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Se entiende por literatura victoriana aquella producida en el Reino Unido y en sus colonias durante el
reinado de Victoria (1837-1901). La denominada era victoriana constituye en la historia de Inglaterra y en
la de Europa una etapa cultural importantísima. Es el gran momento de Inglaterra, y aunque no tiene el
brillante esplendor del período isabelino y jacobino ―la muerte de Lord Byron señala el ocaso de una edad
heroica―, presenta, en cambio, una trabada coherencia, una organizada tenacidad en todos los campos de
la actividad humana, y muestra una decidida voluntad de transformar el mundo y las fuerzas de la
naturaleza para el bienestar y servicio del hombre.1
Las características esenciales de aquella época son: una indiscutible preocupación por la decencia, con la
consiguiente elevación del nivel moral; un creciente interés por las mejoras sociales y el despertar de un
fuerte espíritu humanitario; cierta satisfacción derivada del incremento de riquezas, de la prosperidad
nacional y del inmenso desarrollo industrial y científico; conciencia de la rectitud, y un sentido
extraordinario del deber; indiscutible aceptación de la autoridad y de la ortodoxia; notable carencia de
humor. La era victoriana es época de transformaciones políticas y sociales, inquietudes religiosas, firme
trabazón moral, expansión rapidísima del comercio inglés y culminación de la Revolución Industrial.2
En líneas generales, la literatura británica, a diferencia de la francesa, consta, ante todo, de individuos y no
de escuelas.3
En literatura, el largo reinado de Victoria es uno de los más gloriosos de la historia inglesa.4 La era
victoriana cubre prácticamente desde el Romanticismo hasta finales de siglo, y representa literariamente un
cambio de estilo en un sentido realista. La fecha fronteriza entre el Romanticismo y la era victoriana es el
año 1832. En realidad, Victoria no ascendió al trono hasta 1837,4 pero para entonces la mayoría de los
grandes escritores del primer tercio del siglo, a quienes podríamos denominar «georgianos tardíos», habían
enmudecido:5 en 1832 moría Walter Scott; Keats, Shelley, Byron y Hazlitt ya no existían; Coleridge y
Lamb estaban llegando al fin de sus días, y Wordsworth, aunque viviría aún bastantes años, había escrito ya
lo mejor de su producción.4 Del mismo modo, Southey, Campbell, Moore, Jeffrey, Sydney Smith,Nota 1
De Quincey, Miss Edgeworth, Miss Mitford, Leigh Hunt, Brougham y Samuel Rogers aún vivían, pero la
parte esencial de sus obras ya estaba hecha. Los principales autores que pertenecen por igual a las épocas
georgiana y victoriana son Landor, Bulwer, Marryat, Hallam, MilmanNota 2 y Disraeli; ninguno de los
cuales, con la excepción de este último, se acerca al máximo nivel en ninguna de las dos épocas.5 A la vez,
aparecían los primeros volúmenes de Tennyson, el futuro poeta laureado representante de la poesía
victoriana. Aunque de hecho perduraba el Romanticismo, su energía creadora estaba agotada, y la literatura
buscaba otras fuentes de inspiración. En las alternancias rítmicas del fenómeno literario, la reacción
psicológica contra los excesos del Romanticismo inclinaba el gusto hacia la concreción y el orden. Después
del reinado de la emoción y de los sueños y las tempestades del alma romántica, empezaba a manifestarse
una época razonadora y realista, que emparentaba mejor con la actitud mental del siglo XVIII4 (el siglo de
las luces). La nota predominante era la racionalización del impulso literario. Ante los postulados del
Romanticismo, los escritores victorianos consideraron la verdad concreta como uno de los motivos
esenciales de la creación literaria. En consecuencia, su tono de expresión general fue el realismo; y, en
conjunto, se preocuparon más que sus antecesores románticos por la perfección estilística y la organización
formal de la obra de arte.4
Brillante en poesía y rico en pensamiento, el victoriano es un período en que la novela aparece en su
máximo esplendor, floreciendo también en él un grupo de eminentes mujeres novelistas.4 Además, hacia
1860, el teatro experimenta una renovación saludable.4 Más adelante, a partir de 1875, las influencias
francesas fueron preponderantes, sobre todo en el decadentismo del poeta A. Ch. Swinburne, en el
esteticismo del ensayista Walter Pater y, sobre todo, en la obra poética, narrativa y dramática de Oscar
Wilde.6 Mientras que la poesía de los últimos años de la era victoriana parecía sumirse en una fase de
menor confianza, la explosión de energía que impulsó la narrativa no se agotó después de los primeros
años. Si echamos una mirada retrospectiva, el último cuarto de siglo aparece dominado por dos figuras, la
de Thomas Hardy y la de Henry James, que van seguidos de una hueste de escritores menores, aunque no
faltos de interés.7 Por su parte, la poesía de Hardy habría de esperar al siglo XX para ser valorada6 en su
justa medida. En la novelística, destacarían en ese último período victoriano los nombres de Samuel Butler,
George Meredith y, sobre todo, Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle6 y Bram Stoker, maestros
respectivamente de los géneros de aventuras, policíaco y de terror.
Índice
Contexto (histórico, social, económico, intelectual)
Victorianismo temprano y medio
Victorianismo tardío
Poesía
Panorama de la poesía inglesa hacia 1830
Poetas victorianos característicos
Otros poetas del victorianismo temprano y medio
Poetas irlandeses victorianos
Poetas escoceses victorianos
Poesía religiosa
Poetas espasmódicos
Poesía social y poesía política
Poesía cómica y humorística
El movimiento prerrafaelita
Últimos poetas victorianos
Poesía dialectal
Nueva literatura: la poesía
Poesía decadentista
Narrativa
Contexto
Panorama de la narrativa inglesa a lo largo del siglo XIX
Narrativa humorística y humanitaria
Novela de aventuras y novela militar
Novela histórica
Novela realista
Novela de tesis y novela filosófica
Narrativa de terror, suspense y temática sobrenatural
Novela social y novela política
Narrativa infantil y juvenil
Novela de formación o de aprendizaje (Bildungsroman)
Narrativa fantástica
Novela sensacionalista
Ficción detectivesca, policíaca y de misterio
Ficción especulativa
Novela naturalista
Otros novelistas victorianos
Nueva literatura: la narrativa
Narrativa de ciencia ficción
Literatura del esteticismo
Narrativa de aventuras
La narrativa breve victoriana
Teatro
Prosa
Religión, teología y oratoria
Ensayo
Historiografía
Memorias y literatura de viajes
Filología y traducción
Biografía
Ciencias sociales y ciencias naturales
Economía, lógica y utilitarismo
Crítica literaria y artística
Bibliografía
Notas
Véase también
Referencias
Los poetas victorianos, como los novelistas, se enfrentaban a una sociedad muy cambiada frente a la que
describían los románticos: casi podían palpar cómo cambiaba la estructura de clases; la clase media iba
tomando posiciones cada vez más influyentes frente a la antigua aristocracia y comenzaba a introducir un
nuevo sistema de valores; ya nadie podía ignorar el proceso de industrialización ni sus secuelas de
contaminación y miseria; la fe religiosa se veía amenazada por los descubrimientos geológicos y biológicos
y por un espíritu de escepticismo que se volvía contra la Biblia.9
Es demasiado simple decir que los primeros victorianos hicieron un mundo de su crisis religiosa. El vacío
espiritual hoy apenas significa nada (aunque algunos lampan por extraños terrenos para llenarlo). Sin
embargo, los primeros que vieron cómo su fe iba desapareciendo vivían inmersos en una comunidad
creyente, una comunidad que profesaba abiertamente sus creencias y en la que representar una vanguardia
intelectual no resultaba nada cómodo. Mientras que el ateísmo de Shelley asesta un duro golpe al
cristianismo convencional, las dudas convierten al victoriano en un reincidente sin ganas, en alguien que se
debate entre problemas espirituales, alguien melancólico y añorante de lo que ha perdido y que los demás
aún conservan. Más que como liberación, la falta de fe se vive como una pérdida.10
Parte de la vitalidad con que nos salpican las páginas de las novelas victorianas se debe a la nueva
concepción que ofrecen del mundo. Gran Bretaña dejaba de ser un país rural y se transformaba
rápidamente en una sociedad urbana, proceso terrible y emocionante a la vez por las consecuencias y las
potencialidades que implicaba. Además, el tren iba descubriendo todos los rincones de la isla, que
despertaban la curiosidad y admiración de los ciudadanos. Si antes el ámbito en el que discurría la vida de
la gente era de unos quince o veinte kilómetros a la redonda, ahora este ámbito se multiplicaba por diez.
Grupos enteros de población se desplazaban, geográfica y socialmente. En las nuevas ciudades industriales,
que no solo eran nuevas, sino que representaban un nuevo modelo de ciudad, la gente se enriquecía y se
arruinaba en cuestión de meses. Los milagros empresariales afectaban a todo el mundo, no solo a los
nuevos capitalistas o a la fuerza trabajadora, y todos se bandeaban año tras año entre la confortable
prosperidad y la inanición.11
La nueva religión de los nuevos capitalistas era el laissez-faire, normalmente denominado economía política
o benthanismo. Inicialmente para los victorianos las nuevas doctrinas económicas, que abogaban por una
economía de mercado sin restricciones y la total libertad del empresario (pero no del sindicalista),
constituían dogmas de fe tan incuestionables como los que emanaban del púlpito; las leyes siderúrgicas no
admitían refutación posible. Y el nuevo empresario, que divulgaba estas leyes y se aprovechaba de ellas,
venía a ser el héroe nacional, el equivalente moderno del filibustero isabelino.12
Evidentemente para los intelectuales la época era muy distinta y mucho menos atractiva. La crisis religiosa,
que en 1867 se convirtió en objeto de debate popular con El origen de las especies de Darwin, ya la habían
librado en su interior escritores como Tennyson o George Eliot años antes. Al asomarse a la Inglaterra
victoriana Matthew Arnold vio un horrible patio en el que jugaban bárbaros y filisteos. John Stuart Mill vio
la degradación de las clases trabajadoras y el sometimiento de las mujeres.13
Victorianismo tardío
En la segunda mitad del mandato de la reina Victoria, la etapa de viudedad pública más prolongada de la
historia, empezaron a criticarse cada vez con mayor intensidad la ética, los gustos y las costumbres
eminentemente victorianos. Hoy vemos esta situación con más claridad que la gente de la época. Los
guardianes de la moral pública que decidían, según Dickens, "qué es lo que debía sacarle los colores a los
jóvenes" seguían dominando el panorama, lo cual obligaba a muchos escritores a expresarse de manera
soterrada, sobre todo en materia sexual. Gran Bretaña volvía a poner ahora un enorme empeño en
"aparentar" ser la gran potencia mundial que había sido a mediados de siglo, con la confianza de entonces:
gobernaba, en medio de serias amenazas, el más vasto imperio que ha habido en el mundo y mantenía un
alto poder de decisión en Europa.14
Sin embargo, el poder y los ideales victorianos estaban en decadencia. La depresión agraria (debida en
parte a la competencia que suponían América del Norte y del Sur) empezaba a socavar los cimientos
financieros de los nobles y los aristócratas hacendados. La depresión industrial iba sumiendo en la pobreza
a las ciudades afectadas y se oían ya los primeros murmullos de un socialismo de masas. Con la publicación
de El origen de las especies de Darwin el debate sobre el verdadero carácter literal de la Biblia saltó a la
calle y dejó de estar confinado al estudio.15 Al debilitarse los principios religiosos, empezaron a surgir todo
tipo de liberaciones, grandes y pequeñas, que se fueron expandiendo. La propia honestidad comenzaba a
ser objeto de burla (Wilde y Samuel Butler utilizaron el nombre propio que la evocaba para ridiculizarla). A
través de estas sátiras se puso en evidencia que la religiosidad victoriana era un timo y su moralidad mera
hipocresía; que su afición por las artes resultaba vulgar, materialista y mecánica.16
El cambio de talante puede verse reflejado en todos los aspectos de la vida, en la aparición de periódicos
populares, en el teatro, en la búsqueda de nuevas religiones (el socialismo, la estética, el cultivo del
espíritu), cualquier cosa que pudiera llenar el vacío de la fe. Particularmente interesantes son los cambios
que tienen lugar en el terreno sexual.16
Poesía
Diez años separan la muerte de Shelley de los primeros versos de Tennyson, y otros diez median entre la
última novela de Scott y la consagración definitiva de Tennyson como poeta. En esos estrechos límites
temporales había dado comienzo una época nueva, aunque sin señal ninguna de rebelión. Keats y
Tennyson, Shelley y Browning, Wordsworth y Matthew Arnold guardan entre sí relaciones de maestros a
discípulos respectivamente.17 Browning fue discípulo de Shelley, si Tennyson lo fue de Keats. También lo
fue Swinburne.18 Los poetas victorianos no reaccionan contra los representantes de la poesía romántica.
Más bien se puede decir que siguen en la misma corriente. Pero, si aquellos experimentaron, éstos pulen y
perfeccionan; si aquellos se dejaron arrebatar por su inspirado impulso, a veces genial, éstos se caracterizan
por la armonía de su obra, por su mayor perfección estructural y penetración psicológica.4
En la poesía de la época victoriana pueden distinguirse dos grandes tendencias. La primera, más
característicamente victoriana, está dominada por las figuras de Tennyson, de gran virtuosismo formal, y
Browning, de marcado carácter psicologizante, y se interesa por la objetividad, el equilibrio y la precisión
de las ideas. La segunda tendencia, la del movimiento prerrafaelita, presidido por Rossetti, tiende a una
reacción idealista de ansiedades emotivas, busca el culto a la belleza, siente inclinación al ensueño y a la
visión, combina la imaginación con la sensibilidad. A la entrada de la era victoriana se encuentran las
personalidades, hasta cierto punto complementarias, de Tennyson y Browning, ambos interesados en
mantener el nivel que la poesía había alcanzado con Byron y Walter Scott, los autores más leídos hacia
1830.19 La inquietud de Arnold forma un punto de transición a la abstracción estética de los prerrafaelistas
y al radicalismo revolucionario de Swinburne.20 Arnold fue una figura prominente en esa gran pléyade de
poetas victorianos que trabajaron simultáneamente ―Tennyson, Browning, Rossetti, William Morris y
Swinburne―, poetas entre los cuales existía al menos este nexo de unión: que la búsqueda de todos ellos
fue la desfasada búsqueda poética de lo bello. La belleza era su consigna, como había sido la consigna de
sus inmediatos predecesores: Wordsworth, Coleridge, Keats, Shelley y Byron.21 A partir de 1850, el grupo
prerrafaelista infundiría un tono de melancolía gótica y de languidez a la poesía y a la pintura de esa fase de
la época victoriana.22 Por último, cabrá destacar a una serie de poetas del tramo final del período
victoriano (último tercio del siglo XIX) que se caracterizaron por sus inquietudes religiosas y sus anhelos de
espiritualidad.
Los poetas que dominaron la primera mitad de la era victoriana nacieron a la sombra del movimiento
romántico y todos ellos tomaron a los grandes poetas como modelos y mentores.9
En el primer término de esta época se destacan indudablemente las figuras complementarias de Tennyson y
Browning. Su semejanza general provoca una antítesis, como la que uno de los editores de Browning
intentó establecer entre forma y materia, entre el mero artista y el pensador.20 Estos dos grandes poetas
dominan la era heterogénea y polémica que se ha dado en llamar victoriana y que hoy vemos como
uniforme:24 Tennyson y Browning serían los encargados de devolver a la poesía parte de una función más
elevada.23 Los dos consiguieron el éxito de conservar un público amplio para su poesía en una época en la
que la novela se había convertido en la forma literaria más popular.25 Fue característico de ambos aceptar
como indiscutibles los supuestos básicos de la sociedad en que vivían y mostrar un espíritu de continuidad
en sus métodos artísticos.20
En 1850 publicaría, al fin, su obra magna, In Memoriam,35 su poema más sincero e intenso. Su
autenticidad lo convirtió en el gran poema de su tiempo.39 Se trata de una extensa elegía filosófica que
refiere los diversos estados de ánimo de un hombre desesperado por la muerte de alguien muy querido.30
El poema, escrito en estanzas de cuatro versos, había ido creciendo hasta su versión definitiva durante un
período de diecisiete años tras la muerte de Arthur Hallam.40 A diferencia de los Idilios del rey, In
Memoriam sí resulta representativo de la época victoriana, para el lector actual, del espíritu de su tiempo. In
Memoriam está elaborado a partir de una serie de poemas elegíacos motivados por la muerte de su
amigo.41 Resulta sobrecogedor por lo que tiene de dolor insoportable, de aflicción y largos meses de
melancolía, de tormentos y dudas espirituales.41 Los poemas siguen el devenir de su dolor en el tiempo y
la consiguiente crisis religiosa en que se ve sumido. Afronta la nueva visión del mundo natural que los
descubrimientos científicos iban imponiendo sobre las personas cultas.41 El público, a cuyas creencias y
pesares más profundos y por tanto más comunes apelaba el poema, lo acogió de inmediato. Los críticos no
fueron tan rápidos en su reconocimiento. A algunos de ellos el poema les parecía desesperadamente
oscuro.42
Maud apareció en el otoño de 1855.43 Es un poema muy extenso, absolutamente impresionante, sobre el
asesinato, la obsesión, la locura, el amor desesperado, todo ello salpimentado con versos más accesibles de
intensa belleza.41 Tras el monodrama lírico de Maud, dedicaría su impecable técnica de diseño, armonía y
ritmo a obras ante todo decorativas y de diseño (los Idilios del rey), y a experimentos de drama en verso
para los que no había llegado el momento.27
El genio de Tennyson se adaptaba perfectamente al poema narrativo breve de carácter lírico.31 Pero su
ambición le indujo a dedicarse al poema épico, línea en la que trabajó, a intervalos, durante toda su vida.
Escribió composiciones muy notables, algunas de gran extensión, como los Idilios del rey (1859; 1869;
1889).31 La primera serie de esta tríada, gracias a la cual Tennyson alcanzó un éxito popular superior al
experimentado antes por cualquiera de los poetas ingleses, salvo quizás Byron y Scott,44 puso el nombre
de Tennyson en los labios de todos sus contemporáneos. Es un extenso conjunto de poemas ―pintorescos,
románticos, alegóricos y didácticos― que utilizan como argumentos distintos momentos de la tradición
artúrica.45 Tennyson redujo el modelo de los relatos artúricos al marco de las necesidades de la moralidad
victoriana.46 Idilios del rey no logra convertirse en la épica nacional que Tennyson habría deseado hacer, a
pesar de que tiene pasajes maravillosos. Sin embargo, In Memoriam sí resulta representativo, para el lector
actual, de la época victoriana, del espíritu de su tiempo.41 Así como los Idilios son la poesía del poeta
laureado, In Memoriam es la poesía del propio poeta, y, desde el mismo momento en que es tan
auténticamente suya, se convierte al mismo tiempo en el gran poema de su época.46 Desde la publicación
de los primeros Idilios hasta el final de la vida del poeta su fama y su popularidad siguieron imparables.47
"Enoch Arden" (1862) no aparecería hasta 1864, en un volumen que también contenía "Sea Dreams",
"Aylmer's Field" y, sobre todo, "El granjero del norte", la primera y mejor de las notables composiciones de
Tennyson44 en el dialecto de North Lincolnshire.47 El volumen se convirtió, a juicio de su hijo, en la más
popular de todas las obras de Tennyson, con la única excepción de In Memoriam.47 Baladas y otros
poemas (1880) es una colección de poemas líricos que contenía el sombrío y magnífico "Rizpah",48
mientras que Deméter y otros poemas (1889) apareció casi simultáneamente a la muerte de Browning, un
suceso que dejó de facto a Tennyson como figura única en la literatura poética.48
Tennyson consiguió un público muy amplio y tuvo numerosos imitadores. Es por tanto bastante natural que
haya generado oposición a su poesía, oposición que llegaría a ser muy fuerte.49 Con su lírica realizó una
descripción de un mundo bello y antiguo, como si cerrara los ojos deliberadamente a la sucia
industrialización de su propio siglo. La poesía concebida de esta manera no sería una interpretación de la
vida, sino una ilusión cautivadora y distante.49 Como poeta, es mucho más complejo de lo que parece;
tenemos que estar muy despiertos a las connotaciones de las palabras, a los efectos métricos.37
Tennyson es un poeta de musicalidad excepcional que refinó sus dotes naturales a base de trabajo y de la
constante revisión de sus obras.26 Al contrario de los grandes románticos, el ilustre laureado no tenía
mensaje concreto que dar a sus contemporáneos; su obra se cimenta especialmente en su dominio de la
lengua y en la musicalidad de la palabra.31 La poesía de Tennyson se caracteriza por una amplia
perspectiva; por su intensa solidaridad con los más hondos sentimientos y aspiraciones de la humanidad;
por su profunda comprensión de los problemas de la vida y el pensamiento; por un noble patriotismo que
encuentra su expresión en poemas tales como La venganza, La carga de la brigada ligera y la Oda a la
muerte del duque de Wellington; por su exquisito sentido de la belleza; por su maravilloso poder de
descripción vívida y minuciosa, logrado en ocasiones por medio de una sola y afortunada frase y a menudo
reforzado por la perfecta correspondencia entre sentido y sonido; y por una grandiosidad y una pureza de
tono generales. Ningún poeta lo ha superado en precisión y delicadeza del lenguaje y en integridad
expresiva. Como poeta lírico no tiene, tal vez, quien le aventaje, y únicamente dos o tres le igualan en la
poesía inglesa.35 Cuando se tienen en consideración el volumen, la variedad, el acabado y la duración de
su obra, así como la influencia que ejerció en su época, se le debe asignar un lugar único entre los poetas de
su país.50
Los dos hermanos mayores de Alfred Tennyson, Frederick Tennyson (1807-1898) y Charles Tennyson
Turner (1808-1879), fueron poetas de primer orden.34 Ambos contribuyeron al volumen Poemas de dos
hermanos, que publicaron en su época universitaria. Charles publicó en 1830 un pequeño volumen de unos
cincuenta sonetos, que atrajo la atención de unos pocos perspicaces, entre ellos Samuel Taylor
Coleridge.51 El poeta no volvería a atraer al público hasta 1864, cuando se publicó una nueva colección
con cerca de cien sonetos dedicados a su hermano Alfred. Volúmenes subsiguientes aparecieron en 1868 y
1873. En 1880, después de su muerte, toda su obra precedente fue reeditada, con adiciones, en un volumen
bajo el título de Collected Sonnets, Old and New (Viejos y nuevos sonetos recopilados).51 Este volumen
contiene en total cerca de 350 sonetos y media docena de poemas líricos breves en otros formatos.51
Algunos se refieren a temas que resultan totalmente inapropiados para el tratamiento declamatorio en forma
de soneto, mientras que otros poseen un interés insuficiente o una ejecución inadecuada. Pero una vez
hechas todas las deducciones, queda un considerable conjunto de sonetos excepcionalmente sobresalientes
por su delicada y espiritual belleza, combinada con una auténtica imaginativa. Alfred Tennyson consideraba
algunos entre los mejores en su lengua.51 Frederick, por su parte, produjo Días y horas (canciones, 1854),
Las islas de Grecia (1890), Daphne (1891) y Poemas del día y la noche (1895). Todas sus obras ofrecen
pasajes de genuina fuerza poética.50
En su momento, sin embargo, para la gran mayoría de los lectores, probablemente, Browning fue mejor
conocido por algunos de sus poemas breves.56 Sus temas a menudo resultaban recónditos y quedaban
fuera de la comprensión y de la simpatía de la gran mayoría de los lectores; y debido, en parte, a los sutiles
vínculos de conexión entre las ideas, y en parte a su expresión a menudo extremadamente condensada y
áspera, el tratamiento de los mismos rara vez dejaba de resultar dificultoso y oscuro. En consecuencia,
durante mucho tiempo el autor apeló a un muy reducido círculo.56 Con el paso del tiempo, sin embargo, y
obra tras obra, el círculo fue ampliándose, y la maravillosa profundidad y variedad de ideas y la intensidad
de los sentimientos experimentaron una fuerza creciente. Comenzaron a formarse sociedades para el estudio
de la obra del poeta. Las críticas se tornaron cada vez más elogiosas, y el autor al fin recogió la cosecha de
admiración y honor que merecía.56
Lo más selecto de la obra de Browning fue escrito entre 1840 y 1870, si bien ni siquiera en la última etapa
de su vida dejaría de ser un poeta espontáneo y sutil.59 En 1840 apareció la más compleja y oscura de sus
obras, Sordello; pero, salvo para unos pocos, esta obra contribuyó poco a aumentar su reputación.56 Se
trata de un largo poema narrativo, histórico y filosófico, en el que refería la vida entera de un juglar
medieval.60 Browning mostraba en ella un conocimiento de la Italia medieval en el que utilizaba alusiones
que ningún lector podía tener la esperanza de entender.58 En consecuencia, Sordello es el más
herméticamente oprimido y ocultamente sombrío de todos sus escritos.60
Cultivó los monólogos dramáticos; personajes imaginarios o reales, Napoleón III o Calibán, se muestran y
se justifican.30 Así, en el poema Browning habla por boca de una personalidad que él elige y lo único que
podemos hacer es intentar averiguar lo que el poeta opina sobre dicha personalidad, ya que éste nunca
prescinde de su máscara. Los personajes suelen estar viviendo momentos cruciales de su vida: el joven que
acaba de asesinar a su amante; el prelado renacentista que está a punto de morir; un falso vidente al que le
acaban de descubrir sus mentiras. Todo ello da vigor y entusiasmo a sus propias revelaciones y
justificaciones personales.61 En este género triunfó plenamente, como demuestra su obra Pippa Passes
(1841), incluida en la serie Campanas y granadas.Nota 3 Siguiendo la línea marcada por Pippa Passes,
aparece el volumen de Dramatic Lyrics (1842), en el que Browning se revela ―en la misma fecha que
Tennyson― como un poeta de primer orden. Esta colección y la de Dramatic Romances (1845) contienen
algunos monólogos, más o menos extensos, y buen número de composiciones, de carácter lírico narrativo o
descriptivo, que, incluso las más sencillas, presentan un fondo dramático.62 En 1850 escribió Víspera de
Navidad y día de Pascua, y en 1855 apareció Hombres y mujeres,56 que comprende no pocos monólogos
dramáticos.62 Los mejores poemas de Browning se escribieron entre 1845, año en que conoció a Elizabeth
Barrett, y la muerte de esta en 1861, si bien la influencia de Elizabeth todavía se hace sentir en sus
Dramatis Personæ (1864).59 Con esta última termina esta serie de poemas y monólogos, que son
probablemente lo mejor del arte y del pensamiento de Browning.63
Pero donde el esfuerzo de Browning aparece con magnitudes casi titánicas es en El anillo y el libro (1868-
69),63 en el que se entrelazan toda una serie de monólogos dramáticos hasta conseguir uno de los poemas
más extensos de la literatura inglesa.58 Diez personas distintas, entre las cuales están los protagonistas, el
asesino y la asesinada, el presunto amante, el fiscal, el abogado defensor y el Papa, narran minuciosamente
la historia de un crimen. Los hechos son idénticos, pero cada protagonista cree que sus acciones han sido
justas.64 En esta recreación tan brillante, en la que el caso del sórdido asesino es observado desde diez
perspectivas distintas, podemos captar la energía de que Browning es capaz, su amor por lo grotesco, su
vasta erudición, su entusiasmo y su sentido de la musicalidad. Por otra parte, hemos de decir que resulta
largo; la vida moderna nos parece demasiado breve como para abordar un poema de quinientas páginas.65
Con todo, hay que reconocer que los senderos históricos y psicológicos que explora en sus momentos
álgidos son realmente estimulantes y fortalecedores por el arrojo y la confianza que transmiten. Y aunque el
principal atractivo de Browning lo encontremos a nivel dramático y de caracterización de personajes,
tampoco le falta impulso poético.65 La acogida de El anillo y el libro supuso un triunfo para el autor, quien
ahora, cerca de los sesenta años, por primera vez ocupaba su lugar correspondiente en la vanguardia de los
hombres de letras vivos.66
El fuego poético no está apagado, sin embargo, y aún le quedan energías para producir algo selecto, como
lo demuestran sus Idilios dramáticos (1879-80).67 Asolando (1889) apareció el mismo día de su muerte.56
La facilidad con que discurre su lírica nos demuestra que fue un maestro del verso, pero, en sus últimas
obras, los efectos especiales, aunque concedían realismo a los poemas, los ponían en peligro de convertirlos
en manieristas.58 Sus poemas serían recopilados en dos volúmenes en el año 1896.68
Su filosofía de la vida se basaba en unas cuantas grandes verdades que repitió con toda clase de variantes:
Dios, inmortalidad, optimismo, amor al mundo y a la vida. Se le ha llamado el poeta del hombre, y quizá
sería más propio designarlo como el poeta de los hombres, pues su interés por la humanidad era, en el
fondo, interés por la individualidad de la persona.67 Si Browning no hubiera elegido el verso, sería un
gran cuentista, no inferior a Conrad o a Henry James.64
Mrs. Browning ha tenido lectores dignos de su genio. La princesa de los poetas, dice George MacDonald,
es noble en concepto, suntuosa en expresión.77 Barrett es generalmente considerada como la más grande
poetisa inglesa. Sus obras están llenas de pensamientos tiernos y delicados, pero también fuertes y
profundos. Sus propios padecimientos, combinados con su fuerza moral e intelectual, la convirtieron en
adalid de sufridores y oprimidos allá donde los hallase. Su talento fue esencialmente lírico, si bien gran
parte de su trabajo no se encuadra en este género. Sus puntos débiles son una difícil comprensión, un
manierismo ocasionalmente un tanto molesto, y errores frecuentes tanto en el metro como en la rima. Si
bien no es equiparable a su esposo en cuanto a la fuerza intelectual y a las cualidades poéticas superiores,
su obra tuvo, como era de esperar dada una comparación de sus respectivos temas y estilos, una aceptación
muy anterior y más amplia entre el público en general.75
El lugar de Elizabeth Barrett Browning en la literatura inglesa es elevado, si no está en la cima.78 Rara vez
tiene calma o reposo, pero no es cierto que su poesía sea puramente emocional. Esta está repleta de
meditaciones en abundancia, e incluso en sobreabundancia. Resulta intelectualmente inquieta. No es suya
la apasionada paz de la más grande poesía, tal como la de Wordsworth. Tampoco trata aparentemente de
alcanzar esas cotas.78
Notable poeta y crítico eminente, Matthew Arnold (1822-1888) ocupa un lugar destacado entre los
escritores victorianos.79 Era hijo del famoso doctor Arnold de Rugby.80 Su poesía, menos importante que
su prosa, ha sido juzgada con severidad por Eliot. Arnold influyó positivamente en su generación; su
distinción, su ironía y su urbanidad son indiscutibles.81 Su obra poética es de menor volumen y amplitud
temática que la de sus dos grandes contemporáneos, pero refleja más claramente que ellos la tragedia que el
hundimiento de la fe representó para muchos hombres de aquel período.79 Su poesía lleva un sello
intelectualista, y ningún escritor representa más típicamente que él el carácter de la época victoriana en su
contraste con el Romanticismo.82 Al igual que su prosa crítica, su verso tiene también sus encantos y sus
inhibiciones. Su pesimismo le impide embarcarse en creaciones audaces, y hasta terminar las que ha
empezado. Tiene una gracia clásica, pero fría. "La gitana erudita" y "Thyrsis" (esta última una elegía en la
muerte de su amigo Arthur Hugh Clough) son composiciones que revelan casi toda su alma, y las dos son
eminentemente académicas. Por lo demás, se refugia en el recurso de personalizar sus ideas en otros, y por
lo general las lleva aún más lejos que Tennyson y Browning: a las orillas del Mar Caspio en el sombrío
"Sohrab y Rustum", o entre los antiguos escandinavos en "Baldur muerto" y "El tritón abandonado".83
Su primera publicación fue un poema premiado en Rugby, Alarico en Roma, en 1840.80 Fue seguido, en
1843, por su poema Cromwell, que ganó el Premio Newdigate.80 En 1849 publicó su primer libro de
poesías,84 The Strayed Reveller and other Poems (El juerguista descarriado y otros poemas),85 un
volumen que pronto fue retirado de imprenta,84 pero que se ganó una considerable reputación esotérica.80
No obstante, aunque incluía dos de sus mejores poemas, "El tritón abandonado" y "Micerino", resultaba
demasiado desigual así como demasiado insignificante para producir mucho efecto.86 En 1852 publicó
otro volumen, Empédocles en el Etna y otros poemas.80 Contenía, junto con algunos poemas líricos
breves, dos poemas extensos, el dramático "Empédocles en el Etna" y el narrativo "Tristán e Isolda", que
eran mucho más ambiciosos en su planificación y elaborados en su ejecución que cualquier cosa
anteriormente intentada por Arnold. Ambos poemas poseían grandes atractivos; las canciones del arpista
Calicles en "Empédocles…" son combinaciones extraordinarias de belleza pictórica con pasión lírica, y el
canto tercero de "Tristán…" es una obra maestra de poesía descriptiva.86 Contienen suficiente belleza para
justificar por sí mismos una gran reputación poética, e iban acompañados por una serie de exquisitos
poemas líricos, entre los cuales bastará con nombrar "Una noche de verano", "La juventud de la
naturaleza", "La juventud del hombre", "Soledad" y "Hojas marchitas". El espíritu de estas composiciones
puede ser descrito como intermedio entre Wordsworth y Goethe.86 El volumen no obstante no consiguió
ganarse la atención del público.86 Tal vez sea "Empédocles" el poema menos dramático que jamás se haya
escrito en forma dramática, pero está repleto de bellezas líricas de primerísimo nivel.80 En 1853, Arnold
publicó un volumen parcialmente consistente en poemas seleccionados de los dos libros anteriores:80
Poems by Matthew Arnold, a new edition (Poemas de Matthew Arnold: nueva edición), precedido del
famoso prólogo sobre la poesía. Esta vez Arnold firmaba la colección y se situaba entre los poetas más
representativos de su época.87 El nuevo volumen contenía los nuevos poemas "La gitana erudita" y
"Requiescat", así como "Sohrab y Rustum". La última composición es un episodio del Shāhnāmé de
Ferdousí, temáticamente noble y conmovedor, y tan sencillo en su perfecta unidad de acción que no deja
espacio para la digresión, mientras que admite plenamente los adornos de la descripción y el símil
elaborado.86 En 1855 publicó Poemas: segunda serie,88 que contenía, sin embargo, solo dos nuevos;80
pero el más importante, "Baldur muerto", una epopeya en miniatura en verso blanco a la manera de
"Sohrab y Rustum", era nuevo y casi tan grande como aquel, una obra maestra de noble patetismo y
solemne narrativa.88 Aunque lo intentase, Arnold no podría escribir poesía lírica sin un impulso lírico, tal
como le vino cuando en noviembre de 1857 escribió "Rugby Chapel (La capilla de Rugby)" sobre la
muerte de su padre, o cuando en 1859 celebró a sus fallecidos hermano y cuñada en "A Southern Night
(Una noche meridional)", uno de sus más bellos poemas; o cuando escribió "Thyrsis" al morir su amigo
Clough en 1861.88
"Thyrsis" y "A Southern Night" fueron publicados por vez primera en los Nuevos poemas de Arnold de
1867. Muchas otras composiciones que figuran en dicho volumen hacen evidente un declive de sus
facultades no tanto por una elaboración inferior como por la creciente tendencia a la mera reflexión; una de
las composiciones, "Saint Brandan", fue publicada por separado.88 La actividad poética de Arnold casi
cesó después de dejar la cátedra de Poesía en Oxford.80
La producción poética de Arnold alcanza notables cotas de belleza y una formalización impresionante,
aunque tuvo problemas para conseguir una voz propia, quizá porque no le resultara fácil acomodarse al
mundo victoriano.89 Al releer sus obras encontramos numerosos pasajes memorables que creemos conocer
desde siempre, pero con mucha frecuencia nos sorprende comprobar que dichos pasajes nos remiten a otros
autores.89 En él también escuchamos con intensidad la voz de otros poetas, sobre todo la de Keats. Y sin
embargo, pocas veces nos viene a la cabeza una cita de Arnold que nos sorprenda por ser típicamente suya.
Cuando se acerca al mundo moderno utiliza un tono de voz educado, nostálgico, arrepentido, no muy
distinto al de Tennyson, pero con menor implicación personal. Incluso en su mejor poema, Dover Beach
(La playa de Dover), que trata de la crisis religiosa, de cómo la fe va retirándose en una marea lenta, no nos
sentimos personalmente angustiados. El poema no se centra en su propia experiencia, sino en lo que supone
vivir en una época en la que la fe va desapareciendo.89 Arnold no es el poeta de quienes luchan por
mantener la fe, sino de quienes se esfuerzan por aceptar la pérdida de esa fe.90
No obstante la exquisita obra que Arnold ha dejado tras de sí, algunos críticos han llegado a la conclusión
de que su impulso expresivo primario era el de un prosista de mentalidad poética más que el de un poeta
nato. Y esto ha sido dicho por algunos que, no obstante, admiran profundamente poemas como "La gitana
erudita", "Thyrsis", "El tritón abandonado", "La playa de Dover", "La tumba de Heine", "La capilla de
Rugby", "La Grande Chartreuse", "Sohrab y Rustum", "El rey enfermo en Bujará", "Tristán e Isolda",
etc.21
Su obra poética se caracteriza por su lenguaje puro, su pictórica vivacidad y su abrumador patetismo. La
mayor parte de su poesía, que es también la más extensa, es sin duda inmortal.91 Si hay un poema suyo en
el que uno esperaría encontrar la aceptación gozosa de la vida al margen de cuestionamientos acerca de la
civilización en la que el poeta se encuentra situado ―sus esperanzas, sus miedos, sus aspiraciones y sus
fracasos (en resumen, cuestionamientos tales como aquellos que siempre afligieron el alma de Arnold)―,
ese poema sería "La gitana erudita".21 Las obras de Arnold sirvieron de inspiración temática para algunos
de los poetas posteriores.[cita requerida] La primera edición completa de los poemas de Arnold fue publicada
en 1869 en dos volúmenes, el primero de ellos consistente en poemas narrativos y elegíacos, y el segundo
en poemas dramáticos y líricos.92
Sir Francis Hastings Doyle (1810-1888) publicó en 1834 su primer volumen de poesía, titulado
Miscellaneous Verses, que sería reeditado en 1840 con una serie de poemas adicionales. Estas primeras
poesías eran un tanto inmaduras, apareciendo varios de los mejores poemas, incluyendo "The Eagle's
Nest", "Mehrab Khan", "The Crusader's Return" y "The Catholic", por primera vez en la segunda edición.
En 1844 publicó The Two Destinies (Dos destinos), un poema que trata cuestiones sociales;93 y en 1852
The Duke's Funeral (El funeral del duque), en memoria del Duque de Wellington. Durante los siguientes
catorce años no publicaría nada;93 pero en 1866 publicó The Return of the Guards and other Poems (El
retorno de los guardias y otros poemas).93 Este volumen contiene casi todos sus mejores poemas, entre
ellos uno o dos que habían aparecido en su anterior colección.93
La obra poética de Doyle resulta memorable por ciertas composiciones aisladas y enérgicas de alabanza a la
fortaleza británica.94 Y resulta notable sobre todo por su tratamiento de la balada, una forma de expresión
utilizada por numerosos poetas ingleses, y particularmente por su autor favorito, Sir Walter Scott. Sin
embargo, mientras que estos habían hecho la balada arcaica tanto en temas como en expresión, Doyle la
empleó para el tratamiento de acontecimientos contemporáneos.93 Su método ha sido seguido con éxito
por escritores posteriores.93 La mejor obra de Doyle son sus baladas,95 y entre las más notables cabe
mencionar "The Red Thread of Honor", que fue traducida al pastún y se ganó el favor entre los habitantes
de la región fronteriza noroccidental de la India; "The Private of the Buffs"; "The Fusilier's Dog"; "The
Loss of the «Birkenhead»" y "Mehrab Khan". Si bien la fama poética de Doyle descansa principalmente en
sus baladas, mostró en poemas tales como "The Platonist", "The Catholic" y "The Death of Hector", que
sus facultades no se limitaban a una única modalidad. Al mismo tiempo, sería una impresión errónea no
observar que la mayor parte de su obra resultaba vulgar y prosaica, y que aunque a menudo mostraba un
genuino sentimiento poético rara vez encontraba la adecuada expresión para el mismo.96 En sus poemas
extensos, su genuino sentimiento poético no era igualado por su poder expresivo, y gran parte de su poesía
resulta vulgar.95
Helen Selina Sheridan, condesa de Dufferin (1807-1867), era nieta del dramaturgo y poeta Richard
Brinsley Sheridan. Compartía el talento familiar, y escribió una gran cantidad de poesía, siendo tal vez su
composición más conocida El lamento del emigrante irlandés97 (1845). Sus canciones y poesías fueron
publicadas de forma anónima, datando las primeras de su infancia.98 Algunos de sus más dulces versos
estaban dirigidos a su hijo en sus cumpleaños; y fueron publicados en 1894, junto con otras cosas escritas
por ella.98
En mayo de 1837, el semanario Weekly Dispatch publicó con las iniciales de la autora el poema The Old
Armchair, de Eliza Cook (1818-1889). Este poema, con mucho el más popular de Eliza Cook, estaba
inspirado por el afecto hacia su difunta madre.99 Su segundo volumen, titulado Melaia and other Poems
(Melaia y otros poemas), fue publicado en Londres en 1838 (reeditado en 1840 y 1845), y gozó de gran
éxito tanto en Inglaterra como en América, donde se publicó una edición en Nueva York en 1844. El
poema que daba título al volumen es un cuento oriental, cuyo tema es la fidelidad de un perro hacia su
amo.99
No sería hasta 1864 que escribió nuevas poesías en el volumen titulado New Echoes and other Poems
(Ecos nuevos y otros poemas). Mostraba un vigor debilitado, y no tuvo tanto éxito como sus obras
anteriores.99 A partir de entonces no publicaría nada más que unos pocos poemas en el Weekly
Dispatch.99 Su popularidad declinó, aunque recibiría royalties de sus editores casi hasta el final de su
vida.99 Como autora del poema The Old Armchair, el nombre de Eliza Cook habría de resultar familiar
para una generación posterior a 1838 tanto en Inglaterra como en América.100 Su poesía atraía muy
fuertemente a las clases medias. Su fuerza radica en la sinceridad de su sentimiento doméstico, que está
absolutamente desprovisto de afectación y, por otro lado, nunca degenera en lo empalagoso.101
Richard Monckton Milnes, Lord Houghton (1809-1885), fue político, poeta y un influyente mecenas
literario. Se dijo de él que "conocía a todo el mundo a quien merecía la pena conocer en su país y en el
extranjero".102 Publicó dos volúmenes de poesía en 1838, y un tercero en 1840.Nota 4 Sus poemas
suscitaron cierto interés entre el público, y algunos de ellos se hicieron populares, especialmente cuando se
les puso música.103 En 1844 publicaría otras dos obras poéticas: Poems, Legendary and Historical
(Poemas legendarios e históricos) y Palm Leaves (Hojas de palma).104 Su poesía es meditativa y
delicada; algunas de sus baladas se encuentran entre las más populares de su tiempo, y toda su obra se
caracterizaba por su refinamiento.105 A pesar de que no poseía la profundidad mental o la intensidad
emocional que hacen a un gran poeta, sus versos son la obra de un hombre de vasta cultura, elegante y
refinado, y algunos de sus poemas más breves ―tales como "El latido de mi corazón" y "Extraños a pesar
de todo"― dieron con la tecla que les otorgó una amplia aceptación.102
En el historiador Thomas Macaulay (1800-1859) encontramos cierta incapacidad para la poesía. Sus Lays
of Ancient Rome (Lais de la antigua Roma) y su Armada los conocen todos los niños de las escuelas por su
vigorosa retórica y su habilidad prosódica, pero no enriquecen en nada la imaginación.106 Las Lays of
Ancient Rome aparecieron en octubre de 1842107 con notable éxito. Los poemas "Ivry", publicado
originalmente en el Quarterly Magazine de Knight, y "The Armada", inicialmente publicado en el
Friendship's Offering en 1833, fueron añadidos en 1848.108
Ebenezer Jones (1820-1860) escribió una buena cantidad de poesía de mérito muy desigual, pero en su
mejor momento muestra una verdadera vena poética.109 Su obra principal fue Studies of Sensation and
Event (1843),109 cuya despiadada acogida parecía ser la última gota de la amarga copa de su vida.110 Los
defectos eran evidentes para todos, y cegaron incluso a los pocos que de otro modo podrían haber
reconocido el ardor, la pasión y el pintoresquismo del autor.111 Frustrado y desalentado, destruyó sus
manuscritos.110 Tres poemas escritos cerca del final de su vida (Himno invernal a la nieve, Cuando el
mundo está ardiendo y A la muerte) muestran el espacio que su mente había atravesado en el período de
silencio. Atrevidamente originales en su concepción, estas notables piezas resultan también casi perfectas en
su expresión; más sorprendentes que las cosas más llamativas de Studies of Sensation and Event, y
totalmente exentas de la cruda vehemencia de aquel malogrado libro.112 La fama que estas y algunas de
las composiciones de aquel primer volumen aportaron a su autor llegó demasiado tarde.110
No puede ponerse en cuestión el genio de Jones; sus debilidades eran las de la mayoría de los poetas
jóvenes, especialmente los autodidactas; sus últimas producciones muestran que sus defectos se habían
remediado ellos mismos gradualmente, y que no necesitaba sino fortaleza para haber ocupado un lugar
destacado entre los poetas ingleses.112
Jean Ingelow (1820-1897) publicó tres volúmenes de poemas.113 Los primeros años de su vida
transcurrieron en Lincolnshire, y el efecto de los paisajes pantanosos resulta evidente en su poesía.114 Su
primer volumen, A Rhyming Chronicle of Incidents and Feelings (Crónica rimada de sucesos y
sentimientos), publicado en 1850, suscitó escasa atención, aunque Tennyson encontró algunas cosas
encantadoras en él.114 No fue sino hasta la publicación de la primera serie de Poemas en 1863 cuando el
público reconoció en Miss Ingelow a una poetisa de gran mérito. Contenía el poema titulado "The High
Tide on the Coast of Lincolnshire, 1571 (Pleamar en la costa de Lincolnshire, 1571)", que por su seriedad y
excelencia técnica constituye una de las más hermosas baladas modernas.114 Una segunda serie de
poemas apareció en 1876, y ambas series fueron reeditadas en 1879. Una tercera serie fue añadida en 1885.
Escribió gran parte bajo la influencia de Wordsworth y Tennyson. Su poesía se caracteriza principalmente
por su encanto lírico, su agraciada imaginación, su patetismo, su cercana y precisa observación de la
naturaleza, y su simpatía hacia los intereses comunes de la vida. El lenguaje resulta invariablemente claro y
sencillo. Es particularmente afortunada en el manejo de metros anapésticos.114 En 1867, Ingelow publicó
The Story of Doom and Other Poems, y entonces renunció por un tiempo a la poesía y se convirtió en una
afanosa novelista.115
Sus poemas poseen a menudo el tono genuino de balada, y como escritora de canciones fue sumamente
exitosa. "Sailing beyond Seas" y "When Sparrows build", de Supper at the Mill, estaban merecidamente
entre las canciones más populares del momento; pero comparten con el resto de su obra los defectos de
afectación y la pomposa fraseología.115 Un falso arcaísmo y una asunción deliberada de sinónimos
desconocidos e innecesarios para cosas sencillas se contaban entre sus más viciosos manierismos. En verso
escribió, no obstante, con una dulzura que inspiraban su sensibilidad y su corazón.115
Aunque más conocido como novelista, George Meredith (1828-1909) comenzó escribiendo deliciosos
poemas líricos fácilmente inteligibles, de entre los cuales el más memorable es sin duda "Amor en el
valle",116 incluido en su primer volumen. Sin embargo, la poesía de Meredith no se difundió entre el
público inglés de su tiempo, y tampoco es muy conocida en nuestros días.117 Era algo mayor que
cualquiera de los prerrafaelistas, y aunque estuvo en contacto con ellos, su temperamento y su poesía son
muy diferentes. Meredith es un poeta realista, y los amaneramientos, languideces y fogosidades de los
prerrafaelistas no cabían en su arte.118 Para él, la poesía debía expresar las realidades de la vida
contemporánea, no mediante una simple descripción de costumbres, sino interpretando los nuevos modos
de pensar y de sentir que, siendo auténticos, no hubieran encontrado aún expresión literaria. En este
aspecto, Meredith y Thomas Hardy son dos poetas absolutamente modernos.118 En el primer volumen de
Meredith, Poemas (1851), quizá no haya nada completamente de primer nivel, pues "Love in the Valley
(Amor en el valle)", tal como lo conocemos, fue reescrito en 1878. Pero el nivel general de resultado y
belleza es alto; hay atrevimiento en los experimentos rítmicos sin rima del joven poeta.119 El poemario se
hizo merecedor de numerosos elogios,119 entre ellos los de dos expertos cuya opinión resultaba de la
mayor importancia para un principiante. Tennyson quedó impresionado de inmediato por el genuino sabor
de sus versos,120 y escribió que encontraba los de "Amor en el valle" muy dulces en sus labios. La
quinina, tan distintiva de la poesía posterior de Meredith, llegaría más tarde.119 Charles Kingsley sometió
al volumen a una esmerada consideración, alabándolo por una riqueza y singularidad de tono que le
recordaban a Herrick, por la integridad y coherencia en cada poema independiente, y por la animada
dulzura y el vigor de su atmósfera general. Al mismo tiempo censuró la laxitud del ritmo, la ocasional
carencia de lustre, y la tendencia a sobrecargar las descripciones con detalles objetivos en confusión con el
efecto principal.121
El complejo análisis de los estados de ánimo, característico de sus novelas, posee también su contrapartida
poética en Modern Love (1862),122 generalmente considerada como su mejor obra poética.123 Nota 5
Algunos de los "sonetos" individuales (de dieciséis versos) en los que se divide Modern Love son
ciertamente dignos de ser clasificados dentro de la más sutil y más intensa obra poética del siglo XIX.124
El libro incluía "Juggling Jerry", "El viejo cartista" y otros poemas reimpresos del Once A Week,Nota 6
además de doce nuevos poemas.125
En enero de 1871, Meredith, cuyas simpatías hacia Francia se intensificaban, si bien en aquel momento
admitía que la guerra era imputable a Francia y a su emperador, escribió para la Fortnightly126 un poema
defensivo más bien críptico: Francia, 1870, que formaría el núcleo de sus Odes in Contribution to the Song
of French History (Odas como contribución al canto a la historia de Francia).126
La calidad literaria de Meredith debe ser considerada siempre a la luz del lado céltico de su temperamento y
de las peculiaridades de su bagaje intelectual.127 La supresión de las asociaciones conectivas con
frecuencia otorga a su lenguaje, como ya sucediera con el de Browning, pero incluso en mayor medida, un
aire de oscuridad impenetrablemente nebulosa. Esta crítica es aplicable principalmente a su poesía.127
Edwin Arnold (1832-1904), periodista y poeta, obtuvo en 1852 el premio Newdigate con un vistoso
poema sobre El festín de Baltasar. Éste fue publicado de forma separada (1852) y al año siguiente también
fue reeditado para formar la materia prima de un elegante volumen, Poemas narrativos y líricos (Oxford,
1853).128
De Edward Fitzgerald (1809-1883) podría decirse que fue un gran poeta menor.64 Tiene un lugar entre
los mayores poetas de aquel tiempo por virtud de una traducción: el Rubáiyát de Omar Khayyam.129
Traductor e hispanista, desde 1850 dedicó su vida al estudio de las lenguas española y persa y de sus
correspondientes literaturas. A sus estudios de lengua y literatura españolas se debe la traducción de ocho
dramas de Calderón, versiones muy libres escritas en prosa o en verso blanco.130 En 1853 lanzó al
mercado el único libro al que vinculó su nombre: Seis dramas de Calderón, traducidos libremente por
Edward FitzGerald131 ―que contenía seis dramas menores―, y en 1865 se publicaron las traducciones
de El mágico prodigioso y La vida es sueño.130 Estas traducciones nunca han pretendido ser fieles
reproducciones de los originales. Más bien tenían la intención de producir, en alguien que no pudiera leer el
lenguaje del que fueron traducidos, algo del mismo efecto que el que transmiten los originales a los que
están familiarizados con aquel.131 Sus estudios persas lo llevaron primero a traducir en 1856 el Salámán y
Absál de Jami. Después de esto se sintió atraído por el Mantiq al Tayr de Attar, y en 1859 había hecho del
mismo una especie de traducción abreviada, a la que llamó El Lenguaje de los pájaros.132
En 1859 publicó anónimamente la breve obra que le daría fama imperecedera,133 anteriormente referida.
