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DINAMICA POBLACIONAL Y MODERNIZACIÓN SOCIOECONÓMICA: UNA

APROXIMCIÓN TEÓRICA Y EMPÍRICA


(Primera versión del estado del conocimiento)

Por: Francisco Javier Villamarín M1

Introducción

El objetivo del presente documento es presentar una breve aproximación al estado del
conocimiento teórico y empírico de la idea de investigación que he propuesto para aspirar
al título de Doctor en Estudios Sociales, la cual gira en torno al estudio de las tendencias
que describe la dinámica demográfica del departamento de Nariño en el periodo 1951-
2014, así como su relación con los procesos de modernización y desarrollo que viene
experimentando la región desde la segunda mitad del siglo XX hasta el presente.

Antes de dar comienzo a este informe, es preciso comentar algunos aspectos que faciliten la
comprensión de su contenido: primero, esta idea de investigación aborda un tema de
actualidad, que está siendo estudiado ampliamente en muchos lugares del mundo y del país,
no solo por investigadores universitarios e independientes, sino también por funcionarios de
organismos multilaterales y de organizaciones no gubernamentales que tienen como
finalidad la búsqueda del desarrollo socioeconómico de los países periféricos. Sin embargo,
en el departamento de Nariño solo existen tímidas y, algunas veces, erróneas
aproximaciones al problema considerado, hecho importante que justifica la realización de
este trabajo en una región con serios vacios de conocimiento sobre la relación entre la
población y el desarrollo social y económico.

Segundo, sobre las fuentes teóricas y de investigación seleccionadas para la realización de


esta primera versión del estado del conocimiento, hay que agregar las siguientes
aclaraciones: frente a lo teórico, ante el poco conocimiento del investigador acerca de las
perspectivas económicas, sociales y demográficas que explican la dinámica demográfica y
su relación con los procesos de cambio social y económico, y ante la dificultad que en la
periferia (Pasto, Nariño) representa acceder a información de primera mano, algunos
apartados de esta sección se estudiaron en algunos manuales de demografía, como “El
crecimiento de la población mundial. Implicaciones socioeconómicas, ecológicas y éticas”,
de Jesús Sánchez (2008), “Historia de las teorías demográficas”, de Johannes Overbeek
(1981) y “Sociología de la población”, de John Weeks (1981); hay que aclarar que esta
circunstancia es provisional, pues el curso mismo de la investigación, la orientación y
colaboración de los tutores del doctorado, y otras circunstancias asociadas a la búsqueda de
información, permitirán nutrir estas perspectivas con fuentes primarias que plasmen las
ideas originales de los teóricos citados.

Por su parte, en lo referente a las investigaciones consultadas, éstas provienen de


publicaciones de revistas científicas, textos de trabajo e informes de investigación oficial y
de algunas organizaciones multilaterales y no gubernamentales, fuentes que, en su mayoría,
han sido escritas en español y en portugués. Son trabajos empíricos relacionados entre sí
1
Estudiante de primer semestre. Doctorado en Estudios Social. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad
Externado de Colombia. 2013
que abordan de diferente manera los elementos básicos de la dinámica demográfica
(nacimientos, defunciones, migraciones, crecimiento demográfico, cambios en la estructura
etárea, transición demográfica, distribución de la población en el espacio, etc.), y su
relación con la modernización y el desarrollo (calidad de vida, empleo, industrialización,
educación, salud, necesidades básicas insatisfechas, urbanización, status sociales,
propuestas de transformación y de cambio, etc.); pero, a pesar de esta característica, hay
fuentes que se concentran en algún aspecto en particular de dicha relación, lo cual permitió
trazar tendencias generales que fueron fundamentales para elaboración de este estado del
conocimiento en esta dimensión.

Sustentadas estas precisiones, el texto que se presenta a continuación está compuesto por 3
secciones: la primera, es el estado del conocimiento teórico de la idea formulada por esta
investigación. Las perspectivas identificadas provienen de la economía, la demografía y la
sociología. Desde el punto de vista económico, este informe expone, de manera somera, las
fases de la discusión sobre la incidencia del crecimiento demográfico en el desarrollo
económico, las cuales han atravesado la economía clásica, neoclásica y la economía
contemporánea, y en las cuales la característica es la oposición entre posiciones extremas.

Desde el punto de vista demográfico, se rescata la importancia, el significado, las


características y las críticas de uno de sus modelos más importantes, como es la transición
demográfica. Se trata de un esquema de cambio poblacional por etapas que está
fuertemente asociado a los procesos de cambio social y económico, que nació con grandes
perspectivas a mediados del siglo XX, pero que en la actualidad es objeto de críticas y
propuestas de transformación, que tienen lugar en la emergencia de la sociedad
posmoderna.

Por último en esta sección, desde de la sociología clásica y contemporánea se acude a


diversas perspectivas; en la sociología clásica se destacan unas de corte crítico, como las de
Karl Marx, y otras de tipo positivista y evolutivo, como las de Emile Durkheim. En la
sociología latinoamericana contemporánea, se reseñan los esfuerzos teóricos de Gino
Germani y Alejandro Canales, quienes ofrecen modelos analíticos, comprensivos y críticos
para entender la relación entre población y modernización de una forma novedosa.

En la segunda sección, se presenta el estado del conocimiento de las investigaciones


internacionales, nacionales y regionales identificadas y consultadas hasta el momento. En el
plano internacional, se observa que el problema es de mucha actualidad y estudiado tanto
en América Latina, como en otras partes del mundo. A nivel nacional, se observa que hay
mucho interés y expectativa sobre esta idea de trabajo, tanto en los estudios de alcance
nacional, como en los estudios de alcance regional, departamental, municipal y local. Por
último, en Nariño y sus regiones, se evidencia que el problema casi no ha sido estudiado.

En la tercera y última parte de este informe, se presenta una síntesis de los aspectos más
importantes de este ejercicio. El aporte principal de esta síntesis, es la primera versión del
planteamiento del problema de investigación, lo que significa un avance en este proceso,
dado que la idea inicial se convertirá en un problema más preciso y estructurado.
Discusiones sobre la relación y desarrollo: una mirada desde la economía.
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Las teorías económicas se enfatizan en el crecimiento demográfico y sus consecuencias en
el desarrollo material, consecuencias que para algunos son positivas, y para otros tienen
efectos negativos sobre la capacidad productiva de la sociedad; también hay espacio en esta
discusión para otro tipo de argumentos que sostienen que el desarrollo económico no
depende exclusivamente del tamaño de la población, sino también del concurso de otros
factores. A continuación se rescatan las fases más importantes de esta polémica.

 Los primeros demógrafos y la demografía en el seno de las discusiones de la


economía clásica

Las preocupaciones por el estudio sistemático del comportamiento de la población se


remontan a los siglos XVII y XVIII en los países que estaban experimentado las primeras
etapas de la industrialización y el crecimiento económico. Los primeros demógrafos, dentro
de los cuales se encuentran los ingleses John Graunt, Edmund Halley y el alemán Johann
Peter Sussmilch, tenían como objetivo encontrar las leyes que rigen el comportamiento de
las poblaciones, del mismo modo como se descubren las leyes de la naturaleza. Sacaron a la
luz una serie de generalidades estadísticas (como la razón de masculinidad, las tablas de
mortalidad, la variabilidad de la mortalidad según la edad y la causa, la relativa
invariabilidad de las tasas brutas de natalidad y mortalidad, etc.,) que no dejaron de
sorprender al mundo por su poder explicativo. Sin embargo, nunca dejaron de ser
generalizaciones empíricas (Sánchez, 2008: 73). En este periodo la preocupación era
explicar de forma positiva los fenómenos demográficos sin referencias a los cambios que
ocurrían en el contexto económico y social.

Más adelante, a finales del XVIII y a lo largo del siglo XIX, los economistas clásicos
vincularon el estudio de la dinámica demográfica a sus preocupaciones sobre el futuro del
desarrollo económico, lo que trajo consigo un ambiente intelectual polémico y discursivo.
A diferencia de Adam Smith, los economistas clásicos se caracterizan por tener una visión
pesimista del crecimiento de la población y su relación con el desarrollo económico y
social. El pesimismo más extremo lo representa Thomas Robert Malthus, mientras que
David Ricardo y John Stuart Mills expresan un negativismo moderado.

Adam Smith consideraba a la población como una fuente de riqueza, ya que aumentaba, en
su opinión, la fuerza productiva del hombre, la cual era la base de la división del trabajo
asalariado que era el verdadero origen de la riqueza (Sánchez, 2008: 74). Cuando la
demanda de trabajadores aumenta, también aumentan los ingresos, y esto estimula
necesariamente los matrimonios, el crecimiento de la población y, en general, el nivel de
vida.

Por el contrario, la visión pesimista de Roberth K Malthus se sustentaba en la idea de que la


población de su tiempo estaba creciendo en proporciones que superaban los límites que
permite la naturaleza, por esta razón sostenía que “…la población no puede nunca
aumentar efectivamente más allá de lo que permita la alimentación indispensable para

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sostenerla, la dificultad de adquirir alimentos debe estar actuando constantemente como
un freno contra el aumento de población…” (Malthus, 1977: 8).

En su opinión, si al crecimiento de la población no se le coloca freno, “…ésta se duplica


cada 25 años, esto es, que aumenta en progresión geométrica… [Pero] teniendo en cuanta
el estado actual de la tierra, los medios de subsistencia, aun bajo las circunstancias más
favorables a la actividad humana, no podrían hacerse aumentar con mayor rápidez de la
que supone una progresión aritmética” (Malthus, 1977: 11-12).

