Editorial
Pier Paolo Pasolini: dejarse sacudir
Pier Paolo Pasolini, en Roma, en el rodaje de ‘La ricotta’, en 1962. Tomada de El País de España, Archivo Bettmann.
Pasolini fue un inconformista, y vivió esta
condición desde el mismo acto creativo. Su
participación en la esfera pública y contra ella
nunca se redujo a una determinada forma ex-
presiva ni a una consigna representativa de
sus diatribas. No hay en él compromisos par-
tidistas ni estilísticos, en esos sentidos que la
política y el arte institucionalizados exigen.
Intelectual cargado de herramientas, su despe-
cho frente a la sociedad a la que entregaba sus
obras se manifestó en la escritura y en el cine,
pero también en sus apariciones televisivas y
en sus descomprometidas aproximaciones a
movimientos políticos y círculos académicos.
Estas alianzas parciales fueron luego materia
prima para sus críticas, y su desencanto con la
élite italiana progresista, nuevas formas de sus
intervenciones poéticas, ensayísticas y cine-
matográficas. Un escritor con muchos enemi-
gos, un cineasta censurado; esa condición de
margen fue parte de su propia personalidad.
Se trata, además, de un testigo aterrorizado de
su época. Finalizada la guerra, no se acabó el
fascismo. Permaneció (permanece) en la con-
tinuidad del modelo de relaciones sociales, en
la desigualdad social que conserva a la misma
élite en su condición higiénica. Permaneció
2022 | Marzo
 (permanece) en la circularidad hermética de
los campos del arte y de la alta cultura, de la
misma academia y de la política. Permaneció
(permanece) en las calles, en la vida cotidiana
y en la imaginación sobre lo posible. Esto jus-
tifica su pesimismo. Pasolini reacciona, en sus
obras y sus apariciones públicas, ante la nor-
malización de esta situación: “En Italia, hasta
la protesta es conformista”.1 Entre las décadas
de 1950 y 1970, aquellas donde la melancolía
por el Estado de Bienestar llevó paradójica-
mente al neoliberalismo de Thatcher y Reagan,
el intelectual nacido hace cien años en Bolonia
presenció la emergencia del cinismo generali-
zado que define nuestro presente. Su actuali-
dad es el anacronismo de sus ideas respecto a
las corrientes dominantes de su tiempo.
La faceta más conocida del también versado
escritor es la del cineasta. Esto es así porque,
como él mismo señala, el cine permite salir, al
2 menos parcialmente, de las tautologías nacio-
nales, escapar del sedentarismo cultural del
que acusa a sus connacionales; hay un interna-
cionalismo propio del cine, de su lenguaje, que
él valoró y aprovechó. Acá encuentra Pasolini
una necesidad de constante transformación
para lograr contundencia en sus rechazos a la
sociedad italiana. Neorrealista, pero también
experimental, con puestas en escena tanto de
los suburbios de su época como apuestas épi-
cas por un pasado que tal vez concebía como
renovador, o cuando menos sacudidor. El
cine, para este intelectual, no se hace “ni para
divertir ni para educar”.2 Accattone (1961) y
Mamma Roma (1962), por ejemplo, como mira-
das a la periferia dañada de una sociedad que
se jactaba de su recuperación tras la guerra;
Teorema (1968) y Saló o los 120 días de Sodoma
(1975), como experimentos furiosos contra las
convenciones de lo mostrable y lo decible; El
evangelio según san Mateo (1964), Los cuentos de
Canterbury (1972), y Las mil y una noches (1974),
entre otras, como intentos de recuperación de
algo perdido en un pasado mítico-épico.
Marzo | 2022
A lo largo y ancho de su multifacética obra hay
un anhelo por reivindicar formas alternativas
de la cultura italiana y de la política. Interés
que lo lleva a preguntarse por el habla cotidia-
na, particularmente por formas campesinas
friulanas o por códigos callejeros romanos,
donde encuentra la expresividad ausente en la
pobreza de una cultura dominante. La peque-
ña élite de burgueses cultos es infértil, pura
pasividad. Esta “cultura del centro”3 tiene en
las culturas populares o “excéntricas” su con-
traparte, no como realización de algún ideal,
sino como potencia o posibilidad: Pasolini
encuentra íntimas relaciones históricas entre
la cultura popular y campesina con el antifas-
cismo, por más que sea una relación cada vez
más débil, en peligro de muerte.
Se suele llegar a Pasolini bajo la atracción de su
figura polémica, de alguien que promete con-
troversia y distintos recovecos de lo prohibido.
No me siento cómodo con esta concepción, que
es un reduccionismo, y que filtra bajo una lente
demasiado cerrada lo que tiene para expresar;
lo vuelve exótico, ayuda a que sea digerido
como una curiosidad, como algo aislado. Creo,
más bien, que se hace necesaria la invitación
a su obra como aquella de un intelectual he-
terodoxo que tiene la virtud de ser incómodo
porque sospecha de todo, y no permite que
nos conformemos con el orden dado. Como al-
guien que insistió en un pesimismo humanista,
consecuente con su contexto social, enterado
de las fricciones y consensos entre las esferas
sociales y sus violencias. Su obra y su perso-
nalidad pública son todo el tiempo respuestas
concretas a los acontecimientos locales, regio-
nales y mundiales. Pasolini no es un místico,
es un crítico.
La presente Agenda Cultural es una provo-
cación para dejarse desafiar por Pasolini.
En un primer momento, de la mano de Luca
d’Ascia, Alessandra Merlo y Juan David Suá-
rez Ceballos, se presenta una panorámica
biográfica y artística de Pasolini, que da cuen-

Pier Paolo Pasolini. Imagen tomada del programa Café del Sur: Pasolini.
https://www.rtve.es/play/audios/cafe-del-sur/cafe-del-sur-pasolini-31-03-19/5107278/
ta de un proyecto fecundo, multifacético y só-
lido. En un segundo momento, se presentan
dos reacciones opuestas a Pasolini en la ciu-
dad de Medellín, la de Alberto Aguirre para
El Colombiano, en 1979, y la de María Ochoa
y Leonardo Cataño como valoración de su
obra para el proyecto Pasolini en Medellín,
en la década de 1990, que nos hacen volver
sobre su figura polémica, odiado y amado,
respectivamente. Nos hacen pensar, además,
en una relación que se sugiere entre la Italia
de posguerra, particularmente la periferia ro-
mana, y esta ciudad entre las cordilleras de
Colombia, donde cobra sentido nuevamente
su trabajo, sea para estar a favor o en contra y
delatarse, más que delatarlo a él. En un tercer
3
y último momento, aparece Pasolini en sus
propias palabras, como intelectual interpela-
do e interpelante. Nosotros leemos a Pasoli-
ni, y a su vez él nos habla desde su obra, nos
hace preguntas, nos descoloca.
Referencias
1 Pasolini, P. P. (2014). Demasiada libertad sexual os converti-
rá en terroristas (trad. Paula Caballero Sánchez y Miguel
Ros Gonzáez), errata naturae, p. 174.
2 Pasolini, P. P. (2014). Demasiada libertad sexual os converti-
rá en terroristas (trad. Paula Caballero Sánchez y Miguel
Ros González), errata naturae, p. 165.
3 Pasolini, P. P. (1995). Descripciones de descripciones (trad.
Guillermo Fernández), Cien del Mundo, p. 168.
Simón Puerta Domínguez
2022 | Marzo
 “Rosas de canto arroja a la vorágine”.
Cuerpo y forma en Pier Paolo Pasolini
Luca d’Ascia
Y
“ o soy una fuerza del pasado”: así se expre-
sa Pasolini por boca de Orson Welles en un
cortometraje irónico y contundente, La ricotta
(1963). ¿Qué quería decir con eso? A lo mejor
lo mismo que Walter Benjamin con su alegoría
barroca del ángel de la historia, que necesita
contemplar melancólicamente las ruinas para
escaparse a la distopía de un presente “total-
mente administrado” donde el individuo está
reducido a juguete de poderes extraños.
Pasolini quiso ser intérprete de una Italia an-
tigua, al mismo tiempo clásica y popular: un
país folclórico donde la vida cotidiana estaba
4 cargada de recuerdos y alusiones a un sustra-
to mitológico precristiano, preservado bajo la
costra de cierto sincretismo católico, donde los
dioses seguían “estando entre nosotros”, pero
ya sin “aura” apolínea, como en la Grecia de
Hölderlin y de Foscolo, sino de una manera
grotesca e incluso repugnante. No había sido
el primero en sentir esta fascinación por una
“humilde Italia” prerromana, arcaica y cam-
pesina: otros autores de la generación que lo
precedió habían cultivado primitivismo místi-
co como antítesis a una modernidad abocada
al desastre. Pero Pasolini, cuya actividad crea-
tiva cobró importancia desde 1945 en adelan-
te, hizo algo más: supo juntar este elemento
mitológico recontextualizado con la dimen-
sión épica y narrativa que había definido la
vivencia de su propia generación. La Segunda
Guerra Mundial, la guerra de liberación con-
tra los fascistas, la revolución soñada y la pe-
nuria de los años de posguerra habían creado
un marco donde parecía que la literatura y el
cine podrían expresar algo más que el narci-
sismo retórico de unos intelectuales separados
Marzo | 2022
del pueblo. Aquella época, atravesada por el
dolor personal (su hermano, guerrillero en la
lucha de liberación, fue matado por los pro-
pios comunistas en circunstancias ambiguas),
Pasolini la vivió, sin embargo, como un paraíso
perdido. En el poemario Las cenizas de Gramsci,
que escribe en 1952, Pasolini ya nos comunica
la sensación de que el vacío existencial del su-
jeto está relacionado con un universo de algu-
na manera “post-popular”, donde el agitarse
de las masas ha ido despojándose de cualquier
sentido ideológico (del líder comunista y su
proyecto de “hegemonía” no queda sino la
tumba en el cementerio de los acatólicos).
También en el cine, donde la vocación épica
puede mantenerse con mayor facilidad y que
consagra a Pasolini como poeta audiovisual del
subproletariado romano, lo popular mitificado
está todo el tiempo en riesgo de confundirse
con lo pequeño-burgués mistificado. El propio
Pasolini lo constata en una doble entrevista de
1969-1975, “El sueño del centauro”, hablando
de su película Mamma Roma (con Anna Mag-
nani, 1962) y diferenciándola de la más logra-
da Accattone (1961), exordio deslumbrante que
regala al director la cara ruda e inolvidable de
quien será su alter ego en el universo mitoló-
gico: Franco Citti, actor no profesional sacado
del lumpen romano para ser el Edipo bárbaro
de aquella que tal vez sea la obra maestra de
Pier Paolo (1967).
Cuando publica El sueño del centauro, Pasolini
está trabajando en las Cartas luteranas y en los
Escritos corsarios (1975) el tópico de la muta-
ción antropológica italiana y global, es decir
el triunfo del neocapitalismo consumista que

