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Los
Granjunco poseen el control de los recursos de un inusual gran
territorio alrededor de un meandro del río Agis, al norte del Calimshan y
al este de Memnon.
Yip hijo de Yip tuvo una infancia y primeros años de vida bastante
normales. Era flojuelo y algo panzón, y aunque carismático, esto no le
salvo de acabar en el humilde puesto de clasificador de musgo. Un
trabajo necesario, aunque con poca autorealizacion. Desde que tenia
conciencia, se sentía fuera de lugar, incomodo siendo el, y el trabajo no
cambio esto.
Yip yip tenia escamas de latón, y una cabeza algo extraña, y aunque
eran normales las variaciones de color y formas entre kobolds, lo que
no era normal era la magia. Durante una acalorada discusión
académica sobre la importancia de la clasificación por olor por encima
de la clasificación por color, Yip yip descubrió que podía hacer magia:
De sus dedos desprendía leves llamas doradas.
El pago al dragón no era lo que uno podría creer. Si, incluía tesoros,
pues todos los dragones adoran el tesoro por alguna razón
sobrenatural, pero gran parte de la oferta tenia valor intelectual.
Durante tres días y tres noches, los kobolds ofrecían una fiesta donde
deleitaban al dragón con canciones y danzas, obras de teatro y piezas
de arte con las que maravillar y entretener al dragón. Cuadros, estatuas,
libros y abalorios. Todo esto para Viyaylommaxius valía lo mismo que
el oro.
Yip yip era dragón, o al menos parte dragón. Yip yip sintió como su
metafórico huevo draconiano se quebraba y se descubría a si mismo.
Es mas, a través de cultivar el poder durmiente en su sangre, podría
físicamente tener el cuerpo de un dragón. Pero para yip yip, no era
suficiente.
Por desgracia, todo el poder arcano del mundo en sus venas no seria
suficiente para una transformación física final. Necesitaría a alguien
que canalizase este poder, como un mago, o un favor divino de alguna
deidad, como Bahamut, dios patrón de los dragones buenos.