En el mundo en general, y en el círculo de los amigos personales de Fitzgerald, el poemario no parece
haber atraído la atención en un principio.134 Pero Rossetti lo descubrió en 1860, e inmediatamente le
siguieron Swinburne y Lord Houghton. Los Rubáiyát se hicieron poco a poco famosos.134 Omar
Khayyam fue un distinguido astrónomo persa del siglo XI que, al margen de su obra matemática, dejó un
centenar de coplas sueltas. Fitzgerald hizo con ellas un poema, traduciéndolas libremente y poniendo al
principio las estrofas que se refieren a la mañana, a la primavera y al vino y, al fin, las que hablan de la
noche, de la desesperación y la muerte.135 Pocas veces en la literatura inglesa una traducción ha merecido,
como en este caso, las consideraciones de una obra original.136 La suave melancolía que se desprende de
las estrofas y el estilo romántico fueron los elementos que Fitzgerald añadiría al original.137 Trató con tanta
libertad al poeta persa medieval, y puso en los versos aquel sentimiento de tristeza que su siglo tan bien
conocía, que, aunque se trate de una traducción, el autor debe ser considerado como un artista, y uno de los
más estimables, entre las figuras de su siglo.137 De momento, el tomito de los Rubáiyát of Omar
Khayyám, de Fitzgerald,136 fue publicado en su primera edición con 75 poemas. En sus traducciones,
Fitzgerald no pretendía tanto una mera reproducción literal del sentido del texto original como la
reproducción de su efecto en el lector, y en esto resultó extraordinariamente exitoso.138 La melodía de la
poesía de Fitzgerald es tan exquisita, las reflexiones que reorganiza y ensarta son tan profundas, y la
atmósfera poética general en la que empapa su versión es tan pura, que no es de sorprender la universal
aprobación que el poema ha suscitado entre los lectores críticos.134
Robert Bulwer-Lytton (1831-1891), hijo de Edward Bulwer-Lytton (véase), fue, además de estadista
(ejerció el cargo de Virrey de la India durante cuatro años), un poeta que escribió usualmente bajo el
seudónimo de «Owen Meredith». Se consideraba a sí mismo más poeta que hombre de negocios; pero,
pese a que poseía en gran medida algunas de las cualidades de un poeta, nunca obtuvo el reconocimiento
del público o de la crítica.139 La mayor parte de su primer volumen publicado fue compuesta antes de
1849.140 En 1855 apareció su primer libro, Clitemnestra, El regreso del conde y otros poemas,140 que
fue seguido en 1857 por El vagabundo, un volumen de poemas líricos. Ambos suscitaron una muy
considerable atención por su extraordinaria elocuencia y dominio del lenguaje poético, combinados con
vívidas descripciones y toques de genuina imaginación. La forma, sin embargo, era demasiado
imitativa.140 No obstante, algunas composiciones de El vagabundo mostraban independencia de los
modelos. En particular, "El rey Salomón y el ratón" y "El retrato" son narraciones admirables, sencillas,
directas e impresionantes.140
En 1874 alcanzó una posición como poeta más singularizada que antes con sus Fables in Song (Fábulas
cantadas); menos sublime en su propósito que algunas de sus anteriores obras, pero distintivamente suya,
de un modo no prestado y enteramente adecuado, límpido y luminoso, elegante y familiar, una deliciosa
mezcla de lo alegre y lo serio. Casi al mismo tiempo comenzó a escribir King Poppy, merecidamente su
favorita entre sus propias obras;141 aparecería finalmente después de su muerte.141 Otras obras suyas son:
Lucile (1860); Serbski Pesme, o canciones nacionales de Serbia (1861); Tannhäuser (en colaboración con
Mr. Julian Fane,Nota 7 1861); Chronicles and Characters (1867); Orval, or The Fool of Time (1868).142
Lucile demostraba que la lengua inglesa era igual a la reproducción sustancial, en pareados anapésticos, de
una novela francesa, y aunque algunos de los episodios y parte del léxico están reconocidamente tomados
de la Lavinia de George Sand, los personajes son bastante diferentes, y la propia individualidad del poeta es
más claramente evidente que en cualquiera de sus obras anteriores o que en varias de las posteriores.140 El
título de Serbski Pesme, remedos de canciones nacionales serbias, implica un solecismo, y por este y otros
motivos las composiciones fueron atacadas con vehemencia rayana en la virulencia por Lord Strangford en
la Saturday Review.141 Chronicles and Characters, una serie de interpretaciones poéticas de hombres
notables en coyunturas notables, desde la época de la mitología griega hasta los días de Richelieu, reta
inevitablemente a una comparación con La leyenda de los siglos de Victor Hugo, comparación que
inevitablemente no se sostiene.141 Orval, or the Fool of Time es una obra de gran importancia por ser la
única en la literatura inglesa representativa de la gran escuela polaca de poesía mística que surgió después
(y tal vez en parte como consecuencia) de la extinción de la independencia polaca, si bien también abunda
en bellezas poéticas.141
London Lyrics, el único volumen de poesía original de Locker, ha aparecido en numerosos formatos desde
su primera publicación en 1857.145 Locker preparó en 1882 un volumen suplementario, impreso de forma
privada, titulado London Rhymes.145
William Johnson Cory (1823-1892) ocupa un lugar permanente y excepcional entre los letristas ingleses
como cantor del afecto de un profesor por sus alumnos.146 Su principal obra poética es Ionica, que
contiene poemas en los que mostraba un verdadero talento lírico.147 La primera edición de esta obra,
publicada de forma anónima en 1858, desapercibida en un principio, pronto llegaría a ser buscada y
atesorada, y en la actualidad se encuentra entre las más preciadas editio prínceps modernas. Una nueva
edición ampliada fue reeditada en 1891. En composiciones como "Anteros" y "Mimnermo en el templo", el
brillo emocional y la patética ternura se mezclan con indescriptible encanto. En los poemas escritos
posteriormente, y publicados junto con el original de Ionica en 1891, Cory abandona el terreno en que se
mueve con ventaja y aparece meramente como versificador elegante y melodioso. Practicó la composición
poética en latín y griego con un gusto y una destreza consumados; los versos originales que acompañan a
su Lucretilis, una "introducción técnica al arte de escribir versos líricos latinos" (1871), fueron declarados
por H. A. J. MunroNota 8 "los mejores y más horacianos, sáficos y alcaicos desde que Horacio dejó de
escribir".148
John Leicester Warren, Barón de Tabley (1835-1895), fue poeta, dramaturgo, ensayista, numismático y
una autoridad en materia de ex libris. La poesía, sin embargo, fue su primera y última pasión, y a la que
dedicó mayor energía a lo largo de su vida.149 Escribió poemas de muy alto rango, algunos de ellos
publicados bajo los seudónimos de «George F. Preston» y «William Lancaster».150 Publicó,
conjuntamente con su amigo George Fortescue, un pequeño volumen de Poemas bajo el seudónimo de
«George F. Preston». No contenía nada destacable, pero varios de los poemas de Warren serían
posteriormente refundidos por el autor y tratados con mayor efecto. Siguieron, bajo el mismo seudónimo,
Ballads and Metrical Sketches (Baladas y esbozos métricos, 1860), The Threshold of Atrides (El umbral de
Atrides, 1861) y Glimpses of Antiquity (Destellos de la Antigüedad, 1862).151 Más poder evidenciaban
Præterita (1863), Eclogues and Monodramas (Églogas y monodramas, 1864) y Studies in Verse (Estudios
en verso, 1865), todos publicados bajo el seudónimo de «William Lancaster». Los poemas en verso blanco
de los que estaban principalmente compuestos estos volúmenes son tennysonianos en estilo y esencia, pero
la frescura de las descripciones naturales revela a un hombre que había buscado en la naturaleza con sus
propios ojos.151 Todos estos volúmenes exhiben elegancia técnica y abundante belleza natural.149
El volumen de poemas modestamente titulado Rehearsals (1870), y publicado también bajo el seudónimo
de «William Lancaster», indica que la influencia de Tennyson, aunque todavía fuerte, estaba cediendo a la
de Browning y Swinburne. Sin embargo, "The Strange Parable" y "Nimrod", poemas en verso blanco muy
exquisitamente concebidos, expresan un tono original, y "Misrepresentation" resulta intensamente personal.
En otra colección miscelánea, titulada con igual modestia Searching the Net (1873), el autor puso por
primera vez su nombre en la portada. Aquí el poderío del poeta, aparte sus esfuerzos dramáticos, culmina
en el grandioso "Jael", el singularmente intenso "Count of Senlis", y el patético "Ocean Grave"; y como el
volumen se centra principalmente en la descripción de la naturaleza y en la expresión de sentimientos
subjetivos ―especialidades en las que él se encontraba enteramente como en casa―, el autor está menos en
deuda que antes con sus predecesores.151
Como poeta, Lord Tabley no puede ser mencionado entre aquellos que han sido poseídos por una
inspiración subyugante. Poseía escasas dotes líricas, sus poemas por regla general transmiten la impresión
de una esmerada composición, y sus principales pretensiones como mero escritor son la "brocada"
majestuosidad ―en feliz expresión de Gosse― de su lenguaje, la vívida originalidad de sus descripciones
naturales, y una ocasional acritud expresiva. Pero si el poeta a veces desaparece, el hombre está siempre
visible. Sus emociones son siempre genuinas, y cuando el sentimiento se intensifica el escritor es
completamente él mismo, descarta el manierismo imitativo, y se emancipa de la influencia de otros
poetas.152
Las características de la poesía de De Tabley son preeminentemente la magnificencia del estilo, derivado de
un estudio detallado de Milton, la sonoridad, la solemnidad, la fuerza y el colorido. Su pasión por el detalle
era a la vez una fortaleza y una debilidad.149 Siempre fue un estudioso de los poetas clásicos, y extrajo
gran parte de su inspiración directamente de ellos.149
Roden Noel (1834-1894) publicó en 1863 su primer volumen de poesía, Behind the Veil, and other
Poems.153 Su siguiente libro, Beatrice, and other Poems (1868), con una fuertemente marcada influencia
de Shelley, generó mayores expectativas. Como los que le seguirían, se caracterizaba por su elevado
propósito y su refinada emotividad.153 Sus obras incluyen, además de las mencionadas: The Red Flag and
other Poems (La bandera roja y otros poemas, 1872).153
James Clarence Mangan (1803-1849), humilde poeta irlandés criado en un ambiente de pobreza,
contribuyó con poesías de muy diverso mérito a una serie de periódicos irlandeses, y con traducciones del
alemán al Dublin University Magazine.154 La tendencia mística de la poesía alemana poseía un atractivo
especial para él. Escogía poemas que estuvieran en sintonía con su propio temperamento melancólico, y en
este campo hizo muchas cosas que resultaron excelentes.155 Sus facultades poéticas fueron consideradas
por algunos críticos como suficientes para haberle hecho conquistar el primer puesto entre los poetas
irlandeses; pero sus hábitos irregulares y destemplados le impidieron alcanzar una firme excelencia. Lo
mejor de su obra, generalmente inspirada en las miserias de su país, se eleva a menudo a un alto nivel de
poderío trágico, y de haber sido la pujanza de su carácter igual a su talento poético es difícil decir hasta qué
niveles podría haber llegado.156 En el Dublin University Magazine publicó una gran cantidad de prosa y
poesía, siendo la mayoría artículos sobre poesía alemana con traducciones. Publicó también numerosas
composiciones que él pretendía eran traducciones del turco, persa, árabe y copto. Ignoraba totalmente esos
idiomas, pero sus muchas lecturas de libros sobre el Oriente le permitían dar un colorido oriental a su
poesía. Tampoco sus adaptaciones de poesía irlandesa estaban elaboradas partiendo directamente de los
originales, pues ignoraba el irlandés, y dependían de traducciones en prosa hechas para él157 por terceros.
O'DonoghueNota 9 cree haber localizado todos los poemas de Mangan y le atribuye entre 800 y 900.158
Su poesía se mueve desde el lamento apasionado del patriota hasta la sátira caprichosa y la traducción
apócrifa.158
Mangan fue probablemente el más grande de los poetas irlandeses de nacimiento, a pesar de que sus
méritos han sido exagerados por alguno de sus editores. Sus traducciones y paráfrasis resultan notablemente
enérgicas, y su dominio del lenguaje no es menos notable que su desenvoltura con las rimas y su oído para
la melodía.159
Durante algún tiempo tras su muerte no hubo una edición adecuada de sus obras, pero la German
Anthology (1845) y The Poets and Poetry of Munster (Los poetas y la poesía de Munster, 1849) habían
aparecido en vida del autor.155 Treinta de las baladas de Mangan fueron publicadas en Romances and
Ballads of Ireland (Romances y baladas de Irlanda), de Hercules Ellis (Dublín, 1850). Una edición
incompleta de sus poemas, editada por Mitchel,Nota 10 apareció en Nueva York en 1859.159 Otras
selecciones aparecieron posteriormente, notablemente una (1897) de Miss L. I. Guiney.Nota 11 155
Su poesía, imbuida de ternura, patetismo y fuerza metafórica, es muy poco conocida.160 De sus
composiciones distintivamente irlandesas, tal vez las más conocidas sean su "Dark Rosaleen" y su "Lament
for the Princes of Tyrone and Tirconnell (Lamento por los príncipes de Tyrone y Tirconnell)".160 Mangan
ocupa un puesto cumbre entre los poetas irlandeses, pero su fama quedó postergada por la desigualdad y el
volumen de su obra, gran parte de la cual yace sepultada en inaccesibles archivos de periódicos bajo sus
numerosos seudónimos: «Vacuus», «Terræ Filius», «Clarence», etc. De su genio, aunque a veces resulta
morboso, como en su trágica balada autobiográfica "The Nameless One", no puede haber ninguna duda.
Expresó con sinceridad nada frecuente la tragedia de las ilusiones y aspiraciones irlandesas, y suministró
abundantes pruebas de su versatilidad en sus excelentes poemas disparatados, que están en extraño
contraste con la tendencia general de su obra.155
En julio de 1842 Thomas Osborne Davis (1814-1845), Duffy y DillonNota 12 fundaron el periódico The
Nation, cuyo primer número apareció el 15 de octubre.161 Gran parte de su éxito se debió a los
emocionantes poemas nacionalistas que aparecían de vez en cuando en sus páginas. Un gran número de
ellos fueron aportados por Davis, quien, hasta el lanzamiento de The Nation, no había escrito un verso en
su vida.161 El Lament of Owen Roe O'Néill (Elegía de Owen Roe O'Néill) fue publicado en el sexto
número, y fue seguido por una serie de poemas líricos ―The Battle of Fontenoy, The Geraldines, Máire
Bhán a Stoír y muchos otros― que ocupan un lugar elevado en la poesía nacional irlandesa.162 Parece
casi increíble que una balada como The Sack of Baltimore (El saqueo de Baltimore) (el último poema que
escribió Davis) debiera haber sido la obra de una mano casi inexperta. Máire Bhán a Stoír, The Flower of
Finae y My Grave son excelentes ejemplos de su sensibilidad y patetismo, mientras que The Geraldines y
Fontenoy están llenos de genuino fervor y sentimiento patrióticos.161 Los Poemas de Davis fueron
recopilados y publicados después de su muerte, y constituyeron uno de los volúmenes de la «Biblioteca
irlandesa» de Duffy en 1846.163
Aubrey Thomas De Vere (1814-1902) fue autor de numerosos libros de poesía;164 comenzó su carrera
como poeta publicando en 1842 The Waldenses and other Poems (Los valdenses y otros poemas), un
volumen que contenía algunos sonetos y poemas líricos que en la actualidad tienen su lugar en antologías
modernas. The Search after Proserpine and other Poems (La búsqueda de Proserpina y otros poemas)
apareció en 1843, mereciendo el poema que da título al volumen los elogios de Landor.165 Esta obra lo
hizo amplia y favorablemente conocido como escritor de poesía, elegante, refinado y fluido.166 A
continuación expresó, en el poema A Year of Sorrow (Un año de dolor), los horrores del invierno de 1846-
47.165 A sugerencia de Pío IX escribió May Carols (Villancicos de mayo), himnos a la Virgen y a los
santos (1857), con una introducción que explica su conversión.167 Siempre interesado en las leyendas y la
historia de Irlanda,167 en 1861 comenzó una serie de poemas sobre temas irlandeses: Inis Fáil, The Infant
Bridal, Irish Odes (Odas irlandesas), etc.164 Inis Fáil, a Lyrical Chronicle of Ireland (Inis Fáil, una
crónica lírica de Irlanda, 1862) ilustra los anales irlandeses de seis siglos.167 Su poesía se caracteriza por
un sublime tono ético, su poder imaginativo y su imponente majestuosidad expresiva.164 Es intelectual,
digna e imaginativa, pero algo demasiado alejada del pensamiento y el sentimiento familiares como para
lograr una amplia aceptación. Discípulo de Wordsworth desde el principio, tenía predilección por los temas
pintorescos y románticos. Lo mejor de su obra está en sus poemas sobre viejos temas irlandeses, y en sus
sonetos, algunos de los cuales como "The Sun-God" y "Sorrow" alcanzan un alto nivel de ejecución.167
Su obra poética gozó de buena aceptación en América.167
Además de los volúmenes de poesía citados, De Vere escribió: Poems, Miscellaneous and Sacred
(1853);166 Antar and Zara, an Eastern Romance (1877); The Foray of Queen Meave (1882) y Mediæval
Records and Sonnets (1893).167
Charles Gavan Duffy (1814-1903), periodista y político nacionalista, editó una serie de volúmenes baratos
de biografías, poesía y crítica, que incluían, entre otras antologías, Ballad Poetry of Ireland168 (1845), que
fue un gran éxito.97 En el volumen antológico The Spirit of the Nation (1844) incluyó numerosos poemas
bajo el seudónimo de «The Black Northern».
Al igual que muchos de sus jóvenes contemporáneos, Denis Florence MacCarthy (1817-1882) se adhirió
al movimiento por la derogación,169 y en 1843 comenzó a contribuir a The Nation con una serie de
poesías políticas, con la firma de «Desmond».169 En 1850 apareció el primer volumen de sus propias
poesías, Ballads, Poems, and Lyrics (Baladas, poemas y canciones); y en 1857 se publicaron The Bell-
founder169 y Under-glimpses and other poems.170 Dos odas suyas han sido publicadas: An Ode on the
Death of the Earl of Belfast (Oda a la muerte del conde de Belfast, 1856) y The Centenary of Moore (El
centenario de Moore), editada de forma privada169 (1880). La mayor parte de sus obras originales
consistió en contribuciones a las publicaciones periódicas de su tiempo, y algunos de sus poemas y la
totalidad de sus textos humorísticos en prosa aún no han sido recopilados.169
Como poeta, James Wills (1790-1868) es célebre por The Universe, cuya autoría fue en su momento
reclamada descaradamente por el Dr. Maturin.171 En 1845 Wills publicó Dramatic Sketches and other
Poems (Esbozos dramáticos y otros poemas).172 En 1868, poco antes de su muerte, publicó The
Idolatress, and other Poems (El idólatra y otros poemas), que, al igual que los Dramatic Sketches de fecha
anterior, consistía en una recopilación de aportaciones dispersas a varias publicaciones periódicas. Su
poesía no carece de mérito; las composiciones más breves rezuman un fuerte espíritu del mejor género de
patriotismo irlandés.172 Sus poemas son enérgicos, y en ciertos casos muestran considerables cualidades
dramáticas.173 Algunos de los más ambiciosos muestran gran parte del potencial dramático que heredaría
su hijo, William Gorman Wills.174
Sir Samuel Ferguson (1810-1886), poeta y anticuario irlandés, fue colaborador del Blackwood's
Magazine, en el que apareció su más célebre poema, The Forging of the Anchor (La forja del ancla), y uno
de los principales promotores del renacimiento gaélico en la literatura irlandesa.175 Publicado en 1883,
The Forging of the Anchor es una de los mejores baladas modernas.176 La elegía Lament for the Death of
Thomas Davis (1847) apareció en Ballad Poetry of Ireland (Poesía irlandesa de baladas), mientras que la
ingeniosa canción "The Loyal Orangeman" nunca fue publicada, aunque circuló de forma privada, y a
menudo era recitada en Dublín.177 En 1865 publicó un volumen de poemas reunidos, Lays of the Western
Gael (Lais de la Gaélica occidental); en 1872 Congal, an Epic Poem in Five Books (Congal, un poema
épico en cinco libros); y en 1880 un tercer volumen de Poemas, principalmente sobre temas tomados de la
literatura irlandesa.177 Congal, una narración en metros sobre la era heroica de Irlanda, es con todo,
aunque lejos de la perfección ideal, tal vez la tentativa más exitosa hecha por un poeta irlandés moderno
para revivificar el espíritu del pasado en un poema de proporciones épicas.176
Como poeta, merecer ser recordado en Irlanda, para la cual se esforzó mucho por crear una poesía moderna
partiendo de los añejos cuentos de héroes y santos e historias de lugares irlandeses.177 No estaba
perfectamente familiarizado con la lengua irlandesa, y tal vez esto explique el hecho de que, mientras que a
veces daba a las historias más belleza de la que les restaba, pierde algo de la realidad de la vida antigua, y
parece hablar de una escena sombría y no de los hechos reales de hombres y mujeres. Varios de los poemas
de sus propias experiencias resultan admirables, y gozarán probablemente de una popularidad duradera en
Irlanda. La Elegía de Thomas Davis, Willy Gilliland y los versos On the Liffey in Mesgedra no resultan
impecables, pero son hermosos poemas con un genuino aire irlandés.177
John Francis Waller (1810-1894) merece ser recordado como escritor de poesía, y especialmente como
autor de canciones, muchas de las cuales, musicalizadas por Stewart y otros compositores, alcanzaron una
amplia aceptación. Algunas fueron traducidas al alemán. Las más conocidas tal vez sean "The Voices of the
Dead", "Cushla ma Chree" y "The Song of the Glass". De esta última, Richard Monckton Milnes (primer
barón Houghton) dijo que era una de las mejores «canciones de borrachera» de la época. Waller también
escribió The Imperial Ode (Oda imperial) para la Exposición de Cork (1852), y una oda On the Erection of
the Campanile of Trinity College (A la edificación del campanario del Trinity College), que junto con otras
composiciones del mismo género fueron publicadas en 1864 como Occasional Odes (Odas
ocasionales).185
Alfred Perceval Graves (1846-1931) jugó un papel destacado en el resurgimiento de las letras
irlandesas.186 Es el autor de la famosa balada Father O'Flynn186 ―recogida en su libro Father O'Flynn
and other Irish Lyrics (El padre O'Flynn y otros poemas líricos irlandeses, 1889)― y de muchas otras
canciones y baladas. En colaboración con Sir C. V. Stanford publicó Songs of Old Ireland (Canciones de la
vieja Irlanda, 1882) y Irish Songs and Ballads (Canciones y baladas irlandesas, 1893);186 los aires de sus
Irish Folk-Songs (Canciones tradicionales irlandesas, 1897) fueron arreglados por Charles Wood,Nota 13
con quien también colaboró en Songs of Erin (Cantos de Erin, 1901).186 Otras obras suyas son: Songs of
Killarney (Canciones de Killarney, 1872) y Irish Song Book (Cancionero irlandés, 1894).187
Tras residir durante una temporada en Burdeos, John Sterling (1806-1844) escribió en 1837 su poema The
Sexton's Daughter (La hija del sacristán), muy al estilo de Wordsworth, que fue publicado en 1839 junto
con diversos Poemas.188 Al mismo tiempo, estableció una vinculación con el Blackwood's, en el que
aparecerían composiciones en prosa más singularmente originales. De entre ellas, la más meritoria es The
Palace of Morgana (El palacio de Morgana), uno de los más hermosos poemas en prosa. La más elaborada
es The Onyx Ring (El anillo de ónice),188 un romance que muestra una marcada influencia alemana, y tal
vez por este motivo aceptable para Carlyle, quien aparentemente es idealizado en él como el personaje de
«Collins», mientras que HareNota 14 figura como «Musgrave».188 Estos textos resultaron
extraordinariamente prometedores frente al fiasco de sus proyectos más importantes.189
The Election: a Poem in seven books (La elección: poema en siete libros), analizado y en conjunto no
desaprobado por Carlyle, apareció en 1841; se trata de una agradable exposición de la comicidad de una
elección, un tanto al modo de Crabbe, cómico sin ser ridículo, y ligada a una bonita historia.190 De los
ocho cantos de Richard Cœur de Lion (Ricardo Corazón de León), un "poema serio-cómico orlandiano u
odiseico" escrito en octavas siguiendo el modelo de Berni, solo tres han sido publicados. Aparecieron en el
Fraser's tras la muerte del autor, y por su humor y facultades narrativas merecen los elogios que Carlyle les
otorga.190
Es probablemente en su poesía donde a la larga descansará la reputación de William Bell Scott (1811-
1890). Blake y Shelley fueron sus principales modelos, y la amistad de Rossetti fue un estímulo continuo
para él. Pero carecía de la intensidad y el genio artístico de Rossetti. Era fundamentalmente escocés y, a
pesar de la amplitud de sus inclinaciones afectivas, su mejor poesía es mística y metafísica antes que
romántica.191 Publicó cinco volúmenes de poesía, incluyendo Hades y The Year of the World, y
numerosos sonetos hermosos, una forma poética en la que sobresalió.192 Destaca notablemente su
volumen de Poemas, de 1875, ilustrado con grabados suyos y de Alma-Tadema.193 Bell Scott será
recordado principalmente por su conexión con el círculo de Rossetti.193
Theodore Martin (1816-1909) colaboró en las revistas Tait's y Fraser's y en otras publicaciones
periódicas con composiciones humorísticas en prosa y verso.199 De 1842 a 1844, Martin y W. E. Aytoun
escribieron juntos una serie de composiciones humorísticas199 para las revistas mencionadas
anteriormente. Se trataba sobre todo de poemas cómicos, la mayor parte de los cuales fueron recopilados en
1845 en Bon Gaultier's Ballads (Baladas de Bon Gaultier), un volumen que logró una inmediata
popularidad y alcanzaría su decimosexta edición en 1903.199
Los poemas de Bon Gaultier parodiaban principalmente la poesía más destacada de la época, especialmente
la «nueva poesía» de Tennyson. Algunos de los poemas burlescos pretendían ser ejercicios de competición
por el puesto de poeta laureado que quedó vacante al morir Southey. The Lay of the Lovelorn, una parodia
de Locksley Hall,Nota 17 que fue elaborada por Martin a partir de diez o doce versos de Aytoun, era tal vez
la composición más popular. Lockhart (en Spanish Ballads), Macaulay, Mrs. Browning, Moore, Leigh
Hunt, Uhland e incluso el propio Aytoun se contaban entre las víctimas de las burlas de Martin o de su
socio, junto con los estudiantes alemanes y los patriotas estadounidenses. Martin fue el que más contribuyó,
pero la obra de Aytoun es la mejor. Si bien las Baladas resultan más superficiales que los Rejected
AddressesNota 18 con los que pueden ser comparadas, apenas resultan menos divertidas.199 En 1863
apareció un volumen editado para circulación privada de Poems, Original and Translated (Poemas
originales y traducidos).200
En 1848, el poeta Thomas Aird (1802-1876) preparó para imprenta una edición recopilatoria de sus
poemas, que consolidó enormemente su reputación. Muchos de ellos apelaban a los instintos religiosos de
sus compatriotas, y otros mostraban una extraña inventiva. Pero los extensos poemas narrativos carecen de
trama y estructura, y su interés es por lo tanto deficiente.201 Con todo, la obra gozó de una gran
aprobación. Carlyle dijo que encontraba en ellos "un aliento saludable como la brisa de las
montañas".202
Su Diary of an Old Soul (Diario de un alma anciana, 1880) debe clasificarse junto con las mejores obras
de Crashaw y Vaughan.206 Otras obras poéticas de MacDonald: Dramatic and Miscellaneous Poems
(1876); A Book of Strife, in the Form of the Diary of an Old Soul (edición privada, 1880); The Threefold
Cord: Poems by Three Friends (co-escrito con Greville Matheson y John Hill MacDonald; edición privada,
1883); Poems (1887); Scotch Songs and Ballads (1893) y Rampolli: Growths from a Long-planted Root
(1897).
Lo mejor de su obra fue escrito entre 1855 y 1875 ―La maldición de una ciudad (1857); A nuestras
damas de la muerte (1861); Weddah y Om-el-Bonain y La diosa desnuda (1866-67); La ciudad de la
noche espantosa (1870-74)―.213
Muchos de sus poemas líricos, serios o desenfadados, son hermosos de un modo conmovedor.209 Shelley,
Dante, Heine y Leopardi fueron sus principales modelos literarios; su maduro estilo resulta, en su austera
concisión, menos shelleyano que dantesco.209 En sus poemarios predominan los poemas breves,
descriptivos o interpretativos de la vida contemporánea; de amor y alegría; poemas de nostalgia, o de
desilusión.208 La ciudad de la noche espantosa le valió el reconocimiento de George Eliot, George
Meredith, Philip Bourke Marston y otros insignes autores.209 Los llamativos contrastes del carácter de «B.
V.» ―un espíritu valiente y afable unido a una insoportable melancolía; pretensiones espirituales unidas a
una comprensión realista de los hechos; un ardiente entusiasmo por la democracia y el libre pensamiento
junto con una obstinada incredulidad en el progreso humano― se advierten claramente en sus escritos, que
están iluminados aquí y allá con destellos de brillante alegría, pero que son en general oscuramente
pesimistas.209 Su obra posee un cierto poder melancólico que la hace distintivamente notable.212
A las obras de James Thomson ya mencionadas cabe añadir el volumen póstumo titulado A Voice from the
Nile, and other Poems (Una voz desde el Nilo y otros poemas, 1884).213 Este volumen contenía muchas
cosas interesantes, pero nada que acrecentara la reputación de Thomson. Si se trarara de señalar la afinidad
literaria más evidente del autor de La ciudad de la noche espantosa, uno podría aventurarse a sugerir que
James Thomson era un hermano menor de De Quincey. Si tiene una afinidad inequívoca con algún escritor,
es con el autor de Suspiria de Profundis; si miramos más allá, tal vez podríamos discernir vagos prototipos
en Leopardi, Heine y Baudelaire. Pero, al fin y al cabo, Thomson ocupa un lugar tan único como poeta que
el esfuerzo de clasificación resulta prescindible. Lo suyo no era pesimismo literario, ni fingida melancolía.
El poema "Insomnia" es un capítulo biográfico inconfundible; y en "Mater Tenebrarum" y otros fragmentos
de sus escritos son frecuentes los pasajes de autorrevelación. Las virtudes de la poesía de Thomson son su
poder imaginativo, su sombría intensidad y su sonora musicalidad; a estas características cabe añadir, en sus
composiciones más ligeras, una mezcla tipo Heine de extraño regocijo, patetismo e ironía cáustica.213 Sus
defectos son una cierta monotonía en los epítetos, el nada infrecuente uso de mera retórica y verbosidad, y
tal vez una predominante carencia de sentido formal; además de, ocasionalmente, una vulgar imprudencia
expresiva, como en fragmentos de El relato de Vane.213
David Gray (1838-1861) hizo varios experimentos métricos ―algunos de ellos al estilo de Keats, y uno a
la manera del método dramático de Shakespeare―, y después se centró en la composición de su poema
idílico The Luggie.214 Enfermo de tisis, y ante la expectativa de una muerte prematura y de unas
esperanzas frustradas,215 escribió una serie de sonetos, con el título genérico de In the Shadows (En las
sombras).214
La mayoría de sus poemas muestran forzosamente trazas de inmadurez, y con frecuencia pueden
encontrarse en ellos versos que son meros ecos de Thomson, Wordsworth o Tennyson, pero poseen, no
obstante, una inequívoca singularidad y muestran una verdadera apreciación de la belleza natural.216 The
Luggie, el principal poema de Gray, es una especie de ensoñación en la que las escenas y los hechos de su
infancia y sus tempranas ambiciones se entremezclan con la música del arroyo al que celebra.216 El poema
contiene muchas hermosas descripciones;215 con su sentido de la belleza natural, y su promesa de poderío
didáctico y descriptivo, constituye la principal reivindicación de Gray como poeta.214 Pero su genio
alcanzó su máxima expresión en la serie de 30 sonetos que lleva por título In the Shadows. Rezuman un
espíritu de la más profunda melancolía, que la esperanza no alivia.215 La serie posee, sin la menor mácula
de morbosidad, una belleza conmovedora y solemne en armonía con las circunstancias en que fueron
escritos.217 Casi todos contienen una referencia directa o indirecta a las fases de la naturaleza exterior, y
dan evidencia de una riqueza imaginativa y sentimental subyacente, de un genuino y vigoroso poder
conceptivo, y de un talento para la expresión musical lúcida y sólida, pero sutil y sensible, que
aparentemente solo requería haber sido suavizada por el tiempo y la experiencia para haber modelado una
poesía que le hubiera otorgado un nombre perdurable en la literatura inglesa.217 Estos sonetos resultan
sustanciosamente notables, y varios de ellos son afortunados en su estructura y expresión. The Luggie and
Other Poems apareció por vez primera en 1862.214
El poeta David Wingate (1828-1892) estuvo trabajando en los pozos de carbón cercanos a Hamilton desde
los nueve años. Publicó Poemas y canciones (1862), que fue acogido favorablemente y seguido por Annie
Weir (1866).218 Lily Neil apareció en 1879, seguido por Poemas y canciones (1883) y Poemas escogidos
(1890).218
Robert Williams Buchanan (1841-1901) fue un poeta, novelista y dramaturgo inglés de origen escocés.
Influido por Peacock escribió lo que él llama sus "poemas pseudoclásicos",219 que integraron su primera
obra, una colección de poemas, Undertones (1863),220 que tuvo cierto éxito.220 Este volumen "tentativo"
fue seguido por Idilios y leyendas de Inverburn (1865), Poemas de Londres (1866) y Costa Norte y otros
poemas221 (1867), en los cuales mostraba aptitud para la narrativa poética y percepción comprensiva de
las condiciones de vida más humildes.221 Sus London Poems cimentaron su reputación como escritor
gráfico de narrativa poética cuyas simpatías con la vida de los humildes eran profundas.222 En estos
poemas narrativos se encuentra, en líneas generales, el mejor Buchanan, si bien ensayaría una más
ambiciosa travesía en El libro de Orm: un preludio a la épica, un estudio del misticismo que apareció en
1870.221 Estas obras le dieron una reputación cada vez mayor y suscitaron grandes esperanzas en su
futuro220 como poeta. En 1874 apareció una recopilación de sus poemas en tres volúmenes, y aunque fue
criticada por sus irregularidades, mejoró su situación. Le seguiría en 1877 Balder the Beautiful, un poema
ambicioso pero pesado, recibido con indiferencia.222 Baladas vivaces como "The Starling" (en London
Poems), "Phil Blood's Leap" y "Wedding of Shon McLean" (en Ballads of Life, Love, and Humor, 1882)
impresionaron poderosamente al común de los lectores. "The Wedding" apareció originalmente en el
Gentleman's Magazine (julio de 1874).222 A partir de entonces, Buchanan no abandonó la poesía, pero
publicaría menos.222 Un poema épico, The City of Dream (La ciudad de los sueños, 1888), el principal
poema de sus últimos años, ejemplifica su vena mística y su amor por la mitología.222 Los poemas de
Buchanan fueron recopilados en un volumen único en 1884, y como Obra poética completa (dos
volúmenes, 1901). Entre sus poemas también cabe mencionar: The Drama of Kings (El drama de los reyes,
1871); St. Abe and his Seven Wives (Saint Abe y sus siete esposas), un vívido cuento de Salt Lake City,
publicado de forma anónima en 1872;221 The Outcast: A Rhyme for the Time (1891) y El judío errante
(1893).221 Estos dos últimos iban dirigidos contra determinados aspectos del cristianismo.220 Buchanan
escribió demasiado y de manera demasiado variopinta para lograr los mejores resultados, pero su talento
lírico era firme.223
La obra poética de Anderson muestra poderío lírico, generoso sentimiento y vívida perspectiva, así como
un dominio de la métrica y unas dotes literarias que serían dignas de mención en un escritor de educación
liberal y en un entorno culto.226 Sus logros más característicos fueron como "poeta laureado del
ferrocarril" (a la manera de las Baladas de Pike CountyNota 19 o de Bret Harte) y de la vida infantil en los
hogares escoceses humildes. En sus poemas más conocidos, la lengua vernácula del suroeste de Escocia es
empleada con brío y discreción. Pocas antologías de poemas escoceses carecen en la actualidad de uno o
dos de «Surfaceman», y varios de los poemas ferroviarios e infantiles son popularmente recitados.226
William Sharp (1855-1905), poeta y literato escocés, fue uno de los primeros y más talentosos impulsores
del renacimiento celta.227 Debía su peculiar predilección por lo celta a las historias y canciones de su
niñera de las Highlands o a las estancias de tres o cuatro meses al año en las costas de las Tierras Altas
occidentales.228 Pasó una temporada en Australia y finalmente regresó a Escocia decidido a "ser poeta y
escribir sobre la Madre Naturaleza y sus misterios más ocultos".228 Durante su vida fue conocido
únicamente por una serie de obras poéticas y críticas de gran mérito, aunque no excepcional.229
En 1882 apareció un volumen de poemas, The Human Inheritance (El legado humano), que obtuvo cierto
reconocimiento.230 En 1884 publicó un segundo volumen de poesía, Earth's Voices (Voces de la Tierra),
vívidamente impresionista, pero un tanto prolijo.230 También publicó Romantic Ballads and Poems of
Fantasy (Baladas románticas y poemas de fantasía, 1888),230 elocuentemente imaginativos pero carentes
de acabado.230
A partir de 1890, Sharp se consagraría a un nuevo campo de trabajo literario, escribiendo mucha prosa y
poesía místicas bajo el seudónimo de «Fiona Macleod», identidad que él mismo ocultaría
cuidadosamente.230 Gran parte de la producción literaria de «Fiona» fue escrita bajo la influencia de una
especie de trance mesmérico o espiritual, o era el testimonio de dichos trances.230
En Roma escribió Sospiri di Roma, una serie de poemas impresionistas no rimados en métrica irregular,
impresos en 1891 para difusión privada.230 También coordinó la publicación en América de sus Baladas
románticas y de Sospiri di Roma en un volumen, bajo el título de Flower o' the Vine (Flor de la vid)
(Nueva York, 1892).230
Si bien su obra reflejaba la influencia del antiguo paganismo celta, estaba principalmente teñida de un
extático culto a la naturaleza y reflejaba la insistente viveza y rareza de los sueños.231
Poesía religiosa
Conviene tener en cuenta la poetización de las experiencias religiosas de Arthur Hugh Clough, John Keble,
John Henry Newman y demás miembros del Movimiento de Oxford.Nota 20 79 John Keble (1792-1866)
fue clérigo, poeta y teólogo. En 1833, su famoso sermón sobre "La apostasía nacional" dio el primer
impulso al Movimiento de Oxford, del que fue considerado, junto con Pusey y tras la marcha de Newman a
la Iglesia de Roma, como su líder.232 Consideraba la poesía como una válvula de escape para alguna
emoción sobrecargada, o alguna imaginación plena, o algún imaginativo remordimiento, que no habían
encontrado su vía natural de salida en la vida y en la acción.233 En 1846 publicó otro libro de poemas,
Lyra Innocentium.232 En 1847 apareció el único volumen completo de sermones de Keble publicado en
vida del autor. Se titulaba Sermones académicos y ocasionales, y pretendía principalmente, como indica el
prefacio, evitar que los clérigos siguieran el ejemplo de Newman.234 Este volumen contiene el famoso
sermón assize sobre "La apostasía nacional", que Newman siempre consideró "el punto de partida del
Movimiento de Oxford". Es a la vez singularmente sencillo y completamente valiente y franco.234 Tras su
muerte aparecieron doce volúmenes de Sermones parroquiales.232 Sus poemas, si bien en modo alguno
poseen idéntico mérito literario, se caracterizan generalmente por su delicado y genuino sentimiento
poético, y por su lenguaje refinado y a menudo extremadamente alegre; y el hecho de que el libro se haya
convertido en un clásico religioso con lectores muy alejados del punto de vista eclesiástico del autor y de su
línea general de pensamiento, resulta ser una prueba de la fidelidad a la naturaleza con la que sus temas son
tratados.232 Keble ejerció una enorme influencia espiritual sobre su generación.232
En cuanto a la obra poética de John Henry Newman (1801-1890), el autor alcanzaría gran popularidad,
especialmente después de que fuera musicado por Elgar el monólogo dramático del alma abandonando el
cuerpo en la hora de la muerte, titulado The Dream of Gerontius,235 así como "Lead Kindly Light", que
compuso en 1833 en un viaje de Palermo a Marsella.235 Durante una gira por Europa escribió la mayoría
de sus poemas breves, entre ellos "Lead Kindly Light", que fueron publicados en 1834 bajo el título de
Lyra Apostolica;236 algunos de los poemas incluidos en el volumen fueron escritos con anterioridad, y uno
o dos en un período posterior, pero la mayoría fueron compuestos durante dicho viaje.237 Publicó ocho
volúmenes de sermones parroquiales (Oxford Sermons, 1828-1853),238 que le sitúan en primera fila entre
los predicadores ingleses,236 y el poema The Dream of Gerontius236 (1865). Cuando se publicaron
aquellos, se dijo de ellos que "superan a todos los demás sermones del mercado como los relatos de Scott
superan a todos los demás". No eran polémicos; y hay poco en ellos a lo que la teología católica pondría
reparos.239 En su tono resultan severos y con frecuencia melancólicos, como si fueran la expresión de un
espíritu aislado.240 Como poeta poseía inspiración y un genuino poder. Algunos de sus más tempranos y
breves poemas, no obstante un característico elemento de ferocidad e intolerancia en uno o dos casos, son
descritos por R. H. HuttonNota 21 como "inigualables por la magnificencia de su idea general, su pureza
de gusto y su brillantez de efecto total"; mientras que el último y más extenso, El sueño de Geroncio, es
generalmente reconocido como la más venturosa tentativa de representar el mundo oculto que se ha hecho
desde los tiempos de Dante.241
La carrera de Arthur Hugh Clough (1819-1861) fue mucho menos brillante de lo que se esperaba.90
Con todo, siquiera de manera intermitente, sus poemas ofrecen una fuerza, un coraje y una efervescencia
mucho más atractivos para el lector actual que la melancolía reinante.90 Estuvo inicialmente bajo la
influencia de Newman,242 y adquirió el más vivo interés por las controversias teológicas de la época. El
resultado en su caso fue un abandono gradual de su credo inicial.243 Posteriormente se convirtió en un
escéptico.242 Nunca se mostró amargo hacia la Iglesia de su infancia, pero llegó a considerar sus dogmas
como imperfectos e insostenibles.243 Había perdido la fe, es verdad, pero nunca dejó de interesarse por la
religión. En The Last Decalogue (El último decálogo), versión de los diez mandamientos adecuada a una
época basada en el rendimiento económico, quebranta la hipocresía de la piedad victoriana.90 De su lucha
con este mundo sin Dios surge en ocasiones una vitalidad sorprendente, una sensación de tranquilidad,
incluso de victoria, por coyuntural que esta sea.244 En el Oriel College de Oxford llevó grupos de lectura,
uno de los cuales le sugirió243 el poema homérico-pastoral The Bothie of Tober-na-Vuolich (1848), escrito
en hexámetros242 y pleno de socialismo, humorismo de los grupos de lectura y paisajes escoceses.245 Su
pensamiento heterodoxo en aquel momento había entrado en conflicto con la ortodoxia requerida en su
labor académica, lo que le obligó a renunciar a esta; la sensación de alivio que esta renuncia le supuso se
manifestó en textos literarios optimistas a la par que reflexivos, y publicó poemas tanto nuevos como
antiguos.245 Así, Ambarvalia (1849), publicado conjuntamente con su amigo Thomas Burbidge, contiene
poemas breves de diversas fechas desde 1840 (o anteriores) en adelante.245 En Roma, en 1849, escribió
Amours de Voyage (Amores de viaje), una novela corta en verso.242 Su último poema extenso, el
Dipsychus, fue escrito en un viaje a Venecia en 1850.246 Se trata de una sátira más bien irregular.245
Cabe destacar también los idilios que componen Mari Magno, o relatos de a bordo245 (1861). Sus
poemas, aunque repletos de delicadas y sutiles meditaciones, son, a excepción de algunos poemas líricos
breves, deficientes en su forma, y los hexámetros que empleó en The Bothie… resultan a menudo toscos,
aunque tal vez utilizados tan eficazmente como por cualquier escritor de poesía en inglés.242 Clough
fracasó en llevar a cabo cualquier proyecto extenso, y su poesía resulta deficiente en forma y acabado; con
todo, para las mentalidades congeniales posee un encanto mayor que el de mucha poesía de superior
refinamiento y elaboración más exquisita.246 Aunque Clough fue, hasta cierto punto, un discípulo de
Wordsworth, muestra la originalidad de un verdadero genio en sus descripciones de paisajes y en su
tratamiento de los grandes problemas sociales y filosóficos de su tiempo. Si bien algunos contemporáneos
mostraron mayor destreza artística, nadie ofreció mayores indicios del poder de revestir el lenguaje poético
de una reflexión seria.246 Algunos de sus mejores poemas líricos poseen una intensidad melódica que
iguala a su profundidad reflexiva.245 No obstante, era justamente considerado, al igual que su amigo
Matthew Arnold, como uno de los poetas ingleses más característicos de mediados del siglo XIX.245 Su
poesía lleva a cuestas la melancolía y la perplejidad de una época de transición.245 En el aspecto técnico,
la obra de Clough resulta interesante para los estudiosos de la métrica, debido a los experimentos que llevó
a cabo, en The Bothie y otras, con hexámetros en inglés y otros tipos de versos formados sobre la base de
modelos clásicos.245 Clough vino a tender un puente entre la primera etapa de la época victoriana y
algunos de los poetas victorianos más tardíos, caracterizados por su cinismo, su exuberancia, por admitir
una tierra cada vez más fría y un cielo cada vez más vacío.247
Henry Alford (1810-1871) publicó, en febrero de 1833, su obra lírica inaugural, Poemas y fragmentos
poéticos,248 volumen que sería posteriormente reeditado con adiciones, conjuntamente con un poema
extenso, La escuela del corazón, en 1835.249 Con posterioridad, en 1841, publicó, junto con otros poemas
nuevos,248 otro pequeño volumen titulado El abad de Muchelnaye, con sonetos, etc.249 Una colección de
Salmos e himnos suyos apareció en la primavera de 1844.248 Dos de sus numerosos himnos, el himno a la
cosecha "Come, ye thankful people, come", y el himno bautismal "In token that thou shalt not fear", se han
ganado una muy alta posición.249 En momentos puntuales hizo buena su reivindicación de ser
considerado como uno de los más sutiles y tiernos de entre los poetas religiosos menores de Inglaterra.248
Bajo el título de El año de la plegaria, Alford publicó en 1866 un libro de devoción familiar; y en 1867,
una colección de himnos originales titulada El año de la alabanza, obras poco pretenciosas pero que
popularizaron ampliamente el nombre del autor.248 Su última efusión poética de considerable extensión
fue The Children of the Lord's Prayer, que apareció en 1869.248
El deán Alford fue un hombre tan consumado como cualquiera de su generación; e indiscutiblemente
habría llegado a ser una eminencia mucho mayor de lo que jamás logró ser en poesía, oratoria, música,
pintura, teología o en la literatura en general, si hubiese aspirado a sobresalir solo en una o dos de esas artes
o ciencias, en lugar de esforzarse por brillar en todas ellas por igual.248
La pobreza, la carencia durante muchos años de un hogar fijo y una muy mala salud contribuyeron a
ahondar las opiniones religiosas250 de Dora Greenwell (1821-1882). Miss Greenwell comenzó su carrera
como escritora con la publicación de un volumen de poemas en 1848.250 Fue bien acogido, y seguido en
1850 por otro volumen, Historias que podrían ser ciertas, con otros poemas. Un tercer volumen apareció
en 1861, y de este se publicó una edición ampliada en 1867. Su siguiente volumen de poemas se tituló
Carmina Crucis (1869).250 Posteriormente publicó Songs of Salvation (Canciones de salvación, 1873),
The Soul's Legend (La leyenda del alma, 1873) y Camera Obscura (1876), todas obras poéticas.251
La poetisa y filántropa londinense Adelaide Anne Procter (1825-1864) comenzaría en 1853 una
prolongada vinculación con Household Words entregando algunos poemas bajo el nombre de «Mary
Berwick». Dickens, el editor, era amigo de su padre, y ella optó por el anonimato porque no deseaba
beneficiarse de su amistosa parcialidad. Aquel dio su visto bueno a aquellas poesías y publicó muchas de
ellas ignorando su origen.252 Todos sus poemas fueron originalmente publicados en Household Words o
en All the Year Round, excepto dos en el Cornhill y dos en Good Words.252
Miss Procter, si bien no era una gran poetisa, poseía un don para el verso, y se expresaba con distinción,
encanto y sinceridad. Se apropiaba de poco o nada, y mostró el mejor provecho en sus poemas narrativos.
"La historia del ángel", "La leyenda de Bregenz", "La leyenda de Provenza", la "Historia de un alma fiel",
se encuentran en numerosas antologías poéticas.252 Sus poemas fueron publicados en los Estados Unidos,
y también traducidos al alemán. En 1877 la demanda de poemas de Miss Procter en Inglaterra superaba la
de los de cualquier escritor vivo a excepción de Tennyson.252
Anne Ross Cousin (1824-1906) es célebre por su himno The sands of time are sinking (Las arenas del
tiempo se hunden), escrito en Irvine en 1854.253 El original se componía de diecinueve estanzas y
apareció por primera vez en The Christian Treasury en 1857, bajo el encabezamiento Last Words of Samuel
Rutherford.253 El estribillo del himno daría título al libro de Mrs. Cousin Immanuel's Land and other
Pieces (1876; segunda edición revisada en 1896). Sus siguientes himnos más populares son O Christ, what
burdens bowed Thy head254 y King Eternal! King Immortal, que ha sido musicalizado y cantado con
frecuencia en grandes festivales corales.254
Dos poetas religiosos, protegidos de Bridges, fueron Richard Watson Dixon (1833-1900), conocido
también como historiador de la Iglesia, y Digby Mackworth Dolben (1848-1867). Lo mejor de Dixon son
sus poesías líricas breves.255 Publicó siete volúmenes de poesía.256 Su primer poemario publicado,
titulado Christ's Company, había aparecido en 1861, y un segundo, Odas históricas, le seguiría en 1863.
Estos primeros poemas de Dixon se distinguen por no poco del colorido y la imaginación, y también por
algo de la excentricidad, que marcaron las primeras obras de la escuela prerrafaelita.257 Los poemas del
primer volumen, aunque en gran parte sobre temáticas religiosas, no son estrictamente poesía religiosa; son
obras de una pintoresca imaginación más que de sentimiento devocional. Las Odas históricas muestran un
avance en sencillez, y un poder constructivo de las odas, que Dixon posteriormente llevaría aún más lejos.
Las odas sobre Wellington y Marlborough están muy bien escritas, y merecen más atención de la que han
recibido.257 Pero no fue hasta 1883 que atrajo una atención sobresaliente con Mano, un poema histórico
en terza rima, que fue elogiado con entusiasmo por Swinburne. Completaría este éxito con tres volúmenes
impresos de forma privada: Odas y églogas (1884), Poemas líricos (1886) e Historia de Eudocia
(1888).258 En 1892 Dixon publicó un poema en latín, Carmen elegiacum in obitum Edwini Hatch, D.D.
