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1º Informe de Lectura - Álvaro Narva Gil
1º Informe de Lectura - Álvaro Narva Gil
Teniendo presente lo leído en los tres primeros textos de O’Donnell (2008), Mann
(1991) y Skocpol (1989), encuentro dos características que quedan explicadas en sus
escritos, su nexo común, con las que tratan de aproximarse a la verdadera capacidad en
la autonomía de un Estado. Estas serían la espacialidad y la temporalidad intrínsecas
del Estado para poder ejercer su autonomía, en un escenario en el que se enfrenta a
tantos intereses divergentes como Estados hay en el mundo. También me gustaría
subrayar el aspecto del Estado en cuanto a su poder, de si ha disminuido o no en la
actualidad.
Antes de nada, hay que resaltar que los tres autores dejan claro en diferentes
puntos de sus escritos, de una manera u otra, la noción de que no existe un única forma
de ser del Estado o un presupuesto general que asegure que todos los Estados cumplen
una misma forma de existir dentro de la concepción moderna, incurriendo en
proposiciones deterministas estatales. Por ejemplo, O’Donnell afirma que “en el mundo
hay una amplia gama de diferencias” (2008: p. 27); Mann nos habla del proceso
dialéctico continuo en el que se encuentran la sociedad civil y el Estado, desechando la
visión simplista de las ideologías (1991: p. 71); y Skocpol recalca que es una exigencia
la “ruptura con algunos de los supuestos social-deterministas más amplios” (1989: p.
186). Todos dejan claro que los axiomas que se tenían como inamovibles por diferentes
marcos teóricos dominantes tienen que replantearse.
del Estado no tiene por qué darse por supuesto siempre en un Estado concreto. Para el
autor, “la ‘autonomía del Estado’ no es un rasgo estructural fijo de ningún sistema de
gobierno. Puede aparecer y desaparecer” (Skocpol, 1989: p. 180). Esta probabilidad de
manifestación del potencial autónomo ejemplifica de manera clara que el Estado esta
sometido a constantes fluctuaciones y demandas –lo que Mann estipulaba como
dialéctica–, con lo que es un error determinar de manera binaria si los Estados tienen un
poder autónomo como regla universal. Más correcto sería interpretarlo con esa
contingencia con la que lo expone Skocpol, pues “las mismas posibilidades
estructurales de acciones estatales autónomas cambian con el tiempo” (1989: p. 180).
Nada puede asegurarnos que, aunque se diesen los mismos condicionantes que
favorecieron la posibilidad de la autonomía de un Estado en el pasado, se vaya a
producir esa capacidad de nuevo. Si nos vamos a O’Donnell, él mismo defiende,
respecto a la condición de filtro y las tres restantes dimensiones que expone, que “no
deben ser atribuidas a priori a un Estado. Ellas son tendencias que ningún Estado ha
materializado completamente” (O’Donnell, 2008: p. 29), y líneas más abajo se refuerza
esta posibilidad cuando dice que “las cuatro dimensiones básicas del Estado son
históricamente contingentes” (2008: p. 30). La eventualidad de la autonomía del Estado
se contrapone a la visión determinista de las perspectivas marxistas, pluralistas y
estructural-funcionalistas que han dominado los estudios de este ámbito por décadas.
Así se llega a la conclusión de que ha habido una gran pretensión por investigar teorías
macro, en perjuicio de los análisis micro y meso. Lo que lleva a recalcar la importancia
de las especificidades de cada Estado dentro de sus contextos propios, a pesar de que
todos puedan llegar a tener también problemáticas comunes, lo que no es justificación
necesaria para apartar los matices exclusivos de cada uno de ellos. La importancia de
esta perspectiva queda explicada en la parte del texto de Skocpol cuando habla del
enfoque tocquevilliano al referirse a las estructuras estatales que influyen en la “cultura
política colectiva” (Skocpol, 1989: p. 186), lo que refuerza la idea de realizar estudios
micro o meso para esclarecer especificidades a través de, por ejemplo, estudios
etnográficos, una metodología bastante olvidada en la ciencia política española.
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Álvaro Narva Gil Debates entorno al Estado 1º Informe de Lectura
Podemos considerar que igualmente que otros modelos de organización, como las
ciudades-Estado o los Imperios, los Estados-Nación tendrán un final. Empero en el
futuro inmediato no parece atisbarse que esta forma de organización esté en decadencia,
ni mucho menos. Los Estados siguen siendo una pieza fundamental en la actualidad,
pero hay que reorientar los estudios sobre estos, evitando cualquier pretensión de “una
gran teoría” (Skocpol, 1989: p. 193), sin incurrir en reduccionismos para analizar sus
interrelaciones (O´Donnell, 2008: p. 25) y tratando de no simplificar el Estado a las
meras “estructuras preexistentes de la sociedad civil” (Mann, 1991: p. 55). Limitar el
Estado a una estructura inerte que propicia una única función o que favorece a una
determinada clase, en cualquier supuesto teórico, es no querer acercarse a un análisis
más profundo, pues el Estado es “un sumatorio de relaciones sociales” (Mann, 1991: p.
73), donde algunas veces se impondrán los intereses de un sector y en otras ocasiones
los de otros, pues la política no tiene soluciones, sino salidas a problemas constantes.
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Álvaro Narva Gil Debates entorno al Estado 1º Informe de Lectura
Bibliografía:
Mann, M. (1991): “El poder autónomo del Estado: sus orígenes, mecanismos y
resultados”, Zona abierta, (57), 15-50.