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Título Principio de la dignidad humana dentro del marco de los centros carcelarios

y penitenciarios en Colombia

Autor Juan Sebastián Latorre Hernández 42172070

Presentado a: Dr. Josué Otto de Quesada Varona

Profesor

Delimitación del problema de investigación

Universidad Libre

Facultad de Derecho

Centro de Investigaciones Socio jurídicas

Bogotá D.C.

2022
Delimitación del problema de investigación

El hacinamiento carcelario y penitenciario es una situación grave que se vive actualmente


en Colombia, debido al incremento de reclusos y la baja capacidad carcelaria la cual no está
respondiendo a dicha demanda, Lo cual conlleva a una afectación a los derechos
fundamentales de las personas privadas de la libertad ya que no se les está brindando las
condiciones fundamentales, básicas y humanas , llegando al punto que no se pueden
considerar sitios seguros ni para los internos, ni para el personal que trabaja con ellos.

Según informe estadístico del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario en el año


2019 se registran 132 establecimientos penitenciarios nivel nacional (126 establecimientos
penitenciarios y/o carcelarios, 5 complejos penitenciarios y carcelarios y 1 colonia penal
agrícola) en los que se cuenta con una capacidad total para 80.260 presos. Sin embargo,
con datos Estadísticos del INPEC hay una sobrepoblación de 44.032; Donde los números
son cada vez más crecientes y han venido en aumento ya que en 2019 había 123.802
privados de la libertad y en 2018 la cifra era de 118.513, con una sobrepoblación (54,3 %
de hacinamiento).

La Constitución Política Colombiana en el artículo primero trae consagrado que


Colombia está fundada bajo el principio de la dignidad humana, reconocido también en la
ley 599 del 2000 en su artículo primero y en la ley 1709 de 2014 en su artículo cuarto, este
principio fue desarrollado por la Corte constitucional en la Sentencia T-881/02 que
determino que el Derecho a la vida digna y dignidad humana en Colombia que debe ser
entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de determinarse
según sus características (vivir como quiera), como ciertas condiciones materiales concretas
de existencia (vivir bien) y la intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física
e integridad moral (vivir sin humillaciones). A Pesar de ello la Corte Constitución en la
sentencia T-232/2017 reconoce la situación precaria en los centros penitenciarios del país y
que se videncia una violación masiva a los Derechos y principios fundamentales de los
reclusos en el país. Violación fundamentada en una sobrepoblación que se limita ante una
precaria infraestructura que resulta ineficiente y la falta de una política criminal generando
graves deficiencias en condiciones de reclusión.
Así mismo la sentencia T-133/06, hace referencia al derecho fundamental de la
Dignidad Humana que tienen las personas privadas de la libertad y que debe ser respetado
por ser un derecho pleno y atribuible a cada persona por el hecho de serlo. La Corte
Constitucional ha señalado el derecho fundamental de la Dignidad Humana como un
derecho fundamental, autónomo y subjetivo, al contener los elementos de todo derecho,
pues encontramos un sujeto activo determinado, un objeto de protección delimitado y un
mecanismo judicial para su protección, por lo tanto, la dignidad humana debe ser entendida
como un principio constitucional y un derecho fundamental autónomo. Sin embargo, la
misma Corte Constitucional en Sentencia T-143 de 2017 se ha manifestado ante la
situación de los centros penitenciarios y carcelarios, esta ha dicho que se vulneran los
derechos fundamentales a la vida en condiciones de dignidad de una persona privada de la
libertad cuando se encuentran sometidas a condiciones de hacinamiento, al no contar con
un espacio individual, precisando que se debe garantizar el Derecho y principio de igualdad
y dignidad humana a los presos, ya que aunque se encuentren privados de la libertad y
tengan el Derecho a la libertad suspendido, aun son seres humanos y personas a las que se
le deben garantizar sus derechos sustanciales y principios fundamentales.

