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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

ESCUELA SUPERIOR DE MEDICINA


ANESTESIOLOGÍA

HISTORIA DE LA ANESTESIA Y
ANESTESIOLOGÍA
VALERIA ALEXANDRA IRIARTE VÁSQUEZ

14 DE MARZO DE 2021
8CM12
TITULAR: DR. VICTOR LEÓN RÁMIREZ
HISTORIA DE LA ANESTESIA Y ANESTESIOLOGÍA

Desde que el hombre apareció en la tierra, el dolor ha sido uno de sus principales
problemas y ha buscado sistemáticamente el método para librarse de él.
La anestesiología abarca una serie de intervenciones que brindan estados
fisiológicos como lo son la perdida de la sensación y conciencia, así como la
prevención o alivio del dolor, todo esto con las características de ser temporales y
controlados.
Sin embargo, el desarrollo de esta especialidad hasta lo que es en la actualidad ha
pasado por una larga evolución que revolucionó la práctica de la medicina,
permitiendo que las cirugías sean una opción viable en muchas patologías,
procedimientos que de otra forma sería demasiado dolorosos o complicados.

A lo largo de la historia ha habido innumerables intentos de controlar, reducir y


eliminar el dolor, diferentes culturas desarrollaron métodos variados, las
civilizaciones antiguas encontraron alivio en numerosos subproductos vegetales,
principalmente de cáñamo (marihuana), mandrágora, belladona, todas cuales
podían sedar, pero no anestesiar.
Los africanos bebían o fumaban potentes sustancias que alteraban la mente y
hacían soportable el dolor, los indios americanos confiaban en la corteza del sauce,
la fuente original de nuestra aspirina moderna. Los chamanes incas masticaban
hojas de coca mientras perforaban agujeros en la cabeza de sus pacientes para
liberar a los espíritus malignos (trepanación), escupiendo periódicamente en las
heridas que habían infligido. El cemento con una mezcla de semillas de beleño y
goma era un remedio efectivo para controlar las caries dentales en Babilonia.
La compresión local de nervios para producir anestesia, utilizada por los Asirios y
presente en pictogramas egipcios, que igualmente fue utilizada por Ambrosio Paré
en 1564 y James Moore en 1646.
El principal narcótico que podía hacer la cirugía una opción era el opio, un derivado
de la amapola. Los guerreros llevaban pequeños sacos de opio a la batalla, de la
misma manera que las tropas modernas pueden llevar jeringas de morfina (un
derivado del opio).
El uso de alcohol en forma de vino o combinado (con opio o cáñamo), fue
ampliamente utilizado en el imperio romano, China, Italia y España, dicha técnica
inducia sopor, pero ofrecía poca analgesia. El láudano era una solución alcohólica
de opio preparada por primera vez por Paracelso en el siglo XVI, con enorme
popularidad en periodo victoriano y romántico, sin embargo, frecuentemente se
abusaba de él por su potencial adictivo.
El método más popular para inducir la narcosis durante la edad media fue la esponja
soporífera. Los historiadores describieron sus ingredientes como opio, mandrágora
beleño y un toque de cicuta, los cuales se hervían juntas y se cocinaban en una
esponja de mar, resultaba de gran utilidad por su contenido de morfina y
escopolamina. La esponja se reconstituía en agua caliente y se colocaba bajo la
nariz del paciente antes de la cirugía. Una forma temprana de dicha esponja puede
haber sido ofrecida a Jesús Cristo al estar en la cruz.
Antes de la llegada de la anestesia, los mejores cirujanos eran los más rápidos. un
médico, el barón Larrey, se convirtió en una leyenda por amputar más de 200
miembros en menos de 24 horas después de la batalla de Borodino en 1812.
Todos estos métodos previamente mencionados comenzaron a caer en desuso a
partir del siglo XV, debido a la influencia religiosa de la Inquisición. Se hizo una
persecución a todas las personas que ejercieran brujería, la magia negra o rindieran
culto al diablo.

