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El estado participa de muchas maneras en el acontecer económico de una sociedad, influyendo con las
múltiples actividades que desarrolla de una u otro modo en la vida de las personas, basta recordar su
activa participación en la vida universitaria el modo y frecuencia que toma a su cargo las prestaciones
en el hospital público, la aplicación de normas y regulaciones a ciertos servicios como los
relacionados con la energía o la aplicación de distintos impuestos sobre las adquisiciones de bienes de
consumos que efectúan la familias, solo para mencionar algunos casos.
Puede decirse que los países occidentales, en los que una parte sustancial de la parte de la actividad
económica es desarrollada por las empresas privadas, no en todos los casos las decisiones relativas a
las cuestiones económicas fundamentales, como: que, como y para quien producir, se resuelven con
los instrumentos y de acuerdo a las reglas del mercado. El sistema económico pasa a tener el carácter
de mixto.
Da su importancia resuelta de interés a analizar las razones que hacen que el estado lleven a cabo
algunas actividades en el campo económico y no otras, y estudiar en modo en que, en su caso,
instrumenta los mecanismos de financiamiento para poder llevarlos a cabo. De este tipo de cuestiones se
ocupan las finanzas públicas.
A modo de introducción y sin pretender concluir en una acabada definición, podría decirse
sintéticamente que las finanzas públicas tienen por objeto de estudio, el análisis de la economía publica o
más bien, del accionar del estado en el campo económico, con el alcance y enfoque que más delante
habrá de precisarse, habida cuenta los diferentes modos o instrumentos a través de los cuales puede
exteriorizarse su actividad en ese ámbito.
En a partir de tal concept que se plantea la necesidad de caracterizar de alguna manera a ese importante
sujeto de la actividad económica referido genéricamente como estado , ante las diferentes maneras en
que puede ser definido y las diversidades de unidades que conforman su estructura.
Objeto de estudio
Recurriendo a una categorización del conjunto de unidades económicas, que dependen directamente
del estado, es posible distinguirse entre sector gobierno y empresas públicas, cada una con
características propias que los diferencien nítidamente entre si y que bajo el enfoque adoptado para el
curso conforman el sector público de la economía.
En primer lugar, en lo que se refiere al sector gobierno, como se verá, el más relevante desde el punto
de vista de las finanzas públicas, debe puntualizarse que 1) las acciones que ejecuta son el resultado de
decisiones políticas 2) los instrumentos de que dispone para el cumplimiento de sus fines son los
concernientes al proceso ingreso- gasto es decir el mecanismo del presupuesto público 3) la naturaleza
coactiva de sus acciones respecto de las restantes unidades económicas, constituyen alguna de sus
características más relevantes.
Por otra parte se ubican las empresas públicas, como unidades económicas de producción que al igual
que las empresas privadas actúan en el mercado y las que entre otros aspectos se caracterizan por 1)
resolver las cuestiones relativas a la producción como resultado básicamente de la interacción de las
decisiones de los agentes u operadores económicos. 2) la naturaleza no coactiva de sus acciones. 3)
utilizar esencialmente los instrumentos del mercado, es decir los precios.
A partir de esta distinción, puede decirse que en finanzas públicas se estudian los principios que rigen la
actividad del sector público como sujeto de la actividad económica, con énfasis en lo que se refiere al
análisis de los principios de la política presupuestaria, que como tal ejecuta a el sector gobierno y de su
repercusión o efectos sobre el resto de las unidades económicas.
Del concepto anterior, Puede deducirse que las cuestiones vinculados con el accionar de las empresas
públicas, adquiere conforme a este enfoque de la materia un interés relativo, en virtud de lo cual sólo
serán objeto de análisis algunos pocos aspectos concernientes a sus reglas de operación.
En segundo lugar debe tenerse presente que si bien el gobierno puede participar, y de hecho lo hace, en
la actividad económica de muchas maneras, solo aquellas acciones que implican la utilización del
mecanismo ingreso-gasto del presupuesto público pertenecen al ámbito de estudio de las finanzas
públicas. De tal modo, las acciones que el gobierno ejecuta cuando sanciona normas reguladoras o
dispone acciones administrativas, que condicionan la libre operación del sistema económico o
modifican su resultado, tales como leyes sobre precios y salarios o relativas a la protección de la
competencia antimonopólicas por caso no pertenecen al objeto de estudio de la materia.
Es por lo expuesto , en consecuencia, Que suele decirse que las finanzas públicas estudia en el proceso
ingreso-gastos llevado a cabo por el estado, A lo que cabría agregar que el mismo se materializa
esencialmente a través de flujos monetarios que se expresan en el presupuesto , cobrando muy poca
relevancia las transacciones no monetarias ,tales como la convocatoria a ciudadanos a desempeñarse
como autoridad en los procesos electorales , u otra forma de lo que usualmente se denominan cargas
públicas.
En el marco del enfoque presentado, una primera cuestión de interés viene dada por el análisis de las
razones que justifican la necesidad de la acción gubernamental en el contexto de una economía de
mercado o dicho de otro modo, el estudio el estudio del rol que le cabe la política presupuestaria, que
opera a través de decisiones centralizada, en el marco de un sistema económico que se rige
esencialmente por las leyes del sistema de precios, es decir, donde las decisiones de los agentes
económicos se adoptan descentralizadamente, como resultado de una multiplicidad de acciones
individuales (de un sin número de productores, de consumidores, de ahorristas, etc)
Desde el punto de vista económico, el estudio de la función del gobierno en un sistema que opera bajo
las leyes del mercado, puede hacerse estableciendo una categorización de las acciones que el mismo,
como de sujeto de la actividad económica lleva acabo en torno a propósito determinados, es decir,
analizando los objetivos de la política presupuestaria.
A tal fin resulta poco menos que inevitable la referencia a la ya tradicional distinción que para las
diferentes funciones de la política presupuestaria (o del sector gobierno) estableciera el profesor
Musgrave siguiendo en línea generales su enfoque, es posible diferenciar tales funciones conforme se
orienten a:
Se distinguen así diversas áreas gubernamentales, cada una de las cuales por identificarse con los
diferentes objetivos de la política presupuestaria, que operan Interrelacionadamente entre sí y que en el
esquema de Musgrave quedan comprendidas bajo el nombre función de asignación las dos primeras en
forma conjunta. Y función de distribución y estabilización respectivamente las restantes.
Una breve referencia a los principios que rigen el funcionamiento de una economía de mercado, permite
destacar, entre otros aspectos, que en ella las decisiones de producción se determinan en respuesta a las
preferencias de los consumidores ,en el marco de un sistema en el que tales disposiciones son
individualmente adoptadas por cada sujeto de la actividad económica. Es en ese sentido que, como ya se
refiriera se dice que el sistema opera descentralizadamente.
En él, los consumidores podrán disponer de un bien privado, sólo si están dispuestos a pagar por el
mismo, quedando de tal modo excluidos aquello que no satisfagan el precio requerido por el oferente,
y donde los beneficios que el bien habrá de procurarles lo serán en su propio exclusividad- se
Internalizan en el lenguaje técnico- pasando el mismo a constituir propiedad del usuario.
En lo que se respecta a citada cuestión de las condiciones, resulta oportuno recordar que las mismas se
refieren por ejemplo a la inexistencia de restricciones al libre funcionamiento y/o a la libre entrada o
salida de los intervinientes en los mercados, o a la ausencia de actividades con costos decrecientes.
Cuando algunos de tales requisitos o condiciones no se verifican, se habrán de generar situaciones en
las que el sistema de precios no logra cumplir con eficiencia la función de asignación.
Por otro lado, pueden tener lugar otro tipo de situaciones en las que, dadas las características intrínsecas
o la propia naturaleza de los bienes que se necesita producir, el sistema de precios, o el mercado, no
puede operar y en consecuencia, a través de él no es posible resolver el problema de la asignación de
recursos.
Dicho de otro modo, es la situación en el mercado que no da respuestas a las cuestiones fundamentales
de cuánto, cómo y para quién producir.
Son estas circunstancias y otras en las que el sistema de precios no resulta eficiente en el sentido descrito,
Las que sirven para justificar la intervención del Estado en lo que respecta a la asignación de recursos y
la economía y a las que se han dado en llamar la falla del mercado.
A fin de resolver el problema planteado en primer término -mercados que pueden funcionar; pero lo
hacen mal- y lograr una asignación eficiente, el estado tiene a su alcance diferentes instrumentos que
permiten adoptar medidas tendientes a remover los obstáculos que impiden su normal operación,
corrigiendo así sus resultados. Así, podrá aplicar algún tipo de regulación, o bien tomar a su cargo la
actividad que se estuviese operando por ejemplo, en condiciones de monopolio, cuestiones sobre las que
se volverá en los capítulos finales.
1) que las denominadas fallas del mercado pueden tener lugar ante situaciones diversas: las referidas a
las imperfecciones del sistema de precios del mercado por un lado y la que derivan de las características
de los bienes por el otro. 2) Que el Estado tiene el manejo de los instrumentos necesarios para atender
esas situaciones y adecuar la asignación de recursos y 3) Que a cada situación corresponde la utilización
de un instrumento diferente; las regulaciones como alternativa a la decisión de asumir la actividad
empresarial, en un caso, o bien el presupuesto gubernamental, en el otro.
La necesidad de reemplazar el mercado, encuentra su justificación ante la circunstancia de que entre los
diferentes bienes que la comunidad demanda para la satisfacción de sus necesidades, existen algunos con
determinadas características o particularidades. Ella se refieren -como una cuestión destacable, a lo que
su prestación genera beneficios que trascienden el marco puramente individual, es decir cuyo beneficio
se externalizan, atendiendo en tal sentido, más a las características de necesidades sociales que
individuales.
En el caso de los llamados bienes públicos puros o en general bienes sociales, donde los beneficios
inherentes a su prestación llegan en magnitudes idénticas a todos los residentes o miembros de la
sociedad, con independencia de los pagos que cada individuo estuviera dispuesto a hacer o
concretamente efectuare tal como ocurre por ejemplo en el caso del servicio de justicia, o en el
alumbrado público, en el que se encuentra disponible para todos y donde lo que consume un transeúnte
no difiere de la cantidad que queda disponible para otros que se desplazan por la casa iluminada.
A los efectos de poder comprender la inoperancia en el mecanismo de mercado, en el caso de los bienes
sociales, es necesario recurrir sus principales características y poner de manifiesto las nítidas diferencia
que Lo separan de aquellos que satisfacen necesidades eminentemente privadas, cuya naturaleza, puede
decirse, constituye un requisito esencial para la operación del sistema de precios.
Entre las características de los bienes públicos puros o bienes sociales que, en tanto y en cuanto se
verifiquen de modo concurrente, hacen a la naturaleza propia de los mismos, merecen citarse:
A) Que son de consumo conjunto, lo que implica la ausencia de rivalidad en el consumo, o sea, Donde la
incorporación, o salida, de un nuevo consumidor no afecta la cantidad, o la calidad, disponible para los
restantes consumidores. La luz de la calle, o los beneficios de la protección de la defensa militar ante un
eventual agresión extranjera, que consume Juan no se le está quitando a Pedro qué transita. Tampoco
ocurrirá que una vez que alguno abandone la vía una comunidad a la que pertenecen, quedará más luz, o
defensa militar, disponible para los que se queden.
La condición referida, está presente cuando la magnitud o cantidad de beneficio que le reporta cada
consumidor la disponibilidad o acceso al bien, es independiente el número de consumidores, tal como
ocurre en los servicios gubernamentales citados como también en el caso del orden jurídico que
proporciona el Estado a los ciudadanos.
Una situación diferente, puede presentarse por ejemplo en el caso del servicio de justicia, donde existe la
posibilidad de que el número de causas acumuladas genere un problema de congestión y tenga como
consecuencias en retrasos en su resolución. En definitiva, se trata de problema relativo a la calidad del
servicio y donde el consumo pasa a ser rival.
B) que resulta técnicamente inaplicable el principio de exclusión del Mercado, como medio de resolver
la disputa entre consumidores por disponer de los bienes, es decir que el oferente puede dejar fuera,
excluir, del uso del bien a quien no pague por el o satisfaga sus exigencias. Una vez encendida l
iluminación (o provisto el servicio) no existe manera de evitar de su disfrute o privar de su uso a
quienes, por ejemplo no contribuyen a financiarlo aportando su parte para cubrir los costos de
instalación y funcionamiento.
C) Que los beneficios que brindan son esencialmente indivisibles, es decir que no pueden establecerse
unidades de bienes de los cuales se apropian los consumidores individuales, no existiendo de tal modo
un derecho de propiedad que se transfiera al usuario, como ocurre con los bienes que satisfacen
necesidades privadas. Dicho de otra manera, que tales beneficios llegan a todos los ciudadanos por
igual no resultando por ende limitados a una sola persona.
Al respecto cabe reiterar como ya se Señalara, que se tratará de una situación de bien público en tanto
concurran simultáneamente las tres caracteristicas o atributos referidos; esto es, que la verificación de
alguna de ellas por si sola no definirá a un bien como tal, o dicho de otro modo, será condición necesaria
pero no suficiente.
Por su parte y como una cuestión de importancia, es necesario tener presente que, si bien las
caracteristicas de no rivalidad en el consumo y de inaplicabilidad del principio de exclusión son
cuestiones que en el caso de los bienes públicos puros aparecen muy interrelacionadas, particularmente
cuando se las analizan como determinantes de la acción presupuestaria, en esencia se tratan de aspectos
diferentes que en ciertos tipos de bienes o prestaciones pueden estar presentes de manera aislada, como
se verá.
El Principio de Exclusión
En lo que se refiere al Principio de Exclusión, resulta necesario distinguir a aquella situación en que su
aplicación resulta imposible, sea por una razón de orden técnico o material como ocurre p. Ej. en el caso
de los ya referidos bienes públicos de alumbrado o de la defensa militar en que, estando el mismo a
disposición de la comunidad, no se puede privar a nadie del disfrute de sus beneficios, de aquella otra en
que aún cuando fuese posible aplicar la exclusión, una razón de eficiencia en el uso de los recursos hace
que resulte inconveniente o innecesario poner en práctica y excluir del uso del bien a quien no este
dispuesto a pagar por él, aspecto que como se verá se vincula la ausencia de rivalidad.
De igual modo, y desde otro punto de vista en lo que se refiere a las diferentes situaciones que se pueden
presentar, cabe distinguir aquellos casos en los cuales siendo conveniente o necesaria la exclusión no
resulta factible su aplicación, dados los costos. Tal el caso una avenida urbana en las horas de mayor
tránsito aún cuando el precio contribuiría a resolver la puja entre consumidores en este caso rivales.
Distinto es la situación que se presenta cuando con la tecnologia de que se dispone es posible
técnicamente aplicar la exclusión, pero resulta inconveniente ya que no se trata de bienes rivales en el
consumo y donde dejar algunos posibles usuarios fuera del servicio implicaría una ineficiente
asignación de recursos, ya que redundaria solo en una disminución de los beneficios para la sociedad
como un todo sin que reporte beneficios adicionales para nadie en particular.
Esta situación comprende, además del caso que se analiza gráficamente más adelante, por ejemplo el de
una emisión radio en FM o un servicio de bomberos contra incendios, donde la no prestación, en este
caso, a quien decidió no pagar su manutención y sufre un siniestro terminaría poniendo en riesgo a las
propiedades vecinas.
Son precisamente las situaciones aquellas en las que no se aplica la exclusión ya sea por imposibilidad
tanto de orden técnico (bien público puro) o económico (dados los costos que implica) las que causan
las fallas del Mercado y hacen necesaria la intervención presupuestaria. Las anteriores distinciones
relativas a la aplicación del principio de expulsión se pueden resumir en los siguientes casos:
Determinar la cantidad óptima de un bien público, requiere comparar el costo marginal (que se refleja en
la curva de oferta) de suministrar las sucesivas unidades, con el valor de los consumidores le asignará a
cada una de ellas esto es, el beneficio marginal que le atribuye como resultado de su propia evaluación y
que, como se sabe, representa la curva de demanda, función que los fines del presente análisis va a
entenderse conocida bajo el supuesto de que algún modo los ciudadanos han revelado sus preferencias
por disponer deellos.
Como se puntualizara y diferencia de lo que ocurre En el caso de los bienes privados, cuando se trata
de los bienes públicos, la naturaleza no rival del consumo de terminar a que cada unidad puede ser
consumida simultáneamente por dos o más individuos. De ello resulta que, el precio disponible para
financiar el servicio será igual a la suma de lo que cada consumidor ofrece pagar por cada unidad, esto
es, el valor de su utilidad marginal.
Es la situación que se representa en el gráfico siguiente donde el costo marginal (la curva de oferta se
supone constante, Da y Do las curvas de demanda de los consumidores "A” y "B” respectivamente y la
demanda del Mercado Da+b se obtienen sumando verticalmente Da1 y Db1
La cuestión siguiente, es analizar cómo se distribuirá el costo de la provisión del bien público entre los
consumidores A y B , en el supuesto de que el Estado decide instrumentar la prestación y de qué se
han podido inferir las curvas de demanda respectivas.
Bajo un modelo de imposición basado en el principio del beneficio cada ciudadano debe abonar un
impuesto igual a la valoración marginal del bien en el nivel de producción de equilibrio q*, que donde
"A” deberá pagar OA y "B”, OB, siendo OA + OB = OT, el precio combinado que cubre el costo de la
prestación.
El caso más relevante a los efectos del estudio de la política presupuestaria, lo constituye el de los
denominados bienes mixtos los que por su naturaleza se corresponden con la categoría de bienes que
satisfacen:
- Necesidades privadas, consumo no conjunto, principio de exclusión, pero en lo que los beneficios (o
los costos ) privados difieren de los beneficios (o los costos) sociales, es decir cuya disposición da
lugar a que se generen externalidades.
Es precisamente por el hecho de que por sus características, que se ubican en medio de los casos
extremos (bienes públicos puros - bienes privados ) compartiendo características de ambos, que se
les designa como mixtos o preferentes.
Como se sabe, las externalidades tienen lugar cuando existe una influencia de una unidad económica
Sobre otra, es decir cuando se dan situaciones en las que el productor al consumidor no soporta todos los
costos que la producción o consumo de un determinado bien provoca a la sociedad (externalidad
negativa ) O cuando en la evaluación de los beneficios (y en la fijación del precio) que produce la
disponibilidad del bien no son tenidos en cuenta los que " se derraman” a otros consumidores o al resto
de la sociedad (caso de externalidad positiva).
No es el caso que presentan las denominadas externalidades tecnológicas en las que hay un precio o
mecanismo de mercado que establezcan las debidas compensaciones y los necesarios ajustes, como
ocurre cuando por ejemplo un servicio de vigilancia Contratado y financiado por un propietario mejora
la seguridad de las viviendas de sus vecinos ( positiva en el consumo) O cuando el elevado nivel de la
música de un adolescente perturbar el sueño de quienes habitan en las proximidades (negativa en el
consumo) O ante el caso en el que el proceso productivo de una industria contaminen el curso de agua
de un río a cuya vera se encuentra radicada (negativa en la producción).
Los ejemplos citados, por otra parte, permiten diferenciar situaciones del Tipo, en las que el nivel de
bienestar de una persona depende de las acciones o el consumo (de seguridad o de música) de otra, que
se refieren a casos individuales o se puede decir bilaterales, de aquellas otras que involucran a muchas
personas, es decir cuando el problema acusa un grado de difusión importante o que comprende a
muchos individuos.
Las diferencias importan algo más que una mera cuestión de números. En efecto, mientras en el primer
caso es posible alcanzar el óptimo a través de un arreglo bilateral (demandando se indemnice al
perjudicado por EJ.), tal solución resulta inviable en el segundo, como ocurre en el caso de la industria
que contamina lo que obviamente no se refleja en su curva de costos - produciendo un costo adicional a
la sociedad y no ya a una persona individualmente considerada.
La presentación efectuada de las caracteristicas de los bienes públicos puros y de los bienes mixtos
permitirá analizar las razones por las el mecanismo presupuestario debe ser utilizado para resolver las
cuestiones atinentes a su prestación, en orden a lograr el óptimo social diferenciando ambas
situaciones, es decir , aquella en la cual el mercado falla totalmente (bienes públicos puros) de aquella
en la que funciona pero lo hace de manera ineficaz (bienes mixtos)
Mientras en el caso de los bienes que satisfacen necesidades privadas, la verificación del principio de
rivalidad en el en el consumo determina que el uso eficiente de los recursos requiere del mecanismo de
Mercado como manera de resolver la asignación de los bienes entre los consumidores potenciales,
excluyendo algunos , atraves del sistema de precios , cuando se trata de bienes públicos puros , son
precisamente sus características intrínsecas ( a las que se vincula una razón de índole técnica) Las que
hacen inoperante el mercado y provocan la necesidad del mecanismo presupuestario para atender a su
prestación en orden a la satisfacción de las necesidades sociales.
Es decir ante el hecho de que el bien resulta ser de consumo conjunto, donde el uso y disposición
(consumo) por parte de un usuario, no Interfiere con el de los demás, es que no resulta necesario ni
conveniente aunque fuese posible, aplicar el criterio de mercado y dejar fuera de la disposición del bien a
determinados posibles consumidores. Más aun, constituiría una ineficiencia o mal uso de los recursos
hacerlo de ese modo, ya que sólo redundaría en una disminución del bienestar de la sociedad en su
conjunto sin que por ello se liberen recursos productivos para usos alternativos o se eviten costos de
prestación.
Por otro lado, existe además una razón de índole técnica, que impide la aplicación del principio de
exclusión del mercado como consecuencia de que una vez organizada la prestación del bien o servido,
este estará disponible para todos, incluyendo a los no que deseen pagar por dl. (Vg.
¿Cómo hacer para que algunos no usufructúen o reciban los beneficios de la protección ante una
agresión militar extranjera o de un programa de saneamiento ambiental que purifique la atmósfera?).
A consecuencia de ello, es que los ciudadanos no se encontraran dispuestos a revelar sus preferencias
por este tipo de bienes (y cuanto estarían dispuestos a pagar por disponer de cantidades alternativas). En
otras palabras, no habrán de exteriorizar su demanda por el servicio, -elemento imprescindible en el
mecanismo de mercado- a sabiendas que ello no les impedirá disponer del bien o servido prestado, ya
que el nivel de satisfacción de cualquier consumidor individual es Independiente de su propio aporte o
pago y preferirán disfrutarlo como consumidores gratuitos (free-riders en el lenguaje del economista), lo
que se ha dado en llamar la conducta del polizón o de quién viaja sin abonar el precio del viaje.
Desde otro punto de vista, dado que la regla de eficiencia en el uso de los recursos requiere que el precio
sea igual al costo de admitir un usuario adicional (costo marginal) y este resulta nulo en el caso de los
bienes políticos puros, el servido debiera ser suministrado gratuitamente, con lo cual, al no existir
rivalidad en el consumo, aplicar la exclusión aun cuando se pudiera, se torna ineficiente y deberán
instrumentarse otros mecanismos diferentes a los del mercado para solventar los costos de
proporcionario y determinar "las cantidades” a proveer.
Dicho de otro modo, ante la inoperancia del mercado, como medio de resolver el problema de la
asignación de recursos cuando se trata de decir las cantidades de bienes públicos que deben proveerse
para atender las demandas de los consumidores, se impone la utilización de un mecanismo alternativo
que lo sustituya. Así es como el proceso político el que reemplazará al
Mercado y es en ese sentido, que se se dice que las decisiones de gastos e ingresos públicos son
esencialmente de naturaleza pública.
Es por ello que pueda afirmarse que no existen diferencias en lo que a este aspecto de la asignación de
recursos se refiere , entre el rol asignado al sistema presupuestario en una sociedad organizada
Políticamente bajo los principios del capitalismo y el que cabe esperar de un sistema político y
socialista: en ambos casos se impone un modelo de decisiones centralizado para resolver el problema de
la asignación de recursos cuando se trata de bienes sociales.
II)Bienes mixtos.
El problema descrito, asume connotaciones diferentes cuando se trata de bienes mixtos, es decir en el
caso de bienes privados en los que aparecen externalidades. Cuando tales externalidades resultan
positivas puede decirse que si bien el mecanismo de mercado podría ser utilizado, ya que a diferencia del
caso de los bienes públicos puros, los consumidores revelan sus preferencias, el proceso de asignación
resultante no sería el óptimo (se producen menos bienes que lo deseable), Ello en razón de que la
revelación es imperfecta al no Induir en sus evaluaciones los beneficios que se externalizan -que llegan a
la sociedad en su conjunto-
En este caso, las acciones de la política presupuestaria podrán variar entre la ampliación de subsidios
que compensen la diferencia entre los beneficios privados y sociales o la prestación directa del servicio y
su financiamiento a cargo del presupuesto, cuando exista la imposibilidad de determinar y asignar la
externalidad emergente. El caso de la educación elemental constituye un claro ejemplo.
Lo mismo puede decirse cuando se analiza el caso opuesto ya presentado, en donde el consumo de un
determinado bien ocasiona deseconomias externas no computadas como costos en la determinación de
la curva de la oferta, que de esa manera solo refleja los costos privados y no los sociales con lo que la
producción diferirá de lo óptimo. En ese caso se destinaran más recursos a la producción del bien que
los que determinaría el óptimo social, y la aplicación de un Impuesto específico ,por ejemplo
establecido en el respectivo mercado haría posible al internalizarle los costos sociales al productor, una
asignación de recursos más eficiente.
A modo de síntesis entonces, es necesario intervenir cuando el mercado no asegura que se pague por
todos los beneficios, ni se soporten Todos los costos y tal acción es susceptible de ser instrumentada por
el gobierno cuando la situación involucra a muchas personas, es decir cuando sus efectos sean difusos.
El análisis efectuado, permitió Justificar las actividades del gobierno en el campo de la asignación de
recursos de la economía, ante la necesidad de organizar la prestación de bienes para los cuales el
mercado resulta Ineficaz ante las características propias de estos, dadas en términos generales, por los
importantes beneficios externos que de su consumo derivan.
Más específicamente, ya sea se trate de los bienes públicos puros donde la no rivalidad en el consumo y
la no aplicabilidad del principio de exclusión -fundamentalmente- tornan inoperante al mecanismo de
mercado, como en los denominados bienes mixtos donde el sistema de precios conduciría a niveles de
prestación sub óptimos , su sustitución por el mecanismo presupuestario constituye una solución
adecuada, y justifica por si mismo la necesidad de que el gobierno desarrolle acciones relacionadas con
la asignación de recursos de la economía.
Aunque los casos mencionados son más que relevantes para explicar la necesidad del mecanismo
presupuestario, la descripción de la función asignación resultaría incompleta si no se hiciera referencia a
una tercera situación, también frecuente y ya referida en los puntos precedentes de este capítulo, donde
las respuestas del mercado no son eficientes. Es la que tiene lugar cuando se considera el caso de los
bienes, en que la aplicación de la exclusión resulta en principio necesaria desde el punto de vista
económico, como modo de resolver el problema de la asignación de recursos, por tratarse de bienes con
rivalidad en el consumo, pero que ello resulta ineficiente dados los costos que implica llevarla a cabo.
En otras palabras es el caso que se presenta cuando cobrar por el uso -aplicar la exclusión- resulta
oneroso considerando los costos administrativos que se incurre tanto por el lado del prestador como del
usuario, Incluyendo los no monetarios tales como las demoras o el costo de oportunidad.
Es la situación que se da, por ejemplo, en el caso de los servicios viales particularmente en el caso urbano
o una ruta congestionada, en donde su financiamiento podría instrumentarse a través del cobro de un
derecho -peaje- lo que implica afectar, en cierta medida, importantes recursos a la organización del
mecanismo de percepción a lo que debe sumarse las pérdidas de tiempo y molestias a los usuarios.
La aplicación del mecanismo presupuestario que implica la prestación gratuita o más propiamente libre
de pagos directos, deriva en consecuencia en una alternativa más eficiente, ya que el mecanismo de
cobro no supone costos importantes: los impuestos que se pueden cobrar en el precio de los productos
que adquieren los usuarios de los servicios pueden utilizarse como un mecanismo apropiado de
financiación de tales servicios y de hacer soportar los costos de prestación a los demandantes.
Las ineficiencias resultantes la provisión privada de bienes públicos, en los que como ya se señalará, No
cuesta nada permitir que una persona más disfrute de sus beneficios, o en otros términos en que el costo
marginal de su prestación en uno y en consecuencia o resultado deseable racional, puede ilustrarse
refiriendo al caso de una autopista no utilizar al máximo de su capacidad en el gráfico de la página
siguiente.
En la figura, Se representa que la demanda expresada en función del peaje cobrado por el uso de la vía
de tránsito cuya capacidad es Qc Y que como el número de viaje requerido resulte inferior a la misma,
el costo marginal de su utilización es cero.
Como se sabe la eficiencia requiere que el precio cobrado igual al costo marginal y por lo tanto el
servicio se preste gratuitamente; sin embargo resultando factible es el punto de vista técnico aplicar la
exclusión, podría pretender si instrumentarla y exigir a los usuarios un pago por el uso de la autopista tal
como el que se indica en el punto P de la figura.
En tal situación el número de viajes quedaría establecido en el punto Qe En cuyo caso habría una
determinada cantidad de ellos que no se realizarían- los señalados en el gráfico por el segmento Qe –Qn
que los beneficios resultan superiores a los costos determinando una pérdida en el bienestar ,concepto
que se corresponde, según se verá más adelante con un Exceso de Carga.
El triángulo delimitado en el gráfico por la curva de demanda y el referido segmento Qe-Qm representa
todas las situaciones en que la disposición a pagar por el consumidor supera el costo marginal de la
prestación (CER0), de modo tal que cuando el precio es p la diferencia entre este y cero representada por
el segmento vertical cuyo origen es Q constituye la medida de la pérdida de bienestar. Como puede
advertirse, tal diferencia disminuye a medida que aumenta la cantidad demanda, anulándose cuando ésta
asume el nivel Qm lo que permite conducir en que el área del triángulo referido representa la pérdida
total de bienestar derivada de la aplicación del precio p la prestación, por cuanto su superficie se
corresponde con la suma de las diferencias entre los beneficios y los costos (nulos) para todos los casos
en que los viajes no se realizan.
Al respecto cabe señalar que no puede ignorarse que también la aplicación de impuestos
frecuentemente Implica la aparición de costos de eficiencia - y pérdidas de bienestar - para el
funcionamiento del sistema económico, pero que este caso habrá de resultar inferiores a las perdidas
resultantes de recaudar los Ingresos de forma directa a los usuarios.
A modo de síntesis entonces, en lo que respecte principio de exclusión en las páginas precedentes se han
Tratado de referir a distintas situaciones que se presentan respecto de su aplicación pudiendo
diferenciarse los siguientes casos:
A) BIEN PUBLICO PURO: No sólo no resulta conveniente o necesario aplicarlo sino que además de
ello, no se puede porque la naturaleza del bien no lo hace posible.
B) Caso de una avenida urbana o ruta congestionada en que resultaría conveniente o necesario aplicar la
exclusión, pero los costos de hacerlo se estiman elevados.
C) una emisión de radio FM en que desde el punto de vista técnico es posible excluir y sus costos
resultan razonables, pero no es necesario o conveniente ya que el bien no presenta rivalidad en el
consumo o dicho de otro modo su costo marginal es cero .
Cuando se trata de los bienes que satisfacen necesidades privadas, la cuestión relativa a la
determinación de las cantidades a producir y los bienes a cobrar, es decir lo que se refiere a establecer
los niveles óptimos de producción, se decide por el mercado. En cambio en el caso de los bienes
sociales, el problema del "tamaño Óptimo del gobierno" se resuelve través de decisiones políticas,
resultando en consecuencia relevante describir someramente modelos alternativos de proceso político.
A tal fin solo se trataran sucintamente los que se consideran más significativos: el de la Democracia
Directa y el de la democracia Representativa, con una breve referencia al caso del Despotismo
ilustrado.
En una organización social que funciona conforme a los principios del despotismo ilustrado, el grupo
que detenta el poder supone que conoce perfectamente los deseos o preferencias de la comunidad por
los distintos tipos de bienes públicos, y como tiene todo el poder toma todas las decisiones relativas o
necesarias para atender a su prestación.
La Democracia Directa
Por el contrato cuando se trata de una Democracia Directa, las decisiones fiscales se tomar en consulta
(Va. en plebiscito) entre los votantes individuales, quienes se ven motivados a manifestar sus
preferencias al tomar conciencia de que su voto afectará el resultado de la consulta asumiendo así la
cuota de responsabilidad y el deber cívico cabe por pertenecer a una sociedad democrática.
Establecido el principio de asignar a cada ciudadano adulto , el derecho a emitir un voto queda por
resolver el problema de reconciliar las preferencias dispares que se presentan, actitudes o posiciones
diferentes respecto a determinadas decisiones. Es decir se torna necesario decidir la regla que permitirá
encontrar el resultado de la votación escrutando las preferencias de los ciudadanos en relación a los
bienes públicos. Así por ejemplo, se podría optar por la regla de la unanimidad, de la mayoría absoluta
(que exige más de la mitad de los votos) o de la mayoría simple.
Cuando se considera más una alternativa la regla de la mayoría simple exige que sean votadas por
eliminación entre pares que van quedando, en cuyo caso y en ausencia de arbitrariedades, el resultado
habrá de coincidir con las preferencias del votante moderado, que es aquel que se caracteriza por
encontrarse en una posición equidistante de las posturas extremas o que prefiere de la alternativa del
medio en ma distribución de las preferencias (ejemplo tratándose de una decisión sobre la magnitud del
gasto público,optará por un gasto ni alto ni bajo).
Es la cuestión a que alude el denominado teorema del votante mediano, que como su nombre lo indica
es aquel que se encuentra en una posicion tal que el numero de personas que asumen posturas externas
en sentido -a su derecho: gasto publico alto-, iguala a las que se ubican en el otro sentido -a su
izquierda: gasto público bajo- en la distribución de las preferencias.
En al situaciones tales como las planteadas, aplicar por ejemplo la regla de la unanimidad, constituiría
una barrera prácticamente infranqueable a la hora de tomar decisiones, ya que cualquier proyecto para
ser aprobado requerirá del total consentimiento de los votantes y bastaría con que uno solo de ellos se
oponga para que no pueda llevarse a cabo. En virtud de ello, se impone la adopción de algún principio
o regla de mayoría, la que a su vez hace posible el equilibrio entre posiciones encontradas y que
contemplen las opiniones de las minorías.
Entre los diferentes autores existen posiciones encontradas respecto de si una votación por mayorías,
dará como resultado en exceso o un defecto en la oferta de bienes públicos, con respecto al nivel
resultante producto de una decisión eficiente. Quienes sostienen lo primero, que tendrá lugar un exceso,
parten del concepto que la mitad más uno de los votantes, pueden adoptar una decisión que les resulta
beneficiosa exclusivamente a ellos, mientras que el costo habrá de soportarlos a todos. El exceso
provendrá del hecho de que la mayoría, en su decisión solo toma en cuenta la parte del costo que estará a
su cargo, o en otras palabras, da por sentado que alguien pagará por el resto, con lo cual no tendrá una
apreciación acabada del costo de oportunidad como lo requiere una decisión eficiente.
Desde un punto de vista diferente, otros sostienen que muy probablemente tendrá lugar una oferta en
defecto o inferior a lo que definiría una situación de óptimo, ya que las preferencias de los ciudadanos a
favor de los bienes privados se encuentran fuertemente coordinadas por las prácticas comerciales y de
marketing , que no caracterizan precisamente a los bienes
públicos. O también que la gente se inclina por las compras privadas porque se encuentran bajo si
propio control, a deferencia del caso de los impuestos que se pagan si que pueda percibirse una
estrecha relación con los beneficios.
Cabe precisar que el problema planteado en torno a los impuestos admite un análisis que permite
concluir en que en la medida que lla mismos resulten menos visibles , (como ocurre en el caso de los
indirectos, que se esconden en el precio de los bienes y servicios) existe la probabilidad de que el gasto
público se considere sin costo y que tenga lugar una sobreexpancion de la actividad del estado. Quienes
sostienen esta línea de análisis, apelan a que la comparación con el costo de los bienes privados, donde el
potencial comprador toma su decisión contando con el conocimiento de su costo- el precio que se
consigna en la etiqueta - información que contrastara con los beneficios que espera obtener si decide
adquirirlo.
El modelo de la democracia directa, presenta en la vida Real un campo de aplicación muy restringido, es
decir solo resulta aplicable a pequeños grupos o comunidades menores, en las que es posible la
participación individual en un proceso de negociación directa , se torna factible porque la contribución
de cada ciudadano en el total de la erogación es lo suficientemente importante tal como ocurre ,por
ejemplo, en el caso de las asambleas de barrio, que se convocan con el propósito de tomar decisiones
respecto a un servicio y acordar entre los vecinos su financiamiento.
La Democracia Representativa
Bajo una Democracia Representativa los ciudadanos votantes expresan sus preferencias a través de
sufragio. Al emitir su voto en realidad, están eligiendo entre las diferentes opciones o alternativas que
representan cada uno de los partidos políticos y sus respectivas plataformas electorales. Dichas
plataformas expresan los planes y acciones que habrán de llevarse a cabo, en caso de acceder al Gobierno
lo que lleva implícito un determinado nivel de prestaciones en materia de los bienes públicos. En
definitiva, puede decirse que el voto representa la manifestación de las preferencias de los ciudadanos
sobre un amplio espectro de cuestiones realizables por el Gobierno y entre las que se destacan las
relativas a los niveles de prestación de los bienes públicos y su forma de financiamiento.
En este modelo de proceso político, el mecanismo de toma de decisiones resulta entonces más complejo
ya que implica la Interacción de diferentes actores o sectores participantes, como los que constituyen los
ciudadanos votantes y los partidos políticos ya mencionados a los que deben agregarse otros también
importantes en las etapas de instrumentación de las decisiones y que estarían constituidos por los
representantes electos y los funcionarios publicos que son quienes en definitiva llevaran a cabo las
decisiones.
Con el propósito de describir el modo en que opera el proceso de toma de decisiones, en un modelo
como el Precedentemente caracterizado, los economistas establecen una analogía entre la competencia
de la empresa por captar a los consumidores en el mercado (de bienes) y la que tiene lugar entre los
políticos por sumar adhesiones y los ciudadanos votantes (en el mercado político).
Así, como las empresas ofrecen los bienes que los potenciales compradores demandan en el mercado y
con el objetivo de maximizar utilidades, bajo este enfoque los partidos políticos en la búsqueda de votos
a su favor, estructuran y definen sus plataformas electorales ofreciendo llevar a cabo, cuando accedan al
poder, las acciones que mejor se ajusten a las preferencias de los votantes.
Operando de ese modo pretenden maximizar el número de votos lo que permitirá ganar las elecciones, lo
que no implica que necesariamente lo será para siempre, ya que la alternancia en el ejercicio del poder
por parte de los diferentes partidos constituye un fenómeno propio -y que por no deseable- de los
procesos democráticos, aun cuando los textos constitucionales contemplen la reelección del titular del
poder ejecutivo.
En las sucesivas contiendes electorales, según se der determinadas circunstancias, podrán o no conservar
el poder; esto tendrá que ver con la eficiencia que demuestren en la acción de gobierno, el modo en que
su desempeño satisfaga las expectativas del electorado, la aparición o no del fenómeno de la corrupción
o simplemente el cambio en los deseos o preferencias de los ciudadanos hacia alguna de las otras
opciones (partidos y plataformas) que el mercado político le ofrece.
La complejidad misma del proceso político cuando se trata de una Democracia Representativa, da lugar
a que puedan aparecer algunas imperfecciones en su faz operativa del mismo modo en que operan las
distorsiones en el funcionamiento de los mercados que en definitiva impiden que las decisiones reflejen
fielmente las preferencias ciudadanas y en consecuencia se aparten del optimo social.
Entre tales imperfecciones, deben mencionarse por ejemplo las relativas a actitudes de los votantes,
cuando en su elección prevalecen gestiones personales hacia los candidatos o cuando tienen un
conocimiento limitado escaso de las opciones que les ofrecen los partidos, o bien otros aspectos como
los vinculados con el financiamiento de la campaña electoral, y las actitudes de los representantes
electos o los funcionarios cuando actúen en función de sus propios intereses.
Tales distorsiones tienen lugar -conforme a este enfoque debido a que el rol o papel de
los hombres que componen las instituciones públicas lejos de ser pasivo, se caracteriza
por un elevado grado de discrecionalidad, sostiene asimismo que estos actores de la
vida política detentan poder y actúan en consecuencia, tomando decisiones conforme
sus intereses personales. Estos agentes-enfatiza este enfoque actuando en su propio
interés pueden llegar a desviarse de los objetivos para los cuales fueron elegidos.
Tal podría ser el caso por Ej., en que tratándose de una actividad regulada, el gobierno,
respondiendo a las gestiones de los prestadores del servicio, autoriza un leve incremento
en la tarifa que incidirá mínimamente sobre el presupuesto de los usuarios, pero que a
las empresa le significará importantes ingresos, o bien, cuando una actividad industrial
obtiene una medida proteccionista a través del incremento del nivel del arancel a la
importación que incide sobre los bienes que produce y comercializa en el mercado
interno, cuyos precios experimentaran en consecuencia un aumento.
Es bajo ese mismo orden de ideas, que existen opiniones en el sentido de que
aunque el Estado pueda ser interpretado como un instrumento al servicio de los
individuos, no es un instrumento cualquiera, pudiendo caracterizarse como un
Leviatán, -es decir algo como un "Dios Terrenal'-, y es lo que según este enfoque,
explica la continua expansión del sector público en la mayoría de los países
occidentales, donde generalmente no se observan limitaciones constitucionales al
poder de gastar y de endeudarse como seria deseable.
En el marco de ese orden de ideas, es que se pone el énfasis en destacar como causas de
la fallas de la intervención del Estado cuestiones tales como: i) la limitada información
de que dispone acerca de las consecuencias de sus acciones, sobre las decisiones los
agentes económicos, ii) el control limitado sobre la burocracia, cuyas estructuras
terminan teniendo importantes aspectos de la implementación de los programas o ii) las
limitaciones propias de la procesos políticos, en lo que respecta a la averiguación de las
preferencias de los ciudadanos y la forma de conciliar las opiniones dispares sobre los
programas públicos.
Entre los determinantes de tal distribución, se reconocen por un lado a aquellos que se
refieren a la dotación de factores y los vinculados con la formación de sus precios. Es
decir, lo que cada ciudadano percibe en su Condición de titular de factor de la
producción, depende tanto de la cantidad o dotación de que dispone, lo que a su vez
estará determinado entre otras cosas por las leyes que norman el derecho sucesorio
como por su talento o aptitudes, precios que el mercado fije para cada unidad que se
comercialice etc.
Un aspecto importante y que constituye en alguna medida una severa limitación al uso
de las políticas redistributivas se refiere al conflicto entre los objetivos de tales políticas
y los de eficiencia en el uso de los recursos. Dicho de otro modo, el tamaño de lo que
hay para distribuir (la renta) no es independiente de la forma en que se decide
reasignarla.
Puede decirse que con el transcurso del tiempo y a medida que se va consolidando el
cuerpo de ideas que hacen a los fundamentos de la política fiscal, se desarrollan otros
campos de acción para esta función de la política presupuestaria, de tal manera que
actualmente es posible inferir sus principales objetivos como aquellos vinculados no
sólo con los de pleno empleo y estabilidad en el nivel de precios ya mencionados, sino
también con el crecimiento económico y el equilibrio de las cuentas del sector
externo.
Los principios básicos en que se sustenta la política fiscal, parten del concepto de que
los cambios positivos en el nivel de gastos públicos producen una Expansión de la
demanda agregada, al tiempo que los incrementos en los impuestos -el otro grupo De
instrumentos presupuestarios- provocan una contracción. En otras palabras, el punto
de partida es que los cambios o ajustes en el presupuesto, determinan o tienen efectos
sobre el nivel de actividad económica permitiendo compensar sus fluctuaciones.
Un primer criterio susceptible de ser adoptado con el fin enunciado de medir el tamaño
relativo del gobierno, es el que consiste en relacionar el monto Total de los Gastos
Públicos con el Ingreso Nacional o el Producto Bruto Interno, que representa el total de
la riqueza generada, coeficiente que a pesar de su muy frecuente utilización puede
merecer reparos ya que tiende a sobrestimar la participación del gobierno en el
Producto Total o la riqueza generada en el periodo. Este sesgo metodológico propio del
indicador que se presenta surge de la circunstancia de estar considerado en el
numerador de la relación, el monto total de los gastos de transferencias o los subsidios
que en sí mismos no implican la creación de riqueza o dicho de otro modo, no
aumentan el producto o el ingreso sin que lo redistribuyen entre sectores o personas.
Sin embargo, puede afirmarse que bajo este segundo criterio aún subsiste un sesgo
metodológico en torno el objetivo de medir la participación relativa del gobierno. En
efecto, no se considera que el concepto de gasto efectivo incluye tanto retribuciones a
los factores de la producción, como los pagos por la adquisición de insumos al sector
privado, por lo que se puede advertir que la variable así definida responde al concepto
más bien asociado con el valor bruto de la producción, que no resulta consistente con la
naturaleza de la magnitud con la cual se pretende vincularlo, que se corresponde con
una definición de riqueza neta generada, o sea de valor agregado.
Existe, finalmente, la posibilidad de recurrir a otro tipo de indicador que por basarse en
la relación entre magnitudes físicas y no de valores, presenta ciertas ventajas para su
cuantificación. Uno de ellos consiste en relacionar el número de empleados en el
gobierno con el número total de personas ocupadas en la economía. Una de las
limitaciones que debe reconocerse a este tipo de medición del sector gobierno, se refiere
a que la comparación resulta en alguna medida sesgada por las diferencias de
productividad de la mano de obra en el sector con respecto al promedio de la economía,
y la posible diferente relación capital / trabajo entre ambos sectores.
LAS EMPRESAS PÚBLICAS - UNA INTRODUCCIÓN
Si se tiene en cuenta que a diferencia de los que sucede con los bienes públicos, en este
caso no hay una razón de orden técnico o propia de las características de los bienes o
servicios que produce, que inhiba el funcionamiento del mercado, puede decirse que la
existencia de más o menos empresas públicas en un sistema económico determinado,
depende esencialmente de cuestiones vinculadas con la ideología política prevaleciente
en la sociedad o en el grupo gobernante.
Una segunda razón, mencionada con cierta frecuencia, se refiere a los casos en que
resulte aconsejable emprender proyectos de cierta envergadura necesarios para el
desarrollo, que por la magnitud de los capitales que requieran o los riesgos inherentes a
su explotación, no existiera interés en el sector privado para su consecución.
ASPECTOS GENERALES
CONCEPTO Y CLASIFICACIONES
Diferentes criterios de clasificación del gasto público, son necesarios para interpretar
adecuadamente la multitud de datos estadísticos que lo caracterizan facilitando su
análisis, efectos económicos, sociales y políticos de la actividad del Estado.
Una primer distinción que corresponde realizar, está referida a que el gasto público
puede ser ejecutado por el nivel nacional, provincial o municipal, de acuerdo a la
jurisdicción política de que se trate, como así también estar representado por sector que
lo ejecuta y, en este caso, podrá referirse al gasto del Sector Público, Sector Gobierno
propiamente dicho o de sus componentes, tales como Organismos Descentralizados, en
consonancia con las definiciones ya presentadas con anterioridad. Lo conceptos que se
desarrolla en el presente capitulo se podrán aplicar a cualquiera de estas situaciones
alternativas.
Clasificación Económica
Un caso similar puede plantearse con el caso de algunos bienes adquiridos por el
Estado. Para mejorar el nivel de nutrición de la población infantil, el Estado puede
comprar leche y alimentos (gasto corriente efectivo) y distribuirlos en los
establecimientos escolares o, alternativamente, puede entregar subsidios a los padres
de las familias carenciadas (gasto corriente de transferencia) para que éstos adquieran
los elementos necesarios para la alimentación de sus hijos (no se evalúa en este caso la
efectividad de la medida en el sentido de que estos subsidios podrían ser desviados
hacia otros usos y no cumplir la finalidad establecida).
También bajo el rubro Erogaciones o Gastos de Capital, suelen incluirse los subsidios
que un nivel gubernamental (por caso la Nación) otorga a otro (una provincia o
municipio) con el propósito de contribuir al financiamiento de un determinado proyecto
público, en cuyo caso se trataría de una Transferencia de Capital.
En el cálculo del consumo total de una economía, se debe computar tanto el privado
como el público. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el caso del consumo
público se debe computar únicamente el gasto corriente efectivo, ya que las
transferencias aparecerán como consumo privado una vez que los receptores las
canalicen hacia la satisfacción de sus necesidades privadas, por lo que se incurriría en
una duplicación si sc incluyesen las transferencias 2. En el caso de la inversión total se
deben computar por parte del Estado, solamente, aquella de naturaleza real o física,
eliminando la compra de bienes preexistentes (no incrementan la riqueza del país) y la
inversión financiera, ya que el financiamiento constituye un medio para la inversión
física, pero no un incremento de riqueza en sí mismo. En la medida que la
disponibilidad de financiamiento sea utilizada para concretar inversiones físicas, en el
momento que éstas ocurran, se computará el gasto de capital correspondiente, ya sea
público o privado.
Planteos más modernos sobre estas clasificaciones, indican que algunas erogaciones
clasificadas como corrientes, en la medida que están asociados a servicios de
educación o salud, deberían ser considerados inversiones, ya que permiten aumentar
el capital humano potenciando la capacidad productiva futura de estos recursos. Las
erogaciones en equipamiento militar, clasificadas como gastos corrientes de acuerdo
a metodologías internacionales, por su duración en el tiempo podrían ser
considerados gastos de capital.
1. PODER EJECUTIVO
2. Ministerio de economía
2.1. Secretaria de ingresos públicos
2.2. Dirección general impositiva
4. MISITERIO DE
DEFENSA 2 PODER
LEGISLATIVO
3 PODER JUDICIAL
Resulta necesario destacar la existencia de una gran similitud entre las unidades de
organización y las finalidades, por lo que podría parecer que las clasificaciones
Institucional y por Finalidad son redundantes. Sin embargo existen finalidades que son
atendidas por diferentes unidades del gobierno, como es el caso de los hospitales
universitarios (finalidad Salud) que son atendidos con el presupuesto de las
universidades (Ministerio de Educación), o de acciones que hacen al desarrollo
económico que se originan en actividades que desarrollan los ministerios de Economía,
Obras Públicas y algunas secretarias que dependen directamente de la presidencia.