Los últimos poemas de Dixon son los mejores. Crecían hasta el final en sencillez y fuerza intelectual. Sus
postreras canciones poseen algo de la franqueza y de la calidad musical e imaginativa de Blake. Las odas
"On Conflicting Claims" y "On Advancing Age", y la que lleva por título "The Spirit Wooed", pueden ser
consideradas sus obras maestras;259 pero él nunca alcanzaría una popularidad general como poeta, estando
el atractivo de su poesía directamente dirigido al erudito. Gran estudioso de la historia, sus estudios en esa
dirección dieron colorido a gran parte de su poesía. La atmósfera romántica está notablemente preservada
en Mano, un exitoso ejercicio métrico en la difícil terza rima. Sus poemas característicos poseen encanto y
melodía, sin introducir ninguna nota o variedad rítmica nuevas. Es contemplativo, sobrio y afinado en la
ejecución literaria, un típico ejemplo de la escuela de Oxford.258 Los Poemas escogidos de Dixon fueron
publicados en 1909 con una semblanza biográfica del autor escrita por Robert Bridges.258 Dolben murió
demasiado joven para cumplir lo que sus versos prometían.255
Tras escribir Sing-Song (canciones de cuna) en 1872, la poetisa Christina Rossetti (1830-1894) se dedicó
principalmente a la composición de obras de edificación religiosa, metódicamente meritorias, pero
escasamente relevantes para ser literatura. Alcanzaron, no obstante, una amplia difusión, y probablemente
hicieron más por popularizar el nombre de la autora de lo que un segundo Goblin Market podría haber
conseguido.Nota 22 260
En 1890 la S.P.C.K.Nota 23 publicó un volumen de su poesía religiosa.261
Poetas espasmódicos
Thomas Hood (1799-1845), humorista y poeta, fundó una revista y la dirigió desde su lecho de enfermo,
del que nunca se levantaría,263 y en el que compuso poemas, muy pocos en número, pero inmortales en la
lengua inglesa, tales como "Song of the Shirt (Canción de la camisa)" (que apareció de forma anónima en
el número navideño de Punch de 1843), "The Bridge of Sighs (El puente de los suspiros)" y "Song of the
Labourer (Canción del jornalero)", que aprovecharon los profundos intereses humanos de la época, y los
transportaron desde el terreno de la filosofía social hacia los más sublimes dominios de la imaginación. No
son expresiones clamorosas de ira ante las discrepancias y los contrastes de la humanidad, sino sencillos,
solemnes cuadros de las condiciones de vida, cuya existencia no podían negar ni el político ni el moralista,
y que éstos están imperativamente llamados a remediar. La mujer, en su vida desaprovechada, en su muerte
apresurada, se presenta en ellos apelando a la sociedad que la degrada, con una combinación de elocuencia
y poesía, de formas artísticas a la vez instantáneas y permanentes, y con gran energía y variedad
métricas.263 En el New Monthly Magazine apareció Miss Kilmansegg, tal vez su obra maestra dentro de su
más característico estilo propio. Un éxito aún mayor alcanzaría la "Canción de la camisa".264 En 1844
recopiló algunas de sus composiciones recientes en un volumen titulado Whimsicalities (Caprichosidades),
ilustrado por Leech.Nota 25 264
Sus poemas fueron editados por el canónigo Ainger en 1897.264
Como poeta en el sentido más convencional y restringido era elegante, grácil y sensible, pero no muy
potente. Como humorista era exuberante y estaba dotado de una facultad perfectamente excepcional de
jugar con las palabras. Como poeta es un discípulo nada indigno de Lamb y Hunt; como humorista se
asemeja a Barham,Nota 26 con menos opulencia de invenciones grotescas, pero con un patetismo para el
que Barham era un extraño. En sus dos poemas más famosos, la "Canción de la camisa" y "El puente de
los suspiros", este patetismo está casi separado del elemento humorístico en el que comúnmente va
incrustado, y el resultado son dos de los más raros logros de la poesía contemporánea.265
Teniendo en cuenta las circunstancias de presión bajo las que escribió, no es de extrañar que gran parte de
su obra fuera efímera y estuviera por debajo de sus facultades, pero en su particular línea de humor es
único, mientras que sus poemas serios están imbuidos de imaginación y genuino patetismo. Algunos de
ellos, como la "Canción de la camisa" y "El puente de los suspiros", resultan perfectos en su género.266
Thomas Cooper (1805-1892) fue un destacado cartista desde 1840 y en los años posteriores fue uno de
los líderes de la facción más extremista entre los cartistas.267 En 1842-43 fue acusado de sedición y
conspiración,268 y condenado a dos años de prisión. La mayor parte de ese tiempo la pasó en la cárcel de
Stafford,268 donde escribió algunos cuentos y El purgatorio de los suicidas, una epopeya política en diez
libros, escrita en estancias spenserianas. El poema es una representación poética de los ideales del
movimiento radical, y las circunstancias y motivaciones de algunos de los más famosos suicidios de la
historia son utilizados como contexto moral y político de la obra.268 Gracias a la ayuda de Douglas
JerroldNota 27 la obra apareció en 1845.269 Alcanzaría una tercera edición en 1863.268 En 1856 renunció
súbitamente a las doctrinas de libre pensamiento que durante tantos años había sostenido.269 Las Obras
poéticas reunidas de Cooper fueron publicadas en Londres (1877).268
En 1855, Ernest Charles Jones (1819-1869) publicó el volumen El día de la batalla y otros poemas, del
cual Landor escribió: "Byron lo habría envidiado, Scott lo habría aplaudido". Sus canciones políticas, de
las cuales las mejores son la "Canción de los pobres", la "Canción de los jornaleros", la "Canción del
esclavo de la fábrica" y la "Canción de las clases pobres", muestran un poderío lírico considerable, y fueron
sumamente exitosas.270 En 1857 publicó La rebelión del Indostán, supuestamente escrito en prisión, en
1848 y 1849, con su propia sangre sobre las hojas sueltas de un devocionario rasgado, e impreso de forma
privada en 1850; en 1859 escribió Corayda y otros poemas.270 Como poeta poseía una gran aptitud
lírica.270
Joseph Skipsey (1832-1903), el poeta minero, que trabajó en las minas de carbón desde los siete años, no
tenía estudios, pero pronto aprendió a leer y escribir.271 En 1859 publicó un volumen de Poemas, del cual
no parece haberse conservado copia alguna.271 Durante los últimos treinta años de su vida, publicó varios
volúmenes de poesía,272 incluyendo Poemas, canciones y baladas (1862); El niño minero y otros poemas
líricos (1864); Poemas (1871) y Un libro de poemas líricos misceláneos (1878).271 Siguieron Villancicos
de las minas de carbón (1886) y Canciones y poemas líricos (1892). La obra publicada de Skipsey pronto
recibió elogios de los críticos perspicaces.271 Oscar Wilde comparó sus Villancicos de las minas de carbón
con la obra de William Blake.271
Los poemas de Skipsey eran principalmente líricos, y muestran la influencia de Burns y Heine. Lo mejor de
su obra está en las poesías inspiradas por su experiencia como minero. Adquirió el hábito de revisar
cuidadosamente su trabajo, pero no pudo vencer la innata aspereza de su lenguaje.273
Entre la poesía menor de la época victoriana no debemos olvidar la masa de buenos versos humorísticos
que encontraron salida en las páginas del Punch y de otras publicaciones cómicas.274 Los tres tipos de
humor ―el disparate, la parodia gruesa y la sugestión sutil― tuvieron exponentes valiosos. La crema del
despropósito se encuentra en el Book of Nonsense (Libro de los disparates)274 (1846) de Edward Lear
(1812-1888),Nota 28 que Ruskin situó en primer lugar en una lista de cien libros placenteros de la literatura
contemporánea, un juicio respaldado por niños anglohablantes en todo el mundo.276 La paradójica
originalidad y la destreza artística ostentosamente maleducada de sus numerosos libros de disparates le
valieron una fama más universal que sus obras serias.276
Desde 1866, el comediógrafo W. S. Gilbert aportó excelentes versos cómicos a la revista Fun, con
ilustraciones humorísticas hechas por él mismo, bajo la firma de «Bab».277 La primera balada ilustrada fue
General John (1 de junio de 1867). A partir de esta fecha se convertirían en un rasgo habitual del
magacín.278 Una selección de estos poemas líricos, en los que la destreza artesanal combina una
estimulante sátira sobre el carácter engañoso de las apariencias con los incontenibles disparates de un Lewis
Carroll, fue publicada en 1869 de forma independiente bajo el título de Bab Ballads (Baladas de «Bab»), y
fue seguida por More Bab Ballads (Más baladas de «Bab»)277 (1873). Las Baladas de «Bab» cimentaron
la reputación de Gilbert como un caprichoso humorista poético.278 Pero Gilbert también buscó efectos
paródicos gruesos en los libretos de sus famosas óperas cómicas. Son ingeniosos por las rimas,
convincentes por la lógica y desconcertantes por las consecuencias. El verso no está vestido con la belleza
de los de Aristófanes ―cuyas comedias son lo que más se le parece―, pero la música de Sullivan les da
una gracia muy subida. No solo es la perfección de la música ligera y humorística, sino la resurrección del
genuino arte inglés de la melodía.279
Charles Stuart Calverley (1831-1884), poeta y traductor; padre literario de lo que podría llamarse escuela
universitaria del humor;280 brillante como erudito, músico y orador, es tal vez más conocido como uno de
los más grandes parodistas.281 Sus parodias y otras coplas humorísticas ya lo habían hecho famoso entre
sus compañeros de estudios cuando su talento se dio a conocer al mundo por vez primera con la
publicación de Versos y traducciones en 1862.282 Calverley fue uno de los hombres más brillantes de su
tiempo; y, si hubiera gozado de salud, podría haber llegado a sobresalir en cualquier carrera que
eligiera.280 Su legado señala solo una pequeña porción de su talento, pero sus versos chispeantes y
danzantes, que han tenido muchos astutos imitadores, aún no tienen rival en su propio estilo. Su humor
estaba iluminado por el buen carácter; sus sátiras eran perspicaces pero benévolas.280 Imbuido del espíritu
clásico, introdujo en la creación de poesía ligera el pulimento y la elegancia de los grandes maestros, e
incluso en su humor más caprichoso, sus versos se elevan al nivel de la poesía gracias a la excelencia
salvadora del estilo.280 Su poder imitativo, combinado con su ágil ojo para lo ridículo, hicieron de él tal
vez el mejor parodista en su idioma. Su destreza intelectual, su lúdico humor y su agudo ingenio lo sitúan
en primera fila entre los modernos escritores de los géneros poéticos más ligeros.282 Es maestro de la
parodia sutil y de las sorpresas ingeniosas tanto en versos en inglés como en versos latinos. Ha tenido
muchos imitadores en la parodia, pero sus impresiones de Tennyson, Browning, Rossetti y Tupper son
particularmente vivas y durarán tanto como sus fuentes. Calverley coloca la idea o el epíteto incongruente
en sus versos ligeros con un arte que tuvo por padre a Horacio.283 El ingenio de Calverley era sentido
común refinado; no era un místico, y dirigía sus bienhumoradas burlas contra lo artificioso, lo oscuro y lo
mórbidamente sentimental.282 Su poesía tiene el peculiar encanto del optimismo de un colegial combinado
con la exquisita cultura de un concienzudo erudito.282 Publicó Versos y traducciones (1862) y Fly-leaves
(1872). También tradujo a Teócrito (1869).281
El movimiento prerrafaelita
En 1850 aparece una nueva tendencia en la poesía victoriana: la del movimiento prerrafaelita, surgida, a su
vez, de la acción de la Hermandad Prerrafaelita, una asociación de pintores, poetas y críticos ingleses
fundada en 1848 en Londres. Este movimiento poético y artístico protestaba contra la naturaleza
mecánicamente literal de la mentalidad victoriana y pretendía recuperar parte de la espiritualidad y de la
sencillez del mundo medieval.284
Durante sus primeras visitas a Italia, Mrs. Webster se había sentido atraída por las canciones campesinas
italianas conocidas como rispetti, y en 1881 publicó Un libro de rimas, que contiene poemas rurales
llamados "rispetti ingleses". Fue la primera en introducir dicho formato en la poesía inglesa.286
La poesía de Mrs. Webster le da derecho a un lugar elevado entre los poetas ingleses. Usó con éxito la
forma del monólogo dramático. A menudo sacrificaba la belleza en favor de la intensidad, pero poseía una
gran destreza métrica y oído para la melodía. Algunos de sus poemas líricos merecen un lugar en cada
antología de la poesía inglesa moderna. Muchos de sus poemas tratan entera o incidentalmente de
cuestiones que afectan especialmente a las mujeres.287
Al morir Tennyson en 1892 se tenía la sensación de que ninguno de los poetas entonces vivos, excepto
Swinburne o William Morris, que estaban fuera de consideración por otros motivos, eran lo suficientemente
sobresalientes como para heredar la corona de laurel, y durante varios años no fue nombrado ningún nuevo
poeta laureado.288 Finalmente, en 1896, fue designado Alfred Austin (1835-1913). Como poeta laureado,
sus poesías de circunstancias no escaparon de la crítica adversa, siendo un ejemplo notable su arrebatado
poema en alabanza de la Incursión de Jameson de 1896. La característica más lograda de la poesía de
Austin es un genuino e íntimo amor por la naturaleza. Sus idilios en prosa, El jardín que amo y En el jardín
de Verónica, están repletos de un agradable sabor a aire libre, que es también el rasgo destacado de sus
Poemas líricos ingleses. Sus poemas líricos carecen de espontaneidad e individualidad, pero muchos de
ellos poseen un sencillo y metódico encanto.288
Thomas Gordon Hake (1809-1895), médico y poeta, estuvo al servicio de la condesa de Ripon, quien
estaba emparentada con la familia de su madre. La belleza de los bosques de Lady Ripon en Nocton
revivió dentro de él el espíritu poético. Escribió su Lirio del valle y sus Old Souls (Viejas almas), los cuales,
junto con otros poemas, se unieron en El epitafio del mundo, impreso de forma privada en 1866 en una
edición de cien copias.289 En los años posteriores se mantuvo ocupado principalmente en la composición
y publicación de poesía para minorías, más dificultosa que oscura en concepto y lenguaje, pero nada
atractiva para aquellos que no pudieran apreciar el simbolismo místico. En 1871 publicó Madeline y otros
poemas, que reproducía gran parte de El epitafio del mundo.289 En 1876 apareció New Symbols (Nuevos
símbolos); en 1879 Legends of the Morrow (Leyendas del mañana); en 1880 Maiden Ecstasy (El éxtasis de
la doncella); en 1883 The Serpent Play (El juego de la serpiente), y en 1890 The New Day (El nuevo día),
una colección de sonetos a la manera de Shakespeare.289
Hake es un raro ejemplo de poeta que ha producido casi toda su obra después de los cincuenta.289 No hay
ningún poeta a quien sería más aplicable la frase de Tennyson: "Apagó su música", y más si cabe en la
medida en que el resultado es realmente música, soliendo estar los versos más artificiales de Hake
acompañados de una melodía que demuestra que la expresión métrica era, después de todo, natural para él,
y esa poesía era en realidad su vocación. Es, no obstante, esencialmente un poeta de la reflexión, a pesar
del carácter objetivo de la mayoría de sus poemas y del empeño de éstos por representar las ideas mediante
símbolos materiales. Su poder descriptivo y su sentido de la condición misteriosa de la naturaleza están
equilibrados con frecuentes caídas en la trivialidad; la impresión total que producen es, no obstante, de
dignidad y distinción intelectual, y tienen, en todo caso, el mérito de ser independientes de toda la poesía
contemporánea. La relativa fluidez y flexibilidad de los sonetos de Hake, su última obra poética, parecen
indicar que habría superado sus defectos si la edad le hubiera permitido seguir escribiendo.289
Mathilde Blind (1841-1896) publicó varios libros de poesía: La profecía de San Odrán (1881), El brezo
en llamas (1886), Canciones y sonetos (1893), Aves de paso (1895), etc.290 Su obra inicial es un pequeño
volumen de Poemas inmaduros publicado en 1867 bajo el seudónimo de «Claude Lake». Visitas a Escocia
la inspiraron dos poemas de considerable alcance y pretensión: La profecía de San Odrán (publicado en
1881, pero escrito algunos años antes), que narra la singular leyenda de este santo, y El brezo en llamas
(1886), una denuncia de los desahucios indiscriminados en las Highlands. Ambos están llenos de
apasionada elocuencia y energía.291 En 1888 Mathilde Blind produce la más ambiciosa de sus obras, El
ascenso del hombre, diseñada como la epopeya de la evolución según Darwin. El poema de Mathilde
Blind es bueno solo por partes, pero las mejores partes son muy buenas.291 Su última obra poética fue
ejecutada en Stratford-on-Avon, donde la tranquila belleza de los paisajes de Warwickshire y las
asociaciones con Shakespeare la inspiraron algunos sonetos muy hermosos.291
Había en Mathilde Blind más carácter del que lograba sacar a relucir en su poesía, aunque ningún esfuerzo
era vano. La conciencia del esfuerzo, de hecho, es un inconveniente para disfrutar de su poesía. Sin
embargo, en ocasiones, especialmente en canciones, sonetos y en los poemas líricos que le inspiraba su
solidaridad con las clases indigentes y marginadas, logra un resultado perfecto; y el colorido local de sus
poemas de tema escocés y de muchos de los de temática oriental es hermoso y genuino. Algunos de sus
sonetos resultan sumamente impresionantes; no obstante, hacía más verdadera justicia a sus facultades
cuando dejaba a un lado sus ropajes cancioneriles.292
Arthur O'Shaughnessy (1844-1881) se interesó por la historia natural, y llegó a ser una autoridad en la
rama de la herpetología. Su atención, no obstante, se había centrado, más decididamente incluso, en la
poesía y la literatura en general. En 1870, sin haber ofrecido muchas evidencias previas de su talento,
asombró a los lectores de poesía con su Epopeya de las mujeres y otros poemas, ilustrado con diseños de su
amigo J. T. Nettleship.Nota 29 Este volumen atrajo merecidamente una gran admiración por la espontánea
melodía de su lírica, así como por la fuerza y la pasión dramáticas de algunas de sus más elaboradas
composiciones. Las expectativas así creadas no se vieron cumplidas con sus Lais de Francia (1872),
adaptado principalmente a partir de los poemas de María de Francia; y a pesar de que Music and Moonlight
(La música y la luz de la luna) (1874) habría llamado la atención si hubiera sido su primera obra, parecía
una flojísima repetición de Epopeya de las mujeres, excepto por los indicios de una nueva veta en
"Europa" y algunos otros poemas cargados de alusiones políticas.293 Sus poemas póstumos fueron
publicados el mismo año de su muerte bajo el título de Songs of a Worker (Cantos de un obrero). En
general, no muestran ningún avance con respecto a sus composiciones anteriores, pero incluyen algunos
bonitos poemas sobre escultura, un tema al que postreramente había dedicado mucha atención.293
Su mejor poesía tiene las características de la música de Chopin: ensoñadora y a veces extraña, con un
melodía original, deliciosa e inagotable. Algunas piezas, tales como "Flores de palma", exhiben, además,
una notable facultad para la vistosa pintura verbal; otras, como "La hija de Herodías", poseen gran
intensidad dramática, otras fascinan por un misticismo semi-sensual, y "Chaitivel" y "Bisclavaret" son
salvajemente imaginativas. Sin embargo, todos estos dones, excepto el de la música verbal, parecieron ir
desapareciendo a medida que el poeta envejecía, y su decadencia no fue compensada por un crecimiento en
la fuerza intelectual.293
O'Shaughnessy era un genuino cantor; pero sus poemas carecen de importancia en los temas y de dignidad
en las ideas. Sus melodías resultan a menudo espléndidas; y, como en "El manantial de las lágrimas", la
riqueza de sus metáforas encubre cierta vaguedad e indecisión de la facultad creadora. Era muy afortunado
en el uso audaz de la repetición y el eco, mediante los cuales garantizaba efectos que por sus obsesionantes
melodías resultan casi inimitables.294 Ha sido menospreciado por algunos críticos, pero su memoria fue
reparada por Francis Turner Palgrave, quien dijo con cierta exageración que su talento para la métrica era el
mejor de cualquiera de los poetas posteriores a Tennyson, y que "todo lo suyo poseía una musicalidad
obsesionante".294
Edmund Gosse (1849-1928) se distinguió como poeta y como crítico, siendo las siguientes sus obras
poéticas más destacadas: Madrigales, canciones y sonetos (1870); On Viol and Flute (De la viola y la
flauta) (1873);295 El rey Erik (1876); Nuevos poemas (1879); Ferdousí en el exilio (1885); In Russet and
Silver (En bermejo y plata) (1894)296 y Poemas recopilados (1896).297
Philip Bourke Marston (1850-1887) era hijo del dramaturgo y crítico John Westland Marston, y ahijado
del poeta Philip James Bailey y de la novelista y poetisa Dinah Craik. A lo largo de su carrera, la poesía de
Marston fue haciéndose progresivamente más y más triste y melancólica. Los idilios de la vida floreciente,
tales como el precoz y muy hermoso "La rosa y el viento" fueron sucedidos por ensueños del sueño y del
reposo de la muerte. Estas clases y gradaciones de sensaciones, que reflejan los sucesivos ideales de acción
y quietud del poeta, resultan trazables298 a través de sus tres volúmenes de poesía publicados en vida:
Song-Tide and Other Poems (Marea de canciones y otros poemas) (1871), All in All (1875) y Wind Voices
(Las voces del viento) (1883), abundan en hermosas meditaciones expresadas en un lenguaje hermoso, pero
pronto se vuelven tediosos por la monotonía, no solamente de sentimientos, sino del léxico y las figuras
poéticas. El soneto era indudablemente lo más apropiado para reproducir su veta usual de sentimiento; y esa
forma de versificación u otras relacionadas llegaron a ser tan habituales en él que parecía experimentar una
dificultad a la hora de fundir sus ideas en cualquier otro molde. Sin embargo, la suprema excelencia es a la
vez tan indispensable en el soneto y tan difícil de alcanzar, que a pesar de que Marston no siempre está a la
altura de la misma, la mayor parte de su obra en esta especialidad solo puede ser clasificada como de
segunda categoría. También adolecía de ser un seguidor demasiado fiel, degenerando en la imitación, de un
maestro más grande: Rossetti.299 Dos colecciones póstumas de sus poemas fueron publicadas por Mrs.
Moulton,Nota 30 con los títulos de Secretos del jardín (1887) y Una última cosecha (1891).299
El académico y político galés Sir Lewis Morris (1833-1907) publicó en 1871 Canciones de dos mundos,
que mostraba la influencia de Tennyson y fue bien recibida, aunque más bien por el público en general que
por los círculos más críticos.300 La primera serie, publicada de forma anónima, estaba principalmente
compuesta de poemas líricos aportados desde 1865 en adelante a una pequeña sociedad literaria y artística,
«The Pen and Pencil Club» («Club de la Pluma y el Lápiz»).301 El verso sonoro y su plácido optimismo
atrajeron una gran popularidad para estas Canciones, y una segunda serie que siguió en 1874, y una tercera
publicada en 1875, resultaron igualmente atractivas.301 Con posterioridad, Morris emprendería la
composición de una serie de monólogos en verso blanco puestos en boca de los principales personajes de la
mitología griega.301 Estos poemas expresaban los prejuicios e ideales morales de su propia época. Las
composiciones estaban relacionadas entre sí por el recurso de una peregrinación al Averno. Finalmente
todos fueron recopilados bajo el título general de La epopeya de Hades301 (1876-77), una ambiciosa obra
que gozó de una extraordinaria popularidad, y que, si bien exhibe un talento innegable tanto en la
versificación como en su poder narrativo, carecía de las cualidades de los géneros superiores de poesía.300
Estaba compuesta por tres secciones denominadas "Hades", "Tártaro" y "Olimpo".301 Su lucidez
expresiva, las numerosas imágenes idílicas, los pasajes de exaltación espiritual, unidos a un carácter
fuertemente didáctico, hicieron que la obra fuera especialmente popular entre la clase media.301
Como periodista, poeta, crítico e historiador, Andrew Lang (1844-1912) pronto se ganaría una reputación
como uno de los escritores más calificados y versátiles de su tiempo. Su primera publicación fue un
volumen de experimentos métricos, Baladas y poemas líricos de la vieja Francia (1872), y éste fue seguido
a intervalos por otros volúmenes de primorosa poesía: XXII Ballades in Blue China (1880; edición
ampliada en 1888), Ballads and Verses Vain (1884), seleccionados por Mr. Austin Dobson; Rhymes à la
Mode (1884), Grass of Parnassus (1888), Ban and Arrière Ban (1894),302 etc.
Poesía dialectal
William Barnes (1801-1886) fue el poeta de Dorsetshire.303 Si bien sus estudios principales se
desarrollaron en el ámbito de la filología, ya en 1833 escribió para el County Chronicle sus primeros
poemas en el dialecto de Dorset, entre ellos dos églogas inigualables: "The 'Lotments" y "A Bit o' Sly
Coorten".303 La obra sería editada de forma independiente en 1844,304 bajo el título de Poemas de la
vida rural en dialecto de Dorset.305 En 1858 apareció una segunda serie de poemas de Dorset bajo el
título de Hwomely Rhymes, varias de cuyas composiciones ―en especial "The Vaices that be Gane"―
fueron eficazmente traducidas al francés para las Beautés de la Poésie Anglaise (Bellezas de la poesía
inglesa) de De Chatelain.Nota 31 306
Una nueva serie de Poemas de la vida rural en dialecto de Dorset
apareció en 1862, y en 1868 el autor fue persuadido de publicar una serie de Poemas de la vida rural en
inglés común, que obtuvo menos éxito que sus poemas dialectales. Estos últimos fueron recopilados en un
solo volumen en 1879.307
Los poemas de Barnes se caracterizan por una singular dulzura y ternura emotivas, una honda percepción
de la humilde vida rural y de sus personajes, y una exquisita sensibilidad para la ambientación local.304 Su
poesía es de carácter esencialmente inglés; ningún otro escritor ha mostrado un cuadro tan sencillo y sincero
de la vida familiar y del trabajo en la Inglaterra rural. Su obra está llena de humor y de limpia, entusiasta
alegría de vivir; y su rusticidad va singularmente unida a un sentido literario y un notable acabado técnico.
Barnes es ciertamente el Teócrito victoriano; y, a medida que la vida rural inglesa sucumbía lentamente ante
el avance del ferrocarril y el telégrafo, sería más y más leído por su cálido y evocador recuerdo del amor y
la piedad rústicos.307
"Escritor lírico de una genialidad en grado sumo", Barnes fue también un muy interesante vínculo entre
las formas presentes y pasadas de la vida rural ―un repertorio de costumbres, palabras y sentimientos
olvidados―. A diferencia de Burns, Béranger y otros poetas del pueblo, nunca adopta el estilo más
convencional, y abandona totalmente la ambición, el orgullo, la desesperación, la rebeldía y las grandes
pasiones. "Sus rústicos son, por regla general, gente feliz, y rara vez sienten el aguijonazo del resto del
moderno género humano ―la desproporción entre el deseo de serenidad y la facultad de obtenerlo―". Al
igual que Chaucer, Barnes está lleno de alegría de vivir. Menos sombrías y más rústicas que las de Crabbe,
sus églogas, inigualadas en inglés, no son totalmente indignas de comparación con los prototipos de
Teócrito y de Virgilio.308
En 1856, Edwin Waugh (1817-1890), poeta de Lancashire, aumentó enormemente su reputación con su
canción "Come whoam to the childer an' me".309 En seguida se hizo inmensamente popular, no solo en
Lancashire sino fuera de allí, e incluso en las colonias. La Saturday Review la llamó "uno de los más
deliciosos idilios del mundo".309
El éxito de este poema lírico influyó en gran medida en la carrera posterior de Waugh.309 Numerosas
composiciones métricas permanecían aún en manuscrito. Preparó entonces algunas de ellas para su
publicación, y aparecieron, con numerosas adiciones en el dialecto de Lancashire, en sus Poemas y
canciones (1859).309
El mayor obstáculo para la popularidad de Thomas Edward Brown (1830-1897) es el empleo del dialecto
de la isla de Man. A Brown le interesaban la naturaleza y la gente sencilla, y le gustaba expresarse honrada
e individualmente. Tiene cierto tono místico.310 La primera de sus historias en verso, Betsy Lee, apareció
en el Macmillan's Magazine en abril de 1873. Esta sería reeditada junto con otros tres poemas narrativos
maneses bajo el título de Fo'c'sle Yarns en 1881, y en 1889 apareció una segunda edición. El doctor y otros
poemas vio la luz en 1887, La bruja de Man y otros poemas en 1889, y Old John en 1893. Una edición
recopilatoria de los poemas apareció en 1900.311 Los Fo'c'sle Yarns fueron muy apreciados por expertos
como George Eliot y Robert Browning; pero el dialecto manés, al ser absolutamente lo contrario de
formidable, parece haber funcionado como un aislante, y los poemas no encontraron ni una décima parte
del reconocimiento que merecían.311 Los mencionados Fo'c'sle Yarns (Cuentos del castillo de proa), la
Epistola ad Dakyns y algunas poesías líricas cortas representan bien su abundante producción.312
En el último cuarto del siglo XIX, un grupo de poetas recogieron esa última fase del período victoriano en
poemas líricos que poseen una melancólica belleza.313 En su lírica no aparecen los problemas filosóficos
ni aquellos otros relacionados con la moral que preocupaban a la Inglaterra victoriana, y por medio de
versos breves y penetrantes encontraban imágenes para expresar sus propios estados de ánimo, sus amores
y los momentos de la experiencia que más les habían afectado. Como poeta, Oscar Wilde se encontraba
entre los menos importantes de este grupo de escritores, aunque su obra como dramaturgo y la notoriedad
unida a su nombre proporcionarían a sus poesías una considerable reputación. Lo mismo que en su teatro,
iba perfeccionándose con tanta rapidez que, si hubiese continuado escribiendo, su contribución habría
llegado a ser memorable.313
Cabe destacar las últimas obras poéticas del diplomático Robert Bulwer-Lytton: Glenaveril o las
metamorfosis (1885); En pos del Paraíso, o las leyendas del destierro y otros poemas (1887); Marah
(1892); y King Poppy (1892). Los dos volúmenes mencionados en último lugar fueron publicados
póstumamente.142 Glenaveril es un poema narrativo en seis libros, para el cual había esperado un éxito
fuera de lo común, y que, a decir verdad, muestra una gran inventiva y mucho brillo tanto reflexivo como
expresivo.314 Desgraciadamente, Glenaveril fracasó estrepitosamente. Mayor éxito acompañó a En pos
del Paraíso (1887), un pequeño volumen mayormente consistente en leyendas y parábolas métricas, muy
del espíritu de las Fábulas cantadas.314 Los poemas líricos, de una sensibilidad más personal de lo
habitual en él, publicados tras su muerte bajo el título de Marah,315 son de mérito muy variable, y en
general reproducen gran parte del estilo de Heine. King Poppy, que permaneció inédita hasta la Navidad de
1892, es, por otra parte, enteramente original, y probablemente será considerada como su mejor obra; los
fragmentos más sublimes están expresados en una poesía de primer nivel, plenos de enérgico e irónico
humor los más ligeros.315
Algunas piezas inéditas hasta entonces están incluidas en un volumen de Selecciones publicado, con una
introducción de Lady Betty Balfour, en 1894. Su estilo métrico era sencillo y copioso, pero no preciso. A
menudo da la impresión de haber sido producido con facilidad, porque el flujo de su pensamiento le llevaba
consigo, y de no haberse sometido a un pulimento prolongado o minucioso. Frecuentemente sirvió de
sugerencia para la obra de otros poetas, especialmente en sus producciones más tempranas.142 Como
poeta, posee el mérito de una extrema brillantez de la idea, la expresión y la descripción. Su defecto es que
esta brillantez no tiene tregua: sus joyas reconcentradas resplandecen sobre ningún fondo, y el ojo llega a
confundirse y a fatigarse con su esplendor.315 La parte esencial y duradera de su poesía es aquella
inspirada en su propia experiencia vital y en la observación de costumbres.315
En la etapa decisiva de su carrera literaria, Roden Noel (1834-1894) publicó Livingstone in Africa: a Poem
(Livingstone en África: poema, 1874).153 Entre sus postreros volúmenes, la falta de inspiración y de
melodía es menos perceptible en su patético A Little Child's Monument (1881).153 Se trata del libro de
poesía más célebre de Roden Noel,316 y en él se conmemora al tercer hijo de su matrimonio, Eric, quien
murió a la edad de cinco años.316 El resto de su producción poética incluye: Songs of the Heights and
Deeps (Canciones de las alturas y las profundidades, 1885);153 A Modern Faust and other Poems (Un
Fausto moderno y otros poemas, 1888);153 Poor People's Christmas: a Poem (La Navidad de los pobres:
poema, 1890);153 y My Sea, and other Poems (Mi mar y otros poemas, 1896).316 Una selección de sus
poemas, con una introducción de su amigo Mr. Robert Buchanan, fue publicada en 1892 en la serie
conocida como «The Canterbury Poets (Poetas de Canterbury)».153 La versificación de Roden Noel
resultaba desigual y en ocasiones áspera, pero él siente una genuina emoción hacia la naturaleza, y su obra
está impregnada de reflexiones filosóficas.316
La tarea literaria que se propuso Edwin Arnold fue la interpretación en versos en inglés de la vida y la
filosofía orientales. Con este objetivo, su principal obra es La luz de Asia (1879), un poema sobre la vida y
las enseñanzas de Buda, que tuvo gran popularidad pero cuyo lugar permanente en la literatura debe
permanecer siendo muy incierto.84 En verso blanco, de exuberancia oriental, en el que el color y la música
están mezclados al modo tennysoniano con efectos intensificados, Arnold presenta aquí los elementos
pintorescos y patéticos de la leyenda budista y la vida de Gautama. Las doctrinas morales eran aquellas a
las que los europeos habían estado acostumbrados toda su vida, pero el contexto era nuevo para los lectores
ingleses y americanos. El poema despertó la animosidad de muchos púlpitos, pero hubo sesenta ediciones
en Inglaterra y ochenta en América, y hubo numerosas traducciones.317 Se trata de una epopeya india,
centrada en la vida y las enseñanzas de Buda, que está expuesta con gran riqueza de colorismo local y no
poca alegría en la versificación. El poema contiene muchos versos de incuestionable belleza, y su inmediata
popularidad, lejos de disminuir por la doble crítica a la que fue sometida la obra, se vio incrementada. Por
un lado, fue criticada por los orientalistas por dar una impresión errónea de la doctrina budista; mientras
que, por otro lado, la analogía sugerida entre Sakyamuni y Jesucristo ofendió el gusto de algunos cristianos
devotos. Esta última crítica probablemente sugirió a Arnold la idea de intentar un segundo poema narrativo
cuya figura central debía ser el fundador del cristianismo, como lo había sido el fundador del budismo en el
anterior. Pero aunque La luz del mundo (1891), obra en la que esta idea tomó forma, poseía un considerable
mérito poético, carecía de la novedad temática y de ambientación que habían otorgado al poema anterior
gran parte de su atractivo; y, así, no pudo repetir el éxito alcanzado por La luz de Asia. Otros volúmenes
destacados de poesía de Arnold fueron El Cantar de los Cantares hindú (1875), Perlas de la fe (1883), El
canto celestial (1885), Con Saadi en el jardín (1888), La esposa de Putifar (1892), Adzuma o la esposa
japonesa (1893)318 ―Arnold residió, al final de su vida, durante algún tiempo en Japón, y su tercera
esposa era una dama japonesa―318 y La décima musa.84
Como poeta, Robert Bridges (1844-1930) se sitúa más bien aparte de la corriente de la moderna poesía
inglesa, pero su obra ha ejercido una gran influencia en un selecto círculo, por su contención, pureza,
precisión y por su delicadeza y pujanza expresivas; y encarna una teoría distinta de la prosodia.319 Su
poesía fue inicialmente editada de forma privada, y lentamente hizo su camino más allá de un círculo
relativamente reducido de admiradores. Lo mejor de su obra se encuentra en sus Shorter Poems (Poemas
brevísimos, 1890).319 Sus principales volúmenes son Prometeo (1883; impreso de forma privada), una
"mascarada al estilo griego"; Eros y Psique (1885), versión de Apuleyo; The Growth of Love, una serie de
sesenta y nueve sonetos impresos para circulación privada en 1876 y 1889; Poemas brevísimos (1890).319
Se es consciente de que detrás de las novelas de George Meredith late una filosofía, y esta alcanza una
expresión más completa y explícita en los poemas posteriores122 a Modern Love (1862) que en cualquiera
de sus obras en prosa. Estos poemas filosóficos, con el empleo de un lenguaje duro y limitado, por ejemplo
en Poems and Lyrics of the Joy of Earth (1883), intentan conciliar la moralidad con las enseñanzas de la
biología. Meredith mostró a las gentes de su época que la Tierra no le ofrece al hombre una manera fácil de
superar su naturaleza animal.122 En cuanto a las composiciones incluidas en el volumen Poemas y cantos
del goce de la Tierra, "Los bosques de Westermain", en particular, posee un sentido de la misteriosa
comunión del hombre con la naturaleza no igualado por ningún poeta inglés salvo Wordsworth y Shelley.
Baladas y poemas de la vida trágica (1887) e Interpretación de la Tierra (1888) dieron una prueba más de
la riqueza de pensamiento y del vigor expresivo que Meredith introdujo en la elaboración de versos. Para la
mayoría, sin duda, la poesía de Meredith resulta prohibitiva, o casi ―porque, al fin y al cabo, ha escrito
ciertos poemas, como "Martin's Puzzle", "El viejo cartista" y "Juggling Jerry", que nadie puede leer con
facilidad―.124 Sus lectores ―de su poesía incluso más que de su prosa― deben estar preparados para
conocerlo sobre una base intelectual común.124
En 1898 apareció su Odas como contribución al canto a la historia de Francia, que consiste en una oda
("Francia, diciembre de 1870") reeditada de Baladas y poemas (1871) y otras tres inéditas; un buen
ejemplo de su noble pensamiento y de su magnífico ―aunque a menudo difícil― lenguaje personal.124
Entre los poemarios de su última época también se cuentan La bolsa vacía y Jump to Glory Jane123
(ambos de 1892), Una lectura de la vida (1901) y Últimos poemas117 (de publicación póstuma).
También cabe destacar a Francis Thompson (1859-1907), cuya poesía plena de ornamentación ha sido
más atractiva para ciertos lectores. La leyenda de la pobreza y de los apuros de Thompson se ha ido
añadiendo a ese atractivo, y aunque sus defensores han sido excesivamente ambiciosos, hay que conceder
que, en The Hound of Heaven, describe una experiencia por la que han pasado todos los místicos utilizando
para ello una imaginería que parecen haber comprendido muchos lectores que nada tienen que ver con la
mística.116
En el irlandés W. B. Yeats (1865-1939) se ponen en contacto dos generaciones de poetas. El poema más
antiguo, The Wanderings of Oisin (1889), utiliza la leyenda irlandesa, mientras que más tarde, en Londres,
se tornaría decorativo a la manera prerrafaelista, aunque siempre continuaría siendo consciente de su pasado
irlandés.320 En 1889 publicó su primer volumen de poesía, The Wanderings of Oisin; su toque original y
romántico impresionó a los críticos más exigentes y dio comienzo a un renovado interés por el movimiento
«celta».321 A mediados de la década de 1890 sometió su obra poética anterior a una esmerada revisión, y
sería en las versiones revisadas de The Wanderings of Oisin y The Countess Kathleen, y en los poemas
líricos incluidos en su recopilación Poems of 1895 donde su auténtica distinción poética encontraría
adecuada expresión y sería reconocida como hito del surgimiento de una nueva escuela irlandesa.321 En
1899 publicó The Wind Among the Reeds (El viento entre los juncos), que contiene algunos de sus mejores
poemas líricos.321
Poems, Dramatic and Lyrical (Poemas dramáticos y líricos, 1893), de John Leicester Warren, Barón de
Tabley (1835-1895), incluía selecciones de obras anteriores.150 El volumen obtuvo pleno reconocimiento
público para quien había parecido completamente olvidado. Un volumen subsiguiente, publicado en 1895
como segunda serie del precedente, no pudo rivalizar con la obra seleccionada de treinta años, pero
demostró que aún podía haberse esperado mucho del autor si sus facultades físicas no hubieran comenzado
a abandonarlo.152
También otros escritores más conocidos como novelistas o como dramaturgos merecen recordarse al
estudiar la poesía victoriana. Dos, al menos, deben ser citados:322 el irlandés Oscar Wilde (1854-1900) y
el escocés Robert Louis Stevenson (1850-1894). El Movimiento Estético que ocupó las última décadas
del siglo XIX cultivaba «el arte por el arte», y separaba peligrosamente la actividad artística de la vida del
momento. El nombre más íntimamente ligado al Movimiento Estético es el de Oscar Wilde.323 Lo más
importante de su producción poética ―compuesta por seis poemarios escritos entre 1878 y el año de su
muerte― es la conmovedora Balada de la cárcel de Reading (1898),324 poema de profundo patetismo,
cuyo argumento es la compunción de un condenado a muerte.322 Wilde escribió The Ballad of Reading
Gaol después de haber cumplido una sentencia salvaje de dos años de trabajos forzados por delitos de
homosexualidad (práctica que había sido recientemente declarada ilegal para los hombres). En el poema,
desprendido ya de las simplezas vanas del esteticismo, escribe con fuerza sobre la comunidad carcelaria,
justo antes de que se vaya a producir el ajusticiamiento de uno de sus miembros. Al poema no le falta
ornamentación, ni cierto sentimentalismo que Wilde pone en boca, por ejemplo, del hombre que ha sido
sentenciado. Sin embargo, el efecto global es salvaje. Sentimos el terrible hastío, la frustración, la
desesperanza de esos hombres para quienes «cada día es un año / un año de largos días».325 Una
selección de sus primeros poemas, marcados por extrañas afectaciones, pero dotados de un acabado clásico
y una ocasional fortuna en los detalles,326 había sido editada en 1881 como Poemas de Oscar Wilde.326
La versión no expurgada de De profundis, en su forma original de carta a Lord Alfred Douglas (1897), es
un documento conmovedor.324 En cuanto a Stevenson, destacan sus poemas amorosos o de otro carácter
publicados tras su muerte y algunos de los mejores versos para niños:327 El jardín de versos para niños
(1885), que muestra su extraordinaria percepción de la psicología de vida infantil;328 Underwoods (1887)
y la edición completa de sus Poemas y baladas, publicada póstumamente en 1913.
Poesía decadentista
Mucho más efectista que Oscar Wilde fue Ernest Dowson (1867-1900), el poeta bohemio y vagabundo de
la década que de alguna manera subsistiría gracias a las traducciones. Es más conocido por su poema lírico
Cynara, que parece añadir un nuevo ritmo a la poesía inglesa.313 En su poesía introdujo la brevedad y las
lúcidas cualidades del verso latino.329
Con una serenidad más clásica, Lionel Johnson (1867-1902) construyó una poesía lírica tranquila y
ordenada, provista de una belleza serena y reservada. Lo mismo que Dowson, llevaría la vida bohemia de
los poetas de los años noventa.329 En sus poemas encontramos un orden que está muy lejos de su
desordenada existencia.329
Narrativa
Contexto
Las raíces morales y religiosas del espíritu victoriano se remontan al siglo XVIII, a los Wesleys y al renacer
de las ideas evangélicas. A comienzos del siglo XIX la gente ya empezaba a rechazar a escritores como
Fielding o Swift por no tener pelos en la lengua.330 A mediados de los años cuarenta ya estaba seriamente
limitado lo que un novelista podía decir sin perder el favor del público familiar. Para muchos este público
familiar ―que se reunía para leer las novelas en voz alta, en una especie de liturgia entretenida― resultaba
básico; en él radicaba su medio de subsistencia. Como los límites eran tan estrictos, había muchos temas,
como la inmoralidad sexual, los desvíos sexuales, la prostitución, etc., que se evitaban o que, en todo caso,
aparecían rodeados de un tono absolutamente falso, como si el autor caminara siempre sobre arenas
movedizas. Por otra parte, esta costumbre de leer en voz alta, unida al método de publicación semanal o
mensual que utilizaban muchos escritores, estrechó el contacto entre novelista y lector, lo cual anima y
refuerza muchos aspectos de la ficción victoriana, sobre todo el humor y la conciencia social. La fuerza de
esta relación hace que las prohibiciones impuestas resulten comparativamente triviales en escritores como
Dickens.330
El reinado de la reina Victoria fue la Edad de Oro de la novela inglesa. Fueron varios los escritores
cualificados para pretender la supremacía artística a base de méritos muy diferentes.331 En los primeros
años del reinado las novelas reflejan la confianza de la gente normal y corriente, más que las dudas y el
abatimiento de los intelectuales. Nadie como Charles Dickens, el primer novelista de la época victoriana y
su favorito, ha retratado en sus obras el paso que se vivió en la época: del exuberante optimismo al asco y la
desesperación.332 El sentido social, las esencias culturales producidas por el choque con esa realidad que
llamamos vida, y los frutos del esfuerzo que los ingleses del siglo XIX hicieron para ser lo que tenían que
ser, sí aparecen claramente en las obras escritas por los novelistas de la época. Pero como ninguna
transformación de la vida deja de ir acompañada por el sufrimiento, tampoco se libró de él esta etapa, y la
dirección de las energías y propósitos de los victorianos, por muy constructivos que fueran sobre todo en su
aspecto externo, fomentó la agresividad y el afán de dominio, y supeditó el trabajo humano a fines no
siempre honrosos. Charles Dickens fue el novelista que acusó con singular eficacia crítica las grietas y
defectos del edificio aparentemente compacto de la sociedad victoriana.1
La variedad y el vigor excepcional de la novela inglesa de mediados del siglo XIX se debió al interés con
que los escritores se aplicaron a dar forma artística a los modos de vida, distintos y cambiantes, de la
sociedad en que vivían. Quizá sus obras no parezcan bien acabadas, debido a la costumbre generalizada de
publicarlas por entregas; pero su espontaneidad creadora y su alcance son comparables a la explosión
dramática del período isabelino. Por primera vez en la historia, la novela se convierte en el género literario
dominante en Inglaterra, y el hecho de que fuera el vehículo más adecuado para el estudio psicológico y
sociológico de las realidades humanas atrajo a muchos de los grandes creadores de la época.333
Así pues, la época victoriana fue, sobre todo, la del auge y expansión de la novelística inglesa. Su mayor
representante, y uno de los autores más célebres de la literatura universal, fue Charles Dickens, a cuyo
nombre hay que sumar los de otros autores no menos destacados como William Thackeray, Anthony
Trollope o George Eliot. Un brote original y diferenciado, más afín al temperamento romántico, surgió en
las novelas de las hermanas Brontë. La novela social estuvo representada por Elizabeth Gaskell y Charles
Kingsley, y la narrativa histórica por las obras del barón Edward Bulwer-Lytton, mientras que los novelistas
más relevantes de los que intentaron prescindir de incidentes sensacionalistas, falsas emociones y
convenciones melodramáticas para captar los tonos vitales que experimenta la gente normal en su vida más
cotidiana fueron George Eliot y Anthony Trollope.334
Dickens y Thackeray fueron amigos personales, si prescindimos de una desgraciada incomprensión; los dos
eran humoristas, sentimentales, reformadores y de la misma clase social: la clase media. Pero el humorismo
de Thackeray se inclinaba a los juegos de ingenio, y el de Dickens a la farsa; el sentimentalismo de
Thackeray estaba refrenado por su "cinismo", mientras que el de Dickens rebosaba; Thackeray usaba la
ironía contra las cosas malas, pero Dickens enronquecía de gritarles; Thackeray puso en sus libros a gentes
que conoció, pero Dickens descubrió al cockney.335
La Inglaterra del siglo XIX fue prolífica en mujeres novelistas, algunas de las cuales hicieron aportaciones
de importancia cardinal para el arte.336 Las hermanas Brontë con su interpretación de las pasiones, y
George Eliot con su penetración psicológica, trajeron al arte dos factores nuevos que han seguido
predominando.336
En la época también escribían figuras como Benjamin Disraeli, Frances Trollope, Harrison Ainsworth, Mrs.
Oliphant, Wilkie Collins y muchos otros. Sus obras fueron publicadas y traducidas en toda Europa y en
América y basta echar una ojeada a los periódicos europeos para ver con qué tristeza recogieron la muerte
de Dickens y para comprobar, por tanto, el lugar tan especial que ocupaban los novelistas ingleses entre los
lectores extranjeros y en la tradición que iba retoñando en Francia, Italia, España y sobre todo en Rusia.337
Fuera de ciertas circunstancias biográficas, lo único indiscutible que se puede decir de Charles Dickens
(1812-1870) es que era un hombre de genio.338 Destacado ejemplo de novelista victoriano, Dickens no
solo cultivó lo sentimental, sino lo humorístico, lo grotesco, lo sobrenatural y lo trágico.338
Extraordinariamente popular en su día (todas sus obras gozaron de una notable difusión) gracias a unos
personajes que cobraron vida propia más allá
de las páginas de sus libros, al frescor y la
cordialidad de su estilo, a la fuerza de sus
descripciones y a su incomparable poder para
crear personajes, situaciones y ambientes,
Dickens sigue siendo uno de los autores más
populares y leídos de todos los tiempos. Legó
al mundo una galería de personajes, que, sin
dejar de ser un tanto caricaturales, son
imperecederos también.338 Como escritor,
trabajó diligente y prolíficamente para producir
el tipo de literatura entretenida que el público
de la época demandaba, pero también para
ofrecer un análisis de los retos sociales de su
tiempo, ocupándose en muchas de sus novelas
de la difícil situación de los pobres y
oprimidos. Byron, Scott y Wordsworth habían
descubierto la belleza del mar y de las
montañas; Dickens descubrió la emoción de
los barrios humildes.338 El arte de Dickens no
consistía en retratar la vida como después
hicieron con gran acierto Thackeray y
Trollope, sino ―como la vida misma, que
nunca imita― en crear de nuevo.339 Retrato de Charles Dickens (1859), obra del pintor inglés
William Powell Frith.
El arte de Dickens, el observador, el vigoroso
poeta de la vida urbana del XIX, se basa en la
habilidad con que el autor percibía lo extremo, lo grotesco, lo anormal.340 Atrapaba acertadamente el
espíritu esencial de la gente, de los lugares, de los ambientes; los elevaba y obligaba al lector a reconocer la
infinita variedad y la riqueza de lo que veía. Por esta capacidad Dickens atrae a veces el desprecio de
quienes piensan que solo sabe crear personajes planos, caricaturas.340 Lo mismo que el resto de los
grandes artistas, Dickens contemplaba el mundo como si se tratase de una experiencia enteramente nueva
vista por vez primera, y poseía una extraordinaria versatilidad en el lenguaje, dominando desde la creación
cómica hasta la gran elocuencia. Creó personajes y situaciones tan diversos como nunca había conseguido
nadie desde Shakespeare e influyó de manera muy profunda en su público hasta el punto de que la
concepción del mundo que encontramos en sus novelas ha pasado a formar parte de la tradición
inglesa.341 Junto a esto Dickens ofrece una aguda sensibilidad lingüística, para las implicaciones que
subyacen a lo dicho, y por eso los diálogos resultan absolutamente reveladores.340 No creó escuela, no
tuvo sucesores. Resulta imposible ser como Dickens, igual que uno no puede copiar a Shakespeare.340
Dickens marcó un antes y un después en la literatura inglesa: la posterior a su muerte (1870) es
notablemente diferente de la producida en los inicios de la época victoriana.
Frederick Marryat (1792-1848), marino y novelista inglés, fue contemporáneo y amigo de Charles
Dickens, y destacó por ser uno de los primeros autores de novelas de ambiente marinero. Sirvió en la Royal
Navy durante un cuarto de siglo (1806-30), y cuando comenzó a escribir novelas volcó en su obra su
madura experiencia y su irreprochable vivacidad.342 Asentándose en su nueva profesión literaria, produjo
con asombrosa rapidez343 una trepidante sucesión de historias,342 hasta alcanzar su más alta cota de
habilidad constructiva en El perro diabólico (1837).342 Marryat poseía un don admirable para la narrativa
lúcida y directa, y un fondo inagotable de episodios, y de humor, en ocasiones rayano en la farsa.342 Creó
muchos personajes que adquirieron categoría entre las figuras características de la ficción inglesa.342 Entre
sus restantes obras están El buque fantasma (1839);342 Poor Jack (1840); Joseph Rushbrook (1841);
Percival Keene (1842); The Privateer's Man (El corsario, 1844); y Valerie (1849), inconclusa. Sus novelas
constituyen un importante vínculo entre Smollett y Fielding, y Charles Dickens.344
Como escritor, Marryat ha sido juzgado de forma diversa, pero su lugar como narrador está asegurado.
