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CAZADORES DE MICROBIOS
CAPÍTULO IX
DAVID BRUCE
Fiebre de malta
Decidió observar la sangre de un caballo infectado, tal cual fue su sorpresa se
encontró con un animal delgado y flexible.
Son tripasomas. Las encontré en la
sangre, secreción de los parpados y la
extraña gelatina amarillenta grasa
debajo de la piel.
Los resultados presentaron que los monos infectados murieron mientras que los
que convivieron pero no fueron picados sobrevivieron.
No picado= a vivir
Se llego a la conclusión de que las moscas tse-tsé vivían en las orillas del
lago y se extinguirían cuando no tuvieran sangre infectada que chupar por lo
que los habitantes abandonaron su hogar y la enfermedad se detuvo.
Bibliografía:
Kruif, P. D. (1997). Cazadores de microbios. Panamá, Panama: Editora Géminis