En este caso, el gasto se agrupa según el tipo de bienes o servicios que adquiere el
Estado. Responde a la pregunta: y en qué se gasta ?. Tiene como objetivo central
ordenar las partidas a los fines de facilitar su registración contable y el control legal de
sus cuentas las que se agrupan según el objeto inmediato al que se destinan .Esta
clasificación, es utilizada tradicionalmente combinada con la Institucional para le
elaboración del presupuesto, clasifica los gastos en Partidas Principales, Partidas
Parciales, Sub-parciales y, en algunos casos, en Detalle. Cada uno de estos conceptos
comprende desagregaciones más pormenorizadas de los bienes o servicios en cuestión.
siguiente: 01 PERSONAL
2. BIENES DE CONSUMO
0203 COMBUSTBLES
3. SERVICIOS NO PERSONALES
7. BIENES DE CAPITAL
8. INVERSIONES FINANCIERAS
9. TRABAJOS PUBLICOS
11.AMORTIZACION DE LA DEUDA
Como se aprecia en este ejemplo, es posible asociar los primeros rubros a erogaciones
corrientes y los últimos a erogaciones de capital, por lo que, en realidad, habitualmente
la clasificación por Objeto del gasto, aparece siempre combinada con la clasificación
Económica. Aparte de constituir esta clasificación un detalle imprescindible para el
proceso de ejecución del presupuesto (los responsables de las diferentes unidades de
organización necesitan saber de cuántos recursos disponen -clasificación Institucional-
y para ser aplicados a la compra de qué bienes o servicios -clasificación por Objeto, esta
clasificación es útil para evaluar el impacto de las compras del gobierno en los
mercados correspondientes a los diferentes bienes y servicios.
Clasificación Regional
Para evaluar el impacto territorial del gasto público, resulta útil conocer la distribución
geográfica del gasto público. Esto permite, no solo evaluar la equidad en la distribución
territorial del gasto, sino también la instrumentación de una política deliberada de
desarrollo regional. Habitualmente se utiliza esta clasificación en relación a las Obras
Públicas y en algunas partidas de mayor significación, que permiten tal desagregación
(no presenta dificultades identificar la localización de las obras o del personal de la
administración nacional,
pero no es tan sencillo identificar a qué región corresponden los intereses de la deuda
pública abonados en un determinado período).
Clasificaciones Combinadas
Las clasificaciones antes descriptas pueden combinarse entre sí y así dar brindar
información más precisa de la naturaleza y composición del gasto público. Como ya
hemos dicho, la clasificación por Objeto puede ser fácilmente combinada con la
clasificación económica, dada la naturaleza de gasto corriente o gasto de capital
habitualmente asociada a cada tipo de bien o servicio. Asimismo, habitualmente las
clasificaciones Institucional y por Objeto, actúan siempre combinadas, lo cuál es
necesario para posibilitar el cumplimiento del ciclo presupuestario.
Las clasificaciones por Finalidad y Económica, también suelen ser objeto de una
formulación conjunta, lo que permite identificar el grado en que el Estado está
gastando en funcionamiento (gasto corriente) o en inversiones (gasto de capital) para
cada finalidad, a partir de lo cual es posible inferir si se está potenciando la capacidad
futura del Estado para brindar los servicios correspondientes a las diferentes
finalidades o si, solamente, se está gastando para mantener o mejorar niveles de
prestación pero sin atender a su crecimiento posterior.
En la tabla siguiente, es posible ver para un grupo de países, la evolución del gasto
público con relación al producto bruto interno. Se aprecia claramente el importante
crecimiento del mismo y la incidencia del Estado en relación a la actividad económica
privada.
Algunas precisiones conceptuales previas
Con este criterio, las variaciones que sean observables en una serie estadística expresada
en valores constantes, representarán variaciones reales excluidos los factores
monetarios, lo que permitirá identificar el crecimiento absoluto" del gasto público,
siendo este un segundo concepto que es necesario considerar. Este crecimiento lo es en
términos absolutos por lo que refleja un mayor volumen de actividad estatal. Sin
embargo, resulta útil conocer si este crecimiento es mayor o menor al experimentado
por otras variables dinámicas de b cconcmia, como el producto bruto o la población.
En este caso, si se relaciona una serie histórica de gasto público en valores constantes
con otra de población, por ejemplo, se obtendrá el nivel del gasto público per-cápita y
se podrá observar si existe "crecimiento real" del gasto público respecto de la
población. Si el gasto público crece en términos constantes a menor ritmo que la
población, el valor unitario por habitante de los servicios estatales disminuye, aunque
en niveles absolutos el volumen de actividad demuestre una tendencia creciente.
1. Razones Políticas: comprenden los cambios de filosofía respecto de las funciones del
Estado y, naturalmente el crecimiento del gasto está asociado a la incorporación de
nuevas funciones a la órbita estatal. Un caso interesante, es el de la transferencia de
servicios entre distintos niveles de gobierno, como el caso de los servicios de
educación y salud que se han transferido en Argentina, desde el gobierno nacional a las
provincias y de éstas a los municipios. Como consecuencia de esta política (que
importa un cambio de filosofía en la asignación de las funciones gubernamentales) los
gastos de las provincias, o en los municipios, se han visto aumentados, aunque, al
mismo tiempo a nivel nacional las erogaciones en estos servicios se han visto
correlativamente disminuidas.
Con el propósito de explicar sistemáticamente las causas que explican el crecimiento del
Gasto se han desarrollado diversas teorías entre ellas merecen citarse las que a
continuación se refieren
Otra visión del mismo enfoque indica que los funcionarios que permanecen en el Estado
independientemente de la gestión política, tienen predilección por los grandes
presupuestos, ya que por esta vía logran mayor prestigio social, mayores sueldos y
poder en relación al sector privado. Además, en la práctica, los legisladores no conocen
suficientemente los mecanismos estatales son asesorados en forma interesada por el
burócrata, lo que contribuye a aumentar el gasto. Forma parte también de este efecto, la
afirmación acerca de que la disminución relativa de la productividad en los servicios
estatales, respecto de la lograda en el sector privado, no va acompañada por las
correlativas disminuciones en los salarios del personal estatal. Por el contrario, los
mismos se elevan a niveles similares o superiores a los del sector privado y siempre por
encima de su productividad marginal, con lo que se aumenta continuamente el costo de
estos servicios y se configura una asignación creciente e ineficiente del gasto público.
Redistribución de la renta: esta teoría formulada entre otros por Meltzer, sostiene que
las políticas redistributivas tienden a crecer en las sociedades organizadas
democráticamente por dos razones principales: la primero de ellas es producto de la
competencia entre los partidos políticos por captar los votos en un contexto de
distribución desigual del ingreso y la otra es la extensión del derecho al voto a
ciudadanos con renta inferior a la media.
En el Sector Público, por las características de los bienes que debe ofrecer a la
comunidad (públicos puros sin posibilidad de hacer uso del mecanismo de mercado o
mixtos cargados de externalidades), no existen mecanismos automáticos de decisión
que permitan lograr una aceptable asignación de los recursos. Como es conocido, las
decisiones en materia de gasto público son esencialmente políticas. Esto significa que
consideraciones de índole económica (eficiencia, p.ej.) pueden no ser importantes, o
directamente ignoradas, al momento de encarar actividades que involucran el consumo
de gran cantidad de recursos. Esta situación, y sin por ello desmerecer la validez de la
valoración política de estas decisiones, puede originar graves perjuicios a la economía
si las acciones encaradas no han sido realmente valiosas (es decir necesarias) para la
comunidad. Por ello, el contenido político de las decisiones sobre gasto público, si bien
es necesario o imprescindible, no es suficiente para garantizar la asignación eficiente de
los recursos administrados por el Estado.
En segundo lugar, es función ineludible del Estado ejecutar las obras de infraestructura
básicas necesarias para el crecimiento estratégico, sobre todo en los estadios iniciales
del crecimiento de los países. En estas circunstancias, no obstante la ausencia de
incentivos a la inversión privada, es posible identificar proyectos de alta rentabilidad
social con repercusiones de gran magnitud sobre el bienestar de la sociedad y sus
posibilidades de desarrollo
Tanto en un caso (alta proporción entre el gasto público y el PBI) como en el otro
(responsabilidad del Estado en la concreción de obras estratégicas) las decisiones
estatales tienen una gran influencia sobre la economía y la ausencia de mecanismos
que permitan optimizar las decisiones sobre el gasto público pueden alejar
significativamente la asignación de los recursos del óptimo social. La baja
productividad del sector público y su limitada capacidad para actuar con eficiencia
constituyen algunos de los reclamos más recientes del cuerpo social y el proceso de
transformación del rol del Estado en la mayoría de los países de América Latina. En
los últimos años se generalizado en los principales países de la región, desprenderse
de servicios tradicionalmente estatales e ineficientes, mediante políticas de
tercerización, concesión, transferencia o simple venta al sector privado. En el mismo
sentido han operado las transferencias de servicios desde jurisdicciones nacionales a las
provinciales y de estas a los niveles municipales o locales.
La eficiencia se define como aquella situación en que no existen recursos mal utilizados.
Es decir que se obtenga la máxima utilidad social de los recursos que la sociedad está
asignando a un determinado fin. Visto desde otro punto de vista, esto no es otra cosa que
lograr el menor costo posible para la prestación de determinado nivel de servicios. En
una situación de ineficiencia sería posible disminuir el uso de uno o varios factores sin
que se resienta el nivel y calidad de los servicios del Estado. En concordancia con este
enfoque, es habitual sostener que existe exceso de empleados públicos, lo que significa
en términos de eficiencia que podrían ser desplazados al sector privado sin que
disminuya el nivel de las prestaciones estatales.
Los grupos de interés, formados por ciudadanos con objetivos comunes, realizan un
trabajo activo procurando influir en la gestación de leyes y reglamentos que favorecen
sus intereses. A medida que estos grupos se tornan más activos, el gobierno también
aumenta su poder. La competencia política tiende a reemplazar, o al menos a
complementar, la competencia económica. En muchos casos estas influencias se tornan
imprescindibles para obtener o mantener los beneficios de estos grupos con las
consiguientes ineficiencias en la asignación del gasto.
La modernización del Estado que reclama la sociedad actual, ha requerido en todos los
casos la instrumentación de herramientas modernas de gestión. Expresiones tales como
"Reforma Administrativa", "Mejoramiento Operativo", "Fortalecimiento Institucional",
"Técnicas de Administración Financiera", "Nuevos procedimientos de Control" reflejan
diferentes facetas de un proceso común: mejorar la calidad y la eficiencia de la acción
del Estado. En este enfoque adquiere particular relevancia la necesidad de fortalecer las
técnicas de formulación y ejecución presupuestaria, sobre la base de una adecuada
programación de los gastos públicos y de la utilización sistemática de técnicas de
análisis beneficio-costo, además de los necesarios mecanismos de control del destino de
los ingresos públicos.
El análisis de conceptos tales como el presupuesto y el análisis beneficio-costo como
instrumentos para mejorar la eficiencia del gasto público, ocupan un lugar
importante en la literatura económica y será desarrollado a continuación.
El presupuesto gubernamental
Una de las características del presupuesto es que es anticipado, es decir que consiste en
una previsión de las actividades que deberá o podrá realizar el Poder Gubernamental en
un período regular de tiempo, generalmente un año, que habitualmente coincide que el
año calendario y de lo denomina Ejercicio Financiero. E presupuesto debe estar
dimensionado cuantitativamente y con expresión contable pudiendo presentarse con
distintos criterios de ordenamiento (por organismos de ejecución, por funciones, por
programas, etc.). La aplicación de criterios de orden financiero requiere que el
presupuesto está equilibrado, es decir que los gastos previstos deben contar con los
recursos monetarios que permitan su financiamiento.
Este criterio de equilibrio presupuestario no significa que el presupuesto no pueda
presentar un déficit (o eventualmente un superávit), operativo, por un exceso de gastos
en relación a los recursos ordinarios sino que en el caso que los recursos resulten
insuficientes, debe estar prevista también la solución financiera.
Según el principio de Universalidad los gastos y recursos deben expresarse por sus
valores brutos sin compensaciones. Es decir que las magnitudes presupuestarias no
deben expresar saldos netos, sino que tanto gastos como recursos deben especificarse
integra y separadamente. La razón de este principio radica en la necesidad de dar
veracidad y transparencia ai presupuesto. Además, la diferente naturaleza de los gastos
(que dependen en gran medida de la discrecionalidad de los funcionarios) y los recursos
(que se trata de previsiones cuyos resultados no dependen en alta proporción de las
decisiones de los mismos funcionarios) indica acerca de la inconveniencia de realizar
compensaciones entre ellos 14
Gracias al mismo principio existe la posibilidad de cerrar los ejercicios financieros una
vez al año y valorar Ic resultados logrados en la acción gubernamental, en una especie
de balance, no solo financiero, sino tambié político. El concepto de anualidad permite el
cierre de las operaciones, el balance contable y la determinación d un resultado. Los
conceptos de "equilibrio", "déficit" o "superávit" que surgen del cotejo entre recursos
erogaciones ocurridos en un período determinado, también están intimamente ligados a
este principio.
Una vez aprobado el presupuesto por parte del Congreso e iniciado el año calendario,
el gobierno comienza la ejecución del presupuesto que se extiende hasta el 31 de
diciembre. En el proceso de ejecución del presupuesto, es posible distinguir diferentes
etapas 10. En primer lugar, en el momento de adoptarse la decisión acerca de ejecutar
un determinado gasto se realiza la Afectación Preventiva. En esta etapa se verifica si
existe crédito suficiente en las partidas pertinentes, es decir que existe saldo sin
ejecutar y se realiza una afectación de este crédito al gasto en cuestión. En segundo
lugar, cuando el Estado adquiere el compromiso de adquirir un bien o servicio de parte
de terceros (se adjudica una licitación, se firma una orden de compra, se firma un
contrato de locación de servicios, etc.) se registra la etapa del Compromiso, que puede
definirse como el acto por el cual se afecta el gasto al crédito pertinente autorizado en
el presupuesto.
Cuando el gobierno recibe los recursos adquiridos (el proveedor entregó los bienes
encomendados, la empresa contratista emitió un certificado de ejecución de obra,
etc.) la administración ordena la liquidación del gasto, de acuerdo a las condiciones
contractuales previas y a las características efectivas de la provisión e interviene la
tesorería en esta etapa denominada del Ordenador a Pagar y se emite un documento
denominado Orden de Pago
En esta etapa del gasto ya se han generado las condiciones para que ya exista obligación
de pago por parte del gobierno, aunque no se encuentre vencida o no sea todavía
exigible. En la cuarta etapa, la del Pago, el gobierno cancela la obligación contraída
mediante la entrega del al acreedor del respectivo valor, culminándose así el ciclo de
ejecución del presupuesto.
El presupuesto tradicional
En los últimos cincuenta años se han producido notables avances en los sistemas de
planificación en América Latina. En materia presupuestaria, el PPP aparece integrado a
un sistema de planificación que intenta conciliar los requerimientos sociales, los
objetivos políticos y los instrumentos disponibles en el gobierno para satisfacer las
necesidades públicas. Así, el PPP aparece integrado en un proceso más amplio y
orgánico, denominado comúnmente Sistema de Programación y Planificación
Presupuestaria (SPPP), constituyéndose en el subproducto, quizás más importante, que
permite instrumentar desde el punto de vista administrativo y financiero el plan del
gobierno. El presupuesto por programa constituye un eslabón de una cadena de procesos
que puede ejemplificar en la siguiente secuencia:
• Los estudios analíticos que se requieren para examinar con profundidad los
diferentes cursos de acción requieren más tiempo del disponible para la
preparación del presupuesto.
• Los objetivos y metas resultan expresados con ambigüedad o de manera
contradictoria. Diferentes programas cuentan con objetivos dispares o
contradictorios.
• Problemas conceptuales todavia no resueltos en el análisis beneficio - costo
dificultan su aplicación generalizada.
• Ausencia de personal especializado en cantidad suficiente en técnicas de
análisis B-C y de formulación de presupuestos por programas.
• La excesiva racionalidad del análisis confronta con el carácter político de
unagran cantidad de decisiones gubernamentales.
• El sistema no alcanzó a desarrollar todas sus potencialidades.
• Si su aplicación no es rigurosa, el PPP termina conformando una sofisticada
presentación del presupuesto tradicional, bajo la forma de programas y con
alguna identificación de objetivos y metas, desnaturalizándose el objetivo de
eficiencia perseguido.
El Presupuesto en Base Cero (PBO)
Aún en la formulación bajo la forma del Presupuesto por Programa no pudo evitarse, en
su aplicación práctica, la influencia de los presupuestos anteriores, estando presente,
finalmente, también en este caso la práctica del presupuesto incremental. No fue
posible, en la práctica, aplicar los procesos de evaluación propios de esta formulación
presupuestaria, de manera
completa. Se terminan aceptando las actividades que continúan a través el tiempo,
volviendo a los vicios del presupuesto incremental. A través del tiempo se produce un
proceso de acumulación de poder en los niveles medios de la administración, lo que
provoca una gran inercia al momento de la elaboración del presupuesto.
El PBO intenta romper esta inercia, que ya venía desde el presupuesto tradicional y
que finalmente el PPP no pudo vencer, pero lo hace mediante una apuesta muy fuerte:
se deben desechar todas aquellas actividades que no puedan ser justificadas
nuevamente cada año.
El sistema político debe permitir una mayor correspondencia entre las preferencias de
los votantes, las decisiones políticas y el gasto público. Siempre hay un vínculo entre lo
que el Estado gasta y lo que la gente quiere que el Estado haga con esos recursos.
Mientras más clara sea la correspondencia entre necesidades colectivas y gasto del
Estado, mayor será el Estado de bienestar de la sociedad. El presupuesto bien
formulado contribuye a esa correspondencia.
En los países más avanzados, se advierte en las políticas públicas una creciente
preocupación para que los presupuestos correspondan al diseño de las políticas
enunciadas por el gabinete. Para ello, frecuentemente, se centra la atención en los
mecanismos de decisión y, para ganar coherencia entre presupuesto y políticas, se
encomienda la discusión presupuestaria a comisiones formadas por varios ministros,
proceso que a veces ha sido complementado con diversas comisiones técnicas
interministeriales. El diálogo entre ministerios y subsecretarías de distinto ramo mejora
la posibilidad de hacer una buena coordinación de políticas.
Según el análisis se realice desde un enfoque privado o público, el criterio para valorar
estos flujos futuros es diferente. En el ámbito privado, el análisis es estrictamente
financiero y las corrientes de costos e ingresos futuros son flujos de caja, con
aplicaciones y recuperos financieros. La pregunta que se hace el analista es: los ingresos
que se producirán cuando el proyecto esté en operación, ¿serán suficientes para a
recuperar el costo de operación y mantenimiento de cada año, b) recuperar el costo de la
inversión inicial y de su financiamiento y c) producir un beneficio adicional?. En la
medida que estos ingresos (beneficios en la jerga del análisis del proyecto) sean
suficientes para recuperar estos costos y generar beneficios adicionales de cierta
magnitud que sea interesante para el inversor privado, el proyecto recibirá una
calificación positiva.
Si los viajes pudieran realizarse sin costo alguno, la cantidad que se realizarían vienen
representado por la distancia OK y el excedente del consumidor es la superficie JOK.
Sin embargo, los viajes generan costos en combustibles, desgaste del automóvil y
tiempo perdido, representados por OG, por lo que los usuarios utilizarán la carretera
hasta el punto OB, siendo la superficie OJAB la que refleja los beneficios totales, pero
como el costo que soporta cada usuario en competencia perfecta es UGAB, el excedente
del consumidor es igual a GA (es la diferencia entre lo que el consumidor estuvo
dispuesto a pagar y el costo que efectivamente tuvo que soportar)
Se propone, realizar una inversión de un monto dado (Inversión = $100 millones, por
ejemplo) y requiere determinar si los beneficios que el proyecto generará compensan esa
inversión. Al ensanchar la carretera y mejorar las condiciones de circulación, el costo
para el usuario baja desde GS al nivel de FS', que es la nueva curva de costo y la
cantidad de viajes aumenta ahora a OD. El beneficio total ahora es FC, el costo de los
usuarios OFCD y el nuevo excedente del consumidor FJC. Sin embargo, es el aumento
en este excedente (que ahora se amplió en GFAC) el que resulta de le ejecución del
proyecto. El aumento del excedente, es el "beneficio marginal imputable al proyecto que
debe compararse con la inversión I (que constituye un costo marginal) para determinar
si debe realizarse el proyecto.
Tanto los beneficios como los costos pueden pertenecer a las categorías de reales o
pecuniarios, mientras que los reales, a su vez, pueden ser directos o indirectos;
tangibles o intangibles; finales o intermedios; interiores o exteriores.
Se trata de una de las distinciones más importantes. Los beneficios reales se refieren a
aquellos obtenidos por los consumidores finales del proyecto público (los usuarios de la
carretera en el ejemplo anterior). Reciben un incremento al bienestar de la población, en
tanto los costos reales reflejan, igualmente una disminución del bienestar provocada a la
población al retirar algunos recursos de otros usos alternativos.
Cuando se contratan obreros en una región para ser destinados al proyecto, pueden
provocarse incrementos estacionales en los salarios originados en la mayor demanda,
porque la escasez de ese factor productivo aumenta.
Sin embargo, este beneficio estará compensado por una pérdida equivalente en otros
sectores de la sociedad que deberá soportar, por Ej., mayores impuestos, necesarios para
financiar los mejores salarios. Puede ser también que la construcción de la carretera
provoque un aumento en la demanda de cemento o tiendas de campaña, con e!
consiguiente incremento en sus precios que presentar ganancias para aquellas personas
encargadas de su producción o comercialización, pero no reflejan una ganancia neta
para la sociedad, ya que estarán compensados por los costos soportados por otros
grupos de consumidores que deben soportar precios más altos en sus productos porque
se transfieren recursos a la producción de cemento o tiendas de campaña. El mayor
valor de las propiedades en el área de influencia del camino refleja otro caso de
beneficio pecuniario, pero no real, ya que no existe una creación de riqueza a favor del
conjunto de la sociedad.
Las razones por las cuáles los precios de mercado pueden no representar una adecuada
valoración son varios: a) La existencia de mercados monopólicos; b) la influencia de los
impuestos y subsidios; c) el caso de los recursos desempleados; d) las regulaciones
estatales de precios (máximos o mínimos) y d) la presencia de externalidades, son las
principales fuentes de distorsiones en los precios de mercado.
Como la valoración de los recursos en el análisis B/C, debe realizarse a precios que
sean coherentes con criterios de optimización en la asignación de los recursos, se
deben realizar ajustes a los precios de mercado para llegar a los denominados
precios sombra" (precios eficientes), que tienden a corregir, por ejemplo, el caso de
la existencia de mercados monopólicos: los precios que arrojan estos mercados son
superiores a los de competencia, reflejando ganancias pecuniarias que no
corresponde tener en cuenta en este análisis. Los precios de los mercados
monopólicos deben ser ajustados de manera de extraer el componente pecuniario.
Los momentos en que los recursos son utilizados (consumidos), o creados (beneficios),
en un proyecto, son diferentes. Es en ese sentido que puede hablarse de una asincronía
entre los momentos del tiempo en que se producen los costos y se generan los
benéficos Lo mismo ocurre entre los proyectos alternativos, por lo que los flujos de
costos y beneficios de los proyectos difieren en el tiempo entre sí. Cuando se requiere
comparar estos flujos para determinar rentabilidades y prioridades es necesario utilizar
algún instrumento que neutralice estas diferencias temporales.
La idea que debe comprenderse es que no es lo mismo para la sociedad que los
beneficios se presenten en el segundo año del proyecto (en la instalación de un
establecimiento potabilizador de agua potable cuya construcción demanda un año) o
que se produzcan después de cinco años (un proyecto hidroeléctrico con un periodo
constructivo muy superior). Para una inversión equivalente, es lo mismo esperar uno o
cinco años para obtener los beneficios, aunque éstos sean iguales en términos
absolutos ?. ¿Es igual el costo de realizar una inversión determinada en uno o cinco
años?. Es posible imaginar estas y otras muchas preguntas similares que nos están
señalando que la ocurrencia en el tiempo de los procesos de inversión y explotación de
los proyectos requiere de un tratamiento especial.
En un análisis privado, la tasa de interés, que indica el costo de oportunidad del capital
invertido 20, es el elemento que permite resolver el tratamiento del factor tiempo 24. En
efecto, no es lo mismo disponer de $1000, hoy o dentro de diez años. Naturalmente que
es preferible tenerlo en el presente, aunque se tenga la absoluta seguridad respecto de la
disposición de ese mismo capital dentro de 10 años, pero sí será equivalente a tener un
capital mayor en aquél momento, que será el que resulte de capitalizar los $1000,- del
presente durante 10 años a una tasa de interés determinada, lo cuál no es otra cosa que
aplicar una fórmula de interés compuesto:
Se puede afirmar que, si una tasa de interés del 15% compensa el costo de oportunidad
del capital (incluido el riesgo) del inversor privado, es equivalente tener hoy un capital
de $1000,- o $4045,56 dentro de 10 años. Pero, como ya se dijo, el análisis de los
proyectos se basa en estimaciones de hechos que ocurrirán en el futuro, con lo cuál en
vez de encontrarse con un proceso de capitalización (que calcula el capital futuro
equivalente de un valor presente) se está en presencia de un proceso de descuento (que
calcula valor en el presente equivalente a un valor estimado del futuro). Con lo cuál, a
partir de la misma fórmula de interés compuesto, pero mediante un pasaje de términos
se obtiene:
El Valor Actual neto refleja, en el enfoque privado, el valor del negocio. Es la riqueza
generada por el proyecto y expresada en valor equivalente del momento cero, algo así
como cuánto más rico se es hoy, si el proyecto se llevara a cabo. Es lo que un inversor
estaría dispuesto a pagar por tener la exclusividad en el desarrollo del negocio, es lo que
vale idea o identificación del proyecto.
La regla de decisión es que, si el VAN es superior a cero (lo cual significa que la
suma de los beneficios descontados es superior a la suma de los costos descontados)
el proyecto es aceptado.
La regia de decisión es que si la relación B/C es superior 1 (lo cuál significa que la
suma de los beneficios descontados es superior a la suma de los costos descontados) el
proyecto es aceptado.
Entre estas razones podemos destacar dos. Por un lado que el valor de la relación puede
diferir, por ejemplo si los costos operativos aparecen resultados en el numerador, o se
imputan en el denominador. En el primer caso el numerador expresará beneficios netos
y en el segundo beneficios brutos, y el indicador dará diferente resultado quitando
precisión al análisis, aunque en ambas situaciones se habrá contabilizado la totalidad de
beneficios y costos.
Una segunda razón por la que no se utiliza está referida a que en la comparación de
paquetes de proyectos alternativos, frente a una situación de recursos o presupuestos
insuficientes, no existen garantías de que el ordenamiento de proyectos que se realice
según los resultados de la relación B/C sea ei más conveniente. En estos casos se
recomienda utilizar el VAN de diferentes paquetes de proyectos, sujetos a las
restricciones presupuestarias definidas, para identificar cuál combinación de proyectos
posibles es la que proporciona el mayor VAN.
En este caso, aplicando la misma fórmula del VAN, pero dejando a la tasa social de
descuento (") como incógnita, la Tasa interna de Retorno se define como aquella tasa
que determina un Valor Actual Neto igual a cero. Es aquella tasa de descuento que anula
el valor actual neto. A mayores tasas de descuento el valor actual neto gradualmente
disminuye hasta que pasa de positivo a negativo. La tasa de corte que produce el cambio
de signo es la TIR
Este fenómeno denominado TIR Múltiples, ocurre cuando el flujo de fondos sobre el
cuál se realiza el cálculo bene más de un cambio de signo, y en estas condiciones,
existen tantas TIR como cambios de signo se presenten
Incluso en el caso en que los beneficios no puedan valorarse, aún por métodos
indirectos, el análisis puede centrarse en cuáles son las alternativas, por las que se
estima lograr los mayores efectos posibles para un nivel de inversiones determinado, o
cuál es la variante que permite arribar al cumplimiento de metas determinadas al menor
costo. En este caso, cuando hay dificultades de medición se trabaja con el análisis Costo
- Eficacia: para niveles equivalentes de prestación de servicios, debe elegir aquella
alternativa de menor costo
También puede fijar metas, por ejemplo una reducción del 10% en la tasa de
abandonos escolares, identificar formas alternativas y sus costos de lograr esta meta, y
luego elegir la de menor costo
Por otra parte, como ya se viera, las empresas públicas el otro conjunto de unidades
económicas que conforman el sector público- cuentan como instrumento de
financiamiento los precios. Estos pueden ser establecidos conforme a las reglas de un
mercado competitivo como bajo otras condiciones.
En este capitulo se analizarán cada uno de los recursos del sector público, atento a que,
dentro de ellos existen distintos tipos que resultan posible diferenciar teniendo en
consideración por ejemplo, el grado de voluntariedad con que son exigidos a los
ciudadanos o por su naturaleza, según resulten o no ser privativos del Estado. Al
estudiarse los recursos de origen tributario, se distinguirán diferentes categorías de éstos,
además de analizar otros conceptos que hacen a la equidad y eficiencia de los
gravámenes.
La coactividad de los tributos, está dada en cierto modo por la naturaleza de los bienes
que provee el Estado, pues en la demanda de bienes o servicios sociales, la población
no tiene estímulos para dar a conocer sus preferencias y la mayoría no estaría
dispuesto a pagar suma alguna por disponer de ellos, por lo que la soludón requiere de
un mecanismo de financiamiento diferente a las reglas del mercado.
Sin duda que el tipo de gastos que realiza el Estado, le da por otra parte legitimidad
a la exacción, es decir no se está en presencia de una apropiación indebida, sino que
se realiza dentro de un proceso de legalidad.
Existen otros ingresos que percibe el Estado en forma voluntaria, como los que obtiene
por las ventas de sus bienes, donaciones que le efectúan el sector privado u otros
Estados, los ingresos por privatizaciones, pero que a veces no son significativos o no
tienen la habitualidad de los antes mencionados.
PRINCIPIOS DE LA TRIBUTACIÓN
Equidad
Equidad Horizontal
Bajo el primer concepto, para que el sistema tributario sea equitativo, se debe tratar
igual a los individuos que en sus aspectos relevantes también lo están. En otras palabras
el enfoque preconiza "Igualdad de trato para los que están en igualdad de condiciones".
De este modo, no podrá justificarse una estructura Impositiva que descanse en
gravámenes que trata en forma desigual, o discriminando entre las personas según üpo
de religión, razas etc.
Equidad vertical
i.
Un criterio que seguramente es aceptado por todos, es que el sacrificio que realiza cada
individuo en el pago de sus impuestos, debe ser igual para todos, presentándose el
desafío de definir a esa igualdad. Desde este punto de vista existen tres definiciones: la
que supone que la
igualdad en el sacrificio de absolutos, la que sostiene que el mismo debe
medirse proporcionalmente y el enfoque que preconiza un sacrificio
marginal.
Para analizar lo antes expuesto, se puede adoptar una función donde 1) el nivel de
utilidad (total) depende únicamente de los ingresos que dispone cada individuo en este
caso "A" (de baja renta) y "B" (con mayores ingresos) y 2) que la misma es decreciente
e igual para todos, como los supuestos más relevantes del modelo.
La teoría del sacrificio absoluto (gráfico 1.3), requiere que el Estado les exija -en
concepto de impuestos- a cada individuo un monto de renta tal que la pérdida de
utilidad (o el sacrificio que implica el pago del impuesto) que soporten
individualmente, resulte en magnitudes idénticas, tanto para el individuo pobre (A) que
para el rico (B). Con lo cual y dada la diferencia en el nivel de renta de ambos, el
impuesto a pagar por "B" será necesariamente mayor que el que recaerá sobre "A". En
el gráfico, el impuesto a cobrar está dado por la cantidad Yg-(YB-T) para "B" y YA-
YA-T) para "A", tal que HI=JK.
Por último, la hipótesis del sacrificio marginal (gráfico 3.3), plantea que el tributo deberá
ser de magnitud tal, que el sacrificio marginal como consecuencia de su pago resulte
igual para todos. Esto presupone igualar las rentas netas de impuestos para todos los
individuos. Recordando que la pendiente de la curva de utilidad total es la utilidad
marginal en dicho punto, elegido el mismo deberá cobrarse impuestos diferenciales a
"A" y "B", de modo que ambos se ubiquen con posterioridad en el punto E de la curva
de ingresos totales, tal como se aprecia en el grafico siguiente:
ii.
Existe consenso en que la carga impositiva debe ser lo más justamente repartida.
Una vez definidos los conceptos de equidad, existen básicamente dos criterios que
permiten su aplicación práctica. Ellos son el de la mayor capacidad de pago y el
que se basa en las prestaciones que se reciben por parte del Estado o principio del
beneficio.
El principio del beneficio
Por ello es que DUE, sostiene que este principio significa extender al Estado, "el
principio comercial", es decir que los bienes y servicios que suministra, deberán ser
pagados por quienes lo usan. En cierto modo este principio compite con el principio de
mercado, donde la interacción de la oferta y la demanda determinan los precios de los
bienes y servicios. En este caso se podría decir que los individuos ajustan el consumo de
bienes públicos o privados, hasta que su beneficio marginal se iguale al costo marginal.
Deben advertirse por los menos dos severas limitaciones o restricciones que surgen a la
aplicación de este principio; en primer lugar el problema de la revelación de las
preferencias en el caso de los bienes públicos, que como se mencionó resulta
extremadamente difícil que los ciudadanos las den a conocer o bien es muy posible que
venden a evaluar los beneficios, de modo que la exacción voluntaria no es fácil de
aplicar en casos concretos y deba ser reemplazada por la coactividad en la aplicación de
gravámenes.
El otro aspecto es que de aplicarse este único criterio, se ignoran los objetivos
redistributivos del Estado. Si se llevara a un extremo el argumento del principio del
beneficio, solo se podrían prestar aquellos servicios o bienes en que es posible aplicar el
principio de exclusión, por lo que ei rol del Estado estaría muy limitado, aún cuando, la
mayoría de los ciudadanos creen que la redistribución de la renta y riqueza en una
sociedad, es una función que debe realizar el Estado. No obstante, como se analizó en el
capítulo 1, no habrá unanimidad en el grado en que deba intervenir el Estado en sus
efesios distributivos. En Argentina, en los últimos años es cada vez más frecuente
encontrar individuos que limitan la intervención estatal, fundamentándose en que el
mismo les deba prestar un beneficio tangible, lo que implícitamente supone entre otras
cosas- aplicar gravámenes basados en ese principio y abandonar las políticas
redistributivas del ingreso y riqueza.
Elección de la base.
Cualquiera sean las bases adoptadas, deben respetarse los mencionados criterios de
equidad horizontal y vertical
III) Criterio del consumo. En este caso se considera que el consumo que realiza un
individuo en un momento del tiempo o en un lapso determinado, es una revelación de
capacidad de pago y puede considerarse como tal a los fines de aplicar un gravamen.
Debe señalarse que no existen reglas específicas que permitan afirmar que una base de
cálculo de la capacidad contributiva, es preferible a otra. En una época se consideró que
los beneficios constituían la mejor alternativa, aunque en los últimos años han
alcanzado una importancia considerable aquellos tributos que utilizan al consumo como
manifestación de esa capacidad.
Resulta una cuestión generalmente aceptada que, salvo el caso de impuestos que no se
aplican en relación a alguna manifestación de la actividad económica -como por. Ej. un
impuesto de capitación, la circunstancia de tener que soportar el pago de un gravamen
provoca alguna modificación en las decisiones de los agentes económicos y puede
generar distorsiones o apartamentos de las condiciones de eficiencia. Dicho de otro
modo, se sostiene que el sector privado al tener que afrontar la carga de un impuesto,
debe soportar un costo mayor que el que representa desprenderse de los recursos
monetarios que requiere su pago.
Tales costos adicionales suponen una presión o carga excedente para el sector privado,
que no encuentra su correlato en ingresos o beneficios para el fisco, razón por la cual se
asocia a una pérdida bienestar de la sociedad o coste de eficiencia y como tal debiera ser
minimizada. o disminución en el.
Los impuestos pueden afectar las conductas de los agentes económicos de diversas
maneras. Así por Ej. pueden alterar las decisiones de los consumidores cuando se
gravan selectivamente ciertos bienes de consumo y no sus sustitutos o cambiar la
decisiones de los trabajadores, en
relación a la combinación deseada de ocio y trabajo si se aplican sobre la renta,
distorsionando en ambos casos la elección eficiente.
El análisis de los factores que determinan la magnitud del exceso de carga resultante
de la aplicación de un impuesto y su representación grafica se efectuará en el
capitulo siguiente.
En lo que respecta al problema de los costos por el lado del Estado, cabe señalar que la
Administración Tributaria debe afectar recursos humanos y materiales e implementar
procedimientos adecuados que le permitan desarrollar eficazmente la recolección de
los impuestos. Ello implica la existencia de Costos Administración, que en relación a
cada peso recaudado podrán variar conforme la menor o mayor complejidad del
impuesto de que se trate. Así por ejemplo, puede decirse que seguramente resultaran
necesariamente menores los costos de administrar un "impuesto de capitación", que
aquellos en que se deberá incurrir para aplicar un impuesto a la renta personal,
consideraciones de equidad al margen.
En el mismo sentido debe señalarse que la igualdad o desigualdad de las personas frente
al tributo puede medirse -como en el caso del aiterio de equidad- según la corriente del
beneficio de la capacidad contributiva.
Por su parte, para que ello cobre efectiva vigencia en el caso de la aplicación de un
gravamen, se entiende que éste no puede contemplar exclusiones personales o
disposiciones que liberen de la carga del impuesto a personas determinadas al tiempo
que comprenda a otras de su misma condición, es decir el principio de igualdad presente
en el texto constitucional se asocia al concepto de generalidad que debe estar presente
en la ley que crea el tributo.
Sin embargo debe precisar que ello no obsta, para que el legislador basándose en
consideraciones económicas o sociales establezca exenciones impositivas o medidas
que impliquen reducción en la carga tributaria a sectores o clases de contribuyentes.
Dicho de otro modo, no resulta incompatible con una estricta observancia del principio
constitucional de igualdad contemplar tratamientos impositivos diferenciales o prever
exenciones impositivas basadas en consideraciones económicas o sociales.
Es más, en ese sentido resulta oportuno referir al art. 75 inc 18 de la C.N. en el que al
atribuir las facultades del Congreso contempla "proveer lo conducente a la prosperidad
del país y al adelanto y bienestar de todas las provincias" sancionando "leyes
protectoras para esos fines y por concesiones temporales de privilegios y recompensas
de estímulo", lo que ha generado jurisprudencia en el sentido de interpretarse que no
existen obstáculos para el otorgamiento de exenciones motivadas por razones
económicas o sociales, en toda clase de tributos
Legalidad
En lo que puede entenderse como una muy clara reafirmación de la vigencia del
sistema republicano adoptado por la Constitución, en su texto consagra el principio de
la supremacía de la ley como base del ordenamiento social. Es así, como en su art. 19
al prescribir que "ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que la ley no
manda, ni privado de lo que ella no prohíbe" afirma la razón política de la ley como
expresión de la voluntad general y persigue que los ciudadanos en el ejercicio libre de
su actividad se ajusten a un marco de derecho que les dé garantías.
En ese marco, la expresión de voluntades -la Ley-que emana del Poder Legislativo
creando o modificando gravámenes, debe tener origen en la Cámara de Diputados -art.
52-. Quedando la aplicación de la ley, principalmente la función de recaudar a cargo del
Poder Ejecutivo, el que por su parte, cuenta con facultades para reglamentar.
Si bien estas prácticas admiten severos reparos suelen encontrar justificación cuando el
tributo en el marco de sus funciones de instrumento de política económica requiere ser,
con inmediatez, adecuado a una determinada situación coyuntural para lo cual el
mecanismo legislativo dado los tiempos que normalmente insume el tratamiento
parlamentario no ofrecería en principio, la respuesta oportuna.
No Confiscatoriedad
Si bien desde el punto de vista jurídico, pueden diferenciarse los recursos entre
Impuestos, Tasas y Contribuciones Especiales, desde el punto de vista económico, no
existen marcadas diferencias en sus efectos sl la extracción de recursos al contribuyente
se lo justifica como un impuesto o tasa, salvo que esta última tenga una alta correlación
con el servicio que le presta el Estado. A continuación se verán las principales
características que tienen los diferentes recursos impositivos que posee el Estado.
Impuestos
El impuesto "es un tributo cuya obligación tiene por hecho generador o circunstancia
que da lugar al pago- una situación independiente de toda actividad del Estado en
relación al contribuyente. Esta definición es importante desde el punto de vista de la
equidad. Como se analizó anteriormente la equidad de los tributos pueden medirse
básicamente por dos criterios, el que se basa en el beneficio que recibe el
contribuyente por un servicio que le presta el Estado o por el principio de la capacidad
contributiva,
Mientras en el primer caso existe un quid pro quo, es decir el individuo paga un tributo
por el beneficio que le prestará el servicio brindado por el Estado, bajo el criterio de la
capacidad contributiva, esta puede medirse por los ingresos, beneficios o renta de un
individuo, por su consumo o riqueza, no existiendo la necesidad de que el contribuyente
reciba un beneficio directo por parte del Estado. De allí que en este caso se puede
mencionar que se está en presencia de un impuesto, es decir el hecho generador se
fundamenta en el criterio de la capacidad de pago y no en que el individuo esté
recibiendo bienes o servicios por parte del Estado.
Esta circunstancia es la que lleva a que el producido del impuesto debe ingresar a rentas
generales, porque el hecho generador es independiente del gasto, es decir se halla
vinculado al concepto de equidad por el lado de la capacidad contributiva, mientras que
si lo fuera por el beneficio que recibe el contribuyente por la prestación del Estado, esa
recaudación tendría que destinarse específicamente a financiar el gasto que origina la
exacción.
Antes de continuar con el análisis, es oportuno recordar los elementos básicos que
componen un impuesto:
En general se puede encontrar que el mismo nombre del gravamen esta indicando la
materia imponible. El hecho que se elija una determinada materia imponible, ella será
pasiva, en el sentido que no necesariamente sus efectos económicos recaen sobre la
misma, puede ocurrir que se grave el gas- oil t sus efectos serán sobre las tarifas de las
mercaderías a transportar.
d) Base imponible: Una vez definida la materia imponible deberá definirse la base
imponible, es decir la valoración de aquella, o sea la base del cálculo del impuesto, la
que puede ser especifica o ad valorem.
Alícuota: Las alícuotas son aquellas proposiciones que se aplican sobre ia base
imponible para determinar el monto de la obligación. Las mismas pueden ser
proporcionales -únicas o diferenciales, progresivas, marginales, etc.
g) Cuota tributaria o monto del impuesto: La cuota tributaria es la cantidad o monto del
gravamen que deberá ingresar el responsable de derecho al fisco. El citado concepto
surge de multiplicar la alícuota por la base imponible o puede resultar del producto de
una cantidad fija por el número de unidades fisicas cuando se trata de un impuesto
específico.
Tasas
Es oportuno resaltar una diferencia entre tasa e impuesto en el que no debe existir una
relación entre hecho generador y beneficio del contribuyente. Por ello aun cuando lo
recaudado se destine a financiar un determinado servicio, no se está en presencia de una
tasa si no se puede presumir la existencia de beneficios individuales.
Por último cabe mencionar que tratándose de un tributo al igual que un impuesto,
una característica relevante de la tasa, resulta ser su naturaleza coactiva, es decir
involuntaria,
Tarifa
Existe otra categoría de tributos que es la tarifa, que tiene por característica ser una
combinación de las tasas y de precios. Antes se menciona paga un consumidor es
voluntario. que la tasa esencialmente es coactiva, mientras que el precio que
La tarifa reúne ambas condiciones, es coactiva porque el usuario debe pagar una suma fija,
independientemente de uso que haga del bien o servicio que presta el Estado, mientras que
por el consumo voluntario que realice, pagará una suma que se halla relacionada
con la cantidad demandada.
En general algunos autores sostienen que la tasa se utiliza para financiar prestaciones
del Estado que tienen una justificación en su razón de ser, mientras que el precio se
utiliza para producir bienes o servicios que no son inherentes a la función del Estado.
Adviértase que en este argumento y como justificación de la utilización de un modo
excluyente el recurso, se halla implícito que el gasto estatal debe estar orientado a
aquellos bienes que prestan un beneficio directo al contribuyente, aspecto que será
profundizado más adelante.
Contribuciones Especiales
Precios
Como se estudio anteriormente, existen bienes públicos o sociales que por sus
características no son susceptibles de ser vendidos, porque desde el punto de vista
técnico no se puede aplicar el principio de exclusión. Sin embargo existen otros tipos
de bienes que el Estado los puede prestar y que sin embargo puede aplicar la ley del
mercado, y para ello organiza empresas, es decir que el consumidor debe pagar un
precio como contraprestación por el servicio que recibe. Para que ello suceda debe ser
técnicamente factible la exclusión de los otros demandantes y que socialmente sea por
lo menos tolerable la fijación de un precio por su uso.
Entre las ventajas que tiene esta decisión se puede mencionar que en principio garantiza
una mejor asignación de los recursos, pues será el mercado el que determine la cantidad
a producir y no el proceso político.
En este sentido es habitual mencionar el caso de servicios que tiene una alta elasticidad
de la demanda, como por ejemplo ocurre con el transporte, el agua o la energía
eléctrica. Si no se estableciera un precio, seguramente que la cantidad demandada seria
muy grande, es decir se
producirían excesos por el lado de los consumidores. Sin embargo si se opta por lo
opuesto es decir precios muy altos, también se estaría en presencia de discrecionalidad
e inequidad por parte del Estado.
Desde el punto de vista de la equidad, se sostiene que el precio cumple con tal
requisito porque solamente lo pagan aquellos que usan el servicio. Solo queda una
duda y es opinable en ese caso, cuando se trata de bienes con beneficios externos
como la educación primaria.
En síntesis conviene aplicar los precios cuando se dan los siguientes hechos:
2. La demanda es elástica
IV. También es posible encontrar otras clasificaciones económicas, como las que
realiza Musgrave que distingue gravámenes que recaen sobre ) el mercado de
factores o ii) del producto, ii) los que se aplican del lado de la oferta o iv) de la
demanda, v) los que inciden sobre la empresa o vi) la familia y por ultimo según
incidan por el lado de vii) las fuentes o los usos en las cuentas de los contribuyentes..
Los impuestos de tipo real, son aquellos en que no tienen en cuenta, ias situaciones de
ios individuos, de modo que establecido el hecho generador, por ejemplo la propiedad
de un inmueble, todos son iguales ante ese tributo, independientemente de las
diferencias en ingresos, riquezas poseídas etc. En el ejempio citado, la base imponible
lo constituye el valor de mercado al que se le aplica una alícuota, independiente de la
situación del contribuyente.
En cambio en los impuestos de tipo personal, se tiene en cuenta las diferencias entre
los individuos de modo que se admiten por ejemplo deducciones por cargas de
familia, gastos extraordinarios en enfermedad etc.
Se entiende por Tasa o Alícuota legal a la establecida por la ley que crea el impuesto.
Así por ejemplo, la alícuota legal en el IVA para la generalidad de las transacciones -ya
que también existen alícuotas diferenciales menores-, esta fijada en el 21 % a partir del
1° de abril de 1995.
La Tasa o Alícuota Efectiva, en cambio, es la que resulta de relacionar el monto total del
tributo con la base imponible del mismo.
Así, suponiendo una alícuota legal del 3,5%, la efectiva será del 3,627%, valor que
surge de relacionar el valor de la referida alícuota legal con el importe de una base
imponible neta de $ 96,50 pesos. Esta resulta de restar a la base imponible bruta de $
100-ya que las alícuotas están expresadas en porcentajes-, o sería de $ 1.000,- si
estuvieren definidas en tanto por mil, el monto del propio gravamen, en este ejemplo $
3,50.
Adviértase que en aquellos impuestos en que el gravamen se calcula por fuera, como
sucede en el IVA, las alícuotas legales y efectivas coinciden.
Por otra parte, la Tasa o Alícuota Marginal, surge de vincular el incremento en unidades
monetarias que experimenta el tributo, ante las variaciones de la base Imponible,
relación que como se sabe, de representarse el tributo mediante una función continúa,
encuentra su correlato con el concepto matemático de derivada:
Progresividad y proporcionalidad
Regresividad: Cuando las alícuotas medias decrecen a medida que crece la base imponible.
Progresividad: Las alícuotas medias crecen a medida que aumenta la base imponible
de los individuos.
Debe hacerse notar que el concepto de tasa marginal expuesto sirve para caracterizar
la progresividad pudiendo así darse el caso por ejemplo de que ésta resulte creciente,
o decreciente según el comportamiento de aquélla.
Por su parte corresponde señalar que el punto a del gráfico indica el nivel de la base
imponible hasta el cual el impuesto denota una progresividad creciente mientras que
para las representadas entre a y b una situación de progresividad decreciente.
Desde el punto vista del modo o alternativa técnica en que se puede instrumentar un
sistema de progresividad, es posible diferenciar entre progresividad global y
progresividad escalonada, según la forma de tratamiento de los tramos en que se divide
la renta a gravar.
por 5001 pesos, ingresará en el último tramo de modo que pagará un gravamen de
1500,30 pesos, de modo que su alícuota marginal será de 500,30/1, lo que
evidentemente resulta inequitativo.
Así en el ejemplo anterior, un individuo con ingresos de 5001 pesos, tributará: 100
pesos, por el primer tramo, 300 por el segundo, 400 por el tercero y 0,30 por el último
totalizando 800,30 pesos.
Sea:
I= ( Y- m) *t
Donde I es el impuesto a
contribuyente m= Mínimo
exento
Si bien resulta una progresividad atenuada, que tiende a la alícuota legal, se aprecia que
si bien las alícuotas marginales son constantes, la forma de implementar las exenciones,
da como resultado una tasa media o efectiva creciente, es decir un sistema progresivo.
PRESIÓN TRIBUTARIA
Con el propósito de determinar -aunque no con demasiado rigor, según se verá- una
medida del peso que le significa 3 la comunidad contribuir al financiamiento de la
actividad gubernamental o de establecer desde un punto de vista macroeconómico- ia
magnitud relativa de la carga que debe soportan la sociedad para financiar los servicios
del gobierno, se propone la utilización del coeficiente que relaciona el monto total de
los impuestos que se recaudan en un año determinado (T) -en principio por todos los
niveles de gobierno con el que surge del cómputo del Ingreso Nacional (YN = PNN a) o
más comúnmente, dada las menores dificultades que presenta su cómputo, con el
Producto Bruto Interno a precio de mercado (PBIOM), esto es, sin deducir la
depreciación ni los impuestos indirectos- para ese mismo periodo, coeficiente que se
denomina Presión Tributaria.
Es decir: PT = T/PBI
En lo que respecta a las características que brinda ei referido indicador, cabe mencionar
en primer lugar, a las limitaciones que se suelen referir como inherentes a su propio
método de cálculo, si se tiene en cuenta por ejemplo, que el gobierno también financia
sus gastos apelando a un tributo no legislado cuál es el impuesto inflacionario y cuyo
producto no es registrado por las Cuentas Nacionales o bien si se comparten los
análisis-muy discutibles por cierto- que sostienen que no debieran computarse dentro
de las recaudación (T) las Contribuciones de Seguridad Social, ya que su importe se
compensa con las prestaciones que reciben o recibirán en el futuro, los beneficiarios del
sistema. Aunque bajo ese mismo concepto tampoco deberían computarse aquellos
gravámenes establecidos con fines exclusivamente redistributivos, ya que se supone
que se compensan el monto de los subsidios que se otorgan, tema también para la
discusión.
Ej. conformados estos, según el nivel de sus ingresos o si son asalariados o perciben
rentas del capital) o los distintos sectores de la actividad (agropecuaria, industrial de
servicios etc.) económica del país en su conjunto.