arrasa con las culturas marginales. El pesimis-
mo de los años setenta, por otro lado, estaba
preparado por todo lo anterior. En las piezas
del así denominado “Teatro de palabra” el
sujeto pasoliniano se encuentra sumido en un
apocalípsis sin principio ni fin: un despertarse
en el sueño, como le pasa a la Rosaura de su
drama neobarroco Calderón (1968). Más allá de
esta concatenación onírica, la única realidad
posible es la omnipotencia del poder, perso-
nificado por el duro rey Basilio que prefigura
de alguna manera a los fascistas de Saló o los
120 días de Sodoma (1975). Vivencia desespera-
da, sin lugar a dudas, para desvestirse uno y
desplomarse en el desierto, “aufzuschreien im
Schmerz der Einsamkeit” (dar un grito en el do-
lor de la soledad) como el Nietzsche de Stefan
George y el San Pablo burgués de la pelícu-
la Teorema (1968), la más difícil de Pasolini y
la más alejada de la amplitud épica de sus
comienzos, que encuentra en la inmovilidad
Pier Paolo Pasolini, La ricotta, 1963.
5
mística la única salida posible a una condición
enajenada.
Pero el escritor no se queda con la desespe-
ración, sino que da un paso más hacia “una
desesperada vitalidad” y el sustantivo, claro
está, acaba tomándole la delantera al adjetivo.
La sensibilidad “melancólica”, compleja y re-
flexiva de Pier Paolo, que ningún compromi-
so marxista ha logrado sanar, está enmarcada
en un cuerpo que se ha salido de una vez por
todas de la “prisión del alma”, como la llama-
ría Foucault, para escenificar por doquier su
presencia incómoda y premoderna, su sexua-
lidad, su violencia. Cuerpo flaco y ascético,
parecido a las tallas de madera de las iglesias
románicas y góticas en las que atisbaba el “pa-
sado” antirretórico de su “humilde Italia”, y al
mismo tiempo ágil y nervioso para grabar en
las noches su huella inagotable de erotómano
o compartir un partido de fútbol con los “chi-
2022 | Marzo
6
cos del arroyo” de los que sacaba placer y el
“aura” sobrante aún en el universo (anti)estéti-
co del apocalípsis.
Al mismo tiempo que reinterpreta en clave de
primitivismo la tradición humanista de su país
de origen, Italia, Pasolini se proyecta enérgica-
mente hacia un universo completamente distin-
to: la vanguardia americana de los años sesenta,
el “neotribalismo” del underground, que es otra
forma de primitivismo en el contexto de las cul-
turas urbanas y juveniles que surgen a raíz de
la contestación de 1968, y la exigencia de “echar
el cuerpo en la lucha” para una democracia ra-
dical. Pasolini se entrega a la utopía (bárbara
ella, también) de que el símbolo verbal arbitra-
rio y abstracto, pasando a través del ícono au-
Marzo | 2022
Pier Paolo Pasolini, La ricotta, 1963.
diovisual, llegue por fin a ser otra vez índice,
implicacion física de significante y significado,
rastro material en la selva del mundo.
Pero, ¿hasta qué punto esta utopía del vitalis-
mo corporal lo pone a salvo de la desespera-
ción? En el cuerpo, por supuesto, se inscriben
los “signos del poder”, como escribiría Fou-
cault en Vigilar y castigar, y eso lo vuelve he-
terónomo. Al mismo tiempo, sin embargo, es
a partir del cuerpo que Pasolini de-construye
una historia real e incluso sugiere una histo-
ria utópicamente alternativa. Esta primacía
de lo fisico con su universalidad elemental,
en efecto, es el elemento que alienta a Pasolini
a ampliar su horizonte y encontrar en su “hu-
milde Italia” una rama de oro para entender
las encrucijadas de la descolonización y las
memorias del subdesarrollo.
Mucho más que las ilusiones revolucionarias
de los años sesenta, lo empuja en esta direc-
ción un original enfoque semiológico. En
el centro de su teoría está la presencia física
como un existir sin concepto, pero orientado a
priori hacia la significación, que se representa
a sí mismo ante el telón de fondo de un “cine-
ojo” invisible. El cine, recortando un “plano
secuencia” potencialmente infinito, transcri-
be semiológicamente la realidad, pero no la
traiciona introduciendo un signo arbitrario:
es “lengua escrita de la realidad”, alfabeto de
cuerpos y caras. Hagamos el esfuerzo, más
allá de nuestras razonables dudas epistemo-
lógicas, de creer en esta transparencia de la
imagen contrapuesta a la opacidad del signo
arbitrario. Entregados a esta reflexión, nos
complace imaginarnos que la pandilla de “chi-
cos del arroyo” que enciende el deseo de Pa-
solini pudiera estar en cualquier parte: en los
ríos de alguna selva donde el tiempo fluye con
la lentitud de lo ancestral o en las callejuelas
de una ciudad tercermundista donde un Edi-
po juvenil y rebelde emprende una vez más la
búsqueda contradictoria del origen. Como el
cine, este “campo” por excelencia, es imagen
en movimiento, así el cuerpo al que pertene-
ce el ojo que graba es básicamente cuerpo en
movimiento. Largos recorridos en la noche al
compás de una flauta lejana alimentan miste-
riosamente la vivencia de Pasolini en la India,
tan distinta a la de su amigo Moravia, “viajero
británico” que, una vez cumplida su tarea ana-
lítica, duerme en un hotel el sueño del justo.
Más que la India, por supuesto, es África el
destino privilegiado de la utopía corporal del
director italiano.
Pasolini sueña con ambientar en África la tra-
gedia griega; es decir, hacer surgir la palabra
catártica y la racionalidad del logos desde el
corazón mismo de las tinieblas primitivas. Ex-
presar el trauma es encaminarse a superarlo,
como señala un guión pasoliniano de 1964,
El padre salvaje. Pasolini apuesta a reproducir
el momento mágico en que una frase poética
se desprende del magma visual – las imáge-
nes de la selva ante los ojos horrorizados del
adolescente africano que ha sido involucra-
do en la guerra y sus masacres–. El momento
bárbaro se fusiona con la forma que sublima
y cura en un auspiciado regreso a los oríge-
nes helénicos de la tragedia. La situación de
El padre salvaje puede leerse como síntesis del
proceso creativo pasoliniano. Del cuerpo des-
garrado, pero vital, sólo alfabeto a disposición
para “escribir” la realidad, surgen la imagen,
con su “barbarismo” audiovisual, y más allá
todavía, suspendida en un atrevido balanceo
entre “aura” humanista y “blasfemia” un-
derground, la palabra que intenta rescatar lo
simbólico y, en medio de la humedad de las
noches, husmea como caballos de ensueño el
oro escurridizo de las mañanas. Como escribía
el poeta prusiano Arno Vaxtenbrook entre los
peñascos fantásticos de Capadocia, donde fue 7
rodada Medea con Maria Callas (1969):
La cámara escarba en el destino
como un insecto doloroso y fuerte
que se atormenta a sí mismo y bien conoce
norias angostas y las secretas puertas del mundo
subterráneo...
en la pantalla del amanecer la imagen se levanta,
rojo destello ensangrentando el llano.
La voz callada en el rito cruel
rosas de canto arroja a la vorágine.
Luca d’Ascia es un investigador de la Scuola
Normale Superiore di Pisa. Es especialista de la
cultura de la primera edad moderna y ha pu-
blicado con la Editorial de la Universidad de
Antioquia el volumen Cuerpo e imagen en el Re-
nacimiento. Es autor de ensayos sobre Leon Bat-
tista Alberti, Eneas Silvio Piccolomini, Erasmo
de Rotterdam, Niccolò Machiavelli, Giordano
Bruno y Pier Paolo Pasolini. Son conocidas sus
contribuciones sobre el historiador argentino
José Luis Romero, sobre literatura indígena
contemporánea en Chiapas y sobre el drama-
turgo antioqueño José Manuel Freidel.
2022 | Marzo
 Escándalo y diversidad. Cien años
con Pier Paolo Pasolini
Alessandra Merlo

En 2022 se cumplen cien años del nacimien-

to de Pier Paolo Pasolini. Un siglo. Para los
que conozcan su obra, como para los que re-
lacionan su nombre con una única película,
cien años parecen demasiado tiempo y no se
adaptan a ese personaje eternamente en movi-
miento, eternamente joven en su pensamien-
to, siempre parado en el debate, cuya mirada
crítica radiografió a Italia y al mundo hasta la
noche de noviembre de 1975 en la que murió
asesinado.

Uno enfrenta a Pasolini como si te estuviera ha-

blando, acá y ahora. Quien no ama a Pasolini, se
molesta por esta presencia suya, tan continua, a
8
veces entrometida en la cultura, la subcultura y
la sociedad italianas (Mario Martone, director).

En pocas palabras: Pasolini sigue siendo nues-

tro contemporáneo. “Próximo nuestro”, como
sugiere el título del documental que hizo Giu-
seppe Bertolucci sobre el rodaje de Saló, o las
120 jornadas de Sodoma, la película más comple-
ja de su producción y la más tergiversada.
Quizás la palabra que mejor define a Pasolini
es “escándalo”, pero el término, lejos de sig-
nificar la polémica a toda costa, necesita una
aclaración: “El escándalo, en su caso, consistía
en poner radicalmente en discusión, al mis-
mo tiempo, los presupuestos fundamentales
del conservadurismo y del progresismo ita-
lianos”, escribe el crítico Alberto Asor Rosa,
reforzando esa idea con unas palabras del mis-
mo Pasolini:
Los italianos quieren por lo tanto saber qué es
exactamente la “condición” humana –política
y social– en la que han sido y son obligados a
vivir, casi como por una calamidad natural: an-
tes, por las ilusiones nefastas y degradantes del
bienestar, y luego, por las ilusiones frustrantes,
debidas, no, no a la vuelta a la pobreza, sino al
regreso del bienestar.
Quizás acá se sintetiza todo el espíritu fustiga-
dor de Pasolini: la crítica que sabe incomodar
a la derecha y también a la izquierda, el horror
por esa homologación cultural que la aparen-
te prosperidad económica había traído a partir
de los años 50. Y, finalmente, la desconfianza
frente a todas las ilusiones que Pasolini fue ma-
durando en los últimos años de su vida y que
tomó forma en sus artículos, en esa película es-
tremecedora y en la novela póstuma Petróleo.

Marzo | 2022
Ese personaje esencial en el
panorama italiano produ-
jo palabras e imágenes que
fueron recibidas con sospe-
cha, así como con sospecha
fue tratado él mismo. No es
casual que, casi cincuenta
años después de su muerte
y cien de su nacimiento, se
siga hablando de él, como si
la deuda hacia él y su obra
no se hubiera nunca cerra-
do. Más: se habla más que
nunca de él, como si el efec-
to de su producción y de
su mirada al mundo y a la
“condición” humana siguiera llegando a noso-
tros como una revelación, como una repentina
y necesaria aclaración de sentido. Es como si
nosotros empezáramos ahora a entenderlo me-
jor. De hecho, Pasolini comenzó a hacer falta el
día después de su muerte: ya nadie de su ca-
libre iba a comentar sin censura el comporta-
miento de políticos y ciudadanos; ya nadie iba
a encontrar las palabras correctas y necesarias
para hablar de lo que se vino dando en los años
siguientes, en la pequeña provincia italiana y en
la escena mundial. ¿Qué hubiera dicho Pasolini
frente a la caída del muro de Berlín, frente a los
fanatismos, frente al ataque a las Torres Geme-
las, etcétera? Y, más aún, ¿frente al Internet, a
las redes, a los selfis? ¿Qué hubiera comentado
de nuestra autodeclarada sociedad inclusiva, él
que conoció tan bien la exclusión? Para los que
han leído sus textos y reconocen el tono de sus
artículos, cada día es como si percibiéramos el
ruido de fondo de su descontento, de su duda,
de sus acusaciones. En muchas ocasiones po-
dríamos no estar de acuerdo con él, pero esto
no tiene importancia: lo que es cierto y sí im-
porta, es que nadie como él supo apuntar con
tanta precisión a los problemas, nombrarlos,
enunciarlos, declarar su urgencia.
Pero en esos años –hablamos de los sesenta y
setenta– alrededor de su figura se levantó un
Pier Paolo Pasolini, Los cuentos de Canterbury, 1972.
muro de desconfianza. Umberto Eco fue uno
de los primeros en darse cuenta: los dos ha-
bían tenido una polémica y se habían puesto
en posiciones opuestas. Pocos días después de
la muerte de Pasolini, Eco publica un artículo
en el que admite que había sentido remordi-
miento, como si él mismo hubiera participado 9
en el linchamiento que lo mató. Luego se co-
rrige, y adscribe el comportamiento polémico
de Pasolini a la diversidad que lo definía. En
sus palabras emerge la incomodidad de mu-
chos de los contemporáneos frente a un artista
e intelectual que no quiso seguir nunca las re-
glas de las conductas establecidas; esto es, las
de un artista y un intelectual burgués, de un
artista y un intelectual que se conformara al
gusto y a la medida correctos. Por el contrario,
era alguien que siempre había sido incorrecto
y que nunca se había avergonzado de su ho-
mosexualidad, que en esos años equivalía a un
estigma imperdonable.
De su lado, sin embargo, se alineaban los ami-
gos de siempre: el escritor Alberto Moravia,
por ejemplo, que lanzó un discurso dolido y
vehemente el día de la muerte de Pier Paolo:
“¡Un poeta, no se puede matar a un poeta!”.
En las fotos del velorio están Bernardo Ber-
tolucci, Franco y Sergio Citti, Ninetto Davoli,
que tantas veces vimos en sus películas. Pero
2022 | Marzo