ANESTÉSICOS INHALADOS
Antes de la existencia de agujas hipodérmicas y del acceso intravenoso fuera
habitual, la ingestión y la inhalación eran las únicas vías conocidas para administrar
medicamentos con efectos sistémicos.
A partir del descubrimiento de los gases se fundó en 1789 el Instituto de Medicina
Neumática de Clifton, Inglaterra. En 1795 Humphry Davy inhaló óxido nitroso y
describió una sensación de mareo, relajación muscular, audición más aguda y se
sintió tan alegre por lo que denominó “gas de la risa”. En 1800 publicó un artículo
“Researches, Chemical and Philosophical; chiefly concerning Nituos Oxide”, el cual
describe como calma el dolor por la extracción de una muela del juicio, y sugiere el
uso de dióxido nitroso como agente anestésico.
La invención de la anestesia quirúrgica a principios de la década de 1840, fue la
primera contribución importante que hizo la ciencia médica estadounidense al
mundo; hasta el día de hoy, muchos lo consideran el mayor regalo para el arte de
curar.
El compuesto actualmente conocido como éter dietílico, era conocido en el siglo XVI
Valerius Cordis, médico y botánico, autor de Dispensatorium, describió la técnica
para sintetizar éter, preparado mediante la destilación de ácido sulfúrico con vino
fortificado para producir un oleum vitrioli dulce.
En esa época Paracelso observó que el éter hacía que los pollos se quedaran
dormidos y despertarán sin daño, él informó que podría recomendarse su uso en
enfermedades dolorosas. Durante 3 siglos después permaneció como agente
terapéutico sólo con uso ocasional, su único uso rutinario fue como droga recreativa
de bajo costo entre los británicos e irlandeses pobres quienes bebían una o dos
onzas de éter y estudiantes americanos que empapaban toallas con éter sobre sus
caras.
Crawford W. Long, en Jefferson, Georgia, se convirtió en el primer médico en utilizar
un anestésico químico moderno, el éter, durante una cirugía mayor. Long y sus
colegas médicos habían estado experimentando con el gas recién desarrollado
conocido como éter dietílico; llevaban a cabo los experimentos en sus hogares
durante las “fiestas de vapor”. Long observó que cada vez que uno de sus amigos
intoxicados hacía algo que normalmente le habría causado mucho dolor, ninguno
informó haber sentido malestar alguno.
El 30 de marzo de 1842 Long le propuso a uno de sus pacientes, James M. Venable,
la extirpación de 2 grandes tumores en la parte posterior de su cuello, sugiriendo
poner una toalla empapada de éter sobre la cara del paciente, y una vez
profundamente dormido, removería los tumores rápidamente y sin dolor;
procedimiento que resultó ser exitoso.
En 1844, un dentista estadounidense llamado Horace Wells, fue el primero en
utilizar óxido nitroso en una operación dental.
Mientras tanto otro cirujano estadounidense, William Morton, comenzó a usar éter
en 1846, el éter resultó más versátil que el óxido nitroso pues las concentraciones
requeridas para la anestesia eran bajas, producía el efecto sin causar depresión
respiratoria y su inducción lenta, daban al paciente un margen de seguridad
significativo. Escribió sobre su trabajo y fue reconocido como el primero en usar éter
para inducir el sueño profundo. El 16 de octubre de 1846, Morton anestesio a un
hombre al que se le extirpó una lesión vascular de la parte lateral izquierda del
cuello; para anestesiarlo su utilizó un inhalador que consistía en un bulbo de vidrio
grande que contenía una esponja empapada en aceite de naranja mezclado con
éter conectado a una boquilla que se colocaba en la boca del paciente. Se dice
cuando el hombre despertó después de la cirugía anunció a los médicos que
esperaban y aún se burlaban de la idea de cirugía indolora: “Caballeros, esto no es
una patraña”.
También en 1846, el médico y poeta Oliver Wendell Holmes, propuso en una carta
que el nuevo analgésico se llamara anestesia, palabra griega ἀναισθησία
(anaisthēsíā), que significa literalmente “pérdida de sensibilidad”.
Long También fue el primero en 1847, en usar éter para proporcionar un parto
relativamente libre de dolor, pero este paso histórico no tuvo el reconocimiento
merecido, principalmente a que dependía de los médicos, en ese momento todos
hombres, otorgar tales honores, y no muchos estaban preocupados por un parto sin
dolor.
1847, James Simpson, fue de los primeros en usar éter para aliviar el dolor en el
trabajo de parto, pero insatisfecho busco un anestésico de acción más rápida, utilizó
por primera vez el cloroformo, presentó un informe para su empleo en The Lancet.
En el siglo XIX, la creencia popular mantenía que el alivio del dolor se oponía a la
voluntad de Dios, pues era parte del castigo y un medio para expiar el pecado
original, a esto Simpson presentó un panfleto en donde afirmaba que el dolor del
trabajo de parto era resultado de causas científicas y anatómicas; no hubo un efecto
significativo en las actitudes prevalecientes, pero explicó muchos conceptos que de
debatían en la época.
El cloroformo obtuvo notoriedad después de que John Snow lo usara en el
nacimiento de los dos últimos hijos de la Reina Victoria, y cuando la reina respaldó
la anestesia obstétrica, el debate religioso sobre el tratamiento del dolor en el trabajo
de parto terminó de manera súbita. Durante las siguientes décadas, el cloroformo
se usó con moderación porque resultó fatal en varios casos quirúrgicos, y finalmente
fue prohibido en 1910. Para ese entonces, se determinó que la posibilidad de morir
bajo la influencia del éter fue aproximadamente 1 de cada 20,000, mientras que la
probabilidad de morir al estar anestesiado con cloroformo era aproximadamente de
1 entre 4,000.
Durante la segunda mitad del siglo XIX e inicios del XX se examinó el potencial
anestésico de otros compuestos, el cloruro de etilo en 1894, etileno en 1923,
ciclopropano en 1929 por George Lucas y Velyien Henderson de Toronto sin
embargo se limitó su investigación, y en 1934 un estudio clínico en Wisconsin
informó del éxito del fármaco.
Todos los analgésicos potentes de este periodo eran explosivos, salvo por el
cloroformo, para reducir el riesgo de explosión durante la Segunda Guerra Mundial
se recurrió al tricloroetileno. Diez años más tarde los hidrocarburos fluorados
revolucionaron la anestesia inhalada, pues la sustitución de flúor por otros
halógenos reduce el punto de ebullición, aumenta la estabilidad y reduce la
toxicidad.
En 1947 en la University of Maryland, un equipo dirigido por el profesor de
farmacología Jonh C. Krantz, investigó el éter etilvinílico, se prepararon varios
análogos fluorados y fue así como el fluoroxeno se convirtió en el primer anestésico
fluorado; este fue comercializado de 1954 hasta 1947.
En 1953, Charles Suckling creó el halotano, y tras completar una revisión favorable,
se ofreció a Michael Johnstone, un anestesiólogo respetado de Manchester,
Inglaterra, quien reconoció sus grandes ventajas sobre los otros anestésicos
disponibles en 1956. Gracias al respaldo de Johnstone, el uso de halotano se
difundió rápida y ampliamente en la practica de la anestesia.
En 1960, le siguió en metoxiflurano, pero su nefrotoxicidad por un metabolito, resulto
en la búsqueda de una mayor estabilidad, así se sintetizaron en 1963 enflurano y
en 1965 el Isoflurano por Ross Terrell, el primero resulto ser un potente depresor
cardiovascular y en cuanto al isoflurano era difícil su purificación, aunque después
de varios estudios minuciosos después de 20 años se introdujo a la práctica clínica.
Por último en 1991 se liberó el desflurano y en 1994 el sevoflurano.

