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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE LA POLICÍA FEDERAL ARGENTINA

CICLO DE LICENCIATURA EN GESTION DE SINIESTROS

Tesina para optar por el Título de:

LICENCIADO EN GESTION DE SINIESTROS

Título de la Tesina:

“GESTION DE RIESGO ANTE INCENDIOS FORESTALES DE INTERFASE


EN EL EJIDO DE LA CIUDAD DE GENERAL ROCA, PROVINCIA DE RIO
NEGRO”

• Autor: Juan Daniel FERNANDEZ. -

• Tutor: Ingeniero Moisés A. FERREYRA.-

• Director de carrera: Licenciado Ricardo NIEVAS. -

-AÑO 2021-
INDICE

TITULO PAGINA

1. RESUMEN…………………………………………………………………………. 2

2. MARCO TEORICO……………………………………………………………….. 3

3. MARCO JURIDICO…..…………………………………………………………… 5

4. ESTADISTICA….………………………………………………………………….. 7

5. CONCEPTOS BASICOS SOBRE INCENDIOS FORESTALES…….. 22

5.1. DEFINICIONES GENERALES.………………………………………… 22

5.2. FACTORES QUE INTERVIENEN..……………………………………. 23

5.3. FORMAS DE PROPAGACION.………………………………………. 24

6. GESTION DE RIESGOS…………………………………………………………. 27

6.1. AREA ANALISIS DE RIESGOS……………………….……………….. 27

6.2. AREA REDUCCION DE RIESGOS…….……………………………… 30

6.3. AREA MANEJO DE EVENTO ADVERSO….……………………… 31

6.4. AREA RECUPERACION……..…………………………………………… 37

7. CONCLUSION……………………………………………………………………… 45

8. BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………. 48

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1. RESUMEN

El presente trabajo pretende introducirse en el estudio de los incendios


forestales de interfase circunscriptos al ejido municipal de la Ciudad de General
Roca, en la Provincia de Rio Negro. Si bien no se trata de un evento adverso
que involucre y afecte grandes extensiones de terreno, se ha caracterizado a lo
largo de la consideración de diversos segmentos de tiempo, por producir
cuantiosas pérdidas económicas a los productores de la zona, a la fauna y a la
flora reinante y a la población en general, por su condición de interfase. Por tal
motivo, se debe poner en valor y en perspectiva como un evento adverso a
considerar y se hace indispensable realizar un análisis desde el punto de vista
de la gestión de riesgos y la descripción de las distintas etapas de dicha
gestión y establecer criterios de actuación concretos y efectivos.

En este orden de ideas, es de hacer mención que las características propias


del evento adverso que nos ocupa, constituye una problemática común a todas
las ciudades que constituyen el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que es una
franja geográfica que abarca unos 110 km, desde la ciudad de Chichinales, en
la Provincia de Río Negro, hasta la Ciudad de Neuquén capital, donde las
condiciones meteorológicas y topográficas son idénticas, con pequeñísimas
variaciones en cuanto al diseño urbano de cada localidad asentada en dicha
franja.

Asimismo, y en función de lo previamente mencionado, se establecen


diferentes alertas de incendios forestales, en función de elementos incidentes
tales como el viento y la topografía, entre otros. Dichas alertas son ofrecidas en
forma pública por organismos estatales que tienen a su cargo dichos estudios.
En conjunción con ello, se han establecido diversas legislaciones a nivel
municipal, algunas con un tratamiento parlamentario avanzado, como
basamento legal a los fines ulteriores de establecer parámetros orientados a la
consideración integral de los incendios forestales de interfase, pero siempre
haciendo hincapié en la respuesta a dicho evento adverso, dejando que las

2
áreas y componentes previas a ésta, sean consideración exclusiva de las
instituciones que intervienen en la mencionada respuesta.
El presente trabajo está orientado a la consideración de todas las áreas y
componentes de la gestión de siniestros ante este evento adverso, definiendo
también los elementos propios de los incendios forestales, instituciones y
organismos intervinientes, observando también la objetivación de dichos
incendios como objeto para una eficiente gestión de siniestros.

2. MARCO TEORICO
En el presente acápite se establecerán las distintas definiciones para un mayor
entendimiento del tema en cuestión, tanto técnico desde el punto de vista de la
seguridad y del riesgo forestal específico, como aquellos orientados a la
gestión de siniestros, especificando las tareas realizadas en cada una de las
etapas que la componen, desde la identificación de amenazas y
vulnerabilidades hasta la recuperación de la zona afectada.

▪ Incendio forestal: “Proceso ígneo que se propaga libremente por la


vegetación con efectos no deseados para la misma”, también es
aceptada la siguiente definición: “Proceso ígneo que se propaga sin
estar sujeto a control humano, con efecto no deseado para la
vegetación”. (Sistema Nacional de manejo del fuego, Manual del
combatiente de Incendios forestales – pagina 4).
▪ Interfase rural-urbana: “Se denomina al área donde viviendas y otras
estructuras se hallan entremezcladas con la vegetación” (Felipe Ivandic
– “Incendios forestales en la interfase urbano rural: Características y
formas de proceder” – pagina 1)

▪ Amenaza: “Factor externo al sujeto, objeto o sistema expuesto,


representado por la potencial ocurrencia de un suceso de origen natural
o generado por la actividad humana, que puede manifestarse en un
lugar
3
específico, con una intensidad y duración determinadas” (Gestion de
Riesgos y Proteccion Ciudadana I, nucleo tematico 2, Lic. Nievas, 2017)

▪ Vulnerabilidad: “Factor interno de un sujeto, objeto o sistema expuesto


a una amenaza, que corresponde a su disposición intrínseca a ser
dañado”. (Gestión de Riesgos y Protección Ciudadana I, núcleo temático
2, Lic. Nievas, 2017)

▪ Riesgo: “Probabilidad de exceder un valor específico de daños sociales,


ambientales y económicos, en un lugar específico y durante un tiempo
de exposición determinado”. (Gestión de Riesgos y Protección
Ciudadana I, núcleo temático 2, Lic. Nievas, 2017)

▪ Gestión de riesgo: “Gestión del Riesgo componente del sistema social


constituido por un proceso eficiente de planificación, organización,
dirección y control dirigido al análisis y la reducción de riesgos, el
manejo de eventos adversos y la recuperación ante los ya ocurridos”.
(Gestión de Riesgos y Protección Ciudadana I, núcleo temático 2, Lic.
Nievas, 2017)

▪ Desastre: “Es todo evento violento, repentino y no deseado, capaz de


alterar la estructura social y económica de la comunidad produciendo
grandes daños materiales y numerosas pérdidas de vidas humanas y
que sobrepasan la capacidad de respuesta de los organismos de
atención primaria o de emergencia para atender eficazmente sus
consecuencias”. (Gestión de Riesgos y Protección Ciudadana I, núcleo
temático 2, Lic. Nievas, 2017)

▪ Emergencia: “Es cualquier suceso capaz de afectar el funcionamiento


cotidiano de una comunidad pudiendo ocasionar víctimas o daños
materiales, afectando la estructura social y económica de la comunidad

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involucrada y que pueden ser atendidos eficazmente con los recursos
propios de los organismos de atención primaria o de emergencia de la
localidad”. (Gestión de Riesgos y Protección Ciudadana I, núcleo
temático 2, Lic. Nievas, 2017)

3. MARCO JURIDICO

-Constitución Nacional, Artículo 41.

-Constitución de la Provincia de Rio Negro Sección Séptima, Política ecológica,


Defensa del medio ambiente, Artículos 84 y 85.

- Ley Nº 25.675. Ley General del Ambiente.

- Ley Nº 26.815. Sistema Federal de Manejo del Fuego.

- Ley N° 27.287. Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo de


Desastres y la Protección Civil (SINAGIR) - Decreto Reglamentario Nº 39/2017
y Nº 383/2017.

- Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 746/2017.

- Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 862/2017.

- D.A. Nº 1022/2017. Jefatura de Gabinete de Ministros, Ministerio de


Seguridad y Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

-Ley N° 2966 (14/03/96) Provincia de Rio Negro (creación del SPLIF).-

-Ordenanza 939/2015 Reglamento de Quemas. San Carlos de Bariloche.-

-Ordenanza Municipal Nº 4232 del Municipio de la Ciudad de General Roca.-

El marco legal vigente que rige la gestión integral del riesgo de desastres es la
Ley N° 27.287, sancionada en octubre del año 2016, a través del decreto
reglamentario N° 383/2017 donde se crea el Sistema Nacional para la Gestión
Integral del Riesgo (SINAGIR), el mismo está integrado por el Consejo
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Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil, el Consejo
Federal de Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil y la Secretaría
Ejecutiva. Tiene como objetivo integrar acciones y articular el funcionamiento
de los organismos del Gobierno nacional, los Gobiernos provinciales, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipales, las organizaciones no
gubernamentales y la sociedad civil, para fortalecer y optimizar las acciones
destinadas a la reducción de riesgos, el manejo de la crisis y la recuperación.

