Está en la página 1de 97

ALGUNAS CUEST IONES

DE MET AFÍSICA
TEXTOS Y DOCUMENTOS
Clás icos del Pe ns amie nto y de las Cie ncias

Cole cción dir ig id a por Antonio Alegre Gor r i

10
Teofrasto

ALGUNAS CUESTIONES
DE METAFÍSICA
E d ic ión biling üe

Introducción, traducción y notas


de Miguel Candel

r Ί EDITORIAL DEL HOMBRE

de Educación
y Ciencia
Algunas cuestiones de metafísica / Teofrasto ;
introducción, traducción y notas de Miguel Candel.
— Edición bilingüe. — Barcelona : Anthropos ;
Madrid : Ministerio de Educación y Ciencia, 1991. —
XXXV + 50 p. ; 20 cm. — (Textos y Documentos ; 10)
Tit. or ig. : 0€ ο^>ρασ7ου τ ων μ βτα τ α φυσιχ α. — Biblio g r a fía
p. XXXI XXXV
IS BN 84- 7658- 274- 9

1. Cande l, Migue l, ed. II. Es paña. Minis te r io de Educ a c ión


y Cie ncia III. T ítulo IV. Cole cción 1. Me tafís ica
2. Filos ofía gr ie ga - S. III a. de C.
I Teofrasto
II

Primera edición: octubre 1991

© de la introducción, tr aducción y notas: Migue l Candel, 1991


© de la presente edición:
Centro de Publicaciones del MEC,
Ciudad universitaria, s.n., Madrid, y
Editorial Anthropos. Promat. S. Coop. Ltda.,
Vía Augusta, 64- 66, Barcelona
Coeditan: Centro de Publicaciones del MEC y Editorial Anthropos
Tirada: 3.000 ejemplares

ISBN: 84- 7658- 274- 9


ÑIPO: 176- 91- 081- 2
Depósito legal: B. 30.576- 1991
Fotocompos ición: Marge. Barcelona
Impre s ión: Novagráfík. Puigcerdá, 127. Barcelona

Impre s o en Es paña - Prínted in Spain

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni


en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por un sistema de recupe­
ración de información en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico,
fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier
otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.
EST UDIO INT RODUCT ORIO

T EOFRAST O: ¿DISCÍPULO O MAEST RO?

Gr acias a la excelente ve rs ión de l pe que ño tr a­


tado o fr ag me nto S obre las s e ns acione s (Πegl
αίσθ ήσβων), pode mos d ir ig ir al le ctor a las páginas
intr oductor ia s de s u traductor, Jos é Solana Dueso,
par a todo lo referente a la vida y obr a en ge ne ral de
Teofrasto de Ere so.1 Únicame nte que re mos hace r alu­
s ión a quí a la cue s tión biogr áfic a de s u r e lación con
Aristóteles durante el pe ríodo académico de éste, cues­
tión que el me nc ionado tr aductor y e ditor de Sobre
las s ens acione s de ja entre inte r rogante s (cf. p. 8 de la
c itada e dición).
No muc ho más jove n que Aris tóte le s (ape nas unos
doce o catorce años, los que me dian entre el nac imie n­
to de Aris tóte le s en Es tagira, en 384 a.N.E., y el de Teo­
fras to en Ereso, is la de Lesbos, en 372/370 a.N.E.), es
pe r fe ctame nte pos ible , a priori, que coincidie r a con
Aris tóte le s en la Acade mia poco ante s de la mue rte de
Platón. Pero ade más hay datos que pe r mite n, contr a
la has ta hace poco influye nte o pinión de Jaeger, creer
en una e s tre cha r e lación del e s tagir ita y el eresio ya
en ese pe ríodo. Es tos he chos son: la pr opia a mis ta d
y confianza mos tr a da hac ia él por Aris tóte le s desde
el pr im e r mome nto de s u colabor ac ión pos tacadémi-

1. Teofrasto, Sobre las s e ns acione s (ed. y trad. come ntada por


Jos é Sola na Dueso), Bar ce lona, Anthr opos , 1989.

VI I
ca, cuya pr ofundida d lleva a pe ns ar en lazos a nud a ­
dos en un pe r íodo tan pr opicio a la c r is taliza ción de
amis tade s (o e ne mis tade s ) durade r as como es la e ta­
pa de for ma ción, con el e s pír itu de ca mar a de r ía que
la convive ncia en esa e tapa de la vida genera; y el co­
noc imie nto de pr ime r a ma no que Teofrasto de mue s ­
tr a te ne r de las doctr inas de Platón, Es pe us ipo, Jenó-
crates, etc., como ate s tigua, e ntre otros textos, el que
aquí pre s e ntamos .
Por otr a parte , pue de cons ide r ars e ya s upe rada la
dicotomía r adical jae ge r iana entre un Aris tóte les aca­
démico ple name nte ide ntifica do con Platón y un Ar is ­
tóte le s pe r ipatético, pr ofunda me nte cr ític o con s u
mae s tro: en c ua lq uie r caso, el tr atado de juve ntud
(Π€ql (,δβών), donde Aris tóte le s , s e gún te s timonio de
Ale jandr o de Afrodis ia (In Metaph., 79- 81), organiza su
ataque más pr o fundo y s is te mático a la te oría de las
ide as s ubs is te nte s , cor re s ponde ya, s e gún una mayo­
r ía de autore s , al pe r íodo académico. Así opina n, por
e je mplo, H. Ka r pp y E. Be rti (de este último, véase so­
bre todo: Aris totele: dalla diale ttica alia filos ofía p ri­
ma, Padua, CEDAM, 1977). Inc lus o W. Jaege r, en Gno­
m on, 23 (1951), pp. 246- 252, admite esa datación,
aunque no pie ns e —contr a la e vide ncia de las pr ue ­
bas apor tadas por P. Wilp e r t en «Re s te ve rlore ne r
Ar is tote le s s chrifte n be i Ale xande r von Aphr odis ias »,
Herme s , 75 (1940), pp. 378- 385— que conte nga un ata ­
que real a la te or ía de las ideas. La te oría de las ideas,
pues, s e ría en la Acade mia una quae s tio dis putata, so­
bre la que sus mie mbr os de bie r on de adoptar dive r­
sas y a veces cambiante s (como es el cas o de l pr opio
Platón) te s ituras . Es o e xplicaría, por otr o lado, que
Aris tóte le s se re fiera s ie mpr e a los vale dore s ine quí­
vocos de aque lla conce pción e nglobándolos no en el
c alific ativo de «pla tónicos » o «académicos », s ino en
el de «par tidar io s de las ide as », e ntre los que, por lo
vis to y contr a la cre e ncia de Jaeger, él nunc a se contó
re alme nte . Pues bie n, no pare ce de s e ncaminado, a la

V III
vis ta de todo lo ante rior , conje tur ar que en esa polé­
mica, al me nos en los últim o s años de s u e s tancia en
la Acade mia, Aris tóte les tuvo a su lado a Teofrasto, in­
cans able pr opugnador , en toda s u obra, de los e s tu­
dios cie ntífico- naturale s y no me nos incans able c r íti­
co de la «impote ncia» e xplicativa de las ide as
s ubs is te nte s .
Pero, como veremos, ese apoyo mutuo, pr obable ­
me nte inic ia do ya en el pe r íodo académico, parece ha ­
be r s ido r e alme nte tal, es decir, bas ado en un a uté nti­
co inte r ca mbio de conocimie ntos , en el que s in duda
Teofrasto apr e ndió lógica y me tafís ica de Aris tóte le s ,
pe ro le hizo a éste, a s u vez, par tíc ipe de sus vastos
conocimie ntos de filo s ofía natur al (ver nota 3 de esta
intr oducción).
Lejos, pues, de la ide a tr adic io nal —de la que se
hace eco Jos é Sola na — s e gún la cual Aris tóte le s , lle ­
gado a la cumbr e de l s abe r e s pe culativo, e ncome ndó
a su «dis cípulo» Teofrasto la la bo r de de s ar r ollar los
saberes «pos itivos », nos inclinamos a pe ns ar que el
gus to por estos últim o s le fue tr a ns mitido al Estagi-
ri'ta por s u e r udito (y gran cole ccionador de libros )
amigo de Ereso.

LA MET AFÍSICA DE T EOFRAST O

El texto que he mos titula do (en razón del tono apo­


r ético y la or ganiza ción te mátic a que lo car acte rizan)
A lgunas cuestiones de me tafís ica constituye , junto con
los fr agme ntos de fís ica (núme r os 13- 55 de la e dic ión
de Wimme r ) la par te más e s pe culativa lle gada has ta
nos otros de la inme ns a pr oduc c ión a t r ib uid a a Teo­
frasto. Pero, a dife r e ncia de los fragme ntos de fís ica,
que se nos han tr a ns mitido en for ma de citas, fund a ­

IX
me ntalme nte de los come ntar is tas de Aris tóte les (Ale­
ja ndr o y Simplicio, sobre todo), la me tafís ica teofras-
tea se ha cons e rvado a modo de e s colio de la obr a ar is ­
totélica h omónima , apéndice a la mis ma inc luido en
varios de los pr incipale s ma nus cr itos de esa obra.
Tal como e xplica un e s colio que figur a al fina l del
texto (no inc luido en nue s tr a e dición): «Andr ónic o y
He r mipo de s conoce n este libro, pue s no ha n he cho
me nc ión a lguna de él en la lis ta de obras de Teofras­
to. Nicolás [de Damas co] lo cita en s u e s tudio de los
libr os me tafís icos de Aris tóte le s , dicie ndo que es de
Teofrasto. Contie ne algo as í como unas cuantas obje ­
ciones previas al conjunto del tr atado [de Aristóteles] ».
La noticia más antigua, pues , de la e xis te ncia de
esta obra data del 25 a.N.E. Tanto sus par ale lis mos con
otros fr agme ntos teofrasteos, como el laps o his tór ico
en que se s itúa n los autore s a llí citados (de los preso-
cr áticos a Aris tóte le s ), c o nfir ma n la ve r os imilitud de
la atr ibuc ión. Y, en efecto, pue de de cirse que, por su
conte nido, es un ma gnífic o apéndice o a pos tilla a dis ­
tintos puntos cr uciale s de la me tafís ica platónico-
aris totélica. De s tacamos el ca r ácte r pla tónic o tanto
como aris totélico de la pr oble mática de batida por una
doble razón:

1) La filo s ofía pr ime r a de l funda do r de l Pe r ípato


no tiene s e ntido más que en confr o ntac ión con las d i­
ferentes te nde ncias impe r ante s en la Acade mia en lo
tocante al s abe r filos ófico, de las que la ar is totélica
cons tituye de he cho una var iante más , tal como he ­
mos s e ñalado en la s e cción ante rior.
2) En todo caso, la re fle xión me tafís ica del más fiel
colaborador de Aris tóteles entronca directamente, por
s u cue nta, con los grande s de bate s académicos .

Teofrasto es, de hecho, la fue nte más fiable , por su


pr ox imida d a la pa r que por s u me nor a fán polé mico
y dis tanc ia mie nto mayor que el de Aris tóte le s , par a

X
el conocimie nto de algunas de las tesis de Pla tón y de
los dos pr ime r os s ucesores de éste al fre nte de la Aca­
de mia (Es pe us ipo y Je nócrate s ) a llí donde el te s timo­
nio aris totélico pre s e nta lagunas .2 El me nor afán po­
lémico es compr e ns ible si se pie ns a que s u pos ición
de e pígono ar is totélico (con las s alve dade s he chas en
la s e cción ante rior ) lo s itúa «e n s e gunda líne a» de n­
tro de la confr ontación de Aristóteles con las otras ten­
de ncias académicas . La pr ox imida d e s tr iba en el he ­
cho de s u —par a nos otros — cas i s e gura pe r te ne ncia
al cír culo pla tónic o ante s de s u inco r por a ción al Li­
ceo (del que, por otr a parte, fue c ofunda dor y finan-
ciador). En ge ne ral, Teofrasto es una fue nte comple ­
me nta r ia clave par a las te orías cos mológicas de los
acadé micos 3 y par a algunas de las opinione s no

2. Así, por e je mplo, e n la a tr ib u c ión a P la tón de una je r a r q uía


ontológica que, apar te de s ubor dinar las cosas s ensibles a las idéas,
s ubor dina éstas, cons ide r adas innume r a ble s , a los die z pr ime r o s
núme r os ide ales , y éstos dir e ctame nte a los pr ime r o s pr inc ipio s
(el Uno y la dia da inde finida), par a luego, en or de n inverso, e x pli­
car la ge ne r ación de cada nive l infe r ior a p a r t ir de l nive l s upe r io r
(cfr. párr . 13 de l texto a quí e dita do y pe n últim a s e cción de este es­
t udio he r me né utic o intr oductor io). Otr o tanto ocur r e con la refe­
r e ncia a que Es pe us ipo no e s tudia ba des de un punto de vis ta pr o­
pia me nte físico, s ino me r ame nte ma te mático, la e nvoltur a celeste
del unive rs o y s u c ont e nido (cfr. párr . 12). O la a lu s ión a que, t a m ­
bién Es pe us ipo, s ituaba las s us tancias más dignas en el ce ntro del
unive rs o (es decir, en la tie rr a, y por ello, pr e s umible me nte , e n las
for mas vivas [ párr. 32]); re fe re ncia, esta últ im a , que c o nfir m a los
te s timonios de Aris tóte les {Met., XIV, 4, 1.091 a 36 - 1.092 a 2) y Yám-
blic o {De c o m m un i m athe m atic a s cie ntia, IV) ace rca del c o nfin a ­
mie nto de l bie n por Es pe us ipo a la esfera de los seres dotados de
alma.
3. Su obr a Opinione s de los físicos, ba s a da s e gur ame nte e n la
le ctur a dir e cta de toda o cas i toda la lite r a tur a filo s ófic a cono ci­
da en su tie mpo, cons tituye la fue nte dox ogr áfica pr ime r a y fu n ­
dame ntal sobre las doctr inas cos mológicas antiguas , desde los pre-
s ocráticos has ta Platón. En este punto, Aris tóteles es probable me nte
(como he mos s e ña lado ante r ior me nte ) más in flu id o que in fluy e n­
te en la e r udic ión de su co mpañe r o y dis cípulo.

XI
e s critas (άγ ραφ α δόγμ ατα) de Platon s obre esa mis ma
te mática.
Pero el inte rés de l fr agme nto me ta f ísico, apar te de
s u ut ilid a d doxogr áfica (es, por e je mplo, una de las
fue nte s pr incipale s par a la a tr ibuc ión a Platón de la
te or ía de la s ubor dinac ión de las for mas a los núm e ­
ros ide ale s ),4 r adica sobre todo en que cons tituye , de
hecho, el pr im e r come ntar io cr ítico a la me tafís ica
de Aris tóte le s , as pe cto en el que ce ntrar e mos el res­
to de e sta nota intr oductor ia .

LA NAT URALEZA DE LOS P RINCIP IOS:


P RINCIP IOS DE LA NAT URALEZA

El hilo conductor del opús culo es la de te rminación


de los principios , e nte ndidos a la vez como entes p r i­
mor diale s y como puntos de pa r tida de l conocimie n­
to sobre el mundo (ambigüe dad ésta que tras pas a toda
la r e fle xión platónico- ar is totélica y que obe de ce a un
pr e s upue s to previo: el de que el ser es la ve rdad de
las cosas).
La ide ntific a c ión de los pr inc ipio s ontológicos y
los e pis te mológicos se hace e x plícita desde el comie n­
zo mis mo (párr. 1), c uando se a s im ila n las «cos as p r i­
ma r ia s » —των πρώτ ων— a las «cos as inte ligible s »
— νοητοί s—.
Pero el pr oble ma que se pla nte a inme diatame nte
es el de l nexo que une a los pr inc ipio s con el resto,

4. Ver nota 2, y cfr. L. Robin, La théorie platonic ie nne des idées


et des nom bre s d ’après A ns tote , Paris , 1908 (r e impr . Hilde s he im,
Olms , 1968).

X II
s in el cual los pr incipios no s e rían pr inc ipios de nada
y se autone gar ían como tale s .5
Pues bie n, lo cie r to es que no se ve a pr ime r a vis ta
cómo pue de lo inte lig ible como tal, no s ujeto a c a m­
bio, te ne r cone xión alguna con los entes naturale s , m u­
dable s y tr ans itorios . La dific ulta d r e s ultar á ins alva­
ble si se reduce lo inte ligible a lo mate mático, que, por
de finic ión, la e s cue la a r is totélic a e ntie nde como p r i­
vado de natur a le za pr opia y c onfinado a la esfera de
la me ra abs tr acción.
La s olución cons is te en pos tular , a p a r t ir de los
pr opios tér minos del pr oble ma (el o los pr incipios han
de da r r azón de y e xis te ncia al movimie nto c ons titu­
tivo de toda la natur ale za en s u conjunto), la e xis te n­
cia de un mo tor pr ime r o y unive rs al cuya natur ale za
como ente real, no abs tracto, cons is te pre cis ame nte
e n move r al resto de e ntidade s de l m und o real. Su na ­
tur ale za, por otr a parte , ha de ser tal que, par a mo ­
ver, no haya de ser movido a s u vez (apor ía con la que
se tr opie za s ie mpr e si se par te de la e xpe r ie ncia de l
m und o fís ico, donde la e ne rgía se ma nifie s ta s ie mpr e
como inte rcambio, s in que na da pue da r e c ibir la s in
d a r la ni viceversa): si se movie ra, en efecto, nunc a lle ­
gar íamos a un pr ime r pr incipio ontológico y, por ende,
tampoco a ning uno e pis te mológico, con lo que, por de­
finic ión, el movimie nto s e ría im pe ns able y, en vir tud
de l pre s upue s to s e ñalado al comie nzo de esta sección,
impos ible. Teofrasto, s iguie ndo a Aris tóteles (Met., XII,
7), re curre a la inge nios a me táfor a de l obje to de s e a­
do, que lo es y provoca el «movimie nto» de atr ac ción
hac ia él s in ne ce s idad de hace r nad a por s u parte. Por
último, le atribuye la s implic ida d de lo carente de par ­
tes, pur a e ntida d incuantificable , como gar a ntía de
unid a d a la vez que de unive r s alidad.

5. Es te es el e nfoque ce ntr al de la obr a más innovador a s obre


la fís ica ar is totélica: W. Wie la nd , Die añs tote lis che Phy sik, Gotin-
ga, Vande nhoe ck & Rupr e cht, 19702.

X III
Has ta aquí los pár r afos 1 al 6.
Pero esto, que es bás icame nte una glos a de las te­
sis ar is totélicas sobre el te ma, dis ta de ser la últ im a
palabr a de Teofrasto al respecto. En el pár r afo 16 se
pone en te la de juic io esta conce pción del pr inc ipio
como «motor inmóvil», lo que cons tituye una cr ítica
dire cta, por más que par cial, al núcle o ce ntral de la
cos mología o filos ofía pr ime r a del compañe r o y mae s ­
tro. En efecto, se apunta la obje ción siguiente: ¿no será
el reposo, más que pe rfe cción, una car e ncia? La res­
pue s ta, todavía hipotétic a en este párr afo, se hace ca­
te gór ica al c o mbina r la con lo expue s to en el pár r afo
27 y la pr ime r a m ita d de l 28: si la e x plicación de l u n i­
verso ha de ser global y conectar, por tanto, lo inte li­
gible con lo s e ns ible (e xige ncia que lle vó a r e chazar
el mode lo pitagór ico- platónico, en que las e ntidade s
lógico- matemáticas , como abs traccione s de s carnadas ,
r e s ultan incapace s de da r r azón de la vida, ma nife s ­
tada en el cambio), e ntonce s pare ce obvio que el p r in ­
cipio, s in pe rde r s u e mine ncia, ha de ser «connatur al»
a la natur ale za. Ahor a bie n, el movimie nto es la es e n­
cia de la naturale za, es decir, s u e f e ctiv idad6 (ένέρ-
yeioc). Lue go el pr incipio, par a no e s tar «vacío de na ­
tur ale za» como los núme r os pitagór icos o las ideas-
núme r os pla tónica s o je nocráticas , ha de pos e e r una
cie rta for ma de movimie nto (al igual que el pr inc ipio
de la vida ha de pos e er és ta de alguna mane ra, so pe na
de ser s u pur a ne gación, es decir, mue rte ). Por cons i­
guiente, «el cie lo se ha lla r á en cir cunvolución tambié n
por s u pr opia e ntida d y, en cambio, si se ha lla r a s e pa­
r ado y en reposo, lo s e ría homónimame nte . En
efecto, la cir c unvolución de l todo es una especie
de vida » (párr. 27, final). Por s upue s to, el cie lo no es

6. Cfr. Aris tóte le s , Fís ica, I, 2, 185 a 12- 14: «Por nue s tr a parte
vamos a p a r t ir de la bas e de que los seres de la natur ale za, en su
to ta lida d o en parte, e s tán s uje tos a movimie nto, cos a e vidente por
s imple compr o ba ción».

XIV
a ún el ente pr imor dia l, pr inc ipio de todo; pe ro la ana­
logía más e le me ntal hace infe r ir que la preeminencia-
co ntinuida d existente en la re lación entre cie lo y m u n ­
do s ubluna r es la m is m a que existe en la r e lación e n­
tre p r inc ipio y unive r s o (el cielo, al fin y al cabo, es
en cierto modo el universo, pue s lo e ngloba todo). Lue ­
go el pr incipio, «s i se ha lla r a s e par ado y en reposo,
s e ría pr inc ipio s ólo homónima me nte ».
Teofrasto, pues, frente a una pos ible inte r pr e tación
del motor inmóvil aris totélico como abs olutame nte in­
móvil, es decir, inm óvil por car e ncia de vida pr opia,
pas ivo e inerte, r e a fir ma el carácte r activo de ese p r in­
cipio de todas las cos as (ta mbién en el orde n e pis te ­
mológico, como veremos) r e cupe r ando el s e ntido real,
e timológico, de éveQyeta, «acto» o «e fe ctividad», que
es el de actuación, aunque sea a utóno m a y no de s e n­
cade na da por n ing ún pr inc ipio o im puls o ajeno. Es ta
ide a, que en el fondo es fie l al e s pír itu de la tesis ar is ­
totélica, le pare ce más de fe ndible con una fo r m ula ­
ción infie l a la le tra de aquélla: «es ad mis ib le que no
s ie mpre sean cos as dis tintas lo que mue ve y aque llo
a lo que mue ve en vir tud de l hace r y el pade ce r [...]
si hace uno re fe re ncia a la me nte y a Dios mis mo»
(párr. 16). (Dios es, s e gún Aris tóte le s , νόησιs νοήσβωτ,
«pe ns amie nto de sí mis mo» y, por ende, ac tividad in ­
trove rtida.)
Por cons iguie nte , que sea «impos ible que lo que
mue ve se mue va s ie mpre »7 es abs urdo, como anota al
mar ge n de l texto uno de los copis tas de l mis mo, en
variante re cogida por los diversos e ditore s mode r nos .
Teofrasto, pues, y como quie n no quie re la cosa, s u­
pe r a dialéctic ame nte en pocas líne as la opos ición e n­
tre las cate gorías aris totélicas de l hace r y el pade ce r;
r e afir ma el carácte r no me r ame nte inte ligible , s ino in­
te le ctual y vital, de l pr inc ipio s upre mo, e inmane nti-

7. Teofrasto, Me tafís ica, pár r . 16.

XV
za de finitivame nte a Dios , que en estos pár r afos y en
todo el opús culo apare ce s ólo a modo de image n o me ­
táfora de l s upr e mo pr inc ipio ontológico, y no al revés,
como todavía pare ce o c ur r ir en la filo s ofía pr ime r a
de s u mae s tro.

EL CONOCIMIENT O DE LOS P RINCIP IOS:


P RINCIP IOS DEL CONOCIMIENT O

En los párr afos 24 a 26 expone Teofrasto lo que po­


dr ía mos lla m a r s u «e pis te mología».
Empie za por cons tatar la dific ult a d de de fin ir el
saber, ya que se lla m a «s abe r » a actividade s muy dis ­
tintas , como pue de ser el conocimie nto por me dio de
caus as y el conocimie nto s in s u me diac ión. A co nti­
nua ción, el Er e s io excluye que el conocimie nto pue ­
da ser s ie mpr e me dia do por la ide ntific a c ión de las
caus as , ya que e llo e ntr a ña r ía la s us pe ns ión de l s a­
be r re s pe cto de una s erie in fin ita de condicione s pr e ­
vias (conoce r A e x igir ía conoce r B, s u caus a; conoce r
B e x igir ía conoce r C, s u caus a; y as í al infinito).
Se guidame nte r e for mula con ve ntaja 1^ te or ía ex­
pue s ta por Aris tóte les al comie nzo de s u Física, s e gún
la cual hay cosas más conocidas par a nos otros y otras
más conocidas en s e ntido abs oluto (fór mula s in duda
par adójica y confusa). La variante intr oducida por Teo­
frasto, tras a fir m a r que los pr incipios del conocimie n­
to se pue de n toma r tanto a p a r t ir de las re alidade s
inte ligible s como de las sensibles, dis tingue entre p rin­
cipios en s e ntido «s ubje tivo» o «cr onológico», que son
las impr e s ione s s e ns ible s , y fines, que son las r e a li­
dade s inte ligible s , pr inc ipio s ontológicos , cuyo cono­
cimie nto se obtie ne al fina l de l proce s o inic ia do con
el conoc imie nto s e ns orial.

XV I
El proceso comple to sería, pues, tal como lo e s que ­
matiza Teofrasto en el pár r afo 25, el siguiente: par tie n­
do de las s e ns acione s (cuyo conoc imie nto se pr e s upo­
ne directo, ya que cons tituye pr e cis ame nte el punto
de par tida), se inquie r e n las caus as de las re alidade s
que en aquéllas se revelan, y cuando este as ce ns o a
lo lar go de la cade na caus al lle ga al pr inc ipio e xpli­
cativo de toda la s erie (coincide nte , obviame nte , con
s u princ ipio ontológico, obje tivo, pe ro que s u b je t iv a ­
me nte cons tituye el fin de nue s tr a ac tividad cie ntífi­
ca) vue lve a pr oducir s e una apr e he ns ión dire cta, que
pare ce a ntic ip a r la «int uic ión inte le ctual» de l r acio­
na lis mo de ma tr iz carte s iana, aunque no s in cie r to
s e ntimie nto de ins atis facción por la im pos ibilid a d de
pr os e guir el anális is o de s dobla mie nto ente- causa:8
«c uando pas amos a las cosas s upre mas y pr im a r ia s
mis mas , ya no pode mos [ conocer a través de una ca u­
sa], bie n por no te ne r la al alcance , bie n por nue s tr a
inc a pa c ida d,9 como cuando mir a mos hac ia las cosas
muy br illante s ». Pero, pese a todo, los conocimie ntos
así obte nidos son los más seguros, «por que su conte m­
pla c ión tie ne luga r como si la me nte m is m a lo tocar a
y e s tuvie r a como a dhe r ida a ello, y por eso no es pos i­
ble el e ngaño al res pecto».
Ahor a bie n, que no que pa el e ngaño en la intuic ión
de las r e alidade s p r im a r ia s no s ignifica eo ips o que
dic ha int uic ión sea fác il y pue da, por de cir lo así,
«autoabas te ce r s e » s in mante ne r el cor dón u m b ilic a l
con la r e a lidad s e ns ible : «es ne ce s ar io r e cupe r ar los
e s tudios concre tos », s in los cuale s el conocimie nto de
los pr inc ipio s s upr e mos es e s téril, lo cual oblig a al fi­
lós ofo a a plic a r esos conocimie ntos bás icos a la cien-

8. No s e r ía abe r r ante de c ir tambié n, con vo c abula r io mo de r ­


no, «efecto- caus a», ya que la ple na r e alida d de los entes es s u efec­
tiv idad o acto, aque llo que han lle gado a ser como r e s ultado de cau­
sas ontológic a o in clus o cr onológicame nt e dis tintas de ellos.
9. Lo cual, obviame nte , no es v ir t ud s ino ne ce s idad.