ANESTÉSICOS INTRAVENOSOS
Después de los éxitos conseguidos con la introducción de la anestesia general
inhalatoria se comenzaron a ensayar fármacos en administración intravenosa que
pudieran complementar y mejorar los resultados que se estaban obteniendo con los
gases anestésicos.
En 1628 William Harvey, en su publicación De Motu Cordis, había demostrado que
la sangre venosa era conducida hacia las arterias y de ahí a los órganos del cuerpo
por el corazón, así fue como las primeras inyecciones de sustancias por esta vía se
realizaron en el siglo XVII con fines experimentales y no terapéuticos. En 1657
Christopher wren inyectó vino y cerveza en las venas de un perro usando una pluma
de ganso y una vejiga, llevándolo hasta la inconsciencia, estos ensayos fueron
continuados por Robert Boyle y Robert Hooke, que inyectaron opio y azafrán
también en perros.
En 1853 Alexander Wood médico de Edimburgo sería el primero en utilizar la aguja
hipodérmica para administración de drogas por vía intravenosa, dicha aguja fue
desarrollada por Francis ring y la jeringuilla funcional precursora de las actuales por
Charles G. Pravas ese mismo año.
No fue hasta 25 años después del descubrimiento de la anestesia inhalatoria, que
este tema recibe mayor atención. En 1872 Pierce Oré profesor de fisiología en
Burdeos, consigue la anestesia en animales mediante la administración
endovenosa de una solución de hidrato cloral; dos años después se informa el
primer uso de este anestésico en el hombre sin embargo al no ser un agente
satisfactorio el método no consigue generalizarse.
La vía endovenosa es actualizada en 1898 por Dresser en Munich con el empleo
del henodal, este agente fue definido como el primer agente anestésico intravenoso
que proporcionaba adecuada anestesia quirúrgica y moderado grado de seguridad
adquiere cierta popularidad al ser usada frecuentemente en combinación con el
cloroformo por Krawkow y Fedoroff hasta fines de 1908; pero su baja solubilidad,
tiempo de acción lento y larga duración de efectos hicieron que cayera en desuso.
En 1909 Ludwig Burchhardt usa una solución de cloroformo endovenosa y 4 años
después Noel y Souttar emplean paraldehído por esta misma vía.
La Suiza Elisabeth Benfield comunica en 1916, por primera vez el uso de morfina y
atropina o escopolamina por vía endovenosa como medicación preanestésica.
En 1903, se sintetizó el primer derivado barbitúrico con efecto hipnótico, pero en su
baja solubilidad y prolongado tiempo de duración de efectos hipnóticos lo llevaron
al desuso, siendo hasta 1921 cuando se usó el barbitúrico somn ifen para la
anestesia intravenosa, seguido del pernoston en 1927, primer barbitúrico utilizado
ampliamente como anestésico intravenoso.
En 1932 se sintetiza el primer barbitúrico de corta acción e inicio rápido, pero con
grandes efectos secundarios excitatorios, el hexobarbital; para 1934 se sintetiza el
tiopental sódico, un barbitúrico con rápidos efectos hipnóticos y escasos o
prácticamente nulos efectos excitatorios. Hoy en día el tiopental permanece vigente
como un estándar de oro y es referencia para comparar otros agentes hipnóticos
intravenosos, mientras continúa la investigación para lograr el agente anestésico
intravenoso ideal.
Actualmente, la anestesia intravenosa tiene usos amplios dada su versatilidad y
seguridad.