El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) es el organismo,


dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación,
encargado de la coordinación de los recursos requeridos para el combate de
incendios forestales, rurales o de interfase. El SNMF es responsable de
coordinar al Sistema Federal de Manejo del Fuego, un sistema conformado por
el propio SNMF, la Administración de Parques Nacionales, las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que está a cargo de las acciones de
manejo del fuego en todo el país.
Con respecto a la legislación local referida específicamente a este tema, se
destaca la vigencia de la Ordenanza Municipal Nº 4232, Apartado de Normas
de Calidad Ambiental, que prohíbe la quema de residuos, restos de poda y/o
cualquier material, estableciéndose la aplicación de multas ante el
incumplimiento de dicha normativa.
Esta norma establece, entre otros aspectos, que la quema de residuos de
cualquier índole, expele a la atmósfera efluentes o residuos gaseosos (polvos,
nieblas, humos, vapores o gases nocivos o irritantes) que pueden causar
perjuicio a la salud y el bienestar de las personas.
Así mismo, también pueden ocasionarse incendios dado los vientos
predominantes de la región, corriendo el riesgo de afectar propiedades vecinas
y recargando de ese modo el trabajo de los Bomberos Voluntarios de la ciudad.
Una buena práctica para disponer los restos de poda, ramas, hojas secas y
otros residuos de tipo vegetal es el compostaje, o en caso de volúmenes
grandes, es necesario disponerlos en la Planta de Residuos Sólidos
Domiciliarios I, sito en calle Vintter Nº 3550 de la ciudad de General Roca,
abierta de lunes a viernes, inclusive los feriados, de 7 a 19 horas.

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Esta normativa, se corresponde con la normativa nacional referente a la gestión
de riesgos en su espíritu preventivo, aunque su ampliación resulta a todas
luces necesaria en el contexto del presente trabajo.

Niveles de actuación
De acuerdo con la ley 26.815, promulgada el 10 de enero de 2013, el combate
de incendios forestales, se estructura en tres niveles operativos:
• Nivel 1. Actuación jurisdiccional. Frente a la fase de ataque inicial de
todo incendio, es la autoridad jurisdiccional la responsable de llevar a
cabo las tareas de control del fuego.
• Nivel 2. Actuación regional. Si la autoridad jurisdiccional considera que
su capacidad de respuesta se encuentra comprometida o agotada,
puede solicitar apoyo regional, eso significa movilizar personal,
materiales y equipos provenientes de las demás jurisdicciones que
integran la región.
• Nivel 3. Actuación extrarregional. Cuando la magnitud del incendio
supera el apoyo regional, se pide ayuda a la Central Nacional para
afectar recursos de otras regiones. Los recursos pueden ser brigadistas,
aviones hidrantes, helicópteros, camionetas y otros vehículos.
A ellos se suma el apoyo al combate, de naturaleza meteorológica, a través de
pronósticos, reportes y otros informes especialmente elaborados para
incendios activos.

4. ESTADISTICA

Síntesis estadística del país


Al respecto, y solo a los fines comparativos y estadísticos se puede dar una
semblanza bastante buena de la realidad de la situación de los incendios
forestales en Argentina, consultando los registros que cada provincia ofrece

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oficialmente sobre el tema de marras. Para ello se puede dividir al país en
regiones como: - Árida/semiárida – Mesopotámica - Andino-patagónica, -
Parque chaqueño.

Para el período 1985-1992 se puede alcanzar las siguientes conclusiones: La


región Andino-patagónica (período 1986-88) presentó la mayor superficie de
bosques afectada; la región Árida-semiárida (1986) resultó la mayor superficie
del país afectada por incendios, acompañada de una intensa sequía,
correspondiendo a Mendoza 550.000 ha, La Pampa 800.000 ha y San Luis
300.000 ha.
Causas principales
Las causas de los incendios pueden sintetizarse en dos principales:
1) quema de rastrojos en áreas de cultivos intensivos y semiextensivos.
2) quema de material vegetal muerto en pastizales seminaturales con distinto
grado de alteración.

Región Árida-semiárida
La Pampa: El fuego es una herramienta frecuente en el manejo de la
vegetación natural de esta provincia. Aproximadamente el 5% de los pastizales
naturales (de Stipa tenuis la mayoría) se quema anualmente. El 25% de los
pastizales seminaturales de Eragrostis curvula se quema anualmente, por lo
general en pastizales mal manejados y que por descontrol de la carga animal
se acumuló mucha materia orgánica al final de la temporada. Con quemas
controladas espaciadas 2-3 años se renueva el pastizal sin afectar la
productividad (de aprox. 7000 kg m. s./ha)
San Luis: Entre 60-200.000 ha de pastizales (de Stipa brachychaeta,
Pappophorum spp., Boutelowa spp., etc.) y de bosques nativos (Prosopis
caldenia, Geoffroea decorticans, Cercidium praecox subsp. praecox) se
queman anualmente. Gran incidencia sobre los escurrimientos superficiales (e
inundaciones) en la llanura bonaerense tienen las quemas en las serranías,
particularmente en la cuenca del Río V.
La Rioja: En esta provincia los incendios, esporádicos, en general cada 3-4
años y accidentales, ocurren en el sector E en la región de Los Llanos.

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Mendoza: La provincia presenta dos situaciones climáticas: al sur con
influencia Pacífica y con mayor número de tormentas eléctricas y el resto con
influencia Atlántica (sin tormentas eléctricas de importancia). En el sur la
quema intencional y por causas desconocidas alcanza al 60% de los hechos, el
40% restante se atribuye a rayos. En 1993- 94 760.000 ha de matorrales se
quemaron en un solo incendio. Al norte de la provincia los incendios ocurren
mayoritariamente en el piedemonte de la Precordillera, aquí las causas son
intencionales (por criadores de cabras) más del 80% y accidentales el resto.
Región Mesopotámica
Corrientes: Es sin dudas la provincia con mayor incidencia de los incendios. Es
normal su empleo. Se estima que anualmente se queman aproximadamente
1.800.000 ha. Es común la quema en parches de grandes extensiones,
próximos a aguadas. Suelen quemarse pastizales de Andropogon lateris,
Sorgastrum pellitum, Sorgastrum agrostioides, etc., quemas mal manejadas y
que alcanzan siempre a los bosques nativos y cultivados.
Entre Ríos: La quema anual se restringe a rastrojos de Lino y Trigo.
Buenos Aires: idem a la anterior, se quema aproximadamente el 3% de los
pastizales seminaturales.
Visión general por región: De la información disponible para el período 1985-92
(Irigoin, 93), y teniendo en cuenta superficie quemada, número de focos
registrados, época de ocurrencia y superficie por foco, se obtiene:
Andino-patagónica
Durante la sequía 1986-87 los incendios afectaron los bosques de Nothofagus
de Río Negro, Neuquén y Chubut (aproximadamente 25.000 ha). En general
predominan focos en superficies reducidas de hasta 5 ha, propio del
parcelamiento del área. Asimismo, las mayores incidencias son primavero-
estival, coincidentes con la mayor afluencia turística.
Mesopotámica
En general los incendios ocurren en superficies pequeñas, parcelas de hasta
50 ha, producto de la intensa actividad agrícola-forestal, afectando por ello
principalmente bosques cultivados. Las quemas se concentran en verano.

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Árida-semiárida
Es el área más afectada por incendios de la Argentina debido al empleo
generalizado del fuego en el manejo de la vegetación natural. El combustible
fino propio de esta unidad de vegetación favorece la rápida propagación del
fuego.
Parque chaqueño
Las quemas se centran en el sector occidental más seco, con vegetación
xerófila y donde se ubica la frontera agropecuaria del país.
Efecto sobre la dinámica de los NO3
Se trabajó en dos zonas -abierta bajo Stipa tenuis y -cubierta bajo Prosopis
caldenia, en dos áreas: testigo y quemado, en idéntica posición topográfica:
ladera media, se obtuvieron muestras en 3/4 horizontes entre 0-85 cm. Los
mayores valores de nitratos se corresponden con mayor humedad en el suelo,
bajo cubierta arbustiva en primavera y en horizontes superficiales bajo cubierta
herbácea en verano, ambos en el sector quemado (Rosell y Lázzari, 1974)
Efecto sobre la erosión del suelo en áreas pedemontanas
Se evaluó durante un año la incidencia de la quema del matorral natural sobre
la erosión el suelo, se trabajó en laderas y fondos de depresión. Pare ello se
armaron parcelas de 16 m2 con estacas de altura inicial conocida que se
relevaron cada 30 días (en áreas testigo y quemadas), juntamente con la
evaluación de la recuperación de la cobertura vegetal. Resultó un incremento
de la remoción del suelo entre testigo y quemado de planicie: 1,5 veces que
significan 141,5 t/ha/año y ladera: 1,98 veces que significan 154 t/ha/año de
material removido (Martínez C, 1983).
Efecto sobre la calidad nutritiva del sistema natural
Entre 1984-86 ocurrieron repetidas quemas en el matorral pedemontano de
Larrea divaricata, que derivaron en pastizales secundarios de Stipa
eriostachya. El objetivo de estas quemas repetidas es modificar el matorral y
llevarlo a un pastizal con fines de pastoreo caprino. De esta modificación
resulta una pérdida importante de especies, cambio en la estructura y
composición florística de la comunidad y en la capacidad de sustento del
sistema natural. El matorral original ofrecía sólo a través de sus especies más

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conspicuas 38,92 gr%gr de N mientras que el pastizal derivado sólo 12,92
gr%gr de N (Martínez C., 1987).
Efectos sobre las comunidades vegetales
Aquí se mencionarán sólo algunos ejemplos para la región Andino-patagónica,
Árida-semiárida y Mesopotámica. Frangi et al. (1980) estudió la incidencia de
un incendio en el pajonal de Stipa caudata en Sa. de la Ventana (Bs.As.)
ocurrido en enero de 1976. Florísticamente se incrementan las dicotiledóneas y
decrecen las monocotiledóneas perennes, principalmente por invasión desde
campos agrícolas vecinos; por otra parte las heladas tienen mayor incidencia
sobre las áreas quemadas donde las plantas más sensibles, como Salpichroa
origanifolia, quedan expuestas. La biomasa verde pico fue prácticamente el
doble en 1976 (postquema) a la de 1975 (prequema), con un incremento del
33,6%, del material verde total, de las hierbas de hoja ancha, La productividad
primaria anual neta se incrementó 6,2 veces en el período estudiado.