Extrajo de su experiencia profesional y de sus conocimientos el material para sus historias.345 Marryat es
el príncipe de los narradores del mar; su conocimiento del mar, su vigorosa definición de personajes y su
humor campechano y honesto, si bien algo grueso, nunca dejan de complacer.346
Tras retirarse en 1827, el capitán de la Marina Frederick Chamier (1796-1870) se consagró a la profesión
literaria.347 Escribió varias novelas de temática náutica en la línea popularizada por Marryat,348 que
tuvieron en su momento una popularidad considerable, aunque actualmente casi han caído en el olvido.347
Entre ellas cabe mencionar El «Aretusa» (1837), Jack Adams (1838), Tom Bowling (1841) y Jack
Malcolm's Log (1846).348
Las aventuras del médico y novelista irlandés Charles James Lever (1806-1872) en el Trinity College de
Dublín (1823-28) forman la base de la enorme reserva de anécdotas de la que se derivan las mejores
cosechas de sus novelas. El inimitable Frank Webber en Charles O'Malley era Robert Boyle, un amigo
irlandés de la universidad, posteriormente párroco.349 Lever viajó a Canadá como cirujano no titulado en
un barco de emigrantes, y se basó en algunas de sus experiencias para Con Cregan, Arthur O'Leary y
Roland Cashel.349 En febrero de 1837, tras diversas experiencias, comenzó a publicar Las confesiones de
Harry Lorrequer en las páginas del recientemente fundado Dublin University Magazine349 (publicación
de la que posteriormente sería editor entre 1842 y 1845). Harry Lorrequer era meramente una sucesión de
historias irlandesas y de otro tipo, buenas, malas y regulares, pero en su mayoría emocionantes.349 Fue su
primer y quizás su mayor éxito literario,350 y la inmediata y gran aceptación que recibió decidieron a su
autor a dedicarse a la literatura.351 Lever nunca había tomado parte en una batalla, pero sus tres libros
siguientes, Charles O'Malley,352 que también apareció por vez primera en el Dublin Magazine en
1840;350 Jack Hinton the Guardsman (1842) y Nuestro Tom Burke (1843), escritos bajo el estímulo de la
extravagancia crónica propia del escritor, contienen algunas páginas militares espléndidas y algunos de los
pasajes bélicos más vigorosos que se recuerdan.352 Tom Burke resulta especialmente valiosa por su
representación del entusiasmo suscitado por Napoleón I, y de la vida de los irlandeses exiliados en
París.353 Estas obras carecen de arte y casi de forma; la influencia de MaxwellNota 32 es claramente
perceptible en ellas.350 Pero las primeras novelas de Lever muestran sus mejores cualidades en su máxima
expresión: su espíritu animal y su alegría jovial, su copioso y eficaz anecdotario, su poder de delineación
vigorosa, aunque de ningún modo sutil, de los personajes dentro del alcance de su propia experiencia.350
En las páginas de Charles O'Malley, su libro más popular,351 y de Tom Burke, una de sus novelas más
características,350 Lever anticipa no pocos de los mejores ecos de Marbot, Thiébault, Lejeune, Griois,
Séruzier, Burgoyne y otros similares.Nota 33 Se ha dicho que su narración de la batalla del Duero no tiene
nada que envidiar a la de Napier.352 Durante esos años apenas pasaba uno sin una contribución a la lista
de sus joviales, frescas y divertidas historias.351 No obstante, a causa de que su estilo era demasiado fácil
de parodiar, la fama de Charles Lever sufrió un eclipse pasajero.354
Tras publicar Arthur O'Leary: sus andanzas y meditaciones en numerosos países (1844), Lever consideró
que su "savia original" estaba agotada y decidió renovarla en el Continente.352 Su siguiente obra
importante, The O'Donoghue (1845), una novela ambientada en Killarney, debe su origen a unas
vacaciones pasadas en dicha región; en la siguiente, El caballero de Gwynne (1847), uno de sus mejores
libros, recurrió a la historia y se sirvió de
los recuerdos contemporáneos de la
Unión.355 En Las confesiones de Con
Cregan (1849), Roland Cashel (1850) y
Maurice Tiernay (1855) aún encontramos
vestigios de su antiguo estilo; pero estaba
empezando a perder su originaria alegría
compositiva.352 La materia de Roland
Cashel fue extraída en parte de sus
vivencias en el continente,356 y la novela
ilustra de manera especial la transición de
su estilo inicial al postrero.356 Al igual
que sus personajes de The Daltons (1852)
o The Dodd Family Abroad (1853-54), Pintura datada en torno a 1835 que representa la batalla de
viajó por todo el continente, de Karlsruhe Ponte Ferreira (22-23 de julio de 1832), obra de A. E. Hoffman,
a Como, de Como a Florencia, de un oficial extranjero que luchó en la guerra civil portuguesa en
Florencia a las termas de Lucca y así el bando de Pedro, duque de Bragança.
sucesivamente.352 La familia Dodd en el
extranjero es un cuadro de la vida inglesa
en el continente en el que el autor aparece más a la luz de un humorista reflexivo que antes.356 En
Florencia escribió The Martins of Cro' Martin (1856), un excelente cuadro de la vida en el oeste de
Irlanda.356 Se puede decir que estas obras marcan la culminación de Lever como novelista.356
Continuaría escribiendo novelas hasta el final de su vida.351 Desde 1857 residió consecutivamente en La
Spezia y Trieste. Sus principales creaciones literarias durante su estancia allí fueron: The Fortunes of
Glencore (Las andanzas de Glencore, 1857); Davenport Dunn (1859); One of them (Uno de ellos, 1861);
Barrington (1862); Tony Butler (1865); A Campaigner at Home (1865); Luttrell of Arran (1865); Sir
Brooke Fosbrooke (1866), su favorita entre sus novelas, si bien no muy popular;356 Los Bramleigh de
Bishop's Folly (1868) y Lord Kilgobbin (1872).351
Lever era un narrador nato.352 Con escaso respeto por la unidad de acción o por la estructura novelística
convencional, sus libros más brillantes, como Harry Lorrequer, Charles O'Malley y Tom Burke, son en
realidad poco más que un recital de escenas de la vida de un "héroe" en particular, sin interconexión alguna
mediante una trama continuada.352 Con todo, sus descuidados esbozos contienen creaciones tan
evocadoras como Frank Webber, el mayor Monsoon y Micky Free, «el Sam Weller de Irlanda». Falstaff es
único en la literatura universal; pero si alguna vez llegó a haber otro Falstaff después de aquel, ese fue
Monsoon.352 Los críticos podrán elogiar a voluntad las reflexivas y esmeradas novelas posteriores de
Lever, pero Charles O'Malley siempre será el arquetipo de la novela militar.352
Sus escritos más tempranos y populares difícilmente pueden calificarse como literatura, aunque su vigor y
su alegría, y las excelentes anécdotas y enérgicas canciones intercaladas en ellos, los harán siempre
atractivos. Está casi desprovisto de inventiva o imaginación, sus personajes son generalmente trasuntos de
la vida, y sus historias incidentales narradas de segunda mano. En un período posterior de su carrera,
atendería en cierta medida las demandas del arte y manifestaría una mayor pericia como escritor, con menor
perjuicio a su naturaleza de humorista, de lo que cabría esperar. El punto de inflexión lo marca Roland
Cashel, pero en Glencore ensayó de manera deliberada por primera vez el análisis de caracteres.353
La carencia de habilidad artística de Lever y de comprensión de los rasgos más profundos del carácter
irlandés han obstaculizado su reputación entre los críticos.352 Lever ha hecho mucho para perpetuar los
errores comunes con respecto al carácter irlandés; no se trata de que los tipos que describe sean irreales,
pero están lejos de ser universales o siquiera generalizados.353 Sus joviales pinturas de la sociedad
irlandesa, despreocupada y aficionada a beber, no pueden quedar en el limbo, aunque muchas veces el
lector no vaya más allá de Las confesiones de Harry Lorrequer.354
El escocés James Grant (1822-1887) llegó a ser un hábil delineante, pero otros gustos ―literarios―
afloraron por sí mismos, y entonces se dedicó a escribir novelas, convirtiéndose rápidamente en un escritor
sumamente prolífico.357 Escribió más de 50 novelas en un estilo enérgico y vivaz;215 sus historias, plenas
de vivacidad y sucesos,358 se ocupan principalmente de escenas y personajes militares.358 Su primera y
en ciertos aspectos mejor novela, The Romance of War, apareció en 1845. Debía su origen a las numerosas
anécdotas de la guerra hispano-francesa, que le habían sido relatadas por su padre, y describía las aventuras
de los Gordon Highlanders en la Península. La vívida descripción de batallas le reportaría rápidamente a la
novela unas enormes ventas.357 Pronto llegaría una secuela titulada Los Highlanders en Bélgica. Después
vendría Las aventuras de un ayudante de campo, cuya popularidad igualó a la de su primera novela. La
fragata amarilla, Bothwell, Jane Seton y muchas más tuvieron éxito, y a partir de ese momento hasta su
muerte nunca pasaría un año sin que fueran publicadas una, a menudo dos, e incluso tres novelas.359
Otros títulos destacados: Frank Hilton; or, The Queen's Own (Frank Hilton, o propiedad de la Reina,
1855); The Phantom Regiment (El regimiento fantasma) y Harry Ogilvie (1856); Lucy Arden (1858); The
White Cockade (La escarapela blanca, 1867); Only an Ensign (Solamente un alférez, 1871); Shall I Win
Her? (1874).358 Sus últimas obras de ficción fueron Love's Labour Won (Trabajos de amor ganados,
1888), que relata episodios de bandolerismo en Birmania; y Playing with Fire (Jugando con fuego, 1887),
una historia de la guerra de Sudán. En total escribió unas cincuenta y seis novelas. Una rápida sucesión de
episodios, un estilo muy vivaz, y unos diálogos que raramente decaen caracterizan todas ellas. Las que
tratan la historia de Escocia incorporan una labor de investigación considerable, son de un estilo vigoroso y
pintoresco, y expresan mucha simpatía hacia el temerario arrojo, la lealtad y la hombría de los héroes
escoceses y fronterizos.360
Novela histórica
Son innumerables los seguidores que tuvo Walter Scott por la novela histórica, y entre ellos se incluyen
Bulwer-Lytton, Dickens, Thackeray, Reade y George Eliot.361
Novela realista
La novela victoriana de carácter realista deriva de Richardson, Fielding y Jane Austen, sobre todo de los
dos últimos, y en su primera etapa está representada por Thackeray y Trollope, novelistas tan notables, que
en ciertos aspectos se pueden alinear con Dickens.362
A finales de los cuarenta aparecieron nuevos autores que no se parecían en nada a Dickens, pero que
también merecen lugares destacados: Thackeray, las Brontë y Mrs. Gaskell. De todos ellos Thackeray es
quien más unido suele ir a Dickens y a finales de siglo el público más educado solía aclamarle como gran
maestro. Sin embargo, esta idea se ha desvanecido.363 En general este autor ha pasado a la historia como
creador de Vanity Fair (La feria de las vanidades) y poco más, lo cual puede que sea razonablemente
justo.363
Su producción novelística se divide en dos etapas condicionadas, hasta cierto punto, por el predominio de
las experiencias vividas, vertebradas por la inspiración, la primera, y por la observación metódica, la
profundización del carácter de los personajes y el análisis filosófico de la vida, la segunda.373 Las obras
del primer ciclo son cuatro, y vienen a ilustrar su positivismo en un aspecto psicológico y profundamente
ético, en un marco campestre o de pequeñas comunidades rurales.373
No fue sino hasta que frisaba ya los cuarenta cuando la escritora parece haber descubierto la verdadera
naturaleza de su genio; porque no fue hasta 1857 cuando Los infortunios del reverendo Amos Barton
apareció en el Blackwood's Magazine, anunciando el surgimiento de un nuevo escritor de singular
energía.374 Esta novela corta supuso el primer trabajo literario de Evans. La misma revista publicó también
las otras dos novelitas que, junto con Amos Barton (sin duda, la mejor del conjunto), componían las
Escenas de la vida clerical (1857-58), que alcanzaron un éxito inmediato. En ciertos aspectos, las Escenas
de la vida clerical nunca fueron superadas por la autora. Su poderío no forzado, su patetismo y la
comprensiva apreciación de la vida a la antigua usanza por parte de un gran intelecto les otorgan un
encanto singular.375 Este fue el inicio de un ciclo de cuatro años (1858-61) en el que la escritora compuso
cuatro de sus mejores obras. Tras ese primer éxito, George Eliot comenzó a trabajar en su primera obra
extensa, Adam Bede (1859), novela de ambiente rural en la que la escritora pone de relieve toda su
capacidad creadora. Es una novela de seducción, crimen y remordimiento, cuyas consecuencias sufren
tanto los culpables como los inocentes.376 Adam Bede, a juicio de muchos la obra maestra de George
Eliot,377 fue recibida con un aplauso unánime,375 y situó de inmediato a su autora en primera fila de la
literatura contemporánea.375
La plenitud creativa de Eliot continuó en la novela rural Silas Marner (1860-61), que señaló el final de su
primer período literario,375 y que supone quizás el más artísticamente elaborado de sus libros,374 y, sin
duda, la mejor y más equilibrada obra de este primer período, que revela la culminación de las posibilidades
creadoras de la novelista.378 Silas Marner muestra un retorno a su estilo primigenio ―el estilo de las
Escenas de la vida clerical―.377 Aunque en el espacio y el tiempo su argumento esté situado en una
pequeña comunidad rural y a principios del siglo XIX, la obra recoge, dentro de las posibilidades artísticas
del género, las direcciones más importantes de la problemática de la época.378
En general, en sus novelas hay mucho pensamiento y honda crítica de la vida, a veces incluso directa. Su
peculiar facultad de novelista consiste en el profundo substrato de pensamiento moderno y psicología
teórica que posee, y el íntimo conocimiento de una gran variedad de aspectos de la naturaleza humana.373
También hay algo de shakespeariano en su objetividad. La autora revela más parcialidad en Silas Marner
que en Adam Bede, quizás porque el primero de estos libros es una exposición más directa de su credo
positivista.379 Es característico de ella que sus retratos de personajes masculinos y femeninos no presenten
ninguna inclinación sexual:379 sus personajes no ofrecían ninguna pista para conjeturar su sexo. La
veracidad de esos personajes está garantizada con frecuencia por el lugar que tuvieron en su vida.379
Rasgo específicamente femenino de su obra son los tipos de mujeres con una misión que cumplir; tal es la
dulce Dinah Morris de Adam Bede, cuya vocación para ayudar a los pobres enfermos y predicar en sentido
metodista tuvo realidad histórica.380 Su visión general de la vida es pesimista, aliviada por una capacidad
para extraer los elementos jocosos de la estupidez y el mal proceder humanos. También hay, sin embargo,
mucha seriedad en su tratamiento de las fases de la vida, y pocos escritores han mostrado con mayor poder
el endurecimiento y los efectos degradantes que conlleva la insistencia en malas conductas, o las inevitables
e irreparables consecuencias de una mala acción.374 Es indiscutible que con su fuerza intelectual, su
capacidad creadora de caracteres y de plasmación artística de la realidad en sus distintas manifestaciones,
George Eliot contribuyó a proporcionar a la novela inglesa madurez de contenidos y una dinámica
ideológica de alta calidad, que repercutió en novelistas364 posteriores. De todos los autores ingleses del
XIX sería ella, sin duda, la que más se aproximaría a la literatura de Balzac. Leyendo la obra de George
Eliot, se es consciente del deseo de la autora por aumentar las posibilidades de la novela como forma de
expresión: le gustaba incluir temas nuevos y penetrar en el personaje con una mayor profundidad.381
La fama que la escocesa Margaret Oliphant (1828-1897) se ganó con sus primeras obras (véase el
artículo sobre «Novela realista en lengua inglesa») se vería muy incrementada por el éxito de su serie de
cuatro novelas, titulada Las crónicas de Carlingford, tres de las cuales fueron publicadas de forma anónima
en el Blackwood's Magazine382 (1862-65). La primera fue La capilla de Salem (en 2 volúmenes); y fue
seguida por El rector y la familia del doctor (1863), El coadjutor vitalicio (1864) y Miss Marjoribanks
(1866). La última de la serie fue publicada en 1876, y se titulaba Phoebe Junior: última crónica de
Carlingford. Con frecuencia fueron tomadas como obras de George Eliot, y aunque los críticos más
perspicaces nunca cayeron en este error, la semejanza superficial es muy marcada. Los personajes hablan y
se comportan muy a la manera de George Eliot, y con no menos consistencia y fidelidad hacia la
naturaleza, pero la mentalidad que hay tras ellos es de un calibre intelectual manifiestamente menor.382
Al separarse de su esposo, Eliza Lynn Linton (1822-1898) retomó su actividad literaria, que había tenido
aparcada durante varios años, adoptando un estilo totalmente diferente al de sus primeras obras. Tras
haberse mostrado anteriormente romántica e imaginativa, ahora demostraba que la experiencia del mundo
había hecho de ella una escritora muy lúcida y práctica, excelente en sus construcciones, vigorosa en su
estilo, completamente capacitada para satisfacer las demandas del lector de novelas medio, pero despojada
del resplandeciente entusiasmo que había empapado sus obras anteriores. Hubo, no obstante, dos notables
excepciones a las manifestaciones generalmente mecánicas de su talento. Joshua Davidson, que fue
publicada en 1872 y alcanzaría seis ediciones en dos años, es una osada pero en modo alguno irreverente
adaptación del relato de los evangelios a las circunstancias de la vida moderna, situando la antítesis entre el
sentimiento humano y "la supervivencia del más apto" bajo un foco que llamaba la atención y con una
fuerza que movía irresistiblemente a la reflexión. Su otro libro notable, la Autobiografía de Christopher
Kirkland (1885),383 es en gran medida su propia autobiografía, curiosamente invertida por su asunción de
un personaje masculino, y, aparte del interés de la narración misma, esta extraña metamorfosis, una vez
percibida, es una fuente de entretenimiento continuo.383
La carrera del irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (1814-1873) como narrador se circunscribe casi por
completo a la época de su retiro384 (desde 1858, fecha en la que enviudó). Le Fanu destacó en la narrativa
gótica y de terror y suspense, y está considerado el padre del cuento de fantasmas victoriano y uno de los
mejores autores de la narrativa fantástica del siglo XIX.385 Escribió algunas inteligentes novelas, de un
nivel sensacional, en las que da rienda suelta a su vigorosa imaginación y a su pasión irlandesa por lo
sobrenatural.386 Compaginó sus actividades periodísticas con la literatura.385 En el Dublin University
Magazine publicó, entre 1838 y 1840, sus doce primeros relatos, entre ellos su primer cuento de fantasmas,
El fantasma y el ensalmador (1838).Nota 36 Su especialidad era el efectismo para sorprender y sobresaltar
al lector y su capacidad para dejar en el aire los detalles más importantes de la historia, buscando así
conservar el halo de lo inexplicable y misterioso.[cita requerida] Trató de evitar que lo sobrenatural fuera
demasiado evidente en sus relatos, prefiriendo que apareciera en la mayoría de los casos como algo sutil e
implícito, e incluso racionalmente explicable (así sucede, por ejemplo, en su novela corta Té verde).
[cita requerida] Para sus relatos casi siempre se inspiró en el folclore irlandés.[cita requerida] Entre sus
primeras obras cabe destacar la novela corta de ambientación típicamente gótica Spalatro (1843), que Le
Fanu publicó como anónima y cuya autoría solo sería tardíamente reconocida a finales del siglo pasado.
Fue autor, además, de numerosos relatos publicados en revistas y de otras novelas como Wylder's Hand
(1864), Guy Deverell (1865), The Wyvern Mystery (1869), The Rose and the Key (1871) y Willing to Die
(1873),385 su última obra. Pero, sobre todas ellas, sus grandes obras fueron: Tío Silas (1864), novela de
misterio y horror macabro, y En un vidrio misterioso (1872), un volumen que incluía los que pasan por ser
sus mejores relatos de terror: Té verde, La habitación del dragón volador y la novela corta Carmilla,
precursora del género de historias de vampiros, que influiría notablemente en el Drácula de Bram Stoker.
[cita requerida] Tío Silas, en muchos aspectos su obra más poderosa y original, confirmó su reputación en
1864, y entre esa fecha y la de su muerte, nueve años más tarde, publicaría doce volúmenes más de
ficción.384 Aparte de Carmilla, las obras de Le Fanu influyeron notablemente en autores posteriores,
como M. R. James,[cita requerida] y, por lo general, todas ellas se distinguen por su hábil construcción, una
trama ingeniosa, y por su poderío en la presentación de lo misterioso y sobrenatural.387 La obra de Le
Fanu ―refinada, ya despojada de los trucos fáciles y ruidosos de la degradada ficción gótica de las
primeras décadas del XIX― marca la transición de la corriente clásica de los Radcliffe y Maturin a la
llamada novela sensacionalista de la era victoriana: aunque muchos de sus argumentos recuperan el manido
tema de la doncella atrapada en las garras de un pérfido villano, se trasladan ahora a los ambientes
contemporáneos, provocando un curioso contraste entre lo arcaizante de las tramas y la modernidad de los
escenarios. Precisamente, esa tensión entre el pasado terrorífico y el presente cotidiano será una de las
claves para entender gran parte del género fantástico posterior.385
Entre los modernos novelistas irlandeses iguala a Lever en popularidad, y, si es inferior a éste en vigor
narrativo, le supera en poder imaginativo. Lo sobrenatural poseía un poderoso encanto para él,
probablemente intensificado por la melancolía de su vida postrera, y este rasgo proporciona a sus novelas
un efecto que recuerda algunas características de Hawthorne. En la ingeniosidad de sus tramas rivaliza con
Wilkie Collins.384
Catherine Crowe (¿1800?-1876), novelista y escritora sobre temas sobrenaturales,388 publicó su obra
The Night-side of Nature; or, Ghosts and Ghost-seers (El lado nocturno de la naturaleza; o Fantasmas y
sus testigos) en 1848. Se trata de una de las mejores colecciones de relatos sobrenaturales388 en lengua
inglesa, y la energía de las creencias de la propia autora aporta animación a su narrativa. Desde cualquier
otro punto de vista posee escaso valor, resultando excesivamente crédula y acrítica.388 Crowe será
probablemente recordada por su Night Side of Nature, pero sus novelas en absoluto carecen de mérito.388
Resulta notable que la inventiva de Elizabeth Gaskell (1810-1865) se mostrara muy atraída por todo lo
relativo a lo sobrenatural, a través de cuyos límites se aventuró en más de uno de sus escritos menores
―por ejemplo, My Lady Ludlow (1858), The Poor Clare (La clarisa pobre, 1856) o The Old Nurse's Story
(Historia de la vieja niñera, 1852)―.389 Otros títulos de Gaskell en este género: Disappearances
(Desapariciones, 1851); The Squire's Story (La historia del caballero, 1853); The Doom of the Griffiths (La
maldición de los Griffiths, 1858); Lois the Witch (La bruja Lois) y The Crooked Branch (La rama torcida)
(ambos de 1859); y The Grey Woman (La mujer gris, 1861).
En el período que va desde 1830 a 1850, el problema político y social inglés cobra grandes proporciones.
En estas circunstancias aparece la novela interesada por la condición social de la Inglaterra de este período.
Surge como transformación y ampliación de la novela histórica, y es histórica hasta cierto punto, ya que
responde a motivaciones político-sociales.390
Catherine Crowe escribió en 1841 su obra de ficción más exitosa,388 Adventures of Susan Hopley; or,
Circumstantial Evidence. Sus novelas son una mezcla curiosa y nada desagradable de imaginación y
hechos reales. La ingeniosidad de las tramas y la naturaleza romántica de los sucesos contrastan
vigorosamente con el carácter prosaico de los personajes y la desapasionada sencillez del lenguaje.388
La acometida más fuerte contra el nuevo industrialismo y la denuncia del empobrecimiento por él
ocasionado no vinieron, como pudiera suponerse, del lado revolucionario, sino del conservador. Y el eficaz
crítico de esa situación fue Benjamin Disraeli (1804-1881),391 cuya reputación como personaje político
esencial (llegó a ser Primer Ministro del Reino Unido en 1868 y entre 1874 y 1880) oscureció en cierta
medida su faceta literaria. Brillo, inteligencia y temas políticos mantienen vivas sus novelas.354
Tras siete años (1837-44) dedicado de lleno a la labor parlamentaria, Disraeli comenzó su período literario
más fructífero. Lo más importante de su producción literaria lo constituyen las novelas de su famosa trilogía
de la «Young England» («Joven Inglaterra»), exposición clara de su idealismo político: Coningsby, o la
nueva generación (1844), ambientada en los acontecimientos políticos ocurridos entre la promulgación de
la Ley de Reforma de la Representación Parlamentaria (1832) y la caída del Primer Ministro Lord
Melbourne (1841); Sybil, o las dos naciones (1845), novela de ambientación realista y tono romántico
centrada en denunciar la miseria y las degradantes condiciones en que vivían los desheredados de la
Inglaterra victoriana; y Tancred, o la nueva cruzada (1847), en la que el autor aborda la cuestión de las
relaciones entre la religión y el Estado. Estas novelas presentan, en forma articulada y artística, un programa
político para la solución de los problemas de Inglaterra, consistente en un conservadurismo reformado392 y
en una nueva concepción de la nacionalidad.393 En 1845, una controversia política disolvió la facción de
la Joven Inglaterra; pero su espíritu sobrevivió y pervive aún en las páginas de Coningsby y Sybil.394 Estas
obras fueron publicadas justo antes de la derogación de las Corn Laws, y mientras el Partido Conservador
aparentemente seguía intacto. La sensación que causaron fue enorme, y perdurable el efecto que
produjeron. Los puntos de vista políticos expuestos en estas célebres novelas ya habían sido abordados en
la Vindicación de la Constitución británica, pero entonces suscitaron escasa atención; y tal vez por esta
razón el autor decidió refundirlos en forma de ficción. La esencia y el meollo de la teoría que exponían
consistían en que desde 1688 hasta 1832 el gobierno del país había sido una oligarquía cerrada, "la
constitución veneciana", y que por la Ley de Reforma de 1832 la corona, habiendo quedado liberada de las
conexiones aristocráticas que habían usurpado sus prerrogativas, podría quizá estar destinada a recuperar
parte de sus poderes suspendidos, y que en esto podría residir la mejor solución a muchas de las dificultades
actuales394 de la nación británica. Sybil estaba basada en la experiencia del sistema de fábrica que Disraeli
aprendió durante un viaje por el norte de Inglaterra en 1844 en compañía de Lord John MannersNota 37 y
el Honorable G. Smythe.Nota 38 Las imágenes gráficas de la miseria y la pobreza de la población fabril,
que infunden a sus páginas un interés dramático tan vívido, rindieron un poderoso impulso a la causa de la
reforma fabril, iniciada por Mr. SadlerNota 39 y posteriormente sacada adelante por Lord Ashley.395 En
Sybil la Iglesia juega el papel que en Coningsby es desempeñado por la corona.395 En ambas novelas, las
tramas están hábilmente construidas, los personajes admirablemente delineados y el estilo en los pasajes
más coloquiales y humorísticos es fresco, vivo y picante.396 La trama de Coningsby es quizás la mejor de
todas, pero tanto en esta historia como en la que vendría inmediatamente después tenemos un desfile de
personajes que habrían subsanado ampliamente la peor trama que jamás se haya construido.396 Con la
publicación de Tancred (1847) Disraeli se despidió de la ficción durante un cuarto de siglo.395
Las dos novelas de sus últimos años son Lothair (1870) y Endymion (1880). Lothair, también de carácter
biográfico, contiene muchas referencias a la política y a la religión, aunque no propone, como Coningsby,
por ejemplo, un programa político concreto. Endymion, su novela postrera, es una mezcla de fantasía y
realidad; relata la vida de aventuras amorosas y éxitos sociales del protagonista, que consigue triunfar
influido por admirables mujeres que se identifican con sus ideales e intereses.397
Que Beaconsfield, de no haber renunciado a la literatura por la política, podría haber igualado la fama de
algunos de los más grandes escritores ingleses, es una opinión que ha sido expresada por críticos muy
competentes e imparciales.398 Como escritor, Disraeli resulta generalmente interesante, y sus libros están
repletos de ideas sorprendentes, perspicaces máximas y frases brillantes que se graban en la memoria. Por
otro lado, a menudo es artificial, extravagante y exagerado, y su posición literaria final resulta difícil de
predecir.399
Charles Dickens odiaba el sistema social en el que había nacido,400 y en muchas de sus novelas se
proponía atacar la corrupción de su época. Sin embargo, esa misma época le exigiría su tributo al imponerle
que, si quería que sus novelas fuesen populares, debían respetar las convenciones de la clase media en lo
referente a moralidad y a vocabulario.400
Elizabeth Gaskell se casó con
un pastor unitario de
Mánchester, una de las zonas de
mayor miseria e inestabilidad de
la Inglaterra industrial.401 Ella
y su marido idearon una especie
de crónica de la crueldad del
sistema industrial sobre las
clases humildes de la ciudad de
Mánchester, siguiendo la
tendencia realista de George
Crabbe. Este proyecto cuajó en
Mary Barton (1848), la primera
novela de Mrs. Gaskell,402
Nota 40 en la que la vida y los
La ciudad de Mánchester en 1840 (grabado del ilustrador Percy William
sentimientos de la clase obrera
Justyne). La acción de Mary Barton, primera novela de Elizabeth Gaskell,
fabril están representados con
se desarrolla en esta ciudad industrial en los años 1839-42.
mucha energía y empatía.404
Mary Barton: un relato de la
vida en Mánchester sentó las bases de la carrera literaria de Mrs. Gaskell.405 Quizá sea el retrato que
describe (y condena) con mayor intensidad el escenario industrial de los que se hicieron en el siglo XIX.
Los matices melodramáticos, imaginativos y sentimentales que incluye no empañan la imagen que nos
ofrece sobre la vida de la clase trabajadora, de sus momentos prósperos y de los más deprimidos. Esta
imagen convence por la honestidad que encierra, por la meticulosidad con que observa los detalles más
significativos, por la cercanía que muestra sin llegar a rebasar el límite del alegato.401 Nadie consiguió
poner sobre la palestra victoriana una visión tan profunda (quitando a Disraeli) y una reflexión tan aguda
del panorama industrial.406 El fondo de inquietud industrial que vemos en Shirley se convierte en el asunto
principal de Mary Barton.407 La obra tiene dos aspectos: el social y el rural o idílico-humorístico. Mary
Barton es una novela inquietante, que describe la vida tal como la vio la escritora en los barrios industriales
de Mánchester durante sus primeros años de matrimonio, y resulta más atractiva porque no se propone
enfrentar hostilmente a los diversos estratos sociales, sino describir y, en lo posible, incluso conciliar
realidades. La novela causó mucho revuelo en su tiempo, y todavía resulta un libro interesante porque
describe con realismo los horrores y desequilibrios sociales de la Inglaterra de la década de 1840. A pesar
de alguna inverosimilitud, es uno de los mejores estudios de la vida industrial victoriana en el momento en
que empezaba a entablarse en Inglaterra la lucha de clases.408 De todos los libros de Mrs. Gaskell, el
primero ha gozado de más amplia fama. Ha sido traducido al francés y al alemán y a muchos otros idiomas,
incluido el finés.403 La sinceridad de su patetismo y la penetración en los mismísimos corazones de los
pobres poseen un valor perdurable.409
Mrs. Gaskell escribió otra novela industrial, North and South (Norte y Sur), admirada por muchos, aunque
resulta algo más floja porque la autora evitó situarse en uno o en otro bando de la batalla industrial.406
Publicada por entregas en el Household Words entre septiembre de 1854 y enero de 1855, en ella Gaskell
vuelve a la novela social del estilo de Mary Barton, aunque proyectada desde otro ángulo.410 Como
aquella y Tiempos difíciles, de Dickens, esta novela, en la que Gaskell compara la situación en las dos
mitades de Inglaterra,407 se propone infiltrar los valores humanos en el formidable dique del mundo
industrial de mediados del siglo XIX.410 Presenta, al menos hasta cerca del final, un notable avance en el
poderío constructivo; los personajes están delineados con una firmeza sin precedentes, y en algunos casos
teñidos de genuino humor,411 y el juicio de los problemas sociales muestra una mayor imparcialidad y una
reflexión más madura.411 Salvo por algunos defectos constructivos, quizá debidos en parte al método
fragmentario de publicación semanal que la autora despreciaba enérgicamente, Norte y Sur podría con toda
seguridad ser descrita como su ficción narrativa más lograda.411
La trama de Los amantes de Sylvia, publicada a principios de 1863, refiere los hechos de las levas hacia
finales del siglo XIX.412 Gaskell expone retrospectivamente la lucha de clases mediante una historia de
enredos periodísticos.407 Es una novela de conflicto familiar y carácter romántico, ambientada en la zona
costera del condado de York.413 La autora combinó con talento la crítica social y el melodrama, aunque
sus cualidades no se reducirían a ese tipo de novelas de protesta social.393
Gaskell tenía gran intuición para someter a forma artística el material conflictivo tanto en el aspecto moral
como en el social, y con ello prestó un servicio notabilísimo a la novelística inglesa de su tiempo.413
Como escritor político-social ―más social y humanitario que político―, Charles Kingsley abordó temas
semejantes a los estudiados por Disraeli: los campesinos, los obreros de las ciudades, los terratenientes, los
propietarios industriales.414 Kingsley puso todo su empeño en la lucha por la mejora de las condiciones
higiénicas y sanitarias de la población más desfavorecida. Sus ideas en esta tendencia y, en definitiva, su
doctrina social se encuentran en las novelas propagandísticas Yeast (Levadura) (1848) y Alton Locke, sastre
y poeta (1850), en las que se ocupa de cuestiones sociales como las que afectan a la clase trabajadora
agrícola y al trabajador de la ciudad, respectivamente.415 En estas obras, aunque señalaba incansablemente
el disparate de los extremismos, ciertamente simpatizaba no solo con los pobres, sino con mucho de lo
hecho y dicho por los líderes del movimiento cartista.416 Yeast fue publicada en el Fraser's Magazine en el
otoño de 1848. En gran medida había sido excitada por los acontecimientos de los meses previos.417 Yeast
y Alton Locke muestran ciertamente una compasión incluso apasionada por los padecimientos del jornalero
agrícola y del artesano de Londres. La balada de La viuda del cazador furtivo en Yeast es una denuncia de
los cotos de caza lo suficientemente enérgica para satisfacer al cartista más convencido.417 Tanto estas dos
novelas como Dos años atrás (1857) resultan interesantes por la información que ofrecen y por las
aspiraciones a que apuntan, aunque de escaso valor artístico. Constituyen una trilogía de orientación social
y moral, en la que se descubren las causas del movimiento obrero inglés.418 Kingsley había llegado a estar
profundamente interesado en este tipo de cuestiones, y se lanzó en cuerpo y alma, en colaboración con F.
D. Maurice y otros, en pos del bienestar social, que apoyaron bajo el nombre de socialismo cristiano.415
Influido por Coleridge, que insistía en que el cristianismo debía comprometerse en la reforma de la
sociedad, Kingsley trató de impulsar a la Iglesia anglicana para que realizara esta transformación.418 Su
tipo de religión, alegre y robusto, fue definido como «cristianismo muscular».415
Charles Reade (1814-1884), dramaturgo y novelista, transformaba con frecuencia sus novelas en obras de
teatro o viceversa, y en ellas atacaba con frecuencia los vicios y abusos de la sociedad contemporánea,
apoyándose en numerosos testimonios documentales. Reade se sirve de la novela convencido de que con
ella puede colaborar en la reforma social, y para ello investiga la vida de las prisiones, aprende oficios
artesanos, estudia los sectores de la abogacía, de la banca, e incluso se dedica a la observación de la vida
del mar o de las minas de oro de Australia.419
Tras unos comienzos novelísticos adscritos al realismo literario, en 1856 Reade marcó una época diferente
en su carrera literaria al terminar una novela largamente planificada, Nunca es demasiado tarde para
enmendarse,420 un poderoso documento social.421 A partir de entonces haría de la exposición de los
notorios abusos sociales un propósito principal de sus obras de ficción. Nunca es demasiado tarde para
enmendarse ilustraba con extraordinaria energía los abusos de la disciplina penitenciaria tanto en Inglaterra
como en Australia.420 Reade describió la vida carcelaria con una fidelidad que a veces llega a ser tediosa y
repulsiva; pero el poderío de las descripciones era innegable, y el interés era profundo.422 La novela
exhibe favorablemente las facultades de Reade y sus limitaciones. Las características más notables son las
descripciones de la naturaleza y de la vida en los yacimientos auríferos de Australia, cuyo conocimiento
Reade debía enteramente a la investigación literaria.420 Pero en la trama, que es melodramática, y en la
caracterización, que es insustancial, desciende a niveles inferiores.420 Los personajes son meras
encarnaciones de virtudes o vicios, insuficientemente matizadas, y consecuentemente no logran convencer
al lector de su vitalidad. Sus descripciones de las brutalidades de la cárcel, aunque vigorosas, estaban
gravemente exageradas, y principalmente en este aspecto el libro suscitó una desfavorable acogida entre los
críticos.420 La verosimilitud de algunos de sus detalles fue cuestionada, y el novelista se defendió con
vigor contra los intentos de refutar sus aseveraciones.422 La novela tuvo, sin embargo, una enorme
difusión.420
Entre sus novelas basadas en la documentación aparecen las que, siguiendo la línea de Defoe, descubren
modos de vida u ocupaciones, como The Autography of a Thief (Autobiografía de un ladrón, 1858) y Jack
of All Trades (El hombre de muchos oficios, 1858); otras, de carácter humanitario y en la trayectoria de
Dickens, pero mucho más acusadoras y directas,419 como la ya citada Nunca es demasiado tarde para
enmendarse (1856) y Hard Cash (Al contado, 1863), son una feroz denuncia, respectivamente, de los
horrores que había visto en las cárceles de Reading, Oxford y Durham, y en los asilos; o delatan la
insalubridad de la vida en ciertos poblados, como A Woman Hater (Un misógino, 1877); o critican el
celibato de los clérigos, como Griffith Gaunt, or jealousy (Griffith Gaunt o los celos, 1866), motivo que
había tratado ya en The Cloister and the Hearth (El claustro y el hogar, 1861).419 Hard Cash es otra
sobrecogedora novela con propósito,422 un fascinante registro de agónicas evasiones por mar y tierra,
culminando con revelaciones de las iniquidades en los manicomios privados, y con críticas un tanto
extravagantes sobre la profesión médica.423
Posteriormente fueron emprendidas otras tres novelas semejantes a Hard Cash, en al menos dos de las
cuales el propósito moral, aunque visible por completo, no permitía entorpecer el flujo incidental: Foul Play
(Juego sucio, 1869), en la que expuso las iniquidades de los ship-knackers (desguazadores de barcos), y
allanó el camino para los trabajos de Samuel Plimsoll;Nota 41 Ponte en su lugar (1870), en la que lidió con
los tiránicos desmanes de los sindicatos; y Un misógino (1877), en la que exponía las degradantes
condiciones de la vida rural.422 Juego sucio fue escrita en colaboración con Dion Boucicault.424
William Gilbert (1804-1890) fue autor de una serie de novelas, entre las cuales las más conocidas fueron
Shirley Hall Asylum (El manicomio de Shirley Hall, 1863) y Dr. Austin's Guests (Los huéspedes del Dr.
Austin, 1866). Varias de esas novelas ―que se caracterizaban por su singular agudeza y lucidez estilística,
por un humor seco y "sub-ácido", por un fondo de sentimiento humanitario y por unos conocimientos
médicos considerables, especialmente en lo respectivo a la psicología de los lunáticos y monomaniacos―
fueron ilustradas por su hijo,427 el dramaturgo W. S. Gilbert. Cirujano y escritor, Gilbert Sr. abandonó su
profesión tras heredar de su padre una considerable fortuna.428 En 1858, cuando publicó su primer libro,
Gilbert tenía casi sesenta años. Se trataba de un minucioso estudio de la vida en los bajos fondos de
Londres, titulado Dives and Lazarus, que trataba sobre su tema favorito, el contraste cada vez más
profundo entre las zonas de ricos y pobres, y, al igual que muchos de sus libros, no llevaba el nombre del
autor. Tuvo un éxito que parece haber alentado al autor.428 Le seguiría en 1859 Margaret Meadows, un
"cuento para fariseos".428 De sus novelas posteriores la más conocida fue Shirley Hall Asylum (1863), un
estudio muy entretenido sobre la monomanía, un tema sobre el que Gilbert exhibió el minucioso
conocimiento de un experto.428
Aunque las novelas de Gilbert nunca fueron muy populares, eran sumamente apreciadas por un selecto
círculo por su originalidad. Narrador sui géneris, carente de perspectiva, de poder de compenetración, y de
continuidad, Gilbert estaba, por otra parte, dotado de un estilo de chispeante lucidez, una observación tal
vez más inteligente que profunda, y un muy seco pero sutil humor, en el que indudablemente hay cierta
influencia del espíritu de Demócrito.429
George Meredith causó poca impresión en la masa general de lectores, no porque tuviese una doctrina
excesivamente difícil para ellos, sino a causa del preciosismo de su estilo y método.430 En consecuencia,
su fama fue disminuyendo progresivamente a lo largo de los años debido a la complejidad de sus novelas.
Se interesó profundamente por revelar el alma del hombre y la mujer en el marco psicológico, filosófico,
científico y moral de su tiempo.431 Como se ha dicho al referirse a su obra poética, Meredith entiende que
las tendencias evolucionistas de la naturaleza tienen un desarrollo paralelo en el plano espiritual.431 Su
realismo idealista tiene un sustrato romántico, y su filosofía tiende a reconciliar el pensamiento científico
positivista con un idealismo humanista, que para él era lo único que justificaba el vivir.431 Su defensa de
los derechos y de la emancipación de la mujer, y el respeto por su dignidad e inteligencia, emanaban de su
idea de que la mujer, formada intelectual y moralmente podría contribuir eficacísimamente en la superación
de la raza humana.431
La crítica clasifica otras tres novelas ―La casa de la playa (1877), El caso del general Ople y Lady
Camper (1877) y El relato de Chloe (1879)― en un período medio de transición cronológica y temática
entre las novelas tempranas y tardías de Meredith, en el que el sentimiento feminista del autor se intensificó,
apoyando en sus textos los derechos de y el respeto hacia la mujer.[cita requerida]
Las obras de su último período amplían el campo para abarcar la política inglesa, alemana e italiana de la
época. Son especialmente dignas de mención El egoísta (1879), Los cómicos trágicos (1880) y Diana de
las encrucijadas (1885); en estas dos últimas, Meredith se inspiró en dos hechos reales de su época. El
método de Meredith está plenamente desarrollado en El egoísta. No permite la crítica de los prejuicios
sociales, porque éstos son la urdimbre necesaria para la situación. Tanto esta como el personaje están
concebidos con penetración y sutileza psicológicas, pero estáticamente.435 Meredith escribe esta novela en
la cumbre de su capacidad creadora y marca el comienzo de un cambio en el estilo caracterizado por una
mayor meticulosidad en la elección de las palabras y frases y una mayor condensación del pensamiento con
respecto a sus predecesoras.435 Diana de las encrucijadas es la primera novela del autor que logró
aproximarse a la popularidad general.123 Su protagonista, Diana Merion, es un personaje más atrayente y
mejor adaptado al concepto común de comedia, pero está igualmente estereotipado, a través de toda la
novela, como la misma muchacha irlandesa llena de atractivo.435 La novela fue un éxito inmediato, y el
nombre del autor, hasta entonces prácticamente desconocido por el gran público, alcanzó la popularidad.
Como las otras obras de Meredith, está llena de belleza, ingenio y poesía, y representa el mayor empeño del
autor por la emancipación de la mujer.439
Las novelas de la última fase tienen como eje principal y común la defensa de la mujer herida en su orgullo
y comprometida en su honor por el despotismo masculino.440 En la magnífica trilogía que escribe en la
década de 1890, al final de su carrera novelística, Meredith estudia con especial detenimiento las relaciones
hombre-mujer vinculadas a consideraciones de nacimiento, posición social y legitimidad.441 Meredith se
dedicó siempre a analizar minuciosamente la debilidad y la impostura del espíritu humano. En ocasiones
parece como si hiciese de la vida algo demasiado complejo, y, a medida que va avanzando su obra, la
complejidad aumenta,442 hasta alcanzar su punto culminante en Uno de nuestros conquistadores (1891),
que aborda la tragedia de la ilegitimidad en la figura de una mujer nacida de las relaciones
extramatrimoniales de sus padres. Lord Ormond y su Aminta (1894) explora el caso de la diferencia de
nivel social en el matrimonio. En El matrimonio asombroso (1895) Meredith insiste en el mismo tema y
demuestra hasta qué punto el orgullo de casta de un hombre impide apreciar cuanto es auténticamente noble
y valioso en una mujer.441 Estas tres novelas muestran una tendencia a acentuar aquellas cualidades de
estilo que restaban popularidad en general a todas las obras de Meredith, y en consecuencia hicieron poco
por acrecentar la reputación del escritor.123
Aunque las obras de Meredith nunca fueron y probablemente nunca serán generalmente populares, su
genio fue, desde el principio, reconocido por los mejores jueces.123 Para compensar sus defectos,
Meredith ofrece humor ―a menudo caprichoso, es cierto, pero entusiasta y brillante―, una observación
cercana de la naturaleza y una exquisita sensibilidad por la misma, una capacidad maravillosa para la
pintura verbal, el más delicado y penetrante análisis de caracteres, y un optimismo invencible que, aunque
no logra cegar los aspectos más oscuros de la vida, triunfa sobre la depresión que éstos podrían inducir en
una naturaleza más débil.443 Meredith es un novelista brillante, concentrado y complejo. El humor,
ingenio, magia y colorido de su estilo son evidentes. Como intérprete de la mujer y defensor de la
personalidad femenina, Meredith es el más destacado de los novelistas del siglo XIX.444
El mundo de la política ofrecía a Anthony Trollope posibilidades parecidas a las del sector eclesiástico; le
permitía presentar un nuevo aspecto de la clase dirigente y ampliar el cuadro de la sociedad inglesa
victoriana.445 En comparación con sus novelas realistas del «ciclo de Barchester», quizá nos sorprendan
más, y puede que resulten más reales para el lector actual sus novelas políticas, sobre todo The Way We Live
Now (El modo en que vivimos) (1874-75).446 Las novelas del «ciclo de Palliser» no son políticas en el
sentido en que lo son las de Disraeli; no presentan, como las de éste, una filosofía política o un programa de
gobierno.445 Can You Forgive Her? (¿Puedes perdonarla?) (1864-65), primera novela del ciclo, se centra
en el drama matrimonial de la pareja protagonista, drama que, por su interés íntimo y por la realidad de sus
personajes, atrae especialmente la atención del lector.445 En el St. Paul's Magazine fue publicada una de
las mejores novelas de Trollope, Phineas Finn, el diputado irlandés (1869), precursora de una serie de
libros similares ―Phineas Redux (1873), El primer ministro (1876), El senador americano (1877) y Is He
Popenjoy? (¿Es él Popenjoy?) (1878)― en los que la veta política era explotada como lo había sido
anteriormente la veta de la vida rural. La veta no era tan rica ni la ejecución fue tan hábil; no obstante, estos
estudios políticos poseen un interés indudable, y constituyen las más notables de entre las últimas obras de
Trollope.447 Phineas Finn y Phineas Redux narran las peripecias de un pintoresco abogado dublinés
empeñado en hacer carrera parlamentaria en Londres. El primer ministro y Los hijos del duque (1880)
tratan especialmente de los asuntos políticos y personales de la pareja protagonista de la primera novela del
ciclo; la primera es una obra muy notable que muestra de modo convincente la actitud y la evolución
mental de un gran aristócrata y político del siglo XIX.448 En cuanto a The Way We Live Now (El modo en
que vivimos), Trollope denuncia en ella con crudeza el abandono de los estándares morales, el doble juego
económico, o la calculadora obsesión por el dinero que se esconden detrás de la fachada aparentemente
sólida de las instituciones victorianas. La novela, que coincide con las de Dickens en el sentimiento de
repulsa que inspira y en el ámbito que cubre, modifica la impresión un tanto complaciente que pudieran
dejarnos las «Barchester Novels».446 Las novelas políticas de Trollope presentan importantes escenas
parlamentarias y de caza, despliegan numerosos acontecimientos sociales, y se distinguen sobre todo por
los retratos de los personajes y su caracterización.448
Felix Holt, el radical (1865-66), de George Eliot, una novela que se ocupa de cuestiones políticas, está
tensada por un sufrimiento demasiado severo para el gusto de cualquier lector.377 La obra estudia, con un
argumento muy elaborado,449 las condiciones en que vivían las clases obreras después de la Ley de
Reforma (1832), así como las actividades de los políticos radicales para encontrar vías de superación.450
Donde otros eminentes autores han producido libros mecánicos, o libros que eran meras repeticiones de sus
obras más populares, ella erró únicamente en el lado de lo penoso y lo angustioso. Felix Holt es ambas
cosas, y es la única de sus novelas que carece de una nota humana inolvidable.377
Daniel Deronda (1874-76) fue su última novela.374 Se trata de un tratado novelado en el que George Eliot
desarrolla algunas de sus últimas conclusiones sobre las leyes que, a su parecer, orientan la vida
humana.450 Contiene algo de sátira y de personajes sumamente admirables, aunque del generoso deseo de
apreciar la raza judía apenas puede decirse que haya producido resultados satisfactorios.451 Con respecto a
Middlemarch, su predecesora, exhibía la misma intuición humana, la misma apasionada sinceridad, el
mismo insinuado alegato particular para casos difíciles, la misma pujanza intelectual, pero el tema era
inmanejable, casi prohibitivo, y, como resultado, la novela, a pesar de su calidad, nunca gustaría del
todo.377
El nombre de Stevenson es un recordatorio para no olvidar las opera minora de la época victoriana
dedicadas a los niños. En algunos casos, como el de Jackanapes (El mequetrefe), de Mrs. Ewing, y Black
Beauty (Belleza negra), de Anna Sewell, se trata de verdaderos clásicos infantiles, tan perfectos en cuanto
al idioma como modestos. Tom Brown's School Days, de Hughes, y Eric (actualmente un poco en disfavor
por su pedantería), del deán Farrar, son favoritos de las escuelas de niños que resisten la lectura en años
posteriores. El tema de aventuras se encuentra en Masterman Ready, de Marryat, Peter el ballenero, de
Kingston, y La isla de coral, de Ballantyne.452
El escocés R. M. Ballantyne (1825-1894) fue un prolífico escritor de ficción juvenil, que volcó en su
primera obra, La bahía de Hudson, o la vida cotidiana en las selvas de Norteamérica (1848),454 y en
todas las posteriores sus propias experiencias de juventud (a los dieciséis años emigró a Canadá y estuvo
seis al servicio de la histórica Compañía de la Bahía de Hudson,454 455 comerciando con nativos y
tramperos). Tras trabajar en el sector editorial, 455 cambió radicalmente de vida y, animado por un editor
454
edimburgués, comenzó a escribir un libro para niños, incorporando algunas de sus experiencias en la
"gran tierra desierta".Nota 44 456
El resultado fue publicado con éxito en 1856 bajo el título Copos de
nieve y rayos de sol, o los jóvenes comerciantes de pieles.456 Desde entonces se dedicó por entero a la
elaboración de novelas de aventuras, cuentos ilustrados y manuales juveniles que le hicieron popular. En su
segunda novela, Ungava: un relato de la tierra de los esquimales (1857), se inspiró de nuevo en el gran
noroeste.456 Destacan por encima de todas sus novelas las tres primeras que publicó, sobre todo La isla de
coral: un relato del océano Pacífico (1857). Ninguna de sus obras de ficción posteriores fue tan popular
como esas tres primeras,454 si bien están todas ellas documentadas de primera mano: así, para escribir El
bote salvavidas (1864) fue a Ramsgate y conoció al timonel del bote salvavidas de ese lugar; para preparar
El faro (1865) obtuvo permiso de la Comisión de Faros del Norte para visitar el de Bell Rock, y estudió el
reporte de Stevenson sobre el edificio; para obtener el colorido local de Luchando contra las llamas (1867)
sirvió en el London Salvage Corps (Cuerpo de Salvamento de Londres) como bombero amateur; y Deep
Down (En las profundidades, 1868) lo llevó con los mineros de Cornualles. Visitó Noruega, Canadá,
Argelia y la Colonia del Cabo con el fin de documentarse, respectivamente, para Erling el intrépido, Los
nórdicos del Oeste, La ciudad pirata y El colono y el salvaje.456
En historias tales como las citadas, a las que pueden añadirse El mundo de hielo (1859), El perro Crusoe
(1860), Los cazadores de gorilas (1862), El caballo de hierro (1871) y Marfil negro (1873), Ballantyne dio
continuidad a los éxitos de Mayne-Reid. Pero su éxito es tanto más notable por cuanto que sus relatos
siguieron siendo genuinamente populares entre los jóvenes (a pesar de la competencia de Jules Verne,
Henty y Kingston) por un período de casi cuarenta años, durante los cuales Ballantyne produjo una
sucesión de más de ochenta volúmenes.456 Ballantyne vivió en todos los aspectos de acuerdo con los
ideales que buscaba inculcar en sus lectores.457 En los libros que escribió, su pauta en todos los casos era
escribir hasta donde fuera posible desde el conocimiento personal de las escenas que describía. Sus historias
tenían la virtud de ser completamente sanas en el tono y poseían una considerable fuerza gráfica.458
Comenzando su carrera con relatos infantiles, Dinah Craik (Dinah Maria Mulock, 1826-1887) se convirtió
en una prolífica y popular novelista.459 En los círculos intelectuales londinenses halló un gran estímulo
para los relatos juveniles a los que se limitó en un principio, de los cuales Cola Monti (1849) fue el más
conocido.460 El delicioso relato feérico Alice Learmont fue publicado en 1852, y numerosos relatos cortos
aparecidos en publicaciones periódicas, demostrativos algunos de ellos de un gran poder imaginativo,
fueron publicados en 1853 bajo el título de Avillion y otros cuentos.460 Algunos de los relatos de este
volumen exhiben también una hermosa imaginación.461 Una colección similar, de mérito inferior, apareció
en 1857 bajo el título de Nada nuevo.460 Poco de lo que escribió posteriormente resulta importante,
excepto algunos cuentos infantiles muy encantadores.461 En su postrera etapa volvería al cuento
imaginativo que tan frecuentemente había empleado en su juventud, y logró un gran éxito con The Little
Lame Prince (El principito cojo) (1874), un encantador relato juvenil.460
Thomas Mayne-Reid (1818-1883), novelista angloirlandés, marchó a los veinte años rumbo a México
para probar suerte, y vivió numerosas aventuras, incluyendo su participación en la guerra Estados Unidos-
México.462 Tras regresar a Europa comenzó su carrera de novelista con la publicación, en 1850, de The
Rifle Rangers,463 primera de una larga serie de novelas de aventuras.462 El resto incluyen The Scalp
Hunters (1851), The Boy Hunters (1853) y The Young Voyagers, que obtuvieron gran popularidad,
especialmente entre el público juvenil.462 Nunca superaría sus primeras obras, salvo quizás en The White
Chief463 (1855) y The Quadroon (1856).463 La simplicidad de las tramas y la sencilla variedad de
incidentes emocionantes se encuentran entre las virtudes que contribuyen a su popularidad entre los
jóvenes. Sus reflexiones no son profundas, pero con frecuencia resultan más sensatas de lo que podría
suponerse en un principio por su manera agresiva de expresarlas.463
El reverendo Henry Cadwallader Adams (1817-1899) fue profesor en el Winchester College y, además
de redactar y publicar libros de texto escolares (de latín, griego y religión), como escritor de ficción se
especializó en relatos de ambientación escolar en la época victoriana (The Cherry-stones, or Charlton
School, 1851; Who Did It?, or Holmwood Priory: A Schoolboy's Tale, 1852; College Days at Oxford, or
Wilton of Cuthbert's, 1887) y de aventuras en lugares remotos del Imperio (The Indian Boy, 1865; Hair-
breadth Escapes, or The Adventures of Three Boys in South Africa, 1876; Travellers' Tales: A Book of
Marvels, 1883).