Es entonces que la dignidad humana es un principio moral y jurídico, el cual debe


garantizar la igualdad y el respeto de esta frente a todas las personas sin excepción alguna,
además se encuentra relacionada con la libertad, responsabilidad de los seres humanos con su
propio ser, oportunidad, capacidades, justicia social, bien común, anhelos, y deseos o
necesidades de las personas. Dentro de este principio son comprendidos los derechos
fundamentales consagrados en la Constitución, declaraciones y tratados internacionales, y
existe una responsabilidad por parte del Estado para que haya un correcto ejercicio de este,
de tal manera que no permite tratos inhumanos ni degradantes contra las personas ya que esto
la lesionaría. Además, los gobiernos deberán garantizar a sus ciudadanos unos mínimos
exigibles para que sean capaces de vivir bien.
Marco Conceptual

A lo largo de los años se ha hecho énfasis en la necesidad de reconocer, garantizar y


respetar los derechos fundamentales que tienen todas las personas privadas de libertad, ya
que la privación de su libertad no implica que estas no deban ser tratadas humanamente, y
que se deba respetar su dignidad, su vida, su integridad física, psicológica y moral. En este
caso las personas que se encuentran privadas de la libertad y sus derechos se convierten en
una responsabilidad del Estado que se deriva de la relación de sujeción que se crea entre la
persona privada de la libertad y el Estado o nación, sujeción que nace del sujeto mismo que
es titular de los derechos que en este caso serían las personas como tal.

La presente investigación se encuentra bajo un enfoque funcionalista ya que las


estructuras gubernamentales y sociales que se encuentran encargadas de la defensa de los
derechos de las personas privadas de la libertad no cumplen con su función creando una
tensión entre lo establecido por la norma y la realidad social aspecto que pone en grave
riesgo tanto la estabilidad del ordenamiento jurídico como la estabilidad social que es el
pilar fundamental del funcionalismo que plantea Cadenas (2016).

La dignidad humana se entiende como el reconocimiento de la humanidad de una


persona y todas las cualidades y derechos que derivan de esta, por lo que dicho
reconocimiento requiere el respeto y tolerancia por la persona en sí misma y todo lo que
este significa, (Carpizo, 2011; Valls, 2011; Nikken, 2013; Lopez, 2014 y Hernández &
Jiménez, 2017), la dignidad humana es un adjetivo inherente a los hombres, mujeres, niños
y niñas que tiene una connotación diferente dependiendo de la persona de la que se esté
hablando, puesto que la prioridad y necesidades varían de una persona a otra y que también
depende del momento de concreción ya que hay varios conceptos que por la evolución que
han tenido a nivel mundial tienen un resignificado a nivel regional debido a los trasplantes
jurídicos de cada ordenamiento podría englobarse en “todas aquellas condiciones que
garanticen el desarrollo de todos los derechos de las personas para que estas tengan una
vida integra” (Carpizo, 2011, pág. 5), lo que presupone el cumplimiento de unos estándares
mínimos para que las personas puedan desarrollar su proyecto de vida, convirtiéndose esta,
la dignidad humana, en una premisa fundamental para la garantía de los demás derechos
fundamentales (Valls, 2011; Nikken, 2013 y López, 2014).

Los enunciados sobre la importancia de la dignidad humana es la misma para todos


los autores consultados y radica en la constitución de esta como los estándares mínimos de
existencia y subsistencia de los seres humanos para garantizarles una vida que les permita
ver cumplidos todos sus derechos humanos y que no vulnera su vida, su integridad, su
libertad y todos los derechos que derivan de estos principios fundamentales que no pueden
desarrollarse si no se les garantiza a las personas su dignidad ya que, está más que ser un
derecho fundamental es un principio fundamental de las sociedades democráticas que
protege la autonomía personal, se impone como exigencia de crecimiento y se manifiesta en
condiciones de vida que atiendan la integridad personal, la salud, el respeto, la convivencia,
el reconocimiento de las diferencias y la ausencia de discriminación.