Efectos sobre la fauna


Al igual que con respecto a la vegetación y suelos, la información obtenida es
muy escasa, Roig, L. (1989) indica la retracción de las áreas de distribución de
varios taxa de mamíferos en América del Sur, especialmente de Argentina,
asociadas a la pérdida de los bosques (tala y fuego principalmente). Resulta
interesante que especies como al tatú poyú (Euphractus sexcintus),
ampliamente distribuido en el bosque chaqueño hasta principios de siglo, por
deforestación hoy prácticamente no existe en Argentina; o la comadreja
colorada (Luteolina crassicaudata) a principios del siglo ocupaba una amplia
distribución en el NE de Argentina, Paraguay, Uruguay y sur de Brasil,
actualmente queda reducida a una pequeña franja en la región pampeana
argentina.
En los matorrales áridos, principalmente en la reserva biosfera MAB de
Ñacuñan,en Mendoza, se efectuaron dos estudios sobre la incidencia de
incendios sobre la fauna, uno de roedores y otro de aves: Ojeda, M. (1989)
estudió la respuesta de pequeños roedores a la quema de los matorrales de
Larrea divaricata. De las cinco especies estudiadas cuatro disminuyen
significativamente su abundancia relativa en el área quemada, sólo una de

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ellas (Eligmodontia) la incrementa significativamente. Esta especie prefiere
habitats abiertos (normalmente ocupa los parches más abiertos del matorral)
por lo que su frecuencia de capturas varió de 1-4 individuos en área no
quemadas a 7-12 en áreas quemadas.
Respecto de las aves Marone (1990) estudió en la misma reserva la incidencia
de las quemas sobre la diversidad local y regional de aves. Estableció seis
gremios de aves:
-granívoras terrícolas,
- herbívoras terrícolas,
-herbívoras arborícolas,
-insectívoras arborícolas,
-insectívoras terrícolas,
-insectívoras aéreas,
-aves de presa. Las insectívoras terrícolas fueron significativamente más
abundantes en las áreas no quemadas, lo mismo que las insectívoras y
herbívoras arborícolas (el abandono del área quemada se debió a la
disminución del estrato arbóreo y arbustivo leñoso -0,4% en quemado y 11,5%
en no quemado- donde ocurrió el 80% de los registros); las granívoras
terrícolas no muestran preferencias por un ambiente en particular, y las
insectívoras aéreas siempre fueron significativamente más abundantes en el
área quemadas (por aumento en la visibilidad y la disponibilidad de atalayas de
observación).
La diversidad local por lo tanto disminuyó por las quemas (los gremios más
ricos en especies las evitaron); pero al considerar las combinaciones sitios
quemados-no quemados la diversidad regional aumento por la presencia de
especies de otros gremios que entraron, no reemplazando, a las áreas
quemadas.
Particularmente en el caso de los incendios forestales de interfase en el ejido
de la Ciudad de General Roca, Provincia de Rio Negro, hay diversos factores
que intervienen. La fuente más fidedigna para la consideración de estos
factores, está dada por el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)
organismo autónomo y autárquico dependiente del Ministerio de Agricultura,
encargado de realizar y centralizar investigaciones en materia de tecnología

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agropecuaria y desarrollo rural, y desenvolver la extensión rural en todo el
territorio nacional. Al respecto, dicho organismo ha emitido alertas como las
siguiente:

“Desde el Departamento de General Roca hasta Pichi Mahuida se extiende el


análisis meteorológico de riesgo, mientras que el análisis biológico se realiza
sobre el Este rionegrino, zona de mayor incidencia por sus características
productivas. Esta última región abarca los departamentos de Adolfo Alsina,
General Conesa y Pichi Mahuida, y está clasificada como monte oriental o de
transición. La vegetación la componen un estrato de arbustos medianos,
gramíneas forrajeras y otras herbáceas no apetecidas por el ganado. La
actividad productiva es la ganadería, principalmente bovina y en menor grado,
ovina. Este paisaje ha sido modelado históricamente por el fuego, evento
recurrente de origen tanto natural como antrópico.
La mayor frecuencia de incendios ocurre en verano, cuando la vegetación
comienza a secarse, hay presencia de tormentas eléctricas y las temperaturas
son altas. En consecuencia, es necesario estar alerta ante los posibles focos
de incendio, para evitar su propagación y la generación de daños materiales.
El presente informe de Alerta, se elaboró según el concepto del triángulo del
fuego, que indica los tres factores necesarios para una combustión: un clima
propicio, combustible y una fuente de ignición. Luego se presentan mapas de
riesgo de incendios según los primeros dos factores y se realizan
recomendaciones de prevención. Por último, quedan a disposición enlaces y
servicios que se proveen desde INTA.
Primera parte: Clima
Análisis Climático
Se realizó un análisis de las precipitaciones ocurridas durante el trimestre
primaveral en todo el territorio de incumbencia. Estos datos fueron obtenidos
de la red colaborativa de estaciones meteorológicas automáticas de
productores, instituciones y organizaciones agrarias. Las variables
meteorológicas analizadas son los días con temperaturas de aire mayores a
29º C y los milímetros de lluvia acumulados.

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Alto Valle
Como referencia histórica se tomaron los valores medios de lluvias de la
estación meteorológica de INTA (serie 1970-2019). El valor medio es de 18,1
mm para el mes de septiembre. Durante esta temporada el mes de septiembre
fue seco. Alerta de Incendios 2020-2021 para el Alto Valle Centro y Este
rionegrino

Figura 1. Distribución regional de lluvias del mes de septiembre.


Del mismo modo, en octubre las lluvias estuvieron por debajo de lo normal, dado que el
valor medio de referencia es de 23,7 mm.

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Figura 2. Distribución regional de lluvias en el mes de octubre.

Para el mes de noviembre el valor medio en Alto Valle es de 15,1 mm. En la


Figura 3 podemos observar que el acumulado fue de normal a inferior a lo
normal.

Figura 3. Distribución regional de lluvias en noviembre.


En términos generales la primavera puede clasificarse como seca en la zona de Alto
Valle dado que la mayoría de las localidades no alcanzaron el valor medio acumulado de
primavera de 57,3 mm.

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Figura 4. Distribución de lluvias acumuladas del trimestre primaveral

Temperaturas
Las temperaturas durante los tres meses de primavera fueron normales. Se
registró una mínima disminución en el mes de octubre con respecto al valor
medio histórico.
Con respecto a la frecuencia de temperaturas máximas superiores a 29º C, que
es un indicador de riesgo climático de incendio, se registró un total de 19 días.
Es el dato más bajo en todo el territorio analizado.”
(Alerta de Incendios 2020-2021 para el Alto Valle Centro y Este rionegrino
04/12/2020 – Paginas 2 a 5 -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)

Indudablemente, que otro de los factores determinantes en este tipo de evento


adverso, es el viento. La climatología del viento en el alto valle, por si misma
supone una atención particular. El clima en la Patagonia está caracterizado
principalmente por un elemento meteorológico, el viento, por su constancia e
intensidad. La zona del Alto Valle, tiene un clima desértico frío con verano
cálido. Utilizando información del período 1961 a 1990 se obtuvo que la
distribución de frecuencias de direcciones de viento que en Neuquén y Alto
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Valle presenta direcciones predominantes del Sudoeste-Oeste. En Alto Valle
las frecuencias del viento proveniente de los sectores Norte y Sur muestran
valores menores debido a la presencia de los bordes de la meseta que actúan
en forma de paredes, insinuando efectos de conducción del flujo dentro del
valle. En Cipolletti, ubicada cerca de la confluencia de los dos valles, el aire
fluye con dirección preferencial de los sectores Oeste y Sudoeste, siguiendo el
valle del río Limay. Esto verificaría la acción de los bordes del valle del río
Neuquén, contribuyendo a disminuir la componente de viento perpendicular al
mismo. La intensidad media mensual del viento en la zona puede llegar a
valores superiores a 4.0 m/s.

