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Bendiciones de la obediencia

(Lv. 26.3-13; Dt. 7.12-24)

28  Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus
mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la
tierra.


Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo 5:48
(Jesucristo) puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre
para interceder por ellos.
Hebreos 7:25

Un Salvador perfecto
«¡Nadie es perfecto!». ¿Quién no ha escuchado este triste consuelo?
No somos perfectos, pero Dios es perfecto. Él nos dice: “Sed, pues, vosotros perfectos”. En efecto, Dios
tiene derecho a esperar que sus criaturas manifiesten sus propios caracteres de justicia, bondad, verdad, etc.
No obstante, somos conscientes de estar lejos de responder a lo que Dios exige. Los que se atreven a decir
que no tienen nada que reprocharse, se equivocan gravemente. ¿Dios es demasiado exigente? ¡Él no puede
ver el mal sin castigarlo! Entonces, aparentemente no tenemos esperanza...
Pero Dios recibe a aquellos que, sin esconder sus errores, reconocen que tienen necesidad de ser
perdonados. “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17).
Jesús no vino a este mundo para llamar a los justos, sino a los pecadores, a las personas que necesitan
arrepentirse (Mateo 9:13). Sufrió por nuestros pecados en la cruz; el Justo murió por los injustos, y luego
resucitó. Dios recibe a todos los que van a él por medio de la fe en Jesucristo, el Salvador. Él los recibe, los
considera como sus hijos, e incluso los hace justos, perfectos ante él, porque los ve “en Cristo”, según las
perfecciones absolutas de Cristo. El Señor Jesús no sufrió en vano. Su obra es perfecta. ¡Alabado sea!

(Colosenses 3:13)

‘‘Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera
que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.

Santiago 1:2-4
Reina-Valera 1960

La sabiduría que viene de Dios



Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,


sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.


Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

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