U N D A M E N T O S DE H EC H O DEL PETITORIO


Primero.- Que, viene efectuando maltrato psicológico con constantes molestias,
agresiones verbales directas, es una persona agresiva, conflictiva, violenta que se
embriaga mucho y eso afecta a mi menor hija, y el denunciado no entiende a maneras
necesita terapia psicológica, perece que me odia, por lo que yo deseo vivir tranquila
y en paz.

Segundo.- El denunciado se encuentra viviendo en mi domicilio, sin embargo al


poco tiempo saco a relucir su verdadero carácter machista y abusivo, constantemente

390
A pén d ic e: So l i c i t u d d e m e d i d a s d e p r o t e cci ó n p o r h e c h o s d e v i o l e nci a f a m i l i a r

me insulta verbalmente con palabras soeces que mellan mi condición de mujer, no


colabora para la manutención de nuestra menor hija, tampoco le brinda ningún tipo
de afecto, al contrario sigue con su conducta de borracheras y luego comienza a
hostilizarme.

Tercero.- Que, cansada de ser víctima de violencia familiar, maltrato físico


y psicológico por parte del denunciado, le invite que se retire y me deje tranquila,
sin embargo el denunciado no tiene ninguna intención de cesar su violencia hacia mi
persona, lo cual vulnera el derecho de vivir una vida libre de violencia, de salvaguardar mi
integridad física y emocional, ya como se puede apreciar en la copia de la denuncia penal
por violencia familiar que se sigue en la Primera fiscalía de Violencia contra la Mujer y los
integrantes del Grupo Familiar de San Juan de Lurigancho por el delito de agresiones.

Cuarto.- Que yo deseo que me deje tranquila y no me busque más y solicito


se le practiqué un examen psicológico y psiquiátrico al denunciado porque su
comportamiento no es normal y afecta el desarrollo de mi menor hija y afecta mi paz,
tranquilidad y mi estado emocional y psicológico.

Quinto.- Que, a fin de cesar todo tipo de violencia en mi agravio y siendo


intolerable la convivencia pacífica y el dialogo con el denunciado es que se solicita que
el agresor se retire de mi domicilio en aras de proteger mi derecho de bienestar integral
y de mi menor hija, quien sufre ante el maltrato emocional directo del demandado y
ordenar que el denunciado se abstenga de ejercer todo tipo de violencia en mi agravio.

IES. F U N D A M E N T O S DE DEREC H O
Amparo mi pretensión en lo dispuesto en los siguientes artículos:

Artículos 1, 2 inciso 1): Constitución Política del Perú


Artículos 1, 5, 6, 7, 8, 9, 13, 14, 15, 16, 21, 22: Ley Na 30364 “Ley
para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar.
Artículo 37a del Decreto Supremo Na 009-2016-M IMP, que aprueba el
Reglamento de la Ley Na 30364, modificado por el Decreto Supremo Na
0 0 4 -2 0 1 9 -M IM P de fecha 07-03-2019.
Artículo 32a del Texto Único Ordenado de la Ley Na 30364, aprobado
mediante Decreto Supremo Na 004-2020-M IMP.

VI. M E D IO S P R O B A T O R IO S
1. La partida de nacimiento de mi menor hija Luciana Inga Palacios
2. Copia de la denuncia por Violencia Familiar ante la lera Fiscalía de
Violencia contra la Mujer y los integrantes del Grupo Familiar de San Juan
de Lurigancho.

391
Johnny E. Castillo Aparicio

3. Copia de la demanda por alimentos.


4. Copia de solicitud de garantías personales ante la Gobernación del distrito
de San Juan de Lurigancho.
5. Boletas de venta de gastos médicos en la clínica Versalles.
6. Boletas de venta de medicina para mi menor hija en Mifarma.

VIII. ANEXOS
1. A.- Copia del DNI de la recurrente
1. B.- La partida de nacimiento de mi menor hija
1. C.- Copia de la denuncia por violencia familiar ante la lera Fiscalía de
Violencia contra la Mujer y los integrantes del Grupo Familiar de San Juan
de Lurigancho.
1. D.- Copia de la demanda por alimentos
1. E.- Boletas de venta de gastos médicos en clínica Versalles.
1. F.- Boletas de venta de medicina para mi menor hija en Mifarma.

POR TANTO;
Pido a usted proveer conforme a lo solicitado.

San Juan de Lurigancho, 27 de octubre de 2020.

Firma del denunciante Firma y sello del abogado


LEGISLACION

f -------“ ---------------“— _ _ _ _ _ ............ X


D ECRETO SU P R E M O N° 0 0 4 - 2 0 2 0 -M IM P
Decreto Supremo que aprueba el Texto Único Ordenado de la
Ley N° 3 0 3 6 4 , ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar ^

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

CONSIDERANDO:

Que, la Ley N° 30364, Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres y los integrantes del grupo familiar, tiene por objeto prevenir, erradicar y
sancionar toda forma de violencia producida en el ámbito público o privado contra las
mujeres por su condición de tales, y contra los integrantes del grupo familiar; en especial,
cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad, por la edad o situación física como
las niñas, niños, adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad;

Que, la mencionada Ley, establece mecanismos, medidas y políticas integrales


de prevención, atención y protección de las víctimas, así como reparación del daño
causado; y dispone la persecución, sanción y reeducación de los agresores sentenciados
con el fin de garantizar a las mujeres y al grupo familiar una vida libre de violencia
asegurando el ejercicio pleno de sus derechos;

Que, a través de la Ley N° 30862, Ley que fortalece diversas normas para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del
Grupo Familiar; el Decreto Legislativo N° 1323, Decreto Legislativo que fortalece la
lucha contra el feminicidio, la violencia familiar y la violencia de género y el Decreto
Legislativo N° 1386, Decreto Legislativo que modifica la Ley N° 30364, se han
efectuado diversas modificaciones a la mencionada Ley N° 30364; por lo cual, resulta
necesario compilar los citados dispositivos legales en un solo Texto Único Ordenado,
con la finalidad de facilitar su manejo y operatividad;

Que, de acuerdo a la Sexta Disposición Complementaria Final del Texto Único


Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado
por Decreto Supremo N° 004-2019-JU S, las entidades del Poder Ejecutivo se encuentran
facultadas a compilar en el respectivo Texto Único Ordenado las modificaciones efectuadas
a disposiciones legales o reglamentarias de alcance general correspondientes al sector

393
Johnny E. Castillo Aparicio

al que pertenecen con la finalidad de compilar toda la normativa en un solo texto; y su


aprobación se produce mediante decreto supremo del sector correspondiente, debiendo
contar con la opinión previa favorable del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos;

Que, en razón de ello, el Ministerio de Justicia y Derecho Humanos, ha emitido


opinión favorable respecto al proyecto del Texto Único Ordenado de la Ley N° 30364,
Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar;

De conformidad con lo dispuesto en el inciso 8) del artículo 118 de la


Constitución Política del Perú; en la Ley N° 29158, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo; el
Decreto Legislativo N° 1098, Decreto Legislativo que aprueba la Ley de Organización
y Funciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables; el Decreto Supremo
N° 0 0 4 -2 0 1 9 -J U S que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General;

DECRETA?
ARTÍCULO 1.- Aprobación del Texto Único Ordenado de la Ley N°30364,
Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar.
Apruébase el Texto Único Ordenado de la Ley N° 30364, Ley para prevenir,
sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar,
que consta de cuatro (4) títulos, siete (7) capítulos, sesenta y dos (62) artículos, seis
(6) Disposiciones Complementarias Finales, seis (6) Disposiciones Complementarias
Transitorias, cuatro (4) Disposiciones Complementarias Modificatorias; y, dos (2)
Disposiciones Complementarias Derogatorias.

ARTÍCULO 2.- Publicación.


Disponer la publicación del presente Decreto Supremo en el Portal Institucional
del Estado Peruano (www.peru.gob.pe) y en el Portal Institucional del Ministerio de la
Mujer y Poblaciones Vulnerables (www.gob.mimp/pe), el mismo día de su publicación
en el diario oficial El Peruano.

ARTÍCULO 3.- Refrendo


El presente Decreto Supremo es refrendado por la Ministra de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los cuatro días del mes de setiembre
del año dos mil veinte.
MARTÍN ALBERTO VIZCARRA CORNEJO
Presidente de la República
ROSARIO SASIETA MORALES
Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

394
A pén d ic e : T ex t o Ú n i co O r d e n a d o d e l a Le y N° 5 0 3 6 4

TEXTO ÚNICO ORDENADO DE LA LEY N° 3O304f


LEY PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA
CONTRA LAS MUJERES Y LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

TÍTULO I
DISPOSICIONES SUSTANTIVAS PARA LA PREVENCIÓN, SANCIÓN Y
ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y
LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR
CAPÍTULO I
Disposiciones generales

ARTÍCULO 1.- Objeto de la Ley


La presente Ley tiene por objeto prevenir, erradicar y sancionar toda forma de
violencia producida en el ámbito público o privado contra las mujeres por su condición
de tales, y contra los integrantes del grupo familiar; en especial, cuando se encuentran
en situación de vulnerabilidad, por la edad o situación física como las niñas, niños,
adolescentes, personas adultas mayores y personas con discapacidad.
Para tal efecto, establece mecanismos, medidas y políticas integrales de
prevención, atención y protección de las víctimas así como reparación del daño causado;
y dispone la persecución, sanción y reeducación de los agresores sentenciados con el
fin de garantizar a las mujeres y al grupo familiar una vida libre de violencia asegurando
el ejercicio pleno de sus derechos.
(Texto según el artículo 1 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 2.- Principios rectores


En la interpretación y aplicación de esta Ley, y en general, en toda medida que
adopte el Estado a través de sus poderes públicos e instituciones, así como en la
acción de la sociedad, se consideran preferentemente los siguientes principios:

1. Principio de igualdad y no discriminación


Se garantiza la igualdad entre mujeres y hombres. Prohíbese toda forma de
discriminación. Entiéndese por discriminación, cualquier tipo de distinción, exclusión
o restricción, basada en el sexo, que tenga por finalidad o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de las personas.

2. Principio del interés superior del niño


En todas las medidas concernientes a las niñas y niños adoptadas por instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos se debe tener en consideración primordial el interés superior del niño.

3. Principio de la debida diligencia


El Estado adopta sin dilaciones, todas las políticas orientadas a prevenir,
sancionar y erradicar toda forma de violencia contra las mujeres y los integrantes del

395
Johnny E. Castillo Aparicio

grupo familiar. Deben imponerse las sanciones correspondientes a las autoridades que
incumplan este principio.

4. Principio de intervención inmediata y oportuna


Los operadores de justicia y la Policía Nacional del Perú, ante un hecho o amenaza
de violencia, deben actuar en forma oportuna, sin dilación por razones procedimentales,
formales o de otra naturaleza, disponiendo el ejercicio de las medidas de protección
previstas en la ley y otras normas, con la finalidad de atender efectivamente a la víctima.

5. Principio de sencillez y oralidad


Todos los procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar se desarrollan considerando el mínimo de formalismo, en espacios amigables
para las presuntas víctimas, favoreciendo que estas confíen en el sistema y colaboren
con él para una adecuada sanción al agresor y la restitución de sus derechos vulnerados.

6. Principio de razonabilidad y proporcionalidad


El fiscal o juez a cargo de cualquier proceso de violencia, debe ponderar la
proporcionalidad entre la eventual afectación causada y las medidas de protección
y de rehabilitación a adoptarse. Para ello, debe hacer un juicio de razonabilidad de
acuerdo con las circunstancias del caso, emitiendo decisiones que permitan proteger
efectivamente la vida, la salud y la dignidad de las víctimas. La adopción de estas
medidas se adecúa a las fases del ciclo de la violencia y a las diversas tipologías que
presenta la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
(Texto según el artículo 2 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 3o- Enfoques


Los operadores, al aplicar la presente Ley, consideran los siguientes enfoques:

1. Enfoque de género
Reconoce la existencia de circunstancias asimétricas en la relación entre hombres
y mujeres, construidas sobre la base de las diferencias de género que se constituyen
en una de las causas principales de la violencia hacia las mujeres. Este enfoque debe
orientar el diseño de las estrategias de intervención orientadas al logro de la igualdad
de oportunidades entre hombres y mujeres.

2. Enfoque de integralidad
Reconoce que en la violencia contra las mujeres confluyen múltiples causas
y factores que están presentes en distintos ámbitos, a nivel individual, familiar,
comunitario y estructural. Por ello se hace necesario establecer intervenciones en los
distintos niveles en los que las personas se desenvuelven y desde distintas disciplinas.

