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Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer.

¿Acaso no cumple lo que


promete ni lleva a cabo lo que dice?
-- Números 23:19

Los hombres nos pueden mentir y fallar, pero Dios siempre cumple lo que promete y podemos
confiar en su fidelidad. Si él dice que hará algo, sabemos que lo cumplirá.

Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
-- 1 Juan 5:11

Dios no solo nos da promesas que podemos disfrutar ahora. También promete darnos la vida
eterna a través de Jesús y su sacrificio en la cruz. Solo debemos aceptar que somos salvos a
través de Jesús. Cuando abrimos nuestro corazón a él en arrepentimiento y le reconocemos
como nuestro Señor y Salvador, recibimos su perdón y comenzamos una nueva vida dirigida
por él.

Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de
toda maldad.
-- 1 Juan 1:9

Dios nos da un nuevo comienzo cuando nos acercamos a él con corazón arrepentido y le
pedimos perdón por las cosas malas que hemos hecho. Él promete perdonarnos todos
nuestros errores pasados y ayudarnos a cambiar. Con él podemos comenzar una vida nueva
con Jesús como Salvador y Señor nuestro.

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que
tiene en Cristo Jesús.
-- Filipenses 4:19

Dios promete proveer en abundancia para que podamos cubrir todas nuestras necesidades.
No nos promete conceder todo lo que queramos, pero sí nos dará lo que es realmente
necesario para vivir: comida, techo, ropa, sustento.

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
-- Mateo 11:28

Es bueno saber que podemos llevar a Dios todas nuestras ansiedades y preocupaciones y él
nos da descanso. No necesitamos cargar con nuestros pesares, los podemos entregar a Dios y
descansar en él.

Llegarán días —afirma el Señor—, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo
de Israel y a la tribu de Judá. En aquellos días, y en aquel tiempo, haré que brote de David un
renuevo justo, y él practicará la justicia y el derecho en el país. En aquellos días Judá estará a
salvo, y Jerusalén morará segura. Y será llamada así: ‘El Señor es nuestra justicia’ .
-- Jeremías 33:14-16

El nacimiento de Jesús fue el cumplimiento de la promesa de bendición, la llegada a Israel de la


justicia, el derecho, la salvación y la seguridad. Hoy también encontramos todo eso y mucho
más en Jesús.
Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: No se alejen de Jerusalén, sino esperen la
promesa del Padre, de la cual les he hablado: Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días
ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.
-- Hechos 1:4-5

Jesús prometió y envió al Espíritu Santo a la Iglesia primitiva. Así recibieron poder para ser
testigos de Jesús por el mundo (Hechos 1:8). Nosotros también contamos con el Espíritu Santo
y con poder para llevar el amor y la presencia de Dios a dondequiera que vamos.

Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró
por sí mismo, y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia». Y así,
después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido.
-- Hebreos 6:13-15

Podemos confiar que, según Dios cumplió la promesa de bendición y descendencia que hizo a
Abraham, así mismo cumplirá las promesas que nos haga. Él también nos quiere bendecir y
hacer fructíferos en todas las áreas de nuestra vida.

Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún
otro. He jurado por mí mismo, con integridad he pronunciado una palabra irrevocable: Ante mí
se doblará toda rodilla, y por mí jurará toda lengua.
-- Isaías 45:22-23

Dios proveyó la salvación de nuestras almas a través de Jesús. Él quiere que todos seamos
salvos, anhela que vayamos a él y aceptemos su perdón. También dice de antemano que, sea
ahora o después, todos doblaremos nuestra rodilla ante él.

Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que
Dios ha prometido a quienes lo aman.
-- Santiago 1:12

La corona de la vida mencionada aquí y en Apocalipsis 2:10 es el premio prometido a los que
resisten y permanecen fieles hasta el fin ante las pruebas, las tentaciones y la persecución.

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones,
pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
-- Juan 16:33

En nuestra vida terrenal tenemos muchas tristezas y aflicciones, pero en Cristo hallamos la paz
que necesitamos para seguir adelante sin desmayar. Él ya ganó la victoria y esa es nuestra paz.

Génesis 28:15

He aquí que yo estoy contigo; yo te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a
esta tierra. No te abandonaré hasta que haya hecho lo que te he dicho (Ge 28:15).

Éxodo 19:5

Ahora pues, si de veras escuchan mi voz y guardan mi pacto, serán para mí un pueblo[a]
especial entre todos los pueblos. Porque mía es toda la tierra (Ex 19:5).
Éxodo 20:12

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se prolonguen sobre la tierra que el SEÑOR tu
Dios te da (Ex 20:12).

Levítico 26:11-12

Yo pondré mi morada entre ustedes, y mi alma no los abominará. Andaré entre ustedes y seré
su Dios, y ustedes serán mi pueblo (Lev 26:11-12).

Josué 1:5

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré
contigo; no te dejaré ni te desampararé (Jos 1:5).

Josué 1:8

Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para
que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien
(Jos 1:8).

Salmos 1:1-3

Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el


camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores. Más bien, en la ley del SEÑOR
está su delicia, y en ella medita de día y de noche. Será como un árbol plantado junto a
corrientes de aguas que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae. Todo lo que hace prosperará
(Sal 1:1-3).

Salmos 32:8

Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos (Sal
32:8).

Salmos 34:7

El ángel del SEÑOR acampa en derredor de los que le temen, y los libra (Sal 34:7).

Salmos 41:1

¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre! En el día malo lo librará el SEÑOR (Sal 41:1).