10
también hombres políticos, como Enrico Ber-
linguer, el secretario del Partido Comunista
Italiano. Porque hay que recordarlo, Pasolini y
la diversidad, pero a pesar de esa diversidad,
Pasolini logró estar siempre en los lugares im-
portantes: con sus columnas inolvidables en
los periódicos más influyentes, en la TV con
sus entrevistas polémicas pero numerosas,
y con sus películas, en los festivales y en las
pantallas. En otras palabras, la marginalidad
no fue para Pasolini una razón para retirarse y
marginalizarse; todo lo contrario, fue el lugar
privilegiado desde el que nos habló. Y, para
hacerlo, experimentó y caminó por lenguajes
distintos, inventándolos cuando lo necesitaba,
jugando con entusiasmo los papeles del inte-
lectual, del antropólogo, del lingüista, del poe-
ta y, sobre todo, cámara en mano, del cineasta.
Quizás los retratos más conmovedores de él –y
hay muchos– provienen de sus breves inter-
pretaciones en sus propias películas: despei-
nado, sonriente, en el acto de pensar, crear, dar
formas a su inspiración. Él, que había estudia-
Marzo | 2022
Pier Paolo Pasolini, Los cuentos de Canterbury, 1972.
do literatura y había empezado escribiendo y
publicando poesía y prosa, no se limitó –como
otros literatos, Ennio Flaiano o Tonino Guerra,
por ejemplo– a escribir guiones. Después de
hacerlo con Federico Fellini, Mauro Bolognini,
Ermanno Olmi y otros, se lanzó a experimentar
el lenguaje cinematográfico a comienzo de los
años 60. Pero habría que volver, justamente, a
las razones por las cuales Pasolini había empe-
zado a alternar (sin abandonar nunca) lengua-
je verbal y lenguaje audiovisual, declarando
insuficiente la lengua. Por un lado, se trataba
de una forma de rebelión específica contra la
lengua italiana que, según él, ya no podía re-
presentar sino una parte de la población, una
lengua que se había desprendido, separado
de la urgencia comunicativa y expresiva. Por
el otro, acercarse al cine significaba adoptar
una forma lingüística más universal, salirse
de los límites del lenguaje verbal. Significaba
hablarles a todos, sin necesidad de traduccio-
nes. Esa también es una forma de urgencia: no
perder tiempo y llegar inmediatamente. Pero
eso tampoco era suficiente. Para Pasolini era
necesario que ese cine fuera un lenguaje nuevo
y que respondiera a sus exigencias de decir,
nombrar, comentar el mundo. Bernardo Ber-
tolucci, que conocía a Pasolini desde la adoles-
cencia, lo acompañó en su primera aventura
cinematográfica, Accattone, como asistente de
dirección. Luego escribió:
De mi primera vez en el set verdadero de una
película verdadera me esperaba cualquier cosa,
menos asistir al nacimiento del cine [...]. Día tras
día, rodando su primera película, Pasolini ter-
minó inventando el cine, con la furia y la na-
turaleza de quien, al encontrarse entre las ma-
nos un nuevo instrumento expresivo, no puede
evitar de apropiarse totalmente de él, anular
la historia, darle nuevos orígenes, absorber su
esencia como en un sacrificio.
Es allí que, sin una verdadera escuela, Pasolini
aprende e inventa al mismo tiempo el primer
plano, el trávelin, el plano secuencia, el mon-
taje, la construcción de sentido.
En ese lenguaje en formación, Pasolini cap-
turó realidades nunca vistas en el cine: los
muchachos de los barrios marginales, héroes,
antihéroes, sensibles y crueles en el paisaje de-
solador de las barriadas romanas (Accattone;
Mamma Roma); los rostros de la gente común,
que atraviesan la historia y vuelven en la edad
de Cristo, la Edad Media, los altiplanos entre
Tebas y Corinto en la antigua Grecia (Evange-
lio según Mateo, El Decamerón, Edipo Rey); las
miradas de deseo prohibido, en los lugares del
amor clandestino (un puñado de segundos en
la estación de trenes de Teorema); lo mítico y
lo trágico entremezclados (Edipo rey, Evangelio,
Pajaritos y pajarracos); los experimentos docu-
mentales y de montaje, novedosos y de van-
guardia (Congresos de amor, La rabia, Apuntes
para una Orestíada africana, La forma de la ciu-
dad). Y, por supuesto, los cuerpos: masculinos
y femeninos, deseosos y deseantes, atormenta-
dos y ofendidos, caníbales y devorados.
El escándalo para Pasolini es la novedad, el
atrevimiento, el motor creativo, enfrentarnos
a lo nunca visto, volver al desierto de la revela-
ción, como el padre en Teorema, corriendo por
las laderas del volcán, como San Pablo en el
camino hacia Damasco.
Pero el escándalo se transforma vilmente en
una pelea en la plaza pública. En su vida, Pa-
solini tuvo que enfrentar muchas acusaciones
y procesos contra su obra, que defendió en tri-
bunales: vilipendio a la moral y a la religión, lo
más común. No asistió, por supuesto, a lo que
siguió a la proyección de Saló, estrenada en Pa-
rís a finales de noviembre de 1975. Lo triste no
fue la censura que la alejó de las salas durante
una década, sino la supuesta pornografía que
terminó clasificándola. En muy pocas ocasio-
nes se ha enfrentado esa película, porque – no
hay dudas – sigue asustándonos. Ojalá los ani-
versarios sirvan para eso, para ir hacia un gran
poeta de palabras e imágenes, sin miedo.
11
En Colombia, con ocasión de los cien años del
nacimiento de Pier Paolo Pasolini, se realizarán
retrospectivas y conferencias con el apoyo del Is-
tituto Italiano di Cultura en Bogotá, en el Festival
Internacional de Cine de Cartagena, la Cinema-
teca de Bogotá, el Centro Colombo Americano y
la Corporación Cinefilia de Medellín.
Alessandra Merlo. Doctora en Teoría del
Cine de la Universidad París III, con estu-
dios en literatura en la Universitá di Pavía
(Italia) y Universidad Javeriana de Bogotá.
Es profesora asociada del Departamento de
Lenguas y Cultura de la Universidad de los
Andes (Bogotá). Ha publicado los libros Mi-
rar una película. Cuatro ensayos sobre el cine ita-
liano (2007); Los útiles y los inútiles. Presencia y
visibilidad de los objetos en el espacio de la ficción
fílmica (2017); la edición y traducción de Co-
mizi d’amore de Pier Paolo Pasolini, inéditos
en español (Congresos de amor, 2019). Ha tra-
ducido el libro de Giuseppe Ortoleva, Mitos
de baja intensidad (2021).
2022 | Marzo
 Pasolini neorrealista. El comienzo de su cine
Juan David Suárez Ceballos
Polifacético, inconformista
Cineasta, escritor, poeta, periodista, comu-
nista, abiertamente homosexual, contestatario,
intelectual, ateo y antifascista. Pier Paolo Paso-
lini fue un personaje que no se medía para ex-
presar su sentir y pensar contra lo que sucedía
en aquella Italia de la postguerra, atravesada,
entonces, por la herencia fascista que aún per-
manecía y se transformaba en una huella que
parecía indeleble. Un rastro capaz de permear
todas las esferas del poder; llegando incluso al
más común de los habitantes de la península
de “la bota” –nostálgicos por esa maquinaria
ideológica representada por Mussolini- ape-
gados a un sistema que empezaba a decaer de
12 su “infalible” hegemonía.
Pasolini no conocía términos medios y eso lo
plasmó en cada una de las artes y disciplinas
de las que bebió y a las cuales nutrió al implan-
tar su estilo, dejando un legado para la poste-
ridad que hoy, en la efeméride del centenario
de su natalicio, y a más de cuarenta y cinco
años de su asesinato, permanece vigente.
La cámara filmadora era para Pasolini una de
sus aliadas en la búsqueda de la propia mirada
en ese contexto donde no todo estaba bien y
el país continuaba levantándose de las ruinas
después de los bombardeos y los problemas
económicos y de las secuelas psico-sociales
causados por la guerra.
En el cine encontró el medio y lenguaje ideales
para narrar con particulares imágenes y per-
sonajes reales (salidos del prototipo de prota-
gonista impecable que exigían los cánones del
momento), con escenas que resultaban tan bien
detalladas como desparpajadas y con marcada
Marzo | 2022
influencia de un pasado neorrealista gracias
a lo que, previamente, directores del tamaño
de Rossellini, De Sica, Visconti y un guionista
como Zavattini, desarrollaron narrativa, esté-
tica, temporal, espacial y argumentalmente.
Es pues, esa primera etapa de su filmografía
con el predominio de aquel movimiento naci-
do a mediados de los años cuarenta (el cual se-
ñala un antes y un después para la historia del
cine), la que quiero explorar a continuación.
Accattone (1961).
Las rutinas de un mendigo
Si bien este film se realizó casi quince años des-
pués de haber concluido la Segunda Guerra
Mundial, Italia aún estaba en la transición de
su recuperación económica y cundían los pro-
blemas laborales y de marginación social por
todo el territorio nacional, sin que se avizorara
una solución concreta a dichos fenómenos. La
mendicidad se tornó común en las ciudades
italianas de la postguerra y permeó a sectores
que, incluso, fueron prósperos o acomodados
gracias a la burbuja manejada por un régimen
totalitario y “proteccionista” que cuidaba de los
intereses del gran capital a costa de lo que fuera.
La ópera prima de Pasolini, Accattone –cuya
traducción textual al español es mendigo- reve-
la de forma precisa el grado de pauperización
de los habitantes de la Roma de esa época, al
mostrarnos la cotidianidad de un grupo de jó-
venes de barrio, sin empleo, con escasas opor-
tunidades de salir adelante, que se dedican a
vivir del rebusque o, simplemente, a la vagan-
cia. Entre ellos se encuentra Accattò (apócope
del apodo del protagonista, cuyo apelativo le

da el título a la película). Así es llamado por
casi todos, aunque su nombre real sea Vitto-
rio. Este lleva la flojera en las venas, ya que se
niega a trabajar en algo que implique un gran
esfuerzo y recibir las órdenes de un patrón.
Subsiste a costillas de los ingresos de su mujer
y el ser un mantenido y desocupado es su filo-
sofía. Ya Fellini nos había mostrado en su obra
I Vitelloni (Los inútiles, 1953) una radiografía
del ser vago, en la cual también unos mucha-
chos de barrio se dedican a ver pasar los días
sin preocuparse por obligaciones ni desempe-
ñarse en absolutamente nada.
Los encuadres son de una precisión asombro-
sa y contribuyen a resaltar la profundidad de
campo que da cuenta de una ciudad cargada
de diversos matices y contrastes: casas dete-
rioradas / edificaciones hermosas; lo antiguo
/ lo moderno; una autopista o vía arteria que
atraviesa el corazón de un barrio popular o
comuna entera; calles polvorientas, gente que
trabaja / gente que no, peleas callejeras, ham-
bre, robo, proxenetismo-prostitución, familias
en la miseria. Pasolini logra transmitirnos,
apoyado en actores no profesionales (en su
mayoría), las vicisitudes que a diario deben
sortear los habitantes de esa Roma oculta, de
esa que no se mercadea a través de postales
ni planes de turismo, haciéndonos testigos del
drama de cada uno de estos seres relegados e
ignorados por no estar bajo los parámetros y
normas que la sociedad acepta y que la ley de-
termina e impone.
Accattò es como un niño que, para conseguir
lo que desea, manipula sentimental y psicoló-
gicamente a los demás, en especial a sus aman-
tes a las cuales envía a trabajar, sin el menor
asomo de arrepentimiento ni repudio por el
oficio en que estas se mueven.
13
Mamma Roma (1962).
Tenacidad en forma de mujer
Una ciudadana romana, quien tiene un pasa-
do del cual no se enorgullece y al cual mucho
menos pretende retornar, decide volver –años
después- por su hijo adolescente para llevarlo
a vivir junto a ella. Hacer de él una persona
importante para la sociedad es lo único que la
trasnocha; no obstante, deberá sortear ciertos
obstáculos para conseguir lo que se propone.
La prostitución, el maltrato físico, el descubri-
miento de la sexualidad, el robo, los amigos de
juventud, la muerte, la religión, la infidelidad,
el amor son elementos que ensamblan y dan
significado a este largometraje considerado
por especialistas del tema como el ocaso del
neorrealismo y la antesala de la posterior fil-
mografía del director de origen boloñés.
La clase media emergente de las ciudades eu-
ropeas, tal cual sucedió en la capital italiana, es
2022 | Marzo

14
encarnada por la figura de Mamma Roma (la
protagonista). Ella es parte de un conglomera-
do social que buscaba a través de su esfuerzo
personal, trabajando denodadamente, salir de
la pauperización generada por diversos fac-
tores, entre ellos la confrontación bélica (de
tiempo atrás), la hiperinflación y el desempleo.
Pasolini ubica la historia en un contexto de re-
poblamiento y reconstrucción de edificaciones
urbanas cuyo auge se empieza a lograr a partir
de los años 60, como ocurre en el relato.
A diferencia de la película anterior, en Mamma
Roma el director centra el argumento alrede-
dor de esta mujer interpretada por la reco-
nocida actriz Anna Magnani, cuyo ímpetu y
determinación por alcanzar lo que se propone
la hacen una alguien digna de respeto y admi-
ración para quienes la rodean. La sensibilidad
del rol materno atraviesa a este personaje tan
pletórico de carácter como vulnerable, rasgos
Marzo | 2022
característicos que son trasladados a Ettore,
su hijo, representado por el novel actor Ettore
Garofolo.
Tanto Accattone como Mamma Roma, acon-
tecen en la “città eterna” (la ciudad eterna),
donde los conflictos y las contradicciones de
todo tipo atravesaban una metrópolis en ple-
no proceso de trasformación urbanística, reali-
dad social, política y cultural (dentro de la cual
están las nuevas corrientes cinematográficas)
fortaleciendo aún más cada trama y haciéndo-
la controversial y nada complaciente para el
público de los años 60, al estar en consonancia
con la época, los sectores y las fuerzas de cho-
que en cuestión.
Otra confluencia entre estas películas son las ci-
tas que el director hace de La divina comedia, no
solo por su afinidad con el libro de Dante sino
por lo que implican y simbolizan los cantos:
fragmentos que aluden a la redención, un des-
tino que parece irreversible, las almas en pena
que deambulan por el limbo de sus tormentos y
realidades, la decadencia, la muerte son adap-
tadas magistralmente por Pasolini. Además,
utiliza actores y actrices comunes que, si bien
asumen papeles distintos en una y otra, conser-
van rasgos de caracterización similares.
A partir de esta primera etapa, Pier Paolo Pa-
solini empezará a abrirse paso y a posicionarse
en el medio cinematográfico como uno de los
realizadores más contundentes e incómodos,
tanto de Europa, como del mundo.
Juan David Suárez Ceballos es sociólogo
de la Universidad de Antioquia e investiga-
dor cinematográfico. Textos suyos han sido
publicados en la Agenda Cultural y en la re-
vista Candilejas (Universidad del Tolima).
Actualmente es integrante de cinEncuadre
colectivo y se encuentra preparando, a cua-
tro manos, un curso de apreciación cinema-
tográfica sobre Hollywood años 50.
 Pasolini: nuestro santo y profano patrono
María Ochoa | Leonardo Cataño
Pasolini en Medellín

A unas cuantas cuadras de la iglesia de la Di-

vina Providencia del barrio Popular N.˚ 1 en
el nororiente de la ciudad de Medellín, una
frase bíblica decoraba el largo muro donde
parchaba el extinto combo de la Caseta: “Por-
que muriendo, murió el pecado una vez para
siempre, pero viviendo, vive para Dios” (Ro-
manos 6, 10). Ese pequeño detalle en el com-
plejo laberinto de la periferia nos perturbó.
Algo nos decía, pero no lo entendíamos en ese
momento. Y mucho menos, sabíamos el lugar
a donde nos llevaría.