F = Δ T/ Δ YN
Indicador que como se advierte, mide la parte porcentual del incremento del producto o
la renta nacional que es captada por el sistema tributario y de cuyo valor dependerá la
magnitud en que los aumentos o disminuciones en la recaudación se traducirán en
cambios en la Presión Tributaria (T/YN) del sistema.
Como una cuestión de importancia sobre la cual conviene insistir, cabe hacer
referencia a la particularidad con que es definido el referido concepto, apuntando en tal
sentido a que, a diferencia de lo que puede resultar una idea sobreentendida para el
economista, cuando se refiere por ejemplo en el análisis (micro) del comportamiento
de los mercados, por ejemplo y la caracterización de las funciones relevantes (Oferta y
Demanda), donde no está presente la consideración de la inflación, en este caso, los
valores de las variaciones del impuesto y de renta o ingreso- que intervienen en el
cálculo de la elasticidad se computan en valores nominales, ya que precisamente lo que
se pretende medir -bajo un análisis macroeconómico- es la respuesta de la recaudación
a los cambios reales y en el nivel general de precios de la economía.
Factores Determinantes
Capitulo 4 finanzas
INTRODUCCIÓN
La estructura tributaria de una nación es por general, fruto de un proceso histórico en el que se
van creando nuevos impuestos, modificando algún: o eliminando otros. Dentro de ese contexto,
es habitual que el Estado intente corregir las distorsiones: que impone la estructura impositiva
heredada o de incrementar los recursos fiscales. Por ello es importante evaluar los efectos
económicos que tienen ya sea la creacion de un nuevo gravamen o las modificaciones y
cambios en alícuotas, base imponible, hecho generador, etc.
investigar quién soporta efectivamente la carga positiva, adquiere en este contexto significación
politice económica y soda!. Los aspectos distributivos es un gravamen requieren diferenciar
entre el impacto legal. Dado en aquellas personas que la ley establece como obligados al pago,
respecto de aquellas otras que soportan efectivamente la carga, lo que puede coincidir en los
mismos individuos.
El análisis se vincula íntimamente con los problemas de distribución del ingreso y equidad, de
modo que a incidencia impositiva o distribución de la cara, procura estudiar los mecanismos de
traslación y su consiguiente efecto en la distribución del ingreso de los habitantes.
1) Incidencia Absoluta: Se supone que el total de gastos y la recaudación de los demás impuestos
se mantienen constantes. Ello significa que el déficit fiscal se reduce o que aumenta el superávit
como consecuencia de la aplicación del nuevo impuesto. Los efectos macroeconómicos que
deben considerarse en este análisis son sobre la producción, el empleo, el nivel de precios,
crecimiento, etc., teniendo en cuenta sus efectos contractivos sobre la demanda y la menor tasa
de inflación, que llevará a importantes cambios distributivos en la renta de los habitantes de un
pais, resultando muy difícil en consecuencia, separar aquellos que obedecen estrictamente al
impuesto aplicado de los originados por las alteraciories de las variables macroeconómicas.
Los principales impactos como consecuencia de la aplicación de un gravamen están dados por la
caída en los ingresos reales que experimentan los agentes económicos, básicamente por dos vias:
sea por la caída de los ingresos que perciben en concepto de retribución por sus tareas en el
proceso productivo, es decir que este efecto es por el lado de las fuentes de ingreso, o por el lado
de los usos, como consecuencia de un aumento en los precios de los bienes de consumo, que
reduce la capacidad de compra de sus ingresos monetarios.
a) Oferta de mano de obra. Es decir la aplicación de un nuevo impuesto, puede afectar las
decisiones de las personas que ofrecen su fuerza de trabajo, sintiéndose estimulados a ofrecer
más o menos horas de trabajo, en relación a una situación en la que no existiera tal gravamen.
b) Las decisiones entre ahorro o consumo. Puede que un gravamen modifique la conducta de los
contribuyentes al momento de elegir entre consumo presente y futuro, es decir entre consumir o
ahorrar, lo que puede verse distorsionado a partir de la aplicación de determinados impuestos.
c)Decisiones sobre inversiones. Un grabar en puede tener lavanda en la toma de decisiones 500
nuevas inversiones o las ya existentes. Por ello el análisis económico procura ver los efectos
sobre inversiones de riesgo, inversiones con largo periodo de maduración, proyectos
intensivos en el uso de capital, etc
f) Cambio en los precios y cantidades de los factores de la producción. Otro aspecto que puede
estudiarse, son los efectos que produce el gravamen en la conducta de los propietarios sectores
productivos, ya sea trabajadores, empresarios cambios en los precios relativos. dueños del capital
o la tierra, produciendo importantes cambios en los precios relativos.
Un concepto que es oportuno analizar, se refiere a los diferente enfoques con que se puede
analizar e resultado de la aplicación de un tributo, según se trate de un criterio legal o
económico, por lo que es importante diferenciarlos ya que han sido utilizados en la introducción
de este capítulo. La incidencia legal se refiere a identificar el o los contribuyentes de derecho, es
decir los individuos que desde el punto de vista legal, el Estado señala como responsables de
pagar los tributos, soportando la exacción de acuerdo a los lineamientos que fijen las leyes
tributarias.
Pero más allá de este aspecto legal, lo que preocupa al análisis económico es encontrar quien
soporto realmente el tributo, es decir que se debe encon car al contribuyente de hecho, más allá
de su definición legal. A ello se refiere la incidencia económica. En última instancia, se debe
tener en cuenta que los gravámenes son soportados por los individuos ya sea en su calidad de
propietarios de capital, oferentes de mano de obra o consumidores. En definitiva la incidencia
depende de la estructura de los mercados, de cómo se comporta la oferta y la demanda, de la
velocidad de ajuste de los sujetos económicos a las nuevas condiciones que enfrentan, de la
existencia o no de sustitutos etc.
Como se conoce, un impuesto puede ser instrumentado bajo la forma ad valorem o como un
tributo especifico, según su base de cálculo esté expresada en valores monetarios o en términos
físicos por ejemplo kilogramos, metros, litros etc, respectivamente.
Debe advertirse que el análisis que se realizará a continuación, es válido para un bien no
comercializado internacionalmente, pues en una economía abierta los mecanismos de traslación
serán diferentes y analizados más adelante en este mismo capítulo.
Aplicado el gravamen, se puede encontrar que existen dos precios, uno es el percibido por el
productor, Incluido e impuesto, d otro es el recibido por el mismo, neto del gravamen (luego de
pogulo). La brecha o cuña entre ambos precios y la cantidad comercializada en equilibrio, es lo
que recauda el Estado. Se pueke pensar en términos de análisis, que antes de la intervención
gubemamental existe una sola oferta, en cambio luego del gravamen coexisten dos curvas de
oferta, una nueva que es el ingreso bruto que percibe el productor por cada unidad vendida
(C'O'), que relaciona cantidades producida con precios brutos (incluidos impuestos) y la anterior
curva de oferta, que sigue representando los ingresos netos de los oferentes. O sea que relaciona
las cantidades producidas con los precios netos de venta que percibe el productor
La nueva cantidad de equilibrio será OQ, y el precio O P es decr que el precio de mercado ha
aumentado y disminuido la cantidad consumida, Ahora bien, es útil encontrar el precio neto
percibido por los productores, lo que se obtiene a partir de disminuir al precio de mercado el
impuesto especifico U, por lo tanto en el gráfico se tendrá que el precio neto del fabricante será
OP
Los efectos economicos serán por lo tanto,
La recaudación fiscal será igual al rectángulo ABP,P, que surge de multiplicar la base imponible,
es decir la cantidad vendida OQ, por el impuesto (P1 – P2)
Sí bien, la obligación legal será igual a U y en este ejemplo recae sobre los productores, que
ante la ley son los responsables del pago del tributo, desde el punto de vista económico la carga
es compartida entre productores y consumidores. Si el precio se hubiera mantenido en Po, se
produciría un exceso de demanda que se lo desaparecería si el precio crece hasta P1, donde se
logra el nuevo equilibrio.
Los fabricantes pueden trasladar el Impuesto hacia los consumidores (hacia adelante) pero en
forma parcial, soportando ellos también una parte del mismo. La carga s soportada POP2HB por
los productores y P1P0 AH por los consumidores, En el caso de un Impuesto ad valorem, los
efectos son similares con la unica diferencia que el desplazamiento de la curva de oferta hacia
arriba no es paralela, pues lo que establece es una tasa t porcentaje (proporcional al importe de la
base) Obre el precio del bien, de modo que la brecha irá creciendo a medida que aumenta la
cantidad vendida y por ende el precio, pues supone que las firmas producen con costos crecientes.
La diferencia entre P1 y P2 sera P2xt donde t es la tasa porcentual o ad valorem. En este ejemplo,
P2 x t es igual a "U" gravamen especifico por cantidad, por lo cual sus efectos son similares para
ambas formas de cálculo.
Es posible demostrar que los efectos económicos de un impuesto sobre el consumo (o por el lado
de los compradores) de bienes no comercializables internacionalmente, dentro de un contexto de
competencia perfecta, es igual o equivalente a uno que se aplica a los vendedores o por el lado
de la oferta, de m 5 ta que se lograrán las mismas recaudaciones y sin lares consecuencias entre
consumidores y productores. Esto se denomina equivalente económica de ambos Tributos y se
puede apreciar en el siguiente grafico
Lo antes expuesto, pone en evidencia que xiste poca relación entre la definición del
contribuyente adoptada por la ley que crea el gravamen y quien resulta ser el contribuyente de
hecho, lo que dependerá del proceso de traslación. En este ejemplo la distribución de la carga
entre consumidores y fabricantes será la misma, independientemente de quién sea el sujeto de
derecho.
Es el caso convencional de curvas de oferta con pendiente positiva y la curva de demanda con
pendiente negativa y coincidente con el caso analizado anteriormente.
Este caso significa que un aumento en el precio no modifica la cantidad demandada ante el
incremento del precio del bien como consecuencia de la aplicación de un impuesto.
Ello significa que un aumento del precio no modifica la cantidad ofrecida que permanece
constante en OQ La carga del impuesto recae en su totalidad sobre el productor, es decir el
precio que percibirán será igual a PO-U = P2, porque el consumidor sigue pagando el mismo
precio que antes de aplicarse el impuesto. La recaudación también alcanza un valor máximo
pues el ingreso al Estado, la cantidad OQ0*U. Este análisis es válido en el corto plazo.
En los casos II y III las cantidades de equilibrio permanecen invariables después del gravamen
por lo que la recaudación es mayor.
Ello significa que la demanda es perfectamente horizontal a un precio determinado, por lo que
con un pequeño aumento en el precio resultaría anulado. En este caso se tendrán los siguientes
efectos:
En este caso el precio que pagan los consumidores permanecen invariable, soportando el
productor la totalidad de la carga que verá disminuido su precio en la cantidad U. La
recaudación del Estado será menor en comparación con los casos anteriores, porque la base
imponible es mas pequeña respecto al equilibrio inicial, al disminuir la cantidad demandada
fuertemente hasta OQ1 .
El precio que pagarán los demandantes crecerá en un monto U, de modo que la traslación por
parte de los oferentes, será total, resultado, igual que en el caso anterior, una recaudación menor
provocada por la caída en las cantidades comercializadas (gráfico 4.6).
Precios: El incremento en los mismos y por ende la traslación del tributo, será mayor mientras
más inelástica es la curva demanda y mientras mayor sea la elasticidad-precio de la oferta.
Cantidad: Respecto a la cantidad de equilibrio la misma tendrá menos variación, mientras más
inelástica sean la curva de demanda y de oferta.
Ingresos o Recaudación del Estado: Los ingresos del Estado serán mayores mientras menos
elásticas sean las curvas de oferta y demanda. Estos últimos casos pueden suceder porque al
aplicarse el impuesto, el demandante tiene pocas probabilidades de eludir, lo que podria tener
lugar si se pasara a consumir, por ejemplo otros productos no gravados, que constituyan sustitutos
próximos. En el caso del productor puede que soporte el mismo efecto si tiene escasas
posibilidades de modificar su conducta, ante una variación en los precios percibidos netos.
Como se señalara las conclusiones anteriores son válidas para aquellos tipos de bienes que no
son susceptibles de ser comercializados internacionalmente. Sin embargo en una economía
abierta, los productores enfrentan situaciones diferentes que serán analizadas a continuación,
como consecuencia que sus bienes pueden ser exportados o importados, introduciendo de este
modo las ofertas y demandas del resto del mundo.
Bien exportable
La curva DD representa la curva de demanda interna del bien analizado, 00 es la respectiva curva
de oferta doméstica del bien exportable. OPi, es el predio internacional del bien y para el caso de
un pais pequeño, se puede suponer que la demanda que enfrenta el productor local es
perfectamente elástica de modo que la curva de demanda relevante que enfrenta el mismo, está
dada por DAB. Debe advertirse que el precio en moneda local OPi, estará dado por el precio
internacional del bien expresado en moneda extranjera, multiplicado por el respectivo tipo de
cambio.
Antes del gravamen la cantidad de equilibrio producida era OQ0, y el precio OPi. En este
ejemplo, la demanda doméstica será OQ1,, de modo que se exportará el excedente, es decir
Q1Q0. Si se aplica un impuesto a la producción local, la curva de oferta se desplazará hacia
O'O', (desplazamiento paralelo si se supone un impuesto específico) o sea que produce una
brecha entre el precio de venta y el valor neto que recibe el productor, de modo que es útil
pensar en que coexisten dos curvas, como se analizó en casos anteriores, donde la brecha
estará dada por U, o sea el gravamen que cobra el Estado por cada unidad producida y vendida.
Luego del impuesto, la cantidad que se produce se reducirá a Q2Q1 y el excedente exportable
disminuye en OQ1, porque el consumo local ha permanecido invariable. El precio que percibe el
productor en este caso, será el anterior menos el gravamen U, de modo que ha soportado la
totalidad del tributo. En este ejemplo se supone que el país es pequeño, o sea que no es formador
de precios a nivel internacional, supuesto que parece ser válido para varios productos exportables
argentinos.
Supóngase que el Estado decide aplicar gravamen especifico sobre los consumidores
nacionales, de modo que la curva de demanda se desplaza verticalmente hacia abajo
relacionando predics netos e impuestos con cantidades demandadas, mantras que la curva
original relaciona cantidades con precios brutos( incluido el gravamen).
Siempre bajo el supuesto de un país pequeño, el precio internacional del bien exportable no se
modifica por la aplicación del gravamen doméstico, de m do que los productores siguen
percibiendo en moneda local el mismo valor por su mercadería vendida, ya que a ese precio
estarían los adquirentes extranjeros dispuestos a comprarle toda la producción, de modo al que en
este caso los compradores nacionales soportarán totalmente la carga del nuevo
impuesto, reduciendo su consumo a 0Q3, con lo cual se incrementan los excedentes exportables.
Notese, que como la curva de demanda que enfrentan los productores, se torna perfectamente
elástica al precio internacional, los fabricantes se comparten de modo similar al que tendrían si su
curva de oferta fuera perfectamente elástica. Ello es así porque no están dispuestos a vender
absolutamente nada en el mercado local, si el precio está por debajo del que reciben de los
consumidores extranjeros. Por consiguiente en este caso si se relacionan los demandantes locales
y la oferta interna, se obtendrán conclusiones pareddas a las obtenidos en el caso de una economía
cerrada con curva de oferta perfectamente elástica. (Caso V del punto anterior)
En caso de que las exportaciones constituyen una parte significativa de la oferta mundial, el
análisis es diferente y podrían los oferentes extranjeros suportar parte de la carga, punto que se
verá con mayor detenimiento en el capítulo correspondiente a gravámenes sobre el Comercio
Exterior.
Bienes importables
En este caso el bien producido por empresarios locales soporta la competencia externa, debido
a que su precio interno es superior al que rige en el resto del mundo. Los mecanismos de
razonamiento sobre incidencia económica son similares al caso anterior, por lo que no se
desarrollarán en este texto.
Consultando los gráficos se puede concluir que si se aplica un gravamen al productor
local, tendrá como efecto una disminución de su producción y la carga será soportada
totalmente por el mismo, pues el precio bruto que perdbe después del impuesto seguirá
siendo el mismo. La razón es que si intentara aumentarlo los consumidores compran
toda la cantidad en el exterior (El supuesto de pais pequeño hace que la curva de oferta
relevante sea perfectamente elástica al precio vigente en el mercado internacional). En
este caso el efecto sobre el balance comercial, será negativo pues ingresarán mayor
cantidad de bienes importados para abastecer la demanda interna que permanece
invariable.
En este caso, como puede verse, también resultan válidas las conclusiones que se
obtuvieron al analizar la (falta de) equivalencia entre un impuesto a un bien exportable
según se aplique por el lado de la oferta o se perciba de los consumidores.
De los casos expuestos en este capítulo se puede demostrar que la carga impositiva
entre compradores y vendedores está relacionada directamente a la proporción
observada entre la elasticidad-precio de la oferta (es) y la elasticidad precio de la
demanda (ed) es la siguiente:
La traslación al consumidor será mayor cuando menor sea el cociente ed/es, o sea cuando
menor sea la elasticidad-precio de la demanda con respecto de la oferta.
Así si se analiza los casos extremos donde es igual a infinito, se verá que la
traslación de los oferentes es total, como así también cuando la elasticidad de la
demanda es nula.
Rendimiento
Por consiguiente el efecto neto sobre la recaudación será positivo, si el efecto 1 supera al
2.
inelástica, como es el caso por ejemplo, del consumo de sal por parte de las familias. En
este caso es altamente probable que el consumidor soporte el gravamen.
Por otra parte, mientras menos sustitutos tenga el bien consumido, mayor será la carga
tributaria que deberá soportar el consumidor. En cambio si existen buenos sustitutos
próximos no gravados, seguramente que se producirá un traslado de la demanda hacia
ellos. Por ejemplo, si se aplica un impuesto a los automóviles con cilindradas superiores
a 2000 centímetros cúbicos, seguramente que los consumidores se verían estimulados a
utilizar vehículos de menor cilindrada, evitando así al gravamen.
Similares consideraciones se podría hacer por el lado de la oferta, la que por otra parte
tendrá mayores posibilidades de eludir un impuesto mientras más flexible sea su función
de producción o tenga la posibilidad de producir un bien similar, no gravado.
En los casos analizados en puntos anteriores, se dice que son modelos estáticos es decir
que se aísla la dimensión tiempo, Cuando se Introduce este concepto surgen algunas
modificaciones importantes en cuanto al concepto de traslación. Así por ejemplo se
puede analizar la capitalización de ciertos tributos, que consiste en la disminución del
precio de mercado de ciertos tipos de bienes, como consecuencia de la aplicación del
gravamen.
PM = (VFR - t) / (1+i)
Entre los indices más usuales, se encuentra el índice de Gini que toma valores que se
encuentran entre 0 y 1. Un valor de 0 equivale a una distribución del ingreso
perfectamente igualitaria entre todos los hogares. Un valor de 1, implica una
distribución perfectamente desigualitaria, donde una persona concentra todo el
ingreso de la sociedad. De esta forma, disminuciones o aumentos en el valor del
indice de Gini implican una mejora o en la distribución del ingreso. o empeoramiento
en la actuar disminuciones o aumentos en el van
Este tipo de enfoque, si bien es úöl para analizar los mecanismos de incidencia, tiene
diversos supuestos limitaciones que deben tenerse en cuenta al momento de realizar
una evaluación.
Ajuste en monopolio
El ingreso recaudado por el Estado será HGEF. La incidencia y los efectos dependerán de
las elasticidades de precio de la oferta y demanda, aunque se puede señalar que la
producción disminuye menos que en competencia perfecta y que una parte importante
parte dei tributo será soportado por el monopolista'
Para el análisis de del exceso de carga, primeramente se analiza el caso en que se aplica
un impuesto sobre un producto X, a la vez que se supone que las preferencias
temporales permanecen fijas entre consumo y ahorro, como así también no se afectan
las preferencias en torno a trabajo y odo, Las conclusiones que se extraen, se basan en
el concepto de excedente del consumidor e implica una relación total entre precio y
bienestar, de modo que en competencia perfecta, es válido cuantificar las pérdidas
monetarias como disminuciones en el bienestar de los contribuyentes.
En este caso, se supone que los costos son constantes al solo efecto de simplificar el
análisis, por lo que la curva de oferta es perfectamente elástica. OS es el precio de
mercado antes del impuesto y OC la cantidad vendida por unidad de tiempo. Se
establece un impuesto ad - valorem de la magnitud SS/OS, por lo que la curva de oferta
se desplaza hacia arriba hasta S'S (en forma paralela dada la condición de elasticidad
crece a OS` y la cantidad consumida disminuye a OE mientras que el estado recauda
equivalente al rectángulo S`SGF.
En el gráfico anterior se observa que los consumidores pagan OSAC, por el producto que
adquirían antes de que se aplicara un gravamen, pero ellos hubieran estado dispuestos a
pagar ODAC por esos bienes. El triángulo DSA es io que se denomina excedente del
consumidor y es igual a la diferencia entre lo que ha dor y es a diferentes bienes. El
estado dispuesto a pagar y lo que realmente paga. Esto sucede porque en competencia
perfecta todas.las unidades tienen el mismo precio, que se fija conforme a su valor
marginal .Al aplicar un impuesto, el excedente del consumidor se reduce a DG.
Por consiguiente la aplicación del gravamen implica una pérdida dada por S'SGA, pero
parte de ese excedente fue transferido al gobierno dado por el rectángulo SGF, quedando
por lo tanto una pérdida neta o exceso de gravamen igual al triángulo FGA.
Se podría demostrar que el exceso de gravamen es igual a 1/2 (E*t* *Q*P) donde E es
la elasticidad precio de la demanda, t es el impuesto ad valorem, P y Q precio y cantidad
antes de gravamen. Suponiendo costos constantes, la perdida de bienestar está dada por
el triángulo FGA que es igual a 1/2 * AP * A Cantidad. Recordando que en el ejemplo
existe una trasiación total hacia el consumidor, el aumento del precio es igual a U, es
decir al tributo aplicado y que en la fórmula se lo denomina "t". Además debe tenerse en
cuenta que la elasticidad precio de la demanda se la define como:
Ahora se verá un caso particular que sirve para analizar la distorsión que produce un
gravamen que recae sobre los salarios, válido para apreciar el exceso de carga por el
lado de los oferentes.
Es útil introducir en el análisis de incidencia, los efectos que tiene desde el punto de
vista espacial, es decir sobre diferentes regiones. Ello adquiere importancia desde
dos puntos de vista: Uno se refiere al estrictamente interno, donde la conformación
de un sistema federal
como el de Argentina lleva distinguir tres niveles de gobierno, con sus respectivas
potestades tributarias. En lo que se refiere al nivel internacional, las consideraciones son
similares aunque entre diferentes países, lo que adquiere significación en los procesos
de integración como es el MERCOSUR o un contexto de globalización de la economía.
Internamente y estará dada por la productividad del capital después del impuesto (k'K'),
de modo que la fuga de capitales alcanzará la magnitud GF, donde la retribución al
factor trabajo se reduce a DEH, la recaudación por parte del Estado es CBHD. La renta
del capital permanece invariable, porque los capitales obtendrán OCBG en Argentina y
GFBA en el resto del mundo. Por consiguiente, en este modelo de economía abierta y
perfecta movilidad del factor capital, la carga incide totalmente en la retribución al
salario.
Obsérvese que si los propietarios del capital fueran todos argentinos y el Estado tuviera
la capacidad administrativa para gravar la renta mundial, es decir también los beneficios
que obtienen los capitales en el exterior, ( esto podría ser válido para un país grande o
supóngase que todos los países acordaran la implementación simultánea del gravamen)
el rendimiento de los mismos se reducirían en igual proporción que los capitales dejados
en el mercado doméstico, desapareciendo de ese modo el incentivo para la fuga hacia
otros países.
En este caso son sus propietarios los que soporten la carga impositiva, mientras
que la retribución los trabajadores permanecerán invariables.
Pd = a –D qo (1)
Po = c+Sqo (2)
donde S, a y C son
positivos en equilibrio se
tendrá:
Capítulo 5 finanzas
ASPECTOS GENERALES
La Definición de Renta
Ello es así, por cuanto lo que acá interesa definir no es sino un concepto de política
impositiva y social, relativo a la distribución entre los ciudadanos de la carga
impositiva asociada al financiamiento del presupuesto público, antes que una variable
estadística o de medición de rentabilidad desde el punto de vista privado.
El concepto Teórico
Del mismo modo deben ser considerados aquellos conceptos que, como el valor
locativo de la casa habitación se corresponden con la renta imputada- que generan los
activos poseídos y de la cual evidentemente se apropia su dueño en lugar de ser objeto
de una transacción de mercado.
Desde este punto, teniendo en cuenta los usos o destinos posibles de la renta
de un contribuyente puede arribarse a la siguiente reacción o ecuación de la
renta:
R= C+ ΔW
Donde
R = Renta
C= Consumo
De este modo, resulta posible como lo propuso en su momento H. Simons, por lo menos
desde un punto de vista teórico o conceptual, definir la renta a los fines de su imposición
como la
suma de los dos conceptos señalados: i) el consumo cualquiera fueran sus formas y ii)
los incrementos -o disminuciones, en su caso patrimoniales del contribuyente en el
transcurso de un período, que como se vera más adelante, se denomina ejercicio fiscal.
A partir de allí, resulta necesario en orden a precisar el alcance del concepto, indagar
acerca de ios elementos señalados como componentes o integrantes de la renta,
refiriendo a las formas alternativas que pueden asumir; bajo la óptica del principio de
equidad que vale recordarlo, da esencialmente sustento a esta forma de imposición.
La situación que se presenta cuando una persona cubre sus necesidades de consumo
produciendo para si mismo y al margen de una transacción de mercado, (autoconsumo)
reviste de alguna complejidad a la hora de su determinación, habida cuenta que se trata
de formas de difícil detección y de no menos complicada solución al momento de valuar
los bienes y servicios de que se trate.
Bajo una elemental noción de equidad, no caben dudas de que estas manifestaciones
de consumo que tienen la misma naturaleza que cualquier otra, merecen el mismo
tratamiento, es decir deben ser consideradas. De otro modo se habría de producir una
evidente discriminación en contra de las personas con una marcada especialización en
sus aptitudes o habilidades frente a otras que son capaces de auto proveerse de una
parte significativa de lo que necesitan consumir.
El uso y disposición de un bien de consumo durable categoría que a los estos fines
comprende entre otros, el caso de la casa -habitación y que corresponde señalar como
quizá el más relevante sin margen de dudas constituye una forma o expresión de
consumo que no puede dejarse de lado si lo que se pretende es ajustarse del mejor
modo posible a la estricta observancia del principio de equidad. En efecto, si se
considera que el consumo en vivienda es igualmente satisfecho por quien, siendo
inquilino debe contratar la locación a través de una operación de mercado
-comprendida por lo tanto en el punto i) referido- como por aquel que ocupa su propia
casa, la conclusión inmediata es que ambas formas son equivalentes y corresponde
imputar como renta del propietario-ocupante, el valor locativo.
Aparte de las mas frecuentes situaciones que dan lugar a los movimientos patrimoniales,
como son los que se vinculan por ejemplo con la adquisición o venta de activos, o la
cancelación o asunción de deudas que no ofrecen mayores dificultades para su
comprensión, la otras causales de variación patrimonial son de mayor interés des
poseídos. un punto de vista teórico; ellas se refieren a los cambios en el valor de los
activos -opasivos-
En ese orden de ideas, cabe en primer lugar mencionar que una definición comprensiva
de renta no puede desconocer que la riqueza neta -el patrimonio de una persona, habrá
necesariamente de experimentar variaciones en los precios relativos por el
funcionamiento de las mismas reglas del mercado, ante la Ocurrencia de procesos
inflacionarios que alteran el valor real de los activos financieros o las deudas contraídas
ocasionando por consiguiente, pérdidas o ganancias. En efecto, no solo las pérdidas en
el poder adquisitivo de los saldos en efectivo, derivados de los cambios en el valor de la
moneda generan quebrantos al contribuyente y como tal deben ser computados, sino
que también las transferencias de riqueza que se producen entre deudores y acreedores
producen los mismos efectos y requieren de similar consideración.
El Concepto de Fuente
Precisamente, este que podría llamarse también el concepto legislativo de renta, parte en
su definición de un principio de separación de la renta de la fuente de donde proviene,
como condición para que la riqueza recibida por contribuyente Puede ser objeto de la
imposición personal y progresiva excluyéndose en consecuencia según este criterio-
aquellos ingresos que no reconozcan una fuente en algún modo regular o estable, que
los genere.
Puesto en otros términos, y haciendo referencia a lo que cabria asociar con la forma en
que según la doctrina ha sido tradicionalmente definido el concepto, cabe puntualizar
como requisitos para que una corriente de ingresos pueda ser alcanzada con el
impuesto personal a la renta entre otros, los siguientes:
1) Que se trate de riqueza material susceptible de ser valuada, con lo cual quedarian
excluidas aquellas que se han dado en llamar rentas psíquicas, como el ocio en si
mismo o el placer que provoca una determinada situación.
2) Que la renta provenga de una fuente, entendiéndose por tal el desarrollo de alguna
actividad económica vinculado al trabajo y/o capital, resultando en consecuencia
excluidas las ganancias obtenidas como fruto del azar.
Como puede observarse, el criterio en su versión estricta contempla una amplia gama de
exclusiones en la definición de renta, a los fines de su sujeción al impuesto personal y
progresivo, entre las cuales merecen citarse junto al uso de bienes de consumo durable,
las ganancias o pérdidas originadas por las variaciones en el nivel de precios de la
economia y que constituyen la expresión de las transferencias de riqueza ente
acreedores y deudores consecuentes de los procesos inflacionarios.
En otras palabras, debe tenerse presente que no resulta conducente a la luz de las
consideraciones de equidad, que tales ganancias pudieran quedar al margen del ámbito
de la imposición atento a que por constituir también incrementos a !a riqueza del
contribuyente, son rentas, aunque con algunas características que las diferencian de las
corrientes o habituales del contribuyente.
En función de ello, es que suele decirse que las ganancias de capital son "un fruto del
tiempo", aún cuando su exteriorización se produzca o resulte determinable a une fecha
determinada. Y
que tal circunstancia no puede ser obviada al momento de gravarlas Junto a ello, la
dificultad para determinarlas cuando no resultan exteriorizadas a través de una
operación de mercado - cuando no se ha vendido el bien que las genero- les confiere el
carácter de irregular.
Puesto en otros términos, puede afirmarse que como consecuencia del impuesto,
resultara bastante probable que los agentes económicos tomen decisiones en el sentido
de "congelar" su estructura de activos, de modo de no exteriorizar los aumentos de
valor de los bienes y evitar el impuesto por lo cual no se producirá su venta.
Por otro lado, cabe advertir como otra consecuencia de la aplicación del criterio de
realización referido, su carácter de irregular o no permanente, que asume la ganancia,
con todo lo que de ello deriva y que en definitiva constituye, un fundamento más, para
concederles un tratamiento impositivo más benigno. Si por otro lado se tiene en cuenta,
que muy probablemente las ganancias de capital se corresponden con los sectores de
altos y medianos ingresos, puede concluirse en que cualquier tratamiento al margen de
la imposición progresiva habrá de comprometer visiblemente la equidad en el sentido
vertical- del sistema.
Las rentas según origen Aunque no unánimemente aceptada por los autores, existe una
fuerte corriente de opinión en el sentido de que no todas las formas en que puede
asumir la corriente de riqueza de un individuo, exterioriza idéntica capacidad
contributiva, sino que resulta conveniente a los fines de su imposición, distinguir las
rentas según su origen,
Es decir, se propone establecer clases o categorías de rentas para aplicar a cada una de
ellas por separado un tratamiento impositivo particular, ya sea a través de alicuotas
diferentes o mediante la aplicación de deducciones especiales o ambas cosas
simultáneamente. Es lo que corrientemente se conoce con el nombre de "Sistema
Cedular" para gravar la renta.
El principio en que se sustenta el sistema, parte del concepto de que cuanto menos, a
los fines de la política tributaria y a la luz de las consideraciones de equidad resulta
necesario diferenciar aquellas rentas que provienen del trabajo humano -las
denominadas rentas ganadas- de aquellas que se originan por la asociación de capitales
a la actividad economica -o rentas no ganadas.
Del mismo modo, cabe hacer mención entre otras diferencias, a aquellas cuestiones
relativas las disposiciones del gravamen, que en el caso de la rentas no ganadas y a
través del computo de las depreciaciones, hacen posible el recupero del capital -fisico-
invertido y que obviamente no tienen lugar en io que se refiere a la actividad humana,
donde la capacidad de generar renta también disminuye con el tiempo.
Con el propósito señalado la técnica tributaria suele adoptar alguno de los criterios
desarrollados por la ciencia contable, entre los cuales pueden mencionarse el método
de lo Devengado, el criterio de Percibido o sus variantes y combinaciones.
El método de lo Devengado, parte del concepto que como producto de las transacciones
que lleva cabo un contribuyente, siempre es posible determinar un resultado y ello con
prescindencia de que se cobren las utilidades o se eroguen las perdidas. Tal resultado
surgirá en consecuencia de computar los ingresos atribuibles al período en que se llevan
a cabo las transacciones y de la correspondiente apropiación de los gastos o erogaciones
de acuerdo al
momento en que corresponde que incidan. Es así que conforme a este concepto, la
utilidad bruta será el resultado de computar el costo de v procedimiento y detraer su
resultado de las ventas del periodo en todos los casos con independencia de los cobros
o pagos:
El paso siguiente consiste como se sabe, en computar los gastos que deben ser
apropiados al período y a tales efectos es irrelevante el que se encuentren o no
cancelados. A titulo de referencia merece citarse como un caso típico de la aplicación
del criterio de lo devengado, aquello que se vincula con la manera de reflejar en los
resultados de una empresa el costo de los activos fijos afectados a la explotación, esto
es, la determinación de las Depreciaciones del periodo. Estas son la expresión de un
costo que se devenga anualmente, de modo independiente de la forma de pago en que
se convino la adquisición del bien que k dio origen.
Como una variante del método referido puede citarse el criterio de lo Devengado
Exigible, cuya aplicación más concreta puede verse en la manera de imputar los
intereses asociados a una operación financiera que como se sabe se devengan con el
transcurso del tiempo- en la que se convengan los plazos para su pago o cobro.
Conforme al criterio, los intereses se deben imputar teniendo en cuenta los
vencimientos pactados y por ende con prescindencia de la mora del deudor en
cancelarlos.
El método de lo Percibido, hace alusión a que los ingresos deben imputarse al periodo
en que efectivamente resulten cobrados, con lo cual si bien se soslayar algunos de los
problemas propios del criterio de lo devengado. En esta variante el procedimiento de
cómputo de la
utilidad deja de ser un mecanismo de determinación del beneficio económico real,
como se corresponde con la naturaleza del Impuesto, para derivar en un concepto
eminentemente financiero, de allí que sólo se recomiende su aplicación a un reducido
espectro de actividades economicas,
Existen por otra parte, un conjunto de sistemas de imputación que podrían englobarse
bajo la denominación de Mixtos, porque en alguna medida son el resultado de la
combinación del criterio de lo devengado y el percibido; entre ellos merecen citarse
aquellos que se basan en el principio de prorratear cada período, admitiendose al efecto
variantes según se trate de:
• Prorratear la utilidad bruta de cada operación en proporción a los cobros
percibidos en cada periodo, e imputar los gastos con el criterio del
devengamiento obien
Para entender la naturaleza del problema que presentan las rentas irregulares, es decir
aquellas que no son obtenidas de un modo constante a través del tiempo, es necesario
en primer término recordar la naturaleza eminentemente personal del tributo en cuya
conformación se destacan nítidamente dos elementos los cuales serán tratados mas
adelante1) las deducciones permitidas en la base imponible 2) la estructura
progresivas de alicuotas que le resultan aplicables.
Del mismo modo, resulta fácil comprender que no puede existir equivalencia entre el
monto de la carga tributaria que soportan dos personas, cuando una por sus rentas
constantes, queda sometida año tras año al mismo nivel de alícuotas y a la otra le
comprenden alícuotas bajas o nulas en un periodo de poca renta y muy altas o máximas
cuando sus ingresos se elevan.
Mecanismos de Solución
Del mismo modo se suele sostener que la aplicación de un sistema como el que se
describe, conspira contra la deseable flexibilidad del Impuesto, cuya recaudación se
entiende debe acompañar las fluctuaciones nominales de la renta nacional si se rescata
su naturaleza anticíclica y de flexibilidad tributaria.
Bajo la premisa de que la equidad horizontal, sola puede preservarse cuando el sistema
asegure igual suma de gravamen para los contribuyentes de igual valor actual de renta,
el Prof. Vickrey ha propuesto un sistema para corregir el problema del a renta
fluctuante, cuyas principales características son:
1). Se acumulan las rentas obtenidas por el contribuyente, a lo largo de sus períodos
anteriores,
3). se aplica para la liquidación del gravamen una escala alícuotas que tiene
incorporado un factor de capitalización conforme a una tasa de interés y el numero de
períodos que se acumulan, a los fines de su homogeneización y
Como ya se señalara las ganancias de capital dadas sus características son generalmente
sustraídas del ámbito de la imposición progresiva y sometidas a un tratamiento
tributario más benigno lo cual merece objeciones desde el punto de vista de la equidad
en el sentido vertical, habida cuenta de que se puede razonablemente suponer que son
percibidas en mayor medida por los sectores de medianos y altos ingresos.
3. Al importe así obtenido se aplica la tabla de alicuotas progresivas del impuesto a larenta,
Simbólicamente RN = RB - G
La cuestión así planteada, en principio parece que no ofrece demasiadas aristas para la
discusión, sin embargo es posible al menos en teoría, encontrar algunos tipos de
erogaciones que realizan los contribuyentes que asumiendo características de propias de
ambos conceptos, requieren un tratamiento particular en la legislación tributaria.
Ello no obstante, en la práctica no ocurre así, por el hecho de que los gastos en
transporte y movilidad pueden suponerse muy correlacionados con las erogaciones
que en concepto de vivienda deben desembolsar los contribuyentes, las que
indudablemente se corresponde con actos de disposición de la renta -consumo-, por lo
tanto no deducibles.
La referida correlación, tiene lugar cuando se considera que las personas suelen
enfrentarse a la opción de elegir como residencia un lugar más próximo al de su trabajo
pagando más alquiler -o comprando una vivienda más cara- y gastar menos en
transporte o bien domiciliarse en los suburbios donde la vivienda es mas barata pero con
más costos para movilizarse.
Otro caso que presenta algún interés, se refiere a las erogaciones que con el propósito de
su educación o capacitación, realizan las personas en relación al tratamiento que
merecen en la determinación de la renta neta. Las cuestiones relevantes que aparecen
cuando se analiza este tipo de erogaciones se refieren, en primer lugar a la circunstancia
de que es bastante usual que resulten ser los padres quienes afrontan los pagos
correspondientes a la educación de sus hijos, con lo cual se diluye la correspondencia
necesaria entre la renta obtenida como fruto del adiestramiento y el gasto incurrido. En
otras palabras quien podría deducir el gasto, no es la persona que percibirá la renta que
la erogación hizo posible obtener.
Un problema de alguna similitud con el planteado, es el que se presenta cuando se
considera el caso de alguien que por pura vocación se capacita en determinada rama de
las ciencias o las artes -invierte en educación para luego dedicarse a una actividad
diferente, en cuyo caso también se rompe la necesaria correspondencia entre la
erogación efectuada y la obtención de la renta.
El tratamiento como gasto necesario para obtener la renta, de los gastos financieros que
se abonan por préstamos o financiación recibida para el ejercicio de la actividad,
presenta algún interés desde el punto de vista teórico cuando se analiza por ejemplo el
caso de las cargas financieras que pagan las personas por los créditos hipotecarios para
la vivienda. Al respecto es posible encontrar posiciones doctrinarias en el sentido de la
inconveniencia de su deducción como gasto en el proceso de determinación de la renta
de las personas, debido a que generalmente no se considera la renta imputada del
inmueble a los fines del impuesto. El punto de partida para el análisis se apoya en
definitiva en el argumento en que solo procede la deducción de los intereses
correspondientes a la compra de un activo cuando la renta de ese activo integra la base
imponible, ya que de otra forma se produciría una indeseable asimetría en el cálculo de
la obligación tributaria.
Concretamente, se entiende que para que el impuesto no interfiera para el recupero del
capital libre de gravámenes, debe permitirse imputar como gasto en la determinación de
la base imponible, la erogación incurrida al adquirir los bienes de capital, mecanismo
que se materializa a través del computo de las depreciaciones empresa. y
amortizaciones -normales u ordinarias- de los bienes de uso que conforman el activo de
la
Es decir, ante la circunstancia de que resultaría inconsistente la deducción total del valor
de adquisición en el momento en que esta se realiza, procede en consecuencia la
utilización de un procedimiento conducente a su apropiación a través del tiempo y ello
es se concreta al devengar el "gasto" en cada ejercicio. El monto del "gasto" imputable
en concepto de depreciación a cada ejercicio es la resultante de dos tipos de factores a
saber: a) la vida útil probable del bien y) el método de depreciación utilizado.
Con respecto a la vida útil, puede decirse que, en general, es una cuestión técnica
asociada al tipo de bien de que se trate, y en ese sentido las legislaciones suelen adoptar
los criterios que reflejan las prácticas usuales en la materia, de modo de no dar lugar a
las maniobras que pudieran utilizar los contribuyentes para disminuir la carga del
impuesto depreciando el activo en un menor numero de años. Otro aspecto de la
cuestión es el que se presenta en el caso de la obsolescencia de los bienes ante el
cambio tecnológico, lo que no resulta fácil de predecir.
De la aplicación de una regla tal como la enunciada a cada uno de los métodos de
depreciación presentados surgiría una conclusión tal como ésta:
Bajo el método lineal, se obtendrá el valor actual más bajo para la corriente de
depreciaciones futuras resultando en el sentido expuesto, el menos conveniente, a la vez
que si se comparan los resultados de aplicar los otros métodos no puede obtenerse una
respuesta concluyente debido que ello dependerá en cada caso, de cuan extensa sea la
vida útil del bien.
Una cuestión en cierto modo diferente a la hasta aquí planteada, es la que se refiere a
que las depreciaciones tienen el propósito adicional, de incentivar el equipamiento y la
inversión por parte de las empresas o sea que mientras mas rápido se permite su
deducción y por ende ahorro de impuestos, mayor será el estímulo a invertir en la
compra de bienes de capital.
Depreciaciones Aceleradas
Entre ellos merece citarse el que consiste en reemplazar el sistema de permitir una
quita o disminución en la base, por un crédito de impuesto fijo para todo nivel de renta
es decir, aplicar la escala de alícuotas convenientemente redefinida, al concepto de
renta neta y permitir computar contra la deuda asi determinada, un crédito fijo el que
podría establecerse conforme al nivel de ahorros de impuestos que bajo el sistema
cuestionado tienen las personas de menores ingresos.
En simbolos: I= RN *t - CF
Otra variante, sin variar el sistema cálculo del impuesto -reseñado precedentemente en
(1) o sea deducción en al base, se fija un sistema de reducción en el cómputo de las
deducciones, a través de la aplicación de un coeficiente o porcentaje decreciente a
medida que crece la base imponible. En otras palabras, el sistema consiste en que
estando fijados los montos de las deducciones, éstos deberán ser multiplicados al
momento de su aplicación para el cálculo utilizarse plenamente o sea del impuesto, por
un factor de corrección, que por ejemplo podrá el 100% para las rentas ubicadas en el
primer tramo de la escala de alícuotas, del 90% para las del segundo, del 80% para las
del tercero y así sucesivamente hasta quedar en el 0% para el último tramo, en cuyo
caso los contribuyentes comprendidos en él perderían el derecho al computo.
Ello no obstante deben tenerse presente que quedan ciertas cuestiones, de mayor o
menor trascendencia, sin resolver como por ejemplo el criterio con el cual deberán
asignarse en una pareja los ingresos de carácter ganancial o provenientes de bienes
adquiridos con posterioridad al matrimonio, presentándose al efecto, la alternativa de
atribuir toda la renta de ese origen a uno de los cónyuges o distribuirla en partes
iguales entre ambos.
Desde otro punto de vista, la aplicación de una solución del tipo como la que se
describe conducirá a una mayor carga impositiva para una familia si toda la renta de
que dispone la percibe uno solo de los cónyuges, en comparación a la alternativa de
que la tuvieron entre los dos, lo cual constituye una objeción de peso al momento de su
consideración.
Una solución alternativa puede abordarse estableciendo que cada cónyuge declare la
mitad de los ingresos de la pareja con lo cual al nivelar las bases imponibles por efecto
del promedio, pueden resultar con ventajas aquellos que siendo perceptores de rentas
altas se casan con una persona de ingresos bajos.
El impuesto a las rentas, tiene esencialmente por objeto gravar los ingresos de las
personas naturales, pero no puede dejar de considerarse que una proporción importante
de la actividad económica y por lo tanto de la generación de renta, se lleva a cabo a
través de empresas que se organizan jurídicamente bajo alguna de las formas societarias
contempladas en la legislación comercial vigente.
A partir de tal circunstancia conviene destacar algunas de las ventajas que reportaria
definir como contribuyentes del tributo a esos entes jurídicos, entre las que merecen
citarse aquellas inherentes a la posibilidad que ofrece para alcanzar las rentas retenidas
por las empresas y que por lo tanto los accionistas no disponen bajo la forma de
dividendos.
Enfoque absolutista
Por otra parte, esta teoría afirma que un impuesto aplicado a nivel de las sociedades se
puede justificar por aplicación del principio del beneficio, en el entendimiento de que
estos entes pueden establecer relaciones comerciales, operar en el mundo de los
negocios y obtener ganancias, merced al conjunto de servicios que provee el gobierno y
respecto de los cuales se constituyen por lo tanto en beneficiarios directos. Tales
servidor se asocian con el orden juridico que el Estado brinda a través de la legislación
comercial de fondo que pone en vigencia o la disponibilidad de infraestructura en
comunicaciones y transportes necesarios para los flujos comerciales etc.
Del mismo modo, también se sostiene según este enfoque que la aplicación de impuesto
a las sociedades permite disponer de un instrumento de política tributaria para alcanzar
determinados objetivos de naturaleza económica, como el de incentivar las decisiones
de inversión por parte de las empresas, lo cual resultaría muy dificultoso implementar a
través del impuesto personal aplicado sobre los accionistas, atento a que no son los que
asumen y motorizan las acciones empresariales por lo menos de manera directa.
En el mismo orden de cosas y con idéntico razonamiento, bajo este enfoque se entiende
que el impuesto puede constituirse en instrumento de regulación que permitirá imponer
límites a la concentración de la actividad económica, a través de empresas que van
creciendo y acumulando poder en el mercado, roi que el tributo puede cumplir cuando
en su estructura se
introducen escalas de alícuotas que implican mayores niveles de tributación a medida
que la renta crece, aunque ello parecerá más propio del impuesto a los beneficios
extraordinarios que se analizará en el capítulo siguiente.
De modo que, bajo el enfoque absolutista el impuesto a los beneficios de las sociedades
concebido como un tributo independiente, se fundamenta en un conjunto de argumentos
como los expuestos, que parten del concepto que tales entes jurídicos no corresponde se
les atribuya el carácter de un mero canal de distribución dividendos hada los accionistas,
sino que desde el punto de vista fiscal, cuentan con identidad propia y son importantes
agentes de decisión y actores principales de la actividad económica.
Enfoque integracionista
Este criterio sostiene que el impuesto a la renta de las sociedades, debe entenderse
únicamente como un mecanismo necesario para alcanzar en definitiva a los ingresos
personales los que deben ser objeto de imposición sin discriminar si las rentas se
hubieren distribuido o se encontraren retenidas en las empresas. En tal sentido
entonces, constituye conforme a este enfoque, un elemento de la estructura tributaria
que permite alcanzar con el impuesto a las utilidades no distribuidas.
Del mismo modo se considera que no debe discriminar o gravarse de una manera
diferente las ganancias obtenidas a través de sociedades, que las otras rentas que
obtienen las personas en el desarrollo de sus actividades económicas, es más, conforme
a este enfoque hasta puede afirmarse que si se distribuyeran la totalidad de los
beneficios no haria falta el impuesto a las sociedades,
En ese caso entonces, lo que se aplicaría sería un criterio de integración total, en virtud
del cual las sociedades no resultan contribuyentes del tributo sino que se designan como
agentes de información a la autoridad fiscal, debiendo en tal caracter comunicar al
órgano de recaudación las participaciones de cada integrante en la utilidad total de la
empresa para luego ser gravadas en cabeza de los socios con el impuesto personal con
independencia de que se hubieran o no distribuido.
Un criterio como el descripto, resulta por diversos motivos solo aplicable a un reducido
número de sociedades, en las que la identificación de los socios es un dato
permanentemente conocido por la sociedad y las transferencias de participaciones son
regularmente y en términos perentorios informadas. Tales condiciones resultan
evidentemente más propias de
las sociedades de escaso número de socios, situaciones que se verifican para las formas
societarias en las que prevalece el elemento personal en su conformación, de allí que el
sistema referido suele ser conocido bajo el nombre de criterio de las sociedades de
personas.
Bajo este sistema las sociedades tributan el impuesto a la renta, sólo por las utilidades
que no distribuyen, debiendo en consecuencia los socios declarar los dividendos
(supuesto una S.A.) cuando los tienen a su disposición. De este modo puede decirse que
las sociedades son sujetos del impuesto por los beneficios que a través de ella son
generados, sólo de un modo transitorio.
A tal fin, el sistema opera bajo la forma de un crédito que se permite computar a la
sociedad en la determinación de la base imponible. Así, en el hipotético caso en que la
sociedad optara por distribuir dividendos acumulados en años anteriores, en un año en
que no obtuvo ganancias, su base imponible resultaría negativa con la consecuente
acreencia contra el fisco.
II)Sistema de la Retencion
En este caso, a diferencia del anterior la sociedad es sujeto del Impuesto por luda la
renta que genera sobre la que determinará el impuesto que ingresará al fisco en carácter
de pago a cuenta de la obligación del accionista. Este es quien en definitiva estará
obligado a declarar en su base imponible el dividendo bruto (antes de impuestos) a
partir de la cual, aplicando la alícuota que le corresponde, determinará el impuesto a su
cargo. Atento a que en la determinación de su obligación tributaria, debió induir rentas
sobre la cual hubo pagos a
cuenta de impuestos por parte de la sociedad, le corresponde el reconocimiento de un
crédito por tal concepto.
Como puede verse, en el ejemplo en que la persona no posee otras rentas, la recaudación
neta ascendería a $ 250.- resultantes de computar lo que se percibiera de la sociedad y
deducir el saldo a favor del accionista. Importe que debe notarse, se corresponde con la
aplicación del 25
% -alícuota del accionista en el ejemplo- sobre los beneficios que en definitiva le
pertenecen y que constituyen su renta imponible.
En efecto, del mismo modo que en el caso anterior, la sociedad deberá tributar por la
totalidad de la renta o beneficio y debiendo el accionista induir los dividendos en este
caso netos- en su declaración de impuestos, circunstancia ésta que le darà derecho al
cómputo del crédito, el que no podrá exceder un límite tope, conforme la opción elegida
por el legislador, aplicando sobre los dividendos sea: o
Como resultado de la aplicación del tope que prevé el sistema el accionista no tendrá
obligación tributaria, pero debe advertirse que por la renta generada por la sociedad ($
1.000.) estará soportando una carga fiscal del 30% superior a la alícuota que, como
contribuyente individual le hubiese correspondido.