3. Enfoque de interculturalidad
Reconoce la necesidad del diálogo entre las distintas culturas que se integran
en la sociedad peruana, de modo que permita recuperar, desde los diversos contextos

396
A pén d ic e : Texto Ú n ico O rdenado de la Ley N° 5 0 5 6 4

culturales, todas aquellas expresiones que se basan en el respeto a la otra persona. Este
enfoque no admite aceptar prácticas culturales discriminatorias que toleran la violencia
u obstaculizan el goce de igualdad de derechos entre personas de géneros diferentes.

4. Enfoque de derechos humanos


Reconoce que el objetivo principal de toda intervención en el marco de esta
Ley debe ser la realización de los derechos humanos, identificando a los titulares de
derechos y aquello a lo que tienen derecho conforme a sus particulares necesidades;
identificando, asimismo, a los obligados o titulares de deberes y de las obligaciones
que les corresponden. Se procura fortalecer la capacidad de los titulares de derechos
para reivindicar estos y de los titulares de deberes para cumplir sus obligaciones.

5. Enfoque de interseccionalidad
Reconoce que la experiencia que las mujeres tienen de la violencia se ve influida
por factores e identidades como su etnia, color, religión; opinión política o de otro
tipo; origen nacional o social, patrimonio; estado civil, orientación sexual, condición de
seropositiva, condición de inmigrante o refugiada, edad o discapacidad; y, en su caso,
incluye medidas orientadas a determinados grupos de mujeres.

6. Enfoque generacional
Reconoce que es necesario identificar las relaciones de poder entre distintas
edades de la vida y sus vinculaciones para mejorar las condiciones de vida o el
desarrollo común. Considera que la niñez, la juventud, la adultez y la vejez deben
tener una conexión, pues en conjunto están abonando a una historia común y deben
fortalecerse generacionalmente. Presenta aportaciones a largo plazo considerando las
distintas generaciones y colocando la importancia de construir corresponsabilidades
entre estas.
(Texto según el artículo 3 de la Ley N° 30364)

A R TÍCU LO 4.- Ámbito de aplicación de la Ley


Las disposiciones de la presente Ley se aplican a todos los tipos de violencia
contra las mujeres por su condición de tales y contra los integrantes del grupo familiar.
(Texto según el artículo 4 de la Ley N° 30364)

CAPÍTULO li
DEFINICIÓN Y TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y
LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

A R TÍCU LO 5.- Definición de violencia contra las mujeres


La violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta que les causa
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico por su condición de tales, tanto
en el ámbito público como en el privado.

397
Johnny E. Castillo Aparicio

Se entiende por violencia contra las mujeres:


a. La que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra
relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo
domicilio que la mujer. Comprende, entre otros, violación, maltrato físico o psicológico
y abuso sexual.
b. La que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución
forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones
educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.
c. La que sea perpetrada o tolerada por los agentes del Estado, donde quiera que
ocurra.
(Texto según el artículo 5 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 6.- Definición de violencia contra los integrantes del grupo


familiar
La violencia contra cualquier integrante del grupo familiar es cualquier acción o
conducta que le causa muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico y que se
produce en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder, de parte
de un integrante a otro del grupo familiar.
Se tiene especial consideración con las niñas, niños, adolescentes, adultos
mayores y personas con discapacidad.
(Texto según el artículo 6 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 7.- Sujetos de protección de la Ley


Son sujetos de protección de la Ley:
a. Las mujeres durante todo su ciclo de vida: niña, adolescente, joven, adulta y
adulta mayor.
b. Los miembros del grupo familiar. Entiéndase como tales, a los cónyuges,
excónyuges, convivientes, exconvivientes; padrastros, madrastras; o quienes tengan
hijas o hijos en común; las y los ascendientes o descendientes por consanguinidad,
adopción o por afinidad; parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad o
adopción y segundo grado de afinidad; y quienes habiten en el mismo hogar siempre que
no medien relaciones contractuales o laborales, al momento de producirse la violencia.
(Texto según el artículo 7 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1 de
la Ley N° 30862)

ARTÍCULO 8.- Tipos de violencia


Los tipos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar son:
a) Violencia física. Es la acción o conducta, que causa daño a la integridad
corporal o a la salud. Se incluye el maltrato por negligencia, descuido o por privación

398
A pén d ic e : Texto Único Ordenado de la Ley N° 5 0 5 8 4

de las necesidades básicas, que hayan ocasionado daño físico o que puedan llegar a
ocasionarlo, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.
b) Violencia psicológica. Es la acción u omisión, tendiente a controlar o aislar a
la persona contra su voluntad, a humillarla, avergonzarla, insultarla, estigmatizarla o
estereotiparla, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.
c) Violencia sexual. Son acciones de naturaleza sexual que se cometen contra
una persona sin su consentimiento o bajo coacción. Incluyen actos que no involucran
penetración o contacto físico alguno. Asimismo, se consideran tales la exposición a
material pornográfico y que vulneran el derecho de las personas a decidir voluntariamente
acerca de su vida sexual o reproductiva, a través de amenazas, coerción, uso de la
fuerza o intimidación.
d) Violencia económica o patrimonial. Es la acción u omisión que ocasiona un
menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de las mujeres por su condición
de tales o contra cualquier integrante del grupo familiar, en el marco de relaciones de
poder, responsabilidad o confianza, por ejemplo, a través de:
(Literal según el artículo 8 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1 de
la Ley N° 30862)
1. La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes.
2. La pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación indebida de
objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales.
3. La limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus
necesidades o privación de los medios indispensables para vivir una vida digna; así
como la evasión del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias.
4. La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario
menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.
(Texto modificado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1323)
En los casos en que las mujeres víctimas de violencia tengan hijos/as y estos/as
vivan con ellas, la limitación de los recursos destinados a satisfacer sus necesidades o
privación de los medios indispensables para vivir una vida digna, así como la evasión
de sus obligaciones alimentarias por parte de la pareja, se considerará como una forma
de violencia económica o patrimonial contra la mujer y los/las hijos/as.
(Párrafo incorporado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

CAPÍTULO 111
DERECHOS DE LAS MUJERES Y DEL GRUPO FAMILIAR

A R TÍCU LO 9.- Derecho a una vida libre de violencia


Las mujeres y los integrantes del grupo familiar tienen derecho a una vida libre de
violencia, a ser valorados y educados, a estar libres de toda forma de discriminación,

399
Johnny E. Castillo Aparicio

estigmatización y de patrones estereotipados de comportamientos, prácticas sociales


y culturales basadas en conceptos de inferioridad y subordinación.
(Texto según el artículo 9 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 10.- Derecho a la asistencia y la protección integrales


Las entidades que conforman el Sistema Nacional para la Prevención, Sanción
y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar
destinan recursos humanos especializados, logísticos y presupuéstales con el objeto
de detectar la violencia, atender a las víctimas, protegerlas y restablecer sus derechos.
Los derechos considerados en este artículo son:

a. Acceso a la información
Las víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar
tienen derecho a recibir plena información y asesoramiento adecuado con relación a su
situación personal, a través de los servicios, organismos u oficinas del Estado en sus
tres niveles de gobierno y conforme a sus necesidades particulares.
Es deber de la Policía Nacional del Perú, del Ministerio Público, del Poder Judicial y
de todos los operadores de justicia informar, bajo responsabilidad, con profesionalismo,
imparcialidad y en estricto respeto del derecho de privacidad y confidencialidad de
la víctima, acerca de sus derechos y de los mecanismos de denuncia. En todas las
instituciones del sistema de justicia y en la Policía Nacional del Perú debe exhibirse en
lugar visible, en castellano o en lengua propia del lugar, la información sobre los derechos
que asisten a las víctimas de violencia, el procedimiento a seguir cuando se denuncia y
de los servicios de atención que brinda el Estado de manera gratuita para las mismas.
Para este efecto, es obligatoria la entrega de una cartilla con esta información a la víctima
en su propia lengua. El Ministerio del Interior verifica el cumplimiento de esta obligación.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

b. Asistencia jurídica y defensa pública


El Estado debe brindar asistencia jurídica, en forma inmediata, gratuita,
especializada y en su propia lengua, a todas las víctimas de violencia, debiendo
proporcionarles los servicios de defensa pública para garantizar el efectivo ejercicio
de sus derechos.
Es derecho de la víctima que su declaración se reciba por parte de personal
especializado y en un ambiente adecuado que resguarde su dignidad e intimidad.
La defensa de las víctimas de violencia contra las mujeres o integrantes del
grupo familiar, lo prestan el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y
complementariamente el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables promueven el involucramiento de los colegios de abogados en la materia.
(Texto modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

400
A p é n d ic e : Texto Ú n ico O rdenado de la Ley N° 3 0 5 6 4

c. Promoción, prevención y atención de salud


La promoción, prevención, atención y recuperación integral de la salud física
y mental de las víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar es gratuita en cualquier establecimiento de salud del Estado e incluye la
atención médica; exámenes de ayuda diagnóstica (laboratorio, imagenología y otros);
hospitalización, medicamentos, tratamiento psicológico y psiquiátrico; y cualquier otra
actividad necesaria o requerida para el restablecimiento de su salud. En los casos de
víctimas de violación sexual, se debe tener en cuenta la atención especializada que
estas requieren, de acuerdo a los lineamientos que establece el Ministerio de Salud.
(Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386)
El Ministerio de Salud tiene a su cargo la provisión gratuita de servicios de salud
para la recuperación integral de la salud física y mental de las víctimas. Respecto de las
atenciones médicas y psicológicas que brinde, el Ministerio de Salud debe resguardar
la adecuada obtención y conservación de la documentación de la prueba de los hechos
de violencia. Esta obligación se extiende a todas las atenciones médicas y psicológicas
que se brindan a las víctimas de violencia en los servicios públicos y privados, que
además deben emitir los certificados e informes correspondientes de calificación del
daño físico y psíquico de la víctima conforme a los parámetros médico-legales del
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público o a cualquier
parámetro técnico que permita determinar el tipo y grado del daño; así como los
informes que valoran la afectación psicológica, cognitiva o conductual.
(Texto modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

d. Atención social
El Estado atiende a las víctimas de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar en los programas sociales, garantizando la confidencialidad de los
casos y brindándoles un trato digno, siempre que se cumplan con los criterios y reglas
establecidos en la normativa vigente.
(Texto según el artículo 10 de la Ley N° 30364)

A R TÍCU LO 11.- Derechos laborales


El trabajador o trabajadora que es víctima de la violencia a que se refiere la
presente Ley tiene los siguientes derechos:
a. A no sufrir despido por causas relacionadas a dichos actos de violencia.
b. Al cambio de lugar de trabajo en tanto sea posible y sin menoscabo de sus
derechos remunerativos y de categoría. Lo mismo se aplica para el horario de trabajo,
en lo pertinente.
c. A la justificación de las inasistencias y tardanzas al centro de trabajo derivadas
de dichos actos de violencia. Estas inasistencias no pueden exceder de cinco días
laborables en un período de treinta días calendario o más de quince días laborables

401
Johnny E. Castillo Aparicio

en un período de ciento ochenta días calendario. Para tal efecto, se consideran


documentos justificatorios la denuncia que presente ante la dependencia policial o
ante el Ministerio Público.
d. A la suspensión de la relación laboral. El juez a cargo del proceso puede, a pedido
de la víctima y atendiendo a la gravedad de la situación, conceder hasta un máximo de
cinco meses consecutivos de suspensión de la relación laboral sin goce de remuneraciones.
La reincorporación del trabajador o trabajadora a su centro de trabajo debe
realizarse en las mismas condiciones existentes en el momento de la suspensión de
la relación laboral.
(Texto según el artículo 11 de la Ley N° 30364)

ARTÍCU LO 12. Derechos en el campo de la educación


La persona víctima de la violencia a que se refiere la presente Ley tiene, entre
otros, los siguientes derechos:
a. Al cambio de lugar y horario de estudios sin menoscabo de sus derechos.
b. A la justificación de inasistencias y tardanzas derivadas de actos de violencia.
Estas inasistencias o tardanzas no pueden exceder de cinco días en un período de treinta
días calendario o más de quince días en un período de ciento ochenta días calendario.
c. A la atención especializada en el ámbito educativo de las secuelas de la
violencia, de modo que el servicio educativo responda a sus necesidades sin desmedro
de la calidad del mismo.
Es obligación del Estado la formulación de medidas específicas para favorecer
la permanencia de las víctimas en el ámbito educativo y, de ser el caso, favorecer su
reinserción en el mismo.
(Texto según el artículo 12 de la Ley N° 30364)

TÍTULO SI
PR O C ESO S DE TUTELA FRENTE A LA V IOLENCIA CONTRA
LA S M U JER ES Y LO S INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