Todo le indicaba que el crecimiento de la población avanzaba en detrimento del desarrollo


económico. Ante esta dificultad, el autor propone dos frenos para que la población no siga
creciendo desproporcionadamente: los frenos preventivos y positivos. Los primeros, son
voluntarios y característicos del hombre. A diferencia de los animales, el hombre decide
sobre sus acciones y controla sus pasiones. Por su parte, los segundos, son todos aquellos
obstáculos que contribuyen a disminuir la vida humana, ya sea que provengan del vicio o
de la pobreza. La alimentación malsana, el trabajo fatigoso, la exposición prolongada a las
inclemencias del tiempo, la pobreza extrema, los excesos de toda clase, todas las
enfermedades, las epidemias y las pestes son, en su opinión, frenos positivos que le ponen
límite crecimiento demográfico.

Siguiendo la misma línea de Malthus, pero de una forma menos extrema, se encuentran los
postulados de David Ricardo y John Stuart Mills. David Ricardo se ubicaba en la línea
malthusiana, pero pensaba que la pobreza no estaba relacionada con el crecimiento de la
fecundidad, sino que era una consecuencia del sistema económico. Para él el tamaño de la
población depende del monto de los salarios; si los salarios son altos la población tendera a
incrementarse, mientras que si éstos bajan disminuirá el crecimiento demográfico. Para que
haya equilibrio, su teoría pregona la estabilización de los salarios a un nivel justo y
necesario para que los trabajadores sobrevivan y se perpetúen sin incrementos ni
disminuciones (Sánchez, 2008).

En la misma línea de Ricardo, Mills introdujo una serie de reformas sustanciales en la


doctrina mathusiana al considerar que las clases asalariadas podrían reducir su fecundidad
para preservar un nivel salarial que les permitiera disfrutar de algunos bienes lujosos
(Sánchez, 2008:80). En su teoría el logro de un mejor nivel de vida para los trabajadores
estaba asociado a la disminución del tamaño de su familia.

 Población y desarrollo en la teoría económica neoclásica

Para la escuela neoclásica si hay razones para pensar que el crecimiento de la población
favorece el desarrollo económico. Desde el punto de vista demográfico esta escuela
desarrolló sus principales aportes en el contexto de la crisis de los años 30 y la transición
demográfica de las sociedades industrializadas. En esta escuela se tenía la sensación de que
el crecimiento de la población genera bienestar social e individual, así como el desarrollo
de la racionalidad. Además, la disminución de las tasas de fecundidad estaba desvirtuando

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con hechos reales la teoría de Malthus. Alfred Marshall y John Meynard Keyness son los
principales teóricos de esta corriente.

Marshall defendió algunas tesis maltusianas, pero se distanció de ellas porque consideraba
que el comportamiento reproductivo de los hombres estaba regido por la razón. Pensaba
que el crecimiento demográfico podía ser frenado animando a los padres de todas las clases
sociales a aumentar la inversión en la educación de sus hijos, pues al incrementarse el gasto
en su enseñanza disminuía, en su opinión, el tamaño de la familia. De igual manera,
opinaba que los procesos migratorios representaban una esperanza para el futuro
económico de la sociedad.

Tuvo muchos y variados intereses, entre los que se destaca la cuestión demográfica. Antes
de escribir su obra más importante, “Teoría general de la ocupación, el interés y el
dinero”, era muy cercano ideológicamente a las ideas de Malthus. Pero cambió esta
perspectiva durante la gran depresión de los años 30; durante esos días le preocuparon las
bajas en los niveles de fecundidad, y alertó sobre los peligros que traería consigo un
mercado débil a consecuencia de la reducción de la población (Sánchez, 2008).

Descubrió que el consumo era uno de los factores determinantes de la economía. Al asociar
esta idea a la demografía teorizaba que: “a mayor población, mayor demanda efectiva
potencial; a mayor demanda efectiva, mayor mano de obra ocupada; cuanto mayor sea el
nivel de empleo, mayor será el bienestar social e individual” (Sánchez, 2008: 83). Para
este autor, el crecimiento demográfico estimula la actividad económica en los negocios, las
inversiones y el empleo.

 Debate teórico actual en torno a los efectos de la población sobre el desarrollo


económico

En la actualidad el debate en torno al crecimiento de la población y el desarrollo económico


enfrenta dos grupos de teóricos: los neomalthusianistas y los antimaltusinistas. Los
primeros reciben el apoyo de los ecologistas y los biólogos, quienes dudan de la capacidad
de los sistemas naturales para adaptarse al crecimiento demográfico, mientras que los
segundos, quienes se encuentran apoyados principalmente por los economistas, están
mucho más seguros de la capacidad de la sociedad y de los individuos para adaptarse al
cambio demográfico (Sánchez, 2008: 95). En el medio de estas dos posiciones se
encuentran un grupo de economistas para quienes la relación entre estas dos variables no es
clara, ni precisa.

En las teorías de los autores que sostienen que el crecimiento demográfico tiene efectos
negativos sobre el desarrollo económico se encuentran dos posiciones: una extrema y otra
moderada. La extrema, representada por Kingsley Davis, Asley Johnson y Edgar Malone
Hoover, argumenta que las tasas de fecundidad tienen que bajar drásticamente para
mantener un alto nivel de consumo, y minimizar la congestión y la destrucción de los
recursos naturales (Sánchez, 2008: 97). Además el crecimiento de la población demanda
mayores proporciones de inversión económica que se podrían destinar para la creación de

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empleo y la producción industrial. Mantener una alta dependencia económica y un alto
nivel de consumo en los hogares desvía recursos monetarios que se pueden invertir en
programas educativos, laborales y sociales con los cuales se puede alcanzar un mayor
progreso y bienestar social.

La postura moderada, defendida por el Banco Mundial, deja ver que la caída de las tasas de
fecundidad no es razón suficiente para garantizar el desarrollo de un país o una sociedad en
particular. Para esta postura, el desarrollo económico no es el fin sino el medio para
alcanzar un mejor nivel de vida, por lo que sería contraproducente bajar intencionalmente
el crecimiento poblacional. De igual manera, este organismo internacional reconoce que no
se puede responsabilizar al crecimiento de la población de la pobreza de regiones como el
tercer mundo (Sánchez, 2008:101).

Para los teóricos que tienen una visión optimista, la relación entre crecimiento demográfico
y desarrollo económico se caracterizar por la defensa de la libertad de los mercados, por la
defensa del capitalismo, por la disminución del papel intervencionista del estado en la vida
económica y social, y por las fuertes críticas al socialismo, a las economías planificadas y a
las políticas demográficas y económicas de corte coercitivo, como las efectuadas por
algunos países orientales, como China e India. Muchos de sus análisis se centraron en el
crecimiento demográfico de los países en desarrollo, donde por lo general se encuentran
posiciones maltusianas que explican la pobreza de estas regiones.

Para los optimistas no se debe confundir superpoblación con subdesarrollo económico y


social. Para esta corriente de pensadores hay varias razones que justifican esta hipótesis.
Por ejemplo, para alcanzar mayores grados de civilización es necesario el crecimiento de la
población y no el despoblamiento (Leroy Beaulieu), además para proteger los intereses de
las naciones, fortalecer los ejércitos y diseñar nuevas leyes se requiere de grandes
volúmenes de personas (Adolphe Landry).

Según la opinión de teóricos reconocidos como Ester Boserup y Julián Lincón Simón, el
crecimiento demográfico ha desempeñado un papel muy importante en los avances
tecnológicos y científicos. La densidad demográfica, por la complejidad que comporta, ha
estimulado la creatividad y el ingenio de la sociedad para resolver problemas que se
presentan a medida que la población se va tornando más voluminosa y problemática
(Sánchez, 2008: 127).

Simón Kuznets y Peter Thomas Bauer asocian el crecimiento de la población con el


desarrollo de la división del trabajo y las oportunidades laborales. En su opinión, el
crecimiento demográfico no es la causa de la pobreza, por el contrario, los logros
económicos y el progreso dependen generalmente de la actitud de la gente, y no de su
número. El crecimiento de la población aumenta las bocas para alimentar, pero al mismo
tiempo incrementa la fuerza de trabajadores, para que sea posible explotar de mejor manera
los recursos naturales disponibles, lo que unido a una mayor división social del trabajo,
generará mayor producción para el trabajador (Sánchez, 2008:119).

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Muy cercana a esta postura se encuentra la teoría de Friederich August Von Hayeck. Para
este teórico, el crecimiento demográfico incide positivamente en el desarrollo económico,
ya que cuando al mercado concurren mayores volúmenes de población se fomenta la
diversidad y la especialización, lo que a su vez significa que la población pueda aprovechar
mejor sus recursos económicos. La gran variedad de individuos ha diversificado el mercado
y la sociedad, lo que a su vez vuelve a los individuos y a la sociedad dependientes de esta
diversidad. Para el autor hemos accedido a la civilización gracias al aumento del número de
pobladores en el mundo (Sánchez, 2008: 126).

Por su parte, Amartya Senn, Peter Thomas Bauer y George Reisman creen que para que el
crecimiento demográfico pueda fortalecer la economía de los países, se necesita que los
individuos, las empresas y las instituciones tengan mayores grados de libertad y autonomía.
Para estos autores, nada justifica la puesta en marcha de políticas antinatalistas, por el
contrario, para ellos lo que se debe hacer es apoyar a la gente de menos recursos para que si
desean tener menos hijos lo puedan hacer a través de medidas educativas, sanitarias,
económicas y sociales. Pero esa libertad no solo tiene lugar a nivel micro, sino también a
nivel del libre mercado comercial. Para que haya desarrollo económico, debe haber libre
flujo de personas que fortalezca la división internacional del trabajo y el comercio
internacional.

