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HIPOTESIS DEL CASO

El día 4 de Marzo de 2021 en la Discoteca “Natural Beer Modelia” ubicada en la Calle. 24
#80b-35 se encontraba el señor William Castiblanco en compañía de su grupo de amigos,
como era habitual. Esa noche William tuvo la “fortuna” o gran desgracia de encontrarse a
una bella mujer, Catalina Prada, alias “La Zura” quien es parte de la peligrosa banda de
extorsionistas llamada “Los capitalinos”, conformada por tres hombres: Camilo Padilla
(alias la liebre), Daniel Pulido (alias Manolete), Bryan Restrepo (alias Canijo) y una mujer
ya mencionada, la famosa “Zura” Catalina Prada, cuya función era la de engañar con sus
encantos a las víctimas, como en este caso lo fue William Castiblanco.
Catalina Prada se acerca a William esta noche, generando una empatía, Catalina le dice a
William que, si es posible intercambiar sus números telefónicos para no perder la
comunicación después de la fiesta, en efecto William le da su número, y siguen en contacto.
Hasta esta fecha solo era una chica que conoció en una discoteca, pero lo que William no
sabía, es que ocho días después esta linda mujer, se convertiría en la persona que le daría un
gran cambio negativo a su vida. Dado a que desde ese cuatro de marzo Catalina y William
siguieron en contacto, se pusieron una segunda cita en la misma discoteca el día 11 de
marzo a las nueve p.m., como lo demuestran las conversaciones de chat de la red social
Facebook, adjuntas al caso. De esta forma, tanto Catalina como William cumplen su cita y
se encuentran a la hora y en el lugar acordado, Catalina con sus atributos envuelve a
William hasta el punto que acceden al contacto físico amoroso (besos, abrazos, Catalina
sentada en sus piernas, terminando en la fase de que se van juntos del lugar), sin saber lo
que le esperaría a William después de esta salida. William expresa en la entrevista que se le
realizó, que, al salir de la discoteca, fueron juntos a una posada o residencia. Según las
investigaciones realizadas, es posible concluir que los demás integrantes de la banda
delincuencial, estaban cumpliendo su rol, desde el primer momento en que Catalina y
William se encontraron en la discoteca, y pasando desapercibidos les tomaron una serie de
fotografías comprometedoras, tanto en el bar, como saliendo de él, hasta llegar a la
residencia y salir de ella.

Era un viernes y la notaría séptima estaba a reventar, y si así estaba la notaría, imagínense
como estaba el correo electrónico de la secretaria Libia, tenía más de treinta correos sin
responder, no sabía ni por dónde empezar; pero, hubo uno de esos mensajes que le llamó
bastante la atención, el asunto decía “…Fotos de la infidelidad de su esposo…”,
prácticamente de manera inmediata Libia abrió el correo, ya que aparte de éste, había
estado recibiendo llamadas anónimas desde diferentes números telefónicos, las cuales al
igual que el correo le hablaban sobre una supuesta infidelidad; éste decía lo siguiente:

“…Hola Libia, espero que estés muy bien, pero en parte me siento muy triste de escribirte
todo esto por correo electrónico, realmente no tengo la valentía para contarte de frente; te
conozco desde hace muchos años, y sé lo dedicada que eres, y no solo con tu trabajo; sino
también, con tú hogar, y esa es la motivación más grande que me llevó a contarte. Tu
esposo no es del todo sincero contigo, él tiene otra persona en su vida, en una oportunidad
estuve compartiendo en un lugar bastante romántico, y lo vi con otra mujer, por suerte mía
no me logró ver, pero yo si le tomé varias fotografías, y están adjuntas en este mensaje…”