XV II
cia na tur a l par a da r s e ntido real a aquéllos (Teofras-
to mis mo lo hizo de la mane ra más consecuente, como
es s abido). Y todo e llo en el bie n e nte ndido de que no
hay que pre te nde r, como se ha dicho antes, bus c ar ex­
plic a c ión caus al a todo, pue s esa pr e te ns ión a nula la
pos ibilidad de te ne r conocimie nto alguno, compr ome ­
tida como que da cada e tapa de l s abe r al r e corr ido de
una e tapa ulte r ior, que es la e luc ida c ión de la caus a.
El saber, pues, cons tituye par a Teofrasto una es­
pecie de arco que descarga la te ns ión de sus nexos cau­
sales en los contr afue r te s s imétr icos y opue s tos de la
s e ns ación y la inte le cción de los pr incipios s ubjetivos
y obje tivos , re s pe ctivame nte .
Es a ne ce s idad y compe ne tr ac ión mutua s de in t u i­
ción s e ns ible e inte le ctual, que apare ce clar ame nte en
el últ im o ca pítulo de los A nalíticos s e gundos de Ar is ­
tóteles, adquie r e en Teofrasto, por e s que mático que
sea s u tr atamie nto, una mayor inte r de pe nde ncia e n­
tre sus e le me ntos y una mayor pr oble ma tic ida d (toda
vez que se tr ata de una r e lación de tipo dialéctico, es
na tur a l que lo uno lleve apa r e jado lo otro).
De todos modos , si hac ia a lgún la do se inc lin a el
e dific io e pis te mológico de Teofrasto, es hac ia el «s e n­
s ua lis mo». En el pár r afo 19 lle ga a de cir: «los s e nti­
dos conte mpla n las dife r e ncias e inquie r e n las c a u­
sas». Por s upue s to, la ide ntific a c ión de las caus as es
tare a de l pe ns amie nto dis curs ivo, pe ro éste actúa, por
de cir lo así, a modo de s imple jue z que de cide sobre
los méritos de las diferente s impre s ione s (las «dife r e n­
cias ») pre s e ntadas po r los s e ntidos : no de s cubre pr o­
piame nte nada nuevo, s ino que se lim it a a hilva na r en
un de te r minado orde n coherente los hechos s e ns or ial­
me nte cons tatados .

XV III
EL T EST IMONIO DE T EOFRAST O SOBRE
LA T EORÍA PLAT ÓNICA DE LOS NÚMEROS

Como he mos anticipado en el s e gundo apar tado de


es ta intr oducc ión, uno de los ce ntros de inte rés del
fr agme nto me tafís ico de Teofrasto es el te s timonio o
te s timonios que apor ta ace rca de la te or ía pla tónic a
de los núme r os y su r e lación con las ideas. Dichos tes­
timonio s se e ncue ntr an en los pár r afos 8, 11, 12 y 13,
e s pe cialme nte este último.
En el pár r afo 8 se hace a lus ión a la e x plicación del
unive rs o, bie n a p a r t ir de los núme r os , bie n a pa r tir
del Uno. Como re cue rda Ross en s u come ntario (p. 45),
es ta contr apos ición e ntre dos tipos de e xplicacione s
parece basarse, una vez más , en la r e alidad de las con­
trove rs ias de s ar r olladas en el seno de la Acade mia
pla tónica , ya que el Pseudo- Alejandró, come nta ndo
un pas aje de Aris tóte le s (Met., XIII, 9, 1.085 a 13- 14),
a fir m a que ciertos platónicos pr o ponía n los núme r os
ideales como formas de los objetos geométricos, mie n­
tras que otros a t r ib uía n ese pape l al Uno (In Met.,
777.17). La contr apos ición e ntre los núme r os y el
Uno aparece tambié n en Aris tóteles (Met., III, 4, 1.001 b
24- 25), donde , s in e mbargo, se lim it a s u pape l al de
pr inc ipio s de las magnitude s (μ βγβάη). Pues bie n,
Ross atr ibuye la tesis de la pr im a c ía e xplicativa de
los núme r os ide ale s a Je nócrate s , mie ntr as que no
e ncue ntr a t it ula r par a la te or ía s imétr ica re fe r ida
al Uno.
Ahor a bie n, Teofrasto hace es ta a lus ión e xclus iva­
me nte con el fin de bus car le un pa r a le lis mo a la pa­
r adoja cos mológica que acaba de s e ñalar tres r e nglo­
nes más ar r iba: que las esferas celestes, al im it a r al
motor inmóvil, no imite n su inmovilidad. Pues bien, no
hay en e llo me nos lógica que en la a fir ma ción de que
los núme ros imitan al Uno sin por ello identificarse con
s u abs oluta s implicidad. Es ta a fir ma c ión no es, s egún

X IX
Ross, s ino una r e inte r pr e tación de la tesis cita da por
Aris tóte le s en ciertos pas aje s de la Me tafís ica (como
I, 6, 987 b 20- 21; I, 7, 988 b 1-3, o XIII, 6, 1.080 b 6- 8),
s e gún la cual los núme r os cons tituye n la for ma de los
seres mate r iale s de mane r a análoga a como el Uno
cons tituye la for ma de aquéllos .
En re alidad, no hay por qué s e guir s uponie ndo que
lo que dice Teofrasto sea una s imple par áfr as is de lo
ya dicho por Aris tóte le s . Es pe r fe ctame nte lícito le er
en este pas aje de Teofrasto una inte r pr e tación pe rs o­
nal de la tesis de ciertos platónic os (pr obable me nte
Es pe us ipo y sus s e guidore s ) de que los núme r os , s in
ide ntificar s e con el Uno, s on imitacione s de éste en
la me dida en que e s tán cons tituidos por una «p lu r a li­
da d de unidade s »; lo cual cons tituye una s ínte s is e n­
tre unid a d y m u lt ip lic id a d s upe r ador a de l dua lis mo
pita gór ic o e s tricto (análoga a la s ínte s is e ntre movi­
mie nto y re poso ads cr ibible al movimie nto c ir c ula r
de las esferas celestes, cuya pos ición es, en cada mo­
me nto dado, la mis ma que en algún otr o mome nto a n­
te r ior o pos te rior).
Coincide esta inte r pr e tación, en efecto (como ates­
tigua E. Be rti en la obr a citada ante rior me nte ), con
la de que Es pe us ipo re duce las ide as a núme r os y des ­
poja ade más a éstos de todo ca r ácte r que no sea es­
tr ictame nte m ate m átic o, r ompie ndo así, tanto con la
intuitivida d o ma te r ia lida d de los núme r os pita g ór i­
cos como con la ide a lida d de los núme r os platónicos ,
conce bidos unos y otros como e ntidade s dis ce rnible s
s ólo cualitativame nte , totalidade s inanalizable s e in ­
combinable s (o, como dice Aris tóte les , άσύμ β λ τ οή.10
Es pe us ipo, en cambio, hace de los núme r os me ros ob­
je tos de ope racione s , al cons ide r ar los como c o nju n­
tos de unidade s homogéne as e inte r cambiable s , todos
r e lacionable s e ntre sí me diante cómputo dig ital y no

10. Aris tóte les , MeU, XIII, 6, 1.080 a 29.

XX
s ólo an alóg ic o " Dicho con otras palabr as : el núm e ­
ro ma te r ia lizado de los pitagór icos y el núme r o ide al
de Platón (s e guido en este punto, al parecer, más fie l­
me nte por el s e gundo e s colarca de la Acade mia, Je-
nócrates ) era, por de cir lo así, una e ntida d s im ple , con­
te nida en el Uno, de l que re cibía s u form a inconcus a.
En e s ta líne a, y s e gún lo s uge rido ante s a ins tancias
de Ros s con el aval de Ar is tóte le s ,12 Je nócr ate s par e ­
ce habe rs e lim it a d o a int r oduc ir la s alve dad de que
los pr incipios de las diversas e ntidade s reales son pr o­
piame nte los diversos núme r os ideales, s in que se pue ­
da pone r a la r e a lidad fís ica en cone x ión dir e cta con
el Uno. Es pe us ipo, por el contrar io, pare ce habe r vis ­
to en todo núme r o una e ntida d m últiple , contine nte
de l Uno, que no le co munic a ya s u for ma sino, en cie r­
to s e ntido, s u m ate ria inde s tr uctible . En el pr im e r
caso, la ma te mátic a se re duce a ge ome tría, pur a co m­
par a ción entre for mas —ésa fue, a la postre, la te nde n­
cia pr e dominante e n las cie ncias exactas grie gas —.13
En el s e gundo caso, en cambio, se s ie ntan las bas es
de una ma te mátic a aritm ética, ce ntr ada en el c álc ulo
—pe ro s u im p la nt a c ión en nue s tr a c ult ur a «occide n­
tal» hubo de e s pe r ar al ocas o de la c iviliza c ión he lé­
nic a —. Clar o que, en todo caso, al bus c ar un par ale ­
lis mo con la te or ía cos mológica ar is toté lica de la
im ita c ión de l pr im e r motor por el cielo, tan lícito pa ­
rece r e c ur r ir al mode lo pitagórico- platónico- je nocrá-
tico como al mode lo de Es pe us ipo: en el prime r o, los
núme r os im it a n for malme nte al Uno, cuya s im p lic i­

11. En este s e ntido e s trictame nte mate mático es como inte r pr e ­


ta H. Che r nis s la te oría de los núme r o s de Es pe us ipo en The Ridd-
le of the Early Academy , Berkeley, Unive r s ity o f Ca lifo r nia Press,
1945 (reimpr. Nue va York- Londres, Ga r land, 1980 [cf. bibliografía] ).
12. Met., VII, 2, 1.028 b 21- 27.
13. Como se sos tiene, po r e je mplo, e n el e s tudio pr o b a b le me n­
te más comple to y r igur os o s obre la ma te mát ic a gr ie ga ante r io r
al s iglo II a.C: D.H. Fowler, The Mathe m atics of Plato ’s Academy ,
Ox for d, Cla r e ndon Press, 1987.

XXI
dad, de orde n s upe r ior y natur ale za holís tica, los «e n­
vuelve»; en el s e gundo, los núme r os im ita n ma te r ia l­
me nte al Uno, cuya s implic ida d, de orde n y na tur a le ­
za atomís tica e le me ntal, los «compone ». Tanto en un
cas o como en otro, la imita c ión es impe r fe cta, como
la de la inmo vilida d por el movimie nto circular.
El otr o fr agme nto con re fe re ncias mate mática s es
más e njundios o tanto en e xte ns ión (ocupa unos ve in­
ticinco re nglone s s e guidos , que abar can par te de los
pár r afos 11 y 13 y la to ta lida d de l 12) como en conte ­
nido. La a lus ión a te or ías mate mátic as es ins tr ume n­
tal: sirven sólo par a e je mplifica r diversos e nfoque s en
la e x plicación de l mund o a pa r t ir de unos pr incipios .
De un lado e s tán las me tafís icas «homogéne as » —que
bus can e ngarzar todos los planos de la r e alidad en un
únic o hilo caus ativo, s in s oluc ión de c o ntinuida d
ontológica—; de otro, las «he te rogéne as » —que se con­
te ntan con inte gr ar la tota lida d de lo conocido en un
únic o e s que ma e xplicativo (analógico), r e nunciando al
monis mo ontológic o—.
El pr ime r e je mplo (caricaturesco, s in duda) de me ­
tafís ica homogéne a lo s uminis tr a la te oría de un tal
Eur it o (véase nota al respecto en el texto), que, muy
pitagór icame nte , r e ducía todos los entes a núme r os
for mados por tantas unida de s como guijar r os fue r an
ne ce s arios par a re pre s e ntar sus re s pe ctivas figur as .
Inde pe ndie nte me nte de la s orna que el pas aje s in duda
contie ne , lo cie r to es que los pitagór icos r e pre s e nta­
ba n los núme r os como configur acione s e s paciale s de
puntos (v. g.: el cuatro, el nueve, el die cis éis , el ve inti­
cinco y otros «cuadr ados », con la figur a homónima ,
de la que pre cis ame nte he r e daron el nombr e has ta
nue s tros días ; la mayor ía de los pare s no cuadr ados
—«oblongos »—, con la figur a de un c uadr iláte r o rec­
tángulo; el tres —tr ía d a —, el die z —dé cada— y a lgu­
nos otros, con la figur a de un tr iángulo; etc.).
A continua c ión, e intr oduc ida con una re fe re ncia
te mpor al muy s ignificativa («Ahora»), viene una c r í­

X X II
tica de todos los s is te mas me tafís icos que he mos dado
en lla m a r «he te rogéne os », los cuale s , en o pinión de
Teofrasto, son «la mayor ía» y se car acte rizan porque ,
lejos de lle var has ta el final la aplica ción de unos pr in­
cipios e xplicativos , «lle gados a un cie rto punto se de ­
tie ne n».
Digo que la pr e cis ión te mpor al es muy s ignific a ti­
va porque si, como que da de mos trado unas líne as más
abajo, los a ludidos en pr ime r luga r por e sta cr ítica
son Es pe us ipo y sus e pígonos , la compos ición de l tex­
to por Teofrasto no pue de datar s e muc ho más tarde
de l 340 a.N.E., fe cha de la mue r te de l pr im e r s uce s or
de Platón, cuyas modificacione s de la doctr ina de l tío
y mae s tr o fue r on pr ontame nte olvidadas ba jo el es-
colar cado de l s e gundo sucesor, Je nócrate s . Y si hic ié ­
r amos cas o a Ross, que ve en este pas aje una c ontr a­
pos ic ión e ntre las te orías pr opias de Es pe us ipo y las
ge nuiname nte platónicas , que s e r ían las aludida s con
la indic ac ión de conte mpor ane idad,14 entonces no ha­
b r ía duda a lguna de que Teofrasto e s c r ibió este texto
no más tar de de l de ce nio compr e ndido e ntre el 350
y el 340 a.N.E. (re cuérde s e que Pla tón m u r ió el 347
a.N.E.). En cualquie r caso, este dato contr ibuye a abo­
nar nue s tr a hipóte s is de un conocimie nto directo, por
Teofrasto, de las polémicas vige nte s en la Acade mia
al fina l de la vida de s u fundador .
La e xpos ición que Teofrasto hace de la do ctr ina de
esos platónicos es la s iguie nte :
Es table ce n como pr incipio s s upre mos el Uno y la
diada inde f inida. Es ta últ im a pare ce corr e s ponde r al
pa r de opue s tos το μ έγα καί το μ ι χ ρ 'ον («lo grande y lo
pe que ño»), utiliza do por Pla tón en sus obr as tar ­
días como p r inc ipio de inde finic ión o impe r fe cción

14. Cfr. p. 54 de la e dic ión de Ross. En mi op in ión, s in e m ba r ­


go, no hay contr apos ic ión s ino e je mplific ac ión cuando, de s pués de
s e ñalar el pr e dominio conte mpor áne o de me tafís icas heterogéneas
o «dis co ntinua s », se me nciona a Es pe us ipo y s us s e guidore s .

X X III
fre nte al pr inc ipio de de finic ión o pe r fe cción cons ti­
tuido por el Uno.15 La dia da inde finida no de be con­
fundir s e con el núme r o 2, s ino que es una e xpre s ión
ge nér ica —quizá ac uña da por el pr opio Pla tón en sus
άγ ραφ α δόγ μ ατ α, o «doctr inas no e s critas », pe ro más
probable me nte por Je nócrate s o algún otro de sus dis ­
cípulos dire ctos —16 de la ca ntidad, cons ide r ada a ún
s in límite s precisos, como me r a plu r a lida d que, a par ­
t ir de dos, comie nza ya a cons ide r ars e como tal, por
lo q ue pue de decirse que la dua lida d es su compone nte
e s e ncial m ín im o .17
La dia da inde finida , a s u vez, lim it a d a o co nfig u­
r ada en fo r ma de finida por el Uno, da luga r a los n ú­
me ros de te r minados . Como dice Plutarco: «ex de τ ού­
των y í y veaOaL τον αριθ μ όν του evos ορίξοντ οτ το π\ ήθος
καϊ τη άπβ ι ρί α πέρα* έντιθέντος » («y a pa r t ir de éstos
se ge ne ra el núme r o al de lim ita r el uno la multipli-
da d y pone r límite a la in finitud »).18

15. Por e je mplo, e n Filebo, 23 c - 25 d. De todos modos , Ar is tó­


teles (que e x plica el s e ntido de este c once pto pla tónic o e n Física,
III, 6, 206 b 27- 29 y lo ide ntific a con el de «lug a r » — t ó t o s — en op.
cit., IV, 2, 209 b 13- 15, 35) no atr ibuye e x plícitame nte a P la tón su
ide ntifica ción con la dia da inde finida (expresión ésta, por otra par ­
te, que nunc a u t ilizó P la tón en s u obr a e s cr ita cons e rvada).
16. Plutar co ha bla e n p lur a l par a re fe rirs e a los intr oductor e s
de l t é r m in o como un s in ón im o de «in fin itud »: « t t ¡ άτ τ ει ρί α [...] ην
x a l δυάδα χ αλ οΰσι ν αόρι στ ον » (Sobre la ge ne ración de l alm a, 1.012 e).
17. Por e llo Es pe us ipo parece habe r pre fe r ido ha bla r de lo m úl­
tiple como p r in c ip io opue s to al Uno. Con todo, el re curs o al t é r m i­
no diada podr ía de be rs e a que los núme r os más «impe r fe ctos » o
me nos s imple s des de el punto de vis ta pitagórico- platónico (la ma ­
yor ía de los pares) s on a qué llo s cuya r e pr e s e ntación e s pacial se
ge ne ra me diante la a d ic ión de yvoißoves (series de «e s cuadr as » o
ángulos de puntos ) a una dia da inicial. V. g.:

18. Plutar co, op. cit.

X XIV
De la d ia d a in d e fin id a e nte ndida como «lo g r a n­
de y lo pe que ño» se deriva, a modo de concre ción suya,
«lo largo y lo corto», que ba jo la impr onta de finidor a
de l Uno da luga r a las líne as . Análogame nte , a p a r tir
de la dia da m o dula da como «lo ancho y lo e s tre cho»,
ge ne ra el Uno las s upe r ficie s y, a pa r t ir de «lo alto y
lo pr ofundo», los cue rpos . Frente a los núme r os pr o­
piame nte dichos , estos tres nue vos órde ne s ontológi-
cos cons tituye n lo que Aris tóte le s lla m a las «ma gni­
tude s » (μ βΎβϋη), que a la noción de ante rioridad-
pos te r ioridad añade n la de extensión y ubicación. Aho­
ra bie n, estas dos nocione s im plic a n ne ce s ar iame nte
la de luga r o espacio, que, s e gún Teofrasto, de r ivan d i­
r e ctame nte los pla tónicos a quí a ludido s de la pr opia
dia da inde finida s in la me dia c ión de l Uno.19
En este punto es pre cis ame nte donde los p la t óni­
cos a ludido s «se de tie ne n» en s u cade na de e xplica­
ciones , haciéndos e reos de l re proche de Teofrasto, a
cuyos ojos (así como a los de Aris tóte les ) care ce n de
la pr incipal vir tud que debe pos e er un filós ofo: ser ca­
paz de e x plicar los fe nóme nos naturale s . En efecto,
tras de rivar el alma, el cie lo y el tie mpo a pa r t ir de
los núme r os (el alma, par a Je nócrate s , e ra «un núm e ­
ro en movimie nto»), ninguna otr a cone xión se e s table ­
ce entre esas e ntidade s natur ale s pr imar ia s , y en cie r­
to modo pe re nne s , y la inge nte m u lt it u d de e ntidade s
pe re ce de ras que pue bla n «el ce ntro» de l m und o (las
re gione s terrestres). Ello concie r ne e s pe cialme nte a
Es pe us ipo, que, una vez pue s to el cie lo en cone xión
(no ma te r ial, s ino me rame nte analógica) con los n ú­
me ros , de éste «y de todo lo de más no vue lve ya a ha ­

19. Aris tóte le s ta m b ié n pone en cone x ión dir e cta la dia da in ­


de fin ida con el e s pacio en su inte r pr e ta c ión de Platón, pe ro ide n­
tific a ndo s in más a mbas nocione s . Teofrasto es a quí una vez más
—c omo en la d is tin c ión e ntre a nte r io r id a d ontológic a y a nte r io r i­
da d gnos e ológica— más rigur os o, pue s ha bla de l e s pacio como de
un de r ivado, no un s inónimo, de la d ia d a inde finida .

XXV
ce r me nc ión ninguna ». Me nos acre e dor de cr ític a es
Je nócrate s , que por lo me nos as igna a cada cos a un
luga r en el m und o («άπαν τ ά πως πβρι,τίάησιν πβρϊ τον
κόσμ ον»), tanto a las e ntidade s s e ns ible s como a las
inte ligible s y a las mate máticas , e inclus o a las divinas .
En cuanto a Platón mis mo (y éste es, s e gún L. Ro­
bin en la obra ante s me ncionada, el texto clave par a
a tr ibuir le s e me jante conce pción de la r e lación ideas-
núme ros ), s u r igor y cohe r e ncia me ta fís ica son s upe ­
riore s a los de todos sus e pígonos , por cuanto e nca­
de na pe r fe ctame nte todos los planos ontológicos , de
mane r a que las cosas s e ns ibles re mite n a las ide as
como a sus for mas (por me diac ión, aunque a quí Teo­
fr as to no lo recoge, de los núme r os mate máticos , p lu ­
rales como los seres sens ibles , pe ro inmut a ble s como
las ideas); las ide as re mite n a los núme r os ide ale s que
cons tituye n los géne ros s upre mos de és tas (e s e ncial­
me nte los nue ve pr ime r os a co ntinua c ión de l Uno), y
los núme r os ide ale s re mite n al Uno y a la dia da inde ­
fin id a de lo grande y lo pe que ño como sus pr incipio s
cons tituye nte s . A p a r t ir de estos últimos , y «s iguie n­
do el orde n de la ge ne r ación, de s cie nde has ta las co­
sas me ncionadas ». El orde n as ce nde nte de l conoci­
mie nto es, pues , el opue s to s imé tr ic ame nte al orde n
de s ce nde nte de la ge ne r ación de l mund o e xpue s ta en
el T imeo.
Conviene ins is tir en que este te s timonio de Teofras­
to es único en s u género y contradice has ta cie rto p un­
to las afir macione s de Aris tóte les en el s e ntido de que
Platón ide ntificaba (no s ubordinaba) las ideas a los n ú­
me r os .20 Ross, pa r tie ndo de la bas e de que Teofrasto
s ólo pudo conoce r la άγ ραφ α δόγμ ατα a través de Ar is ­
tóteles , tr ata de r e s tar fue r za a la a fir m a c ión teofras-
tea c onc illándo la con las aris totélicas .21

20. Así, por e je mplo, en Met., I, 9, 991 b 9, 992 b 15- 16; XII, 8,
1.073 a 18- 19; XIII, 8, 1.083 a 17- 18 y 1.084 a 7.
21. Cfr. pp. 58- 59 de su e dición.

XXV I
Pero, en pr im e r lugar, ya he mos vis to cómo Teo­
fr as to era más r iguros o que Aris tóte les en la inte r pr e ­
tac ión de cie rtos conce ptos pla tónicos que éste te n­
día a tr a ta r r e ductivame nte (por de s cuido o por ma la
voluntad polémica). Y, en s e gundo lugar, nada nos obli­
ga a s upone r que Teofrasto s ólo pudo te ne r conoci­
mie nto de las doctr inas pla tónic a s no e s critas a tr a­
vés de Aristóteles: le cupo perfectamente, como he mos
vis to (y este te s timonio pue de cons ide r ars e pre cis a­
me nte una pr ue ba de ello), habe r as is tido en pe r s ona
a aque llas e xpos icione s de l que podr ía mos lla m a r
«P la tón e s otér ico».22 En cua nto al mayor r igor her-
me néutico, apar te de de notar un e s pír itu más genui-
name nte e mpír ico (y, corre lativame nte , muc ho me nos
creativo) que el de su colega- maestro, difíc ilme nte po­
dr ía habe rs e pre s e rvado si s u únic a fue nte de infor ­
ma c ión la hubie r a n cons tituido los tantas veces te n­
de ncios os y s implificador e s te s timonios aris totélicos .

DEL F INALISMO AL MECANICISMO

Para c onc luir el pres ente come ntar io he rme néuti-


co, dir e mos s uc intame nte que este breve fr agme nto
me tafís ico del gran inve s tigador científico- natural que
fue Teofrasto de Ereso, ba jo la apa r ie nc ia de una exé-
gesis le veme nte cr ítica y apor ética de la filos ofía p r i­
me r a de su maes tro, mue s tra un de s plazamie nto e pis ­
te mológico hac ia la e x plicación mate r ialis ta, es decir,
la r e ducción —te nde ncial tan sólo, por s upue s to— de
lo «s upe r ior » a lo «infe r ior », de l acto pur o (cuas i es­
tático) al movimie nto (autónomo), del movimie nto ce­

22. Véase al re s pe cto el t r a ba jo h o m ón im o de M. Is nar di Pa­


rente, en la bib liogr a fía .

XXV II
leste al movimie nto vital de animale s y plantas , etc.;
c on el c o r o la r io , s im é t r ic o , de a t r ib u ir v id a
—movimie nto a utóno m o — al pr inc ipio s upre mo.
Es una conce pción que abre, tímidame nte , un nue ­
vo camino a la filos ofía: pr e para la s upe ración del dua­
lis mo platónico- aris totélico en un monis mo na tur alis ­
ta y la de l fin a lis m o a n t r o p o m ór fic o 23 e n un
me canicis mo vitalis ta.24 Ambas ape r turas pr e figur an,
como es patente , el talante de la cie ncia mode r na. Así
que na da tiene de e xtraño que, de s pués de Teofrasto
(y ya en vida de Teofrasto y has ta de l Aris tóte le s de
la obr a zoológica), el Pe r ípato e volucionara hac ia el
cltivo pr áctica me nte exclus ivo de los «e s tudios con­
cre tos » («τ αs χ αϋ έχ αστ α πραγ μ ατ εί α*»). Lo cual, en úl­
tim o tér mino, y favore cido po r la diás por a o pé r dida
te mpor al de las obr as más e s pe culativas de Ar is tóte ­
les, se tr a dujo en el cas i total e clips e de esa lu m in a ­
r ia en el fir ma me nto de las e s cue las filos óficas .