CAPÍTULO I
PROCESO ESPECIAL

A RTÍCULO 13.- Norma aplicable


Las denuncias por actos de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar se regulan por las normas previstas en la presente Ley y, de manera
supletoria, por el Código Procesal Penal, promulgado por el Decreto Legislativo 957, la
Ley 27337, Código de los Niños y Adolescentes, y en lo que corresponda por el Código
Procesal Civil, promulgado por el Decreto Legislativo N° 768.
(Texto según el artículo 13 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1
de la Ley N° 30862)

402
A p é n d ic e : Texto Ú n ico O rdenado de la Ley N° 5 0 5 6 4

ARTÍCULO 14 . Competencia
Los juzgados de familia son competentes para conocer las denuncias por actos
de violencia contra las mujeres o contra los integrantes del grupo familiar.
En las zonas donde no existan juzgados de familia, son competentes los juzgados
de paz letrado o juzgados de paz, según corresponda.
La fiscalía de familia interviene desde la etapa policial, en todos los casos de
violencia en los cuales las víctimas son niños, niñas y adolescentes, en el marco de lo
previsto en el Código de los Niños y Adolescentes.
(Texto según el artículo 14 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

A RTÍCU LO 15.- Denuncia


La denuncia puede presentarse por escrito o verbalmente, ante la Policía Nacional
del Perú, las fiscalías penales o de familia y los juzgados de familia. En los lugares
donde no existan estos últimos también puede presentarse ante los juzgados de paz
letrado o juzgados de paz. Cuando se trata de una denuncia verbal, se levanta acta sin
otra exigencia que la de suministrar una sucinta relación de los hechos.
La denuncia puede ser interpuesta por la persona perjudicada o por cualquier otra
en su favor, sin necesidad de tener su representación. También puede ser interpuesta
por la Defensoría del Pueblo. No se requiere firma de abogado, tasa o alguna otra
formalidad.
Sin perjuicio de lo expuesto, los profesionales de la salud y educación deben
denunciar los casos de violencia contra la mujer o los integrantes del grupo familiar
que conozcan en el desempeño de su actividad.
(Texto según el artículo 15 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386).
Para interponer una denuncia no es exigible presentar resultados de exámenes
físicos, psicológicos, pericias de cualquier naturaleza o mostrar huellas visibles de
violencia. Si la víctima o denunciante cuenta con documentos que sirvan como medios
probatorios, estos se reciben e incluyen en el informe de la Policía Nacional del Perú,
del Ministerio Público o en el expediente del Poder Judicial.
(Párrafo incorporado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

A R TÍCU LO 16.- Trámite de la denuncia presentada ante la Policía


Nacional del Perú
La Policía Nacional del Perú aplica la ficha de valoración de riesgo y, en tanto se
dicten y ejecuten las medidas de protección, en los casos de riesgo severo prioriza el
patrullaje integrado en las inmediaciones del domicilio de la víctima o de sus familiares,
en coordinación con el serenazgo y las organizaciones vecinales; y otras acciones en
el marco de sus competencias.

403
Johnny E. Castillo Aparicio

Adicionalmente, la Policía Nacional del Perú comunica los hechos denunciados al


representante del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de su jurisdicción
para la atención de la víctima en los Centros Emergencia Mujer y, de ser el caso, en los
hogares de refugio temporal. Cuando los Centros Emergencia Mujer no puedan brindar
el servicio, comunica a la Dirección Regional de Defensa Pública correspondiente del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Culminado el Informe o Atestado Policial y dentro de las veinticuatro (24) horas
de conocido el hecho, la Policía Nacional del Perú remite copias de lo actuado a la
fiscalía penal y al juzgado de familia, de manera simultánea, a fin de que actúen en el
marco de sus competencias.
El Informe o Atestado Policial incluye copias de antecedentes policiales de la
persona denunciada y otra información relevante para el juzgado.
(Artículo incorporado por el Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)
Para una adecuada atención de las denuncias se debe garantizar la existencia
de personal policial debidamente calificado. Si la víctima prefiere ser atendida por
personal femenino, se brindará dicha atención asegurándose en los casos en que
exista disponibilidad.
(Párrafo incorporado por el Artículo 1 de la Ley N° 30862)

A R TÍCU LO 17.- Trámite de la denuncia presentada ante el Ministerio


Público
La fiscalía penal o de familia, según corresponda, aplica la ficha de valoración
de riesgo y dispone la realización de los exámenes y diligencias correspondientes,
remitiendo los actuados en el plazo de veinticuatro (24) horas al juzgado de familia,
solicitando la emisión de las medidas de protección y cautelares a que hubiera lugar.
(Párrafo modificado por el Artículo 1 de la Ley N° 30862)
Las fiscalías penales, paralelamente, deben continuar con el trámite correspon­
diente, de acuerdo a sus competencias.
(Artículo incorporado por el Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

A R TÍCU LO 18.- Trámite de la denuncia presentada ante el juzgado de


familia
El juzgado de familia de turno aplica la ficha de valoración de riesgo, cita a
audiencia y, cuando sea necesario, ordena la actuación de pruebas de oficio.
(Artículo incorporado por el Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

A RTÍCU LO 19.- Proceso Especial


El proceso especial de violencia contra las mujeres e integrantes del grupo
familiar se realiza teniendo en cuenta lo siguiente:
a. En caso de riesgo leve o moderado, identificado en la ficha de valoración
de riesgo, el juzgado de familia, en el plazo máximo de cuarenta y ocho (48) horas,

404
A pén d ic e : T e x t o Ú n i co O r d e n a d o d e la Ley N° 3 0 3 6 4

contadas desde que toma conocimiento de la denuncia, evalúa el caso y resuelve en


audiencia la emisión de las medidas de protección y/o cautelares requeridas, que sean
acordes con las necesidades de la víctima.
b. En caso de riesgo severo, identificado en la ficha de valoración de riesgo, el
juzgado de familia, en el plazo máximo de veinticuatro (24) horas, contadas desde que
toma conocimiento de la denuncia, evalúa el caso y emite las medidas de protección
y/o cautelares requeridas, que sean acordes con las necesidades de la víctima. En este
supuesto el Juez puede prescindir de la audiencia.
c. En caso no pueda determinarse el riesgo, el juzgado de familia en el plazo
máximo de 72 horas evalúa el caso y resuelve en audiencia.
(Inciso incorporado según el Artículo 1 de la Ley N° 30862)
La audiencia es inaplazable y busca garantizar la inmediación en la actuación
judicial. Se realiza con los sujetos procesales que se encuentren presentes.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
El juzgado de familia, por el medio más célere, en el día y bajo responsabilidad,
comunica la emisión de las medidas a las entidades encargadas de su ejecución para
su cumplimiento inmediato y a los sujetos procesales.
(Texto modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
(Texto según el artículo 16 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

A RTÍCULO 20.- Desconocimiento de domicilio u otros datos de la víctima


Cuando se desconozca el domicilio u otros datos de ubicación de la presunta
víctima y, además, no existan otros elementos que sustenten el otorgamiento de las
medidas de protección o cautelares, el juzgado de familia traslada los actuados al fiscal
penal para que inicie las investigaciones correspondientes.
(Artículo incorporado según el Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 21.- Remisión de actuados a la fiscalía penal y formación del


cuaderno de medidas de protección
El juzgado de familia remite los actuados en original a la fiscalía penal para el
inicio de la investigación penal, o al juzgado de paz letrado o al que haga sus veces
para el inicio del proceso por faltas, según corresponda, conforme a sus competencias,
quedándose con copias certificadas para formar un cuaderno relativo a las medidas
de protección adoptadas, a fin de garantizar su cumplimiento y posterior evaluación.
Cuando el juzgado de familia toma conocimiento de la continuidad del ejercicio
de violencia o incumplimiento de las medidas de protección, tiene la obligación de
sustituirlas o ampliarlas, a fin de salvaguardar la vida e integridad de la víctima. En
los casos de incumplimiento de las medidas de protección o cautelares, pone en

405
Johrmy E. Castillo Aparicio

conocimiento del Ministerio Público para que investigue por la comisión del delito a
que se refiere el artículo 39.
(Artículo incorporado según el Artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 22.- Apelación de la medida de protección o cautelar


La resolución que se pronuncia sobre las medidas de protección o cautelares
puede ser apelada en la audiencia o dentro de los tres (3) días siguientes de haber
sido notificada.
La apelación se concede sin efecto suspensivo en un plazo máximo de tres (3)
días contados desde su presentación.
Concedida la apelación, el cuaderno se eleva a la sala de familia en un plazo no
mayor de tres (3) días, en los casos de riesgo leve o moderado, y en un plazo no mayor
de un (1) día, en los casos de riesgo severo, bajo responsabilidad.
La sala de familia remite los actuados a la fiscalía superior de familia, a fin de que
emita su dictamen en un plazo no mayor de cinco (5) días.
La sala de familia señala fecha para la vista de la causa, que debe realizarse en
un plazo no mayor a tres (3) días de recibido el cuaderno, y comunica a las partes que
los autos están expeditos para ser resueltos dentro de los tres (3) días siguientes a la
vista de la causa.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 23.- Investigación del delito


La fiscalía penal actúa de acuerdo a lo señalado por el Código Procesal Penal
vigente, realiza todas las actuaciones necesarias para la investigación de los hechos y
puede requerir información al juzgado de familia, a fin de conocer si persiste y continúa
el ejercicio de violencia. Asimismo, debe requerir información a la Policía Nacional del
Perú y al Poder Judicial sobre los antecedentes de violencia de la persona denunciada,
cuando estos no obren en el expediente.
Las Fiscalías Penales o las que cumplen sus funciones priorizarán la tramitación
de los casos de riesgo severo.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386. Texto
modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862.)

ARTÍCULO 24.- Proceso por faltas


El juzgado de paz letrado o el juzgado de paz realiza todas las actuaciones necesarias
para la investigación de los hechos y puede requerir información al juzgado de familia,
a fin de conocer si persiste y continúa el ejercicio de violencia. Asimismo, debe requerir
información a la Policía Nacional del Perú y al Poder Judicial sobre los antecedentes de
violencia de la persona denunciada, cuando estos no obren en el expediente.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

406
A pén d ic e : T e x t o Ú n i co O r d e n a d o d e la Ley N ° 3 0 3 6 4

ARTÍCULO 25.- Flagrancia


En caso de flagrante delito, vinculado a actos de violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar, la Policía Nacional del Perú procede a la inmediata
detención de la persona agresora, incluso allanando su domicilio o el lugar donde
estén ocurriendo los hechos; también procede el arresto ciudadano, de acuerdo a lo
establecido en el Código Procesal Penal.
(Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386)
En estos casos, la policía redacta un acta en la que se hace constar la entrega de
la persona detenida y las demás circunstancias de la intervención, debiendo comunicar
inmediatamente los hechos a la fiscalía penal para continuar con las investigaciones
correspondientes y al juzgado de familia para que se pronuncie sobre las medidas de
protección y otras medidas para el bienestar de las víctimas.
(Texto modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
(Texto según el artículo 17 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 26.- Flagrancia en casos de riesgo severo


En los casos de flagrancia en los que se advierta la existencia de riesgo severo,
la fiscalía penal solicita la intervención del Programa de Protección de Asistencia de
Víctimas y Testigos del Ministerio Público, que actúa de acuerdo a sus competencias.
También puede solicitar dicha intervención en los casos de riesgo leve o moderado,
cuando lo considere necesario.
En el primer supuesto del párrafo anterior, en la formalización de la denuncia
o el inicio de la investigación preparatoria, la fiscalía penal solicita al juzgado penal
que emita las medidas de protección a favor de la víctima, para salvaguardar su vida
e integridad.
El juzgado penal se pronuncia sobre las medidas de protección en la audiencia
única de incoación del proceso inmediato, y, en un plazo no mayor de veinticuatro (24)
horas, remite copias certificadas al juzgado de familia, a fin de que las ratifique, amplíe
o varíe, según corresponda.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 27.- Actuación de ios operadores de justicia


En la actuación de los operadores de justicia, originada por hechos que constituyen
actos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, se evita la
doble victimización de las personas agraviadas a través de declaraciones reiterativas y
de contenido humillante. Los operadores del sistema de justicia deben seguir pautas
concretas de actuación que eviten procedimientos discriminatorios hacia las personas
involucradas en situación de víctimas. Esto implica no emitir juicios de valor ni realizar
referencias innecesarias a la vida íntima, conducta, apariencia, relaciones, entre otros

407
Johnny E. Castillo Aparicio

aspectos. Se debe evitar, en todo momento, la aplicación de criterios basados en


estereotipos que generan discriminación.
(Texto según el artículo 18 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1
de la Ley N° 30862)

