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Violencia:

la Historia Camila Hernández


Rand Abdel
Valentina Calatayud

L
Anamillex García
atinoamericana Juan Ariza
Andrea Delgado
Denissa López
Giuselli Núñez
Sebastián Prada
Yulianny Rodríguez
Ana Santoro

Profesor: Tomas Molina

Sección 1M
Nuestras Raíces de
y
Violencia Sangre
La historia latinoamericana siempre se ha visto envuelta en acontecimientos
violentos y de aire radical a lo largo de toda su existencia, lo que ha hecho
que nuestros registros se encuentren empapados de sangre y gallardía
debatible. Hemos estudiados tres distintos acontecimientos que, a pesar de
ser difentes entre sí, tienen en común la carga cultural y historica que marcó
la diferencia y nos hizo lo que hoy somos los latinoamericanos. En primera
instancia tenemos los sucesos pintados de orgullo y necedad vistos ahora
como los motivos principales detrás de la primera intervención violenta de
la que hablaremos. Esta intervención fue provocada por una protesta
pacífica estudiantil que buscaba fortalecer y dar a conocer aún más a la
Federación de Estudiantes, aparte de las actividades de este evento, ya que
estas al hacer referencia a la situación política del momento y a Gómez,
ocasionaron desagrado. La represión se concentró en disolver esta protesta y
llevarse a los líderes detrás de ella, pero no fue de una manera igualmente
pacífica, encarcelándolos. Todo esto causó un gran descontento en la
sociedad venezolana del tiempo y llevó a que más de doscientos estudiantes
se entregaran voluntariamente en solidaridad por sus compañeros ahora
encarcelados injustamente. Se desatan protestas en la ciudad de Caracas.
Las fuerzas no pudieron hacer mucho para controlar las masas, y al mismo
tiempo los estudiantes sufrían constante tortura donde los mantuvieron
cautivos, con falta de alimento y abrigo, golpeados e incriminados. Cabe
destacar que al tomar forma todos estos sucesos contra Gómez los temas de
conversación tocados eran de fusiles, ametralladoras, arsenales, municiones,
poder de fuego, términos propios de la insurrección y de la guerra, lo que
llevo a actos tanto de fuerza física como verbal sobre las personas
originando daños; es decir, a la violencia.
Unos año mas tarde se vería otra sublevación que marcó diferencia pero
hacia otro lado de latinoamérica, y fue la Revolución Cubana. Fidel Castro
encabezó el reconocido Movimiento 26 de Julio contra el régimen
dictatorial de Fulgencio Batista, tras instaurarse en el poder a través de un
golpe de Estado en el año 1952. Batista quien agravó la ya caótica situación
de la población cubana, gobernó de manera ilegal hasta enero de 1959.
Junto con sus colaboradores, vivieron bajo una política alarmante y vacía de
ética, era un período caracterizado por la represión, la persecución y el
empeoramiento de las diferencias sociales. Esto, causó disgusto y furia entre
los habitantes de la nación, quienes no dudaron en revelarse por medio de
diversas manifestaciones. Para ello sacrificaron tantas vidas pues las fuerzas
opresoras buscaban erradicar todo tipo de rebelión, usando armas, técnicas
represivas y fuerza bruta para atacar a aquellos protestantes. En su totalidad
fue un evento violento, incluso sanguinario, donde ambas partes salieron
heridas y afectadas. Castro, tras resultar victorioso, continúa con estas
prácticas abusivas que lo mantuvieron en pie durante décadas, otorgando
duros castigos a quienes se atrevían a disentir mínimamente. Esto instaló un
clima de temor permanente que coartó el ejercicio de derechos
fundamentales, presionando a los cubanos a demostrar su lealtad al
gobierno, desalentando cualquier posibilidad de crítica, un legado que
lamentablemente perdura incluso después de su muerte.

Seguidamente, en el año 1973, ocurren en Chile una serie de actos violentos


que marcarían una etapa historica tan dolorosa como las dos anteriores. Se
conoce muy bien que este suceso fue algo que venía y el pueblo de Chile lo
sabía, no fue una sorpresa y la tensión inminente del golpe se veía venir. La
violencia no estuvo ausente, los militares desencadenaron una furibunda
represión contra los partidarios de la Unión Popular, que se saldó con miles
de detenidos y centenares de muertos. Salvador Allende sabía exactamente
que estaba pasando ya que había sido advertido de los primeros
movimientos golpistas, por lo que decidió dirigirse al Palacio de la Moneda,
y en los alrededores ya lo rodeaban tropas rebeldes.
Durante horas disparos llovían y levantamientos hacia el palacio y entre los
edificios que se encontraban próximos al lugar, hasta que un bombardeo al
Palacio de la Moneda causa conmoción en el pueblo. El presidente resistió
los ataques aéreos y terrestres dentro de La Moneda, junto con un grupo de
fieles colaboradores, hasta que los militares lograron entrar en el edificio
por una puerta lateral. La guardia de Carabineros ya se habían pasado a los
golpistas. Cuando los militares ocuparon la planta baja, Allende instó a sus
colaboradores a rendirse y su decisión de morir antes que entregar el mando
se convirtió en un símbolo de la reciente historia de Chile.

Esta serie de eventos dejaron huella en lo que hoy en día es latinoamérica.


No fueron los últimos, los errores se siguen comentiendo y la asfixia social
quizás tome años en desaparecer. Los rastros de violencia dejada en nuestra
historia dieron paso a sentimientos repartidos entre venganza y lucha, pero
también dejaron una pizca de esperanza que alimentó y sigue alimentando el
arte latinoamericano. El hip-hop, rap y el rock latino crecen a partir de
aquellas imágenes artísticas que quisieron expresar de algún modo sus
ideas, dolores y aprendizajes dejados sobre aquellos acontecimientos,
dejando pensamientos que llevan a la reflexión de lo que hoy somos y de
nuestro carácter luchador que tanta gallardía porta. Latinoamérica tiene
mucho que aprender todavía, a pesar de tantos años y de los próximos por
venir seguimos siendo una sociedad que se aferra a la teoría pero siempre
deja de lado la práctica. Las nuevas generaciones tienen el deber y el
derecho de instaurar ideales que vayan más allá de lo político, algo que
construya nuestra integridad y seguir creciendo y transformando nuestros
lazos como hermanos de un continente que tanto ha sufrido desde su
descubrimiento. Merecemos cosas buenas pero el luchar por ser mejores
debe ser nuestro pago por ellas. Que seamos escuchados, jamás oprimidos.
No ser escuchado no es razón para guardar silencio.
-Víctor Hugo-

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