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Ensayo

LA PSICOMOTRICIDAD Y SU IMPORTANCIA PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DEL


NIÑO
Autora: Guadalupe Loayza Gutierrez
La elaboración del presente trabajo manifiesta la importancia de la psicomotricidad en el ámbito de
desarrollo del niño y favorece al trabajo a través de métodos y dinámicas que respetan el proceso formativo
del alumno y va entorno a su creatividad y a su descubrimiento.

Psicomotricidad es un enfoque de la intervención educativa o terapéutica cuyo objetivo es el desarrollo de


las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que le lleva a centrar su actividad e
interés en el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello: disfunciones, patologías,
estimulación, aprendizaje, etc.

La psicomotricidad en los niños se utiliza de manera cotidiana, los niños la aplican corriendo, saltando,
jugando con la pelota. Se pueden aplicar diversos juegos orientados a desarrollar la coordinación, el
equilibrio y la orientación del niño, mediante estos juegos los niños podrán desarrollar, entre otras áreas,
nociones espaciales y de lateralidad como arriba-abajo, derecha-izquierda, delante-atrás. En síntesis,
podemos decir que la psicomotricidad considera al movimiento como medio de expresión, de comunicación
y de relación del ser humano con los demás, desempeña un papel importante en el desarrollo armónico de
la personalidad, puesto que el niño no solo desarrolla sus habilidades motoras; la psicomotricidad le permite
integrar las interacciones a nivel de pensamiento, emociones y su socialización.

