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Retroalimentación positiva y negativa

Dana Fernanada Muñoz Díaz, Thania Valentina Acuña Valenzuela, Sergio Andrés Noval
Cuellar.

Resumen

Con el fin de entender el concepto de retroalimentación y el proceso de los factores que este
implica, se tomaron datos con réplicas de temperatura y pulso en función del tiempo en una
fase de reposo y en una fase de actividad física en tres individuos. El tipo de
retroalimentación identificada fue negativa, pues el cuerpo sufrió perturbaciones como
cambios en la temperatura y en las pulsaciones, emitiendo señales de salida tanto al sistema
muscular como a los nervios simpáticos y parasimpáticos, que se encargaron de enviar
señales de error al hipotálamo y al bulbo raquídeo a fin de retomar los puntos de ajuste
correspondientes a la temperatura central y al pulso normal específicamente para personas de
las edades que participaron en este experimento. Los resultados mostraron una tendencia
general de aumento en la temperatura axilar cuando se realizó ejercicio debido al calor
ocasionada por la actividad muscular, mientras que la temperatura sublingual disminuyó,
siendo un resultado inesperado. El patrón general del pulso al haber finalizado el ejercicio fue
de aumento y posteriormente recuperó su valor normal o punto de ajuste, siendo lo esperado
en una fase de reposo, debido a la disminución cardiaca requerida en este estado. En general
se observó cómo actúa un sistema de control ante alguna perturbación, que en este caso a fin
de mantener la homeostasis, se dio un proceso de retroalimentación negativa en los
individuos, todos con una tendencia similar pero con respuestas diferentes debido a que cada
uno experimentó cambios distintos en sus metabolismos.

Introducción

El cuerpo humano debe controlar algunas funciones claves, como la glucemia y la presión
sanguínea (variables), para mantenerse estable y saludable. Para eso hay unos mecanismos de
control fisiológicos que se presentan cuando esas variables se alejan mucho del rango normal
en el que deben estar o del valor óptimo (Silverthorn, 2014). El primero es el control local, el
cual ocurre solamente en tejidos o células determinadas, es decir, que la respuesta se va
presentar en la región donde ocurrió el cambio o perturbación. Por ejemplo, al disminuir la
concentración de oxígeno en una célula, las demás células que recubren los vasos sanguíneos
presentes en el área perciben esa disminución de concentración de oxígeno y segregando una
señal química (señal de salida), la cual se extiende a los músculos (objetivo) que se
encuentran cercanos a la pared del vaso sanguíneo, para transferirles el mensaje de relajación
(respuesta) (Silverthorn, 2014). Por otro lado, si hablamos del mantenimiento de la presión
sanguínea que ocurre en todo el organismo, es necesario el segundo mecanismo de control
denominado control reflejo, ya que se requiere de una comunicación y coordinación de larga
distancia. Un reflejo fisiológico tiene dos partes: un bucle de respuesta y un bucle de
retroalimentación. Un bucle de respuesta es aquel que presenta una señal de entrada,
generada por un sensor que es activado por un estímulo (variable regulada se aleja del valor
óptimo), un centro de integración y una señal de salida (química o eléctrica) que me produce
la respuesta a través de un objetivo (Cualquier célula del cuerpo). Un bucle de
retroalimentación, como lo dice su nombre es cuando la respuesta se “retroalimenta” para
intervenir sobre el objetivo y evitar que la respuesta generada no exceda el rango óptimo de la
variable (Silverthorn, 2014), además, esta retroalimentación puede ser negativa o positiva.
Según Randall et al., (1998), la retroalimentación negativa ocurre cuando se produce una
señal de error proporcional a la diferencia entre el punto de ajuste al que debe fijarse el
sistema y el estado actual. Dicha señal de error es amplificada e invertida (cambia de signo),
por lo que la señal de salida invertida por el amplificador, retroalimenta al sistema de control
y contrarresta la perturbación, es decir, la salida invertida por el amplificador, al contrarrestar
la perturbación, reduce o disminuye la señal de error, y por ende el sistema tiende a
establecerse cerca del punto de ajuste. Mientras que en la retroalimentación positiva no hay
una inversión, por lo tanto, la salida (respuesta) del amplificador cuando retroalimenta el
sistema de control, presenta el mismo efecto que la perturbación (estímulo) original,
provocando un refuerzo de la perturbación en lugar de disminuirlo o eliminarlo como ocurre
en la retroalimentación negativa. Aunque este sistema sea inestable se ve implicado en
procesos como la generación explosiva de un coágulo sanguíneo, la expulsión del feto
durante el parto, la deglución o el vómito y condiciones patológicas como la insuficiencia
cardíaca congestiva (Randall et al., 1998).

