El mercurio es un metal pesado plateado que a temperatura ambiente es un líquido
inodoro (que no tiene olor). Es un mal conductor del calor comparado con otros metales, aunque no es mal conductor de la electricidad. Se alea fácilmente con muchos otros metales como el oro o la plata produciendo amalgamas, salvo con el hierro. Es insoluble en agua y soluble en ácido nítrico. Cuando aumenta su temperatura produce vapores tóxicos y corrosivos, más pesados que el aire. Es dañino por inhalación, ingestión y contacto. Producto muy irritante para la piel, ojos y vías respiratorias. Es incompatible con el ácido nítrico concentrado, el acetileno, el amoníaco, el cloro y los metales. El mercurio y sus derivados son extremadamente tóxicos para las personas , en especial para el sistema nervioso infantil en desarrollo. También son dañinos para los ecosistemas y la vida salvaje. La acción de las bacterias sobre el mercurio depositado puede originar metilmercurio, que tiene la capacidad de acumularse en organismos (bioacumulación) y de concentrarse en las cadenas tróficas (bioamplificación), especialmente en la cadena alimentaria acuática. Algunos peces de consumo habitual, como el atún o el pez espada, contienen cantidades de mercurio que pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores. El metilmercurio traspasa fácilmente la barrera placentaria y la barrera sanguínea del cerebro. Esto lo hace especialmente peligroso para las mujeres embarazadas y en edad fértil, que pueden acumularlo en su organismo y traspasárselo a sus hijos. No obstante El mercurio ha tenido mucha importancia a lo largo de los tiempos, siendo un metal muy utilizado en todo tipo de industrias y usos, como en la fabricación de instrumentos de medición tales como el termómetro, barómetros, ya por suerte siendo remplazados por otros tipos de aparatos. El mercurio también fue usado en la fabricación de lámparas fluorescentes, en motores de turbinas, en rectificadores y en termostatos, su óxido se usaba para la fabricación de baterías de larga duración. Dentro del mundo de la agricultura se ha venido usando como fungicida y plaguicida y como antiséptico de maderas y semillas. En el ser humano como diurético, fue remplazado ya que producía un daño al riñón, y también en el uso de amalgamas y empastes odontológicos.