ANESTÉSICOS LOCALES
Se conocía que los incas realizaban operaciones con anestesia local con derivados
de la planta de coca, pero el primer uso de anestesia local para adormecer sólo una
parte particular del cuerpo antes de la cirugía se introdujo en 1880.
En Europa los opiáceos se utilizaron cuando el doctor Scherzer de Australia utilizó
las hojas de coca como anestésico en 1859; posteriormente se publicaron sus
características químicas y la descripción detallada de la cocaína en sus efectos
psicoestimulantes en 1880. El doctor Sigmund Freud junto con el doctor Köller,
utilizaron gotas de cocaína como anestésico local previo a una operación ocular en
Freud en el año 1884, la cual resulto un éxito e indolora; así fue como dicha
sustancia fue aceptada como un anestésico por la Sociedad de Oftalmólogos
Alemanes.
El desarrollo del primer anestésico local sintético, la procaína, en 1904 por el
químico Alfred Einhorn y su uso clínico por el doctor Braun en 1905, marca una
etapa importante en la anestesia local. Einhorn estableció el principio de todos los
ésteres de los ácidos aromáticos que producen un mayor o menor grado de
anestesia local, lo que derivó en la síntesis de procaína. Este principio es
considerado hasta la fecha como el estándar de referencia con otras drogas en
cuanto a efectividad y toxicidad.
La principal desventaja de estos anestésicos locales tipo éster fue su corto periodo
de acción por inactivación de las esterasas, además de las reacciones alérgicas
producidas. En 1930 se logró un aumento de la duración de acción con la síntesis
de la tetracaína por una substitución en su anillo aromático; sin embargo, esta
sustancia fue 10 veces más tóxica que la procaína.
En 1943 Löfgren y Lundquist sintetizaron la lidocaína, lo que marcó el inicio de una
nueva serie de substancias, en las cuales la cadena intermedia fue reemplazada
por una unión amida. Sobre esta base una serie de anestésicos locales tipo ácido-
amida se desarrollaron (mevipracaína, prilocaína, bupivacaína y etidocaína).
Toda esta serie de nuevos anestésicos mostraron mayor selectividad para las fibras
parasimpáticas y sensoriales, menos especificidad para los nervios motores.
la importancia de la adición de un vasoconstrictor para prolongar la acción y
aumentar el efecto local de anestésicos, se basó en los trabajos originales de Braun
en 1903 y posteriormente demostrado en forma magistral por Bieter en 1936
utilizando diferentes concentraciones de epinefrina.