La dignidad humana tiene varios elementos y puede presentarse bajo varias


circunstancias, ya que este principio que también es considerado un derecho fundamental
supremo, la dignidad humana se puede presentar en un ámbito social, cultural, político,
económico, ambiental y cosmogónico, sin ser excluyente de otras formas o situaciones
(Valls, 2011 y Lopez, 2014), ya que la dignidad humana tiene un componente integrador
que va de la mano también de todas aquellas características que poseen los derechos
humanos y entre las cuales se encuentran la irrenunciabilidad, la universalidad y la
interdependencia que en ultimas garantizan que la dignidad humana se predique respecto
de todos, sin excepción alguna y de forma integral (Hernández & Jiménez, 2017)
manifestándose en lo jurídico, ya que la dignidad humana también constituye una garantía
que el Estado debe satisfacer para lograr la subsistencia digna de los individuos .

La garantía y desarrollo de la dignidad humana requiere de varios elementos, no


obstante aquellos sin los cuales este principio y derecho no pueden concebirse abarcan un
sistema constitucional de principios, derechos y garantías, habitantes, territorio, formas de
participación y organización estatal, así como un régimen económico y social en el que se
vean representados los intereses personales de cada ser humano (Hernández y Jiménez,
2017), no obstante, dichos elementos requieren del reconocimiento y voluntad estatal para
ser cumplidos a cabalidad por lo que, dentro de las cosas que no pueden omitirse también
cabe enmarcar la responsabilidad estatal respecto de la garantía de la dignidad de las
personas (Nikken, 2013) pues, es al fin y al cabo el Estado a través de sus entidades y
diferentes políticas públicas el que creará las condiciones necesarias para que las personas
gocen de su dignidad y sus derechos fundamentales ( Carpizo, 2011 y Valls, 2011).

Para lograr garantizar la dignidad humana, deben interactuar varias herramientas


socio jurídicas para así lograr el cumplimiento y la eficacia de los mecanismo diseñados
para garantizar y materializar los derechos fundamentales, y es precisamente su eficacia,
donde nace la brecha diferenciadora de las teorías sobre democracia y la realidad social
(Carpizo 2011 y López, 2014), es por ello que se debe poner a disposición del
cumplimiento de esta dignidad humana todos los recursos que el Estado tenga a
disposición, siendo las herramientas constitucionales e internacionales los que mayor grado
de efectividad tienen ya que proveen un mayor grado de exigibilidad (Valls, 2011 y
Nikken, 2013), sin dejar de lado los recursos normativos sobre todo aquellos de carácter
local que son los encargados de promover y desarrollar desde las entidades más próximas a
la comunidad, la garantía de la dignidad humana y sin perder de vista el recurso de tutela o
de amparo que sin ser apegado a la formalidad y positivismo jurídico, le permiten a las
personas tutelar sus derechos de forma inmediata para que en caso de que los otros
mecanismo fallen, se pueda poner en marcha todo el andamiaje jurídico y se proceda a la
inmediata reparación de estos derechos (Hernández & Jiménez, 2017).