ARTÍCULO 28.- Declaración de la víctima y entrevista única


Cuando la víctima sea niña, niño y adolescente o mujer, su declaración debe
practicarse bajo la técnica de entrevista única y se tramita como prueba anticipada.
La declaración de la víctima mayor de edad a criterio del fiscal puede realizarse bajo la
misma técnica.
En cualquiera de estos casos se llevará a cabo en un ambiente privado, cómodo
y seguro.
(Párrafo incorporado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
El juez solo puede practicar una diligencia de declaración ampliatoria de la
víctima, en los casos que requiera aclarar, complementar o precisar algún punto sobre
su declaración.
(Texto según el artículo 19 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 29.- Sentencia


La sentencia que ponga fin al proceso por delitos vinculados a hechos que
constituyen actos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar
puede ser absolutoria o condenatoria.
En caso de que se trate de una sentencia condenatoria o de una reserva de fallo
condenatorio, además de lo establecido en el artículo 394 del Código Procesal Penal,
promulgado por el Decreto Legislativo N° 957, y cuando corresponda, contiene:
1. El tratamiento terapéutico a favor de la víctima.
2. El tratamiento especializado al condenado.
3. Las restricciones previstas en el artículo 288 del Código Procesal Penal, así
como otras reglas que sean análogas.
4. Las medidas que los gobiernos locales o comunidades del domicilio habitual
de la víctima y del agresor deben adoptar, para garantizar el cumplimiento de las
medidas de protección.
5. La inscripción de la sentencia en el Registro Nacional de Condenas y en el
Registro Único de Victimas y Personas Agresoras.
6. Cualquier otra medida a favor de las víctimas o de los deudos de estas.
En el caso de que las partes del proceso usen un idioma o lengua diferente al
castellano, la sentencia es traducida. En los casos que no sea posible la traducción, el juez
garantiza la presencia de una persona que pueda ponerles en conocimiento su contenido.

408
A p é n d ic e : Texto Ú nico Ordenado d e la Le y N° 30564

(Texto según el artículo 20 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2


del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 30.- Comunicación de sentencia firme y de disposición de


archivo
Los juzgados penales, los juzgados de paz letrado o los juzgados de paz, así
como las fiscalías penales, remiten copia certificada de la sentencia firme o de la
disposición de archivo, respectivamente, al juzgado de familia que emitió las medidas
de protección y cautelares para su conocimiento y nueva evaluación de los factores de
riesgo, a fin de decidir su vigencia, sustitución o ampliación. En caso no exista riesgo
alguno, el juzgado de familia procede al archivo del cuaderno respectivo.
La remisión de dichos documentos debe ser dentro de los cinco (5) días siguientes
a su expedición.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 31.- Responsabilidad funcional


Quien omite, rehúsa o retarda algún acto a su cargo, en los procesos originados por
hechos que constituyen actos de violencia contra las mujeres o contra los integrantes
del grupo familiar comete delito sancionado en los artículos 377 o 378 del Código
Penal, según corresponda; sin perjuicio de la responsabilidad civil y/o administrativa
que corresponda, de acuerdo a ley.(Texto según el artículo 21 de la Ley N° 30364,
modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386)

CAPÍTULO 11
M EDIDAS DE PROTECCIÓN

ARTÍCULO 32.- Objeto y tipos de medidas de protección


El objeto de las medidas de protección es neutralizar o minimizar los efectos
nocivos de la violencia ejercida por la persona denunciada, y permitir a la víctima
el normal desarrollo de sus actividades cotidianas; con la finalidad de asegurar su
integridad física, psicológica y sexual, o la de su familia, y resguardar sus bienes
patrimoniales.
El juzgado las dicta teniendo en cuenta el riesgo de la víctima, la urgencia y
necesidad de la protección y el peligro en la demora.
Entre las medidas de protección que pueden dictarse en los procesos por actos
de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar se encuentran las
siguientes:
1. Retiro del agresor del domicilio en el que se encuentre la víctima, sí como la
prohibición del regresar al mismo. La Policía Nacional del Perú puede ingresar a dicho
domicilio para su ejecución.

409
Johnny E. Castillo Aparicio

2. Impedimento de acercamiento o proximidad a la víctima en cualquier forma,


a su domicilio, centro de trabajo, centro de estudios u otros donde aquella realice sus
actividades cotidianas, a una distancia idónea para garantizar su segundad e integridad.
3. Prohibición de comunicación con la víctima vía epistolar, telefónica, electrónica;
asimismo, vía chat, redes sociales, red institucional, intranet u otras redes o formas
de comunicación.
4. Prohibición del derecho de tenencia y porte de armas para el agresor, debiéndose
notificar a la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil para que proceda a dejar sin efecto la licencia
de posesión y uso, y para que se incauten las armas que están en posesión de
personas respecto de las cuales se haya dictado la medida de protección. En el caso de
integrantes de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú en situación de actividad
que emplean armas de propiedad del Estado en el ejercicio de sus funciones, el juzgado
oficia a la institución armada o policial para los fines de este numeral.
5. Inventario de bienes.
6. Asignación económica de emergencia que comprende lo indispensable para
atender las necesidades básicas de la víctima y sus dependientes. La asignación debe
ser suficiente e idónea para evitar que se mantenga o coloque a la víctima en una
situación de riesgo frente a su agresor e ingrese nuevamente a un ciclo de violencia.
El pago de esta asignación se realiza a través de depósito judicial o agencia bancaria
para evitar la exposición de la víctima.
7. Prohibición de disponer, enajenar u otorgar en prenda o hipoteca los bienes
muebles o inmuebles comunes.
8. Prohibición a la persona denunciada de retirar del cuidado del grupo familiar a
los niños, niñas, adolescentes u otras personas en situación de vulnerabilidad.
9. Tratamiento reeducativo o terapéutico para la persona agresora.
10. Tratamiento psicológico para la recuperación emocional de la víctima.
11. Albergue de la víctima en un establecimiento en el que se garantice su
seguridad, previa coordinación con la institución a cargo de este.
12. Cualquier otra medida de protección requerida para la protección de la
integridad y la vida de la víctima o sus familiares.
(Texto según el artículo 22 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 33.- Criterios para dictar medidas de protección


El juzgado de familia dicta las medidas de protección teniendo en cuenta lo
siguiente:
a. Los resultados de la ficha de valoración de riesgo y los informes sociales
emitidos por entidades públicas competentes.

410
A pén d ic e : Texto Único Ordenado de la Ley N° 3 0 5 6 4

b. La existencia de antecedentes policiales o sentencias en contra de la persona


denunciada por actos de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar, por
delitos contra la vida, el cuerpo y la salud; la libertad sexual, el patrimonio y otros que
denoten su peligrosidad.
c. La relación entre la víctima con la persona denunciada.
d. La diferencia de edades y la relación de dependencia entre la víctima y la
persona denunciada.
e. La condición de discapacidad de la víctima.
f. La situación económica y social de la víctima.
g. La gravedad del hecho y la posibilidad de una nueva agresión.
h. Otros aspectos que denoten el estado de vulnerabilidad de la víctima o
peligrosidad de la persona denunciada.
El juzgado de familia puede hacer extensivas las medidas de protección a
las personas dependientes o en situación de vulnerabilidad a cargo de la víctima.
Asimismo, en casos de feminicidio o tentativa de feminicidio, toma en cuenta a las
víctimas indirectas del delito.
Los criterios señalados en los párrafos anteriores también son aplicables para la
emisión de las medidas cautelares.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 34.- Medidas cautelares


De oficio o a solicitud de la víctima, el juzgado de familia, en la audiencia oral,
se pronuncia sobre las medidas cautelares que resguardan pretensiones de alimentos,
regímenes de visitas, tenencia, suspensión de la patria potestad, acogimiento familiar,
disposición de bienes y otros aspectos conexos que sean necesarios para garantizar el
bienestar de las víctimas, las personas dependientes o en situación de vulnerabilidad
a cargo de la víctima.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
El juzgado de familia informa a la víctima sobre su derecho de iniciar el
proceso sobre las materias a las que se refiere él párrafo anterior y, a su solicitud,
oficia al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para que actúe de acuerdo a sus
competencias.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 35.- Vigencia y validez de las medidas de protección y


cautelares
Las medidas de protección y cautelares dictadas por el juzgado de familia se man­
tienen vigentes en tanto persistan las condiciones de riesgo de la víctima, con prescin-
dencia de la resolución que pone fin a la investigación, o al proceso penal o de faltas.

411
Johnny E. Castillo Aparicio

Estas medidas pueden ser sustituidas, ampliadas o dejadas sin efecto por el
juzgado de familia cuando, de los informes periódicos que remitan las entidades
encargadas de su ejecución, advierta la variación de la situación de riesgo de la víctima,
o a solicitud de esta última. En tales casos, el juzgado de familia cita a las partes a la
audiencia respectiva.
El juzgado de familia también puede sustituir, ampliar o dejar sin efecto las
medidas cuando toma conocimiento de la sentencia o disposición de archivo de la
investigación, o proceso penal o de faltas que originó las medidas de protección, para
lo cual cita a las partes a la audiencia respectiva.
El juzgado de familia, inmediatamente y por cualquier medio, comunica su
decisión de sustituir, ampliar o dejar sin efecto las medidas a las entidades encargadas
de su ejecución.
Las medidas de protección y cautelares tienen validez a nivel nacional y se puede
solicitar su cumplimiento ante cualquier dependencia policial hasta que sean dejadas
sin efecto por orden judicial.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
(Texto según el artículo 23 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 36.- Ejecución de la medida de protección


La Policía Nacional del Perú es responsable de ejecutar las medidas de protección
que se encuentren en el ámbito de sus competencias, para lo cual debe tener un
mapa gráfico y georreferencial de registro de todas las víctimas con las medidas
de protección que les hayan sido notificadas; asimismo, debe llevar un registro del
servicio policial en la ejecución de la medida y habilitar un canal de comunicación para
atender efectivamente sus pedidos de resguardo, pudiendo coordinar con los servicios
de serenazgo para brindar una respuesta oportuna.
Los nombres y ubicación de todas las víctimas con medidas de protección deben
estar disponibles permanentemente para todo el personal policial en la jurisdicción en
la que domicilia la víctima, a fin de responder oportunamente ante emergencias.
Las medidas de protección que no se encuentren en el ámbito de competencia
de la Policía Nacional del Perú son ejecutadas por las entidades públicas competentes
que disponga el juzgado.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)
La atención de comunicaciones de víctimas con medidas de protección en la
jurisdicción, incluyendo la visita a domicilio cuando esta es requerida, es prioritaria
para todo el personal policial.
(Párrafo incorporado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

412
A pén d ic e : T e x t o Ú n i co O r d e n a d o d e la Le y N° 3 0 3 6 4

ARTÍCULO 37.- Órganos de supervisión y apoyo de la ejecución de la


medida de protección
El juzgado de familia dispone lo necesario para supervisar el cumplimiento de
las medidas de protección en todos los casos, en coordinación con las entidades
pertinentes.
En los casos en que las víctimas sean niños, niñas, adolescentes, mujeres
gestantes, personas adultas mayores o personas con discapacidad, el juzgado de
familia dispone que el Equipo Multidisciplinario del Poder Judicial realice visitas
periódicas e inopinadas para supervisar el cumplimiento de la medida de protección.
En los lugares donde no exista Equipo Multidisciplinario del Poder Judicial, el
juzgado de familia puede disponer que la supervisión sea realizada por los centros
de salud mental comunitarios, hospitales, defensorías municipales de niños, niñas y
adolescentes (DEMUNA), centros emergencia mujer, Programa Integral Nacional para
el Bienestar Familiar (INABIF), Estrategia Rural o gobiernos locales, de acuerdo a sus
competencias.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386,
modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)

ARTÍCULO 38.- Informe de cumplimiento de la medida de protección


La Policía Nacional del Perú u otras entidades encargadas de ejecutar la medida
de protección remiten al juzgado de familia un informe sobre la ejecución de la medida,
dentro de los quince (15) días contados desde la fecha en que fue notificada, con las
recomendaciones que consideren pertinentes.
En casos de riesgo severo, dicho informe debe ser remitido dentro de los cinco
(5) días contados desde la fecha en que fue notificada la medida de protección.
Adicionalmente, cada seis (6) meses, en los casos de riesgo leve o moderado, y
cada tres (3) meses, en los casos de riego severo, contados desde que fue notificada
la medida de protección, las entidades encargadas de ejecutar la medida de protección
remiten al juzgado de familia un informe sobre el cumplimiento de dicha medida y
sobre la situación de riesgo de la víctima, con las recomendaciones que consideren
pertinentes.
El juzgado de familia que no reciba los citados informes en los plazos señalados,
comunica esta situación al titular de la entidad respectiva, a fin de que se determinen
las responsabilidades que correspondan.
Las entidades públicas y privadas que tomen conocimiento del incumplimiento
de las medidas de protección, deben comunicar esta situación al juzgado de familia
dentro de las veinticuatro (24) horas, bajo responsabilidad.
(Artículo incorporado según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