Estudiábamos Antropología en la Universi-

dad de Antioquia, y en nuestra cabeza se mez- 15
claban lecturas y preguntas de todo orden,
culturales, sociales y estéticas; no era fácil en-
tender a la vez nuestra práctica científica, su
tradición institucional, con toda la carga colo-
nial que escondía, y una ciudad violenta, que
desde que iniciamos nuestra carrera, en 1999,
nos había dicho con el asesinato del profesor
Hernán Henao que los muros de la universi-
dad no eran suficiente protección y que era
peligroso el solo hecho de pensar a los otros.

Debíamos decidir qué tema escoger para nues-

tra tesis de pregrado en Antropología, y creía-
mos que aquella frase bíblica en una esquina
non sancta, nos estaba llevando a un proyecto
sobre religiosidad popular, pero también que-
ríamos seguir haciendo documental (había-
mos rodado en San Basilio de Palenque y en
Barrio Triste) y queríamos, además, que estos
audiovisuales fueran en diálogo horizontal
con nuestros interlocutores. Y fue ahí donde
un hombre, con la pinta de un estudioso de
museo y al que solo le faltaba el corbatín, apa-
reció en nuestras vidas y abriéndonos los ojos
al cine y a la literatura de Pasolini, y nos dio
una idea que podría juntar todos estos deseos.
Aquel hombre es Luca d’Ascia, historiador
del Renacimiento y militante de una izquierda
que cree, antes que en el marxismo, en Dioni-
sio y en el carnaval y en las artes como primera
revolución, quien nos invitó al seminario “El
mito trágico en la obra de Pier Paolo Pasolini”,
que programaba Comfenalco bajo la directriz
del crítico Pedro Adrián Zuluaga.

2022 | Marzo

16 La idea, que luego formalizaríamos como
nuestra tesis, sería un taller donde pondría-
mos en discusión con los jóvenes de los barrios
de Medellín la obra de Pasolini y los puntos
de encuentro y distancia que podría tener la
periferia romana con la de nuestra ciudad. El
proyecto fue bautizado con uno de esos largos
nombres propio de las tesis de ciencias socia-
les: “Pasolini en Medellín, apuntes para una
etnografía visual sobre la periferia urbana”,
pero más allá de esa primera idea de un taller
de difusión de la obra de Pasolini, se convirtió
con el tiempo en un método de trabajo audio-
visual colaborativo (es decir, con comunida-
des), que partió de la conexión con Pasolini y
su literatura, sus preguntas por las religiones
vernáculas y populares, la ética y estética de
lo(s) marginado(s), y una noción de lo primi-
tivo como hierático, una fuerza del pasado ca-
paz de trastocar el presente, nuestro presente.
Fuimos los primeros en la historia del De-
partamento de Antropología que logramos
graduarnos presentando una serie de cortos
Marzo | 2022
Pier Paolo Pasolini, Teorema, 1968.
audiovisuales. Siempre se ha exigido que lo
principal sea la producción de una tesis, que
institucionalmente es concebida como un tex-
to. Nosotros simplemente jugamos con las re-
glas: lo audiovisual sería el cuerpo central del
proyecto, lo textual un anexo.
El apoyo de los profesores a nuestro impulso
por el cine etnográfico, la antropología visual y
demás, nos permitió continuar como docentes
de estos temas en la carrera y muchos más es-
tudiantes pudieron concretar su necesidad de
pensar lo cultural desde las imágenes. Con los
amigos del cineclub que habíamos conforma-
do, los jóvenes que se quedaron con nosotros
de los nuevos procesos que fuimos constitu-
yendo en otras periferias, y otros cercanos que
venían de otras disciplinas como la comunica-
ción, decidimos formalizar nuestro colectivo
como Pasolini en Medellín.
Desde entonces han pasado un poco más de
quince años. Como fieles a cualquier patrono,
profanamos el mensaje de nuestro santo, ama-
ñamos su poder a nuestras necesidades vanas.
Traicionamos quizá lo que para él podría ser un
cine desde las periferias y el tercer mundo. Sin
embargo, sentimos que somos esperanza y po-
sibilidad para una época que él profetizó de una
oscuridad y mezquindad absolutas; esperamos
que esto sea suficiente para ser absueltos.
En 2015, al cumplir diez años de Pasolini en
Medellín, María Ochoa Sierra, quien fuera en
ese momento la directora de nuestro colectivo,
propuso un dossier sobre Pasolini. Queremos
apoyar este homenaje al natalicio de nuestro
santo y profano patrono con dos textos de
aquella compilación en que damos una res-
puesta más profunda a la conexión de nuestro
hacer con la producción de este gran pensador
y artista.
Por qué nos llamamos
Pasolini en Medellín
Pier Paolo Pasolini, el cineasta, es el más co-
nocido, aunque comenzó a hacer cine casi con
cuarenta años de edad, y sin saber muy bien
cómo se hacía una película. Existió primero el
poeta, el escritor que fue desde los siete años,
el amante de la literatura que convirtió cuen-
tos, obras de teatro, novelas y un Evangelio en
guiones para la narrativa audiovisual.
Pasolini era, también, un estudioso de la cul-
tura, trataba de desentrañar esa palabra y en-
contrar en lo popular el alma de la misma; a
diferencia del marxismo oficial en cabeza del
Partido Comunista, su crítica a la derecha
no caía en esquemas panfletarios ni raciona-
les, sino en atavíos poéticos, hasta delirantes.
Contra la cultura unificadora y masificadora,
contra los discursos hegemónicos fue su obra,
como dice en su última entrevista:
El rechazo ha sido siempre un gesto esencial.
Los santos, los ermitaños, pero también los in-
telectuales. Los pocos que han hecho la historia
son aquellos que han dicho no, en absoluto los
cortesanos y los ayudantes de los cardenales
(Pasolini, 1975).
Fue también, a su manera, etnógrafo; publicó
su primera novela, Ragazzi di vita, en la que re-
lata la vida de los jóvenes de barrios populares
en Roma y cómo esa cotidianidad resiste a la
Roma ocupada por norteamericanos y británi-
cos. Una de esas estrategias de guarida para la
cultura fue su interés por el friuliano, una len-
gua de origen románico que, contra el clerical
y hegemónico italiano, debía ser conservada
rescatando el lenguaje autóctono como forma
primigenia de resistencia. En esa senda, du-
rante la Segunda Guerra Mundial, en la déca-
da de los 40 y entre Casarsa y Versuta, forma a
muchos niños de la zona y crea la Academiuta
di lenga furlana, consciente de la importancia
de los procesos formativos a las nuevas gene-
raciones que aún no desfilaban como réplicas
de “ciudadanos del mundo”.
17
Que Pasolini, sin conocimiento de la técnica
y aborreciendo la televisión, con la metáfora
como su privilegio narrativo, porque la litera-
lidad nos tiene muertos, haya empezado a ha-
cer cine, nos provoca. El humor negro, el gusto
e inspiración literarios, la poesía como recurso
narrativo, la apuesta por la cultura y la repre-
sentación, allí donde no está homogenizada ni
por la izquierda ni por la derecha, y el proceso
formativo con jóvenes en ese rescate, es lo que
retomamos de Pasolini y desde donde encon-
tramos un nombre, una corporación de antro-
pología visual donde el elemento etnográfico
es el que nos invita a soñar con la imaginación.
Tal vez, y para no hacer sólo gala del elogio que
es molesto, no hemos asumido totalmente ese
espíritu aguerrido del poeta que afrontó cárcel,
casi treinta procesos en tribunales y una vida
corta pero dedicada con firmeza a decir que “es-
tamos todos en peligro”. En peligro de ser idén-
ticos, de vestir igual, cada vez más cosmopolita,
alta gama de extranjerismos, más televidentes,
2022 | Marzo

18
mediatizados. Honramos la memoria de nuestro
Pasolini en Medellín, un refugio en Latinoaméri-
ca para la crítica y la pesquisa por la cultura.
La respuesta de Pasolini
que nunca llegó
A los muertos famosos se les atribuyen más
historias que a los dioses y se dice de ellos que
no hay ni uno malo. Son significantes cocos
donde depositamos las representaciones de
los anhelos propios. El muerto bueno es Pier
Paolo Pasolini. Hemos llevado su nombre con
apellido de ciudad latinoamericana durante
más de quince años, Pasolini en Medellín. Lo
invocamos por cierta mirada de oráculo socio-
lógico en sus escritos, un cine que interpela
a los arquetipos culturales como en los sue-
ños, la pedagogía política para persuadir a la
juventud de su tiempo y la entrega pasional
a causas de la contestación sin tregua o cual-
Marzo | 2022
Pier Paolo Pasolini, Teorema, 1968.
quier modo de inconformidad poetizada en
verso, en prosa o en cine; un talante tozudo.
En la adolescencia eterna de nuestro colectivo,
nos identificamos con el primer Pasolini por
crear obra en un paisaje de ceguera política,
por gritar con infundia y voz acérrima donde
impera el silencio alimentado con terror o fa-
cilismo consumista, donde se opta por crimi-
nalizar y pauperizar a los sectores populares
como garante de la productividad de un sis-
tema económico que redistribuye las miserias
entre la mayoría de la población. Ciudades y
vida violentas, dirigentes obcecados, pobla-
ción maniatada por la pobreza y la ignoran-
cia. A cambio, cine, metáfora y etnografía de la
liberación. Así hemos creído proceder, por lo
menos desde el deseo. Esto, anotaríamos, con-
densaría la figura de Pasolini cuando la invo-
cábamos como gurú al dictar talleres a jóvenes
y grabar video con ínfulas de cine en las lade-
ras aguerridas de Medellín. Es más que todo
un referente de personalidad y espíritu.
A ese Pier Paolo de los años 60 le encendíamos
velas para alumbrar el trabajo realizado con jó-
venes de barrios de periferia urbana. En aquel
tiempo, para él era viable incentivar el espíritu
de crítica o contestación, como lo denominaba,
antes de que la trivialización imperante arra-
sara con originalidad del espíritu popular e
impusiera la muerte del hombre en el confor-
mismo, el cual, constituía una cualidad innata
a la que se debía ofrecer resistencia con todas
las fuerzas. También era, y es para nosotros,
el catecismo según Pier Paolo en Voto Partido
Comunista Italiano:
[...] Nunca como ahora, cuando la fascinación
del qualunquismo neocapitalista —eficiencia, ilu-
minismo cultural, buena vida, abstraccionismo
y motel— actúa sobre todo en los espíritus más
simples, que se ilusionan con cambiar la propia
vida imitando como mejor pueden la vida vul-
garizada de los privilegiados o incluso, encon-
trando suficiente la conciencia de ello, la revolu-
ción de la estructura se hace necesaria. Yo creo
que no se trata solo de salvación de la sociedad:
creo que se trata además del hombre en sí.
En intimidad, quisimos heredar el arquetipo de
la pasión de Pasolini. Nos reunimos conocidos
y nos entregamos artística e intelectualmente a
una apuesta colectiva acordada con, como de-
bía ser según él toda iniciativa; “rebeldía, nar-
cisismo y amor por la propia identidad”. En un
amaño interpretativo, nos olvidamos de su real
desencanto respecto a la cultura metropolitana
de finales del siglo xx para conservar la visión
de que es posible un proyecto de compromiso
y cambio a partir de la investigación cultural, el
activismo audiovisual y la exploración estética
permanente. Es decir, la antropología audiovi-
sual con influencia de autor que experimenta-
mos desde un principio en los barrios como un
camino construido de pedagogía audiovisual
etnográfica para la transformación de las men-
talidades: en otras palabras, el principio misio-
nal de Pasolini en Medellín.
Sin embargo, en los años setenta, como un
giro hacia la desesperanza que deparaba a la
cultura, en especial a la juventud imbuida en
el consumismo, la neurosis, la insatisfacción y
libertad erotómana del 68, Pasolini expresaba
el descontento con mayor énfasis. A modo de
reflejo, los vaticinios de ese desenlace sin ex-
pectativa se manifestaron en nuestro proceso
con amaneramiento. Podríamos decir que se
conservó el narcisismo y el amor por la propia
identidad, pero el ímpetu rebelde de la creación
de obras originales menguó por ciertas presio-
nes de la sociedad, el desgaste en las relaciones
personales y los compromisos económicos. En
otras palabras, se condensaron los efectos de
los errores de enfoque y de cambio de actitud
como le sucedió a él mismo a lo largo de su ex-
periencia en un lapso menor a dos décadas:
[...] Desde hace ya mucho tiempo iba yo repi-
tiendo que siento mucha nostalgia por la pobre-
za, la mía y la de los otros, y que nos habíamos
equivocado en creer que la pobreza era un mal.
Afirmaciones reaccionarias, que yo sin embargo 19
sabía qué hacía desde la posición de izquierda
extremista aún no bien definida y por cierto fá-
cilmente definible [...] el dolor de verme rodeado
por gente que ya no reconocía —por una juven-
tud vuelta infeliz, neurótica, afásica, obtusa y
presuntuosa por las mil liras de más que el bien-
estar les había puesto en los bolsillos [...] Como
compensación será suficiente que sobre el rostro
de la gente vuelva el antiguo modo de sonreír; el
antiguo respeto por los otros que era respeto por
sí mismo; el orgullo de ser eso que la propia cul-
tura “pobre” enseñaba a hacer [...]Entonces se podrá
tal vez comenzar de nuevo desde cero.
Ya en 1975, Pasolini repetía hallarse en peligro,
diciéndolo a los periodistas, escribiéndolo en
poemas y convirtiéndolo en las secuencias ci-
nematográficas de Saló o los 120 días de Sodoma.
Horas antes de ser asesinado, respondía a su
entrevistador que
todos estaríamos particularmente satisfechos
con las conspiraciones en nuestra contra porque
nos aliviarían del peso de lidiar en la cabeza con
la verdad. ¿No sería entonces maravilloso si,
2022 | Marzo