Finalmente, una de las posturas más importantes dentro de esta corriente optimista del
crecimiento de la población, es la que asocia este fenómeno demográfico a una mayor
inversión en el recurso humano. Para Theodore William Schultz y Gary Stanley Becker la
inversión de capital en educación, capacitación, salud y calidad de vida es mucho más
importante que el crecimiento económico y la acumulación de capital. No solamente el
consumo y la producción son aspectos centrales del desarrollo.

Según esta teoría, se propone un modelo diferente y opuesto al que formuló Malthus en el
siglo XIX. Se invierte en la gente para que adquiera conocimientos que le permitan
aumentar sus ingresos, su capacidad de ahorro y de acumulación de capital. Dicha inversión
se devolverá en el largo plazo con rendimientos que amplíen el capital para capacitar a más
gente. El ingenio y la creatividad desarrollaran sistemas eficientes de tipo tecnológico para
invertir recursos económicos en sociedades cada vez más voluminosas.

En medio de estas dos corrientes opuestas, mathusianistas y antimalthusianistas, se


encuentra un grupo de teóricos para quienes la relación entre crecimiento de la población y
crecimiento económico no es clara, y en algunos casos se torna débil, pues su dirección y
sentido dependen de las particularidades económicas y sociales del contexto del país donde
se haga la observación. Para ellos, el crecimiento de la población no es el único factor que
interviene en el desarrollo económico, también juegan un papel importante otros agentes,
como las instituciones humanas y los niveles de libertad individual. Los efectos del
crecimiento demográfico están muy condicionados por la calidad de los mercados, por las
políticas públicas y por las características del medio ambiente (Sánchez, 2008:105). Esta
posición es defendida por Richard A Easterlin, Amartya Senn, Massimo Livi-Bacci y el
Comité de Población del Comité Nacional de las Ciencias de Estados Unidos.

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Transición demográfica: un modelo explicativo de la demografía

Durante la primera mitad del siglo XX, los estudiosos de la demografía han formulado la
teoría de la transición demográfica para explicar la dinámica decreciente de los patrones
demográficos de la natalidad y la mortalidad a medida que la sociedad se va modernizando,
y su impacto en el crecimiento poblacional llevándolo, a medida que se avanza en el
proceso de transición, a índices cada vez más bajos. Aunque en la actualidad es el marco
teórico más adecuado para explicar la dinámica demográfica de las sociedades modernas,
no escapa a las críticas debido a su carácter etnocéntrico y a las generalizaciones
apresuradas que produce a partir de la experiencia poblacional de las sociedades más
desarrolladas.

 Teoría de la transición demográfica y sus críticas

La transición demográfica es el marco teórico más importante para explicar los cambios en
las pautas poblacionales de nacimientos, muertes y crecimiento de la población. También es
una estrategia conceptual y metodológica para evaluar el grado de modernización
socioeconómica de la sociedad. Según John Weeks, comenzó como una descripción
cuantitativa de los cambios demográficos acaecidos a lo largo del tiempo en los países
desarrollados. Concretamente describe el paso de altas tasas de natalidad y mortalidad a
bajas tasas de natalidad y mortalidad.

El primero en desarrollar esta teoría fue el nortemaricano Warren Thompson en el año de


1929, mostrando que los países puede agruparse en tres grandes categorías: países clase A,
países que han pasado de tener altas tasas de crecimiento poblacional a tasas muy bajas, por
lo que se “convertirán en sociedades estacionarias y empezaran a decrecer (Weeks, 1981:
66); países clase B, donde se dan descensos tanto en la natalidad como en la mortalidad,
pero donde la tasa de natalidad sigue descendiendo más rápidamente que la tasa de
mortalidad; y países clase C, correspondiente al resto de países donde existe un bajo control
sobre los nacimientos y defunciones.

Sin embargo, su obra no llego muy lejos, ya que se desarrolló en momentos en que la
preocupación por los problemas de la población no estaba muy extendida. Según Weeks, en
ese momento, esta propuesta “…era simplemente una descripción del cambio demográfico,
no una teoría” (Weeks, 1981: 67).

En el año de 1945 el estadounidense Frank Notestein retomó las tesis de Thompson, y les
proporciono nuevos nombres a los tres tipos de dinámicas poblacionales que este autor
había identificado. Al grupo A lo denomino “descenso incipiente”, “al grupo B lo
denomino “crecimiento transicional”, y al grupo C lo denomino alta capacidad de
crecimiento”.

Gracias a Frank Notenstain, entre los años 40 y 60 del siglo XX, la teoría de la transición
demográfica pasó de ser un escueto modelo numérico y categórico a una teoría científica de
la dinámica de la población, cuyo fundamento principal era la experiencia demográfica de

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los países más desarrollados, donde las tasas de mortalidad y natalidad descendieron a
medida que estas sociedades se iban modernizando y desarrollando.

La teoría de la transición demográfica de Notestein se divide en tres momentos o etapas. El


primer momento se caracteriza porque existe una alta capacidad de crecimiento, ya que
tanto la mortalidad como la natalidad son altas; el segundo corresponde a la transición de
altas tasas de natalidad y mortalidad a bajas; durante esta etapa la población sigue creciendo
porque disminuyen los índices mortalidad más rápido que los de la natalidad. Finalmente,
el último momento corresponde a una situación donde la tasa de mortalidad ha alcanzado
un nivel muy bajo, mientras que la fecundidad continua descendiendo, hasta el punto de dar
lugar a un decrecimiento del tamaño de la población. Los países desarrollados, según
Weeks, ya han superado este proceso, mientras que los países menos desarrollados apenas
están entrando en esta dinámica.

Esta teoría contradice la versión mathusiana del crecimiento poblacional, ya que entiende
que el desarrollo económico y social es el precursor de la baja fecundidad, y no los frenos
preventivos y positivos al crecimiento de la población y la pobreza. Solo puede producirse
decrecimientos en el tamaño de la población, cuando se presenta un mejoramiento en el
nivel de vida, que se traduzca en familias más reducidas y planificadas (Weeks, 1981).

Durante su desarrollo científico, teórico y empírico esta teoría ha sido objeto de críticas.
Dentro de los principales cuestionamientos que afronta se encuentran su marcado
etnocentrismo, pues se postula como un paradigma de la evolución y el progreso occidental
que todos los países y regiones, sin importar su grado de desarrollo económico y social,
deben seguir para alcanzar la superioridad y la perfección, anulando las diferencias
socioculturales que caracterizan a cada país.

Desde la experiencia histórica de algunos países también se cuestiona esta teoría.


Evidencias encontradas en algunas sociedades europeas antes de la industrialización,
revelan que ya se ejercía algún control sobre la fecundidad, el matrimonio y la posición
social. La creencia generalizada de que en el continente eran características las altas de
tasas de natalidad durante edad media no tiene sustento, por lo que la teoría de la transición
demográfica es una generalización abusiva (Arango, 1980: 180).

La dinámica demográfica y la modernización social en la sociología: la visión de los


clásicos y de algunos contemporáneos latinoamericanos

Por el lado de la sociología, las teorías alusivas al tema se encuentran tanto en pensadores
clásicos como en contemporáneos, estos últimos provenientes de la sociología
latinoamericana. Cabe aclarar que ninguno de ellos ha desarrollado una teoría específica
que hable de la dualidad población y desarrollo, o población y modernización social, sin
embargo en algunos apartados de sus obras se pueden encontrar referencias conceptuales
que pueden explicar los problemas y la morfología de esta relación.

 Marx y la dinámica demográfica: una visión desde la sociología crítica

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Karl Marx fue un economista y sociólogo alemán del siglo XIX que estudio críticamente el
capitalismo. En su opinión, cada modo de producción tiene una ley históricamente
determinada para explicar el comportamiento demográfico. En el capitalismo esta ley se
denomina “Ley de superpoblación relativa”. Esta teoría sostiene que el avance de las
fuerzas productivas crea un excedente de mano de obra que queda desocupada, mano de
obra que el autor denomina “Ejército industrial de reserva”; las máquinas creadas por los
propios obreros los desplazan de sus lugares de trabajo, y hacen que se vuelvan
innecesarios, ampliando de este modo las masas de desocupados que se sumen en la miseria
(Sánchez, 2008).

También criticaba la idea de Malthus según la cual los alimentos crecen en menor
proporción que la población. Pensaba que la riqueza que había en Inglaterra en la época en
que vivió este economista era suficiente para satisfacer las necesidades de alimentación de
toda la sociedad. Desde su perspectiva, el problema eran las inequitativas relaciones
sociales de producción burguesas, en las cuales los capitalistas se quedaban con gran parte
de la producción, y por ello grandes masas obreras vivían cada vez más sumidas en la
pobreza. La dificultad que había que superar no era demográfica, sino económica (Weeks,
1981:59).

Para el autor no es el crecimiento de la población la causa de la pobreza de la clase obrera,


sino el capitalismo el que genera un alto número de desempleados que se hunden en la
pobreza y la marginalidad. Por lo tanto, el exceso de población se define en relación con los
medios de producción, y supone una superpoblación relativa a las necesidades del capital
(Sánchez, 2008: 81).

 Dinámica demográfica y progreso social: el punto de vista de Emile Durkheim

Para el autor las causas de primer orden que explican el progreso de la sociedad son el
crecimiento del volumen y la densidad social de la población. El volumen hace referencia
al crecimiento cuantitativo y su concentración en un mismo espacio, y la densidad social se
refiere al incremento de las interacciones y contactos que traban los individuos que
conforman la sociedad. Los dos factores determinan en la misma medida y grado el
desarrollo de la división del trabajo de la sociedad; o dicho de otro modo, el aumento de la
población y su dinámica determina el desarrollo económico, social y moral de la sociedad.
(Durkheim, 1982: 300).

