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II.- EXORDIO:
Que vengo a promover demanda por trámite de juicio
sumario (art. 320 inc. “k” del CPCCN) en contra de la firma AMÉRICA TV S.A., con
domicilio en calle Fitz Roy 1650 Bº Palermo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires); y en contra de los señores GUILLERMO AN-
DINO, MÓNICA GUTIÉRREZ, CYNTHIA GARCÍA, FACUNDO PASTOR y
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ROMAN LEJTMAN; todos ellos con domicilio laboral (se desconoce el real) en el
correspondiente a la firma demandada antes citada; persiguiendo que sean obligados a
abonar, en forma solidaria, la suma de PESOS UN MILLÓN ($ 1.000.000) o lo que en
más o en menos resulte de la prueba a rendir y de la valoración de V.S. (art. 330 2º pá-
rrafo CPCCN), en calidad de indemnización por haber resultado el compareciente y sus
hijos menores víctimas de los hechos que se relatarán en el curso de esta presentación,
consistentes en la difusión masiva a través de la señal televisiva -de alcance nacional e
internacional- explotada por la firma demandada en el marco de un programa de info r-
mación periodística que es parte de su grilla diaria. –
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por el período ya indicado y de forma tal que mantenga intangible la representación eco-
nómica del capital, como así también compense por el no uso del dinero. –
III.- HECHOS :
La demanda se fundamenta en los siguientes hechos:
Con fecha 26 de noviembre de 2006 la esposa del compareciente y madre de los dos
menores que represento, Sra. NORA RAQUEL DALMASSO, fue encontrada muerta
en nuestro domicilio real supra indicado. Las circunstancias de este fallecimiento deter-
minaron una escalada periodística y mediática probablemente sin precedentes en la his-
toria judicial de este país, lo que de manera inevitable sometió a los deudos de la víctima
a una altísima –y nunca deseada- exposición a nivel nacional. Desde el comienzo mismo
de la tragedia nuestras personas, vidas, hábitos, amistades, profesiones, como así tam-
bién los de mi cónyuge desaparecida, antes y después de su deceso, fueron objeto de un
escrutinio incesante por los medios de comunicación más importantes de Capital Fede-
ral, de la provincia de Córdoba y de esta ciudad de Río Cuarto. El interés que el llamado
“caso Dalmasso” concitó en la opinión pública desató naturalmente también la voracidad
de algunos de estos medios de prensa en aras de obtener novedades “exclusivas” o de
proporcionar informaciones de primera mano sobre los avances de la causa judicial don-
de se investiga el presunto homicid io. De esta forma, se airearon sin pudor y sin mesura
alguna las especulaciones más desaforadas; se ventilaron con lujo de sordidez los episo-
dios más íntimos de nuestra vida familiar y personal y se virtieron con tono rotundo
afirmaciones que después se revelaron dudosas o directamente falsas. –
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lia, distorsiones de dichos y presuntos dichos de sus miembros, cuando no directamente
de inventos del más sofisticado cuño o de las más disparatadas quimeras. –
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permitía – y nos permite – reaccionar como seres humanos normales frente al dolor de
nuestra pérdida. Sumáronse a ello los giros de la causa judicial, a resultas de cuyas vaci-
laciones y contramarchas fue imputado como sospechoso mi hijo Facundo Macarrón, lo
que todavía profundizó los ribetes morbosos del asunto y llevó al paroxismo las manifes-
taciones sensacionalistas de varios medios de comunicación. –
1
Este término, “cavidad”, es sugerido por el escritor estadounidense Tom Wolfe, autor de uno de los en-
foques literarios más lúcidos en relación al poder y a los excesos de la prensa moderna. En su libro “La
Hoguera de las Vanidades” compara la vivencia del personaje atrapado en un desproporcionado escándalo
mediático con una cavidad en la que antes solía estar su persona. En expresivas y rigurosas palabras señala
que esta cavidad no queda meramente abierta al mundo exterior sino que se convierte de repente “en un
parque de diversiones al que todo el mundo concurre” inficionado de diversas formas de excitación y en el
que sus afanosos asistentes se solazan con abandono dionisíaco. (Cfse. Tom Wolfe, “The Bonfire of the
Vanities”, Bantam Books, New York, 1988, p. 502 et passim).-
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El canal de televisión abierta conocido como “América
TV”, perteneciente a la firma demandada en primer término, registra en su programación
un noticiero de emisión diaria denominado “América Noticias”, conducido por los pe-
riodistas Guillermo Andino y Mónica Gutiérrez, cuya segunda edición se difunde de
lunes a viernes en el horario de 19:00 a 20:00 horas (dentro del rango conocido como
“horario de protección al menor”), y que constituye el vórtice de este canal en el rubro
de información general. Entre su staff de periodistas se encuentran los demandados
Cynthia García y Facundo Pastor, siendo el señor Roman Lejtman el director periodísti-
co (o encargado de contenidos) de la emisora. La edición de este noticiero del día 27 de
junio de 2006 comenzó a las 18:59 de acuerdo al reloj en pantalla ubicado en su margen
inferior derecho. A las 19:07 la conductora Mónica Gutiérrez anunció lo siguiente: “En
el día de hoy ustedes van a ver en el noticiero fotos de una crudeza francamente inena-
rrable. Dan cuenta de cómo estaba el cuerpo de Nora Dalmasso cuando descubrieron el
cadáver”. El conductor Guillermo Andino, sentado a su lado, agregó: “Todo lo que se
dijo, hoy se materializa en estas fotos, exclusivas, impresionantes...Vamos a verlo, por-
que tienen que ver con algo que está en la causa y que forma parte de la misma”, a lo
que siguió una muestra en pantalla con los títulos “Material Exclusivo” sobre el sector
medio y “En instantes...El crimen de Nora” en su parte baja, mientras en el fondo discu-
rría la simulación de un negativo fotográfico con imágenes del cadáver de Nora Raquel
Dalmasso y se escuchaba en “off” la voz del señor Andino señala ndo “Porque el cuerpo
habla, y ustedes van a ver este material que es impresionante...el doble lazo en el cue-
llo....las marcas del abuso....los golpes....las huellas que dejó el asesino....el cuarto de su
hija Valentina (sic) , donde se dijo que mataron a Nora....las sábanas limpias, la ruta
del cadáver....La defensa de Facundo dijo que la violaron y la mataron en otro lado, no
en el cuarto de su hija...Por primera vez, las fotos de la verdad...material exclusivo de la
escena del crimen.... Así murió Nora (esto último con énfasis), en instantes”. Tal ava nce
– dirigido sin dudas a crear el “suspenso” necesario para que los televidentes continua-
sen consumiendo el noticiero o comenzasen a consumirlo a partir de tal incitación o
anuncio – fue seguido de otra información, alusiva a un robo. A las 19:19 se vo lvió a
emitir el avance con idéntico formato y la voz en “off” del señor Andino. A las 19:23,
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previo a una pausa come rcial, la conductora Mónica Gutiérrez anunció otra vez que “por
primera vez ustedes van a ver en un medio de comunicación las fotos de la escena del
crimen; van a ver a Nora muerta en la cama de su hija, tal cual como la encontró la
policía”. A las 19:29 exactamente comenzó la emisión de la nota propiamente dicha
vinculada a las fotografías, la que se inició con la imagen de los dos conductores y de
otra periodista, la señora Cynthia García, sentada junto a ellos. Remito en cuanto a los
detalles de este despliegue a la reproducción que acompaño y que más abajo menciono
como prueba documental. No obstante, es importante destacar algunas de las expresio-
nes de los periodistas antes y durante la exposición de las imágenes, en tanto dan cuenta
de la conciencia clara que tenían acerca del carácter crudo, morboso e ilegal de la ex-
hibición, desde que permanentemente tratan de justificarla. Esto se trasluce en las si-
guientes palabras: “son fotos que están en la causa y a las que han tenido acceso ambas
partes” (Mónica Gutiérrez); “son imágenes impresionantes, pero constituyen un docu-
mento periodístico, por primera vez revelado en esta segunda edición de América Noti-
cias” (Guillermo Andino); “América Noticias decidió publicar este material porque este
material es la imagen de lo que se habló” (Cynthia García); “debemos decir que son
fotos muy crudas, impresionantes, y que se han tomado algunos resguardos en orden al
pudor, al pudor del que mira incluso, a la sensibilidad del que mira” (Mónica Gutié-
rrez); “reiteramos, son impresionantes, pero constan en la causa” (Guillermo Andino).
