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El joven James comenzó a estudiar matemáticas a los catorce años, sin mostrar cualidades
extraordinarias, pero adquirió gran habilidad en el taller mecánico de su padre, tanto en
herramientas, como en instrumentos de navegación.
James Watt adaptó la máquina de vapor para impulsar los mecanismos industriales. En 1782
fabricaban máquinas de vapor para telares, fábricas de papel, molinos de harina, destilerías,
canales, obras hidráulicas y talleres.
Pero más allá de su máquina de vapor, Watt, inventó una copiadora de manuscritos, un
cuadrante topográfico, una máquina de dibujar y un instrumento que se acoplaba a los
telescopios para medir distancias entre los planetas y las estrellas.
Adam Smith sostiene que la productividad aumenta a medida que se incrementa la división
del trabajo. La productividad, considerada como la capacidad de producir una cantidad
determinada de bienes con un conjunto de recursos dados, un a cantidad de máquinas, una
cantidad de mano de obra y un cierto tiempo, será mayor si el trabajo se divide entre
especialistas que cumplan funciones definidas.
“...Uno tira el metal o alambre, otro lo endereza, otro lo corta, el cuarto lo afila, el quinto lo
prepara para ponerle la cabeza; y el formar ésta requiere dos o tres distintas operaciones; el
colocarla es otra operación particular; es distinto oficio el blanquear todo el alfiler; y muy
diferente, también, el de colocarlos ordenadamente en los papeles. Con que el importante
negocio de hacer un alfiler viene a dividirse en dieciocho o más operaciones distintas, las
cuales en unas ocasiones se forjan por distintas manos y en otras una mano sola forma tres
o cuatro diferentes. ..., estas... personas podrían hacer cada día más de cuarenta y ocho mil
alfileres,... Pero si éstos hubieran trabajado separada e independientemente,..., ninguno
ciertamente hubiera podido llegar a fabricar veinte alfileres al día, y acaso ni aún uno
solo, ...”
Imaginemos una comunidad donde cada miembro debe procurarse por sí mismo, sin
interactuar con otros, el conjunto de bienes que necesita. Tendrá que hacerse su propia
ropa, conseguirse su propia comida, construirse su propia casa. Podemos imaginar “La
calidad” de esos artículos y el tiempo que demorará nuestro trabajador en producirlos. En
cambio, si en esa mima comunidad cada uno se especializa en algo, tendremos entonces el
sastre, que hará mejor muestra ropa en menos tiempo, y el carnicero que nos proveerá de
carne, el albañil que construirá nuestra casa. Habrá un ahorro de tiempo y, se construirá
más y mejores bienes. La riqueza de esa comunidad habrá sin duda aumentado con
respecto a la de un mundo sin división del trabajo.
David Ricard.
A diferencia de Adam Smith, en cuyos trabajos se apoyó, Ricardo se preocupó sólo en segunda
instancia en averiguar las causas del crecimiento o, si se prefiere el origen de "la riqueza de las
naciones". Aunque también se podría decir que sus preocupaciones en torno al crecimiento lo
llevaron a interesarse en primer lugar en los factores que explican la distribución de la renta.