W. H. G. Kingston fue un autor notablemente prolífico, especialmente de novelas juveniles de aventuras.
Vivió largo tiempo en Portugal y realizó frecuentes viajes entre este país e Inglaterra, lo que le hizo cobrar
un afecto especial por el mar, tema recurrente en sus novelas posteriores. A partir de 1850 su principal
ocupación fue la de escribir libros para jóvenes464 (más de un centenar), o la edición de anuarios y
semanarios juveniles.464 Su primera novela juvenil, Peter el ballenero, fue publicada en 1851 con tal éxito
que su autor abandonó su negocio y se dedicó por completo a la producción de este tipo de literatura, en el
que su popularidad llegó a ser merecidamente grande; y durante treinta años escribió más de 130
historias.465 De entre sus numerosas novelas de aventuras de ambiente marinero destacan títulos como
Blue Jackets (1854), Digby Heathcote (1860), La travesía del «Frolic» (1860), Las naves de fuego
(1862),464 Los tres guardiamarinas (1862), El guardiamarina Marmaduke Merry (1863), Foxholme Hall
(1867), Ben Burton (1872),464 Los tres tenientes (1874), Los tres comandantes (1875), Los tres almirantes
(1877),466 Secuestro en el Pacífico (1879) y Hendriks el cazador (1884).467
Aparte de los ya mencionados, otro aspecto de la personalidad de Charles Kingsley como prosista se
manifiesta en sus cuentos para niños.468 Los héroes (1856), de inspiración mitológica griega, y Los niños
del agua: cuento de hadas para un niño de tierra (1863) han gozado siempre del favor del público.468
Los niños del agua es un cuento para niños escrito para inspirar amor y respeto por la naturaleza.415
Frances Freeling Broderip (1830-1878), hija del poeta Thomas Hood (1799-1845), inició su carrera
literaria en 1857 con la publicación de Wayside Fancies, que fue seguida en 1860 por Funny Fables for
Little Folks (Fábulas divertidas para gente menuda), la primera de una serie de obras cuyas ilustraciones
fueron proporcionadas por su hermano, Tom Hood.Nota 45 469 Otros libros suyos: Chrysal, o una historia
con final (1861); El país de las hadas, o entretenimientos para la nueva generación (1861) (escrito por
Thomas y Jane Hood, y sus hijo e hija); El pequeño renacuajo y otros cuentos (1862); El presupuesto de
historias de mi abuela (1863); Canciones alegres para voces menudas (1865) (escrito por F. F. Broderip y
Thomas Hood); El grillo Gruñón y el sobrecama (1865); Los chismes matutinos de mamá (1866); Las
rosas silvestres: historias sencillas de la vida rural (1867); La margarita y sus amigos: cuentos y relatos
para niños (1869); Cuentos de juguetes contados por ellos mismos (1869); Excursiones a Puzzledom
(1879) (escrito por Tom Hood y F. F. Broderip).470
Frederic William Farrar (1831-1903), deán de Canterbury, vivió una plácida infancia en Aylesbury471
hasta que fue internado en el King William's College de la Isla de Man.471 La cultura y el confort del
hogar de Aylesbury y las comparativas incomodidades y tosquedades del college son descritos por Farrar
en su primera historia,471 Eric, or Little by Little (Eric, o poco a poco) (1858), un relato de la vida escolar,
parcialmente autobiográfico, que mantuvo su popularidad durante mucho tiempo; en vida del autor
aparecieron treinta y seis ediciones.472 Eric describe la caída en la depravación moral de un niño en un
internado, y carece de la melosidad y la unidad orgánica de Tom Brown's School Days, que apareció un
año antes. Pero influye en los niños a través de su viveza y sinceridad, que reflejan el temperamento
ardiente y el altruista idealismo de Farrar. Seguiría en 1859 Julian Home: un relato de la vida
universitaria.472 En 1862 fue impreso de forma anónima Saint Winifred, o el mundo de la escuela.472
Hesba Stretton (Sarah Smith, 1832-1911) comenzó pronto a escribir pequeños cuentos sin intención de
publicarlos.473 Charles Dickens, director del Household Words,473 le publicó uno de esos relatos, The
Lucky Leg, el 19 de marzo de 1859.473 A partir de entonces, la joven autora contribuiría a casi todos los
números navideños del All the Year Round hasta 1866. Su cuento más notable de ese período fue The
Travelling Post Office (La estafeta ambulante), de la serie Mugby Junction (diciembre de 1866).473 Sin
embargo, su obra pasó casi desapercibida hasta la aparición en el Sunday at Home de La primera oración
de Jessica (1866), una conmovedora historia, escrita con sencillez, sobre el despertar de una niña
abandonada al significado de la religión. Publicada en forma de libro en 1867, alcanzó una popularidad
inmediata y perdurable.473 Vendió más de un millón y medio de ejemplares,473 y fue traducida a todas las
lenguas europeas y a la mayoría de las lenguas asiáticas y africanas. La historia muestra un conocimiento
preciso de la vida de los niños indigentes en las grandes ciudades, e incorpora investigaciones personales de
las condiciones en los bajos fondos.473 Siguieron otras historias similares, de las cuales las más populares
fueron Los hijos de Little Meg (1868) y Alone in London (1869), que alcanzaría una circulación simultánea
de 750.000 copias.473 Hesba Stretton publicó en total cincuenta volúmenes, en su mayoría cuentos
religiosos y morales.473
Juliana Horatia Ewing (1841-1885), escritora de relatos infantiles,474 escribió historias que apenas han
sido superadas en percepción comprensiva de la vida infantil, y siguen gozando de una popularidad sin
menoscabo.474 Su primer relato, A Bit of Green, publicado en julio de 1861, constituyó, junto con algunos
otros, su primer volumen, publicado en 1862 bajo el título de El sueño de Melchor y otros cuentos.475 En
1869 el Aunt Judy's Magazine, que su madre puso en marcha en 1866,476 publicó el relato que muestra el
punto álgido de sus facultades: La tierra de los juguetes perdidos, seguido por otros muchos, algunos
escritos en deliciosos versos irregulares y posteriormente publicados en pequeños volúmenes
independientes. En 1872 escribió su primera historia soldadesca, The Peace Egg, seguida por Lob-lie-by-
the-Fire (1873), la popular Jackanapes (El mequetrefe) (1884) y la conmovedora Historia de una vida
breve475 (1885), obteniendo estas dos últimas, en particular, un gran éxito.476 Aparte de las ya citadas,
sus mejores historias son: The Brownies (1870), A Flat-Iron for a Farthing (1873),476 Los recuerdos de la
señora Over-The-Way (1866), Six to Sixteen, Jan el del molino de viento (1876), Una gran emergencia
(1877), Nosotros y el mundo (1881), Cuentos de hadas anticuados, Brothers of Pity (1882), La colada de
la muñeca, Master Fritz, Nuestro jardín, Los hijos de un soldado, Tres pequeños nidos de pájaros, Una
semana en una casa de cristal, A Sweet Little Dear y Blue-Red (1883).476 La mayor parte de las historias
de Mrs. Ewing aparecieron en el Aunt Judy's Magazine, entre 1861 y 1885, pero también contribuyó a
otras publicaciones periódicas.475 De estilo sencillo y sin afectación, y sana y saludable en sus temas, con
sosegados toques de humor y brillantes esbozos de paisajes y personajes, las mejores historias de Mrs.
Ewing nunca han sido superadas en el género de literatura al que pertenecen.476
Lewis Carroll (Charles Lutwidge Dodgson, 1832-1898), brillante matemático, lógico, diácono anglicano y
fotógrafo anglo-irlandés, fue además uno de los escritores más célebres de su tiempo gracias a sus dos obras
más famosas: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (1865) y su secuela, A través del espejo
(1871). Ambas recurren al despropósito, pero a un despropósito calculado que apenas si elude nuestra
comprensión.477 Destacó por su facilidad para los juegos de palabras, la lógica y la fantasía; actualmente
sigue siendo uno de los escritores más leídos del mundo y existen sociedades en varios países478
dedicadas al disfrute y a la promoción de sus obras y a la investigación de su vida. Desde muy joven
escribió poemas y cuentos (en su mayoría de tono humorístico) para varias revistas. Su amistad con la
familia del decano Henry Liddell, en especial con sus tres hijas (Lorina, Alice y Edith Liddell), ejercería
una notable influencia en su carrera como escritor.
Carroll ideó la historia que con el tiempo se convertiría en su primer y más resonante éxito editorial durante
una excursión con su amigo el reverendo Robinson Duckworth y las hermanas Liddell en el verano de
1862.479 Fue la propia Alice Liddell (posible inspiración del personaje de Alicia) quien le animó a que
escribiera la historia para ella480 y le añadiese ilustraciones. Carroll regaló a Alice Liddell el manuscrito
terminado ―ilustrado por él mismo e inicialmente titulado Alice's Adventures Under Ground (Las
aventuras subterráneas de Alicia)― en noviembre de 1864.480 Tras revisar y ampliar el texto, la editorial
Macmillan & Co. publicó Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas en 1865,480 con
ilustraciones del prestigioso dibujante John Tenniel. El libro alcanzó un abrumador éxito comercial que
cambió la vida de su autor en muchos aspectos y le hizo famoso en todo el mundo. En su formato
definitivo, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas ―o Alicia en el país de las maravillas,
como es abreviado por la mayoría de personas― fue inmediatamente popular, y ha sido popular desde
entonces, con una popularidad solo igualada por su compañera, A través del espejo,481 la secuela que se
Ilustración original de John Tenniel para la primera
edición de Las aventuras de Alicia en el país de Retrato de Lewis Carroll (1855)
las maravillas (1865)
El éxito de ambos libros se vio fortalecido en gran medida por los dibujos de Mr. John Tenniel. Alicia en el
país de las maravillas ha sido traducida al francés, alemán, italiano y neerlandés.481 El autor llevó a cabo
algo que era prácticamente nuevo en literatura: una locura persuasiva a la par que alegre, que por sus
bufonadas fascina a los niños y por su astucia a los mayores. Los dos libros de Alicia fueron adaptados al
teatro en 1886 por Mr. Savile Clarke.Nota 46 481
Nunca sabremos si Lewis Carroll sintió que en ese mundo inestable de figuras que se disuelven unas en
otras hay un principio de pesadilla. Años después publicaría los dos tomos de Silvia y Bruno (1889/1893),
intrincada y casi indescifrable novela que, según él, procede directamente de sueños.482
George Alfred Henty (1832-1902), novelista juvenil, escribió más de 80 libros para jóvenes, que gozaron
de gran popularidad. Entre ellos están By England's Aid, Marcha hacia Jartum, Afrontando la muerte, En
la causa de la libertad, En la Pampa, etc., todos plenos de aventuras e interés, y todos transmiten
información así como diversión.483
Su primer libro para jóvenes, En la Pampa (1868), fue seguido por Los jóvenes francotiradores (1872),
una historia de la guerra franco-prusiana. Después de 1876 se dedicó a escribir historias mayormente
basadas en sus propias experiencias. Publicó cerca de una docena de ortodoxas novelas, incluyendo El
secreto del coronel Thorndyke, publicada en 1898, pero ninguna de ellas lograría mucho éxito. Su
verdadera fortaleza residía en escribir historias de aventuras para jóvenes, que aparecían a razón de tres o
cuatro volúmenes al año. La historia militar era su tema favorito, pero sacó provecho de toda la historia,
desde la del Antiguo Egipto en El gato de Bubastis (1889) hasta la de los asuntos de actualidad en Con
Roberts a Pretoria (1902). Se enorgullecía de su fidelidad histórica y de su sensibilidad varonil.484
Más destacado quizá por su labor como dramaturgo, Oscar Wilde compuso entre los años 1885 y 1890
varios relatos cortos y algunos encantadores cuentos de hadas rebosantes de ternura y humorismo, que fue
recopilando en tres volúmenes. El príncipe feliz y otros cuentos (1888, ilustrado por Walter Crane y Jacomb
Hood), un volumen con un toque picante de sátira contemporánea,326 y su secuela, Una casa de granadas
(1892), que fue considerado en general, en valoración del autor, como "no destinado ni a los niños
británicos ni al público británico",485 reunían sus nueve cuentos de hadas, entre los que destacan El
príncipe feliz, El gigante egoísta y El joven rey.
En Chesterton, un pueblo cercano a Cambridge donde residió con su tío durante un tiempo, el novelista
Frank Smedley (1818-1864) adquirió su conocimiento de la vida universitaria, y también allí se confirmó
su innato amor por la vida al aire libre y los deportes.486 Estas características, junto con un sentido del
humor más ágil que profundo, se manifiestan en las Escenas de la vida de un alumno particular, con la que
Smedley contribuyó, animado por dos primos suyos, de forma anónima al Sharpe's London Magazine entre
1846 y 1848; las Escenas resultaron ser tan exitosas que posteriormente serían ampliadas en Frank
Fairlegh, o escenas de la vida de un alumno particular, publicada en 1850 en formato de novela
medianamente extensa. Enseguida sería requerida una segunda edición, que fue ilustrada por George
Cruikshank.486
Ofrecer un retrato satisfactorio de la juventud en su condición escolar, algo que debiera entretener al mismo
tiempo a los jóvenes y a sus mayores, es una tarea complicada, si no imposible; pero, después de Tom
Brown's Schooldays (y excluyendo Viceversa), es probable que ningún libro haya estado más cerca de una
solución al problema que Frank Fairlegh, cuyos primeros capítulos representan la cima de los logros
literarios de Smedley. Para obtener su éxito, el autor evita felizmente cualquier intento de patetismo y lo fía
todo a un suceso bien ideado y en una veta de jocosidad genuina, si bien un tanto rudimentaria.487
Edward Bradley (1827-1889) fue amigo y socio de Cruikshank, Frank Smedley, Mark Lemon y Albert
Smith.Nota 47 488
Generalmente escribía para la prensa bajo el seudónimo de «Cuthbert Bede», la suma de
los nombres de los dos santos patronos de Durham. Su único éxito literario notable lo obtuvo en 1853,
cuando produjo Las aventuras de Mr. Verdant Green, un novato en Oxford.488 La primera parte fue
publicada en octubre de 1853;488 la segunda parte aparecería en 1854 y la tercera en 1856. Las tres partes
fueron posteriormente encuadernadas en un volumen, del cual para 1870 se habían vendido cien mil
copias.488 El personaje de Verdant Green es una especie de Pickwick universitario, y el libro está repleto
de diversión inofensiva. Cuando consideramos la dificultad del tema, la fidelidad general con la que se
describe una cara de la vida universitaria, y el hecho de que el propio Bradley no era un oxoniense,
difícilmente podemos denegar al autor cierta dosis de genio.489 Una secuela, escrita por Bradley muchos
años después con el título de El pequeño Mr. Bouncer y su amigo Verdant Green (1878), no se acercó al
original en su vigor.489
Thomas Hughes (1822-1896), amigo de Kingsley y de Maurice, y miembro activo del grupo de los
Socialistas Cristianos, reduce la historia a biografía y descripción de su propia vida escolar en Tom Brown's
School Days,490 que apareció de forma anónima en abril de 1857. Su éxito fue rápido, publicándose cinco
ediciones en nueve meses.491 Esta novela de propósito didáctico-social alcanzó una enorme
popularidad492 y resultó muy útil: además de ser una obra clásica en su género, hizo mucho por fijar el
concepto inglés de lo que debería ser una escuela pública.493 Probablemente sea imposible representar al
escolar en su estado natural y de un modo realista; es extremadamente difícil retratarlo de tal manera que le
resulte interesante a los adultos. Con todo, esto último ciertamente se ha logrado dos veces en la literatura
inglesa: por Dickens en Nicholas Nickleby y por Hughes en Tom Brown. En ambos casos, el interés se
concentra en el maestro, en el primero un demonio, en el segundo un semidiós.493 Tom Brown's School
Days es un fragmento de vida, presentado de forma sencilla y modesta, con un humor poco común que
aparece por todas partes, e impregnado del mejor género de sentimiento religioso inglés.491 El libro fue
escrito expresamente para jóvenes, y sería difícil medir la buena influencia que ha ejercido sobre
innumerables muchachos por su poder para participar de sus modos y prejuicios, y para apelar a sus
mejores instintos; pero ha sido recomendado a lectores de toda edad, clase y carácter.491 En su idioma, tal
vez siga constituyendo el mejor cuadro de la vida en las escuelas públicas inglesas. Su secuela, Tom Brown
en Oxford (1861), fue un relativo fracaso.492
George Alfred Lawrence (1827-1876) iba para abogado, pero pronto dejaría su profesión y se entregaría a
la literatura. En 1857 asombró a los lectores de novelas con su Guy Livingstone, or Thorough, con su
deificación de la fuerza y su muy cuestionable moralidad. Los críticos hostiles describieron al héroe como
una mezcla de luchador y libertino, mientras que los admiradores del libro elogiaron su desprecio de los
convencionalismos y la osadía personal tanto del héroe como del autor, y un relato que el autor incluyó en
la obra describiendo su propia niñez y su vida universitaria le daba un toque adicional al libro. Se vendió
mucho, y a partir de entonces Lawrence produciría una obra de ficción casi cada dos años.494 En sus
numerosos libros, el estilo de Lawrence es siempre vigoroso, y él nunca resulta aburrido.495
Narrativa fantástica
Además de poeta, George MacDonald fue un prolífico novelista, especialmente célebre por sus
conmovedores cuentos de hadas y relatos fantásticos de notable encanto y originalidad,203 así como por
haber ejercido una notable influencia posterior en la obra de autores como Edith Nesbit, W. H. Auden, J. R.
R. Tolkien, C. S. Lewis o Madeleine L'Engle. A partir de 1857 las energías de MacDonald fueron
absorbidas en gran parte por la ficción en prosa de dos clases, una de las cuales se ocupaba de cuestiones
místicas y psíquicas204 En 1858 apareció el delicioso "romance feérico"496 Phantastes: A Faerie
Romance for Men and Women, igualmente atractivo como alegoría y como cuento de hadas. Alcanzó
rápidamente la categoría de Ondina y otros clásicos del género.204 El volumen de relatos Adela Cathcart
(1864) y El portento, una historia sobre la clarividencia (1864), desafiaban acertadamente el materialismo
de la época.204
Novela sensacionalista
El género popular de «novela sensacionalista» («sensation novel») surgió en Gran Bretaña a partir de las
anteriores novelas melodramáticas y «novelas de Newgate», y se desarrolló en las décadas de 1860 y 1870.
El término «sensation novel» se aplicó inicialmente en tono despectivo a una amplia gama de novelas de
crímenes, misterio y terror escritas en la década de 1860.497 El subgénero quedó eficazmente definido en
un período de dos años por las novelas de Wilkie Collins, Ellen Wood y Mary Elizabeth Braddon,
inicialmente publicadas por entregas en las nuevas revistas literarias antes de aparecer en un formato de tres
volúmenes favorecido por los préstamos bibliotecarios.497 Winifred Hughes asocia el auge de la «novela
sensacionalista» en la década de 1860 con un continuado gusto popular por la novela gótica del siglo
anterior (particularmente el goticismo escalofriante de Ann Radcliffe y el más horripilante de Matthew G.
"Monk" Lewis, las novelas históricas de Sir Walter Scott, las historias orientales de Lord Byron) y por la
más reciente «novela de Newgate», iniciada por William Harrison Ainsworth, Edward Bulwer-Lytton y
Charles Dickens. Los críticos conservadores, sostiene esta autora, consideran este nuevo subgénero
―como así ejemplifican las novelas de principios de la década de Wilkie Collins, Ellen Wood y M. E.
Braddon― como "impetuoso, vulgar y subversivo".498 Si bien fue La dama de blanco (1859-60), de
Wilkie Collins, la novela que inició la moda «sensation»,497 sería la controvertida East Lynne (1861), de
Ellen Wood, la primera obra en ser denominada por la crítica como "sensacionalista" y la que inició una
tendencia entre cuyos principales exponentes también se incluyen, además de los mencionados Collins (Sin
nombre, 1862; Armadale, 1866) y Wood (La sombra de Ashlydyat, 1863), Mary Elizabeth Braddon (El
secreto de Lady Audley, 1862; Aurora Floyd, 1863) y Charles Reade (Griffith Gaunt o los celos, 1866;
Juego sucio, 1869).
La identidad de Charles Warren Adams (1833-1903) como autor de El misterio de Notting Hill no fue
establecida hasta 1952 por el filólogo William E. Buckler y corroborada en 2011 por el profesor y
especialista en novela policiaca Paul Collins.499 Adams se publicó a sí mismo al menos dos novelas muy
populares, Velvet Lawn (1862) y El misterio de Notting Hill (1865), firmadas con el seudónimo de Charles
Felix.499 El misterio… se había publicado antes, por entregas y sin firma del autor, en Once A Week, del
29 de noviembre de 1862 al 17 de enero de 1863, con ilustraciones de George Du Maurier.500 Según dijo
en 1972 el difunto Julian Symons, gran conocedor de la novela policiaca, "sin duda" El misterio de Notting
Hill es "la primera novela de detectives".500
En El misterio de Notting Hill, la investigación corre a cargo de un agente de seguros, Ralph Henderson.
La novela es su informe, en el que aporta todas las pruebas que demuestran, a su satisfacción, que Madame
R. fue asesinada, así como el modo en que se cometió el crimen. En el informe se encuentran declaraciones
de numerosos testigos, entre ellos policías, y todas se analizan meticulosamente y se valoran con método y
precisión. No hay persecuciones espectaculares, ni enfrentamientos con delincuentes ni operaciones
encubiertas. En este sentido, la novela destaca por su modernidad.501 Por lo que respecta a los anales de la
literatura, es también la primera novela completa de detectives en lengua inglesa.502
La década de 1860 marca el despertar de la novela policiaca. La más conocida de las primeras que se
escribieron es La piedra lunar, de Wilkie Collins (1824-1889), publicada en 1868, después de su
presentación por entregas en All The Year Round, de enero a agosto de ese mismo año.500 Cuando se
publicó La piedra lunar, la novela de detectives ya era un género consolidado.503
Con elementos de misterio y atmósferas tenebrosas tomados de los novelistas góticos (si bien este autor
podía hacer aparecer el misterio y el terror de una manera mucho más ingeniosa que Horace Walpole o Ann
Radcliffe393 ) y otros más influidos por el realismo oscuro y descarnado de las últimas novelas de Dickens,
Collins creó un género nuevo que posteriormente sería cultivado por escritores tan conocidos como Arthur
Conan Doyle y Agatha Christie.504 Bajo el influjo de la novela epistolar del siglo XVIII, Collins fue el
primer novelista que usó el procedimiento de que una historia fuera contada por los personajes de la fábula.
Este concepto de los diversos puntos de vista sería utilizado y profundizado después por Browning y por
Henry James.505
El argumento de La piedra lunar no es tan complicado como el de The Woman in White, y ninguno de sus
personajes se puede comparar con el conde Fosco en firmeza y astucia; sin embargo, la obra está
impregnada de un ambiente de misterio y temor,506 y en ella figura uno de los primeros detectives de la
narrativa inglesa, el sargento Cuff. Como La dama de blanco, La piedra lunar se construye con el
procedimiento de buscar la verdad mediante el testimonio de distintos personajes. El mérito de Wilkie
Collins está en la fuerza con que impone su ambiente agorero, en las escenas de desolación, depresión y
horror.506 Ha sido llamada "la primera, la más larga y la mejor de las novelas policíacas inglesas
modernas".421 T. S. Eliot y Dorothy L. Sayers consideran La piedra lunar la primera novela de detectives
en inglés, aunque Edgar Allan Poe inició el relato de crimen y deducción dos décadas antes.497 Eliot dijo
de ella que no solo es la más larga, sino también la mejor de cuantas novelas policiales han sido
escritas.505
Fergus Hume (Fergusson Wright Hume, 1859-1932) nació en Inglaterra, pero fue llevado a Dunedin por
su padre cuando era muy joven.507 Al descubrir que las novelas de Gaboriau eran entonces muy populares
en Melbourne, obtuvo y leyó varias de ellas y decidió escribir una novela de un género similar. El resultado
fue The Mystery of a Hansom Cab, que tuvo un éxito inmediato cuando se publicó en 1886.507 Se trata de
una historia "cruda pero ingeniosa" en la que el autor basó sus descripciones de los bajos fondos en su
conocimiento de la calle Little Bourke.Nota 48 508
Con el éxito de esta primera novela y la publicación de
otra, El secreto del profesor Brankel (c. 1886), Hume escogió la profesión literaria.508 Durante más de
treinta años fluiría de su pluma un torrente constante de novelas de detectives.507 Publicó unas 140
novelas, la mayoría de ellas historias de misterio ambientadas en Inglaterra, América, África o en el
Continente, que visitaba a menudo. Solo Madam Midas (1888) y su secuela, Miss Mephistopheles (1890),
estaban ambientadas en Australia, si bien otras quince contenían algún tipo de asociación con la colonia.
Sus novelas tenían tramas ingeniosas pero sin gran valor literario, y ninguna gozó de la popularidad de The
Hansom Cab, que desempeñó un importante papel en el auge de la literatura de evasión.508
Hume nunca repetiría el éxito de su primer libro, del cual se vendieron alrededor de medio millón de
ejemplares en vida del autor, pero sus restantes libros tuvieron su público; hasta siete llegaron a publicarse
en un año. Fue un competente escritor de historias de misterio, y puede ser considerado como uno de los
precursores de los numerosos escritores de historias de detectives cuyas obras han sido tan populares en el
siglo XX.507
El escocés Arthur Conan Doyle (1859-1930), médico de profesión, fue un escritor de segundo orden a
quien el mundo debe un personaje inmortal: Sherlock Holmes. Este ser casi mitológico está construido
sobre el caballero Dupin de Edgar Allan Poe, pero goza de una vitalidad que no tiene su precursor.509 En
1891 alcanzó una inmensa popularidad con The Adventures of Sherlock Holmes (Las aventuras de
Sherlock Holmes), que aparecieron originalmente en The Strand Magazine. Estos ingeniosos relatos del
éxito del imperturbable Sherlock Holmes, quien había hecho su primera aparición en A Study in Scarlet
(Estudio en escarlata), 1887), resolviendo crímenes y desentrañando misterios, encontrarían multitud de
imitadores.510 El novelista retomaría a su héroe en The Sign of the Four (El signo de los cuatro), 1889) y
The Memoirs of Sherlock Holmes (Las memorias de Sherlock Holmes), 1893).511
Doyle ha sido conocido por varias generaciones de lectores ingleses pertenecientes a todos los niveles
culturales y poseyendo un pensamiento crítico muy diverso, y el público ha disfrutado mucho con sus
relatos. Su personaje, el detective Sherlock Holmes, y su ingenuo y honrado compañero, el doctor Watson,
son nombres familiares, cuando menos en Inglaterra.512
Ficción especulativa
Al cierre de su larga carrera, Edward Bulwer-Lytton (1803-1873) escribió The Coming Race (1871),
anticipo de la novela utópica de Samuel Butler y H. G. Wells.513
La influencia de Darwin y de los biólogos científicos es muy evidente en la obra narrativa de Samuel
Butler (1835-1902). Butler vivió durante un tiempo en Nueva Zelanda y en 1864 regresó a Inglaterra lleno
de energía para formular severísimos ataques contra la educación, la hipocresía, las inadecuadas relaciones
entre padres e hijos, el optimismo industrial y progresista, y la aburguesada complacencia de la sociedad
victoriana.514 Butler interesa sobre todo como autor de tres novelas de originalidad singular. Erewhon
(1872) es una narración novelada en la que critica la sociedad contemporánea.515 En ella, Butler ataca
ferozmente la robinsoniana insularidad británica, la estupidez y lo disparatado de las instituciones de su
país,515 y ridiculiza el culto religioso anglicano y la teología de las iglesias cristianas.515 El autor arremete
contra la industrialización y la mecanización, y advierte la posibilidad de que el abuso de las máquinas
llegue un día a aniquilar al hombre: las máquinas destruirán al ser humano y se arrogarán sus funciones.
Tampoco la educación se libra de sus sátiras.515 El rechazo del dogma fundamental de la fe cristiana, y su
falta de respeto por los sentimientos y la actuación de los ministros protestantes y los fieles, quedaron
materializados en la atrevida sátira Erewhon Revisited (Nueva visita a Erewhon, 1901),516 secuela de la
anterior. La obra apunta con ánimo satírico al mito de la resurrección y ascensión de Jesucristo.516
Tras publicar su obra poética más extensa, a partir de 1870 William Morris entraría ya en el período de su
vida en el que comenzó a sentir de manera inexorable la llamada que le haría dedicarse a la tarea más
inmediata del reformista.517 Morris fue, como Thomas Carlyle, John Ruskin y John H. Newman, uno de
los hombres que, en los días del mercantilismo triunfante, lucharon con esfuerzo, convicción y visión de
futuro contra lo que consideraban un sistema de vida absurdo.518 La vida humana ideal del futuro estaba
fuera de su alcance; volvió entonces una vez más a la de un pasado remoto o fabuloso, en una serie de
novelas en prosa que continuaría escribiendo durante el resto de su vida.519 Entre 1886 y 1887 publicó
por entregas el más notable de sus escritos en prosa, El sueño de John Ball, una obra de sublimidad y
belleza singulares, que puede ser clasificada como una novela o como un estudio sobre filosofía de la
historia.519 The House of the Wolfings (1889) es una historia en la que un elemento romántico y
sobrenatural se combina con una ambientación semi-histórica de la vida en una comunidad teutónica de
Europa Central en la época del Imperio romano tardío. Fue seguida por The Roots of the Mountains (Las
raíces de las montañas, 1890), una historia con un método un tanto similar, pero en un lugar y un tiempo
menos definidos. La primera de estas historias está vehiculada en una mezcla de prosa y verso utilizada con
notable destreza, que no repetiría, a pesar de que las siguientes novelas contienen pasajes de poesía
lírica.519 A mitad de camino entre estas novelas y la literatura socialista se encuentra la pastoral romántica
de News from Nowhere (Noticias de ninguna parte), que describe la Inglaterra de algún futuro remoto bajo
un comunismo realizado.519 Si en la dorada «tierra de nadie» de su utopía Noticias de ninguna parte
(1890) apenas hay lugar para la literatura y la poesía, es porque Morris considera que estos placeres solo
son imprescindibles en un mundo cuya fealdad hace necesaria la alienación por medio del arte.518
Después vinieron The Story of the Glittering Plain (Historia de la llanura resplandeciente, 1890), The
Wood beyond the World (El bosque más allá del mundo, 1894), Child Christopher (1895) y The Well at the
World's End (El pozo en el fin del mundo, 1896), la más extensa y elaborada de sus novelas. The Water of
the Wondrous Isles y The Story of the Sundering Flood, las dos últimas de la serie, serían publicadas solo
después de su muerte (en 1897 y 1898).519
Estos relatos sobre el mundo redimido del futuro constituyen la parte de su obra que gozó de una mayor
proyección. Para algunos, los relatos escritos en esta prosa imaginativa del último período poseen un valor
superior a cualquiera de sus poesías, y es bien cierto que en narraciones tales como The Well at the World's
End evocarían un mundo imposible de encontrar en ninguna otra parte.520 Morris es un buen prosista, y
sus narraciones de carácter socializante tienen el encanto y la fascinación imaginativa que caracterizan a
este escritor singular.521
Novela naturalista
Atendiendo a criterios puramente semánticos, el Diccionario de la lengua española, elaborado por la Real
Academia Española, define naturalismo, en su tercera acepción, como la "corriente literaria del siglo XIX
que intensifica los caracteres del realismo inspirándose en la ciencia experimental y en la concepción
determinista de las actitudes humanas". Aplicando a la literatura métodos científicos, el naturalismo
pretendía reproducir la realidad con la máxima objetividad y en todos sus aspectos, incluso en los más
vulgares.522 Los más destacados representantes de la narrativa naturalista en Gran Bretaña fueron
Thomas Hardy (1840-1928), George Gissing (1857-1903) y George Moore (1852-1933).
A los treinta y ocho años, Shirley Brooks (1816-1874) comenzó a hacer valer su derecho a ser
considerado un novelista popular escribiendo Aspen Court: a Story of our own Time. Consciente, como
debió haber sido, de su primer éxito digno de consideración como escritor imaginativo, dejaría sin embargo
que transcurrieran cinco años antes de emprender su segundo proyecto como novelista. Lo hizo entonces
como autor de una nueva obra de ficción por entregas, The Gordian Knot (El nudo gordiano), en enero de
1858; pero esta obra, aunque ilustrada por J. Tenniel, y que constaba de solo doce entregas, permanecería
inconclusa durante más de dos años.523 Posteriormente publicaría The Silver Cord (El cordón de plata,
1861) y Sooner or Later (Tarde o temprano),524 con ilustraciones de G. Du Maurier (1866-68, en 3
volúmenes).525
Desde 1853 hasta su muerte, la irlandesa Frances Cashel Hoey (Mrs. Frances Sarah Hoey, 1830-1908) se
mantuvo ocupada de forma continua en el periodismo, la escritura de novelas o la traducción.526 En 1865
Mrs. Hoey comenzó con un relato titulado Buried in the Deep una prolongada relación con el Chambers's
Journal, entonces bajo la dirección editorial de James Payn. Hasta 1894 fue una incesante colaboradora,
escribiendo artículos, relatos y dos novelas por entregas, A Golden Sorrow (1892) y The Blossoming of an
Aloe (1894).526
Mrs. Hoey escribió en total once novelas, que en su mayor parte se ocupan de la sociedad mundana. Su
primera novela, Un castillo de naipes (en 3 volúmenes, 1868),526 dos novelas posteriores ―Falsamente
verdadero (1870) y The Question of Cain (1882)―, y su última novela, A Stern Chase (1886), alcanzaron
cada una de ellas una segunda edición, y algunas gozaron de buena aceptación en Canadá y en los Estados
Unidos. Mrs. Hoey también fue en gran parte responsable de Land at Last (1866), Oveja negra (1867),
Esperanza perdida (1867), Rock Ahead (1868) y Un agravio enmendado (1870), cinco novelas que fueron
publicadas bajo el nombre de Edmund Yates; de la última obra Mrs. Hoey fue la autora única, y el secreto
de su autoría fue divulgado.527
Mortimer Collins (1827-1876), hijo de un notario de Plymouth,528 fue un prolífico autor, que escribió
varias novelas, incluyendo Sweet Anne Page (1868); Two Plunges for a Pearl (1872); Mr. Carrington
(1873), bajo el nombre de «R. T. Cotton»; y A Fight with Fortune (1876).528 Sus novelas,
descuidadamente construidas, son las novelas de un humorista, más interesantes por observaciones sueltas
que por el desarrollo de las historias.529
Sir Walter Besant (1836-1901), novelista e historiador de Londres,530 ejerció con éxito numerosas ramas
del arte literario, pero es mayormente conocido por su larga sucesión de novelas, muchas de las cuales han
gozado de una notable popularidad.531 En 1871 inició su fructífera sociedad literaria con James
Rice.Nota 49 532
El primer resultado de la misma fue Ready-Money Mortiboy, que apareció inicialmente
por entregas en el Once A Week y fue publicada en tres volúmenes en 1872. El libro fue acogido con
entusiasmo por el público. La colaboración se mantendría hasta la invalidez de Rice por enfermedad en
1881. Los frutos fueron My Little Girl (1874); With Harp and Crown (Con el arpa y la corona, 1874); This
Son of Vulcan (Este hijo de Vulcano, 1875); The Golden Butterfly (La mariposa dorada, 1876), un éxito
triunfal; The Monks of Thelema (Los monjes de Thelema, 1877); By Celia's Arbour (Junto a la arboleda de
Celia, 1878); The Chaplain of the Fleet (El capellán de la flota, 1879) y The Seamy Side (El lado sórdido,
1881).533 El reparto de tareas hacía que Rice fuera principalmente responsable de la trama y su desarrollo,
y Besant de la forma literaria.533 De estas novelas, al menos dos, The Golden Butterfly y Ready-Money
Mortiboy, se encuentran entre sus obras más vigorosas y significativas. Atribuibles, aunque no sin
exageración y excentricidad, a la influencia de Dickens, están llenas de abundante humor, observaciones
perspicaces y sano sentido común, y contienen personajes que se han ganado un lugar en la amplia galería
de la ficción británica.531
En el último cuarto del siglo XIX, el número de aficionados a la novela era mayor que nunca. La Ley de
Educación de 1870 garantizó la educación general básica de los cinco a los once años, lo cual generó
grandes expectativas de lectura entre personas procedentes de clases trabajadoras, semieducadas, que
buscaban en la literatura una manera de distraerse en sus ratos libres. Esta época no hizo surgir a Dickens,
el gigante literario capaz de arrasar las barreras sociales, pero sí a Robert Louis Stevenson (1850-1894), un
narrador nato de extraordinaria sensibilidad estilística.534
Mediada la década de 1870, hicieron su aparición nuevos valores, tanto por lo que se refiere a las novelas
que se escribían como al público que las leía. El número de lectores fue en aumento, y muchos de ellos no
poseían tradición alguna y se oponían a las largas novelas de tres volúmenes que habían sido antes muy
populares.535 Los nuevos lectores querían una novela fácil de leer y no demasiado larga. Esa clase de
demanda había existido siempre, pero iría incrementándose con el aumento del público lector.536
Stevenson habría de ser uno de los primeros escritores en conseguir que los editores fueran conscientes de
esos cambios.535 Paulatinamente, los editores se dieron cuenta de que podían obtener mayores beneficios
de los volúmenes más cortos y más asequibles.535 A partir de ese momento, se pueden detectar dos tipos
de novelistas: aquellos que de forma deliberada o natural se adaptan al gran público, y aquellos otros que
siguen el camino que les marca su arte por lugares más difíciles y que a menudo ven cómo se les niega el
favor popular.537
La novela desde 1881 ha seguido un rumbo curiosamente análogo al de la escritura histórica. Afianzado
como estaba por maestros del viejo régimen como Meredith y Hardy, y por aquellos que en ese momento
gozaban incluso más del favor popular como Wilkie Collins, Anthony Trollope, Besant y Rice, Blackmore,
William Black y un enorme regimiento en auge de mujeres novelistas ―Mrs. Lynn Linton, Rhoda
Broughton, Mrs. Henry Wood, Miss Braddon, Mrs. Humphry Ward―, el género parecía firmemente
anclado a las viejas fórmulas y a las viejas formas.538
Hacia el fin del siglo XIX, la novela se hallaba firmemente establecida como género literario. En 1884,
Henry James, en The Art of Fiction, explicaba el cambio que se había operado y determinaba el lugar que
le correspondía a la novela en el campo de la literatura. Era el momento en que Meredith, Walter Pater,
Henry James, Conrad y George Moore se imponían el deber de cultivar la novela con estricto rigor artístico
y dedicar a su composición el cuidado tradicionalmente concedido a la poesía y al drama. Sin embargo, los
ideólogos y teorizantes se aprovecharon del género como vehículo de crítica social y para satirizar las
costumbres establecidas. El principal en esta línea fue Butler, que se sirvió de la novela para demoler las
tradiciones victorianas y la utilizó como advertencia crítica de la sociedad futura.514
A finales de siglo comienza a abrirse un vacío entre lo que lee la intelligentsia y lo que lee el inglés medio.
Como el relato cae en baja estima para los críticos, porque parece demasiado fácil o poco digno, surge una
nueva casta de escritores populares que vienen a satisfacer la necesidad de lectura. Entre ellos podemos
mencionar a Rider Haggard, Ouida, E. W. Hornung (el creador de las historias de los Raffles) y, el mejor
de todos, Conan Doyle, que dominaba a la perfección todo género popular que tocaba.539
Ouida (Marie Louise de la Ramée, 1839-1908) escribió más de 40 novelas, que gozaron de considerable
popularidad.540 En el primer periodo de su producción literaria (años 1860), había seguido la moda de la
narrativa sensacionalista imperante en la época. De sus obras posteriores cabe destacar Two Little Wooden
Shoes (1874), Signa (1875), In a Winter City (1876), Moths (1880), In Maremma (1882) o A House Party
(1887). En The Massarenes (1897), ofrecía un espeluznante cuadro del millonario advenedizo en la
sofisticada sociedad londinense. Este libro era muy apreciado por Ouida, pero no lograría sustentar su
popularidad, que decayó después de 1890.541
Richard Jefferies (1848-1887), novelista y naturalista, publicó en 1874, en parte con su propio dinero, su
primera novela: The Scarlet Shawl (El chal escarlata). Al igual que sus sucesoras, Restless Human Hearts
(Inquietos corazones humanos, 1875) y The World's End (El fin del mundo, 1877), resultó ser un fracaso.
Su siguiente novela, The Dewy Morn, aunque netamente superior a sus predecesoras, no pudo en aquel
momento encontrar editor.542 Tras publicar una serie de obras misceláneas y de carácter científico,
Jefferies sintió la necesidad de combinar al naturalista con el novelista, y, comprimida en el molde de la
ficción, la profusión de sus observaciones y su imaginación adquirieron algo así como una unidad
artística.543 Wood Magic: A Fable (Wood Magic: una fábula, 1881) forma una secuencia con la posterior
novela Bevis: the Story of a Boy (Bevis: la historia de un niño, 1882); ambas están protagonizadas por el
mismo niño-héroe y ambientadas en un entorno bucólico, si bien la primera es una fábula llena de fantasía
mientras que la segunda es más realista. Bevis es la idealización de su propia infancia. Es un libro hermoso,
pero fue superado con creces por la originalidad creativa de su predecesor, Wood Magic (1881), que está
basado en la idea de un mundo de animales que hablan y razonan, mostrando en sus modos y hechos todas
las pasiones del género humano, y entre los cuales un niño, el único personaje humano, se mueve un tanto
como el coro de una tragedia griega. El último capítulo, el "Diálogo de Bevis y el viento", es uno de los
mejores poemas en prosa en su lengua.543 Así como Bevis idealiza las escenas y episodios de la infancia
de Jefferies, The Story of my Heart (La historia de mi corazón, 1883) idealiza los sentimientos y anhelos de
su juventud; difícilmente sea lo que el muchacho realmente pensaba, pero encarna todo lo que habría de
pensar una vez que hubiese alcanzado intelectualmente la condición de hombre. El único punto fijo en ella
es su intenso panteísmo.543 Estos libros, junto con Wild Life, le otorgan a Jefferies su lugar permanente en
la literatura inglesa.543 Posteriormente, Jefferies concluiría su novela más ambiciosa y singular, Amaryllis
at the Fair (1884). Estrechamente basada en sus propias experiencias familiares, describe una granja y una
familia que se acercan de manera imperceptible al desastre. Hay en ella poco desarrollo narrativo.
[cita requerida]
De todos aquellos escritores que iniciaron su actividad en el siglo XIX y la prosiguieron en el XX, ninguno
está más cerca de nosotros que Henry James (1843-1916),544 contemporáneo de Thomas Hardy.
Indudablemente no hay dos novelistas más distintos. Hardy nunca fue bueno a la hora de analizar
minuciosamente las motivaciones de la conciencia y nunca se sintió a gusto al describir el grupo social que
a James más le iba, el de la gente acomodada. En realidad, James sigue la tradición de novela realista
heredada de Jane Austen (a quien sorprendentemente no valora), George Eliot y Turguénev (el modelo que
más claramente reconocía). Evita las estructuras melodramáticas, grotescas y tambaleantes545 de la novela
victoriana típica de los primeros años. Sus personajes se enfrentan a problemas amorosos y conyugales, o a
la alternativa que se les plantea cuando no saben si deben dejarse llevar por el propio interés o renunciar al
mismo. Suelen contraponer distintos códigos de conducta, en un entorno meticulosamente diseñado que
forma parte de la acción, aunque esta se adelanta ligeramente y las cuestiones morales afloran a la superficie
a través del análisis detallado de las mentalidades o a través de inteligentes diálogos alusivos.545
Como novelista, Henry James es moderno entre los modernos tanto en temas como en métodos. Es
enteramente leal a la vida contemporánea y reverencialmente exacto en su transcripción de las fases. Sus
personajes son, en su mayoría, gente de mundo que concibe la vida como una de las bellas artes y dispone
de tiempo libre para llevar a cabo sus teorías. Rara vez se encuentran de cerca con algún cometido práctico
desagradable. Son sutiles y complejos con la sutileza y la complejidad que provienen de la preocupación
consciente por ellos mismos. Son especialistas en
conducta y consumados maestros en casuística, y están
llenos de variaciones y sombras de recovecos.546
Revelar el poder y la tragedia de la vida a través de
tantas condiciones minuciosamente limitantes y
aparentemente artificiales, y por medio de personajes
un tanto cohibidos y propensos a hacer de la vida no
más que un pasatiempo placentero, bien podría parecer
una tarea imposible. Sin embargo, es precisamente en
esto en lo que Henry James tiene un éxito
preeminente. Lo esencialmente humano es lo que
realmente le importa, por mucho que en ocasiones
pueda parecer preocupado por su técnica artística o
por la máscara de convenciones a través de la cual
hace que se revele lo esencialmente humano.546
La mejor novela que escribió James en esta primera fase es indiscutiblemente The Portrait of a Lady
(Retrato de una dama)550 (1881). La novela destaca sobre todo por la intensidad con que se elabora el
personaje de Isabel.551 James quería refinar la técnica novelística, convertirla en una herramienta artística
más sensible y más sólida, utilizarla para investigar niveles de caracterización más profundos, sombras más
sutiles de conciencia. Esto es lo que consigue en The Portrait, y al leerlo entendemos por qué a James se le
suele considerar el padre de la novela moderna.551 James es uno de los escritores que mejor han analizado
la complejísima conciencia moderna.534
The Bostonians (1886), escrita en un tono satírico, presenta con desagradable fidelidad a una mujer
bostoniana de mentalidad fuerte dominada por una «misión», "que afronta con fuerza la vida", nunca es tan
feliz como cuando lucha, se esfuerza y sufre a lo largo de toda la novela por una causa que es la
emancipación de la mujer.552
A esta primera fase le seguiría una serie de estudios dedicados ya exclusivamente al modo de vida inglés,
entre los que se incluye The Tragic Muse (1890) y varias novelas más.442
Otra novela, Lo que Maisie sabía (1897), insinúa una
historia atroz, a través de la inocente ignorancia de una
niña, que la narra sin entenderla. Sus relatos son
voluntariamente ambiguos; el más divulgado de todos,
Otra vuelta de tuerca (1898), admite, por lo menos, dos
interpretaciones.553
Sabine Baring-Gould (1834-1924), novelista inglés, era poseedor de una pluma dispuesta, y comenzó a
publicar libros sobre temas diversos ―física, viajes, historia, folclore, religión, mitología― desde 1854 en
adelante. Su novela Mehalah (1880), cuyo escenario se sitúa en la costa este de Inglaterra, era una historia
excelente, y entre otras muchas cabe mencionar John Herring (1883), un relato del West Country; Court
Royal (1886); La araña roja (1887); The Pennycomequicks (1889); Cheap Jack Zita (1893) y Broom
Squire (1896), un relato de Sussex.557
Tras la muerte de James Rice, con quien escribió conjuntamente casi una decena de novelas entre 1871 y
1881, Sir Walter Besant continuaría escribiendo novelas en solitario, produciendo anualmente una obra de
ficción de extensión estándar durante veinte años.533 Las tramas de Besant en solitario poseen una
estructura mucho más suelta que las que escribió con su socio, y se basaba en mayor medida que antes en
sucesos históricos. En Dorothy Forster (3 volúmenes, 1884), que Besant consideraba su mejor obra, dio
muestras de su ingeniosidad al situar una elegante historia de amor en un marco histórico.533 El
tratamiento que hace Besant de la sociedad contemporánea resulta en su mayor parte menos satisfactorio.
Pero dos de sus obras de ficción moderna, All Sorts and Conditions of Men (1882) y Children of Gibeon
(1886), alcanzaron una popularidad muy superior a la de cualquier otra obra suya, pero en otro sentido
distinto al puramente literario.533
Besant, quien siempre tuvo un fuerte interés filantrópico, había investigado personalmente los problemas de
la pobreza en el este de Londres, y en estas dos novelas ponía en valor propuestas concretas para su
solución. El segundo libro se centraba en los males de la explotación laboral, y ayudó a impulsar el
movimiento para la asociación comercial de las mujeres trabajadoras. El primer libro, All Sorts and
Conditions of Men, que consistía mayormente en un enérgico alegato por la regeneración social del East
London, estimuló enormemente la solidaridad individual de los acomodados hacia los pobres del East End.
En esta novela, Besant representó un ficticio «Palace of Delight [Palacio del Disfrute]», que debería
remediar la triste monotonía de la vida en el East End.533 La novela mostraba una imagen tan clara de la
vida real y las escasas oportunidades de la gente común del este de Londres que llevaría a la creación del
Palacio del Pueblo en la vida real. La obra dio impulso a muchas otras tentativas de reformas sociales, y
ayudó a su autor a hacerse un hueco entre los reformadores sociales de su generación.532 Aunque no es en
sí mismo un pionero en los esfuerzos realizados por el canónigo BarnettNota 50 y otros para aliviar los
males sociales del East End por medio del contacto personal de hombres y mujeres educados pertenecientes
a una clase social superior, sus libros prestaron un inmenso servicio al movimiento al popularizarlo.531 Su
solidaridad con los pobres quedaría demostrada en otro intento de conmover a la opinión pública, esta vez
contra los males del sistema de explotación, en The Children of Gibeon (1886).531
Las restantes novelas de Besant correspondientes a este periodo son: The Revolt of Man (1882), All in a
Garden Fair y The Captain's Room (ambas de 1883), Uncle Jack (1885), The World went very well then
(1887), Herr Paulus y For Faith and Freedom (ambas de 1888), The Bell of St. Paul's (1889), Armorel of
Lyonesse (1890), St. Katharine's by the Tower (1891), The Ivory Gate (1892), The Rebel Queen (1893),
Beyond the Dreams of Avarice y In Deacon's Orders (ambas de 1895), The Master Craftsman y The City
of Refuge (ambas de 1896), A Fountain Sealed (1897), The Changeling (1898), The Orange Girl (1899),
The Fourth Generation (1900) y The Lady of Lynn (1901).
