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Trabajo Práctico Evaluativo

Alumna: Rivadeneyra Ana Florencia


Espacio Curricular:Pobreza, Vulnerabilidad y Judicialización
Instituto de Perfeccionamiento Docente.

A partir del texto “La infancia como categoría histórica y cultural” de Carla Villalta y
el video Ley Agote https://www.youtube.com/watch?v=PIUaYpr_YOA&t=11s, realiza
un trabajo de articulación y reflexión donde se responda a las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué decimos que la infancia es una categoría histórica y cultural?
2. ¿Por qué hablamos de emergencia de la categoría moderna de la infancia?
¿Qué aportes fueron valiosos en ese período histórico?
3. ¿Cómo se visualizaba a la infancia? ¿Se observan cambios con la mirada
actual de la misma?
4. ¿Cuándo se construye la categoría “menor”? ¿A quiénes se hace referencia
con este término?
5. ¿Cuándo se sanciona la ley de patronato de menores o ley Agote? ¿Qué
objetivos perseguía?
6. ¿Cuál es su visión personal de estos períodos históricos y de las políticas
sociales implementadas?

Desarrollo:

1)
Podemos evidenciar que el concepto de niño/a no siempre existió, sino
que es producto de reflexiones disciplinarias y de cambios
paradigmáticos en cuanto a la organización social de las personas y su
clasificación dentro de un marco normativo. Por esa razón Carla
Villalta es categórica en definir el concepto de niño/a o infancia como
una clasificación social específica que es producto de una época y de
determinados marcos teóricos.
2)
La infancia es producto de un momento histórico y ese momento es la
Modernidad occidental. Es allí donde los profundos cambios sociales,
políticos, culturales y económicos fueron el caldo de cultivo de nuevas
formas específicas como el Estado Nacional, la organización territorial
y administrativa de un estado bajo un corpus juridico-normativo que
regula las relaciones y marca las posibilidades y limitaciones de los
actores sociales en el espacio público y privado; la Revolución
Industrial y el modo fabril de producir y distribuir las riquezas, como
así de la conformación de clases sociales: Burgueses y proletarios;y
en lo social y cultural convergen distintos componentes como la
definición de la familia burguesa ( Mamá, Papá e Hijos/as) y las
distintas producciones teóricas, dentro de disciplinas científicas
sociales que comienzan a emerger como conocimiento válido para el
conocimiento y análisis de lo social.
Es en este momento que desde la Pedagogía, la Pediatría ( como una
rama dentro de la medicina empleada para el estudio y práctica en
niños/as ) y la psicología evolutiva definen la infancia como una etapa
vital que posee características y problemáticas particulares y deben
ser apartadas de otras etapas de la vida humana como la Adultez.
3)
Si sostenemos que la infancia como categoría de análisis y una etapa
vital en los sere humanos que es históricas y culturales, podemos
concluir que las construcciones sociales que hacemos de la misma
fueron variando en el tiempo, sufriendo modificaciones en las
características de esa concepción como en las prácticas de
intervención que distintas instituciones y agentes sociales llevan
adelante para formar y conformar conductas esperadas,
“rehabilitaciones”, guías y acompañamiento de aquellas personas que
por su edad y circunstancias, en algunos casos de riesgo, peligrosidad
o vulnerabilidad, no poseen de las capacidades/facultades para elegir
“lo mejor” para sí.
La infancias de la modernidad y de la posmodernidad no son iguales,
porque las instituciones que atendieron a estas personas en esta
etapa vital también cambiaron y se configuraron al calor de un
contexto macro como lo es la globalización, la revolución de las
Tecnologías de la Comunicación y la Información, de la Sociedad del
Conocimiento y de la Información, de los nuevos modelos pedagógicos
en la Escuela Nueva, del Capitalismo Financiero y de Plataformas, de
la Flexibilización Laboral ( y la precariedad ocupacional de las
personas), de las normativas como la Ley de Educación Nacional
26206 o las modificaciones en los Códigos Civil y Comercial o Penal
etc.
4)
El concepto de “Menor” aparece para identificar a aquellos niños y
niñas que se escapaban del modelo ideal de un “buen niño y buena
niña” y que por diversas circunstancia viven en la pobreza, el
desamparo, sometidos a la violencia, “en las calles” trabajando o
mendigando, y que están expuestos a diversos peligros. Es así que
bajo la Ley de Patronato, los niños y las niñas no eran considerados
como Ciudadanos y Ciudadanas con derechos civiles, sino sujetos
sujetados a la tutela de un adulto o del Estado, en el caso de que la
figura adulta no pudiera responder legal y responsablemente por ese
infante.
5)

La ley de Patronato de menores fue sancionada en el siglo XX,


específicamente en el año 1919. Su objetivo principal fue dar
respuesta, mediante una herramienta legal, que permitiera al Estado y
específicamente al Poder Judicial tomar medidas “correctivas”,
disciplinatoria y “salvar” a esos niñas y niñas abandonados y pobres
de los circuitos sociales como la mendicidad, vagancia, el trabajo
infantil, la violencia, la pobreza y delincuencia.
Es así que se producen profundos debates y reformulaciones en
cuanto a la Patria Potestad de tradición romana que establece un
poder despótico de parte de los padres sobre los hijo, circunscripto al
ámbito privado, es ahí que mediante la Ley Agote se va a trasladar esa
tutela incuestionable de los padres al ámbito público para que ante
situaciones que expongan a los niños y niñas el Estado pueda
intervenir en beneficio de la infancia y del bien colectivo para
salvaguardar.

6)
Las construcciones sociales y culturales instauran un imaginario
común y a la vez ideales de personas, y en este caso específico de
ciudadanos y ciudadanas; es así que los debates y reformulaciones en
cuanto al concepto de Sujeto de Derecho fue mutando en el tiempo
dando lugar a reflexiones profundas y totalmente concretas, en cuanto
a prácticas efectivas, del ejercicio de los derechos adquiridos.
Las infancias, diversas, con características específicas, atravesadas
por nuevas formas de lo social se instauran en la actualidad en un
marco normativo que los y las contempla como sujetos de derechos,
como ciudadanos y ciudadanas que deberían poder elegir transitar la
vida social en el diálogo y el intercambio generacional, es ahí donde la
figura del adulto y adulta y del Estado son fundamentales para velar y
garantizar el ejercicio pleno de sus derechos y del Interes Superior del
niño.
Colocarnos dentro de un paradigma de Derechos Humanos, y en
específico desde la Convención de los Derechos del Niño, significa
asumir una compleja y diversa crianza, cuidado y protección de niños,
niñas y adolescentes con el propósito de generar condiciones
necesarias para adquirir una autonomía gradual en su hacer social,
público y ciudadano.

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