EL T EXT O DEL FRAGMENT O MET AFÍSICO

La e dic ión de W.D. Ross y F.H. Fobes, en qme ba s a­


mos la nue s tra, e s tá compue s ta a par tir , fund a m e n­
talme nte , de los dos pr ime r os ma nus cr itos e nume r a­

23. No ins is t imos en este breve come ntar io, por obvias , e n las
fue r te s cor r e ccione s que hace T eofrasto a la conc e pción fina lis ta
de l m und o pr o pia de su mae s tro, e s pe cialme nte en los párrafos-
c a pítulos 28- 32.
24. En modo as imila ble , por s upue s to, al me ca nic is mo mode r ­
no, cuyo conce pto clave es el de ine r cia, es decir, la a bs o luta ex-
t r in s ic ida d de l motor re s pecto al móvil, la im po s ib ilid a d , esto es,
de l movimie nto autónomo, cont e mplado y pr opugnado, en cambio,
por Teofrasto (cfr. párr . 16) como la fo r m a más g e nuina y p ur a de
movimie nto.

X X V III
dos en nue s tr a lis ta de s iglas y s ímbolos (cf. p. XXXV),
a saber, el Paris inus graecus 1853 (Bibliothèque Na­
tionale , París, pe r gamino, varias manos , del s iglo X al
XV, s imbo lizado po r la le tra P; el texto de l fr agme nto
aquí e ditado figur a en los folios 306r a 337 r) y, sobre
todo, el V indobone ns is phil. gr. (Viena, pe r gamino, co­
mie nzos de l s iglo X, s imbo lizado por la le tra J), del
que los e ditore s la me nta n el nulo us o he cho por H.
Us e ne r en s u e dic ión de la Me tafís ica. Otro m a nus c r i­
to apr e ciado por Ross- Fobes es el Marcianus graecus
211 (C, s iglo XIII y, por tanto, terce ro en antigüe dad
respecto a los ante riores ). En me nor me dida se sirven
de los s imbolizados por las le tras B, R, H y D, que for­
ma n una fa m ilia bas tante homogéne a, y de l Lauren-
tianus 28.45 (L, B par a Br andis y Wimme r ). A gran dis ­
tanc ia en cr édito s igue n todos los de más de la lis ta
me ncionada.
De l e s tudio compar ativo de esos dive rs os ma nus ­
critos, los editores br itánicos infie r e n el s iguie nte «ár ­
bol ge ne alógico»:

La dife r e ncia con la ante r io r e dición, la ya me n­


cionada de He r m a nn Usener, e s tr iba en que éste ig­
nor ar a o de s de ñara el ma nus c r ito más antig uo de los
conservados, el V indobone ns is p h il gr., s iendo así que

X X IX
es el más pr óx imo a la fue nte. La e dición de Frie dr ich
Wimme r , una de las más comple tas de textos teofras-
teos, adole ce de una bas e cr ítica muc ho más r e duci­
da, aunque s ólida: los códice s V aticanus 1302 (A), Lau-
re ntianus plut. 28.45 (B, L en nue s tr a lista), Marcianus
211 (C) y Paris inus 1853 (P), por este orde n de pre fe ­
re ncia. Con todo, he mos pre fe r ido a veces cie r tas le c­
ciones de Usener o Wimme r que nos han pare cido más
re s paldadas bibliogr áficame nte , más coherentes o me ­
nos ave nturadas , s e gún se de s pre nde de las notas
críticas .
Como he mos e xplicado en la pr ime r a s e cción de
este pr e ámbulo intr oductor io, el texto en cue s tión fi­
gur a en esos ma nus cr itos como apéndice a la Me tafí­
s ica de Aris tóte le s , pe ro s u a tr ibuc ión a Teofrasto ha
s ido s ie mpr e unánime .

XXX
BIBLIOGRAF ÍA

EDICIONES DE LA MET AFÍSICA T EOFRAST EA

A l d u s , e ditio prince ps d e la s o b r a s d e A r is t ó t e le s , 1498


(Aldina).
G e m u s a e u s s i v e O p o r i n u s , H.,
T he ophras ti opera, Ba-
s ilea, 1541 (re impr. de la A ldina).
CAMOT IUS, J.B., Aris tote lis opera, Venecia, 1552 (A ldi­
na minor).
S y l b u r g , Aristoteles, F r á n c f o r t , 1 5 8 5 .
B r a n d i s , C.A., Aris tote lis Me taphy s ica, B e r lín , 1823.
W lMME R, F., T heophras ti Ere s ii opera, quae s upers unt,
om nia, L e ip z ig , 1862 y P a r ís , 1866 (t e x t o y t r a d u c ­
c ió n la t in a ) .
U s e n e r , H., T he ophras ti
me taphy s ica, Bonn, 1890.
ROS S , W.D., y F o b e s , F.H.,
T heophras tus . Metaphy sics,
Oxford, 1929 (re impr. Hilde s he im, 1982) (texto y
tr aducc ión inglesa).

T r adicionalme nte , las e dicione s de la Me tafís ica


te ofras te a han ve nido pr e s e ntando el texto s ubdividi-
do en 34 minús c ulos capítulos (más bie n párrafos ) que
no s ie mpr e cor r e s ponde n bie n a unidade s te máticas ,
r azón por la cual, a un ma nte niéndo lo en nue s tr a e di­
ción como referencia indis pe ns able , no nos he mos ate­
nido s ie mpre a e llo en la s ubdivis ión te mática, apo­
yada por epígrafes intr oductor ios en cas te llano (éstos,
obviame nte , s in cor r e s ponde ncia en el original).

XXXI
Usener, en s u e dic ión de 1890, dis tr ibuye el texto
en nueve página s a dos columnas , a y b, nume r ada s
de la 4 a la 12, de unos ve intis ie te re nglone s cada una
(excepto la pr ime r a, que tie ne 23, y la últim a , con c in­
co, inc luido el escolio): se trata de una paginación a ná­
loga a la utiliza da en la e dición cr ític a ca nónic a de
Aris tóte le s por I. Bekker.
Una s ubdivis ión en IX capítulos , con nume r ac ión
r omana, que orde na ta mbié n algunas e dicione s , sigue
más fie lme nte la or ganiza ción te mática, si e xce ptua­
mos el comie nzo de l c a pítulo III.
Todas estas nume r acione s fue ron re cogidas por la
e dic ión de Ross- Fobes, que cita el texto con arr e glo a
la pa gina c ión de Usener.

T RADUCCIONES COMENT ADAS Y EST UDIOS


SOBRE LA MET AFÍSICA DE T EOFRAST O
O SOBRE SUS T EST IMONIOS DOXOGRÁFICOS

B a r b o t in , E., La théorie aris totélicie nne de Vinte lle ct


d'après T héophraste, Lovaina, 1954.
B e r t i , E., Aristotele: dalla diale ttica alla filos ofía p ri­
ma, Padua, CEDAM, 1977.
C h e r n i s s , H., A ris totle ’s Criticis m of Plato and the
Academy, Nue va York, 19622.
—, The Riddle of the Early Academy , Nue va York y
Londre s , 19803.
DÜRIN G, I. (ed.), N aturphilos ophie bei Aristoteles und
T heophrast, He ide lbe rg, 1969, actas del IV Sim po ­
s io Ar is totélico ce le brado en Gote burgo, agos to
(1966).
F EST UGIÈRE, A.- M., «Le sens des apor ie s métaphys i­
que s de T héophras te », Re vue néos colas tique de
Louv ain, 11 (1931), 40- 49.

X X X II
Fo r t e n b a u g h , WW, H u b y , P.M. y L o n g , A.A. (eds.),
T he ophras tus of Eresus. On his life and work, Ne w
Br uns wic k (N.J.) y Oxford, 1985.
F o r t e n b a u g h , WW. y S h a r p l e s , R.W. (eds.), Theophras-
tean studies . On natural science, phy s ics and me-
taphysics, ethics, religion and rhetoric, New Br uns ­
wick (N.J.), 1988.
F OWLER, D.H., The Mathe m atics of Plato ’s Academy,
Oxford, 1987.
G a i s e r , K., Platons unge s chrie be ne Lehre, Stuttgar t,
19682.
INDEMANS, J.H.H.A., S tudiën over T heophrastus, Nime-
ga, 1953.
I s n a r d i P a r e n t e , M., «T héophras te , Me taphys ica 6 a
23 ss.», Phronesis, 16 (1971), 49- 64.
—, «Platone esoterico ne lla letter atur a cr itica recente»,
en Filos ofía e polític a nelle lettere di Platone, Ná-
poles, 1970, pp. 115- 146.
J a e g e r , W., re ce ns ion de la e dición de Ross- Fobes en
Gnom on, 8 (1932), 287- 295.
K a h n , C.H., A nax im ande r and the origins of Greek cos-
mology , Nue va York, 1960.
KLEY, W., T he opras tos ' me taphy s is che s Bruchs tück
und die S chrift Πeçl σημ είων in de r late inis che n
Übe rs e tzung des Bartolom ae us v on Messin, Stutt­
gart, 1936.
K r ä m e r , H.J., «Die gr unds ätzlic he n Frage n de r in d i­
re kte n Platonübe r lie fe r ung», en Gadame r , H.G. y
Schade waldt, W., Ide e un d Zahl, He ide lbe rg, 1968,
pp. 106- 150.
MOST, G.W., «Three Latin trans lations of T he ophras tus '
Metaphy s ics », Revue d ’Histoire des Textes, 18 (1988),
169- 200.
P ÖT SCHER, W., S truk turproble m e de r aris tote lis che n
und the ophras tis che n Gotte s vors te llung, Leiden,
1970.
R e a l e , G., Teofrasto, Milán, 1964.
R e g e n b o g e n , O., «T he ophras tos », en Pauly- Wissowas

X X X III
Re al- Enzyklopädie , vol. s upl. VII, 1940, cols. 1.354-
1.562.
—, «Eine Pole mik T he ophras tos ' gegen Aris tote les »,
He rme s , 72 (1937), 469- 475 (reed. en Kle ine S chri­
ften, Múnic h, 1961).
ROBIN, L., La théorie platonicie nne des idées et des
nombre s d'après Aristote, Hilde s he im, 1968 (re-
impr.).
S t e i n m e t z , P., Die Phy sik von T heophras tos von Ere-
sos, Be r lin y Zür ic h, 1964.
S t e n z e l , J., Zahl und Ge s talt bei Plato und Aris tote ­
les, Le ipzig, 19332.
T RICOT , J., T héophraste. La Métaphy s ique (trad. anota­
da), Paris, 1948.
VV.AA., «Inte r nationale s Sympos ium zu The ophras tos
von Eresos. 1987», Gnom on, 60, 1 (1988).
V e r a , E (ed.), «Teofrasto. Contra el finalis mo», en
Cie ntíficos griegos, vol. I, Ma dr id, 1970 (antología
de textos de Teofrasto).

X X X IV
SIGLAS Y SÍMBOLOS UT ILIZADOS

Ma n use ri tos/códices

P = Paris inus graecus 1853 (a n t e s Mediceus Re gius


2 1 0 5 ): s ig lo X
J = V indobone ns is phil. gr. C: p r in c ip io s s ig lo X
c = Marc ianus gr. 211: s ig lo XIII
L = Laure ntianus 28- 45 (B e n B r a n d is , W im m e r ) :
s ig lo x v
B = Be rne ns is 4 0 2 : s ig lo x v
R = Palatinus gr. 162: s ig lo XV
H = Vossianus gr. 4? 2 5 : s ig lo x v
D = A m bros ianus P. 8 0 s u p .: s ig lo XV
Va = Urbinas gr. 108: s ig lo XV
0 = Ottobonianus gr. 153: s ig lo XV
M = Marcianus gr. 260: s ig lo XIV
V = V aticanus gr. 1 3 0 5 : s ig lo XV
s = Londinie ns is Add. 5 1 13 : s ig lo x v
A = Vaticanus gr. 13 0 2 : s ig lo XIV
u = Re gine ns is gr. 124: s ig lo XVI
z = Paris inus gr. 2 2 7 7 : s ig lo s XV- XVI
Σ = c ons e ns o e ntre B R H D
mss. = m a n u s c r it o s
< > = in s e r c ió n *
[ ] = s u p r e s ió n

* En la tr a duc c ión cas te llana, los a ntila m b d a s in dic a n la ins e r ­


ción de expresiones neces arias para comple tar el se ntido de la frase,
pe ro care ntes de cor r e s ponde nc ia en el texto griego.

X XXV
Teofrasto

ΘΕΟΦΡΑΣ ΤΟΥ
ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣ ΙΚΑ
ALGUNAS CUEST IONES
DE MET AFISICA
ΘΕΟΦΡΑΣ ΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣ ΙΚΑ*

1 I. Πώς άφορίσαι δει καί ποίοις τήν ύπέρ των πρώτων


θ εωρίαν; ή γάρ δή τής φύσεως πολυχ ουστέρα, καί ως γε δή
τινές φασιν, άτακτοτέρα, μ εταβολάς έχ ουσα παντοίας ' ή ôè
τών πρώτων ώρισμ ένη καί άεΐ κατά ταύτα διό δή και èv νοη-
τοΐς , ούκ αίσθητοΐς , αύτήν τιθέασιν ώς άκινήτοις καί άμ ετα-
βλήτοις , καί τό δλον δέ σεμ νοτέραν καί μ είζω νομ ίζουσιν
2 αύτήν. Αρχή δε, πάτερα συναφή τις καί οΐον κοινωνία πρός
άλληλα τοΐς τε νοητοΐς καί τοΐς τής φύσεως , ή ούδεμ ία άλλ’
* Figur an a pie de pág ina del or iginal griego, or de nadas por p á­
rrafos , las var iante s pr e fe ridas al texto de Ross- Fobes, abre viado
RoFo, y las dis cr e pancias más notable s de éste con la mayor ía de
los códice s .

1. Ποιοι*, lite r alme nte : «cuále s ». El e mple o apar e nte que aquí
hace Teofrasto de la cate gor ía de c ualid ad no tie ne por qué e nte n­
derse como r igur os ame nte artis totélico: pue de ser el p r im e r te s ti­
mo nio de una te nde ncia a cons ide r ar toda atrib uc ión como una
c ualificac ión, inclus o las a tr ibucione s e s e nciale s o de finicione s .
Al fin y al cabo, en el pr o pio Aris tóte le s apar e ce ya un atis bo de
este movimie nto e s pontáne o de l pe ns amie nt o en Categorías, 5,
3 b 13- 23, cua nd o c a lific a a la e ntid ad s e cundaria (δβυτβρα ουσί α)
de ποών τι («un cie rto cuál»).
2. Ύών x ρώτ ων. Como veremos, Teofrasto se mueve tarrjbién en
la a mbig üe da d de la me tafís ica a r is totélica, que os cila e ntre una
te oría fu nd am e ntal que se o c upa r ía de los pr ime r os pr inc ipio s y
una te oría de lo f und am e ntal que se o c up a r ía de los entes p r im o r ­
diale s . Sobr e esta d u a lid a d de la me tafís ic a ar is totélica, cfr. P.
Aube nque , Le problème de l ’être chez Aristote, París, 19662 (hay tr a­
duc c ión e s pañola).
3. Dis cr e pamos a quí de Wimme r , que traduce : «s e mpe r cir ca
e ade m ve r s atur», como si la e xpre s ión gr ie ga χ ατ ά τ αύτ ά designa-

2
T EOF RAST O. ALGUNAS C U E S T ION E S
DE ME T AF ÍS ICA

Obje to de la cie ncia teorética ge ne ral o filos ofía


prim e ra
I. ¿Cómo hay que de finir , y con qué característi- 1
cas ,1 la conte mpla ción que versa sobre las cosas p r i­
ma r ia s ?2 Pues la < conte mplación > de la naturale za
es más va r iada y, como dice n algunos , más de s orde ­
nada y s uje ta a toda s ue rte de mutacione s ; en c a m­
bio, la de las cosas pr im a r ia s es < b ie n > de finida y
con arr e glo s ie mpr e a los mis mos < c r ite r io s > .3 Por
eso la pone n e n4 las cos as inte ligible s , no en las sen­
s ibles, como inmóvile s e inmuta ble s < q u e s on a qué­
llas > . Y la cons ide r an abs olutame nte más digna y
más impor tante .

Cone x ión entre lo inte ligible y lo natural


El punto c r uc ia l5 < d e la cue s tión e s > si hay al- 2
guna cone xión y, por de cir lo así, c o m unid a d m utua
e ntre las cosas inte ligible s y las de la natur ale za, o

ra el obje to de la co nt e mpla ción. Opinamos , en cambio, que se re­


fiere, dada su cons tr ucción con acus ativo (típica de los comple me n­
tos de «lim ita c ión », a dife r e nc ia de los de «d is tr ib uc ión», en los
que κατ ά rige ge nitivo), al hor izonte lógico s obre el que se d ib uja
el obje to conte mplado.
4. Fre nte a lo que pare ce s uge r ir la lite r a lida d de la c ons t r uc ­
ción s intác tica grie ga, ese «pone r e n» no pue de ente nde rs e , e n ra­
zón de l obje to que se «pone » (la c onte mpla c ión de los principios ),
como «s it ua r e ntre », s ino como «a p lic a r a».
5. Α ρχ ή: lit., «pr inc ipio ».

3
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

ώσπερ έκάτερα κεχ ωρισμ ένα συνεργούντα δέ πως εις τήν


πάσαν ούσίαν. εύλογώτερον δ’ ούν είναι τινα σύναψήν καί μ ή
έπεισοδιώδες τό πάν, άλλ’ οΐον τά μ έν πρότερα τά δ’ ϋστερα,
καί άρχ άς τά δ’ ύπδ τάς άρχ άς , ώσπερ καί τά άίδια των
3 φθ αρτών, εί δ’ ούν οϋτω, τίς ή φύσις αύτών καί έν ποίοις ; εί
μ έν γάρ έν τοΐς μ αθ ημ ατικοΐς μ όνον τά νοητά, καθ ά πέρ |
τινές φασιν, ούτ’ άγαν εϋσημ ος ή συναφή τοΐς αίσθητοΐς ,
οϋθ ’ άλως άξιόχ ρεα φαίνεται παντός ' οΐον γάρ μ εμ ηχ ανημ ένα
δοκεΐ δι’ ήμ ών είναι σχήμ ατά τε καί μ ορφάς καί λόγους περι-
τιθέντων, αύτά δέ δι’ αύτών ούδεμ ίαν έχειν φύσιν' εί δέ μ ή,
ούχ ούτως γε συνάπτειν τοΐς τής φύσεως ώστ’ έμ ποιήσαι
καθ ά περ ζωήν καί κίνησιν αύτοΐς ' ούδέ γάρ αύτός ό άριθ μ ός ,
4 öv περ δή πρώτον καί κυριώτατόν τινες τιθέασιν. εί δ’ έτέρα
τις ούσία προτέρα καί κρείττων έστίν, ταύτην πειρατέον
λέγειν, πότερον μ ία τις κατ’ άριθ μ όν ή κατ’ είδος ή κατά
γένος , εύλογώτερον δ’ ούν άρχής φύσιν έχ ουσαν3 έν όλίγοις
είναι καί περιττοίς , εί μ ή άρα καί πρώτοις καί έν τφ πρώτψ. τίς
δ’ ούν αϋτη καί τίνες , εί πλείους , πειρατέον έμ φαίνειν άμ ώς

4. a έχ ούσας RoFo.

6. Τό παρ. Se refiere, obviame nte , al unive rs o, pe ro utiliza mo s


la ve rs ión lite ral par a pone r de ma nifie s to la e timología, que es
filos ófic ame nt e s ignificativa.
7. Έτασοδι ώδ**: lit., «e pis ódico».
8. Léase: «de lo inte ligible ».
9. Wimme r recoge en su e dición una conje tur a de Use ner {Rhe i­
nische s Mus e um , 1861): π ί ρ ά ρ α ί t l en lug a r de παν τ ός . En cas o de
a d m it ir esa mo dific a c ión, la tr a duc c ión s ería: «ni pare ce n en a b­
s oluto aptas par a de t e r mina r nada».
10. Wim m e r hace s uya una cor r e cción de Us e ne r dis tinta de
la r e s e ñada por Ross- Fobes e inc o r por a da a la e dic ión de estos ú l­
timos : ola re. Su a dm is ión no a lte r ar ía nue s tr a tr a duc ción.
11. Aéyeiv: lit., «e nunciar ».
12. La e dic ión de Ross- Fobes ma ntie ne la le ctur a de los mss.
más antiguos , βχουσas (en P, J, C), fre nte a la corr e cción ’έ χ ουσαρ del
gr up o Σ. No vemos motivo s e r io par a ello.
13. KarávaXoy íav, es decir, con arre glo a una propçrciôn o igua l­
dad de re lacione s e ntre dos par e jas de r e alidade s he te rogéne as
(v. g.: el ge ne ral es al e jército lo que los pr incipios s on a la ciencia).

4
T EOFRAS T O. ALGUNAS C U E S T ION E S DE MET AF ÍS ICA

bie n no hay ninguna , s ino que unas y otras, e s tando


se paradas , ac túa n s in e mbar go a la vez, de alguna m a ­
nera, sobre el conjunto de la e ntidad. Así pues, es más
razonable que haya alguna cone xión y que el todo6 no
sea dis continuo,7 s ino que unas cosas sean, por de cir­
lo así, ante riore s y otras posteriores, y unas sean p r in­
cipios y otras e s tén s ubor dinadas a los pr incipios ,
igual que las cosas e te rnas < en re lación con > las pe ­
recederas.

Naturale za de lo inte ligible


Si es así, ¿cuál es la natur ale za de estas cos as 8 y
de qué caracte rís ticas ? Ya que si las cosas inte ligible s 3
se dan s ólo en las < r e alidade s > mate máticas , como
dice n algunos , < e ntonce s > ni es de mas ia do pate nte
su cone x ión con las cos as s e ns ible s ni pare ce n en a b­
s oluto a la me dida de cada cos a,9 pue s pare ce que
< las re alidade s mate máticas > son ar tificios cre ados
por nos otros , que a tr ibuimo s figur as , for mas y razo­
nes < a las cosas > , pe ro que e llas, por sí mis mas , no
tie ne n natur ale za alguna. Y, si no < la tie ne n > , t a m ­
poco pue de n10 tene r cone xión con las < cosas > de la
natur ale za par a infundir le s , por e je mplo, vida y mo­
vimiento. Ni s iquie r a <e s capaz de e s o> el pr opio n ú­
mero, que algunos pone n como < r e alidad > pr ime r a
y pr inc ipa l.
Si hay alguna otr a e ntida d más p r im a r ia y exce- 4
lente, hay que inte nta r d e fin ir la 11 < dicie ndo > si es
una en núme r o o en especie o en género. Es, pues, más
razonable que < aque lla e ntidad > , al te ne r 12 la na tu­
raleza de pr incipio, esté en cosas poco nume r os as y
s ingulare s , si no s ólo en las pr im a r ia s y en lo p r im a ­
rio. Así pues, hay que inte ntar pone r en claro de la m a ­
ne ra que sea, bie n por ana lo gía ,13 bie n por otra
< clas e d e > s e me janza,14 c uál es esa < e ntida d > , o

14. Κατ άλ λ ην ομ οίωσιν. Que da clar o que la analo gía o pr o po r ­


ción es un cas o pa r tic u la r de ομ οίωοις o s e me janza.

5
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

γέ πως είτε κατ’ άναλογίαν είτε κατ’ άλλην όμ οίωσιν. άνάγκη


δ’ ίσως δυνάμ ει τινί και ύπεροχ ή των άλλων λαμ βάνειν, ώσπερ
άν εί τάν θ εόν' θεία γάρ ή πάντων άρχή, δι’ ής άπαντα καί
έστιν καί διαμ ένει, τάχα μ έν συν φφδιον τό οϋτως άποδούναι,
5 χαλεπόν δέ σαφεστέρως ή πειστικωτέρως . Τοιαύτης δ’ οϋσης
τής άρχής , έπεί περ συνάπτει τοΐς αίσθητοΐς , ή δέ φύσις ώς
άπλώς είπείν έν κινήσει καί τούτ’ αύτής τό ίδιον, δήλον ώς
αίτίαν θ ετέον ταύτην τής κινήσεως ’ έπεί δ’ άκίνητος καθ ’
αύτήν, φανερόν ώς ούκ άν εϊη τφ κινεισθαι τοΐς τής φύσεως
αιτία, άλλά λοιπόν άλλη τινί δυνάμ ει κρείττονι καί προτέρς Γ
τοιαύτη δ’ ή τού όρεκτού φύσις , άφ’ ής ή κυκλική ή συνεχ ής
καί άπαυστος . | ώστε κατ’ έκεΐνο λύοιτο άν τό μ ή είναι κινή-
6 σεως άρχήν ή εί κινούμ ενον κινήσει. Μέχρι μ έν δή τούτων
οΐον άρτιος ό λόγος , άρχήν τε ποιών μ ίαν πάντων καί τήν
ένέργειαν καί τήν ούσίαν άποδιδούς , έτι δέ μ ή διαιρετόν
μ ηδέ ποσόν τι λέγων άλλ’ άπλώς έξαίρων είς κρείττω τινά μ ε­
ρίδα καί θ ειοτέραν' οϋτω γάρ μ άλλον άποδοτέον ή τό διαιρε­
τόν καί μ εριστόν άφαιρετέον. άμ ς ι γάρ έν ύψηλοτέρψ τε καί
άληθ ινωτέρω λόγω τοΐς λέγουσιν ή άπόφασις .

15. Αυνάμ βι: e nte ndida, no en el s e ntido pas ivo opue s to a acto
o e fe ctiv idad, s ino en .s e ntido activo, e quivale nte a poder.
16. Léase: «activa» (cfr. nota ante rior).
17. Entr e parénte s is en el texto gr ie go de Wim m e r y de Usener.
18. Συνβχης x al ατ αυστ ο*: «c ontinuo» debe e nte nde rs e en el sen­
tido, e s pacial, de no pr oducir s e a saltos, de ja ndo «hue cos » en su
traye ctor ia; «ince s ante » tie ne el obvio s e ntido t e mpor al de no a d ­
m it ir paus as .
19. Es decir, si el mo to r no es a su vez móvil. Es éste, como se
sabe, el te ma ce ntr al de la s e gunda par te de l libr o XII de la Me ta­
fís ica de Aris tóte le s , que r e chaza este pre s upue s to platónic o.
20. 'EvéQyeiav: tr adicionalme nte , «acto».T ambién Wim m e r pre ­
fiere una tr a duc c ión me nos e s te re otipada: e fficaciam .
21. Ποσόν: lit., «cuánto»; e xpre s ión ha b it ua l en Aris tóte le s par a
la cate goría de «c antid ad », una de las c uat r o for mas de pr e dic a ­
c ión fundame nta le s s e gún el Es ta gir ita (comple tan el cuar te to la
«e nt ida d» o ουσία, la «c ua lid a d » o — «c u ál» —
t t o l ó v y la «r e lac ión»
o πρός n —«re s pe cto de a lg o »—).
22. No ατ τ όφανσιs, s ino απόφ ασή («ne gación»), como se lee t a m ­
bié n en la ve rs ión de Wimme r , quie n, s in e mbar go, tr aduce poco
ace r tadame nte por oratio (a unque ta m b ié n απόφ ασή pue de e nte n­
derse como «de clar ación»).