La zona en consideración, se encuentra ubicada en el sector Norte de la


Patagonia y está incluida en la clasificación climática de Köeppen en el tipo
BWk, clima desértico frío con verano cálido. En la descripción de las
características generales del clima en la Argentina, en cuanto a la Patagonia
está caracterizado principalmente por un solo elemento meteorológico, el
viento, por su constancia e intensidad. Un adecuado conocimiento de este
elemento meteorológico en la región posibilitaría su utilización como recurso
con diversos fines y su consideración en métodos de defensa frutícola no
contaminantes o más limpios que los empleados actualmente. La región está
situada entre el flanco sur del cinturón Subtropical de Altas Presiones, cuya
influencia directa se extiende hasta aproximadamente 40°S y las bajas
presiones subpolares en el Círculo Antártico. Como estos sistemas de presión
tienen sólo pequeñas variaciones estacionales y espaciales y muestran poca
variación en su intensidad, los vientos del Oeste prevalecen durante todo el
año en la Patagonia. Esto provee el mejor criterio para la delimitación de la
Patagonia como una región climática uniforme. La distribución anual de las
direcciones de viento en estaciones individuales muestran que las frecuencias
de los mismos desde el Oeste están comprendidas entre el 50 - 70%.
En el sector ubicado más al Oeste se observa una variación anual en la
distribución de las frecuencias de ocurrencia de direcciones del viento, debido a
los pequeños desplazamientos estacionales de los sistemas de presión
predominantes. En invierno, las isobaras se presentan paralelas a los círculos

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de latitud, ya que las altas presiones sobre el continente conectan los centros
de alta presión del Atlántico y del Pacífico aproximadamente a la misma latitud
y con intensidades similares. En verano el centro del anticiclón del Pacífico está
más al Sur que en invierno y cercano a la costa de Sudamérica, mientras que
el centro de la celda del Atlántico está más alejado de la costa, por lo que el
gradiente de presión y el viento son más pronunciados sobre el sector Oeste de
la Patagonia. En invierno se presenta una circulación uniforme del Oeste,
mientras que en verano se verifica una débil componente zonal superpuesta al
gradiente meridional de presión que genera vientos del sector Oeste sudoeste -
Sudoeste. Si se considera el gradiente medio anual entre los 40° y 60°S a
75°W, el viento medio geostrófico calculado es 7 m/s

CLIMATOLOGÍA LOCAL BASADA EN LA INFORMACION METEOROLOGICA DE LAS


ESTACIONES UBICADAS EN LA REGIÓN

Figura 4: Ubicación geográfica de las estaciones y rosa de los vientos en cada punto.
La Figura 4 muestra la zona estudiada, que incluye desde la localidad de
Centenario (38° 49' 44'' S 68° 09' 04'' O) al NW, Plottier (38° 58' 43'' S 68° 13'
18
57'' O) y Colonia Valentina ( 38° 58' 27'' S 68° 07' 51'' O) al SO, hasta Villa
Regina ( 39° 05'27'' S 67° 05' 14'' O) al Este.

La región presenta dos valles: el valle del río Neuquén y el del río Limay que se
unen en un punto cercano a la ubicación de la ciudad de Neuquén. Este punto
se denomina Confluencia, a partir del cual el nuevo cauce se llama Río Negro.
Este nuevo valle está dispuesto latitudinalmente y es conocido como Alto Valle
del Río Negro. Los valles presentan una diferencia de altura media de
aproximadamente 35 m por debajo del nivel de la Meseta Patagónica Norte.
En este trabajo se utilizaron los datos de intensidad y dirección del viento
recopilados en las estadísticas climatológicas elaboradas por el Servicio
Meteorológico Nacional para el período comprendido entre 1961 y 1990. Para
el período considerado se cuenta con datos en cuatro estaciones
meteorológicas ubicadas en la región del Alto Valle del Río Negro: Neuquén
Aero, Alto Valle, y Cipolletti I y II, mientras que la información disponible en Villa
Regina, abarca sólo el período 1961-1970.

La Figura 5 presenta la intensidad media mensual del viento en las distintas


estaciones. En la estación Neuquén la intensidad media mensual del viento es
mayor durante los meses de Noviembre, Diciembre y Enero y menores durante
los meses de Abril, Mayo y Julio.

Figura 5. Intensidad media mensual del viento en el período 1990-2019 en las estaciones
Neuquén, Cipolletti, Alto Valle y Villa Regina.

19
Figura 6. Frecuencias relativas porcentuales de dirección (líneas) y velocidad media del
viento (m/s) (rótulos) en a) Neuquén, (calmas 18%); b) Cipolletti, (calmas 19.5%); c) Alto
Valle, (calmas 30%) para el período 1961-1990 y d) Villa Regina (sin información acerca
de calmas) para el período 1961-1970.

En Alto Valle, las intensidades medias mensuales son más constantes,


presentándose valores máximos relativos en octubre y en enero-febrero (3.2
m/s). La distribución de frecuencias de ocurrencia de direcciones de viento,
sigue la forma predominante en latitudes medias con prevalencia en general de
vientos del sector Oeste y Sudoeste. La Figura 6 muestra que, en Neuquén,
Cipolletti y Alto Valle se presenta un máximo relativo muy importante para las
direcciones correspondientes al sector Oeste y Sudoeste (39.4 % en Neuquén,
41.0 % para Cipolletti, 36.9 % en Alto Valle en total para ambas direcciones).
En Cipolletti y en Alto Valle se presentan mínimos marcados en las direcciones
Norte y Sur (3.8 y 5.8% Cipolletti, y 1,9% y 2,9% en Alto Valle,
respectivamente. Este efecto puede relacionarse con la disposición de la
topografía en ambas localidades, ya que, al estar ubicadas en el interior del
valle, los vientos de escala regional provenientes de dichos sectores pueden
detectarse a alturas del orden de las paredes de la barda (aproximadamente
entre 35 y 40 m). En Villa Regina, en cambio, se presenta una rosa de vientos
20
con forma de estrella con máximos en las direcciones Noroeste (23.7%),
Sudoeste (24.0%) y Sudeste (22.2%). Las calmas representan 18.0 % en
Neuquén, 19.5% en Cipolletti y 30.0 % en Alto Valle, (en Villa Regina no se
cuenta con información relativa a calmas).
La intensidad media del viento en el período considerado es 3.8 m/s y 2.9 m/s
para Neuquén y Alto Valle y 2.8 m/s y 3.3 m/s para Cipolletti y Villa Regina,
respectivamente. Los vientos intensos en la región, se encuentran asociados a
distintas situaciones sinópticas: pasajes de depresiones, ocurrencia de viento
zonda, pasajes de frentes fríos, ocurrencia de tormentas convectivas y
principalmente, desplazamiento de ciclones por el Pasaje de Drake durante el
período primavera- verano. En este sentido, se clasifican subjetivamente los
tipos de circulación sobre la base de la curvatura de las isobaras en las
categorías anticiclónica, ciclónica y no especificado. El autor indica para la
zona comprendida entre 25° y 40° latitud Sur y 65° y 80°de longitud Oeste que
la tercera parte de los casos corresponden a circulación anticiclónica y la cuarta
a circulación ciclónica.

Evaluaciones posteriores muestran que el desarrollo de los vórtices ocurre


preferentemente en latitudes bajas y medias, su madurez se presenta en
latitudes medias y altas y su decaimiento en latitudes altas. La
circulación atmosférica en todo el territorio argentino está influenciada por la
presencia de la cordillera de los Andes. Puede observarse anticiclogénesis
detrás de frentes fríos avanzando sobre el continente. Las primeras
circulaciones cerradas son detectadas generalmente en la región de las
provincias de Neuquén, Río Negro y La Pampa, entre 33° y 38°S, en donde la
altura de la cordillera se encuentra entre 2000 m y 5000 m. Hacia el sur de
38°S las masas de aire frío cruzan la cordillera sin dificultad, pero más hacia el
Norte su paso es cada vez más obstaculizado por la altura de las montañas.
Las masas de aire rodean allí las montañas presentando un efecto
anticiclónico, con intensificación de la divergencia y subsidencia, produciendo
una acumulación de aire con punto de rocío muy bajo.
En definitiva, de las distribuciones de frecuencias de viento se puede concluir
que: en Neuquén y Alto Valle se presentan direcciones predominantes del

21
sector Sudoeste-Oeste, en Alto Valle las frecuencias del viento proveniente de
los sectores Norte y Sur muestran valores mucho menores debido a la
presencia de los bordes de la meseta que actúan como paredes, insinuando
efectos de conducción del flujo dentro del valle, en Cipolletti, ubicada cerca de
la confluencia de los dos valles, el viento presenta una dirección preferencial de
los sectores Oeste y Sudoeste, siguiendo el valle del río Limay, lo que
verificaría la acción de los bordes del valle del río Neuquén, disminuyendo la
componente de viento perpendicular al mismo. La intensidad media del viento
para el período considerado es 3.8 m/s y 2.9 m/s en Neuquén y Alto Valle y 2.8
m/s y 3.3 m/s en Cipolletti y Villa Regina, respectivamente. Los mayores
valores medios se presentan en los meses de Octubre a Febrero y son
mayores a 4.0 m/s.