Estos dos factores no están separados, ni obedecen a un orden jerárquico, se encuentran


integrados y son interdependientes. La densidad social no puede actuar sin que la densidad
material (aumento de la población) también lo haga. La integración de la sociedad se ha
dado históricamente en la medida en que la población ha ido creciendo y se ha ido
concentrado en los centros urbanos. Estos dos factores inciden de la misma manera en el
cambio paulatino de la morfología y la concentración de la sociedad.

El incremento de la población puede deberse, según el autor, al crecimiento material o al


aumento de la fecundidad, sin embargo, si solo actúa este factor la integración puede ser

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muy débil y fragmentaria. Por esto, para solidificar la integración de la población, otro
factor complementario es la densidad moral, es decir la integración resulta de la necesidad
que tienen los individuos de mantenerse unidos de modo constante, manteniendo un
contacto íntimo. Las ciudades son el centro donde la masa poblacional estrecha sus
vínculos íntimamente. Por esta necesidad de vivir en sociedad, las gentes que antes vivían
separadas en el campo ahora migran a la ciudad, para así alcanzar mayores niveles de
civilización (Durkheim, 1982: 302).

De la anterior relación se establece la siguiente fórmula: “Si la sociedad, al condensarse,


determina el desenvolvimiento de la división del trabajo, éste, a su vez, aumenta la
condensación de la sociedad” (Durkheim, 1982: 304). Sin embargo, no hay que perder de
vista que la división del trabajo es un hecho derivado de los progresos del crecimiento y
concentración de la población y la densidad moral cualesquiera que sean las causas últimas
de estos factores.

El aumento del volumen de la población determina el tamaño de las interacciones sociales.


Estas últimas serán considerables en la medida en que aumente el tamaño y el volumen de
la población. Por esto, la densidad moral tiene el mismo efecto sobre la división del trabajo
social que la densidad dinámica.

Lo general, o lo normal, es que esta fórmula se aplique al crecimiento demográfico, social y


urbano de todas las sociedades. Sin embargo, dentro de la generalidad hay excepciones o
patologías, pues en algunos pueblos del pasado como la China y Rusia, caracterizados por
los enormes volúmenes de población concentrada en grandes ciudades, no hubo grandes
desarrollos de la división del trabajo social. Esto sucede según el autor porque la densidad
dinámica ocurre separada de la densidad social. O como dice Durkheim: “(…) el aumento
del volumen no es necesariamente una señal de superioridad si la densidad no crece al
mismo tiempo y la misma relación” (Durkheim, 1982: 305).

Para que la población se torne dinámica, no solo basta con que la sociedad cuente con
muchos individuos, sino que es preciso además que se hallen en contacto muy íntimo para
poder vivir en sociedad. El progreso del volumen no acelera los progresos de la división del
trabajo social, sino solo cuando la masa se contrae al mismo tiempo y en igual medida. Por
lo anteriormente expuesto por el autor se puede formular la siguiente hipótesis:

“La división del trabajo varia en razón directa al volumen y a la densidad de


las sociedades, y, si progresa de una manera continua en el transcurso del
desenvolvimiento social, es que las sociedades, de una manera regular, se
harán más densas, y, por regla general, más voluminosas” (Durkheim, 1982:
306).

En síntesis, el progreso de la sociedad está determinado por el dinamismo que cobre la


población a medida que se concentra en un espacio, y por el aumento de la cantidad y
calidad de las interacciones que la tornen más densa y diferenciada. Es decir, si las
sociedades evolucionan a estados más voluminosos, más interactivos, más íntimos, más

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especializados y más modernos es por efecto de estos dos factores. Sin embargo, hay que
recordar que esta explicación tiene un tono de generalidad y no infalibilidad.

 Modernización y dinámica demográfica en América Latina: Gino Germani

El autor propone un modelo de transición por etapas para entender y tratar de tipificar el
complejo y diferenciado proceso de modernización en América Latina. No se propone
elaborar una cronología histórica de los acontecimientos que han hecho posible el cambio,
sino “las muchas transiciones producidas por la dilución universal del nuevo complejo
industrial moderno” (Germani, 1969: 17), su fin es más modesto: “proporcionar un
panorama de la transición, sumamente simplificado, que puede ser útil para ilustrar
algunas de las características principales del proceso “tanto como un fenómeno endógeno
y exógeno”.

En su opinión, uno de los subprocesos más importantes que indican la presencia de


modernización en una sociedad es el comportamiento de la dinámica demográfica. Para el
autor el cambio en la estructura y en el volumen de la población es una manera de
caracterizar las transformaciones sociales en América Latina. Para Germani:

“La modernización social se concibe, sobre todo, como una categoría residual
ilustrada (antes que definida) mediante una enumeración … de los subprocesos
que la componen, tales como 1) la “movilización social” de una creciente
proporción de población; 2) la urbanización, o sea, la creciente concentración
demográfica en las zonas urbanas (…); 3) otros cambios demográficos, tales
como la disminución de las tasas de mortalidad y natalidad, y los consecuentes
cambios en la estructura de edad, (…)” (Germani, 1969: 20)

En el modelo de modernización presentado por Germani, la Transición Demográfica se


desarrolla en 4 etapas progresivas, ampliando las tres fases del modelo propuesto por
Notestein a mediados del siglo XX. Su modelo inicia con “La sociedad tradicional”, la
cual está caracterizada por “altas tasas de mortalidad y natalidad: crecimiento natural
inexistente o muy bajo; concentración urbana muy reducida”. En la segunda fase,
“Comienzos del Derrumbe de la sociedad tradicional”, se presentan pocos cambios a nivel
demográfico: “Crecimiento natural: muy lento: concentración urbana muy lenta”. En la
tercera etapa, “Sociedad Dual y “Expansión hacia fuera”, se empiezan a observar cambios
importantes en la dinámica demográfica, asociados a factores externos, como el impactos
de la Revolución Industrial. En la mayoría de los países se mantienen tasas altas de
fecundidad, pero se evidencian los comienzos de la caída de las tasas de mortalidad.
Algunos países avanzan más rápido en el proceso de la transición demográfica, con
mayores caídas de la mortalidad seguidas por caídas en la natalidad. Finalmente en la
última etapa, “Movilización Social de Masas”, se evidencia un pleno avance de la
transición demográfica en algunos países, especialmente los más desarrollados, y explosión
demográfica en la mayoría de los países, especialmente en los más atrasados. (Germani,
1969: 51 – 58).

12
 La necesidad de un discurso demográfico posmoderno: Alejandro Canales Cerón

Para este sociólogo mexicano los cambios sociales y demográficos de fines del siglo XX
inauguran una nueva época histórica que exige revisar las bases mismas sobre las que se ha
construido el discurso demográfico, y en general, el discurso de las ciencias sociales
modernas.

Propone un esquema de análisis de la “población” en el seno de la posmodernidad, en el


que la preocupación ya no sea el estudio de la dualidad población y desarrollo, como era
característico en el discurso moderno, sino la relación de la población con la desigualdad
social y demográfica. Este paso se justifica debido a que en la sociedad posmoderna la
diferenciación demográfica se traduce en categorías como identidad cultural, diferenciación
social y desigualdad económica y política, categorías que representan un reto
epistemológico y científico para la demografía de la región. Como dice el autor “…se trata
de dar[le] un giro radical al discurso demográfico tradicional” (Canales, 2009:12).

Para construir este modelo de análisis posmoderno, el autor hace una breve referencia
crítica a los momentos más importantes del discurso demográfico de la modernidad, como
la transición demográfica, la noción de población y desarrollo y el enfoque histórico
estructural. Momentos diferenciados y opuestos donde la dinámica de la población era
causa y consecuencia de la modernización social y la acumulación capitalista era el
elemento común, especialmente en los países del tercer mundo donde la explosión
demográfica adquirió volúmenes importantes.

Sin embargo, a finales del siglo XX se configuraron nuevas tendencias al terminar la última
fase de la transición demográfica, en ese momento se evidenció la emergencia de diferentes
problemáticas como las inequidades en las relaciones de género, en las relaciones
intergeneracionales, en las migraciones y en las diferencias étnicas, comportamientos que
ocurren dentro del marco de la globalización económica y cultural que involucra a toda la
población en su conjunto. Este cambio coincide, según este autor, con la transición de la
sociedad moderna a la sociedad posmoderna.

Para el análisis demográfico, esta transición comporta un desafío conceptual y nuevas


exigencias metodológicas, ya que los marcos conceptuales y metodológicos actuales son
rebasados por la dinámica que describe la sociedad contemporánea. En este periodo el
objetivo es “…avanzar en la construcción de categorías de análisis, que desde una
perspectiva crítica de la modernidad, permitan aprehender los nuevos rumbos y ritmos que
están tomando los procesos sociales” (Canales, 2009: 8), con esto el interés no solo se
centrará en el crecimiento cuantitativo de la población, sino especialmente en la
estructuración social de las diferencias y desigualdades demográficas.

Esta preocupación lleva al autor a proponer y desarrollar la categoría “Demografía de la


Desigualdad”. Se trata de elaborar una serie de categorías que rescaten la diferenciación
demográfica construida y resignificada a partir de sujetos demográficos concretos y
diferenciados, expuestos a diversas condiciones de vulnerabilidad. En este contexto, la

13
demografía de la desigualdad se enfoca a la comprensión y el análisis de los
acontecimientos estructurales e históricos en los cuales la diferenciación, la diversidad, la
particularidad y el sentido subjetivo de los sujetos demográficos son los principales centros
de interés.