De este modo puede decirse que el sistema impone un nivel de tributación mínimo
para este tipo de rentas, dado por la magnitud fijada para la alícuota aplicable a las
sociedades.
Por otra parte, como puede advertirse, en caso en que la alícuota del accionista fuere
superior a la de la sociedad, la obligación tributaria dejará de ser nula o, en otras
palabras la renta queda alcanzada por la tasa fijada para aquél.
Así cuando en la legislación argentina del Impuesto a las Ganancias se fijó la alícuota
del 33% para gravar a las sociedades, el tope en el crédito que podía computar el
accionista se fijo en el 27,5% de los dividendos percibidos, tal forma que la imposición
combinada se aproxima a la alícuota del contribuyente individual que tenia un máximo
del 45%.
EFECTOS DE LA INFLACIÓN
Efectos sobre la equidad vertical Se dice que la inflación lesiona la equidad vertical del
impuesto a la renta, porque al generarse cambios en el nivel de precios de la economía
no tomados en cuenta por la ley que area el gravamen, las deducciones o mínimos no
imponibles se deterioran en términos reales con lo cual personas que antes de la
inflación no resultaban contribuyentes, después de ella pasan a serlo, aún cuando sus
ingresos no hubieran experimentado ninguna mejora en su poder de compra. En otras
palabras, muchos de los que estaban protegidos por las deducciones o mínimos no
imponibles, por el solo hecho de percibir ingresos nominales más elevados, ya no lo
están.
Las soluciones que se proponen y que hacen suyas las legislaciones de los diferentes
países, son de dos tipos: Tas que postulan el ajuste periódico de los tramos de base
imponible que
conforman la escala de alícuotas y del monto de las deducciones, según un indice de
precios representativo de los ingresos de los distintos sectores de la economía, en primer
término, y las que consisten en el procedimiento de deflactar la renta a una moneda de
un año base, calcular el impuesto correspondiente y actualizar el tributo asi determinado
al momento presente. Este segundo método parte del concepto de que la legislación
tributaria es permanente quedando en consecuencia los valores de la escala de alícuotas
y los montos de las deducciones, fijos y expresados en moneda del año base. Desde este
punto de vista, el organismo a cargo de la administración tributaria sólo debería dar a
conocer periódicamente el índice de precios que refleje las variaciones respecto al año
base.
respectivamente con lo cual "B" resulta más gravado que "A", cuando en realidad la
situación de ambos es idéntica en términos reales. En efecto, mientras que "A" se
encuentra en una situación en la que su capital (el inmueble) incrementa su valor con
la inflación sin que tal incremento se refleje en ei monto dei alquiler percibido en el
período, en el caso de "B" ia mitad de io que percibe en intereses se corresponde con
la actualización por inflación del
capital. Dicho de otro modo, mientras "A" puede disponer de la totalidad de la renta
percibida preservando su capital, en el caso de "B", sólo $ 1.000.- son renta en términos
reales y el resto debiera identificarse como una devolución parcial de capital que está
percibiendo.
Analizar cada una de las mencionadas fuentes de distorsión resulta una alternativa
necesaria cuando se quiere presentar conceptualmente el problema y explicar
cabalmente tanto la necesidad de establecer los mencionados ajustes como ios aspectos
que éstos deberían contemplar. A tal efecto resulta sumamente útil, a través de una
presentación esquemática de ius rubros que componen el balance de una empresa,
analizar la manera en que el proceso inflacionario los afecta, provocando incrementos o
disminuciones patrimoniales y en qué medida éstos son reflejados por los estados
contables en ausencia de ajustes.
En ese orden de cosas, una primera cuestión a considerar es el caso de los Activos
líquidos. Resulta superfluo explicar los efectos de los incrementos de precios sobre las
tenencias de este tipo de activos; nadie duda que las disponibilidades se deprecian -o
pierden poder adquisitivo- con la inflación y que las técnicas contables en ausencia de
ajuste, no reflejan esa pérdida al cuantificar las utilidades. Lo propio ocurre con los
créditos aun cuando se convenga el pago de intereses al considerarse, como es usual, la
totalidad de éstos y no los percibidos en términos reales -por arriba de la tasa de
inflación como utilidad del periodo.
En lo que respecta a Bienes de Cambio, debiera tenerse presente que si bien éstos
ajustan su valor por inflación, esta circunstancia no origina ni pérdidas ni ganancias en
términos reales. Sin embargo ante la utilización de las técnicas usualmente permitida
para la valuación de Inventarios, -que dejan las unidades del stock a precios más
redentes- los balances reflejan un aumento del activo con la consiguiente
sobrevaloración de las utilidades. Esta situación queda nitidamente reflejada en el
ejemplo siguiente:
referido a las operaciones de una empresa durante un ejercicio en el que hubo una
inflación de arranque del 20%
donde la utilización de métodos de valuación del tipo FIFO daría como resultado un
costo de ventas de $50.- y una utilidad de ventas de $ 20.- la que no se corresponde con
la realidad, por cuanto el costo de reponer las unidades vendidas -y de preservar el
capital- es de $ 60.- Para expresarlo más precisamente, en el monto de $ 20.-
determinado como utilidad de ventas, han quedado comprendidos $ 10.- que no son otra
cosa que la revalorización por inflación de los bienes de cambio del stock inicial, lo que
obviamente no constituye renta en términos reales.
Cuando se trata de los activos que integran el rubro Bienes de Uso del balance, la
situación en principio es semejante a la planteada para los bienes de cambio en el
sentido de que también ajustan sus valores conforme se incrementan los precios de la
economía y que en consecuencia no producen ganancias ni pérdidas en términos reales.
Tampoco en este caso los balances reflejan ese aumento nominal del activo, pero esa
misma circunstancia determina que las depreciaciones se calculen sobre valores
desactualizados de los bienes y en consecuencia resultan cuantificados en defecto.
El caso de las Deudas o Pasivo del balance de una empresa, admite las mismas
consideraciones que las presentadas al tratar el rubro créditos: son una fuente de
distorsión en el cómputo de las utilidades, aunque lógicamente con signo opuesto. Dan
lugar a ganancias en términos reales aunque se convengan intereses, por el tratamiento
como gastos de que son susceptibles sin considerar si son o no términos reales.
En segundo lugar, debiera puntualizarse que el objetivo de los ajustes no es otro que el
de restablecer la equidad del impuesto y de ninguna manera puede dárseles el carácter
de compensación por las pérdidas por inflación que eventualmente podrían haber
sufrido las empresas por su propia operatoria. De la misma manera debe quedar en
claro que los ajustes no forman parte de los instrumentos tributarios antiinflacionarios.
En ese orden de ideas, debe señalarse en primer término que los ajustes por inflación
deben contemplar la aplicación de adecuados métodos de valuación para los bienes de
cambio en orden a evitar que la actualización de los valores de las mercaderías quede
formando parte de la base imponible; a tal fin debieran suprimirse los criterios que
conducen a considerar los costos de venta a valores históricos (próximos al FIFO).
Otro de los aspectos que han merecido una consideración especial y que debe
contener el mecanismo de ajuste es lo referido al cómputo de las depreciaciones a
valores actualizados.
Soluciones alternativas
Con tal propósito debe recordarse que, de acuerdo a los conceptos vertidos
precedentemente, tanto por el inicio de los bienes de cambio como por el de los activos
liquidos se produce un cómputo en exceso de las utilidades; en el primer caso al incluir
las ganancias nominales representadas por el mayor valor de las mercaderías y en el
segundo al no computar como pérdidas la disminución en el poder adquisitivo de las
disponibilidades por ejemplo. Al mismo tiempo, las deudas de la empresa provocan una
cuantificación en defecto de los resultados.
Por el contrario, cuando la diferencia entre ambos rubros resulte positiva, lo que implica
que las utilidades computadas en exceso superan a las tomadas en defecto,
corresponderá neutralizar globalmente tal sobrevaloración de las ganancias restando a
tal fin de las mismas el importe que resulte de multiplicar la tasa de inflación del
período por la diferencia entre el Activo Corriente y el Pasivo Corriente, ambos al
inicio.
En símbolos:
Inflac. Donde:
donde se desprende que el ajuste también puede resultar positivo, y deba sumarse a la
Utilidad para obtener la base imponible, situación que tendrá lugar cuando el Pasivo
Corriente supere al Activo Corriente).
El valor así obtenido que refleja verdaderamente el patrimonio neto al cierre al haber
quedado expresados todos los rubros en una moneda homogénea, debe compararse con
el correspondiente al inicio de ejercicio, valuado en moneda de cierre, para determinar la
utilidad en términos reales.
Un método alternativo parte del concepto de que la información que brinda el cuadro de
resultados presenta, como ya se vio, distorsiones que por vía de ajustes pueden ser
puntualmente o globalmente neutralizadas, según el caso.
Introducción
Este impuesto no es el único que grava la riqueza de las personas. Existen otros tributos que
toman manifestaciones parciales de patrimonio, demostradas estas a través de la posesión de
diversos tipos de bienes que suelen tomarse como expresión de su capacidad contributiva, los
que constituyen distintas formas de la imposición en función de la riqueza. Debe
mencionarse que, desde el punto de vista de la fuente, los impuestos al patrimonio pueden ser
incluidos dentro de aquellos que gravan al factor capital, conjuntamente con los gravámenes
que inciden sobre los intereses de las cuentas de ahorro, dividendos de acciones societarias,
ganancias de capital, etc.
Los impuestos de base patrimonial pueden recaer sobre un stock, sobre la transmisión del
mismo, sea a título gratuito u oneroso, o sobre las ganancias de capital provenientes de la
revalorización de ciertos activos, como inmuebles, acciones, etc. En esto se diferencian de
aquellos otros que recaen sobre flujos o corrientes y gravan las retribuciones al factor
humano, como es el caso de los impuestos a la renta de las personas físicas, a los beneficios
extraordinarios, a las ganancias de las sociedades, categoría a la que se pueden añadir en
cierto modo, los gravámenes o cargas sociales y patronales que inciden sobre las
retribuciones al trabajo de las personas.
EL CONCEPTO DE RIQUEZA
La primera cuestión para resolver en este tipo de impuestos es la relativa al objeto del tributo,
es decir, resulta importante precisar qué se entiende por riqueza. En términos generales debe
mencionarse que la acepción que se pretende dar en este gravamen es la equivalente al
concepto de propiedad, es decir la tenencia, posesión o titularidad legal de los activos tanto
sean físicos o financieros-, por una persona pudiendo en algunos casos adoptar el concepto de
riqueza neta en la que se deducen las respectivas deudas o pasivos. Así, se puede expresar al
Patrimonio Neto por la diferencia entre el activo que posee un individuo en bienes muebles,
inmuebles, derechos, títulos etc. y su respectivo pasivo, con lo cual, la definición en cuestión
es diferente al concepto de capital de una economía, que está conformada por los recursos
físicos y humanos que posee una nación.
Si bien la renta que percibe un individuo por su trabajo personal expresada como una
corriente monetaria también podría ser valorada con el mismo criterio ya enunciado para el
caso de la renta proveniente del usufructo de bienes muebles o inmuebles, como se verá a
continuación, el Impuesto al Patrimonio Neto, deja fuera del gravamen a los ingresos
esperados provenientes de trabajo personal, con lo cual no incluye esta categoría de riqueza
a la que comúnmente se alude como el capital humano, a diferencia de lo que en general
constituye el capital físico.
Se trata de un impuesto directo en el sentido que está diseñado para que incida sobre el
sujeto pasivo o de derecho, independientemente de lo que pueda suceder posteriormente
con las posibilidades de traslación o la incidencia final del gravamen. A la vez, se trata de
un tributo de tipo personal dado que dentro de la estructura del tributo se tienen en cuenta
la situación del contribuyente legal, como sus circunstancias personales, familiares a cargo,
etc.
Otras de sus características es que es un impuesto integral en el sentido que pretende gravar
la totalidad de riqueza y que además toma como manifestación de capacidad contributiva su
valor neto, es decir deducidas las deudas que pesan sobre él estos son, los pasivos.
En síntesis, se trata de un impuesto que grava lodo el patrimonio de una persona, antes que
manifestaciones parciales de riqueza como es el caso de Impuesto Inmobiliario o e
Impuesto a los Automotores, haciéndolo de manera permanente, a diferencia de los
gravámenes ocasionales o extraordinarios.
Antecedentes
EL IPN, como impuesto de tipo personal, tiene antecedentes en el siglo XIII época en la que
era utilizado en los cantones suizos pero es, sin embargo, en el siglo XX cuando comienza a
utilizarse con mayor habitualidad en países europeos. El economista inglés Nicholas Kaldor,
en 1956, propone su aplicación en Ceylan y la India y similar recomendación hacer un grupo
de expertos en El Programa Conjunto de Tributación, organizado por OEA/BID/CEPAL en
1962 en Santiago de Chile, para su implementación en países latinoamericanos.
Debe advertirse que estos impuestos a la riqueza, a pesar de su antigüedad, han ido perdiendo
importancia relativa en las estructuras impositivas de casi todas las naciones. Quizás influyen
en ello Las dificultades que se presentan entre la teoria y la práctica, como se verá
posteriormente, como así también la extensa variedad de bienes que conforman la riqueza
actual de las personas, las posibilidades de ocultamiento y sus efectos económicos que son
motivo de controversias.
Por ejemplo, si se consideran dos individuos "A" y "B" que ganan anualmente $ 5.000 cada
uno y se aplica únicamente el impuesto a la renta, ambos recibirán el mismo tratamiento desde
el punto de
vista fiscal, pero si se considera su situación patrimonial puede suceder que "A tenga 550.000
de capital y "B" $ 500 000. Por consiguiente, se considera poco equitativo tratar igual a dos
individuos que en realidad no lo son desde el punto de vista patrimonial, por lo que se
argumenta que la riqueza del segundo individuo debiera considerarse también como legitima
manifestacion de capacidad contributiva. Además se tiene que si bien ambos individuos
tienen el mismo ingreso monetario, el individuo "B" tiene mayor capacidad de pago, por los "
impidimientos psiquicos o no monelarios" de la riqueza acumulada, con lo cual la equidad
horizontal no es vulnerada al ser alcanzada por el IPN.
Por otra parte, en virtud del denominado Efecto Riqueza ocurrirá que la persona B pueda
incrementar o incremente su propensión marginal a consumir por solo el hecho de poseer
mayor patrimonio, mientras que aquel que aun no ha realizado acumulación, se encuentre
necesidad de ahorrar. Por lo tanto, puede decirse que la posesión de bienes facilita el consumo
además de la circunstancia de que en cualquier momento pueden ser vendidos incrementando
las recursos de la persona, como sustitutos de sus ingresos habituales. Asimismo, debe
reconocerse que la posesión de riqueza, otorga al individuo un mayor poder y prestigio social,
mayor independencia en sus elecciones en torno a educación, selección de su portafolio y
posibilidad de optar por nuevos trabajos. En sintesis, desde el punto de vista de la equidad, se
sostiene que el IPN es un adecuado y necesario complemento del impuesto a la renta.
La segunda razón de equidad se refiere a que el IPN castiga la tenencia de bienes ociosos
como la posesión de tierras improductivas, dinero, joyas, pinturas, inversiones de bajo
rendimiento, etc Si se compara el tratamiento a que somete a tributo a quienes poseen los
tipos de bienes, con el que le propicia el impuesto a la renta cuando es aplicado con
exclusividad, se verá la inequidad resultante de este último, ya que deja sin gravar los
patrimonios improductivos porque no generan ingresos o porque los mismos son muy
escasos.
Por otra parte, el impuesto a "los réditos" o "a las ganancias" como se lo denomina o
denominó en la Republica Argentina, discrimina en contra de las inversiones más rentables
pues las que generan pocas ganancias pagarán pocos impuestos, mientras que las inversiones
riesgosas y por consiguiente con mayor posibilidad de utilidades extraordinarias, se verán
perjudicada por alícuotas progresivas.
Otra inequidad que señala Due, se refiere a que en el Impuesto a la renta usualmente no se
grava el alquiler implícito por la utilización de la vivienda propia, el valor locativo lo que
discrimina en contra de las personas que alquilan y han decidido con su dinero por ejemplo
abrir una cuenta en caja de ahorro, de modo que sus ingresos por intereses se hallan
alcanzados por el tributo, mientras que el costo del alquiler no es deducible por tratarse de un
consumo. En cambio en el impuesto al Patrimonio Neto, cualquiera sea la naturaleza de la
riqueza neta poseída esta será alcanzada por el gravamen de modo que los contribuyentes que
optaron por una diferente estructura de activos, serán tratados de igual forma
Asimismo, los impuestos a la riqueza pueden justificarse como consecuencia de sus efectos
redistributivos pues es conocido que la concentración de los patrimonios que existen en
prácticamente todos los países es de mayor significación que la que se observa en el ingreso
de las
personas, lo cual puede ser considerada como indeseable por una alta porción de la
sociedad. Además como es obvio suponer, una fuerte concentración de la riqueza significa
en la práctica una acumulación de poder político y también de ingresos, aunque ello puede
ser atenuado por el nivel que asumen las retribuciones que perciben los recursos humanos
altamente especializados,
Por ultimo, otro elemento que se utiliza para justificar la equidad del gravamen, se refiere a
que está arraigado en la población el concepto de que los ingresos generados por la posesión
del capital requieren menores esfuerzos que los provenientes del trabajo personal -o rentas
ganadas por lo que es justo o gravar en forma similar a personas que desde el punto de vista
de los ingresos tienen Igualdad, pero no en cuanto al esfuerzo por la generación de los
mismos. En tal sentido se aduce que las rentas provenientes del trabajo personal no gozan de
previsibilidad en su percepción, ya que pueden cesar por accidentes, enfermedades o muerte,
mientras que las rentas del capital y también las denominadas psíquicas tienen una naturaleza
más permanente. En ese sentido se dice entonces, que el IPN encuentra un fundamento de
equidad ya que permite discriminar a favor quienes perciben renta del trabajo personal en
razón de encontrarse excluido del objeto del tributo el capital humano, como se puntualizara.
Este inconveniente se trata de solucionar a través de las deducciones por carga de familia
además de como menciona Due, existir la posibilidad de otorgar franquicias especiales por
edad avanzada o también tomar una combinación de los indicadores patrimonio y renta para
determinar a que individuos alcanzar con el gravamen.
2)Otra situación de inequidad, se presenta ante la existencia de numerosos rendimientos
provenientes de la tenencia de capitales que pueden hallarse exentos del gravamen a la renta,
como sucede con los títulos de la deuda pública, la emisión de Obligaciones Negociables por
parte de empresas o de los Estados nacionales provinciales o municipales, cajas de ahorro
etc. En ocasiones, para hacer más atractivo su compra, se lo exime también del IPN de modo
que no constituye parte de la riqueza imponible, cuando en realidad se supone que sus
tenedores estarían en condiciones de afrontar el impuesto.
Los análisis efectuados hasta ahora permitieron puntualizar algunas de las ventajas y ciertas
críticas que mecerían la inclusión del impuesto en el sistema tributario de un país, desde el
punto de vista de sus efectos sobre la equidad y las decisiones de los agentes económicos, sin
entrar en consideraciones respecto de los inconveniente o limitaciones que su
implementación concreta supone para la administración tributaria, tales como los que se
mencionan a continuación:
i) Ocultación de bienes
Existen determinados tipos de bienes, que por sus características son fáciles de ocultar, como
sucede con el dinero, joyas, cuentas bancarias numeradas, seguros de vida en el exterior,
acciones a portador, títulos que por sus características pueden ser registradas bajo otro
nombre direcciones ficticias. Además, como menciona Noboru Tanabe , la principal causa de
la derogación del IPN en Japón, fue el fuerte desequilibrio entre las personas que poseen
patrimonios con las características antes mencionadas y los que tienen gran parte de su
patrimonio en inmuebles, lo que hizo que en la practica el IPN se transforma en un gravamen
a la propiedad inmobiliaria. Por consiguiente para su implementación se requiere una
administración adecuada, a lo unico que puede traer es nuevas inequidades. Cabe advertir que
por estas razones y progresividad, practicamente es imposible implementar el IPN a nivel
municipal o provincial, por lo que se transforma en un recurso federal que deberia ser
coparticipado.
Otro aspecto, se refiere al diferente tratamiento que puede tener el propietario de una
explotación agropecuaria, que en numerosos casos figura a titulo personal, frente a aquellas
empresas agropecuarias conformadas como sociedades anónimas, las que podrían no estar
alcanzadas por el IPN, por ejemplo por tener domicilio fuera del país, de lo que se desprende
la importancia de definición de unidad contribuyente, aspecto que se analizará en el apartado
correspondiente de este capítulo.
ii)Problemas de valuación
Otro problema se presenta con la valuación de las empresas personales o de capital que no
cotizan en bolsas, a las que debe exigírseles registros contables adecuados y determinación
del Patrimonio Neto. De allí es que en algunas oportunidades se planteó la necesidad para el
caso particular de los inmuebles de instrumentar el método de autoevalúo, según el cual cada
contribuyente estima el valor de sus propiedades, pero el Estado tiene el derecho de
comprarlos cuando supone que se halla subvaluada en determinados porcentajes. Con ello se
cree que se solucionaría el problema de valuaciones, cuando en realidad se lo está
subestimando, ya que una persona no tiene los elementos técnicos suficientes para realizar sus
propias valuaciones, además de los riesgos que significa dar al Estado un poder discrecional
de comprar bienes cuando piensa un funcionario que hay una subvaluación en la declaración
de los contribuyentes.
Como se señalará, el IPN recae sobre todos los activos de un individuo, netos de los
respectivos pasivos. Dado que, en términos generales, la riqueza se halla más concentrada
que los ingresos, es que este gravamen tiende a incidir sobre un grupo más reducido de
contribuyentes que en el impuesto a la renta.
El IPN tiene Impuesto como característica el ser anual, por lo que se distingue de otros
tributos como el a las Herencias, que también toma la riqueza de una persona, pero la grava
una sola vez en la vida, al momento del fallecimiento del individuo y por consiguiente es de
carácter ocasional no periódico Otro gravamen es el Impuesto Extraordinario sobre el
Patrimonio Neto, que generalmente se aplica cuando suceden circunstancias extraordinarias,
como puede ser una guerra o ante la ocurrencia de una catástrofe.
El IPN es integral, por lo que se diferencia de otros gravámenes que gravan manifestaciones
parciales de capacidad contributiva, como sucede con los impuestos inmobiliarios urbanos o
rurales, a los automóviles, sobre las donaciones, etc.
Otra distinción se refiere a que en el IPN, como su misma denominación lo señala grava
activo menos pasivo, mientras que en los impuestos patrimoniales de tipo parcial, toman el
valor bruto del bien imponible sin tener en cuenta si se posee una deuda, hipoteca, etc.Por ño
que estos constituyen gravámenes sobre los bienes más que sobre las personas. En ese
aspecto, debe mencionarse que el Impuesto a las Herencias tiene similitudes en este mismo
punto con el IPN pues gravan el capital bruto menos las deudas pendientes de la persona
fallecida y los gastos que ocasiona la misma sucesión.
Por otra parte, como se ha mencionado, el IPN es un gravamen personal que tiene en
cuenta la situación del sujeto pasivo o de derecho, lo que lo diferencia por ejemplo del
Impuesto Inmobiliario
que será analizado en el próximo capitulo, que en general, es de tipo real sentido que
ignora las circunstancias particulares el contribuyente.
La Unidad Contribuyente
Si bien este gravamen define a la persona física como la unidad contribuyente, tratándose de
un gravamen de tipo personal y como se analiza en el caso del impuesto a la renta, se plantea
el inconveniente de definir si debe entenderse como tal, a las personas individualmente
consideradas o a la unidad familiar, atento a que dos personas que conforman un matrimonio,
unen sus patrimonios y ante la naturaleza progresiva del impuesto podrían crearse
inequidades. Por otra parte, si se opta por tratarlos en forma separada, en la práctica los bienes
gananciales harán incrementar los patrimonios respectivos y dificil sera identificar su
distinción inicial. Sin embargo existen diferentes alternativas, como puede ser aceptar la
presentación individual o colectiva de los cónyuges, siendo optativa la decisión por parte del
contribuyente. Similares consideraciones se pueden plantear para el caso de los hijos
menores.
A su vez, otro de los problemas a resolver es el tratamiento a aplicat al patrimonio de los
individuos que se hallan organizados bajo la forma de sociedades comerciales de capital de
tipo personal, donde se presentan diferentes alternativas que se analizarán posteriormente.
Deducciones
Due propone, que deberían permitirse deducciones adicionales que contemplen la avanzada
edad de los contribuyentes, en cuyo caso se los eximiría o incrementaría los minimos no
imponibles También pueden considerarse aquellos casos en que se tienen pocos ingresos
corrientes, aunque esto trae dificultades prácticas y distorsiones en los objetivos del
gravamen.
Este problema se presenta, porque si bien la medida de capacidad recae sobre el patrimonio
de una persona, el pago del impuesto como flujo o corriente que es, debe enfrentarse con los
ingresos habituales de un individuo, salvo casos extremos de iliquidez que obliguen liquidar
el patrimonio, como esto podría ser no deseable, se proponen soluciones que no siempre se
pueden aplicar.
Las alícuotas
Su objetivo es gravar únicamente el patrimonio personal del individuo, que se halla integrado
por la totalidad de su activo neto de deudas, incluida su participación en sociedades
personales o en sociedades de capital. Respecto a estos últimos tipos de riqueza, se computa
el valor de las acciones si las mismas se cotizan en Bolsa o el valor porcentual de su
participación calculado sobre el patrimonio neto de las empresas de tipo personal o de capital
que no cotizan. Esta modalidad respeta la esencia del impuesto, que es el de gravar al
individuo, teniendo en cuenta sus particularidades y permitiendo además la aplicación de
alícuotas progresivas. Por consiguiente, en este esquema el capital social de las empresas se
halla exento de tributar el gravamen.
Dentro de esta modalidad, se puede introducir una variante de instrumentación y que
consiste en la aplicación de un impuesto de tipo proporcional sobre el capital de las
empresas, que posteriormente cada uno de los socios deducirá de sus respectivas
declaraciones individuales como pago a cuenta. Esta alternativa se suele adoptar, porque
tiene la ventaja de ser más fácil el control a nivel de empresas y estimular luego al
contribuyente a declarar su IPN, para utilizar como crédito los montos ya pagados por la
sociedad, con la consiguiente reducción de los niveles de evasión.
Obviamente, si se implementa un gravamen que recae sobre los activos de las empresas y
no se permite la deducción en las declaraciones individuales, se estaría en presencia de
una doble imposición al capital que utilizan las firmas, con la inequidad resultante y los
efectos económicos distorsivos consecuentes.
Debe advertirse, que bajo esta solución y dependiendo la manera en que se definen los
respectivos niveles de alícuotas puede afectar aquellos emprendimientos de tipo personal, al
quedar gravados con tasas impositivas superiores, como sucede con el mencionado ejemplo
de las explotaciones rurales a nombre de individuos o sociedades de hecho de tipo familiar.
iii.La Separación o No Integración
En esta alternativa se grava al patrimonio individual del contribuyente por un lado con
alicuotas progresivas y en su declaración no agrega su participación en empresas, cualquiera
sea su naturaleza. En esta modalidad, el patrimonio de las sociedades, sean de tipo personal o
de capital se grava separadamente con alícuotas proporcionales.
Una vez que las autoridades económicas han definido las diversas opciones
planteadas, es necesario obtener un monto de Patrimonio Neto Imponible para lo
cual se deberá.
Al respecto cabe advertir que ante la dificultad que supone identificar con la debida precisión
dentro del pasivo, conceptos que no corresponde clasificar como no computables es que se
impone la conveniencia de adoptar una regla de prorrateo consistente en aplicar al Pasivo
Total la proporción o porcentaje que representa el Activo Computable sobre el Activo Total.
-Al Patrimonio Neto Computable se le podrán realizar las deducciones personales que
correspondan y que comprende las cargas de familia y minimos no imponibles, según ya se
expresara.
El Criterio de Territorialidad
Cuando se aplican impuestos personales como el que se analiza y ante la posibilidad cierta
de que los contribuyentes puedan poseer bienes radicados en distintos países, se presenta la
dificultad de establecer cual es el país que puede ejercer la potestad tributaria sobre esos
patrimonios, existiendo a tal fin básicamente dos alternativas:
-el criterio de sujeción personal, según el cual ya sea por nacionalidad o residencia, se
determina que la potestad la ejerce el Estado donde el contribuyente se halla radicado o le
corresponde su nacionalidad, y
Cuando se estudia un gravamen progresivo, pareciera que la misma estructura del impuesto
conlleva a que el criterio de sujeción personal resulte ser el más correcto en orden a la
equidad, pues se permite la acumulación de todo el patrimonio personal, independientemente
de su lugar de radicación. Sin embargo, aquellos países que se inclinan por el principio de la
fuente en el Impuesto a la Renta, adoptan en el Impuesto al Patrimonio, el criterio de la
territorialidad.
Principales Efectos
Económicos Traslación
Generalmente se coincide en que este tipo de impuestos tiene escasa posibilidad de ser
trasladado, es decir que es soportado por el mismo contribuyente de derecho. Sin embargo,
existen casos particulares que deben analizarse. Así puede que el contribuyente traslade hacia
adelante l gravamen, como puede suceder en el caso de inmuebles alquilados, en que, si las
condiciones del mercado lo permiten, el gravamen será soportado por el inquilino. En lo que
se refiere a sociedades unipersonales y de capital, si se las grava a ambas es probable que se
pueda trasladar parte o el total del impuesto al consumidor, a través del precio de sus
productos. En general, puede sostenerse que si se aplica únicamente a las empresas
unipersonales, el gravamen seguramente no podría ser soportado por ellas, ante la
competencia de las empresas de capital exentas del tributo, con el consiguiente efecto
adverso que significa la desaparición de este tipo de unidadesproductivas.
Por otra parte, si el gravamen se capitaliza, puede ser que con el solo anuncio de su
implementación se produzca la baja de precios en esos activos, de modo que los que soportan
el gravamen son los tenedores al momento de realizarse el anuncio o su implementación.
Un párrafo aparte lo merece el tratamiento a las tierras agrícolas, que por lo general están en
manos de particulares y no de sociedades, en cuyo caso el gravamen es soportado por sus
tenedores, con el agravante que sus tasas de beneficios pueden ser relativamente bajas, de
allí que sus efectos deben ser medidos cuidadosamente. En general, puede decirse que en
aquellos casos en que la oferta de capital es fija (vgr. la tierra), la carga tributaria es
soportada por el contribuyente de derecho, sin posibilidad de traslación, mientras que en
aquellas situaciones de recursos móviles como el capital financiero-, estos tenderán a
trasladarse hacia áreas donde los tipos efectivos sean más bajos, con lo cual los efectos del
IPN sobre el flujo de capitales internacionales pueden resultar adversos.
Asignación de Recursos
Cuando se analizan los efectos económicos positivos resultantes de la aplicación del Impuesto
al Patrimonio Neto se sostienen que el tributo actúa como estimulante a la actividad
económica, pues contribuye a que los sujetos económicos adopten medidas tendientes a
dirigir su patrimonio a actividades más productivas, como forma de atenuar la incidencia
económica del gravamen. Asi, este tributo perjudica más a aquellos bienes improductivos o
de escasos rendimientos, mientras que las inversiones en sectores que producen por encima
de la media normal se ven favorecidas por la menor presión tributaria que en términos reales
ello significa. Por eso se dice que el IPN estimula el desarrollo económico al incentivar que
los patrimonios ociosos sean utilizados en inversiones rentables.
También se menciona como argumento a favor, que este gravamen estimula las inversiones
en aquellas áreas cuyos ingresos son más elevados que los habituales o normales, es decir
que las inversiones riesgosas se ven favorecidas, mientras que el impuesto a las rentas
personales las desestimula al alcanzar los rendimientos con alícuotas altamente progresivas.
Sin embargo, estos argumentos no son valorados por igual por todos los autores, cuando le
restan importancia al sostener que la existencia de actividades de baja renta no implica que
deban ser socialmente indeseables. El argumento acerca de que el capital se mueve hacia los
sectores con mayores ganancias tiene como supuesto implícito que los recursos son
perfectamente móviles, hecho que no sucede en la realidad donde se observan factores fijos,
como sucede con la tierra.
Quedan en discusión sus efectos sobre la tasa de inversión, cuya penalización puede
agravarse si el pago del tributo obliga la venta de parte de las riquezas, lo que,
adicionalmente, puede frenar la tasa potencial de formación del capital, más que el impuesto a
las rentas personales. La literatura económica distingue entre estos dos casos, es decir cuando
el pago del impuesto anual es atendido con recursos provenientes de la renta periódica
(patrimonio sustitutivo), de aquel caso en que el pago deberá realizarse con la venta de
activos (patrimonios aditivos). Esta última situación lleva a efectos adversos sobre la tasa de
inversión, hasta situaciones extremas en que se obligue a separar artificialmente algunas
unidades productivas u obligados a vender parte de la misma, con los consiguientes efectos
negativos sobre la eficiencia de la unidad económica.
Los efectos sobre el ahorro pueden ser potencialmente muy grandes. Es útil recordar que todo
gravamen tiene un efecto renta que estimula el ahorro, pues los individuos pueden razonar
que deberán aumentar su tasa de ahorro para en el futuro tener mayor bienestar, mientras que
el efecto sustitución tiende a favorecer el consumo presente en desmedro del consumo futuro,
pues este se ha encarecido como consecuencia del IPN. Si de la combinación del IPN y el
impuesto a la renta personal, resultan tipos efectivos demasiados altos, se desestimulará
fuertemente el ahorro, premiando, por ende, el consumo presente.
También en relación al ahorro, otro argumento que se discute es que se puede estimular
artificialmente la posesión de aquellos tipos de bienes de fácil ocultación, como las
adquisiciones de joyas, obras de artes etc. en detrimento de la acumulación en otros activos
más productivos, efecto no deseable desde el punto de vista del crecimiento económico, más
aun cuando se alcanzan activos financieros como acciones u obligaciones negociables
nominales, por lo que se aprecia una contradicción entre estos objetivos y los de equidad
antes mencionados.
También hay autores que mencionan que el IPN, modifica las preferencias de los
consumidores entre bienes de consumo durables y no durables a favor de estos últimos dada
su naturaleza o por su fácil ocultación. Así un gasto en compra de automóviles, casas etc.
hace que luego sea alcanzado por el impuesto, mientras que si se gasta en viajes al exterior,
comidas etc. se evita el gravamen.
Sin embargo, hay elementos que relativizan estas críticas y ellos son:
-El ahorro no depende únicamente del rendimiento, que es lo que se hallaría afectado
por la aplicación del IPN, sino que intervienen otros factores en su formación.
-Las bajas tasas con que usualmente son gravados los patrimonios hace que su influencia en
la toma de decisiones pueda resultar escaso.
-Las decisiones de inversión por parte de las empresas y el flujo de capitales, dependen de
diversos factores quizás más importantes que la influencia negativa que pueda ejercer la
aplicación del IPN.
donde
Donde
R= Recaudación deseada
Tg= Alícuota del Impuesto a la Renta.
tg = ti/r o ti = tg xr
La crítica que merece este fundamento, es que la aplicación de uno u otro impuesto en forma
excluyente, leva al Estado a la necesidad de aplicar alícuotas excesivamente elevadas con los
consiguientes problemas de evasión y elusión de impuestos. En segundo lugar, la idea de
formación del valor de los bienes es demasiada abstracta y puede que ocurra en pocos
mercados ya que no todos capitalizan a la misma tasa, pues existen otros factores que hacen
que la tasa de ganancia no sea igual, como es la estructura de mercados oligopólicos o
monopólicos, seguridad en las inversiones etc. En el mismo sentido, en el caso de las
inversiones con mayor incertidumbre suele decirse que la prima de riesgo no es capitalizada
por el mercado. Dicho de otro modo el riesgo de la inversión no se refleja en el valor del
activo.
Por otra parte no puede desconocerse que hay activos que no producen rentas valuables en
el mercado, es decir monetarias, tal es el caso de los patrimonios que se poseen por
prestigio social, por razones asociadas al poder político.
En síntesis, el hecho de que dos personas que tengan igual renta no significa que los
capitales o patrimonios que los generan sean iguales.
Esta es la doctrina predominante, es decir que se justifica la aplicación del IPN como
complementos del Impuesto a la Renta (IR) por las siguientes ventajas:
-Permite una diversificación del sistema tributario. La necesidad de contar cada vez con
mayores recursos como consecuencia del aumento del gasto hace prácticamente
imposible
que exista uno solo o pocos tributos. Por lo tanto, la introducción de un nuevo impuesto
permite diversificar el sistema tributario y lo que es más importante, se podría reducir la
progresividad en la estructura de alícuotas a la renta logrando efectos similares.
-La implementación del IPN permite al Estado un mayor control del IR, por el cruce de
información de ambos gravámenes que facilita detectar la evasión.
Entre los argumentos que sostienen los defensores de los impuestos al PN, es que el mismo
trata de evitar la concentración de riquezas y ello lo logra mejor que el IR y en ese aspecto
señalan que es un buen sustituto al Impuesto a las Herencias. Si bien ambos tienen en común
el problema de valuación y ocultamiento, el IPN equivale al gravamen citado pero que se lo
cobra anualmente, con las ventajas que ello significa para el contribuyente y fisco, al poder
aplicarse alícuotas más pequeñas e incluso de tipo proporcional.
En la comparación entre estas dos formas de imposición, subyacen también otras cuestiones
que giran en torno a la discusión acerca de si resulta más conducente al objetivo de la
redistribución, aplicar gravámenes de carácter periódico atacando de ese modo en forma
regular al fenómeno de la concentración de la riqueza a medida que se va produciendo, o
hacerlo a través de gravámenes que se aplican esporádicamente y que no afectan el proceso
de acumulación, mientras tenga vida el titular del patrimonio llevando a cabo una sola vez a
su muerte con el Impuesto a las Herencias y Sucesiones.
ANEXO AL CAPITULO
Impuestos a la Riqueza Vigentes en Argentina
La ley establece un mínimo exento para las personas físicas domiciliadas en el país y las
sucesiones indivisas radicadas en el mismo, que deducen de sus bienes -excepto acciones- un
mínimo exento de $ 102.300. En el caso de la determinación del impuesto sobre acciones y
participaciones que efectúen las sociedades comerciales, no se aplica el mínimo exento.
Las Alícuotas para los sujetos domiciliados en el país se calculan sobre el excedente del
valor total de los bienes sujetos al impuesto respecto del mínimo exento de $ 102 300.
-Hasta $ 200.000 por encima del mínimo, la alícuota a aplicar será 0,50% y, cuando dicho
excedente supere el referido monto, la alícuota será 0,75%.
-Para los sujetos radicados en el exterior por los bienes situados en el país, la alícuota 0,75%
-para sociedades radicadas en el exterior por bienes inmuebles situados en el país, en los
casos que encuadren en las presunciones establecidas en la ley, la alícuota se eleva al 1,5% .
A los fines de evitar la doble imposición internacional las personas físicas domiciliadas en el
país y las sucesiones indivisas radicadas en el mismo pueden computar, con carácter de pago
a cuenta, las sumas efectivamente pagadas en el exterior por gravámenes similares que
consideren como base imponible el patrimonio o los bienes en forma global, hasta el monto
del incremento de la obligación tributaria originado por la incorporación de los bienes
situados con carácter permanente en el exterior.
Renta Personal, a favor de aquellas personas que si bien tienen iguales ingresos,
poseen mayores patrimonios, expresados en este caso a través de sus propiedades
urbanas o rurales, y tal como se analizara en el capítulo 7,pareciera que ello es
equitativo.
Seguramente que este justificativo encontraba mayor fundamento años atrás, cuando
gran parte de la riqueza de un individuo estaba conformada por este tipo de bienes. En
la actualidad puede decirse que ello no ocurre, ya que una persona tiene más
diversificado su patrimonio incorporando con mayor habitualidad la tenencia en
acciones y títulos públicos y otras opciones como automotores, joyas, depósitos en
sistema financiero etc. Por ello, gravar únicamente los inmuebles como manifestación
parcial de la riqueza de un individuo puede ser considerado una forma de imposición
altamente distorsiva e incluso regresiva, como se verá en este mismocapitulo.
Cuando se fundamenta la aplicación o existencia del Impuesto Inmobiliario a través del
principio del beneficio, lo es por considerar que el Estado presta innumerables servicios
que tienen por objeto mejorar la calidad de vida de los individuos que se relacionan
directamente con la propiedad inmueble, como es el caso de los servicios contra
incendios, protección policial contra robos a la propiedad, la existencia de registros
oficiales que facilitan la comprobación y certificación de la propiedad y su posterior
venta o cesión de dominio, etc. El barrido de calles, la recolección de residuos
domiciliarios, et alunbrado publico, etc. justifica ampliamente su aplicación por parte
de gobiermos municipales, con sustento en el mismo principio, con lo cuál se estaria en
presencia de un tributo que se acerca al concepto de tasa antes visto, ya que el
contribuyente está recibiendo una prestación real o potencial vinculada con la exacción
que lo alcanza.
Diferente es el caso de las propiedades rurales, en que por su naturaleza, la menor
significación de los servicios que éstas reciben en forma directa de parte del Estado,
hacen que el tributo encuentra una mayor justificación por aplicación del principio de la
capacidad contributiva. Por otra parte, se sostiene que un eficiente Impuesto
Inmobiliario que recaiga sobre las tierras rurales, con valuaciones correctas, también se
transforma en un buen sustituto del impuesto a la renta potencial, -que se analizara en el
capitulo VI- pues las tierras más aptas serán las que tienen un mayar valor, y si el
impuesto es significativo estimulará su utilización como forma de disminuir la
incidencia fiscal.
También existen otras circunstancias que justifican la aplicación de gravámenes
sobre la propiedad y se refieren a las obras públicas que tienen un alto impacto o
producen sustanciales mejoras en
propiedades claramente focalizadas, como consecuencia por ejemplo del tendido de la
red cloacal, de agua corriente, pavimentación, gas etc. Todas las propiedades, sean
modestas o suntuosas experimentan un aumento de su valor por esas mejoras, por lo
que se considera justo que el Estado se apropie de parte de ese valor, lo que podrá
hacerlo a través de este tipo de gravamen que se iría apoderando de esos beneficios en
forma gradual, en modo diferencie al que se plantea en el caso de la aplicación de una
Contribución por Mejoras, gravamen que se tratará al final de este mismo capítulo.
Catastro Territorial
Autoevaluación
Bajo esta tercer alternativa que es utilizada en la Provincia de Córdoba para determinar
las valuaciones de la tierra rural, se propone la creación de foros conformados por
técnicos estatales y representantes del sector privado -contribuyentes -designados por
las entidades gremiales empresarias que los agrupan ,quienes en forma conjunta
establecen el valor de los inmuebles. A tales fines, se prevé delimitar zonas de
caracteristicas homogéneas en cuanto a su capacidad productiva, dentro de cada uno de
los Departamentos en que se divide politicamente la Provincia con el objeto de
determinar para cada una de ellas los correspondientes valores por hectárea de acuerdo
a su aptitud y teniendo en cuenta factores como la disponibilidad de sistemas de
públicos de riego ,que implica un aumento en el valor-o por el contrario, la existencia
de montes naturales que el contribuyente no puede talar como desearia en su propósito
de ampliar la superficie utilizable de su explotación, por estar ello sujeto regulaciones
destinadas a preservar el ecosistema
IV.. Actualización
La aplicación del criterio de actualización, hace que a los valores históricos registrados
en algún momento del tiempo por las oficinas de catastros, se le aplique coeficientes de
actualización que son uniformes para todo el inmueble. Está solución determina en la
práctica, que las valuaciones terminen resultando totalmente discrecionales y se alejen
de su valor venal o de mercado, pues no necesariamente todos los sectores de una
ciudad o las regiones de una provincia, vean modificarse precios de los inmuebles en
igual proporción Debe agregarse además, las dificultades que significa encontrar un
adecuado indice de precios que refleje la variación del mercado inmobiliario No
obstante sus deficiencias, lamentablemente fue una práctica comun ante procesos
inflacionarios persistentes y elevados y se justificaba su aplicación en el hecho de que
los continuos cambios en los precios relativos, hacían prácticamente imposible conocer
los valores de mercado de los diferentes tipos de inmuebles
Las Alicuotas
i. Progresividad Real
En esta variante, las propiedades inmuebles son gravadas alicuotas crecientes a medida
que aumenta el valor del inmueble y con prescindencia de quien o quienes resultan ser
sus propietarios y de su situación económica y social. Diversos autores se oponen este
tipo de progresividad, porque significa desigual trato a personas que desde el punto de
vista de la capacidad contributiva, están en iguales condiciones. Así, una persona que
tiene un inmueble de 10.00 pagará un mayor tributo que otra que tiene 10 inmuebles
valuados en $ 10.000 cada uno. Es evidente que bajo un sistema como este, la equidad
horizontal resulta lesionada ya que aun cuando desde el punto de vista de la capacidad
contributiva, ambos contribuyentes estan igual, resultan finalmente tratados en forma
diferente
Por otra parte, esta forma de instrumentar la progresividad presenta otro tipo de
discriminación y resulta del hecho que puede suceder que el inmueble de $ 100.000, sea
propiedad de 10 personas en condominio, quienes deberán soportar un nivel elevado de
la alicuota que de ser tratados en forma individual no les hubiese correspondido. De ello
se deduce que existe una fuerte inequidad en este caso en el sentido vertical cuando se
justifican o pretender implementar alicuotas progresivas, fundamentándose solamente
desde el punto de vista del valor del inmueble en si mismo.
Sin embargo, cuando el legislador opta por un gravamen instrumentado de esta manera
puede que conozca este tipo de inequidades y considere que resulten tolerables.
justificandolas desde el punto de vista estrictamente tecnico, bajo el concepto de que
-bajo el análisis precedente- lo que se logra es tratar en forma distinta a inmuebles que
en realidad no son iguales entre sí mientras que a los propietarios de inmuebles
similares se los está gravando en forma adecuada y respetando a principio de equidad
horizontal. Si las valuaciones son correctas la progresividad real estaría justificada por
el hecho de que seguramente la vivienda más cara es de tipo suntuosa y refleja una
mayor capacidad contributiva de su propietario, salvo 3 raras excepciones que podrias
tenerse en cuenta a través de mecanismos de exenciones, por edad avanzada, bajos
ingresos . Ademas podria justificarse la aplicación de un sistema de alicuotas
diferenciales, cuando el objetivo de las autoridades gubernamentales sea tratar de este
modo a los inmuebles más caros desestimulando la construcción de viviendas de
determinadas categorias y en cambio alentar a otras como podria ser el caso de las
unidades habitacionales de carácter masivo y de menorprecio.
Progresividad Personal
En esta opción, se agrupan todos los inmuebles propiedad de una misma persona y a la
suma resultante de acumular las bases imponibles correspondientes se le aplica la tabla
de alicuotas progresiva, según los tramos en ella definidas, ya se trate de un sistema de
progresividad global o por escalones. Sin embargo, cuando se opta por aplicar alicuotas
progresivas al total de inmuebles pertenecientes a un unico propietario, tambien pueden
surgir problemas de equidad y de administración. En tal sentido, debe recordarse en
primer lugar que estos tributos son aplicados por las provincias por consiguiente si un
individuo tiene todas sus propiedades en una única provincia, será alcanzado por las
alicuotas progresivas vigentes en la respectiva jurisdicción las que no alcanzará a
quienes poseen propiedades en distintos estados provinciales lo constituye una
discriminación en favor de estoscontribuyentes
Una solución al problema planteado consistirá en establecer que el contribuyente
tenga a la obligación de declarar al fisco correspondiente al lugar de residencia, por
ejemplo, todas las propiedades que tenga en el país, a los efectos de determinar la
alicuota que le corresponde
.Conocida la misma debera aplicarse sobre el valor de los inmuebles que tiene en la
provincia que ha decidido la aplicación del gravamen con una progresividad de tipo
personal. En este caso cabe mencionar como una critica, el problema que tendria el
Estado para controlar la declaración jurada del contribuyente pues no existe registro
unico de propiedades para todo el país y por ende habria una alta posibilidad de que el
contribuyente oculte información al presentar declaración jurada, con el propósito de
evadir el impuesto
Desde el punto de vista estrictamente logico, de optarse por esta alternativa deberían ser
computadas todas las propiedades tanto rurales como urbanas, resultando recomendable
en tal caso gravar solo el valor de la tierra exceptuando las mejoras, ya que como
sostienen algunos autores no seria justo no efectuar la distinción entre ambos
componentes del valor del inmueble del la tierra y sus mejoras. El fundamento de tal
línea de análisis es que el mayor valor de las tierras rurales puede estar reflejando su
mayor productividad y por ende su rentabilidad, de allí que con la aplicación de un
impuesto con escalas progresivas se estaria castigando a aquellos agricultores
emprendedores que realizan fuertes inversiones para mejorar la rentabilidad de sus
predios desvirtuándose así el objeto personal del gravamen, que es tener en cuenta la
capacidad contributiva del individuo y no desalentar las iniciativas que tienden a
producir en formas ma eficientes Incidencia del tributo.
Analizar la incidencia económica del Impuesto inmobiliario, admite diversos enfoques,
el primero de los cuales es el tradicional y cuyos principales elementos fueron
analizados en el capitulo 4 en este caso se esta en presencia de un gravamen de tipo
selectivo, en el sentido que incide soore consumo de un servicio determinado, como es
el que ofrece el uso de una vivienda. En este esquema, se puede suponer que la
demanda de servicios inmobiliarios tiene pendiente negativa y que por lo tanto la
incidencia final, estará fuertemente relacionada a la pendiente de la curva de oferta.
En términos más generales, esto lleva a realizar una distinción entre el factor tierra y el
factor capital, vinculado en este caso a las construcciones de viviendas familiares,
comerciales, industriales o mejoras agropecuarias. En relación al factor tierra, cabe
mencionar que el mismo es un recurso limitado o fijo y que por lo tanto si cllo es d
factor limitante, se puede suponer que la curva de oferta asume la forma estrictamente
vertical, es decir perfectamente inelástica en relación a su renta o precio, aspecto que se
ilustra en el gráfico 8.1.