Método

La práctica realizada con el fin de aplicar los conceptos de retroalimentación negativa, se


dividió en dos momentos. Inicialmente, los individuos se encontraban en reposo y se tomaron
tres medidas, correspondientes a la temperatura sublingual, temperatura axilar y el pulso por
cada persona. Se hicieron 3 repeticiones en la toma de cada variable, en un tiempo inicial de
0 minutos y pasados 10 minutos. En el segundo momento cada integrante realizó por 5 min
ejercicio intenso y al terminar, se tomaron nuevamente los datos temperatura axilar,
temperatura sublingual y pulso. Se hizo este mismo procedimiento (toma de datos) a los 10,
20 y 30 min después de terminar el ejercicio, cada uno de estos con 3 repeticiones como en la
primera parte de la práctica.

Resultados

A continuación se presentarán una serie de gráficas elaborados con los datos de la tabla 1
(figuras: 1, 2 y 3: correspondientes a la temperatura, figuras 4, 5 y 6: correspondientes al
pulso) en las que es importante tener en cuenta el minuto 15 (resaltado en amarillo) ya que
este es el primer dato que se toma posterior a la exposición a una actividad física intensa.

Para el caso de la temperatura axilar, aumentó como se observa en la figura 1 y 2.


Únicamente Dana Muñoz no presentó un aumento de su temperatura axilar en el minuto 15
(figura 3). Por otro lado, analizando el comportamiento de la temperatura sublingual en el
mismo minuto sucede lo contrario, en las 3 gráficas correspondientes a la temperatura
(figuras 1, 2 y 3) se observa que disminuye.

A nivel más específico, el comportamiento de estas temperaturas antes y después de la


actividad física varía entre individuos, para Sergio Noval la temperatura sublingual aumenta
antes del minuto 15, en esta toma disminuye y a partir de allí presenta un valor constante
(36.8°C) hasta el minuto 25 que empieza a aumentar hasta la finalización de la práctica. En el
caso de su temperatura axilar, esta presenta un descenso lineal desde el inicio de la práctica
hasta el minuto 10, aumenta en el minuto 15 y a partir de allí asciende hasta el minuto 45
(figura 1).
Figura 1.
Temperatura en función del tiempo de Sergio Noval, antes y después de actividad física.

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

En el caso de Thania Acuña la temperatura sublingual se mantiene constante (36.8°C) desde


el inicio de la práctica hasta el minuto 10, disminuye hasta el minuto 15 y a partir de allí
aumenta bruscamente hasta el minuto 25, disminuye de forma abrupta hasta el minuto 35 y
finalmente aumenta hasta la última toma (minuto 45); mientras que la la temperatura axilar
crece de manera constante hasta el minuto 25, pero luego de esta toma disminuye de forma
lineal hasta el cese de la práctica (figura 2).

Figura 2.
Temperatura en función del tiempo de Thania Acuña, antes y después de actividad física

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.
Detallando la figura 3 correspondiente a los datos de temperatura de Dana Muñoz, se observa
que la temperatura bucal aumenta de forma lineal desde el inicio de la práctica hasta el
minuto 10, desciende hasta el minuto 25 y a partir de allí aumenta de forma lineal hasta la
última toma de datos; por otro lado, la temperatura axilar disminuyó linealmente desde el
inicio de la práctica hasta el minuto 15, solamente aumentó a partir de allí y hasta el minuto
25, después de eso disminuyó y se mantuvo constante (36.2°C).