A continuación, tras el título “Caso Dalmasso – Foto 1 – 26-11-06” aparece el cadáver
de la señora Nora Raquel Dalmasso en posición de cubito dorsal sobre una cama, con las
piernas abiertas y una sábana verde cubriéndole la zona genital, como asimismo un lazo
de bata blanco alrededor del cuello. –
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lentina” y concentrando largamente el “zoom” de la cámara sobre las “zonas de interés”
del cuerpo de la señora Dalmasso. A las 19:36 la periodista García expresa: “recorde-
mos que estamos viendo un material impresionante, con una decisión de publicación
difícil de estas imágenes, pero que hacen al expediente, hacen a la resolución del crimen
y hacen a la investigación”, dicho esto último con un tono conclusivo, como si ello diera
licencia para la publicación de cualquier cosa y en particular de esta fotografía. Un mi-
nuto después, bajo el título “Caso Dalmasso – Foto 2 – 26-11-06” aparece otro cuadro,
que ofrece el segmento superior del cuerpo, incluyendo sus pechos y parte del rostro, en
el que se advierten marcas de golpes y el lazo alrededor del cuello. Otra vez los periodis-
tas van comentando la escena por turnos, señala ndo Cynthia García en un tramo: “¡Qué
esclarecedor poder hablar con la escena del crimen! Porque uno puede, digamos, no
divagar en las suposiciones” Nuevamente, como se ve, la observación apunta al “valor
periodístico” de la muestra, según lo entiende su emisora, con el afán evidente de justi-
ficar la transgresión que apareja a todo concepto de decencia, aunque no pueda dejar de
ponerse de manifiesto que no alcanza a vislumbrarse, pese a la afirmación de la señora
García, de qué modo sus glosas a la fotografía difieren de cualquier divagación que pu-
diera haber pronunciado sin ellas ¡¡¡Cómo si todo lo que bajo la entonación categórica
del experto dijeron los periodistas mientras pasaban estas mortificantes gráficas no
hubiesen sido otra cosas que divagaciones y suposiciones o puras impresiones persona-
les!!! Quisiera advertir desde ahora a V.S. acerca de esta impostación, aun cuando no sea
arduo detectarla. A lo largo de la nota y de la publicación existe un esfuerzo perceptible
de los reporteros por adornar el exceso y el abuso en que incurrieron ellos y en que incu-
rrió el canal de televisión mediante alusiones que revelarían el interés profesional, inves-
tigativo o documental de las fotografías o una presunta preocupación por el “pudor” y la
“sensibilidad” de los televidentes. Quizá habría sido mejor que dijesen con franqueza lo
que pasaba por sus mentes en ese momento: “¡Hemos conseguido un material impactan-
te y estamos dispuestos a afrontar las consecuencias de ponerlo al aire!” En cambio, a
la ofensa de la publicación se añadió la de la hipocresía y la del insulto flagrante a la
inteligencia de cualquier persona bien intencionada, a quien no es difícil suponer que la
“decisión difícil” de publicación no estuvo sostenida en otra cosa que no fuera el deseo
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de aventajar a los canales competidores y de escalar las marcas de medición de audien-
cia.–
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guiendo que se ordenase a la emisora abstenerse de continuar reproduciendo las imáge-
nes de marras, y que se obligase al Comité Federal de Radiodifusión a emitir una circu-
lar conteniendo una prohibición de reproducción respecto de todos los medios de comu-
nicación bajo su esfera de competencia. –
10
sobre el tema”. Corresponde observar que ya para ese momento numerosas instituciones
y medios de prensa habían pronunciado su condena respecto de las escandalosas imáge-
nes y de la conducta del canal que decidió publicarlas y de los periodistas que así lo
hicieron. –
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efecto las declaraciones son extractos de un expediente que por su naturaleza.... ¡es se-
creto! Sin ambagues se jacta de lo que en puridad significa una violación de la ley.
Cualquiera que hasta ese momento hubiese estado presenciando el programa, en especial
tras la propedéutica del señor Andino, habría pensado que las contradicciones contenidas
en las declaraciones de Facundo eran dramáticamente condenatorias. Sin embargo, no se
trataba de contradicciones que surgiesen de la declaración. En concreto, el periodista
Pastor subrayó una porción de la gigantografía donde el menor Facundo Macarrón
habría declarado que nunca durmió con su madre en la misma cama, destilando premio-
so énfasis en relevar este contenido y reiterándolo en dos o tres ocasiones. La anunciada
“contradicción” se pondría en evidencia no a partir de otras declaraciones opuestas en el
mismo sumario, sino de una “escucha telefónica” que también habría estado incorpora-
da a la causa. A continuación se colocaron en escena dos fotografías del compareciente y
de Facundo Macarrón, acompañadas del texto de lo que cada uno habría dicho en esa
conversación por teléfono, en esta secuencia:
Facundo Macarrón: “Bueno, papi, ¡pero a vos no te culpan! ¿Me entendés? ¡Hay prue-
bas que me están culpando! ¿Me entendés?”
Marcelo Macarrón: “¿Pruebas de qué tipo?”
Facundo Macarrón: “No sé....pruebas genéticas...¡ si está el ADN! ¿Me entendés? ¡Cla-
ro! ... La última noche....que yo....la última vez que fui a Río Cuarto....con mamá, dormí
con mamá en el cuarto....en el cuarto de Vale”
Marcelo Macarrón: “Hmm....bué...”
Facundo Macarrón: “¿Entendés? Que dormí en la cama de arriba y claro, como
no....por favor, por favor....seeee, una locura total....pero bué...”
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las fotografías del cuarto de la menor María Valentina Macarrón que seguidamente se
exhibieron con abundancia de detalles, según ya se dijo, mencionado a la misma por su
nombre en varias ocasiones y pretendiendo interpretar lo que representaban los gráficos
exhibidos. La nota fue cerrada con el anuncio para el día siguiente de una presunta “car-
ta” que habría sido escrita por una amiga de Nora Dalmasso, que aludiría también a una
“relación familiar” y que según el periodista Pastor contenía un “secreto del que Nora
Dalmasso se enteró pocas horas antes de morir”. El señor Andino dijo claramente que
esta “relación” contenida en la carta se refería a una “relación de sentido inverso a todo
lo que se viene hablando entre hijo y madre”, infiriendo inequívocamente que la misiva
aportaría detalles de una vinculación espuria entre el compareciente y su propia hija me-
nor. –
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niente a esta acción, que será desarrollado en los fundamentos jurídicos que infra se ex-
plicitan. –
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minioso y fatídico acerca de ciertas relaciones prohibidas en el seno de nuestro núcleo
familiar, no sin dejar flotando la idea de que al haberse enterado Nora Dalmasso de esta
misiva poco antes de morir, su conocimiento de ella habría actuado como posible móvil
del homicidio, en la procura de silenciarla o de tapar las supuestas evidencias de su tex-
to. –
15
madre...”. Comprenderá entonces V.S. porque expreso que resulta difícil contener la
indignación al redactar esta demanda. –
2
El respeto hacia los muertos y el recuerdo de su memoria constituyen valores universales del género
humano, presentes en culturas y civilizaciones diversas, cuya profanación fue siempre mirada con espanto.
Quizá la representación más dramática de esta inclinación natural haya sido la tragedia de Sófocles “Antí-
gona”, cuya protagonista increpa conmovedoramente al déspota que le impedía dar sepultura adecuada a
su hermano: “Nunca he creído que pudieran alzarse tus decretos sobre leyes no escritas, inmutables; tú,
mortal, nada puedes contra el cielo. Ni nacieron ayer ni hoy han nacido. Ellas son tan antiguas como el
tiempo...En el horrible abismo de mis males la muerte no me asusta, no la temo. Mucho más espantoso
hubiese sido consentir que quedase sin sepelio el cadáver del hijo de mi madre. Lo demás no me aflige ni
lo siento”. –
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quinto, porque actuaron dolosamente y a conciencia de violar el secreto sumarial, en los
términos del artículo 156 del Código Penal3 y del artículo 312 del Código Procesal Penal
de esta Provincia 4 , o, al menos, con un notable grado de culpa injustificable aún bajo el
manto de la actividad informativa. –
3
“Será reprimido con multa de $ 1.500 a $ 90.000 e inhabilitación especial, en su caso, por seis meses a
tres años, el que teniendo noticias, por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de un secreto
cuya divulgación pueda causar daño, lo revelare sin justa causa”. –
4
Las actuaciones sumariales “son siempre secretas para los extraños”, pudiendo ser sólo examinadas por
los abogados de las partes. –
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las partes, proyectándose sobre el interés general o público, o de envergadura social y
económica. Que tengan resonancia y que el eco no quede aprisionado entre las paredes
que amurallan un proceso particular.” 5 Desde esta perspectiva, parece ostensible que la
situación planteada se revela a propósito para que se debata el alcance actual de los lími-
tes a los que debe acotarse la libertad de prensa, bajo cuya respetable égida han crecido
sin embargo grupos de inmenso poder, a menudo y en ciertos sent idos más arbitrario y
tiránico que el de férreas dictaduras, en tanto son capaces de condenar al ostracismo so-
cial a personas que no han sido juzgadas por las autoridades institucionales, reduciendo a
letra muerta el principio constitucional de inocencia. La libertad de prensa (América
T.V. lo ha demostrado de manera específica cuando rotuló a la orden judicial impartida a
su respecto como un “ataque” a esta garantía) ha sido frecuentemente abusada, y de ma-
nera paradójica tal abuso deviene más evidente y notorio en sociedades que, como la
nuestra, han padecido el flagelo dictatorial. Es que existe de parte de las instituciones
democráticas nacidas tras gobiernos militares una suerte de temor traumático y en alguna
medida paranoico de ser calificadas de autoritarias. Se muestran por ello singularmente
permisivas, so ansiedad de recibir el mote de censoras no bien intentan poner freno a
expresiones periodísticas de dudoso valor o de franca transgresión; cuando no incurren
en una suerte de pacto tácito que intercambia esta mal entendida tolerancia por juegos de
complicidad en relación al manejo de información sensible o a la manipulación de la
opinión pública. La prensa libre es un factor indispensable de la convivencia republica-
na; pero este reconocimiento no puede ser prenda de impunidad, porque la ausencia de
todo límite constituye precisamente la distorsión de la convivencia de bienes jurídicos y
de aspiraciones diversas que es característica estructural de una sociedad justa y por
añadidura enmarcada en el Estado de Derecho. Dicho de otra manera, una prensa impu-
ne y tolerada en sus expresiones extremas configura un peligro para las condiciones de
coexistencia social que convierten a la libertad de información en un valor reconocido
jurídicamente. La tiranía de los medios de comunicación resultaría tan antirrepublicana
como un gobierno impuesto por la fuerza de las armas, desde que no está dispuesta a
5
Cfse. Morello, Augusto, “El Recurso Extraordinario”, segunda edición reelaborada, Librería Editora
Platense, La Plata, 1999, p. 396). –
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respetar otros derechos que se articulan con aquella libertad en el diseño institucional de
un estado sujeto al imperio de la ley. En otros países, de extensa tradición democrática y
con adecuada noción del equilibrio necesario entre intereses dive rsos del conjunto social,
las restricciones son más severas y los excesos reprimidos celosamente, en la aguda con-
vicción de que los valores que así se salvaguardan son tan dignos de tutela como la pro-
pia libertad de prensa parcialmente restringida. –
6
Cfse. Julio C. Rivera, “Derecho a la intimidad”, L.L. 1980-D, pág. 918. –
7
“A Theory of Justice”, Revised Edition, Belknap Press of Harvard University Press, 1999, p. 28. Dado
que la traducción nos pertenece, juzgamos adecuado reproducir el texto en su versión original: “In justice
as fairness the concept of right is prior to that of the good. A just social system defines the scope within
wich individuals must develop their aims, and it provides the framework of rights and opportunities and
the means of satisfaction within and by the use of wich these ends may be equitably pursued. The priority
of justice is accounted for, in part, by holding that the interests requiring the violation of justice have no
value.”