Antes del gravamen el mercado se hallaba en equilibrio con una cantidad de servicios
inmobiliarios ofrecidos igual a Ogo al precio Ro donde la curva DD representa la
demanda de servicios provistos por los inmuebles, al que se hace referencia
anteriormente. Como la oferta O es rigida, la implementación del Impuesto Inmobiliario
repercutirá directamente sobre el oferente, de modo tal que los usuarios seguirán
pagando la misma cantidad ro mientras que la renta neta para el poseedor del bien
inmueble habrá disminuido en la proporción del impuesto soportando totalmente el
gravamen al enfrentar una curva de demanda D’D’ neta de impuestos
Por su parte, la incidencia sobre las mejoras o construcciones puede ser diferente, pues
es de suponer que tienen un comportamiento más sensible a la variación de las
retribuciones, de modo que la oferta tiene pendiente normal, con lo cual la incidencia
del gravamen recaerá en oferentes y demandantes. En el largo plazo, si se suponen
ofertas perfectamente elásticas, será el demandante quien soporte el gravamen,
aspectos que pueden analizarse con los instrumentos desarrollados en el capítulo 4
En el caso de viviendas alquiladas ( cómo se desprende del estricto análisis
económico e independientemente de lo que pudieran establecer las cláusulas
contractuales respectivas) Es de suponer que el gravamen en el corto plazo será
soportado por el propietario, pues la oferta es fija pero en el mediano o largo
plazo el traslado puede ser total o parcial de acuerdo a las condiciones del
mercado. Esto último se sostiene que sera así, ya que de no ser posible el
traslado caerá la rentabilidad de las inversiones y se producirá un ajuste hacia
abajo en la cantidad de viviendas disponibles para alquiler lo que se reflejará en
una escasez y aumento en los precios a los antes en expuestos , debe recordarse
que el impuesto inmobiliario sobre el inmueble urbano resultado imposible
traslación en el caso de que incide sobre la vivienda propia.
•
ENFOQUE DE INCIDENCIA BAJO EL PRINCIPIO DEL BENEFICIO.
Al iniciar este capítulo se mencionaba que cada uno de los fundamentos del gravamen
por lo menos a nivel municipal en su aplicación se sustenta en el principio el beneficio.
En estos casos si se parte del concepto que existe una estricta correspondencia entre la
presión fiscal ejercida y la oferta de bienes públicos y se supone además que las
autoridades gubernamentales conocen perfectamente las necesidades de sus
gobernados, el análisis de la incidencia el gravamen permite arribar a otras
conclusiones pues el total de lo recaudado será destinado a financiar el coste del nuevo
servicio. Ello sin desconocer que este enfoquedeja
de lado las dificultades que existen para conocer las preferencia de los
contribuyentes, la existencia el comportamiento del usuario gratuito o los aspectos
retributivos etc.
Así su póngase por ejemplo que los ciudadanos -contribuyentes deciden demandar una
mejora en la calidad de los servicios de recolección de residuos domiciliarios y limpieza
de calles a través de por ejemplo mayores frecuencias y que por esa preferencia son
homogéneas entre todos los usuarios contribuyentes con el consiguiente incremento en
los precios que estarían dispuesto a pagar por las mejores prestaciones.
También se puede inferir que a través del Impuesto Inmobiliario, el Estado se puede
apropiar del mayor valor de las tierras, a partir del concepto que el gravamen reduce la
renta de las tierras urbanas, en la medida que se grave a las mismas por su valor libres
de mejoras. Dentro de ese contexto es que debe analizarse la propuesta de Henry
George, tendencia que se propagó a varios paises dando lugar al georgismo teoria que
justifica la implementación de un impuesto a los baldios urbanos, de modo que el
Estado absorbiera el mayor valor de las tierras urbanas, argumento que se basa en que
las mismas se originan en situaciones externas al mérito personal del propietario, como
pueden ser imperfecciones del mercado, procesos de
urbanización, o meras especulaciones en torno a que la construcción de diversas
obras publicas aumentará el valor de la tierra , etc
Este argumento parece tener validez en Argentina en épocas pasadas, donde la escasez
de alternativas ante un proceso inflacionario agudo y la falta de mercado de capitales
desarrollado, hizo que las personas se refugiaran en la compra de inmuebles como
modo de protegerse de los procesos inflacionarios. Por ello, es que la aplicación de
estos gravámenes quizás encontraba una mayor justificación que en la actualidad, pues
era lógico encontrar una relación con la capacidad contributiva de los individuos y por
ende se podía justificar el gravamen desde el punto de vista de la equidad . Aun así
pueden encontrarse situaciones en que se elige una inversion inmobiliaria como
resguardo de ingresos futuros más seguros a los que se considera que puede ofrecer un
sistema jubilatorio
Sin embargo, algunos autores sostienen que el Estado podria apropiarse del mayor valor
de las propiedades que produce la ejecución de las obras públicas no por medio de la
Contribución por mejoras sino a través del Impuesto inmobiliario , de modo tal que se
recaudará en varios años, lo que los gravámenes a la valorización por mejoras o las
contribuciones por mejoras llo por única vez . El argumento es que un adecuado y
eficiente sistema de valuaciones a los efectos fiscales captará ese mayor valor y que en
áreas con fuertes construcciones, sus efectos inmediatos no serán tan importantes como
para cobrar tributos elevados, como pueden significar en algunos Contribución por
Mejoras o que los beneficiarios no sólo los afectados directamente por la obra sino
todos los habitantes de una ciudad, de modo que es justo que incida sobre un número
mayor de contribuyentes como es el caso del Impuesto inmobiliario.
Regresividad e Inflexibilidad
Como se mencionó anteriormente, se dice que este tipo de gravamen analizado desde
el punto de vista de la capacidad contributiva resulta ser regresivo. Ello se fundamenta
en que la posesión de una vivienda es un objetivo de todas las personas y en las de
bajo ingreso el impuesto representa una mayor carga tributaria en relación personas
que tienen más diversificada su riqueza total ,porque el inmueble representa una
proporción elevada de su patrimonio e incluso si se tomará el concepto de patrimonio
neto, lo seria aun mas si se tiene
en cuenta que puede estar pagando un crédito, situación que como se ha visto
no es contemplada en este tipo de gravamen.
Por otra parte, se menciona que este tributo es inflexible, recordando que la flexibilidad
se mide como la relación entre el incremento de la recaudación tributaria y el
incremento Producto Bruto Interno. Se dice que el tributo es inflexible porque aumentos
o disminuciones en el P.B.I no acompañan el incremento o disminución de la
recaudación. Ello obedece en gran parte a los desfasajes que habitualmente se observan
entre las valuaciones fiscales y los precios reales del mercado. Así si hay un proceso de
recesión que hace caer el valor de los inmuebles, ello no se Reflejar automáticamente en
sus valores fiscales por lo tanto su recaudación es excesivamente alta quitando
capacidad de compra de los consumidores y disminuyendo la posibilidad de acelerar el
proceso de recuperación económica.
La solución sería correcta valuación de los inmuebles y hubo una modificación de las
alícuotas aunque no podría evitarse un cierto rezago entre el momento en que ocurren
esas modificaciones en el mercado y el tiempo que le demanda al aparato estatal
implementar las nuevas alicuotas o valuaciones que reflejen esos cambios, que por otra
parte deben reconocerse, como difíciles de conocer. De allí que una solución podría ser
la rebaja temporaria de alícuotas como forma de compensar la caída en el valor de los
inmuebles y de los ingresos de los contribuyentes del gravamen aspecto este que puede
presentar dificultades para el financiamiento del gasto público.
Una de las críticas que se le formule el gravamen, es que discrimina en favor de otros
tipos de tenencia de activos o formas de riqueza , como son los depósitos en el sistema
financiero, los títulos títulos de la deuda pública etc. Los que no se hayan grabados,
mientras que el servicio que provee el sector inmobiliario si lo está , con el
consiguiente efecto adverso en la asignación de recursos. Además, No tiene en cuenta
que el patrimonio bruto puede estar sustentado en una gran deuda, contingencia esta
que, tal como se señalará, la estructura del tributo ignora , pues en el procedimiento de
determinación de su base imponible no se admiten deducciones por deudas hipotecarias
o de otra naturaleza.
IMPUESTOS
SUCESORIOS
INTRODUCCIÓN
La transmisión de bienes al fallecimiento de una persona ha sido objeto de materia
imponible desde hace varios siglos, aunque las mismas fueron perdiendo apoyo en los
últimos años, a medida que se consolidaba ideas que precisamente tratan de premiar a
los sectores emprendedores dándoles la propiedad de los bienes de capital y por ende la
oportunidad de transferirlos a quien desean. en esta discusión está presente la idea
acerca de si es conveniente discriminar respecto a la riqueza heredada, penalizando
mediante el cobro de un gravamen aquellas personas que han recibido un patrimonio
sin haber trabajado u ahorrado. Sin embargo, a menudo sucede Que ese individuo ha
colaborado con su progenitor en la acumulación del capital a la vez que le estímulo a
generar ahorros y por ende poseer un patrimonio puede estar fuertemente vinculado a la
posibilidad de dejarlos a los descendientes.
En relación a ello, cabe precisar que en argentina la legislación civil contempla la figura
de herederos Forzosos para aquellos casos de parentescos en primer grado, fijándose
una porción no sujeta a libre disponibilidad de su propietario. Esta situación que en
cierta forma constituye una limitación al derecho de propiedad, puede ser un resabio de
otras instituciones como el mayorazgo cuyos objetivos era el de evitar la subdivisión de
los patrimonios con sus consiguientes efectos perversos sobre la eficiencia económica y
técnica de los mismos.
FUNDAMENTOS
La aplicación de un impuesto sucesorio puede sustentarse desde dos enfoques o
fundamentos diferentes. Uno es que el Estado tiene derecho a apropiarse, al final de la
vida de un individuo, de parte de su riqueza bajo el supuesto de que su acumulación no
sólo obedeció sus capacidades personales sino también al medio social de los circunda
y al mismo estado, quien con sus reglas jurídicas económicas de convivencia social etc ,
permitieron que se desarrollará su empresa o sus capacidades humanas ,dentro de un
contexto de estabilidad y armonía. Es
decir que desde el punto de vista , el tributo encuentra su fundamento en el
principio del beneficio como forma de medir la equidad de un gravamen.
El otro enfoque es que la capacidad contributiva, que fundamenta el gravamen en que
la persona fallece muestra capacidad de pago, o si se quiere verla desde la óptica del
heredero, recibe una corriente de riqueza que al igual que la renta personal, exterioriza
bienestar económico, aunque en este caso tendría la característica de no ser periódica
o habitual y su exclusión constituiría una fuerte inequidad. esta corriente como se verá
posteriormente encuentra una mayor justificación al analizar una de las modalidades
que puede asumir un impuesto sucesorio el caso del impuesto a las hijuelas.
En la otra modalidad el impuesto al acervo hereditario la otra variante que puede
implementarse al gravamen puede mencionarse que le estado al momento de fallecer
una persona, implemente un impuesto con el propósito de apropiarse de parte de su
riqueza que ha acumulado a lo largo de su vida, riqueza que en realidad manifiesta una
capacidad contributiva que puede ser alcanzado por este tipo de gravamen.
A su vez el hecho de que se apliquen alícuotas progresivas hará que el Estado ejerza
un papel redistribuidor de riqueza y que como se mencionaba el analizarse el IPN la
concentración de los patrimonios es uno de los factores que contribuyen a consolidar
un esquema regresivo en la distribución de los ingresos, por lo que se aduce aquí un
impuesto sucesorio es un mecanismo válido que tiende a corregir esta distorsión.
IMPUESTOS AL ACERVO HEREDITARIO O HIJUELAS
En la instrumentación de un gravamen a las gerencias es posible distinguir dos
sistemas o modalidades uno denominado impuesto sucesorio al acervo hereditario que
grába a la totalidad del patrimonio o acervo de la persona que fallece, es decir que
abarca a la totalidad de bienes menos las deudas que existen a esa fecha . El segundo es
el que se denomina el Impuesto a las hijuelas que grava el enriquecimiento que
produce en los herederos o legatarios la transferencia de la riqueza que posee la
persona fallecida
En este caso, alguna persona podria aducir que séria más conveniente la aplicación de
un impuesto a la la renta personal en su concepto amplio, es decir que gravara tanto las
rentas habituales como las esporádicas, incluidos las transferencias en caso de muerte.
La principal crítica que se realiza esta solución es que se grabaría con él y cuotas
altamente progresivas a riquezas que sean tardado años en acumular por lo que se
sostiene la aplicación del impuesto a las hijuelas y eliminar del impuesto a la renta
personal la transferencia de riqueza al momento de fallecer una persona.
PROGRESIVIDAD DEL IMPUESTO
En el caso del gravamen aplicado a las hijuelas , la escala de alícuotas puede
contemplar una doble progresividad , contemplando por un lado el monto de la
herencia a transferir y al mismo tiempo prever alícuotas que crecen conforme aumenta
el grado de parentesco de quiénes la perciben con el causante. obviamente que si las
alícuotas son muy elevadas, surge el problema de la confiscatoriedad del gravamen al
cual ya se hiciera referencia en este texto. una de las ventajas del impuesto las hijuelas
es que puede implementarse el gravamen como tipo personal es decir tener en cuenta la
situación del heredero ,el monto del herencia recibida, su riqueza anterior a la
transferencia, edad, grado de parentesco etc.
Es oportuno recordar que en Argentina en la década del 30 un diputado socialista
Enrique Rignano presentó un proyecto donde preveía que el Estado debía aplicar una
alícuota del 33, 3% a la primera transmisión de la propiedad privada para que en la
segunda transmisión de esos capitales se les aplicará una alícuota del 66, 6% y en la
tercer generación la propiedad pasaría en su totalidad a mano del Estado. este proyecto
reflejaba una concepción donde la propiedad de los medios de producción en manos del
Estado se consideraba como equitativa y eficiente aspecto este que es fuertemente
discutido en el momento actual. además la implementación tendría serios problemas
administrativos y técnicos, pues sería difícil determinar cuál es la riqueza heredada y
cuál es lo que corresponde a las habilidades y capacidades del heredero.
Cuando se analizaron los impuestos que recaen sobre la renta, se señalaron los efectos
negativos sobre el trabajo concluyendo en que son gravámenes no neutrales en torno a
la decisión de elegir entre ocio y trabajo al tornarse este relativamente menos
remunerativo. este cambio puede Considerarse arbitrario y contraproducente sobre todo
si se considera que la relación entre o su trabajo era correcto antes de la aplicación del
gravamen.
Los impuestos sucesorios al igual que otros tributos producen efectos sobre los
agentes económicos que pueden descomponerse en dos:
• Un efecto ingreso o renta que hace que ahora el individuo tengo menos
ingresos y se vea estimulado a ofrecer mayores horas de trabajo para alcanzar
la misma renta anterior
• Un efecto sustitución que tiende a reemplazar trabajo porocio
ASIGNACIÓN DE RECURSOS
Una de las críticas que se realizan a este impuesto es que los individuos para cumplir
con el fisco deberán enfrentar el pago de fuertes sumas y si los bienes no son
fácilmente realizables deberán desprenderse de los mismos en condiciones poco
ventajosas. De allí que puede modificar la conducta tratando de tener una estructura
patrimonial fácilmente realizable en caso de muerte, con lo cual el gravamen no
resultaría neutral respecto de la asignación de recursos , discriminado en contra de
inversiones en el sector industrial o por ejemplo emprendimientos de largo plazo.
Además las altas alicuotas pueden obligar a la subdivisión de la tierra en parcelas
que están por debajo del tamaño óptimo.
Este argumento , pareciera sólo válido para empresas de tipo personal o aplicable a
limitadas ramas de la actividad como por ejemplo en el sector agropecuario , no así
en las sociedades de capital en las que en la muerte de uno de su principales
acciones difícilmente repercuta en su política empresarial que suele por otra parte
estar en manos de sectores prolesionalizados cuya participacion en la decisiones
-aun en las que se suponen se adoptan en las asambleas de accionistas- es siempre
relevante.
Las decisiones entre consumo y ahorro o consumo e inversión
Con lo expuesto, se tienen los elementos para precisar en que consiste la Contribución
por Mejoras y que se la podria definir como "la apropiación por parte del Estado, del
aumento del valor de las propiedades inmuebles, debido a la realización de una obra
pública, cuyo costo se pretende recuperar, siendo el fundamento de su aplicación que
esa riqueza no ha sido ganada por los propietarios.
RESEÑA HISTÓRICA.
Si bien el origen histórico de la contribución por mejoras es discutible se sostiene que
esta modalidad se utilizaba en el imperio romano sin embargo los antecedentes más
ciertos se remontan al siglo XIII en Inglaterra, donde se utilizaban para la construcción
de sistemas de drenaje para recuperó de zonas bajas, como así también para la
construcción de murallones , zanjones y cloacas , los que eran soportados por los
propietarios de las tierras beneficiadas. En Argentina en los primeros antecedentes se
encuentran en 1893 en la provincia de Buenos Aires donde se dicta una ley de desagües
con la que se ponía a cargo de los propietarios de los terrenos beneficiados parte del
costo de la obra. En los últimos años el tema perdido importancia especialmente en los
países más desarrollados pues existe nota otras alternativas de financiamiento que
tienen mayor consenso.
Por lo general eso sucede cuando la infraestructura disponible y la situación fiscal son
sostenibles de modo que la construcción de una nueva obra no incide fuertemente en
las finanzas municipales y tampoco tiene un impacto urbano determinante con lo cual
el cambio que experimenta el precio de los inmuebles es pequeño. incluso en Estados
Unidos se apela al
crédito público a través de la emisión de bonos pues existe un importante mercado de
capitales interesados en tales títulos
A diferencia de ellos en países menos desarrollados le insuficiente infraestructura tanto
urbana como rural hace que la realización de una obra pública produzca importantes
beneficios directos en la zona aledañas, además el estado cuenta con menores fuentes
de financiamiento al no existir por ejemplo un mercado de capitales no sólo a nivel
regional sino también nacional , a la vez que la solvencia fiscal de los municipios es
muy endeble tanto por la estructura impositiva vigente como por su capacidad de
recaudación y control de la morosidad y evasión encontrando en este gravamen una
alternativa adicional de financiamiento de ciertas obras públicas.
LA VALORIZACIÓN POR MEJORAS COMO FUNDAMENTO DE DIFERENTES TRIBUTOS
Cómo se exponían nota al pie de este capítulo siguiendo a la posición sustentada por
Iturrioz 1981 existen básicamente dos modalidades diferentes e implementación de un
gravamen que aplicado por única vez encuentra su fundamento en el mayor valor de los
inmuebles con motivo de la realización de una obra pública que se realizan a
continuación:
• El impuesto a la valorización pormejoras.
Mediante el impuesto a la valorización por mejoras el Estado se apropia de todo o
parte del mayor valor que experimenta un inmueble , a causa de la realización de
una obra pública con prescindencia de que si lo que se recauda es mayor menor o
igual al costo de la misma revistiendo en consecuencia todos los caracteres de un
impuesto.
La aplicación de este gravamen requiere el conocimiento de los precios de mercado
existente antes del anuncio de la ejecución de la obra y los posteriores a la misma,
con las consiguientes dificultades que ello plantea. otra polémica ligada a lo
anterior es si el mayor valor es sólo atribuible al precio del terreno o si también se
incluyen los inmuebles por accesión : edificios instalaciones etc.
Estos inconvenientes hacen que en la práctica se suponga que el mayor valor
experimentado por la obra está dado por un porcentaje por ejemplo el 30% o 50% del
valor fiscal vigente antes de la obra con lo que se pierde en cierto modo un fundamento
de transferir el mayor valor que adquiere el inmueble a causa de una obra pública este
gravamen que es por única vez puede afectarse específicamente a financiar la obra o
destinarse la renta generales aunque dada la naturaleza sería más conveniente disponer
su afección.
La determinación de la zona beneficiada por la obra debe ser por lo menos Arbitraria
posible, a los fines de alcanzar el consenso antes mencionado. De lo contrario surgen
inequidades que hacen peligrar esta forma de financiamiento.
Delimitar la zona beneficiadas equivale en este caso definir quiénes son los
contribuyentes y la amplitud de la zona dependerá del tipo de obra, como así también de
la existencia o no de obras similares y del menor consenso que genera la lejanía la
misma.
Por ejemplo la construcción de un camino tendrá un radio de beneficio más amplio, si
es el único en la zona pero si a 10 km existe un camino pavimentado de similares
características, el área beneficiada de se verá restringido por los lugares de influencia
de la ruta ya existente
En la práctica se acuden aciertas simplificaciones como es por ejemplo en el caso de
construcción de caminos de tomar franjas paralelas de ancho variable como por ejemplo
hasta 15 km pudiendo y en cierto modo debiendo establecer distintos grados de
beneficios simbolizado por un factor de ponderación k que es inversamente
proporcional a la distancia entre la localización de la obra y la tierra beneficiada.
0 (signo mayor o igual ) < k < (signo mayor o igual) 1
Si k Es igual a uno indica que la tierra se haya muy próxima la localización de la obra y
si es cero es porque se halla fuera del radio del beneficio estimado en el ejemplo
utilizado por ejemplo aquellos terrenos que se ubican más allá de los 15 km.
INTRODUCCION
La alternativa de medir la capacidad de los contribuyentes, a través del consumo o gasto, en reemplazo de
los impuestos que consideran a la riqueza de las personas o su renta como manifestación de esa capacidad,
constituye la propuesta que sostienen autorizadas corrientes de opinión. Los impuestos sobre el consumo
son considerados como una alternativa a la imposición la renta, siendo numerosos los autores que sostienen
que es más equitativo gravar en función de las riquezas que gastan o consumen los individuos, antes que
según su contribución al valor agregado del pais. En realidad, todo recurso para ser consumido, antes tiene
que ser ganado o acumulado, con lo cual se trata de una elección respecto de cual forma de gravar estos
recursos resulta más conveniente, según algún criterio, como el punto de vista de eficiencia o de equidad.
Evaluada la conveniencia de definir el consumo como un indicador de capacidad contributiva de las
personas, la teoría de la tributación ofrece a quien define la política, la posibilidad gravar tal expresión de
bienestar económico recurriendo a la aplicación de un impuesto o el patrimonio de las personas. Para
Musgrave existen evidencias que la renta es el mejor indicador para medir la capacidad económica, en
tanto que el consumo o la riqueza constituyen alternativas dignas de ser tenidas en cuenta. Utilizar la
renta como parámetro, implica la inclusión de todas las fuentes de renta (por el lado de las fuentes) o el
consumo más el ahorro (por el lado de los usos), configurando de ese modo una base más amplia que el
consumo.
Los argumentos a favor del consumo pueden ser presentados de diversas formas: Un argumento
tradicional es que la capacidad de pago del contribuyente pasa por lo que el individuo toma o consume
del producto social y no sobre lo que contribuye acrecentar, apreciaciones que reconocen su origen en los
escritos de Hobbes. -pensador ingles de lo XVII- para quien la equidad natural es que los impuestos sean
cobrados según lo que cada una gasta y no según lo que posea de modo que se incentiva a la generación
de rentas y la acumulación y se castiga al consumo desmedido.
El consumo refleja el acto de disposición final de la renta ganada a acumulada, tratándose de una situación
de goce real. El argumento de quienes defienden esta imposición se basa en que el bienestar solo se obtiene
del consumo, y no del ahorro que significa postergación del mismo. Es decir que, tanto la renta como el
patrimonio reflejan situaciones de bienestar potencial que se concreta siempre y cuando estos recursos sean,
finalmente, destinados al consumo.
Si se considera que los tres indicadores de capacidad contributiva están íntimamente vinculados entre sí, ya
que la Renta o se destina al consumo o se agrega al patrimonio mediante el ahorro se tendrá Y=C S
En definitiva, toda renta será gravada en algún momento, ya sea mediante impuestos sobre la renta, o sobre
el consumo, o sobre el patrimonio. Sin embargo, y realizando consideraciones desde el punto de vista de la
equidad, puede ocurrir que la capacidad contributiva de las personas, en muchas situaciones, pueda verse
reflejada sólo en alguna de estas manifestaciones, con lo cuál se torna necesario gravar simultáneamente a
las tres manifestaciones de capacidad contributiva para evitar discriminar en contra o a favor de
determinados grupos.
Por ejemplo, si la carga tributaria recayese solamente en impuestos sobre la renta, se discriminaría a favor
de aquellas personas que tienen bienestar, capacidad económica y altos niveles de consumo, por haber
heredado un patrimonio, para cuya formación tuvieron que la generando una renta. Igualmente, si la carga
recayera únicamente sobre el consumo, se beneficiaría a aquellas personas que generen altos niveles de
renta y los acumulen, con niveles mínimos de consumo (el caso del avaro). Finalmente, si la carga se
estableciese solamente sobre el patrimonio se discrimina a favor de las personas que con altos niveles de
renta la consumen totalmente y no acumulan riqueza (el caso de quien despilfarra su ingreso)
Por otra parte, también cuestiones de equidad proporcionan las principales y mas fuertes
objeciones a este tipo de impuestos, fundamentalmente por la dificultad para evitar la regresividad
del gravamen, especialmente en los siguientes casos:
Estas consideraciones son válidas, mientras sea difícil dar a los impuestos al consumo una manera de
instrumentación tal que eviten estos efectos, ya que en las formas indirectas, utilizadas habitualmente, no
es posible adaptar el impuesto a las circunstancias particulares de los individuos. Constituye una excepción
el caso del Impuesto al Gasto Personal que se desarrolla más adelante en este capítulo.
Bajo la óptica de la equidad, la imposición indirecta sobre los consumos es objeto de fuertes críticas en
cuanto su regresividad respecto a la renta ganada. En ese aspecto se sostiene que un impuesto global al
gasto de tipo directo y progresivo constituye un elemento adecuado para hacer efectivo el principio de la
capacidad de pago, mientras que los impuestos indirectos sobre los como transforma en un impuesto
regresivo sobre la renta producida.
Oferta de Factores
El impuesto al consumo no afecta el valor de la renta ganada, de modo que el monto de la obligación
tributaria no aumenta con el incremento de la renta, en razón de lo cual se sostiene que el gravamen no
incide sobre la oferta laboral en forma directa. Por el contrario, cuando se opta por el impuesto a la renta y
se aplican alícuotas progresivas, la carga tributaria aumenta a medida que aquella resulta mayor Existe una
correlación directa entre renta e impuesto por lo que este se evita ganando menos, circunstancia por la cual
existe consenso en que este tipo de Tributos que incide sobre la renta genera un desincentivo a la
producción y que, en general, los impuestos al consumo tienen menos posibilidades de reducir la oferta de
factores en su totalidad.
El impuesto a la renta tiene como efecto básico que el rendimiento marginal del ahorro disminuye, debido a
la reducción que significa el pago del tributo por los recursos generados ya sea por el trabajo personal o por
el ahorro ritmo. Esto en principio estaría influyendo en la tasa de inversión de la economía. Por el lado del
ahorro, la tasa de interés pasiva neta que reciben los ahorristas es inferior a la tasa de interés activa que
debe pagar el inversionista, aun cuando el spread bancario fuese cero, la aplicación del gravamen ampliaría
la brecha, lo cual obviamente modifica el nivel Óptimo de acumulación de la economía si no existiera ese
tributo. Cuando se analiza los impuestos al consumo, esta distorsión no existe pues el ahorro se halla exento
de tributar el gravamen.
Otro aspecto que es necesario considerar y que refuerza estos argumentos, está relacionado con el efecto
ilusión monetaria que consiste en que los individuos en general tienen aversión a aceptar cambios
monetarios en sus ingresos (como los que quedan manifiestos en el caso del impuesto a la renta), mientras
que iguales variaciones en sus rentas reales provocadas por variaciones en los bienes de consumo, pasan
inadvertidas.
Tasa De formación de capital
Los impuestos al consumo, en teoria deberían contribuir al logro de una mayor relación Ahorro/
ingresoS/Y) respecto a los impuestos a la renta, básicamente porque una mayor proporción del
ingreso sera destinada al ahorro, que no se encuentra gravado.
Esta afirmación puede ser analizada mediante los efectos renta (o ingreso) y sustitución. Respecto del
primero, se advierte que al instrumentarse los impuestos al consumo, los contribuyentes ven reducida su
capacidad de consumo porque han sufrido una pérdida de sus ingresos en términos reales ya que ahora
comprar los mismos bienes les sale más caro. El efecto ingreso indica que simplemente, los consumidores
después del impuesto están en condiciones de adquirir menor cantidad de bienes y esto provoca a nivel del
conjunto social, un aumento de la relación S/Y
El efecto sustitución, muestra que los impuestos al consumo pueden ser evitados consumiendo menos. Al
ser el consumo respecto del ahorro más caro que antes, existe una predisposición a aumentar el ahorro en
desmedro del consumo. Esta afirmación se toma relativa si se tiene en cuenta que quién ahora para
consumir en el futuro, si espera que el impuesto se mantenga, lo único que logra es posponer el pago del
impuesto. Si, por el contrario, ahora con otra finalidad o espera que el impuesto sea temprano, se
produciría un ahorro neto de impuestos.
Naturalmente, la mayor relación S/Y que se desprende del análisis anterior debería estar correlacionada
con una mayor nivel de la inversión real, aunque debe recordarse que las decisiones de invertir y
ahorrar están en manos de diferentes individuos, a la vez que entran a jugar otras variables, tales como
el nivel de la tasa de interés (que se supone inferior gracias al aumento de la disponibilidad de fondos
proporcionada por un mayor ahorro) y el rendimiento esperado de la inversión.
En este último punto existen dos situaciones si se quiere contradictorias. En primer lugar el rendimiento
esperado de la inversión es mayor con los impuestos al consumo respecto de la renta, según se vio en los
argumentos ya vertidos. Pero, en segundo lugar, como consecuencia de los efectos renta y sustitución es de
esperar una disminución en el consumo, lo cual disminuye el rendimiento esperado de la inversión. Es decir,
por una parte se espera un mayor nivel de rendimiento de la inversión porque los impuestos al consumo no
producen efectos negativos en la oferta de factores (es decir la rentas que se generen no estarán gravadas),
pero si el consumo disminuye esto impacta en las ventas esperadas del proyecto provocando menores
cantidades Vendidas, menores precios y rentabilidad.
De manera se advierte que no es posible arribar a una conclusión única respecto de la inversión real. Sin
embargo, existe consenso en que los inversores son más conscientes del primer argumento que del segundo
(esa decir aprecian claramente que el impuesto a la renta le reducirá mas que un impuesto al consumo, el
rendimiento de la inversión porque son siempre optimistas respecto de que se puedan mantener el nivel de
ventas existente antes del impuesto al consumo).
Otra consideración en el mismo sentido puede referirse a quienes ahorran en efectivo, ya que los consumo
reducirán menos el rendimiento esperado de sus fondos, con lo cual existirá una mayor disposición a
ofrecer capital monetario que en el caso de existir impuestos sobre larenta.
Una variación en la política impositiva que cambie la base de renta por la de consumo posibilitará una
mayor formación de capital y crecimiento de la economía. Pero pueden existir dificultades tanto para
lograr el pleno empleo (cuando el efecto sustitución genere considerable contracción de la demanda que
provoque mayor desempleo) como asi también en el caso inverso en que se presenten presiones
inflacionarias cuando el pleno empleo ya existe. En ambos casos se requerirán medidas fiscales o
monetarias complementarias
Flexibilidad tributaria
Como se analizara en capítulos anteriores, el concepto de flexibilidad tributaria persigue medir la capacidad
que tiene un gravamen para producir, de manera autónoma, efectos fiscales que atenúen las consecuencias
del ciclo económico, En tal sentido se indicó que el impuesto a la renta, por su propia estructura, tiene la
ventaja de ser altamente flexible, mientras que los impuestos al patrimonio no lo son.
En el caso del consumo, por tratarse de una variable relativamente estable, resulta poco sensible a Las
variaciones del ciclo económico, lo cual provoca su falta de flexibilidad. Efectivamente, de los dos grandes
componentes de la demanda final, el consumo y la inversión, es esta ultima la más sensible al cambio de las
expectativas o a los procesos de recesión y expansión, mientras que el Consumo permanece constante se
modifica muy poco. De Allí se deduce que los impuestos sobre el consumo no tienen utilidad como
estabilizadores automáticos del ciclo.
Una consideración especial merece el tratamiento de las herencias. En primer lugar parece claro que un
impuesto a las herencias se comportaría como un muy buen complemento de los impuestos al consumo.
Esto es así porque los ingresos ahorrados no alcanzados por estos impuestos quedarían gravados al
momento del traspaso generacional. De esta manera no se ve afectada la eficiencia del tributo, recibiendo
el titular de la renta en vida el incentivo de ahorrar para eludir el tributo, posibilitando una economía con
mayores niveles de ahorro e inversión, y, al mismo tiempo, se alcanzan tributariamente los ingresos
ahorrados al momento de su fallecimiento
Si se considera que la riqueza recibida en herencia lo es sobre la base de un sistema social basado en la
propiedad privada, puede llegar a aceptar la existencia de impuestos sucesorios, no tanto por el
complemento que signifique con los impuestos al consumo o gasto corto ya se indicó, sino en este caso,
como una forma de intervención del Estado para cumplir con la función redistribuidora del ingreso, sin
afectar el derecho de propiedad que le da sustento a la economía de mercado.
Asl existe consenso en que los impuestos sucesorios o a las herencias deber formar parte de la estructura
tributaria cuando se grava el consumo y no el ingreso, completando de esta manera el ciclo de tributación
sobre la renta con una situación más deseable desde el punto de vista de la eficiencia y compensación los
efectos no deseados sobre la equidad, propios de lo impuestos al consumo con la mayor equidad global
lograda mediante la redistribución de ingreso que permiten los impuestos sucesorios. Aún más, pareciera
que de aplicarse un impuesto al gasto, es necesario su complementación con un impuesto sucesorio, pues la
acumulación de riquezas y su transmisión de generación en generación es quizá la mayor fuente de
desigualdades, es decir, se sostiene que la acumulación del capital lleva a una fuerte desigualdad de los
ingresos y como el impuesto al gasto precisamente estimula el ahorro podría estar favoreciendo la
concentración de riquezas, pues serán las personas con altos ingresos los que tendrán propensiones
marginales a consumir inferiores a la unidad.
También está la alternativa de que al momento de fallecer una persona o realizar una donación,se considere
dicha transferencia como un gasto y forme parte de su base imponible. Esta solución estaría dando
respuesta a una crítica que se le realiza a los impuestos al gasto y que es que favorece a las personas con
habitos austeros. De aceptarse la solución antes expuesta, lo unico que logra un individuo es proponer el
pago del gravamen, hecho que ocurrirá a su muerte, pues se considera la riqueza que deja a sus herederos
como un gasto susceptible de ser alcanzado con alicuotas altamente progresivas.
Obviamente que esto es materia opinable, ya que el objetivo del gravamen al consumo, es hacerle pagar el
tributo a quien más usa de los recursos disponibles en la economía y con este concepto se esta
distorsionando el objetivo, pues a lo largo del ciclo vital de una persona se los está tratando igual a los que
ahorran con aquellos que consumen su renta, con el agravante que las alicuotas progresivas pueden hacer
que la persona que deja una herencia, termine tributando más que aquel que no lo ha hecho En ultima
instancia, si se desea gravar a las herencias, se puede alcanzar una solución similar a la expuesta para el
Impuesto a la renta instrumentado bajo el concepto de fuente (o impuesto a los réditos), es decir gravar a las
herencias o transmisiones gratuitas de bienes, con gravámenes específicos, como se estudió anteriormente.
Sin embargo, si se tiene en cuenta que es altamente probable que los patrimonios recibidos en herencia
formen en algun momento parte del consumo, es aquí cuando resultarán alcanzados antes han sido objeto
de la imposición sucesoria resultarian doblemente gravados. La herencia constituye un ingreso para el
receptor y en el contexto de la imposición al consumo correspondería que estos ingresos fuesen gravados
siempre y cuando se asignen al consumo, lo cual contraria los argumento de gravar simultáneamente el
consumo y las herencias.
Modalidades de los impuestos al consumo
Como se señalara la imposición sobre el consumo puede llevarse a cabo a través de la aplicación de un
gravamen de tipo directo, personal y progresivo, denominado Impuesto al Gasto Personal o
Una forma de evitar la doble imposición del ingreso transmitido y luego consumido podria ser sepurando
el consumo financiado con ingresos del periodo o del patrimonio del titular de la renta del financiado por
el patrimonio heredado, de modo que este último quede al margen de la imposición al gasto. Sin embargo,
si se entiende que el objetiva de politica de mantener mayores niveles de ahorros esta dirigido no sale a los
recursos administrados por los generadores de renta como por aquellos recibidos en herencia, no tendrla
sentido liberar a estos de la carga del impuesto al consumo, ya que dejarla de obra en este caso el citado
incentivo a los contribuyentes les convendrá consumir antes los ingresos enredados, propiciando una
conducta contradictoria respecto de la politica definida para el ahorro Ni hablar de las complicaciones
administrativas, y vlas de evasión, que se derivarían de tal diferenciación. Mediante impuestos indirectos y
de naturaleza real que tratan de gravar al consumo mediente el mecanismo de trasladar al precio de los
productos, el monto del tributo, con lo cual la Imposición se contrata en el momento de efectuar las
compras de los bienes y servicios y tener en cuenta la situación particular de los adquirentes Este segundo
grupo de impuestos seran analizados en capitulos posteriores.
Este impuesto, encuentra su principal impulsor en Nicholas Kaldor que sostenda que el consumo, antes que
la renta, era una mejor alternativa para medir la capacidad contributiva de un individuo. En esta visión
Kaldor identificó una manera alternativa de gravar al consumo que pudiese aplicarse de manera directa (es
decir sin el mecanismo de ser trasladado a los precios) ya su ver con las ventajas de considerar la situación
personal de cada contribuyente. En esta concepcion es posible gravar el consumo aplicando sistemas
progresivos, evitando incurru en la critica más desfavorable de estos impuestos, su fuerte regresividad y al
mismo tiempo, aprovechar las ventajas relativas a la eficiencia ya expuestas
Este tributo, tiene por objeto gravar al consumo de un individuo en un lapso determinado de tiempo, por
ejemplo un año calendario, de modo que alcanza al valor monetario de todos los bienes y servicios
consumidos por el contribuyente en ese periodo de tiempo, determinado sobre la base de declaraciones
juradas personales.
La determinación de los gastos anuales de una persona -o del grupo familiar como podria ser el caso- si
bien resulta sencilla en su definición, no tiene la facilidad de cálculo que cabria esperar, fundamentalmente
por la imposibilidad de llegar al gasto personal anual a partir de la suma de los
la primera aplicación práctica de este gravamen fue en Sri Lanka y luego en enero de 1958 en la India,
ambas como consecuencia de las recomendaciones de N. Kaldor, con un bajo nivel de contribuyentes y
escaso éxito fiscal. Recientemente, en la campaña presidencial de Brasil en el año 2002, un candidato Ciro
Gomes propuso aplicar un impuesto directo progresivo sobre el consumo individual, para castigar los
patrones de consumo muy elevados, basándose en el proyecto Kaldor. En la definición de consumo y
determinación de su valor manetario, existen dificultades en cuanto al tratamiento que debe realizarse y
valuar la producción para consumo propio.
Comprobantes correspondientes a los consumos individuales Esta via de determinación, no solo Si En una
gran complicación administrativa sino también una sencilla vía de evasión.
Una solución consiste en la alternativa de determinar la base imponible por diferencia entre los ingresos los
individuos y sus ahorros netos, acudiendo una vez mas a la relación ya presentada entre el Consumo, la
Renta y el Ahorro, según la cual los ingresos no ahorrados necesariamente han sido consumidos, es decir
que C= Y - S.
Sin embargo, si solo se consideraran los ingresos netos que se generan en un periodo determinado y a ello
se le resta el ahorro, se estaria generando una permanente via de escape ahorrando los ingresos del año y
consumiendo los grandes en años anteriores, por la cual los contribuyentes eludirían el pago del gravamen
cuando destinaren parte de su patrimonio al consumo (desahorro)
De alli que la base imponibile deberia estar dada por los ingresos netos del periodo menos los ahorros netos
generados en igual lapso. Si existe de ahorro, el incremento patrimonial (S) negativo y el consumo es
mayor que la renta ya que parte del patrimonio ha sido consumido por el contrario, si el incremento
patrimonial es positivo, parte de la renta ha sido destinada al consumo y parte del ahorro
De la definicion anterior, se deduce que para un individuo en general su base imponible del impuesto al
gasto es inferior a los ingresos porque no se está gravando el ahorro. No obstante, puede darse un caso
particular que en un determinado año ocurra que su consumo sea más elevado que los ingresos y que los
mismos los financie con desahorros. de allí que conocer el ingreso neto percibido en el año fiscal que se
analiza constituye una tarea fundamental para la aplicación del gravamen
Esta solución admite, a su vez, dos variantes. La primera conocida como el método de las Diferencias
Financieras o de Flujo de Caja y la segunda mediante la identificación del Beneficio Económico (es
decir la renta) y de las Diferencias Patrimoniales.
Como se mencionara en la introducción de este capitulo, el Impuesto al Gasto es de tipo personal, es decir
tiene en cuenta la situación global del contribuyente al que se le permite deducciones por Carga de familia,
determinados nivel de gastos en enfermedades, educación etc. La base imponible. Neta de deducciones, es
susceptibles de ser gravada con alicuotas altamente progresivas, mas elevadas aun que el impuesto a la
renta, debido a que su base de calculo es menor, es estimular al ahorro, puede ser que se utilicen alicuotas
con tipos marginales marcadamente progresivos.
Incluso puede pensarse en alicuotas marginales superiores al 100% lo cual no es posible en el alle de los
otros impuestos personales y directos, renta o patrimonio neto. Adviertarse que en estos sin alicuota fuese
superior al 100% no sólo es confiscatoria sino también triplicable y significaría la absorción total de la
base imponible que da origen al impuesto. Por el contrario caso del impuesto al Gasto Personal, como el
consumo se financia con ingresos o desahorros, una alicuotaprogresiva superior al 100% significará para el
contribuyente mayores desahorros, pero tiene la capacidad económica suficiente, mantener ese nivel de
consumo o, alternativamente podrá optar por una disminución en el consumo para no ser alcanzado por ese
nivel de alícuotas tan altas. Debe destacarse que estas solo tendrán sentido para tratos de consumo tan
altos, como los que son propios de las personas ubicadas en la cuspide de la pirámide de ingresos
Segun esta alternativa, todo ingreso es susceptible de ser gravado en la medida en que se destine al
consumo, razón por lo cual es necesario computar aquellos fondos del contribuyente que no tuvieron ese
destino. Dentro de este contexto se admite que los gastos necesarios para generar los ingresos no deben
constituir parte de la base imponible, por lo que se utiliza el concepto de ingresos netos.
Cuando se definen los ingresos, se aprecia que en este concepto de flujo de caja, no tienen lugar las
modificaciones en el valor del patrimonio que se han producido a lo largo del periodo pero que no han sido
realizadas, pues lo que se grava son los flujos de caja y no las riquezas devengadas, o de otro punto de vista
no se tienen en cuenta las ganancias o perdidas de capital no realizadas
Sin embargo, si un individuo vende un bien que posee de periodos anteriores, su producido forma parte de
sus ingresos del año corriente y por como tales resultan susceptibles de formar parte de la base imponible
del Impuesto al Gasto. Solamente no lo serán, si se destina a otra forma de ahorro. como por ejemplo
sucede que decida cambiar la composición de su portafolio y reemplazar por ejemplo un inmueble y su
producido depositarlo en una caja de ahorro. Si no lo destir a ello, los ingresos totales seran objeto de la
tributación porque se supone obviamente, que han sido destinados al consumo.
La base imponible, lo constituyen la totalidad de los ingresos etel perindo independientemente de u forma
de ingreso al patrimonio del individuo, es decir tanto sea por retribuciones su trabajo con motivo de la
realización de un activo o por financiación. Puede ocurrir que alguien consuma por encima de sus ingresos
porque ha tomado un crédito, pero lo mismo formar parte de su base imponible, pues el objetivo del
gravamen es gravar al gasto
Oro aspecto a definir o el tratamiento que se le da a los ingresos De la definicion anterior pareciera que los
ingresos susceptibles de tributar el gravamen son urucamente los monetarios, no obstante algunos autores
sostienen que la renta imputada por la vivienda propia deberia estar sujeta al gravamen, aunque,
claramente, quedaria fuera de la imposición si el calculo se realiza solamente a partir de los movimientos
financieros.
Entonces, cl cálculo que nos proporciona el flujo de caja, consiste en identificar la base imponible del
impuesto uieliaule libere entre la totalidad de los iiedius liitos disponubles de una persona, y aquellos
movimientos o acumulaciones que no representan consumo
Otra consideración debe realizarse, respecto al tratamiento que cabe aplicarle a la adquisición de bienes de
consumo durable. Este tipo de bienes tiene la característica de ser de consumo pero, sin embargo, no
desaparecer con su primer uso como es el caso de la vivienda y el automóvil de uso familiar, artefactos del
hogar, etc. El uso de estos bienes, denominados de consumo durable, no ocurre en el momento de su
compra, sino a lo largo de su periodo de vida útil por lo que imputación en la base imponible del impuesto,
deberia contemplar esta situación a los fines de evitar inequidades, más aun si se tiene en consideración que
el tributo puede implementarse a través de alicuotas progresivas. Por para imputar el consumo atribuible a
cada año en particular.
se debe considerar el valor de compra de los bienes de consumo durable, dividido por el numero de anos
que se considera el lapso de vida útil.
ingresos por ventas de activos etc arriba cantidad de medios financieros que estuvieron
disponibles por el contribuyente para ser aplicados al consumo
Dinero no Afectado a Gastos: se identifica cuáles de estos medios financieros no fueron orientados hacia el
consumo, sino hacia variaciones patrimoniales, tales como prestamos otorgados a terceros, cancelación de
deudas. compra de activos financieros, compra de activos fisicos, etc, se determina que monto de ese dinero
disponible no fue afectado al consumo
c. Gasto Bruto: es diferencia entre los conceptos anteriores (a - b) y permite dentificar el volumen de
dinero que fue gastado.
d. Pagos destinados a la adquisición de bienes de consumo durable (vivienda, artículos del hogar,
automóvil); Coma el consumo de estos bienes, denominados de consumo durable, no ocurre en el momento
de su compra, sino a lo largo de su periodo de vida útil, su imputación en la base imponible del impuesto
debe contemplar esta situación. Para ello se debe restar del Gasto Bruto definido en el punto anterior el valor
de la compra efectuada en el año, de bienes de consumo durable
Gasto Neto: es el Gasto Bruto menos el valor de los bienes de consumo durable adquirido.
(c-d)
Imputación del consumo correspondiente a los bienes de consumo durable: Debe incorporarse al cálculo
de la base imponible, la parte proporcional del valor de estos bienes que corresponde a su uso durante el
periodo fiscal que se está determinando. Si no tuviese en cuenta este aspecto de los bienes de consumo
durable y su consumo se imputase de una sola vez en el momento de su adquisición, se produce una
situación de "irregularidad en el consumo" con la consiguiente inequidad que se configuraria, no sólo ante
el adelantamiento del impuesto respecto del momento del consumo efectivo, sino también porque las
alicuotas fuertemente progresivas que caracterizan a este impuesto provocarían un aumento no justificado
en la carga tributaria.
Gasto Ajustado: corresponde a la suma de los dos conceptos anteriores ( e n identifica el valor del
consumo que corresponde al contribuyente.
Determinación del Consumo a gravar mediante el Método del Beneficio Económico y Variación
Patrimonial
En Como ya se menciona, el consumo, con independencia de como francie (mecanismo en el que pone
énfasis el método de cálculo antes expuesto) tiene su explicación genuina en el beneficio economico
obtenido en el periodo y las variaciones patrimoniales (ahorrOS O desahoros) producidas en su transcurso.
Esto es, el consumo se ha originado en la utilización de la renta generada el período, por un lado, o en la
liquidación de parte de los ahorros disponibles al comienzo o durante el mismo tiempo por el otro. Esto
significa que si se determina la renta neta (base imponible del impuesto a la renta según el concepto teórico
analizado en el capitulo V.
frecuentemente referido como Impuesto a las Ganancias) y se identifica la variación patrimonial (que pasa
a formar parte de la base imponible del impuesto al Patrimonio Neto), se estará en condiciones de
determinar al consumo de ese periodo
Naturalmente que uno y otro método debieran ser equivalentes y lo son, ya que si se analiza los conceptos
antes indicados para la determinación del Gasto Neto, se tendrá que cada uno de esos movimientos se
origina en renta neta nueva o en variaciones patrimoniales, con lo cual se trata de la misma información
con ordenamientos diferentes, pero que en la suma total conducen al mismo resultado. Debe advertirse que
al calcular la renta neta o beneficio económico, la adquisición de bienes de consumo durable se computa
como inversión y no como gasto, con lo cual el punto de confluencia de ambos métodos es el Gasto Neto.
Luego, si, es necesario realizar el ajuste antes indicado para computador correctamente el consumo de este
tipo de bienes que corresponde a cada periodo y así sucesivamente segun el procedimiento yaindicado,
Otras consideraciones relativas al Impuesto al Gasto Personal
Equidad y Eficiencia
Se puede afirmar que este impuesto goza de las ventajas identificadas desde el punto de vista de eficiencia
para los impuestos al consumo y no sufre de la principal de sus desventajas regresividad. En este sentido,
se destaca la imposibilidad de traslación del gravamen, con lo cual la fuerza distribuidora recae con
efectividad sobre los contribuyentes titulares. Por otra parte la posibilidad de una estructura de alicuotas
fuertemente progresivas le otorga la posibilidad de ser un instrumento de alta eficacia en la redistribución
del ingreso
Administración
Quizás la mayor objeción al Impuesto al Gasto Personal radica en las dificultades administrativas que
presenta. En realidad, si se considera que habitualmente por una cuestión de mayor eficacia en el proceso
de control tributario, el impuesto a la renta requiere, en su liquidación de información sobre las variaciones
patrimoniales, se deduce inmediatamente que de la misma información surge también la base imponible de
este impuesto, es decir la porción de la renta destinada al consumo (la parte no ahorrada). De hecho si se
observan las declaraciones juradas del impuesto a las ganancias Argentina, se observa incluso que además
de la propia renta y la variación patrimonial también se determina en el mismo formulario el consumo
delcontribuyente
Y esta aclaración es necesaria, ya que una de las explicaciones habitualmente esgrimidas para explicar la
inaplicabilidad del Impuesto al Gasto Personal radica en su complejidad administrativa. lo cuál es cierto si
se tiene en cuenta que existen otras formas mucho más simplificadas de gravar el consumo, como lo son las
variantes indirectas, a través de diversos gravámenes como el Impuesto al Valor agregado, a las ventas
minoristas etc., pero no lo es tanto si se considera que esta complejidad no es superior a la que presenta el
impuesto sobre la renta. Una de las dificultades que se presenta es la de valoración el individuo podría tener
un estimulo a declarar valores excesivamente altos para sus ahorros o inversiones actuales que se deducen
de los ingresos para obtener el consumo- y posteriormente, cuando ocurre la venta y disponer de los
ingresos con destino al consumo- subvaluarlas como un modo de reducir los tipos de imposición.
Adicionalmente, es de esperar presiones entiendes a reconocer como deducibles a determinados tipos de
gasto.
Justo es reconocer que el Impuesto al Gasto disminuye los problemas que se presentan en el impuesto a la
renta, como sucede con las ganancias de capital con la complejidad de su valoración y los efectos
perversos a consecuencia de su concentración en un momento determinado del tiempo, con los efectos
negativos que significa las alicuotas progresivas que requieren soluciones de promediación, con las
consiguientes dificultades administrativas que ello significa
Por otra parte, facilita el tratamiento que se le realiza a las empresas. Como se vio en el capitulo
correspondiente, uno de los problemas que se le presenta al legislador es que una parte importante de los
ingresos son generados por grandes empresas, razón por lo cual generalmente se decide la aplicación de un
gravamen de tipo proporcional a las ganancias empresarias (criterio integracionista), el cual es cuestionado
porque es susceptible de traslación a los consumidores, distorsionando asi el objetivo del gravamen En el
impuesto al gasto personal los ingresos que reciben las personas propietarias de las acu serian gravadas al
momento de realizarse el consumo.