ANESTESIA REGIONAL
De la mano de la anestesia local surgió otra familia de anestésicos conocidos como
“fármacos regionales” o “bloqueos nerviosos” para su uso en la anestesia de
grandes porciones del cuerpo, el cual consistía en la colocación de un anestésico
en el canal espinal o en el líquido cefalorraquídeo.
En noviembre de 1884 William S Halsted, practica el primer bloqueo regional
mediante una solución de cocaína al 4% inyectada en la región del nervio dentario
inferior para la extracción de un molar.
El desarrollo ulterior de producir anestesia por bloqueo de los nervios sensitivos
regionales, propuesto por Halsted, y los trabajos previos de James L. Corning en
1885 proponiendo la inyección de cocaína en la región lumbar, condujeron al
alemán August K. Bier a la idea de la anestesia lumbar o raquídea, practicando el
16 de agosto de 1898 su primera experiencia en un paciente mediante la inyección
de 3 ml de solución de cocaína al 0.5% por punción lumbar, consiguiendo éxito.
A comienzos de 1920, Luis G. Labat practica y difunde los principios de la
raquianestesia en Europa y Estados Unidos.
A finales de los años 20, se desplaza el interés por la raquianestesia a otras técnicas
de o sea regional.
El neurólogo James L. Corning, utilizo por primera vez un anestésico local en un
paciente inyectándolo para provocar bloqueo de ganglios espinales a fin de obtener
anestesia quirúrgica localizada.
El procedimiento de bloqueo nervioso más conocido, que estuvo disponible por
primera vez en la década de 1950, se llamó epidural, utilizado en obstetricia al
momento del parto.