Según esto, el autor sostiene que la demografía de la desigualdad “…exige pensar la


población, no tanto en función de su dinámica de crecimiento, sino más bien en función de
la estructura de relaciones entre individuos, entre géneros, entre etnias, entre
generaciones, y en general, entre distintas categorías demográficas” (Canales, 2009:12).

El interés de Canales por resignificar el discurso demográfico en la posmodernidad también


es compartido por otros autores (Guevara, 2005), que buscan modelos alternativos y
críticos a la transición demográfica moderna como la revolución reproductiva, la eficiencia
demográfica (Maclannes y Perez, 2008), y la dinámica demográfica con enfoque de género
(Vera, 2012).

La relación población y desarrollo en la investigación empírica internacional, nacional


y regional

De acuerdo a la información arrojada por esta revisión bibliográfica de fuentes empíricas,


se puede acotar que el tema de esta investigación está siendo investigado con mucho interés
tanto el plano mundial con en el plano nacional, especialmente por sus consecuencias
demográficas, sociales y económicas. A nivel de la región, por el contrario, son pocos los
estudios identificados, lo que da pistas del profundo vacío de conocimiento que existe con
relación al estudio de la población y su vinculación con los procesos modernos y de
cambio. En el siguiente apartado se presenta un breve panorama de los aspectos
investigativos, metodológicos y empíricos de esta primera revisión.

 La relación dinámica poblacional y modernización en la investigación empírica


internacional

Los estudios internacionales consultados hasta el momento son investigaciones científicas


publicadas en libros, artículos de revistas arbitradas e informes institucionales de
organismos internacionales como Population Reference Bareu y el CELADE. Provienen
principalmente de América Latina de países como México, Brasil, Argentina y Chile; este
orden no tiene ninguna relación con la cantidad de trabajos que estos países han producido
sobre el tema. También se derivan de análisis mundiales, como los realizados por el
Populations Reference Bareu (PRB) y por algunos artículos de investigación. En Europa
solo se encontró, por el momento, una investigación.

Desde el punto de vista metodológico, no todos los estudios dan cuenta del diseño de
investigación y de las técnicas de recolección y de análisis empleadas. Sin embargo, en su
mayoría se trata de estudios descriptivos de tipo de tipo empírico y longitudinal, que tienen
como técnica fundamental el análisis secundario de estadísticas oficiales e institucionales
de tipo demográfico. También comienzan a abrirse campo en el ámbito de las

14
investigaciones demográficas los estudios hermenéuticos de tipo teórico e histórico, cuyos
diseños metodológicos son etnográficos y de revisión de documentos históricos2.

Estos estudios, aunque abarcan temas muy relacionados entre sí, insisten, como rasgo
preponderante, en la heterogeneidad y diferenciación existente entre continentes, países y
regiones a nivel de los indicadores de la dinámica demográfica como las tasas de
fecundidad, mortalidad, migraciones, estructuras de la población por edad, así como los
diferentes niveles de desarrollo socioeconómico asociados con estos procesos
poblacionales. Dentro de estos estudios se puede mencionar (Schkolnick y Chackiel, 1998),
(Cepal, 2008), (Brito, 2008), (Peláez Herreros, 2012), (Lanza y Valeggia, 2012), (Vera,
2012) y (Algorta Plá, 2008)

Un segundo rasgo común reportado por estos trabajos es su preocupación por estudiar los
fenómenos poblacionales en relación con los procesos de modernización social y desarrollo
económico3. Modernización y desarrollo económico que pueden observarse en sociedades
urbanizadas, con altos niveles de industrialización, que crean las condiciones para que la
población se capacite, para que acceda a programas de salud, para que se vincule a la oferta
laboral, y para que postergue algunos momentos vitales que la sociedad considera
importantes, como el matrimonio, la procreación y el cuidado de los hijos, especialmente en
el caso de las mujeres.

Es importante mencionar que los estudios abordados no trazan una línea de causalidad entre
modernización y dinámica demográfica, sino una correlación que no establece jerarquía y
dirección. Es más, algunas investigaciones evidencian que no es la modernización la que
dinamiza los procesos demográficos, sino que, por el contrario, son estos procesos los que
ocasionan el cambio y la modernidad de la sociedad.

Un tercer rasgo que señalan estos estudios, es que la gran mayoría de los países del mundo
ya han iniciado el proceso de transición demográfica4; es decir en muchas sociedades del
globo se observa el paso de altas tasas de natalidad y mortalidad a bajas tasas. En los países
desarrollados en este proceso se está superando, y en algunos casos ya ha finalizado, por lo
que algunas investigaciones comienzan a hablar de una segunda transición demográfica
(Vera, 2012). En los países en desarrollo, en cambio, dicho proceso apenas está
comenzando o está en curso.

Independientemente del país y su realidad socioeconómica, según estos estudios, este


proceso de cambio demográfico se caracteriza porque primero desciende la mortalidad, lo
que da lugar a un mayor crecimiento poblacional, con el tiempo disminuye la natalidad, y el
crecimiento se estanca y comienza a decrecer; gracias a estos cambios demográficos el
crecimiento se empieza a explicar principalmente por los flujos migratorios.

2
Revisar en: (Verón, 2013), (Maclannes y Pérez Díaz, 2008), (Quilodrán y Juárez, 2009) y (Vera, 2012)
3
Revisar en: (Tapia Granados, 20), (Lanza y Valeggía, 2012), (PRB, 2012), (Algorta Plá, 2008), (Peláez
Herreros, 2012) y (Alcañiz, 2008)
4
Revisar en: (Tapia Granados, 2005), (Cepal, 2005), (Martín, 2007), (Brito, 2008), (Peláez Herreros, 2012)
15
Otros resultados que llaman la atención de estos trabajos tienen que ver con el dinamismo
que están alcanzando los procesos migratorios en la modernidad globalizada, que por lo
general se realizan desde los países periféricos hacia los países centrales. A nivel interno se
observa que la migración del campo a la ciudad se está fortaleciendo cada vez más, hecho
que explica que en la actualidad un poco más de la mitad de la población mundial resida en
centros urbanos. Dentro de estas fuentes se puede mencionar (Cepal, 2005), (Guevara,
2005), (Vera, 2012), (Algorta Plá, 2008)

De igual manera, estos estudios están insistiendo, con algún grado de preocupación, en el
aumento de los porcentajes de adultos mayores en los países de América Latina y del
mundo, especialmente porque no existen políticas que les garanticen su bienestar social y
económico, (Canales, 2001), (Cepal, 2005), (Verón, 2013), (Algorta Plá, 20) y (Peláez
Herreros, 2012). Este fenómeno en el futuro, según los expertos consultados, puede
incrementar las tasas de dependencia económica, y afectar la estabilidad laboral,
institucional y productiva de las sociedades.

La revisión de algunas fuentes empíricas también advierte sobre el crecimiento que viene
experimentando la población mundial en los últimos años, (Cepal, 2005) y (Cepal, 2008).
Cada vez tarda menos la población en duplicarse, hasta el punto de que algunos informes
demográficos mundiales se evidencia que la población crece cada 10 años en mil millones
de personas (PRB, 2010). Estos crecimientos demográficos provienen, en su gran mayoría,
de los países del tercer mundo, generando incertidumbre y zozobra a nivel planetario,
especialmente por sus consecuencias económicas, sociales, naturales y ecológicas. Sin
embargo, si el fenómeno se observa por países, la dinámica del crecimiento tiende a
estabilizarse y decrecer.

Cabe destacar algunos aspectos novedosos y propositivos que revelan las investigaciones
internacionales. Aspectos novedosos como los dividendos demográficos, o “Bonos
Demográficos”, como se los conoce en ciencias sociales, que hacen alusión a las numerosas
cohortes que ingresan a la edad activa o productiva de la población (15 a 64 años), por
efecto de las altas tasas de natalidad del pasado. El Bono Demográfico significa un
aumento de la fuerza de trabajo de los países, aumento que si es bien aprovechado, puede
traer grandes dividendos económicos, sociales y educativos. Los estudios consultados a
nivel del mundo y de la región latinoamericana, (Cepal, 2005), (Cepal, 2010), (Verón,
2005), (Brito, 2008) y (Tapia, 2005), ya dan cuenta de este patrón demográfico y
económico, como un elemento que no se puede perder de vista a la hora de estudiar la
relación entre población y desarrollo.

Frente a los hechos propositivos, algunas de las investigaciones no solo buscan quedarse en
simples diagnóstico de problemáticas asociadas al plano demográfico y socioeconómico,
sino que quieren trascender, y convertirse en el sustento de políticas gubernamentales para
darle mayor utilidad a las ganancias demográficas, y atender las dificultades de los países y
grupos sociales rezagados del desarrollo económico y demográfico (Verón, 2012) y
(Peláez-Herreros, 2012).

16
Por último, hay que advertir que dichos estudios presentan una serie de problemas y
dificultades que vale la pena comentar. En primer lugar, algunos presentan críticas e
inconsistencias de tipo teórico. Se critican los enfoques teóricos de la demografía, como la
teoría de la transición demográfica, pero dichos cuestionamientos carecen de sustento
debido a que las bases mismas de la crítica se soportan en los lineamientos esenciales de las
teorías en cuestión, (Maclannes y Perez-Diaz, 2008) y (Quilodrán y Juárez, 2009). En otros
casos, se observa algunos trabajos que se denominan así mismos demográficos, pero se
basan principalmente en teorías económicas, y en análisis que cubren dentro de este mismo
campo de estudio variables económicas y demográficas, o las abordan indistintamente
generando imprecisiones (Tapia, 2005) y (Algorta Plá, 2008).