El otro aspecto que hace al cálculo de la base imponible, es definir qué es lo que se entiende por ahorro o
inversión y qué tratamiento debe realizarse! Lo primero que queda claro es que no todo tipo de activo es
susceptible de ser considerado ahorro, por lo que deberían diferenciarse claramente los activos
computables de aquellos que no lo sean en el sentido de que se admite o no su deducción a la base.
Adviértase que si el Estado deseara orientar los ahorros hacia determinados activos financieros o el proceso
de inversión hacia determinadas tareas, podria establecer criterios por los cuales se permite o no la
deducción, lo que puede ser materia opinable y altamente discrecional en algunos casos, o tener cierlo
consenso en otros. Asi por ejemplo, los saldos en dinero destinados a la compra de joyas u obras de arte (o
inversiones improductivas eru general) podrían recibir el tratamiento de no deducibles y por lo tanto
integrantes del consumo, obviamente que ello es discutible y quedaria a criterio discrecional de los
hacedores del impuesto, con la consiguiente distorsión en las conductas de los oferentes y demandantes,
pero con una reorientación de las conductas de los administrados hacia asignaciones de mayor
productividad.
INTRODUCCIÓN
Características Destacables
En primer lugar, debe recordarse que si bien la aplicación de un impuesto personal al gasto - que se
analizara en el capítulo precedente haría posible poner en práctica adecuadamente los principios o
criterios de eficiencia y equidad que justifican la elección de tal variable el gasto o (Implícitamente,
los impuestos indirectos supone que las empresas o sujetos de derecho, trasladaran los impuestos hacia
delante, de modo que la incidencia final será sobre los consumidores, o sujetos de hecho, de modo tal
que finalmente se gravará el consumo de las personas, aspecto que no necesariamente se logrará por
limitaciones propias del proceso de traslación, tal como se ha visto en capítulos anteriores,
especialmente en el capitulo cuatro.) consumo- como expresión de capacidad contributiva de las
personas, los aspectos de administración tributaria que le son propios constituyen si se quiere, el
principal obstáculo con que se enfrenta el legislador cuando decide instrumentar. Por el contrario,
dichas restricciones no tienen igual significación cuando se trata de la imposición indirecta, antes bien,
los impuestos generales a las ventas constituyen una manera relativamente sencilla de implementar el
criterio del gasto con lo que los costos de la administración tributaria se reducen, como por ejemplo
las cuestiones atinentes a la definición del hecho imponible u objeto del impuesto y su correlativo
proceso de cuantificación la base imponible-, en términos generales determinada por los montos de las
transacciones comerciales efectuadas por los sujetos comprendidos: las empresas, sin dejar de plantear
algunas complicaciones para el derecho positivo -como puede ocurrir con la definición de la etapa
gravada-, son ostensiblemente más faciles de abordar que en el caso del impuesto personal al gasto.
En igual sentido opera lo relativo al número de contribuyentes, con que se tiene que manejar la
administración. Así, cabe advertir que mientras que la instrumentación de un gravamen de naturaleza
personal supone el empadronamiento y la correspondiente obligación de pago por Parte de todas la
personas físicas (o las familias), en el caso de un impuesto a las ventas deberá manejarse con las
empresas, es decir con un universo de contribuyentes significativamente menor y cuyo número en
definitiva depende según se verá- de la modalidad o etapa del circuito de producción y
comercialización de bienes y servicio sobre el cual se aplique el tributo.
La frecuente utilización por parte de los fiscos de provincias -el caso de la República Argentina es
destacable- de esta modalidad de imposición, constituye el reflejo de las posibilidades que ofrece el
gravamen, en orden a conformar en una fuente de financiamiento que otorga cierta autonomía para el
manejo de la política presupuestaria, aún cuando resulten necesarios acuerdos o convenios con el
objeto de atender a los problemas que plantean las transacciones interjurisdiccionales o cuando el
vendedor reside en una jurisdicción diferente a la del comprador.
Similares consideraciones merecen efectuarse cuando se analizan los costos de cumplimiento qua
deben afrontar los contribuyentes. En tal sentido, puede decirse que en general la información de
ventas (la base Imponible) es el dato más accesible con que cuentauna empresa, o dicho de otro
modo el que puede suministrar el más elemental de los sistemas contables, con lo cual puede
estimarse que el proceso de liquidación del impuesto no habrá de insumir esfuerzos y costos de gran
significación para el contribuyente, a diferencia de lo que puede ocurrir por ejemplo, en el caso di
impuesto a la renta
ii.Generalidad
En segundo lugar, debe hacer mención a la condición de generalidad según la cual se trata de un
tributo que en principio debería alcanzar la totalidad de las transacciones de bienes y servicios que se
consumen en la economía, gravada a una tasa uniforme propia de estos instrumentos tributarios. Este
principio los caracteriza y los diferencia nítidamente de otros impuestos también aplicados sobre el
consumo pero que alcanzan selectivamente a determinados bienes y servicios.
Los efectos o consecuencias de la referida condición de generalidad, característica que leva implícita
la idea de una cobertura amplia, puede analizarse tanto en función de los efectos económicos del
tributo, como por sus consecuencias en orden al rendimiento fiscal sin dejar de lado por supuesto las
consideraciones en relación a la equidad
En relación al aspecto vinculado con el rendimiento fiscal de un tributo que responde a un principio
de generalidad como el enunciado, puede afirmarse que la amplitud del ámbito de aplicación del
impuesto hace posible el logro de importantes recaudaciones con alícuotas relativamente moderadas,
sin que para ello los fiscos deban disponer de estructuras administrativas de una gran complejidad
-dada la relativa sencillez de su estructura, como se refiriera- con el ahorro de los costos que ello
implica. Atento a ello, puede decirse que a los impuestos a las ventas se les asigna una función
esencialmente de carácter recaudatorio dentro del sistema tributario, o dicho de otro modo, se
constituyen en uno de los principales instrumentos del financiamiento de la política presupuestaria
concerniente a la provisión de bienes sociales
Sin embargo, es desde el punto de vista de sus efectos económicos que la condición de generalidad del
impuesto asume la mayor significación. En efecto, se sostiene que un gravamen aplicado sobre la
totalidad de los bienes y servicios que se consumen e instrumentado a alícuota uniforme aseguraría
igual incidencia sobre los precios, sin producirse, en consecuencia, alteraciones en los
.
Precios rela:vos o distorsiones en la asignación de recursos ya que no se verán modificadas las
supone necesariamente la traslación plena del gravamen en todos los mercados o bien que las
condiciones prevalecientes en todos ellos (elas:cidades de la oferta y de la demanda) son
similares, con lo cual a porción del impuesto que se traslada a los precios será la misma en
todos los casos
Dicho de otro modo, desde el punto de vista de sus efectos económicos y bajo el supuesto de traslación
idéntica (ya sea total o parcial) referido, la condición de generalidad de un impuesto aplicado con
alícuota única y sin exenciones, hará que éste resulte neutro al no discriminar entre los individuos
conforme a sus preferencias de consumo que se reflejan en las tasas marginales de sustitución entre
bienes. Estas, bajo una situación de óptimo paretiano deben igualarse a las tasas marginalesde
transformación por el lado de la oferta.
De tal manera un impuesto de las características de las señaladas tiene la ventaja desde el punto de
vista de los principios de la denominada Economía del Bienestar, de cumplir con el requisito del
mínimo exceso de carga, o de gravamen, reduciendo la pérdida social
iii.Equidad
En otro orden de cosas, existe además un aspecto que diferencia de manera muy notoria los impuestos
generales a las ventas -como tales de naturaleza real- de los gravámenes directos y por lo tanto
personales, que gravan el gasto, y que no debe omitirse al momento de precisar las características de
aquéllos. Se trata de los efectos del tributo sobre la equidad vertical, en el sentido de que a juicio de
la materia de los autores- la lesiona considerablemente.
Supuesto este inexistente con lo cual la aplicación del principio de generalidad presupone no una
situación de neutralidad total sino, en todo caso, la mejor aproximaciónposible.
Aunque en el análisis de la neutralidad del impuesto necesariamente debe tambien tenerse en cuenta la
posibilidad de que el gravamen altere las decisiones de los empresarios en lo que respecta a los
métodos elegidos de producción y comercialización que, como se vera más adelante, constituye un
efecto probable de alguna de las formas o modalidades que puede asumir el gravamen Asi por ejemplo,
no puede desconocerse el hecho de que ciertos impuestos a las ventas no son neutros respecto a la
integración de las empresas
Al respecto cabe mencionar los denominados "impuestos Ramsey En referencia al economista que en
la búsqueda de impuestos sobre mercancias que minimicen el exceso de gravamen, propuso que estos
deberian ser proporcionales a la suma de la inversa de la elasticidad de la demanda y la oferta, con lo
cual, sólo en el caso en que todos los mercados operen bajo idénticas condiciones, el impuesto optimo
no requerirá de la aplicación de un sistema de alicuotas múltiples.
Es decir, constituye una apreciación muy generalizada, el sostener que los impuestos indirectos, son
regresivos en relación al ingreso de las personas como consecuencia de que los sectores menos
pudientes de la sociedad, que consumen una proporción más importante de su renta, soportan
relativamente mayor carga tributaria que los demás individuos, que por tener mayores ingresos
superiores les significa un menor sacrificio afrontar su pago.
Supóngase dos familias, una que recibe anualmente 1000 pesos y otros 10.000 pesos y sus
consumos tributan un gravamen del 21 %, donde la primera familia tiene una propensión marginal
a consumir de 1 y la otra de 0,7 se tendrá el siguiente cuadro
En esta situación, se tendrá que las personas de menores ingresos, reciben una presión fiscal de 17,35
sobre sus ingresos, mientras que la familia de mayores ingresos soporta una exacción del 12,15% de
sus ingresos, lo cual hace al gravamen indudablemente regresivo en relación al ingreso del periodo.
Ahorro 0 3000
Es con el propósito de atender a este tipo de cuestiones, lesivas al principio de equidad, que se propone
aplicar alícuotas diferenciales (menores) o directamente exenciones a los bienes que conforman la
canasta familiar básica, lo que además de sus efectos sobre los precios relativos añade una dosis nada
despreciable del complejidad al tributo, con inevitables aumentos de costos de administración y
cumplimiento, ello en razón por ejemplo de las dificultades que se presentan en tomo a una adecuada y
precisa definición del conjunto de productos de consumo que se pueden considerar básicos o
indispensables
Este efecto no deseado del gravamen, que en definitiva implica una violación del principio de equidad
en el sentido vertical, suele agravarse cuando las legislaciones por motivos diversos no incluyen en la
base del impuesto una parte importante de los servicios, consumo éste más propio del sectores
medianos y altos ingresos aspecto éste que plantea un problema en mismo y sobre el cual se volverá
más adelante. Por estas razones, puede cuestionarse el impuesto desde el punto de vista de sus efectos
sobre la equidad, de la misma manera en que también es usual Encontrar referencias en el sentido de
que tampoco resulta equitativo en el sentido horizontal, por la manera en que discrimina por ejemplo
en contra de los residentes en áreas urbanas donde es Poco frecuente el consumo de bienes de propia
producción (autoconsumo), que obviamente escapan del impuesto al no pasar por el mercados ventaja
de que si disponen quienes habitan áreas rurales o los empleados de una empresa que pueden consumir
los productos que en ella se elaboran
Aun cuando este enfoque para analizar los aspectos de equidad del impuesto constituye una cuestión
generalmente aceptada por los especialistas, es preciso puntualizar que existe una corriente de
pensamiento liderada por el Prof. Milton Friedman de la denominada Escuela de Chicago, que
cuestiona la validez de las conclusiones presentadas, particularmente en lo que se refiere a la
inequidad vertical.
Una muy apretada síntesis de lo que al respecto sostiene mencionada Escuela consistiría en lo siguiente
los análisis usuales demuestran la regresividad del impuesto a partir de relacionar el monto del tributo
soportado en un período, con los ingresos percibidos por las familias clasificadas por niveles en ese
mismo lapso, los que indudablemente resultarían regresivos. Sin embargo resulta cuestionable -al decir
de esos autores comparar con un determinado período de tiempo y no con el flujo vitalicio del gasto,
pues las pautas de consumo dependen del promedio de ingresos de toda la vida y no del monto
percibido en un determinado Si por el contrario, la correlación se establece entre el impuesto y el
ingreso permanente o de toda la vida, la pauta de distribución de la carga tributaria sostienen- no
resulta regresiva ya que por ejemplo algunas personas solo pertenecen a la categoría de baja renta de
manera temporaria, de modo que resulta estrictamente proporcional.
Obviamente, aunque no puede dejar de desconocerse que si bien el enfoque es consistente en si mismo,
este al menos un amplio margen para la discusión y pueden no compartirse sus conclusiones, por caso
bajo el concepto de que los impuestos se afrontan con ingresos presentes, resultando por lo tanto
irrelevante la consideración de los ingresos de toda la vida
Por otra parte, y en el mismo orden de ideas, relacionado con los efectos del impuesto sobre la equidad,
cabe destacar como una de las ventajas que presenta un tributo destinado a incidir sobre el universo
total de bienes y servicios de consumo de la economía deriva del hecho de que no discrimine en los
consumidores según sus preferencia.
iv. Flexibilidad
Otro de los aspectos que deben abordarse, cuando se describen los efectos económicos principales de
los impuestos, se refiere al comportamiento de sus recaudaciones frente a las variaciones nominales en
el ingreso nacional, es decir lo que se refiere a la flexibilidad del tributo y su característica de
estabilizador automático del ciclo.
Sobre el particular, puede mencionarse en primer lugar que debido a la proporcionalidad de sus
alícuotas, necesariamente los impuestos generales a las ventas son en principio, menos flexibles que el
impuesto personal al gasto que como se sabe incorpora elementos de progresividad tanto debido a la
conformación de las tasas legales -crecientes conforme el nivel de gasto- cuanto por los mínimos
imponibles o en términos generales, las deducciones permitidas que conforman su estructura, según se
viera.
Por otra parte, la circunstancia de que la base del tributo -el consumo no cambia en la coyuntura
económica con la misma velocidad que lo hace el ingreso hace del tributo un instrumento de menor
flexibilidad. Dicho de oto modo, puede afirmarse que no siendo precisamente la variable
macroeconómica Incidida por el gravamen al consumo-la que p. Ej. En un período expansión del ciclo
económico crece simultáneamente con el producto, no es de esperar que sus recaudaciones acompañen
las fluctuaciones del nivel de actividad económica y que se reflejen en las fluctuaciones observables en
la variable renta o producto.
La utilización de la imposición indirecta -y dentro de ella de los impuestos a las ventas como manera
de gravar los consumo, supone el mecanismo de percutir en quienes venden bienes y vicios para que
vía ajuste de precios a través del mecanismo de la traslación hacia delante, el impuesto incida
finalmente en los compradores, quienes en consecuencia habrán de revesa carácter de contribuyentes
de hecho
Con tal propósito, es posible definir como responsable del pago efectivo ante al organismo fiscal
(contribuyente de derecho), a los diferentes intervinientes en el proceso de producción y
comercialización de bienes y servicios, presentándose en consecuencia, distintas alternativas o
modalidades para la instrumentación de un impuesto general a las ventas, que resultan de considerar la
o las fases del circuito de producción y comercialización de bienes y servicios, que se definen como
etapa gravada. A tal efecto y bajo una presentación un tanto simplificada de los sectores que
intervienen, es posible elegir entre la posibilidad de gravar las ventas de los fabricantes, de los
mayoristas, de los minoristas o bien de todos los intervinientes en el circuito según se verá más
adelante.
Dentro de esto últimos se encuentran los gravámenes que alcanzan a las ventas de los fabricantes, o de
los mayoristas, (o distribuidores), o de los minoristas, mientras que en la categoría de impuestos
plurifásicos están comprendidos a su vez, aquellos tributos que por aplicarse sobre el precio de venta
de todas y anda una de las sucesivas transacciones por las que atraviesa el producto, hasta llegar al
consumidor final pueden ser acumulativos, variante que suele denominarse a las transacciones o bien
no acumulativos. Estos últimos los no acumulativos- se caracterizan por gravar la diferencia entre el
precio de venta y el valor de las compras de insumos que se suponen alcanzadas por el gravamen en
etapas anteriores-, principio en que se sustenta el impuesto al valor agregado.
Desde otro punto de vista y al margen de las categorías presentadas, cabe a su vez referir a la
posibilidad de definir como responsable del tributo a todo aquel que efectué transacciones con
consumidores finales, en cuyo caso se está en presencia de un impuesto a las ventas al por menor en el
que puede resultar contribuyente -además de los minoristas, obviamente por ejemplo un fabricante o un
distribuidor exclusivamente por las operaciones que realice directamente al publico a través de sus
locales de venta directa habilitados al efecto.
Equivalencia de alícuotas
Una cuestión que merece citarse, cuando se presentan las diferentes modalidades de los impuestos
generales a las ventas, se refiere a lo que suele presentarse como el problema o dilema de la
equivalencia de alicuotas, que hace referencia al hecho de que un determinado monto de recaudación,
puede alternativamente ser obtenida con cualquiera de las formas o modalidades que puede asumir un
impuesto a las ventas, a condicion de que se determine el nivel adecuado de la alícuota o tasa legal y
las bases imponibles.
El procedimiento se deduce muy fácilmente a partir de una conocida relación, que precisa que la
recaudación de un impuesto es igual al producto de la Base Imponible multiplicada por la respectiva
alícuota, por lo que es posible encontrar la alícuota que permitirá obtener un determinado monto de
recaudación, mediante el cociente entre dicho monto y la respectiva base imponible, que será igual al
monto total de las ventas de la etapa respectiva, si se optara por un impuesto monofásico, a la suma de
todas las ventas en sus diferentes etapas, si se optara por un impuesto a las transacciones, por ejemplo:
Asi:
Si RO=Bi x Ti Donde:
RO es la Recaudación Objetivo que se procura lograr con un impuesto general a las ventas y Bi el
monto de las ventas de todos los minoristas
El nivel de la tasa (o alícuota) legal (Y) que permitirá obtener la recaudación RO, gravando las ventas de
los minoristas resultará:
Al respecto cabe recordar que el ingreso o renta real (en oposición a nominal de las personas puede
cambiar ya sea ante una variación en el ingreso disponible o porque resulte alterado el precio de los
bienes que adquieren. Con el propósito de presentar el papel de los diferentes impuestos en la
conformación del nivel de renta real puede escribirse
RRD = (Y-Ty)/(P+Ts)
Donde
RRD: es la renta real disponible Y: son los ingresos percibidos por la persona; Del impuesto sobre los
ingresos; P: el precio de los bienes (al costo de factores), y T, el impuesto a las ventas de dichos bienes
El mayor grado de aceptabilidad por parte de la comunidad, que se asigna a los impuestos a las ventas
con respecto a los que gravan los ingresos o renta, debe atribuirse al hecho de que los contribuyente
sufren de ilusión monetaria y ponen más atención al monto de los ingresos nominales de que disponen
(que se verán afectados por el impuesto a la renta) que el poder de compra efectivo de los mismos, que
en definitiva se encuentra determinado por los impuestos (sobre los bienes que se adquieren) que
igualmente se soportan pero que no se ven.
En consecuencia, resulta necesario considerar algunos obstáculos o distorsiones que pueden tener
lugar en la operación del impuesto y que en definitiva determinan una distribución de la carga
tributaria entre las personas, diferente a la pauta de consumo. En primer lugar debiera mencionar el
hecho de que frecuentemente las condiciones en que se desenvuelven los mercados, impiden la
traslación del gravamen o solo la posibilitan parcialmente, con lo cual todo o parte del impuesto
termina siendo soportado por el vendedor u oferente y no totalmente por los consumidores.
Al respecto, cabe mencionar que en estos impuestos existe la posibilidad de que el monto
correspondiente a cada transacción, se agregue por separado en la factura correspondiente es decir
mediante la técnica denominada de impuesto por fuera, modalidad que si bien en si misma no garantiza
la traslación, puede decirse que la estimula. Asimismo, los cambios en la demande de factores que se
pueden producir como consecuencia de la aplicación de un impuesto a las ventas producirán -a menos
que su oferta sea perfectamente elástica-cambios en sus precios con los consiguientes efectos
distributivos,
En definitiva, tanto un mercado de productos -donde impacta el impuesto que impida la traslación
total del gravamen a los precios, como ciertas condiciones que pueden darse en el mercado de
factores, constituyen obstáculos a la incidencia esperada de la carga tributaria de un impuesto a las
ventas. De verificarse tal circunstancia, la distribución final de la carga del impuesto entre las
personas resulta sólo en parte determinada por sus pautas de consumo.
i.El Efecto Desproporción
Existen otros tipos de distorsiones, propias de algunas modalidades de impuestos generales a las
ventas que producen efectos sobre los precios relativos de los bienes gravados. Dentro de ellas, deben
mencionarse las que se generan como consecuencia de que un mismo impuesto aplicado a dos bienes
de igual precio final de venta -antes del tributo- tendrá una incidencia diferente para cada uno de ellos,
en la medida en que las estructuras de la formación de los precios, a través de las diferentes etapas que
conforman la producción y comercialización, no resulten iguales.
En ese mismo orden de ideas debiera mencionarse la circunstancia de que, bajo ciertas condiciones, un
impuesto a las ventas que alcance también a los bienes de capital se distribuye entre las personas en
función del ahorro.
En efecto, supuesto dos bienes que se producen y comercializan en tres etapas -fabricación, mayorista,
minorista- pero que difieren en las proposiciones de valor agregado en cada una de ellas, puede verse
que un impuesto al fabricante que permite una recaudación de $ 120.- producirá una distorsión en los
precios relativos de Los bienes, que no existiria si en su lugar se impone un gravamen a las ventas de
los minoristas o que será menor, si se reemplaza por un impuesto a los mayoristas
Producto A Producto B
insumo Valor Precio insumo Valor Precio
s s
agregad de agregad de
o ven o ven
ta ta
Fabricante 500 500 100 100
Mayorista 500 300 800 100 300 400
Minorista 800 100 900 400 500 900
Por el contrario, si se tratara de un impuesto al minorista a la tasa del 6,66% los resultados serían:
Con similar procedimiento, puede cuantificarse la distorsión que sobrevendría por la aplicación de un
impuesto a las ventas del mayorista, mientras que sería nulo en relación a este efecto, si se aplicara un
impuesto al valor Agregado, por ejemplo. Como la distorsión se refleja en magnitudes o proporciones
diferentes de la carga de gravamen, en relación al respectivo precio final del bien, es que puede
denominársele EfectoDesproporción
Otra fuente de distorsión en los impuestos a las ventas está dada por el denominado Efecto
Piramidación. Utilizando los datos del caso anterior, puede determinarse el monto del citado efecto
resultante de aplicar un impuesto al fabricante, pero suponiendo una pauta para la formación de los
precios en la que cada interviniente en el proceso de producción y comercialización, determina su valor
agregado utilizando la técnica de aplicar márgenes predeterminados de utilidad técnica del mark up.
sobre costos que incluyen impuestos de etapas anteriores, supuesto básico en que reposa el concepto y
que en definitiva da como resultados que tengan lugar aumento de precios superiores a los impuestos
recaudados.
Donde resulta que mientras el impuesto recaudado es $ 100 el precio del producto se incrementa en $
1801080900 es decir existe una parte del incremento no explicada por el impuesto igual a $ 80, que a su
vez se corresponde con el incremento en el valor agregado de las dos etapas sucesivas a la aplicación
del gravamen ($ 60 en el caso del mayorista y $ 20 en el minorista), con respecto a lo que acontecía en
la situación previa al impuesto.
En el caso de que el impuesto hubiera sido aplicado en la etapa del minorista, las referidas
diferencias observables entre el valor agregado de cada interviniente, antes y después de aplicado
el gravamen, no hubieran existido ya que no habría quien tenga la posibilidad de "marcar o ganar
sobre el impuesto de la etapa anterior.
Como se dijo, un supuesto esencial en la definición del principio, es el que se refiere a la técnica de
narcación que utilizan los distintos intervinientes en el proceso, práctica comercial que es puesta en
dudas por no pocos especialistas, bajo el razonamiento de que lo más probable que ocurra en el mundo
real que el empresario se fije como objetivo obtener como ganancia un porcentaje determinado sobre
el capital invertido en la actividad, no podría perdurar en el mediano o largo plazo, sino en el corto
plazo, ya que la aparición de nuevas empresas atraidas por la mayor tasa de ganancia, terminaría por
neutralizar el exceso de rentabilidad resultante.
Otros enfoques cuestionan la validez del análisis en que se sustenta la teoria de la Piramidacion, a
contradicción implica agregado partir de su propia inconsistencia y que se refiere a la contradicción que
implica su conclusión, en llegar a generación da el sentido de que un aumento de impuestos puede
llegar a generar mayor valor agregado y un incremento en la riqueza generada por la actividad
económica. Tal situación podria darse solo en el caso de existir un proceso de sobre traslación del
tributo (el precio aumenta más que el impuesto) lo que supone condiciones de muy baja o nula
elasticidad de la demanda.
De tal modo, no resulta razonable pensar que en la aplicación del impuesto, lo que genere el
escenario necesario para que tenga lugar un proceso de traslación de las caracteristicas señaladas.
Cabe entonces preguntarse cómo es que el empresario, racionalmente cuando, no descubrió antes de
que se impusiera el tributo, que enfrenta una demanda inelástica que le posibilitaba vender mas caro y
tener aumentada su tasa de ganancia?
De cualquier modo, cualquiera sea la ponderación que pueda adjudicarse a los argumentos
precedentes, puede concluirse en que no puede descartarse totalmente que bajo determinadas
circunstancias, es posible que un impuesto a las ventas genere el efecto Piramidación, aunque en tal
caso debe reconocerse que su subsistencia dificilmente puede trascender el corto plazo.
En ese orden de cosas, debiera precisarse que en tanto y en cuanto la técnica tributaria escogida sea la
de facturar el impuesto por separado o por fuera es bastante probable que aún bajo la práctica del mark-
up, el efecto no se verifique. En este tipo de razonamiento se fundamenta la opinión sustentada por
algunos, de que el Impuesto al Valor Agregado no presenta el efecto Piramidación
Es frecuente que al presentar los efectos distorsivos de los impuestos a las ventas, se haga referencia al
efecto Acumulación, que es el resultado que se produce cuando para determinar el monto de un
impuesto, se aplica la alicuota sobre una base imponible, que incluye conceptos ya grabados en
transacciones o etapas anteriores e incluso el propio impuesto forma parte de la base imponible y por
consiguiente la repetición de bases e impuestos, leva a un mayor recaudadón
A modo de ejemplo, y con los datos ya presentados, un impuesto a las transacciones a la tasa del 5%
que habitualmente se facturara por fuera, daría como resultado
Donde queda en evidencia que al determinar el impuesto correspondiente a la etapa del mayorista -por
ejemplo, la base imponible estuvo conformada de la siguiente manera:
500 ya grabados anteriormente 25 impuestos
anteriores
300 valor agregado o base no gravada anteriormente.
A partir de lo cual se concluye que en esta segunda etapa se obtuvo una mayor recaudación de S AS,
con motivo de haberse aplicado acumulativamente e impuesto del 20% sobre una base que incluye $
525 reiterados en esta segunda etapa. En relación este aspecto debiera remarcarse entonces, que en
esencia se trata de un problema de recaudación, lo que en si mismo, desde el Punto de vista económico,
no tiene mayor trascendencia al no causar distorsiones en los precios relativos.
Finalmente, otra de las cuestiones trascendentes que merece ser considerada al momento de analizar
las distorsiones o efectos no deseados sobre los precios relativos, que suelen presentarse en la
aplicación de los impuestos generales a las ventas, se refiere a las soluciones que la técnica tributaria
propone con el propósito de metalizar su regresividad, que constituye uno de sus aspectos más
cuestionables
De modo que en relación a este punto, puede afirmarse que en el diseño del impuesto un problema
importante a resolver constituye la necesidad de compatibilizar el requisito de generalidad y eficiencia
que seria deseable en el tributo, con la necesidad de atemperar del mejor modo posible su inequidad en
el sentido vertical
Debe mencionarse que existe un método alternativo para atender el problema de la regresividad del
impuesto; consiste en permitir un crédito contra el impuesto a la renta.
Si se tiene presente que la estructura ideal de un impuesto a las ventas, es la que permite distribuir el
costo de la carga fiscal entre las personas en función a su pauta de gastos, se concluye que el
gravamen debe incidir exclusivamente sobre el precio de los bienes de consumo final. Sin embargo
en la práctica es frecuente encontrar situaciones en las que queden comprendidos por el impuesto, las
ventas de bienes de capital y de algunos insumos de la producción excluyendose a otros.
Las razones por las que se incurre en esta suerte de desnaturalización de los propósitos del gravamen
pueden ser variadas entre ellas debe mencionarse a una cuestión meramente recaudadora dada por los
mayores ingresos fiscales que reporta un determinado nivel de alícuotas al aplicarse sobre una base
imponible mayor, o visto de otra manera, mantener un nivel dado de recaudación, excluyendo los
bienes de capital requerirá de una elevación en el nivel de alicuotas, medida que los gobernantes no
están dispuestos a tomar sino ante circunstancias de excepción por el costo politico que conlleva.
En otro orden de cosas, debe puntualizar que la exclusión de los bienes intermedios, en general, de la
base del impuesto puede llegar a presentar ciertas complicaciones administrativas, ante la circunstancia
de que en algunos casos no reside en la naturaleza misma del bien su condición de ser un bien de
capital o insumo del proceso productivo, sino que dependiendo de quien lo adquiera, pueda tener el
destino de un bien de consumo final. Tal el caso por E. de la adquisición de una lámpara eléctrica, que
puede ser usada para iluminar una vivienda o para suministrar calor en una incubadora de un
establecimiento avicola y lo propio aconteceria con la compra de una computadora personal o de sus
insumos que como
se sabe, es susceptible de los más variados usos o afectaciones
Algunas legislaciones que aplican impuesto a las ventas en las etapas finales admiten que la
transacción efectuada por el comprador de un bien o servicio a ser destinado como insumo de una
actividad economica o Como resultado de la politica de dejar comprendido dentro de la base del
Impuesto a los bienes de capital, se producen importantes distorsiones que es necesario señalar; entre
ellas se destaca la alteración en el precio relativo de los factores de la producción, al encarecerse el
capital con relación a la mano de obra, con el consecuente cambio en la combinación escogida y el
exceso de carga consiguiente.
El analisis supone lógicamente la existencia de un cierto grado de sustituibilidad entre factores equipos
por mano de obra) que en algunas actividades es menos probable que en otras, tal el caso por ejemplo
de la construcción de edificios en que puede estimarse reducido o en el montaje de automóviles, donde
la utilización de robots es cada vez más frecuente.
En segundo lugar debe mencionarse que bajo ciertas condiciones del mercado, al gravarse los bienes de
capital, la incidencia del impuesto sobre el precio de los bienes y servicios de consumo final, va a estar
en función de cuan intensita capital sea la industria que los produce, con la consecuente distorsión en
los precios relativos y la imposibilidad de precisar el impacto final del Impuesto
Finalmente y además de los efectos negativos sobre la inversión, que puedan sobrevenir por un
aumento en el precio de los bienes de capital como consecuencia del impuesto, debe también
mencionar que las empresas encontraron un incentivo a elaborar sus propios bienes de producción ya
que de esa manera por lo menos una parte de la inversión el valor agregado por la firma a producirlos-
quëdará al margen de la imposición
Atendiendo a las características de los tributos que se analizan, la inclusión de los servicios dentro de
su ámbito de aplicación aparece como una necesidad ineludible, particularmente cuando se analizan
las cuestiones relacionadas con los efectos económicos del impuesto, bajo las mismas consideraciones
que se efectuaron al tratar la cuestión de la generalidad del tributo. Es decir, la necesidad de evitar que
el tributo provoque distorsiones en los precios relativos.
proceso productivo resulte liberada de la carga impositiva correspondiente ante la presentación al
proveedor de un certificado o constancia de inscripción en el gravamen.
Desde otro punto de vista, cuestiones asociadas con el rendimiento rectuatorio del gravamen apuntan
a fundamentar la conveniencia de dejar comprendidos en el impuesto, no solo a los bienes de
consumo sino también a los servicios. De tal modo al quedar ampliada la base gravable se hará
posible una mayor recaudación, sin tener que disponer de aumentos en la alicuota aplicable.
Una no menos importante consideración relativa a la equidad, permite sostener argumentos en favor de
la inclusión de los servicios dentro del ámbito de aplicación de los impuestos generales a las ventas. En
efecto, no resulta arriesgado afirmar que una proporción bastante significativa de los servicios
consumidos por la población, son demandados por los sectores de medianos y altos ingresos, por lo
que se tiene que su inclusión en el ámbito del impuesto contribuirá a conformar una estructura
tributaria menos regresiva. Tal seria el caso por ejemplo, de los viajes al exterior o de los seguros sobre
la vida o bienes y, en alguna medida también, del servicio de Internet
No obstante lo señalado, debe advertirse que atento a que se presentan dificultades para incorporar
estas prestaciones en el objeto del impuesto, no se recomienda una cobertura muy generalizada para
los servicios dentro de la estructura del gravamen, sino más bien alcanzar algunos especificamente
seleccionados en virtud de las características del oferente, distinguiendo entre la situaciacion que se
presenta cuando lo suministra una empresa, de cuando se trata de prestadores individuales, en razon de
las diferencias en las posibilidades de control que se presentan en cada caso.
Otro tipo de razones que justifican la exclusión de ciertos servicios del ámbito del impuesto, además
de la dificultades de las de carácter puramente administrativo que impiden un eficaz control, como
sucede por ejemplo en el servicio de babysitter, o de servicios profesionales independientes, que
pueden fundamentarse en objetivos de politica social y que refieren a conveniencia de eximir a las
prestaciones relativas a la atención a la salud (servicios médicos, odontológicos, de prácticas médicas
en general, etc.).
Uno de los problemas que se pueden presentar con las exclusiones, tiene lugar cuando la prestación
exenta constituye un servicio complementario de una operación gravada, en cuyo caso suele optar por
someter a gravamen el importe total de la operación, como suele ocurrir cuando no están incluidos
dentro del hecho imponible, por ejemplo los servicios financieros, en el caso de la venta de un bien
efectuada a plazos, In ley del tributo establece que los intereses de financiación forman parte del
precio gravado.
Una caracteristica de los servicios es que en ellos se presenta con mayor frecuencia que en el cado de
los bienes, la posibilidad de que el consumidor sustituya la provisión a través de terceros por la
producción Propia (autoconsumo) y por lo tanto al margen de los mecanismos del mercado y
obviamente evitando el tributo.
Precisar las características principales de cada una de las modalidades de los impuestos a las ventas,
supone puntualizar las ventajas y desventajas de cada una de ellas y en tal sentido es que deben
mencionarse como una de las cualidades más destacables del impuesto aplicado a nivel del fabricante,
la que se refiere a los aspectos de administración tributaria. En efecto, si se considera que los sujetos
pasivos de esta modalidad del impuesto, son las empresas que producen bienes y servicios y que éstas
representan un menor número que las que se dedican a la comercialización por ejemplo, surge con
nitidez una considerable ventaja tanto en términos de esfuerzos para el fisco, como de los costos de
cumplimiento por parte del sector privado globalmente considerado.
Esta caracteristica del sector fabricante de la economía, que deviene en una menor afectación de los
recursos a las tareas cobro del impuesto, se da en ciertas ramas de la actividad económica -por.
Ej. la industria automotriz-, de modo simultáneo con una concentración en un grupo relativamente
pequeño de empresas que facturan una parte considerable de las ventas manufactureras, con lo cual las
ventajas administrativas resultan aun mayores. En ese mismo orden de ideas, debe también
puntualizarse que la labor fiscalizadora del organismo de recaudación, se facilita cuando la
organización administrativo-contable del contribuyente resulta satisfactoria, condición esta que es de
esperar sea más frecuente que en el caso de que los contribuyentes sean minoristas pequeños. Es otra
ventaja de esta modalidad del impuesto.
A su vez corresponde señalar como una importante desventaja del impuesto a los fabricantes la ya
explicada distorsiona los precios relativos de los bienes gravados que tiene lugar cuando la estructura
de formación de éstos valores agregados por etapas- no resulte similar (el denominado efecto
Desproporción). Igual consideración debe hacerse respecto del efecto Piramidación, end marco de las
restricciones oportunamente apuntadas al respecto atento a que como ya se señalara, las posibilidades
de que el mismo se verifique dependerá de que con posterioridad a la aplicación del impuesto se
realicen transacciones con el bien gravado, cuyo número a su vez, determinará su magnitud.
El impuesto tampoco puede considerarse neutro respecto del comercio exterior, antes bien, cabe
atribuir al mismo un marcado sesgo antiexportador y proimportador. Lo primero tiene lugar, como
consecuencia de que la aplicación de los mecanismos denominados de ajustes de frontera con el
propósito de neutralizar los efectos del tributo sobre el precio de los bienes para competir en el resto
del mundo, requiere del cómputo preciso del monto de la carga impositiva que hubiese soportado el
bien exportable, calculo que se dificulta cuando se verifican los efectos a que se refieren los párrafos
precedente
Por otra parte, como consecuencia del tributo, puede advertirse que los productos nacionales quedan
en desventaja frente a los importados, que por no haber transcurrido su etapa manufacturera en el pais,
resultan no comprendidos por el impuesto, a menos que opte por incluir como hecho imponible
también a la importación de bienes, con lo cual e tributo pasa a ser un "hibrido además de las
dificultades de aplicar alicuotas deequiparación.
En lo que respecta a los efectos del impuesto a las ventas a nivel del fabricante sobre las decisiones
relativas a la organización empresarial, es de esperar que el tributo provoque algún incentivo a la
desintegración vertical de las empresas, como alternativa para disminuir la base imponible
transfiriendo valor agregado a la etapa siguiente -distribución-no comprendida por el impuesto. Se
suelen crear con tal propósito empresas paralelas pertenecientes al mismo grupo económico que se
encargan de la promoción y distribución del producto.
En algún sentido puede decirse que el impuesto a las ventas de los minoristas, presenta características
opuestas a las señaladas para el caso del gravamen a los fabricantes. En ello se concluye cuando se
consideran los efectos sobre la estructura de precios relativos de los bienes como es el efecto
Desprecio, el que constituye una característica indeseable de los impuestos a los fabricantes y que no
tiene significación, cuando el gravamen se aplica en la última etapa de la cadena de comercialización
de bienes
Surge asi una nada despreciable ventaja en favor de los impuestos a los minoristas desde el punto de
vista económico, tanto por el lado de sus consecuencias respecto del exceso de carga que generar como
en lo que respecta a la posibilidad de precisar su incidencia en los precios que presentan
De la misma manera, un impuesto a las ventas de los minoristas puede decirse que ne discrimina en
favor de los productos importados el tributo e aplica en el momento en que los consumidores finales
adquieren el producto, impactando asi por igual a los de origen nacional como a los de procedencia
extranjera- Similares consideraciones resultan pertinentes, al momento de evaluar los efectos del
gravamen sobre los productos de radiación, sobre los cuales el impuesto se supone en principio no ha
incidido al momento de convenir su transacción con el comprador del resto del mundo
Pero aún en el caso de que el bien objeto de la exportación ya hubiere soportado el impacto del
impuesto, debe recordarse que los mecanismos de reintegros impositivos que se instrumentan con el
propósito de devolver al exportador, el monto de los tributos que están formando parte del precio de los
bienes, resultan notoriamente más eficaces cuando puede precisarse la incidencia del impuesto sobre
los precios y por ende el monto a reintegrar. En ese sentido, impuesto acá tratado presenta también
evidentes ventajas ante la circunstancia ya mencionada de que la ausencia de efectos distorsivos en la
operación del gravamen, hace posible cuantificar su incidencia.
En otro orden de cosas debe puntualizar que el gravamen resulta neutro respecto de las decisiones
relativas a la organización de las empresas en el sentido de que no es de esperar que de alguna
manera incentive su integración o desintegración como manera de reducir o eludir la carga
impositiva.
Finalmente, en lo que se refiere a los aspectos administrativos, también puede decirse que las
características del impuesto a las ventas del minorista resultan de algún modo opuestas a las que
presenta el gravamen aplicado a nivel de los fabricantes. En ese sentido, este último presenta
importantes ventajas traducidas en menores costos de recaudación debido al reducido número de
contribuyentes, mientras que el impuesto a los minoristas al depender su recaudación de un numero
relativamente grande de contribuyentes que, en promedio, es de esperar cuenten con una organización
administrativo-contable de menor nivel que la de los fabricantes, tienen daras desventajas; ello sin
desconocer las tendencias actuales hacia la concentración en grandes cadenas de ventas -nacionales o
incluso internacionales- la comercialización de bienes de consumo
Las posibilidades de evasión que ofrece el impuesto, puede estimarse en consecuencia mayores; sin
embargo tal situación aparentemente no reviste una importancia considerable en paises donde la
conciencia tributaria de los ciudadanos parece más consolidada. De esta manera se explica la
considerable difusión de esta modalidad del impuesto en ciertos países desarrollados.
Cuando se define como objeto del Impuesto a las ventas, las operaciones o transacciones económicas de
todas las etapas intervinientes en el proceso de producción y comercialización de bienes y se cuantifica
la base imponible por su monto bruto, sin deducción alguna por las compras de insumos gravados
efectuadas en etapas anteriores, el gravamen resultante adopta las caracteristicas de un tributo
plurifásico y acumulativo. Su denominación como Impuesto a Transacciones o en cascada, como suele
llamarse, obedece a esas caracteristicas. las
Presenta también esta modalidad del impuesto además del efecto Piramidación, el mismo tipo de
distorsion sobre los precios relativos que se señalara para el caso del gravamen a los fabricantes- efecto
Desproporción- pero probablemente en una magnitud menor que en aquel para igual recaudación un
impuesto a las transacciones producira inevitablemente un aliciente a la integración vertical de las
empresas, las que al fusionar las diferentes unidades económicas de producción y comercialización
convertir sin una o más transacciones externas a la empresa, en operaciones internas que obviamente
escapan del impuesto, lo que puede considerarse una ventaja desventajas del mismo segun se mire o
una
En efecto, tal característica del impuesto constituye una ventaja en tanto y en cuanto se adviertan
ahorros de costos, por la presencia de economia de escala -por un mejor aprovechamiento de los
recursos administrativos por ejemplo en una determinada actividad económica, como consecuencia
de una decisión de integrarse verticalmente, incorporando todas las etapas del proceso producción y
comercialización bajo una misma organización empresarial
Por el contrario, si se atiende a cierta tendencias que se observan en determinadas ramas de la actividad
económica, en las que en la búsqueda de mejorar la eficiencia y de disminución de estos adoptan
politicas de tercerización derivación en otras empresas, alguna parte del proceso productivo o la
prestación de determinados servicios -como el control de personal o la logistica de insumos hasta ese
momento desempeñados por un departamento interno a la misma, las que resultaran desalentadas,
puede considerarse no deseable el efecto del tributo en lo que esta cuestiónrespecta
El sesgo anti-exportador que ya se mencionara para el caso de los impuestos a los fabricantes, aparece
igualmente en el caso del impuesto a las transacciones, esto es, aumentando los precios y
disminuyendo la posibilidad de competir internacionalmente, con el agravante de que cuando se
pretende neutralizarlo mediante los mecanismos de reintegros a la exportación las dificultades que se
presentan en el momento de la cuantificacion de la carga fiscal se tornan poco menos que insalvables
como consecuencia de la serie de efectos distorsivos que les son propios y que impiden establecer su
total su incidencia.
Puede demostrase que el efecto distorsivo que se comenta es mayor en el caso del impuesto a los
fabricantes que si se tratara de un impuesto a los mayoristas, resultado nulo, como se vio, para el
gravamen de los minoristas. La distorsión de un impuesto a las transacciones puede vente como el
promedio ponderado de las que presentan cada una de esas tres modalidades, el que obviamente
resultar menor que la distorsión que produce el impuesto a los fabricantes.
Finalmente, en lo que respecta al rendimiento fiscal, debe hacerse notar que, dado el hechode que la
base imponible agregada de un impuesto a las transacciones es un multiplo del Producto Bruto,
resultando una magnitud considerablemente mayor que las correspondientes a las otras modalidades de
los impuestos a las ventas, de su aplicación pueden esperarse elevadas recaudaciones potenciales con
alicuotas relativamente moderadas, lo que de por si constituye una apreciable ventaja para el fisco.
Es la precisamente esa característica del gravamen -las bajas alícuotas- la que fundamenta la
sometidos a tributos más gravosos. En pocas palabras el incentivo por evadir resulta opinión de
algunos autores, en el sentido de que es de esperar que las motivaciones a la evasión por parte de los
contribuyentes resulten menores en relación a las que enfrentan quienes están sometidos a tributos
más gravosos. En pocas palabras el incentivo por evadir resulta relativamente pequeño frente al
riesgo que, se supone, implica tal actitud
Capitulo 11
INTRODUCCIÓN
En los capítulos anteriores, se analizaron las diferentes alternativas que se presentan para aplicar
gravámenes que consideran al consumo como manifestación de capacidad contributiva de los
individuos, y que en lugar de hacerlo por medio de la imposición directa, como ocurre en el caso del
Impuesto Personal al Gasto, se instrumenta través de tributos que gravan las ventas de bienes de
consumo y que se recaudan designado como contribuyentes de derecho a los intervinientes en el
proceso de producción y/o comercialización de mercancías y servicios, es decir mediante la tributación
indirecta.
Lo expuesto supone implícitamente una traslación plena del impuesto hacia adelante, de modo que
sea el consumidor final quien soporte el gravamen, hecho que no siempre sucede como se analizó en
el capítulo correspondiente a Incidencia de los tributos. Sin embargo, ello no ha sido obstáculo para
que los impuestos indirectos al consumo asuman cada vez más importancia dentro del sistema
tributario de determinados países. Son un impuestos de tipo real, ya que no tienen en cuenta las
condiciones del sujeto pasivo.
Asimismo, se observaba que existen distintas modalidades para aplicar gravámenes sobre las ventas,
resultando posible distinguir básicamente entre los impuestos de una sola fase de aquellos otros que
por alcanzar más de una etapa de la cadena de transacciones se conocen como multifásicos. En esta
última categoría, quedan comprendidos tanto el impuesto a las transacciones -o en cascada como
también se los suele denominar- caracterizado por gravar acumulativamente todas las fases del
proceso productivo, tomando como base imponible por lo general el precio de venta, como la
alternativa de gravar sólo el valor agregado en cada etapa del proceso productivo.
Es el caso del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se analizará seguidamente y cuyo origen se
remota hacia el año 1918, cuando el industrial Von Siemens propuso a las autoridades alemanas
reemplazar el impuesto en cascada que se aplicaba entonces, por un gravamen no acumulativo o al
valor agregado. Desde ese entonces, han sido intensas las discusiones y aplicaciones prácticas del
impuesto que en la actualidad tiene una amplia utilización en numerosos países. Así el IVA constituye
el eje central del sistema tributario de las naciones que conforman actualmente la Unión Europea y de
otros procesos de integración, como sucede en Latinoamérica donde sus países miembros lo han ido
adoptando en su estructura impositiva, aumentando su importancia como fuente de recurso. Así por
ejemplo en la República Argentina la recaudación del IVA en el ejercicio fiscal 2002 representaba el
30,2 % de los recursos tributarios, incluidos los provenientes de la seguridad social, mientras que en
años anteriores con una recaudación entre 15 y 17 mil millones de pesos/dólares representaba el 38
% y casi un 6% del PBI, lo que muestra la importancia y significación de este gravamen en el
sistema impositivo argentino actual.
La base imponible del IVA, es el valor añadido en las distintas fases del proceso productivo, que
conforme los conceptos propios de las Cuentas Nacionales, el valor agregado por una unidad
económica se puede medir por la diferencia entre el valor de la producción de la empresa industrial -o
el importe de las venta de sus productos en el caso de un comercio- y el monto de los insumos
utilizados en la elaboración del bien, el que comprende las erogaciones por las materias primas, los
bienes intermedios y los servicios adquiridos a terceros etc.
En un caso simple, un diarero que compra sus periódicos a $ 0.50 y los vende a $ 1.00 ha tenido un
valor agregado de $ 0.50. En una empresa, el proceso es más complejo e intervienen distintos factores
de la producción y donde debe tenerse en cuenta que no todo lo que se produce pudo haber vendido y
que la totalidad de los insumos comprados no necesariamente pudieron haberse utilizado. En otras
palabras, si se atiene estrictamente al concepto económico de valor agregado, se puede escribir la
siguiente expresión:
VAB = Px y-Σ (qi x pi)
Dónde: VAB= Valor agregado bruto en el proceso productivo con una función de producción dada.
Otra forma de obtener el valor agregado, es a través de la suma de las retribuciones de los factores que
forman parte del proceso productivo, que corresponden a la remuneraciones a los obreros y empleados
es decir los salarios, el beneficio empresarial, los honorarios a los profesionales con relación de
dependencia y la retribución al capital, sea a través de intereses o la renta al propietario de la tierra.
VAB=B+wxL + (r+d) x K
r = Retribución al capital
El Impuesto al Valor Agregado, persigue como objetivo hacer recae la carga del tributo en el
consumidor final de bienes y servicios, mediante el procedimiento de recaudar el gravamen, tomando
como base imponible el valor añadido en cada una de las etapas que conforman la cadena de
producción y no el precio de venta como sucede con otros gravámenes a las ventas, vistos con
anterioridad. Así en el caso simple de un agricultor que vende trigo al molino, el que a su vez
comercializa con un mayorista la harina que produce, y que luego adquiere el panadero hasta llegar al
consumidor en la forma de un bien final, se observa que cada uno de ellos ha ido agregando valor a
través de las sucesivas etapas, conforme puede verse en el siguiente ejemplo:
En este simple esquema, de aplicarse un Impuesto al Valor Agregado con una alícuota del 10%, en cada
una de las primeras tres etapas, cada uno de los agentes económicos tributará $ 0,50 y en la ultima el
minorista deberá ingresar al fisco, la suma de $ 1, totalizando una recaudación de $ 2,50.
Además, puede observarse que si se hubiese aplicado un gravamen exclusivamente sobre el valor de las
ventas del minorista, tomando como base el precio de venta al consumidor final, la recaudación total
también hubiese sido de $ 2,50, de mantenerse la alícuota en el 10%.
Es por lo expuesto, que frecuentemente se suele referir al IVA como un impuesto multietápico o
plurifásico, ya que su estructura reposa en toda la cadena de producción y comercialización donde cada
agente económico es un eslabón más de la recaudación. Aunque también algunos autores lo consideran
un impuesto en fase única -pues recae sobre el consumidor final- pero con múltiples puntos de
recaudación.2
Como se señalara, la determinación del valor agregado por una empresa, puede hacerse por dos vías
alternativas, una a partir de la diferencia resultante entre el valor de los bienes producidos y el importe
de los insumos utilizados en el proceso o también mediante la suma de las retribuciones a los
diferentes factores productivos intervinientes. En el primer caso, se está frente a una de las variantes
del denominado Método por Sustracción, mientras que en el segundo se obtiene la base imponible por
el Método de Adición.