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sociales, como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento. Una teoría, sin importar
cuán elegante o económica, debe ser rechazada o revisada si es falsa; de igual manera
leyes e instituciones sin importar cuán eficientes o bien organizadas, deben ser refor-
madas o abolidas si son injustas. Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la
justicia que incluso el bienestar de la sociedad como un todo no puede sobrepasar. Por
esta razón la justicia deniega que la pérdida de libertad para algunos sea legitimada
por un mayor beneficio compartido por otros. No permite que los sacrificios impuestos
sobre unos pocos sean excedidos por la suma más grande de ventajas disfrutadas por
muchos. En consecuencia, en una sociedad justa las libertades de igual ciudadanía se
dan por sentadas; los derechos asegurados por la justicia no están sujetos a la negocia-
ción política o al cálculo del interés social.” 8 Más adelante agrega: “La idea principal
es que cuando un número de personas se compromete en un emprendimiento cooperati-
vo mutuamente ventajoso de acuerdo a reglas, restringiendo entonces su libertad de
maneras necesarias para rendir ventajas comunes a todos, aquéllos que se han sometido
a tales restricciones tienen derecho a una acquiescencia similar de parte de aquéllos
que se han beneficiado con su sumisión” 9 . –
8
Ibidem, p. 3. “Justice is the first virtue of social institutions, as truth is of systems of thought. A theory
however elegant and economical must be rejected or revised if it is untrue; likewise laws and institutions
no matter how efficient and well-arranged must be reformed or abolished if they are unjust. Each person
possesses an inviolability founded on justice that even the welfare of society as a whole cannot over-
ride.For this reason justice denies that the loss of freedom for some is made right by a greater good shared
by others. It does not allow that the sacrifices imposed on a few are outweighed by a larger sum of advan-
tages enjoyed by many. Therefore in a just society the liberties of equal citizenship are taken as settled; the
rights secured by justice are not subject to political bargaining or to the calculus of social interests.”
9
Ibidem, p. 96. “The main idea is that when a number of persons engage in a mutually advantageous co-
operative venture according to rules, and thus restrict their liberty in ways necessary to yield advantages
for all, those who have submitted to those restrictions have a right to a similar acquiescence on the part of
those who have benefited from their submission.”
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preservar la constitución política entre los derechos coexistentes en la comunidad, des-
membrándolo irremisiblemente 10 . –
10
La expresión “derecho absoluto” es tomada en el sentido en que lo hace el autor que se comenta, es
decir, como un derecho ausente de obligaciones correlativas. En este sentido no debe confundirse el con-
cepto de derechos absolutos con el concepto de derechos esenciales, porque hasta éstos imponen una co-
rrelatividad obligatoria. De este modo, los mis mos derechos a la vida y a la salud quedan en ocasiones
sujetos a un respeto análogo hacia la salud y hacia la vida de los demás. La legitimación penal de la defen-
sa propia, por ejemplo, relativiza el derecho a la vida y a la salud del agresor desde que supone una simé-
trica violación a iguales derechos del agredido. –
21
gonistas una sensación de impunidad, de la misma forma en que antaño igual conciencia
conducía a reyes y a emperadores a las más desatinadas arbitrariedades. –
22
gación” y del “interés del caso”, cuando no el aderezo cosmético de una supuesta pre-
ocupación por la “sensibilidad del televidente”, que si tal hubiese sido directamente las
imágenes no habrían debido ser jamás colocadas en pantalla. Cuando se procuró poner
coto al escándalo a través de la actividad jurisdiccional, enseguida se alzaron a modo de
reacción los lemas del ataque a la libertad de prensa, del compromiso con la audiencia y
del periodismo independiente. ¿Puede alguien justificar realmente bajo estos valores
aquel impúdico despliegue?. Si así fuera, parecería que unas frases hueras y un derecho
que se esgrime como un precepto religioso dejarían a la libertad de expresión sin corta-
pisa alguna en el sistema social; parecería que se trata de que este derecho no encuentre
la correlatividad de restricciones impuestas por los otros derechos que se interlazan con
él en una convivencia pretend idamente justa y que no sólo se ciñen al respeto a la inti-
midad sino también a otras esferas no menos importantes, como el derecho a réplica, el
derecho al honor y el derecho a la información veraz. –
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conducto de tiranía ni licencia para cualquier exceso. Rescato entre muchos similares las
expresiones de Miguel Pérez Gaudio, rector del Colegio Universitario de Periodismo,
quien en una columna del periódico “La Voz del Interior” del día 12 de julio del corrien-
te (sección A, p. 13) expresó: “Nora Dalmasso, una vez más, ha sido ultrajada post
mortem. Ahora en formato de videojuego pornográfico por el Canal América TV, quien
acaba de exhibirla valiéndose de escamoteadas fotos de su cadáver, contextualizadas
con un parlamento periodístico bochornoso. Una violación impune a todo límite de con-
tención ética, ideologizando de sadismo la comunicación social”. Y agrega una dramá-
tica cita de Paul Virilio: “Ahora crean el acontecimiento, cuando ya no corresponde a
la realidad, porque asistimos a una realidad falsificada por la manipulación, con efec-
tistas soportes audiovisuales. ¡Lamentable piromanía! El impacto de las imágenes y de
las ideas cede supremacía estratégica a esas armas de comunicación masiva destinadas
a golpear los espíritus...o, más precisamente, el arma de destrucción masiva es sometida
a la de una comunicación de masas que la domina por todas partes. En efecto, estamos
hoy frente a la amenaza, ya no de una democracia de opinión que reemplazaría a una
democracia representativa, sino ante la desmesura de una verdadera democracia de
emoción, en beneficio de una pura y simple representación (que sea la más conveniente
al negocidio de la comunicación). De esta manera se instala esa nueva dictadura del
corto plazo, tiranía del tiempo real. Asistimos a una deriva consumista en la que se ad-
quiere una opinión como se compra un detergente. Un mundo que se hace explotar a sí
mismo ya no permite que le hagan su retrato”. El periodista Edgardo Litvinoff expuso
en el mismo medio, el día 1 de julio (sección A, p. 21), en un lúcido análisis de la reali-
dad televisiva nacional: “No es que la justicia haga mal en sancionar a América TV; en
todo caso, muestra los pocos reflejos que existen en el propio periodismo para sostener
un valor despreciado en todos los ámbitos. No tanto cuando se soprepasan todos los
límites, sino cuando se los va destruyendo con pequeños arietes cotidianos”. –
24
de absoluto, so riesgo de mutar inmediatamente en disvalor. La prensa libre e indepen-
diente que ha sabido sacar a la luz la corrupción y hasta forzar la renuncia del mandata-
rio más poderoso del planeta, en el emblemático “Watergate”, no podría resignar el re-
conocimiento de sus confines más que al precio de volverse adversa a un sistema pene-
trado por la idea de justicia, de igual modo que el derecho a la intimidad, bajo cuya im-
pronta los genios más grandes de la Humanidad parieron sus obras en solitario retiro, no
podría desconocerlos sin el albur de incurrir en una opresión individualista o de impedir
la consecusión de otros intereses sociales valiosos. –
25
privacy” o “privacidad del sobreviviente”. Este es un ejemplo concreto de una restric-
ción impuesta de antemano y que resulta útil para ilustrar acerca de la importancia de
evitar los excesos mediáticos, particularmente por provenir de una sociedad como la
estadounidense que está inficionada de los siguientes rasgos: una tradición extensa e
ininterrumpida de sistema republicano y de respeto por las garantías individuales; una de
las primeras consagraciones históricas en el constitucionalismo clásico de la libertad de
expresión a través de la denominada Primera Enmienda (First Amendment); la prenda de
los logros más destacados de la libertad de información y del periodismo independiente
en la era contemporánea (caso “Watergate”); la mayor y más voraz audiencia de cons u-
mo televisivo del mundo; una cultura afecta al sensacionalismo; las corporaciones de
prensa más poderosas e influyentes de la tierra, entre otras peculiaridades que tornan a
este país en emblema histórico de la democracia occidental y de la prensa libre. Podrán
no agradar o no estarse de acuerdo con muchos de los matices de esta sociedad (como la
pena de muerte o la manera de imponer de sus intereses en la comunidad internacional)
pero no ha de dudarse que dentro de las imperfecciones inherentes a cualquier sistema de
origen humano, ha sido la que con mayor consistencia – al menos en su seno interno –
ha sabido preservar la justa distribución de derechos que es resguardo de supervivencia
republicana (dicho de otro modo, su duración ininterrupta bajo la organización como
república demuestra una percepción adecuada de los límites que apareja el equilibrio de
los derechos al que más arriba se hizo mención). Deviene entonces su ejemplo apropiado
para apreciar comparativamente la legitimidad de los límites a cualquier derecho y para
desnudar el fariseismo que ampara intereses deleznables bajo el cobijo de la libertad de
expresión. En otras palabras, si una sociedad como ésta, que ha hecho históricamente un
verdadero culto de esta libertad, es capaz de ponerle barreras, ello revela con solidez la
relatividad del derecho de los medios, la legitimidad de los confines que éstos deben
respetar y la necesidad de preservar otros derechos que pueden sufrir a consecuencia de
sus excesos. El aludido principio todavía aparece como más propicio desde que se refie-
re específicamente a la publicación de información reservada concerniente a escenas o
contenidos de investigaciones oficiales o de documentos públicos secretos o clasificados
26
y que la Corte Suprema de Estados Unidos ha aplicado en épocas recientes en supuestos
similares de muertes violentas de gran difusión mediática. –
11
The Freedom of Information Act 5 U.S.C. § 552, As Amended By Public Law No. 104-231, 110 Stat.