mientras estamos aquí discurriendo, alguien en
20 el sótano crea un plan para matarnos?.
Furio Colombo cerró la entrevista con una pre-
gunta que Pier Paolo se llevó consigo con el
propósito de responder al día siguiente:
Pasolini, si es así como ves la vida, no sé si vas a
aceptar esta pregunta: ¿Cómo esperarías evitar el
riesgo y el peligro que ello implica? –Por favor, dé-
jame pensar esta pregunta –respondió–. Para mí es
más fácil escribir que hablar. Mañana en la maña-
na te entrego las notas que escriba al respecto.
Al otro día, el cuerpo de Pasolini reposaba en
la morgue de la estación de policía de Roma.
La respuesta nunca llegó.
Hoy nos inquieta el destino que le sobrevino al
autor del cual se inspiró un proyecto de vida
que continúa en construcción, porque si desde
una perspectiva de la psicología analítica los
héroes míticos cumplen cabalmente desenlaces
arquetípicos escritos en las tragedias clásicas,
el de Pasolini fue como un destino anunciado
de cierta manera que por supuesto no desea-
Marzo | 2022
Pier Paolo Pasolini, Teorema, 1968.
mos repetir. Desde Pasolini en Medellín con-
juraremos el mito. La tarea será no aplazar
respuestas cuando a nuestro alcance estén las
herramientas de la narración, la conversación
incesante y la creación de lenguajes, siempre y
cuando podamos aportar algo en medio de la
amenaza que implica vivir en un contexto pe-
ligroso y transmitirles este mensaje a otros que
participan en el diálogo de la creación.
Vivir es fenomenal y una muerte memorable
no equivale a una vida sin riesgos.
Pasolini en Medellín es un colectivo audiovisual
y de investigación conformado por profesiona-
les y jóvenes en formación de distintas áreas de
las ciencias sociales y de la comunicación.
María Ochoa Sierra es socióloga, magíster en
Ciencia Política y profesora en el Instituto de Es-
tudios Políticos de la Universidad de Antioquia.
José Leonardo Cataño es antropólogo, ma-
gíster en Economía aplicada y profesor en el
Departamento de Antropología de la Univer-
sidad de Antioquia.
 Cómo opera en Saló el mito de Pasolini
Alberto Aguirre

Pasolini es ya un mito, y su última película,

Saló o los 120 días de Sodoma, inicia el camino
de leyenda negra: es el fruto prohibido. Lo
grave de mitos y leyendas es que atemorizan
a la gente, la someten. El hombre común se
siente poca cosa ante esos signos inaccesibles
y herméticos.

Ahí no hay nada. Es una película monótona, le-

tra a letra, sobre la obra del Marqués de Sade Los
120 días de Sodoma. Le sobra, pues, la primera
parte: Saló. Esa republiqueta fascista formada
a fines de la Segunda Guerra Mundial es aquí
un mero elemento de decorado, un truco inge-
nuo para tratar de ubicar el cuento de Sade en
la época actual. Esa captura de los jóvenes, las
víctimas futuras de la violencia erótica de los 21
cuatro señores, la realizan guardias de asalto,
en Saló, en un lugar actual, en un tiempo vivo.
Luego, encerrados en el castillo, se cortan de
todo tiempo y de todo lugar, y aquella captu-
ra es exordio, acotación liminar, que nada tiene
que ver con la historia. Y lo que pasa en el cas-
tillo, en ese mundo cerrado, es toda la película,
es su nudo. Resulta, así, prueba de admiración
bobalicona de los beatos de Pasolini, encontrar
en esta película intenciones políticas.

Porque Pasolini no agrega nada a Sade, no
re-crea esa obra, a partir del signo cinemato-
gráfico. Es un ilustrador neutro, que va regi-
do enteramente por el texto literario. Resulta,
como siempre, una película fría. De pronto al-
guna imagen fastuosa, la composición precio-
sa del cuadro, halagan la vista, pero no crean
la dinámica del cine.
Queda el discurso “sadiano”, que es filón ex-
plotado por Pasolini, quizá en el gastado afán
de “espantar al burgués”. Pero ocurre que ese
discurso también es inerte y monótono. Quien
haya leído (¿habrá alguien?) Los 120 días de So-
doma de D. A. F. Sade sabe bien que es un tex-
to pesado, muerto, enteco. El pobre Marqués
tenía una prosa anodina, espesa, sin ninguna
iluminación, sin ningún verbo. Y no sólo care-
cía de estilo, sino que le faltaba la imaginación.
Esto último, porque en su obra no hay perso-
nas vivas, no hay mundos (para crearlos se re-
quiere imaginación), y tanto personajes como
acciones se constituyen en pura abstracción.
Es un relato de ciencia ficción.

2022 | Marzo
 Pier Paolo Pasolini, Saló o los 120 días de Sodoma, 1975.
22

Pier Paolo Pasolini, Saló o los 120 días de Sodoma, 1975.

Marzo | 2022

La violencia erótica de los señores sobre los jó-
venes es pura obra mecánica, que no conven-
ce, que no apasiona, porque está ausente de
ellos toda pasión. Ni siquiera padecen aque-
lla “pulsión de muerte”. Son muñecos. Se ha
dicho que ahí está el catálogo de las deprava-
ciones. Y es cierto. Sólo es eso, catálogo, y no
depravación. Por tanto, ese discurso sadiano
se lee con el mismo gusto con que se lee el ca-
tálogo del Almacén Tuercas y Tornillos.
Y le falta el rigor de la descripción para cons-
tituirse en discurso científico, como algunos
han pretendido. Es una fabulación caprichosa,
un discurso desvirolado, por ende, en última
instancia, un discurso infantil, del cual está au-
sente toda impresión de verdad. Quizá Sade
haya contado –como ahora Pasolini– con esa
propensión del buen burgués al espanto: se
asusta con un triquitraque. Y puede que al leer
el libro o al ver la película alguien (ese señor)
se asuste. Es otra cosa.
Pier Paolo Pasolini, Saló o los 120 días de Sodoma, 1975. 23
Ceñida al texto de Sade, la película padece
sus mismas lentitudes, su misma monotonía,
su misma inercia. Y esta inercia –como caren-
cia de vitalidad, de movimiento– es lo que la
constituye en signo hermético. Fuera del mito
paralizante del nombre Pasolini, rotas estas
veladuras, nos encontramos con una obra
seca, sin gramo de verdad.
¡Ah bueno que es vivir sin mitos!
Publicado en El Colombiano el 25 de marzo de
1979.
Alberto Aguirre Ceballos (Girardota, 1926-
Medellín, 2012). Abogado egresado de la Uni-
versidad de Antioquia, fue periodista, editor
y escritor. Publicó durante cuatro décadas su
columna Cuadro en los periódicos El Colom-
biano y El Mundo y en la revista Cromos.
2022 | Marzo
 “Un poeta ha de tener ilusión”
Pier Paolo Pasolini

¿Escribo poesías?
No, no escribo poesía desde hace dos o
tres años. La verdad es que no me lo es-
peraba. Empecé a escribir poemas cuando
tenía siete años, y he seguido escribien-
do sin interrupción hasta hace dos o tres
años. ¿Que por qué ya no escribo poemas?
Porque ya no tengo destinatario. No veo
con quién dialogar utilizando esa sinceri-
dad típica de la poesía, que llega incluso
a ser cruel. Durante años he creído que
existía un destinatario de mis “confesio-
nes” o de mis “testimonios”. Pero ahora
me he dado cuenta de que no existe; de
que con los amigos no es necesario expre-
24 sarse a través de la poesía: se expresa uno
existiendo. Las exageraciones, los excesos
y las ideas de cada uno se expresan vi-
viendo. La poesía necesita que haya una
sociedad (es decir, un destinatario ideal)
capaz de dialogar con el pobre poeta. En
Italia no existe tal sociedad. Existe aún un
buen pueblo simpático (especialmente allí
donde no llegan los periódicos ni la tele-
visión) y una pequeña élite de burgueses
cultos y desesperados. Pero una sociedad
con la que uno se pueda poner en contac-
to a través de la poesía no existe. (Lo digo
porque un poeta ha de tener ilusión, pero
cuando la ha perdido no debe figurarse
que la tiene todavía).
Pier Paolo Pasolini

Versos finos como líneas de lluvia

Hay que condenar Hay que condenar

severamente a quien igual de severamente a quien
crea en los buenos sentimientos ame al subproletariado
y en la inocencia. carente de conciencia de clase.

Marzo | 2022
Hay que condenar
con la máxima severidad
a quien escuche en sí mismo y exprese
los sentimientos oscuros y escandalosos.

Estas palabras de condena

han empezado a resonar
en el corazón de los años cincuenta
y han continuado hasta hoy.

Mientras tanto la inocencia,

que efectivamente existía,
ha empezado a perderse
en corrupciones, abjuraciones y neurosis.

Mientras tanto el subproletariado Pier Paolo Pasolini

que efectivamente existía,
ha acabado por convertirse
en una reserva de la pequeña burguesía.
Mientras tanto los sentimientos
que eran por naturaleza oscuros
han sido atropellados
en la añoranza de las ocasiones perdidas.
Naturalmente, quien condenaba
no se dio cuenta de todo eso:
él continúa riéndose de la inocencia,
desinteresándose del subproletariado
y declarando los sentimientos reaccionarios.
Continúa yendo de casa
a la oficina de la oficina a casa,
o si no enseñando literatura:
es feliz por el progresismo
que le hace parecer sagrado
el deber de enseñar a los criados
el alfabeto de las escuelas burguesas.
Es feliz por el laicismo
por lo que es más que natural
que los pobres tengan casa
coche y todo lo demás.
Es feliz por la racionalidad
que le hace practicar un antifascismo
gratificante y elegido,
y sobre todo muy popular.
Que todo esto sea banal
ni siquiera se le pasa por la cabeza:
en efecto, sea así o no sea así, 25
él no saca nada.
Habla, aquí, un mísero e impotente Sócrates
que sabe pensar y no filosofar.
que, sin embargo, tiene el orgullo
no sólo de ser un entendido
(el más expuesto y descuidado)
en los cambios históricos, sino también
de estar directamente
y desesperadamente interesado en ellos.
“Versi sottili come righe di pioggia”,
publicado por primera vez en Sul Por-
to, n. 3, 1974; recogido en La nuova gio-
ventù. Poesie friuliane, Einaudi, Turín,
1974. Tomado de © Pier Paolo Pasoli-
ni. Palabra de corsario publicado por el
Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2005.
Las traducciones estuvieron a cargo de
Eduardo Caro, Giovanni Mion, Ales-
sandro Ryker, Andrés Soria Olmedo y
Magdalena Olmedo.

2022 | Marzo
 Todos estamos en peligro
Entrevista con Pier Paolo Pasolini
Furio Colombo

Esta entrevista tuvo lugar el sábado 1 de no-

viembre, entre las cuatro y las seis de la tarde,
pocas horas antes de que Pasolini fuera asesi-
nado. Quiero precisar que el título de la entre-
vista es suyo, no mío. De hecho, al término de
la conversación que, a menudo, como en otras
ocasiones, nos ha sorprendido con conviccio-
nes y puntos de vista diferentes, le pregunté si
quería dar un título a su entrevista. Se lo pensó
un poco, dijo que no tenía importancia, cambió
de tema, luego algo nos devolvió al argumen-
to de fondo que aparece continuamente en las
respuestas que siguen. “He aquí la semilla, el
sentido de todo”, dijo. “Tú no sabes quién está
pensando en matarte ahora. Pon este título, si
26 quieres: ‘Porque estamos todos en peligro’”.