A su vez, er. el método de Sustracción, se presenta la posibilidad de determinar la base imponible por
dos procedimientos alternativos. En el primero de ellos, se obtiene la base imponible por la diferencia
entre el valor de la producción y el de los insumos necesarios para obtenerla, y se denomina de
Sustracción Real, que se caracteriza fundamentalmente por requerir, el cómputo de las variaciones de
stocks tanto de productos como de insumos. El mismo responde a un concepto de naturaleza
económica, de valor agregado, ya que se basa en los mismos principios que en la metodología de las
Cuentas Nacionales y se lo conoce como el método del producto.
A continuación se analiza un caso simple, para apreciar los conceptos antes expuestos. Dados los
siguientes datos:
Determinada la base imponible, el monto del impuesto, es el que resultará de aplicar las alícuotas
legales. El principal motivo por el cual se adopta el sistema financiero, es el de su simplicidad al
momento de proceder al cálculo para su liquidación, pues evita el proceso de cómputo y control de las
existencias, pero además tiene algunas ventajas en el corto plazo, ya que puede suponerse que a lo
largo de la vida de la empresa las variaciones de existencias se compensan- desde el punto de vista de
las firmas y que derivan del hecho, que por el método real se estaría adelantando impuestos cor. los
consiguientes perjuicios o costos financieros para las firmas.
En efecto, siguiendo con el ejemplo anterior, por la aplicación del método real surge que las compras
de insumos gravadas fueron de $ 200, por lo que se pagó el correspondiente tributo al adquirirlas, pero
solo se permite deducir materias primas por $ 160, que fueron las efectivamente utilizadas en el año, y
lo mismo ocurre por el lado de la producción ya que si bien se produjeron $ 500,- solo se hicieron
ventas por $ 400.- con lo cual se deberá tributar por un monto superior al que se recuperará de los
clientes.
Como se viera en los capítulos anteriores, un problema particular que debe abordar el legislador en
el diseño de un impuesto destinado a gravar las ventas, es el referido al tratamiento a las
transacciones con bienes de capital, debiendo reconocerse respecto del Impuesto al Valor Agregado,
que sobre el particular ofrece algunas alternativas de solución que no se presentan los otras
modalidades de impuestos a las ventas..
A continuación, se analizan las diferentes posibilidades que ofrece la técnica del IVA para el
tratamiento de las adquisiciones en bienes de capital que realiza una empresa, aunque es oportuno
recordar que el objetivo del gravamen es alcanzar a los consumidores, aspecto que será profundizado
con posterioridad. Al respecto, Carl Shoup señala que hay tres formas alternativas en el tratamiento de
los bienes de inversión o bienes de capital en el caso de este impuesto.
Bajo esta modalidad, se permite deducir en el período de COMPRA, la totalidad el impuesto pagado
sobre los bienes de capital adquiridos. Como cada empresa, deduce la compra de bienes de capital, en
la práctica lo único que se está gravando' es el consumo, de allí que esta modalidad resulte equivalente
a un impuesto a las ventas minorista que exime del pago de impuesto al valor agregado, a los
productores de bienes de capital. En Argentina existía en la década del 80, lo que se podría denominar
un IVA tipo consumo atenuado, pues se permitía deducir el gravamen pagado por los bienes de capital,
pero en un plazo de tres años, lo cual ha sido corregido de modo que en la actualidad, se adopta un IVA
modalidad consumo que permite desgravar la carga impositiva por la compra de bienes de capital, del
mismo modo en que se procede con la adquisición de cualquier otro insumo.
Un ejemplo en el que se supone la compra una máquina por $ 50 y cuya vida útil es de 5 años aclarará el
concepto:
CONCEPTO IMPORTE
COMPRAS DE MATERIAS PRIMAS 50
DEPRECIACION MAQUINARIAS 10
SUELDOS, BENEFICIOS Y ALQUILERES 40
MONTO DE VENTAS 100
Se observa que el valor agregado neto de esta unidad económica es de $ 40, igual a la retribución
abonada a los diferentes factores de la producción. La base imponible del IVA tipo consumo -por el
método de sustracción financiera- teniendo en consideración que la empresa ha comprado un bien de
capital, por la suma de $ 50 será:
Este método permite recuperar en el ejercicio de compra, el IVA pagado por la maquinaria, de modo
que la base imponible en ese año, de acuerdo al ejemplo formulado, resultará igual a cero.
En estos casos, la justificación de haber incluido en el ámbito del impuesto la venta de los bienes
de inversión, es que instrumentado de ese modo, funciona como un mecanismo de control,
permitiéndose su deducción en el mismo período en que es comprado, porque el objetivo del
tributo no es gravar a este tipo de bienes sino los de consumo final.
En este caso, no se permite a las empresas deducir el IVA por compras de bienes de capital, por lo que
equivale a un impuesto a las ventas minoristas que grava tanto al productor de bienes de consumo
como de capital.
En el IVA tipo producto bruto , utilizando los mismos valores que el ejemplo anterior, se tendrá:
En esta última modalidad, se sostiene que se está penalizando la compra de bienes de capital y que a su
vez hay una doble imposición, porque además de gravarse los bienes de inversión en el momento en
que se adquieren, debe tenerse presente que en el valor agregado por la
empresa se compuța la depreciación de los bienes de uso, concepto éste que forma parte de los costos
de producción de la firma y que como tal se incluye en el precio de venta del bien final producido.
Desde el punto de vista económico, se deduce claramente que al permitirse solamente la deducción
del impuesto soportado por la compra de insumos, el precio del capital resultará incrementado en
K*t, donde es la alícuota del Impuesto al Valor agregado.
En la modalidad IVA tipo renta o renta neta, el impuesto pagado por la compra de bienes de capital no
se puede deducir en el momento de su adquisición, sino en la medida en que procede su depreciación,
es decir a lo largo de su vida útil, por lo que en el largo plazo equivale a un tipo consumo, aunque con
un menor recupero pues no se permite su actualización con una tasa que refleje la diferencia temporal.
Por ende en esta variante.se produce un efecto financiero, que incide en los costos de las empresas,
encareciendo de esa manera los bienes de capital aunque en una menor proporción que en el IVA tipo
producto Bruto.
La técnica tributaria del Impuesto al Valor Agregado, cuando se instrumenta bajo alguno de los sistemas
de sustracción precedente cntc presentados, ofrece diferentes alternativas en lo que refiere al proceso de
liquidación del impuesto, pudiendo distinguirse en tal sentido, la modalidad Base por Base y la
denominada Impuesto por Impuesto.
Así, bajo la modalidad Base por Base, el monto del impuesto resultará del producto de la alícuota
legal por el importe de la base imponible determinada por la diferencia entre los importes de las
Ventas Y de las Compras, -o de la Producción y de sus Insumos- según se trate de la aplicación del
método de sustracción financiera -o real-, computando o no las adquisiciones de bienes de capital
conforme la forma elegida.
De modo que, con los mismos datos anteriores el cálculo de un IVA por el sistema base por base, tipo
renta bruta, sustracción financiera, será:
= Ventas
C = Compras
Por su parte, cuando si se utiliza la técnica Impuesto por Impuesto, bajo la modalidad sustracción
financiera que resulta ser la más habitual, la obligación tributaria surge de multiplicar el monto de las
ventas por la respectiva tasa o alícuota, lo que da lugar a un Débito Fiscal, importe del que se restará el
Crédito Fiscal que es el resultado del producto del monto de las compras gravadas por la alícuota que
inciden sobre las mismas.
IVA = DF-CF,
Donde
Como se deduce de los ejemplos, no existirán diferencias entre la recaudación que se obtiene por uno u
otra modalidad, en el caso en que la alícuota que aplicara el proveedor de los insumos, resulta igual a la
que el contribuyente debe utilizar para la determinación del débito fiscal.
Se tendrá: V x tv . C x tc = (V-C) X t
Como una cuestión importante, cabe destacar que bajo esta modalidad, el débito fiscal de una etapa
constituye el crédito fiscal de la siguiente, con lo cual de aplicarse alícuotas menores en alguna de
ellas, las diferencias de tratamiento resultaran compensadas en la que sigue a través del proceso mismo
de liquidación, ya que una alícuota menor sobre un insumo implicará un menor crédito a deducir por su
adquirente, quien ante un monto de ventas dado -su débito fiscal- deberá afrontar una mayor carga.
En el caso extremo, en que todos los insumos de una actividad productiva, resultaran exentas del pago
del IVA, el empresario gravado por dicho gravamen, no obtendrá crédito fiscal alguno, por las
compras que efectúe, por lo que al determinar su obligación tributaria, quedarán acumulados los
valores agregados de todas las etapas anteriores. Dicho de otro modo, recuperará para el fisco el
monto del impuesto que no se recaudó en los valores agregados por las etapas anteriores, por hallarse
exentas.
Desde el punto de vista teórico, el IVA como todo impuesto a las ventas es un gravamen que para
mantenga su neutralidad sobre los precios relativos, debe instrumentarse bajo una condición de
generalidad, es decir aplicar -sin excepciones- a todos los sectores que intervienen en la producción o
comercialización de bienes y servicios, que es la circunstancia donde se operan todas las ventajas que
ofrece el gravamen. De allí que, estas facetas positivas que ofrece el impuesto resulten neutralizadas
cuando en su estructura se introducen mecanismos que impliquen excepciones al pago del tributo.
No obstante, puede observar que en la generalidad de las legislaciones de los países, se contemplan
exenciones en la instrumentación del IVA; así por ejemplo, en la Unión Europea se eximen del tributo,
entre otros rubros, las exportaciones, los servicios públicos postales y los servicios médicos y en caso
de Argentina puede advertirse que a través del tiempo en el marco de una política de generalización del
tributo que se ha venido desarrollando, la legislación ha ido reduciendo cada vez más el listado de
exenciones, resultando pertinente destacar que entre otras, las mismas han quedado limitadas a
conceptos como venta de libros; agua ordinaria, leche y pan a consumidores finales, el Estado y
comedores escolares; servicios prestados por el Estado; de enseñanza privada y a discapacitados;
asistencia sanitaria y paramédica contratada por Obras Sociales; taxímetros y remises; transporte
internacional de pasajeros; espectáculos artísticos, teatrales, musicales, cinematográficos, deportivos,
etc.; locación de inmuebles (excepto de reuniones y conferencias).
Las exenciones si bien pueden en ciertos casos justificarse por razones económicas, sociales o de
administración, se sostiene que introducen inequidades, así una empresa o profesional exento, no
cuenta con posibilidades de deducir el IVA soportado en la compra de sus insumos o alquiler de
servicios, con lo cual y a diferencia del contribuyente que desarrolla actividades gravadas, deberá
tomar el impuesto como un costo con todo lo que ello implica en relación a los efectos económicos del
impuesto, particularmente cuando la exención se realiza a una etapa intermedia en la cadena de
producción, en cuyo caso, la empresa proveedora del bien o servicio exento, tratará de trasladar el peso
del gravamen a las etapas posteriores, hallándose imposibilitado de hacer explicito el gravamen
soportado, por lo que formará parte de los costos en las etapas posteriores. Aunque también debe
mencionarse, que los sujetos exentos de pagar el impuesto cuentan con la ventaja de no incurrir en
costos de cumplimiento, además de que en el precio final de sus productos no habrá de incidir la
alicuota del IVA, que no siempre será trasladable.
Aun cuando, como se señalara, la condición de generalidad del impuesto es una de las cuestiones que
deberían preservarse en su instrumentación, tanto por razones económicas como de equidad, no puede
soslayarse la circunstancia de que la inclusión de determinados sectores de la actividad económica en el
ámbito de aplicación del gravamen, da lugar a la incorporación de numerosos contribuyentes que
dificultan su administración y control, tanto sea por su cantidad como por las características de su
organización contable-administrativa, resultando necesario en determinados casos, buscar soluciones a
través de ciertos mecanismos que ofrece la técnica tributaria del IVA, aspectos éstos que se analizan a
continuación.
Los Servicios
Aún cuando desde el punto de vista teórico, la inclusión de los servicios dentro del ámbito de
aplicación del impuesto no admite dudas, debe reconocerse que desde un enfoque práctico son
numerosas las controversias que se suscitan en torno a ello, atento a lo cuál resulta conveniente
diferenciar la situación que se presenta cuando las prestaciones constituyen insumos de actividades
productivas posteriores, de aquellos casos en son destinadas a consumidores finales.
En lo que respecta al primer caso, se suele proponer la solución práctica de gravar con el IVA sólo
aquellos servicios que, por constituir importantes insumos de un proceso productivo posterior -Vg. el
transporte o las comunicaciones en ciertas actividades económicas-, pueda establecerse que inciden
fuertemente en los precios de las mercaderías gravadas, de modo de evitar que toda la carga recaiga en
la actividad que los utiliza, como ocurriría en el caso en que estuviesen exentos del impuesto. En lo que
respecta a aquellos servicios que se prestan directamente al consumidor final, debe tenerse presente que
el no gravar determinadas prestaciones como por ejemplo las efectuadas por profesiones liberales, o de
los seguros, talleres, hoteles, etc. hace que, en la medida en sean utilizadas por los estratos de la
población de más elevado ingreso, el IVA se torne más regresivo.
En definitiva, se observa en general que las legislaciones adoptan la técnica de establecer que quedan
comprendidos en el hecho imponible, sólo las prestaciones incluidas en un listado específico
incorporado al texto de la ley o bien cuando se tratare de un servicio complementario a una operación
gravada, como suele ser el caso de los intereses de financiación correspondientes a la venta de bienes.
El Sector Agropecuario
Se sostiene que la aplicación del IVA a un sector caracterizado, tanto por el importante número de
unidades económicas como por la circunstancia de que el cumplimiento de las obligaciones del
tributo requiere del contribuyente una cierta organización administrativo- contable, que se estima
no muy frecuente en la actividad, ofrece dificultades tanto para el fisco como para el contribuyente.
Sumado a ello, no puede soslayarse el hecho de que -al menos en estos países- una porción
sustancial de su producción tiene como destino la exportación y como tal no debería gravarse para
evitar dificultades en la devolución por aplicación de los llamados ajustes en frontera.
De alli es que suele proponer la exclusión del sector primario del ámbito del IVA, con lo cual los
agricultores al no tener obligación tributaria o débito fiscal contra el cual imputar los tributos pagados
al adquirir sus insumos gravados, no podrán recuperar el impuesto incluido en el precio de los
agroquímicos fertilizantes, combustibles etc. que utilizan.
Dicho de otro modo, como consecuencia de la exención de un sector productivo que tiene insumos
gravados, se corta la cadena de débitos y créditos que constituye la mecánica del IVA, al quedar sin la
posibilidad el sector agropecuario, de imputar el importe de un crédito fiscal proveniente de una
compra gravada, con lo cual el impuesto abonado terminará formando parte del costo del adquirente,
perturbando así la naturaleza del impuesto.
Solución al caso del sector agropecuario mediante el sistema del Crédito Fiscal Presunto
Del total de ventas que realiza un agricultor, se presupone que un determinado porcentaje de las
mismas (Por Ejemplo el 20%), se considera que está constituida por insumos sobre el cual el agricultor
ha pagado el correspondiente IVA, mientras que el restante 80% constituye su valor agregado.
Conforme al mecanismo propuesto, el comprador de los productos agropecuarios no sólo debería pagar
al agricultor el precio de venta estipulado, sino que deberá añadir en su pago, el IVA presuntamente
abonado por el agricultor al adquirir sus insumos, importe por el cual obtendría Crédito Fiscal de no
hallarse exento.
Así, la situación del agricultor de no estar exento y sujeto a una alicuota de por ejemplo, el 5%, hubiese
sido:
concepto liquidación
ventas 100 DF: 5
insumos 20 CF: 1
Valor agregado 80 IVA 4
En el sistema propuesto por Cosciani, el comprador del producto agropecuario deberá abonar además
del precio convenido, el impuesto que el agricultor no pudo recuperar por hallarse exento, pero que
soportó durante la compra de insumos, que de acuerdo al ejemplo será
$100 + $1 = $ 101 y luego proceder a liquidar el IVA ingresando al fisco el impuesto correspondiente
al valor agregado del agricultor (los $ 4.-), cargando así con la obligación tributaria. Cuando proceda a
vender su producto podrá computar los $5.- como crédito fiscal.
El problema principal en esta alternativa propuesta por Cosciani, es la elección del valor presto de los
insumos utilizados por el agricultor que hayan pagado IVA -lo que constituye un elemento central en la
solución propuesta-, ya que de elegir un porcentaje alto que está por encima del verdadero valor, se
estaría subsidiado al sector, al devolver un impuesto que no ha pagado, o por el contrario si el
porcentaje es bajo se lo está penalizando. Por otra parte, los modos de producción no son homogéneos
y existen cultivos o actividades que requieren mayor cantidad de insumos gravados que otros. Todas las
críticas que pueden hacerse a este sistema se solucionarían dando oportunidad al contribuyente que se
considera perjudicado, que presente liquidación como uno más, siendo en este caso conveniente para el
Estado determinar un valor presunto bajo, de insumos gravados para evitar subsidios a algunos
productores.
El Comercio Minorista
Si bien el principio de generalidad en que se sustenta el gravamen, exige la inclusión de todos los
sectores de la actividad económica dentro del ámbito de aplicación del Impuesto al Valor Agregado,
debe reconocerse que dadas las características en que se desenvuelve el sector minorista, no resulta
sencilla su aplicación dados los numerosos contribuyentes que involucra y el insuficiente nivel de
organización administrativo-contable que en general, tienen los pequeños comerciantes.
Por otra parte, la dificultad de controlarlos no debería ser un justificativo para apartar al sector del
ámbito de aplicación del gravamen, sino más bien debería servir de incentivo al Estado para buscar su
perfeccionamiento en esta materia; y aún cuando se optare por su exclusión, se presentará el
inconveniente de superar la dificultad que supone definir adecuadamente, los conceptos de comercio
por mayor y comercio por menor, habida cuenta que de ambos deben quedar perfectamente
diferenciados en el texto de la ley.
Por otra parte, desde un punto de vista conceptual, la alternativa de excluir al sector, de la esfera de
aplicación de IVA en la etapa minorista, compromete la necesaria generalidad del tributo, concebida
como una solución a los problemas planteados, e implicará resignar uno de lo principales argumentos a
favor de este impuesto, que es el de la no alteración de los precios relativos.
Si se opta por la exención del sector, debe tenerse presente que no en todas las ramas productivas de
bienes o servicios, el valor agregado en la última etapa resultará de la misma magnitud relativa.
Así, por ejemplo en el caso del comercio de alimentos básicos, probablemente resulte de poca
significación en el precio final del bien, el valor agregado por el comerciante, frente a otras donde el
valor añadido en la etapa final, represente una porción más significativa del precio final del producto,
cono puede suponerse ocurre p. Ej. con la venta de electrodomésticos . .
En el siguiente ejemplo, se observa que la exclusión del sector minorista del ámbito del impuesto,
produce una marcada distorsión en los precios relativos, cuando difieren sustancialmente los valores
agregados entre las ramas o actividades declaradas exentas en esa etapa: (ver cuadro de la siguiente
página)
Dicho de otro modo, la distorsión que provoca la exención de la etapa minorista -alterando la relación
de precios previa al impuesto- tendrá lugar en la medida en que el valor agregado no alcanzado por el
tributo en relación al precio final, difiera para los distintos bienes o servicios.
fabricante 70 50
Iva 20% 14 10
Factura al minorista 84 60
Valor agregado minorista 30 50
Precio final con IVA 114 110
INCIDENCIA DEL IVA 14/114=12,28% 10/110=9,09%
La necesidad de instrumentar mecanismos, que compatibilicen la senda generalidad del tributo con su
factibilidad de administrarlo a costos razonables, justifica la instrumentación de mecanismos especiales
que, en base a sistemas de presunciones, aporten una aceptable solución al problema planteado, entre
los que cabe mencionar los que se verán a continuación:
Solución al caso del comercio minorista mediante el sistema del Valor Agregado Presunto
En tal sentido, entre las soluciones que ofrece la técnica del IVA, cabe referir en primer término, al
sistema del Valor Agregado Presunto, (VAP) que consiste en dejar al contribuyente minorista la opción
de inscribirse, en cuyo caso determinará el impuesto en base a las operaciones reales.
Calculando los Débitos y Créditos fiscales que resulten sus ventas y compras efectuadas, o bien puede
optar de no hacerlo, en cuyo caso, el contribuyente mayorista que vende a un minorista no inscripto,
deberá cobrarle además de su propio tributo, un gravamen adicional resultante de aplicar la alícuota
legal sobre el valor que presuntamente -conforme lo fije la ley del gravamen habrá de agregar el
minorista al comercializar el producto.
Como ocurre con todos los sistemas basados en presunciones, también presenta el inconveniente de la
arbitrariedad en la elección de la magnitud del valor que conforme la ley- se presume agregará el
minorista, y que podrá fijarse deliberadamente alto o bajo. Si se opta por lo primero lógicamente que
el objetivo pareciera que es de estimular la inscripción, para que el minorista pueda recuperar el
crédito fiscal soportado.
Supóngase dos casos diferentes de presunciones donde la alícuota del IVA es del 10% y el Valor
Agregado -real- del minorista del 50% En el ejemplo expuesto, se pone de manifiesto el estímulo a la
inscripción del minorista que tiene lugar cuando la presunción que establece la ley supera el valor
agregado real obtenido, ya que en el segundo caso (presunción del 70%) el IVA que debe pagar es de $
7 cuando de optar por inscribirse su carga tributaria sería de $ 5.- sucediendo lo opuesto (desaliento a la
inscripción) en el casos inverso (presunción del 30%), en que, como responsable no inscripto abonaría
$ 3 en lugar de los $5, en caso que seinscribiera.
CONCEPTO PRESUNCIO
N
30 70
% %
PRECIO DE VENTA AL MINORISTA 100 100
IVA 10 10
VALOR AGREGADO PRESUNTO DEL MINORISTA 30 70
IVA PRESUNTO 3 7
COSTO DEL MINORISTA 113 117
Cabe otro análisis de las consecuencias en el tratamiento según la solución adoptada por el fisco, si se
tiene en cuenta que en competencia perfecta los precios estarán dados, por lo que resulta evidente que
en cada una de las situaciones analizadas, las diferencias en las cargas impositivas provocan una
distorsión e inequidad, con la discrecionalidad e inequidad que ello significa.
En efecto, siendo el precio fijado por el mercado de $165, -determinado en función de un valor
agregado promedio del 50%- se deduce que el minorista que opta porno inscribirse se verá beneficiado
en $ 2 si el valor agregado presunto (VAP) es inferior al promedio del sector, mientras que si es
superior soporta un quebranto de $ 2, aunque debe advertirse que si es optativa la inscripción está
critica se verá atenuada.
De lo expuesto, puede concluirse en que un VAP alto no resulta conveniente como mecanismo para
motivar a los comerciantes que se inscriban en el impuesto, además puede traer alzas en los precios y
por otra parte alentar la evasión, mientras que un VAP bajo, constituye un estímulo a exigir facturas ya
que con poco costo impositivo el contribuyente no inscripto regulariza-blanquea su situación fiscal y el
vendedor deberá registrar la venta y pagar el impuesto, con lo cual a pesar de sacrificar la recaudación
en el sector minorista, se facilita el control de las otras etapas anteriores.
En síntesis, una importante desventaja del método, es que conspira contra el principio de generalidad
del IVA, no obstante lo cual se recomienda su utilización, por algo que también perjudica a la
eficiencia y equidad de un impuesto, que es la evasión. O sea, si el Estado no se halla capacitado de
impedir, el VAP es una solución en cierto modo, satisfactoria.
Solución al caso del comercio minorista mediante el sistema del Débito Fiscal Presunto
En la búsqueda de un mecanismo para gravar a los comerciantes minoristas, sin tener que asumir
mayores costos de administración y cumplimiento, existía un proyecto de IVA tipo para los países
miembros de la ex Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), que fue elaborado por el
Programa Conjunto de Tributación OEA. - BID, de alguna similitud con el que se aplicara en países de
la Comunidad Económica Europea (forfait) recomendado para tratar a los pequeños contribuyentes.
El sistema consiste en que en el transcurso de visitas anuales que los agentes fiscales efectúan al
contribuyente y teniendo en cuenta determinados parámetros físicos y/o número de empleados, le fijan
una cuota mensual por negocio -el débito fiscal presunto- contra el cual podrá deducir el impuesto
abonado en las compras efectuadas en el mes, que se encuentren documentadas en las respectivas
facturas.
Este sistema, exige la conservación de las facturas de compra por parte del contribuyente como
condición para que le se permita computar contra la obligación fijada por la administración, el crédito
fiscal que le transfiere el vendedor en cada compra de tal modo que opone los intereses de los
minoristas y mayoristas. Se le atribuye un alto costo administrativo y con dificultades para establecer
los débitos presuntos en función de diferentes parámetros físicos, como número de empleados,
superficie cubierta, consumo de determinados insumos 10 etc.; razón por la cual se recomienda su
implementación en forma optativa
Las alícuotas
El principio de la Generalidad requiere una única alícuota, sin embargo resulta frecuente que en la
legislación de los países se contemplen alícuotas diferenciales para los diferentes bienes gravables.
En el caso de la República Argentina en sus orígenes (1975) fue del 13% en general y para algunos
bienes de capital e importaciones y del 21% para consumos considerados suntuarios. En 1976 se
unifican en el 16%, en 1980 se fija en el 20%, en 1983 se establecen en el 18 % y en 1995 la alícuota
general queda en el 21%, aplicable a determinados bienes -como ciertos alimentos- en el 10,5% y en el
27,5% para las prestaciones de gas, energía eléctrica y agua que no se efectúen a particulares.
La política de establecer alícuotas diferenciales, en el caso de aquellos bienes con elevada incidencia
en los presupuestos familiares por ejemplo, suele presentar un problema cuando la medida se limita a
las operaciones que efectúen los minoristas que venden a consumidores finales, y no comprende las
transacciones de las etapas previas, es decir a las correspondientes a sus proveedores. En casos como
estos, se advierte una cierta disociación entre el procedimiento que rige la determinación del importe
del crédito fiscal del minorista y su débito fiscal, de modo que puede darse que el CF supere a este
último y que la obligación del minorista se convierta en un crédito contra el fisco, que debería ser
devuelto.
En la búsqueda de una alternativa para evitar la devolución por parte del fisco, se propone como
solución la denominada Regla del Tope, también conocida conio buffer rul o regla del freno, en virtud
de la cual se permite a los contribuyentes que deduzcan en concepto de crédito fiscal, no más allá del
valor que resulta de aplicar a los insumos gravados, las alícuotas que corresponden a sus productos
gravados. Es decir, si el producto que vende tiene una alícuota del 3%, por la compra de sus insumos
sólo podrá deducir como crédito fiscal, el importe resultante de aplicar a las compras tal alícuota, aun
cuando haya pagado el 5%, el 10% o más al adquirirlos.
En símbolos:
de:
IVA = V x tv-C x tv
continuación un ejemplo:
De no existir la Regla del Tope, el Estado debería devolver al contribuyente "C" el equivalente a 1,80
pesos del total, de modo que la Recaudación será de 1.20 pesos, con lo cual el precio del producto final
(o la suma de los valores agregados, que es lo mismo), resulta gravado con una alícuota del 3 %, dada
la característica del sistema de liquidación impuesto por impuesto en virtud de la Cual ante variaciones
de alícuotas cada etapa compensa lo que se tributó de más o de menos en las etapas anteriores.
De aplicarse la Regla del Tope a nivel minorista, la liquidación del Contribuyente "C" sería:
El crédito fiscal que le corresponde al minorista en esta variante, es de $ 0,90 y surge de aplicar la
alícuota del 3% que grava a su propio bien, que funciona como tope máximo a deducir por los insumos
adquiridos, aún cuando en etapas anteriores esa alícuota era más elevada. Por consiguiente aplicando la
Regla del Tope, la recaudación total por parte del fisco será de:
1+2+0.30 = 3.30
Puede decirse que la Regla del Tope no es defendible técnicamente, ya que rompe la pureza del
impuesto y solo podría justificarse cuando desde un punto de vista fiscal, pues implica recaudar más.
Desde el punto de vista económico, merece objeciones y presenta dificultades en el proceso de
traslación por parte del contribuyente sujeto a la Regla del Tope. En este caso, donde el precio de
venta es $ 40,- (más IVA); desde el punto de vista estrictamente contable aparece que $ 1.20 es
soportado por el consumidor y $ 2.10 recae en el productor "C", quien seguramente tratará de
trasladar hacia delante o a las sus proveedores, con lo cual pueden desaparecer los beneficios de
alícuotas reducidas para el consumidor, si se logra la traslación hacia delante, de por lo menos una
parte de la carga que, desde el punto de vista contable, soporta el comerciante minorista.
Por otra parte la Regla del Tope puede producir en determinadas condiciones de mercado, los efectos
desproporción, Piramidación y Acumulación dificultando el Ajuste en Frontera en el caso de las
exportaciones.
La Regla del Tope suele aplicarse a las ventas a pérdidas, cuyos efectos se pueden observar en el
siguiente ejemplo, donde equitativamente el fisco debería restituir $ 0.50, de no aplicar implícitamente
la Regla del Tope.
El caso de ventas de incobrables, da lugar también a la Regla del Tope pero con mayor lógica ya que
por ejemplo si el consumidor no paga al comerciante "C" éste podría solicitar la devolución por parte
del fisco de los $ 3, que abonó al adquirir los insumos. Sin embargo, el fisco responderá con la Regla
del Tope, con lo cual el comerciante que vendió a un insolvente será el que soporte la contribución al
fisco y pague $1,- resultante de calcular el débito fiscal sin permitirle excluir las ventas incobrables.
Nótese que si no existe la Regla del Tope, se podrían producir situaciones que desde el punto de vista
administrativo resulten difíciles de controlar, pues el comerciante podría aducir incobrabilidad como
un modo de eludir el pago del tributo.
VENTAS A PERDIDA
VENTAS INCOBRABLES
EL Impuesto al Valor Agregado y su comparación con las distintas formas de imposición a las ventas
Este análisis se limita a la comparación de los denominados impuestos generales sean monofásicos o
multifásicos; dentro del mismo se tendrán en cuenta los impuestos generales a las ventas del tipo
acumulativo (turnover tax), también denominado a las transacciones o en cascada, y aquellos que se
aplican a nivel fabricante, mayorista, minorista e impuesto al valor agregado; es decir excluyendo a los
impuestos sobre los consumos específicos o selectivos que recaen sobre determinados bienes o
servicios.
En el análisis de los efectos resultantes de la aplicación de un IVA en comparación con las restantes
variantes de los impuestos generales a las ventas, se hará referencia a conceptos ya presentados en el
capítulo anterior.
En este punto, lo que se trata de comparar son los efectos sobre la estructura de los precios relativos,
una vez que se aplica un impuesto general a las ventas. En tal sentido, lo óptimo es que todos los
bienes, como consecuencia del impuesto soporten un aumento de precios en la misma proporción que
el monto del gravamen, para no crear nuevas distorsiones en la elección de los consumidores, es decir
que permanezcan invariables los precios relativos de todos los bienes después de aplicarse el tributo.
Así, cuando se estudian los impuestos a las ventas a nivel fabricante (IVF) o mayorista (IVMa), se dice
que no son neutrales, pues producen distorsiones por el lado de la oferta. Ello sucede porque al grabar,
por ejemplo con un IVF y trasladarse parcial o totalmente hacia adelante, pasa a formar parte de los
costos incidiendo de modo diferente en las empresas gravadas con el impuesto. Además de atribuirles,
los conocidos efectos Acumulación y Piramidación, debe tenerse en cuenta que la incidencia del
gravamen no será proporcional o uniforme en todos los bienes, dependiendo su incidencia final, de la
estructura del mercado y de los porcentajes que se agregan en las diferentes etapas del proceso
productivo, a lo que algunos autores denominan efecto Desproporción y que se analiza en el capítulo
anterior.
El impuesto a nivel minorista y el IVA no presentan estos inconvenientes, en este último caso ya que
instrumenta bajo la técnica de impuesto por fuera, es decir discriminado en la factura que documental
la operación de venta. Si se aplica a nivel minorista o al valor agregado, se podría llegar a un resultado
en que la recaudación y el incremento de los precios coinciden, sin que tenga lugar el efecto
Piramidación. Sin embargo, la introducción de un concepto de IVA Presunto, como se viera- puede
introducir distorsiones, rompiendo la uniformidad del IVA al favorecer a aquellos sectores cuyos
márgenes estén por encima del porcentaje estimado como valor agregado medio presunto, con lo cual
aumentan sus beneficios o tienen márgenes para disminuir los precios de venta, con la consiguiente
pérdida de uniformidad.
Traslación
El IVA incide desde el punto de vista teórico, en las etapas posteriores y se recauda en las diferentes
fases del proceso productivo. Se puede afirmar que desde el punto de vista teórico los ingresos que
obtiene el Fisco lo son a cuenta del gravamen que incidirá en el consumidor final, quien
necesariamente se constituye en el último eslabón de la cadena y debe soporta el tributo Esto es válido
en un mercado competitivo y con costos constantes. Sin embargo, el hecho de que se menciona que el
IVA no modifica la conducta del productor/vendedor por el lado de la oferta, no significa que sus
ingresos no se vean disminuidos por la menor compra de bienes por parte del consumidor como
consecuencia del encarecimiento de los mismos. Salvo en los casos de demanda totalmente rígida o de
oferta perfectamente elástica, en un modelo de equilibrio parcial podría demostrarse que el productor
soportará por lo menos en el corto plazo, parte de la carga.
En el largo plazo podrían realizarse ajustes, de modo que las empresas marginales desaparecen y se
eleve el precio de los bienes, tal que en el largo plazo será el consumidor quien soporta la carga.
Estas conclusiones serían válidas para los demás tipos de impuestos generales a las ventas. Sin
embargo, algunos autores ponen énfasis en que la explicitación del impuesto en forma separada,
técnica del "impuesto por fuera"- como sucede con el IVA o IVMi puede facilitar la traslación, lo que
implícitamente significa que hay una fuerte conciencia tributaria y alto consenso del impuesto, lo cual
es discutible.
Desde el punto de vista teórico, el impuesto al nivel minorista es equivalente al IVA, pero sus efectos
fiscales pueden ser diferentes pues existen numerosos comercios con su difícil administración y
control. Además, como la base imponible será más alta que en el IVA atento a que los minoristas
tributaran por el valor de sus ventas y no por lo que agregan al precio, puede estimularse la evasión y
perjudicar la traslación.
Por otra parte, como se ha mencionado anteriormente la introducción de un concepto de IVA Presunto,
puede introducir distorsiones, rompiendo la neutralidad del IVA al favorecer la traslación de aquellos
sectores cuyos márgenes estén por encima del porcentaje estimado como valor agregado medio
presunto, pues están soportando menor carga que la legal. Debe advertirse que el problema de la
traslación, también está vinculado al concepto de generalidad y uniformidad de este tipo de
gravámenes, pues si se desea por ejemplo atenuar la regresividad del mismo, adoptando alicuotas
diferenciales, se producen alteraciones en los precios relativos de los bienes con su consecuente pérdida
de generalidad. Por otra parte cuando existen alícuotas diferenciales, puede tener lugar a la aplicación
de la Regla del Tope o regla del freno, que al no permitir el recupero total del crédito por IVA produce
distorsiones y perjudica la traslación hacia adelante.
Otra de las discusiones se refiere a que si es cierto que el productor no puede trasladar hacia adelante
el gravamen, no habrá racionalidad tributaria, porque el IVA recaerá sobre los factores de la
producción, por ejemplo en los beneficios empresariales sin que tenga en consideración criterios de
deducción o progresividad.
En los impuestos a nivel mayorista o fabricantes, se presentan dificultades para definir o diferenciar la
etapa gravada, por lo que pueden presentarse maniobras tendientes a eludirlo llevando a una división
artificial de la empresa, tendiente a evitar o disminuir la incidencia del gravamen. Supóngase una
empresa de bebidas gaseosas, cuyos costos de fabricación fueran relativamente bajos en relación al
precio final del producto, la incidencia de un IVF en el precio final resultaría sumamente bajo, ya que
es perfectamente licito que existan otras empresas que se encarguen de las etapas posteriores,
soportando la publicidad, investigación de mercados, derechos de patentes, presentación del producto
etc. que constituyen gran parte del costo total. En este aspecto, podría mencionar que incluso la
equidad horizontal se ve comprometida respecto a aquellos fabricantes que trabajan con marcas propias
y tengan escaso poder económico para generar cadenas de distribución de sus productos. Por otra parte
pueden ocultarse etapas intermedias a través de mecanismos lícitos, como puede ser mercaderías en
consignación, depósitos de mercaderías etc. que tienden a disminuir la base impositiva.
Por definición, la imposición indirecta al consumo, debería gravar exclusivamente a esa variable, de lo
que se deduce que la compra de bienes de capital tendría estar excluida. Sin embargo, es posible
encontrar situaciones en las cuales este principio no es respetado, predominando en este caso objetivos
fiscales. Además, existen otros problemas adicionales como es el tratamiento que se realizan a ciertos
insumos, a los cuales se los puede tratar como a un bien de consumo cuando en realidad puede
constituir un bien de capital, como por ejemplo sucede con un equipo de frío que se utilice para
producir determinadas condiciones ambientales que requiere un proceso productivo de una fábrica o si
el mismo equipo es colocado en una vivienda familiar.
Si los impuestos recaen sobre los bienes de capital al momento de su adquisición y los mismos se los
incorpora al proceso productivo, su uso, es decir su depreciación constituye un importante costo de
producción, especialmente en aquellas industrias intensivas en capital, por lo que, ante este tipo de
gravámenes, la inversión, se verá incidida doblemente. En el caso
del IVA, según el tratamiento de los bienes de capital, se tiene un IVA tipo producto bruto, renta neta y
tipo consumo, donde en el primero de los casos, según se vio, no se permite deducir el IVA pagado por
los bienes de capital, quedando la inversión doblemente incidida en esta variante ya que se paga al
momento de adquirir el bien, el que resulta más caro y se incorpora a los costos productivos, a través
de su uso, desgaste y obsolescencia, formando parte de los costos en las etapas posteriores.
Si se admite su deducción a medida que se producen las amortizaciones, se tendrá un IVA tipo renta que
también modificará la ecuación a maximizar por parte del empresario, originándose un efecto
financiero que estará determinado por el monto del bien, la alícuota del IVA y la tasa de interés del
mercado. Es decir el empresario deberá soportar un costo por el desfasaje entre el momento que hace
efectivo el IVA por la compra de bien de capital y aquel en que el fisco permite su recuperación.
En lo que respecta al rendimiento, por lo menos desde el punto de vista teórico, como se viera en el
capítulo anterior o, sería factible igualar el monto a recaudar en cada modalidad de los impuestos a las
ventas, determinando la alícuota -equivalente- correspondiente. Ello a partir del supuesto de que es
posible en cada caso, conocer la base imponible, pero en la práctica se encontrará que por las
características de cada uno de los gravámenes, pueden resultar diferentes los niveles de recaudación. En
relación al rendimiento fiscal, más allá de las consideraciones generales que se realizó en torno a la idea
de alícuotas equivalentes, puede mencionarse que un impuesto a las transacciones, tiene la ventaja de
que su base imponible es mayor al repetirse en las diferentes etapas, por lo cual con bajas alícuotas se
pueden lograr altas recaudaciones, con el consiguiente beneficio de no hacer tan atractiva la evasión
fiscal, al resultar menor su retribución. En el caso del impuesto a nivel fabricante, es exactamente lo
opuesto, su base y número de contribuyentes serán relativamente pequeñas y se requerirán altas
alícuotas para lograr importantes ingresos fiscales.
Desde el punto de vista teórico, el impuesto al nivel minorista es equivalente al IVA, pero sus efectos
fiscales pueden ser diferentes pues existen numerosos comercios con deficiencias en su
administración y de difícil control. Además como la base imponible será más alta que en cada una de
las etapas del IVA, puede estimular su evasión lográndose menor recaudación.
En lo referente a la administración tributaria, cabe recordar que un impuesto debe tender a reducir
los costos de administración por parte del Estado y de cumplimiento por parte del contribuyente.
En ese aspecto un impuesto a nivel fabricante tiene la ventaja de su fácil administración, porque
recae en un número pequeño de contribuyentes y dentro de los mismos puede advertirse una alta
concentración, de modo tal que fiscalizando por ejemplo un 20% del universo se estaría
controlando el 70 u 80 % de los ingresos. El impuesto a las ventas minoristas, es prácticamente lo
opuesto al rivel fabricante, pues el número de contribuyente es amplio y se presenta la dificultad
de que con frecuencia algunos de ellos lleva una contabilidad y organización precaria, que
complica el control por parte de los organismos recaudadores. Por otra parte, las alícuotas
relativamente elevadas que debe tributar puede ser un estímulo a la evasión.
Desde este punto de vista puede decirse que el IVA se ubica en una situación intermedia, ya que si bien
maneja un universo de contribuyentes importantes, presenta la importante ventaja de posibilitar al fisco
realizar controles cruzados entre contribuyentes, dado el encadenamiento del sistema de liquidación en
que se sustenta la mecánica del tributo, ya se trate del denominado base por base o de impuesto por
impuesto, donde las ventas - el débito fiscal de un contribuyente determinan lo que pueden deducir de
su obligación tributaria-o el crédito fiscal- sus compradores.
Instrumento de integración
En la literatura económica, es frecuente encontrar una afirmación que señala que la adopción del IVA
en casi todos los países, se debió al fuerte proceso de integración económica, fundamentalmente a
partir de la experiencia del Mercado Común Europeo. Esta afirmación es cierta y se fundamenta en las
ventajas de cálculo que ofrece este tipo de gravamen en frontera. Así por ejemplo el GATT,
reemplazado desde el 1 de enero de 1995 por la Organización Mundial del Comercio (OMC), sostiene
la necesidad de instrumentar "ajuste en frontera", como forma de no exportar los impuestos incluidos
en el precio de los bienes, como los procesos de integración económica lo requieren, y si bien no es
posible lograr la unificación impositiva entre los países, recomienda adoptar criterios de armonización
que eviten obstáculos al desarrollo del comercio. En ese sentido, existe la variante del "país de
destino", donde la potestad tributaria la ejerce el país en donde será consumido o utilizado el bien, lo
que resulta eficiente por el lado de la oferta, pues no modifica las decisiones de producción y su
localización geográfica, de modo que la fabricación nacional e importada compiten en similares
condiciones tributarias.
En términos generales, se puede mencionar que un impuesto al consumo que se aplica en el país de
destino, es decir en el país del importador, es neutral en cuanto a la localización de la producción. El
principio del país de destino hace que exista mayor posibilidad de equiparación de gravámenes entre
bienes nacionales e importados". Para que ello suceda es necesario hacer ajustes fiscales en frontera,
de modo tal que el exportador reciba los impuestos indirectos que el bien vendido en el exterior haya
soportado en todas sus etapas.
El IVA en cambio, es un impuesto que tiene manifiestas ventajas en frontera, porque permite realizar
los ajustes fiscales antes mencionados. En Argentina las exportaciones, están tratadas a tasa cero, es
decir que el exportador puede recuperar el IVA que ha pagado en etapas anteriores, en concepto de
insumos o servicios que utiliza realmente en el proceso de fabricación de los bienes comercializables
internacionalmente.
El resultado negativo, significa el crédito que tiene derecho a percibir el exportador, de modo que la
mercadería sale del país de origen sin soportar la carga del IVA, dejando al país de destino que sea el
encargado de aplicar el gravamen que corresponda.
Un párrafo aparte, merece el tema de los reintegros a la exportación, los cuales se discute si los
mismos corresponde realmente al concepto de compensar al exportador por la carga tributaria de
etapas anteriores o son simplemente subsidios. En una estructura impositiva, donde existen tributos
distorsivos como el Impuesto Sobre los Ingresos Brutos a nivel provincial o incluso a nivel
municipal, que recaen sobre todas las etapas anteriores y simplemente se exime del tributo al que
corresponde al exportador, se encuentra una justificación a la devolución de tributos o reintegros a la
exportación. Sin embargo subsiste la inequidad que representa tratar igual a sectores cuya estructura
de precios y presión fiscal puede ser diferente.
Obviamente que el reemplazo de los gravámenes en cascada, como son los Impuestos sobre los
Ingresos Brutos por un IVA provincial o un impuesto a las ventas minoristas, presentaría la ventaja de
eliminar o por lo menos reducir los reintegros a la exportación, siempre que el gobierno no quiera
lograr bajo este mecanismo, tipos de cambios efectivos diferenciales.
El IVA es recomendado por algunos autores como un gravamen sustitutivo del impuesto a los
beneficios de las empresas. Básicamente esta postura se fundamenta en el hecho de que es más
conveniente para el Balance Comercial de un país, que su estructura tributaria descanse en impuestos
indirectos al consumo que en impuestos a los beneficios de las empresas, pues estos últimos no se
devuelven en frontera y son exportados en el valor del bien. Esta posición presupone que las empresas
trasladan al consumidor el impuesto a los beneficios que recae en las mismas, generando
inconvenientes en el ajuste fiscal en frontera, pues los organismos internacionales no reconocen la
devolución de este impuesto y cualquier mecanismo tendiente a compensarlo podría generar represalias
de los países importadores quienes podrían aplicar gravámenes antidumping.
Este argumento hace referencia que en un país B, que tiene sus recaudaciones concentradas en el IVA,
los exportadores al llegar a frontera reciben la devolución de esos tributos y tienen ventajas para
competir en los mercados mundiales, respecto al país A, cuya estructura descansa en impuestos
directos que en mayor o menor medida puede suponerse resultan incorporados a los precios y no son
objeto de devolución. También en estos casos, las distorsiones alcanzan a las importaciones, pues el
país que descansa en un IVA, país B de este ejemplo, exportará sin gravámenes a A y allí será
alcanzado con impuestos de equiparación al consumo bajos o nulos, con la consiguiente distorsión
que ello pueda significar respecto a un producto doméstico que ha soportado la carga de impuestos a
los beneficios.
En Argentina pueden encontrarse ejemplos de política económica que reconocen en esencia idénticos
fundamentos. Así por ejemplo en la reforma impositiva de 1980 (Dr. Martínez de Hoz) fueron
reemplazados los aportes patronales impuestos) sobre los salarios por un incremento del IVA, medida
que se difundió en la población como equivalente a una devaluación, pues los aportes patronales no se
devuelven en frontera y al ser reemplazados por el IVA favorece a los exportadores, especialmente
aquellos que utilizan técnicas intensivas en mano de obra.
Sin embargo, en el largo plazo, podrían producirse ajustes en el tipo de cambio, que neutralizan las
ventajas impositivas, pero como lo refleja la productividad media de la economía y el intercambio
con numerosas naciones, es de suponer que un país que tiene su recaudación impositiva concentrada
en el IVA, tendría ciertas empresas con ventajas comparativas que subsisten en el largo plazo,
respecto a países con gravámenes de tipo directo o sobre las ganancias empresariales.
Equidad
Respecto a la equidad, se suele afirmar que los impuestos indirectos, son en términos generales
regresivos (horizontal y verticalmente) en relación al ingreso, teoria que no es compartida, entre otros
por M. Friedman, quien sostiene que la regresividad o progresividad debe medirse en términos de la
renta total percibida durante el ciclo de vida de un contribuyente. En cambio para la primera
posición, tal discriminación sería aun mayor, si se excluyen dentro del gravamen a los servicios, que
por lo general son utilizados más intensivamente por los sectores de mayores ingresos.
Si el IVA se aplica a todos los bienes de consumo con un tipo uniforme, el impuesto por definición
scría proporcional con relación al consumo, pero regresivo con relación a la renta, por lo que surgen
presiones para reducir la regresividad o incluso se intenta hacerlo progresivo con relación a la renta, lo
que conduce a instrumentar el gravamen con alícuotas diferenciados y bienes exentos, cuya equidad es
difícil de establecer, luego de la incidencia final del gravamen, además de la pérdida de neutralidad.
Si se comparan las diferentes modalidades de impuestos entre si, al existir efectos Piramidación y
Acumulación, algunas pueden resultar menos equitativas que el IVA. Sin embargo este último
presenta inconvenientes cuando se pretende lograr exenciones favoreciendo a los sectores más
pobres, pues la romperse la cadena de traslación del gravamen puede ser soportada por algún sector,
con la consiguiente distorsión. Desde ese punto de vista, es más eficiente un impuesto a las ventas
minoristas, lo que permite discriminar con alícuotas diferenciales o nulas con resultados más
previsibles en términos de incidencia.
Asignación de recursos
En los impuestos monofásicos, supuesto la no traslación total o parcial del impuesto a los
consumidores, sucede que el tratamiento que recibe una unidad de capital o de trabajo, es diferente
según sea el lugar en la cadena de producción en que es empleado. La existencia de un impuesto
producirá una cuña entre sectores, ya que la economía tenderá a igualar la retribución de los factores
neto de impuestos y las tasas brutas diferirán en el monto del impuesto. Por supuesto que una
asignación incorrecta de los recursos puede modificar la tasa de crecimiento de la Economía, como así
también ésta se puede ver afectada por la modificación en la importancia relativa de los sectores,
contribuyendo por ejemplo a una tercerización innecesaria de la Economía.
Respecto al factor trabajo, se podría pensar en las consecuencias sobre el ocio. Así, un impuesto que
incide sobre los bienes de consumo, tendrán un efecto positivo sobre la oferta de trabajo si los mismos
son complementarios del ocio y siempre que el efecto sustitución no supere al efecto ingreso. Un IVA
constituirá una mejor opción que un gravamen a nivel fabricante o mayorista, por las características de
neutralidad antes mencionadas
Un párrafo aparte lo merecen los efectos que tienen sobre el ahorro, los impuestos al consumo, los
cuales al reemplazar a impuestos que inciden sobre la renta, se sostiene que los ahorros ya no estarían
sujetos al impuesto. Los consumidores deciden diariamente cómo distribuir sus ingresos entre
consumo y ahorro. Esta proporción de consumo respecto del ahorro, está a su vez determinado por la
preferencia temporal de cada uno que define la forma en que prefiere bienes presentes respecto de
bienes futuros. En ese sentido, los impuestos al consumo pareciera que penalizan el consumo y que el
ahorro canalizado a inversiones, podría producir un aumento en la oferta de los bienes de consumo en
el futuro.
Estabilizador Automático
En términos generales, se puede mencionar que los impuestos que inciden sobre el consumo, no
funcionan como estabilizadores automáticos del ciclo económico, pues es la inversión la que tiene el
componente más volátil, de modo que en períodos de expansión, será la inversión la que crezca por
encima del PBI, por consiguiente los impuestos al consumo no tienen un importante rol como
estabilizador automático al tener menos fluctuaciones. En este caso, la variante IVA tipo Consumo al
no gravar las inversiones no tiene un componente estabilizante del ciclo económico
Otro aspecto que puede analizarse, si se utilizan distintos tipos de impuestos a las ventas, es lo que se
refiere a la posibilidad que ofrece el gravamen de constituirse en importante fuente de ingresos
tributarios para los gobiernos provinciales. Así por ejemplo, mientras los Impuestos sobre los Ingresos
Brutos actualmente vigentes en las provincias, significa un modo de recaudación que se fundamenta en
el principio de origen, aunque en forma atenuada por el denominado Convenio Multilateral celebrado
entre provincias, (atento a que la potestad tributaria la ejerce principalmente la jurisdicción en que se
halla radicado el proceso de fabricación) su reemplazo por un impuesto a nivel minorista, significa que
se cambie la potestad a la jurisdicción de destino, es decir donde se realiza el consumo. Obviamente,
ello significa una distribución inter jurisdiccional, que puede tener problemas que requieran regímenes
compensatorios transitorios, viéndose perjudicadas las provincias productoras.