Rosa Mulholland (1841-1921) fue una escritora irlandesa casada con el prestigioso anticuario victoriano
sir John Gilbert, quien, además, era un experto en el folclore de Irlanda e Inglaterra.558 Sus primeros
éxitos como escritora, The Wild Birds of Killeevy (1883) y Marcella Grace (1886), hablan de los problemas
socio-políticos de Irlanda bajo la dominación inglesa, y abogan por la creación de una aristocracia católico-
irlandesa que paliara los efectos negativos del feudalismo inglés.559
En Robert Louis Stevenson (1850-1894) estimamos el estilo más que los ideales.560 Su prosa es fluida y
atrayente, cuidadosamente articulada y un tanto carente de vigor.561 Había sabido cómo poner a todo lo
que escribía el sello de un vívido encanto personal; había demostrado ser un maestro de la frase apropiada y
vigorosa; y ya fuera en el cuento o la parábola, el ensayo o la meditación del viajero, se había referido a
puntos vitales de la experiencia y las sensaciones con la observación y la perspicacia de un verdadero poeta
y humorista.562 Stevenson hizo todo lo que pudo para dotar al género narrativo de la novela de aventuras
de un realismo y una perfección artística que le proporcionaran la debida dignidad. Estilista cuidadoso,
Stevenson adopta una posición moralmente neutral ante su arte, y estima que la gracia en el manejo del
material artístico es más importante que su valor intelectual.563 La neutralidad y la objetividad fueron su
divisa, puesto que la parcialidad es inmoral, y es erróneo todo libro que ofrece un cuadro engañoso del
mundo y de la vida.564 La teoría y la práctica del estilo lo preocuparon siempre.565 Consciente, pues, de
que el escritor es un orientador de la sociedad y seguro de que por humilde que sea una obra literaria puede
causar mucho daño o mucho provecho, adopta la doctrina estética de la serena imparcialidad y se adhiere a
la idea de la absoluta supremacía de los derechos del arte.564 Estas ideas le hacen mucho más exigente que
otros narradores, y a su luz escribió los ensayos, narraciones de viajes, cuentos y novelas que su corta vida
le permitió.563 Sus maestros más inmediatos fueron sin duda Flaubert, Maupassant y Mérimée. Eso quiere
decir que con Stevenson entra en la prosa narrativa inglesa, y alcanza exótica fascinación, la lección
estilística de los naturalistas fraceses, la elección de la
palabra justa, insustituible, el sentido del color, del
sonido, del matiz esencial, del detalle observado con
exactitud, y al mismo tiempo la aversión a todo exceso
romántico o sentimental, el ejercicio de una sobriedad
y un dominio de sí mismo casi estoicos.566
En 1885 publica Prince Otto (El príncipe Otón). En esta historia, o fantasía, ciertos problemas de caracteres
y relaciones conyugales que habían ocupado al autor desde su tragedia juvenil Semíramis son resueltos con
un vivo juego de intelecto y humor, y (como algunos piensan) con un exceso de refinamiento y
experimentación estilística, en un escenario de la vida cortesana alemana y con un delicioso trasfondo de
paisajes forestales alemanes. El libro, nunca muy popular, es uno de los más característicos de la mentalidad
del autor.568
En 1886 llegaron dos éxitos que incrementaron enormemente su reputación, y con ella su poder
adquisitivo. Éstos fueron The Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde (El extraño caso del doctor Jekyll y
Mr. Hyde) y Kidnapped (Secuestrado). El primero, basado en parte en un sueño, es un llamativo apólogo
sobre la doble vida de un hombre.569 En esta novela, un maravillosamente poderoso y sutil relato
psicológico,328 Stevenson abandonó su tono habitual para escribir una alegoría moderna sobre el bien y el
mal en la personalidad humana.535 Publicado como "shilling shocker",Nota 51 un formato de moda en
aquella época, se hizo popular al instante;569 fue traducido al alemán, francés y danés; y los nombres de
sus dos personajes principales han pasado al acervo común de referencias proverbiales.569 En Secuestrado
―una historia escocesa para jóvenes sugerida por el histórico incidente de los asesinatos de
Appin―Nota 52 las aventuras resultan apenas menos emocionantes que las de La isla del tesoro, los
elementos de delineación de personajes son más sutiles y llegan más lejos, mientras que el elemento
romántico de la historia y el sentimiento patriótico están expresados como casi nunca lo habían estado
desde Scott. El éxito de estas dos historias, tanto de crítica como de público, cimentó la posición de
Stevenson al frente de los jóvenes escritores de su época, entre quienes su ejemplo favoreció una mayor
atención general a las cualidades técnicas de estilo y elaboración, así como una reacción a favor de la
novela de acción y romance frente a las modalidades de ficción más analíticas y menos estimulantes que
predominaban entonces.569
El barón de Ballantrae (1889) es una novela, hasta cierto punto histórica, sobre una querella entre dos
hermanos que dura toda la vida.570 Muchas personas piensan que esta trágica historia de odio fraterno
ocupa el primer lugar entre las novelas del autor, tanto por la viveza de sus descripciones como por su
penetración psicológica.571 En el Pacífico había planificado y comenzado, en colaboración con Mr. Lloyd
Osbourne, su única tentativa de una historia extensa y prolongada sobre la vida contemporánea, The
Wrecker571 (1890-92). Catriona (1893), secuela de Secuestrado, es, como ésta, otra novela histórica en la
línea de las de Walter Scott, y está igualmente ambientada en el período político de las Highlands posterior
a 1745. Ambas resisten la comparación con Scott, y al compararlas resultan más ligeras en cuanto a
erudición, caracterización y sentido nacional; pero resultan más eficaces en cuanto narraciones.327
Catriona contiene parte del mejor trabajo del autor, especialmente en las escenas finales de Leiden y
Dunkerque. La comedia de una pasión juvenil difícilmente ha sido expresada de manera más brillante o
más delicada.572
En 1892 había comenzado The Ebb-Tide (Bajamar), una oscura historia de crímenes y aventuras en los
mares del Sur, planificada algún tiempo antes bajo el título de Pearl-Fisher (El pescador de perlas) en
colaboración con Mr. Lloyd Osbourne.573 Fue publicada por entregas entre noviembre de 1893 y enero de
1894, y en formato de libro en septiembre de 1894.573
Con Weir of Hermiston (comenzada en 1892 y publicada póstumamente en 1897), Stevenson presenta el
esquema de una novela de mayor profundidad y más amplia estructura que las anteriores.570 Quedó
inconclusa al morir el escritor, pero aun así en ella están perfectamente desarrollados tanto el entorno
escenográfico como los principales personajes. De entre todas sus obras, esta prometía ser la mejor. En ella
Stevenson profundiza aún más en la caracterización de tipos nacionales, ofreciéndonos un somero
panorama de la estructura económica de Escocia y de los grupos que de ella surgen en entornos rurales y
urbanos. Con esto el elemento romance adquiere mayor densidad e importancia.574 Los pocos capítulos
que pudo completar, tomados como bloques separados de presentación narrativa y de personajes, son del
más alto poder imaginativo y emotivo.573 Se trata de una trágica historia de las fronteras escocesas, cuyo
personaje principal estaba basado en el famoso juez Lord Braxfield.Nota 53 573
Stevenson no parecía tener
la suficiente capacidad imaginativa, ni el método y preparación para escribir novelas extensas de
argumentación trabada y perfilada caracterización. Sin embargo, Weir of Hermiston es un indicio seguro de
hasta dónde hubiera podido llegar Stevenson, ya que, de haberse terminado, esta obra podría ponerse al
lado de cualquiera de las grandes novelas escocesas de Walter Scott.575
En 1884, Mrs. Humphry Ward (Mary Augusta Ward, 1851-1920) publicó un ambicioso aunque breve
estudio de la vida moderna, Miss Bretherton, la historia de una actriz.576 Pero sería su siguiente novela la
que habría de hacerla famosa. En febrero de 1888 apareció Robert Elsmere, una poderosa novela que traza
la evolución mental de un clérigo inglés, de carácter y conciencia sublimes y con inclinaciones
intelectuales, obligado a rendir su propia ortodoxia a la influencia de la «Alta crítica». El personaje de
Elsmere debe mucho a reminiscencias del filósofo T. H. Green y del historiador J. R. Green. El libro se
convirtió en motivo de conversación del mundo civilizado, en gran parte como consecuencia de una reseña
de W. E. Gladstone en el The Nineteenth Century.576 Sería el elemento tópico el que conseguiría deslizar
en todos los salones ingleses el Robert Elsmere de Mrs. Humphry Ward. Debió su popularidad no tanto a
aquel público nuevo y no cultivado, cuanto al hecho de que en sus planteamientos sobre la fe cristiana
recogió un tema que se trataba sin duda del más popular en su época.537 En cinco meses alcanzó siete
ediciones en un formato de tres volúmenes, y las ediciones baratas estadounidenses tuvieron unas ventas
enormes. Fue traducida a varios idiomas europeos, y fue objeto de artículos en doctas revistas extranjeras.
Robert Elsmere es en sí misma una buena historia, especialmente por su representación del conflicto
emocional entre Elsmere y su esposa, cuya ortodoxia demasiado constreñida lleva su fe religiosa y su
mutuo amor a un terrible callejón sin salida; pero lo que le otorgó al libro su buena aceptación fue el
detallado debate sobre la «Alta crítica» de la época, y su influencia en la fe cristiana, más que su poder
como obra de ficción dramática. Dio origen, como ninguna obra académica podría haber hecho, a un
debate popular sobre el cristianismo histórico y esencial.576
H. Rider Haggard (1856-1925) perdió por poco la oportunidad de ser algo más que un exitoso escritor de
novelas de aventuras. Evidentemente es mucho más competente que Grant Allen, cuya The Woman Who
Did fue, en 1895, no solo tópica sino incluso atrevida.537 La primera novela de este literato y científico
(1848-1899) fue Philistia, que apareció originalmente por entregas en The Gentleman's Magazine, y fue
publicada en 1884 en los en aquel entonces habituales tres volúmenes.577 Este libro es en gran medida
autobiográfico. Aunque no gustó al público, el autor recibió suficiente estímulo para continuar. Durante los
siguientes quince años publicaría más de treinta libros de ficción,577 entre los cuales destaca The Woman
Who Did (1895). Se trata de una Tendenz-Roman [novela de tesis] escrita, como dijo el autor, "por primera
vez en mi vida total y exclusivamente para satisfacer mi propio gusto y mi propia conciencia". La heroína
es una mujer con todas las virtudes que, por respeto a la dignidad de su sexo, se niega a someterse al
vínculo legal del matrimonio. Las desastrosas consecuencias de semejante proyecto vital son desarrolladas
por el autor con implacable precisión. Pretendía que el libro, con toda seriedad, fuera tomado como una
protesta contra el sometimiento de las mujeres.577 El público lo leyó con entusiasmo, pero quedó
escandalizado.577
Hall Caine (Thomas Henry Hall Caine, 1853-1931) comenzó en 1885 una sumamente exitosa carrera
como novelista de tipo melodramático con La sombra de un crimen, seguida por El hijo de Agar (1886),
The Deemster (1887), The Bondman (1890), The Scapegoat (El chivo expiatorio, 1891), The Manxman
(El manés, 1894), The Christian (1897), The Eternal City (La ciudad eterna, 1901),578 etc.
Marie Corelli (1855-1924), novelista y mística inglesa, produjo una historia romántica que resultaba
siquiera ingeniosa, si no notablemente bien escrita, sobre el tema de una auto-revelación que conecta a la
deidad cristiana con una fuerza mundial en forma de electricidad, y que fue publicada en 1886 con el título
de Un romance de dos mundos. Se vendió de forma inmediata y copiosa, lo que dio como resultado,
naturalmente, que la autora dedicara sus aptitudes inventivas a satisfacer las demandas del público de otra
obra similar. Así pues, escribió de manera sucesiva una serie de novelas románticas melodramáticas,
originales en ciertos aspectos de su tratamiento, audaces en otros, pero todas ellas combinando una trama
legible con suficiente "fundamento" de lo que la mayoría demandaba de corrección ética y religiosa para
adaptarse a los gustos contemporáneos ampliamente difundidos; fueron éstas Vendetta (1886), Thelma
(1887), Ardath (1889), El alma de Lilith (1892), Barrabás (1893), Los padecimientos de Satán (1895)
―los mismos títulos resultaban atractivos―, El átomo poderoso (1896)579 y otras, hasta The Master
Christian (1900), que nuevamente satisfacía la demanda socio-ético-religiosa.580 Miss Corelli poseía la
virtud de escribir con bastante sinceridad y con convicción, frente a eminentes críticos que hacían
comentarios despreciativos por su mal estilo y su sensacionalismo, sobre temas que los lectores
convencionales no obstante disfrutaban, y rotundas tramas que resultaban dramáticas y vigorosas.580
Hugh Stowell Scott (1862-1903) comenzó trabajando para una firma aseguradora en la City de Londres.
Sin embargo, la rutina comercial le resultó desagradable. Sentía un ardiente deseo de viajar al extranjero y
estudiar las nacionalidades foráneas, por lo que se vio impulsado a probar suerte en la narrativa. Su primer
experimento fue Young Mistley, que envió a Bentley y publicó de forma anónima en 1888 (en 2
volúmenes). En su siguiente libro, The Phantom Future (1889, 2 volúmenes), adoptó el seudónimo de
«Henry Seton Merriman» con el fin de esquivar la desaprobación de su familia, y hasta el final utilizaría el
mismo disfraz. The Phantom Future fue seguida por otras dos historias igualmente inmaduras: Suspense
(1890, 3 volúmenes) y Prisoners and Captives (1891, 3 volúmenes).581 En 1892 despertó el interés de
James Payn, entonces editor del Cornhill, con una historia bien construida sobre la vida de los franceses y
los ingleses, The Slave of the Lamp, que tras ser publicada por entregas en el magacín fue bien recibida al
publicarse por separado. Su sucesora, From One Generation to Another (1892), fue acogida tan
calurosamente como para justificar la decisión de Scott, cuyos recursos siempre fueron abundantes, de
abandonar la City y dedicarse en exclusiva a la profesión de novelista. En 1894, su historia With Edged
Tools, ambientada en África Occidental, atrajo la atención del público y le otorgó un lugar destacado entre
los novelistas populares de su época. Siguió rápidamente The Grey Lady (1895), que trataba sobre la vida
marinera; algunas de sus escenas fueron extraídas de una visita a las islas Baleares.582
Estudió los métodos de Dumas y dedicó todo el tiempo y dinero disponibles a la detallada puesta en escena
de una serie de novelas sobre las nacionalidades modernas. Su más ambiciosa y en conjunto más exitosa
realización fue la emocionante historia rusa que apareció en 1896 con el título The Sowers.582 Fue
seguida, a intervalos de aproximadamente dieciocho meses entre una y otra, por Flotsam (1896), una
historia ambientada en Delhi en los días de la sublevación; In Kedar's Tents (1897), un relato de intriga en
la España carlista; Roden's Corner (1898), una historia anglo-holandesa que incorpora un ataque a las
compañías promotoras sin escrúpulos; Dross (1899), que no fue publicada en formato de libro en Gran
Bretaña; The Isle of Unrest (1900), una historia de vendettas corsas un tanto al estilo de Mérimée,582 etc.
En el momento de su muerte, Scott era uno de los novelistas más logrados y más ampliamente leídos de su
época.582
Pearl Mary Teresa Craigie (1867-1906), novelista y dramaturga, que escribió bajo el seudónimo de
«John Oliver Hobbes»,583 publicó en 1891 en la «Pseudonym Library» de Mr. Fisher UnwinNota 54 su
primer libro, Some Emotions and a Moral. Su estilo epigramático y su sabor ligeramente cínico le
aseguraron un éxito popular. Solo en Inglaterra se vendieron 6.000 ejemplares en un año, y más de 40.000
en vida de la autora.584 En mayo de 1892 vendría su segundo libro de similar textura, The Sinner's
Comedy.584 A partir de entonces, Mrs. Craigie escribiría sin cesar. A Study in Temptations (1893), A
Bundle of Life (1894) y The Gods, Some Mortals, and Lord Wickenham (1895), que fue publicada por
entregas en el Pall Mall Budget, no lograron alcanzar la popularidad de su primer volumen, mientras que
The Herb Moon: a Fantasia (1896) fue un relativo fracaso. Con todo, en conjunto estas novelas
determinaron su posición como brillante observadora y crítica de la vida social de su tiempo.584
El tema de una comedia que proyectó a continuación para Sir Henry Irving no lograría interesar al actor, y
convirtió el borrador en una novela, The School for Saints (1897), que resultó ser una obra psicológica más
seria de lo que había intentado hasta entonces.584 Esta obra tendría una secuela: Robert Orange
(1900).585 Su última novela de este periodo es The Serious Wooing (1901).586
Joseph Conrad (1857-1924) es uno de los mayores novelistas y cuentistas de la literatura inglesa. Como
en el caso de Bernard Shaw, su iniciación literaria fue tardía; su primer libro data de 1895, cuando el autor
ya había navegado por todos los mares del mundo, recogiendo, sin proponérselo, experiencias para su obra
ulterior.587 Conrad es un caso extraordinario de amor al mar y de fidelidad a la lengua y a la nación que en
su época era la dueña de los mares. Con la marina mercante inglesa viajó por América, Oriente, la India,
África y Australia. Su interés por los barcos y el personal que los tripulaba, la vida en ellos y su lucha
contra las fuerzas del océano, constituyen en gran parte la cantera de la que saca sus primeros materiales de
escritor.588 Los accidentes y aventuras de sus viajes a Bangkok, Bombay, Singapur, Malasia, Australia o el
Congo se reflejan en relatos como Juventud, El Negro del 'Narciso', Tifón o El corazón de las tinieblas.589
En un velero, camino de Adelaida, empezó a escribir su primera novela, La locura de Almayer (1895).589
Con una amplia experiencia de la mar, de Asia y América y de los puertos de todo el mundo, escribiría, en
un inglés muy elaborado y extrañamente rítmico, una serie de novelas590 que comienza con la ya
mencionada Almayer's Folly (La locura de Almayer).
Entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX publicó Conrad sus novelas de tema marítimo.
El Negro del «Narciso» (1897) es una narración impresionista de sus propias experiencias en el viaje de
Bombay a Londres por el Océano Índico y rodeando el Cabo de Buena Esperanza. La novela es
psicológica, y expone el drama humano de un grupo de hombres que se enfrentan con el mar en uno de sus
momentos más terribles.589
En su época, una buena dosis de la popularidad que llegaría a alcanzar se basaba en sus primeras novelas
sobre la mar y sobre exóticos lugares.590 Las más notables serían, amén de las ya mencionadas, Youth
(Juventud, 1898) y Lord Jim (1900).590 Estas novelas coloristas y románticas le proporcionaron la fama, y
sería gracias a ellas como seguiría conservando a la mayoría de sus lectores.590 La base de la ficción
novelesca de Conrad es la historia de aventuras, pero contada con una compleja evocación humorística y
con un constante interés psicológico.591
El corazón de las tinieblas (1899) está inspirada en las experiencias personales de Conrad mientras
navegaba por el río Congo.589 En su obra maestra, Lord Jim (1900), otro relato de mar y de acción,589 el
tema central es la obsesión del honor y la vergüenza de haber sido cobarde.592
El periodista londinense Thomas Anstey Guthrie (1856-1934) escribió, a menudo bajo el seudónimo de
«F. Anstey», relatos y novelas de carácter fantástico, cómico y satírico, en la mayoría de los cuales algún
elemento mágico es introducido en la sociedad contemporánea, con caóticas consecuencias.593 Estas obras
fueron ampliamente imitadas por numerosos escritores,593 convirtiéndose así en arquetipos de un
subgénero distintivo de "fantasías ansteyanas". En su obra más exitosa, Vice Versâ, o una lección para
padres (1882), un caballero victoriano y su hijo en edad escolar intercambian sus personalidades; la novela
ha sido adaptada al cine en dos ocasiones hasta la fecha,593 y adaptada como serie de televisión al menos
dos veces.593 Su reputación como escritor humorístico de notable originalidad quedó confirmada más si
cabe con The Black Poodle (1884), The Tinted Venus (1885), A Fallen Idol (1886) y otras obras.594 En
The Tinted Venus: A Farcical Romance un joven revive accidentalmente a la diosa romana del amor, y en A
Fallen Idol una deidad oriental ejerce una siniestra influencia sobre un joven artista. El protagonista de The
Brass Bottle (1900) adquiere los servicios de un genio extremadamente útil.593 La obra de Anstey se
acerca más a la ciencia ficción en Tourmalin's Time Cheques (A Farcical Extravagance) (1891), uno de los
primeros relatos de paradojas temporales y un ejemplo pionero de complicaciones relacionadas con una
secuencia temporal aleatoria, aunque resuelto al final de forma insatisfactoria como un sueño. The
Statement of Stella Maberly, written by Herself (1896), publicada de forma anónima, es una interesante
historia de psicología paranormal.593
La idea narrativa de After London, or Wild England (1885), de Richard Jefferies, no resulta menos
sorprendente.543 La novela está ambientada en un futuro en el que Londres ha dejado de existir.595
Inglaterra, abandonada por la mayoría de sus habitantes, se ha convertido en gran medida en un primitivo
desierto. Londres es una ciénaga ponzoñosa; el Támesis, un vasto lago; los bosques, infestados de bestias
salvajes y de una raza maligna de enanos, cubren la mayor parte del país; los residuos de la antigua
población, aunque practicando las virtudes de cazadores y guerreros, a pesar de todo viven en la ignorancia
y el miedo; y en medio de toda esta oscuridad amanece una nueva luz inspirada por una juventud de
genio.543 After London es un temprano ejemplo de ciencia ficción distópica.
El esteticismo fue un movimiento artístico de origen inglés que se basaba de forma exclusiva en los criterios
estéticos, al margen de cualquier finalidad utilitarista.596
En su obra maestra, la novela filosófica Mario el epicúreo, considerada la «Biblia» del esteticismo, Walter
Pater (1839-1894) plasmó sus ideales artísticos y religiosos a un mismo tiempo, estableciendo que el átomo
integral ―el momento de placer― constituye la unidad y el índice de referencia del valor literario.597 Esta
fina y pulida obra, la principal de todas sus contribuciones a la literatura, fue publicada a principios de
1885. Pater expone en ella, con perfeccionada plenitud y amorosa elaboración, su ideal de vida estética, su
culto a la belleza en contraposición al desnudo ascetismo, y su teoría del efecto estimulante de la búsqueda
de la belleza como un ideal propio.598 Mario es una apología del más sublime epicureísmo, y al mismo
tiempo es una textura que el autor ha recamado con exquisitas flores de la imaginación, el aprendizaje y la
pasión. El moderno humanismo no ha producido un producto más admirable que este noble ensueño de
una búsqueda, a través de la vida, del espíritu de la belleza celestial.599
La única novela escrita por Oscar Wilde (1854-1900), El retrato de Dorian Gray (1890), que fue
inicialmente publicada en el Lippincott's Magazine, estaba llena de sutil impresionismo y de epigramas
sumamente forjados, pero debió su notoriedad a una tendencia subyacente de muy desagradable sugestión.
Un Prefacio al Dorian Gray, que concluía que "todo arte resulta bastante inútil", apareció de forma
independiente en The Fortnightly Review (marzo de 1891).485 El retrato… es una verdadera síntesis del
esteticismo (Wilde dirigió el esteticismo, sin creer demasiado en él600 ). La obra está como abrumada de
epigramas y de excesivo lujo.600 Esta novela es la expresión más completa que poseemos de la
personalidad de Oscar Wilde y un documento humano del mayor interés.601 En gran parte de sus escritos,
y en su actitud general, había para la mayoría de la gente un trasfondo de sugestión más bien obscena que
creó prejuicios contra él, y El retrato de Dorian Gray, con toda su chispa y astucia, les impresionó más
desde este punto de vista que por su brillantez puramente literaria.602
Narrativa de aventuras
William Clark Russell (1844-1911), escritor inglés nacido en Nueva York, sirvió en la Marina Mercante
Británica desde 1858. Su vida a bordo estuvo marcada por miserias que minaron seriamente su salud. No
obstante, partiendo de estas experiencias tempranas Clark Russell reunió el material que habría de constituir
su materia prima literaria.603
En 1866 se retiró del servicio mercante, y tras unos
meses en ocupaciones comerciales, adoptó la carrera
literaria.603 Pronto se dedicaría a escribir historias de
aventuras náuticas, lo que a partir de entonces sería su
principal ocupación. Su primera novela, John
Holdsworth, primer oficial de puente (1875), atrajo de
inmediato la atención, y la todavía más popular El
naufragio del «Grosvenor» (1877) afianzó su
reputación como escritor gráfico de historias
marinas.603 Durante treinta años, un flujo constante
de novelas más o menos exitosas fluyó de su fértil
pluma; en total, produjo cincuenta y siete
volúmenes.603
El escritor australiano George Lewis Becke (1855-1913), que pertenece a la escuela de Stevenson y
Conrad,604 escribió, en solitario y en colaboración con Walter Jeffrey, numerosas historias emocionantes
de aventuras en las islas del Pacífico.604 En solitario escribió las colecciones de relatos breves By Reef and
Palm (Por arrecifes y palmerales, 1894); The Ebbing of the Tide (Bajamar, 1896); Pacific Tales (Cuentos
del Pacífico, 1897);604 Ridan the Devil and Other Stories (Ridan el diablo y otras historias, 1899) y York
the Adventurer and Other Stories (York el aventurero y otras historias, 1901); y las novelas His Native Wife
(Su esposa nativa, 1895); Wild Life in Southern Seas (Vida salvaje en los mares del Sur, 1897); Rodman
the Boat-steerer (Rodman el navegante, 1898); Tom Wallis (1900); Edward Barry (1900); Tess, the
Trader's Wife (Tess, la mujer del comerciante, 1901); By Rock and Pool (Por rocas y charcas, 1901),604
605 etc. También escribió, en colaboración con Walter J. Jeffrey, A First Fleet Family (Una familia de la
Primera Flota), 1896); The Mystery of the Laughlin Isles (El misterio de las islas Laughlin, 1896); The
Mutineer (El amotinado, 1898); The Naval Pioneers of Australia (Los pioneros navales de Australia,
1899); Admiral Philip (El almirante Philip, 1899) y The Tapir of Banderah (El tapir de Banderah,
1901).605 604
En el siglo XIX surge el cuento de contenido realista.606 Esta tendencia coexiste, a finales del siglo, con la
fantasía (Stevenson) o el universo imaginativo infantil (Lewis Carroll, Wilde).606
No se puede entender una semblanza de Charles Dickens sin detenerse en sus sketches, relatos breves y
cuentos navideños: Sketches by Boz (1836), que fueron recopilados y publicados con ilustraciones de
Cruikshank;607 The Mudfog Papers (1837-38), Canción de Navidad (1843), Las campanas (1844) y El
grillo del hogar (1845).608 Canción de Navidad, quizá la más peculiar de todas sus obras, muestra su
creencia en la bondad humana llevada casi hasta el misticismo.609 Cualquiera de estos cuentos constituye
una admirable introducción al estudio de las posibilidades de Dickens como novelista: su calidad poética,
su estilo y los principales elementos de su ideología.608
La anglo-irlandesa Anna Maria Hall (1800-1881) escribió y publicó decenas de cuentos y piezas breves
(sketches), a menudo bajo el seudónimo de «Mrs. S.C. Hall». Aunque como escritora no es tan conocida
como su amiga e inspiración Maria Edgeworth, Anna Maria Hall debe indudablemente ser reconocida
como una de los escritores anglo-irlandeses más prolíficos de la época victoriana.610 Irlanda, su tierra
natal, que abandonó en la adolescencia, le proporcionó el motivo de varios de sus libros más exitosos.611
Si bien nunca llegó a ser cruelmente satírica en su interpretación de la clase campesina irlandesa, sus breves
y ficticios retratos no se alejaron mucho del didactismo, y fue en ese sentido como resultó más
conocida.610 De 1840 son sus Cuentos del campesinado irlandés, publicados en el Chambers's
Edinburgh Journal y posteriormente en forma de recopilación.612
Una de sus últimas obras, Boons and Blessings (Dones y bendiciones, 1875), dedicada al conde de
Shaftesbury, es una colección de cuentos sobre la templanza, ilustrados por los mejores artistas.612 Sus
libros nunca fueron populares en Irlanda, ya que ella veía en cada una de las facciones muchas cosas
elogiables y muchas censurables, de modo que no pudo complacer ni a los orangistas ni a los católicos.612
Otras obras suyas son: El huevo de cisne: cuento (1850), El penique de la suerte y otros cuentos (1857), La
guirnalda de la aldea: cuentos y esbozos (1863), Nelly Nowlan y otras historias (1865), El compañero de
juegos y otras historias (1866), El camino del mundo y otras historias (1866), Alice Stanley y otras
historias (1868), Annie Leslie y otras historias (1877),613 etc.
Los cuentos y relatos breves de Thomas Hardy ―recopilados en los volúmenes Cuentos de Wessex
(1888), Un grupo de nobles damas (1891), Las pequeñas ironías de la vida (1894) y Un hombre cambiado
y otros relatos (1900)― no parecen presentar el pesimismo de sus grandes novelas. Incluso los títulos de las
colecciones en los que los recogió invitan a ello: Las pequeñas ironías de la vida o Un grupo de nobles
damas no son títulos que hagan pensar en situaciones altamente dramáticas; y no lo son, en verdad, sino
que están más cerca de sugerir historias curiosas e ingeniosas para entretener a los oyentes.615 Esas
historias de Hardy, dramáticas o humorísticas, irónicas o provocadoras, no se apartan de ninguna de las
obsesiones y asuntos que viven en sus novelas. Son relatos ambientados en el mundo rural, pero también en
el de la ciudad, de finales del siglo XIX.615
Además de numerosas novelas, Sir Walter Besant y James Rice también escribieron a cuatro manos
algunos volúmenes de relatos: El caso de Mr. Lucraft y otros cuentos (1876), Twas in Trafalgar's Bay and
Other Stories (1879) y El inquilino de diez años y otros relatos. Esta colaboración llegó a su fin al morir
Rice en 1882.530
A lo largo de su vida, breve y enfermiza,534 Robert Louis Stevenson produjo gran cantidad de relatos
muy desiguales, pero entre ellos hay algunos realmente extraordinarios, concretamente Markheim (Crimen
y castigo en miniatura, con cierto toque escocés), The House of Eld (La casa de Eld) y The Beach of
Falesá (La playa de Falesá).616 Al igual que sus novelas, algunos de sus cuentos son también obras
maestras. De éstos cabe mencionar Thrawn Janet (Janet la contrahecha) y Will of the Mill (Will el del
molino) como ejemplos en muy diferentes tipos.328 Sus primeros relatos publicados fueron: A Lodging for
the Night (Alojamiento para una noche) (Temple Bar Magazine, octubre de 1877); The Sire de Malétroit's
Door (La puerta del señor de Malétroit) (Temple Bar, enero de 1878); y Will of the Mill (Will el del molino)
(Cornhill Magazine, enero de 1878).562
El año 1878 fue de gran productividad para Stevenson:562 entre los meses de junio y octubre apareció en
el London Magazine (editado por Mr. Henley) el conjunto de modernos cuentos fantásticos titulado New
Arabian Nights (Las nuevas mil y una noches),Nota 55 concebido en una muy animosa y entretenida vena
de lo realista-irreal, así como el relato Providence and the Guitar (La Providencia y la guitarra).562 En el
verano de 1881 escribió Thrawn Janet (Janet la contrahecha) y la mayor parte de The Merry Men (Los
hombres dichosos), dos de los relatos cortos más sólidos de la literatura escocesa, el primero sobre
posesiones satánicas, el otro sobre una conciencia y una imaginación embrujadas, hasta perder la razón, por
los terrores del mar.568
En 1882, la editorial Chatto & Windus publicó, en dos volúmenes, una edición ampliada de la colección de
Las nuevas mil y una noches.Nota 56 Esta recopilación anticipa la visión de un Londres fantástico, y fue
redescubierta mucho después por su fervoroso biógrafo Chesterton.617 Durante el mismo período, escribió
una sucesión de relatos navideños ―The Body Snatcher (El ladrón de cadáveres) en el Pall Mall Gazette
en 1884; Olalla en la The Court and Society Review y The Misadventures of John Nicholson (Las
desventuras de John Nicholson) en el Anuario navideño Cassell, ambos en 1885; y Markheim en el
Anuario navideño Unwin en 1886―.569 Este último narra la historia de un crimen.565 En 1885 escribió
una segunda serie de Las nuevas mil y una noches. Estos nuevos cuentos giran en torno a las campañas
fenianas de la dinamita,Nota 57 que en aquel momento mantenían ocupada por completo a la opinión
pública, y añaden, a los viejos elementos del realismo fantástico, un nuevo elemento de psicología criminal
ingeniosa y desdeñosa.569 En Samoa había escrito el primero de sus relatos del Pacífico en prosa, The
Bottle Imp. Este breve cuento sobre moralidad y magia atrajo enérgicamente a los lectores nativos a quienes
(en una traducción misional) iba inicialmente dirigido (publicado en inglés en Black and White en 1891, y
reeditado en Island Nights' Entertainments571 en 1893). El libro de relatos En los mares del Sur (póstumo)
es el resultado de su estancia en Samoa,575 donde murió.
Las primeras tentativas del literato y científico Grant Allen en el campo de la ficción fueron relatos breves,
que publicó en Belgravia y otras revistas bajo el seudónimo de J. Arbuthnot Wilson, y fueron recopilados
bajo el título de Strange Stories (1884). En opinión de sus amigos, nunca escribió nada mejor que algunos
de estos estudios psicológicos, en particular El reverendo John Creedy y El coadjutor de Churnside, que
aparecieron ambos en el Cornhill.577
En 1888, Oscar Wilde inició un período de actividad literaria, que fue progresiva hasta el colapso de su
carrera en 1895. Este período se inició con El príncipe feliz y otros cuentos (ilustrado por Walter Crane y
Jacomb Hood), un volumen de encantadores cuentos de hadas con un toque picante de sátira
contemporánea.326 Algo de la felicidad verbal de las comedias de Wilde se encuentra en los cuentos
recopilados en El crimen de lord Arthur Saville (1891).324 Se trataba de una colección de cinco relatos de
crimen y misterio nada convencionales, destacando especialmente entre ellos El fantasma de Canterville,
que introdujo una notable variación en el género del cuento de fantasmas. La colección Una casa de
granadas (más cuentos de hadas, 1892) fue considerada en general, en valoración del autor, como "no
destinada ni a los niños británicos ni al público británico".485
En 1894 John Watson (1850-1907) publicó, bajo el seudónimo de Ian Maclaren, una serie de esbozos de
la vida rural escocesa titulada Beside the Bonnie Brier Bush. El libro convirtió de inmediato a Watson en
uno de los autores más populares en Gran Bretaña y América. «Ian Maclaren» conocía poco del arte del
novelista, pero a partir de elementos sencillos creó cuadros del carácter escocés que, si bien no son
totalmente libres de sentimentalismo, son delineaciones artísticas de la nobleza de sentimiento y de la
emotividad religiosa del campesinado escocés.618 The Days of Auld Langsyne (1895) continuaba la misma
línea, resultando apenas inferior en ejecución y popularidad. En Kate Carnegie and those Ministers (1897)
empeoró algo la elaboración, no obstante su genialidad y cómodo dominio de la lengua vernácula escocesa.
Afterwards, and Other Stories (1898) muestra el dominio del patetismo del autor.618
Teatro
El siglo XIX fue una de las épocas más pobres en la historia del teatro inglés;619 no obstante, también fue
una época de grandes actores en la que destacaron nombres como los de Kean, Macready, Henry Irving y
Ellen Terry, aunque en general solían representar a los clásicos (en especial a Shakespeare, adaptado a los
gustos y el capricho de los actores principales), triviales comedias modernas o melodramas
sensacionalistas.620 En conjunto, la situación del teatro de comienzos del siglo XIX era deplorable.621 No
obstante, la decadencia del teatro no puede achacarse a una causa única.621 Sin embargo, la aprobación
del Acta del Teatro de 1843 para regular el sector acabó con el monopolio que mantenían hasta entonces las
dos grandes empresas teatrales, la del Covent Garden y la del Drury Lane, las únicas autorizadas para
representar dramas dialogados en Londres. Esto permitió a teatros más pequeños producir obras en
igualdad de condiciones con las dos empresas privilegiadas. Como resultado de esa nueva situación, en la
década de 1860 se construirían en Londres numerosos teatros.621 A partir de entonces, la situación del
teatro inglés fue mejorando, aunque solo de manera modesta.622
Prosa
El conflicto entre los conocimientos nuevos y la opinión consagrada llenó la época victoriana con el
alboroto del debate. Los viajeros ampliaban nuestro conocimiento del mundo objetivamente considerado;
los teóricos de las ciencias estudiaban su estructura interna; los economistas políticos y los moralistas
deducían conclusiones que escandalizaban al hombre corriente. Detrás de todo esto, el aumento de la
riqueza y del poder material favorecía una interpretación materialista de la experiencia, tácitamente aceptada
en casi todos los departamentos de esta hasta por los ortodoxos. Este materialismo se apoyaba erróneamente
en la autoridad de la ciencia, ya que los científicos se mantenían correctamente dentro de los límites que sus
premisas les imponían.623
Dos ensayistas, o más bien tres, alzaron fuertemente sus voces contra las enseñanzas de los economistas,
los utilitaristas y los materialistas:624 Carlyle, Ruskin y Matthew Arnold. Los dos primeros se erigieron en
dos profetas que acusaron con vehemencia a su época y de los cuales ha tomado la posteridad la irónica
venganza de considerarlos victorianos típicos, haciéndolos objeto de excesivas reconvenciones.625
Carlyle pretendió que Inglaterra regresase a una vida más espiritual por medio de una doctrina
autoconcebida. Se trataría del mismo impulso que, moviéndose por un canal muy diferente, llevaría a otros,
a través del Movimiento de Oxford, a una tendencia nueva en la Iglesia de Inglaterra y, en algunos casos, al
catolicismo.626
Los himnos de The Christian Year (El año cristiano), de John Keble, son parte del germen de dicho
movimiento, pero su consecuencia literaria más notable fue la Apologia pro Vita Sua de Newman.627
Newman fue la personalidad más atractiva del grupo y el más distinguido prosista.235
Por último, debe recordarse que la época victoriana fue la Edad de Plata de la oratoria inglesa. Había aún
suficiente unidad en la política y la religión para imprimir un tipo a la retórica, aunque la homogeneidad ya
era menor que en el siglo XVIII. El sermón de Keble sobre La apostasía nacional, predicado en Oxford,
tuvo fuertes repercusiones. El deán Stanley alcanzó la perfección de la oratoria eclesiástica, y el disidente
C. H. Spurgeon dio nueva vida a las raíces de la prosa de Latimer.628 Hubo acuerdo en cuanto al estilo, en
lo esencial; solo a fines del siglo desapareció el gran estilo bajo la granizada de golpes del estilo de Joseph
Chamberlain, mucho más incisivo. No todos los discursos famosos sobreviven impresos, y los de la época
victoriana hay que estudiarlos en antologías. Entonces se advierte que son homogéneos y diferentes.628
Newman era un escéptico ávido de dogma. Su análisis de la historia y el contenido del dogma fue
corrosivo, pero lo compensaba una sumisión apasionada a la autoridad.627
Además de las obras mencionadas escribió, entre otras: Los arrianos del siglo IV (1833), Doce
conferencias (1850), Conferencias sobre la postura actual de los católicos (1851), El romanismo y el
protestantismo popular y Disquisición sobre el canon bíblico.236 Newman publicó también en 1870 The
Grammar of Assent, en el que examinó la naturaleza de las creencias a la manera del Aids to Reflection de
Coleridge.235 Poseedor de uno de los intelectos más agudos y sutiles de su tiempo, Newman fue también
maestro de un estilo de belleza y poder maravillosos. A juicio de muchos, sin embargo, su sutileza en no
pocas ocasiones daba la sensación de pasarse a la sofística; y su actitud hacia las escuelas de pensamiento
diametralmente opuestas a la suya propia fue en ocasiones dura y antipática. Por otra parte, se encontraba
en condiciones de ejercer una notable influencia sobre los hombres que en lo eclesiástico y en ciertos
aspectos en lo religioso, más fuertemente se opusieron a él.236 Newman y sus compañeros del
Movimiento de Oxford proporcionaron a la Iglesia anglicana del siglo XIX un considerable impulso de
fervor y espiritualidad.238
Edward Bouverie Pusey (1800-1882) fue un teólogo, erudito y profesor inglés. En sus Observaciones
sobre los beneficios futuros y pasados de las instituciones catedralicas (1833), Pusey defendió el sistema
existente, ya que había proporcionado a algunos de los clérigos las oportunidades de estudio que habían
producido y producirían de nuevo las principales obras de la teología inglesa, y los más sólidos esquemas
de la doctrina teológica.633
James Martineau (1805-1900), hermano menor de la escritora y activista Harriet Martineau, fue un
destacado teólogo unitario. En Liverpool, durante un cuarto de siglo ejerció una extraordinaria influencia
como predicador, y alcanzó una gran reputación como escritor de filosofía religiosa.634 En 1839 salió en
defensa de la doctrina unitaria, que había sido atacada por ciertos clérigos de Liverpool,635 y publicó cinco
discursos, en los que disertaba acerca de La Biblia como gran autobiografía de la naturaleza humana,
desde su infancia hasta su perfección; La Deidad de Cristo; La redención vicarial; El mal y El cristianismo
sin sacerdote ni ritual.Nota 60 636
Aparte de las Iglesias, hombres como Carlyle y Matthew Arnold ―con
quien tenía mucho en común― le influyeron; mientras que Herbert Spencer en Inglaterra y Comte en
Francia proporcionaron la necesaria antítesis al desarrollo dialéctico de sus propios puntos de vista.636 El
auge del evolucionismo y la nueva forma científica de ver la naturaleza y sus métodos de creación, lo
obligaron a repensar y reformular sus principios y conclusiones teístas, especialmente en lo referente a las
formas en las que podría ser concebida la relación de Dios con el mundo y su acción sobre el mismo.636
No hay apenas nombre o movimiento en la historia religiosa de su siglo que no tocara e iluminara. Fue de
esta forma que criticó el «mesmerismo ateísta» con el que su hermana Harriet se había comprometido, y ella
nunca le perdonaría dicha crítica.636
Entre sus escritos, que fueron muy influyentes, están los Fundamentos de investigación religiosa (1836),
Los sustitutos ideales de Dios (1879), Estudio sobre Spinoza (1882), Tipos de teoría ética (1885), El
estudio de la religión (1888), Establecimiento de la autoridad en la religión (1890), y poemas religiosos e
himnos.637 Los tres últimos títulos mencionados expresaban su pensamiento maduro, y puede decirse que
contienen, en lo que el autor concibe como una forma final, los logros especulativos de su vida.636 Sus
cualidades literarias y especulativas son en verdad excepcionalmente brillantes; resultan espléndidos en
léxico, elaborados en su argumentación, convincentes a la par que reverentes, perspicaces a la par que
audaces en la crítica. Pero poseen también los más obvios defectos: son incuestionablemente los libros de
un anciano que había pensado tanto como hablado y escrito a menudo sobre los temas acerca de los cuales
diserta, pero que finalmente había organizado sus materiales a toda prisa en un momento en que su mente
había perdido, si no su vigor dialéctico, sí en cambio su frescura y su sentido de la proporción.636
Con su publicación durante 1839-40 de Ancient Christianity and the Doctrines of the Oxford Tracts (El
cristianismo primitivo y las doctrinas de los «Oxford Tracts») (en ocho partes),638 una serie de
disertaciones en respuesta a los Tracts for the Times,639 Isaac Taylor (1787-1865), escritor filosófico e
histórico, artista e inventor,640 se mostró por vez primera como un polemista, consistiendo su aseveración
en que la Iglesia del siglo IV (sobre cuyas costumbres primitivas los seguidores de Pusey trataban de
injertar las instituciones de la Iglesia anglicana) ya había madurado una cuantiosa cosecha de supersticiones
y errores,638 que no debía ser considerada como la encarnación de la doctrina y la práctica de los apóstoles
porque ya entonces estaba corrompida por el contacto con la superstición pagana.639 Su punto de vista fue
acaloradamente refutado.638
En marzo de 1841, Taylor pronunció cuatro conferencias sobre El cristianismo espiritual (publicadas en
Londres). Poco después fue persuadido a completar y editar una traducción de La guerra de los judíos de
Flavio Josefo, que había sido preparada por el Dr. Robert Traill.638
Publicó años más tarde una obra sobre el argumentario cristiano, titulada The Restoration of Belief (El
restablecimiento de la fe) (Londres, 1855), en la que recurrió una vez más a su formato preferido de
publicación anónima. Logic in Theology (La lógica en teología) y Ultimate Civilisation (Civilización
última), dos volúmenes de ensayos parcialmente reimpresos de la Eclectic Review durante 1859 y 1860,
fueron seguidos a su vez por The Spirit of Hebrew Poetry (El espíritu de la poesía hebrea) (Londres,
1861), un volumen de conferencias, originalmente pronunciadas en Edimburgo, que abunda en pasajes
sugestivos y hermosos, y que es la más importante de sus obras postreras.638 En sus Considerations on the
Pentateuch (Consideraciones sobre el Pentateuco) (Londres, 1863), se oponía a las conclusiones de
Colenso.641
Algunos lo consideraban como el más grande teólogo laico inglés desde Coleridge.642 Ciertamente se
caracterizaba por su vasta formación, sus nobles propósitos, y una profunda piedad personal, pero la
mayoría de sus libros han caído en el olvido.642
Liberal en política y celoso reformador eclesiástico,643 el pedagogo y profesor Thomas Arnold (1795-
1842) estuvo implicado en numerosas controversias educativas y religiosas. Como hombre de iglesia fue un
erastianoNota 61 convencido, y se opuso frontalmente a la facción de la High Church (Iglesia Alta).643 En
sus últimos años escribió un par de volúmenes de sermones (1842 y 1844) y una obra teológica (La
interpretación de las Escrituras, publicada póstumamente en 1845).
Desde 1827, el teólogo F. D. Maurice (1805-1872) se entregó a la labor literaria, escribiendo una novela,
Eustace Conway, y editando el London Literary Chronicle hasta 1830.644 También escribió para la
Westminster Review y otras publicaciones, y durante un breve período de tiempo editó el Athenæum.645
En ese momento se encontraba muy confuso en cuanto a sus opiniones religiosas.644 Finalmente, al
cambiar sus puntos de vista teológicos, se unió a la Iglesia de Inglaterra.645 Se convirtió en un líder entre
los socialistas cristianos, y por un breve período de tiempo editó su órgano de propaganda.646 Acusado de
heterodoxia (1851) y posteriormente absuelto por una comisión de investigación,644 al publicarse sus
Ensayos teológicos en 1853 se le pidió que renunciara a su puesto de profesor en el King's College.646
Maurice mantuvo con gran efusión de convicción que sus puntos de vista estaban en concordancia con las
Escrituras y los criterios anglicanos, pero el consejo, sin especificar ninguna "herejía" concreta y negándose
a someter el caso al juicio de los teólogos competentes, dictaminó lo contrario y le privó de sus
cátedras.644 Entre sus escritos se cuentan Las religiones del mundo y su relación con el cristianismo
(1847), Filosofía moral y filosofía metafísica (1848), Los profetas y reyes del Antiguo Testamento (1853),
La doctrina del sacrificio (1854) y Ensayos teológicos. El estilo de Maurice era copioso, y con frecuencia
es tachado de oscuro; sin embargo, ejerció una extraordinaria influencia sobre algunas de las mejores
mentes de su tiempo por la originalidad de sus puntos de vista, y por la pureza y la altura de miras de su
carácter.646
El hermano de John Henry Newman, Francis William Newman (1805-1897), también fue un erudito y
escritor teológico,647 y como aquel, abandonó su evangelicalismo inicial, pero en su caso para tomar una
dirección diametralmente opuesta a la de su hermano, pues Francis evolucionó hacia el escepticismo a
través del eclecticismo.647 Su Unión Católica (1844) era un alegato por una "Iglesia del futuro" sobre una
base ética, dejando abiertas las cuestiones teológicas.648 Adquirió una especial reputación gracias a sus
escritos sobre temas de religión, de los cuales los más importantes fueron su Historia de la monarquía
hebrea (1847), un estudio que quedó obsoleto por investigaciones más recientes; su tratado devoto sobre El
alma (1849), tal vez la más influyente de sus obras;649 y su libro más famoso, Las fases de la fe (1850),
una autobiografía teológica escrita en respuesta a la Apologia de su hermano, cuya publicación dio lugar a
una notable controversia y a la aparición de El eclipse de la fe, de Henry Rogers.Nota 62 También publicó
una Miscelánea en cuatro volúmenes, un Diccionario de árabe moderno y algunos tratados
matemáticos.647
Henry Alford (1810-1871) fue un teólogo, erudito, poeta y escritor misceláneo650 inglés. Su mayor fama
descansa sobre su monumental edición del Nuevo Testamento en griego (4 volúmenes), que le ocupó desde
1841 hasta 1861.Nota 63 En esta obra puso por vez primera ante los estudiantes ingleses un esmerado
cotejo de las interpretaciones de los principales manuscritos y de las investigaciones de los eruditos
continentales más sesudos del momento. De carácter más filológico que teológico, marcó un cambio de
época de los antiguos comentarios homiléticos, y aunque investigaciones más recientes, patrísticas y
papirológicas, han cambiado en gran medida el método exegético del Nuevo Testamento, la obra de Alford
sigue siendo una cantera de la que el estudiante puede extraer un buen provecho.652 Alford siguió en esta
obra en gran medida los pasos de los críticos alemanes, manteniendo, no obstante, una posición liberal
moderada; y fue durante mucho tiempo la obra de referencia sobre el tema650 en Inglaterra. En el último
año de su vida emprendió un comentario sobre el Antiguo Testamento, que en el momento de su muerte
solo llegaba al vigésimo quinto capítulo del Éxodo.653
Arthur Stanley (1815-1881) fue deán de Westminster (1864-81), historiador, biógrafo y teólogo.654 Fue
profesor de Historia eclesiástica en Oxford (1856). Su posición eclesiástica era erastianista y latitudinarista,
y su propósito práctico en la Iglesia, la comprensión política.654 Fue un autor prolífico, sus obras incluyen
una Vida del Dr. Arnold (1844), de quien fue su discípulo favorito; Memoriales de Canterbury (1854);
Sinaí y Palestina (1855); Conferencias sobre la Iglesia de Oriente (1861); Historia de la Iglesia judía
(1863); Memoriales históricos de la abadía de Westminster (1867); Conferencias sobre la historia de la
Iglesia de Escocia (1872); además de diversos comentarios.654 Su Comentario sobre las epístolas a los
corintios (publicado en junio de 1855) era una obra compañera del Comentario sobre las epístolas a los
tesalonicenses, gálatas y romanos de Jowett. Resulta valioso en los aspectos pintoresco, histórico y
personal; pero doctrinalmente es débil, y en erudición y precisión resulta deficiente.655 En sus Memoriales
de Canterbury (publicados en diciembre de 1854) encontró un amplio campo de aplicación para sus dones
para la narrativa dramática o gráfica.655 En sus Sermones de Canterbury (publicados en marzo de 1859)
se esfuerza por poner en valor el lado práctico de la religión; por hacer que sea una vida más que un credo;
por enunciar sus verdades, no atacar sus errores.655
John William Colenso (1814-1883), matemático y crítico bíblico, ingresó en la Iglesia, y publicó varios
tratados matemáticos y unos Sermones rurales.656 A principios de 1861 publicó su Comentario sobre la
Epístola de San Pablo a los romanos, una obra que, según el obispo Gray de Ciudad del Cabo,Nota 64
estaba repleta de herejías de principio a fin. No cabe duda de que golpeó las raíces del comúnmente
denominado sistema sacramental.657
La evolución de los puntos de vista de Richard Holt Hutton (1826-1897) sobre el tema de la encarnación
está marcada por la publicación, en 1862, de su Incarnation and Principles of Evidence (La encarnación y
los principios de la evidencia), que constituía el número 14 de los Tracts for Priests and People.658
Más conocido por sus novelas fantásticas y cuentos de hadas, George MacDonald también publicó
algunos volúmenes de sermones (Sermones silenciados, 1867/1885/1889) y obras apologéticas. Frente a la
doctrina de la expiación penal sustitutiva desarrollada por Juan Calvino, MacDonald defendía la teoría
según la cual Cristo estaba llamado a salvar a los cristianos de sus pecados, no a castigarles por ellos en
nombre de Dios. El autor escocés estaba convencido de que Dios solo castiga para enmendar a quien lo
necesita, y que el fin único de su ira es la rehabilitación de los pecadores (del mismo modo que el médico
hace sufrir a sus pacientes, sirviéndose del "fuego y el acero", con el único objetivo de sanarles). Abandonó
el ejercicio del ministerio eclesiástico, debido en parte a consideraciones teológicas, y en parte por el riesgo
de deterioro de su salud.203
Richard William Church (1815-1890), teólogo, historiador y biógrafo, fue educado en Oxford,660
donde se convirtió en discípulo de Newman, asistiendo regularmente a los sermones vespertinos en la
Iglesia de Santa María.661 Tradujo los sermoneos catequísticos de San Cirilo (1841) para la «Biblioteca de
los Padres» de Pusey, de la que constituyeron el segundo volumen.662 Fue un destacado miembro de la
facción de la High Church, pero era reverenciado por muchos que no simpatizaban con sus opiniones
eclesiásticas.660 Tras la ruptura del Movimiento tractariano en Oxford662 (1845), un signo de una nueva
era fue la fundación del periódico The Guardian por parte de Church y algunos amigos ―James Mozley,
Thomas Henry Haddan, Lord Blachford, Mountague Bernard y otros―.662 Entre sus escritos están Los
inicios de la Edad Media (1877) y un libro de memorias sobre El Movimiento de Oxford (1891), publicado
póstumamente. También escribió las biografías de Anselmo, Dante, Spenser y Bacon.660
Henry Drummond (1851-1897) publicó en 1883 el libro que tan ampliamente contribuyó a su fama
contemporánea, La ley natural en el mundo espiritual. En este sostenía que el principio científico de
continuidad se extendía desde el universo físico al mundo espiritual. La tesis estaba basada sobre una serie
de brillantes figuras dialécticas más que sobre una cadena de razonamientos, y las falacias en el
argumentario de Drummond fueron advertidas con claridad y perspicacia663 por algunos autores de la
época. El libro, sin embargo, resultó ser asombrosamente exitoso; su popularidad, debida en primera
instancia a la belleza de su escritura, fue reforzada por una reseña sumamente entusiasta en The Spectator, y
en los cinco años posteriores a la fecha de publicación se vendieron unas setenta mil copias.663
El científico y novelista Grant Allen (1848-1899) es autor de la obra The Evolution of the Idea of God (La
evolución de la idea de Dios, 1897), una investigación sobre el origen de las religiones. Este libro está
repleto de conocimientos antropológicos, y contiene numerosos vislumbres brillantes, pero arrastra el
defecto de intentar explicarlo todo mediante una sola teoría.664
Ensayo
El encanto que les faltaba a los filósofos políticos se encontrará al máximo en la prosa de Thomas
Babington Macaulay (1800-1859). Al servicio de la composición de sus ensayos pondría una mente
ricamente provista de detallismo y brutalmente clara por sus convicciones, lo que le permitiría relatar sus
temas con una sencillez que evitaba cualquier compromiso; y este plan perfectamente establecido, una vez
definido, lo adornaba con alusiones y detalles pintorescos. Siguió este método en los estudios que redactó
sobre Bacon, Johnson y Warren Hastings, y le sirve admirablemente todo el tiempo que resuena la primera
fórmula simple.665
El empleo alegre y abundante de una cultura enciclopédica es una defensa convincente y un fuerte baluarte
contra la oposición.666 Aparece en los Ensayos críticos e históricos (1825-44) de Macaulay aplicada no
solo a temas políticos, sino también literarios.666 Su debilidad y su fuerza se manifiestan juntas en su tour
de force sobre el Johnson de Boswell.666 Macaulay ideó la explicación de que la obra de Boswell era tan
grande precisamente por ser su autor tan pequeño, explicación manifiestamente insostenible, pero expuesta
con extraordinaria fuerza de convicción.666 Pero con toda su brillantez, estos ensayos no pueden
compararse con su labor de historiador, para la que muestra disposiciones excepcionales.667
Desde 1841, Arthur Helps (1813-1875), editor, ensayista e historiador,668 pudo dedicarse por entero y
durante veinte años al estudio y la escritura.669 De sus publicaciones propias, la primera fue Pensamientos
en el claustro y entre la multitud (1835), una serie de aforismos, que fue seguida, entre otras, por Ensayos
escritos en los recesos del trabajo (1841), Amigos en el Consejo (en 4 series, 1847-59),Nota 65 y
Conversaciones sobre la guerra y la cultura general (1871).671 Ruskin llamó la atención sobre la
sinceridad y el propósito práctico de sus reflexiones,670 aunque sus argumentos a menudo carecen de
profundidad.670 Sus ensayos son lo más exitoso de su obra, pues contienen los pensamientos y opiniones
de un hombre perspicaz, experimentado y muy culto.671 No poseen, sin embargo, una excepcional
profundidad u originalidad.671
Harriet Martineau (1802-1876) fue escritora, economista y activista social en diversas parcelas
(feminismo, abolicionismo, teoría social y filosófica). En los Estados Unidos, país que visitó en 1834, su
abierta adhesión a la causa abolicionista, entonces reducida y muy impopular, supuso una gran ofensa, en la
que ahondó con la publicación, poco después de su regreso, de La sociedad en América (1837) y una
Retrospectiva del viaje a Occidente (1838). Un artículo publicado en la Westminster Review, La era de los
mártires de los Estados Unidos, introdujo a los lectores ingleses en las luchas de los abolicionistas.672
El período de formación en la vida de Thomas Arnold estuvo diligentemente consagrado a la búsqueda de
estudios clásicos e históricos.673 Los autores que con mayor atención estudió en ese período fueron
Tucídides y Aristóteles, y por sus escritos formó un archivo adjunto que mantuvo hasta el final de su vida, y
ejerció una poderosa influencia sobre su manera de pensar y sus opiniones, así como sobre sus ocupaciones
literarias en años posteriores. Heródoto también fue objeto de su consideración en grado relevante, pero
más, al parecer, para la recreación que para el trabajo.673
A partir de 1819, Arnold dedica su tiempo libre a la prosecución de sus estudios de filología e historia, más
concretamente al estudio de Tucídides y de la nueva luz que habían arrojado, sobre el estudio de la historia
de Roma y sobre la metodología histórica en general, las investigaciones de Niebuhr.673
Desde su elección como director de la prestigiosa Escuela de Rugby (1827), dedicó sus energías
principalmente a la actividad de la escuela; pero tuvo tiempo también para una copiosa labor literaria.673
Sus principales obras literarias son su inacabada Historia de Roma (en 3 volúmenes, 1838-42) y sus
Conferencias introductorias sobre Historia Moderna (1842).643 Estas dos obras, junto con una edición de
Tucídides, con notas y disertaciones en inglés (1835); y numerosos artículos en revistas, diarios, periódicos
y enciclopedias, se conservan para dar fe de la incansable actividad de su mente y de su paciente diligencia
durante este período.673 Thomas Arnold era un hombre de notable erudición, seriedad y fuerza de
carácter.643
Carlyle ejerció una poderosa influencia sobre el pensamiento de su época, no solo por sus propios escritos y
su personalidad, sino a través de las numerosas personalidades de renombre tanto en la literatura como en la
vida pública a quienes imbuyó sus doctrinas; y tal vez no exista mejor prueba de ello que el hecho de que
gran parte de lo que era novedoso y original cuando fue propuesto por primera vez por él ya ha pasado a
formar parte de las ideas nacionales. Su estilo es quizás el más notable y diferenciado en la literatura
inglesa, intensamente fuerte, vívido y pintoresco, pero absolutamente fuera de lo convencional, y a menudo
caprichoso o explosivo.681 Figura contradictoria y siempre desconcertante, desde su posición
individualista Carlyle coincidió con Newman y con el Movimiento de Oxford en la valoración suprema del
espíritu y en el rechazo del positivismo y del industrialismo progresista.679
Con su prosa, Carlyle pretendía sacudir a su época de la complacencia en que se encontraba. Posee un
extraño misticismo sin formular que desconfía de la razón y que, por encima de todo, se opone al
materialismo de los utilitaristas.682
Sir Thomas Erskine May, barón Farnborough (1815-1886), jurista constitucional,683 publicó en 1844 un
Tratado práctico sobre las leyes, prerrogativas, procedimientos y usos del Parlamento, una obra de saber
profundo, preciso y bien meditado, reconocida por el Parlamento como autorizada, y traducida al alemán,
francés, italiano, español, japonés y húngaro.683
Tras escribir artículos para The Daily News sobre la reforma social y la penitenciaria,256 William
Hepworth Dixon (1821-1879) publicó John Howard y el mundo carcelario de Europa, que tuvo una
amplia difusión,256 Nota
69 y un volumen descriptivo de Las prisiones de Londres684 (1850). En 1868
publicó dos volúmenes suplementarios titulados Spiritual Wives (Esposas espirituales),685 que tratan sobre
el mormonismo.256 Fue acusado de indecencia y presentó una demanda por libelo contra el Pall Mall
Gazette , que formuló la acusación en una reseña de Free Russia685 (1870).