Pasolini, en tus artículos y en tus escritos has

dado muchas versiones de lo que detestas. Has
abierto una lucha, solo, contra muchas cosas,
instituciones, convicciones, personas, poderes.
Para que sea menos complicado el discurso yo
diré “la situación”, y tu sabrás que quiero ha-
blar de la escena en contra de la que, en ge-
neral, luchas. Ahora te hago esta objeción. La
“situación”, con todos los males que tú dices,
contiene todo lo que te permite ser Pasolini.
Quiero decir: tuyo es el mérito y el talento. que golpeando siempre sobre el mismo clavo
¿Pero los instrumentos? Los instrumentos son puede hasta derribarse una casa. A peque-
de la “situación”; editorial, cine, organización, ña escala, un buen ejemplo nos lo proporcio-
hasta los objetos. Pongamos que el tuyo sea un nan los radicales, cuatro gatos que consiguen
pensamiento mágico. Haces un gesto y todo remover la conciencia de un país (y tú sabes
desaparece. Todo eso que detestas. ¿Y tú? ¿No que no siempre estoy de acuerdo con ellos,
te quedarías solo y sin medios? Quiero decir pero precisamente ahora estoy a punto de salir
medios expresivos, quiero... para ir a su congreso). A gran escala, el mejor
ejemplo proviene de la historia. El rechazo ha
— Sí, he entendido. Pero ese pensamiento má- sido siempre un gesto esencial. Los santos, los
gico yo no sólo lo intento, sino que me lo creo. ermitaños, pero también los intelectuales. Los
No en el sentido de médium, sino porque sé pocos que han hecho la historia son aquellos

Marzo | 2022
que han dicho no, nunca los cortesanos y los
ayudantes de los cardenales. El rechazo, para
funcionar, debe ser grande, no pequeño, total,
no sobre este o aquel punto, “absurdo”, no de
sentido común. Eichmann, amigo mío, tenía
mucho sentido común. ¿Qué le faltó? Le faltó
decir no, pero cuando estaba en lo alto, al prin-
cipio, cuando lo que hacía era sólo administra-
ción rutinaria, burocracia. A lo mejor incluso
habrá dicho a los amigos: a mí ese Himmler no
me gusta mucho. Habrá murmurado, como se
murmura en los editoriales, en los periódicos,
en el mundo del amiguismo y en la televisión.
O también se habrá rebelado porque este o
aquel tren se paraba una vez al día para las ne-
cesidades y el pan y el agua de los deportados,
cuando hubieran sido más funcionales o más
económicas dos paradas. Pero nunca bloqueó
la maquinaria. Entonces los problemas son
tres. Cuál es, como dices tú, “la situación”, y
por qué se debería pararla o destruirla. Y cómo.

Eso es, describe “la situación”. Sabes perfec- 27

tamente que tus intervenciones y tu lenguaje
tienen un poco el efecto del sol que atraviesa
el polvo. Es una imagen bella, pero se entiende
poco.
— Gracias por la imagen del sol, pero preten-
do mucho menos. Pretendo que mires a tu al-
rededor y te des cuenta de la tragedia. ¿Cuál
es la tragedia? La tragedia es que ya no somos
seres humanos, somos extrañas locomotoras
que chocan unas contra otras. Y nosotros, los
intelectuales, cogemos el horario de trenes del
año pasado, o de hace diez años, y decimos:
qué extraño, esos dos trenes no pasan por ahí,
¿cómo es que han chocado? O el maquinista se
ha vuelto loco o es un criminal aislado o se tra-
ta de un complot. El complot, sobre todo, nos
gusta hasta el delirio. Nos libera de todo el peso
de enfrentarnos solos a la verdad. Qué bien si
mientras nosotros estamos aquí charlando al-
guno en el sótano está haciendo planes para
deshacerse de nosotros. Es fácil, es sencillo, es
la resistencia. Perderemos algunos camaradas
y después nos organizaremos y quitaremos
de en medio a los otros, ¿no te parece? Yo sé
que cuando dan en televisión ¿Arde París? to-
dos están ante el televisor, con lágrimas en los
ojos y unas ganas locas de que la historia se
repita, bella, limpia (un efecto del tiempo es
que “lava” las cosas, como las fachadas de las
casas). Sencillo; yo aquí, tú allí. No hagamos
bromas con la sangre, el dolor, la fatiga que
la gente pagó entonces por “elegir”. Cuando
estás con la cara aplastada contra aquel mo-
mento, aquel minuto de la historia, elegir es
siempre una tragedia. Pero, admitámoslo, era
más sencillo. El fascista de Saló, el nazi de las
SS, el hombre normal, con la ayuda del valor
y de la conciencia, consigue rechazarlos, inclu-
so en su vida interior (que es donde empieza
siempre la revolución). Pero ahora no. Uno se
te acerca vestido de amigo, es gentil, cortés, y

2022 | Marzo

28
“colabora” (pongamos que en la televisión),
por ir tirando o porque no es un delito. El otro
–o los otros, los grupos– te sale al encuentro o
se te echa encima con sus chantajes ideológi-
cos, con sus sermones, sus prédicas, sus ana-
temas, y tú sientes que también son amenazas.
Desfilan con banderas y consignas, pero ¿qué
los separa del “poder”?
¿Qué es el poder, según tú, dónde está, dónde
se encuentra, como lo sacas de su madrigue-
ra? — El poder es un sistema de educación que
nos divide en sojuzgados y sojuzgadores. Pero
cuidado. Un mismo sistema educativo nos for-
ma a todos, desde las llamadas clases dirigen-
tes hasta los pobres. Por eso todos quieren las
mismas cosas y se portan de la misma manera.
Si tengo en las manos un consejo de adminis-
tración o una operación bursátil, los utilizo. Si
no, una barra de hierro. Y cuando utilizo una
Marzo | 2022
barra de hierro hago uso de mi violencia para
obtener lo que quiero. ¿Por qué lo quiero? Por-
que me han dicho que es una virtud quererlo.
Yo ejerzo mi derecho-virtud. Soy asesino y soy
bueno.
Te han acusado de no distinguir política e
ideológicamente, de haber perdido el sentido
de la diferencia profunda que tiene que haber
entre fascistas y no fascistas, por ejemplo, en-
tre los jóvenes.
— Por eso te hablaba del horario de trenes del
año pasado. ¿Nunca has visto esas marionetas
que hacen reír tanto a los niños porque tienen
el cuerpo para un lado y la cabeza para otro?
Me parece que Totò hacía un truco parecido.
Así veo yo la inmensa tropa de intelectuales,
sociólogos, expertos y periodistas de las inten-
ciones más nobles: las cosas suceden aquí y la
cabeza mira hacia allá. No digo que no exista
el fascismo. Digo: dejad de hablarme del mar
mientras estamos en la montaña. Este es un
paisaje distinto. Aquí existe el deseo de matar.
Y este deseo nos ata como hermanos siniestros
de un fracaso siniestro de todo un sistema so-
cial. También a mí me gustaría que todo se re-
solviese con aislar a la oveja negra. Yo también
veo las ovejas negras. Veo muchas. Las veo to-
das. Este es el problema, ya se lo he dicho a Mo-
ravia: por la vida que llevo pago un precio... Es
como alguien que baja al infierno. Pero cuando
vuelvo –si es que vuelvo– he visto otras cosas,
más cosas. No digo que tengáis que creerme.
Digo que tenéis que cambiar continuamente de
discurso para no enfrentaros a la verdad.
¿Y cuál es la verdad?
— Siento haber utilizado esta palabra. Quería
decir “evidencia”. Deja que ponga otra vez las
cosas en orden. Primera tragedia: una educa-
ción común, obligatoria y equivocada que nos
empuja a todos a la competición por tenerlo
todo a toda costa. A esta arena nos empuja
como una extraña y oscura armada en la que
unos tienen los cañones y otros tienen las ba-
rras de hierro. Entonces, una primera división,
clásica, es “estar con los débiles”. Pero yo digo
que, en cierto sentido, todos son los débiles,
porque todos son víctimas. Y todos son los cul-
pables, porque todos están listos para el juego
de la masacre. Con tal de tener. La educación
recibida ha sido: tener, poseer, destruir.

Entonces deja que vuelva a la pregunta inicial.

Tú, mágicamente anulas todo. Pero vives de
los libros, y necesitas inteligencias que lean. Es
decir, consumidores educados del producto
intelectual. Tú haces cine y necesitas disponer
no sólo de grandes salas (por lo general tienes
mucho éxito popular, o sea eres “consumido”
ávidamente por tu público) sino también de
una gran maquinaria técnica, organizativa, in-
dustrial, que hay en medio. Si quitas todo eso,
con una especie de mágico monaquismo de
tipo paleo-católico y neo-chino, ¿qué te queda?

— A mí me queda todo, o sea, yo mismo, seguir 29

vivo, estar en el mundo, ver, trabajar, compren-
der. Hay cientos de maneras de contar las his-
torias, de escuchar las lenguas, de reproducir
los dialectos, de hacer el teatro de títeres. A los
otros les queda mucho más. Pueden plantarse,
cultos como yo o ignorantes como yo. El mun-
do se hace grande, todo pasa a ser nuestro y no
tenemos que utilizar ni la bolsa, ni el consejo
de administración, ni la barra de hierro para
depredarnos. Mira, en el mundo que muchos
de nosotros soñábamos (repito: leer el horario
de trenes del año anterior, pero en este caso
podemos decir de muchos años antes) estaba
el patrón infame con sombrero de copa y los
bolsillos llenos a rebosar de dólares y la viuda
demacrada que pedía justicia con sus niños. El
buen mundo de Brecht, en suma.
Es como decir que sientes nostalgia por aquel
mundo.
— ¡No! Tengo nostalgia de la gente pobre y
verdadera que peleaba para derribar a aquel
patrón sin convertirse en aquel patrón. Como
estaban excluidos de todo, nadie los había colo-
nizado. Yo tengo miedo de estos negros rebel-
des, idénticos al patrón, otros saqueadores que
quieren todo a toda costa. Esta oscura obstina-
ción en la violencia total no deja ver ya “de qué
signo eres”. A cualquiera que lleven al hospital
al final de su vida le interesa más –si tiene toda-
vía un soplo de vida– lo que tienen que decir los
médicos sobre sus posibilidades de vivir que lo
que le puedan decir los policías sobre la mecá-
nica del delito. Date cuenta de que yo no hago
ni un proceso de intenciones ni me interesa ya
la cadena causa-efecto, primero ellos, o primero
él, o quién es el jefe-culpable. Me parece que he-
mos definido lo que tú llamas la “situación”. Es
como cuando en una ciudad llueve y se desbor-
dan las alcantarillas. El agua sube, es un agua
inocente, agua de lluvia, no tiene ni la furia del
mar ni la maldad de las corrientes de un río.
Pero por la razón que sea no baja, sino que sube.

2022 | Marzo

30
Es la misma agua de lluvia de muchos poemi-
tas infantiles y de las musiquillas del “cantando
bajo la lluvia”. Pero sube y te ahoga. Si hemos
llegado a este punto yo digo: no perdamos el
tiempo en poner una etiqueta aquí y otra allá.
Veamos cómo se desatasca esta maldita bañera,
antes que nos ahoguemos todos.
Y tú, por eso, querrías que todos fuesen pastor-
cillos sin enseñanza obligatoria, ignorantes y
felices.
— Dicho así sería una estupidez. Pero la lla-
mada enseñanza obligatoria fabrica a la fuerza
gladiadores desesperados. La masa se hace más
grande, como la desesperación, como la rabia.
Admitamos que yo haya tenido una salida de
tono (aunque no lo creo). Decidme vosotros otra
cosa. Se entiende que añoro la revolución pura
y directa de la gente oprimida que tiene el único
objetivo de hacerse libre y dueña de sí misma.
Se entiende que me imagino que pueda todavía
Marzo | 2022
llegar un momento así en la historia italiana y en
la del mundo. Lo mejor de lo que pienso podrá
hasta inspirarme uno de mis próximos poemas.
Pero no lo que sé y lo que veo. Quiero decir con
toda franqueza: yo bajo al infierno y sé cosas
que no molestan la paz de otros. Pero prestad
atención. El infierno está subiendo también en-
tre vosotros. Es verdad que sueña con su unifor-
me y su justificación (a veces). Pero es también
verdad que sus ganas, su necesidad de golpear
con la barra de hierro, de agredir, de matar, es
fuerte y es general. No será por mucho tiem-
po la experiencia privada y peligrosa de quien,
cómo decirlo, ha tocado “la vida violenta”. No
os hagáis ilusiones. Y vosotros, con la escuela, la
televisión, vuestros periódicos pacatos, vosotros
sois los grandes conservadores de este orden ho-
rrendo basado en la idea de poseer y en la idea
de destruir. Dichosos vosotros que os quedáis
tan felices cuando podéis poner una etiqueta
apropiada al crimen. A mí esta me parece otra de
las muchas operaciones de la cultura de masas.
Como no podemos impedir que pasen ciertas
cosas, nos tranquilizamos encasillándolas.
Pero abolir tiene que decir a la fuerza crear, si
no, tú también eres un destructor. Los libros,
por ejemplo, ¿qué será de ellos? No quiero ha-
cer el papel de quien se angustia más por la
cultura que por la gente. Pero esta gente sal-
vada, en tu visión de un mundo diferente, ya
no puede ser primitiva (esta es una acusación
frecuente que te hacen) y si no queremos utili-
zar la represión “más avanzada”...
— Que me da escalofríos. Si no queremos uti-
lizar frases hechas, una indicación tiene sin
embargo que existir. Por ejemplo, en la ciencia
ficción, como en el nazismo, se queman siem-
pre los libros como gesto inicial de exterminio.
Cerradas las escuelas, clausurada la televisión,
¿cómo animas tu belén?
— Creo haberme ya explicado con Moravia. Ce-
rrar, en mi lenguaje, quiere decir cambiar. Cam-
biar, pero de modo tan drástico y desesperado
como drástica y desesperada es la situación. Lo
que impide un verdadero debate con Moravia,
pero sobre todo con Firpo, por ejemplo, es que
parecemos personas que no ven la misma esce-
na, que no conocen la misma gente, que no escu-
chan las mismas voces. Para vosotros una cosa
ocurre cuando es una crónica, hecha, maquetada,
editada y titulada. ¿Pero qué hay debajo? Aquí
falta el cirujano que tiene el coraje de examinar el
tejido y de decir: señores, esto es cáncer, no una
cosita benigna. ¿Qué es el cáncer? Es una cosa
que cambia todas las células, que las hace crecer
todas de forma enloquecida, fuera de cualquier
lógica precedente. ¿Es un nostálgico el enfermo
que sueña con la salud que tenía antes, aunque
antes fuera un estúpido y un desgraciado? An-
tes del cáncer, digo. Es decir, antes de todo será
necesario hacer no sólo un esfuerzo para tener
la misma imagen. Yo oigo a los políticos con sus
formulismos, todos los políticos, y me vuelvo
loco. No saben de qué país están hablando, están
tan lejos como la luna. Y los literatos. Y los soció- 31
logos. Y los expertos de todo tipo.