Un aspecto que es común en todos los estudios abordados es que las referencias al método
empleado son descripciones de las técnicas que se emplean para la recolección y análisis de
la información demográfica obtenida, y no una construcción metodológica que tome como
referencia una teoría en particular. Es decir, se trata de trabajos que no contemplan la
construcción teórica del método con el que se va a indagar el objeto de estudio.

Otras observaciones se pueden sintetizar en los siguientes puntos: algunos estudios toman
información empírica que no se aprovecha en su totalidad, (Schkolnick y Chackiel, 1998),
otros retoman aspectos muy generales sin desagregar información que pueda ampliar de
mejor manera el panorama demográfico y social (Canales, 2001), y algunos son de corte
muy especializado (Tapia, 2005), como los ejercicios epidemiológicos, que reducen el
análisis y los alcances de la investigación solo a los intereses del enfoque de su interés.

 Panorama de las investigaciones nacionales

Las investigaciones nacionales fueron el material que más se consultó en esta primera
versión del estado del conocimiento, pues son las referencias que, por el momento, más
arrojo el proceso de búsqueda y ubicación de información relacionada con el tema,
situación que para los fines que busca el problema de investigación planteado es muy
beneficiosa, sobre todo ante la escases de estudios regionales.

La primera impresión que deja esta experiencia es que la bibliografía colombiana sobre el
estudio de la relación entre dinámica demográfica y modernización y desarrollo es copiosa
y variada, lo que deja ver el interés que el tema está cobrando en sus regiones, en sus
municipios y en algunas localidades urbanas, como la localidad de Puente Aranda en
Bogotá. Este primer acercamiento muestra que en las regiones que presentan las fases más
avanzadas de la transición demográfica y los indicadores más altos de desarrollo social y
económico hay una alta producción de investigaciones alusivas al tema, mientras que en las
regiones rezagadas casi no existen indagaciones.

Por otra parte, hay que mencionar que no solo se abordó fuentes recientes (2013) sino
también estudios lejanos que datan de 1966, esto último debido fundamentalmente a la
abundante información empírica que comportan estas referencias para nutrir el contexto

17
histórico, demográfico, social y económico de la presente propuesta de investigación que se
ubica en el Departamento de Nariño entre los años de 1951 y 2015.

La mayor parte de estas investigaciones son de alcance nacional, es decir, brindan análisis e
interpretaciones de información demográfica del país en su totalidad. A este grupo lo
siguen una serie de indagaciones que se han desarrollado recientemente en los
departamentos del Valle del Cauca, Antioquía, Cauca y Tolima. Y en último lugar,
aparecen estudios realizados a nivel urbano y local, como los trabajos producidos en la
ciudad de Barrancabermeja y en la localidad de Puente Aranda en Bogotá.

Desde el punto de vista de los métodos empleados en estos ejercicios empíricos, como en el
caso de las fuentes internacionales, prevalecen los estudios de tipo empírico, descriptivo y
longitudinal que abordan la observación de los procesos de transición demográfica en la
corta, mediana y larga duración. Sin embargo, es interesante indicar que la búsqueda
información arrojó trabajos que van más allá de lo descriptivo y lo analítico para proponer
medidas propias, como el índice de transición demográfica (Grajales y Cardona, 2011) y el
índice de eficiencia migratoria (Murad, 2003), y por formular también análisis de tipo
correlativo y explicativo, que recurren al análisis econométrico, al análisis de varianza
(Arce et, al, 2012), y al modelo Bit Pase para incorporar variables económicas, sociales y
políticas al análisis demográfico (Muñoz, 2013).

Como en el caso anterior, los aspectos más frecuentes que describen estos estudios son el
proceso de transición demográfica que se ha iniciado en el país desde los años 30 del siglo
XX, el cual es catalogado por algunos expertos como “espectacular” (Flores, 2000), debido
a su rapidez e intensidad, y la preocupación por la desigualdad que se evidencia en las
regiones y los departamentos en el progreso de la transición demográfica, y en algunos
indicadores sociodemográficos asociados a ella, que dejan ver que Colombia a nivel
poblacional es un país de profundas brechas y contrastes; entre estos estudios se encuentran
(Banguero y Castellar, 1993), (Banguero, et, al, 2005), (Carmona-Fonseca, 2005),
Banguero, 2005), (Pérez, 2006), (Sardi, 2007), (Arias, et, al, 20), (ENDS, 2010), (Morales,
eta, al, 2011), (Grijales, 2011), (Hertas, 2012), (Arce, et, al, 2012), (Martínez, 2013),
(Murad, 2003) y (Guttman, 2001)

Al igual que los estudios latinoamericanos y mundiales, otro rasgo frecuente es la atención
que ponen estas investigaciones en la dinámica del crecimiento de la población, (Banguero
y Castellar, 1993), (Banguero, 2005), (Morales, 2011) y (Guttman, 2001). De acuerdo a los
datos suministrados por los censos del siglo XX y el censo del año 2005, la población del
país se ha multiplicado por 10, pasando de los 4 millones de personas en el año 1905 a 43
millones en el año 2005. Sin embargo, a pesar de ser un crecimiento que parece bastante
alto, se trata de un incremento moderado que tiende a descender en los próximos años.

En comparación con el estado del conocimiento a nivel internacional, los trabajos


empíricos nacionales también mencionan otras características demográficas y sociales que
comienzan a cobrar importancia en la explicación de estos fenómenos, como el carácter
propositivo y crítico de los estudios sobre la relación entre población y desarrollo, algunos
de los cuales buscan convertirse en políticas oficiales, (Banguero, 1993), (Murad, 2003),
18
(Morales, 2011), (Arias, 2007), (Hertas, 2012) y (Guttman 2001); los cambios
experimentados en la estructura de la población por edad, que son, como menciona la
investigación internacional, el fruto del proceso de la transición demográfica que viene
experimentando el país desde comienzos del siglo XX, y que se traducen en la disminución
de la población joven y el aumento de la población activa y longeva, (Banguero y Castellar,
1993), (Carmona-Fonseca, 2005), (Banguero, 2005), (Sardi, 2007), (Arias, 2007), (Hertas,
2012), (Martínez, 2013), (Muñoz, 2013) y (Guttman, 2001); y el énfasis en demostrar que
la dinámica de la población es un reflejo de los cambios sociales y económicos que
experimenta el país desde hace aproximadamente 60 años, y que algunos los catalogan
como modernización, modernidad y desarrollo, (Gulh, 1966), (Sardi, 2007), (Arias, 2007),
(Morales, 2011), (Grijales, et, al, 2011), (Hertas, 2012), (Arce et, al, 2012), (Martínez,
2013) y (Muñoz, 2013).

En contraste con la revisión bibliográfica internacional, los trabajos de investigación


nacional insisten en el análisis de las migraciones y la distribución espacial de la población
en el territorio, como dos indicadores que no se pueden perder de vista a la hora de
relacionar la dinámica poblacional con los procesos de modernización y desarrollo, tanto a
nivel general como a nivel regional y local, ((Banguero, 2005), (Banguero y Castellar,
1993), (Dulcey, 2003), (Hertas, 2012), (Muñoz, 2013) y (Guttman, 2001)). Frente al primer
aspecto, los estudios se detienen a indagar la dinámica migratoria externa e interna; frente a
la migración externa, se advierte que Colombia es un país expulsor de población, cuyos
destinos principales son Estados Unidos, Europa y Venezuela, hecho que se empieza a
traducir en saldos migratorios negativos; y frente a la migración interna, a pesar de las
dificultades que existen en el país para medir esta variable, se destaca el creciente proceso
de urbanización de los granes centros urbanos y de las ciudades intermedias por efecto de la
intensidad de la migración del campo a la ciudad, (Murad, 2003) .

Por el lado de la distribución de la población en el territorio, se evidencia que la población


tiende a concentrarse cada vez más en los centros urbanos, variando de este modo los
patrones tradicionales de poblamiento de un país que se ha caracterizado por ser
predominantemente rural. De igual manera, se observa que en el estudio de la dinámica
demográfica nacional es importante tener en cuenta otro indicador asociado al territorio,
como es la densidad de población. El comportamiento de este indicador muestra que la
densidad por kilometro cuadrado en Colombia es muy baja, (Guttman, 2001).

Muy relacionado con la migración y con los procesos de distribución de la población en el


espacio, la investigación de fuentes empíricas revela que el desplazamiento forzado es un
factor que está incidiendo de forma importante en la dinámica demográfica nacional
((Murad, 2003), (Dulcey, 2003), (Sardi, 2007), (Morales, 2011), (Hertas, 2012), (Guttman,
2001). Se destaca este fenómeno a parte de los dos indicadores demográficos anteriores,
porque estos estudios insisten en la gravedad de los efectos desbastadores de este fenómeno
en patrones demográficos como la mortalidad, las migraciones y los cambios en la
estructura etárea de la población, en los cuales se ven afectados los jóvenes y la población
económicamente activa, restándole de este modo oportunidades sociales, económicas y
demográficas al país. En pocas palabras, se puede decir que este es el problema

19
demográfico y social que más preocupa a una proporción importante de los investigadores
sociales del país en la actualidad.

Las investigaciones no solo se centran en el seguimiento de la dinámica demográfica de los


departamentos y municipios del país, sino que también ponen su atención en la realidad
poblacional, social y económica de los grupos rezagados (Hertas, 2012). En este sentido,
las investigaciones nacionales denuncian directa e indirectamente la diminución progresiva
de la población campesina e indígena, y las desventajas demográficas y sociales de estos
grupos con respecto al resto de grupos de población.