6
T EOFRAST O. ALGUNAS C U E S T ION E S DE MET AF ÍS ICA

cuále s , si son varias . Acaso sea ne ce s ar io cons ide r ar­


la s e gún una cie r ta pote ncia15 y e mine ncia respecto
a las de más cosas, como si <s e tr atar a de > Dios, pues
es divino el pr inc ipio de todas las cos as por el cual
todas s on y se mantie ne n. Quizá, pues , es fácil expre­
s ar lo así, pe ro es difíc il < hace rlo > de una mane r a
más clar a y convince nte .

E l prim e r princ ipio com o m otor in m óv il


Sie ndo tal el pr incipio, ya que tie ne r e alme nte co- 5
ne xión con las coSas sens ibles , mie ntr as que la n a t u­
raleza, por de cir lo s imple me nte , < e s triba > en el mo­
vimie nto y eso es lo pr opio de e lla, e s tá clar o que hay
que pone r aque l < p r inc ipio > como caus a de l movi­
mie nto; pero, como quie r a que él es en sí mis mo in ­
móvil, es e vide nte que no s e rá caus a de las cosas de
la natur ale za por moverse, s ino que s ólo que da < que
lo s e a > por a lguna otr a pote nc ia 16 más excelente y
pr ima r ia ; ahor a bie n, és a es la natur ale za de lo des e a­
do, a p a r t ir de la c ua l < surge > el (movimie nto)17 cí­
clico, continuo e ince s ante .18 De modo que se resolve­
r ía as í aque lla < dific ult a d > de que no hay pr inc ipio
de l movimie nto si no mue ve lo que < a s u ve z> se
mue ve .19

E l prim e r princ ipio com o e ntidad efectiva


Has ta aquí, e ntonces , el ar gume nto pare ce bie n 6
ajus tado, al e s table ce r un únic o pr inc ipio de todas las
cos as y a tr ibuir le la e fe ctividad20 y la e ntidad, ade ­
más de no e nunciar lo como algo divis ible ni cuantifi-
cable ,21 s ino inc luir lo de e ntrada en una clase más ex­
ce le nte y divina: pue s se ha de e xpre s ar así, ante s que
r e tirar le < lue go > el < ras go d e > divis ible y r éduc­
tible a parte s ; en efecto, par a los que lo e nuncian, la
ne gación22 < e s tr ibar á as í > en un e nunciado más s u­
blim e y ve rdade ro.

7
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

7 II. Τό δέ μ ετά ταύτ’ ήδη λόγου δεΐται πλείονος περί τής


έφέσεως , ποια καί τίνων, έπειδή πλείω τά κυκλικά και αΐ φοραί
τρόπον τινά ύπεναντίαι, και τό άνήνυτον και ού χάριν άψα-
νές . εϊτε γάρ έν τό κινούν, άτοπον τό μ ή πάντα τήν αύτήν'
είτε καθ ’ έκαστον έτερον αϊ τ’ άρχαί πλείους , ώστε τό σύμ φω­
νον αύτών εις όρεξιν ιόντων τήν άρίστην ούθ αμ ώς φανερόν.
8 τό δέ κατά τό πλήθ ος τών σφαιρών τής αιτίας μ είζονα ζητεί
λόγον’ où γάρ <άρκεΐ > ö γε τών άστρολόγων. άπορον δέ καί
πώς ποτε φυσικήν όρεξιν έχόντων ού τήν ήρεμ ίαν διώκουσιν
άλλά τήν κίνησιν. τί ούν άμ ς ι τη μ ιμ ήσει φασίν έκεΐνο όμ οίως
όσοι τε τό έν καί όσοι τούς άριθ μ ούς λέγουσιν; καί γάρ αύτοί
τούς άριθ μ ούς φασιν τό έν. εί δ’ ή έφεσις άλλως τε καί τού
άρίστου μ ετά ψυχής , εί μ ή τις λέγοι καθ ’ όμ οιότητα καί μ ετα­
φοράν, έμ ψυχ ’ άν εϊη τά κινούμ ενα' ψυχή δ’ άμ ς ι δοκεΐ καί
κίνησις ύπάρχειν* ζωή γάρ τοΐς έχου| σιν, άφ’ ής καί αί όρέξεις

23. Se re fie re al mo vimie nt o de las cos as atr aídas po r el p r i­


me r motor .
24. O sea, las te or ías a s tr onómic a s de la época, que se lim it a ­
ba n a de s c r ibir el cómo de los mo vimie ntos celestes.
25. En la t r a dic ión ma te mátic a gr ie ga el Uno no se cons ide r a­
ba pr opia me nte núme r o, s ino, e n cie r to modo, opue s to a todos los
núme r os , como la unid a d a la plur a lid a d. Ello era de bido a las con­
notacione s «c ua lita tivas » que pos e ían dichas e ntidade s m a te m á­
ticas (connotacione s que apar e ce n e n todas las c ultur as precientí-
ficas , y que se ma nifie s ta n e n la as ignación, a las dife re nte s
ma gnitude s , de s ímbo los no s us ce ptible s de a nális is ni r e duc ción
de unos a otros).
26. Es decir, s e gún esos autore s (platónic os y pitagór icos ), el
Uno es, como p r in c ip io for mal, a los núme r os lo que éstos s on a

8
T EOFRAS T O. ALGUNAS C U E S T ION E S DE MET AF ÍS ICA

Aportas de l m ov im ie nto natural: unic id ad


o m ult iplic id ad
II. En cambio, lo < q u e vie ne > de s pués de esto 7
ne ce s ita ya de más e xplicación ace rca de su te nde n­
cia:23 de qué tipo es y hac ia qué cosas. Como quie r a
que son múltiple s los < movimie ntos > circulare s y las
tras lacione s son de algún modo contrarias , no está cla­
ra la in fin itu d < de esos movimie ntos > ni su meta;
ya que si lo que mue ve es uno, es abs ur do que no to­
das las cosas < te ngan > el mis mo < movimie nto > ;
y, si cada cos a <Ttiene un motor > dis tinto, tambié n
los pr inc ipio s < s e r án > múltiple s , de modo que no
< r e s ultar á > en modo alguno trans par e nte la concor­
da ncia por la que van en la dir e cción de l deseo más
noble .
La m u lt ip lic id a d de las esferas re quie re mayor ex- 8
plic a c ión de s u caus a, pue s no <e s s uficie nte > la de
los as tr ólogos .24 T ambién pre s e nta dific ulta d cómo,
te nie ndo en cua lq uie r cas o d a s esferas > un deseo
natur al, no pe r s igue n el reposo, s ino el movimie nto.
¿Por qué, pues, dice n que eso < o c ur r e > por im it a ­
ción tanto los que e nuncian <c o m o caus a > el Uno
como los que e nunc ia n los núme r os ?25 Pues en r e ali­
dad esos mis mos dice n que los núme r os < im ita n >
al Uno.26

E l m ov im ie nto hac ia un fin im plic a un alm a


Entonce s , si es una te nde ncia sobre todo hacia lo
más noble , se da junt o con un alma; a no ser que a l­
guie n diga que las cosas que se mue ve n < s ó lo > es­
tán a nima da s en el s e ntido de un s ímil y una me táfo­
ra. Pero en el a lma pare ce dars e también, a la vez, un
movimie nto, pue s par a los que la tie ne n, <e l a lm a >
es la vida de la que < br otan > ta mbié n los deseos de

los objfetos s e ns ibles . Por eso se les plante a la mis ma d ific ult a d
que a la te or ía ar is totélic a de l deseo: la he te roge ne idad e ntre c a u­
sa y efecto.

9
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

πρός έκαστον, ώσπερ καί τοΐς ζφοις , έπεί καί αί αισθ ήσεις
καίπερ έν τφ πάσχειν ούσαι δι’ έτέρων όμ ως ώς έμ ψύχοις *
9 γίνονται, εί δ’ ούν τής κυκλικής αίτιον τό πρώτον, ού τής
άρίστης äv εϊη' κρείττον γάρ ή τής ψυχής , καί πρώτη δή καί
μ άλιστα ή τής διανοίας , άφ’ ής καί ή άρεξις . Τάχα δέ καί τούτ’
άν τις έπιζητήσειεν, διά τί τά κυκλικά μ όνον έφετικά, τών δέ
περί τό μ έσον ούθ έν καίπερ κινητών δντων, πότερον ώς
άδύνατα ή ώς ού διικνουμ ένου τού πρώτου' άλλά τούτό γ ’
άτοπον, εί δι’ άσθ ένειαν' ίσχ υρότερον γάρ άν τις άξιώσειεν
τού Ομ ήρου Δ ιάς , 0ς φησιν
αύτή κεν γαίη έρύσαι μ ’ αύτη τεΓ θ αλάσση.
10 άλλά λοιπόν ώσπερ άδεκτόν τι καί άσύνετον είναι, τάχα δέ
πρότερον ζητήσειεν άν τις πώς έχει, πότερα μ έρη ταύτα ή ού
μ έρη τού ούρανού, καί εί μ έρη, πώς μ έρη' νύν γάρ οΐον
άπεωσμ ένα τών έντιμ οτάτων ού μ όνον κατά τάς χ ώρας άλλά

8. a όμ ως έν ψυχή RoFo; όμ ως έμ ψυχ οι concord. mss. excepto Ρ y


2.a mano B; ομ ως ώς έμ ψύχ οις conjet. Usener.

27. Del conte xto se de s pr e nde que el té r m in o gr ie go οίίσϋησιτ


hace re fe re ncia, en este caso, al «mo vimie nt o» de l a lm a que cons ­
tituye el acto de sentir, no a la facultad s ensorial, que pue de hallars e
«e n r eposo». La ide a de Teofrasto es que la s e ns ación, pese a su as ­
pe cto pas ivo de r e ce pción de un in flu jo externo, cons is te tam bié n,
de por sí, en un acto, un movimie nto, con el que se ide ntifica , a s u
vez, la vida.
28. Ross corr ige —inne ce s ar iame nte , en m i o p in ión — e/x^úxois
por hv ψυχή, contr a la pr ác tic a u n a n im id a d de los mss.
29. Δ ι άνοι α: pe ns amie nto dis curs ivo, o «movimie nto de la me n­
te», opue s to a la pur a c o nte m pla ción ins ta nt áne a o in tu ic ión (en
el gr ie go de P la tón y Aris tóte le s : p o v s).
30. El ce ntr o de l mundo, es decir, la T ierra: se re fiere a los mo ­
vimie ntos dis co ntinuo s e ir re gular e s pr opios de los seres s ub­
lunar e s .
31. Es decir, los seres s ituados en la T ie rra, «ce rca de l ce ntr o»
(véase nota 30).
32. ¿Pr e s upone Teofrasto un e s tadio a nte r io r en que los seres
terrestres se hallar an en regiones superiores, s ujetos al movimie nto

10
T EOFRAS T O. ALGUNAS C U E S T ION E S DE MET AF IS ICA

las dis tintas cosas, tal como < o c ur r e > en los a nim a ­
les, ya que tambié n las s e ns acione s ,27 aunque cons is ­
ten en ser afe ctado por otras cosas, se pr oduce n < en
los animale s > en cuanto animados .28
Así pues, si lo pr imar io fue ra caus a del < movimien- 9
t o > circular, no sería caus a del < movimie nto > más
noble, pues es más excelente el del alma, y, por cons i­
guiente, el pr ime r o y pr incipal es el del pensamie nto,29
del que < br ota > también el deseo.

T e nde ncialidad de l m ov im ie nto circular


y de l irre gular
Quizá ca br ía pre guntar s e ta mbié n esto: por qué
s ólo las cos as que <s e mue ve n > cir c ula r me nte tie ­
ne n una te nde ncia, mie ntr as que ning una de las que
< se mue ve n > en las inme diacione s de l ce ntro,30 aun
s ie ndo cosas móvile s , < tie ne n te nde ncia > : si es que
s on incapace s < de te ne r la > o es que no influye < en
e llas > lo pr imar io. Pero eso, si es por s u de bilidad,
< re s ulta > abs ur do, pue s uno podr ía cons ide rar < lo
pr im a r io > más fue rte que el Zeus de Home ro, que
dice: « < Lo > ar r a s tr a r ía con la m is m ís im a tie r ra y el
m is mís imo ma r ». Que da, s in e mbargo, la pos ibilid a d
de que < lo que se mue ve ce rca de l ce ntro > carezca
de r e ce ptividad e inte lige ncia.

Re lación entre las dos clases de m óv ile s


Pero quizá ca br ía pre guntars e ante todo cómo son 10
<e s as cos as > ,31 si son par te s de l cie lo o no, y si son
parte s cómo lo son. Pues ahor a32 e s tán, por de cirlo
así, apa r ta das de las más dignas , no s ólo con ar re glo
a las regiones < que ocupan > , s ino ta mbié n con arre ­
glo a la e fe ctividad, si r e alme nte el < movimie nto >

cir cular propio de los seres auténticame nte celestes? Su vis ión «evo­
luc io nis t a» de la na tur a le za (cfr. v. g.: frags. n.os 30 y 171 de Wim ­
mer, s obre las tr a ns for ma cione s ge ológicas y la a da pta c ión de los
peces al me dio seco, re s pe ctivame nte ) pe r mite no de s car ta r la h i­
pótes is.

11
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

καί κατ ά τ ήν έ ν έ ργ ε ι αν , εϊ π ε ρ ή κυκλ ι κή τ οι αύτ η ' λ αμ β άν ε ι 3


γ άρ οΐ ον κατ ά συμ β ε β η κ ός ύπ ό τ ή ς κυκλ ι κής π ε ρι φ ο ράς καί
ει ς τ ο ύς τ ό π ο υς καί ει ς άλ λ η λ α τ άς μ ετ αβ ολ άς . Εί δ έ καί τ ό
άρι στ ον άπ ό τ ού άρί στ ου, κάλ λ ι ον άν τι π α ρ ά τ ο ύ π ρ ώτ ο υ
δ έοι τ ή ς κυκ λ οφ ορί ας , εί μ ή ά ρ ’ έ κ ωλ ύε τ ο τ φ μ ή δ ύν ασθ αι
δέχ εσθ αι ' τ ό γ άρ δή π ρώτ ο ν καί θ ει ότ ατ ον π άν τ α τ ά άρι στ α
β ουλ όμ ε ν ον . τ άχ α δ έ τ ο ύτ ο μ έ ν o îo v ύπ ε ρβ ατ ό ν τι καί άζή-
τ η τ ον' άξι οι γ άρ ό τ ούτ ο λ έγ ων άπ αν θ ’ όμ οι α καί έ ν τ οΐ ς
H άρί στ οι ς εί ναι , μ ι κράν τ ι ν’ | ή μ η δ ε μ ί αν έ χ ον τ α δ ι αφ οράν .
Τ όδ ε δ ’ άν τις ί σως άπ ορή σε ι ε ν π ρ ό ς αύτ ό ν τ όν π ρώτ ο ν ούρα-
ν όν άν αφ έ ρων , π ό τ ε ρο ν ή π ε ρι φ ο ρά τ ή ς ο ύσί ας έστ ί ν α ύτ ο ύ
καί άμ ς ι τ φ π ε π αϋσθ αι φ θ εί ροι τ ’ άν , ή εί π ε ρ έ φ έ σε ι τινί καί
όρέ ξε ι , κατ ά συμ β ε β η κ ός ' εί μ ή ά ρ α σύμ φ υτ ο ν αύτ φ τ ό
όρέ γ εσθ αι — καί ούθ έ ν κωλ ύει τ ο ι αύτ ’ άτ τ α τ ών άν τ ων ύπάρ-
χ ει ν. ί σως δ ’ άν είη καί άφ ε λ όν τ α τ ή ν άρε ξι ν ύπ έ ρ αύτ ή ς τ ή ς
κι ν ή σεως άπ ορεΐ ν , εί άφ αι ρε θ ε ΐ σα φθ εί ροι άν τ όν ο ύραν ό ν .
Καί τ ούτ ο μ έν ώσπ ε ρ έ τ έ ρων λ όγ ων , άπ ό δ ’ ο ύν τ αύτ η ς ή
τ ούτ ων τ ών άρχ ών III. άξι ώσε ι ε ν άν τ ι ς ' τ άχ α δ έ καί άπ ό

10. a λ αμ β άνει Us e ne r ; συμ β αί νει co nc or d. mss.

33. El mo vimie nto circular , como «acto» ince s ante e ilimitado,


es, pese a cons is tir en la ac tuac ión de una pote ncia, lo más par e ci­
do al acto o e fe ctividad pura. El movimie nto t r a ns itor io o dis con­
tinuo, en c a mbio (pr opio de las na tur ale zas terrestres), es el acto
más impe rfe cto, àreXrçs (cfr. frags. n?s 19 y 23), ya que su cons tan­
te agota mie nto y r e ite r ación s on s ignos de que nunc a alcanza ple ­
n itud en sí mis mo.
34. Pasaje de re s onancias parme níde as , pero con el compone nte

12
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

c ir c ula r es ta l.33 En efecto, las mutacione s las s ufre n


d o s seres de l ce ntro > como de ma ne r a accide ntal,
ba jo influe nc ia de la e volución cir cular , tanto de un
luga r a otr o como de una cos a en otra. Pero, si de lo
más noble < p r o c e d o ta mbié n lo más noble , ca br ía
e s pe rar de lo p r im a r io algo me jor que la tr as lación
cir cular , si no fue r a e llo impe dido por la inca pac ida d
de r e cibir lo. En efecto, lo p r im a r io y s umame nte divi­
no quie r e todo lo me jor. Pero quizá esto es, por de cir ­
lo así, tras ce nde nte e ininve s tigable . Pues el que dice
eso cons ide ra que todas las cosas son seme jante s y es­
tán e ntre las más noble s , y que guar da n < e ntre s í>
pe que ña o ning una dife r e ncia.34

Dudas sobre la ne ce s idad de l m o v im ie nto circular


Acaso cabr ía, por otr o lado, dudar , r e fir iéndos e al 11
p r im e r cie lo mis mo,35 de si la c ir c unvo lución es pr o­
pia de s u e ntida d y de si, en el mome nto mis mo en
que cesara < aquélla > , se de s tr uiría < é s t a > , o si d a
cir cunvolución se produce > accide ntalme nte por una
te nde ncia y deseo; a no ser que le re s ulte conna tur a l
a a qué l36 el desear, y na da im p id a que e xis tan a lg u­
nas r e alidade s 37 de es ta clase. Cabr ía ta mbié n que el
que s upr ime el deseo en re lación con aque l movimie n­
to duda r a de si, al que dar s upr imido, de s tr uir ía el
cielo.

Univ e rs alidad o partic ularidad de las caus as


Y esto vie ne a ser Cte ma pr opio > de otras dis c u­
siones. Uno podr ía , pues, juzg a r a pa r t ir de este o es­
tos pr incipios ; III. quizá ta mbié n a p a r t ir de los

de im po te ncia de la r azón h uma na , car acte r ís tica de l pante ís mo


pos clás ico.
35. Es to es, la esfera más ale ja da de la T ie r ra y más ce r cana
al s upue s to motor in móvil.
36. Léase: «el p r im e r cie lo».
37. "Οντ ων: lit., «e xis tentes »; o, con ar r e glo al te cnic is mo t r a d i­
cional, «entes ».

13
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

τ ών άλ λ ων ά ρ ’, άν τι ς τ ι θ ήτ αι 3 τ ά έ φ ε ξή ς ε ύθ ύς άπ οδ ι δ όν αι
καί μ ή μ έχ ρι τ ου π ροε λ θ όν τ α π αύε σθ αι ’ τ ο ύτ ο γ άρ τ ε λ έ ο υ καί
φ ρο ν ούν τ ο ς , ö π ε ρ ’Αρχ ύτ ας π ο τ ’ έ φ η ποι εΐ ν Ε ϋρυτ ο ν δια-
τ ι θ έντ α τ ι νάς ψ ή φ ο υς ’ λ έγ ει ν γ άρ ώς άδ ε μ έ ν άν θ ρώπ ο υ ό
άρι θ μ ός , δ δ ε δ έ ί ππ ου, άδ ε δ ’ άλ λ ου τ ι νός τ υγ χ άν ει , ν ΰν δ ’ οϊ
12 γ ε πολ λ οί μ έχ ρι τ ι νός έλ θ όντ ες κατ απαύον τ αι , καθ ά π ε ρ καί οί
τ ό έν καί τ ήν άόρι στ ον δ υά δ α ποι ούν τ ες ' τ ο ύς γ άρ άρι θ μ ούς
γ ε ν ν ή σαν τ ε ς καί τ ά έ π ί π ε δ α καί τ ά σώμ α τ α σχ ε δ ό ν τ άλ λ α
π αραλ ε ί π ουσι ν πλ ή ν ό σο ν έ φ απ τ ό μ ε ν ο ι καί τ ο σο ύτ ο μ όν ο ν
δ η λ ούν τ ε ς , άτι τ ά μ έ ν άπ ό τ ή ς άο ρί στ ο υ δ υά δ ο ς , οΐ ον τ ό π ο ς
καί κ ε ν όν καί άπ ει ρον , τ ά δ ’ άπ ό τ ών άρι θ μ ών καί τ ο ύ έ ν ός ,
οΐ ον ψυχ ή καί άλ λ ’ άτ τ α' χ ρόν ον δ ’ άμ ς ι καί ο ύρ α ν ό ν καί έ τ ε ρα
δή πλ εί ω, τ ού δ ’ ο ύρ α ν ο ύ π έ ρι καί τ ών λ οι πών ο ύδ ε μ ί αν έτι
π οι ούν τ αι μ ν εί αν ' ώσα ύτ ως δ ’ οί π ε ρί Σ πεύσι ππ ον , ο ύδ έ τ ών
άλ λ ων ούθ εί ς πλ ή ν Ξε ν οκ ράτ η ς ' ο ύτ ο ς γ άρ άπ αν τ ά π ως περι -
τί θ ησι ν π ε ρί τ όν κ όσμ ον , ό μ ο ί ως αΙσθ η τ ά καί ν οη τ ά καί μ αθ η-
13 μ ατ ι κά καί έτι δή τ ά θ εί α. πει ράτ αι δ έ καί Έστ ι αί ος μ έχ ρι

1 1 . a ...άν τις (τάχ α δέ και άπ ό τ ών άλ λ ων ά ρ ’, άν τις τίθ ηται) Ro F o :


c a m b io de p u n t ua c ión que da r ía luga r a la tr a duc ción s ig uie nte : «(y
pr e s unt a me nte ta m b ié n de cuale s quie r a otr os pr ime r o s pr inc ipio s que
un o pue d a e s table ce r )». Cfr . nota 38 de la tr a duc ción.

38. «Es tos pr inc ip io s » s e r ían los pr opios e inme dia tos de l mo ­
vimie nto celeste; «los otros pr in c ipio s » s e r ían los pr ime r o s p r in ­
cipios abs olutos de la r e alidad, de los que se de r ivar ían ta m bié n
los inme diatos . Ross, e n su e dición, e ncie r r a e ntre par énte s is la
c láus ula τ άχ α be x al... m τ ί ϋη τ αι , s iguie ndo una s uge r e ncia de Ze­
ller, con lo que convierte los «otros pr incipios » en unos cuale s quie ­
ra, tal como se pone de ma nifie s to en s u tr a duc ción; lo que r e s ul­
ta c ua ndo me nos e x tr año al tratars e de la e x plic ación de la
din ám ic a de l unive rs o po r un d is c íp ulo fie l —a un que c r ítico en
cie rtos de talle s — de Aris tóte le s . El pr o ble ma que tr ata de s olve n­
tar Ross es el apar e nte a na co luto de la c láu s u la de αξι ωσεπν, a la
que h a br ía que s upone r s e guida inme dia ta me nte de l infinitivo
άν οδ ί δ όν αι ’, pe ro par a e llo bas ta s us tituir, c omo hace mos nos otros ,
la pa us a de fina l de or ac ión por una pa us a inte r me dia (punto alto
en griego, punto y c oma en e s pañol).
39. Ar quitas de Tarento (430/360 a.N.E) céle bre s abio p it a g ór i­
co a mig o de Platón.

14
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

otros ,38 si uno se pr opone e xplicar dir e ctame nte toda


la serie de las cosas y no inte r r umpir s e tras lle gar a
un cie rto punto, ya que es pr opio de un < hombr e >
pe rfe cto y s e ns ato aque llo que Ar quitas 39 dice que
hizo una vez Eur ito40 or de nando unos guijarros ; pues
dijo: «éste viene a ser el núme r o de l hombr e ; éste, el
de l caballo; éste, el de alguna otr a cos a». Ahora, en
cambio, la mayoría, lle gados a un cie r to punto, se de ­
tie ne n.41 Así como < hace n > ta mbié n los que con- 12
vie rte n < e n pr inc ipio s > el Uno y la dia da inde fini­
da; pue s al e nge ndr ar los núme r os y las s upe r ficie s
y los cue r pos de s c uida n pr áctica me nte las de más co­
sas, s e ñalando e xclus ivame nte todo aque llo que re la­
cionan dir e ctame nte < c o n lo ante r io r >, a saber, que
unas cosas < s urge n > de la dia da inde finida , como
el lugar, el vacío y el infinito; otras , de los núme r os
y de l Uno,42 como el a lma y algunas otras cosas, y a
la vez ta mbié n el tie mpo, el cie lo y varias otras más ;
pe ro ace rca de l cie lo y de < t o d o > lo de más no vue l­
ven ya a hace r me nc ión ninguna. Así, ning una
< me nc ión hace n > los que s igue n a Es pe us ipo ni nin ­
g ún otro, excepto Je nócrate s , pue s éste dis tr ibuye en
cie r to modo todas las cosas por el mundo, tanto las
s e ns ible s como las inte ligible s y las mate máticas , e
inclus o las divinas . T ambién He s tie o lo inte nta has ta 13
40. Eur ito, pit a g ór ic o crotone ns e o tar e ntino, d is c íp ulo de Fi-
lo la o y mae s tro de Platón. Acmé ha cia el 400 a.C.
41. El e je mplo de E ur ito ilus tr a, no s in ir onía, al filós o fo que
tr a ta de cone ctar todas las cosas en un a ún ic a cade na e xplicativa,
fr e nte a los que se conte nt an con la e x plic ac ión de fe nóme nos pa r ­
ciale s o esferas pa r tic ula r e s de la r e alida d a p a r t ir de sus p r in c i­
pios inme dia tos o pr óx imo s s in ir más a llá (ac titud que Teofrasto
atr ibuye a Es pe us ipo y a la mayor ía de los filós ofos de s u época).
42. El Uno, ya des de la t r a d ic ión pit ag ór ic a, se c ontr a pone al
núme r o, como la s im p lic id a d a la c o mple jida d. La c r ític a de Teo­
fr as to va d ir ig id a a los pita g ór ic os e n ge ne ral y a Es pe us ipo, a cu­
s ado por Aris tóteles (Metafísica, VII, 2, 1.208 b 21- 24) de aplicar pr in­
cipios dis tintos a c ada géne r o de s us tancias dis tinto, da da la
impote ncia de sus pr inc ipio s numé r ic os (lo uno y lo múltiple ) par a
da r cue nta de na da fue r a de la ma te mátic a.