5. CONCEPTOS BASICOS SOBRE INCENDIOS FORESTALES

En el presente acápite, se pretenderá ofrecer conceptos elementales sobre el


incendio forestal en sí, desde una perspectiva general. En función de ello
también se establecerán los criterios de actuación vigentes de los organismos
que, a nivel nacional, tienen a su cargo la atención del evento adverso.

5.1. DEFINICIONES GENERALES

Según los países de que se trate, existen varias maneras de definir a los
incendios y ellas dependen en buena parte de las políticas agrícolas y
forestales que se apliquen. No obstante, casi todas concluyen en que se trata
de fuegos no programados o no controlados, que afectan de diversas formas a
los terrenos forestales como recurso económico, protector o recreativo. Desde
hace varios años en nuestro país se recurre a las siguientes definiciones:
Incendio forestal es un fuego que se propaga libremente por la vegetación con
efectos no deseados para la misma O bien: Es un fuego que se propaga sin
estar sujeto a control humano, con efectos no deseados para la vegetación.
Nótese que ninguna de las dos definiciones guarda relación ni está referida al
estado, dimensión o tipo de incendio. Sin embargo, es un error muy común

22
asignarles distintas denominaciones según su tamaño y estado, que no son
usuales en la jerga forestal. Por ejemplo: foco, conato, fuego declarado,
principio, etc.

5.2. FACTORES QUE INTERVIENEN

Los factores que condicionan el comportamiento son el combustible (tipo,


cantidad, tamaño, etc.), topografía (pendiente, exposición, altura del terreno y
relieve) y la meteorología (temperatura, humedad relativa, viento y
precipitaciones). El estudio de cada uno de los factores nos permitirá
relacionarlos y predecir el comportamiento del incendio, tomando decisiones
respecto a la estrategia para el control, y a establecer las medidas de
seguridad. Las relaciones entre estos factores se pueden graficar en el
triángulo de comportamiento del fuego:

1. La materia orgánica vegetal que alimenta la combustión. (Combustible).


2. Las características del terreno donde está el combustible que se quema.
(Topografía).
3. La situación meteorológica reinante durante el incendio. (Tiempo
atmosférico).

23
5.3. FORMAS DE PROPAGACION

Este acápite es de suma importancia, porque su conocimiento y manejo


fluido, permitirá determinar los criterios de acción en cuanto a la gestión de
riesgo del tema que nos ocupa.

En los incendios forestales el calor se propaga a través de cuatro mecanismos.


• Por radiación: Se trata de ondas idénticas a las emitidas por el sol, que
viajan a la velocidad de la luz, y tienen la particularidad de calentar los
cuerpos sólidos o líquidos, pasando a través del aire. En los incendios
forestales, la radiación está directamente ligada a la longitud de las
llamas. Cuanto más largas sean las llamas mayor potencia y alcance
tendrá la radiación.

• Por convección: El calor es transportado por las columnas de aire


caliente que ascienden por diferencia de densidad. El aire caliente es
más liviano que el aire frío. Las columnas convectivas combinadas con
el viento, también colaboran con la dispersión de las partículas ígneas
que “flotan” en su interior.

24
• Por conducción: El calor se transmite a través de las moléculas de los
cuerpos sin que éstas se desplacen. A diferencia de lo que ocurre con
los metales, las maderas son malas conductoras del calor, por lo que en
incendios forestales para que produzca este tipo de transmisión debe
haber contacto físico entre los combustibles.

• Por partículas: Esta no es una forma de propagación del calor, es una de


las maneras de propagación del fuego en un incendio, por lo que es
importante tenerla en cuenta por sus efectos en la aparición de focos
secundarios. El Calor “sale” del incendio a través de fragmentos
encendidos, impulsados por el viento o transportados por las columnas
de aire caliente (chispas). También puede hacerlo por medio de
materiales recalentados o encendidos (Ej.: troncos, animales) que al
rodar causan otros focos fuera de los límites del incendio.

25
Al considerar estos elementos, se infiere que los daños que un incendio
ocasiona en la interfase, dependen fundamentalmente de cuán vulnerable son
las construcciones cuando están expuestas a los efectos del calor por radiación
y las chispas.

Los incendios de copa son los de mayor poder destructivo. Comienzan


quemando la vegetación superficial y, si encuentran condiciones adecuadas,
trepan a la parte superior de los árboles donde se aceleran debido a la mayor
circulación de aire. Sostenidas por la convección, infinidad de partículas
candentes "flotan" en el interior de las columnas y al caer pueden incendiar
vegetación y casas incluso a centenares de metros de distancia. Las
construcciones techadas con tejuelas de madera, y más aun las que tienen
encima hojarasca, musgos o acículas casi siempre son las primeras en
encenderse. Solo como dato ejemplificador, se menciona lo ocurrido en el
verano de 1995 durante el incendio del Cerro Catedral en la ciudad de San
Carlos de Bariloche: las chispas cayeron sobre los techos de tejuelas de alerce
de un par de módulos del complejo hotelero y de algunas casas, que quedaron
íntegramente destruidas cuando los frentes estaban todavía a alrededor de 400
m. de distancia de las mismas. Casi pegadas a las quemadas, otras viviendas
se salvaron, prácticamente sin sufrir daños; tenían techos de materiales
incombustibles. Todas tenían el entorno parquizado y césped verde. Para que
ocurran incendios de copa debe haber abundante combustible bajo el dosel
que sirva como "escalera" y permita al fuego trepar, algo de viento o pendiente
y cierta inestabilidad atmosférica. Ejemplos típicos son las plantaciones y
bosques sin poda ni raleo o que tienen deshechos acumulados en el
sotobosque, o el caso de chacras abandonadas, donde la vegetación seca sin
26
ningún tipo de tratamiento, constituye un combustible ideal para la iniciación y
propagación del proceso ígneo. En la región del alto valle muchas estructuras
están ubicadas en lugares así y además muchas están conectadas con el
monte mediante cercos de troncos, tablas, cantoneras, o setos vivos hechos
con especies resinosas que, como mechas, son capaces de trasladar el fuego
de un sitio a otro.

6. GESTION DE RIESGOS

Corresponde en este apartado, y habiendo hecho una profunda descripción de


los elementos que inciden en la iniciación y desarrollo del proceso ígneo
forestal de interfase, resulta vital establecer los criterios de actuación para una
correcta gestión de riesgos al respecto.

6.1. AREA ANALISIS DE RIESGO

• COMPONENTE ESTUDIO DE AMENAZAS Y VULNERABILIDADES:


Como se pudo establecer en párrafos anteriores, la zona del Alto Valle
en forma integral y en particular la ciudad de General Roca, se ve
expuesta a la acción de incendios forestales de interfase con mayor o
menor intensidad, en función de la época del año de que se trate y la
meteorología reinante. Constituye por cierto y en forma concluyente una
amenaza para las vidas y bienes de la población, además de la flora y la
fauna característica de la zona. En cuanto a la vulnerabilidad como
factor interno del sector de riesgo, la misma ha ido disminuyendo a lo
largo del tiempo, en función de ciertas medidas de prevención que se
han tomado al respecto. A la fecha, sin embargo, dicha vulnerabilidad no
es total ni absoluta, por lo que se hace indispensable reafirmar su
estudio o determinar nuevos y mejores sistemas de consideración de
dicha vulnerabilidad.

• Existe un componente socioeconómico que incide directamente en el


inicio de los diferentes procesos ígneos. A grandes rasgos, dicho
27
componente se comporta de la siguiente forma: Los grandes
productores frutícolas han desplazado a los pequeños productores, lo
cual provoca que muchas chacras y montes frutales carezcan del
tratamiento agropecuario correspondiente o directamente sean
abandonados. Dicha situación desemboca en una vegetación muerta,
que constituye un importante elemento combustible en el inicio de los
procesos ígneos. En última instancia, ningún organismo público o
privado se responsabiliza por el mantenimiento de estas chacras
abandonadas, conformando así un contexto de amenaza sumamente
importante. Aunque a nivel local se han emitido diversas ordenanzas
municipales que tienden a la prevención en este aspecto, no resulta ser
suficiente como elemento de contención a la amenaza descripta.