Figura 3.

Temperatura en función del tiempo de Dana Muñoz, antes y después de actividad física

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

Finalmente, en cuanto al pulso, en todas las gráficas correspondientes a esta medida (figuras
4, 5 y 6) se observa que el pulso aumenta en el minuto 15, justo la primera toma después de la
actividad física, y a diferencia de la temperatura, para todos los individuos se cumplió que los
latidos por minuto fueron menores antes de la toma 15 y mayores, tendiendo a regularse,
después de esta toma.
Figura 4.

Pulso en función del tiempo de Sergio Noval, antes y después de actividad física

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

Figura 5.

Pulso en función del tiempo de Thania Acuña, antes y después de actividad física

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.
Figura 6.

Pulso en función del tiempo de Dana Muñoz, antes y después de actividad física

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

A nivel general, la reacción de la temperatura axilar (figura 7) presentó un patrón en los


individuos de aumentar hasta el minuto 15, y posterior a esto tiende a regularse mientras
disminuye o aumenta.

En la temperatura sublingual (figura 8) se observa lo contrario ya que se evidenció un patrón


general de disminución hasta el minuto 15 y después de esto un aumento que tiende a
regularse.

Por último, en cuanto al pulso (figura 9) se cumple en todos los individuos que previo a la
actividad física se encuentren en valores menores a 70 BMP y justo en el minuto 15 se
observa el dato mayor que posteriormente empieza un proceso de disminución.
Figura 7.

Patrón general de la temperatura axilar en los 3 individuos

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

Figura 8.

Patrón general de la temperatura sublingual en los 3 individuos

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.
Figura 9.

Patrón general del pulso en los 3 individuos

Nota. Se resalta en amarillo el minuto 15, momento a partir del cual se toman datos
posteriores a la actividad física.

Análisis

En los resultados obtenidos se evidencia un proceso de retroalimentación negativa, que es la


monitorización de las variables controladas y acciones correctoras (Randall et al., 1998). En
la figura 10 se puede observar el modelo de este tipo de retroalimentación aplicada a la
práctica de temperatura y pulso en función del tiempo.
Figura 10.

Modelo de retroalimentación negativa aplicado a la temperatura y pulso en función del


tiempo: sistema de control, sensores y amplificadores. Modificado de Randall et al., (1998).

En relación a la temperatura, el cuerpo actuaría como el sistema controlado, el cual sufrió


una perturbación que sería el cambio de temperatura (Randall et al., 1998) después de la
actividad física, seguidamente, el sistema de control emitió una señal de salida hacia el
sensor, en este caso el sistema muscular, el cual, debido a la actividad física (AF) generó
calor que no se disipó hacia el ambiente, por lo tanto, aumentó la temperatura central del
cuerpo (Urdampilleta et al., 2013) enviando una señal de error al amplificador que sería el
hipotálamo, que a su vez actuó como centro regulador de temperatura; el hipotálamo
anterior más precisamente se encargó de regir la pérdida de calor a través de la vasodilatación
de la piel y sudoración cuando la temperatura corporal se elevó debido a la actividad física
(Cabrera-Montesinos et al., 1997), buscando finalmente el punto de ajuste correspondiente a
la temperatura central ideal requerida por el cuerpo para sus actividades fisiológicas en
estado normal, que según Urdampilleta et al., (2013) estaría entre los 36-36.5ºC

Por otra parte, se tiene como sistema de control al cuerpo, que sufrió una perturbación
correspondiente al cambio en el pulso, razón por la que el sistema de control emitió una
señal de salida detectada por el sensor que serían los nervios simpáticos y parasimpáticos,
encargados de enviar una señal de error al bulbo raquídeo (Ureta-Pilligua et al., 2021), es
decir, el amplificador, que en este caso actuó como centro regulador de la función
cardiaca (del pulso) (Estañol et al., 2009), buscando el pulso normal en personas con edades
entre 19-40 años sugerido por FES (2006), es decir entre 60-80 BPM.

