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Piccolo Camilla

ESTUDIO DE CASO: LA Convención SOBRE EL CAMBIO Climático (UNFCCC) Y LA


CONFERENCIA DE LAS PARTES (COP)
ACUERDO DE PARIS

La Convención sobre el Cambio Climático (UNFCCC) es un tratado ambiental internacional


(conocido también como “Acuerdos de Rio”), producido de la Conferencia sobre el Medioambiente
y el Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCED), que tuvo lugar en Rio de Janeiro (conocida
también como “Summit de la Tierra”). El objetivo del tratado fue la reducción de los gases de efecto
invernadero a un nivel que podía prevenir la inferencia antropogénica con el cambio climático. El
Tratado fue firmado el 4 de junio del 1992 y tiene 197 miembros.

La estructura del tratado establece límites no vinculantes para las emisiones de gases de efecto
invernadero para países individuales y no contiene mecanismos de aplicación; describe, pero, cómo
se pueden negociar tratados internacionales específicos (llamados "protocolos" o "Acuerdos") para
especificar acciones adicionales hacia el objetivo de la UNFCCC.
Las partes de la Convención se reúnen cada anos en las Conferencias de las Partes (COP) para
evaluar el progreso en relación con el cambiamiento climático. En 1997 fue firmado el Protocolo
de   Kioto   (devenido   más   conocido del   UNFCCC) para establecer limitaciones a
los países desarrollados, firmado en la COP3.
En 2015, en la COP21, fue firmado el Acuerdo de Paris que establece medidas para la reducción de
las emisiones gases a efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia de los
ecosistemas a efectos del Calentamiento Global. El Acuerdo será aplicable de el año 2020, cuando
finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto.

Quería enfocar mi atención sobre el Acuerdo de Paris, preguntarme cuanto sea importante en este


momento histórico y si podemos considerarlo como un primer paso para un verdadero cambio de
rumbo de parte de los países sobre el tema del cambio climático.

Lo que es importante mencionar es que, a pesar de la   Convención   Sobre el


Cambio Climático (UNFCCC) y del Protocolo de Kioto, de el 1990 al 2012 le emisiones globales
de gases de afecto invernadero aumentaron del 40%. Los   países   que ratificaron el protocolo
de Kioto diminuyeron las emisiones en un 16,8% pero las de los paises emergentes han aumentado
mucho. Ya en los anos ’90 muchas revistas   científicas   mencionaron   el   limite de 2 C de
calentamiento que no deberíamos sobrepasar y, por la primera vez, el Consejo de la Unione Europea
lo fijo en el 2005. La   UNFCC   ha establecido este limite desde el 2010 (COP16,   Cancún),
reconocido del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC9).
El Acuerdo de Paris, a diferencia del Protocolo de   Kioto, no establece metas especificas de
reducción de gases de efecto invernadero; se basa en compromisos nacionalmente reconocidos por
cada país, y se establece que los compromisos de cada país deben revisarse cada cinco anos, hasta el
2030.

“El Acuerdo de París tiene la virtud de haber comprometido a todos los actores principales. A
partir de ahora, y conforme se pongan en marcha los mecanismos del mismo, será más fácil saber
qué hace cada uno y cuánto emite, tarea no sencilla al día de hoy. Disponer de un marco acordado
facilitará que, llegado un momento, no necesitemos décadas para incrementar el nivel de
mitigación cuando surja la necesidad, como ha ocurrido hasta ahora, pues simplemente ese tiempo
ya no está disponible.” 1

José Manuel Moreno, catedrático de Ecología a la Universidad de Castilla-La Mancha y Ex


vicepresidente del Grupo II del IPCC, tiene una vision positiva sobre el Acuerdo de Paris: es un
acuerdo firmado de casi la mayoría de los países (195) y esto, podría llevar a resultados positivos.
El estudio realizado por el IPCC muestra que hay suficientes fuentes y que es posible eliminar las
emisiones de los gases de efecto invernadero. Moreno afirma que el Acuerdo de Paris es un primer
paso. Podemos entonces decir que para Moreno, desde este acuerdo hemos empezado un camino,
una marcha, que ojalá nos llevara al rescate de la Tierra.

De un otro lado, podríamos ver el retiro de los Estados Unidos, en el 2017, del Acuerdo de Paris,
como una amenaza a la Tierra, a los movimientos ambientales y a los esfuerzos continuados de
los países que cada ano se reúnen para conseguir objetivos y emitir siempre menos emisiones.

“La salida de Estados Unidos del acuerdo para disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero tiene un doble efecto: sin duda, constituye un mensaje político de la primera potencia
económica global, pero, al mismo tiempo, la posición del presidente estadounidense generó un
fuerte rechazo del resto del mundo y una rebelión de grandes ciudades de EEUU, además de una
reactivación de la militancia ambiental. El carácter voluntario del Acuerdo de París y la
inexistencia de penalizaciones para quienes no cumplan los objetivos abren un escenario incierto.
Con todo, París señaló un camino.”2

Marina Aizen, periodista especializada en temas ambientales, trata el tema de la salida de los


Estados Unidos del Acuerdo y enfoca su atención sobre los efectos positivos: los otros países
reafirmaron sus compromisos con el Acuerdo, para dar un signo fuerte. Según el Acuerdo, de hecho,
ningún país puede obligar un otro a establecer metas y a conseguirlas; los países actúan de manera
voluntaria. A pesar de la salida del Acuerdo de un país tan importante y poderoso, Marina Aizen,
como Jose Manuel Moreno, trata del acuerdo de Paris como de un principio de un camino.

Para concluir quería enfocarme sobre el mensaje de esperanza que los dos autores dan. Es muy
difícil asimilar este mensaje cuando podemos ver con nuestros ojos y sobre nuestra piel el
cambio climático y los efectos que este tiene, pero, lo que me anima, son los movimientos que están
naciendo, los movimientos que ya estaban y que ahora tienen siempre más fuerza; la búsqueda
continua de la sostenibilidad en la vida cotidiana de muchas personas. Pienso que si, el Acuerdo de
Paris fue un principio de una lucha contra nosotros mismos y contra nuestro pasado, y que no
involucra solo los países como fuerzas políticas, sino que las poblaciones, los individuos, la gente.

1José Manuel, Moreno. (2016). El Acuerdo de París, un primer paso. Ambienta: La Revista Del Ministerio De
Medio Ambiente, (114), 14-19.
2Aizen, M. (2017). El portazo de Estados Unidos al Acuerdo de París: Un ruido que no se escuchó. Nueva
Sociedad, (271), 45-54.

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