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Normalidad y Patología Psicológica

Salud Mental y Enfermedad

Una de las necesidades básicas del ser humano, aunque no tan importante, es
gozar de buena salud, es por eso que siempre se tiene en consideración
conservar un nivel óptimo saludable por parte del gobierno, la familia o la
comunidad, aunado a esto la salud mental es igual de importante que la salud
física para mantener un estado de bienestar individual.

Muchos avances han demostrado que los trastornos mentales y/o conductuales
son consecuencia de una compleja interacción de factores biológicos,
psicológicos, sociales y personales, y aunque, tenemos la capacidad de reducir
y tratar estos trastornos, la prevalencia de enfermedades mentales o trastornos
va en aumento, y se puede ver una creciente población con estos
padecimientos en países con niveles económicos altos. Estudios realizados
describen que las cuatro enfermedades con mayor incidencia de presentarse
son: la depresión, el abuso de sustancias, la esquizofrenia y la demencia, en
este orden de frecuencia.

Salud Mental y Física

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (2005), en la actualidad se


calcula que aproximadamente 450 millones de personas en el mundo padecen
alguna forma de trastorno mental que les genera sufrimiento e incapacidad, y
una de cada cuatro personas se verá afectada por algún trastorno mental.

Esto conlleva a un costo en sufrimiento humano, discapacidad y pérdida


económica, a parte que se tiene presente que el presupuesto para la salud
mental de la mayoría de los países es inferior al 1% del gasto total en la salud
general, y menos del 10% tienen una política que incluya la salud mental en
atención de niños y adolescentes.
Aunque salud, se define como un estado de completo bienestar mental, físico y
social; para definir salud mental, es mucho más difícil establecer una definición,
pero si se fundamentan tres ideas que se ven implicadas:

1. La salud mental es una parte integral de la salud.


2. Está íntimamente conectada con la salud física.
3. Tiene que ver con el sentido de felicidad, libertad, paz social y
oportunidad.

Y es así como la Organización Mundial de la Salud redefinió el concepto de


salud mental, a un estado de bienestar en el cual el individuo está consciente
de sus propias habilidades, puede afrontar el estrés normal de la vida, trabajar
fructífera y productivamente y es capaz de hacer una contribución a su propia
comunidad. Por consiguiente, no solo implica la ausencia de enfermedad o de
una desviación significativa de la norma si no que conlleva aspectos subjetivos
de la condición individual.

Problemática de salud mental en México

En México existen muchos problemas graves que están integrados a la salud


mental, y que han sido atendidos de manera pobre y deficiente. Se estima que
alrededor de 15 millones de personas padecen un trastorno mental, y que
solamente uno de cada diez pacientes recibe atención especializada.

Los trastornos depresivos y la ansiedad son los más frecuentes en consulta de


personas adultas, y para la población infantil entre los 3 y 12 años de edad se
presentan problemas de aprendizaje.

Otro problema que es estudiado a fondo es que las cárceles mexicanas están
llenas enfermos mentales, al igual que muchos indigentes presentan una
enfermedad mental y en la comunidad rural es más frecuente que un integrante
familiar también padezca de una enfermedad.

Agravando la situación, la mayoría de los seguros privados excluyen las


enfermedades mentales en su póliza de cobertura, siendo más frecuente que
muchos estados no cuenten con la infraestructura pública suficiente para
atender los trastornos mentales, y que muchas personas tarden en buscar y
recibir la atención adecuada optando por la automedicación.
Y pese a los avances en el país durante los últimos 25 años, las insuficiencias
siguen siendo mayores y las deficiencias de las atenciones en el área de la
salud siguen siendo graves y con una falta de intervención por parte de las
instituciones públicas de salud y del gobierno.

Otras visiones de la salud mental

La salud mental también tiene connotaciones relacionadas con la filosofía y la


calidad de vida. El bienestar es uno de los conceptos claves en las diferentes
concepciones de la salud mental e implica una calidad de vida. Para el
congreso mexicano, la salud mental está determinada por tres variables:

1. El nivel de entendimiento de nosotros mismos y de nuestra cultura.


2. La capacidad psicológica de formular opciones para uno mismo.
3. La oportunidad de actuar en consecuencia y la libertad implicada en ello.

Esto quiere decir, que una persona mentalmente sana es capaz de ser feliz y
de procurarse una experiencia satisfactoria de la vida. También en años más
recientes la equidad de género, ha sido implicada en la salud mental, haciendo
que exista la necesidad de atender a mujeres con problemas de maltrato físico
y abuso sexual. Y en hombres la estimulación de la expresión de afecto, el
respeto a la mujer y una participación en el hogar y educación de los hijos.

Dimensiones de la anormalidad psicológica

Existen una serie de dimensiones que son útiles para juzgar la normalidad o
anormalidad, la adaptación o no de los individuos en un entorno social, cultural
o laboral, y son las siguientes:

 Sufrimiento: este es consecuente de elementos biológicos, causa física


o disfunción corporal, así como de ideas, eventos existenciales o
recuerdos.
 Conducta mal adaptativa: esta se refiere a la parte conductual, y
describe la capacidad del individuo de interactuar con su medio
ambiente y afrontar los problemas de manera exitosa.
 Irracionalidad: este aspecto es cognitivo y denota la capacidad de la
persona para pensar racionalmente su situación, conducta o
sentimientos.
 Pérdida de control: es la consistencia que demuestra una persona a
través del tiempo, para predecir la reacción de una persona o evento
especifico.
 Convencionalidad: connota la aceptación y estima de una conducta.
 Incomodidad a terceros: es la adaptación y mantenimiento en un
contexto social y funcionamiento de un entorno comunitario en forma
armoniosa.

Conclusiones

La salud mental está fuertemente arraigada a la enfermedad, pero son muy


diferentes, si bien ya se ha visto que la atención para dichas enfermedades o
trastornos no es ni la adecuada ni la suficiente en estos años, eso no quiere
decir que existan medidas para mejorar la calidad de vida con pacientes que
presenten un padecimiento. Por otra parte, la pobreza también influye mucho
en la salud mental, de manera que puede crear un mal social como lo es la
drogadicción, el alcoholismo, la delincuencia o el suicidio. Pero en parte la
calidad de vida viene a contrarrestar los aspectos negativos de la concepción
de enfermedad o trastorno mental, implicando una serie de componentes,
todos ellos de carácter objetivo, como es la alimentación, la educación, el
trabajo, la vivienda, la seguridad, el vestido, el ocio y los derechos humanos, y
que si se mantienen en una estabilidad funcional y positiva ayuda de manera
significativa a la mejora y desarrollo de nuevas soluciones para los individuos
con mala salud mental.

Comentarios
Referencias

Halgin, R. & Krauss, S. (2004). Salud Mental y Enfermedad. Psicología de la


anormalidad. México: McGraw-Hill Interamericana. (pp. 17-32).

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