ANESTESIOLOGÍA
La práctica de la anestesiología comenzó como un oficio más que como una
verdadera profesión, asociada a la cirugía en odontología, que en ese momento no
tenían ni la facilidad técnica ni los fundamentos científicos sistemáticos para ser
consideradas profesiones.
Los primeros años de la historia de la anestesia en Estados Unidos también tuvieron
disputas y rivalidades acerca de quién debería ser acreditado por el descubrimiento
de la anestesia quirúrgica, esto junto la atención inadecuada a los principios
científicos y prácticas atrozmente inseguras, como la administración de
concentraciones asfixiales de óxido nitroso, la anestesiología también carecía de
otros elementos importantes como los estándares de atención , innovaciones en la
ciencia clínica, programas educativos rigurosos y organizaciones profesionales para
descubrir y difundir información.
El estado de la anestesiología en Europa no era mucho mejor que en Estados
Unidos durante la segunda mitad del siglo XIX. La muerte prematura del inglés John
Snow (1813-1858), dejó un liderazgo vacío durante muchos años. Los anestesistas
en Inglaterra se centraron en desarrollar dispositivos e instrumentos más que en
avances fundamentales en la investigación que podrían conducir a nuevos fármacos
y aplicaciones.
Durante la mayor parte del siglo XIX, la gran mayoría de los avances notables en la
ciencia de la anestesiología fueron logrados por científicos. Entre ellos los fisiólogos,
Pierre Jean Marie Flourens, François Magendie y Claude Bernard son respetados
por su trabajo sobre los efectos y mecanismo de acción de los gases anestésicos.
Farmacólogos y químicos, incluidos Joseph Friederich Von Mering, Hans Meyer y
Charles Overton, sintetizaron fármacos novedosos e investigaron las propiedades
que permitían que una sustancia química funcionara como anestésico.
Los cirujanos obstetras y dentistas contribuyeron con la mayor parte de los avances
clínicos en el campo. La mayoría de los anestesistas en ejercicio funcionaron
principalmente como técnicos que hicieron contribuciones exiguas al avance de los
fundamentos científicos de la disciplina.
A finales del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX, los médicos comenzaron
a ser nombrados profesores de anestesia en las facultades de Medicina y jefes de
anestesia en los hospitales.
Aunque Ralph Milton Waters (1883-1979) fue ampliamente reconocido por diseñar
el bote de dióxido de carbono “de ida y vuelta” y por introducir el ciclopropano como
anestésico, su contribución más fundamental fue probablemente la inculcación y el
desarrollo del profesionalismo en anestesia. Cuando Waters fue contratado para
crear un departamento de anestesiología en la Universidad de Wisconsin en 1927,
la condición de la anestesiología era primitiva. Había pocas revistas y ninguna
sociedad profesional para definir estándares, difundir información importante y
promover la investigación.
Waters fue un visionario audaz y astuto que se dio cuenta de que, para que la
anestesiología se convirtiera en una verdadera profesión , los siguientes avances
eran críticos: enseñar a los estudiantes un cuerpo sistemático de conocimientos;
debían de establecerse organizaciones, implementar y supervisar estándares de
educación y práctica; se debían de nutrir los programas de investigación con
vínculos estrechos entre las Ciencias básicas y la atención clínica; se debían llevar
a cabo reuniones con regularidad para fomentar la difusión de nueva información y
promover el debate sobre cuestiones de atención al paciente; y lo más importante,
los profesionales de la anestesiología debían dedicarse al servicio del público y a
buscar mejoras en su práctica académica y clínica.
Waters insistió en programas de formación en anestesia de alto nivel para
estudiantes y graduados de Medicina. El programa de residencia que instituyó en
Madison fue riguroso y constaba de 3 años de exigente formación . bajo su dirección,
al menos 27 alumnos del departamento de anestesia de Wisconsin se convirtieron
en jefes de departamento, incluida Virginia Apgar.
A pesar de sus fortalezas, Waters tenía algunos de los prejuicios de su época,
específicamente con respecto a las mujeres en la medicina. De hecho, en una carta
de 1932, Waters escribió: “Las mujeres médicos… son inútiles en la profesión. Estoy
harto de ellas. Las mujeres son agradables socialmente pero no como
profesionales”.
Waters se unió a John Silas Lundy y Paul Meyer Wood para eventualmente
establecer la certificación de especialidad apropiada en la anestesiología cuando la
American Board of Anesthesiology (ABA) se separó de la American Board of
Surgery, para convertirse en una entidad independiente en 1940.
En 1912 Francis H. McMechan, ayudó a formar la American Association of
Anethesists. Debido a la persecución McMechan, el American Journal of Surgery en
1914, comenzó a publicar el Quarterly Supplement of Anesthesia and Analgesia,
que duró hasta 1926.
En 1915, McMechan fue cofundador, junto con W. H. Long y Elmer “Ira” McKesson,
lo que sería la Sociedad Internacional de Investigación de Anestesia. A partir de
1922, esta sociedad publicó Current Researches in Anesthesia and Analgesia, la
primera revista en los Estados Unidos dedicada exclusivamente a la anestesia, con
McMechan como editor.
Elmer I. McKesson (1880-1935) hizo el tipo de contribuciones científicas a la
anestesiología que muchos anestesiólogos del siglo XIX no habían realizado.
además de ser un anestesiólogo capacitado, fundó Toledo Technical Appliance
Company y produjo muchos inventos notables: la primera máquina de Interflujo de
óxido nitroso y oxígeno bajo demanda, con calibración porcentual de los dos gases;
máquinas de succión; y su máquina Nargraff de 1930, que era capaz de producir un
registro semiautomático de oxígeno inspirado, volumen corriente y presión de gas
inspiratorio. Ayudo a la fundación de la Universidad de Toledo y se desempeñó
como profesor de fisiología y química fisiológica.
Las extraordinarias contribuciones de 3 notables anestesiólogos se extendieron
mucho más allá de los confines de la anestesiología y avanzaron la práctica de la
medicina a nivel mundial. Estos pioneros en la ciencia, salud pública y ética fueron
Robert A. Hingson, Virginia Apgar y Henry K. Beecher.
Preocupados por el dolor que sufrían las mujeres durante el trabajo de parto, Robert
Andrew Hingson y el obstetra Waldo B. Edwards diseñaron la aguja de acero
inoxidable maleable caudal Hingson-Edwards de calibre 19 para proporcionar
analgesia caudal continua. Hingson también sugirió el bloqueo caudal continuo el
cual podría usarse para el campo de batalla y otras cirugías traumatológicas.
Sin duda, su contribución de mayor alcance y que podría salvar más vidas fue el
Hypospray, que él y un ingeniero diseñaron en la década de 1940. Mientras estaban
en Staten Island había tratado un marinero mercante que sufrió un trauma de alta
presión que forzó el aceite diesel por vía transdérmica en su mano sino una herida
superficial visible. Utilizando esta observación, Hingson desarrolló un pequeño
inyector de chorro cuya alta presión pulsaba el fluido por vía subcutánea sin romper
la epidermis. Posteriormente, el instrumento se utilizó en todo el mundo para
inmunizar a millones de personas contra la influenza, la fiebre tifoidea, el cólera, la
viruela y la poliomielitis. fue acreedor de innumerables premios humanitarios
internacionales, incluido el premio Nobel de la paz.
Virginia Apgar, fue a la Universidad de Wisconsin se certifica en el programa de
Waters el 2 de enero de 1937, se convirtió en la primera directora de la división de
anestesia y asistente de anestesista en Columbia. Apgar se dedicó al área de la
anestesia obstétrica previamente desatendida. Se convirtió en una pionera de fama
mundial en el uso clínico y la investigación de aspectos de anestesia obstétrica.
también desarrolló un método rápido y brillantemente simple para evaluar el estado
del recién nacido centrándose en la frecuencia cardiaca, el esfuerzo respiratorio, el
tono muscular, la irritabilidad refleja y el color. Usando la puntuación de Apgar y
otras medidas, pronto se descubrió que los resultados maternos y neonatales
mejoraban con el uso de anestesia regional, en lugar de la anestesia general para
el parto. Así, iniciaron la transición a la anestesia regional para la Obstetricia.
Apgar se convirtió en profesora clínica de pediatría y directora de la campaña de la
fundación nacional para prevenir los defectos de nacimiento (March of Dimes). Fue
galardonada con el premio al servicio distinguido de la sociedad estadounidense de
anestesiólogos, el más alto honor, en 1961, convirtiéndose así en la primera mujer
en recibir este reconocimiento.
Henry Knowles Beecher, hizo importantes contribuciones al profesionalismo y ética
médica, fue nombrado profesor en anestesia en la Facultad de Medicina de Harvard
en 1941.durante las siguientes 3 décadas procedió a moldear en el entorno en el
que ejercen todas las especialidades de la medicina. Abogó por el uso de placebos
en todos los ensayos de medicamen tos, convirtiéndose en el padre de los ensayos
clínico prospectivo, doble ciego y controlado con placebo. Su insistencia en el
consentimiento informado para la investigación clínica fue crucial para permitir la
aceptación del concepto de autonomía del paciente a pesar de una cultura
paternalista previamente establecida. Además, su enfoque en la muerte cerebral,
más que cardiaca, redefinió el punto final de la vida y facilitó en gran medida el
crecimiento de trasplante de órganos.