3048. –
12
Exemption 7(C) provides protection for personal information in law enforcement records. This exemp-
tion is the law enforcement counterpart to Exemption 6, which is the FOIA's fundamental privacy exemp-
tion. Exemption 7(C) provides protection for law enforcement information the disclosure of which "could
reasonably be expected to constitute an unwarranted invasion of personal privacy."
(http://www.usdoj.gov/oip/foi-act.htm). -
27
La causa se denominó Lesar v. Department of Justice y Metcalfe
sostuvo exitosamente ante la Corte de Apelaciones de Circuito del Distrito Columbia
que la liberación de información requerida con sustento en el Acta de Libertad de Info r-
mación acerca de la investigación del asesinato del Dr. Martin Luther King invadiría la
privacidad de la familia del líder de los derechos civiles. Este principio se estableció
firmemente por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos en 2004, en la causa
National Archives and Records Administration v. Favish, en donde se legitimó la prohi-
bición de divulgar las fotografías ensangrentadas del cadáver del Asesor Presidencial
Vincent W. Foster luego de que éste se suicidara de un disparo en un parque de Virginia.
Al comentar este fallo Metcalfe, aun en su cargo de Director de la Oficina de Informa-
ción Pública y Privacidad, señaló su satisfacción expresando – con palabras que podrían
ser aplicadas a este caso Dalmasso sin alteraciones – que “El hijo más pequeño de Vince
Foster estaba todavía en la secundaria en ese tiempo. Podría haber entrado en su aula y
haber visto la muerte de su padre desplegada allí en una pantalla de televisión. O su
abuela anciana podría haberla visto en la tapa de un tabloide de supermercado. Ese era
el interés que estábamos protegiendo” (Y nótese especialmente que un “asesor presi-
dencial” en los EE.UU. era una persona “pública”, lo cual – obviamente – no era Nora
Dalmasso ni cualquiera de los integrantes de su familia). –
28
imágenes de los restos mortales para propósitos públicos. La bien establecida tradición
cultural de reconocer a una familia el derecho de control sobre el cuerpo y las imágenes
de la muerte del fallecido ha sido largamente reconocido por la ley común....El interés
de la privacidad de la familia de Foster sobrepasa el interés de la revelación públi-
ca....Aquí, la Corte del Noveno Cirtuito dictaminó correctamente que la familia tiene un
interés de privacidad protegido por el estatuto...”13 El precedente había sido anticipado
en numerosos casos donde el derecho de privacidad prevaleció sobre el interés público
representado institucionalmente por el Acta de Libertad de Información14 . –
13
Foster’s relatives invoke that interest to secure their own refuge from a sensation-seeking culture for
their own peace of mind and tranquility, not for the sake of Foster’s reputation or some other interest per-
sonal to him. It is proper to conclude that Congress intended to permit family members to assert their own
privacy rights against public intrusions long deemed impermissible under the common law and cultural
traditions. This does not mean that the family is in the same position as the individual who is the disclo-
sure’s subject. However, this Court has little difficulty in finding in case law and traditions the right of
family members to direct and control disposition of a deceased’s body and to limit attempts to exploit
pictures of the deceased’s remains for public purposes. The well-established cultural tradition of acknowl-
edging a family’s control over the body and the deceased’s death images has long been recognized at
common law… The Foster family’s privacy interest outweighs the public interest in disclosure… Here,
the Ninth Circuit correctly ruled that the family has a privacy interest protected by the statute…( National
Archives and Records Administration v. Favish, Allan et al. No. 02—954. Argued December 3, 2003 –
Decided March 30, 2004). –
14
5. 926 F.2d at 1206; see, e.g., Blanton v. United States Dep't of Justice, 64 Fed. Appx. 787, 789 (D.C.
Cir. 2003) (protecting identities of third parties contained in FBI files categorically, including those as-
sumed to be deceased); Fiduccia v. United States Dep't of Justice, 185 F.3d 1035, 1047-48 (9th Cir. 1999)
(protecting records concerning FBI searches of house of two named individuals categorically); Mack v.
Dep't of the Navy, 259 F. Supp. 2d 99, 106 (D.D.C. 2003) (protecting identities of law enforcement
agents, victims, witnesses, subjects of investigative interest, and third parties contained in investigative
records categorically); Carp v. IRS, No. 00-5992, 2002 WL 373448, at **4-5 (D.N.J. Jan. 28, 2002) (hold-
ing that all information that identifies third parties is categorically exempt); Pusa v. FBI, No. CV-00-
12384, slip op. at 8 (C.D. Cal. May 4, 2001) (finding certain information pertaining to third parties to be
categorically exempt), aff'd, 31 Fed. Appx. 567 (9th Cir. 2002); Coolman v. IRS, No. 98-6149, 1999 WL
675319, at *5 (W.D. Mo. July 12, 1999) (finding categorical withholding of third-party information in law
enforcement records to be proper), summary affirmance granted, 1999 WL 1419039 (8th Cir. 1999); Ctr.
to Prevent Handgun Violence v. United States Dep't of the Treasury, 981 F. Supp. 20, 23 (D.D.C. 1997)
(stating that "categorical exclusion from release of names in law enforcement reports applies only to sub-
jects, witnesses, or informants in law enforcement investigations"); McNamera v. United States Dep't of
Justice, 974 F. Supp. 946, 957-60 (W.D. Tex. 1997) (allowing categorical withholding of information
concerning criminal investigation of private citizens). –
29
aun dentro de sociedades abiertas por antonomasia, que han sido impúdicamente trans-
gredidos en la especie, sin ni siquiera el paliativo de una demostración acabada – fuera
de las frases superficiales alusivas al “documento periodístico” que se han citado – acer-
ca de la manera en que las fotografías del cadáver de Nora Dalmasso y su exposición
masiva habrían podido razonablemente servir a un interés público superior a los inter-
eses protegidos por el derecho a la intimidad, violentamente vapuleado en los sucesos
sub examine. –
30
tución Nacional). De ahí pues, que la exigencia de una práctica periodística veraz, pru-
dente y compatible con el resguardo de dignidad individual de los ciudadanos no puede
calificarse como una obstrucción o entorpecimiento de la prensa libre”... De ahí que ni
el reconocimiento o desconocimiento de los hechos que integran el ámbito que se pre-
tende preservar, o la demostración de la exactitud del texto publicado obstarían al pro-
greso del reclamo en la medida en que -cabe reiterarlo- éste no se funda en su inexacti-
tud sino en su carácter íntimo. Desde esta perspectiva, debe recordarse que cuando lo
afectado es el derecho a la intimidad, la excepción de veracidad no resulta legitimado-
ra, pues la responsabilidad proviene de la indebida publicación o divulgación de hechos
de la vida íntima, veraces o no (Tribunal Constitucional Español, Sala Segunda, senten-
cia 191/91, publicada en el Boletín Oficial del Estado n° 274, del 15 de noviembre de
1991). Es por ello que deviene irrelevante para definir la cuestión la llamada doctrina
de la "real malicia" invocada por los recurrentes, en tanto dicha elaboración jurispru-
dencial de la Corte Suprema de los Estados Unidos sería -de adoptarse- solamente apli-
cable para el supuesto de publicaciones difamatorias o erróneas....Que el punto central
a dilucidar, en consecuencia, es la tensión entre el derecho a la libre expresión o infor-
mación, que goza de un lugar eminente en la Constitución Nacional y en los tratados
sobre derechos humanos incorporados al texto constitucional por voluntad de los cons-
tituyentes de 1994, por una parte, y, por la otra, el derecho de protección de una esfera
de intimidad, consagrado genéricamente en el art. 19 de la Ley Fundamental, y que
aparece tutelado según diversas fórmulas en los tratados de derechos humanos incorpo-
rados en el art. 75, inc. 22, de la Constitución (arts. 17, párrafos 1 y 2 del Pacto Inter-
nacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, y 11, párrafos 2 y 3,
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros).... el derecho a la
libre expresión no es absoluto en cuanto a las responsabilidades que el legislador puede
determinar a raíz de los abusos producidos mediante su ejercicio, sea por la comisión
de delitos penales o actos ilícitos civiles. Si bien en el régimen republicano la libertad
de expresión, en sentido amplio, tiene un lugar eminente que obliga a una particular
cautela cuando se trata de deducir responsabilidades por su desenvolvimiento, puede
afirmarse sin vacilación que ello no se traduce en el propósito de asegurar la impunidad
31
de la prensa (Fallos: 119:231; 155:57; 167:121; 269:189; 310:508; 315:632). En efec-
to, el ejercicio del derecho de expresión de ideas u opiniones no puede extenderse en
detrimento de la necesaria armonía con los restantes derechos constitucionales, entre
los que se encuentran el de la integridad moral, el honor y la intimidad de las personas
(arts. 14, 19 y 33 de la Constitución Nacional). De ahí pues, que la exigencia de una
práctica periodística veraz, prudente y compatible con el resguardo de dignidad indivi-
dual de los ciudadanos no puede calificarse como una obstrucción o entorpecimiento de
la prensa libre; lo contrario sólo traduce un distorsionado enfoque del ejercicio de la
importante función que compete a los medios de comunicación social, tal cual deben
desarrollarse en la sociedad contemporánea (Fallos: 310:508, considerando 9°). Es por
ello que el especial reconocimiento constitucional de que goza el derecho de buscar,
dar, recibir, y difundir información e ideas de toda índole, no elimina la responsabilidad
ante la justicia por los delitos y daños cometidos en su ejercicio (Fallos: 308:789;
310:508).... Que, específicamente en cuanto al derecho a la privacidad e intimidad, este
Tribunal ha manifestado "su fundamento constitucional se encuentra en el art. 19 de la
Constitución Nacional. En relación directa con la libertad individual protege jurídica-