En cuanto a los cambios de temperatura, cuando hay ejercicio, hay un aumento en la


producción de calor ocasionado por la actividad muscular (Villegas Arenas et al., 2012;
Cabrera-Montesinos et al., 1997). Las figuras 1, 2 y 3, muestran una tendencia de aumento
en la temperatura axilar solamente para los individuos Sergio y Thania, confirmando lo
mencionado anteriormente. En cuanto a la temperatura sublingual, en todos los casos
disminuyó después del ejercicio, se especula que esto pudo ocasionarse por la fatiga y
constantes respiraciones por la boca que realizaron los individuos al terminar la actividad
física intensa a causa de sus pocas o nulas habilidades para el ejercicio, es probable que el
aire que ingresó por la boca generara cambios en la temperatura que se vieron reflejados en la
toma de datos del minuto 15.

Normalmente se espera que el pulso aumente con la actividad física y posteriormente que la
frecuencia cardiaca se desacelere al iniciar nuevamente una etapa de reposo (Villegas Arenas
et al., 2012). Se puede identificar en las figuras 4, 5 y 6, que este valor aumentó en todos los
individuos luego del ejercicio, concordando con la teoría, y finalmente fue disminuyendo
para volver a su valor normal (en personas de 19-60).

En las gráficas obtenidas en los resultados relacionadas a temperatura y pulso en función del
tiempo en cada individuo, tanto en reposo como después de haber realizado actividad física,
se evidencia un cambio en los valores de las variables entre las personas; de acuerdo con
Auer et al., (2018), estos cambios son debidos a que cada organismo presenta un
metabolismo distinto con reacciones diferentes.

Conclusiones

En relación a la temperatura, se evidenció un sistema controlado equivalente al cuerpo,


perturbado por un cambio de temperatura, por tal razón envió una señal de salida a su sensor,
el sistema muscular, que a su vez indicó una señal de error al amplificador, el hipotálamo,
quien actuó como regulador de la temperatura llevando al punto de ajuste de temperatura
central necesario para las funciones fisiológicas en los individuos conforme los individuos
iban retomando su estado nuevamente de reposo.

Para la variable del pulso, el cuerpo actuó como sistema de control, perturbado por un cambio
de pulsaciones, emitiendo una señal de salida detectada por el sensor, los nervios simpáticos
y parasimpáticos, quienes enviaron la respectiva señal de error a su amplificador, el bulbo
raquídeo, que se encargó de regulador de la función cardiaca (del pulso) logrando alcanzar
nuevamente el pulso normal que se esperaba específicamente para los individuos.

La tendencia general de aumento en la temperatura axilar debido a la actividad física, fue


debido a la producción de calor ocasionada por la actividad muscular. Mientras que la
tendencia a disminuir de la temperatura sublingual se especula que posiblemente se debió al
aire del medio que ingresó por la boca durante los jadeos de los individuos luego de la
actividad física. .

El patrón general de aumento en el pulso fue ocasionado por la actividad física, motivo por el
cual recuperó su valor normal en cada individuo al retomar el estado de reposo, haciendo que
la frecuencia cardiaca disminuyera.

El patrón general relacionado a temperatura y pulsación entre los individuos fue similar,
confirmando la literatura, aún así cada persona tuvo distintos valores en las variables, esto
debido a que cada uno experimenta cambios distintos en sus metabolismo, ocasionando
reacciones diferentes.
Se evidenció que si un sistema controlado sufre algún tipo de perturbación, con el fin de
mantener la homeostasis, se llevará a cabo un proceso de retroalimentación negativa.

Bibliografía

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https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=273825390009

ANEXO:

Tabla 1. Datos tomados durante la práctica, en reposo y después de la actividad física


intensa.

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