En último lugar, las observaciones que se le pueden hacer a la calidad y el poder


explicativo de estas fuentes se dividen en dos clases de comentarios: positivos y negativos.
Los primeros hacen referencia a los elementos aportados por estos documentos, los cuales
pueden ser de gran utilidad para precisar el problema de esta investigación y su alcance.
Los segundos son comentarios que señalan inconsistencias y problemas, que desde luego
son de utilidad para el estudio, especialmente para no cometer los errores que han cometido
otros investigadores.

Frente a los comentarios positivos se puede rescatar, en primer lugar, que hay estudios que
a pesar de su antigüedad son vigentes a nivel metodológico y explicativo, pues no tienen un
tono determinista, sino que por el contrario acuden a factores de tipo biológico, geográfico,
histórico, demográfico, económico y social para ampliar el entendimiento sobre la dinámica
demográfica del país en el siglo XX (Guhl, 1966).

De igual manera, son textos que invitan a hacer comparaciones entre grupos, departamentos
y países para ampliar el espectro explicativo del problema investigado. Se trata de estudios
que no se conforman con el análisis sincrónico y diacrónico de la dinámica demográfica en
un espacio y tiempo determinado, sino que sobrepasan los límites geográficos inmediatos
para encontrar en la diversidad de dinámicas poblacionales elementos novedosos que le den
nuevas hipótesis y nuevos rumbos a la investigación nacional. En este sentido, se trata
también de ejercicios que alcanzan este fin con la integración de diversas disciplinas (Guhl,
1966), (Flórez, 2000), (Carmona-Fonseca, 2005), (Dulcey, 2006) (Arce, et, al, 2012) y
(Martínez, 2013).

Es importante mencionar que se encuentran textos que invitan a vincular las observaciones
de la dinámica demográfica con las interacciones, tensiones y conflictos sociales,
económicos, políticos y ambientales propios del contexto histórico particular que ha
caracterizado al país y sus regiones en las últimas décadas. Esta recomendación no solo se
considera importante para el análisis de la información que se vaya a recopilar para esta
investigación, sino también para resignificar el concepto “dinámica demográfica” desde la
propia experiencia demográfica y social de la nación (Muñoz, 2013) y (Guttman, 20).

En lo relacionado con las críticas, las mayor parte de las fuentes citadas comparten las
mismas dificultades con la investigación internacional en lo referente a que son documentos
muy descriptivos y analíticos que no articulan los resultados expuestos ni con la teoría
citada, ni con el contexto histórico y social donde estos hechos tienen lugar. También son
20
textos que, en su generalidad, carecen de diseños metodológicos que se deduzcan de una
teoría social, económica o demográfica en particular, son solo investigaciones que
referencian los aspectos técnicos y operativos con los que les dan respuesta a sus preguntas
de investigación. (Banguero, 2005), (Carmona-Fonseca, 2005), (Dulcey, 2006), (ENDS,
2010), (Grijales y Cardona, 2011), (Arce, et, al, 2012), (Muñoz, 2013) y (Guttman, 2001)

 Investigaciones exploratorias e informativas a nivel regional

Es muy poca la información encontrada hasta el momento en este nivel, por lo que se puede
asegurar que en la región la relación entre población y desarrollo se ha explorado muy
poco. Pero se pueden decir algunas cosas: primero, la búsqueda de material bibliográfico
arrojó por el momento 6 referencias que se las puede caracterizar de la siguiente forma: 3
abordan el tema de forma sintética y, en algunos casos arbitraria, en boletines e informes
institucionales que datan de la primera mitad del siglo XX, que compendian información
general del departamento, y en los cuales la relación entre población y modernización es un
asunto secundario o complementario; las 3 restantes son estudios científicos realizados por
docentes universitarios y por funcionarios de organizaciones multilaterales, como la
CEPAL, que han sido publicados en revistas arbitradas e informes especializados; segundo,
la referencia más antigua data de 1939, y la más reciente de 2010.

Tercero, la mayor parte de la bibliografía localizada y consultada (Chávez, et, al, 1959),
(CEPAL/CELADE, 2006) y (Ortega y Villamarín, 2008), abarca aspectos
sociodemográficos del departamento de Nariño en general. Dos de las referencias
estudiadas, (Ortiz, 1939) y (Miranda, 1946), se concentran en el municipio de Pasto, capital
del departamento, y una, (Ortega y Villamarín, 2010), se focaliza en una de las subregiones
del departamento: la zona andina de Nariño; y cuarto, todos los trabajos revisados en esta
dimensión se basan en métodos de tipo empírico, descriptivo y de tendencia: los más
antiguos, (Ortiz, 1939), (Miranda, 1946) y (Chávez, et, al, 1959), podrían considerarse una
recopilación y clasificación de datos demográficos, mientras que los más recientes,
(CEPAL/CELADE, 2006), (Ortega y Villamarín, 2008) y (Ortega y Villamarín, 2010), son
estudios científicos más avanzados que aplican técnicas de análisis demográfico, como
tasas de natalidad y mortalidad, y pirámides de población cuya interpretación está
acompañada de indicadores de sexo y de edad.

Uno de los aspectos más importantes que revela esta primera y provisional búsqueda y
revisión de investigaciones regionales y locales, es que en el periodo que va entre 1959 y
2005, es decir en los últimos 46 años, no hay ningún trabajo sistematizado, analítico,
desagregado, comparativo, histórico y de tendencia que dé cuenta de la realidad
sociodemográfica y su dinámica en el departamento de Nariño, ni menos aun
investigaciones que tengan como interés prioritario el estudio de la relación entre la
dinámica demográfica regional y los procesos históricos de modernización y desarrollo que
han influido sobre ella. Se puede decir, sin temor a especular, que hay un vacío de
conocimiento sobre el tema que se puede extender hasta la actualidad.

21
Pero a pesar de esta circunstancia, los pocos estudios regionales consultados hasta el
momento no se alejan del panorama descrito por las investigaciones nacionales e
internacionales reseñadas anteriormente. Con ellas concuerda en que la diferenciación
demográfica y social es uno de los rasgos más evidentes en la región, ya que Pasto, su
capital, y otros municipios como Ipiales, concentran los mayores avances a nivel
poblacional y socioeconómico, mientras los demás municipios y subregiones se encuentran
en una situación rezagada.

De igual manera, coincide en que las estadísticas oficiales sistematizadas y analizadas en


estos ejercicios, especialmente en los tres más recientes, manifiestan progresivas
disminuciones en las tasas de natalidad y fecundidad, así como el aumento de la expectativa
de vida y el dinamismo que están cobrando los procesos migratorios, hechos todos estos
que son característicos del proceso de transición demográfica que ya se experimenta en el
departamento.

El fenómeno migratorio también es un rasgo en común. Se constituye como causa y


consecuencia de los cambios en la dinámica y la estructura de la población, y como un
factor importante que explica el proceso de urbanización de los grandes centros urbanos y
el despoblamiento de algunos municipios rurales y corregimientos.

Otros de los aspectos que comparte con estos referentes en el énfasis en la relación de la
dinámica demográfica con los procesos de modernización y desarrollo económico y social,
la preocupación por el comportamiento del crecimiento de la población, y el interés por el
progresivo incremento de la población longeva de 65 años y más, especialmente en el
municipio de Pasto.

A diferencia de los rasgos generales referenciados en las otras investigaciones, en las


investigaciones locales, tanto en las más antiguas como en las más recientes, lo más
característico son las referencias a los cambios en la estructura de la población por sexo y
edad, motivados principalmente por los procesos migratorios y las bajas progresivas en el
número de nacimientos. Estos estudios hablan de la disminución de la base de la pirámide
de población y el ensanchamiento de las edades medias y adultas, en las cuales prevalecen
las mujeres. Estos estudios tocan de manera somera las disminuciones que se empiezan a
observar en las tasas de dependencia económica y en las tasas de dependencia juvenil, y los
pequeños incrementos que empiezan experimentar las tasas de dependencia senil.

Por otra parte, hay que mencionar que en este pequeño grupo de investigaciones hay
espacio para el estudio de la demografía de los grupos étnicos. Hay ensayos de demografía
histórica que buscan hacerle un seguimiento progresivo a la dinámica de la población del
municipio de Pasto y sus alrededores en la larga duración, especialmente al fenómeno de la
disminución de la población indígena a causa de los problemas que les trajo la civilización
española y sus enfermedades. Después de la independencia, esta clase de estudios se
centran en la observación del crecimiento de la población en esta ciudad, valiéndose de la
información suministrada por los censos de los siglos XIX y XX. Lamentablemente, solo se
trata de ejercicios que se concentran en el crecimiento de la población y en su morfología
étnica, y no en la indagación de patrones demográficos más concretos como la fecundidad,
22
las defunciones, los movimientos poblacionales y las referencias a la estructura de la
población. Esta circunstancia puede ser atribuida a dos factores principalmente: primero, al
escaso o nulo desarrollo del discurso demográfico y sus técnicas de análisis en la elite
intelectual de la región; y, segundo, por las escasas fuentes de información histórica,
especialmente la información censal del siglo XIX, que además se caracteriza por las pocas
posibilidades de análisis, desagregación, contrastación y comparación que ofrece.

De igual manera, se destacan estudios recientes que analizan la situación social, económica
y demográfica de la población afrodescendiente e indígena de la región, en los que se
sostiene en términos comparativos, que la población afrodescendiente tiene condiciones
materiales de existencia bastante difíciles en Nariño en comparación con las poblaciones
afro de otros departamentos y regiones del país. Mientras que con la población indígena
pasa lo contrario, para este grupo étnico sus condiciones de vida mejoran en el plano
departamental, pero empeoran a nivel nacional.