En conclusión, la dignidad humana puede concebirse como un valor o un derecho


inviolable e intangible de la persona que tiene una doble connotación, ya que es un derecho
fundamental y es un valor inherente al ser humano: porque solo por el hecho de ser una
criatura sobre la cual recaen diversos derechos humanos que deben garantizarse a la luz de
los principios fundamentales que son la libertad, la integridad y el bienestar; porque su
importancia radica; en que se convierte en el primer requisito para que las personas puedan
desarrollar su vida de acuerdo a sus planes y además, premisa fundamental para respetar a
las personas y todo lo que viene inmiscuido respecto a su humanidad, tales como los
derechos fundamentales. La dignidad humana puede predicarse desde muchos ámbitos,
tales como los derechos civiles; políticos; ambientales y fundamentales, dependiendo de
cada persona; pues la vulnerabilidad de algunas requerirá de mayores esfuerzos por parte
del Estado. Sin embargo, no puede perderse de vista que hay algunos elementos que no
deben omitirse en el desarrollo de la garantía de la dignidad humana, tales como son la
responsabilidad que tiene el Estado frente a la garantía de la dignidad humana de todos sus
habitantes, y el cumplimiento de los derechos humanos desarrollando políticas de
promoción; prevención; acción y reparación, para de esta forma, poder garantizar una vida
digna. La dignidad se predica desde varios ámbitos y circunstancias y abarca todos los
derechos sociales, civiles, políticos, ambientales y también, las características de cada uno
de estos derechos en donde se resalta la universalidad e interdependencia, y la utilización
de cada uno de los recursos jurídicos que componen el andamiaje de un Estado Social de
Derecho pero principalmente, el recurso de tutela o amparo para que sí, las disposiciones
normativas fallan, pueda repararse de forma integral y completa.
Marco Jurídico.

Los derechos humanos y fundamentales son inherentes de todas las personas por su mera
condición de seres humanos, a nivel internacional y nacional se ha hecho énfasis en el
hecho de que todas las personas independientemente de su raza, genero, edad o condición
son destinatarios de derechos humanos, situación que también aplica para las personas
privadas de la libertad que también son sujetos de derechos, por lo que el Estado debe
garantizar el cumplimiento y garantía de sus derechos mientras cumplen una medida
privativa de la libertad intramural porque estas personas no pueden garantizarse así mismos
ciertas condiciones de vida, por lo que se vuelve responsabilidad del Estado garantizarles a
estas personas sus derechos fundamentales tales como la dignidad humana, el derecho a la
salud, el derecho a la alimentación, la vida, la integridad personal utilizando todos los
mecanismos para salvaguardarlos.

Asimismo, la calidad de sujetos de derechos de una persona busca garantizar a las


personas su bienestar a través de los Derechos Humanos que son inherentes al ser humano
y buscan salvaguardar a la persona en todo contexto y circunstancia de la vida, entre ellos
la vida misma, la integridad, la libertad, entre otras a partir de ello a nivel normativo se
inicia con la fuente base de toda la legislación Colombiana y es que en la Constitución
Política de 1991, se ha proclamado el avance más significativo en materia de
reconocimiento de derechos, pues desde su primer artículo reconoce que Colombia es un
Estado Social de Derecho, de igual manera en su artículo 2 estipula los fines esenciales del
Estado entre ellos garantizar los Derechos Humanos, en esa misma línea pero enfocado a
las personas privadas de la libertad está la ley 1709 de 2014 en su artículo 5 que estipula
que en los establecimientos de reclusión prevalecerá el respeto a la dignidad humana, a las
garantías constitucionales y a los Derechos Humanos, sin embargo no estipula como se
podrán garantizar los Derechos Humanos ya que en este aparte no se tiene en cuenta los
graves problemas que existen en el sistema penitenciario que hacen que los Derechos sean
vulnerados, es el caso del hacinamiento en decretos y resoluciones no se encuentra nada
sobre el tema.

Jurisprudencialmente se encuentran tres sentencias, la primera la sentencia T-596 de


1992 la Corte ha postulado que la Dignidad de la persona humana, más que un derecho en
sí mismo, constituye el fundamento de todos los derechos, la segunda es la sentencia C-144
de 1977 que estipula que las penas tienen como finalidad buscar la resocialización del
condenado, en el marco del respeto por su autonomía y dignidad, siendo este último uno de
los objetos de protección del derecho penal bajo un modelo de un Estado Social
Democrático de Derecho y por último la sentencia STP 10637 de 2018 señala que aunque
las personas privada de la libertad tengan unas limitaciones sus Derechos se deben seguir
respetando entre esos el de tener una familia, pero sigue existiendo un vacío ya que no se
establece de qué manera se van a garantizar esos Derechos en las condiciones vulnerables
de la prisión.