La psicomotricidades una disciplina que, basándose en una concepción integral del sujeto, se ocupa de la
interacción que se establece entre el conocimiento, la emoción, el movimiento y de su importancia para el
desarrollo de la persona, de su corporeidad, así como de su capacidad para expresarse y relacionarse en el
mundo que lo envuelve. Su campo de estudio se basa en el cuerpo como construcción, y no en elorganismo
en relación a la especie.
A lo largo de este breve ensayo tendremos las herramientas necesarias para responder a nuestra interrogante,
que da el preámbulo para la información que a continuación se presentará. Nos encontramos con que la
psicomotricidad es parte del desarrollo de todo ser humano, y que relaciona dos aspectos: funciones
neuromotrices, que dirigen nuestra actividad motora, es decir, los movimientos que realizamos; y las
funciones psíquicas, que engloban procesos de pensamiento, atención y memoria. Recordemos que desde que
nacemos y entramos en contacto con el mundo a través del cuerpo, empezamos a explorar nuestro entorno, a
conocer y a descubrir lo que nos rodea.
En los primeros años de vida, la psicomotricidad juega un papel fundamental en el desarrollo del niño, ya
que influye directamente sobre el desarrollo intelectual, afectivo y social.
1. A nivel motor; Permite al niño dominar su movimiento corporal
2. A nivel cognitivo; Permite al niño mejorar en memoria, atención y concentración.
3. A nivel social y afectivo; Permite a los niños conoces y afrontar sus miedos así como relacionarse con
los demás.
Varios estudios han informado de la importancia de incluir a los educadores en los programas de
Intervención Psicomotriz, para que reciban algún conocimiento del desarrollo psicomotor. En cierto modo,
serán más capaces de reconocer las dificultades mentales y corporales que pueden comprometer el
desarrollo del niño, y contribuir para promover una mejor educación y un mejor desarrollo del niño.
En el video se observa que durante todo el tiempo que dura sesión hay momentos y reglas por ejemplo
momento de ayudar a armar, tomar turnos, respetar, ser cuidadosos, no lastimar a nadie, etc y cuando ha
terminado el tiempo de jugar todos se acuestan para meditar y descansar, para neutralizar todas las energías y
marcar que la hora de jugar ha terminado. Luego todos salen con calma y no frenéticos ya que han tendo el
chance de apaciguar su energía.
Es de suma importancia marcar los tiempos y reglas en los ambientes que los niños frecuenten. a organización
en la vida de un niño(a) favorece la posibilidad de desarrollar un orden interno que le permite organizar su
mente, su capacidad de ordenar y entender sus propios pensamientos, emociones y acciones. Por ello, debemos
poner especial atención en las diferentes etapas del desarrollo del niño(a) y en qué herramientas les estamos
brindando, en pro de una adecuada organización.
Para los niños pequeños (edad pre - escolar), es muy importante organizar sus hábitos diarios; tener una hora
para comer, bañarse y una preparación previa antes de dormir. Ello contribuye a desarrollar una noción del
tiempo y facilita la capacidad de organización y concentración. También ofrece estabilidad y seguridad
emocional al niño(a).
Con respecto a los espacios de juego libre, estos deben ser incluidos en la rutina diaria del niño(a) y deben ser
programados con un inicio y un final. El juego es una de las mejores herramientas para el aprendizaje en esta
etapa, por lo que es importante destinar un espacio para que el niño(a) juegue y respete esos tiempos.
Mencionarle, por ejemplo que podrá jugar hasta que sea la hora de bañarse o cenar, puesto que luego deberá
prepararse para ir a dormir; esta explicación ayudará a que organice su juego y facilitará el paso de una
actividad a otra.
Para niños a partir de los 6 años (etapa escolar, primer grado), se espera que maneje ciertas nociones de
organización de su propio tiempo, por lo que se debe fomentar que elabore por sí mismo(a) un horario que
incluya sus tareas escolares, responsabilidades, así como sus tiempos de ocio y descanso. Asimismo, este
horario debe ser realista y acomodarse a las posibilidades del niño(a); debe servir como una herramienta de
organización, más que como una fuente de ansiedad y frustración. Como menciona la psicóloga Liliana
Tuñoque, “La clave radica en evitar saturarlos, pues el niño debe tener espacios para hacer lo que le gusta: ver
televisión, jugar, descansar.”
Puede resultar de gran ayuda armar con nuestros hijos un horario, de cómo se verá su semana y colocarlo en
un lugar visible. Ello le permitirá al niño(a) anticiparse y organizarse, lo cual tendrá repercusiones positivas
en su rendimiento y capacidad de concentración. Al organizar las rutinas es importante preguntarnos ¿estamos
dando suficiente tiempo libre o está saturado de actividades.
En síntesis, es conveniente siempre reflexionar e intentar que exista un balance entre las responsabilidades y
el tiempo de juego que tiene un niño(a), pues ello permitirá el crecimiento saludable en él/ella.
La presencia de los padres, el vínculo y la participación tanto del niño(a) como de la figura cuidadora en las
actividades diarias deben ser aprovechados. La hora de la cena, del baño, de los juegos en familia, entre otros,
pueden ser espacios donde se incentive la escucha y el diálogo familiar, permitiendo conocer las actividades
que más disfrutan y aquellas en las que presentan dificultades. Debemos centrarnos en construir una rutina
agradable y saludable que les permita crecer y desarrollarse tanto en lo académico, como lo social y emocional.
Hablando también de las reglas, ayudan a los niños a entender qué comportamientos son buenos y cuáles no.
A medida que los niños vayan creciendo, irán a más lugares donde habrá reglas que deberán seguir. Seguir
reglas en la casa puede ayudarles a aprender a seguir las reglas de otros lugares.
Es normal que los niños rompan las reglas y pongan a prueba los límites. Romper una regla es la manera que
tienen los niños de aprender sobre el mundo que los rodea. Hacer cumplir constantemente las reglas al aplicar
consecuencias cuando las rompen los ayuda a entender que son importantes. Recuerde que los niños pequeños
a veces rompen las reglas simplemente porque las olvidan. No siempre las rompen porque están poniendo a
prueba los límites. No obstante, nuestra respuesta debe ser la misma sin importar cuál sea el motivo por el
cual se rompió la regla.
Y por último tomar en cuenta la relajación, vivimos en una sociedad que va muy rápido y llevamos a los niños
a un ritmo trepidante que no les permite parar. Los acostumbramos a pasar de una actividad a otra sin pausas
y con prisas. Los niños necesitan jugar y moverse, pero también necesitan momentos para calmarse y relajarse,
descansar. Para ello existe juegos de relajación, lo cuales fomentan la tranquilidad, disminuyen el estrés y la
ansiedad. La capacidad para alcanzar la relajación es sin duda algo positivo a cualquier edad, tanto para
nosotros como adultos pero también para los más pequeños de la casa. Esto les ayuda a reducir la tensión
muscular, disminuir la frecuencia cerebral así como la presión sanguínea.
La relajación produce en el niño una valoración de la imagen que construye de sí mismo. Debe hacer que el
niño tome mayor confianza al potenciar las sensaciones corporales. Es necesario introducir desde las edades
más tempranas ejercicios que mejoren y beneficien la situación del niño frente a su propia actividad. Los niños
deben aprender a gozar de su cuerpo en reposo, disfrutar de la inactividad.
Estos juegos permiten desarrollar de forma lúdica la imaginación, creatividad, concentración, memoria,
observación, capacidad de respetar turnos, seguir instrucciones, elaborar estrategias, tomar decisiones
y resolver problemas. Aumentan el nivel de tolerancia a la frustración, ayudan a desarrollar la paciencia y
respetar diferentes opiniones o formas de jugar y expresarse, a descubrir la importancia del esfuerzo y del
trabajo en equipo. Para lograr que sea una instancia entretenida de aprendizaje, hay que seleccionar juegos
acordes a la edad, personalidad y gustos de cada hijo.

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