413
Johnny E. Castillo Aparicio

ARTÍCULO 39.- Incumplimiento de medidas de protección


El que desobedece, incumple o resiste una medida de protección dictada en un
proceso, originado por hechos que configuran actos de violencia contra las mujeres o
contra integrantes del grupo familiar, comete delito de resistencia o desobediencia a
la autoridad previsto en el Código Penal.
(Texto según el artículo 24 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 40.- Protección de las víctimas en las actuaciones de


investigación
En el trámite de los procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar está prohibida la confrontación y la conciliación entre la víctima y el
agresor. La reconstrucción de los hechos debe practicarse sin la presencia de aquella,
salvo que la víctima mayor de catorce años de edad lo solicite, sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 194, inciso 3, del Código Procesal Penal, promulgado por el
Decreto Legislativo 957.
(Texto según el artículo 25 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 41.- Certificados e informes médicos


Los certificados e informes que expidan los médicos de los establecimientos
públicos de salud de los diferentes sectores e instituciones del Estado y niveles de
gobierno, tienen valor probatorio acerca del estado de salud física y mental en los
procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
Igual valor tienen los certificados e informes expedidos por los centros de
salud parroquiales y los establecimientos privados cuyo funcionamiento se encuentre
autorizado por el Ministerio de Salud.
Los certificados e informes que califican o valoran el daño físico y psíquico,
así como la afectación psicológica, cognitiva o conductual de la víctima deben estar
acordes con los parámetros médico-legales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses del Ministerio Público. También tendrán valor probatorio aquellos informes
elaborados acorde a cualquier parámetro técnico que permita determinar el tipo y
grado del daño o afectación.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
Los certificados e informes de salud física y mental, contienen información
detallada de los resultados de las evaluaciones a las que se ha sometido a la víctima.
De ser el caso, los certificados e informes de las evaluaciones físicas deben consignar
la calificación de días de atención facultativa y de incapacidad.
Cuando no se pueda contar con los citados certificados o informes, la fiscalía,
el juzgado de paz letrado o el juzgado de paz pueden solicitar informes, certificados o
constancias de integridad física, sexual o mental a los establecimientos de salud en
los que se atendió la víctima, los cuales tienen carácter de medio probatorio en los
procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.

414
A pén d ic e: T e x t o Ú n i c o O r d e n a d o d e la Le y N° 3 0 3 6 4

En el marco de las atenciones que brinden todos los establecimientos de


salud públicos y privados deben resguardar la adecuada obtención, conservación y
documentación de la prueba de los hechos de violencia.
Los informes psicológicos de los Centros Emergencia Mujer y otros servicios
estatales especializados tienen valor probatorio del estado de salud mental en los
procesos por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
En el sector público, la expedición de los certificados y la consulta médica que los
origina, así como los exámenes o pruebas complementarios para emitir diagnósticos
son gratuitos.
Para efectos de la presente Ley no resulta necesaria la realización de la
audiencia especial de ratificación pericial; por lo que no se requiere la presencia de
los profesionales para ratificar los certificados y evaluaciones que hayan emitido para
otorgarles valor probatorio.
(Texto según el artículo 26 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

TÍTULO ESI
PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA, ATENCIÓN Y RECUPERACIÓN DE
V ÍC T IM A S Y REEDUCACIÓN DE PERSO N AS AG RESO RAS

CAPÍTULO I
PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA, ATENCIÓN Y
RECUPERACIÓN DE VÍCTIMAS

ARTÍCULO 42.- Servicios de promoción, prevención y recuperación de


víctimas de violencia
La protección de las mujeres y de los integrantes del grupo familiar contra actos
de violencia es de interés público. El Estado es responsable de promover la prevención
contra dichos actos y la recuperación de las víctimas.
Es política del Estado la creación de servicios de atención y prevención contra
la violencia.
La creación y gestión de los hogares de refugio temporal, programas dirigidos a
varones para prevenir conductas violentas y otros servicios de protección a favor de las
víctimas de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar estarán a cargo de
los gobiernos locales, regionales y del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Es función de dicho Sector promover, coordinar y articular la implementación de dichos
servicios en cada localidad.
(Texto según el artículo 27 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 43.- Valoración del riesgo


En casos de denuncias por violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar, la Policía Nacional del Perú, el Ministerio Público o el Poder Judicial aplican la ficha

415
Johnny E. Castillo Aparicio

de valoración del riesgo, que corresponda a cada caso. También deben aplicarla cuando
toman conocimiento de hechos de violencia durante el desempeño de otras funciones.
La Policía Nacional del Perú y el Ministerio Público deben remitir la ficha de
valoración de riesgo al juzgado de familia, conforme al proceso regulado en la presente
ley, el cual la evalúa para su pronunciamiento sobre las medidas de protección y
cautelares y debe ser actualizada cuando las circunstancias lo ameriten, lo que incluye
la posibilidad de variar la evaluación del riesgo.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
(Texto según el artículo 28 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 2
del Decreto Legislativo N° 1386)

ARTÍCULO 44.- Implementación y registro de hogares de refugio temporal


Es política permanente del Estado la creación de hogares de refugio temporal.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables implementa y administra el
registro de hogares de refugio temporal que cumpla con los estándares de calidad en la
prestación de servicio. La información de este registro es confidencial y será utilizada
para los procesos de articulación, protección y asistencia técnica.
Los gobiernos locales, provinciales y distritales, y los gobiernos regionales
e instituciones privadas que gestionen y administren hogares de refugio temporal
facilitarán la información y acceso al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
para el cumplimiento de sus funciones de monitoreo, seguimiento y evaluación.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables aprueba los requisitos
mínimos para crear y operar los hogares de refugio temporal, así como los estándares
mínimos de calidad de prestación del servicio.
(Texto según el artículo 29 de la Ley N° 30364)

CAPÍTULO II
REEDUCACIÓN DE LAS PERSONAS AGRESORAS

ARTÍCULO 45.- Reeducación de las personas agresoras


Es política del Estado la creación de servicios de tratamiento que contribuyan a
la reeducación de personas agresoras que han cometido actos de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar a fin de que el agresor detenga todo tipo
de violencia contra estos.
(Texto según el artículo 30 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 46.- Tratamiento penitenciario para la reinserción social de


las personas agresoras privadas de libertad
El Instituto Nacional Penitenciario incorpora el eje de prevención de la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar dentro de los distintos programas
de tratamiento penitenciario dirigidos a la población penal.

416
Apén dice: T ex t o Ú n ico O rden ad o d e l a Le y N° 3 0 3 8 4

El condenado a pena privativa de libertad efectiva por delitos vinculados a la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, previa evaluación, debe
seguir un tratamiento de reeducación de carácter multidisciplinario y diferenciado,
teniendo en cuenta los enfoques consignados en esta Ley a fin de facilitar su
reinserción social. El cumplimiento del tratamiento es un requisito obligatorio para
el otorgamiento de beneficios penitenciarios, de indulto y de la conmutación de la
pena a los que hubiere lugar, conforme al marco legal vigente, los que no pueden ser
concedidos sin el correspondiente informe psicológico y social que se pronuncie sobre
la evolución del tratamiento diferenciado.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables presta asistencia técnica para
el diseño del programa de reeducación.
(Texto según el artículo 31 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 47.- Tratamiento para las personas agresoras en medio libre


En los procesos por delitos vinculados a actos de violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar, el juez puede imponer al agresor tratamiento
psicosocial, psiquiátrico o de grupos de autoayuda especializados en violencia a través
de la asistencia a terapias sobre violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, utilizando los diversos programas que desarrollan las instituciones de
protección a la familia. Esta medida puede aplicarse desde el inicio del procedimiento.
Es obligación de los gobiernos locales implementar, en coordinación con el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, servicios de atención e intervención
para varones y personas agresoras.
En los procesos por delitos vinculados a actos de violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar, los juzgados penales deben pronunciarse en la
sentencia condenatoria acerca del tratamiento especializado para el agresor que no
cumpla pena privativa de libertad efectiva.
El sometimiento a un servicio de tratamiento para la reeducación de agresores
en instituciones públicas o privadas que el juzgado disponga, es considerado como
regla de conducta, sin perjuicio de la sanción penal que corresponda.
(Texto según el artículo 32 de la Ley N° 30364)

TÍTULO IV
SISTEM A NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN, SANCIÓN Y
ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Y
LOS INTEGRANTES DEL GRUPO FAMILIAR

ARTÍCULO 48.- Creación, finalidad y competencia del sistema


Créase el Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, a fin de coordinar,

4 17
Johnny E. Castillo Aparicio

planificar, organizar y ejecutar acciones articuladas, integradas y complementarias para


la acción del Estado en la prevención, atención, protección y reparación de la víctima,
la sanción y reeducación del agresor, a efectos de lograr la erradicación de la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar. Es un sistema funcional.
(Texto según el artículo 33 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 49.- Integrantes del sistema


Integran el Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar las entidades que
integran la comisión multisectorial de alto nivel, que cuenta con una secretaría técnica,
y las instancias regionales, provinciales y distritales de concertación para erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
(Texto según el artículo 34 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 50.- Comisión Multisectorial de Alto Nivel


Constitúyase la Comisión Multisectorial de Alto Nivel con la finalidad de dirigir el
Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las
Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar y formular los lineamientos y la evaluación
de lo establecido en la presente norma.
La Comisión está presidida por el titular o el representante de la alta dirección
del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables e integrada por los titulares o
los representantes de la alta dirección de las instituciones que se determinen en el
reglamento de la presente Ley.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables es el ente rector en materia de
prevención, protección y atención de la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar y el responsable de la coordinación, articulación y vigilancia de la
aplicación efectiva y el cumplimiento de la presente Ley.
La Dirección General contra la Violencia de Género del citado ministerio se
constituye como secretaría técnica de la Comisión, la cual convoca a especialistas de
diferentes sectores y representantes de la sociedad civil con la finalidad de constituir
un grupo de trabajo nacional.
El reglamento de la presente Ley regula el funcionamiento de la Comisión.
(Texto según el artículo 35 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 51.- Funciones de la Comisión Multisectorial


Son funciones de la Comisión Multisectorial, las siguientes:
1. Aprobar y difundir el protocolo base de actuación conjunta y los lineamientos
para la intervención intersectorial articulada en prevención, atención, protección,
sanción y reeducación para erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar, teniendo en cuenta los informes emitidos por el Observatorio
Nacional de Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar.