• Es dable destacar en este punto, la intervención de la tecnología como


elemento sustancial a la gestión de riesgo. La información provista por
sensores remotos, ofrece la posibilidad de generar herramientas de gran
utilidad en el ámbito de la prevención, el control, y la evaluación de
daños de incendios. SARTiv, que significa “Sistema de Alerta y
Respuesta Temprana a incendios de vegetación”, surge como una
iniciativa del Instituto Gulich de la CONAE/UNC (Comisión Nacional de
Actividades Espaciales / Universidad Nacional de Córdoba) para
responder a los requerimientos del sector forestal y del sistema de
ANP’s Nacional. El proyecto se plantea para ser desarrollado en un
contexto interinstitucional con el INTA, la Administración de Parques
Nacionales y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la
Nación, entre otros.
• El objetivo de SARTiv es generar información basada en la observación
y el seguimiento de las condiciones que determinan el ciclo de la
ocurrencia de incendios (Pre, durante y Post). Pre fuego corresponde al
análisis de las condiciones de riesgo de incendio, tal como la
acumulación de combustibles y su estado de senescencia. La detección
del evento (durante), pretende caracterizar la localización y el momento
de ocurrencia del incendio, y la fase post fuego, busca cuantificar las
28
superficies quemadas. Se presenta el diseño preliminar del sistema y el
análisis de los requerimientos de los usuarios.
• Se propone en consecuencia la aplicación de un sistema de valoración
que comprende la identificación de cinco índices (índice de
vulnerabilidad de la vegetación, índice de vulnerabilidad meteorológica,
índice de valoración, índice de accesibilidad e índice integrado de
valoración y riesgo, cuyos parámetros técnicos de detallan a
continuación:
- Índice de Vulnerabilidad de la Vegetación (MoPRI_p3)
Corresponde a un mapa raster con resolución de 1km que comprende el
tipo (modelo) de combustibles y estado de contenido de humedad,
basado en información espectral de origen satelital (MODIS).

- Índice de vulnerabilidad Meteorológico (MoPRI_p4)


Corresponde a un mapa raster con resolución de XXkm resultado del
cálculo del índice FWI (Fire Weather Index) a partir de las variables del
día: Temperatura, Humedad Relativa, velocidad del viento, y lluvias (24
hs pasadas), estimadas a partir de Modelos Numéricos de Predicción
Meteorológica (MNPM).
- Índice de valoración (MoPRI_p5)
Corresponde a un mapa raster con resolución de 1km que indica la
presencia de zonas con mayor valor para su protección contra incendios.

- Índice de Accesibilidad (MoPRI_p6)


Corresponde a un mapa raster con resolución de 1km que indica las
posibilidades de acceso de acuerdo a la presencia de vías de
comunicación, y las características topográficas existentes.

- Índice Integrado de Peligrosidad y Riesgo (MoPRI_p7)


Corresponde a un mapa raster con resolución de 1km. Representa las
condiciones de vulnerabilidad de la vegetación junto a las amenazas
relativas al factor humano.

6.2. AREA REDUCCION DE RIESGO

29
• COMPONENTE PREVENCION: Este componente ha ido creciendo en
función del tiempo, dado que tanto las autoridades y organismos
intervinientes, han logrado tener una mirada proactiva en función de las
consecuencias de la acción de los incendios forestales de interfase. Al
respecto se han propiciado algunas campañas desde los medios de
comunicación, pero que han constituido esfuerzos individuales sin
permanencia en el tiempo. El componente prevención debería ser
reforzado desde la acción estatal, dado que no ha logrado su objetivo de
eliminar concluyentemente la amenaza.
• Se propone la implementación de un plan de capacitación consistente en
charlas comunitarias para la población en general y en particular aquella
que reside en zonas propensas a incendios forestales de interfase. El
mismo estaría integrado por cuatro módulos básicos: 1) Conceptos
generales sobre los incendios forestales, 2) Incendios forestales de
interfase, 3) Gestión de riesgos 4) sistemas de autoprotección. Dicha
capacitación estaría dirigida por organismos públicos con injerencia en el
tema (INTA, Protección Civil, Bomberos Voluntarios, Policía provincial) y
estaría también acompañada de un sistema de monitoreo tipo censo
para la su valoración ulterior.

• También se propone la valoración de los métodos tradicionales de


detección de incendios forestales tales como: patrullas aéreas, patrullas
terrestres y torres de observación.

30
• COMPONENTE MITIGACIÓN: Los organismos nacionales y locales,
tales como SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios
Forestales de Río Negro), Bomberos Voluntarios de General Roca y de
las ciudades que conformar el Alto Valle y otros, han cumplido su
objetivo de reducir los efectos de la acción. Es importante en este caso
considerar los riesgos existentes desde la acción operativa.

6.3. AREA MANEJO DE EVENTO ADVERSO

• COMPONENTES PREPARACION Y ALERTA:


• El SPLIF es una organización dependiente de la Subsecretaria de
Recursos Forestales del Ministerio de Producción y Agroindustria de Rio
Negro y tiene “como fin principal entender en la organización,

planificación y ejecución de todas las acciones necesarias e inherentes a


la prevención y extinción de los incendios forestales y a la protección de
bienes y personas implicados en los mismos” (artículo 4º, Ley Provincial

Nº 2966 por la cual se crea el SPLIF) estableciendo una adecuada


31
vinculación con organismos gubernamentales nacionales, provinciales y
municipales y con organizaciones no gubernamentales e intermedias de
nuestro país y del extranjero. Posee tres Centrales Operativas:
Bariloche, El Bolsón y General Conesa. Cada Central de incendios
posee una realidad diferente, mayormente dada por el entorno natural y
su población, particularmente con su dinámica y actividades principales.

La imagen muestra la jurisdicción de la Central Operativa “General Conesa”.


Como se puede apreciar, el campo de acción no llega hasta el Alto Valle, zona de
estudio del presente trabajo.

• Se ha logrado en este punto, crear algunas alertas específicas, desde


diferentes organismos estatales, como los ya mencionados INTA y
SPLIF los cuales han efectuado estudios muy profundos sobre el tema y
han logrado determinar el comportamiento de los elementos incidentes
en los incendios forestales de interfase, lo que permite anticiparse a su
acción y disponer de la información precisa para su tratamiento. En este
aspecto, se adolece de datos certeros sobre la confección de un
programa o plan de contingencia general consensuado con las distintas
fuerzas y organismos intervinientes, para el área del Alto Valle
32
específicamente, que es la zona de estudio del presente trabajo. Es muy
sugerible que se amplíe la acción sobre este vital punto.

• En virtud de lo expresado se propone la aplicación de los módulos del


sistema referido en el área gestión de riesgos, la cual estaría dada por
los siguientes parámetros técnicos: Modulo de Peligrosidad y Riesgo de
Incendio (MoPRI): El modulo debe generar diversos índices que en
forma integrada logren Identificar el estado de Peligrosidad y el Riesgo
de Incendios a escala Nacional y Local (ver Identificación de productos).
A escala Nacional, se pretende trabajar con imágenes de Moderada
resolución espacial (MODIS, 1km) en forma diaria. Dichas imágenes se
usarán para calcular índices espectrales como el GVMI “Global
Vegetation Moisture Index” que expresa el contenido de humedad de la
vegetación, desarrollado por Ceccato et al, 2002. Dicho índice,
combinado junto a factores humanos, de la topografía y los combustibles
(Rothermel, 1972), buscan representar en forma dinámica, las
condiciones de vulnerabilidad de la vegetación, y de peligro, estas
últimas, asociadas al factor humano (Chuvieco et al, 2009). A escala
Local, se pretende replicar la metodología descrita, por medio de una
unidad de procesamiento paralela, denominada HRP (High Resolution
Products), que funcionará dentro del sub sistema ODP. Dicha aplicación
responderá a la demanda de productos de alta resolución espacial
(SPOT, 10m) en zonas predefinidas por los usuarios.

• COMPONENTE ALARMA: Al adolescer de un plan de acción o


contingencia específico, se converge invariablemente en la
acción preventiva de los organismos que tienen a su cargo la respuesta
al evento adverso, por lo que este componente debería ser profundizado
y aplicado convenientemente.

• Al respecto se propone incorporar el sistema SAIFOR (Sistema de


Alarma contra Incendios Forestales), que ya se aplica en países con

33
altos índices de incendios forestales de interfase, como Canadá, España
y Chile. Su costo es mínimo y su aplicación es considerablemente
sencilla en zonas de peligro de incendios forestales de interfase. Se trata
de un sensor el cual funcionara con una pila de 9VCD recargable
permitiendo emitir una alarma sonora por medio cableado o inalámbrico,
activando una sirena audible. El sistema está basado en dispositivos
electrónicos que permitirán detectar humo y temperatura.

• COMPONENTE RESPUESTA: Corresponde en este componente


destacar las acciones de respuesta ante este evento adverso, dado que,
en función de la acción prolongada en el paso del tiempo, se ha logrado
un grado de coordinación e interdisciplinariedad entre los organismos y
fuerzas intervinientes sumamente óptimo. En función de ello, dichos
actores han logrado incorporar el concepto de procedimientos tipificados
ante el evento adverso, lo cual constituye un avance muy importante.
• Lógicamente, este componente está ampliamente desarrollado y
difundido. A continuación, se detallan los aspectos operativos más
salientes del mismo:

MÉTODOS DE COMBATE: Existen tres tipos de combate: directo,


indirecto y paralelo.
-Método directo: Consiste en operar sobre el borde del incendio,
utilizando agua, tierra, etcétera. Con éste método se actúa eliminando
calor y el oxígeno.

34
Es de hacer notar, que este método al igual que los otros, poseen ciertas
ventajas y desventajas, las cuales han sido consignadas a lo largo del
tiempo en el trabajo sobre los distintos teatros de operaciones. Estas, entre
otras, son:
-Ventajas del ataque directo:
-Si se dispone de agua, es el método más efectivo.
-Permite reducir los daños del fuego a un mínimo de superficie.