¿Por qué piensas que para ti ciertas cosas están

dame tiempo para encontrar una conclusión.
más claras?
Tengo una cosa en mente para responder a tu
pregunta. Me resulta más fácil escribir que ha-
— No quisiera hablar más de mí, quizás he
blar. Te dejo las notas que añada mañana por
hablado incluso demasiado. Todos saben que
la mañana.
mis experiencias las pago personalmente. Pero
están también mis libros y mis películas. Qui-
Al día siguiente, domingo, el cuerpo sin vida
zás soy yo quien se equivoca. Pero sigo dicien-
de Pier Paolo Pasolini estaba en el tanatorio de
do que estamos todos en peligro.
la policía de Roma.

Pasolini, si ves la vida así –no se si aceptarás

esta pregunta– ¿cómo piensas evitar el peligro
y el riesgo?
Se ha hecho tarde, Pasolini no ha encendido la
luz y se hace difícil tomar apuntes. Miramos
juntos los míos. Luego me pide que le deje las
preguntas.
— Hay puntos que me parecen demasiado
absolutos. Deja que lo piense, que los relea. Y
Texto de la entrevista de Furio Colombo a
Pier Paolo Pasolini publicada en el suplemen-
to Tuttolibri del periódico La Stampa del 8 de
noviembre de 1975. Traducción española de
Andrea Perciaccante. Tomado de © Pier Pao-
lo Pasolini. Palabra de corsario publicado por
el Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2005. Las
traducciones estuvieron a cargo de Eduardo
Caro, Giovanni Mion, Alessandro Ryker, An-
drés Soria Olmedo y Magdalena Olmedo.

2022 | Marzo
 PROGRAMACIÓN
M A R Z O / 2 0 2 2
exposiciones
1 de marzo al 4 de abril
Lunes a jueves
Batizo Batista
Lugar: Biblioteca Ciudadela de Robledo
Invita: Sistema de Bibliotecas
15 de febrero a marzo 5
De la intimidad del cuerpo
Lugar: Hall Biblioteca Carlos Gaviria Díaz
Invita: Sistema de Bibliotecas
32
del 21 de febrero
al 21 de marzo
Exposición permanente
Exposición bibliográfica activa
de obras sobre las lenguas y las
culturas ancestrales
Lugar: pisos 2, 3 y 4 de la Biblioteca
Carlos Gaviria Díaz
Invita: Sistema de Bibliotecas
Todo el día
Exhibición de títulos relacionados
con las lenguas especialmente las
ancestrales y otros educativos; de
mitos y leyendas
Lugar: Biblioteca Magdalena medio
Invita: Sistema de Bibliotecas
Muestra fotográfica de la Cultura
Guna Dule
Invita: Sistema de Bibliotecas
Fotografías alusivas a la cultura Guna
Dule, pertenecientes a la Casa de la
Cultura de Turbo, que representa el
trabajo de Don Luis Vélez quien dedicó
su vida a exaltar estas culturas y otras
de la subregión de Urabá.
otras alternativas
del 21 de febrero
al 21 de marzo
10:00 a. m. - 3:00 p. m.
Pausas de estudio- En-señando
Lugar: pisos 2, 3 y 4 de la Biblioteca
Carlos Gaviria Díaz
Invita: Sistema de Bibliotecas
hasta el 21 de marzo
Permanente
Consulta Biblioteca Digital Básica de
los Pueblos. Concesión del Banco
de la República
Invita: Sistema de Bibliotecas
viernes 4, 11 y 18
4:00 p. m.
Tertulias literarias: Lectura de
Oídas Textos dedicados a conocer
las culturas ancestrales y que se
comparten a viva voz
Lugar: Biblioteca Bajo Cauca
Invita: Sistema de Bibliotecas
viernes 4,11, 18 y 25
4:00 p. m.
Rumba aeróbica
Link de inscripción:https://
asone.udea.edu.co/portafolio/#/
catalog/13456?events=true
Invita: Facultad de Medicina
talleres
tallernautas: ciclo, plantas nativas
Espacio creado para que padres, hijos
y grupos familiares diversos sean cóm-
plices creativos mientras elaboran un
juguete didáctico. Todos los juguetes
tienen utilidad; el equipo de mediado-
res trabaja arduamente para presentar
en cada sesión un proyecto distinto que
desarrolle en ciclos mensuales conteni-
dos científicos y culturales del Museo
Universitario. Actividad presencial, con
cobro de $5.500 por niño y aforo máxi-
mo de 20 personas.
 sábado 5
10:20 a. m.
Taller: Una flor de derechos
Tallernautas conmemora el Día Interna-
cional de la Mujer, celebra su aporte en
la sociedad, una flor como símbolo de
fortaleza y perseverancia será realizada
con material reutilizado.
Lugar: MUUA - Hall Externo
Invita: División de Culturas y
Patrimonio
sábado 12
10:20 a. m.
Taller: Palma de cera
Las palmas de cera pueden llegar a me-
dir hasta 60 mt de alto eso las convierte
en las más altas del mundo, ¿qué tal si
hacemos una donde podamos colgar un
personaje y que el reto sea no permitir
que caiga?
Lugar: MUUA - Hall Externo
Invita: División de Culturas y
Patrimonio
sábado 19
10:20 a. m.
Taller: Guayacán
¿A quién más le gusta la forma en la
que las flores del guayacán caen sobre
el suelo?, esta vez haremos nuestras
propias flores y jugaremos a quién pue-
da atrapar más de estas flores.
Lugar: MUUA - Hall Externo
Invita: División de Cultura y Patrimonio
sábado 26
10:20 a. m.
Taller: Regalando orquídeas
Una de las experiencias más gratifican-
tes de tener una planta, es ver su cre-
cimiento, y ¿por qué no hacer nuestra
propia orquídea y que además de eso
crezca? Recordemos que la orquídea
es la flor nacional de nuestro país.
Lugar: MUUA - Hall Externo
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 7
4:00 p. m.
Sala de Lectura Diversa: Palabras
rebeldes para lectores inconformes
Inscripción previa en: https://
asone.udea.edu.co/portafolio/#/
catalog/13453?events=true
Invita: Facultad de Medicina
martes 8
1:00 p. m. - 6:00 p. m.
8M memorias y gestas de una lucha
colectiva
Lugar: Auditorio MUUA B. 15 - 301
Invita: División de Culturas y
Patrimonio
En el marco del Día Internacional de
la Mujer donde se conmemora la lucha
femenina desde 1857 por el derecho
al voto, la no explotación laboral y la
prohibición del trabajo infantil, la Coor-
dinación de Contenidos de la División
de Cultura y Patrimonio propone cele-
brar esta fecha vinculando estancias
académicas, administrativas, colectivos
estudiantiles y a las y los docentes que
ha emprendido investigaciones y accio-
nes para abogar por los derechos de la
mujer y las luchas de género dentro de
nuestra universidad.
martes 15
y miércoles 16
2:00 p. m.
Programa radial color local.
Magdalena medio: 94.3 FM
Lugar: Biblioteca Magdalena medio
Invita: Sistema de Bibliotecas
sábado 12
11:30 a. m.
MUUAcción: Actividad: Animalidad
en el cuerpo
Lugar: MUUA - Hall principal
Invita: División de Cultura y Patrimonio
El ser humano es un animal como cual-
quier otro, si bien existen factores cog-
nitivos, culturales y otros que delimitan
marcadas fronteras con otras especies,
son más los aspectos que nos hacen
similares que los que nos hacen dife-
rentes. En este MUUAcción el juego de
roles, el desplazamiento en cuatro pa-
tas y la generación de ruidos imitando a
otros animales nos permitirá tener una
mejor y más íntima comprensión sobre
la diversidad a la que hacemos parte.
sábado 19
10:00 a. m.
MicroMUUA Ciclo 2022: Conviviendo
con Microorganismos
Microorganismos en la cocina
Lugar: Sala de Ciencias Naturales
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Los microorganismos son seres increíbles;
se mueven entre objetos, organismos y
lugares; y la cocina no escapa a ello. Una
vista microscópica a este espacio de tu
casa, mostraría una diversidad y abundan-
cia inimaginable, viviendo millones de ellos
en menos de un centímetro.
jueves 24
9:00 am - 3:00 p. m.
Mercado agroecológico: ¡La Canasta
de la U Mercado Agroecológico
vuelve a la ciudadela Universitaria!
Lugar: Epopeya del Café. Costado
oriente del Teatro Universitario
Invita: División de Cultura y Patrimonio
La Canasta de la U Mercado Agroecoló-
gico vuelve a la ciudadela universitaria
para compartir con el público las expe-
riencias de siembra y cultivo sin agro-
químicos ni pesticidas y para seguir mo-
tivando a la comunidad universitaria a
propender por una alimentación saluda-
ble, sostenible y que promueva el mer-
cado local. La alimentación es una de
las acciones sociales y culturales más
importantes de todo colectivo humano,
33
 es por esto que, en nuestra Alma Máter
desde el 2016 se realiza la Canasta de
la U Mercado Agroecológico, un evento
que reúne saberes, experiencias gas-
tronómicas y conocimientos en el mis-
mo lugar.
viernes 25
10:45 a. m.
La mujer en la astronomía: una
revolución necesaria
Lugar: MUUA 3er piso, Sala de
exhibición de Ciencias (Astronomía)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
En el programa del mes de marzo UNI-
VERCITAS ofrecerá una perspectiva
analítica y crítica respecto al papel de
la mujer en la ciencia, en especial en
el contexto universitario y más espe-
cialmente en la universidad pública.
La conversación abordará aspectos
históricos, culturales y políticos que se
relacionan con una histórica predomi-
nancia masculina en la ciencia, casi
el 70% de quienes investigan en el
mundo son hombres (UNESCO), aún
cuando en Colombia más de la mitad
de las personas que cursan estudios
universitarios son mujeres. En UNI-
VERCITAS trataremos de llevar este
tema de la esfera de lo cuantitativo a
lo cualitativo, donde la ciencia no de-
manda un género, orientación sexual
u origen étnico para ser desarrollada.
cine
Celebración de las
Lenguas Nativas:
Maratón de cortos en
lenguas nativas
miércoles 2
2:00 p. m. Lugar: Auditorio principal del
Edificio de Extensión
Organiza: Permanencia Universitaria
- UdeA Diversa, Cabildo Indígena
34
Universitario y División de Cultura y
Patrimonio
Exhibición de cortos en lenguas embera,
minika, kriol, y Lengua de Señas
Colombiana
miércoles 9
2:00 p. m. Proyección del corto
documental “Corazón de Aɨdaɨza:
Entretejiendo saberes del pueblo
murui-muina y la comunidad ciega”
Lugar: Auditorio tercer piso del MUUA
Invita: División de Cultura y Patrimonio,
UdeA Diversa
Proyección del corto documental “Co-
razón de Aɨdaɨza” y posterior conversa-
torio con sus realizadores. ¿Qué pasa
cuando se encuentran varios epistemes
como el pueblo murui-miuna y la co-
munidad ciega? Juanchope, Armando,
Yuliet, Komuiyama y su familia intercul-
tural de Medellín, emprenden un viaje al
Amazonas, a encontrarse con la comu-
nidad ziorai para participar de una cere-
monia ancestral.
jueves 10
4:00 p. m. Cine Foro - Ciclo de Cine
Diverso: Cortometraje Madre
Link de inscripción: https://asone.udea.
edu.co/portafolio/#catalog/13453?even
ts=true
Invita: Facultad de Medicina
jueves 24
5:00 p. m. Proyección del
documental “El segundo entierro de
Alejandrino”
Lugar: Teatro Camilo Torres Restrepo
Invita: División de Culturas y
Patrimonio
Conversación con su director Raúl
Soto. La proyección y el conversatorio
cuentan con interpretación en Lengua
de Señas Colombiana.
miércoles 30
5:00 p. m. Proyección del documental
“DACHI Hermeregildo Chakiama
nuestro resguardo”
Lugar: Auditorio principal del Edificio de
Extensión
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Proyección del documental y posterior
conversación con su director, Edinson
Arroyo; Olowaili Green, realizadora au-
diovisual y un habitante del Resguardo
Indígena Hermeregildo Chakiama de
Farallones (Ciudad Bolívar, Antioquia),
el cual toma la decisión de implementar
un proyecto de soberanía alimentaria al
sembrar 30 hectáreas de alimentos y
reforzar el sembrado de cultivos de café
con los que ya cuenta la comunidad.
Cineclub Tardes
en el Paraninfo
martes 1
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Trance” Danny Boyle,
Reino Unido, 2013, 97’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
miércoles 2
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Mrs. Doubtfire” Chris
Columbus, Estados Unidos, 1993, 125’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
viernes 4
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Good Will Hunting” Gus
Van Sant, Estados Unidos, 1997, 126´
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
martes 8
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “The Long Kiss Goodnight”
Renny Harlin, Estados Unidos,
1996, 120’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
miércoles 9
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Dead Poets Society” Peter
Weir, Estados Unidos, 1989, 128´
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 10
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Paris, Texas” Wim
Wenders, Alemania, 1984, 144’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
viernes 11
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Good Morning, Vietnam”
Barry Levinson, Estados Unidos,
1987, 121’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
martes 15
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “The Majestic” Frank
Darabont, Estados Unidos, 2001, 152’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
miércoles 16
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Jumanji” Joe Johnston,
Estados Unidos, 1995, 104´
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 17
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Robot And Frank” Jake
Schreier, Estados Unidos, 2012, 90’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
viernes 18
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Patch Adams” Tom
Shadyac, Estados Unidos, 1998, 115´
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
martes 22
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Spellbound” Alfred
Hitchcock, Estados Unidos, 1945, 111’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
miércoles 23
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Más allá de los sueños”
Vincent Ward, Estados Unidos,
1998, 108’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 24
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Dark City” Alex Proyas,
Estados Unidos, 1998, 100’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
viernes 25
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Retratos de una obsesión”
Mark Romanek, Estados Unidos,
2002, 96’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
martes 29
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “The Forgotten” Joseph
Ruben, Estados Unidos, 2004, 96’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
miércoles 30
4:00 p. m.
Ciclo: “Robin Williams”
Película: “Insomnia” Christopher
Nolan, Estados Unidos, 2002, 108’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 31
6:00 p. m.
Ciclo: “El olvido en el cine”
Película: “Mentes en blanco” Simon
Brand, Estados Unidos, 2006, 80’
Lugar: Sala de Cine Edificio San Ignacio
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Cine Indie
jueves 3
2:00 p. m.
Ciclo: “Naomi Kawase: único y
diferente”
35
 Película: “Una pastelería en Tokio”.
Naomi Kawase, Japón, 2015, 113’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
jueves 10
2:00 p. m.
Ciclo: “Naomi Kawase: único y
diferente”
Película: “Caracol (Katatsumori)”.
Naomi Kawase, Japón,1994, 45’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 17
2:00 p. m.
Ciclo: “Naomi Kawase: único y
diferente”
Película: “Suzaku”. Naomi Kawase,
Japón, 1997, 95’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 24
2:00 p. m.
Ciclo: “Naomi Kawase: único y
diferente”
Película: “Shara”. Naomi Kawase,
Japón, 2003, 100’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
jueves 31
2:00 p. m.
Ciclo: “Naomi Kawase: único y
diferente”
Película: “El bosque del luto (Mogari no
mori)”. Naomi Kawase, Japón, 2007, 97’.
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
36
Cine UdeA
viernes 4
12:00 m.
Ciclo: “¡Desobedecer!”
Película: “Rojo Amanecer”. Jorge
Fons, México, 1989, 96’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura
y Patrimonio
viernes 11
12:00 m.
Ciclo: “¡Desobedecer!”
Película: “La noche de Tlatelolco”.
Carlos Bolado, México, 2013, 110’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura
y Patrimonio
viernes 18
12:00 m.
Ciclo: “¡Desobedecer!”
Película: “Inglorious Bastards”.
Quentin Tarantino, Estados Unidos,
2009, 146’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura
y Patrimonio
viernes 25
12:00 m.
Ciclo: “¡Desobedecer!”
Película: “La Noche de los Lápices”.
Héctor Olivera, Argentina, 1996, 106’
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Invita: División de Cultura
y Patrimonio
Soundieclub
viernes 4
4:00 p. m.
Ciclo: “MTV: Los 80’s y la época
dorada del videoclip”
Película: “MTV: Los 80’s y la época
dorada del videoclip – Parte 1”
Múltiples directores, 70’ –
12 Videoclips
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Organiza: Soundieclub, Facultad de
Comunicaciones y Filología
viernes 18
4:00 p. m.
Ciclo: “MTV: Los 80’s y la época
dorada del videoclip”
Película: “MTV: Los 80’s y la época
dorada del videoclip – Parte 2”
Múltiples directores, 70’ –
12 Videoclips
Lugar: Sala de Cine Luis Alberto
Álvarez (10-217)
Organiza: Soundieclub, Facultad de
Comunicaciones y Filología
conversatorios
y cátedras
todos los miércoles
Cátedra Abierta Instituto de Filosofía
4:00 p. m.- 6:00 p. m.
Lugar: Zoom
Invita: Instituto de Filosofía
todos los martes
Aula Abierta Alejandro Alberto
Restrepo Restrepo
A las 10:00 a. m.
En el canal de Canal de YouTube
Biblioteca Pública Piloto https://www.
youtube.com/c/bibliotecappiloto
Invita: Instituto de Filosofía
 miércoles 30
2:00 p. m.
Charlas bajo el agua
Lugar: Sala de Ciencias MUUA (Peces
y anfibios)
Invita: División de Culturas y
Patrimonio
El fitoplancton, es un grupo ecológico,
formado por microorganismos en su ma-
yoría fotosintéticos llamados microalgas.
Están adaptadas a vivir en aparente sus-
pensión en las grandes masas de agua
del océano y de lagos. Recientemente,
dos estudiosos del fitoplancton, Luigi
Naselli-Flores y Judit Padisak (2022), se
dieron a la tarea de enumerar y destacar
los servicios que presta el fitoplancton,
tratando de demostrar cómo su actividad
es fundamental para regular y sostener
la vida en nuestro planeta.