Por otra parte, en el caso de reemplazar un impuesto a las transacciones o en cascada como es Ingresos
Brutos, por un IVA, resulta necesario instrumentar algún sistema de coordinación fiscal como por
ejemplo el que consiste en tratar las ventas como en el caso de una exportación, cuando las mercaderías
se destinan a otra jurisdicción con el consiguiente problema de administración y control o de
devolución entre jurisdicciones.
Un impuesto monofásico a nivel fabricante o mayorista, significa que es el principio del origen el que
predomina y ello tiene sus implicancias en cuanto a la recaudación del gravamen y los aspectos
redistributivos inter jurisdiccionales que ello implica.
ANEXO AL CAPÍTULO XI
Legislación Vigente
En la Argentina debe tributar el IVA en todas las fases de los ciclos de producción, distribución y a las
prestaciones de servicios., constituyendo los Hechos imponibles: a) Ventas de cosas muebles, b) Obras,
locaciones y prestaciones de servicios, excluidos los realizados en el país para ser utilizados en el
exterior. c) Importaciones definitivas de cosas muebles.
Los sujetos de derecho del IVA son aquéllas personas reales o jurídicas quienes hagan habitualidad en
la venta de cosas muebles, realicen locaciones o prestaciones gravadas, realicen importaciones
definitivas de cosas muebles y si bien la Generalidad es el principio que se ha ido imponiendo con el
transcurso de los años, existen exenciones, entre las que puede mencionarse: a) Ventas importaciones
de Libros, folletos e impresos similares; diarios, revistas y publicaciones periódicas, en la etapa de
venta al público; agua ordinaria natural, pan común y leche sin aditivos, cuando los adquirentes sean
consumidores finales o sujetos exentos; medicamentos, cuando se trata de reventa y se haya tributado
en la etapa de importación o fabricación; aeronaves para transporte de pasajeros y/o cargas destinadas a
la defensa y seguridad, las embarcaciones cuando el adquirente sea el Estado Nacional y el acceso a
espectáculos deportivos amateur. b) Prestaciones de servicios exentas Servicios educativos, de
asistencia sanitaria prestada a través de Obras Sociales, actividad teatral, transporte internacional de
pasajeros y cargas, seguros de vida, locación de inmuebles destinados a casa habitación, de inmuebles
rurales, cuando el locatario sea el Estado Nacional, provincial, municipal o Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Alícuotas: En Argentina, si bien la mayoría de las transacciones de bienes y servicios tributan una
alícuota general, se han ido realizando modificaciones de modo que actualmente existe la siguiente
estructura: a) Alícuota general 21%. b) Alícuota diferencial 27%, para ventas de gas, energía eléctrica
(excepto alumbrado público) prestación de servicios de provisión de agua corriente, cloacales y de
desagües y prestaciones efectuadas por quienes presten servicios de telecomunicaciones, cuando la
venta o prestación se efectúe fuera de domicilios destinados exclusivamente a viviendas, casa de recreo
o veraneo o terrenos baldíos y el comprador o usuario sea un sujeto del impuesto, categorizado como
responsable inscripto o no inscripto. c) Alícuota diferencial reducida: 10,5%, aplicable a: Trabajos
realizados directamente o a través de terceros sobre inmueble ajeno, destinados a vivienda, carnes
vacunas, frutas, hortalizas y legumbres frescas y las labores culturales para la obtención de los mismos.
!Imiel de abejas a granel. IIservicios de transporte de pasajeros, terrestres, acuáticos o aéreos,
realizados en el país, excepto taxis y remises en recorridos menores de 100 Km. que se halla exento.
La Base de cálculo del IVA, se instrumenta en Argentina a partir de determinar el Débito fiscal que es
el Precio neto de la operación, incluido el de servicios prestados juntamente con la operación o con
motivo de ella y contraprestaciones de financiación. No integran la base, el IVA generado por la propia
operación y los tributos internos que reconozcan como hecho imponible la misma operación, mientras
que el Crédito fiscal otorgado está conformado por el impuesto tributado a raíz de importaciones de
cosas muebles y por el impuesto facturado por proveedores de bienes y servicios, en tanto los bienes
importados o adquiridos y los servicios se vinculen con operaciones efectivamente gravadas,
cualquiera sea la etapa de su aplicación, o se exporte.
El IVA se liquida mediante declaración jurada mensual y la presentación de la declaración y el pago del
impuesto que resulta de la misma debe efectuarse durante el mes siguiente a aquél al que corresponde
la declaración jurada. Existen regimenes de retención, percepción y pago de cuenta, que tienen
objetivos fiscales y de control de evasión, pero que en numerosos caos constituyen distorsiones a
algunas ventajas que se han estudiado del IVA, fundamentalmente cuando da lugar a créditos fiscales
permanentes, que son de difícil recuperación por parte de los contribuyentes.
En el caso de las importaciones la base imponible, es el precio normal analizado en el capitulo XIII, y
que se utiliza para la aplicación de los derechos de importación, al que se agregan todos los tributos a la
importación o aplicables con motivo de ella, excluidos el IVA que genera la importación y los tributos
de la ley de impuestos internos, mientras que la liquidación y pago del impuesto se realiza
conjuntamente con la liquidación y pago de los derechos de importación.
Como se analiza en el capítulo XIII, la legislación argentina establece la devolución de impuesto a los
exportadores, quienes pueden recuperar el impuesto que se les hubiera facturado por bienes, servicios y
locaciones destinados efectivamente a las exportaciones o a cualquier etapa de la consecución de las
mismas. La recuperación opera a través de la compensación del impuesto al que se refiere el párrafo
anterior, con el impuesto que en definitiva adeuden los exportadores por sus operaciones internas
gravadas. Si la compensación no resultara posible o se efectuara parcialmente, el saldo excedente será
compensado con otros impuestos a cargo de la AFIP o, en su defecto, será devuelto o se permitirá su
transferencia a favor de terceros.
La aplicación de gravámenes, a bienes y servicios que se trasladan de una nación a otra, constituyen
una importante fuente de recursos especialmente en los países de menor desarrollo relativo, a la vez
que conforman regulaciones económicas tendientes a proteger a determinados sectores productivos
internos, constituyéndose en los principales instrumentos de lo que se denomina la política comercial
de un país, formada por aquellas medidas que afectan el comercio internacional de bienes y servicios.
• los instrumentos vía precio, donde se incluyen las tarifas, aranceles o impuestos a las
importaciones y a las exportaciones, como así también los subsidios a las importaciones y
a las exportaciones;
• y las restricciones cuantitativas, que incluyen las cuotas de importacióny de exportación,
las prohibiciones de importación y de exportación, y los monopolios de importación y de
exportación.
Sin embargo, por lo general el instrumento de política comercial que la teoría considera más
importante, es la tarifa o arancel de importaciones, aspectos estos que serán únicamente los
desarrollados a lo largo de este capítulo, por no constituir las restricciones cuantitativas objeto de esta
materia.
La Importancia de los Gravámenes que Inciden Sobre el Comercio Exterior en Argentina
Los tributos que recaen a los productos que se exportan al resto del mundo, se los denominan en la
República Argentina derechos o retenciones a las exportaciones, mientras que los que recaen sobre el
ingreso de mercaderías provenientes de otras naciones, se los denomina derechos o aranceles a las
importaciones.
Los impuestos al Comercio Exterior constituyeron en la República Argentina, una importante fuente de
recursos, que explica en parte las frecuentes disputas en el periodo de organización nacional, en torno a
qué nivel de gobierno correspondía la aplicación y recaudación de los derechos aduaneros. Los
gravámenes al comercio exterior representaban entre 1875 y 1899 el 66% de los ingresos fiscales de la
Nación, mientras que en el periodo 19141930 participaban con el 48,0%.
A partir de la década del 30, la aparición de nuevos tributos como el Impuesto a los Réditos y a las
Ventas, conjuntamente con la crisis económica mundial, contribuyeron para que la importancia de las
rentas aduaneras disminuyeran, lo que se acentuó desde el inicio del Plan de Convertibilidad que rebajó
sustancialmente los derechos de importación, a la vez que eliminaba las retenciones que incidían en lcs
productos agropecuarios.
Con la caída del régimen de convertibilidad y la devaluación del peso argentino, las retenciones a
las exportaciones han adquirido significación, como fuente de ingreso para el Estado Nacional.
Así, en el año 2002 alcanzó a los 5.021 millones de pesos, mientras que derechos a las importaciones
aportaron al fisco, la suma de 1.236,6 millones, lo que en conjunto representan el 12,5% de los tributos
recaudados.
A continuación se analizan los efectos económicos que produce la aplicación de un gravamen sobre
un bien importado, lo que permite que su precio doméstico pueda aumentar en una proporción
similar al derecho de importación.
Supóngase ahora que el gobierno decide aplicar un arancel a las importaciones, de modo que el precio
en el mercado domestico, bajo el supuesto de utilización plena del derecho de importación, aumentará a
Pi (1+t), donde t es la alícuota o porcentaje del arancel de importación y Pi es el precio internacional
del bien.
Los efectos económicos de un derecho de importación, entre otros, son los siguientes:
Obviamente que el caso relevante desde el punto de vista fiscal, es aquél en el cual el
consumo nacional es superior a la oferta doméstica, pues en aquellos casos en que los
aranceles a la importación son tan altos que al eliminar la oferta del resto del mundo
implicará que los ingresos aduaneros sean nulos, predominando en este caso el efecto
protección a los productores locales y la pérdida de bienestar de los consumidores en
consecuencia será mayor.
Por su parte, hay que tener en cuenta que entre 1860 y 1930, Argentina crece dentro de
un modelo receptor de bienes industriales y proveedor de productos primarios, lo que
contribuye a que los gravámenes al comercio exterior, no tengan objetivos extra -
fiscales de política económica. La crisis mundial que se produce en la década del 30,
pone fin a ese esquema de crecimiento "hacia afuera" y será sustituido, primeramente en
forma espontánea y luego en forma deliberada, por lo que se conoce como un modelo de
sustitución de importaciones.
La Medición de la Protección
Las políticas comerciales que tienden a proteger a la industria local, pueden ser medidas
a través de diversos indicadores, donde se destaca el concepto de la protección efectiva,
que permite medir la tasa de protección como un porcentaje relacionado al valor
agregado por la industria o sector y no la vinculada simplemente con precio del
producto, como es el caso de la protección nominal.
Esto es así porque los derechos de importaciones no solo protegen o inciden sobre los
precios de los bienes finales de una industria determinada, sino también sobre sus insumos.
De esta manera, la tasa de protección efectiva (TPE) del bien j puede expresarse como:
Donde:
La TPE para el sector j, es igual al aumento en el valor agregado (VA) como resultado
de la protección otorgada por el arancel, dividido por el VA de libre comercio, para el
supuesto de un país pequeño, tomador de precios y que después de impuesta la tarifa, el
precio internacional Pi sigue determinando al precio doméstico Pd.
El monto por el cual se aplica el derecho compensatorio no puede ser superior al premio
o subvención concedida a la mercadería a gravar. Nótese que tanto para los derechos
compensatorios como los antidumping, los mismos se aplican en forma adicional a los
demás tributos que recaen sobre el ingreso de mercaderías de procedencia extranjera.
Por último debe mencionarse que las importaciones argentinas son gravadas con otros
tributos cuyos efectos económicos, más allá se su naturaleza jurídica, son equivalentes a
un derecho de importación. Dentro de esa categoría puede mencionarse a la denominada
Tasa de Estadística cuyo importe resulta de aplicar una alícuota porcentual al valor de la
importación, mientras que en los últimos años se eliminaron una serie de fondos
promocionales, cuya recaudación se destinaba a fomentar determinadas actividades,
como así también la tasa consular que financiaba el servicio exterior de Argentina.
I) Ad-valorem
II) Específicos
En la actualidad, los derechos ad-valorem han desplazado a los específicos, pues estos
últimos eran utilizados por su simplicidad administrativa, sin embargo sus desventajas
han hecho que paulatinamente fueran desapareciendo. Entre las deficiencias, se puede
mencionar su inflexibilidad ante variaciones en los precios de los bienes, atribuibles
tanto a cambio de precio internacional como a modificaciones en el tipo de cambio, de
modo que la recaudación permanece invariable en términos nominales, lo que provoca
distorsiones no deseadas, a la vez que afecta la capacidad de recaudación del Estado,
más aun en procesos inflacionario agudos como habitualmente soporta la economía
argentina.
Si bien esto puede ser solucionable mediante modificaciones en los montos a tributar
por cada unidad de medida, ello implica un notable esfuerzo administrativo y alta
discrecionalidad debido a las dificultades que existen en conocer con certeza los precios
internacionales de algunos bienes, a lo que debe agregarse el retraso, prácticamente
inevitable entre el momento en que se producen las variaciones y se recurre a las
modificaciones en la tarifa. Otro inconveniente que puede atribuirse a los impuestos
específicos es que discriminan a favor de calidad, debido a que la presión tributaria que
soportan estos últimos, es proporcionalmente menor a los de inferior calidad como
consecuencia que su valor es más elevado y monto a tributar permanece constante.
En cambio, los impuestos ad valorem son flexibles a los cambios en los precios, a la vez
que no discriminan a favor de los productos de mayor calidad, pues esa diferencia se
reflejará en un mayor valor de la Base Imponible. Sin embargo, su aplicación presenta
la desventaja que significa determinar el valor monetario de la mercadería importada.
En este sentido una solución que habían adoptado las autoridades aduaneras argentinas
en décadas anteriores, era la confección de una Tarifa de Avalúos, que incluía a los
productos susceptibles a ser importados y sus respectivos valores.
Obviamente que su aplicación presenta dificultades similares a las atribuidas a los
derechos específicos, pues se producen distorsiones en cuanto a que las variaciones en
los precios no se reflejan automáticamente en las tarifas de avalúo.
a) Precio
b) Momento
c) Lugar
d) Cantidad
e) Nivel Comercial
Cabe advertir que por razones de índole económica y/o técnica, se establecen precios
oficiales para determinados productos, constituyendo en ese caso la base imponible,
siempre que el precio oficial superior a su valor normal, caso contrario este último
constituye la base de cálculo de los derechos de importación a tributar.
A partir de la vigencia de la Ley 23.981, que ratifica el Tratado de Asunción por el que
se crea el Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR), la noción de valor adquiere
una mayor importancia, pues las mercaderías que ingresan a cualquiera de los cuatro
países miembros, deben cumplir con disposiciones y procedimientos comunes en
cuanto a su valoración y así aplicar el Arancel Externo Común.
Entre los elementos más importantes que adiciona esta ley debe mencionarse los siguientes
criterios:
3) El costo del Seguro Internacional. Se establece además que los ajustes que
prevén adicionalmente cada país, seguirán en vigencia.
De no existir Comercio Internacional, el precio del bien estaría dado por la intersección de las
curvas de demanda y oferta doméstica, pero como consecuencia de su venta al exterior
suponiendo un país pequeño, la demanda que enfrenta un productor local será infinitamente
elástica al precio Opi, en cuyo caso, la curva de demanda relevante se transformará en la
indicada por trazos gruesos (DRV). En ese caso, dado el tipo de cambio y el precio
internacional, la cantidad ofrecida por los productores locales será Oq3; y la cantidad
consumida internamente Oq0. quedando un saldo exportable igual a qo-q3.
O sea:
pd = pi (1- t)
Al nuevo precio, los productores locales ofrecerán la cantidad Oq2, mientras que el
consumo local aumentará a Oqı y el excedente exportable se reducirá a q1q2.
4) Efecto balance de pago negativo, como reducción del excedente exportable de q3qo a
q1q2.
5) Un efecto redistribución, dado por la pérdida del excedente del productor indicado
por la figura pipa que en la práctica significa una transferencia de ingresos a
consumidores y al Estado, mientras que el triángulo SYW constituye una pérdida neta
para el bienestar de la comunidad como consecuencia del exceso de carga del lado de
la oferta y RXZ por el lado de la demanda.
Nótese que en la práctica, una retención a las exportaciones tiene los efectos de un
impuesto a los productores (P1SWPd) y su subsidio a los consumidores (PixZPd).
Otro efecto económico a tener en cuenta, son las consecuencias sobre el balance de
pagos, pues una política de fuertes retenciones puede perjudicar a las exportaciones, ya
sea como consecuencia del aumento del consumo interno, que disminuye los saldos
exportables disponibles o por la oferta que se deprime como consecuencia de la caída de
los precios que perciben los productores.
Por consiguiente se puede afirmar que los efectos económicos de las retenciones a las
exportaciones son complejos y contradictorios entre si, aunque tienen el atractivo de
constituir un subsidio implícito a los consumidores que no requiere ningún costo
administrativo, a la vez ese subsidio es compensado fiscalmente por el impuesto a los
productores, que a su vez es fácil de recaudar al momento de efectuarse las
exportaciones.
Debe advertirse por otra parte, que las dificultades que presenta la valoración de los
productos exportables, presenta menos inconvenientes que las analizadas anteriormente
para el caso de las importaciones, ello como consecuencia que resulta más fácil
conocer los precios internos y en el caso específico de productos agropecuarios, son
bienes relativamente homogéneos cuyo precio internacional es conocido, razón por lo
cual las autoridades gubernamentales establecen precios índices que constituyen la
base de cálculo de las retenciones, independiente de los valores de venta pactados entre
exportadores y compradores del resto del mundo.
Como consecuencia del gravamen, la curva de oferta local se desplaza hacia O', el
precio doméstico e internacional (esto último por la posición dominante del país en el
mercado mundial del producto en cuestión dado que están dispuestos a consumir Oq1
de productos) se moverá hacia arriba hacia p1=p(1+t). Al precio más alto los
consumidores locales están dispuestos a consumir menos, por lo que el efecto final será
un aumento de los saldos exportables de qoq1 a q2q1 y la traslación del impuesto a los
compradores externos, como así también a los internos.
Se podría pensar, que uno de los justificativos para la implementación de los derechos
de exportación, está dado precisamente porque en la práctica actúan como un gravamen
que incide sobre los productores, circunstancia que fue analizada anteriormente, cuando
se realizó el supuesto de un país pequeño, es decir que el precio internacional está dado,
de modo que el exportador no tiene posibilidad de trasladar el gravamen. Es decir,
cuando el país es tomador de precios, las retenciones actúan como una disminución del
precio que perciben los productores y podría considerarse como una forma indirecta de
apropiarse de ganancias presuntas.
Obviamente que ello significa una redistribución de ingresos desde el sector productor
de materias primas al industrial y la disminución de los precios que percibe por ejemplo
el agricultor tiene efectos negativos sobre el nivel de producción, como se analiza
anteriormente, por lo que el costo de esta política industrial también puede ser elevado.
En tal sentido puede afirmarse que el tributo o retención, produce el mismo efecto que
una devaluación selectiva del tipo de cambio, ya que solo las exportaciones industriales
reciben plenamente los beneficios del tipo de cambio alto.
Por último no debe olvidarse que algunos gravámenes tienen como único objetivo
allegar recursos al Estado, independientemente de sus efectos económicos deseados o
no. Desde este punto de vista es un impuesto atractivo pues, como se señalara, sus
costos de administración son relativamente bajos y de fácil verificación. Además, la
estructura impositiva vigente en un país, es producto de un proceso histórico donde se
van creando continuamente, modificando o eliminando, distintos gravámenes, entre
ellos los que inciden en el Comercio Exterior. Así puede ocurrir, que un gravamen de
este tipo aún cuando permanezca en la estructura impositiva por otros motivos,
originariamente haya sido creado con el único objeto de allegar recursos al Estado.
Estímulos a las Exportaciones Industriales
Los distintos mecanismos promocionales, tienen como objetivo disminuir los costos de
exportación de los productos industriales, posibilitando de este modo su acceso a los
mercados internacionales, en los que rigen precios, generalmente inferiores a los que podría
vender un productor doméstico.
Debe mencionarse que existen distintos mecanismos no sólo impositivos, sino también
financieros, aduaneros, etc. todos los cuales tienen el objetivo antes citado.
Obviamente que desde el punto de vista de la materia sólo interesan los primeros, razón
por lo cual se hará un breve análisis de los mismos.
De allí es que las exportaciones argentinas, no solo las industriales, se hallan exentas a
tasa cero, (es decir que pueden utilizar el crédito fiscal respectivo) en el Impuesto al
Valor Agregado, como así también de los impuesto internos, Fondo Nacional de
Autopistas etc. En algunas provincias y ciudades como sucede en Córdoba, las
exportaciones están a su vez exentas de tributar el impuesto a los Ingresos Brutos o tasas
municipales.
En este caso, el subsidio actuará para el consumidor local como un impuesto y por
ende un subsidio al productor, donde los triángulos RKP y ZYW son pérdidas netas o
sea el exceso de carga del demandante y oferente visto en el capítulo 4, el remanente de
la transferencia al productor y desde el punto de vista fiscal KYW, es la pérdida de
recursos por los subsidios al exportador.
Importaciones temporarias
Tiene como desventaja el hecho que el pago de los derechos y demás gravámenes
implica una carga financiera que no es compensada por el Draw Back que se limita a
las devoluciones de los gravámenes pagados oportunamente al ser nacionalizados los
insumos.
b) Admisión Temporaria:
Por este mecanismo se pueden ingresar temporalmente sin abonar los respectivos
derechos de importación, insumos importados los que luego de un proceso de
transformación (hasta 360 días de plazo) serán exportados. Tiene la ventaja en relación al
Draw-Back que no significa para el futuro exportador, ninguna carga financiera, pues las
mercaderías ingresan al país libre de gravámenes a las importaciones, con el único
compromiso de ser luego exportadas. Se podría señalar como hecho negativo, algunas
dificultades administrativas en el control aduanero, de modo de verificar que los insumos
sean efectivamente utilizados en las mercaderías a exportar.
A su vez se implementaron otros regímenes tendientes a estimular una mayor
industrialización e inserción de las empresas en el comercio mundial, como es el
Régimen de Especialización Industrial, actualmente suspendido por razones fiscales,
que tendía favorecer a los fabricantes locales, permitiéndoles ingresar productos e
insumos con un derecho de importación del 2%, siempre que compensen esas compras,
con ventas al exterior.
Derechos de Importación
Tasas: de 0% a 22,5% excepto para bienes del sector automotriz, cuyo arancel máximo
es del 35%.
Existen derechos específicos para algunos productos de los siguientes sectores:
textiles, calzados, juguetes, y duraznos en conserva.
Derechos de Exportación
Desde el 5 de marzo de 2002 todas las exportaciones están gravadas con derechos de
exportación.
- Los demás productos, excepto el petróleo crudo, tienen un derecho del 5%.
- El petróleo crudo está gravado con un derecho de 20% desde el 1 de marzo de 2002.
Tasa de Estadística
Establece una alícuota del 0,5% sobre el valor en aduana de la mercadería combinado
con una escala de montos máximos por tramos de base imponible (de ambos el que
resulte menor).
Cuando los países se organizan políticamente bajo los principios del sistema federal, es
decir, cuando simultáneamente existe más de un nivel jurisdiccional sobre un mismo
territorio, -por caso, el Estado Nacional, provincial y municipal- tienen lugar un
conjunto de problemas de naturaleza fiscal. Tales cuestiones puede analizarse bajo la
óptica de lo que en Finanzas Públicas se conoce con el nombre de Federalismo Fiscal.
Uno de los aspectos de este importante capítulo de las Finanzas Públicas, que viene
mereciendo la atención de los especialistas en los últimos tiempos, se refiere a la
definición de criterios teóricos para hacer más eficaz la operación del sistema fiscal
cuando éste se conforma con más de un nivel de gobierno, o lo que es lo mismo bajo
una estructura descentralizada. Se trata de establecer reglas Q principios en base a los
cuales deberían asignarse cada una de las funciones fiscales a los diferentes niveles de
gobierno que componen la organización federal, para que el sistema en su conjunto
funcione de manera eficiente. O en otras palabras, el objetivo es determinar la
composición óptima del sector público por niveles de gobierno, tanto en lo que se
refiere a las actividades relativas a la satisfacción de necesidades sociales, como en lo
que concierne a la distribución del ingreso y la estabilización de laeconomía.
Bajo esta premisa, los bienes públicos cuyos beneficios tienen una incidencia sobre todo
el territorio de la Nación -o más indivisibles-, como ocurre propiamente aquellos cuyos
beneficios resultan territorialmente con la defensa militar o las relaciones exteriores de
un país, deben ser provistos por el nivel gubernamental cuyo ámbito jurisdiccional sea
todo el país. Se trata del caso de un bien público puro, cuya prestación involucra una
crogación determinada para todo el grupo, en que cabe suponer identidad de gustos e
ingresos entre los ciudadanos, en el que la parte del costo que habrá de soportar cada
ciudadano será necesariamente menor a medida que el tamaño de la comunidad resulte
ser más grande, donde la eficiencia requerirá la constitución de grupos o comunidades a
ser servidas por el gobierno, de tamaño indefinidamente amplio; ya que se supone que
dada su condición de consumo no rival, la calidad del servicio, o los beneficios de la
prestación, no se deterioran aun cuando se incorporen más y más usuarios o residentes
en la comunidad y por el lado de los costos que existen importantes economías de
escala.
Así planteadas las cosas, resulta pertinente referir a las razones que operan a favor o que
a hacen a la conveniencia de una prestación descentralizada, de determinados bienes o
servicios cuya financiación se realiza por medio del presupuesto público.
a) En primer término, puede decirse que cuando las preferencias o las necesidades por
determinados servicios gubernamentales, difieren entre los distintos grupos
poblacionales asentados en las diferentes regiones o zonas que conforman el vasto
territorio nacional, no resultan homogéneas entre sí, la manera de lograr una prestación
mejor ajustada a las preferencias de cada grupo o más acorde a las necesidades de los
ciudadanos que los conforman, es atribuyendo la responsabilidad de la misma a un
nivel subnacional de gobierno, cuyas autoridades por estar mas cerca de la gente, se
supone cuentan con mas posibilidades de conocer lo que la comunidad requiere en lo
que respecta a bienes sociales.
En tal sentido cabe referir por ejemplo a la circunstancia de que las necesidades en
materia de servicios de salud de una comunidad que debe prevenirse de un problema
endémico propio de la zona en que habita -Vg. Mal de Chagas-resulten marcadamente
distintas de las de otra a la que le es totalmente ajena la cuestión y las prestaciones
deben responder a ello. O en otro caso, pueden advertirse diferencias entre las
necesidades en materia de servicios educativos o de saneamiento que experimenta una
comunidad con población preponderantemente rural, de aquella en que los
asentamientos son esencialmente urbanos. En ambos casos resulta conveniente tener en
cuenta las particularidades que requiere el servicio, lo que resulta más factible de
alcanzar si se descentraliza la prestación.
En consecuencia, la adaptación de la actividad gubernamental conforme a las
preferencias de la sociedad, tendrá mayor posibilidad de ser alcanzada a medida que se
constituyan grupos o comunidades, con demanda por bienes públicos relativamente
homogénea entre sus miembros.
Cada grupo podrá decidir sobre la combinación de bienes públicos y privados que más
se asemeje a sus preferencias y los que no compartan las decisiones adoptadas -las
minorías- podrán escoger otros grupos cuyos miembros exterioricen gustos más
próximos a sus deseos. En otras palabras los ciudadanos tenderán a congregarse en
jurisdicción de aquellos gobiernos que ofrezcan los bienes públicos e impuestos- que
prefieran. Es el modo en que los ciudadanos revelan sus preferencias y se conoce como
el fenómeno de "votar con los pies" o Efecto Tiebuot que describió este economista en
1956
En otros términos, se sostiene que el objetivo de una asignación eficiente de los recursos
se logra, cuando en las decisiones públicas se acentúa la responsabilidad por parte de
quien decide el gasto -es decir, cuando se verifica la Correspondencia Fiscal-;
propósitos que conforme los principios de la Teoría de la Elección Pública, se estiman
resulta más factibles de alcanzar cuando se descentraliza la prestación del servicio.
En tal sentido la idea que subyace es que a medida que la población aumenta y hasta
cierto tamaño del núcleo urbano, resulta probable que también se verifiquen situaciones
de economías de escala, de modo que los costos por habitante, resulten cada vez
menores, situación representada a la izquierda del punto (M) de mínimo costo en la
función graficada.
Bajo la misma línea de análisis, se puede afirmar que superado ese tamaño óptimo, es
decir, si la ciudad sigue creciendo, el gobierno deberá dar respuesta a nuevas demandas
de servicios que antes no se requerían, debiendo asumir actividades relativas por Ej. Al
control de tránsito vehicular, la ecología, la reglamentación del uso del suelo
delimitando las zonas para uso industrial o la construcción en altura, o también la
afectación de espacios para las actividades comunitarias o de recreación, construyendo
por ejemplo parques públicos. Es a partir de lo mencionado en último término, que a la
situación creada por el aumento en el gasto por habitante que en su consecuencia se
verifica, en alguna literatura se le ha dado en llamar "efecto zoológico", en el sentido de
que el incremento en el gasto se explica por el desarrollo de una nueva actividad
presupuestaria que en comunidades pequeñas no tendrían cabida o justificación.
Restricciones a la Descentralización
De otro modo, la política sería reducir la calidad o la cantidad de los bienes públicos
que se suministran, dejando de cubrir las necesidades de la población receptora de los
beneficios o alternativamente, al disponer de un limitado potencial tributario -bases
imponibles deprimidas, menores al promedio nacional- imponer una mayor presión
tributaria, elevando las alícuotas de los impuestos que administra; medidas que en
ambos casos no parecer ser consideradas por resultar inconducentes.
La consideración de las cuestiones asociadas con las economías de escala puede, por
otra parte, complicar la determinación de la solución óptima, en la medida en que sólo
se verifique en algunos de los componentes del servicio y no en todas las funciones que
comprende su prestación. Por ejemplo, el tamaño óptimo -o de menor costo unitario
para los servicios de supervisión y control en materia de política sanitaria, seguramente
no es el mismo que el que puede determinarse para las prestaciones de un dispensario u
hospital.
d) En otro orden, debiera mencionar un aspecto de orden institucional. Este tiene lugar
como consecuencia de que la constitución de un considerable número de niveles
gubernamentales como lo sugiere el modelo descripto, tropieza necesariamente con la
dificultad de que éstos ya están dados por la organización institucional del país y que
como tal, se encuentra limitado generalmente al caso de los gobiernos nacional, las
provincias y las municipalidades y eventualmente otros como las comunas previsto en
la constitución provincial- que en principio, no sería por ejemplo, el caso de los EE.UU.
donde además del gobierno federal, los estados, los municipios y los condados existen
los "distritos" encargados de determinadas prestaciones, entre las que se desiacan la
relativas a la educación tanto primaria como secundaria, y que en general financian con
el producido de impuestos a la propiedad inmobiliaria.
Otro aspecto tan importante como el reseñado hace alusión a la necesidad de que los
impuestos que debe pagar un ciudadano no resulten determinados por el lugar de su
residencia, con lo cual quedaría comprometida la equidad del sistema tributario. Es
decir, la posibilidad de igualar la carga tributaria que deben soportar los ciudadanos
sin distinciones arbitrarias o reñidas con un criterio de justicia, hace también a la
conveniencia de un sistema tributario organizado centralizadamente.
d) Otra de las cuestiones que se plantean, es el caso de los gravámenes cuya materia
imponible se refiere a actividades económicas que se desarrollan en más de una
jurisdicción, como ocurre por ejemplo con el impuesto a la renta y que por esa razón se
tornan difícilmente administrables para los niveles menores de gobierno, situación que
se ve agravada porlos limitados recursos materiales y técnicos de que generalmente
disponen, o cuando resulte necesario evitar la múltiple imposición.
Desde una óptica como la reseñada, resultan evidentes las ventajas que ofrece un
sistema central de recaudación, en lugar de que las facultades impositivas puedan
ser ejercidas por todos los niveles jurisdiccionales que conforman el país federal.
¿Conviene descentralizar?
a) Cuando se tratara de impuestos que recaen sobre bases tributarias inmóviles ya que
de ese modo, no podrían producirse distorsiones en la localización, ni serían
mayormente graves los problemas de las administraciones tributarias subnacionales
para acceder a la información relativa a la determinación de las bases imponibles por
ejemplo en caso de los impuestos inmobiliarios.
Sin embargo, no debe ignorarse en esta discusión que existen críticas a los esquemas
fiscales centralizados, en especial cuando se trata de la recaudación tributaria, y tiene
que ver con el principio de correspondencia fiscal y la tendencia a sobredimensionar
el gasto público por parte de los gobiernos subnacionales y municipales, por los
efectos provocados por la separación de las decisiones de gasto y su financiamiento.
Ello sin desconocer la importancia del gasto como instrumento para la redistribución, y al
que determinadas corrientes de opinión le asignan mayor potencialidad que a los impuestos
sentenciando al respecto que "es más fácil dar que quitar".
Por otra parte, una razón de más peso para definir la redistribución del ingreso como
una función exclusiva del gobierno central, está dada por la circunstancia de que
cualquier medida que de modo aislado llegue a instrumentar la autoridad política de
una provincia, muy probablemente se torne contraproducente. Ello resulta de esta
manera, por el hecho de que tales medidas provocan la emigración de las personas de
altos ingresos -los que soportan el costo de la política hacia otras jurisdicciones al
tiempo que los pobres -potenciales beneficiarios- experimentarían justificados deseos
de trasladarse hacia la provincia que ponga en vigencia políticas redistributivas.
En igual sentido, debe reconocerse que no todas las jurisdicciones cuentan con la
misma capacidad económica para llevar a cabo políticas redistributivas, lo cual
constituye un argu poca relevancia, en orden a justificar la atribución de esta
importante función presupuestaria al nivel superior de gobierno, es decir una razón
que opera en favor de centralizar la función.
El otro aspecto relevante en la cuestión de la redistribución del ingreso, está dado por el
interrogante que se plantea en torno a si las medidas gubernamentales deben procurar
explícitamente la redistribución regional o territorial, o si se las mismas son
consecuencias directas de un resultado de la distribución personal.
LA ESTABILIZACIÓN DE LA ECONOMÍA
En otro orden, debe tenerse presente que así como cuando en un país se instrumentan
medidas de política con el propósito por ejemplo, de aumentar el nivel de actividad
económica
-o de disminuir el desempleo- existe la posibilidad que sus efectos resulten
aprovechados o más propiamente, que se derramen- por los países con los cuales se
mantienen relaciones comerciales, (quienes de ese modo verán aumentadas sus
exportaciones hacia el país que dispone las medidas, o aportaran mano de obra)
dependiendo ello del grado de apertura de la economía, cabe suponer que cuando se
trata de una jurisdicción subnacional por definición totalmente abierta hacia las
restantes, la probabilidad de que los efectos de las medidas económicas que pueda
disponer una provincia se derramen y terminen beneficiando en gran medida, también a
las demás jurisdicciones que conforman el territorio nacional, constituye una razón a
favor de centralizar esta rama de la actividad presupuestaria. En otras palabras, bajo este
punto de vista se sostiene que los resultados obtenidos por la provincia que lleve a cabo
un determinado programa económico muy probablemente, por las razones apuntadas,
no habrán de ser los esperados por sus autoridades, con los efectos propios de un caso
del tipo visto al analizar las externalidades interjurisdiccionales, resultado alterada la
relación costo- beneficio para la jurisdicción que hubiese decidido poner en práctica
lamedida.
Por último, la innegable necesidad de que la política económica debe ser una sola para
todo el país y la imposibilidad de coordinar el manejo del instrumento presupuestario de
los gobiernos subnacionales, que a través de sus déficit o superávit, influyen en la
determinación del nivel de ingreso b el control de la inflación, hacen también a la
conveniencia de atribuir al gobierno central la función de estabilización y crecimiento.
Bajo un esquema como el descripto, cada nivel de gobierno desarrollará las funciones
de la política presupuestaria que le resultan propias, y tendrán a su cargo la prestación
de determinados servicios que en principio, deberían estar financiados con el cobro de
los respectivos impuestos, a los ciudadanos de su jurisdicción, lo cual no siempre
resulta posible, ante las restricciones que encuentran los gobiernos subnacionales para
aplicar determinados tributos.
De allí, esta independencia funcional entre las diferentes unidades que conforma el
sector público en un estado organizado bajo los principios del federalismo, no resultará
tan absoluta como parece. Antes bien, por diversos motivos como los que ya se
insinuaron y los que se puntualizan a continuación, existen un conjunto de razones que
explican la necesidad de que a través de diferentes mecanismos, se establezcan
relaciones financieras entre los diferentes niveles de gobierno
Por tal motivo puede decirse que no existe correlación entre las fuentes potenciales
de recursos y las necesidades de prestar servicios, con que se enfrentan los
gobiernos de diferente nivel dando lugar a lo que se ha dado en llamar el problema
del "Desequilibrio o Brecha Fiscal Vertical", resultando por lo tanto necesario
establecer algún sistema de participación de las jurisdicciones menores en las
recaudaciones del gobierno superior.10
Es decir, puede resultar necesario instrumentar medidas financieras que tengan por
objeto equiparar la situación fiscal entre unidades gubernamentales de igual nivel
-provincias pobres vs. Provincias ricas, o municipios asentados en zonas de bajos
recursos vs. Municipios de zonas ricas con el propósito de anular las diferencias en el
nivel de los servicios, que tengan lugar como consecuencia de las diferencias de ingreso
o de riqueza en que se asienta su territorio.
Con el propósito de ordenar el ejercicio del poder tributario entre las distintas unidades
gubernamentales que componen la organización federal como en otro casos de atender
a las cuestiones de financiamiento precedentemente señaladas, pueden instrumentarse
diferentes sistemas de coordinación financiera entre los que merecen citarse la
Separación de fuentes el sistema de concurrencia, las tasas o cuotas adicionales, la
coparticipación de impuestos y las subvenciones o transferencias intergubernamentales,
como los más relevantes.
El sistema presenta algunas características destacables; entre ellas cabe referir al modo
en que a través de su implementación se resguarda la autonomía de los gobiernos
subnacionales que, como se dijo, conservan plenamente el manejo de los elementos
constitutivos de los tributos cuya aplicación les resulta asignada.
2)Otra de las ventajas que caracterizan a estos sistemas se refiere a que constituyen
una manera de evitar la superposición de tributos o la múltiple imposición -vertical-
sobre una determinada base imponible.
Entre tales limitaciones, merecen citarse aquellas que se refieren a la dificultad que
presentan estos sistemas para solucionar el denominado problema de la "brecha fiscal
vertical" esto es, la situaciones a que dan lugar la falta de correlación entre las fuentes
potenciales de recursos y las necesidades de gastos entre unidades gubernamentales de
distinto nivel.
Concurrencia de Fuentes
Cabe destacar que con el propósito del ordenamiento del poder tributario en un estado
federal es posible adoptar un sistema como el que acá se describe sólo para el caso de
algunos impuestos no resultado recomendable para la totalidad del sistema.
Constituyen recursos de los municipios: los que les asignen las respectivas constituciones
provinciales.
Él mismo puede ser aplicado en los casos en que un mismo tributo pretende ser aplicado
simultáneamente por gobiernos de diferente nivel: por caso la nación y alguna o algunas
provincias y entre estas y sus municipios. La solución propuesta, consiste en que por vía
de un acuerdo. el gobierno de nivel inferior le encarga al de nivel superior, que al
administrar éste su propio tributo, agregue una tasa o porcentaje adicional con destino a
conformar sus propios recursos.
En orden a precisar algunas de las características del sistema, cabe destacar que bajo una
modalidad tal como ésta, el gobierno de nivel inferior -Vg.. una provincia- conserva sus
facultades en el manejo de su política tributaria, pero sólo en lo que se refiere a la
fijación del nivel de alícuotas que desea imponer a sus contribuyentes o en lo que
respecta a establecer exenciones, no así en lo que representa los demás elementos
constitutivos del tributo, tales como por ejemplo la definición del hecho imponible y
otras obligaciones tributarias, por parte de los obligados. disposiciones que reglan el
cumplimiento de las
Coparticipación
Como se advierte, el sistema puede aplicarse para distribuir recaudación entre la nación
y las provincias como es en el caso del régimen vigente en Argentina de Coparticipación
Federal entre una provincia y sus municipios y/o comunas -como es que rige p. Ej., en la
provincia de Córdoba
Entre los compromisos que suelen asumir los gobiernos receptores, cobran particular
relevancia aquellos referidos a los condicionamientos en el diseño de su política fiscal,
resultando generalmente inhibidos a aplicar impuestos de naturaleza análoga a
aquellos cuya recaudación el gobierno superior les habrá de participar.
Entre ellos pueden citarse por ejemplo, los que se refieren a la densidad de la población,
en el entendimiento que los costos de prestación de servicios resultarán mayores cuando
los habitantes se encuentren asentados de manera dispersa, que en el caso contrario en
que se concentren en torno a núcleos urbanos, Bajo tal concepto entonces los fondos o
parte de ellos, debieran distribuirse en forma "inversa a la densidad de la población.
Otro de los factores que podrían ser tenidos en cuenta, para distribuir los fondos de
coparticipación atendiendo al criterio de la necesidad de gastos, es el que se refiere a la
posible existencia de economías de escala en la prestación de servicios, correspondiendo
en tal caso asignar mayor monto por habitante a las jurisdicciones relativamente
pequeñas, como sería el caso de una distribución en "partes iguales" para cada uno de
los gobiernos subnacionales comprendidos en el sistema, lo cual tiende a otorgar
mayores recursos a las provincias poco habitadas, las que pueden enfrentar mayores
costos por disponer de unidades productivas por debajo del nivel optimo de producción
del servicio.
Con tal propósito la distribución de los fondos deberá favorecer a los gobiernos con
bases tributarias débiles o asentados en áreas geográficas de menor desarrollo relativo,
resultando posible a tales fines, p. Ej., efectuar el reparto de fondos en proporción
inversa al Producto Bruto per cápita de cada jurisdicción, conformando en ese sentido
un sistema netamente redistributivo.
Otra alternativa, es la de introducir indicadores que tengan como objetivo estimular una
mayor eficiencia en la recaudación que le compete a cada provincia, de modo de evitar
conductas antes mencionadas, ante la falta de correspondencia entre ingresos y esfuerzo
fiscal propio, castigando aquellas jurisdicciones que se alejan de sus recaudaciones
potenciales, por ejemplo.
También presenta ventajas, en el sentido de que permite a los gobiernos menores, tener
acceso a fuentes tributarias que de otro modo no hubieran podido instrumentar, por
tratarse de impuestos difíciles de administrar y solo accesibles para el nivel del gobierno
superior, es decir bajo una recaudación centralizada. Precisamente esta última
característica del sistema, va asociada a otra de no poca importancia y que se refiere a
que aún en el caso de que los impuestos pudieran ser aplicados por las provincias o
municipios, las economías de escala en la recaudación y la supresión de duplicidades en
las administraciones tributarias, aparecen como ventajas apreciables del sistema.
Por parte de los gobiernos subnacionales o bien que descuiden la utilización eficiente
de las fuentes tributarias a su alcance, atento a que reciben los fondos de un modo
automático sin que medie un esfuerzo propio de recaudación.
En tal sentido aparece el efecto "ilusión fiscal" anteriormente mencionado, que puede
provocar en los gobiernos menores y que se refiere a la situación en la cual quien toma
la decisión de efectuar un gasto que va financiar con recursos transferidos por otra
jurisdicción, no tiene una correcta percepción de los costos involucrados y efectúa en
consecuencia una incorrecta evaluación cuando los coteja con los beneficios que se
esperan de aquél, al no identificar sobre quien o quienes recae la carga.
Transferencias Intergubernamentales
En primer lugar, están aquellas que se otorgan sin condicionamientos para el gobierno
receptor, en cuyo caso reciben la denominación de "Globales" o "Libres" y tienen como
propósito reducir la desigualdad de recursos para el financiamiento presupuestario que
enfrentan los niveles subnacionales asentados en áreas geográficas de bajo desarrollo
relativo.
Por otro lado, entre los inconvenientes que se le atribuye a este sistema de coordinación
financiera, es que pueden constituir incentivos para que los gobiernos receptores de las
transferencias, descuiden el uso eficiente de sus propias fuentes de recursos evitando a
los gobernantes de asumir el "costo político" de recaudar sus propios recursos, efecto
que de algún modo podría atenuar cuando el reparto se diseña sobre la base del
potencial tributario de la región.
De acuerdo a esta óptica se generaría así un círculo vicioso, donde una sobre
población demanda mayores servicios, que es posible financiar con el subsidio o
transferencias aquí analizadas, de modo que la suficiente oferta de servicios se
constituye en elemento convocante de desplazamientos de nuevas poblaciones
atraídas por las transferencias, con cual se convalida la situación y se potencia el
problema.
La otra forma que pueden asumir las transferencias entre niveles de gobierno, son las
Denominadas "Transferencias Condicionadas", donde el gobierno central no solo
determina el monto de los fondos a girar, sino también el tipo de gasto a financiar o sea
que establece explícitamente el destino de los dineros que se recibe la autoridad
subnacional.
En este tipo de transferencias, resulta usual que el gobierno receptor deba, como
condición para tener acceso a ellas, comprometerse a afectar también fondos propios
en el proyecto a cuyo financiamiento están destinados los dineros que se reciben.
Puede decirse, que esta modalidad para transferir fondos hacia los gobiernos menores,
encuentra un sólido fundamento y en tal sentido puede catalogarse como una de sus
principales ventajas, en la circunstancia de que constituyen un instrumento para
asegurar determinados niveles de prestación en servicios que si quedaran al solo
arbitrio de los gobiernos subnacionales resultarían deficientes, quizá por que la
valoración que de sus beneficios se efectúe no resulte acorde con la que corresponda al
país en su conjunto, o en otras palabras como un medio de adecuar la asignación de
recursos desde una perspectiva no local o regional.
En el mismo sentido, cabe destacar que si bien el efecto ilusión fiscal puede
considerarse un problema de los sistemas de coparticipación, también en las
transferencias intergubernamentales aparecerá este inconveniente y seguramente
podrá ser mayor aún.
La cuestión asume relevancia, a partir del hecho de con demasiada frecuencia muchas
de las actividades que llevan a cabo los sujetos económicos, no se circunscriben al
ámbito territorial de una sola jurisdicción sino que se desarrollan parcialmente en más
de una, constituyendo un único proceso económicamente indivisible.
Por ello aparecen los más variados casos, que van desde las operaciones de compra-
venta entre sujetos radicados en diferentes provincias, hasta los de aquellas empresas
que completan en una provincia un proceso productivo (que puede ser industrial, o
correspondiente al sector primario) iniciado en otra, pasando por aquellos
contribuyentes que teniendo un establecimiento (productivo) en una provincia,
comercializan o tienen radicada su sede administrativa, en otra desde donde emiten la
factura que documenta la venta, para citar algunos
El mecanismo adoptado en el texto del Convenio para distribuir la base imponible entre
las jurisdicciones, con aplicación al común de las actividades comprendidas
-denominado Régimen General- utiliza el siguiente criterio:
El 50% de la base imponible del contribuyente se distribuye en función del origen de los
ingresos en el año anterior, es decir en proporción a la participación de cada jurisdicción
en las ventas realizadas y el 50 % en proporción a la distribución de los gastos
efectuados por la empresa en cada provincia, en relación a la actividad gravada
excluyéndose entre otros, las compras de materias primas y los de publicidad.
Debe destacarse que la base imponible atribuida a cada jurisdicción, quedará sometida a
la legislación vigente en cada una de ellas, con lo cual puede darse el caso que una
operación resulte parcialmente gravada, si la ley tributaria de una provincia contemplara
su exención al tiempo que en otra ho ocurra lo mismo.
Finalmente es preciso tener en cuenta que así como existe un Régimen General, también
se prevén en el acuerdo, regímenes especiales aplicables a determinadas actividades
para la cuales se establecen criterios especiales de asignación de bases imponibles. Tal
es el caso p. Ej. de las empresas constructoras, que teniendo la administración en una
provincia realizan obras en otras, la industria tabacalera que obtiene su materia prima en
una jurisdicción y la procesa en otra o el de las empresas de transporte
interjurisdiccional.
El régimen de coparticipación
3. Hacia fines de 1999 la suscripción de una nuevo acuerdo entre la Nación y las
provincias argentinas (COMPROMISO FEDERAL DEL 6-12-1999) pone de relieve la
preocupación de la autoridad económica por evitar los efectos adversos del
endeudamiento del sector publico, la necesidad de impulsar el cumplimiento de los
aspectos pendientes del acuerdo federal del 12- 08- 1993 y de disminuir el gasto
público, atento a lo cual se los firmantes comprometen entre otros aspectos a:
A tales fines se conviene -entre otros objetivos importantes- en fijar los montos
mensuales de las transferencias financieras que la Nación garantiza a las provincias,
éstas a su vez a dictar normas de administración de los recursos públicos con el objeto
de disminuir el déficit fiscal recibiendo la promesa de un programa de extensión de
plazos de deudas para aquellas que lo hagan. Asimismo la Nación se compromete a
financiar en forma escalonada- los déficit de los sistenias previsionales provinciales no
transferidos a su orbita (el de la Pcia. de Córdoba es uno de ellos) y las provincias a
armonizar sus sistemas previsionales para los beneficiarios futuros en cuanto al
régimen de aportes y contribuciones.
e) Atender al problema que significa el peso que implican los servicios de la deuda
en los presupuestos provinciales, acordando su reprogramación y reconversión en
titulos públicos nacionales garantizados por los fondos coparticipables.
Tal lo que aconteciera por ej. con la provisión de agua potable, servicio que ya había
sido transferido de la Nación a las provincias, en el marco de una decidida política de
descentralización de servicios nacionales que tuviera inicios en décadas pasadas,
política y que cobra nuevo impulso en los noventa con la suscripción de convenios de
transferencia de servicios provinciales a los municipios como ocurrió con las
prestaciones en materia de atención a la salud, en la Provincia de Córdoba, entre otros
casos.
En ese orden, también merecen citarse las consecuencias sobre el manejo de las finanzas
públicas que las cambiantes -y turbulentas- condiciones en que se comenzaron a
desenvolver los mercados financieros internacionales a partir de acontecimientos como
el que impactara a la economía mejicana promediando la mitad de la década, a raíz de lo
cual el sector publico empezó a enfrentar serias dificultades para financiar los déficit
presupuestarios y sentir el agobio de los servicios de una creciente deuda pública ante el
aumento que experimentan las tasas de interés para los mercados emergentes a partir de
la crisis asiática de 1997 y la prima de riesgo país en alza.
La Nación asistiría a las Provincias con dificultades financieras a través del Fondo
Fiduciario para el Desarrollo Provincial (FFDP).
Posteriormente con la ley 25.270, el Gobierno Nacional tiene como objetivos básicos: