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Comprensibilidad: Que la información sea fácil de entender siendo presentada de forma clara y
concisa.
Por ejemplo: un estado financiero que discrimina los activos y los pasivos según sean corriente o
no corriente respectivamente y, además, anexa los comprobantes y boletas de los movimientos
más relevantes, tanto de ingresos como egresos, a fin de respaldar la información detallada.
Por ejemplo: una comparativa entre los tres últimos años, discriminando los activos y pasivos por
trimestre, podría ayudar a predecir los momentos de mayores gastos en el próximo año y pensar
estrategias acorde para afrontarlos.
Representación fiel: Que la información presentada cumple con la realidad económica actual.
Por ejemplo: Si se presenta un informe financiero con información real de las transacciones y
demás datos que dan como resultado los activos, pasivos y patrimonio de la entidad siempre que
cumplan los requisitos para su reconocimiento.
Por ejemplo: la omisión de una cifra correspondiente a una venta importante puede generar
dudas respecto al destino del capital: puede que solo se trate de una omisión de información o de
que alguien tomó de manera ilegítima ese capital.
Fiabilidad: Cuando la información está libre de error significativo y representa exactamente lo que
pretende representar.
Un ejemplo claro de la puesta en marcha de este principio son las mediciones periódicas de los
valores correspondientes a las depreciaciones de propiedad, planta y equipo, pues el valor ahí
calculado es una estimación y no podría ser un valor exacto.
Esencia sobre forma: Indica la representación fiel, que los recursos y hechos económicos deben
ser reconocidos y revelados de acuerdo con su esencia o realidad económica y no únicamente en
su forma legal.
Por ejemplo: Una práctica común en el sector hotelero consiste en manejar la contabilidad como
si esta fuera un presupuesto.
Prudencia: Es decir que se debe presentar toda la información prudentemente para no afectar las
decisiones sobre el patrimonio.
Por ejemplo: el cobro de una venta efectuada con un cheque con fecha diferida hay que esperar a
cobrar el efectivo para asentarlo como ingreso en el balance contable.
Integridad: Esto quiere decir que la información debe ser completa y real.
Por ejemplo: La omisión o alteración de datos o cifras al momento de presentar los informes
financieros con el fin de maquillar cifras va en contra de la integridad de la información contable.
Comparabilidad: Implica que la información sea similar a la presentada por otras empresas o en
diferentes medios con el fin de que se facilite su comparación.
Por ejemplo: Si se quiere revisar el histórico de los últimos 5 años en cuanto a ventas y gastos de
una compañía este debe ser fácilmente comparable de un año a otro o si queremos ver como esta
la empresa frente a otra del mercado la información debe estar dispuesta de manera tal que sea
fácil realizar la comparación.
Oportunidad: La oportunidad implica que la información está disponible para los usuarios en el
momento en que es más útil para la toma de decisiones.
Por ejemplo: un estado financiero anual que detalla las pérdidas durante un bimestre en
particular, pero sin haberlo detectado en el momento oportuno a fin de tomar las medidas
pertinentes en ese período. Contar con el registro de los datos recién a fin de año resulta
inoportuno porque no permite atender la situación ante la demora de la presentación de los
datos. Por eso, cada mes, deben presentarse avances o estados de situación parciales de los
balances contables.