Al espíritu y el ejemplo de su madre cabe atribuir parte del entusiasmo por la autosuficiencia y el
autodidactismo, que más tarde quedaría plasmado en los escritos686 de Samuel Smiles (1812-1904) y que
daría popularidad e influencia a los mismos.686 Ya en marzo de 1845 Smiles había pronunciado, en una
pequeña sociedad de progreso común de Leeds, un discurso sobre la educación de las clases trabajadoras,
en el que mostraba cuántos pobres habían creado para sí mismos, con efectos beneficiosos para sus
carreras, oportunidades de conocimiento y cultura.687 Poco a poco, Smiles ampliaría la conferencia hasta
convertirla en un sustancioso tratado bajo el título de Self-Help, with Illustrations of Character and
Conduct (El esfuerzo personal, con ejemplos de carácter y conducta),687 publicado en julio de 1859. El
libro causó buena impresión entre el público al que iba especialmente dirigido, y Smiles recibía
constantemente garantías del estímulo práctico que había brindado a artesanos de todas partes del
mundo;687 se vendieron 20.000 ejemplares el primer año, y en 1889 las ventas habían alcanzado las
150.000 copias, mientras que el libro había sido traducido a 17 idiomas.688 En subsiguientes volúmenes,
Character (Carácter, 1871), Thrift (Ahorro, 1875), Duty (Deber, 1880) y Life and Labour (Vida y trabajo,
1887), Smiles proseguiría su útil sistema de recopilar datos biográficos y coordinarlos de manera tal para
incentivar el esfuerzo ventajoso. Era inevitable que estos volúmenes resultaran repetitivos, y el éxito de
Self-Help no volvería a producirse. Character estuvo cerca pero no logró alcanzar las grandes ventas de su
predecesor. Con todo, estos libros, excepto el último, alcanzaron una difusión excepcional en países de
habla inglesa así como en traducciones extranjeras.687 Sus obras resultan admirables no solo por su estilo
sencillo a la par que contundente, sino por las muchas lecciones útiles y prácticas que aplican.688
En 1896 publicó dos volúmenes bajo el título de Democracia y Libertad, en los que analizaba, con especial
referencia a Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, algunas de las tendencias de las democracias
modernas.691 Esta obra, aunque esencialmente diferente de los escritos puramente históricos del autor,
posee muchas de sus virtudes.691 Aunque repleta, como todas sus obras, de erudición y marcada por sus
profundas reflexiones, su imparcialidad y la sobriedad de sus juicios, apenas gozó del éxito que, en muchos
aspectos, merecía.693 El libro es muy prolijo. La gran cuestión ―el efecto de la democracia sobre la
libertad― queda oscurecida por la introducción de numerosos asuntos, como el matrimonio y el divorcio,
cuya relación con el tema principal no resulta obvia, o de otros, como la nacionalidad, cuya relación con
aquel está insuficientemente enfatizada. El peso del material ilustrativo y el tono sumamente severo también
han dificultado su popularidad.693 Democracia y Libertad es en gran parte un tratado sobre política
contemporánea. Proporciona una provisión de reflexiones admirables, si bien un tanto inconexas, hechas,
en su conjunto, desde un punto de vista inequívocamente conservador y sin mucha esperanza en el futuro
de la democracia.692 En 1899 publicó una edición revisada de Democracia y Libertad, con una nueva
introducción, que contiene lo que probablemente sea el mejor resumen y estimación de la obra y el carácter
de Gladstone aparecido hasta la fecha.692 Por último, en The Map of Life (El mapa de la vida, 1899)
trataba en un estilo popular algunos de los problemas éticos que surgen en la vida cotidiana.691 Se trata de
un volumen de reflexiones sobre la vida, el carácter y la conducta, que alcanzó y sigue gozando de una
considerable popularidad. No se puede decir que las reflexiones sean muy profundas, ni que estén
expresadas de manera epigramática; pero hay una apacible sabiduría, una sensatez, una esperanzada
confianza en la fuerza de la resolución, una mezcla de dulzura y firmeza, que dan al libro un cierto encanto.
Sería una lectura provechosa para los jóvenes, pero probablemente haya encontrado más lectores entre los
mayores.692
En 1860, Herbert Spencer (1820-1903) reunió cuatro ensayos escritos para revistas, para formar los
cuatro capítulos de su libro Sobre la educación, cuya primera edición apareció en 1861.694 El método
educativo propugnado se asemeja al de Pestalozzi al aspirar a un desarrollo natural de la inteligencia y crear
un provecho grato.694 La obra defiende el estudio de la ciencia como el más conducente al bienestar y
solaz de los hombres de nuestro tiempo.695 Sus argumentos hicieron de la educación asunto de discusión
en las universidades y hasta en el foro público. Protestó contra la historia como catálogo sin sentido de
nombres y fechas; proponía en su lugar la ciencia de la sociología.624 Sobre la educación ha tenido una
enorme influencia, y es todavía reconocido como un libro de texto de referencia.694
Entre 1870 y 1885, el biólogo y escritor científico Thomas Henry Huxley (1825-1895) publicó una serie
de ensayos sobre temas filosóficos, siendo el más importante de ellos su esbozo sobre Hume (1879) para la
serie «English Men of Letters» de Mr. John Morley.Nota 71 En el capítulo sobre el propósito y el alcance
de la filosofía, Huxley adopta el punto de vista de que el método de la psicología es el mismo que el de las
ciencias físicas, y señala a Descartes, Spinoza y Kant como ejemplos de las ventajas para un filósofo de una
formación en ciencias físicas.699 El capítulo sobre los milagros comienza demostrando lo absurdo de las
objeciones a priori a la creencia en los milagros porque son violaciones de las "leyes de la naturaleza"; pero
si bien resulta absurdo creer que aquello que nunca ha sucedido nunca puede suceder sin una violación de
las leyes de la naturaleza, Huxley coincide con Hume al pensar que "cuanto más entre en conflicto una
exposición de hechos con la experiencia previa, tanto más completa debe ser la evidencia que nos da
motivo para creer en ella". La aplicación de este criterio a la historia del mundo tal como figura en el
Pentateuco y a la historia de los evangelios constituye el tema de numerosos ensayos y discursos
controvertidos, reeditados en los volúmenes cuarto y quinto de sus Ensayos reunidos.699
El ensayo había sido revitalizado a finales del siglo XIX por R. L. Stevenson (1850-1894) en obras tales
como Virginibus Puerisque (1881) y Memories and Portraits (1887).700 En 1876, Stevenson comenzó la
brillante serie de ensayos sobre la vida y la literatura en el Cornhill Magazine que posteriormente serían
recopilados junto con otros en los volúmenes titulados Virginibus Puerisque y Familiar Studies of Men and
Books. Tuvieron continuidad en 1877, y en mayor medida a lo largo de 1878.562 El primero de dichos
volúmenes es una recopilación de ensayos en los que predica con cautivador vigor y gracia su evangelio de
juventud, coraje y desprecio por las timideces y las mezquinas respetabilidades de la vida.568 El volumen
Familiar Studies of Men and Books, publicado en 1882, consta de una serie de ensayos íntimos y de otro
tipo, incluida una eficaz exposición de sus propias teorías novelísticas, que había publicado en diversas
publicaciones periódicas durante los años anteriores.569
El aristócrata y político liberal escocés George Campbell, VIII duque de Argyll (1823-1900), publicó en
1879 su importante obra política La cuestión oriental, un estudio de la política en Oriente desde la guerra
de Crimea. Su conclusión era: "Injusta y poco política como creo que ha sido la conducta del Gobierno en
la Europa Oriental, esta misma ha sido sabia y virtuosa en comparación con su conducta en la India".701
Cuando, a partir de 1890, su popularidad como novelista comenzó a declinar, la otrora célebre Ouida
(Marie Louise de la Ramée, 1839-1908) se dedicó a escribir mayormente para las principales revistas
ensayos sobre cuestiones sociales o críticas literarias, todo ello sin remunerar.541 Muchos de sus ensayos
posteriores para The Fortnightly Review, The Nineteenth Century y North American Review fueron
recopilados en Views and Opinions (1895) y Critical Studies (1900). En ellos proclamaba su hostilidad
hacia el sufragio femenino y la vivisección,Nota 72 o evidenciaba su percepción crítica de las literaturas
inglesa, francesa e italiana.702 También escribió sobre política italiana; pero sus puntos de vista sobre estos
temas estaban marcados por una característica violencia y por la falta de criterio.703
Historiografía
En los libros de viajes del siglo XIX, la entrega total de los autores al interés de la aventura por lo general
hace lúcido y vivo el estilo; el asunto habla por sí solo. Sin embargo, cuando el viaje no es tan lejano se le
exige más al autor, que tiene que compensar con el interés de su personalidad la falta de novedad de los
lugares. El gran maestro en este aspecto es George Borrow.704 Sus libros pueden clasificarse como
novelas de base autobiográfica o como viajes novelados. Richard Ford fue más objetivo en sus Gatherings
from Spain, a las que dio vida con su singular idiosincrasia y sus prejuicios. No obstante, el mejor libro de
esta clase fue Eōthen, de Kinglake, libro que eclipsó la voluminosa Historia de la guerra de Crimea del
mismo autor. Trata del Cercano Oriente, y Kinglake mojó sus pinceles en colores fuertes. Es ingenioso y
sensitivo.705
El escocés Hugh Miller (1802-1856), geólogo y hombre de letras, mostró desde muy pronto un notable
gusto por la lectura y el poder de la narración de historias.706 En 1835 publicó sus Escenas y leyendas del
norte de Escocia,706 que recogía las tradiciones de su Cromarty natal.707 Desde 1840 fue editor del
periódico The Witness, órgano de la facción popular de la Iglesia de Escocia, cargo para el que mostró una
notable capacidad.706 Al margen de sus obras sobre geología ―materia que también fue objeto de un
capítulo de sus Escenas y leyendas―,707 cabe destacar sus libros Mis escuelas y maestros, una
autobiografía de notable interés; Primeras impresiones de Inglaterra y su gente (1847), y El crucero del
«Betsy».706 En general, todos sus escritos se caracterizan por una gran excelencia literaria, y sobre todo
por una maravillosa capacidad para lograr vívidas descripciones.706
La obra literaria del matrimonio compuesto por William Howitt (1792-1879) y Mary Howitt (1799-1888),
que era muy extensa, fue en parte elaborada conjuntamente y en parte de manera independiente, y abarcó
una considerable variedad de temas: poesía, ficción, historia, traducciones y temas sociales y económicos.
Útil y amena en su momento, poco de ella tiene probabilidades de pervivir. Las obras de William incluyen
Una historia del clericalismo (1833), Vida rural en Inglaterra (1837), Visitas a lugares notables, Hogares y
refugios de los poetas, Tierra, trabajo y oro (1855), Vida rural en Alemania, Historia de lo sobrenatural e
Historia del descubrimiento de Australia.492 Sus obras conjuntas incluyen El trovador del bosque, El libro
de las estaciones y Abadías y castillos en ruinas de Gran Bretaña.492
A. W. Kinglake, en un trabajo que no es propiamente una novela de ficción, pero que sí posee una gran
calidad imaginativa acercándose al arte del novelista, utilizaría el ambiente oriental en un libro de viajes
titulado Eōthen o fragmentos de un viaje de regreso a casa desde Oriente (1844).513 Se trata de un
sensible e ingenioso registro de las impresiones sentidas y recordadas de modo penetrante.714 El libro
demostró que Kinglake era un maestro del más refinado estilo y sutil humor,715 y aunque fue comparado
un tanto absurdamente con las narraciones de viajes ordinarias, en verdad resulta más parecido al Viaje
sentimental de Sterne, y es un delicioso registro de impresiones personales más que de hechos ajenos.715
Como abogado, Elliot Warburton (1810-1852) se colegió en Irlanda en 1837, pero abandonó su profesión
para viajar y escribir.716 En 1843 hizo "un largo viaje" a través de Siria, Palestina y Egipto. Describió
estos viajes en el Dublin University Magazine (octubre de 1843, enero y febrero de 1844) bajo el título de
Episodios de un viaje oriental.716 En formato de libro su título fue La medialuna y la cruz, o romance y
realidades de un viaje oriental, y apareció en dos volúmenes en 1844, si bien está fechado en 1845. A pesar
de que el Eōthen de Kinglake acababa de aparecer, esta obra de Warburton pasó por al menos diecisiete
ediciones, llegando a reeditarse en fecha tan tardía como 1888, y su popularidad era debida a sus "brillantes
descripciones".717
Richard Ford (1796-1858), crítico, viajero e hispanista, es el autor de una de las primeras y mejores guías
de viaje.718 Estudió Derecho, pero nunca ejerció, y en 1830-33 viajó por España, pasando gran parte de
su tiempo en la Alhambra y en Sevilla.718 En 1840 comenzó a escribir, por invitación de John Murray, su
Guía para viajeros en España, con la que su nombre está mayormente asociado.718 Fue concluida y
publicada en 1845; y unas ventas de dos mil copias en pocos meses demostraron la estimación pública de
sus méritos.719 En la siguiente edición (1847) fue reducida a las dimensiones ordinarias de las «Guías para
viajeros» de Murray, y con los recortes y algunos materiales nuevos añadidos se hizo el delicioso volumen
breve publicado en 1846 bajo el título de Gatherings from Spain.719
En 1846, Harriet Martineau realizó un viaje con algunos amigos por Egipto, Palestina y Siria, y a su
regreso publicó Vida oriental, presente y pasada (1848),720 un libro de viajes que la autora consideraba su
mejor libro: en él declaraba que ya no creía en la revelación.721 Esta obra mostraba que a medida que la
humanidad pasaba por las religiones históricas del mundo, una tras otra, la concepción de la deidad y del
gobierno divino se volvía a cada paso más y más abstracta e indefinida.720
Richard Francis Burton (1821-1890) fue geógrafo, explorador, traductor, escritor, militar, orientalista,
cartógrafo, etnólogo, espía, lingüista, poeta, esgrimista y diplomático, y llevó una vida de viajes, aventuras
y servicio militar y civil en casi todas las regiones del mundo, incluyendo la India, África, Oriente Próximo,
Norteamérica y Sudamérica.722 Burton fue el primer inglés en entrar en La Meca, el primero en explorar
Somalilandia, el primero en hallar los Grandes Lagos del África Central.723 Fue el viajero más activo y al
mismo tiempo un lingüista de primera fila. Publicó sus libros rápidamente, demasiado rápidamente para dar
valor permanente a sus escritos, y su estilo es áspero, lo mismo que su carácter.724 Fue autor de más de 50
libros en una gran variedad de géneros, incluyendo viajes, novelas y traducciones, entre los cuales destacan
Narración personal de una peregrinación a Medina y La Meca (1855), Primeros pasos en el África
Oriental (1856), Las regiones lacustres del África Ecuatorial (1860), La cuenca del Nilo (1864), una
traducción y una biografía de Camões, una traducción absolutamente literal de Las mil y una noches,
anotada y comentada,725 etc. En 1848 viajó a la India con un permiso para restablecer su salud en las
montañas de Nilgiris.726 En seis meses encontró tiempo para visitar Goa y formar su primer contacto con
la lengua de Camões.727 Regresó a Inglaterra en mayo de 1849, llevando consigo una amplia colección de
manuscritos y curiosidades orientales, y los materiales para no menos de cuatro libros sobre la India.727 En
un año (1851) lanzó al mercado Sind, o el valle desdichado (2 volúmenes) y Sind y las razas que habitan el
valle del Indo, que son todavía valorados como libros de referencia; y Goa y las Montañas Azules, un
maravilloso historial de un viaje de seis meses.727 En 1853, después de mucho tiempo abrigando la
esperanza de cumplir su sueño de peregrinar a La Meca,727 viajó a Egipto, siendo esta su primera visita a
ese país que posteriormente conocería tan bien. La peregrinación propiamente dicha comenzó con un viaje
a lomos de un camello de El Cairo a Suez. Después siguieron doce días en un buque de peregrinos en el
mar Rojo de Suez a Yanbu, el puerto de Medina.727 El viaje desde Yanbu a Medina, de allí a La Meca, y
finalmente de nuevo hacia el mar hasta Yeda,727 le llevó más de dos meses. Desde Yeda Burton regresó a
Egipto en un barco de vapor británico.727 El viaje en sí resultó menos notable que el libro en el que fue
narrado.728 Su sensacional Narración personal de una peregrinación a Medina y La Meca une el interés
de una sólida documentación sacada de autores árabes a la observación intensamente personal del
autor.724 Es merecidamente el más popular de los libros de Burton, habiendo alcanzado cuatro ediciones.
Como relato de aventuras audaces, y por levantar el velo de lo desconocido, su interés nunca se
desvanecerá.727 Sus vívidas descripciones, su estilo acre y sus "apuntes" intensamente personales lo
distinguen de los libros de su género; su penetración en los modos semitas de pensamiento y su cuadro de
las costumbres árabes le otorgan valor de documento histórico; su humor negro, sus perspicaces
observaciones y su temeraria embriaguez de opinión, expresados en un lenguaje peculiar, tosco pero
vigoroso, hacen de él una curiosidad de la literatura.728 A mediados de 1854 se encontraba de nuevo en el
mar Rojo, con permiso del Gobierno de Bombay para explorar Somalilandia. Su ambición era penetrar a
través de las montañas hasta el curso superior del Nilo.727 Cuando aún se encontraba cerca del puerto de
Berbera729 resultó herido en un ataque y tuvo que regresar a Adén. De esta fallida expedición publicó los
resultados en sus Primeros pasos en el África Oriental.724 Se trata de uno de sus más emocionantes y más
característicos libros, pleno de saber, observación y humor.723 Su traducción de Las mil y una noches es
notable por el conocimiento enciclopédico de la vida musulmana, y en la biografía de Camões y la
traducción de Los lusiadas aprovechó sus incomparables conocimientos sobre los lugares que menciona el
poeta.730
En el verano de 1860 atravesó Norteamérica, con el particular objetivo de estudiar a los mormones en Salt
Lake City. Esto dio como resultado un libro, The City of the Saints (La ciudad de los santos) (1861), que se
caracteriza por su lenguaje sumamente sencillo.729 Burton pasó cuatro años en la costa occidental de
África, "la tumba del hombre blanco".731 Su jurisdicción se extendía por unas seiscientas millas a lo largo
de los golfos de Biafra y Benín, incluyendo la desembocadura del Níger,731 pero sus exploraciones se
extendieron más allá de su jurisdicción consular. Fue el primero en escalar las montañas de Camerún y en
advertir su valor como "sanatorio" para los europeos. Remontó el río Congo hasta las cataratas de Yellala.
Visitó la colonia francesa de Gabón, entonces famosa por las narraciones de Du Chaillu, pero fracasó en su
ambición de atrapar un gorila. También rindió visitas a Abeokuta y Benín, donde buscó en vano los huesos
de Belzoni. Dos veces fue a la capital del Reino de Dahomey, la segunda en misión oficial del Gobierno
británico. Algunos reportes de lo que hizo y vio pueden leerse en media docena de libros: Andanzas por
África Occidental (1863, 2 volúmenes), Abeokuta y los Camerunes (también de 1863, 2 volúmenes), Una
misión ante Glele, rey de Dahomey (1864, 2 volúmenes), Ingenio y sabiduría del África Occidental (1865),
y La tierra de los gorilas, o las cataratas del Congo (1875, 2 volúmenes).731
Su período de cuatro años en Sudamérica (1865-69) dio como resultado dos libros: Exploraciones de las
tierras altas del Brasil (1869, 2 volúmenes) y Cartas desde los campos de batalla del Paraguay
(1870).731 Estudió las antigüedades etruscas de Bolonia;732 visitó las regiones de Sind y Goa,732 y los
yacimientos auríferos del Madián y de la Costa de Oro. Y cada una de estas expediciones tiene su historial
en un libro. En 1876 apareció La Bolonia etrusca: un estudio; en 1877 Sind revisitada; en 1878 Las minas
de oro del Madián; en 1879 La tierra del Madián revisitada (3 volúmenes), y en 1883 A por el oro de la
Costa del Oro (2 volúmenes).732 Ninguno de ellos tenía más que un interés pasajero. Burton no poseía el
donaire estilístico o imaginativo que otorga la inmortalidad a un libro de viajes.723
Considerando únicamente sus exploraciones, pocos han atravesado una extensión mayor de lugares ignotos
de la Tierra, y ninguno con ojos más observadores. Sus logros como escritor resultan casi tan notables. Su
producción total asciende a más de cincuenta volúmenes, algunos de dimensiones considerables. Aunque
no todos son literatura, todos ellos representan el trabajo duro y son el producto de una mente original.733
Detrás del viajero y el escritor emerge la figura de un hombre que se atrevió a ser siempre fiel a sí
mismo.733
Laurence Oliphant (1829-1888) fue un viajero, aventurero, diplomático ocasional y escritor. Sus viajes
incluyen, además de los países continentales, las costas del Mar Negro, la región de Circasia, donde fue
corresponsal de The Times, América, China y Japón. Estuvo en la Guerra de Crimea, en la sublevación
india, en la guerra de China, en las operaciones militares de Garibaldi y en la insurrección polaca.734
Oliphant fue un autor voluminoso y versátil, que publicó libros de viajes, novelas y obras sobre
misticismo.735 Pasó una agradable temporada en Nepal, y conoció tantas novedades que le dieron para
poder escribir su primer libro, Un viaje a Katmandú (1852).736 Abandonó sus estudios de Derecho y se
marchó de viaje a Rusia. El resultado de esa gira fue su libro sobre Las costas rusas del Mar Negro
(1853).736 Ideó un proyecto para colonizar Palestina con judíos, y a principios de 1879 marchó a Oriente
para estudiar el país y tratar de obtener una concesión del gobierno turco. Un relato de su viaje se encuentra
en La tierra de Galaad, con excursiones por el Líbano (1880).737 Describió su viaje a Egipto (invierno de
1881) en La tierra de Khemi: río arriba y río abajo por el curso medio del Nilo (1882).737 Escribió una
serie de textos en el Blackwood's, publicados en 1887 como Episodios de una vida de aventuras, que
describen su carrera inicial con gran espíritu.738 Otras obras suyas: Minnesota y el Lejano Oeste (1855),
La campaña de Transcaucasia (1856), Patriotas y filibusteros (una narración de aventuras en el Sur de
Estados Unidos, 1860), Narración de una misión a China y Japón (1857-59).739
Sir John Bowring (1792-1872), lingüista, escritor y viajero, declaró que uno de los períodos más
interesantes de su vida pública fue su visita a Siam en 1855.740 En 1857 Bowring publicó un relato de sus
viajes y experiencias en Siam bajo el título de The Kingdom and People of Siam (El reino y el pueblo de
Siam).740
En 1857, el explorador misionario David Livingstone (1813-1873) publicó sus Missionary Travels.741
Tras unos años en África, en Inglaterra publicó su segundo libro, El Zambeze y sus afluentes (1865). De
nuevo en África, organizó una expedición a la cuenca del Nilo, descubrió el lago Bangweolo, exploró el
país de los caníbales, soportando terribles sufrimientos y peligros, de los que fue rescatado justo a tiempo
por H. M. Stanley. Su último viaje lo emprendió para descubrir las fuentes del Nilo, pero resultó ser fatal,
ya que murió en una aldea en Ilala.741 Sus escritos son exposiciones austeras y sin adornos de su labor y
sus experiencias. Se cuenta entre los más grandes exploradores y filántropos. El diario que mantuvo fue
publicado como el Último diario de David Livingstone en África central (1874).741
Como funcionario público, Anthony Trollope fue destinado en el otoño de 1858 a una misión en las
Indias Occidentales, que daría origen a sus aportaciones a la literatura de viajes.742 La expedición dio
como resultado Las Indias Occidentales y las posesiones continentales españolas (1859), un libro de viajes
sumamente entretenido, considerado por el autor como su mejor obra en este género. En 1862 visitó los
Estados Unidos;743 el relato de su viaje, titulado Norteamérica (1862), es menospreciado por el propio
autor, pero resultó eminentemente útil en su momento para ayudar a orientar a la opinión pública inglesa
hacia un cauce correcto447 en su relación con América. Posteriormente visitó Australia y Nueva Zelanda
(1871-72), y Sudáfrica (1878), produciendo libros sobre estos países más fecundos en instrucción que en
entretenimiento.447
El historiador William Hepworth Dixon (1821-1879) escribió numerosos libros de viajes.256 En 1863,
Dixon viajó al Oriente Próximo y, a su regreso, contribuyó a fundar la Fundación para la Exploración de
Palestina.684 En 1865 publicaría The Holy Land (La Tierra Santa), una pintoresca guía de Palestina. En
1866, Dixon viajó a través de los Estados Unidos, llegando hacia el Lejano Oeste hasta Salt Lake City,744
y en 1867 publicó La nueva América. Alcanzó ocho ediciones en Inglaterra, tres en Estados Unidos y
varias en Francia, Rusia, Países Bajos, Italia y Alemania.685 En la última parte del año 1869 viajó durante
algunos meses por el Norte, dando cuenta de su periplo en Free Russia (1870).685 El año 1871 lo pasó en
su mayor parte en Suiza, y a principios de 1872 publicó Los suizos.685 En septiembre de 1874 viajó por
Canadá y los Estados Unidos. El resultado lo daría en marzo de 1875 con La conquista blanca.685 En la
última parte del año 1875 viajó una vez más a Italia y Alemania. Durante el año siguiente, escribió El
camino a Egipto en el Gentleman's Magazine.685 Antes de finalizar 1878 visitó la isla de Chipre.685 El
Chipre británico se publicó en 1879.685
A Sir Samuel White Baker (1821-1893), explorador, naturalista, cazador, ingeniero, escritor y militante
abolicionista, se le recuerda principalmente como explorador de las fuentes del Nilo457 y del interior del
África Central, y como descubridor del gran lago Alberto.457 Durante su residencia en la isla de Ceilán
publicó, como resultado de numerosas y aventureras expediciones de caza, El rifle y el perro de caza en
Ceilán (1853), y dos años más tarde Ocho años de andanzas en Ceilán (1855).745 El descubrimiento del
Albert Nyanza fue la hazaña más notable lograda en la carrera aventurera de Baker; la labor de Speke y
Grant quedaba así completada, y las fuentes del Nilo liberadas del misterio. Aunque quedaría para Stanley
el descubrimiento (15 de diciembre de 1887) del tercer lago y la corrección del reporte relativo a la
extensión del Albert Nyanza hacia el sur, el nombre de Baker siempre estará asociado con la solución del
problema de las fuentes del Nilo.746 Publicó su relato de la expedición, titulado El Albert Nyanza, la Gran
Cuenca del Nilo y la exploración de las fuentes del Nilo, en 1866, y la obra se hizo inmediatamente
popular.747 En 1867 publicaría Los afluentes del Nilo en Abisinia; ambos libros alcanzarían rápidamente
varias ediciones.748 Publicó su relato de la expedición al África Central bajo el título de Ismailia (1874).
Chipre, tal como la vi en 1879 fue el resultado de una visita a dicha isla.748 En líneas generales, sus libros,
que versan todos sobre viajes y actividades lúdicas, están bien escritos.457
Edward Whymper (1840-1911), alpinista y explorador, conquistador del Matterhorn, del Chimborazo y
del Cotopaxi, consignó sus experiencias en dos grandes libros:749 Scrambles among the Alps (Escaladas
en los Alpes) (1871) y Travels among the Great Andes (Viajes por los Grandes Andes) (1892).
La observación y ese vagabundeo siempre alerta de George Borrow se repiten de nuevo a finales de siglo
en las obras de Richard Jefferies.513 La tradición de Gilbert White (autor de Historia natural y
antigüedades de Selborne, 1789) fue continuada por este naturalista y novelista sureño en sus principales
obras. En 1877 adquirió definitivamente categoría como autor popular con El guardabosque en su hogar,
reedición de una serie de textos notables inicialmente publicados en el Pall Mall Gazette. Ciertamente, a la
vez que interpretaba la naturaleza como un poeta, la había estudiado como un naturalista, no solo
acumulando datos con minuciosa observación, sino registrándolos con una precisión casi dolorosa en los
diarios de los cuales Mr. Besant ha dado muestras. Su amor por los detalles y su facultad para extraer la
belleza poética de ellos son exhibidos aún más sorprendentemente en su siguiente libro, Vida agreste en un
condado del Sur (1879), que también apareció inicialmente en forma de artículos en el Pall Mall.542 Estas
dos obras están repletas de observaciones minuciosas y descripciones vívidas de la vida en el campo.595
La primera de ellas consiste en una serie de escritos en prosa sobre la base de la amistad del autor con el
guarda de la finca rural en la que aquel pasó su infancia. Por su parte, en Vida agreste…, obra en la que
Jefferies vuelve a su Wiltshire natal, toda la vida rural de la comarca, animal y humana, y todas las
características locales de la naturaleza inanimada, y el nuevo mundo creado por la fusión de ambos
conceptos, son representados en un paisaje con figuras exquisitamente matizado e infinitamente variado,
provisto por su unidad esquemática de un marco definido y adecuado. Esta coherencia hace que Vida
agreste… sea muy superior a sus posteriores obras del mismo género,543 como El furtivo aficionado
(1880), En derredor de una vasta finca (1881), La vida en los campos, Aire libre (1885), etc. Con la
excepción de Red Deer (El ciervo rojo) (1884), una descripción de Exmoor, donde la unidad de
localizaciones conduce de nuevo a la unidad de intereses, estas obras resultan demasiado inconexas, si bien
las descripciones individuales son tan hermosas y certeras como siempre.543 En los pocos años que
Jefferies invirtió en escribir estas obras en prosa, su habilidad literaria se desarrolló rápidamente: El furtivo
aficionado, en particular, es considerado como un gran avance con respecto a sus trabajos anteriores, el
primero en el que el autor se acerca al tema autobiográfico que está detrás de sus mejores obras.750
Jefferies fue autor además de otras colecciones de ensayos sobre historia natural.624
Al igual que George Borrow, con quien tiene mucho en común, Jefferies es un escritor de un tipo
perfectamente original, y al mismo tiempo intensamente inglés. Gran parte de lo mejor de su obra puede ser
emulado o superado, pero él resulta incomparable, salvo por Shelley, por la fusión de la máxima intensidad
de pasión con su máxima pureza, y por la elocuente expresión del mero éxtasis de vivir, del goce de la
existencia al aire libre y a la luz clara en medio de hermosos paisajes.543 En su propio estilo, consistente en
representar con un intenso sentido de la naturaleza todos los elementos del país y de la vida agreste, vegetal
y animal, que sobrevive frente a la civilización moderna, pocos han igualado a Jefferies.595
Por razones de salud, Robert Louis Stevenson tuvo que hacer frecuentes viajes, y en ellos recogió la
documentación y obtuvo las experiencias que se condensan en sus narraciones Un viaje al continente
(1878) y Viajes con una burra por los montes Cévennes (1879).563 En 1876 acompañó a Sir Walter
Simpson en un viaje en canoa por Bélgica y Francia descrito en The Inland Voyage (Un viaje al
continente).751 Se trata de su primer libro publicado, y está escrito con una agradable, imaginativa veta
humorística y reflexiva, pero con un estilo tal vez demasiado amanerado.562 Por su parte, Travels with a
Donkey in the Cevennes describe sus excursiones por el macizo de las Cévennes, en el centro-sur de
Francia, durante el otoño de 1878.
En 1892 se publicó Across the Plains (A través de las Grandes Llanuras), un volumen recopilatorio de
ensayos, que venían precedidos por la narración de su viaje como emigrante desde Nueva York hasta San
Francisco, sumamente revisada y condensada a partir del borrador original de 1879.752
En 1883, el teólogo Henry Drummond (1851-1897) emprendió una visita a la región meridional del
África ecuatorial. Su misión era realizar una exploración científica, y especialmente geológica, de la región
de los lagos Nyasa y Tanganica para la African Lakes Corporation. Zarpó en junio de 1883 y pasó por
Zanzíbar y Mozambique. Volvería con un valioso informe sobre la gran región administrada por la
Compañía, y también mantuvo un completo diario, del que extrajo los materiales para su admirablemente
escrito esbozo El África tropical (1888), que describía el carácter general del país y la condición de sus
nativos, con uno o dos capítulos sobre historia natural y sobre los problemas económicos que en sí mismos
se presentaban a su mentalidad. Regresó pasando por Ciudad del Cabo en abril de 1884.753
Todas estas obras no son sino una pequeña parte de una literatura copiosa y fascinadora sobre viajes, la cual
constituye uno de los primeros méritos de la época victoriana y de la nuestra.749
Filología y traducción
John Stuart Blackie (1809-1895), académico y hombre de letras escocés, dedicó su vida a la docencia
―fue profesor de latín en Aberdeen (1841-52) y de griego en Edimburgo (1852-82)―754 y a la
traducción de obras clásicas ―si bien la primera obra que tradujo fue Fausto, que obtuvo la aprobación de
Carlyle―.754 Desde el principio, sus clases magistrales sobresalieron por el singular entusiasmo con el
que trataba de revitalizar el estudio de los clásicos; y su creciente reputación, sumada a la expectación
levantada por una traducción de Esquilo que publicó en 1850, condujeron a su nombramiento en 1852 para
la cátedra de Griego en la Universidad de Edimburgo.755 Era algo errático en sus métodos, pero sus
conferencias fueron el triunfo de una personalidad influyente. Un viaje a Grecia en 1853 inspiró su ensayo
Sobre el idioma vivo de los griegos, uno de sus temas favoritos, especialmente en sus últimos años.755 Su
actividad literaria fue incesante, sus obras consisten en traducciones de Esquilo y de la Ilíada,756 entre
otras muchas.
El arabista Edward William Lane (1801-1876) precedió a Richard Francis Burton como traductor de Las
mil y una noches (1838-40).757 Su traducción, publicada por entregas mensuales, ilustradas con
xilografías basadas en dibujos de William Harvey,Nota 73 758 estaba diseñada para hacer del libro una
especie de enciclopedia de las costumbres orientales. La traducción en sí misma es una prueba admirable de
erudición, pero se caracteriza por un manierismo un tanto artificial, que no es igual de apropiado para todas
las partes del "multicolorido" original. El carácter de algunos de los cuentos y las tediosas repeticiones de
un mismo tema en la colección árabe indujeron a Lane a dejar sin traducir partes considerables de la obra.
El valor de su versión se ve incrementado por las exhaustivas notas sobre la vida y costumbres
mahometanas.759 Esta fue la primera versión fiel de los célebres relatos árabes.758
Lane dedicó los últimos veintisiete años de su vida a meditar y traducir sus materiales árabes en forma de
un gran tesauro del conocimiento lexicográfico de los árabes.759 La que estaba destinada a ser la gran obra
de su vida, su Léxico árabe, quedó inconclusa a su muerte, pero fue completada por su sobrino nieto, el
profesor Stanley Lane-Poole.Nota 74 760
En vida del autor aparecieron cinco partes (1863-74).759 Incluso
en su imperfecto estado el Léxico es un monumento perdurable.759 La importancia del diccionario fue
instantáneamente apreciada por los orientalistas de Europa, y el Léxico se convirtió de inmediato en
indispensable para los estudiantes de árabe.758
George Webbe Dasent (1817-1896), erudito escandinavista, marchó a Estocolmo en 1840 como secretario
del enviado británico, Sir Thomas Cartwright. El estímulo de Jacob Grimm lo llevó a interesarse por la
literatura y la mitología escandinavas, y de sus cuatro años de estancia en Estocolmo data su devoción por
el estudio de las sagas, que alentaría toda su carrera. En 1842 aparecieron los primeros frutos de su labor en
este campo, tomando la forma de una versión de The Prose or Younger Edda (La Edda prosaica o
menor);761 y al año siguiente apareció su Gramática de la lengua islandesa o nórdica antigua, a partir del
original en sueco de Rasmus Rask.761
Las traducciones que hizo el pintor y poeta Dante Gabriel Rossetti de los primitivos poetas italianos
comenzaron ya en 1845 o 1846, y podrían haber estado prácticamente terminadas para 1849.766 De los
primitivos italianos aprendió misticismo y exquisitez, y esto se confirmó en sus delicadas traducciones de
los primitivos poetas toscanos, especialmente de la Vita nuova de Dante.767 Primitivos poetas italianos
(1861) y Dante y su círculo (1874) constituyen una escrupulosa selección de traducciones de Dante
Alighieri (que incluye la Vita nuova y varios sonetos y poemas) y de sus antecesores y
contemporáneos.768 Primitivos poetas italianos fue saludada con entusiasmo por Coventry Patmore y
otros excelentes expertos.769 La obra fue reimpresa en 1874 bajo el título de Dante y su círculo, con los
poetas italianos que le precedieron: una selección de poemas líricos, editados y traducidos en sus metros
originales. El libro es un jardín de encantadora poesía, impregnada de espíritu italiano.769 Los mayores
éxitos están logrados en las composiciones aparentemente más difíciles de reproducir, las ballate y las
canzoni.769
En 1875, el poeta William Morris (1834-1896) llevó a cabo una traducción en verso de la Eneida de
Virgilio,300 que resulta interesante más por su singularidad que por cualquier fidelidad al espíritu del
original.770 En 1887 publicó su traducción de la Odisea, que poseía muchas de las cualidades y defectos
de su Eneida, y resulta mucho más interesante como experimento que valiosa como "réplica homérica".770
Biografía
John Forster (1812-1876), historiador y biógrafo,771 se convirtió en abogado del Inner Temple, pero
pronto renunciaría a las leyes por la literatura.771 Sus obras históricas fueron principalmente biografías,
entre las cuales destacan Los estadistas de la Mancomunidad de Inglaterra (1836-39), Vida de Goldsmith
(1854), Ensayos biográficos e históricos (1859), Sir John Eliot (1864), Vida de Walter S. Landor (1868) y
Vida de Charles Dickens (1871-74). También dejó el primer volumen de una biografía de Swift.771
Las hermanas Elizabeth (1794-1875) y Agnes Strickland (1796-1874) consideraron que las biografías
históricas de las reinas de Inglaterra podrían resultar útiles. Las dos hermanas proyectaron un libro juntas,
bajo el título de Memorias de las reinas de Inglaterra desde la conquista normanda.772 Finalmente, las
Strickland cambiaron su título por el de Vidas de las reinas de Inglaterra, y el primer y segundo volúmenes
aparecieron puntualmente en 1840. El nombre de Agnes aparecía como única autora en la portada;772 las
autoras obtuvieron una escasa remuneración, a pesar de que el libro se vendió bien.772
Strickland basó su Vidas de las reinas siempre que fue posible en registros oficiales inéditos, en cartas
contemporáneas y en otros documentos privados.773 El último de los doce volúmenes de la primera
edición de las Vidas de las reinas apareció en 1848.773
James Spedding (1808-1881) se dedicó desde 1841 al estudio de Bacon, que fue su principal ocupación
durante más de treinta años.774 En 1847 acordó con Robert Leslie Ellis y D. D. HeathNota 75 lanzar al
mercado una edición completa de Bacon.774 Las obras de Bacon fueron publicadas en siete volúmenes
entre 1857 y 1859, y los siete volúmenes de Vida y correspondencia aparecieron entre 1861 y 1874. La
obra es un modelo insuperable de edición minuciosa y erudita.774
En 1846 el historiador escocés John Hill Burton logró una sólida distinción literaria por su biografía de
Hume, ayudado por las vastas reservas de material inédito legadas por el sobrino de Hume a la Royal
Society de Edimburgo. Era una gran oportunidad, y si bien la insuficiente imaginación de Burton
desmejoraba el vigor de su retrato de Hume como hombre, ha mostrado una adecuada comprensión de él
como pensador, y tiene derecho a una especial reputación por su reconocimiento de la originalidad de
Hume como economista.775 Al año siguiente (1847) produjo sus entretenidas biografías de Lord Lovat y
Duncan Forbes.Nota 76 776
La Vida de William Penn escrita por William Hepworth Dixon fue publicada en 1851.684 En 1852,
Dixon publicó una biografía de Robert Blake, almirante y general del mar, basada en documentos
privados y públicos. Gozó de mayor éxito entre el público que entre los historiadores serios.684 En 1854,
Dixon comenzó sus investigaciones referentes a Francis Bacon, Lord Verulam.684 Publicó en el
Athenæum (enero de 1860) cuatro artículos en los que criticaba la Vida de Bacon de Campbell. Éstos
fueron ampliados y reeditados en 1861 bajo el título de Historia personal de Lord Bacon a partir de
documentos inéditos.684 Por separado publicaría un volumen más elaborado titulado Historia de la vida de
Lord Bacon (1862). Los libros de Dixon sobre Bacon gozaron de gran popularidad tanto en su país como
en el extranjero, pero no han sido muy valorados por los investigadores posteriores.684 En general, las
biografías escritas por Dixon recibieron críticas un tanto severas por parte de las autoridades
competentes.256 En 1872, Dixon escribió la parte principal de su Historia de dos reinas (referida a
Catalina de Aragón y Ana Bolena). La obra ocupaba cuatro volúmenes, de los cuales los dos primeros
fueron publicados en 1873, conteniendo la vida de Catalina de Aragón, y los otros dos en 1874,
conteniendo la vida de Ana Bolena.685 Como escritor fue siempre enérgico y, por consiguiente, popular,
pero en su obra abundan las imprecisiones y los conceptos erróneos.685
George Henry Lewes (1817-1878) escribió artículos, ensayos y obras científicas. Con mucho, su obra más
importante, sin embargo, es su Vida y obra de Goethe (1855), que en el tema tratado sigue siendo la obra
de referencia en lengua inglesa, y que a finales del siglo XIX superó, en su traducción al alemán, las
dieciséis ediciones.777 Ha sido ampliamente aceptada, a pesar de cierto recelo nacionalista en Alemania.
Muestra las virtudes características del autor: lúcido juicio, crítica independiente e infatigable vivacidad.
Los idólatras de Goethe estaban, por supuesto, insatisfechos, y la predisposición general de Lewes contra el
estilo alemán y su aversión por lo místico y lo alegórico puede inhabilitarlo para una adecuada apreciación
de ciertos aspectos del genio de Goethe. El libro, sin embargo, posee virtudes que muy pocas veces han
sido igualadas en obras similares, y conserva su lugar en la literatura inglesa.778
En agosto de 1850, durante una visita a los Lagos, Elizabeth Gaskell entabló amistad con Charlotte
Brontë.411 En algún momento después de la muerte de Miss Brontë (31 de marzo de 1855), Mrs. Gaskell
consintió, ante la urgente petición del señor Brontë, en emprender la biografía de su hija. A lo largo de 1856
se mantuvo ocupada con la biografía, entregándose a la obra con la mayor asiduidad, y sin escatimar
esfuerzos para asegurar la precisión en sus testimonios y descripciones.411 En la primavera de 1857 el
libro estuvo por fin listo para su publicación.411
Samuel Smiles (1812-1904) se sintió atraído por el estudio y la escritura de biografías, en las que asentaría
su mayor reputación, por la creencia optimista de que los ejemplos concretos de hombres que habían
logrado grandes resultados con sus propios esfuerzos mostraban mejor la verdadera dirección y meta del
progreso social e industrial. Tras la muerte en 1848 de George Stephenson,779 Smiles convenció al hijo de
Stephenson, Robert, para que le permitiera escribir una biografía completa. El libro apareció en junio de
1857 y fue recibido con entusiasmo; se vendieron 2.500 ejemplares antes de septiembre y 7.500 en un año.
Una reedición estadounidense apareció en Boston en 1858. En 1864 se alcanzaría la cifra de 18.000 copias,
y en 1859 se publicó un compendio. La biografía mantendría plenamente su popularidad en los años
subsiguientes,779 y fue precursora de una serie de biografías de líderes en el mundo de la industria.688 En
1861-62 escribió Lives of the Engineers (Vidas de ingenieros) (en 3 volúmenes); en 1863 Industrial
Biography: Iron Workers and Tool Makers (Biografías fabriles: trabajadores del hierro y fabricantes de
herramientas); y en 1865 Lives of Boulton and Watt (Vidas de Boulton y Watt).779 Todos estos libros
fueron reeditados en 1874 en 5 volúmenes bajo el título unitario de Lives of the Engineers (Vidas de
ingenieros).779 Smiles tuvo pleno acceso a las fuentes manuscritas, y sus libros son contribuciones de
referencia a la literatura biográfica inglesa. En 1868 se publicaron traducciones al francés de todos los
volúmenes.780 En 1878 publicó una biografía del filántropo George Moore, tarea que emprendió de mala
gana, pero que sería más popular que cualquiera de sus publicaciones posteriores.687 En 1884 aparecería
una compilación complementaria, Men of Invention and Industry (Inventores e industriales).687 Publicó
también otras obras biográficas, como Life of Thomas Telford (Vida de Thomas Telford, 1867), Life of a
Scotch Naturalist (Vida de un naturalista escocés) (Thomas Edward) (1876), Robert Dick (1878),688 A
Publisher and his Friends (Un editor y sus amigos) (historia de la empresa de John Murray) (1891),688
etc.