418
A pén d ic e : Texto Único Ordenado de ía Ley N° 3 0 3 6 4

2. Hacer el seguimiento y monitoreo de los planes nacionales que aborden la


violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, teniendo en cuenta
los informes emitidos por el Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y
los Integrantes del Grupo Familiar.
3. Coordinar con el Ministerio de Economía y Finanzas para la dotación de
recursos a los sectores comprometidos en la aplicación de la presente Ley, previa
planificación presupuestaria intersectorial.
4. Garantizar la adecuación orgánica y administrativa de las instancias
responsables de la implementación de los lineamientos dictados por la Comisión para
la mejor aplicación de la presente Ley.
5. Promover la creación de observatorios regionales de la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar.
6. Promover la creación de las instancias regionales, provinciales y distritales
encargadas de combatir la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar.
(Texto según el artículo 36 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 52.- Instancia regional de concertación


La instancia regional de concertación tiene como responsabilidad elaborar,
implementar, monitorear y evaluar las políticas públicas encargadas de combatir la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar a nivel regional, y
promover el cumplimiento de la presente norma. Su composición se determina en el
reglamento de la presente Ley.
(Texto según el artículo 37 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 53.- Instancia provincial de concertación


La instancia provincial de concertación tiene como responsabilidad elaborar,
implementar, monitorear y evaluar las políticas públicas encargadas de combatir la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar a nivel provincial, y
promover el cumplimiento de la presente norma. Su composición se determina en el
reglamento de la presente Ley.
(Texto según el artículo 38 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 54.- Instancia distrital de concertación


La instancia distrital de concertación tiene como responsabilidad elaborar,
implementar, monitorear y evaluar las políticas públicas encargadas de combatir la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar a nivel distrital, y
promover el cumplimiento de la presente norma. Su composición se determina en el
reglamento de la presente Ley.
(Texto según el artículo 39 de la Ley N° 30364)

419
Johnny E. Castillo Aparicio

ARTÍCULO 55.- Instrumentos y mecanismos de articulación del sistema


Son instrumentos y mecanismos de articulación del sistema:
a. El Protocolo Base de Actuación Conjunta.
b. El Registro Único de Víctimas y Agresores.
c. El Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes
del Grupo Familiar.
d. El Centro de Altos Estudios contra la Violencia contra las Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar.
(Texto según el artículo 40 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 56.- Protocolo Base de Actuación Conjunta


El Protocolo Base de Actuación Conjunta en prevención, atención, protección,
detección precoz e intervención continuada, sanción y reeducación frente a la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar contiene los lineamientos de
articulación ¡ntersectorial y los procedimientos que aseguren la actuación global e
integral de las distintas administraciones y servicios implicados. Constituye un
instrumento de obligatorio cumplimiento bajo responsabilidad.
El Protocolo debe considerar de forma especial la situación de las mujeres que,
por su condición de tal y en cruce con otras variables, estén más expuestas a sufrir
violencia o mayores dificultades para acceder a los servicios previstos en esta Ley,
tales como las pertenecientes a poblaciones indígenas, andinas y amazónicas, las
afrodescendientes, las que se encuentran en situación de exclusión social y las mujeres
con discapacidad, entre otras. Similar consideración debe contemplar el protocolo
respecto de los integrantes del grupo familiar desde el enfoque de derechos humanos,
generacional e intercultural.
(Texto según el artículo 41 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 57.- Registro Único de Víctimas y Agresores (RUVA) y Registro


Nacional de Condenas
El Registro Único de Víctimas y Agresores es un registro administrativo encargado
de suministrar un banco de datos actualizado con información que permita identificar
y perfilar a las víctimas y sus agresores, como instrumento de conocimiento adecuado
para dirigir la acción tanto preventiva como investigadora por parte de los actores
competentes.
En el marco de la Ley 30364, el RUVA tiene como finalidad, brindar información
a los operadores y operadoras de justicia e instituciones intervinientes, para coadyuvar
en la toma de decisiones destinadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
Con el objeto de ¡mplementar un sistema intersectorial de registro de casos de
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, denominado Registro

420
A pén d ic e : Texto Ú n ico O rdenado de la Ley N° 5 0 5 6 4

Único de Víctimas y Agresores, el Ministerio Público, en coordinación con la Policía


Nacional del Perú, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos a través del Instituto
Nacional Penitenciario, el Poder Judicial, el Ministerio de Salud, y el Ministerio de
la Mujer y Poblaciones Vulnerables, es el responsable del registro de dichos casos,
en el que se consignan todos los datos de la víctima y del agresor, la tipificación,
las causas y consecuencias de la violencia, la existencia de denuncias anteriores, la
atención en salud y sus resultados y otros datos necesarios para facilitar la atención
de las víctimas en las diferentes instituciones del Sistema Nacional. El RUVA es un
registro diferenciado del Registro Nacional de Condenas en el que figuran todas las
personas con sentencias condenatorias consentidas y/o ejecutoriadas por los delitos
relacionados a las distintas formas de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar. Cualquier persona puede acceder a la información existente en el
Registro Nacional de Condenas de conformidad con el procedimiento establecido, sin
restricción alguna.
(Texto según el artículo 42 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1
de la Ley N° 30862)

ARTÍCULO 58c- Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres


y los Integrantes del Grupo Familiar
El Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del
Grupo Familiar, a cargo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, tiene por
objeto monitorear, recolectar, producir y sistematizar datos e información haciendo
seguimiento a las políticas públicas y los compromisos internacionales asumidos
por el Estado en esta materia. Su misión es desarrollar un sistema de información
permanente que brinde insumos para el diseño, implementación y gestión de políticas
públicas tendientes a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar.
El Observatorio elabora informes, estudios y propuestas para la efectividad del
Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las
Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar.
(Texto según el artículo 43 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 59.- Centro de Altos Estudios


El Centro de Altos Estudios contra la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes
del Grupo Familiar, bajo la dirección del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,
tiene como objetivo contribuir a la intervención articulada y multidisciplinaria a
través de un sistema integral continuo de especialización y perfeccionamiento de los
operadores en el rol que les compete en la lucha integral contra la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar, para una atención oportuna y efectiva,
incluyendo la evaluación de su impacto.

421
Johnny E. Castillo Aparicio

El Centro de Altos Estudios tiene estrecha coordinación con la Academia de


la Magistratura, la Escuela del Ministerio Público, el Centro de Investigaciones
Judiciales del Poder Judicial, el Centro de Estudios Constitucionales del Tribunal
Constitucional, el Centro de Estudios en Justicia y Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos, la Escuela Nacional de Formación Profesional Policial,
universidades y centros de investigación para incidir en que se prioricen actividades
de capacitación e investigación sobre la violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar.
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
Todas las acciones que realiza y promueve el Centro de Altos Estudios deben
incorporar los enfoques de género, integralidad, interculturalidad, derechos humanos,
interseccionalidad, generacional y discapacidad que subyacen a la presente Ley.
(Texto según el artículo 44 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 60.- Responsabilidades sectoriales


Los sectores e instituciones involucrados, y los gobiernos regionales y locales,
además de adoptar mecanismos de formación, capacitación y especialización
permanente, de conformidad con sus leyes orgánicas y demás normas aplicables, son
responsables de:
(Párrafo modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
1. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
a) Promover y coordinar las acciones de articulación multisectorial e
intergubernamental.
b) Asesorar técnicamente a las diferentes entidades públicas para que desarrollen
acciones para erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo
familiar conforme a sus competencias y funciones.
c) Promover en los niveles subnacionales de gobierno políticas, programas y
proyectos de prevención, atención y tratamiento como hogares de refugio temporal,
servicios de consejería, grupos de ayuda mutua, Centros de Atención Residencial,
Centros Emergencia Mujer, Defensorías del Niño y Adolescente y servicios de
tratamiento de personas agresoras, entre otros.
d) Supervisar la implementación de la política de prevención, protección y
atención de la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
e) Promover campañas de difusión sobre la problemática de la violencia contra
las mujeres y los integrantes del grupo familiar y de difusión de los alcances de la
presente Ley.
f) Promover el estudio e investigación sobre las causas de la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar y tomar medidas para su corrección.

422
A péndic e: Texto Único Ordenado de la Ley N° 5 0 5 6 4

g) Promover la participación activa de organizaciones dedicadas a la protección


de los derechos de las mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas adultas mayores
y personas con discapacidad, entre otras, y del sector privado, con especial énfasis
en el sector empresarial, en programas de prevención, atención y recuperación de la
violencia contra las mujeres e integrantes del grupo familiar.
h) Disponer las medidas necesarias a fin de implementar acciones de prevención
y atención de las víctimas de violencia en las zonas rurales del país y respecto de las
víctimas en mayor situación de vulnerabilidad.
2. El Ministerio de Educación
a) Supervisar el cumplimiento de los lineamientos de política pública contra la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, en el ámbito de su
competencia.
b) Fortalecer en todas las modalidades y niveles educativos la enseñanza de
valores éticos orientados al respeto de la dignidad de la persona en el marco del
derecho a vivir libre de violencia, eliminando los estereotipos que exacerban, toleran o
legitiman la violencia, inferioridad o subordinación en el grupo familiar, en especial los
que afectan a la mujer.
c) Supervisar que en todos los materiales educativos se eliminen los estereotipos
sexistas o discriminatorios y, por el contrario, se fomente la igualdad de los hombres
y las mujeres.
d) Promover y fortalecer los programas de escuelas para padres; y de preparación
para la vida y la convivencia saludable en el grupo familiar; estableciendo mecanismos
para la detección y derivación a las instituciones del Sistema, de los casos de violencia
hacia la mujer y los integrantes del grupo familiar.
e) Implementar en las instituciones educativas de la Educación Básica Regular
(EBR) y la Educación Básica Alternativa (EBA), contenidos del Diseño Curricular Nacional
(DCN) sobre el respeto del derecho a una vida libre de violencia, con metodologías
activas y sistemas de evaluación que se adapten a los diversos contextos culturales,
étnicos y lingüísticos.
f) Implementar programas de fortalecimiento de capacidades en la formación
inicial y permanente del profesorado en las temáticas de lucha para erradicar la
violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, incorporando en las
guías, módulos y programas de capacitación de docentes, y tópicos como tipos de
violencia, socialización de género y violencia, identificación de factores de riesgo
relacionados con la violencia y mecanismos de fortalecimiento de redes de apoyo para
la prevención.
g) Difundir la problemática del acoso sexual entre el personal docente y
administrativo, así como los protocolos del sector.

423
Johnny E. Castillo Aparicio

h) Incorporar en las guías dirigidas a la población escolar, contenidos sobre


prevención del acoso y abuso sexual en niñas y niños.
i) Implementar estrategias creativas y de impacto sobre lucha contra la violencia
contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, en espacios educativos no
formales como los mercados, espacios de esparcimiento, terminales de buses, salas
de espera de instituciones públicas y privadas entre otras.
3. El Ministerio de Salud
a) Promover y fortalecer programas para la promoción, protección, recuperación y
rehabilitación de la salud, contribuyendo a lograr el bienestar y desarrollo de la persona,
en condiciones de plena accesibilidad y respeto de los derechos fundamentales, de
conformidad con las políticas sectoriales.
b) Garantizar atención de calidad a los casos de violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar, incluyendo su afiliación en el Seguro Integral de
Salud para la atención y recuperación integral de la salud física y mental gratuita, lo
que incluye la atención, los exámenes, hospitalización, medicamentos, tratamiento
psicológico o psiquiátrico y cualquier otra actividad necesaria para el restablecimiento
de la salud.
c) Desarrollar programas de sensibilización y formación continua del personal
sanitario con el fin de mejorar e impulsar la adecuada atención de las víctimas de
violencia a que se refiere la ley.
4. El Ministerio del Interior
a) Establecer, a través de sus órganos de línea, apoyo y control, las pautas y
lincamientos técnicos para la adecuada ejecución, supervisión y control de las
disposiciones de prevención, atención y protección contra la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar, en cumplimiento de las funciones del
sector interior, a través de una instancia especializada de alto nivel que vincule al
área de Investigación Criminal y al área de Prevención, Orden y Seguridad de la Policía
Nacional del Perú.
b) Promover en la Policía Nacional del Perú la creación de secciones de Familia
y Violencia contra las Mujeres y Grupo Familiar que sean las responsables de recibir e
investigar todas las denuncias de faltas y delitos que se presenten en el marco de la
presente ley en las comisarías a nivel nacional. Asimismo, convertir a esta competencia
a las comisarías especializadas existentes a la fecha.
c) Implementar, en coordinación con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, los Módulos de Atención a la Mujer Víctima de Violencia Familiar y Sexual,
previstos en el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana como política nacional del
Estado peruano.
d) Garantizar la existencia de personal policial debidamente capacitado en materia
de derecho de las mujeres y de los integrantes del grupo familiar, a fin de brindar una

424
A p én d ic e : Texto Único Ordenado de la Le y M° 3 0 3 6 4

adecuada atención de los casos de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, en los servicios de comisarías y áreas competentes, quienes a fin de
resguardar la intimidad e integridad psíquica de la víctima se encargarán de recibir las
correspondientes denuncias y llevar a cabo los interrogatorios al agresor y a la víctima,
entre otras funciones que determine la ley y su reglamento, bajo responsabilidad
administrativa, civil o penal, en caso de incumplimiento. Si la víctima prefiere ser
atendida por personal femenino, deberá garantizarse que sea atendida por dicho
personal debidamente capacitado.
e) Brindar atención oportuna y prioritaria para la ¡mplementación y cumplimiento
de las medidas de protección otorgadas a las personas afectadas por violencia contra
las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
f) Expedir formularios tipo para facilitar las denuncias y regular los procedimientos
policiales necesarios para asegurar la diligente remisión de lo actuado en las
denuncias recibidas a los juzgados de familia o equivalente en el plazo establecido
en la presente ley.
g) Elaborar cartillas y otros instrumentos de difusión masiva para la atención
adecuada de las víctimas de violencia hacia la mujer y los integrantes del grupo
familiar en las comisarías y dependencias policiales en coordinación con el Ministerio
de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
h) Brindar capacitación a los efectivos de la Policía Nacional del Perú en materia
de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar, en coordinación
con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
i) Investigar y sancionar disciplinariamente los actos de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar cometidos por su personal civil y personal
policial.
j) Hacer efectivo el cumplimiento de la prohibición de tenencia y porte de armas
ordenadas a través de medidas de protección, respecto de su personal civil y policial.
(Numeral modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
5. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
a) Sistematizar y difundir el ordenamiento jurídico del Estado en materia de lucha
para erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
b) Brindar el servicio de defensa pública a las víctimas de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar.
c) Brindar, a través del Instituto Nacional Penitenciario, tratamiento penitenciario
diferenciado para personas sentenciadas por hechos de violencia contra las mujeres y
los integrantes del grupo familiar.
6. El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo
a) Priorizar, en el marco de los programas, estrategias y planes de actuación de
promoción del empleo y la empleabilidad, la atención de las víctimas de violencia para

