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LA ASISTENCIA A LOS CULTOS COMO MEDIO DE SANTIFICACIÓN

¿Cada cuánto nos encontramos como hermanos en semana para adorar y glorificar al Señor a través de la
oración y el estudio de la Palabra? Ésta resulta ser una pregunta muy interesante. ¿Cuáles serían nuestras
respuestas? ¿Es necesario realmente hacerlo?

Existe una palabra que nos indica esta acción y es congregar. ¿Qué es congregarse? ¿Con que finalidad se
realiza?

Se puede definir congregar como reunirse juntos en un sitio con una finalidad. Si vamos un poco hacia
atrás en la historia del pueblo de Israel, hallamos datos interesantes respecto a este tema. El pueblo se
congregaba con mucha frecuencia y por distintas finalidades (guerras, escuchar palabras de sus líderes,
para las fiestas, para la adoración, escuchar la explicación de la Palabra de Dios, compartir todo
unánimes)

Pero hoy en día con tantas ocupaciones que tenemos y con tantas facilidades para escuchar una
predicación (internet, redes sociales) ¿Por qué congregarnos? Podríamos enumerar varias razones

1. Es un mandamiento: Jesús mismo expresa que donde están dos o tres congregados en su nombre
allí está Él. Esto significa que la presencia de Cristo está en medio de la congregación. (mt.
18:20) adicional a esto, encontramos la advertencia que hace el escritor a los hebreos “no dejar de
congregarnos como algunos tienen por costumbre” (heb. 10:25).

2. Dios no crea una iglesia para que cada quien viva por su parte, Él pensó la vida en comunidad en
donde haya un deleite en poder compartir unos con otros. sal. 133

3. Para aprender juntos. En la epístola a los Corintios el apóstol Pablo hace una analogía de la
Iglesia como un cuerpo, en donde todos sus miembros deben funcionar de forma armoniosa. Este
aprendizaje, nos lleva a un crecimiento espiritual, a una perseverancia en la doctrina de Cristo.
Esto es posible viviendo en comunidad. El apóstol es enfático en decir que un cuerpo no les dice
a los miembros que no los necesita, de igual forma cada parte del cuerpo o miembro no dice que
no necesita del cuerpo o que no pertenece a él por no tener las funciones de otros (1 co. 12: 4,
21,26,17; ef. 4:11,12, 15;16; 1:22,23) es necesario estar en comunidad para edificarnos,
exhortarnos en amor, consolarnos, animarnos (1 tes. 5:11, 14) ¿Cómo uno sólo puede tener la
función de todo un cuerpo?

4. Para adorar juntos: el salmista David nos muestra lo especial que es la adoración y la alabanza en
comunidad se alegra con aquellos que le invitaban a congregarse, prefería estar en sus atrios que
mil fuera de ellos, entraba con acciones de gracias. (sal. 122:1; 22:3; 100:4; 84:10) ¿cuál es tu
deleite? ¿hallas delicia en venir a cada uno de los cultos?

5. Porque el día se acerca. En apocalipsis se nos muestra que personas de cada lengua tribu y nación
vendrán adorar juntos, unánimes a Aquel que nos ha redimido. Visto de otro modo, lo que
hacemos aquí en la tierra es una muestra de lo celestial. Todas las congregaciones, iglesias
estarán allí. ¿estarás ahí? (ro. 13:11; Ap.)

6. Porque Jesus dio ejemplo. Jesús mismo en su época fue a la sinagoga a leer la Escritura que daba
cuenta de Él. ¿cómo pues, si Él mismo, siendo el Hijo de Dios, que quizá no tendría necesidad de
hacerlo, dio ejemplo, cuánto más nosotros que buscamos agradarle y que le necesitamos? (Lc.
4:16)
7. Para santificarla. El apóstol Pablo nos indica que Jesús mismo se presentará una iglesia sin
mancha y sin arruga, una iglesia santa, y conocemos los medios por los cuales santifica
(predicación de la Palabra y la oración, la Cena del Señor) eventos que no solo se dan de manera
individual sino en comunidad. (ef. 5:26-27)

8. Somos sacerdotes. El Señor nos constituyó sacerdotes (ap. 1:10, 5:10) gente santa. ¿Dónde pues
sirven los sacerdotes? La respuesta es obvia: en el templo. Lugar donde se reúnen personas a
adorar al Señor. Nos reunimos a glorificar a Dios. A ser santificados por Él.

9. Gracias al ministerio de Cristo como Sumo Sacerdote, podemos entrar con confianza a la
presencia de Dios (heb. 4:16) Jesús hizo posible que podamos acercarnos a Él, y que podamos
hacerlo juntos, unánimes, con un mismo sentir.

10. Se está expuesto a extraviarse, bien sea por cometer pecados o a irse tras doctrinas extrañas (2 Jn.
1:7-9)

11. La iglesia en Jerusalén se congregaba (hch. 2:46,47) observamos como se vivía en completa
unidad, compartiendo, perseverando, partiendo el pan, con alegría y sencillez de corazón.

12. Una marca distintiva del verdadero creyente es no querer perderse ningún culto (adorar a Dios,
escuchar su palabra, comunión con los hermanos)
13.

Sin embargo, nuestro panorama en ocasiones no es muy alentador. Observamos que hay hermanos que
pierden la bendición de congregarse, y adquieren la costumbre de alejarse del cuerpo de Cristo. ¿cuáles
son sus excusas? Existen múltiples expresiones que escuchamos de estas personas y quizá algunos las
hemos tomado como pretexto para no cumplir con nuestro deber de congregarnos, de alimentarnos y
seguir creciendo como cuerpo de Cristo, algunas de ellas son:
- Paseos
- Desidia (pereza): Es mi día de descanso, Si soy honesto, me aburre la iglesia
- Soberbia: No hay nada realmente nuevo que me puedan enseñar, allí no saben valorarme
- Pecado
- Engaño
- Negligencia
- No es necesario ir a la iglesia
- No necesito ir a la iglesia para creer en Dios
- Yo oro, alabo y estudio la Biblia mejor en mi casa
- Yo soy mi iglesia
- Dios está en mí y me ama, ¿para qué ir a alguna parte?
- Yo y el Señor eso es lo que quiero
- Dios está en todo lugar, la iglesia no es necesaria
- Está llena de hipócritas
- Estoy ocupado
- Obligaciones
- Tuve una mala experiencia
- Alguien me ofendió
- No estoy de acuerdo con el pastor
- Tengo visitas de mis familiares
- Hay hermanos que ni me saludan y me critican

¿Cuál es nuestra actitud al congregarnos? ¿cumplimos con nuestra labor de congregarnos? ¿satisfacemos
nuestra necesidad de relacionarnos como cuerpo y alimentarnos con la sana doctrina? ¿asistimos para ser
santificados en comunidad?

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