Salmos 67:6

La tierra dará su fruto; nos bendecirá Dios, el Dios nuestro (Sal 67:6).

Salmos 84:11-12

Porque sol y escudo es el SEÑOR Dios; gracia y gloria dará el SEÑOR. No privará del bien a los
que andan en integridad. Oh SEÑOR de los Ejércitos, ¡bienaventurado el hombre que confía en
ti! (Sal 84:11-12).
Salmos 103:3

Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias (Sal 103:3).

Salmos 107:9

Porque él sacia al alma sedienta y llena de bien al alma hambrienta (Sal 107:9).

Salmos 126:5

Los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán (Sal 126:5).

Proverbios 1:7

El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento; los insensatos desprecian la sabiduría y la
disciplina (Pr 1:7).

Proverbios 3:9-10

Honra al SEÑOR con tus riquezas y con las primicias de todos tus frutos. Así tus graneros
estarán llenos con abundancia, y tus lagares rebosarán de vino nuevo (Pr 3:9-10).

Proverbios 19:17

El que da al pobre presta al SEÑOR, y él le dará su recompensa (Pr 19:17 ).

Proverbios 22:9

El de ojos bondadosos será bendito, porque de su pan da al necesitado (Pr 22:9).

Isaías 40:31

Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas.
Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán (Is 40:31).

Isaías 41:10

No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y
también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia (Is 41:10).

Isaías 57:15

Porque así ha dicho el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: Yo
habito en las alturas y en santidad; pero estoy con el de espíritu contrito y humillado, para
vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los oprimidos (Is 57:15).

Jeremías 17:7-8

Bendito el hombre que confía en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR. Será como un árbol
plantado junto a las aguas y que extiende sus raíces a la corriente. No temerá cuando venga el
calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar
fruto (Jr 17:7-8).
Jeremías 33:3

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jr
33:3).

Malaquías 3:10

Traigan todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el
SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes
bendición hasta que sobreabunde (Mal 3:10).

Mateo 6:33

Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán
añadidas (Mt 6:33).

Mateo 11:28

Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar (Mt 11:28).

Mateo 21:22

Todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán (Mt 21:22).

Mateo 28:19-20

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he
mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28:19-20).

Lucas 6:38

Den, y se les dará; medida buena, apretada, sacudida y rebosante se les dará en su regazo.
Porque con la medida con que miden se les volverá a medir (Lc 6:38).

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo
aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna (Jn 3:16 ).

Juan 10:27-29

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Yo les doy vida eterna, y no perecerán
jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y
nadie las puede arrebatar de las manos del Padre (Jn 10:27-29).

Juan 11:25

Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá (Jn 11:25).

Juan 12:26
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me
sirve, el Padre le honrará (Jn 12:26).

Juan 14:21

El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado
por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él (Jn 14:21).

Juan 14:27

La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su
corazón ni tenga miedo (Jn 14:27).

Juan 15:4-5

Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola si no
permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes las
ramas. El que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto. Pero separados de mí nada
pueden hacer (Jn 15:4-5).

Romanos 5:1

Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo
(Ro 5:1).

1 Corintios 10:13

No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, quien no los
dejará ser tentados más de lo que ustedes pueden soportar, sino que juntamente con la
tentación dará la salida, para que la puedan resistir (1 Co 10:13).

2 Corintios 9:6-8

Y digo esto: El que siembra escasamente cosechará escasamente, y el que siembra con
generosidad también con generosidad cosechará. Cada uno dé como propuso en su corazón,
no con tristeza ni por obligación porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para
hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas
todo lo necesario, abunden para toda buena obra (2 Co 9:6-8).

Efesios 6:2

Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa) (Ef 6:2).

Filipenses 4:6-7

Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús (Filip 4:6-7).

Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús (Filip 4:19).

Hebreos 11:6

Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
él existe y que es galardonador de los que le buscan (He 11:6).

2 Pedro 3:13

Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la
justicia (2 Pe 3:13).

1 Juan 1:9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos
de toda maldad (1 Jn 1:9).

1 Juan 2:25

Y esta es la promesa que él nos ha hecho: la vida eterna (1 Jn 2:25).

1 Juan 3:2

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Pero sabemos
que, cuando él sea manifestado, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es (1
Jn 3:2).

1 Juan 5:14-15

Y esta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo conforme a su voluntad,
él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos
las peticiones que le hayamos hecho (1 Jn 5:14-15).

Apocalipsis 2:10

No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo va a echar a
algunos de ustedes en la cárcel para que sean probados, y tendrán tribulación por diez días. Sé
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida (Ap 2:10).
Salmos 115:14 (RVC): El Señor añadirá sus bendiciones sobre ustedes y sobre sus hijos.

Salmos 1:3 (RVC): Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el
momento da su fruto, y sus hojas no se marchitan. ¡En todo lo que hace, prospera!

Éxodo 1:21 (LBLA): Y sucedió que, por haber las parteras temido a Dios, Él prosperó sus
familias.

Deuteronomio 29:9 (RVC): Así que ustedes deben cumplir con las palabras de este pacto,
y ponerlas por obra, para que prosperen en todo lo que hagan.

Filipenses 4:19 (NVI): Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las
gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Isaías 1:18 (NBV): ¡Vengan y aclaremos las cuentas! —dice el Señor—, por profunda que
sea la mancha de sus pecados, yo puedo quitarla y dejarlos tan limpios como la nieve recién
caída. ¡Aunque sus manchas sean rojas como el carmesí, yo puedo volverlas blancas como la
lana!

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