-Desventajas del ataque directo:


-Expone a los combatientes a la radiación calórica y humo.
-En topografía abrupta el desplazamiento del personal es peligroso.
-La emisión de chispas y pavesas pueden originar focos secundarios
encerrando a los combatientes.
-El control sobre los combatientes se dificulta.

-Método indirecto: En este método se actúa a distancia de los bordes del


incendio, en esencia consiste en aislar el combustible de las llamas.

35
-Ventajas del ataque indirecto:
-Trabajo más seguro para los combatientes.
-Condiciones de trabajo más confortables.
-Menor exposición al calor y al humo.
-Mayor control de los combatientes.
-Desventajas del ataque indirecto:
-Se sacrifica vegetación intermedia que puede ser valiosa.
-Si no se calcula bien el trabajo realizado, puede ser inútil.

Método Paralelo: Es una combinación del método directo y el indirecto.


Consiste en establecer una línea paralela al borde del incendio y quemar el
combustible existente entre la línea realizada y el borde.

• Se propone también, en este componente de respuesta la implementación


de un elemento extintor de tipo espuma no sintética, diferente a las

36
espumas convencionales de ataque el fuego dado que las mismas contienen
agentes químicos con efectos adversos al medioambiente. En este
aspecto, el Departamento de Bomberos de la ciudad de Kitakyushu (Japón)
desarrolló una nueva espuma con jabón trabajando en colaboración con un
fabricante local de jabones. Todos los ingredientes naturales son absorbidos
por la tierra y no causan daño al medioambiente. La espuma ha sido utilizada
con éxito en el sudeste de Asia donde los incendios forestales y de turba son
un grave problema. Japón ha desarrollado la primera espuma contra incendios
la cual has sido comparada con las espumas convencionales y ha demostrado
ser perfectamente biodegradable, amigable y favorable al medio ambiente.

6.4. AREA RECUPERACION

• COMPONENTE REHABILITACION: Se considera Rehabilitación, a


todas aquellas acciones destinadas a brindar las necesidades básicas a
damnificados como ser alojamiento, alimentación, abrigo, atención
médica, social y psicológica, se caracteriza por durar un corto lapso, con
el objetivo que la población pueda volver a sus viviendas lo antes
posible, o bien contar con todas las necesidades básicas de todo ser
humano resueltas. En el estudio del evento adverso que nos ocupa, no
se han definido las acciones descriptas, por lo que su recomendación se
hace indispensable.

• COMPONENTE RECUPERACION: Último componente, de


cumplimiento a largo plazo ya que se llevarán a cabo todas las acciones
relacionadas con la infraestructura y grandes cambios
37
sociales, culturales y económicos que permitan transformar a la población
con una mayor capacidad de resiliencia, ante la ocurrencia de un evento
adverso similar al acaecido. Al igual que en el componente rehabilitación, en el
evento adverso que nos ocupa, no se han definido las acciones descriptas, por
lo que su recomendación se hace indispensable.

Este componente, supone la proposición de la aplicación de un plan de


remediación medioambiental para las áreas afectadas por los incendios
forestales. Este plan, que será de características estratégicas por lo cual no se
llega a abordar el amplio universo de opciones de manejo y detalles
particulares de implementación. Por tal motivo, es necesario que las acciones a
nivel predial que se consideren la zonificación e incorporen las
recomendaciones establecidas en el presente. La visión de generar
conectividad dentro y hacia afuera de la matriz afectada, debe ser una premisa
al momento de desarrollo de actividades en terreno.

En este contexto, y dada la magnitud de las áreas afectadas, y sus implicancias


con diversos servicios ecosistémicos, también se considera relevante que la
toma de decisiones a nivel programático sea en el contexto de la adaptación al
cambio climático. La adaptación también involucra a las Instituciones, siendo
recomendable establecer la forma de gestión que tendrá el plan, como así
también sus fuentes de financiamiento.

Finalmente, y dada la necesidad de anclar las actividades en un esquema de


mediano a largo plazo, pareciera conveniente evaluar la posibilidad de
implementar una unidad ejecutora específica, con un órgano consultivo
asociado en donde estén representados los distintos actores involucrados.

Identificación de áreas prioritarias para la restauración y conservación de


suelos
A fin de planificar las distintas y posibles acciones de restauración a realizar en
el corto y mediano plazo, se realizó un análisis multicriterio de las zonas
38
afectadas, teniendo en cuenta para ello, el tipo de vegetación previa o
afectada, la pendiente del terreno, el grado de severidad del incendio y la
exposición. Este análisis se llevó a cabo para identificar y cuantificar las áreas
o sectores que presentan las condiciones adecuadas para iniciar los proyectos
de restauración activa para asegurar mayor probabilidad de éxito.

Asimismo, permitirá describir las recomendaciones de manejo y restauración


pasiva para todos los sectores.

Para la primera categoría de análisis (tipo de vegetación previa o afectada) se


consideró el comportamiento reproductivo de la vegetación dominante,
clasificando en el primer grupo a aquellas especies arbóreas que no rebrotan
(A), en el segundo grupo, las especies arbóreas y arbustivas que rebrotan (B),
en el tercer grupo las especies herbáceas y arbóreas no incluidas en las
clasificaciones previas (C), y en el cuarto grupo las coníferas exóticas (D).
En el caso de la pendiente del terreno, las mismas se agruparán en clases
considerando las posibilidades de trabajo o intervención, el riesgo que
implicaría, así como la probabilidad de erosión. Las clases principales son I) 0 a
25%, II) 25 a 45% y III) mayor a 45%. En cuanto a la severidad del incendio, se
reagrupan las categorías identificadas previamente, en la clase Se (severo): las
zonas clasificadas como severas y moderadas, y en la clase Le (leve), las
clasificadas como leves y sin quemar. Finalmente, la exposición del terreno se
clasifica teniendo en cuenta las condiciones ambientales beneficiosas que
presentarían para la recuperación natural de la vegetación, así como para la
supervivencia en: MB (muy buena) las SO-S-SE,B (buena)a las E-NE y R
(regular) a las NNO-O.

Una vez aplicados estos criterios se codifican como se indica a continuación en


el Cuadro respectivo. Cada código representa áreas con características
similares que pueden ser incluidas en un programa específico de manejo y
restauración.

39
Organización de las variables de evaluación y codificación resultante

Clasificación resultante del análisis multicriterio para las especies C y D. Valores


expresados en hectáreas

A continuación, se detallan los principales componentes de manejo y


restauración para su desarrollo. Es importante destacar, que será necesario

40
adecuar los mismos localmente, como así también las formas de trabajo con
los pobladores afectados. Los componentes inicialmente identificados son:

• Componente de manejo ganadero.


• Componente de producción y propagación de plantas.
• Componente de plantación.
Debido a la diversidad de situaciones que surgirán en terreno, no solo desde el
punto de vista ambiental sino también de los usos, se considera necesario
prever financiamiento para actividades complementarias (entre ellas las
actividades de protección de suelos). Paralelamente a los componentes
detallados para las acciones de manejo y restauración, se han planteado
diversos módulos transversales que engloban actividades de monitoreo,
capacitación e investigación, comunicación, y educación ambiental.

Componente de manejo ganadero


La presencia de herbívoros domésticos provoca importantes alteraciones en la
estructura y composición botánica del Bosque Andino Patagónico las cuales se
atribuyen principalmente al ramoneo de la regeneración natural y a la
introducción de especies exóticas en ambientes naturales (Veblen et al., 1992).
Los cambios en la estructura debido a la herbivoría doméstica determinan el
incremento de especies arbustivas y ocurren generalmente durante las etapas
iniciales de la instalación de la regeneración luego de los disturbios masivos
como los incendios. Como resultado de esto las especies arbustivas logran
colonizar por sobre las especies arbóreas y retardan la capacidad de resiliencia
del Bosque Andino Patagónico (Raffaele et al., 2007). Sin embargo, si la
regeneración natural logra establecerse adecuadamente, el impacto de la
herbivoría doméstica se minimiza. Es por este motivo que en las primeras
etapas del programan de restauración, que puede abarcar un período de 30
años, es clave el manejo de la ganadería. Por otro lado, si consideramos las
invasiones biológicas, el ganado doméstico es uno de los principales agentes
dispersores de las especies más agresivas luego de los incendios como la rosa
mosqueta (Rosa rubiginosa) (Zimmermann et al., 2011), y de otras gramíneas y
hierbas exóticas en la creación de céspedes de pastoreo bajo el dosel
41
(Quinteros et al. 2010 & 2012). Es por este motivo que el impacto de la
ganadería representa uno de los principales desafíos a afrontar por el
programa de restauración luego de incendios masivos ocurridos en el año 2015
en el noroeste de la provincia de Chubut, por citar un evento ejemplificador. En
una primera aproximación, la exclusión ganadera total es en apariencia la
primera decisión a tomar. Sin embargo, debido a razones socio-culturales, esta
decisión es impracticable en el mediano plazo.