ANESTESIOLOGÍA EN MÉXICO
Las primera anestesia con éter en nuestro país fue aplicada durante la guerra de
intervención norteamericana por los doctores Pedro Vander Linden y Edgar H.
Barton, para la práctica de una amputación . Ese mismo año, el médico yucateco
doctor José Matilde Sansores utiliza en la práctica médica civil al éter, lo que fue
publicado en el diario El noticioso de Yucatán.
En 1851 el doctor Ramón Alfaro y González de Cossío utilizó el cloroformo, hecho
que fue publicado en el periódico de la Academia de Medicina de México. En 1900
el doctor Ramón Pardo, médico Oaxaqueño aplica la primera raquianestesia en
nuestro país.
La anestesiología como especialidad de la medicina se fue consolidando a inicios
del siglo XX, para 1934 los anestesiólogos mexicanos se agrupan en lo que se
denominó la Sociedad de Anestesistas de México, agrupación que al paso de los
años dio origen a la Sociedad Mexicana de Anestesiología segundo a la Sociedad
Americana de Anestesiología y más antigua en Latinoamérica, que posteriormente
se transformó por necesidades propias de la modernidad y la exigencia normativa
en el Colegio Mexicano de Anestesiología.
En agosto de 1952 se fundó la revista mexicana de anestesiología, órgano oficial
de divulgación científica, de la Sociedad Mexicana de Anestesiología. Su primer
editor fue Benjamín Bandera.