15
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

τ ι νός , ούχ ώσπ ε ρ εϊ ρη τ αι π ε ρί τ ων π ρ ώτ ων μ όν ον . Πλ άτ ων


μ έν ο ύν èv τ φ άν άγ ει ν ει ς τ άς άρχ άς δ ό ξε ι ε ν άν άπ τ εσθ αι τ ών
άλ λ ων ει ς τ άς ι δέας άν άπ τ ων , τ αύτ ας δ ’ ει ς τ ο ύς άρι θ μ ούς , έκ
δ έ τ ούτ ων ει ς τ άς άρχ άς , εΐ τ α κατ ά τ ήν γ έ ν ε σι ν μ έχ ρι τ ών
ε ί ρη μ έ ν ων ' οί δ έ τ ών άρχ ών μ όν ον , ένι οι δ έ καί τ ήν άλ ή θ ει αν
έν τ ούτ οι ς ' τ ά γ άρ όν τ α μ όν ον π ε ρί τ άς άρχ άς . συμ β αί ν ε ι δ έ
τ ούν αν τ ί ον ή έν τ αΐ ς άλ λ αι ς μ εθ όδ οι ς ' έν έκεί ν οι ς γ άρ τ ά
μ ε τ ά τ άς άρχ άς ι σχ υρό τ ε ρα καί οΐ ον τ ε λ ε ώτ ε ρα τ ών
έ π ι στ η μ ών ’ τ άχ α δ έ καί ε ύλ ό γ ως έν θ α μ έ ν γ άρ τ ών άρχ ών , έν
δ έ τ αΐ ς λ οι παΐ ς άπ ό τ ών άρχ ών ή ζή τ η σι ς .

14 IV . Πώς δ έ π οτ ε χ ρή και ποί ας τ άς άρχ άς ύποθ έσθ αι ,


τ άχ ’ άν άπ ορή σε ι έ ν τι ς , π ό τ ε ρο ν ά μ ο ρ φ ο υς καί οΐ ον δ υν αμ ι ­
κός , ώσπ ε ρ όσοι π ύ ρ καί γ ή ν, ή μ ε μ ο ρ φ ωμ έ ν α ς , ώς μ άλ ι στ α
δ έ ο ν τ αύτ ας ώρί σθ αι , καθ ά π ε ρ έν τ φ Τ ι μ αί ψ φ η σί ν' τ οΐ ς γ άρ
τ ι μ ι ωτ άτ οι ς οί κει ότ ατ ον ή τ άξι ς καί τ ά ώρί σθ αι . φ αί νετ αι δ έ καί
έν τ αΐ ς λ οι παΐ ς σχ εδόν έχ ει ν οϋτ ω, καθ ά π ε ρ έν γ ραμ μ ατ ι κή καί
μ ουσι κή καί τ αΐ ς μ αθ η μ ατ ι καΐ ς , συν ακ ο λ ο υθ ε ί δ έ καί τ ά μ ε τ ά
τ άς άρχ άς ' έτι δ έ καί κατ ά τ άς τ έχ ν ας ό μ οί ως , αϊ π ε ρ τ ήν
φ ύσι ν μ ι μ ούν τ αι , καί τ ά ό ργ αν α | καί τ ά άλ λ α κατ ά τ άς άρχ άς .

43. A saber: el alma, el tie mpo, el cielo, etc., es decir, el c o n ju n ­


to de la naturaleza. Platón, pues, como sus dis cípulos Hestieo (e ditor
de la dis e r ta c ión pla tónic a Sobre el bie n) y Je nócr ate s (s e gundo
e s colar ca de la Acade mia), ha b r ía da do e x plicacione s e x haus tivas
y globale s de l unive rs o, al no re ducir , como Es pe us ipo, las e s e n­
cias a e ntidade s nume r able s s in más nexo e ntre sí que una a na lo ­
gía ma te mátic a abs tr acta.
44. Léase: «proces os de conocimie nto». Teofrasto estable ce una
e s pe cie de r azón inve rs a e ntre el gr ado de ce rte za («fir me za», en
sus pa labr as ) de l c ono cimie nto y s u «p r im a r ie d a d » o pr ox imida d
a los pr incipios : a c tit ud en cie rto mo do inve rs a a la platónico-
ar is totélica, y pr o pia de una me nta lid a d bás ica me nte e mpir is t a.
45. Wim m e r tr aduce e r r óne ame nte p o r efficaces, c ua ndo es tá
clar o que en el texto se contr apone la pos e s ión de una fo r m a de fi­
nida a la aus e ncia de e lla y, por tanto, a la pote nc ialida d como con­
tr a r ia de l «acto» o la «e fe ctividad», en s e ntido ar is totélico.

16
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

cie r to punto, y no s ólo ace rca de las cosas pr imar ia s ,


como se ha dicho. Así pues, Platón, en s u as ce ns o ha ­
cia los pr incipios , pare ce e s table ce r una cone xión re­
fir ie ndo a las ide as todas las de más cosas, y aquéllas ,
a su vez, a los núme r os , < lle gando > a p a r tir de éstos
has ta los pr incipios , y a continua c ión, s iguie ndo < e l
orde n d e > la ge ne r ación, < d e s c ie n d o has ta las co­
sas ya me nc ionadas .43
Otros , en cambio, s ólo <s e oc upa n > de los p r in ­
cipios. Y algunos inclus o < s itúan > la ve rdad < s ólo >
en ellos, pue s las cosas que existen s ólo existen en fun­
ción de los pr incipios ; y ocur re lo contr ar io que en los
otros métodos ,44 pue s en ellos lo < q u e vie ne > a con­
tinua c ión de los pr inc ipio s es más fir me y, por de cir ­
lo así, más pe rfe cto que los < otros > saberes; y s e gu­
rame nte con razón, pue s a llí la inve s tigación lo es de
los pr incipios , mie ntr as que en las de más < ciencias >
lo es a p a r t ir de los pr incipios .

De te rm inación o inde te rm inación de los principios


IV. Uno podr ía quizá duda r de cómo y de qué cía- 14
se convie ne pre s upone r los pr incipios : si Cunos p r in­
cipios > amor fos y, por de cir lo así, pote nciale s ,45
como < hace n > todos los que < pr opone n > el fue go
y la tie r ra, o bie n < unos pr inc ipio s > dotados de for­
ma, como si hubie r a n de e s tar de finidos al máx imo,
tal como se dice en el T imeo, pue s lo más pr opio de
las cos as más dignas es el orde n y el e s tar de finido.
Parece que en las de más < cie ncias > ta mbié n e s tán
as í las cosas pr ácticame nte : en la gr amática, la m ús i­
ca y las mate máticas . En cohe re ncia con e llo van ta m ­
bién las cosas s ubs iguie nte s a los principios . T ambién
< o c u r r o , ade más , de ma ne r a s e me jante , en las ar ­
tes que im it a n a la natur ale za, y en los ins tr ume ntos
y en las de más cosas suje tas a los principios . Así pues,
unos < pr e s upone n > for ma en todos < lo s p r in c i­
pios > , otros sólo < pr opone n > los < principios > ma­
te riale s ; otros a ambos , los dotados de for ma y tam-

17
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

οΐ μ έ ν ο ύν έ μ μ ό ρ φ ο υς π άσας , οί δ έ μ ό ν ο ν τ άς ύλ ι κάς ' οί δ ’


άμ φ ω, τ άς τ ’ έ μ μ ό ρ φ ο υς καί τ άς τ ή ς ϋλ η ς ,3 ώς έν άμ φ οΐ ν τ ό
15 τ έλ εον < ό ν > ' οΐ ον γ άρ έ ξ άν τ ι κει μ έν ων τ ή ν ά π ασαν ούσί αν .
άλ ογ ον δ έ κ άκ ε ϊ ν ο3 δ όξε ι ε ν άν , εί ό μ έ ν όλ ος ο ύρ α ν ό ς καί
έ κ αστ α τ ών μ ε ρ ών άπ αν τ ’ έν τ άξει καί λ όγ ψ καί μ ορφ αί ς καί
δ υν άμ ε σι ν καί π ε ρι όδ οι ς , έν δ έ τ αΐ ς άρχ αΐ ς μ η θ έν τ οι ούτ ον
άλ λ ’ “ώσπ ε ρ σά ρ μ α εί κή κ ε χ υμ έ ν ων ό κάλ λ ι στ ος ” , φ η σί ν
Ηράκλ ει τ ος , “[ό] κ ό σμ ο ς ” , καί κατ ά τ ούλ άχ ι στ ον δ ’ ώς εί πεΐ ν
λ αμ β άν ουσι ν όμ οί ως έν άψ ύχ οι ς καί έ μ ψ ύχ ο ι ς ’ ώρι σμ έ ν αι γ άρ
έ κ άστ ων αΐ φ ύσε ι ς ώς εί πει ν καί π ε ρ αύτ ο μ ά τ ως γ ι ν ο μ έ ν ων ”
τ άς δ ’ άρχ άς άο ρί στ ο υς εί ναι . Χαλ ε π όν δ έ πάλ ι ν α ύ τ ό τ ο ύς
λ όγ ους έκάστ οι ς περι θ εΐ ν αι π ρ ό ς τ ό έ ν ε κ ά τ ο υ συν άγ ο ν τ ας
έν άπασι ν , καί έν ζφ οι ς καί φ υτ οΐ ς καί έ ν αύτ ή π ο μ φ όλ υγ Γ
πλ ήν εί συμ β αί ν ει τή ά στ έ ρ ων 1) τ άξει καί μ ετ αβ ολ ή μ ο ρ φ ά ς τ ε
παν τ οί ας καί ποι κι λ ί ας γ ί νεσθ αι τ ών π ε ρί τ όν ά έ ρ α καί τ ή ν
γήν* ών δή μ έγ ι στ όν τ ι νες π αράδ ε ι γ μ α π οι ούν τ αι τ ά π ε ρί τ άς
ώρ α ς τ άς έτ η σί ους , έν αί ς καί ζφ ων καί φ υτ ών καί κ αρπ ών
γ ε ν έ σε ι ς , oîov γ ε ν ν ών τ ος τ ο ύ ή λ ί ου. καί τ αύτ α μ έ ν έ ν τ αύθ ά
π ο υ ζητ εί τ ήν σκέψι ν , άφ ο ρι σμ ό ν άπ αι τ ούν τ α μ έχ ρι π ό σ ο υ τ ό
τ ε τ αγ μ έ ν ον , καί δι ά τί τ ό π λ έ ον άδ ύν ατ ο ν ή ει ς τ ό χ εί ρον ή
μ ετ άβ ασι ς .

14. a οί μ έν ούν άμ όρφ ους πάσας ... οί δ ’ άμ φ οτ έ ρας έ μ μ όρφ ους , καί
τ άς τ ής ϋλ ης Wim m e r ; 1.°: άμ όρφ ους Ο, ε ύμ ό ρφ ους Σ; 2.°: άμ ό ρφ ους Σ.
La le ctur a de Wim m e r da r ía luga r a la tr a duc ción s iguie nte : «uno s
< c o n s id e r a n > amor fos todos los pr inc ipio s , otros s ólo los mate r ia le s ;
otros < c o n s id e r a n > dot ad os de fo r m a a unos y otr os , inc luid os los de
la m a t e r ia ».
15. a κάκείνοι ς Ro F o ; κάκεΐ νο Wim m e r , conje t. Be rgk. b έτ έρων
Ro F o ; άστ έρων Us e ne r .

46. En el p r im e r gr upo e s tar ían los pit ag ór ic os y los p la t ón i­


cos; en el s e gundo, los fis iólogos jonios ; e n el tercero, obviame nte ,
Aris tóte le s y el pr opio Teofrasto.
47. Por cont r a pos ic ión al m u n d o «macr os c ópico», id e ntific a ­
do con el cielo.
48. To evexá του. Es la e x pr e s ión h a b it ua l en Aris tóte le s par a
de s ignar la tr a dic iona lme nte lla m a d a «c aus a fina l».
49. Parece re ferirs e a un fe nóme no fís ico d in ám ic o y pr óx imo
en a pa r ie nc ia a la vida, como es el he r vor de l agua. La tr a duc c ión

18
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

bién los de la ma te r ia ,46 ya que gracias a ambos < se


d a > lo perfecto: toda e ntidad, en efecto, < surge > de
los opue s tos .
T ambién par e ce r ía ir r ac io nal el que el cie lo en s u 15
conjunto y todas y cada una de sus par te s e s tuvie r an
en orde n y < s ome tidas > a razón, for mas , pote ncias
y pe ríodos , mie ntr as que en los pr inc ipio s < n o hu-
b ie r a > na da s eme jante , s ino que «tan be llo mundo»,
< c o m o > dice He ráclito, « < fue ra > un amas ijo de co­
sas capr ichos ame nte e s par cidas ». T ambién respecto
a lo más pe que ño47 ace ptan < algunos lo mis mo >,
tanto en las cosas ina nima da s como en las animadas ,
ya que las natur ale zas de las cosas s ingular e s son de ­
finidas , aunque se generen e s pontáne ame nte , pe ro los
pr inc ipio s < dice n q u e > s on inde finidos .

Dif ic ultad de dar razón de cada cosa


Y, a s u vez, es difíc il da r las razones pre cis as de
las cosas s ingulare s r e duciéndolas al < he cho de s e r >
en vis ta de algo48 en todos los casos, tanto en los a ni­
male s como en las pla ntas y en la s imple b u r b uja ,49
a no ser que, de hecho, s ur jan, en vir tud de la pos i­
c ión y m uta c ión de los astros, todas las dive rs as y va­
r iopintas for mas de las cosas que hay en el aire y la
tie rra. De e llo dan algunos como pr ue ba máx ima lo
re lativo a las épocas de l año en que < tie ne n luga r >
los nac imie ntos de los animale s , las pla ntas y los fr u ­
tos, como si los e nge ndr ar a el sol; y esas cue s tione s
exigen quizás en este punto un examen, ya que de man­
dan una de te r minac ión de la me dida en que < se da >
esa or de nación, y de por qué es impos ible < q u e se
dé > en mayor me dida, s alvo que haya un c a mbio a
peor.

de Wim m e r po r ce llula, si ha de e nte nde rs e en s e ntido biológico,


es a todas luce s ana cr ónic a. Cfr. De igne, 16, donde se re fiere in ­
e quívocame nte con ese t é r m in o a las b u r b u ja s de la e bullic ión.

19
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

16 V. I Έν δ έ τ αΐ ς άρχ αΐ ς , άθ εν δή καί ό π ρ ώτ ο ς λ όγ ος ,
ει κότ ως άν τις καί τ ό πε ρί τ ή ς ή ρε μ ί ας άπ ορή σε ι ε ν . εί μ έ ν γ άρ
ώς β ελ τ ι ον, άν άψ ε ι ε ν äv τ αΐ ς άρχ αΐ ς ' εί δ ’ ώς άργ ί α καί στ έρη -
σί ς τι ς κι ν ή σεως , ο ύκ άν άψει , άλ λ ’ εϊ π ε ρ, τ ήν έ ν έ ργ ε ι αν άντι-
μ ετ αλ λ ακτ έον ώς π ρ ο τ έ ραν καί τ ι μ ι ωτ έραν , τ ήν δ έ κί νη σι ν έν
τ οΐ ς αί σθ ητ οϊ ς ' έπεί τ ό γ ε δι ά τ ο ύτ ’ ή ρε μ εΐ ν ώς άδ ύν ατ ο ν άεί
κ ι ν ούμ ε ν ον α εί ναι τ ό κι ν ούν — ο ύ γ άρ άν εϊη π ρώτ ο ν — κ ί ν δ υ­
ν ος μ ή λ ογ ώδ ε ς , καί άλ λ ως ο ύκ άξι όπι στ ον , άλ λ ά μ εί ζω τ ι νά
αι τ ί αν ζητεί , δ οκεΐ δ έ καί ή αϊ σθ η σι ς τ ρό π ο ν τ ι νά συν α υδ ά ν
ώς έ ν δ ε χ όμ ε ν ον μ ή άεί τ ό κι ν ούν έ τ ε ρο ν εί ναι καί ö κι νεί δι ά
τ ά ποι εΐ ν καί πάσχ ει ν ' έτι δ ’ έ άν τι ς έ π ’ αύτ ό ν άγ η τ όν ν ούν
καί τ όν θ εόν. άτ οπ ο ν δ έ καί τ ό έ τ ε ρο ν λ εχ θ έν, ώς ο ύ μ ι μ ο ύν ­
τ αι τ ά ό ρε γ ό μ ε ν α τ ο ύ ή ρε μ ο ύν τ ο ς ' τί γ άρ αύτ οΐ ς ο ύσι ν άκο-
λ ουθ εί η 6 τ ών άλ λ ων; πλ ή ν ί σως ούχ όμ οί ως λ η πτ έον ώς ει ς τ ό
ά μ ε ρ έ ς άγ ον τ ας , άλ λ ’ ό π ως Ö τι μ άλ ι στ α σύμ φ ων ο ν έ α υτ φ καί
άπ η ρτ ι σμ έ ν ον ώς άν πόλ ι ς ή ζφ ον ή άλ λ ο τι τ ών μ ε ρι στ ών ή°
καί ό ολ ος ο ύρα ν ό ς , öv δή φ ασι ν εί ναι τ ελ ε ώτ ατ ον .

16. ;ι κινούμ ενον RoFo; κινούν concord. mss. b où συνακολουθ εί


ή... RoFo; ούσιν άκολουθ εΐ ή... Ρ; ούσιν άκολουθ είη restantes mss.
c ή Usener; ή PJ; ή restantes mss.

50. Léase: «me jo r que el mo vimie nto».


51. Es decir, que el re pos o se a tr ibuy a a los pr incipios .
52. ’Evégyeiav (véase nota 20). Wim m e r tr aduce aquí: e fficacia
et actus.
53. La to ta lida d de los ma nus c r it os de la le ctur a κ ι ν ούν en lu ­
gar de χ ι ν ουμ ί ν ον , que es una cor r e cción de Ross, s e gur ame nte im ­
pr e s cindible par a la cohe r e ncia del texto. En efecto, si s e guimos
la le ctura de Wimme r , el texto que da r á así: cxci τ ό ye δι α τ οΰτ ήρβμ βϊν
ώς άδύν ατ ον ae iJiiv o ûv e iv ai τ ο κι νούν <ά τ ο π ο ν > . ου y àp αν εϊη κίνδυνος
πρώτ ον μ η \ oyo€iôes κ αι άλ λ ως ουκ άξι όπι στ ον άΧΧά μ β ί ζω π ι ν ά αι τ ί αν
ξητ & T raducción: «pue s que, por <e l he cho d e > que tal cos a esté
en reposo, sea im po s ible que lo que mue ve mue va s ie mpre , es a b­
s urdo; en efecto, no h a b r á pe ligro, en p r im e r lugar , de que no re­
s ulte razonable y, por otr a parte , de que no me rezca crédito, s ino
que e xija alg una caus a mayor ». Como se ve, el s e ntido c a m bia con­
s ide r able me nte , pue s lo que aquí se a fir m a es que la e x is te ncia de
alg unas cosas en re pos o da r ía, de e ntr ada, pie a infe r ir que el m o ­
tor pr ime r o no ac túa s ie mpre , con lo que no s e rá tal p r im e r motor
(pue s de be r á r e cibir im p üls o de otr o par a pas ar de la ina c tivid a d
a la actividad); infe r e ncia, no obs tante , que se r e chaza bas ándos e

20
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

Re pos o y m ov im ie nto
V. En < lo tocante a > los pr incipios , de donde 16
< pa r tió > la pr ime r a ar gume ntac ión, pr obable me n­
te se pr e guntar á tambié n alguno sobre el reposo. Pues
si es me jor ,50 se ha br ía de a t r ib u ir a los pr incipios ,
pe ro si es < p u r a > ine rcia y car e ncia de movimie nto,
no se les atr ibuir á; pero, en caso de que sea < a s í> ,51
hay que pone r en s u luga r la e fe ctividad52 como an­
te r ior y más digna, y el movimie nto, en las cosas sen­
s ible s, pue s que < e l pr ime r motor > esté en re poso
por ser impos ible que lo que mue ve se mue va s ie m­
pre —pue s ya no s e ría pr ime r o— corre peligro: en pr i­
me r lugar, de <s e r un ar gume nto > ve rbalis ta y, por
otr a parte, de no me re ce r crédito, por lo que exige a l­
guna caus a mayor.53 Ade más , ta mbié n la s e ns ación
pare ce confir mar , en cie rto modo, que es a dmis ible
que no s ie mpre s ean cosas dis tintas lo que mue ve y
aque llo a lo que mue ve en vir tud de l hace r y el pade ­
cer. Y lo es54 si hace uno re fe re ncia a la me nte y a
Dios mis mo.
T ambién es abs ur da la otra a fir ma c ión, < a sa­
be r >, que las cos as que tie nde n a lo que e s tá en re po­
so no lo limita n, ya que si fue r a n tales, ¿cuál de los
otros < atr ibutos > les cor r e s ponde r ía? A no ser que
no haya, quizá, que to ma r lo como si se r e duje r a < e l
unive r s o > a lo care nte de parte s , s ino como concor­
dante al máx imo cons igo mis mo y perfecto, igual que
una c iuda d o un a nim a l o a lguna otr a de las cosas
compue s tas de parte s , o ta mbié n el cie lo en s u con­
junto, que dice n que es pe rfe ctís imo.55
en la obs e r vación e mpír ic a , que mue s tr a la e x is te ncia de seres se­
movie nte s , en los que no se da s e par ación ontológica e ntre motor
y movido. Apar te de l he cho de que es ta le ctur a exige la inco r p o r a ­
c ión al texto de una glos a re cogida al mar ge n por el ma nus c r ito
J (άτ οκον), no gua r da de m as ia da cohe r e ncia con los pár r afos pre ­
cedentes. Pre fe rimos , po r ello, la le ctur a de Ross.
54. Léase: «es pos ible que c o inc id a n en una mis ma cos a el mo­
tor y lo movido».
55. Teofrasto e mpie za c r itic a ndo la s e gunda s o lución pos ible

21
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

17 V I. Έπι ποθ εΐ δ έ τ ι να καί τ ά τ οι άδ ε λ όγ ον , π ώς π ο τ έ τ ών


όν τ ων ό μ ε ρι σμ ό ς ει ς ϋλ η ν και μ ορφ ή ν , π ό τ ε ρο ν ώς τ ό μ έ ν
όν, τ ό δ έ μ ή όν, δ υν άμ ε ι δ ’ όν καί | άγ ό μ ε ν ο ν ει ς έ ν έ ργ ε ι αν '
ή όν μ έν , άόρι στ ον δ έ καθ ά π ε ρ έν τ αΐ ς τ έχ ν αι ς , ή 3 δ έ γ ένε-
σι ς , ή ούσί α γ ’ αύτ ών τ φ μ ο ρφ ο ύσθ αι κατ ά τ ο ύς λ ό γ ο υς ' άλ λ ’
ο ϋτ ω γ ’ ει ς μ έν τ ό β έλ τ ι ον τ άχ ’ άν ή μ ετ άβ ασι ς εϊη, τ ό δ ’ εί ναι
ούθ έ ν άν ή τ τ ον άλ η θ ές ύπ άρχ οι κ ατ ’ αύτ ή ν (où γ άρ άν ο ύδ έ
γ ί νοι τ ο μ ή ύπ αρχ ούση ς ), άλ λ ά τ ό μ ή τ ε τ ό δ ε μ ή τ ε ποι όν μ ή τ ε
π οσόν , ώς άόρι στ ον τ οί ς εϊ δεσι ν , δ ύν αμ ι ν δ έ τ ι ν’ έχ ον . όλ ως
δ έ κατ ’ άν αλ ογ ί αν λ η πτ έον έπί τ άς τ έ χ ν ας καί εϊ τι ς όμ οι ότ η ς
άλ λ η.

18 V II. Δ όξε ι ε ν δ ’ άν καί τ ο ύτ ’ έχ ει ν άπ ορί αν , εί μ ή ά ρ α


πε ρι εργ ί αν τ ού ζητ εΐ ν, τί δή π οτ ε ή φ ύσι ς καί ή όλ η δ ’ ο ύσί α
τ ού π αν τ ός έν έναν τ ί οι ς έστ ί ν, καί σχ ε δ ό ν ί σομ οι ρεϊ τ ό χ εί ­
ρον τ φ β ελ τ ί ονι , μ άλ λ ον δ έ καί πολ λ φ π λ έ ον έστ ί ν, ώστ ε
δοκεΐ ν καί Εύρι πί δη ν καθ όλ ου λ έγ ει ν ώς “ο ύκ άν γ έν οι τ ο

1 7 . a ή Ro F o ; ή PJ; ή r e s tante s ms s .; εί δέ γ ένεσι ς ή ούσί α γ ε αύτ ών


τ ό μ ορφ ούσθ αι κατ ά τ ούς λ όγ ους c o nje t. Us e ne r : «si su ge ne r a c ión o
e ntida d <cons is te e n > a d quir ir fo r ma con arr e glo a las de finic io ne s »;
ή δέ γ ένεσι ς τής ούσί ας εν εκα τ ό μ ορφ ούσθ αι κατ ά τ ούς λ όγ ους con je t.
Wimme r : «y su ge ne ración con vistas a la e ntidad <cons is te e n > adquir ir
for m a e tc .»; ή δέ γ ένεσι ς ή ούσί α γ ε αύτ ών τ ώ μ . L P, Br a nd is : «y la
ge ne r ación es su e ntid a d Cco ns is te nt e e n > a d quir ir e tc .».

par a e x plicar las dife r e ncias e ntre el p r im e r motor y el resto del


unive rs o: que éste no ne ce s ar iame nte imite a aquél a unque lo de ­
see (cosa que parece abs urda). Pero e ns e guida nie ga el pr e s upue s ­
to: la a r m o nía y el or de n no im plic a n la s im p lic id a d u homoge ­
ne idad.
56. Es decir, como la ma te r ia «infor me » en el s e ntido r e lativo
en que lo es, poj* e je mplo, el br once que ha de us a r el e s cultor a n ­
tes de dar le «for ma».
57. En otras palabr as : el c a mbio s us tancial por el que apar e ce
una nue va es e ncia.
58. Κατ ά τους Xóyous. En efecto, la fo r ma es a que lla de te r m ina ­
ción ontológic a a la que corr e s ponde la de finic ión.
59. Es to es, la mate r ia, que s e ría así ya una cie r ta mane r a de
existir o ser.