música
del 21 de febrero
jueves 3
al 21 de marzo
4:00 p. m.
lunes a jueves a las 4:45 p. m.
Proyecto de renovación sala de larga duración de Antropología, Graciliano
Viernes 3:45 p. m.
Arcila Vélez
Colofón musical ancestral
Lugar: MUUA-301
Lugar: Biblioteca Carlos Gaviria Díaz
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Invita: Sistema de Bibliotecas
Invitados: Roberto Lleras Pérez. Ph. D. Académica Colombiana de Historia
Carl Henrik Langebaek Rueda. Magister y Doctor en antropología de la
Universidad de Pittsburgh viernes 4
Joaquín Otero Santillán, M.A. Arqueólogo magister e historiador de la Universidad 6:00 p. m.
Panteón-Sorbona, Paris 1, Francia. Coordinador del equipo de Arqueología de Orquesta Sinfónica de Estudiantes
INGETEC S. A. S. Facultad de Artes
Moderador: Hernán Alberto Pimienta Buriticá. Antropólogo Universidad de Lugar: Teatro Universitario
Antioquia. Curador Colección de Antropología – MUUA Invita: División de Cultura y Patrimonio
La Orquesta Sinfónica de Estudiantes
martes 8 del Departamento de Música de la Uni-
versidad de Antioquia está conformada
4:00 p. m.
por estudiantes de los programas de
Cátedra Abierta en Salud Colectiva: Diálogos de saberes y prácticas por la
música de la Facultad de Artes, y se
vida”
concibe como espacio de fortalecimiento
Lugar: Plataforma Google Meet: meet.google.com/dfp-qfyd-wue
académico y proyección artística de las
Invita: Facultad de Enfermería

37
 prácticas de conjunto de gran formato que se desarrollan en dicho departamento. martes 29
Para ello, esta agrupación aborda repertorios diversos de grandes compositores uni-
6:00 p. m.
versales, así como obras latinoamericanas y colombianas, que se articulan a las
Temporada de piano: Jóvenes
propuestas formativas que ofrece el programa a su población estudiantil. En la actua-
pianistas de la UdeA
lidad, la Orquesta está integrada por 60 músicos, bajo la dirección titular del maestro
Lugar: Teatro Universitario
Juan Pablo Noreña Cardona desde el año 2016, periodo en el cual se ha consolidado
Invita: División de Cultura y Patrimonio
como una agrupación de referencia en el panorama musical de la región. Para este
Recital de piano con estudiantes
concierto se interpretará obras de Strauss, Mozart y Suk.
avanzados del programa de piano de la
Facultad de Artes de la UdeA

visitas guiadas
viernes 11
2:00 p. m.
Visita temática: Mujeres al Fresco en
la UdeA
Lugar: Presencial - Bloque 16
Invita: División de Cultura y Patrimonio
La visita “Mujeres al fresco en la UdeA”
será conducida por los guías culturales
que tratarán temas como el arte, la be-
lleza, la educación, las feminidades. Así
mismo, sobre la mujer en relación con
la transformación social e ideológica en
la escena artística en Colombia entre
otras temáticas que giran alrededor de
la participación de la mujer colombia-
na en los distintos escenarios educati-
vos, artísticos y sociales de la historia
nacional.

lunes 14
10:00 a.m
Recorrido sensorial
Lugar: Bloque 16
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Se abordarán los patrimonios artísticos de la Universidad de An-
tioquia. Este viaje sensorial pondrá a prueba nuestra imaginación
a través de sonoridades, relatos, audiodescripciones, imágenes
de las obras; detalles que permitirán una construcción mental de
cuatro obras maestras presentes en el campus, todas ubicadas
alrededor de la plazoleta central.

38
 viernes 18
2:00 p. m.
Saberes y sabores
Lugar: Bloque 16
Invita: División de Cultura y Patrimonio
En el marco de la celebración del día
mundial de la vida silvestre, que se ce-
lebra el 3 de marzo, el Programa Guía
Cultural lleva a cabo esta visita temáti-
ca. Las plantas son por excelencia una
fuente de alimento y nutrición, la visita
temática: saberes y sabores vincula las
plantas y la cocina, invitando a los visi-
tantes a degustar un derivado alimenticio
de ciertas especies de plantas, y conocer
a través de sus sentidos la influencia que
estos tienen en el cómo percibimos los
alimentos.
danza
viernes 25
6:00 p. m.
Sin fronteras: danza folclórica
internacional
Lugar: Teatro Universitario
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Más allá del acento, el tono de piel o la
estatura, llevamos en nuestro cuerpo la
impronta de los pueblos del mundo. Por
ello, la danza propia de cada región es
un manifiesto de costumbres, creencias
o prácticas; así como esta agrupación
una propuesta para recorrer lo que, en
la distancia, nos resulta desconocido.
La agrupación, con la dirección de Die-
go García y la dirección artística de
Mario Aceves, cuenta con veintiséis bai-
larines comprometidos con la creación
colectiva que tendrán como tema las
costumbres e idiosincrasia del “México
lindo”.
teatro
Títeres en escena:
Nuestro teatro de muñecos cuenta his-
torias relacionadas con los temas cien-
tíficos y culturales del Museo Universi-
tario. Los guiones de las obras se desa-
rrollan para presentaciones en contex-
tos familiares así como cotidianos para
niños y niñas, que además de hacerlos
sentir incluidos en las historias, buscan
estimular su imaginación
sábado 5
11:30 a. m.
Obra: Colorín colorado, ¿quién te ha
creado?
Lugar: MUUA 3er piso, Auditorio
principal (15-301)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Un viaje en el tiempo podría ayudar a
nuestros personajes a resolver algunas
dudas respecto al origen de la vida, e in-
cluso para entender las diferencias en-
tre la evolución y la creación, así como
la aparición de los primeros humanos.
Sin embargo la búsqueda de respues-
tas en el mundo de las ciencias y las
creencias abre un universo de pregun-
tas que nuestros protagonistas deberán
enfrentar como equipo.
sábado 19
11:30 a. m.
Obra: Hablando con los animales
Lugar: MUUA 3er piso, Auditorio
principal (15-301)
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Una caminata por el bosque puede
conllevar a un asombroso viaje de des-
cubrimiento: en esta obra podrás unirte
al grupo de fotógrafos de la vida natu-
ral que conocen los diferentes tipos de
animales del bosque y aprenden a cui-
dar de los ecosistemas para que florez-
ca y prospere la vida.
sábado 26
10:00 a. m.
Sábados en familia: Taller Clown
Lugar: Teatro Camilo Torres Restrepo
Invita: División de Cultura y Patrimonio
En el marco del mes del teatro se rea-
lizará un taller con demostración en
clown para todo público, explorando
las distintas facetas artísticas que tie-
ne cada persona para darle un sello a
su personaje clown.
martes 29
11:00 a. m.
Teatro/Lenguas y culturas
ancestrales: Crónicas de Soledad o
cómo se mata a un muerto
Lugar: Teatro Universitario
Invita: División de Cultura y Patrimonio
Recorrido fantástico por el mundo
macondiano, avivando los recuerdos,
acompañados por la música del Caribe
y trayendo a la memoria las historias
de soledad de hombres y mujeres de
este mundo literario que se transforma
en la experiencia escénica Crónicas de
soledad.
jueves 31
6:00 p. m.
Moulin Rouge
Lugar: Teatro Universitario
Invita: División de Cultura y Patrimonio
El amor la belleza y la sensualidad se
mezclan en esta pieza teatral donde los
personajes transitan entre la supervi-
vencia en un mundo marginado por la
sociedad y entre el amor puro de esos
que ya no se encuentran.
39