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Rajiv Jalan1,⇑, Pere Gines2, Jody C Olson3, Rajeshwar P Mookerjee1, Richard Moreau4,
Guadalupe García-Tsao5, Vicente Arroyo2, Patrick S Kamath3
1Grupo de Insuficiencia Hepática, Instituto de Salud Hepática y Digestiva de la UCL, Facultad de
Medicina de la UCL, Royal Free Hospital, Rowland Hill Street, Londres, Reino Unido; 2Unidad de
Hígado, Hospital Clínica, Universidad de Barcelona, Barcelona, Catalunya, España, Instituto de
biomédica August-Pi-Sunyer (IDIBAPS), Centro de Investigación Biomédica en Red de
Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHED), España; 3División de Gastroenterología y
Hepatología, Clínica Mayo , Colegio de medicina, Rochester, MN, Estados Unidos; 4INSERM,
U773, Centre de Recherche Biomédicale Bichat-Beaujon CRB3, París y Clichy, Francia; 5Sección
de Enfermedades Digestivas, Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, New Haven, CT,
Estados Unidos
Resumen
La insuficiencia hepática aguda-crónica (IHC) es una entidad cada vez más reconocida
que engloba un deterioro agudo de la función hepática de la función hepática en pacientes con
cirrosis, que suele estar precipitante y que da lugar a la insuficiencia de uno o más órganos y una
elevada mortalidad a corto plazo. Se carece de datos prospectivos para definir, pero hay un gran
número de pruebas circunstanciales que sugieren que esta que sugieren que esta condición es una
entidad clínica distinta. Desde el punto de vista fisiopatológico, la alteración de la respuesta del
huésped a las lesiones y la infección desempeñan un papel importante en su desarrollo. Esta
revisión se centra en el conocimiento actual de este síndrome desde el punto de vista clínico,
pronóstico y fisiopatológico y se indican posibles biomarcadores y objetivos terapéuticos para
intervención.
(2012 asociación europea para el Estudio del Hígado. Publicado
por Elsevier B.V. Todos los derechos reservados.)
Introducción
La insuficiencia hepática aguda-crónica (IHC) es una entidad cada vez más reconocida
que engloba un deterioro agudo de la función hepática en
pacientes con cirrosis, ya sea secundario a una lesión hepática superpuesta
sobrepuesto o debido a factores precipitantes extrahepáticos, como la infección
y que culmina en una disfunción de los órganos finales (Fig. 1). Ocasionalmente, no se puede
evento precipitante específico. Aunque la fisiopatología exacta
del desarrollo de la FCA aún no se ha dilucidado,
se cree que la inflamación no regulada es un factor importante
factor contribuyente. Un rasgo característico de la FCA es su rápida progresión,
la necesidad de múltiples apoyos orgánicos y una alta incidencia de
de mortalidad a corto y medio plazo del 50-90% [1]. La enfermedad
La afección sigue sin estar definida, pero existen dos definiciones de trabajo consensuadas para
este síndrome.
de trabajo consensuadas para este síndrome. La primera fue propuesta por la asociación Asia-
Pacífico para el estudio de las enfermedades hepáticas [2]; "Insulto hepático agudo
que se manifiesta como ictericia y coagulopatía, complicada en
4 semanas por ascitis y/o encefalopatía en un paciente con
diagnosticada o no diagnosticada previamente"; y una segunda en un
simposio monográfico de la EASL-AASLD [3]; "Deterioro agudo de
hepática crónica preexistente, generalmente relacionado con un acontecimiento
precipitante y se asocia a un aumento de la mortalidad a los 3 meses por
a un fallo orgánico multisistémico". Estas definiciones son demasiado imprecisas para
para permitir unos criterios de diagnóstico homogéneos, y actualmente se están llevando a cabo
estudios clínicos
Actualmente se están llevando a cabo estudios clínicos para llegar a una definición basada en la
evidencia. Esta última
Esta última definición implica que el fallo orgánico es un componente central de este
síndrome y conduce a la hipótesis de que los órganos pueden comportarse
diferentes a la enfermedad hepática crónica descompensada. Esta revisión
se centra en el conocimiento actual de este síndrome desde
perspectivas clínicas, pronósticas y fisiopatológicas y
indica posibles biomarcadores y objetivos terapéuticos para la intervención.
Es la segunda definición la que se utilizará en la descripción
que sigue, a menos que se indique lo contrario.
Epidemiología
Los datos relativos a la epidemiología de la FCA son escasos. En la reciente
Simposio monográfico de la EASL-AASLD sobre el tratamiento
de los pacientes cirróticos en estado crítico en la UCI (Atlanta, 2010), se presentaron datos
datos de la muestra nacional de pacientes ingresados en los
Estados Unidos para el año 2006. Utilizando los parámetros de la necesidad de
ventilación mecánica y/o monitorización cardiovascular invasiva,
se identificaron 26.300 pacientes. La mortalidad intrahospitalaria
hospitalaria fue del 53% y la duración media de la hospitalización fue de unos
14 días. Los gastos totales asociados a los ingresos en la UCI
de dólares, con la sugerencia de que la mortalidad en la UCI de los pacientes cirróticos
en los pacientes cirróticos ha permanecido inalterada [3]. Es probable que
Es probable que una proporción significativa de estos pacientes padezca FCA
pero es difícil de confirmar hasta que se obtenga una definición de FCA basada en la evidencia.
Los datos sobre la historia natural de los pacientes con cirrosis que progresan
a fallo multiorgánico y su resultado son limitados. En un estudio
preliminar, el grupo de la UCL planteó la hipótesis de que en los pacientes con cirrosis que
presentan un deterioro agudo
de la cirrosis debido a un factor precipitante y que progresan hasta
desarrollar una disfunción de un solo órgano tienen un resultado significativamente diferente
resultado a los que no desarrollan una disfunción de un solo órgano
[4]. En un estudio prospectivo para explorar esta hipótesis, un grupo de
pacientes con cirrosis hepática que ingresaron en una unidad
de 5,5 años y tratados según unas directrices de gestión predefinidas.