0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
3 vistas1 página
La innovación contemplada en el artículo 259 de la Constitución de Venezuela de 1999 con respecto al artículo 206 de la Constitución de 1961 fue la inclusión de los reclamos por la prestación de servicios públicos dentro de la jurisdicción de la justicia contencioso administrativa. Ambas constituciones ratificaron la existencia de esta jurisdicción para anular actos administrativos contrarios a derecho y para condenar al pago de sumas de dinero por responsabilidad de la administración. La Constitución de 1999 también contempló expresamente el derecho a la tutela judicial
La innovación contemplada en el artículo 259 de la Constitución de Venezuela de 1999 con respecto al artículo 206 de la Constitución de 1961 fue la inclusión de los reclamos por la prestación de servicios públicos dentro de la jurisdicción de la justicia contencioso administrativa. Ambas constituciones ratificaron la existencia de esta jurisdicción para anular actos administrativos contrarios a derecho y para condenar al pago de sumas de dinero por responsabilidad de la administración. La Constitución de 1999 también contempló expresamente el derecho a la tutela judicial
La innovación contemplada en el artículo 259 de la Constitución de Venezuela de 1999 con respecto al artículo 206 de la Constitución de 1961 fue la inclusión de los reclamos por la prestación de servicios públicos dentro de la jurisdicción de la justicia contencioso administrativa. Ambas constituciones ratificaron la existencia de esta jurisdicción para anular actos administrativos contrarios a derecho y para condenar al pago de sumas de dinero por responsabilidad de la administración. La Constitución de 1999 también contempló expresamente el derecho a la tutela judicial
¿En qué consistió la innovación contemplada en el artículo 259 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 respecto a su texto antecedente, en el artículo 206 de la Constitución de 1961?
La Constitución de 1999, siguiendo la tendencia marcada por la Constitución de 1961
ratificó la existencia en Venezuela de una jurisdicción Contencioso Administrativo dirigida a garantizar el apego a derecho de la conducta administrativa.
De esta forma en términos casi idénticos a los previstos en el régimen de 1961, el
artículo 259 de la Constitución establece:
“la Jurisdicción Contencioso Administrativa corresponde al Tribunal Supremo de
Justicia y a los demás tribunales que determine la Ley. Los órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son competentes para anular los actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por desviación de poder, condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y perjuicios originados en responsabilidad de la administración; conocer de reclamos por la prestación de servicios públicos y disponer lo necesario para el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa”.
Se le añade a esta norma con respecto a lo establecido en la Constitución de 1961, lo
relativo a los reclamos por la prestación de los servicios públicos.
Así como ratificó el rango constitucional de la jurisdicción Contencioso Administrativo ,
también contempla en términos expresos, claros y precisos el derecho a la tutela judicial efectiva en su artículo 26, bajo esta idea de asegurar la prestación de una justicia efectiva a los ciudadanos, en obsequio de su derecho a la tutela judicial, la Constitución complementó dicha norma con otras que tienen por fin, garantizar el derecho a la defensa y el debido proceso de las partes en juicio, lo podemos encontrar en el artículo 49 de la misma o fomentar la descentralización del poder judicial para hacerlo más accesible al colectivo artículo 269 numeral 3.
Lo más importante de conocer estos anexos complementarios es darnos cuenta que
han servido de base al establecimiento por la jurisprudencia de novedosos criterios, que regidos por la necesidad de garantizar una tutela judicial efectiva los particulares, han dotado al proceso contencioso administrativo de un carácter eminentemente subjetivo.