Por lo tanto, los Derechos Humanos se hacen importantes ya que es la manera de


proteger la misma, en eventos como la privación de la libertad estos se pueden ver más
vulnerables y por ello merecen la protección correcta, respecto a ello la Declaración
Universal de Derechos Humanos en su artículo 2 estipula que todos tenemos los mismos
Derechos y no puede existir ninguna clase de discriminación, continuando con ello la ley
65 de 1993, artículo 79 señala que las personas privadas de la libertad tienen el Derecho y
el deber de trabajar y tener sus privilegios con ello, se entiende esto como un acercamiento
a la vida en sociedad ya que no se priva del todo a aquellas personas aunque no puedan
hacer de la misma manera ese tipo de actividades se les debe dar una puerta entre la
realidad y su privación de la libertad, a pesar de ello no se tiene en cuenta más alternativas
para garantizar esta posibilidad a más privados de la libertad , de la misma manera la ley
1709 en su artículo 9 establece que el sistema penitenciario al ser titular de las personas
privadas de la libertad de la misma manera debe garantizar los Derechos y protegerlos pero
ello se hace difícil y la ley no tiene en cuenta los problemas dentro de las penitenciarías
como el hacinamiento que no es un secreto para nadie y las precarias de condiciones de
vida que se derivan de ello, en decretos y resoluciones no se encuentra nada específico del
tema.

En cuanto a jurisprudencia se encuentra la sentencia T-706 de 1996 la cual establece


que la restricción a los derechos fundamentales de los reclusos, derivada del ejercicio de las
facultades de las autoridades carcelarias, sólo es viable en cuanto tienda a hacer efectivos
los fines esenciales de la relación penitenciaria, esto es, la resocialización del interno y la
conservación del orden, la disciplina y la convivencia dentro de las prisiones, sin embargo
nunca se les quitaran los mismos y la sentencia 2016-00057 de 02 de Junio de 2016 la cual
habla de los Derechos que más se vulneran en las cárceles los cuales son los de la vida, la
dignidad y la libertad que aunque la persona esté en la cárcel no significa que pierdan estos
Derechos y se les debe garantizar de la misma manera.

Por ende, la aplicabilidad de los Derechos Humanos es una sola y es en todo


momento de la vida ya que los mismos son irrenunciables, de esta manera en la
Constitución Política de Colombia se estipula en el artículo 5 que el Estado reconoce, sin
discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona de igual
manera entrando en el ámbito de las personas privadas de la libertad la ley 65 de 1993 en el
artículo 58 señala que al momento de una persona entrar a una penitenciaria se le dirán
todos sus Derechos y deberes ya que nunca se podrán limitar los Derechos de una persona
sin importar la circunstancia en la que se encuentre, en decretos y resoluciones no se
evidencia nada en concreto y en la sentencia T-522 de 1992 se reconoce un Derecho
humano muy importante que es el de la salud, precisamente por la relación de especial
sujeción del recluso al Estado, este se erige en garante de su vida y debe cuidar de manera
absoluta de su salud aplicando en todo momento los Derechos Humanos y este que se ve
vulnerable ante la condiciones de salubridad en la que viven en aquellos lugares por la
cantidad de personas que hay y la poca disponibilidad de profesionales en la salud.

Respecto a los Derechos Humanos no se puede omitir los mecanismos de


protección que hay para hacer respetar los mismos, en la constitución política en su artículo
13 se estipula que todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades, de esta isma manera en la ley 65 de 1993, artículo 9 señala que la pena tiene
función protectora y preventiva es decir también busca proteger a quien este privado de la
libertad es decir en sus Derechos, en la misma ley en el artículo 104 dice que las personas
privadas de la libertad se les protegerá con los mecanismos idóneos su Derechos en especial
el de la salud sin discriminación por su condición jurídica, en resoluciones y decretos no
hay nada al respecto, en la sentencia C-318 de 1995 se establece las condiciones mínimas
en las que debe estar una persona privada de la libertad, respecto a sus necesidades básicas,
ello con ayuda de mecanismos de defensa de los Derechos Humanos, sin embargo es de
difícil aplicación por las condiciones de vida de estos establecimientos donde es deplorable
la vida, ya que no se aplican las disposiciones, en la sentencia T-153 de 1998 se establece
que se dan muchas violaciones a los Derechos Humanos dentro de las penitenciarías, lo
cual está prohibido sin embargo rescata que se deben proteger la integridad personal, su
derecho a la familia y deben haber mecanismos para defenderlos, por último la sentencia
STP 14283 de 2019 estipula que deben utilizarse todos los mecanismos en defensa de los
Derechos Humanos aun cuando exista un problema de hacinamiento.

Los recursos legales que se esperan utilizar en este concepto son todos ya que es
la base que regula la normatividad en general, en la constitución en el artículo 15 señala
que todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen
nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar por todos los medios, en este
mismo sentido está la ley 65 de 1993 en el artículo 116 el cual dice que el Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), con concepto favorable del Ministerio de
Justicia y del Derecho, expedirá el reglamento disciplinario y del mismo modo protegerá
por todos los medios los Derechos Humanos, como en los anteriores analizadores acá
tampoco se encuentra nada respecto a decretos y resoluciones, en sentencias se encuentra la
sentencia T-388 de 2013 se señala que hay una ausencia notoria de medidas legislativas,
administrativas y presupuestales los cuales deben ser reparados prontamente ya que son los
recursos de protección, la sentencia C-328 de 2016 estipula que se debe garantizar la
resocialización y eso se hace por medio de recursos constitucionales y la sentencia STP
4461 de 2017 dice que se debe garantizar todos los recursos de defensa a las personas
privadas de la libertad por parte de Ministerio del interior y el de justicia.

De lo anterior se puede concluir que las premisas evidencian la existencia de


diversas normas que fueron creadas y complementadas internacionalmente en pro de la
defensa de los Derechos Humanos de las personas privadas de la libertad, se causa la
ineficacia de la norma debido a que si bien se quiere garantizar la protección y aplicación
efectiva de estos Derechos la norma deja por fuera soluciones o programas que
efectivamente cubran la totalidad de estas personas, si bien cómo se puede apreciar
anteriormente hay distintos problemas con las garantías debido a malas condiciones a causa
principalmente del hacinamiento carcelario la ley no suple los vacíos ante cualquier
situación de vulnerabilidad, tan solo habla de manera general, así que hace falta un
complemento para su aplicación correcta y del mismo modo para que la norma sea garante
del todo, hay que resaltar el esfuerzo que ha querido hacer el gobierno frente a este caso sin
embargo al no hablar de soluciones frente a todas las posibles vulneraciones y las
condiciones de vida se hace vacía e ineficaz la normatividad en este asunto.

Por último, el Estado, junto con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, la


Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios y los centros carcelarios, es sobre quienes
recae la obligación de conceder y garantizar dicho servicio a las personas recluidas, además
les corresponde la creación de políticas que colaboren y mejoren la prestación del servicio.
Aunque son todas entidades gubernamentales, el dar esta obligación a todas y no a una sola,
solo conlleva a la falta de garantía del servicio. Por lo anterior, se asocian las dificultades
de la población carcelaria con la eficacia, la cual el sociólogo Luhmann (2012) la ve desde
la institucionalidad. Es decir, se trata de un problema de institucionalidad, en donde la
norma, que es la jurisprudencia y la legislación, y el proceso legal, la prestación del derecho
al servicio de salud, van de la mano, pero no están cumpliendo con el desarrollo social.
Muestra de esto es la no cobertura y garantía del servicio de salud, con todo lo que de ello
comprende; insumos, infraestructura y personal, para la población reclusa.
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