ACTUALIDAD
Se habla que el desarrollo de la anestesia hoy en día está enfocado en proporcionar
anestesia menos costosa y más accesible a quienes viven en países más pobres, y
se considera un objetivo importante y alcanzable durante las próximas décadas
según la sociedad estadounidense de anestesiólogos.
La humanidad había estado esperando una anestesia quirúrgica eficaz durante
tantos siglos que, como era de esperar, cambio totalmente la práctica médica. Hoy,
para la mayoría de nosotros, lo damos por sentado y no podemos imaginar un
momento en el que vivir con un dolor intenso y con un miedo terrible al cirujano era
común.
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8. McGoldrick K. The History of Professionalism in Anesthesiology. American
Medicine Association Journal of Ethics. 2015;17(3):258-264. doi:
10.1001/journalofethics.2015.17.3.mhst1-1503.
ANEXOS:

Inhalador de clorof ormo el mismo tipo que


John Snow utilizaba en la reina Victoria para
aliviar el dolor del parto. Los vapores de
clorof ormo f ueron entregados por un tubo a
través de la máscara f acial de latón y
Jesús Cristo en la Cruz, es hidratado con una terciopelo. Museo de ciencias de Londres.
esponja (Boëtius Adamsz Bolswert, 1622)

Humphry Davy inhaló dióxido nítrico y publicó un


artículo “Researches, Chemical and El doctor John Warren extrae un tumor del
Philosophical; chief ly concerning Nituos Oxide”. cuello a un paciente previament e
anestesiado por William Morton el 16 de
octubre de 1846. Óleo de Robert Hinckley
(1882). Biblioteca de Medicina, Boston.
Barón Larrey, previo a amputación en
Uso de éter empapando una toalla previo a una batalla de Borodino en 1812.
cirugía.

Jeringa de pistón con aguja propuesta en 1853 por


Charles G. Pravaz que f ue precursora de las
jeringas utilizadas actualmente. Publicación Die lokalanästhesie ihre
wissenschaf tlichen grundlagen und
praktische anwendung (Leipzig, 1913) de
Heinrich Braun sobre técnicas de anestesia
local

El maestro Benjamín Bandera y el primer


Virginia Apgar, Anestesiologa que se dice salvo la artículo publicado en la Revista Mexicana de
vida de miles de neonatos, primera mujer en ganar Anestesiología
el premio de servicio distinguido por la Sociedad
en 1952.
Estadounidense de Anestesiólogos.

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