22
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFISICA

Mate ria y form a


VI. Re quie r e n ta mbié n a lguna e x plicación cues- 17
tione s de este tipo: cómo es la pa r tic ión de las cosas
que e xisten en ma te r ia y for ma, si és ta es existente y
aqué lla no existente, pe ro existente en pote ncia y d i­
r ig ida a la e fe ctividad, o si es existente, pe ro inde fini­
da, tal como en las arte s ,56 y que, donde hay ge ne ra­
ción, la e ntida d57 < cons is te e n > a d quir ir for ma con
arre glo a las de finicione s .58 Pero de este modo habr ía
un tr áns ito hacia lo me jor y el ser no s e ría me nos ver­
dade r o en a qué lla 59 —pues, de no dars e e lla, ni s i­
quie r a se ge ne r ar ían d a s cosas > — ; pe ro no es ni
esto,60 ni cuál, ni cuánto,61 inde finido en cuanto a las
especies, pe ro dotado de cie r ta pote ncia. En de finiti­
va, se ha de e nte nde r por ana logía con las artes y de
acue r do con c ua lq uie r otr a s e me janza.

¿Ne ce s idad m utua de los contrarios ?


VII. Podr ía plante ar s e ta mbié n esta otr a dificul- 18
tad, si no es un r e bus camie nto excesivo inve s tigarlo:
por qué e s triba en conjunto la natur ale za y la e ntidad
de l todo62 en los contr ar ios , y < s i a s í> se vie ne a
e quipa r a r lo pe or a lo me jor, o < si > es inclus o m u ­
cho más abundante ;63 de modo que pare ce que E u r í­
pide s dice < con valide z > unive r s al que difíc ilme nte

60. Cfr. Aristóteles, Categorías, 5, 3 b 10 y ss. El pronombre deíc-


tico, por s u r e fe r e ncia lidad cua s ipur a , de nota c ión s in c onnota c io­
nes, cons tituye la me jor de s ignación me ta fór ica de la e ntidad o b s ­
tancia como lo que es de por sí y en sí, s uje to de toda de te rminaoión
(s e ntido este que tie ne que ver, ante todo, con la e ntid ad p rim aria
a r is totélica, o s us tancia individual).
61. Véase Aris tóteles, op. cit. La mate r ia no es, en de finitiva, n in­
guna de las de te r minac ione s o cate gorías con las que nos re fe ri­
mos a los seres par a de s cr ibir los : es, pues, p ur a in d e te r min a c ión
62. Του παντ ός , «el unive r s o».
63. Léase: «más a bunda nte lo pe or que lo me jor ». Quie r e de ­
c ir que e ntre lo inde te r m ina d o e impe r fe cto (la mate r ia) y lo de ­
t e r m ina do o pe rfe cto (la for ma) existe, s e gún el hile mo r fis mo es
tricto, un gr an de s e quilib r io «c ua nt itativo» a favor de lo prime ro.

23
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

χ ωρί ς έ σθ λ ά” . ό δ έ τ οι ούτ ος λ όγ ος έ γ γ ύς τ ο ύ ζητ εΐ ν Ö τι ο ύ


π άν τ ’ άγ αθ ά ο ύδ έ π άν τ α όμ οι α, καί ö τι κατ ά π άν τ ων μ έ ν τ ό
εί ναι λ έ γ ομ ε ν , ούθ έ ν δ έ όμ οι ον άλ λ ή λ οι ς , καθ ά π ε ρ τ ά λ ε υκ ά
καί μ έλ αν α, έν αύτ οΐ ς . έτι δ έ τ ό δ ο κ ο ϋν π α ρ α δ ο ξό τ ε ρ ο ν , ώς
ούχ οΐ όν τ ε τ ό öv άν ε υ τ ών έν αν τ ί ων . οί δ ’ έτι πλ έον ι τ φ πα-
ρα δ ό ξψ χ ρώμ ε ν οι καί τ ό μ ή öv μ η δ έ γ ε γ ο ν ό ς μ η δ έ μ έλ λ ον
π ροσκ ατ αρι θ μ ούσι ν ει ς τ ή ν τ ού π αν τ ό ς φ ύσι ν . άλ λ ’ ή δ ε μ έ ν
οΐ ον ύπ ε ρβ ατ ό ς τι ς σοφ ί α.

19 V III. Τό δ έ öv ότι πολ λ αχ ώς , φ αν ε ρό ν ' ή γ άρ αϊ σθ η σι ς


καί τ άς δ ι αφ οράς θ εωρεί καί τ άς αι τ ί ας ζητ εί ' | τ άχ α δ ’
άλ η θ έ στ ερον εί πεΐ ν ώς ύποβ άλ λ ει τη δι ανοί ς ι τ ά μ έ ν άπ λ ώς
ζη τ ούσα, τ ά δ ’ άπ ορί αν έ ν ε ργ αζο μ έ ν η , δΓ ή ς , κάν μ ή δ ύν η τ αι
προβ αί ν ει ν , ό μ ως έμ φ αί ν ετ αί τι φ ώς έν τ φ μ ή φ ωτ ί ζη τ ούν τ ων
έπί πλ έον , τ ό έπί στ ασθ αι ά ρ α ο ύκ ά ν ε υ δ ι αφ ο ράς τ ί νος , εϊ
τ ε γ άρ έ τ ε ρα άλ λ ή λ ων, δ ι αφ ο ρά τ ι ς ' έν τ ε τ οΐ ς καθ όλ ου
πλ ει όν ων όν τ ων τ ών ύπ ό τ ά καθ όλ ου δ ι αφ έ ρε ι ν άν άγ κη καί
20 τ αύτ α, έ άν τ ε γ έν η τ ά καθ όλ ου έ άν τ ’ εί δη . σχ ε δ ό ν δ έ καί

64. Es decir, que lo pe rfe cto es ins e par able de lo impe rfe cto,
como la fo r ma de la ma te r ia en los seres natur ale s .
65. Σ οφία: lit., «s a bid ur ía ». El us o a quí de este t é r m in o no pa­
rece exento de un cie rto deje ir ónico.
66. La e xpre s ión a r is to télic a h a b it ua l es «lo que es se dice de
muc has mane r as ». Ave nturamos a quí un s imple «es», tanto por ra­
zones de c r ític a te xtual, que no a uto r iza n a pr e s upone r tér mino s
que no sean impr e s cindible s , como porque el s e ntido del «se dice »
ar is to té lic o no se c ontr apone , s ino que se id e ntific a obje tivame n­
te con el de «es».
67. AiávoLa (cfr. nota 29). Se gún Teofrasto, los s e ntidos tie ne n,
pues, una mis ión pur ame nte «infor mativa» respecto al e nte ndimie n­
to, que es quie n r e alme nte juzg a s obre los datos re cibidos .
68. Léase: «las caus as ». Pese a lo s e ñalado en la nota ante rior,
se d ir ía que la s e ns ibilid ad compor ta, par a Teofrasto, un cie rto
«a pr ior is mo » cuas ikantiano, ya que parece d a r por s upue s ta la ne­
ce s idad de e s table ce r nexos caus ale s e ntre las se ns acione s .
69. Léase: «las dife r e ncias ».
70. No es tá clar o el tipo de r e lación e ntre los entes p a r t ic u la ­
res y los unive rs ale s a los que se ha lla n «s ubo r dina do s » aquéllos ,
como tampo co la na tur ale za exacta de los unive rs ale s . Parece, en
todo caso, que se tr ata de una r e lación de s upe r io r ida d del unive r ­
sal e n c ua nt o a la e xte ns ión, c o mple me nta r ia de un mayor conte ­
nido inte ns iona l de los entes par ticular e s , de r ivado de la adjun-

24
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFISICA

nace r án cosas bue nas por s e parado.64 Es te tipo de


dis cus ión tiene que ver con la inve s tigación de por qué
no todas las cosas s on bue nas ni s e me jante s y e nun­
ciamos el ser ace rca de todas las cosas aunque éstas
no s on en abs oluto s e me jante s e ntre sí, s ino como las
cosas blancas y las negras. Ade más , lo que todavía pa­
rece más extraño, < a saber, > que lo que es no es po­
s ible s in los contrar ios . Y los que hace n suyo algo a ún
más e xtraño cue ntan lo que no es ni ha lle gado a ser,
ni va a ser, de ntr o de la natur a le za de l todo. Pero ésa
es una te or ía65 extravagante.

E l conocim ie nto se bas a en las dife re ncias


VIII. Ahor a bie n, es e vide nte que lo que es < lo 19
e s > 66 de muc has mane r as , ya que los s e ntidos con­
te mpla n las dife r e ncias e inquie r e n las caus as ; a un ­
que más ve rdade ro < s e ría > de cir que las s ome te n al
pe ns amie nto,67 in quir ie ndo s imple me nte és tas 68 y
plante ando s obre aqué lla s 69 la duda, a través de la
cual no pue de n abrirs e paso, si bie n a r r oja n algo de
luz en la os c ur ida d cuando se inve s tiga más allá. El
saber, por tanto, no <s e d a > s in a lguna dife r e ncia.
En efecto, si las cos as s on dis tintas unas de otras , hay
a lguna dife re ncia; y en los unive rs ale s , al ser varias
las cosas que e s tán s ubor dinadas 70 a ellos, es neces a­
r io que ta mbié n aquéllas difie r an, tanto si los unive r ­
sales s on géne ros como si son especies.

La ide ntidad, fundam e nto de las dife re ncias


Ade más , toda cie ncia <s e oc upa > , pr ácticame n- 20
te, de los aspectos propios ;71 en efecto, la e ntidad y el

ción de dife r e ncias al unive rs al. És a es, al fin y al cabo, la d o c tr i­


na ar is to té lic a al respecto.
71. En un s e ntido algo dife re nte de l a t r ib u id o por Ar is tóte le s
a este té r mino en los T ópicos (I, 5, 102 a 18- 30) como uno de los pre ­
dicables . Para Aris tóte le s es «pr opio » lo coe xte ns ivo al obje to en
cue s tión s in que for me parte de su e s e ncia. Para Teofrasto, es «pr o­
pio» de algo lo coe xte ns ivo con ello, tanto si le es e s e ncial (en cuyo
cas o se ide ntific a con la de finic ión) como si no.

25
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

έπι στ ή μ η π ά σα τ ών ι δί ων' ή τ ε γ ά ο ύσί α καί τ ό τι ή ν εί ναι καθ ’


έ κ αστ ον ί δι ον, τ ά τ ε θ ε ωρ ο ύμ ε ν α καθ ’ έ α υτ ά καί o ù κατ ά
συμ β ε β η κ ός ήν άν τί κατ ά τ ι νός . άλ ως δ έ τ ό έν πλ εί οσι ν τ ό
αύτ ό συν ι δεΐ ν έπι στ ή μ η ς , ή τ οι κοι νή καί κ αθ όλ ου λ ε γ όμ ε ν ον
ή ί δί ρ π ως καθ ’ έ κ αστ ον , οΐ ον άρι θ μ οί ς γ ραμ μ αΐ ς , ζφ οι ς
φ υτ οΐ ς ' τ έλ ος δ έ 3 έ ξ άμ ψοΐ ν . έστ ι ν δ ’ έν ί ων μ έ ν κ αθ όλ ου τ έ ­
λ ος (έν τ ούτ ψ γ άρ τ ό αί τ ι ον), τ ών δ έ τ ό έν μ έρε ι , καθ ’ άσα
δι αί ρεσι ς ει ς τ ά άτ ο μ α, καθ ά π ε ρ έν τ οΐ ς π ρακ τ οΐ ς καί ποι η-
21 τ οΐ ς ' ο ϋτ ως γ άρ αύτ ών ή έν έ ργ ε ι α. Τ αύτ ό α δ ’ έ π ι στ άμ ε θ α καί
ούσί ς ι καί άρι θ μ φ καί εϊ δει καί γ έν ει καί άναλ ογ ί ς ι καί εί ά ρ α
π α ρ ά τ αύτ α δ ι αι ρέσει ς ' δι ά π λ ε ί στ ου δ έ τ ό κ ατ ’ άν αλ ογ ί αν , ώς
άν άπ έ χ ον τ ος πλ εΐ στ ον , τ ά μ έν δι ’ ή μ άς αύτ ο ύς , τ ά δ έ δι ά τ ό
ύπ οκ ε ί μ ε ν ον , τ ά δ έ δι ά τ άμ φ ω.

20. a τέλεος δ ’ ή Ρ, RoFo; τέλος δ’ ή Brandis; τέλος δέ restantes mss.


21. a ταυτωι Ρ; ταύτφ RoFo; ταύτδ restantes mss.

72. T r aducción cuas ilite r a l (c a mbiando el impe rfe cto por pre ­
sente) de la fór m ula (ro τ ι η ν έίθ ai) con que Aris tóte le s de s igna ya
en los T ópicos la e s e ncia propia de una cosa.
73. T ambién aquí, como en la fór m u la de la e s e ncia, se e mple a
el impe rfe cto, en s e ntido ate mpor al.
74. Ti κ α τ ά t iv ós : lit., «algo ce rca de algo».
75. Hay aquí, como es obvio, un impor tante de s plazamie nto del
ce ntro de gr ave dad en el conce pto de cie nc ia re s pecto al e s table ci­
do por Aris tóte le s . En efecto, mie ntr as el Es ta gir ita ponía el ace n­
to en la cie ncia como cono cimie nto ge nérico (a cada géne r o de co­
sas le corr e s ponde una cie ncia dis tinta, y viceversa, de mo do que
no hay cie ncia de a que llo que no sea un género), Teofrasto re cono­
ce igual, o inclus o s upe r io r valide z (véase la d e fin ic ión o car acte ­
r izac ión inme dia ta me nte ante r io r de la cie nc ia como ce ntr ada en
lo propio, lo pe culiar , lo dife r e ncial) al conocimie nto e s pe cífico en
el s e ntido más e s tricto y «s ing ula r is t a » de l tér mino.
76. Debe entenderse: «el fin de la cie ncia» (de otro modo no ten­
dr ía r e lación este pas aje con el pre ce de nte de ntr o de l a par ta do 20,
de dic ado a los dive rs os obje tos del s abe r y su unive r s a lida d o pa r ­
ticula r ida d). Una var iante que pare ce mo tivada por la ne ce s idad
de mo s tr a r más clar ame nte que el te ma de l pas aje es la cie ncia,
es la pr ivile gia da por Ross y re gis trada en el ms. P: reXeos δ' (pero
s e guida en P por ή, que Ross, s ig uie ndo a Br andis , corr ige en ή);

26
TEOFRASTO. ALGUNAS C U ESTIONES DE METAFÍSICA

qué es ser72 es lo pr opio de cada cos a s ingular , y las


< ve rdade s > conte mpladas en sí mis mas y no por ac­
cide nte cons is te n73 en algo re fe rido a algo.74 En re s u­
me n, <e s pr opio > de la cie ncia el alca nzar a ver lo
idéntico en la p lur a lid a d de las cosas, ya se diga e llo
de ma ne r a c o mún y unive r s al, ya se diga de mane r a
pr opia <y > en cie r to modo s ingular ; por e jemplo, en
los núme r os , las líne as , los animale s , las pla ntas .75

Fines unive rs ale s y fine s particulare s de la cie ncia


El fin 76 es de ambas clases. De algunas cosas, el
fin es < conoce r > lo unive r s al, pue s la caus a
< e s tr iba > en ello; de otras, en cambio, es lo pa r tic u­
lar, a saber, < d e > todas aque llas de las que hay
< dir e ctame nte > divis ión en individuos ,77 tal como
ocur re en los obje tos de las accione s y de las cre acio­
nes, pue s as í es la e fe ctividad de esas cos as .78

Clases de ide ntidad


Lo idéntico lo conoce mos Cco mo t a l> s egún la en- 21
tidad, s e gún el núme r o, s e gún la especie, s e gún el gé­
nero, s e gún la analogía o s e gún c ua lq uie r otro
< cr ite r io > que pue da dis tinguirs e . Ahora bie n, la ma ­
ne r a más indir e cta < d e conoce r lo > es por analogía·,
pue s <e s de la q u e > e s tamos más lejos, unas veces
por nos otros mis mos , otras por el s uje to79 y otras por
ambas cosas.

la t r a duc c ión s e r ía e ntonce s : «la cie nc ia c omple ta es la que


< cons ta > de a mbos < e nfoque s > ».
77. Se re fie re a las es pecie s últ im a s , que no a dmit e n ya ulte ­
riore s divis ione s en e ntidade s unive rs ales , s ino s ólo en s ingulare s .
78. En efecto, tanto los arte factos como los actos de un age nte
tie ne n fine s e s tr ictame nte s ingular e s (e s pe cialme nte los últimos ,
ya que sus fine s , al ser inmane nte s , s e gún la conc e pción ar is toté ­
lica de la praxis , se c onfunde n con los actos s ingular e s mis mos ).
79. ‘Υποκείμ ενον: lit., «lo que s ubyace »; es la ve r s ión aristotéfj-
ca de lo que mode r name nte se lla m a «obje to», pue s cor r e s ponde
al punto de re fe re ncia inde te r m ina d o re s pe cto al que se tr aza una
de te r m ina c ión, o a la «cos a» de la que se trata.

27
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

22 Πλ ε ον αχ ώς δ ’ όν τ ος τ ο ύ έπί στ ασθ αι , π ώς | έ κ αστ α μ ετ α-


δι ωκτ έον ; άρχ ή καί μ έγ ι στ ον ό οί κεί ος τ ρό π ο ς , οΐ ον τ ά π ρ ώτ α
καί ν οη τ ά, καί τ ά κι νη τ ά καί ύπ ό τ ή ν φ ύσι ν , αύτ ών τ ε τ ο ύτ ων
τ ά èv άρχ ή καί < τ ά > έ π ό μ ε ν α μ έχ ρι ζφ ων καί φ υτ ών καί
έ οχ άτ ων τ ών άψ ύχ ων . έστ ι ν γ άρ τι καθ ’ έ κ αστ ο ν γ έ ν ο ς ί δι ον,
23 ώσπ ε ρ καί έν τ οί ς μ αθ η μ ατ ι κοΐ ς . έχ ει δ έ καί α ύτ ά τ ά μ αθ ή μ α­
τ α δ ι αφ οράν καί π ε ρ ό μ ογ ε ν ή π ως όν τ α, δι ή ρη τ αι δ ’ Ικαν ώς .
εί δ έ καί έν ι α γ ν ωστ ά τ φ άγ ν ωστ α εί ναι , καθ ά π έ ρ τ ι ν ές φ ασι ν ,
ί δι ος άν ό τ ρό π ο ς εϊη, δ ι αι ρέ σε ως δ έ τ ί νος δεί τ αι ' τ άχ α δ ’ έ φ ’
ών έν δ έχ ετ αι , κ ατ ’ άν αλ ογ ί αν οί κ ε ι ότ ερον λ έγ ει ν ή αύτ φ τ φ
άγ ν ώστ ψ , καθ ά π ε ρ εϊ τι ς τ φ άο ράτ ψ τ ό ό ρ α τ ό ν .“ π ό σο ι δ ’ ο ύν
2 4 τ ρόπ οι καί π ο σαχ ώς τ ό εί δέναι , π ε ι ρατ έ ο ν δι ελ εΐ ν. ή δ ’ άρχ ή
π ρ ό ς αύτ ά τ αύτ α καί π ρώτ ο ν τ ό άφ ορί σαι τί τ ό έπί στ ασθ αι .
χ αλ ε π ώτ ε ρον δ ’ άν δ όξε ι ε ν (où γ άρ οΐ όν τ ε καθ όλ ου καί
κοι ν όν τι λ αβ ει ν έν τ οί ς π λ ε ον αχ ώς λ ε γ ομ έν οι ς ). ή καί τ ο ύτ ’
άπ ο ρ ο ν ή où φφδι όν γ ε εί πεί ν, μ έχ ρι π ό σο υ καί τ ί νων ζητη-
τ έ ον αί τ ι ας όμ οί ως έν τ ε τ οί ς αί σθ η τ οί ς καί ν οη τ οί ς ' ή γ άρ ει ς
τ ό άπ ε ι ρον ό δ ό ς έν άμ φ οί ν άλ λ οτ ρί α καί ά ν αι ρ ο ύσα τ ό φρο-
νεί ν. άρχ αί δ έ τ ρό π ο ν τ ι νά άμ φ ω. τ άχ α δ ’ ή μ έ ν ή μ ΐ ν ή δ ’
25 άπ λ ώς , ή τ ό μ έ ν τ έλ ος ή δ ’ ή μ ε τ έ ρα τι ς άρχ ή . μ έχ ρι μ έ ν ο ύν

23. a άόρατον RoFo; όρατόν PJC.

80. Φq o v ú v . lit., «te ne r la fac ulta d de pe ns ar». Quie r e de cir que


no e lim ina o r e futa una s imple ide a o pe ns a mie nto concreto, s ino
la c apa c ida d mis ma de pe ns ar cohe re nte me nte .
81. Léase: «la esfera s e ns ible y la inte ligible ».
82. Re apare ce a q uí la céle bre dis tin c ión a r is to télic a e ntre lo
que es «más cognos cible en r e lación con nos otros » y lo que es «más
cognos cible en abs oluto», fo r mulada ahora como «el pr incipio para
nos otr os » y «el p r in c ip io s in más » («p r in c ip io de cono cimie nto»,
se e ntie nde ).
83. Es decir, la esfera inte ligible .
84. Teofrasto e lim in a br illa nt e me nte con esta nue va fór m ula
el e quívoco que e ncie r r a la pr o po s ic ión ar is totélica: lo inte ligible
s e r ía más cognos cible al f in al del proce s o cognos citivo, mie ntr as
que lo s e ns ible lo s e r ía al p rin c ip io ; pr incipio, pues, este últ imo,
en s e ntido pr opio o cronológico, fre nte al s e ntido ontológico del
prime ro.

28
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

Método y div is ión de l s abe r


Al ser de muc has mane ras el saber, es fundame n- 22
tal y de s uma impor ta nc ia el modo apr opiado par a in­
ve s tigar cada cosa, por e je mplo, las cosas pr ima r ia s
e inte ligible s y las móvile s y s uje tas a la natur ale za,
y de éstas mis mas las que e s tán al pr inc ipio y las de ­
rivadas , has ta lle gar a los animale s y a las plantas y,
finalme nte , a los inanima dos , pue s hay < s ie mpr e >
un géne ro s ingula r y pr opio < d e cada c o s a > , como
en los obje tos mate máticos .
Pero ta mbié n las mis ma s mate mátic as tie ne n di- 23
ferencias , a un s iendo, has ta cie r to punto, de l mis mo
género, y e s tán bas tante divididas ; y, si cie r tas cosas,
como dice n algunos , son cognos cible s por ser de s co­
nocidas , el mo do < de conoce r las > s e rá pr opio < de
e llas > , aunque pr e cis ar á de alguna dis tinción; pe ro
quizá, en los casos en que e llo es admis ible , < resulte >
más ade cuado de cir < q ue se conoce > por ana logía
y no en vir tud de lo de s conocido mis mo, como si a l­
guie n < dije r a que se ve > lo vis ible en vir tud de lo
invis ible . Hay, pues , que inte nta r dis ting uir cuántos
s on los modos y de cuántas mane r as es el saber.

Es e ncia y p unto de partida de l s abe r


El pr inc ipio y lo pr ime r o en re lación con estas mis- 24
mas cosas es de fin ir qué es el saber. Pero pue de par e ­
ce r de mas iado difíc il (pues no es pos ible to ma r nada
unive r s al y c o m ún en las cos as que se dice n de m u ­
chas mane ras ), por lo que es t a mbié n dific ultos o o
na da fác il de cir has ta qué punto y de qué cosas hay
que in q u ir ir las caus as , tanto en las cosas s e ns ible s
como en las inte ligible s : en efecto, el proce s o al in fi­
nito es incompatible en unas y en otras y s upr ime todo
cr ite r io.80 Ahor a bie n, una y otr a < esfera > 81 son, en
cierto modo, pr incipios : la prime ra, en todo caso, par a
nos otros , y la s e gunda, s in más ;82 o bie n la una ,83 el
fin, y la otra, un pr inc ipio nue s tro.84
Así pues, pode mos has ta cie rto punto conoce r a tra- 25

29
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

τ ι νός δ υν άμ ε θ α δι ’ αι τ ί ου θ εωρεί ν , άρχ άς άπ ό τ ών αί σθ ή σε ων


λ αμ β άν ον τ ε ς ' ότ αν δ έ έ π ’ αύτ ά τ ά άκ ρ α καί π ρ ώτ α μ ετ α-
β αί ν ωμ εν , ούκέτ ι δ υν άμ ε θ α, εί τ ε δι ά τ ό μ ή έχ ει ν αι τ ί αν εί τ ε
δι ά τ ή ν ή μ ε τ έ ραν άσθ έν ει αν ώσπ ε ρ π ρ ό ς | τ ά φ ωτ ε ι ν ότ ατ α
β λ έπει ν. τ άχ α δ ’ έκεΐ ν ο άλ η θ έ στ ερον ώς αύτ φ τ φ ν φ τ ών
τ οι ούτ ων ή θ εωρί α θ ιγόντι καί οΐ ον άψ αμ έ ν ψ , δι ό καί ο ύκ έστ ι ν
26 άπ άτ η π ε ρί αύτ ά. Χαλ επή δ έ καί ει ς αύτ ά τ ο ύθ ’ ή σύν ε σι ς καί
ή πί στ ι ς , έπεί καί άλ λ ως μ έ γ α και π ρ ό ς τ άς καθ ’ έ κ αστ α π ρ α γ ­
μ ατ ε ί ας άν αγ καΐ ον καί μ άλ ι στ α τ άς μ εγ ί στ ας , έν τίνι ποι η τ έον
τ όν άρον , οΐ ον π ερί τ άς τ ή ς φ ύσε ως καί π ε ρί τ άς έτι προτ έ-
ρας . οί γ άρ άπ άν τ ων ζη τ ούν τ ε ς λ όγ ον άν αι ρούσι ν λ όγ ον , άμ α
δ έ καί τ ό εί δέναι * μ άλ λ ον δ ’ άλ η θ έ στ ερον εί πεΐ ν ότι ζη τ ούσι ν
ών ο ύκ έστ ι ν ο ύδ έ π έ φ υκ ε ν . δ σοι < δ έ > τ όν ο ύρ α ν ό ν άί δι ον
2 7 ύπ ολ αμ β άν ουσι ν , έτι δ έ τ ά κατ ά τ άς φ ο ρ ά ς καί τ ά μ εγ έθ η καί
τ ά σχ ή μ ατ α καί τ άς άπ οστ άσε ι ς καί ό σα άλ λ α άστ ρολ ογ ί α
δεί κν υσι ν , τ ούτ οι ς κατ άλ οι πον τ ά τ ε π ρ ώτ α κι ν ούν τ α καί τ ό
τ ί νος έ ν ε κ α λ έγ ει ν καί τί ς ή φ ύσι ς έ κ άστ ο υ και ή π ρ ό ς άλ λ η λ α
θ έσι ς καί ή τ ού σύμ π αν τ ο ς ο ύσί α καί ύποβ αί ν ον τ ι δή π ρ ό ς τ ά
άλ λ α καθ ’ έ κ αστ ον τ ών ε ι δ ών ή μ ε ρ ών άχ ρι ζφ ων καί φ υτ ών ,
εί ο ύν άστ ρολ ογ ί α συν ε ργ ε ί μ έν , ο ύκ έν τ οΐ ς π ρώτ ο ι ς δ έ τ ής

85. A saber, lo r e lativo a los pr ime r o s pr incipios , que no nos


r e s ultan inme dia ta me nte acce s ibles .
86. Καά'έχ αστ α: lit., «e n cada cos a», de donde : «s in g ula r » (an*
t ónim o de χ αάόλ ου, «en el conjunto», de donde : «unive rs al»). Se re­
fiere, en este caso, a las cie ncias pa r tic ula r e s y a la obs e rvación.
87. Όρον. Se re fie re al p unto de p a r tid a de toda te or ía s obre
el mundo, p unto de p a r tid a que se ide ntific a con el pr im e r p r in c i­
pio de lo real.
88. Aóyov: lit., «e nunciado» (en s e ntido lógico- lingüístico) o «r a­
zón» (en s e ntido mate mático).
89. Wim m e r tr aduce r e ductivame nte τ έφυχ ε por fue runt, c ua n­
do e sa e x pre s ión gr ie ga de nota s ie mpre en el le nguaje filo s ófic o
de l s iglo iv a.C. una cie r ta ne ce s idad «na tur a l», no un s imple he ­
cho, pr e tér ito de efectos pres entes, como pre te nde la ve rs ión que
c r iticamos .
90. Equivale nte a lo que hoy lla ma m o s «as tr onomía ».
91. Los que a fir m a n la e te r nida d del cielo.