Los estudios más antiguos, quizá por abordar un tema novedoso sin la suficiente
fundamentación técnica y científica, parten de juicios apriorísticos que no tienen como
soportarse con hechos reales. En general, todos los trabajos son muy analíticos y nada
relacionales, carecen de referencias alusivas al entono histórico y social, y no reseñan las
tensiones, conflictos y antagonismos de todo tipo que vienen ocurriendo en la región en la
corta, mediana y larga duración. Los estudios más recientes analizan los fenómenos
demográficos, como la transición demográfica, en el último periodo intercensal, el cual
cobija un periodo muy corto para identificar los principales cambios poblacionales y su
relación con procesos modernos.

En síntesis, este acercamiento a las teorías e investigaciones que explican la relación de la


dinámica demográfica con los procesos de modernidad y desarrollo socioeconómico, ha
sido muy útil para conocer un poco más sobre esta temática, y para extraer algunos
elementos que ayuden a plantear el problema de esta investigación.

En lo referente al aspecto teórico, lo que nos muestra este primer acercamiento a las
perspectivas económicas, sociales y demográficas que explican el problema propuesto, es
un panorama muy interesante y complejo a partir del cual se pueden formular algunas
apreciaciones. Lo que prevalece en las teorías económicas, y lo que ha permitido su
desarrollo y construcción, es la discusión y el debate suscitado en torno a cómo debe
entenderse esta relación. Estos desencuentros no solo oponen y enfrentan escuelas y
posturas al interior de cada una de las disciplinas mencionadas, sino que también proponen
diferencias entre ellas.

Se trata de una de una discusión histórica que no tienen como dirimirse en los próximos
años, debido a la sensibilidad que despierta todo lo que tiene que ver con la población y su
impacto en el desarrollo socioeconómico y en la sostenibilidad del medio ambiente;
polémica que desde el siglo XIX viene polarizando a los estudiosos de estos temas en
posiciones extremas, más aún ahora cuando lo que está en juego es la seguridad y
estabilidad del planeta.

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Un primer acercamiento a estas discusiones muestra que la balanza no está equilibrada.
Esto ocurre concretamente en las diferentes etapas de la polémica de las escuelas
económicas donde se puede observar que son más los autores y las teorías que evidencian
que el crecimiento de la población es una condición necesaria para el desarrollo económico
y social. Sin embargo, esto no significa que se hayan superado las diferencias, ya que el
neomaltusianismo gana posiciones en el estado suprancional que en la actualidad están
conformado las superpotencias mundiales, y que toma decisiones sobre las políticas
sociales y demográficas de los países periféricos.

Desde la demografía se encontró que la teoría que comprende de forma relacionada las
variables de población y desarrollo es la transición demográfica. Según la opinión de
algunos expertos de esta disciplina, (Sánchez, 2008) y (Weeks, 1981), se trata del cuerpo
teórico más adecuado para explicar la dinámica demográfica de las sociedades modernas.
Sin embargo, desde finales del siglo XX, se ha convertido en objeto de críticas, ya que en
su afán de generalizar las tendencias decrecientes de los nacimientos, las defunciones y el
crecimiento de la población, ha dejado de lado la particularidad de la historia y el mundo
simbólico y cultural de los sujetos demográficos, especialmente de los países en vías de
desarrollo, los cuales son la excepción de la regla. En la literatura especializada ya formula
propuestas teóricas y metodológicas para reemplazar este enfoque con conceptos
posmodernos como, revolución reproductiva, eficiencia demográfica (Maclannes y Perez,
2008), dinámica demográfica con enfoque de género (Vera, 2012), segunda transición
demográfica (Van de Kaa, 1986) y tercera transición demográfica (Coleman, 2006).

En lugar de conflictos y debates, en las teorías sociológicas revisadas se pueden encontrar


diversos puntos de vista, en principio armónicos entre si, como las interpretaciones críticas
y reaccionarias, las propuestas positivistas y evolucionistas, la modernización social
latinoamericana y la revisión de las categorías demográficas modernas en el marco de la
sociedad posmoderna. Es importante mencionar que los teóricos de la disciplina no han
desarrollado una propuesta específica para entender la evolución y el desarrollo de la
población en el seno de la sociedad moderna, sin embargo, en algunas de sus obras pueden
identificarse algunas categorías e hipótesis, que ofrecen un marco explicativo para iluminar
esta relación. Sin embargo, el trabajo no termina aquí con las referencias de Marx,
Durkheim, Germani y Canales, es necesario seguir indagando la obra de otros autores de las
ciencias sociales que traten temas relacionados, para extraer elementos que puedan ser de
utilidad teórica y metodológica para la investigación.

En lo referente a las investigaciones empíricas consultadas, la observación de la relación


entre la dinámica demográfica y su relación con los procesos de modernización y desarrollo
económico y social es un tema de actualidad que es bastante analizado y discutido en el
mundo y en el país; en la región a penas se comienzan a llenar los profundos vacíos de
conocimiento que existe sobre dicha relación.

Las características generales y las tendencias emitidas por estas investigaciones no están
alejadas entre sí, concuerdan en aspectos comunes como la heterogeneidad en la realidad
demográfica y social de los continentes, países, regiones ciudades y localidades urbanas; el
avance del proceso del proceso de transición demográfica de la gran mayoría de países y
24
regiones del mundo; y su énfasis en el estudio de la dinámica de la población en relación
con los procesos de desarrollo económico y social asociados al capitalismo y la
globalización.

Sin embargo, también se observan diferencias en cuantos a los rasgos más generales que
revelan estos estudios. A nivel internacional se destaca la insistencia de estos trabajos por
advertir sobre una serie patrones demográficos novedosos, como el “Bono demográfico”,
los cuales, si son bien administrados, pueden generar dividendos económicos y sociales a
las poblaciones con altos porcentajes de población en edad de trabajar. A nivel nacional, los
estudios prenden las alarmas sobre la incidencia negativa del desplazamiento forzado por la
violencia en la dinámica demográfica, social y económica del país, particularmente la de las
poblaciones jóvenes y activas. Por su parte, las pocas referencias regionales aluden
principalmente a los cambios que experimenta la estructura de la población por sexo y edad
por efecto de la transición demográfica, así como también al interés por el estudio detallado
de la realidad demográfica y social de los grupos étnicos del departamento.

Por último, en esta síntesis también hay un espacio para la crítica, la cual, combinada con
otros elementos conflictivos que se han mencionado anteriormente en el plano teórico,
puede brindar elementos muy importantes para la investigación, específicamente para el
planteamiento del problema.

Las investigaciones internacionales, nacionales y regionales poseen, en unas ocasiones,


problemas en común que las identifican, y en otras, reportan una serie de dificultades
particulares que las separan. Dentro del primer aspecto, se identifican ya que se trata por lo
general de investigaciones muy analíticas y poco relacionales, donde los hechos estudiados
no se articulan, ni con fines interpretativos o críticos, con una teoría en particular, ni con un
contexto histórico y social de corta, mediana y larga duración, en los cuales se puedan
identificar algunos factores que expliquen el fenómeno, ni tampoco se relacionan con las
tensiones, interacciones, conflictos y antagonismos que estos contextos comportan, sobre
todo en sociedades que se tornan cada vez más complejas.

También se identifican con la pobre construcción teórica de los métodos de investigación,


esto cuan cuando son reportados en el documento, ya que hay investigaciones que no tienen
alusiones metodológicas. Se trata por lo general de investigaciones de tipo empírico,
descriptivo y de tendencia, que no hacen referencia a alguna teoría del método, sino a
precisiones de carácter técnico y operativo, como el tipo de investigación, las técnicas de
recolección, análisis y correlación, y la forma como se presentan los resultados. En pocas
palabras, en lo consultado hasta el momento, no hay una construcción teórica del método.
Por otro lado, en lo referente a las dificultades que las diferencian, se encuentra que en las
investigaciones internacionales se evidencian algunos vacios teóricos: se critican los
enfoques teóricos de la demografía, como la teoría de la transición demográfica, pero
dichos cuestionamientos carecen de sustento debido a que las bases mismas de la crítica se
soportan en los lineamientos esenciales de las teorías en cuestión, (Maclannes y Perez-Diaz,
2008) y (Quilodrán y Juárez, 2009). En este orden, también se encuentran trabajos que se
denominan así mismos demográficos, pero se basan principalmente en teorías económicas y
en análisis que cubren dentro de este mismo campo de estudio variables económicas y
25
demográficas, o las abordan indistintamente generando imprecisiones (Tapia, 2005) y
(Algorta Plá, 2008).

Por su parte, en los estudios nacionales es importante mencionar que se encuentran textos
que invitan a vincular las observaciones de la dinámica demográfica con las interacciones,
tensiones y conflictos sociales, económicos, políticos y ambientales propios del contexto
histórico particular que ha caracterizado al país y sus regiones en las últimas décadas, pero
no lo hacen, se quedan en el plano de la descripción y el análisis solamente.

Por último a nivel regional, por ausencia de experiencia investigativa y fundamentación


técnica, algunos autores, (Ortiz, 1939), parten de juicios apriorísticos que no tienen como
soportarse en hechos reales. Otro aspecto que se constituye como una debilidad de estos
estudios, (Ortega y Villamarín, 2008) y (Ortega y Villamarín, 2010) es el análisis de
fenómenos demográficos, como la transición demográfica, en tiempos muy cortos, como el
último periodo intercensal 1993 - 2005, lo que hace muy difícil identificar los principales
cambios poblacionales y su relación con procesos modernos.

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