mente un ámbito de autonomía individual constituida por los sentimientos, hábitos y
costumbres, las relaciones familiares, la situación económica, las creencias religiosas,
la salud mental y física y, en suma, las acciones, hechos o datos que, teniendo en cuenta
las formas de vida aceptadas por la comunidad están reservadas al propio individuo y
cuyo conocimiento y divulgación por los extraños significa un peligro real o potencial
para la intimidad. En rigor, el derecho a la privacidad comprende no sólo la esfera do-
méstica, el círculo familiar y de amistad, sino otros aspectos de la personalidad espiri-
tual física de las personas tales como la integridad corporal o la imagen y nadie puede
inmiscuirse en la vida privada de una persona ni violar áreas de su actividad no desti-
nadas a ser difundidas, sin su consentimiento o el de sus familiares autorizados para
ello y sólo por ley podrá justificarse la intromisión, siempre que medie un interés supe-
rior en resguardo de la libertad de los otros, la defensa de la sociedad, las buenas cos-
tumbres o la persecución del crimen" (Fallos: 306:1892).... Que en el caso de persona-
jes célebres, cuya vida tiene carácter público o de personajes populares, su actuación
32
pública o privada puede divulgarse en lo que se relacione con la actividad que les con-
fiere prestigio o notoriedad, y siempre que lo justifique el interés general. Pero ese
avance sobre la intimidad no autoriza a dañar la imagen pública o el honor de estas
personas y menos sostener que no tienen un sector o ámbito de vida privada protegida
de toda intromisión (Fallos: 306:1892, considerando 9°). Efectivamente, aun el hombre
público, que ve restringida la esfera de su vida privada con motivo de la exposición pú-
blica a la que se halla sometido por el desempeño de su función, tiene derecho a preser-
var un ámbito en la esfera de la tranquilidad y secreto que es esencial en todo hombre,
en tanto ese aspecto privado no tenga vinculación con el manejo de la cosa pública o
medie un interés superior en defensa de la sociedad” (“Menem”). “El el punto que co-
rresponde ahora abordar, de acuerdo con lo anticipado en el consid. 4º), es el referente
al sentido con el que quepa afirmar que la libertad de expresión instaurada por nuestra
Carta Magna no es absoluta. Dicha afirmación no debe ser descuidadamente generali-
zada porque generalizar de tal manera suele ser una peligrosa forma de omitir. Existe
un aspecto de la libertad de expresión en que ésta adquiere los caracteres de un derecho
absoluto, no susceptible de ser reglamentada por la ley. Se trata de la prohibición de la
censura previa que, según nuestra doctrina, es la esencia misma de la garantía. Al res-
pecto, se impone el recuerdo de Alberdi: "La mayor innovación, la única tal vez que la
revolución moderna de ambos mundos haya traído en lo concerniente a la prensa, es la
supresión de la censura previa... Pero de lo que no tenemos ejemplo en lo pasado, es de
la libertad de publicar sin censura previa; libertad que se debe íntegramente al estable-
cimiento del régimen moderno, y forma, por decirlo así, como su sello especial y distin-
tivo. Renovad el examen anterior, bajo cualquier nombre, y no tendréis régimen moder-
no; llamada la previa censura, previsión o aprobación, junta protectora o tribunal de
libertad, consejo literario o consejo de hombres buenos, admonición ministerial de ca-
rácter amistoso, dadle si queréis nombres más decentes y amables que éstos; y no ten-
dréis otra cosa por resultado, que el régimen español absolutista puesto de nuevo en
planta, en materia de imprenta..." ("Legislación de la prensa en Chile", "Obras Comple-
tas", t. III, p. 107, Buenos Aires, 1886). En la propia jurisprudencia de la Corte Supre-
ma ha sido reiteradamente citado el pasaje en el cual José Manuel Estrada afirma que...
33
"las condiciones generales sobre las cuales reposa la libertad de imprenta en la legisla-
ción moderna son: la supresión de la censura previa, la abolición de la represión admi-
nistrativa, y el establecimiento de una represión puramente judicial contra todos los
delitos cometidos por medio de la prensa..." ("Curso de derecho constitucional", 2ª ed.,
ps. 229/230, 1927)....Que aparte de la exclusión total de la censura previa, y como surge
de lo ya expuesto, el aludido derecho a la libre expresión no es absoluto en cuanto a las
responsabilidades que el legislador puede determinar a raíz de los abusos producidos
mediante su ejercicio....Al respecto, la jurisprudencia de la Corte Suprema ha estableci-
do que "...aun en el sentir de los que interpretan la primera parte de nuestro art. 32,
atribuyéndole el alcance de que la prohibición de restringir la libertad de imprenta
comprende algo más que la censura anticipada de las publicaciones, no pueden quedar
impunes las que consistan en la discusión de los intereses y asuntos generales, y son,
por el contrario, dañosas a la moral y seguridad públicas, como las tendientes a excitar
la rebelión y la guerra civil, o afectan la reputación de los particulares (Cooley Princi-
ples of Const. Law, p. 301, Const. Limit. p. 603 y sigts., 7ª ed.)..." (Fallos, t. 119, ps. 231
y 248). Hay una formulación más terminante en Fallos, t. 155, ps. 57 y 59: "...el princi-
pio de la libertad del pensamiento y de la prensa previa, pero en manera alguna exime
de responsabilidad el abuso y el delito en que se incurra por este medio, esto es, me-
diante publicaciones en las que la palabra impresa no se detiene en el uso legítimo de
aquel derecho, incurriendo en excesos que las leyes definen como contrarios al mismo
principio de libertad referido, al orden y al interés social..." En fecha más cercana, la
Corte ha sentado "...preciso resulta advertir que la verdadera esencia de este derecho
radica fundamentalmente en el reconocimiento de que todos los hombres gozan de la
facultad de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa, esto, sin el previo con-
tralor de la autoridad sobre lo que se va a decir, pero no en la subsiguiente impunidad
de quien utiliza la prensa como un medio para cometer delitos comunes previstos en el
Código Penal..." (Fallos, t. 269, ps. 189 y 193, consid. 4º, t. 269 y ps. 195 y 197, consid.
5º). Y con una fórmula aún más amplia se pronuncia la mayoría en Fallos, t. 293, p.
560, de cuyo consid. 6º se extrae que... "la garantía constitucional de la libertad de im-
prenta radica fundamentalmente en el reconocimiento de que todos los hombres gozan
34
de la facultad de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa, esto es, sin el pre-
vio contralor de la autoridad sobre lo que se va a decir, pero no en la subsiguiente im-
punidad de quien utiliza la prensa como un medio para cometer delitos comunes previs-
tos en el Código Penal (Fallos, t. 169, p. 195, sentencia del 30 de octubre de 1967, "Cal-
cagno, Rosario R. (a) Caiki s: inf. art. 244 del Cód. Penal" consid. 5º) (Rev. La Ley, t.
130, p. 809); o de quienes se proponen violentar el derecho constitucional respecto a las
instituciones de la República o alterar el bienestar general, o la paz y seguridad del país
o afectar las declaraciones, derechos y garantías de que gozan todos los habitantes de
la Nación". La doctrina a que se alude en el considerando anterior encuentra su funda-
mento en la clásica exposición efectuada por Blackstone en los Comentarios sobre las
Leyes de Inglaterra que se cita en los precedentes registrados en Fallos, t. 269, ps. 189 y
195, consids. 6º y 7º, respectivamente, también sostenida por Story en sus Comentarios
a los que igualmente se hace referencia en sos precedentes (v. "Comentario sobre la
Constitución de los Estados Unidos", t. II, ps. 575 y 580, IV edición, traducción N. A.
Calvo, Buenos Aires, 1888)” (“Ponzetti de Ba lbín”).–
35
masiva por tratarse de contenidos en todo caso íntimos o de escenas macabras
cuya aireación no está justificada en el interés público concitado en el caso. –
• La inexistente “escucha telefónica”, aun hubiera sido real (que no lo fue)no podía
ser publicada, toda vez que pertenecía a la esfera íntima de quienes intervenían
en ella. En este punto quiero dejar en claro que albergo fundadas sospechas de
que los periodistas actuaron distorsivamente pero a los fines de no convertir a
parte de lo planteado en esta acción judicial en un alegato sobre la teoría de la
36
“real malicia” destaco que la antijuricidad en este aspecto puntual viene dada por
la sola publicación de la comunicación y por su interpretación pseudo incrimi-
nante, más allá de la conciencia puntual o no que hayan tenido los periodistas de
su falsedad. Igual cabe decir respecto de la carta personal a la que se hizo alusión
más arriba. Por cierto que la “noticia” (en el caso los supuestos “documentos”)
no fueron debidamente examinados y fueron manejados, cuanto menos, con una
“imprudencia temeraria” recayendo en el mero sensacionalismo y escándalo, sin
valor real como “noticia”. –
37
de Mosset Iturraspe: “Pese a la adhesión del Código a la antijuridicidad formal, emer-
gente de normas escritas transgredidas, la doctrina de manera unánime extiende el con-
cepto a cualquier violación del ordenamiento, del plexo normativo, debidamente inte-
grado. Y es válido tanto para las acciones como para las omisiones. Adquiere entonces
enorme importancia, como principio general del Derecho, que da pie a la responsabili-
dad, el del neminem laedere o `no dañarás´. De allí que podamos sostener que no hay
un `derecho a dañar´ y, muy por el contrario, que todo daño, al menos como regla, apa-
rece como la violación de aquel apotegma fundamental, originando un derecho al re-
sarcimiento para la víctima y creando para el victimario el deber de volver las cosas al
estado anterior. Desde otro ángulo, la antijuricicidad se configura no sólo con el obrar
prohibido al cual alude el texto sino también con el actuar en abuso del Derecho, regla-
do en el artículo 1071, donde la transgresión es básicamente a los fines del Derecho.” 15
Esto último se enlaza prístimamente con la invocación del “derecho a la libertad de in-
formación” que si pudiera jugar un papel en este caso sería para demostrar el modo en
que ha sido abusado y forzado a ultranza.