30
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

vés de una caus a tomando los pr incipio s a p a r t ir de


las sens acione s . Pero, cuando pas amos a las cos as s u­
pr e mas y pr ima r ia s mis mas , ya no pode mos , bie n por
no te ne r < a l alcance > la caus a, bie n por nue s tr a in ­
capacidad, como cuando mir amos hacia las cosas muy
br illante s . Se gurame nte , en cambio, aque llo es lo más
ve rdade ro, porque s u co nte mplación < tie ne luga r >
como si la me nte m is ma lo tocar a y e s tuvie r a a dhe r i­
da a ello, y por eso no es pos ible el e ngaño al respecto.
Sin embargo, la compre ns ión y la certeza en relación 26
con esto mis mo85 es difícil, pues to que, aparte de su
impor tancia en otros aspectos, es necesario para los es­
tudios concretos86 y, sobre todo, para los más impor ­
tantes, <p a r a ve r > en qué punto hay que pone r el tér­
mino,87 por ejemplo, respecto a los < e s tudios > de la
naturale za e inclus o a los ante riores a éste. En efecto,
los que bus can la e xplicación88 de todas las cosas su­
pr ime n a la vez la e xplicación y el saber. Pero es más
ace rtado de cir que investigan cosas de las que no hay
ni es natural89 que haya < e xplicación > .

Ne ce s idad de una e x plicación global de l univ e rs o


Todos aquéllos qué s upone n que el cie lo es e te rno
y < opina n > ade más en lo re lativo a las tras lacione s , 27
las magnitude s , las figur as y las dis tancias , y a todo
aque llo que e ns e ña la as tr ología,90 fa lta que e llos 91
e x pongan los pr ime r os motore s y en vis ta de qué y
c uál es la natur ale za de cada cosa, la pos ición m ut ua
y la e ntidad del conjunto, de s ce ndie ndo inclus o a cada
una de las de más especies o par te s has ta < lle gar a >
los animale s y las plantas . Así pues , si la as trología
ayuda, pe ro no e n las cosas pr im a r ia s de la na tur a le ­
za, las cosas más impor tante s y pr imar ia s s e rán otras,
pue s entonce s cie rtame nte el modo < de ser de aque ­
llas cos as > ,92 como creen algunos , o no s e rá natur al

92. El modo de ser de las r e alidade s p r im a r ia s o, alt e r nativa ­


me nte, el car ácte r o e nfoque de su e s tudio.

31
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

φ ύσε ως , έ τ ε ρα τ ά κ υρι ώτ ατ ’ άν εϊη καί π ρ ό τ ε ρα ' καί γ άρ δή


καί ό τ ρόπ ος , ώς οϊ ον τ αί τ ι νες , ο ύ φ υσι κ ό ς ή o ù π άς . καί τοι
τ ό γ ε κι νεΐ σθ αι καί άπ λ ώς τ ή ς φ ύσε ως οί κεΐ ον καί μ άλ ι στ α τ ο ύ
ο ύρ α ν ο ύ. δι ό καί εί έ ν έ ργ ε ι α τ ή ς ο ύσί ας έ κ άστ ο υ καί τ ό καθ ’
έ κ αστ ον ότ αν έ ν ε ργ ή καί κι νεί ται , καθ ά π ε ρ έν τ οΐ ς ζφ οι ς καί
I φ υτ οΐ ς (εί δ έ μ ή, ό μ ών υμ α), δή λ ον ότ ι κάν ό ο ύρ α ν ό ς έν τη
π ε ρι φ ορφ κατ ά τ ή ν ο ύσί αν εϊη, χ ωρι ζόμ ε ν ο ς δ έ καί ή ρε μ ών
28 όμ ών υμ ος * οΐ ον γ άρ ζωή τις ή π ε ρ ι φ ο ρ ά τ ο ύ π αν τ ό ς , ά ρ ’ ο ύν
εϊ γ ε μ η δ ’ έν τ οΐ ς ζφ οι ς τ ή ν ζωή ν ή ώδ ί ζη τ η τ έον , ο ύ δ ’ έν τ φ
ο ύρ α ν φ καί τ οΐ ς ούρ^ν ί οι ς τ ή ν φ ο ράν ή τ ρό π ο ν τ ι νά άφ ωρι σ-
μ έν ον ; συν άπ τ ε ι δ έ π ως ή ν ύν άπ ο ρί α καί π ρ ό ς τ ή ν ύπ ό τ ο ύ
άκι ν ή τ ου κί νησι ν.

IX . Υπ έ ρ δ έ τ ο ύ π άν θ ’ έ ν ε κ ά τ ο υ καί μ η δ έ ν μ άτ η ν ,
άλ λ ως < θ ’> ό άφ ο ρι σμ ό ς ο ύ φφδι ος , καθ ά π ε ρ πλ εον άκι ς
λ έγ ετ αι (πόθ εν δ ’ άρξασθ αι χ ρή καί ει ς ποι α τ ελ ε υτ άν ;), καί
δή τ φ έν ι α μ ή 3 δοκεΐ ν έχ ει ν ο ύτ ως άλ λ ά τ ά μ έ ν συμ π τ ωμ α-
τ ι κώς τ ά δ ’ άν άγ κη τινί, καθ ά π ε ρ έν τ ε τ οΐ ς ούραν ί οι ς καί έν

28. a ένι α τ φ μ ή Ro F o , c onco r d. ms s .; τ φ ένι α μ ή c o nje t. Us e ne r ,


Wim m e r .

93. Es decir, la r e alida d de los pr inc ipio s (y su e s tudio) tr as ­


cie nde la pe rs pe ctiva me r ame nte fís ica.
94. 'Eveçyeï.T raducimos así, en lug ar de por el más na tur a l «ac­
túa », par a cons e r var el pare nte s co e ntre el ve rbo y el s us tantivo
técnico evkQyeict, «e fe ctividad».
95. De igual nombr e pe ro dis tinta d e finic ión (cfr. Aris tóte les ,
Categorías, 1, 1 a 1- 16). Quie r e de cir: «si no se movie r an, los a n i­
male s y plantas no r e s ponde r ían a la de fin ic ión de tales, lo s e r ían
s ólo de nombr e ».
96. Léase: «s in mate r ia» o «s e par ado de la na tur ale za».
97. Léase: «s ólo s e r ía cie lo de nombr e ».
98. Es decir, como movimie nto en el que la vida se r e aliza o
hace «e fe ctiva».

32
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

o no lo s e rá ínte gr ame nte .93 Sin e mbargo, el moverse


es pr opio de la natur a le za s in más , y s obre todo de l
cielo. Por ello, si la e fe ctividad <e s pr opia > de la e n­
tida d de cada cos a y la cos a s ingular , c uando e fe ctúa
< a lg o > ,94 tambié n se mueve, al igual que ocurre con
los animale s y las plantas (si no, lo s on < s ó lo > ho­
mónimame nte ),95 e s tá clar o que el cielo se ha lla r á en
c ir c unvolución ta mbié n por < s u pr opia > e ntida d y,
en cambio, si se ha lla r a s e par ado96 y en reposo, < lo
s e ría > homónimame nte .97 En efecto, la cir cunvolu­
ción de l todo es una < especie d e > vida.
Si, pues, ni s iquie r a en los anima le s hay que expli- 28
car la vida de otr a mane r a que és ta,98 ¿tampoco en el
cie lo y en las cosas celestes hay que e x plicar la tras ­
lación?, ¿o s ólo de un modo de finido? Es ta dific ult a d
de ahora se conecta tambié n de algún modo con el mo­
vimie nto < pr o ducido > por lo inmóvil.

Lím ite s de l finalis m o


IX. Y sobre el < s upue s to de > que todas las co­
sas sean en vis ta de algo y que nada < ocurre > en vano,
la de te r minac ión, por lo ge ne ral, no es fácil, tal como
se dice con fr e cue ncia —¿de s de dónde hay que e mpe ­
zar y en qué clas e de cosas hay que te r mina r ?—
tambié n por que algunas cosas no pare ce n compor ta r ­
se así, s ino que unas < se da n > for tuita me nte y otras
por alguna ne ce s idad, tal como < ocur r e > en las co­
sas celestes y en la mayor ía de las que < tie ne n lugar >
en la tie r ra.
99. En efecto, si todo es una cade na de fine s , ¿dónde pue de e n­
contr ar s e agar r ade r o par a e s table ce r una d e fin ic ión de algo que
no conte nga una serie in fin ita de re fe re ncias a otras cosas, a fin
de e vitar que la de finición que de de s tr uida o en s us pe ns o? Con esta
cons ide r ación, como se verá, más que r e pr oduc ir la ar g ume nta ­
ción aris totélica contra el regressus ad infinitum , Teofrasto pretende
a r r o ja r una p r im e r a s ombr a de d ud a s obre el fin a lis m o abs oluto
que pare ce pr e s idir la conce pción cos mo lógic a de s u maes tro,
ab r ie ndo pas o a las nume r os as exce pcione s al re s pe cto que cree
vis lum br a r en la natur ale za.

33
ΘΕφΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

2 9 τ οΐ ς π ε ρί τ ήν γ ή ν πλ εί οσι ν. τ ί νος γ άρ έ ν ε κ α αί έ φ ο δ ο ι καί


άν άρροι αι θ αλ άτ τ η ς [ή τ ί νος αί π ροχ ωρή σε ι ς ] 3 ή άν αξη ράν -
σει ς καί ύγ ρότ η τ ε ς καί όλ ως π ρ ό ς άλ λ οτ ’ άλ λ ο μ ετ αβ ολ αί καί
φ θ οραί καί γ ε ν έ σε ι ς , ή αί μ έ ν έν αύτ η τη γ η άλ λ οι ώσει ς καί
μ ετ αβ ολ αί γ ί νοντ αι π ρ ό ς άλ λ οτ ’ άλ λ ο μ ε θ ι στ αμ έ ν ων 6 καί
έ τ ε ρα δ ’ ο ύκ όλ ί γ α π α ρό μ ο ι α τ ούτ οι ς ; έτ ι δ ’ έν αύτ οΐ ς τ οΐ ς
ζψοι ς τ ά μ έ ν ώσπ ε ρ μ άτ αι α, καθ ά π ε ρ τ οΐ ς άρρε σι ν οί μ αστ οί
καί τ οΐ ς θ ήλ εσι ν ή π ρό ε σι ς , εί π ε ρ μ ή συμ β άλ λ ετ αι , καί
π ώγ ων ο ς δ ’ ένί οι ς ή δ λ ως τ ρι χ ών έ κ φ υσι ς έν τι σι ν τ ό π ο ι ς ’ έτι
δ έ κ ε ράτ ων μ εγ έθ η καθ ά π ε ρ τ ών έ λ άφ ων τ οΐ ς < ο ύκ ώφ ε λ ου-
μ έν οι ς , τ ο ΐ ς > ς δ έ καί λ ελ ωβ η μ έ| νοι ς κν ή σει τ ε καί παραι ωρή -
σει καί έ π ι προσθ ή σει τ ών ό μ μ άτ ων ' καί ώς έν ι α δή βίς ι ή π α ρ ά
φ ύσι ν , ώσπ ε ρ ό έ ρψ δ ι ός όχ ε ύει καί τ ό ή μ ε ρόβ ι ον ζή' καί έτε-
3 0 ρα ο ύκ όλ ί γ α λ άβ οι τι ς άν τ οι αύτ α. Καί τ ό μ έγ ι στ ον δή καί
μ άλ ι στ α δ ο κ ο ύν π ε ρί τ άς τ ρο φ άς καί γ ε ν έ σε ι ς τ ών ζφ ων ’
ούθ ε ν ός γ άρ τ αύθ ’ έ ν ε κ α, άλ λ ά συμ π τ ώμ α τ α καί δι ’ έ τ έ ρας
άν άγ κ ας . έ δ ει γ άρ, εϊ π ε ρ τ ο ύτ ων χ άρι ν, άεί κατ ά τ αύτ ά καί
ώσαύτ ως . έτι δ ’ έν τ οΐ ς φ υτ οΐ ς καί μ άλ λ ον τ οΐ ς άψ ύχ οι ς ώρι σ-
μ έν η ν τ ι ν’ έ χ ουσι φ ύσι ν , ώσπ ε ρ δ οκ ούσι ν , καί μ ορφ αΐ ς καί εϊ-
δεσι ν καί δ υν άμ ε σι ν , τ ί νος έ ν ε κ α τ αύτ α ζη τ ή σει εν άν τις .
(αύτ ό γ άρ τ ούτ ο άπ ο ρ ο ν τ ό μ ή έχ ει ν λ όγ ον , καί τ α ύτ ’ έν έτέ-
ροι ς μ ή π οι ούσι ν π ρο τ έ ρο ι ς καί τ ι μ ι ωτ έροι ς . ή καί έοι κ ε ν ό
λ όγ ος έχ ει ν τι πι στ όν , ώς ά ρ α τ φ αύτ ο μ άτ ψ τ αύτ α καί τη τ ο ύ
όλ ου π ε ρι φ ορφ λ αμ β άν ει τ ι νάς ι δ έας ή π ρ ό ς άλ λ η λ α δι αφο-

29. a [ή... προχ ωρήσεις ] RoFo. b [ή αί μ έν... μ εθ ισταμ ένων]


Usener, RoFo. c <ούκ ώφελουμ ένοις , τοΐ ς > RoFo.

100. T ambién lla m a d a c achipolla, ins e cto ne ur ópte r o de vida


e x tr e madame nte breve (un s olo día, normalme nte ).
101. Léase: «de los a nimale s ». Usener, en contr a de la ve rs ión
t r a ns mit ida , pr opone s us tituir τ ούτ ων por τον, con lo que te nd r ía ­
mos: «por mo r de algo». Wim me r hace también suya esta conjetura.
102. Τώ αυτ ομ άτ ω, es decir, s in caus a e xtríns e ca, sea e ficie nte
o final.
103. ’lôéas: lit., «as pe ctos »,de la r aíz indoe ur ope a Fid- , «ver» (en
latín: video).

34
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

En efecto, ¿en vis ta de qué < tie ne n luga r > los flu- 29
jos y r e flujos de l mar, las s e quías y hume dade s y, en
s uma, las mutacione s ora en esto, ora en aque llo, y las
de s truccione s y ge ne racione s ?, ¿o en vis ta de qué se
pr oduce n las alte r acione s y mutacione s en la pr opia
tie rra, al conve rtirs e las cosas en esto o en aque llo?;
y < a s imis mo > no pocas otras cos as s e me jante s a és­
tas. Y aun en los anima le s mis mos , cosas que par e ­
cen fallidas , como, por e je mplo, las ma ma s en los ma­
chos y la e yaculación en las he mbr as , ya que no
apor ta n < ning una ut ilid a d > , as í como la ba r ba en
algunos o, en ge ne ral, el que br ote n pe los en algunos
lugare s ; tambié n, el < g r a n > ta ma ño de los cue rnos ,
como < en el cas o > de los ciervos, ya que, s in be ne fi­
ciarle s , les mole s tan al moverse, por e s tar s us pe ndi­
dos ce rca de los ojos y tapárs e los . Así tambié n, a lg u­
nas cosas < se da n > de mane r a for zada o contr a la
natur ale za, como < e l he cho de q u e > la garza monte
< a s u par e ja > y de que viva la e fím e r a ,100 y no po ­
cas otras cosas de esta clas e < q u e > podr ía uno to­
ma r <c o m o e je mplos > . Lo más impor ta nte y paten- 30
te < se d a > en r e lación con la cr ia nza y el na c imie n­
to de los animale s : en efecto, estas cosas no son en vis ­
ta de nada, s ino for tuitas y por ne ce s idade s ajenas ;
pues, si r e alme nte fue r an por mo r de a quéllos ,101 se­
r ía pre cis o que <s e die r an > s ie mpr e con arr e glo a
las mis mas cosas y de la m is m a mane r a. Ade más , en
las plantas , y más a ún en las cos as ina nima da s que
poseen una naturale za de te rminada, tal como parecen
ser por sus for mas , especies y pote ncias , podr ía uno
in q u ir ir en vis ta de qué <s e d a n > éstas. (En efecto,
eso mis mo, el no te ne r una razón, re s ulta difíc il <d e
e nte nde r >, y e llo ta mbié n en otras cosas ante riore s
y más dignas que no pr oduce n < n a d a > . Por lo cual
parece ta mbié n que tie ne alguna c r e dibilidad el ar gu­
me nto de que esas cosas <s e d a n > e s pontáne a­
me nte 102 y toman dive rs as fo r ma s 103 o dife r e ncias re­
cípr ocas por la cir c unvolución del todo.)

35
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

31 ράς .) εί δ έ μ ή, τ ού θ ’ έ ν ε κ ά τ ο υ καί ει ς τ ό άρι στ ον λ η πτ έον


τ ι νάς ό ρ ο υς καί ο ύκ έπί π άν τ ων άπ λ ώς θ ετ έον ' έπεί καί τ ά
τ οι άδ ε έχ ει τ ι νά δ ι στ ασμ όν καί άπ λ ώς λ ε γ άμ ε ν α καί καθ ’
έκαστ ον * άπ λ ώς μ έ ν άτι τ ή ν φ ύσι ν 3 έν άπ ασι ν άρέ γ ε σθ αι τ ού
άρί στ ου καί έ φ ’ ών έ ν δ έχ ετ αι μ ε τ αδ ι δ όν αι τ ο ύ άεί καί τ ο ύ τε-
τ αγ μ έ ν ο υ' ώς δ ’ α ϋτ ως καί έπί τ ών ζφ ων όμ ο ί ως ' ό π ο υ γ άρ
οΐ όν τ ε τ ά β έλ τ ι ον, έ ν τ αύθ α ο ύδ α μ ο ϋ π αραλ εί πει , οΐ ον τ ό έ μ ­
π ροσθ ε ν τ ήν φ άρυγ γ α τ ο ύ ο ι σο φ άγ ο υ (τ ι μ ι ώτ ερον γ άρ), καί
έν I τη μ έση κοιλίς ι τ ή ς κ αρδ ί ας τ ή ν κ ράσι ν άρί στ η ν , άτ ι τ ό
32 μ έ σο ν τ ι μ ι ώτ ατ ον ' ώσα ύτ ως δ έ καί ό σα κ ό σμ ο υ χ άρι ν' εί γ άρ
καί ή όρε ξι ς ο ϋτ ως , άλ λ ’ έκεΐ ν ό γ ’ έμ φ αί ν ε ι δι ότι π ολ ύ τ ό ούχ
ύπ ακ ο ϋο ν ο ύδ έ δ ε χ ό μ ε ν ο ν τ ό ε ύ, μ άλ λ ον δ έ πολ λ φ πλ εΐ ον '
όλ ί γ ον γ άρ τι τ ό έ μ ψ υχ ον , άπ ε ι ρον δ έ τ ό άψ υχ ο ν ' καί αύτ ών
τ ών έ μ ψ ύχ ων άκαρι αΐ ον καί β έλ τ ι ον τ ό εί ναι , τ ό δ ’ όλ ον σ π ά ­
νι όν τι καί έν όλ ί γ οι ς τ ό άγ αθ όν , π ολ ύ δ έ πλ ή θ ος εί ναι τ ό
κακόν , ούκ εί άορι στ ί α δ έ μ όν ον καί οΐ ον ϋλ η ς εϊ δη ,3 καθ ά π ε ρ
τ ά τ ής φ ύσε ως άμ αθ ε στ άτ ο υ. εί γ άρ καί 6 οί π ε ρί τ ή ς όλ η ς
ο ύσί ας λ έγ ον τ ες ώσπ ε ρ Σ π ε ύσι π π ος σπ άν ι όν τι τ ό τ ί μ ι ον ποι εί
τ ό π ε ρί τ ήν τ ού μ έ σο υ χ ώραν , τ ά δ ’ άκ ρ α καί έ κ ατ έ ρωθ ε ν . τ ά
μ έν ο ύν όν τ α καλ ώς έ τ υχ ε ν όν τ α.

31. a φ ύσι ν < εί κός > Us e ne r , Ro F o .


32. a εϊδει Ro F o ; εί δη Ρ; εί δη Σ. b είκή γ άρ Sy Ibur g , Ro F o ; ει
και γ άρ Ρ; εί γ άρ και C.

104. Es decir, no hay que s upone r que todo tie nde s in más al
s umo bie n.
105. A saber, que no hay que a p lic a r me cánic ame nte a todas
las cos as la te nde ncia a lo me jor.
106. No cabe otra inte r pr e ta ción que la te mpor al par a el s uje ­
to de àx açLaïov, «dim in uto », ha b id a cue nta de la fras e que s igue
a c ontinua c ión. Wim m e r tr aduce e nigmátic ame nte ; inte r ips a an í­
mate pe re x iguum .
107. Este pasaje, que Wim me r no se ha atre vido a traducir, dada
su os c ur id ad, podr ía muy bie n a r m o niza r con los pre ce de nte s y
s ubs iguie nte s me rce d a la conje tur a que a quí apunt a mo s entre pa­
rénte s is angular e s .
108. Άμ αάβστ άτ ον: lit., «la más ignorante ». Parece ha be r un des­
pla za mie nt o s e mántic o de l cono cimie nto s ubje tiv o al objetivo.
109. Καλώ?: lit., «bie n». La apar e nte c ontr a dic c ión con lo ante-

36
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

Pero si esto no es en vis ta de algo, hay que estable- 31


ce r unos límite s < a la te nde ncia > a lo me jor y no
a plic a r la s in más a todas las cos as ,104 pue s ta mbié n
este tipo de cue s tione s pla nte an a lguna ince rtidum-
bre, tanto dichas en ge ne ral como en cada cas o con­
creto. «Sin más » < quie r e d e c ir > que la natur ale za
tie nde en todas las cosas a lo me jor y, donde e llo es
pos ible , a pa r tic ipa r de lo < q u e d u r a > s ie mpr e y de
lo orde nado; as imis mo y de mane r a s e me jante , en los
animale s , pue s donde es pos ible lo me jor, a llí < la na ­
tur ale za > no lo omite en modo alguno; por e je mplo:
< e s tá > ante s la far inge que el esófago, pue s es más
digno < as í > ; y en la cavidad ce ntral del corazón < se
pr oduce > la te mpe r atur a óptima, por que el ce ntro es
lo más digno.
De la mis ma mane r a tambié n todas las for mas que 32
son por mo r de l ornato, ya que ta mbié n as í < se d a >
la te nde ncia < a lo me jor >. Pero < a q u í > se mue s tra
aque llo < o t r o > , 105 por que es muc ho lo que no se so­
me te ni admite el bie n, me jor dicho, es muc ho más ;
en efecto, lo a nima do es escaso, mie ntr as que lo in­
a nima do es infinito, y la e xis te ncia106 de los pr opios
< seres > anima dos es exigua, aunque me jor <que no
e x is tir > ; el bie n en co njunto es raro y <s e e ncue n­
tr a > en pocas cosas, en ca mbio el ma l e s tá en gran
cantidad, no s ólo si <s e cons ide r a la tota lida d > 107
como inde finic ión y como C u n a serie d e > especies
de ma te r ia s e me jante s a las de la natur ale za más p r i­
vada de s e ntido,108 ya que tambié n, en efecto, < lo
a fir m a n > los que ace rca de la e ntida d en s u c o njun­
to ha bla n como Es pe us ipo, < q u e > pone como algo
raro Jo digno, s ituado en la re gión ce ntral, y el resto
como e xtre mos a cada uno de los lados . En de finiti­
va, las cosas que son, son bue nas .109

r ior se s alvar ía e nte ndie ndo «en de finitiva » en un s e ntido adve r­


sativo, como ocur re a veces con su e quivale nte gr ie go (ovv). Con
e llo se re duce el conce pto de valor (bien) al de he cho (ser).

37
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

33 Πλ άτ ων δ έ καί οι Πυθ αγ όρει οι μ ακ ράν τ ή ν άπ όστ ασι ν έπι-


μ ι μ εΐ σθ αι γ ε θ έλ ει ν 3 άπ αν τ α' καί τ οι καθ ά π ε ρ άν τ ί θ εσί ν τ ι να
ποι ούσι ν τ ή ς άο ρί ο τ ο υ δ υά δ ο ς καί τ ο ύ έ ν ός , έν ή καί τ ό άπ ε ι ­
ρον καί τ ό άτ ακτ ον καί π ά σα ώς εί πεϊ ν άμ ο ρφ ί α καθ ’ αύτ ή ν ,
άλ ως ούχ οΐ όν τ ε άν ε υ τ αύτ η ς τ ή ν τ ο ύ άλ ο υ φ ύσι ν , άλ λ ’ οΐ ον
ί σομ οι ρεΐ ν ή καί ύπ ε ρέ χ ε ι ν τ ή ς έ τ έ ρας ' ή καί τ άς άρχ άς έναν-
τ ί ας . δι ό καί ο ύδ έ τ όν θ εόν, άσοι τ φ θ εφ τ ήν αι τ ί αν άν άπ τ ου-
σιν, δ ύν ασθ αι π άν τ ’ ει ς τ ό άρι στ ον άγ ει ν , άλ λ ’ εϊ π ε ρ, έ φ ’
άσο ν έν δ έχ ετ αΓ τ άχ α δ ’ ο ύ δ ’ άν π ρο έ λ ο ι τ ’, εί π ε ρ άν αι ρεΐ σθ αι
34 συμ β ή σε τ άι τ ήν άλ η ν ο ύσί αν έ ξ έν αν τ ί ων γ ε καί < έ ν > έναν-
τί οι ς ο υσαν . φ αί ν ετ αι δ έ καί έν | τ οΐ ς π ρώτ ο ι ς έ π ι θ ε ωρο ύμ ε ν α
πολ λ ά καί ώς έτ υχ ε ν , οΐ ον. τ ά π ε ρί τ άς τ ή ς γ ή ς λ εχ θ έν τ α μ ε-
τ αβ ολ άς ' οϋτ ε γ άρ τ ό β έλ τ ι ον ο ϋτ ε τ ό τ ι νός χ άρι ν , άλ λ ’ εϊ
π ε ρ, άν άγ κη τινί κατ ακολ ουθ εΐ ν ' πολ λ ά δ έ καί έν τ φ άέ ρι

33. a δ ’ έθ έλ ει ν Ro F o ; γ ’ έθ έλ ει ν Ρ; γ ε θ έλ ειν co nc or d. mss.