Componente de producción y propagación de plantas


Dado que una de las recomendaciones de mayor relevancia y esfuerzo
económico que se propone en este plan es la restauración mediante plantación
de algunas especies nativas leñosas identificadas como prioritarias, resulta
conveniente establecer algunos criterios generales y objetivos para garantizar
el abastecimiento en tiempo y forma de material reproductivo en la calidad y
cantidad requerida. La producción de plantas en general requiere tomar
decisiones y realizar actividades específicas con mucha anticipación hasta
lograr un plantín en condiciones de ser utilizado. El proceso tiene
características particulares como altos costos, estacionalidad para la
realización de acciones como la cosecha de semillas o la plantación; adopción,
ajuste o generación de procesos y técnicas para el almacenamiento y
conservación de semillas, o de estándares de calidad y protocolos de
producción de plantines; además del requerimiento del tiempo necesario para
obtener los productos deseados (desde la cosecha de las semillas hasta el uso
de un plantín obtenido con ella puede demandar hasta dos años y medio para
algunas especies). En la zona existe mucha experiencia y capacidad
institucional y productiva para abordar todos los temas inherentes a la
obtención de plantas.
Por lo expuesto, se cree necesario abordar la producción de especies nativas
de modo integral procurando: determinar las zonas de cosecha de semillas en
base a criterios técnicos y operativos, asegurar la obtención y manejo
adecuado del material de propagación, y crear una reserva de semillas para
garantizar la provisión y continuidad de la producción. Por último, se estima

42
conveniente abordar de manera planificada las actividades para asegurar la
adecuada provisión de semillas y producción de plantines.

Componente de plantación
De acuerdo a Urretavizcaya et al. (en prensa), la densidad y el diseño de la
plantación dependen principalmente del objetivo de la misma, así como de las
características de la vegetación del sitio. Si el objetivo es la producción, la
densidad no debería ser inferior a 600 plantas por ha, siendo recomendable
densidades aún mayores (por ejemplo, la Ley 25.080 requiere 825 plantas por
hectárea en la modalidad de plantación en secano). Si el objetivo es de
conservación, pueden realizarse plantaciones menos densas, siendo
recomendables densidades de 400 a 600 pl/ha. Si bien la Ley 25.080 requiere
un mínimo de 200 pl/ha en la modalidad de enriquecimiento, este valor sería
insuficiente para lograr una buena cobertura de suelo durante la etapa inicial.
Para este plan, se realizaron los cálculos con una densidad de plantación
intermedia de 500 plantas por hectárea. En los bosques quemados afectados
por fuegos recientes se pueden realizar plantaciones regulares, tanto en líneas
como en bosquetes, dado que el estrato arbustivo no se ha desarrollado
completamente aún. La plantación en núcleos o bosquetes se realiza
estableciendo los plantines en grupos a altas densidades, definiendo el número
de núcleos en función de la densidad final planificada. Estos últimos presentan
la ventaja de imitar el modo natural de establecimiento de la regeneración de
las principales especies nativas. En los sitios afectados por fuego el dosel
superior constituido por los árboles quemados protege significativamente a los
plantines contra la radiación y el viento, efecto que no se registra en las áreas
donde se extraen todos los árboles quemados (Urretavizcaya et al. 2014). Un
aspecto a tener en cuenta es que con el tiempo los árboles comienzan a caer y
pueden dañar las plantas establecidas debajo, o descalzarlas si se encuentran
cerca de la base de un árbol grande. En las situaciones en las cuales es
necesario extraer la madera, es aconsejable dejar cierta cantidad de árboles en
pie y también en el suelo. En estos casos, una posibilidad es extraer los
árboles quemados en fajas, dejando interfajas donde se puede plantar

43
inmediatamente. Para plantar ciprés de la cordillera en las zonas quemadas
donde se extrajeron los árboles y se realizó limpieza, es recomendable esperar
a que se recupere y establezca la vegetación arbustiva, que pueda brindar
protección a los plantines, o bien utilizar algún tipo de protector individual para
la radiación.
Los recaudos a tener en cuenta durante el proceso de acondicionamiento de
las plantas, embalado, transporte desde el vivero hasta el sitio de plantación y
mantenimiento hasta el momento de plantación, son fundamentales para
disminuir el estrés que produce la plantación y lograr un buen prendimiento
inicial.
La época de plantación se extiende desde mediados de otoño y hasta
principios o mediados de invierno, y comienza cuando las lluvias invernales han
humedecido el suelo luego de la sequía estival. Plantando en esta época se
evita o disminuye el estrés de plantación que ocurre en primavera, y se
previene el efecto negativo de una primavera seca y cálida. En general, las
plantaciones realizadas en otoño tienen como ventaja que el suelo, por inercia
térmica, tiene aún temperaturas adecuadas para el crecimiento radical. En el
caso de plantaciones de lenga, que se realizan a mayor altitud, este efecto se
observó hasta comienzos de mayo, dado que con posterioridad la temperatura
disminuyó marcadamente. La herbivoría de las plantas causada por ganado
doméstico y animales silvestres es un tema clave en la forestación con árboles
nativos. Los plantines resultan particularmente atractivos a vacas, ovejas,
liebres, ciervos y otros vertebrados herbívoros. Lo cierto es que la incidencia de
este problema puede ser muy grande, y es esencial tenerlo en cuenta. El
ganado doméstico debe ser excluido con alambrados perimetrales. En el caso
de las liebres puede optarse por cercos de alambrado romboidal, hexagonal o
mallas plásticas para cierre de núcleos, así como protectores individuales. Será
la densidad de la plantación y su diseño lo que defina una u otra práctica, por
ejemplo, con baja densidad es preferible el uso de protectores individuales. Un
ataque severo de liebres puede diezmar una forestación completa en su
primera semana de implantación.

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Fuentes de financiamiento
El Estado Provincial, debe prever la posibilidad de afrontar parte de los gastos
que demanden las actividades de restauración (y prevención) con fondos
provenientes de rentas generales de la provincia, plasmar ello en un programa
dentro del presupuesto, brindaría un marco de previsibilidad importante para la
implementación del plan.
Finalmente, se podría explorar fuentes externas de financiamiento alternativas,
como son los proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación Evitada
(REDD) que se desarrollan en el marco de las Naciones Unidas Para el
Desarrollo, u otras. En tal sentido, el Ministerio de Ambiente y Control del
Desarrollo Sustentable en conjunto con la Subsecretaría de Bosques mantiene
una serie de intercambios con distintas embajadas de países que estarían
dispuestos a colaborar con la problemática. Sin embargo, hasta el momento los
ofrecimientos se centran en la asistencia técnica y no en la ayuda económica.

7. CONCLUSION

El abordaje técnico, estadístico y normativo del problema, indica claramente,


que el evento adverso de marras plantea la obligación institucional y social de
describir operaciones de prevención de incendios forestales, estudios de los
distintos biomas involucrados, de las características meteorológicas locales y
de las instituciones intervinientes.

Es dable destacar la obligatoriedad de estas, de tener reuniones periódicas,


preferentemente trimestrales, en las épocas de mayor siniestralidad. Se debe
concientizar que el tiempo que se destine en la atención prevencionista,
operativa, investigativa y recuperatoria, constituirá una inversión en beneficio
de la comunidad.

Es evidente que se hace absolutamente necesario, propiciar la ampliación de


la normativa local con respecto a la disposición de recortes de podas y restos
de hojarascas.

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Llegado a esta instancia, creo oportuno mencionar que se deberán dirigir la
mayor cantidad de recursos a la prevención y mitigación de este tipo de
emergencias, ya que el impacto social que genera la ocurrencia de un evento
adverso en la cual se vea involucrado algún tipo de riesgo forestal resulta ser
de considerables aristas.

Es decir, que atender a esta problemática de manera proactiva es fundamental,


y para lograrlo se requiere la aplicación de una correcta gestión integral de
riesgo, propiciando normativas orientadas a la implementación de alertas,
definidas cada una en función de los elementos meteorológicos, topográficos e
institucionales, mencionados en el presente trabajo.

Paralelamente como apéndice investigativo general, se tuvo la oportunidad de


ampliar esta información con personal especializado en el área de incendios
forestales de interfase de la Asociación Bomberos Voluntarios de la Ciudad de
General Roca, incorporando información adicional respecto al trabajo que
desempeña diariamente dentro del sistema de intervención en eventos
adversos de este tipo.

Se insiste en que la normativa local, si bien reviste características de


proactividad muy importantes en cuanto a la prevención y mitigación de los
elementos que originan un incendio forestal de interfase, debe articularse con
la normativa nacional, de manera mas fluida, y constituir un eje de actuación
adecuado, siendo uno de los parámetros de este trabajo, la propiciación de una
normativa local adaptada a estos efectos.

Finalmente, luego de un camino de análisis e investigación adentrándonos en


todos los hechos que pudieran dar inicio a estos eventos adversos, llego a la
conclusión de que si bien existen protocolos que disminuyen las probabilidades
de incendios forestales de interfase y se encuentra activo un grupo de
intervención en caso de que un evento adverso de ese tipo se materialice y
presente un riesgo para la sociedad en su conjunto, se hace necesario ampliar
la normativa local y que su incorporación al conocimiento general de la

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comunidad es imperativo, y que contribuirá aún más a la reducción de las
probabilidades del evento adverso de marras.

Juan Daniel Fernández

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