425
Johnny E. Castillo Aparicio

su incorporación en el mercado de trabajo por cuenta ajena o a través del desarrollo de


autoempleos productivos y otras formas de emprendimiento.
b) Coordinar con las instancias pertinentes a fin de garantizar el cumplimiento de
lo dispuesto en la presente Ley en cuanto a derechos laborales del trabajador víctima
de violencia.
7. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones
Velar por el cumplimiento estricto de las obligaciones de los medios de
comunicación establecidas en la presente Ley.
8. El Ministerio de Economía y Finanzas
Asignar los recursos necesarios para el cumplimiento de la presente Ley.
9. El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social
a) Incorporar, en los programas adscritos al Ministerio de Desarrollo e Inclusión
Social, a personas afectadas por violencia contra las mujeres y a los integrantes del
grupo familiar, siempre que se cumplan con los criterios y reglas establecidos en la
normativa vigente.
b) Poner a disposición de la sociedad información respecto a la ejecución de los
programas sociales que han beneficiado a personas afectadas por violencia contra las
mujeres y a los integrantes del grupo familiar.
10. El Ministerio de Defensa
a) Incorporar en los lineamientos educativos de las Fuerzas Armadas contenidos
específicos contra la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar
de conformidad con los enfoques previstos en la presente ley, así como en sus órganos
académicos y organismos públicos adscritos.
b) Investigar y sancionar disciplinariamente los actos de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar, cometidos por su personal civil y personal
militar.
c) Hacer efectivo el cumplimiento de la prohibición de tenencia y porte de armas
ordenadas a través de medidas de protección, respecto de su personal civil y militar.
(Numeral modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
11. El Ministerio de Relaciones Exteriores
Formular, coordinar, ejecutar y evaluar la política de protección y asistencia de
los nacionales en el exterior por casos de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar.
12. El Poder Judicial
Administrar justicia, respetando los derechos al debido proceso y la economía y
celeridad procesal en los casos de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar. Todas las actuaciones ante el Poder Judicial en materia de violencia

426
A p é n d ic e : Texto Único Ordenado de la Ley N° 5 0 3 6 4

contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar son gratuitas para las víctimas;
y asegura la capacitación permanente y especializada de los jueces y juezas en temas
de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
(Numeral modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
13. El Ministerio Público
Elaborar, a través del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, guías
y protocolos para la actividad científico-forense y en los procesos judiciales, siendo
responsable de su difusión a efectos de uniformar criterios de atención y valoración;
y asegura la capacitación permanente y especializada de los y las fiscales y médicos
legistas en temas de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
(Numeral modificado según el artículo 1 de la Ley N° 30862)
14. Los gobiernos regionales y locales
14.1 En el caso de los gobiernos regionales
a) Formular políticas, regular, dirigir, ejecutar, promover, supervisar y controlar
planes, políticas y programas regionales, para sensibilizar, prevenir, detectar y atender
toda forma de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar.
b) Crear y conducir las instancias regionales de concertación, para promover la
articulación y el funcionamiento del Sistema Nacional en su jurisdicción.
c) Incorporar en sus planes de seguridad ciudadana acciones de prevención y
lucha contra la violencia hacia la mujer e integrantes del grupo familiar, así como el
monitoreo de la efectividad de tales acciones en los espacios de coordinación de los
Comités Regionales de Seguridad Ciudadana.
d) Los establecidos en la presente Ley.
(Numeral modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386)
14.2 En el caso de los gobiernos locales
a) Formular políticas, regular, dirigir, ejecutar, promover, supervisar y controlar
planes, políticas y programas locales y comunitarios, para sensibilizar, prevenir,
detectar y atender toda forma de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar.
b) Crear y conducir las instancias, provinciales y distritales de concertación, para
promover la articulación y el funcionamiento del Sistema Nacional en su jurisdicción.
c) Implementar servicios de atención, reeducación y tratamiento para personas
agresoras, con los enfoques establecidos en la presente ley.
d) Implementar servicios de prevención frente a la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar, a través de acciones de empoderamiento social y
económico de las víctimas de violencia y programas preventivos, grupos de reflexión
dirigidos a hombres para promover relaciones igualitarias y libres de violencia.

427
Johnny E. Castillo Aparicio

e) Incorporar en sus planes de seguridad ciudadana acciones de prevención y


lucha contra la violencia hacia la mujer e integrantes del grupo familiar, así como
el monitoreo de la efectividad de tales acciones en los espacios de coordinación de
los Comités Provinciales de Seguridad Ciudadana y Comités Distritales de Seguridad
Ciudadana.
f) Los establecidos en la presente Ley.
(Numeral modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1386)
15. Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas,
Municiones y Explosivos de Uso Civil (SUCAMEC)
a) Solicitar declaración jurada de no registrar antecedentes de violencia familiar
en las solicitudes de licencia de armas.
b) Incautar las armas que estén en posesión de personas respecto de las cuales
se haya dictado la suspensión del derecho de tenencia y porte de armas.
c) Dejar sin efecto (a licencia de posesión y uso de armas por sobreviniente
registro de antecedentes de violencia familiar.
d) Remitir de forma semestral información actualizada al Ministerio de la Mujer
y Poblaciones Vulnerables, correspondiente al número de licencias canceladas y de
armas incautadas por hechos de violencia contra las mujeres y los integrantes del
grupo familiar
(Texto según el artículo 45 de la Ley N° 30364)
16. Junta Nacional de Justicia
Incorpora en el Reglamento de Concursos para el Acceso Abierto en la Selección
y Nombramiento de Jueces y Fiscales, así como en los Reglamentos de Ascensos y
de Evaluación y Ratificación, como requisito previo y obligatorio, que los postulantes
tengan formación académica en materia de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar, derechos humanos e ¡nterculturalidad relacionada con las mujeres e
integrantes del grupo familiar, a través de programas, talleres, capacitaciones u otros
que defina el reglamento.
(Numeral incorporado según el artículo 1 de la Ley N° 30862. Según la Quinta
Disposición Complementaria Final de la Ley N° 30916, Ley Orgánica de la Junta
Nacional de Justicia.)

ARTÍCULO 61.- Obligaciones generales de los medios de comunicación


Los medios de comunicación, en la difusión de informaciones relativas a la
violencia sobre la mujer garantizan, con la correspondiente objetividad informativa, la
defensa de los derechos humanos, la libertad y dignidad de las mujeres víctimas de
violencia y de sus hijos. En particular, tienen especial cuidado en el tratamiento gráfico
de las informaciones.

Los servicios de radiodifusión públicos y privados permiten el uso de la franja


educativa del 1 0 % de su programación para que, en el horario de protección familiar,

428
A pén dice: Texto Único Ordenado de lo Ley N° 5 0 5 6 4

las instituciones públicas articuladas en el Sistema Nacional para la Prevención,


Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo
Familiar desarrollen contenidos vinculados a la sensibilización, prevención, atención,
protección, sanción y reeducación para la erradicación de la violencia contra las mujeres
y los integrantes del grupo familiar.

(Texto según el artículo 46 de la Ley N° 30364)

ARTÍCULO 62.- Intervención de los pueblos indígenas u originarios y


justicia en zonas rurales
Los casos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar que
se produzcan en territorio de comunidades campesinas, comunidades nativas y rondas
campesinas, serán conocidos por sus autoridades jurisdiccionales según lo previsto en
el artículo 149 de la Constitución Política.
En las localidades donde no exista juzgado de familia o juzgado de paz letrado
con competencia delegada, los actos de violencia contra las mujeres y los integrantes
del grupo familiar son de competencia del juzgado de paz, debiendo observarse lo
previsto en la Ley 29824, Ley de Justicia de Paz, y su reglamento.
Cuando el juzgado de paz toma conocimiento de actos de violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar dicta las medidas de protección que
correspondan a favor de la víctima. El Poder Judicial, con cargo a su presupuesto
institucional, asume los costos en los que incurran los juzgados de paz para poner en
conocimiento de lo actuado al juzgado de familia y a la fiscalía penal o mixta, y para
realizar notificaciones u exhortos.
En los centros poblados donde no exista comisaría, los juzgados de paz coordinan
la ejecución de las medidas de protección y las sanciones impuestas con las autoridades
de las comunidades campesinas, comunidades nativas o rondas campesinas.
Los servicios de salud aseguran la promoción, prevención, atención y recuperación
integral de la salud física y mental de las víctimas de acuerdo a lo dispuesto por los
juzgados de paz y/o las autoridades de las comunidades campesinas, comunidades
nativas o rondas campesinas, de conformidad con lo establecido en el artículo 10,
literal c), de la presente ley.
(Texto según el artículo 47 de la Ley N° 30364, modificado según el artículo 1
de la Ley N° 30862)

DISPOSICIONES
COMPLEMENTARIAS FINALES

PRIMERA.- Reglamentación
El reglamento de la presente Ley se expide por el Poder Ejecutivo en un plazo no
mayor a noventa días (90) calendario desde su entrada en vigencia. Para tal efecto, se

429
Johnny E. Castillo Aparicio

convoca a una comisión conformada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,


el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, el Ministerio del Interior, el Poder
Judicial y el Ministerio Público.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Finales de la Ley
N° 30364)

SEGUNDA.- Prevalencia normativa


Las disposiciones de esta Ley prevalecen sobre otras normas generales o
especiales que se les opongan. Los derechos que reconoce la presente Ley a las
víctimas de violencia hacia la mujer y contra los integrantes del grupo familiar son
irrenunciables.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Finales de la Ley
N° 30364)

TERCERA.- Implementación del Observatorio Nacional de la Violencia


contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar y del Centro de Altos
Estudios
La implementación del Observatorio Nacional de la Violencia contra las Mujeres
y los Integrantes del Grupo Familiar y del Centro de Altos Estudios contra la Violencia
contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, a que se refieren los artículos
58 y 59 de la presente Ley, estará sujeto a la disponibilidad presupuestal que para tal
efecto disponga el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Finales de la Ley
N° 30364)

CUARTA.- Referencia a juzgados, salas y fiscalías de familia


Cuando la presente ley hace referencia a los juzgados, salas y fiscalías de familia,
debe entenderse que comprende a los juzgados, salas y fiscalías que hagan sus veces.
(Disposición incorporada según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

QUINTA.- Publicación sobre cumplimiento de plazos


El Poder Judicial publica anualmente en su portal institucional información sobre
el cumplimiento de los plazos para el dictado de las medidas de protección, por parte
de los juzgados de familia.
(Disposición incorporada según el artículo 3 del Decreto Legislativo N° 1386)

SEXTA.- Informes
La Presidencia del Consejo de Ministros, en el marco del “25 de noviembre, Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, presenta un informe
respecto al avance en el cumplimiento de la Ley N° 30364, Ley para Prevenir, Sancionar

430
Apéndic e: Texto Único O rdenado de la Ley N° 3 0 3 6 4

y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, con
especial énfasis en la ¡mplementación del Sistema Nacional previsto en dicha norma.
Para dar cumplimiento a ello, los ministerios y demás entidades integrantes del
Sistema remiten la información correspondiente al Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables, bajo responsabilidad del titular del pliego.
(Disposición incorporada según el artículo 2 de la Ley N° 30862)

D IS P O S IC IO N E S C O M P LE M E N T A R IA S T R A N S IT O R IA S

PRIMERA.- Procesos en trámite


Los procesos que se encuentren en trámite continuarán rigiéndose bajo las
normas con que se iniciaron hasta su conclusión.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Transitorias de la
Ley N° 30364)

SEGUNDA.- Comisión Especial


Créase la Comisión Especial para el diseño, conducción, coordinación, supervisión
y evaluación del proceso de adecuación del Sistema Nacional para la Prevención,
Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo
Familiar a la presente Ley.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Transitorias de la
Ley N° 30364)

TERCERA.- Integrantes de la Comisión Especial


La Comisión señalada en la disposición complementaria transitoria segunda está
integrada por seis miembros:
- El titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables o su representante,
quien la presidirá.
- El titular del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos o su representante.
- El titular del Ministerio de Economía y Finanzas o su representante.
- El titular del Ministerio del Interior o su representante.
- El titular del Poder Judicial o su representante.
- El titular del Ministerio Público o su representante.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Transitorias de la
Ley N° 30364)