A finales de la década de 1840, Isaac Taylor pasó con mucho gusto de la controversia patrística y la
disquisición filosófica a la biografía eclesiástica, produciendo dos competentes estudios críticos sobre
Loyola and Jesuitism in its Rudiments (Loyola y el jesuitismo en sus rudimentos) (Londres, 1849) y Wesley
and Methodism (Wesley y el metodismo) (Londres, 1851).638
La obra magna del biógrafo e historiador escocés David Masson (1822-1907) es su monumental Vida de
John Milton (en 6 volúmenes, 1859-80), la biografía más completa de cualquier personaje inglés, que trata
no solo de la vida personal del poeta, sino también de la historia, política, social y religiosa, de su
tiempo.781 En esta obra descansa principalmente su reputación como biógrafo e historiador, y debe haber
pocos competidores en este género y en cualquier literatura tan esmerados y minuciosos en la recreación del
contexto de una gran carrera. El libro fue acogido con aprobación generalizada,782 y sigue siendo la
referencia estándar.782 Masson también escribió una exhaustiva biografía de Drummond of Hawthornden
(1873),782 y en 1874 reformuló y reeditó el asunto de un volumen de Ensayos biográficos y críticos que
había publicado en 1856, con material añadido, en tres volúmenes independientes782 titulados
Wordsworth, Shelley, and Keats; The Three Devils: Luther's, Milton's, and Goethe's y Chatterton: a story of
the year 1770.783 Había conocido a De Quincey, con cuya biografía contribuyó en 1878 a la serie
«English Men of Letters».784
En 1867, Sir Theodore Martin fue requerido por la reina Victoria,763 para que escribiera la biografía del
Príncipe Consorte.764 Martin aceptó el encargo con condiciones ―a saber, que debería tener las manos
libres tanto en lo referente al tiempo como al modo de llevar a cabo la obra.764 El resultado sería Life of
His Royal Highness the Prince Consort (Vida de Su Alteza Real el Príncipe Consorte). El primer volumen
de esta célebre obra fue publicado en 1874,763 abarcando la narración hasta 1848. El segundo volumen,
que apareció en 1876, trataba en gran parte de los ataques al Príncipe en la prensa y su vindicación en
ambas cámaras del Parlamento. El tercer volumen, que cubría el período de la guerra de Crimea, fue
publicado en diciembre de 1877, cuando las relaciones de Inglaterra con Rusia volvían a ser tensas.764 La
sublevación en la India constituyó el trasfondo político del cuarto volumen de Martin (1879);764 y en
1880, la Vida del Príncipe Consorte concluyó con éxito con la publicación del quinto volumen.763 La
biografía abunda en cartas y textos inéditos hasta entonces y supone una contribución especialmente valiosa
a la historiografía diplomática del momento. Aunque la opinión sobre el Príncipe es muy benévola, el tono
de Martin es esencialmente sincero y libre de adulaciones cortesanas.764
Martin seguiría en la línea de su Vida del Príncipe Consorte con una segunda obra de biografía política, A
Life of Lord Lyndhurst. From Letters and Papers in possession of his Family (Vida de Lord Lyndhurst. A
partir de cartas y documentos en posesión de su familia, 1883).Nota 77 Se trata de un intento de corregir la
desagradable impresión que Lord CampbellNota 78 dio de Lyndhurst en Lives of the Chancellors (1869,
vol. VIII), y aunque la refutación de Martin resulta aburrida por su extensión, el autor describe un acertado
retrato.765
La maestría de Martin ―tanto literaria como profesional― era excepcional.765 Como biógrafo, llevó a
cabo, en la Vida del Príncipe Consorte, un importante trabajo que resultaba necesario, y lo hizo bien.765
Margaret Oliphant escribió una indulgente biografía (1891) de su brillante y excéntrico primo, Laurence
Oliphant (1829-1891), y de la pobre esposa que tanto tuvo que soportarlo.785 Son excelentes sus
biografías del conde de Montalembert (1872), el estadista y pensador a quien admiraba, y cuya Historia de
los monjes de Occidente tradujo (1867-79, 7 volúmenes); de su íntimo amigo, el director TullochNota 79
(1888); y del Dr. ChalmersNota 80 (1893), el héroe de su juventud; mientras que su biografía de Sheridan,
un personaje totalmente ajeno a ella, en la serie «Hombres de Letras» (1883), es el menos satisfactorio de
sus escritos.786
Sabine Baring-Gould, novelista, hagiógrafo, anticuario, folclorista, antólogo y erudito inglés, publicó
también algunas obras biográficas, entre ellas The Vicar of Morwenstow: Being a Life of Robert Stephen
Hawker, M.A. (1876); The Tragedy of the Caesars: A Study of the Characters of the Caesars of the Julian
and Claudian Houses (1892) y The Life of Napoleon Bonaparte (1897).787
El arabista Edward William Lane, en su obra Account of the Manners and Customs of the Modern
Egyptians (Informe de los usos y costumbres de los egipcios modernos), hizo una descripción no superada
de la vida en el Cercano Oriente.757 Residió en Egipto durante casi dos años (diciembre de 1833-agosto
de 1835), dedicado exclusivamente a un estudio íntimo de las gentes de El Cairo, con miras a sus trabajos
sobre sus usos y costumbres. Lane vivió en los barrios mahometanos, vestía la indumentaria nativa, tomó el
nombre de Mansur Effendi, asociado casi exclusivamente a musulmanes, asistía en cada ocasión dable a
sus ceremonias religiosas, festivales y entretenimientos, y vivió la vida de un hombre culto egipcio
(exceptuando que siempre conservó su fe y conducta cristianas).788 El resultado de sus observaciones fue
el célebre Account of the Manners and Customs of the Modern Egyptians, que fue inicialmente publicado
en 2 volúmenes en diciembre de 1836.788 El libro fue un éxito inmediato. La primera edición se vendió en
quince días,788 y de inmediato ocupó el lugar que nunca ha perdido como la mejor descripción que se
haya escrito de la vida oriental y de un país oriental.759 Una tercera edición apareció en 1842, una cuarta
en 1846, y una quinta, en un volumen ―editado, con importantes adiciones, por el sobrino de Lane,
Edward Stanley Poole―, fue publicada en 1860. Esta, que constituye el texto estándar, ha sido reimpresa
repetidas veces en 2 volúmenes (1871, etc.).788 El libro también ha sido reeditado en América y traducido
al alemán. El valor de …los egipcios modernos reside en parte en la favorable fecha de su composición,
cuando El Cairo aún era una ciudad sarracena, casi intacta por las influencias europeas; pero principalmente
en su microscópica precisión de los detalles, que resulta tan completa y definitiva que no se han hecho
adiciones importantes a su cuadro de la vida y costumbres de los musulmanes del Egipto moderno, no
obstante las investigaciones de numerosos viajeros y eruditos.789 Usos y costumbres de los egipcios
modernos sigue siendo una referencia en la materia.760
Lane fue considerado como el principal orientalista europeo de su época.760 Su erudición fue reconocida
por numerosas sociedades científicas europeas. Fue miembro de la Sociedad Orientalista Alemana,Nota 81
correspondiente del Instituto de Francia, etc.759
En 1837, el médico escocés Samuel Smiles (1812-1904) publicó en Edimburgo, con sus propios medios,
750 copias de Physical Education, or the Nurture and Management of Children (La educación física, o la
crianza y el gobierno de los niños).790 En general, la obra recibió elogios.790
Una conferencia sobre un tema nuevo, Los hugonotes en Inglaterra e Irlanda, que pronunció en Dublín
ante la Asociación Cristiana de Jóvenes, durante un viaje de negocios, se convertiría en un volumen sobre
Los hugonotes: sus colonias, iglesias e industrias en Inglaterra e Irlanda (publicado en noviembre de
1867); se vendieron rápidamente 10.000 ejemplares.687
Visitó la región de los hugonotes en el sur de Francia e incorporó nuevas investigaciones en Los hugonotes
en Francia tras la revocación del edicto de Nantes, con una visita a los valdenses (1874).687
En su libro Home Education (La educación en el hogar, 1838), Isaac Taylor insistía en la influencia
beneficiosa de una vida rural, el valor educativo de los placeres de la infancia, y la importancia de favorecer
el crecimiento natural de la capacidad mental del niño por encima del crecimiento estimulado.638
No debe faltar el nombre de Charles Darwin (1809-1882), dada la influencia de sus escritos, fruto de sus
investigaciones científicas, sobre el pensamiento de la época.712 Darwin nunca hubiera reclamado derecho
alguno para recibir la consideración de artista literario, pero la claridad del estilo y la enorme tranquilidad
con la que presenta sus profundas conclusiones, conceden a una buena parte de su obra la categoría de obra
de arte. En The Origin of the Species (El origen de las especies), 1859) y en The Descent of Man (El
origen del hombre), 1871) concibió una concepción de los orígenes del hombre que desafiaba la religión
ortodoxa y la opinión aceptada en todo el mundo. Enunció con gran cautela sus propias investigaciones y
conclusiones, y será precisamente ahí donde residirá en buena medida su talento artístico.791 En 1831 le
llegó la oportunidad de su vida: el nombramiento para acompañar como naturalista al «Beagle» en su
estudio de América del Sur.792 La expedición se prolongó durante casi cinco años y, tras su regreso,
Darwin publicó un Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo (1839), brillante colección de
narraciones en las que describía sus investigaciones a bordo del bergantín. La obra tiene un doble interés:
como relato del viaje de exploración realizado de 1831 a 1836 contiene aportaciones muy importantes a los
conocimientos geológicos y zoológicos, y fue también la base de su teoría posterior sobre el origen de las
especies.793 Después de dedicar algún tiempo a la geología, abordó el desarrollo de su cuestión favorita: la
transformación de las especies.792 Darwin había dedicado mucho tiempo y profundas reflexiones a la
cuestión de la evolución por selección natural, y había escrito sus anotaciones sobre el tema.792 En 1859
apareció El origen de las especies, que establece la teoría de la evolución y de la selección natural de los
seres vivos.712 Esta obra otorgó a Darwin un lugar de
reconocimiento entre los más grandes hombres de ciencia,
y las controversias que, al igual que otras obras suyas,
suscitó, contribuyeron a llevar su nombre por todo el
mundo civilizado.792 El origen de las especies no es un
libro fácil de leer, y sin embargo es un modelo de
exposición científica para el lector inteligente. La materia
está admirablemente ordenada, y una prosa lúcida, directa
y expresiva convierte las pruebas en convicción total. La
lógica de la argumentación es, como observa Huxley, la
perfección misma de la lógica científica. Es al mismo
tiempo inductiva y deductiva.794 La dificultad del libro se
debe a la atención concentrada que el escritor exige del
lector. Las generalizaciones se formulan en exposiciones
particulares cuya validez universal tiene que admitir el
lector sin más explicaciones. Dichas exposiciones son el
resultado de intrincadas observaciones y de largos
experimentos a los que no se dedica ningún espacio en el
libro. En consecuencia, parecen arbitrarias a primera vista,
aunque en realidad están plenamente demostradas, y
«Un venerable orangután»: Charles Darwin,
constituyen un elemento imperecedero794 de la obra, que caricaturizado como un simio, en la revista
superó con mucho a todos los tratados anteriores y nunca satírica The Hornet (22 de marzo de 1871).
ha sido aventajada como recolección de todas las
observaciones relativas al problema de las especies.
Darwin tomó la idea de la evolución de escritores anteriores,Nota 82 pero él aportó pruebas convincentes; y
en una forma u otra la evolución se ha convertido en un principio cardinal no solo de las explicaciones
biológicas, sino también de las ramas humanas de la cultura.794 El origen del hombre (1871) propone el
desarrollo de la especie humana partiendo de seres inferiores. La estatura científica de Darwin ha sido
universalmente reconocida, y merece elogio su integridad moral. Su estilo es claro y va directamente a
exponer la idea intuida o el experimento realizado.795 No hay en la obra de Darwin nada que excluya las
correcciones a su teoría. Centro de la controversia más violenta de su tiempo, no es controvertible en
absoluto.796
Hugh Miller (1802-1856) fue un geólogo, escritor y folclorista escocés. Cuando aún trabajaba como
cantero, Miller había examinado los abundantes fósiles en las lutitas jurásicas de las costas de Ethie, pero no
fue hasta 1830 que obtuvo por vez primera restos de peces fósiles en la arenisca roja antigua. Durante
muchos años los recogió y estudió hasta donde pudo, y en 1837 algunos de sus especímenes fueron
notificados a R. I. Murchison y al profesor Agassiz. Al año siguiente se mantuvo en comunicación con
Murchison y su carrera como geólogo quedó definitivamente inaugurada.797 En 1840 contribuyó al
WitnessNota 83 con una serie de artículos sobre La arenisca roja antigua, y al año siguiente éstos fueron
reeditados en forma de libro,Nota 84 797 con extraordinarias figuras de peces "de arenisca antigua"
dibujadas por el propio autor. Los geólogos, escribió Buckland,Nota 85 quedaron asombrados y
maravillados con esta obra. En seguida le concedieron a la arenisca roja antigua, como formación, una
importancia apenas reconocida con anterioridad. Su ictiología técnica se basaba en las investigaciones
contemporáneas de Agassiz sobre los peces "de arenisca antigua", pero contenía importantes mejoras, y la
mejor parte de la obra estaba enteramente basada en la observación original.798
En 1847 publicó Huellas del Creador, o el asterolepis de Stromness. Era una réplica a los Vestigios de la
creación,Nota 86 y una contribución tanto a la apologética cristiana como a la paleontología.798 La
doctrina de la evolución que Miller sostenía en esta obra era incompatible con los dogmas del cristianismo.
Argumentaba por el milagro de la creación frente a la ley de la evolución, y se propuso demostrar que los
fósiles más antiguos, y muy especialmente los peces de «de arenisca antigua», eran tan avanzados en su
especie como los que han vivido desde entonces o viven en la actualidad.798
El último volumen de Miller, El testimonio de las rocas (1857), que recibió sus correcciones finales el día
de su muerte, trata principalmente, al igual que Huellas…, de la frontera entre ciencia y religión. Miller
tomó los seis días de la creación como sinónimos de seis períodos, y los sublimó en visiones representativas
del progreso de la creación.799 De sus libros sobre geología, tal vez el mejor sea el que trata de la arenisca
roja antigua, una especialidad en la que Miller fue un descubridor; pero todos sus escritos destacan por su
gran mérito literario, y especialmente por una maravillosa capacidad para la descripción vívida.800
Robert Chambers (1802-1871) fue un naturalista, editor, biógrafo y escritor científico e histórico. Sus
conocimientos de geología constituyeron uno de los principales motivos por los cuales le fue eventualmente
atribuida la autoría de Vestigios de la historia natural de la creación801 (1844), obra precursora del
darwinismo.802 El libro fue publicado de forma anónima. Robert Chambers era consciente de la tormenta
que probablemente provocaría en aquel momento un tratamiento racional del tema, y no deseaba involucrar
a su empresaNota 87 en el descrédito que conllevaría una acusación de heterodoxia.801 Vestigios… es la
exposición clara y competente de una teoría de la evolución. Cuando se publicó en 1844 concitó una gran
atención, y fue enconadamente atacada.803 El libro fue generalmente considerado un ataque al modo
ortodoxo de concebir la Creación imperante en aquella época.803 En 1845, tras publicarse la cuarta
edición, Chambers emitió una templada réplica a tales críticas, titulada Explicación: una secuela de
«Vestigios de la historia natural de la creación», por el autor de dicha obra.803 En 1884 se publicaría una
12.ª edición, con un prefacio que daba cuenta de su autoría, la cual ya no había ninguna razón para
ocultar.801
Chambers también aprovechó sus viajes por Escandinavia y Canadá con propósitos de exploración
geológica. Los resultados de sus viajes quedaron plasmados en Investigaciones en el norte de Europa
(1851) e Investigaciones en Islandia y las Islas Feroe (1856).801
Thomas Henry Huxley (1825-1895) fue un biólogo y escritor científico, conocido como el "Bulldog de
Darwin" por su defensa a ultranza de la teoría de la evolución de Charles Darwin. Sus obras publicadas,
incluyendo comunicaciones científicas, son muy numerosas. Entre las más importantes se encuentran la
dedicada a las medusas, Evidencias zoológicas del lugar del hombre en la naturaleza (1863), Lecciones
elementales de fisiología (1866), Evolución y ética (1893) y Ensayos recopilados (9 volúmenes, 1893-
94).113 En sus inicios, se centró en el estudio (sobre el terreno) de los invertebrados marinos, en especial
los celentéreos (en este sentido, destaca su importante trabajo Sobre la anatomía y afinidades de la familia
de las medusas, publicado en 1849 en la Philosophical Transactions,804 la revista científica de la Royal
Society). Huxley unificó, junto con las medusas, los pólipos hidroides y sertularios, para formar una
categoría a la que con posterioridad daría el nombre de hidrozoos.804 En dicho memorando está
claramente explicado el tipo morfológico común a todos los hidrozoos.805 También investigó sobre los
ascidiáceos y los cefalópodos. El informe On the Morphology of the Cephalous Mollusca (1853) supone un
gran avance sobre todas las tentativas anteriores para reconocer el esquema estructural común a las diversas
modificaciones del «pie», y en él se describe la estructura de los heteropoda pelágicos. Estas exposiciones
de la morfología de tres grupos de animales sumamente diferentes cimentaron la reputación de Huxley
como anatomista científico de primer nivel; y el éxito que acompañó a su uso de la simple generalización
inductiva como una enunciación de tipo morfológico tuvo un gran efecto sobre los métodos de los biólogos
ingleses.806 Desde 1854 consagró su vida, consecutivamente, a la investigación científica y a la función
pública. Fue reconocido como el principal biólogo inglés, y elegido presidente de la Royal Society en
1883.807
Para Huxley, como para muchos otros, el acontecimiento
más importante de 1859 fue la publicación de El origen de
las especies. Había mantenido una actitud escéptica hacia
todas las hipótesis previas que implicaban la transmutación
de las especies,808 pero desde 1860 apoyó el darwinismo
y se centró en el problema del origen del hombre. Muchas
fueron las discusiones acerca de esta doctrina en las que
tomó parte, y especialmente importante e interesante fue su
participación en el debate sobre la cuestión durante la
reunión de la Asociación Británica para el Avance de la
Ciencia en Oxford en 1860.809
Gran parte de su trabajo sobre etnología sistemática permanece inédita; pero en 1865 publicó un ensayo
Sobre los métodos y resultados de la etnología, que contenía un sistema de clasificación de las razas del
género humano, basado en los caracteres del cabello, el color de piel y el índice cefálico.811 Su Lecciones
elementales sobre fisiología, publicado en 1866, es probablemente más conocido que cualquier libro de
texto elemental de este tipo.811
Sus obras se caracterizan principalmente por una claridad, una fuerza y un encanto que las hacen
merecedoras de un lugar en la literatura; y además de la aportación que hicieron al acervo del conocimiento
humano, contribuyeron en buena medida a difundir el amor por la ciencia y su estudio. Huxley era un
agudo polemista, que contendía por la perspectiva estrictamente científica de todos los temas, en
contraposición a la metafísica o teológica, y en consecuencia se topó con una fuerte oposición y una gran
cantidad de descalificaciones. No obstante, no era un materialista, y simpatizaba con los aspectos morales y
compasivos del cristianismo807 (en este sentido, preconizó la enseñanza de los textos bíblicos en las
escuelas). Trató de conciliar la evolución y la ética en su ensayo Evolución y ética (1893). Sus obras
publicadas, incluidos los informes científicos, son muy numerosas.113 Además de las citadas, cabe
destacar Conferencias sobre elementos de anatomía comparada (1864), Lecciones elementales de
fisiología (1866), sendos manuales de anatomía de los animales vertebrados (1871) e invertebrados (1877),
y nueve volúmenes de Ensayos selectos (1893-94). A Huxley se le debe el primer uso del término (y casi
del concepto)113 'agnóstico', con el que definió su propia visión de la religión. Huxley poseía el peligroso
don del lenguaje incisivo y no fue remiso en fustigar a quienes estaban dispuestos a sostener la
"cosmogonía de los hebreos semibárbaros" para oponerla a "la exactitud de las conclusiones
científicas".796 Por aquel tiempo, Newman había asegurado que no podía haber conflicto entre la religión
y la ciencia correctamente concebida, y en realidad Huxley no decía otra cosa. El dogmatismo que él
atacaba era la intromisión injustificada de la ignorancia en el dominio científico so capa de religión. Y a la
inversa, nadie fue más escrupuloso en mantener las exposiciones científicas dentro de los límites de sus
propios postulados.796
Tanto Darwin como Huxley serían mucho más eficaces como prosistas que los filósofos políticos de la
primera parte de ese siglo.812
George Campbell, VIII duque de Argyll (1823-1900), fue un estadista y escritor en materias de ciencia,
religión y política.813 Desde la infancia hasta el final de su vida, el duque de Argyll pasó gran parte de su
tiempo en las islas, estuarios y loch del oeste de Escocia, donde su instintivo amor por la naturaleza tenía un
amplio ámbito para su desarrollo. Se aficionó al estudio de las aves y se familiarizó con sus formas y
hábitos. En el dominio de la geología, al principio estuvo inducido por el descubrimiento que uno de sus
inquilinos hizo en la isla de Mull, consistente en un lecho lleno de hojas bien conservadas, intercaladas
entre las lavas de basalto de dicha región. Percibió de inmediato la importancia de este descubrimiento y lo
comunicó en la reunión de la British Association en 1850. Las hojas y otros restos vegetales fueron
estudiados posteriormente por Edward Forbes, quien determinó que pertenecían a la primera Era Terciaria.
El yacimiento en el que se encuentran y sus relaciones con las rocas volcánicas, fueron descritos por el
duque a la Sociedad Geológica en 1851 en un documento de gran interés e importancia, que allanó el
camino para todo lo que se ha hecho desde entonces en la investigación de la extraordinaria historia de la
acción volcánica terciaria en las islas británicas. Este dosier fue, de largo, la contribución más valiosa hecha
por su autor a la literatura científica. A diferencia de los controvertidos escritos de sus últimos años, su
pretensión no era argumentativa sino descriptiva, y elevó la esperanza, lamentablemente no hecha realidad,
de que el duque, en medio de sus numerosas ocupaciones, podría encontrar tiempo para enriquecer la
geología con una serie de similares observaciones originales en sus territorios escoceses.814 De hecho,
continuaría hasta el final de su vida interesándose de modo entusiasta por el progreso de la ciencia, y
contribuyendo de vez en cuando con ensayos sobre algunos de los problemas en cuestión. Sin embargo,
estos textos se volvieron cada vez más polémicos a medida que pasaban los años, y aunque siempre eran
perspicaces y vigorosos, a menudo fracasaban en la aprehensión de la verdadera relevancia de los hechos y
en darse cuenta del peso de la evidencia en contra de los puntos de vista que él había expuesto.814
Aunque el duque de Argyll difícilmente puede ser categorizado como un hombre de ciencia,
indudablemente ejerció una útil influencia en el progreso científico de su tiempo. Sus frecuentes
controversias sobre cuestiones científicas despertaron un amplio interés en estos temas y, en consecuencia,
ayudaron a fomentar el avance de las especialidades que sometió a crítica.815
El duque comenzó a escribir sobre temas científicos en 1850, y continuaría haciéndolo casi hasta el final de
su vida. Sus obras incluyen varios textos y discursos leídos ante sociedades doctas o comunicados a
conocidas revistas; asimismo, algunas obras independientes parcialmente consistentes en ensayos ya
publicados. De estas obras, las más notables son: The Reign of Law (El reinado de la ley, 1867); Primeval
Man (El hombre primitivo, 1869); The Unity of Nature (La unidad de la Naturaleza, 1884) y Organic
Evolution cross-examined (La evolución orgánica, a examen, 1898).815 Aunque considerado hasta cierto
punto un amateur por algunos científicos profesionales, su aptitud, conocimiento y poder dialéctico hicieron
de él un formidable antagonista, y le permitieron ejercer una útil influencia, generalmente conservadora, en
el pensamiento y el progreso científicos.813
Social Statics tuvo un éxito inesperado. El individualismo extremo que caracterizaba la obra encajaba bien
con los puntos de vista de los radicales filosóficos y la Escuela de Mánchester, cuya influencia alcanzaba en
aquel momento su apogeo.816
Spencer escribió varios artículos de forma anónima para el periódico radical The Leader, dirigido por
George Henry Lewes.Nota 89 El más importante de ellos, de marzo de 1852, era el que versaba sobre La
hipótesis del desarrollo, en el que se defendía la teoría de la evolución orgánica (siete años antes de la
publicación de El origen de las especies).816 También en la década de 1850 contribuyó a la Westminster
Review con un gran número de artículos, que contienen los primeros esbozos de sus doctrinas
filosóficas.817 En 1855 publicó The Principles of Psychology (Principios de psicología), obra a la que
había dedicado una preparación asombrosamente escasa.816 No solo tenía poca relación con resultados
previos sobre psicología, sino que era una excursión independiente a una línea de investigación casi
nueva.816 Además, el tono antirreligioso del libro motivó numerosas críticas adversas.818
Naturalista, psicólogo y sociólogo, Spencer, uno de los más destacados positivistas británicos, enunció una
doctrina del progreso, que consiste, en su opinión, en la marcha de lo simple a lo complejo, con una
diferenciación creciente de funciones.819 El progreso es, pues, una ley natural que actúa en todas partes, y
también en nuestra propia experiencia.695 Dicha doctrina la expuso en su artículo El progreso: sus leyes y
causas (1857), en el que adoptó la ley de Von Baer relativa a que la evolución del individuo procede desde
lo homogéneo a lo heterogéneo.817 Este artículo prefiguraba una de las doctrinas de su First
Principles.820 Spencer es el fundador del evolucionismo filosófico, teoría que perseguía la unificación de
los conocimientos basándolos en el principio de la evolución.821 En The Development Hypothesis (La
hipótesis evolutiva) (1852) se opone firmemente a la incredibilidad de la creación especial de las
innumerables formas de vida, sin sugerir, no obstante, cómo se ha efectuado la evolución.817 En 1860 ya
tenía elaborada su propia teoría evolucionista ―«Program of a System of Synthetic Philosophy»
(«Programa para un sistema de filosofía sintética»)―, alejada de las teorías de Darwin y más cercana al
lamarckismo, y a su desarrollo consagró el resto de su vida, escribiendo infatigablemente sus First
Principles (1862), Principios de Biología (1864/67), Principios de Psicología (1870-72), Principios de
Sociología (1877-96) y Principios de Ética (1879-92), que forman un cuerpo de doctrina de una
impresionante amplitud y coherencia.821 El primer volumen de los Principios de Biología, publicado en
1864, suscitó escasa atención.694 En esta obra, los puntos más notables son la definición de vida como la
adaptación continua de las relaciones internas a las externas, y el consiguiente énfasis en la necesidad de
adaptar el organismo a su entorno.822 En sus Principios de Psicología Spencer defiende la explicación
genética de los fenómenos de la mente humana adulta por referencia a su ascendencia infantil y animal.822
A pesar de ser un naturalista, no perdió jamás el sentido de la religión, y, a medida que pasaban los años,
este sentido fue penetrando de modo más firme en su pensamiento.821 La filosofía spenceriana es un
intento notable de unificar coherentemente los nuevos conocimientos, y es la última creación totalmente
inglesa.695 Desde el punto de vista sociológico cabe considerarle como el primer autor que utilizó de
forma sistemática los conceptos de estructura y función.
Otra obra, publicada en 1873, fue el Study of Sociology.823 Esta obra estaba dedicada a exponer las
dificultades, objetivas y subjetivas, a las que se enfrenta el estudiante de ciencias sociales. Eran comentadas
en su totalidad las numerosas variedades de prejuicios que probablemente perturben su criterio. El libro, al
ser de índole relativamente popular, tuvo un éxito inmenso.823
En 1884 aparecieron cuatro artículos originalmente publicados en la Contemporary Review, ahora unidos
para formar The Man versus the State (El hombre contra el Estado). Spencer había estado observando con
estupor la usurpación gradual del Estado sobre la libertad del individuo, y la cada vez más amplia esfera de
actividad de aquel. El propósito de estos ensayos era proponer un nuevo credo para los liberales: la
limitación de las funciones estatales a la protección contra agresiones extranjeras y al mantenimiento de la
justicia en el interior.824
La importancia de Herbert Spencer en la historia del pensamiento inglés depende de su posición como el
filósofo del gran movimiento científico de la segunda mitad del siglo XIX, y de la amistad y admiración
que le profesaron hombres como Darwin, G. H. Lewes y Huxley. Spencer trata de expresar en una fórmula
general aglutinadora la creencia en el progreso que impregnaba su época, y de erigirla en ley suprema del
universo en su conjunto. Sus trabajos coincidieron en el tiempo con el gran desarrollo de la biología bajo el
estímulo de la teoría darwiniana, y los partidarios de los nuevos puntos de vista, sintiendo la necesidad de
un estudio exhaustivo del mundo como un todo, aceptaron muy ampliamente la filosofía de Spencer en su
propio valor, tanto en Inglaterra como, más aún, en Estados Unidos. A pesar de esto, no obstante, su
heroico intento de sintetizar todo el conocimiento científico no podía sino quedarse sin alcanzar su objetivo.
Viviendo el comienzo de una época de una actividad científica sin parangón, Spencer probablemente no
podía resumir y calcular su producción total.817
El naturalista Francis Trevelyan Buckland (1826-1880) trabajó como cirujano asistente en el Ejército
británico y, estando acuartelado principalmente en Londres, aprovechaba con entusiasmo cada oportunidad
de examinar especímenes curiosos de historia natural, animales singulares, vegetaciones anormales y otras
cosas similares. Estas observaciones serían descritas en sus cuatro volúmenes de Curiosidades de la
historia natural825 (1857-72). Entusiasta aficionado a la historia natural, escribió mucho sobre ello,826
contándose entre sus obras, además de artículos e informes oficiales,827 Cuaderno de bitácora de un
pescador y zoólogo (1876) e Historia natural de los peces británicos (1881).826
Además de numerosos textos sobre peces, aves, etc. en The Field y Land & Water, y de un artículo sobre
Ratas en la Quarterly Review, Buckland, en su condición de inspector de pesquerías de salmón, informaba
anualmente sobre las mismas, y publicó un libro sobre La incubación de los peces (Fish Hatching) en
1863.828 Una recopilación de sus textos seleccionados por él mismo fue publicada póstumamente en 1882
bajo el título de Notas y apuntes de la vida animal.828 Aunque observador, no siempre era estrictamente
científico en sus métodos y modos de expresión, y fue un firme adversario de Darwin.826
Los libros del cirujano y escritor James Hinton (1822-1875) están repletos de reflexiones y sugerencias.
Entre sus escritos cabe mencionar Man and his Dwelling-place (El hombre y su morada, 1859), The
Mystery of Pain (El misterio del dolor, 1866), The Law of Human Life (Las leyes de la vida humana,
1874), Chapters on the Art of Thinking (Capítulos sobre el arte de pensar, 1879) y Philosophy and
Religion (Filosofía y Religión, 1881).829
En 1859 publicó un librito sobre las relaciones entre religión y ciencia, titulado Man and his Dwelling-
place, que fue bien acogido. Seguiría una serie de artículos sobre diversos temas de biología y fisiología
para el Cornhill Magazine. Posteriormente serían reeditados como Life in Nature (1862) y Thoughts on
Health (1871).830 En 1866 publicó un breve ensayo titulado The Mystery of Pain, que es probablemente
el más célebre de sus escritos.830 En 1874 publicó Essays on the Law of Human Life and on the Relations
between the Organic and Inorganic Worlds (Ensayos sobre las leyes de la vida humana y sobre las
relaciones entre los mundos orgánico e inorgánico).830 Sus viejos ensayos fueron editados en 1879 por su
hijo, bajo el título Chapters on the Art of Thinking, and other Essays (Capítulos sobre el arte de pensar y
otros ensayos).831 Como pensador, Hinton, independientemente de sus defectos, no carecía de
originalidad ni de exhaustividad.831 Su prematura muerte le impidió dar una expresión ordenada a su
sistema ético. El volumen titulado The Law-breaker and the Coming of the Law (El transgresor y el
advenimiento de la ley) lo expone de una forma tan confusa que resulta apenas inteligible. La obra también
se ve empañada por insinuaciones sobre la necesidad de una reforma de la institución del matrimonio, que
parecen apuntar en la dirección del amor libre.831
Desde su más temprana juventud, Thomas Belt (1832-1878) fue un entusiasta estudiante de historia
natural, llegó a ser miembro del Club de Naturalistas de Tyneside en 1850, y contribuyó a sus Transactions
(Actas). En 1852 abandonó Inglaterra para marchar a los yacimientos auríferos australianos, y allí se dedicó
a la investigación geológica.832 Belt hizo del período glacial el tema principal de sus estudios geológicos,
y aprovechó al máximo sus viajes por Norteamérica, Rusia y Gales. Atribuyó a la acción del flujo de hielo
procedente de Groenlandia la formación de depósitos arcillosos inferiores y diluvios en Europa, y la
destrucción de los grandes mamíferos y probablemente del hombre paleolítico.832 En 1861 publicó una
obra separada titulada Filones minerales: una investigación sobre su origen, basada en un estudio de las
vetas de cuarzo aurífero en Australia.832 En 1868 fue designado para hacerse cargo de unas minas en
Nicaragua;833 el resultado de esta experiencia quedó reflejado en una obra sumamente meritoria:833 El
naturalista en Nicaragua: narración de una estancia en las minas de oro de Chontales, y de viajes por
sabanas y bosques (1874).832 En este volumen, el autor expresaba sus puntos de vista sobre la primitiva
presencia de glaciares en dicho país. En posteriores textos trataría con audacia y de forma sugestiva los
fenómenos del período glacial en Gran Bretaña y en diversas regiones del mundo.833 En estas obras, Belt
demuestra ser un minucioso observador de los fenómenos zoológicos y botánicos, así como de los
geológicos.832
A lo largo de un periodo de once años, Henry Walter Bates (1825-1892), naturalista y explorador,
remontó el Amazonas en busca de ejemplares zoológicos. Exploró 2.300 kilómetros del río y recogió 8.000
ejemplares entomológicos nuevos para la ciencia, y solo cede a Humboldt en sus descripciones de la selva
tropical.793 El fruto de ese gran viaje de investigación es su obra (la única que publicó) The Naturalist on
the Amazons (El naturalista en el río Amazonas, 1863), que ha sido descrito como «el mejor libro de viajes
de historia natural publicado en Inglaterra».834 Siguiendo el consejo de Darwin, suprimió cuidadosamente
de su obra todos los fragmentos «hermosos» antes de su publicación. Despojado así de adornos superfluos,
el libro ocupa un lugar entre el Journal de Darwin y el The Malay Archipelago de Wallace como uno de los
monumentos perdurables de la literatura inglesa de viajes. La narración atrapa al lector de inmediato y le
infunde un intenso deseo de visitar las regiones descritas.834 "Bates", escribió Darwin a Sir Charles Lyell,
"solo es superado por Humboldt en la descripción de un bosque tropical".835 Su amplitud de miras lo
salvó de la estrechez de la especialidad, y se alejó todo lo posible de lo que Darwin llamó "la turba de los
naturalistas sin alma".834
Los principales resultados de su labor como especialista en coleópteros están incorporados en la Biologia
Centrali-Americana de Godman y Salvin834 (1879-1915).
John Hanning Speke (1827-1864), explorador de África, ha pasado a la historia como el descubridor del
lago Victoria y (erróneamente) de las fuentes del Nilo (1862). En 1863 publicó su Journal of the Discovery
of the Source of the Nile (Diario del descubrimiento de las fuentes del Nilo),836 obra en la que da Speke
una descripción detallada de la expedición,793 repleta de información geográfica, etnológica y zoológica, y
escrita en un estilo franco y atractivo. La precisión de sus observaciones y la corrección de sus principales
deducciones han quedado sobradamente consolidadas desde entonces.836 La obra fue traducida al francés
en 1869, y el autor fue invitado a París y presentado al emperador Napoleón, quien le prometió apoyo si
emprendía otra expedición.837 También publicó What led to the Discovery of the Source of the Nile (Lo
que condujo al descubrimiento de las fuentes del Nilo, 1864).838
Sir Walter Besant escribió en 1871, en colaboración con E. H. Palmer,Nota 90 profesor de árabe en
Cambridge,841 Jerusalén: la ciudad de Herodes y Saladino.841
En octubre de 1894 Besant emprendió la que él consideraba su obra más importante, que fue inspirada
conjuntamente por sus intereses literarios y públicos. Resolvió preparar un estudio del Londres moderno en
la línea de aquel en el que StowNota 91 había tratado el Londres de los Tudor. Con la ayuda de expertos, se
las arregló para describir los aspectos cambiantes de Londres desde los primeros tiempos hasta finales del
siglo XIX. Incorporó los estudios preliminares de la historia general de Londres en Londres (1892),
Westminster (1895), El sur de Londres (1899), El este de Londres (1901) y El Támesis (1902). También fue
editor general desde 1897 de La fascinación de Londres, una serie de manuales de topografía
londinense.842
Un detractor y un firme defensor de las teorías evolucionistas de Darwin fueron, respectivamente, los
novelistas y escritores científicos Samuel Butler y Grant Allen. Samuel Butler estuvo siempre interesado
por la labor científica y de controversia, y en este campo escribió obras como Vida y costumbre (1877), La
antigua y la nueva evolución (1879) y El Dios conocido y el Dios desconocido (1880). También escribió El
punto muerto del darwinismo, ensayo en el que protesta contra el darwinismo porque, a su juicio, esta
doctrina descarta la influencia del espíritu en la marcha del universo.843 Por su parte, Grant Allen (1848-
1899), escritor científico y novelista nacido en Canadá,182 agnóstico y socialista por convicción, fue un
destacado defensor de la teoría de la evolución y divulgador del darwinismo. Sus libros más puramente
científicos contienen mucho material original, expresado popularmente, y el autor fue un exponente culto
de la idea evolutiva en varios aspectos de la biología y la antropología.844 Desde 1876 se dedicó a la
literatura. Sus primeros libros versaron sobre temas científicos, e incluyen Physiological Æsthetics (Estética
fisiológica, 1877),182 su primera obra publicada, que dedicó a Mr. Herbert Spencer y editó con sus propios
medios.577 También publicó un ensayo sobre The Colour Sense (El sentido del color, 1879);577 tres
colecciones de artículos científicos de carácter popular (Vignettes from Nature, 1881; The Evolutionist at
Large, 1881; y Colin Clout's Calendar, 1888);577 y dos series de estudios botánicos sobre flores (Los
colores de las flores, 1882; y Las flores y sus genealogías, 1883).577 Colaboró con regularidad en
periódicos, magacines y revistas, que contienen algunos de sus mejores trabajos, a menudo inéditos. De los
que volverían a ser publicados en formato de libro, el mayor foco de atención se centraría en las opiniones
realistas del autor sobre la vida en Falling in Love, with other Essays on more exact Branches of Science
(Enamorarse, con otros ensayos sobre las ramas más exactas de la ciencia, 1889) y en Postprandial
Philosophy (Filosofía de sobremesa, 1894). Dos veces volvería a la ciencia más abstrusa de sus primeros
tiempos. En 1888 publicó Force and Energy (Fuerza y energía), que incorpora los resultados de sus
lecturas y reflexiones en soledad en Jamaica.664 Los físicos generalmente se negaron a debatir su original
teoría de la dinámica como si fuera la de un aficionado.664 Su pensamiento científico estuvo inicialmente
muy influenciado por la psicología asociacionista expuesta por Alexander Bain y Herbert Spencer, este
último considerado comúnmente como el principal teórico de la transición de la psicología asociacionista al
funcionalismo darwinista. Posteriormente, Allen se distanciaría tanto del propio Spencer como de sus
teorías.
William Stanley Jevons (1835-1882), lógico y economista, estudió matemáticas y economía,847 escribió
en varias publicaciones científicas, y de vez en cuando publicaba importantes textos sobre temas
económicos,847 ganándose una posición como pensador y escritor científico.847 A principios de 1864 se
publicó su Lógica pura, o la lógica de la calidad frente a la cantidad. El sistema desarrollado en este
pequeño volumen estaba en gran parte basado en el análisis matemático de la lógica expuesto en la
Investigación de las leyes del pensamiento de Boole, pero aparecía aquí despojado de la vestidura del
lenguaje matemático.848 En el mismo año publicó también La cuestión del carbón; otras obras fueron
Lecciones elementales de lógica (1870), Principios de ciencia (1874) e Investigaciones sobre las divisas y
las finanzas (1884, póstuma).847 Su gran propósito en sus escritos fue colocar la lógica y la economía en
la posición de las ciencias exactas, y en toda su obra mostró un gran afán y esmero combinados con una
inusual facultad analítica.847
Walter Bagehot (1826-1877) publicó en 1873 su obra Lombard Street: una descripción del mercado
monetario. Además, inmediatamente después de su muerte en 1877 apareció un volumen Sobre la
depreciación de la plata, que analiza las causas de la caída de la plata entre 1866 y 1875, y que fue
corregido para imprenta por el propio autor; y en 1880 se publicó un volumen de ensayos sobre economía
política, titulado Economic Studies (Estudios económicos), parte de los cuales habían sido publicados en
vida del autor.698
En la época victoriana, un grupo de destacados autores otorgó por primera vez a las bellas artes un lugar
importante en la literatura inglesa, en particular John Ruskin (Modern Painters, 1842; Seven Lamps, 1849;
Stones of Venice, 1853), William Morris, John Addington Symonds y Walter Pater.27 De ellos, Ruskin
sobrevivió a todos los discipulados y trascendió a casi todos los escritores en prosa de su época.27
Bibliografía
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Borges, Jorge Luis / Vázquez, María Esther. Introducción a la literatura inglesa. Madrid:
Alianza Editorial, 2008. ISBN 978-84-206-3823-2.
Cousin, John William. A Short Biographical Dictionary of English Literature. Londres: J.M.
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Harenberg, Bodo (ed.). Crónica de la Humanidad. Barcelona: Plaza & Janés Editores, 1984.
No presenta ISBN.
Pujals Fontrodona, Esteban. Historia de la literatura inglesa. Madrid: Editorial Gredos, 1984.
ISBN 978-84-2490-952-6.
Notas
6. Revista literaria de periodicidad semanal,
1. Alexander Jeffrey (1806-1874), notario e publicada por Bradbury & Evans entre
historiador regional escocés. Sydney Smith 1859 y 1880.
(1771-1845), humorista, escritor y clérigo
anglicano. 7. Diplomático y poeta inglés (1827-1870).
2. Henry Hallam (1777-1859), historiador 8. Hugh Andrew Johnstone Munro (1819-
inglés. Henry Hart Milman (1791-1868), 1885), erudito clásico escocés.
clérigo e historiador inglés. 9. David James O'Donoghue (1866-1917),
3. La serie estaba compuesta, además de por biógrafo y editor irlandés.
el mencionado Pippa Passes (vol. I), por 10. John Mitchel (1815-1875), activista
otros ocho títulos agrupados en siete nacionalista, escritor y periodista político
volúmenes más: El rey Víctor y el rey irlandés.
Carlos (vol. II, 1842); Dramatic Lyrics (vol. 11. Louise Imogen Guiney (1861-1920),
III, 1842); El retorno de los drusos (vol. IV, poetisa, ensayista y editora
1843); Una mancha en el escudo (vol. V, estadounidense.
1843); El cumpleaños de Colombe (vol. VI, 12. Charles Gavan Duffy (1816-1903), político
1844); Dramatic Romances and Lyrics (vol. nacionalista, periodista y poeta irlandés.
VII, 1845); y Luria y La tragedia de un alma John Blake Dillon (1814-1866), político
(vol. VIII, 1846).60 nacionalista irlandés, miembro fundador
4. Memorials of a Residence on the del movimiento de la Joven Irlanda.
Continent, and Historical Poems 13. Compositor y profesor irlandés (1866-
(Memoriales de una estancia en el 1926).
continente, y poemas históricos, 1838), un 14. Julius Charles Hare (1795-1855), teólogo
libro de viajes que incluía composiciones inglés.
poéticas; Poems of many Years (Poemas
de muchos años, 1838), y Poetry for the 15. Poeta, biógrafo y traductor escocés (1816-
People, and other Poems (Poesía para el 1909).
pueblo y otros poemas, 1840). 16. Waller Hugh Paton (1828-1895), pintor
5. El título completo de la obra era Modern paisajista escocés.
Love, and Poems of the English Roadside, 17. Poema escrito por Tennyson en 1835 y
with Poems and Ballads124 (Amor publicado en su colección de Poemas de
moderno y poemas a la vera de los 1842.
caminos ingleses, con poemas y baladas). 18. Libro de parodias escrito en 1812 por los
hermanos James (1775-1839) y Horace
Smith (1779-1849). 35. George Henry Lewes (1817-1878), filósofo
19. Obra del poeta estadounidense John Hay y crítico literario y teatral inglés.
(1838-1905), publicada en 1871. 36. Esos doce relatos, la mayor parte
20. Movimiento de carácter religioso, originado ambientados en Irlanda, serían publicados
en la Universidad de Oxford en 1833, que tras la muerte del autor (1880), con una
se propuso y consiguió revitalizar el semblanza biográfica del mismo escrita por
espíritu original de la Iglesia anglicana. A. P. Graves,386 en un volumen
Algunos de sus miembros, como John H. recopilatorio titulado The Purcell Papers
Newman y William George Ward, se (en referencia a que habían sido
convirtieron al catolicismo. pretendidamente editados por el reverendo
21. Richard Holt Hutton (1826-1897), Francis Purcell, de Drumcoolagh).384
periodista inglés especializado en literatura 37. John James Robert Manners, VII duque de
y religión. Rutland (1818-1906), conocido como Lord
22. Goblin Market and Other Poems (El John Manners hasta 1888, fue un estadista
mercado de los duendes y otros poemas, inglés.
1862) fue el primer y más exitoso poemario 38. George Smythe, VII vizconde Strangford
publicado por esta autora. (1818-1857), intitulado Honorable George
23. Society for Promoting Christian Knowledge Smythe hasta 1855, fue un político
(Sociedad para la Promoción del conservador británico, conocido por su
Conocimiento Cristiano, en sus siglas en asociación con Disraeli y el movimiento de
inglés). la «Joven Inglaterra».
24. William Edmondstoune Aytoun (1813- 39. Michael Thomas Sadler (1780-1835),
1865), jurista y poeta humorístico escocés. parlamentario tory británico.
25. John Leech (1817-1864), caricaturista e 40. El libro fue concluido en 1847,403 y
ilustrador inglés. publicado de forma anónima el 14 de
26. Richard Barham (1788-1845), clérigo, octubre de 1848.403
novelista y poeta humorístico inglés. 41. Político y reformador social inglés (1824-
27. Dramaturgo y escritor inglés (1803-1857). 1898), recordado en la actualidad por
28. Otras obras suyas destacadas son More haber ideado la línea de flotación (una
Nonsense Rhymes (Más rimas línea en el casco de los barcos que indica
disparatadas, 1871) y Laughable Lyrics el calado máximo de seguridad, y por
(Canciones ridículas, 1876).275 consiguiente el francobordo mínimo para el
29. John Trivett Nettleship (1841-1902), artista buque en condiciones operativas diversas).
inglés, célebre por sus pinturas de 42. Demogorgon es un dios o demonio pagano
animales y en particular de leones. artificial inventado por los eruditos
30. Louise Chandler Moulton (1835-1908), cristianos, posiblemente como resultado de
poetisa, cuentista y crítica estadounidense. un error de transcripción.
31. Clara de Chatelain (1807-1876), escritora, 43. Fecha en la que había aparecido su novela
compositora y traductora inglesa de origen más lograda, El perro diabólico.
francés. 44. La Tierra de Rupert, a donde Ballantyne
32. William Hamilton Maxwell (1792-1850), emigró en 1841.
novelista irlandés. 45. Escritor humorístico y autor teatral (1835-
33. Charles-Pierre-Lubin Griois (1772-1839), 1874).
militar francés y barón del Imperio. Jean- 46. Henry Savile Clarke (1841-1893), autor
Théodore-Joseph Séruzier (n. 1770), teatral y crítico inglés.
coronel de artillería de la Grande Armée. 47. Albert Richard Smith (1816-1860), escritor,
John Fox Burgoyne (1782-1871), baronet y animador cultural y montañista inglés.
mariscal de campo británico. 48. Una de las calles más representativas del
34. Político inglés (1810-1877), perteneciente barrio chino (Chinatown) de Melbourne.
al Partido Conservador. Fue parlamentario 49. Jurista y escritor inglés (1843-1882).
en dos ocasiones (1862-65 y 1874-77).
50. Samuel Barnett (1844-1913), clérigo de la publicados anteriormente: The Pavilion on
Iglesia de Inglaterra y reformador social the Links (El pabellón de las dunas)
inglés. (Cornhill Magazine, septiembre-octubre de
51. Esta denominación se refería a ciertas 1880), Alojamiento para una noche
novelas escandalosas y/o desagradables (Temple Bar Magazine, octubre de 1877),
publicadas en el siglo XIX en revistas La puerta del señor de Malétroit (Temple
juveniles por el precio de un chelín. Bar, enero de 1878) y La Providencia y la
guitarra (London Magazine, 1878).
52. Los asesinatos de Appin ocurrieron el 14
de mayo de 1752 cerca de Appin, en el 57. La campaña feniana de la dinamita (o
oeste de Escocia, y dieron lugar a lo que campaña feniana de bombardeos) fue una
muchas veces se ha considerado un serie de bombardeos orquestada por los
notorio error judicial. Ocurrieron en el curso republicanos irlandeses contra el Imperio
de las tumultuosas repercusiones del británico, entre los años 1881 y 1885.
alzamiento jacobita de 1745. 58. Los Tracts for the Times (1833-41), por los
53. Robert McQueen, Lord Braxfield (1722- que el Movimiento sería con posterioridad
1799), fue un abogado y juez escocés que denominado "tractariano",630 fueron
ocupó el cargo de Lord Justice Clerk, el escritos por diversos autores cuyo
segundo de mayor rango en Escocia, propósito era garantizar para la Iglesia de
desde 1776 hasta su muerte. Inglaterra un fundamento definido de
54. Thomas Fisher Unwin (1848-1935), editor doctrina y disciplina, en caso de
inglés. desestabilización o determinación de los
eclesiásticos de la High Church de
55. La colección estaba originariamente abandonar la organización, una
compuesta por siete relatos de aventura y eventualidad que se figuraba no imposible
misterio (algunos de ellos de inspiración en vista de los recientes tratos de Estado
oriental), interconectados y divididos en arbitrarios con la hermana Iglesia de
dos ciclos narrativos: The Suicide Club (El
club de los suicidas) y The Rajah's Irlanda.630 El Tract XC, que contenía un
Diamond (El diamante del rajá). El primero examen de los treinta y nueve artículos,
de estos ciclos agrupaba, a su vez, tres escrito por Newman, apareció en 1841.
relatos interconectados: Story of the Young Daba a los artículos, indeterminados en sí
Man with the Cream Tarts (Relato del joven mismos, una interpretación católica muy
de las tartas de crema), Story of the consecuente.631
Physician and the Saratoga Trunk (Relato 59. Reseñando la Historia de Inglaterra de
del médico y el baúl de Saratoga) y The Froude en el Macmillan's Magazine,
Adventure of the Hansom Cabs (Aventura Kingsley afirmó incidentalmente que "el
de los coches de punto); el segundo ciclo, padre Newman nos informa de que la
por su parte, agrupaba cuatro relatos: Story verdad por sí misma no tiene por qué ser, y
of the Bandbox (Relato de la sombrerera), en conjunto no debería ser, una virtud del
Story of the Young Man in Holy Orders clero romano".630
(Relato del joven de las órdenes 60. Estos discursos son presentados como las
sagradas), Story of the House with the conferencias II, V, VI, XI y XII en el volumen
Green Blinds (Relato de la casa de las
cortinas verdes) y The Adventure of Prince El unitarismo defendido (1839).636
Florizel and a Detective (Aventura del 61. Seguidor del teólogo suizo Thomas
príncipe Florizel y el detective). Esta Erastus (1524-1583).
colección de relatos tomaba como modelo 62. Ministro inconformista y hombre de letras
el ambiente de las historias orientales de inglés (1806-1877), conocido como
Las mil y una noches, pero siguiendo apologista cristiano.
también la moda iniciada en América años 63. Publicó el primer volumen en 1849.651
atrás por Edgar Allan Poe.
64. Robert Gray (1809-1872), obispo anglicano
56. El primer volumen contenía los siete
de Ciudad del Cabo (1847-73).
relatos originariamente aparecidos en el
London Magazine en 1878; el segundo 65. Estas series consisten en diálogos sobre
volumen recopilaba otros cuatro relatos ya temas sociales e intelectuales, escritos con
mucha seriedad.670 78. Lord John Campbell, I barón Campbell
66. Su primera obra fue Specimens of German (1779-1861), político liberal, jurista y
literato británico.
Romance (en 4 volúmenes).674
79. John Tulloch (1823-1886), teólogo
67. Esta filosofía está resumida en su célebre
escocés.
cita: "La Historia universal, la historia de lo
que el hombre ha realizado en este mundo, 80. Thomas Chalmers (1780-1847), ministro
es en el fondo la historia de lo que han escocés, profesor de teología, economista
hecho los grandes hombres". La obra político y líder de la Iglesia de Escocia y de
mencionada reunía los textos de una serie la Iglesia libre de Escocia.
de conferencias sobre el tema tratado 81. Deutsche Morgenländische Gesellschaft
pronunciadas por el autor desde 1837, en (DMG), institución académica fundada en
las que Carlyle expuso gran parte de su 1845 en Leipzig y dedicada a estudios
pensamiento y, a través de las biografías asiáticos.
ejemplarizantes de célebres personajes 82. La idea de la lucha por la existencia y la de
históricos como Dante Alighieri, Martín la selección natural proceden de
Lutero, Mahoma, Napoleón Bonaparte o Malthus.794
William Shakespeare, intentó demostrar la
influencia decisiva de todos ellos en la 83. Periódico evangélico fundado por el propio
Hugh Miller.
historia de la Humanidad.
84. Con el título La arenisca roja antigua, o
68. Jocelyn de Brakelond o Jocelin de
Brakelonde (activo en la segunda mitad del nuevos paseos en un viejo campo.
siglo XII) fue un monje inglés, autor de una 85. Francis Trevelyan Buckland (1826-1880),
crónica que narra las peripecias del cirujano, zoólogo, escritor y naturalista
monasterio de la abadía de Bury St inglés.
Edmunds entre 1173 y 1202. 86. Vestigios de la historia natural de la
69. La obra apareció en 1849 y, aunque fue creación, obra del naturalista Robert
rechazada por numerosos editores, llegó a Chambers, publicada de forma anónima
alcanzar tres ediciones.684 (1844) y precursora del darwinismo.
70. Henry Flood (1732-1791), político y 87. El semanario Chambers's Edinburgh
estadista irlandés. Journal, fundado en 1832 por William
Chambers (1800-1883), hermano de
71. John Morley, I vizconde Morley de Robert, quien a la sazón era editor adjunto
Blackburn (1838-1923), estadista liberal, y colaborador fijo de la publicación.
escritor y editor inglés.
88. En un artículo que había leído en 1857, y
72. The New Priesthood: A Protest Against que repetiría con ligeras modificaciones
Vivisection (El nuevo sacerdocio: una como conferencia kedeiana ante la
protesta contra la vivisección, 1893). Universidad de Cambridge en 1859, Owen
73. Grabador e ilustrador inglés (1796-1866). afirmó que el cerebro humano se distinguía
74. Orientalista y arqueólogo inglés (1854- del de todos los demás animales por la
1931). proyección hacia atrás de los hemisferios
75. Robert Leslie Ellis (1817-1859), polígrafo, cerebrales, para cubrir el cerebelo, y por la
matemático y editor inglés. Douglas Denon prolongación hacia atrás de la cavidad de
Heath (1811-1897), abogado, juez, cada hemisferio cerebral en un "cuerno
humanista, escritor y editor inglés. posterior", con un "hipocampo menor"
76. Simon Fraser, XI Lord Lovat (c. 1667-1747), asociado.809
jacobita escocés y jefe del clan Fraser de 89. Filósofo y crítico literario y teatral inglés
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(1685-1747), político y juez escocés. 90. Edward Henry Palmer (1840-1882),
77. John Singleton Copley, I barón Lyndhurst orientalista y explorador inglés.
(1772-1863), fue un jurista y político 91. John Stow (c. 1525-1605), historiador y
británico, que desempeñó el cargo de Lord anticuario inglés, célebre por su Estudio de
canciller de Gran Bretaña en tres Londres (1598).
ocasiones, con tres monarcas diferentes.
Véase también
Época victoriana
Cultura de Inglaterra
Literatura británica
Literatura de Inglaterra
Literatura de Escocia
Literatura de Irlanda
Poetas espasmódicos
Poesía prerrafaelita
Novela histórica en lengua inglesa
Novela realista en lengua inglesa
Novela sensacionalista
Literatura del naturalismo
Teatro victoriano
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