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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO

(UASD)

NOMBRE:

Gianni Darlene Rodriguez Guzman

MATRICULA:

100363580

MATERIA:

Salud y Conducta Humanas

SECCION:

10

PROFESOR:

Larry G. Gomez Moreno

TEMA:

Salud Mental en la República Dominicana


INTRODUCCIÓN

La OMS describe la salud mental como: un estado de bienestar en el cual el individuo se da


cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar
productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Debido a
aquellas situaciones, eventos o desastres que ocurren en el transcurso de la vida de algunas
personas esta estabilidad mental se puede ver afectada y como consiguiente cambiar totalmente
su manera de percibir la realidad.

Enfocándonos ahora en la salud mental como un problema a tratar en la República Dominicana


se torna un tema complicado debido a las limitaciones existentes en el sistema de salud mental de
la República Dominicana, como la falta de recursos financieros y humanos, las deficiencias en la
protección de los derechos de salud, la falta de atención a la salud mental y la poca participación
de la sociedad civil. De igual forma, la escasez de establecimientos con personal debidamente
entrenado para abordar los trastornos mentales, la baja importancia brindada por los profesionales
de la salud al aspecto psicológico del individuo, los estigmas sociales ante las enfermedades
mentales, así como la baja comprensión de la relevancia del trabajo en equipo y la atención
escalonada que se requiere para el buen tratamiento de trastornos mentales, son puntos
importantes que perjudican la atención de la salud mental en la nación.

En la presente reflexión abordaremos cuáles son los trastornos más comunes, a que se debe que
lleguemos a esa situación y aquellos estigmas por lo cuales la mayoría de las personas sufren en
silencio y no buscan la ayuda profesional que tanto necesitan.
La salud mental en la República Dominicana

Como sabemos los trastornos mentales más comunes son los que alcanzan prevalencias más
altas, siendo los más importantes los de ansiedad y la depresión. Aunque son trastornos leves o
moderados tienen un alto desarrollo en la población dominicana y tienden a afectar de manera
significativa la personalidad , su desarrollo en la vida cotidiana y su relación con las demás
personas.

Estos problemas mentales al no ser visto a simple vista y muchas veces a la falta de
comunicación que existe entre los familiares y parejas, pasan desapercibidos o simplemente
ignorados y al no ser tratados o controlados se van agravando con el pasar del tiempo lo que
lleva a muchas de estas personas a la toma de malas decisiones.

Ahora bien, según informes de la OMS, en la República Dominicana un 4.7% de la población


padece de trastornos depresivos, mientras que un 5.7% sufre de trastornos de ansiedad. Estas
cifras han aumentado en los últimos 15 años, pero podrían duplicarse en los próximos meses
debido a la llegada de la pandemia que estamos viviendo, al cambio drástico que tuvimos que
tomar en nuestras rutinas, al desempleo y a las alzas de los precios. según publicaciones
recientes.

Además, según este informe, la depresión es ya la primera causa de discapacidad, medida en años
vividos con discapacidad (AVD o YLD). Esto representa un reto para los centros y servicios de
salud mental de América Latina y el Caribe, que han tenido que adaptarse a la nueva realidad,
afrontando una demanda creciente con recursos menguados.

Al tratar de recursos destinados a la salud mental en este país, se podría decir que son muy
escasos o no muy asequibles en relación con las necesidades y demandas, ya que para una
persona de clase baja o más bien de clase media, muchas veces se ve complicada la visita a esos
consultorios por lo elevado del precio de consulta o los caros que llegan a ser algunos
medicamentos.

Además de la falta de entrenamiento, conocimiento o interacción que tienen algunos


profesionales con algunos problemas mentales, pueden provocar que se lleguen a diagnósticos
inadecuados de la enfermedad que presenta el paciente. Por ejemplo, puede que se aborden
continuamente sintomatologías a nivel físico sin que se trate la causa psicológica que realmente
las está provocando. El diagnóstico y, en consecuencia, la intervención y el tratamiento
inadecuados provocan que los pacientes frecuentan más los centros de atención primaria, se
realicen pruebas innecesarias, se cronifique y agrave el desorden o enfermedad mental, se
incrementen los gastos tanto para el paciente como para el sector de salud, entre otros efectos
negativos adicionales.

Un problema más a tratar es la falta de concientización de los ciudadanos respecto a los


problemas mentales, y poner el punto claro de que la búsqueda de ayuda profesional puede
llevarte a ser una mejor persona o regular su interacción diaria. y no solo aceptando aquella
condición denigrante como muchos las quieren poner en la actualidad.

Aquí entra el tema de la estigmatización en la salud mental. El estigma hacia las personas que
padecen algún tipo de enfermedad mental hace que la aceptación de su enfermedad y la
recuperación de la misma se vean inalcanzables. El uso inadecuado de palabras, conceptos,
expresiones o comentarios incrementa el estereotipo de la estigmatización de la salud mental,
logrando solamente un retroceso sobre la aceptación de una enfermedad como cualquier otra.

Otros casos que podemos apreciar es que, si tomas medicamentos es porque estás loco, las
enfermedades de la cabeza no tienen cura, no podrás tener una vida normal, mejor no tengas hijos
que se hereda, tienes que dejar el trabajo, no te suicidaras, si lo fueras hacer no lo dijeras, son
solo algunos de los comentarios que tienen la población para hacer énfasis hacia las personas con
algún desorden mental, como si no fuera ya suficiente las dudas o la lucha interna por la que
atraviesan estas personas.

Otro factor que da cabida a la estigmatización de las enfermedades mentales en RD es el empleo


de términos erróneos en la vida cotidiana haciendo referencias a situaciones intensas o difícil por
la que atravesamos, como son, estoy en depresión por no poder asistir a la fiesta, o no me hables,
hoy amanecí bipolar, o fulana esta esquizofrénica porque le respondió de una manera agresiva.
La normalización de estos términos hace que las personas enfermas se cohíban de hablar o buscar
ayuda porque entienden que no están grave, que más personas lo pueden padecer o que no le
prestaran importancia si le comenta a un particular, o peor aún, si hay burlas pudieran
avergonzarse de admitir que tienen algún tipo de estas enfermedades.

Hablar abiertamente de cómo nos sentimos o lo que sentimos respecto a ciertas situaciones
debería ser algo más normal y bien visto, pero de una forma más profesional, así se evitan los
malos entendidos de ciertos trastornos y sus sintomatologías.
Conclusión

La salud mental es uno de los retos más grande en la República Dominicana, por lo tanto
deberían de implementarse más recursos a esta área y proveer una correcta atención y medicación
a los pacientes que la necesiten, crear programas y tener grupos de apoyo asequibles donde las
personas puedan hablar abiertamente de cómo se sienten de tal forma que se logre erradicar esos
estigmas para dar a conocer que las enfermedades de salud mental, se tratan, se controlan, se
curan y se puede vivir con ellas como se vive con hipertensión o diabetes.

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