CUARTA.- Atribuciones de la Comisión Especial


Las atribuciones de la Comisión Especial son las siguientes:

431
Johnny E. Castillo Aparicio

1. Formular las políticas y objetivos para la adecuación progresiva de la Ley.


2. Diseñar la propuesta del Plan de Adecuación del Sistema de Justicia al Sistema
Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres y
los Integrantes del Grupo Familiar.
3. Elaborar los anteproyectos de normas que sean necesarios para la transferencia
de los recursos presupuestarios a que hubiere lugar.
4. Establecer, en coordinación con las entidades vinculadas, los programas
anuales de adecuación, provisión de recursos materiales y humanos que permitan la
ejecución del Plan de Adecuación del Sistema de Justicia a la Ley.
5. Concordar, supervisar y efectuar un seguimiento y evaluación de la ejecución
de los planes y programas de adecuación a la Ley.
6. Elaborar informes semestrales, los cuales son remitidos a la Comisión
Multisectorial de Alto Nivel.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Transitorias de la
Ley N° 30364)

QUINTA,- Plazo
El plazo para la formulación del Plan de Adecuación del Sistema de Justicia por
la Comisión es de sesenta días hábiles contados a partir de la instalación de la misma.
Asimismo, el plazo para que la citada comisión culmine sus funciones es de ciento
ochenta días hábiles a partir de la instalación de la misma.
(Texto según la sección de las Disposiciones Complementarias Transitorias de la
Ley N° 30364)

SEXTA.- Diseño de programa presupuestal multisectorial


El Ministerio de Economía y Finanzas, a través de la Dirección General de
Presupuesto Público, acompaña al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,
que preside el Sistema Nacional para la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, en el diseño de un
programa presupuestal multisectorial para la implementación de dicho sistema, así
como los indicadores para su respectivo seguimiento de desempeño, evaluaciones e
incentivos a la gestión a que hubiera lugar, en el plazo de ciento ochenta días hábiles
desde la vigencia de la Ley.
En atención a la naturaleza del Sistema Nacional, el programa presupuestal debe
involucrar por lo menos al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos, Ministerio del Interior, Poder Judicial, Ministerio
Público y a los tres niveles de gobierno.
(Disposición incorporada según el artículo 2 de la Ley N° 30862)

432
A pén d ic e : i e x t o Ú n ico O rde n ad o de Ia Ley N° 5 0 3 6 4

DISPOSICIONES
COMPLEMENTARIAS MODIFICATORIAS

PRIMERA.- Modificación de los artículos 45, 121-A, 12 1-B , 1 2 2 , 377 y


3 7 8 del Código Penal
Modifícanse los artículos 45, 121-A, 121-B, 122, 377 y 378 del Código Penal
en los siguientes términos:

“Artículo 45.- Presupuestos para fundamentar y determinar la pena


El juez, al momento de fundamentar y determinar la pena, tiene en cuenta:
a. Las carencias sociales que hubiese sufrido el agente o el abuso de su cargo,
posición económica, formación, poder, oficio, profesión o la función que ocupe en la
sociedad.
b. Su cultura y sus costumbres.
c. Los intereses de la víctima, de su familia o de las personas que de ella
dependan, así como la afectación de sus derechos y considerando especialmente su
situación de vulnerabilidad.

Artículo 121-A. Formas agravadas. Lesiones graves cuando la víctima es


menor de edad, de la tercera edad o persona con discapacidad
En los casos previstos en la primera parte del artículo 121, cuando la víctima sea
menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre discapacidad física o mental y el
agente se aprovecha de dicha condición se aplica pena privativa de libertad no menor
de seis ni mayor de doce años.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese
resultado, la pena será no menor de doce ni mayor de quince años.

Artículo 121-B.- Formas agravadas. Lesiones graves por violencia contra


la mujer y su entorno familiar
En los casos previstos en la primera parte del artículo 121 se aplica pena privativa
de libertad no menor de seis ni mayor de doce años cuando la víctima:
1. Es mujer y es lesionada por su condición de tal en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
2. Es ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del
agente.
3. Depende o está subordinado.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese
resultado, la pena será no menor de doce ni mayor de quince años.

433
Johnny E. Castillo Aparicio

Artículo 122.- Lesiones leves


1. El que causa a otro lesiones en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez
y menos de treinta días de asistencia o descanso, o nivel moderado de daño psíquico,
según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de dos ni mayor de cinco años.
2. La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años si
la víctima muere como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 1 y el agente
pudo prever ese resultado.
3. La pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si
la víctima:
a. Es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas,
magistrado del Poder Judicial, del Ministerio Público o del Tribunal Constitucional o
autoridad elegida por mandato popular o funcionario o servidor público y es lesionada
en el ejercicio de sus funciones oficiales o como consecuencia de ellas.
b. Es menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre de discapacidad
física o mental y el agente se aprovecha de dicha condición.
c. Es mujer y es lesionada por su condición de tal, en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
d. Es ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del
agente.
e. Depende o está subordinada de cualquier forma al agente.
4. La pena privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de catorce años
si la víctima muere como consecuencia de la lesión a que se refiere el párrafo 3 y el
agente pudo prever ese resultado.
5. El juez impone la inhabilitación correspondiente a los supuestos previstos en
el párrafo 3.

Artículo 377.-Omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales


El funcionario público que, ¡legalmente, omite, rehúsa o retarda algún acto de su
cargo será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta
a sesenta días-multa.
Cuando la omisión, rehusamiento o demora de actos funcionales esté referido a
una solicitud de garantías personales o caso de violencia familiar, la pena será privativa
de libertad no menor de dos ni mayor de cinco años.

Artículo 378. -Denegación o deficiente apoyo policial


El policía que rehúsa, omite o retarda, sin causa justificada, la prestación de un
auxilio legalmente requerido por la autoridad civil competente, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años.

434
A p é n d ic e : Texto Ú n ico O rdenado de la Ley N° 5 0 5 6 4

Si la prestación de auxilio es requerida por un particular en situación de peligro,


la pena será no menor de dos ni mayor de cuatro años.
La pena prevista en el párrafo segundo se impondrá, si la prestación de auxilio
está referida a una solicitud de garantías personales o un caso de violencia familiar”.
(Texto según la Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley N° 30364)

SEGUNDA. Incorporación de ios artículos 46-E y 124-B al Código Penal


Incorpóranse los artículos 46-E y 124-B al Código Penal en los siguientes
términos:

“Artículo 46-E. Circunstancia agravante cualificada por abuso de


parentesco
La pena es aumentada hasta en un tercio por encima del máximo legal fijado
para el delito cuando el agente se haya aprovechado de su calidad de ascendiente o
descendiente, natural o adoptivo, padrastro o madrastra, cónyuge o conviviente de
la víctima. En este caso, la pena privativa de libertad no puede exceder los treinta y
cinco años, salvo que el delito se encuentre reprimido con pena privativa de libertad
indeterminada, en cuyo caso se aplica esta última.
La agravante prevista en el primer párrafo es inaplicable cuando esté establecida
como tal en la ley penal.

Artículo 124-B. Determinación de la lesión psicológica


El nivel de la lesión psicológica es determinado mediante valoración realizada
de conformidad con el instrumento técnico oficial especializado que orienta la labor
pericial, con la siguiente equivalencia:
a. Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico.
b. Lesiones leves: nivel moderado de daño psíquico.
c. Lesiones graves: nivel grave o muy grave de daño psíquico”.
(Texto según la Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley N° 30364)

TERCERA. Modificación del artículo 242 del Código Procesal Penal


Modifícase el artículo 242 del Código Procesal Penal, promulgado por el Decreto
Legislativo 957, el cual queda redactado en los términos siguientes:

“Artículo 242. Supuestos de prueba anticipada.-


1. Durante la Investigación Preparatoria, a solicitud del Fiscal o de los demás
sujetos procesales, podrá instarse al Juez de la Investigación Preparatoria actuación
de una prueba anticipada, en los siguientes casos:
a) Testimonial y examen del perito, cuando se requiera examinarlos con urgencia
ante la presencia de un motivo fundado para considerar que no podrá hacerse en el

435
Johnny E. Castillo Aparicio

juicio oral por enfermedad u otro grave impedimento, o que han sido expuestos a
violencia, amenaza, ofertas o promesa de dinero u otra utilidad para que no declaren o
lo hagan falsamente. El interrogatorio al perito, puede incluir el debate pericial cuando
éste sea procedente.
b) Careo entre las personas que han declarado, por los mismos motivos del literal
anterior, siempre que se cumplan los requisitos establecidos en el artículo 182.
c) Reconocimientos, inspecciones o reconstrucciones, que por su naturaleza y
características deben ser considerados actos definitivos e irreproducibles, y no sea
posible postergar su realización hasta la realización del juicio.
d) Declaración de las niñas, niños y adolescentes en su calidad de agraviados
por delitos comprendidos en los artículos 153 y 15 3 -A del Capítulo I: Violación de la
libertad personal, y en los comprendidos en el Capítulo IX: Violación de la libertad sexual,
Capítulo X: Proxenetismo y Capítulo XI: Ofensas al pudor público, correspondientes al
Título IV: Delitos contra la libertad, del Código Penal.
Las declaraciones de las niñas, niños y adolescentes serán realizadas con la
intervención de psicólogos especializados en cámaras Gesell o salas de entrevistas
¡mplementadas por el Ministerio Público.
Las declaraciones y entrevistas serán filmadas y grabadas a fin de evitar la
revictimización de los agraviados.
2. Las mismas actuaciones de prueba podrán realizarse durante la etapa
intermedia”.
(Texto según la Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley N° 30364)

CUARTA.- Modificación del artículo 667 del Código Civil


Modifícase el artículo 667 del Código Civil, aprobado por el Decreto Legislativo
295, el cual queda redactado en los términos siguientes:

“Exclusión de la sucesión por indignidad


Artículo 667.- Son excluidos de la sucesión de determinada persona, por
indignidad, como herederos o legatarios:
1. Los autores y cómplices de homicidio doloso o de su tentativa, cometidos
contra la vida del causante, de sus ascendientes, descendientes o cónyuge. Esta
causal de indignidad no desaparece por el indulto ni por la prescripción de la pena.
2. Los que hubieran sido condenados por delito doloso cometido en agravio del
causante o de alguna de las personas a las que se refiere el inciso anterior.
3. Los que hubieran denunciado calumniosamente al causante por delito al que
la ley sanciona con pena privativa de libertad.
4. Los que hubieran empleado dolo o violencia para impedir al causante que
otorgue testamento o para obligarle a hacerlo, o para que revoque total o parcialmente
el otorgado.

436
A pén d ic e: T ex t o Ú n i co O r d e n a d o d e l a Ley N° 3 0 3 6 4

5. Los que destruyan, oculten, falsifiquen o alteren el testamento de la persona de


cuya sucesión se trata y quienes, a sabiendas, hagan uso de un testamento falsificado.
6. Los que hubieran sido sancionados con sentencia firme en más de una
oportunidad en un proceso de violencia familiar en agravio del causante.
7. Es indigno de suceder al hijo, el progenitor que no lo hubiera reconocido
voluntariamente durante la minoría de edad o que no le haya prestado alimentos y
asistencia conforme a sus posibilidades económicas, aun cuando haya alcanzado
la mayoría de edad, si estuviera imposibilitado de procurarse sus propios recursos
económicos. También es indigno de suceder al causante el pariente con vocación
hereditaria o el cónyuge que no le haya prestado asistencia y alimentos cuando por ley
estuviera obligado a hacerlo y se hubiera planteado como tal en la vía judicial”.
(Texto según la Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley N° 30364)

DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
DEROGATORIAS

PRIMERA.-Derogación de los artículos 122-A y 122-B del Código Penal


Deróganse los artículos 122-A y 122-B del Código Penal.
(Texto según la Disposición Complementaria Derogatoria de la Ley N° 30364)

SEGUNDA.- Derogación de la Ley N° 26260, Ley de Protección frente a


la Violencia Familiar
Deróganse la Ley N° 26260, Ley de Protección frente a la Violencia Familiar, y las
demás leyes y disposiciones que se opongan a la presente Ley.
(Texto según la Disposición Complementaria Derogatoria de la Ley N° 30364)

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g r u p o f a m il ia r (P r o c es o d e t u t el a u r g en t e)
Se terminó de imprimir en la ciudad de Lima,
en Multigrafik S.A.C.
Jr. Huaraz 1717 stand 324 - Cercado de Lima
C.C. Guizado Record Plaza
en el mes de marzo de 2021

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