110. Έτ ι μ ι μ έ ι σϋαι , compue s to pr ác ticame nte de s conocido de /u-


μ έ ϊ σϋαι , «im it a r ». Otr a po s ib ilid a d s e r ía lee r ε πι μ ί ^ν υσΰοί ΐ (mis mo
núme r o de letras ) y tr a duc ir : «todas las cos as as pir an a me zclar ­
se», lo que ligar ía, por contr a pos ición, con la te or ía de Es pe us ipo
de que lo me jor es tá en el ce ntro y lo pe or e n los extremos . Pero
lo más ve r os ímil es una re fe re ncia a la te or ía pla tónic a ha b it ua l
de la im it a c ión de lo inte ligible por lo se ns ible.
111. Léase: «la dia da ».
112. Se gur ame nte en s e ntido dinámic o, «el na cimie nto».
113. Todo este pais aje , en e s tilo indire cto, re fleja, en efecto, la
o p in ión de pla tónic os y pitagór icos .
114. El s uje to de la fras e es «Dios ».
115. El r azonamie nto es éste: si Dios dir ig ie r a la r e a lid a d ha ­
cia lo me jor, r e duc ir ía el p r in c ip io de impe r fe cc ión (la d ia d a inde ­
finida ) al p r in c ip io de pe r fe cción (el Uno). Ahor a bie n, la r e alida d
es tá co ns t ituida e s e ncial e intr íns e came nte por ambos p*rincipios;
lue go la e lim ina c ión de uno de e llos en be ne ficio de l otr o a n iq u i­
la r ía s in más la r e alidad, con lo cua l de ja r ía de pode r c u m p lir su
des eo de pe r fe ccionar la. El ar gume nto s e r ía ta m b ié n a plic a ble a
la te or ía hile m ór fic a de Aris tóteles : la mate r ia no pue de «s upe r ar ­
se», c omo c ondic ión de p o s ib ilid a d que es de la r e a lida d s e ns ible.
Por ello, la inte nc ión c r ítica de l pas aje, afe ctando dir e ctame nte a
Platón, no de ja inde mne a Aris tóte le s . Aunque e s tá por ver c uánto

38
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

Ne ce s idad de un princ ipio de impe rfe cción 33


.y contrarie dad
Platón y los pitagór icos < dice n > que todas las co­
sas as pir an a la im it a c ión 110 a través de un lar go in­
tervalo; s in e mbargo, e s table ce n como una antíte s is
e ntre la dia da inde finida y el Uno, en la c u a l111
< e s t á > lo infinito y lo de s orde nado y, por de cir lo así,
todo lo infor me en sí mis mo. En s uma, no < s e ría >
pos ible , s in e lla, la na tur a le za 112 del todo, s ino que
< e ntre los pr inc ipio s > es pos ible que s u par te sea
igual o que exceda a la del otro, y por e lla los p r in ­
cipios con co ntr ar ios .113 Por ello, ni s iquie r a Dios
—par a todos aquéllos que re fie re n la caus a a Dio s -
pue de d ir ig ir todas las cosas hac ia lo me jor, sino, en
todo caso, de ntro de lo que que pa. Pero quizá ni s iquie ­
ra se lo pr o p o nd r ía 114 si r e alme nte hubie r a de s obre ­
ve nir la a niq uila c ión de la e ntida d entera, pue s ésta
e s tá < c ons tituida > a pa r tir de los contrarios y resi­
de en los contr ar io s .115

Re capitulac ión: el m und o com o az ar de ntro


de l orde n
Parece ta mbié n que en las cosas pr ima r ia s se pue- 34
de n conte mpla r as pe ctos plur a le s y azaros os , por
e je mplo, los re lativos a las me nc ionadas mutacione s
de la tie rra; pue s no obe de ce n a lo me jor ni por mo r
de algo, sino, en todo caso, por alguna ne ce s idad;116 y
ta mbié n < ocur r e n > muchas cos as de ese tipo en el
air e 117 y en otras partes. Pero pare ce n te ne r orden, so-

hay en el pár r a fo 33 de c r ítica y c uánto de r e conocimie nto de una


a pdr ía inhe re nte pe r se a los pr incipios .
116. Ne ce s idad (ctváyxy) se contrapone , pues, a or de n intr íns e ­
co, de mane r a que e quivale a «a c tua c ión for zada po r caus as ex­
tríns e cas » («ne ce s ario» = «forzos o», en el s e ntido ne gativo de este
últ im o tér mino).
117. Cua ndo se ha bla ba , in me dia ta me nte antes, de «tie r r a», se
a lu d ía e x clus ivame nte al e le me nto s ólido, al que a quí se co nt r a po­
ne n los otros , como el aire.

39
ΘΕΟΦΡΑΣΤΟΥ ΤΟΝ ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ

τ οι αύτ α καί έν άλ λ οι ς . μ άλ ι οτ α δ ’ άν δ όξε ι ε ν έχ ει ν τ ή ν γ ε


τ άξι ν τ ών μ έν αι σθ η τ ών τ ά ούράν ι α, τ ών δ ’ άλ λ ων , εί μ ή ά ρ α
καί π ρ ό τ ε ρ α τ ούτ ων , τ ά μ αθ η μ ατ ι κά' εί γ άρ καί μ ή π αν άλ λ ’ έν
τ ούτ οι ς π λ έ ον τ ό τ ε τ αγ μ έ ν ον . πλ ή ν εϊ τι ς τ οι αύτ ας λ αμ β άν οι
τ άς μ ο ρ φ ά ς οϊ ας Δ η μ όκ ρι τ ος ύποτ ί θ ετ αι τ ών άτ ό μ ων .
Αλ λ ά δή τ ούτ ων μ έν πέρι σκεπ τ έ ον ' ö δ ’ έ ξ άρχ ή ς έλ έχ θ η,
π ε ι ρατ έ ον τ ι νά λ αμ β άν ει ν öp o v καί έν τη φ ύσε ι καί έν τη τ ού
σύμ π αν τ ο ς ούσί ς ι καί τ ο ύ έ ν ε κ ά τ ο υ καί τ ή ς εί ς τ ό β έλ τ ι ον
όρμ ή ς . αϋτ η γ άρ άρχ ή τ ή ς τ ο ύ σύμ π αν τ ο ς θ εωρί ας , έν τί σιν
τ ά όν τ α καί π ώς έχ ει π ρ ό ς άλ λ η λ α.

40
TEOFRASTO. ALGUNAS CUESTIONES DE METAFÍSICA

bre todo, entre las cosas sensibles, las celestes,118 y de


las de más , si no hay inclus o ante rior e s a aqué lla s ,119
las mate máticas : en efecto, si no todo, sí la mayor parte
está, en e llas, orde nada; s alvo que uno tome las for­
mas de esa clas e tal como De móc r ito las s upone en
los átomos .120 Pero ace rca de estas cosas ha br ía que
pr oce de r a un e xame n < m á s de ta llado >.
Por otr a parte , se ha de inte nta r lo que se dijo al
pr incipio, < a saber, > e s table ce r a lgún tér mino, tan­
to en la natur a le za como en la e ntida d de la totalidad,
al < dars e > en vis ta de algo y al im puls o hac ia lo me ­
jo r ;121 pue s éste es el pr inc ipio de la conte mplación
de la tota lida d, <q ue e xplica > en qué cons is te n las
cos as que son y cómo se r e lacionan e ntre sí.

118. La in c lus ión de lo celeste e ntre lo s e ns ible de nota un e n­


foque cos mológico y me tafís ico dis tinto de l platónico- aris totélico,
más próximo, por tanto, a la vis ión mate r ialis ta del mundo. En efec­
to, Ar is tóte le s a s im ila b a los fe nóme nos celestes a los obje tos de
la c onte mpla ción pur a me nte inte le ctua l, de bido a s u r e gula r id ad
y cons iguie nte r a c ionalida d. Teofrasto los incluye , inde pe ndie nte ­
me nte de esa dife r e nc ia de c ompor tamie nto, e ntre los obje tos de
la s e ns ación, ya que s on ig ualme nte pe r cibidos po r los s e ntidos .
y 119. Léase: «s i no hay e ntidade s a ún más inte ligible s que las
ma te mátic as » (como las ide as pr ime r a s platónicas ).
120. Como es s abido, el movimie nto de los átomos de mocrite os
se pr oduce al azar, lo que s upone in c o r p o r a r el de s or de n a las for­
mas ge ométr icas de que e s tán dotados aquéllos .
121. Léase: «no hay que excederse en e x plicacione s teleológi-
cas ». La razón, co mo s e ñala Teofrasto, a c ontinua c ión, es que así
se de valúan los pr in c ip io s de todo saber.

41
ÍN DIC E DE T É RMIN OS

a c c id e nt a l(m e nte ), p o r accide nte cognos cible (γ νωστ ός ): 29.


(κατ ά συμ β εβ η κός ): 13, 27. c o nju nt o (όλ ος , σύμ παν ): 5,' 19,
a lma (ψυχ ή): 9, 11, 15. 21, 23, 31, 37.
alte r ac ión (άλ λ οί ωσι ς ): 35. conoce r (έπί στασθ αι ): 27.
a m o r fo , info r me (άμ ορφ ός , c o nt e m pla c ión, c o nt e m pla r
άμ ορφ ί α): 17, 39. (θ εωρί α, θ εωρεί ν): 3, 25, 27,
a na lo g ía (άναλ ογ ί α): 5, 23, 27, 29. 31, 41.
a n im a d o (έμ ψυχ ος ): 11, 19, 37. co nt r a r io (έναντ ί ος ): 23, 25, 39.
a nim a l (ζψον): 11, 19, 21, 27, 29, c u ál (ποι ός ): 23.
31, 33, 35, 37. cuánto, cuantificable (ποσός ): 7, 23.
ante r ior (πρότ ερος ): 5, 21, 31,
35, 41. de finic ión (λ όγος ): 23.
antíte s is (άντί θ εσι ς ): 39. de finir (όρί ζεσθ αι ): 3, 17, 19.
ar g um e nt o (λ όγος ): 7, 21, 35. de s co noc ido (άγ νωστ ος ): 29.
arte (τέχ νη): 17, 23. de s e ado (όρεκτ ός ): 7.
as tr ología (άστ ρολ ογ ί α): 31. de s e ar (όρέγεσθ αι ): 13.
de s e o (δρεξι ς ): 9, 11, 13.
bie n, b ue no (άγ αθ όν, άγ αθ ός ): de s tr ucción (φθ ορά): 35.
25, 37. de s tr uir (φθ εί ρει ν): 13.
d e t e r min a r (όρί ζεσθ αι ): 35.
caus a (αιτία, αί τιος ): 7, 9, 11, 21, d ia d a in d e fin ida (άόρι στ ος δυάς ):
25, 27, 31, 39. 15, 39.
c e ló t e (ούράνι ος ): 33, 41. dife re ncia (δι αφορά): 13, 25, 29, 35.
ce ntr al, ce ntr o (μ έσος ): 11, 37. d ific ulta d , d ud a (άπορί α): 23, 33.
cíclico, cir cular (κυκλ ι κή): 7, 9, dig no (τίμ ιον, τ ι μ ι ώτ ερος ): 17, 21,
11, 13. 35, 37.
cie lo (ούραν ός ): 11, 13, 15, 19, 2 1 , Dio s (θ εός ): 7, 21, 39.
31, 33. dis tinción, distinguir: ver «división»
cie ncia (έπι στήμ η): 25, 27. div ino (θ ει ος ): 7, 15.
c ir c unvo luc ión, e vo lu ción divis ible (δι αι ρετ ός ): 7.
(περι φορά): 13, 33, 35. divis ión (δι αί ρεσι ς ): 27, 29.

43
e fe ctividad (ένέργ ει α): 7, 11, mat e mática s (μ αθ ήμ ατ α): 17, 29.
21, 23, 27, 33. ma t e m át ic o (μ αθ ημ ατ ι κός ): 5, 15,
en vista de algo (ένεκά τ ου): 19, 29, 41.
33, 37, 41. ma te r ia , mat e r ial (ϋλη, ύλ ι κός ):
e nge ndr a r (γεννάν): 15, 19. 17, 19, 23, 37.
e nte r o (όλ ος ): 39. me jo r (lo ): véas e «lo más noble »,
e ntida d (ούσί α): 5, 7, 13, 19, 23, me nte (νούς ): 21, 31.
25, 27, 31, 33, 39, 41. m é t o d o (μ έθ οδος ): 17.
e n unc ia d o (λ όγος ): 7. m o d o (τ ρόπος ): 29, 31.
es, existe (lo qu e ) (τό öv, τ ά όντ α): m o to r , mo ve r (κι νούν, κινεΐ ν): 7,
17, 23, 25, 37. 9, 21, 31, 33.
especie (εί δος ): 5, 23, 25, 27, 31, móvil (κι νητός ): 11, 29.
35, 37. m o vim ie nto (κίνησις ): 5, 7, 9, 13,
esto (τ όδε): 23. 21, 33.
e te r no (αϊδι ος ): 5, 31. m u n d o (κόσμ ος ): 15, 19.
e xis te ncia (la ) (τό είναι): 37. muta c ión (μ εταβ ολ ή): 3, 13, 19,
e x plica ción (λ όγος ): 9, 23, 31. 35, 39.

figur a (σχ ήμ α): 5, 31. na tur a l (φυσι κός ): 9, 31.


fin (τέλ ος ): 27, 29. natur a le za (φύσι ς ): 3, 5, 7, 17, 19,
for ma (μ ορφ ή , μ ορφ ούσθ αι ): 2 3 ,2 5 ,2 9 ,3 1 ,3 3 , 3 5 ,3 7 ,3 9 ,4 1 .
5, 19, 23, 35, 41. ne ce s ar io, ne ce s idad (άναγ καί ος ,
for ma (do ta do de ) (έμ μ ορφος ): 17. άνάγκη): 5, 25, 31, 33, 35, 39.
no es (lo que ) (τό μ ή öv): 25.
ge ne r a ción (γένεσι ς ): 17, 23, 35. noble (lo más ) (άρι στ ος ): 9, 11,
géne r o (γένος ): 5, 25, 27, 29. 13, 37, 39.
n úm e r o (άρι θ μ ός ): 5, 9, 15, 17, 27.
ide a (ιδέα): 17.
im it a c ión , im it a r (μ ί μ ησι ς , opue s to (άντ ι κεί μ ενος ): 19.
μ ι μ εί σθ αι ): 9, 17, 21, 39. or de n (τάξι ς ): 17, 19, 39.
in a nima do (άψυχ ον): 19, 29, 35, 37. or d e na c ión, o r d e na d o
in d e fin ic ión , in d e fin id o (αάρι στ ία, (τ ετ αγ μ ένον): 19, 37, 41.
αόρι στ ός ): 19, 23, 37.
in fin it o (άπει ρος ): 15, 29, 37, 39. par te (μ έρος ): 11, 19, 31.
in m óv il (άκί νητ ος ): 3, 7, 33. pe ns a mie nto (δι άνοι α): 11, 25.
inq uir ir (ζητεΐ ν): 25, 29, 35. pe r e ce de r o (φθ αρτ ά): 5.
inte ligible (νοητ ός ): 3, 5, 15, 29. pla nta (φυτ όν): 19, 27, 29, 31,
inve s tigac ión, inve s tigar (ζήτησι ς , 33, 35.
ζητεΐ ν): 17, 23, 25, 31. pos ición (τάξι ς ): 19.
invis ible (άόρατ ον): 29. po te ncia (δύναμ ι ς ): 7, 19, 23, 35.
p r im a r io , pr im e r o (πρώτ ος ,
líne a (γ ραμ μ ή ): 27. πρότ ερος ): 3, 5, 7, 11, 13, 17,
lugar (τ όπος ): 13, 15, 35. 21, 29, 31, 39.
pr inc ip io (άρχ ή): 5, 7, 9, 13, 17,
m a g nit ud (μ έγ εθ ος ): 31. 19, 21, 29, 31, 39, 41.
mal (κακόν): 37. pr o pio (ϊδι ος ): 7, 25, 27, 29.

44
qué es ser (τί ήν εΐ ναι): 25, 27. te nde ncia (έφεσι ς ): 9, 11, 13.
te nde r (όρέγ εσθ αι ): 21, 37.
r azón (λ όγος ): 5, 19, 35. to do (παν, όλ ον): 5, 7, 9, 23, 25,
r e gión (χ ώρα): 11, 37. 33, 35, 39.
repos o (ήρεμ εΐ ν, ήρεμ ί α): 9, 21, 33. t o ta lid a d (σύμ παν ): 41.
traslación circular (κυκλ οφορί α): 13.
s abe r (έπί στ ασθ αι , έπι στ ή μ η): 17,
25, 29, 31. univers al (καθ όλ ου): 23, 25, 27, 29.
s e ns ación, s e ntido (αϊσθ ησι ς ): 11, uno , una , únic o (εΐ ς , μ ία, έν):
. 21, 25, 31. 5 , 7 , 9, 15, 39.
s ens ible (αι σθ ητός ): 3, 5, 7, 15,
21, 29, 41. vac ío (κενόν): 15.
ser (e l) (τό είναι): 23, 25. ve r da d, ve r dade r o (άλήθ ει α,
s ing ular (καθ ’)έκαστ ον: 19, 27, 29, άλ ηθ ής ): 17, 23, 25, 31.
33. vida , vivir (ζωή, ζήν): 5, 9, 33, 35.
s uje to (ύποκεί μ εν ον): 27. vis ible (όρατ ός ): 29.

45
ÍN DIC E DE N OMBRE S

Arquitas (’Αρχύτας ): 15. Homero (Όμ ηρος ): 11.


Demócrito (Δ ημ όκριτος ): 41. Jenócrates (Ξενοκράτης ): 15.
Espeusipo (Σπεύσιππος ): 15, 37. Pitagóricos (Πυθ αγόρειοι): 39.
Eurípides (Εύριπίδης ): 23. Platón (Πλάτων): 17, 39.
Eurito (Εϋρυτος ): 15. Timeo (ΤΙμ αιος ): 17.
Heráclito (Ηράκλειτος ): 19. Zeus (Ζεύς ): 11.
Hestieo (Έστιαΐος ): 15.

47
In d ic e g e n e r a l

E s t u d io i n t r o d u c t o r i o .......................................... V II
T eofrasto: ¿d is c íp ulo o mae s tro? V II
La m e ta fís ic a de T e ofras to..................................... IX
La na tur a le za de los pr inc ipio s : pr in c ip io s
de la n a tu r a le za ................................................... X II
El c onoc im ie nto de los pr inc ipio s : pr in c ipio s
de l c o n o c im ie n to ................................................ XVI
El te s tim onio de T eofrasto sobre la te oría
pla tónic a de los núme ros .................................. XIX
De l fina lis m o al m e c a n ic is m o .............................. XXV II
El texto de l fragme nto m e ta fís ic o ........................ XXV III

B ib l io g r a f í a ........................................................................ XXXI
Edicione s de la m e ta fís ic a te o fr a s te a ................... XXXI
tr a duc c io ne s come ntadas y e s tudios sobre
la m e ta fís ic a de Teofrasto o sobre sus
te s timonios d o x o g r áfic o s ................................... X X X II

S ig l a s y s í m b o l o s u t il iz a d o s ................................. XXXV

49
ΘΕΟΦΡΑΓΓΟΥ ΤΩ Ν ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣ ΙΚΑ
TEOFRASTO. ALGUNAS CUEST IONES
DE MET AFÍSICA

I ................................................................................... 3

I I ................................................................................... 9
II I ......................................................................... 13
IV 17
V 21
V I .......................................................................... 23
V I I .......................................................................... 23
V II I ......................................................................... 25
I X ................... ................................................... 33

I n d i c e d e t é r m i n o s ................................................ 43
ÍNDICE DE NOMBRES ................................................. 47

50
T EXTOS Y DOCUMENT OS
Clásicos del Pensamiento y de las Ciencias

Títulosaparecidosenestacolección

1 T EOFRAST O 6 VARRÓN
Sobre las sensaciones De lingua Latina
(Ed, introd, trad. y notas (Introd, trady notas
deJoséSolanaDueso) deM.-A. MarcosCasquero)
2 René DESCART ES 7 Baltasar ÁLAMOS
El mundo. Tratado de la luz DE BARRIENT OS
(Ed, introd., trad. y notas Discurso político al rey
deSalvioTurro) Felipe ΙΠ al comienzo de su
3 F.W.J. SCHELLING
(Introd. y notas
reinado.
Investigaciones filosóficas
deModestoSantos)
sobre la esencia de la libertad 8 Friedrich SCHILLER
humana y los objetos con ella Kallias. Cartas sobre
relacionados.(Ed. y trad la educación estética
deH. CortésyA. Leyte. del hombre.(Estud. introd.
Introd. deA. Leytey V. Rühle) deJaimeFeijóo. Trad. y notas
4 PLAT ÓN
deJaimeFeijóoyJorgeSeca)
Teeteto o sobre la ciencia 9 Moses MENDELSSOHN
(Ed.,prólytrady notas Jerusalem o Acerca de poder
deM.Balasch. Introd graL religioso y judaismo
deA. Alegré) (Introd, trady notas
5 David HUME
deJoséMonterPérez)
Disertación sobre las pasiones 10 T EOFRAST O
y otros ensayos morales Algunas cuestiones
(Introd., trad. y notasde de Metafísica
JoséLuis Tasset Carmona) (Ed deMiguel Candeí)
11 Antonio PÉREZ 12 M. HEIDEGGER -
Suma de preceptos justos, H. WEISS
necesarios y provechosos en Lógica. Lecciones
Consejo de Estado al Rey de M. Heidegger (semestre
Felipe ΠΙ, siendo Príncipe. verano 1934) en el legado
Aforismos sacados de la de Helene Weiss
Historia de Publio Comelio (Estudiointrod. y trad.
(Introd. y notas
Tácito. de VíctorFarías)
deModestoSantos)
CLÁSICOS DEL PENSAMIENT O
EN EDIT ORIAL ANT HROPOS

ÁLAMOS DE BARRIENT OS, Baltasar


Discurso político al rey Felipe ΠΙ al comienzo de su reinado
Introd. y notasdeModestoSantos
BACHOFEN, Johann Jakob
Mitología arcaica y derecho materno
Ed. A Ortiz- Osésy trad B. Armo
DESCARTES, René
El mundo. Tratado de la luz
Ed., introdytrady notasdeSalvioTurró;bilingüe
EPICT ET O
Enquiridión. Apéndice de la versión parafrástica de D. Francisco
de Quevedo
Introdtrad. y notasdeJoséM. GardadelaMora; bilingüe
FEIJOO, Benito Jerónimo
Teatro crítico. Ensayos filosóficos
Reprodfacsímil;introdysel deE. Subirais
HEIDEGGER, Martin
Identidad y diferencia
Ed. deA. Leyte, trad deH. CortésyA. Leyte;bilingüe
Hölderlin y la esencia de la poesía
Ed., trad. y com. deJ.D. GarcíaBacca
HORKHEIMER, Max
Ocaso
Trad. ypról deJoséM. Ortega
HUMBOLDT , Wilhelm von
Sobre là diversidad de la estructura del lenguaje humano
y su influencia sobre el desarrollo espiritual de la humanidad
Trad. ypról deAnaAgud
HUME, David
Disertación sobre las pasiones y otros ensayos morales
Introdtrad. y notasdeJoséLuis Tasset Carmona;bilingüe
KANT , Inmanuel
Transición de los principios metafísicos de la ciencia natural a la física
(OpusPostumum)
EdicióndeFélixDuque
LESSING, Gotthold Ephraim
Escritos filosóficos y teológicos
Introd.ytrad. y notasdeA. Andreu
MAYR, Franz K.
La mitología occidental
Ed. deA. Ortiz-Osés
MENDELSSOHN, Moses
Jerusalem o Acerca de poder religioso y judaismo
Introd trad. y notasdeJoséMonter-Pérez;bilingüe
.,
PÉREZ, Antonio
Suma de preceptos justos, necesarios y provechosos en Consejo
de Estado al Rey Felipe ΙΠ, siendo Príncipe. Aforismos sacados
de la Historia de Publio Comelio Tácito
Introd. y notasdeModestoSantos
PLAT ÓN
Teeteto o sobre la ciencia
Ed.,pról, trad. y notasdeM.Balasch. Introd. graLdeA Alegre;bilingüe
P HILONENKO, Alexis
Schopenhauer. Una filosofía de la tragedia
Trad. deG. Muñoz-Alonso
SCHELLING, Friedrich W.J.
Investigaciones filosóficas sobre la esencia de la libertad humana y los
objetos con ella relacionados
Ed. y trad deH. CortésyA. Leyte;introd. deA. Leytey V. Rühle;
bilingüe
Sistema del idealismo trascendental
Trad. y ed deJ. Riveray V. López Domínguez
SCHILLER, Friedrich
Kallias. Cartas sobre la educación estética del hombre
Introd. deJaimeFeijóo, trad. y notasdeJ. FeijóoyJorgeSeca;bilingüe
T EOFRAST O
Sobre las sensaciones
Ed.yintrod trady notasdeJoséSolanaDueso; bilingüe
,
Algunas cuestiones de Metafísica
Introd trad. y notasdeMiguel Candel;bilingüe
.,
VARRÓN
De lingua Latina
In tro d y trad. y notasdeM.A MarcosCasquero;bilingüe

Enpreparación
DAVIDSON, Donald
Acontecimientos mentales. La psicología como filosofía. La mente
material. Tres ensayos sobre Filosofía de la Psicología
Introd.f trad. y notasdeMiguel Candel;bilingüe
DIDEROT
De Pinterprétation de la nature
Introdytrad. y notasdeJ. Mateoy M.Jalón;bilingüe
F ICCINO, M.
Sobre Elfurordivinoy otros textos
Introd, trad. y notasdeP. Azara; bilingüe
LESSING, E.
Sobre la educación del generó humano
Introd, trad. y notasdeA. Andreu; bilingüe
LOCKE, J.
La conducta del entendimiento y otros ensayos postumos
In tro d y trad. y notasdeA.M. Lorenzo; bilingüe
QUE VEDO, Francisco de
Las sentencias
Introd. y notasdeModestoSantos
VIVES, Juan Luis
De radone dicendi
Ed. E. Hidalgo; bilingüe
De causis corruptarum ardum
Ed. E. Hidalgo; bilingüe
De subvencione pauperum
Ed. E. Hidalgo; bilingüe

También podría gustarte