15
Código Civil Comentado – Responsabilidad Civil”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2005, p. 13. –
16
“Código Civil Comentado – Responsabilidad Civil”, Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2005, p. 67, citado. –
38
que represento. Desde que resulta previsible una defensa que se sostenga en los valores
que los periodistas y el propio canal han blandido en este conflicto (“libertad de pren-
sa”, “información que está en el expediente y que hace a la investigación”, etc.) corres-
ponde señalar que tales valores no concurren con la entidad necesaria en orden a justifi-
car la violación de la intimidad. Ello por los siguientes motivos:
39
venido hablando” en los términos del señor Guillermo Andino y que revelaría
“detalles de las costumbres de esta familia”, en los términos del señor Facundo
Pastor, deja entrever claramente un posible vínculo incestuoso de padre e hija,
esto es, lo inverso de un vínculo análogo entre madre e hijo que era lo que – otra
vez – se había “venido hablando”. Con esto los señores Andino y Pastor nos de-
jaron ante una audiencia masiva como una familia de costumbres atroces (re-
cuérdese, aunque ello a esta altura ya casi pasa a ser un dato menor, que mi hija
es menor de edad). Además se insinúa que mentimos para atajar o desviar la in-
vestigación penal. Dentro de la barbotante usina de rumores, sospechas, acusa-
ciones cruzadas, desengaños, especulaciones fantásticas y atropellos que todo es-
te calvario ha representado, esta mortificación ha sido la más deleznable posible.
No ha respetado la niñez de mi hija y ha terminado de estampar para siempre so-
bre nuestras cabezas la marca de la ignominia. Ningún interés social, ningún res-
peto por la audiencia o ningún estandarte del periodismo independiente alcanza
para condonar estos tres eslabones de malignidad: violación flagrante del secreto
sumarial, sugestión por su intermedio de costumbres y cualidades negativas en
los miembros de mi familia y falsedad absoluta de la información suministrada. –
• Porque las imágenes televisadas, no sólo por su fuente sino por su naturaleza in-
trínseca, son de contenido perturbador. Remarco que su horario de difusión esta-
ba dentro de la franja de protección al menor, lo que es un agravante pero que
tampoco hubiese excusado su publicación en otros horarios. Repárese que se tra-
ta de una persona fallecida, en estado de desnudez y victimizada por un crimen.
Adviértase que se involucra el cuarto de una persona menor de edad, albergue de
objetos íntimos y de costumbres privadas. Sin miramiento alguno se enfocaron
prendas interiores, adornos, enseres de uso personal. Reitero: ningún interés so-
cial o investigativo habría podido respaldar el nivel impúdico, morboso y detes-
table de esta emisión. Se recayó en el puro sensacionalismo y escándalo.–
40
Las siguientes normas constitucionales dejan al descu-
bierto en grado eminente el cariz indiscutiblemente antijurídico de los incidentes objeto
de esta presentación:
• Artículo 17 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: “1.- Na-
die será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su fami-
lia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y repu-
tación. 2.- Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas inje-
rencias o esos ataques.”
41
• Artículo V de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre:
“Toda persona tiene derecho a la protección de la Ley contra los ataques abusi-
vos a su honra, a su reputación y a su vida privada y familiar.”
42
vínculo entre la violación del ordenamiento jurídico y el perjuicio es evidente y no se
desdibuja por la circunstancia de que nuestra familia haya quedado tan expuesta luego
del deceso de la señora Dalmasso, o que no haya sido el único ataque a la intimidad que
hayamos sufrido de parte de los medios de prensa. Ciertamente fue el ataque más mons-
truoso, más procaz y más incisivo que hemos soportado, sobre todo en lo concerniente a
la exhibición fotográfica, ni siquiera alcanzado por la osadía de otro programa de televi-
sión que utilizó un maniquí para “reconstruir” el asesinato de nuestra esposa y madre.
No se requiere entonces mayor abundamiento para concluir que existió un comporta-
miento antijurídico que incidió como causa primera y eficiente de los daños cuya repara-
ción pretendemos. –
17
Mosset Iturraspe – Miguel A. Piedecasas, “Código Civil Comentado – Responsabilidad Civil”, Rubinzal
Culzoni, Santa Fe, 2005, p. 331, citado. –
43
Respecto de los periodistas, la disidencia del Dr. Cava-
llero en el precedente “Campillay” de la Corte Suprema obliga a un esfuerzo de funda-
mentación más penetrante en lo que toca a su responsabilidad personal. El Ministro dijo
en ese caso que “la reproducción que los demandados efectuaron limitando un comuni-
cado policial, constituyó el ejercicio del derecho de crónica propio de los medios de
prensa, circunstancia que exime de ilicitud a la información, máxime cuando la fuente
de la noticia -autoridad policial con competencia funcional en la investigación y pre-
vención de delitos y faltas- obliga en la práctica profesional periodística a considerar
como objetivamente confiable la veracidad del contenido de esa noticia sobre la que se
ejerció el derecho de crónica” (CSJN, “Campillay, Julio c/ La Razón y Otro”, disidencia
del Dr. Caballero, 15-5-1986). Aunque se tratase de una disidencia y aunque la mayoría
condenó también al editor del periódico demandado, los periodistas aquí accionados
podrían encontrar en la cita un argume nto para pretender exho nerar su responsabilidad
personal en los eventos sub lite. –
18
Como detalle anecdótico, la señora Mirtha Legrand, que también conduce un programa en el mismo
canal, reprendió públicamente al señor Guillermo Andino por las imágenes mostradas al mediodía siguien-
te de la emisión del 28 de junio, a pesar de las excusas de éste en el sentido de que se trataba de fotos
“cuidadas”, lo que fue descartado airadamente por la respetada conductora televisiva en medio de amo-
nestaciones severas. –
44
pertinente, utilizando un tiempo de verbo potencial o dejando en reserva la identidad de
los implicados en el hecho ilícito” según surge de los fallos “Campillay”, “Granada” y
“Triaca”. Aquí advertimos en cambio una consustanciación de los periodistas con la
información difundida, a poco que se observen los comentarios, addendas y reflexiones
que condensaron en el curso de los dos programas objeto de crítica, con más el tercero
en el cual se presentan como víctimas de “sensura”. Se ha prevenido ya acerca del modo
en que Cynthia García, Guillermo Andino y Mónica Gutiérrez intentaban en todo mo-
mento otorgar justificación a las escenas al par que resaltaban su carácter “fuerte”, “im-
presionante” o “crudo”. Emitieron opiniones propias sobre lo que podía apreciarse del
cadáver e incluso llegaron a identificarse (Andino) con la –supuesta- mejor autoridad
que la posesión de tales imágenes les conferían sobre los demás periodistas. En lo con-
cerniente a la escucha telefónica y a la carta, las derivaciones y reflexiones disvaliosas
emergentes de su análisis fueron ejercitadas de modo personal, directo y sin remisiones
por parte de los señores Andino y Pastor. Esto excluye de plano cua lquier posible escudo
bajo la doctrina Campillay. Los periodistas Andino, Gutiérrez, García y Pastor no se
limitaron a anunciar la reproducción de imágenes o de extractos sumariales: proporcio-
naron sus conclusiones (a cuál más desatinada) y tejieron hábilmente sospechas e impli-
cancias alrededor de la posición procesal de Facundo Macarrón y de la moralidad de
nuestra familia. Esto impide absolutamente que su responsabilidad personal sea ampara-
da por aquel precedente y sus homólogos. –
19
Diario La Nación, 28-6-2007, Página 17, columna sexta, Información General. –
45
La demanda se ha instaurado por una cifra comparati-
vamente elevada, teniendo en cuenta los resarcimientos que por lo general se admiten en
este género de procesos. Trátase por cierto de una estimación provisoria, destinada a
cumplir las exigencias rituales en cuanto al monto pretendido, y que quedará sujeta en
definitiva a la valoración del Tribunal. Pero aun así se impone la necesidad de acreditar
por qué se solicita precisamente esta cifra y por qué se distribuye la pretensión entre los
actores del modo en que porcentualmente se propone. Ello obliga a diferentes valoracio-
nes. –
46
la misma prensa ha informado al respecto- gozan de considerable fortuna, han participa-
do en procesos privatizadores de colosal envergadura y muchas veces cuestionados
(Eduardo Eurnekián en los aeropuertos) y aun hoy se postulan como candidatos políticos
a cargos de alto vuelo (Francisco de Narváez, aspirante a gobernador de Buenos Aires).
A semejanza de otros holdings informativos privados, el canal América forma parte de
un grupo que posee canales de cable, emisoras radiales y periódicos y que se codea en
términos de igualdad y confianza con el poder político y económico del país. Su actual
hombre fuerte, de Narváez, renuncia ampulosamente a su dieta como diputado nacional
al amparo de su sobrada solvencia. –
47
He aquí donde pasa el eje de este planteo. Los “Jueces
20
de Berlín” deben ser capaces de refrenar un poder que amaga convertirse en omnímodo;
árbitro de las costumbres, de lo permitido, de lo que se ajusta o no a la dudosa moral del
exhibicionismo sin barreras ni tapujos, de las vidas humanas con cuyos matices trafican.
Deben tener la valentía de asumir las vilificaciones a las que serán clamorosamente so-
metidos por estas pseudo víctimas de lo que llaman y llamarán ataques a la libertad de
expresión; deben ser justos en el integral sent ido del concepto, señalando los cotos cuyo
sobrepaso desflora el tegumento republicano.“Videant consules ne quid detrimenti res
publica capiat!” 21 Y en verdad, es un detrimento sonoro a la República que quienes re-
cibieron de sus leyes un privilegio dignificante lo acaben convirtiendo en mercancía de
cambio o en prenda de impunidad, como aquellos tribunos de la plebe que – según la
leyenda de Coriolano – se sentían libres de insultar y mortificar a los ciudadanos de Ro-
ma, nobles y plebeyos por igual, al cobijo de la inviolabilidad que la ley había puesto
sobre sus cabezas. –
20
La expresión alude a la siguiente anécdota, sumamente expresiva: el rey Federico de Prusia deseaba
ardientemente unos terrenos colindantes a su palacio, pero el empecinado campesino que los poseía no
quería vendérselos. Después de haberle hecho en vano varias ofertas tentadoras, el rey invocó su autori-
dad, amenazando al campesino con quitarle por la fuerza lo que no se avenía a otorgarle de grado. A lo
que el buen hombre respondió: “Eso podría ser como tu dices, oh rey, si no hubiera jueces en Berlín”. –
21
“¡Cuiden los cónsules que ningún daño suceda a la República!”
48
aquellos ropajes como si verdaderamente estuviesen cumpliendo el rol que el Estado de
Derecho les ha otorgado. –
49
punitivos no se encuentran previstos en nuestro derecho positivo vigente. Sin embargo
la doctrina los ha estudiado a partir del análisis del derecho comparado -especialmente
el anglosajón-, y se han adoptado tres posturas diferentes: 1) Pizarro, uno de los prime-
ros expositores, es partidario de la aplicación del instituto en nuestro derecho y propone
que se realice de “lege ferenda”. 2) Bustamante Alsina, se muestra contrario a su re-
cepción por considerarlo una sanción penal que no es traspasable al ámbito civil. 3)
Kemelmajer de Carlucci, en tesitura intermedia, postula que la victima opte por recla-
mar el daño sufrido o, en su defecto, las ganancias percibidas por el dañador en los
términos de ilícitos lucrativos. Se han definido a los daños punitivos como, “sumas de
dinero que los tribunales mandan a pagar a la victima de ciertos ilícitos, que se suman a
las indemnizaciones por daños realmente experimentados por el damnificado, que están
destinadas a punir graves inconductas del demandado y a prevenir hechos similares en
el futuro” En análogo sentido Kemelmajer de Carlucci expresa “que los punitive dama-
ges se conceden para sancionar al demandado (el sujeto dañador) por haber cometido
un hecho particularmente grave y reprobable con el fin de disuadir o desanimar a ac-
ciones del mismo tipo”. El objeto de los mismos es aplicar una sanción económica a
aquellos que obtengan un beneficio dinerario con su obrar ilícito. Son una indemniza-
ción incrementada que se otorga al dañado o a una entidad de bien público; así, en los
casos en que se probara que el dañador hubiera actuado intencional, maliciosa o frau-
dulentamente, podrá imponerse al dañador además de reparar los daños efectivamente
sufridos, una suma impuesta con carácter punitivo o ejemplar. Siguiendo a Pizarro,
podemos decir que las finalidades del instituto son: sancionar la conducta ilícita del
dañador, prevenir que no se repitan conductas semejantes, restablecer el equilibrio
emocional de la victima calmando los sentimientos heridos del actor, lograr con la san-
ción que se plasme la reprobación social de la inconducta, proteger en el mercado en
términos equitativos la libre competencia y restablecer su equilibrio. El Proyecto de
Reformas del 98´ receptó originariamente la figura de los daños punitivos en los si-
guientes términos: “Art. 1587: Multa Civil: El Tribunal tiene atribuciones para aplicar
una multa civil a quien actúa con grave indiferencia respecto de los derechos ajenos o
de los intereses de incidencia colectiva. Su monto se fija en consideración las circuns-
50
tancias del caso, en especial los beneficios que aquél obtuvo o pudo haber obtenido con
su conducta, y tiene el destino que le asigne el Tribunal por resolución fundada”. De-
bemos mencionar que la redacción actual del mismo, aprobada por la Comisión de Di-
putados es la siguiente: “Artículo 1559: Atribuciones del Juez. Medidas preventivas.
Multa civil. Condenación conminatoria. El Juez tiene atribuciones para: a) Disponer,
conforme a las circunstancias, medidas tendientes a evitar la producción de daño futu-
ro. b) Para aplicar una multa civil a quien actúa con grave indiferencia respecto de los
derechos ajenos cuando afecte o pudiere afectar intereses de incidencia colectiva. Su
monto se fija tomando en consideración las circunstancias del caso, en especial los be-
neficios que aquél obtuvo o pudo haber obtenido con su conducta. La multa se destinará
al Fondo de garantía para víctimas con el objeto de cubrir las indemnizaciones fijadas
por sentencias contra deudores insolventes que se creen en las respectivas jurisdiccio-
nes. El Juez podrá destinar a la víctima del caso un porcentaje de la multa no mayor al
treinta por ciento. La multa solo puede imponerse una sola vez por los mismos hechos.
A tal fin, el Poder Ejecutivo centralizará en un registro especial la información sobre
las multas que se impongan por los distintos Jueces del país, informe que deberán pedir
los Jueces antes de resolver sobre su imposición. c) Imponer, a petición de parte y en
beneficio de ésta, condenaciones pecuniarias, que pueden ser progresivas, a quien no
cumple los deberes jurídicos impuestos en una resolución judicial. Son graduadas te-
niendo en cuenta la situación patrimonial del destinatario, y pueden ser reajustadas, o
dejadas sin efecto, si éste desiste de su resistencia y justifica total o parcialmente su
proceder. Son ejecutables.”. (VII CONGRESO INTERNACIONAL DE DERECHO DE
DAÑOS - RESPONSABILIDADES EN EL SIGLO XXI -Impacto de la globalización.
El rol del Estado. Constitucionalización de los nuevos derechos. Buenos Aires, 2, 3 y 4
de octubre de 2002 - Fac. de Derecho - Univ. de Buenos Aires). –
51
modo alguno satisfecha con un resarcimiento que sea considerado por los demandados
como “precio de ganga” en relación a las ganancias publicitarias o de otro orden que les
haya rendido su transgresión. Sin merma de lo que se probará, es indudable que los
“puntos de rating” que el despliegue atroz al que se prestó el canal América le hayan
aumentado con ello o, al menos, la intención del medio de obtener dicho aumento, tienen
un valor intrínseco o potencial mucho mayor que la indemnización que usua lmente se
acuerda en esta clase de demandas. De allí que en manera alguna concurriría un enrique-
cimiento ilícito o una mera aspiración monetaria, sino una adecuada contrapartida de la
renta obtenida ilegalmente por los demandados merced al abuso que cometieron. Antes
al contrario, el enriquecimiento ilícito operaría a favor de quien – en el balance final –
acabe satisfecho con su obrar antijurídico desde que la pérdida significada en su comi-
sión haya sido intrascendente o muy poca en confronte con las ganancias obtenidas. –
52
nando a este pleito en “parte del negocio”. Vale decir que la sola mención en los demás
medios termina constituye ndo “publicidad gratis” para el canal demandado 22 . –
22
. El ejemplo práctico más claro de estos conceptos es el conocido programa que produce y conduce el
Sr. Marcelo Tinelli, que, cuanto más transgresor y “criticado” por los medios, la gente más lo ve, al punto
que el propio Sr. Tinelli, en un episodio por demás comentado, llegó en un momento a besar “el caño” y
expresar, más o menos, que de él muchos vivían. El problema es que “el caño”, en este caso, es la familia
Macarrón, que muchos parecen haber olvidado está compuesta por tres seres humanos que han sufrido
algunas de las peores desgracias posibles.
23
“El Daño fundado en la dimensión del Hombre en su concreta realidad”. Revista del Derecho Privado y
Comunitario nª1. “Daños a la persona”, pág. 12.
53
do, día a día, a medida que ahonda y profundiza en la visión del hombre real, de carne y
hueso, y de sus circunstancias...”. –
24
Pág. 34 y ss.
25
Misma obra, pág. 36 y ss.
26
Zabala de Gonzalez, citada en la misma obra, pág. 35.
54
Por cierto que los hechos base de la acción tienen inc i-
dencia causal directa con el daño sufrido, toda vez que poseyeron importantísima rele-
vancia social y cult ural, perjudicando a dos menores de edad (perjuicio juvenil), a un
mayor en su honor, y causando un gigantesco sufrimiento a toda la familia. –
VI. Intereses:
55
Así lo tiene resuelto nuestra Corte Suprema en varios
precedentes: “Las sumas establecidas como resarcimiento del daño material y moral
devengaran intereses calculados a la tasa que percibe el Banco de la Nación Argentina
en sus operaciones ordinarias de descuento”.Coria, Amelia y otras c/ Ferrocarriles Ar-
gentinos s/ daños y perjuicios.20/10/1992. Fallos 315:2517. “Los intereses correspon-
dientes a la suma que se manda pagar por indemnización del daño moral y material,
deben computarse desde el día del hecho y según la tasa que percibe el Banco de la Na-
ción Argentina en sus operaciones de descuento”. (Noya, Alfonso y otro c/ Provincia de
Buenos Aires.01/01/1975. Fallos 292:428). –
56
ción” donde se publicaron algunas de las notas citadas en el curso de la demanda. Con-
cretamente, respecto del primero, la pág. 21A, del 30.06.07, parte superior; la pág. 21ª,
del 1-07.07, parte superior, nota de Eduardo Litvinoff, y la pág. 13ª, del 12.07.07, tam-
bién parte superior, nota de Miguel Perez Gaudio. Con respecto al Diario La Nación, se
acompaña las pág. 17 (parte superior) y 18 (nota del Director, Bartolomé Mitre) ambas
del 20.06.07.- d) Los autos caratulados “Macarrón, Marcelo Eduardo por derecho propio
y en representación de sus hijos Facundo Macarrón y María Valentina Macarrón c/ Co-
mité Federal de Radiodifusión de la República Argentina (COMFER) y América TV
S.A. – Amparo Ley 16.986” (Expte 9-M-2007), que obra radicado en origen en este Tri-
bunal.- e) Escritura pública nº 469, labrada con fecha 29 de Junio de 2007 por el escri-
bano Matrícula 3014 de Buenos Aires. Se acompaña en original y copia, requiriendo la
restitución del primero. –
PRESUNCIONAL: Todas las presunciones legales y hominis que hagan a los hechos y
al derecho invocado por mi parte. –
57
en el que se inve stiga el fallecimiento de Nora Raquel Dalmasso, informe: 1) Si obran
agregadas en la causa evidencias consistentes en escuchas telefónicas de cualquier tipo,
anteriores al 27 de Junio de 2007, y, en especial, alguna en la que el Sr. Facundo Dal-
masso recono cería o informaría a su padre Marcelo Eduardo Macarrón haber dormido
con su madre Sra. Nora Raquel Dalmasso en alguna oportunidad inmediatamente ante-
rior al deceso de ésta; y 2) Si existe evidencia consistente en una carta que la señora No-
ra Raquel Dalmasso habría entregado poco antes de su deceso a una amiga identificada
en principio como “Paula F.” en la que se revelarían o comentarían detalles íntimos con-
cernientes a todos o a algunos de los miembros de la familia inmediata de dicha Nora
Raquel Dalmasso. En caso de existir dichos documentos se remita copias auténticas de
los mismos. b) Solicito se oficie a la Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Río Cuarto,
actualmente a cargo del Dr. Julio Rivero, a los fines que remita copia autenticada, si el
estado de la causa lo permite, del sumario penal donde se investiga la presunta filtración
de fotografías o porciones del sumario concernientes a la investigación del fallecimiento
de la Sra. Nora Raquel Dalmasso que fueran difund idas por la emisora América TV los
días 27 y 28 de junio de 2007.- c) Solicito se oficie a la firma IBOPE ARGENTINA
S.A., con domicilio en Suipacha 664, 6to. Piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los fines que informe: 1) Cuáles fueron las mediciones de audie ncia registradas para el
noticiero “América Noticias” del Canal “América TV” en su edición que se emite de
19:00 a 20:00 horas los días 27, 28 y 29 de junio de 2007, en particular en el segmento
minutario de las 19:20 a las 19:50 de cada uno de esos días; 2) Si dichas mediciones de
audiencia superaron el promedio habitual de dicho noticiero en relación a las cuatro se-
manas precedentes y subsiguientes a dichas emisiones; 3) También deberá informar, en
base a los métodos o datos estadísticos que obren en su poder, cómo se traduce en térmi-
nos de rentabilidad el incremento de puntaje de medición de audiencia, en concreta rela-
ción con dicho programa.- d) Solicito se oficie a la firma LA VOZ DEL INTERIOR
S.A., con sede en Camino a Pajas Blancas s/nº, Ciudad de Córdoba, a los fines que
acompañe copia de las ediciones de su periódico correspondie ntes a los días 30 de junio
de 2007, 1 de julio de 2007 y 12 de julio de 2007.- e) Solicito se oficie a DIARIO LA
NACION S.A., con sucursal en Calle 25 de Mayo 241 de la Ciudad de Córdoba, a los
58
fines que acompañe copia de la edición del periódico “La Nación” correspondiente al día
28 de junio de 2007.- f) Solicito se oficie a la firma CVA MEDIOS AUDITORIA DE
NOTICIAS, con asiento en la ciudad de Córdoba, para que informe: a) Si dispone en su
banco de archivos de copias de las emisiones del noticiero “América Noticias”, 2da edi-
ción, que se emite por el Canal América TV de lunes a viernes de 19:00 a 20:00 horas,
correspondientes a los días 27, 28 y 29 de junio del corriente año, en cuyo caso adjunte
en formato de DVD u otro que sea utilizable una copia de las mismas y 2) Si dispone en
su banco de archivos de copias de emisiones televisivas, radiofónicas y de medios gráfi-
cos, en los cuales se haya hecho referencia a las emisiones del noticiero “América Noti-
cias”, 2da edición, que se emite por el Canal América TV de lunes a viernes de 19:00 a
20:00 horas, correspondientes a los días 27, 28 y 29 de junio del corriente año, en cuyo
caso adjunte en formato de DVD u otro que sea utilizable una copia de las mismas.- g)
Solicito se oficie al Registro o Inspección de sociedades Jurídicas de Buenos Aires, a fin
de que informe nómina de socios de la persona jur ídica “America T.V. S.A.” al día 27 de
Junio de 2007. h) Solicito se libre oficio al Sr. Presidente del Ho norable Senado de la
República Argentina, a fin de que informe si dicha Institución y/o cualquiera de sus
miembros, elevó alguna declaración y/o proyecto de declaración referida al “Caso Dal-
masso” de la Ciudad de Río IV, Provincia de Córdoba. En caso positivo, se acompañe
copias de dichos documentos. i) A la firma TELECOM PERSONAL S.A., con adomici-
lio en Avda. General Paz 331, Ciudad de Córdoba, a fin de que informe sobre registro de
llamadas emitidas y recibidas por los teléfonos celulares propiedad del Sr. Gustavo Luis
Liebau, nº 156.566.078 y nº 153.568.383, del día 28 de Junio de 2007, en el horario
comprendido entre las 18 y 20 Horas. Se informará además la transcripción del conteni-
do de dichas llamadas. Destaco que el titular de las líneas telefónicas en cuestión, que
me patrocina en este escrito, presta expresa conformidad para ello. J) A la firma MONI-
TOR DE MEDIOS PUBLICITARIOS S.A., con domicilio en Suipacha 664, 6to. Piso,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de que informe: 1) Que porcentaje de publici-
dad televisiva, con respecto al total general de la publicidad, fue contratada en Argentina
durante el año 2007, especificando un promedio mensual. 2) Que porcentaje de la de
publicidad televisiva contratada en Argentina, durante el año 2007, le correspondió a la
59
firma América T.V. y a sus empresas vinculadas. 3) Que empresas y/o personas han con-
tratado publicidad con la firma América TV y/o sus empresas vinc uladas, durante el
transcurso del año 2007. 4) Si la publicidad contratada con América T.V. durante el año
2007 lo fue para toda la emisión del canal o en especial para ser emitida durante la pro-
ducción del Noticiero que se emite de lunes a viernes, en el horario de 19 a 20 Hs. En
caso positivo, especifique rubros e importes si los tuviere registrados. K) Al Colegio
Universitario de Periodismo, con domicilio en Rondeau 151, Ciudad de Córdoba, a fin
de que informe si, al mes de Junio de 2007, existían códigos de ética respecto a la acti-
vidad periodística, a nivel provincial, nacional e internaciona l. En caso positivo informa-
rá cual o cuales son y, de ser posible, remitirá copias de sus textos. –
60
Desde ya propongo como perito de control al Contador
Jorge Garralda, con domicilio en calle Deán Funes 326, 1er. Piso de la Ciudad de Cór-
doba. –
PERICIAL PSICOLÓGICA: Solicito se designe perito psicóloga que, luego del estu-
dio de las constancias de autos y las necesarias entrevistas personales con los tres de-
mandantes, produzca un informe sobre los siguientes puntos: a) Si los hechos fácticos
que dieron origen a este juicio (relacionados en el punto III de este escrito) causaron
perturbación patológica en la personalidad de los actores.- b) Si los hechos fácticos que
dieron origen a este juicio alteraron el equilibrio básico espiritual o agravaron algún des-
equilibrio precedente de los tres actores. En este aspecto, deberá puntualizarse específi-
camente si tomando en consideración el hecho de que los actores ya habían padecido
indudables efectos disvaliosos por el fallecimiento de un ser querido sumado a la expo-
sición mediática subsiguiente, el evento objeto de demanda fue susceptible de causar un
daño diferenciado respecto de tales antecedentes y en su caso, explique de manera con-
creta en qué consistió dicho agravamiento, graficándolo en términos porcentuales u otros
que permitan apreciar comparativamente la efectualidad psíquica puntual del episodio
concerniente a esta demanda (exhibición fotográfica, supuesta escucha telefónica y men-
ción de una carta personal en el contexto de una presunta relación incestuosa o prohib i-
da).- 3. Si los hechos fácticos que dieron origen a este juicio causaron a los actores: 1.
Dolor. 2. Padecimiento psíquico. 3. Alteración en la posibilidad de querer, pensar o sen-
tir y de actuar sus potencias o atributos personales. 4. Cua lquier otro efecto psíquico
disvalioso. –
61
resolución en el juicio de amparo relacionado con este proceso, en especial en cuanto a
si el Tribunal notificó vía FAX a la firma América TV SA respecto de dicha resolución.
–
62
dencia. Si bien la conducta antijurídica extendió sus efectos ilimitadamente en todo el
alcance difusivo del canal América TV, su concreción como daño civil es de naturaleza
eminentemente recepticia en la persona de los damnificados. Por esta razón y en función
del inc. 4º del artículo 5º del Código Procesal el “lugar del hecho” como atributivo de
competencia debe entenderse fincado en el domicilio del compareciente, que allí estaba
con mi familia cuando fui sorprendido por el ilícito que motiva la presente demanda y en
donde en definitiva se radica el centro existencial cuyas idiosincrasias integran el dere-
cho a la intimidad que es el bien jurídico dañado. –
63
José de Costa Rica) que forma parte de nuestra Constitución Nacional y de la que la Re-
pública Argentina es signataria. Concretamente, estimo que la situación denunciada en
autos implica una afrenta a los derechos dimanados de aquel instrumento internacional y
de las demás normas fondales de Derechos Humanos que se han enunciado supra en los
fundamentos jurídicos de la demanda. Ante ello, formulo también reservas de acudir a la
jurisdicción internacional de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, conforme los reglamentos y estatutos de
ambas organizaciones y las normas básicas del Pacto, si agotados los medios recursivos
previstos por el Derecho Argentino no obtuviese satisfacción integral al reclamo efec-
tuado en autos (arts. 44, 45, 46, 48, 50, 61, 62 y concordantes de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos). –
IX.- PETITUM:
Por todo lo expuesto a V.S. pido:
a) Me tenga por presentado, por parte y con el domici-
lio constituido. –
b) Admita la presente demanda a la que dará el trámite
de ley.-
c) Confiera participación al Sr. Asesor Letrado.
d) Cite y emplace a los demandados para que compa-
rezcan a estar a derecho, contestar la demanda y
ofrecer prueba en las condiciones procesales vigen-
tes. –
64
e) Tenga por adjuntada la documental que se expresa y
por ofrecida la prueba conforme a derecho. –
f) Tenga presente los planteos de inconstitucionalidad
y reservas efectuados. –
g) Tenga presente la remisión al incidente de beneficio
de litigar sin gastos. –
h) Oportunamente, al dictar sentencia, haga lugar a la
presente demanda, en todas sus partes, con costas. –
65