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LA ADORACION EN JESUS

Francisco Osorio

La adoración es nuestra llave, nuestro estado, nuestra esencia. Nacimos, crecemos


y vivimos para ser adoración.
Isaías 43:7 TLA "Yo los he creado para que me adoren y me canten alabanzas."

¿Sin embargo, como es esto posible? Entendemos que Dios nos llama a adorarle,
¿pero cómo lo hacemos?

Para entender mejor volvamos al principio de lo que es la adoración. "Shajá" de


origen hebreo, es inclinarse, doblarse, bajar la cabeza, estar humillado. Acá vemos
cómo adoración es básicamente respeto, reverencia, reconocimiento de autoridad.
Mientras que en el griego "Proskuneo" es la palabra para adoración, “pros” significa
"hacia" y "kuneo" significa “besar”. La adoración va más allá de solo mostrar
reverencia y respeto, la adoración te permite acercarte, estar cara a cara del Padre,
hablarle y besarle. La adoración te acerca.

Adoración en el Antiguo Testamento:


Así que el Señor dice: «Este pueblo dice que me pertenece; me honra con sus
labios, pero su corazón está lejos de mí. Y la adoración que me dirige no es más que
reglas humanas, aprendidas de memoria.
Isaías 29:13 NTV

La adoración entregada por el pueblo de Israel en el antiguo testamento estaba


basada en mera obediencia. Se adoraba por respeto, pero no por amor. Como dice
Isaías, el corazón del pueblo no estaba cerca de Dios, no estaban adorando con la
intención correcta, adoraban por lo que les habían enseñado sus antepasados y lo
que estaba escrito en la ley, pero no por convicción propia ni por deseo verdadero de
adorar al Padre.

Muchos hemos vivido de esta manera. Viviendo al Señor por compromiso, yendo a la
iglesia por obligación, de labios le honramos pero nuestro corazón está totalmente
lejos de él, no hay cercanía porque no hay verdadera adoración.
Adoración enseñada por Jesús:
Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que
lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran
deben hacerlo en espíritu y en verdad.
Juan 4:23-24 NTV

Hay algo clave en este versículo y es la frase en "Espíritu y en Verdad". Hemos


escuchado muchos mensajes referentes a esta historia de Jesús y la mujer
Samaritana y como este pasaje ha sido la enseñanza de la esencia de la adoración.
Nos han enseñado que Dios es Espíritu y por ende nosotros adoramos en espíritu y
en verdad porque lo hacemos con el corazón, de forma real. Pero detrás de esta
frase existe una revelación más, dada por la gracia, dada por Jesús.

Adorar en Espíritu. El Espíritu Santo ha sido dado a la humanidad por causa de la


muerte de Jesús, dejándonos su Espíritu para guiarnos, para consolarnos,
exhortarnos pero además para adorar al Padre siendo guiados por el Espíritu Santo.
Adoramos en el Espíritu Santo.

Adorar en Verdad. Jesús es la verdad, Jesús es la palabra y la palabra de Dios es


verdad. Adoramos en Jesús.

Nuestra fe en Jesús nos hizo alcanzar su gracia, y su gracia nos hace adorarle.
Amamos al Padre y por eso buscamos agradecerle, le agradecemos con nuestra
vida, con nuestro servicio, con nuestras palabras, con nuestra oración, con nuestra
entrega y sacrificio, todo esto es una muestra de adoración.

“Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa, sino según el


Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y, si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero, si Cristo está en ustedes, el cuerpo está
muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de
la justicia.”
Romanos 8:9-10 NVI

La gracia abrió la puerta para que el Espíritu de Dios y Cristo vivieran en nosotros.
No vivimos influenciados por el mundo, vivimos guiados por el Espíritu. Es Cristo
quien asegura que el Espíritu esté en nosotros, por causa de la justicia.
De acuerdo a la filosofía griega, la Justicia y la Verdad nacen del mismo concepto, lo
que es justo es verdadero. Jesús es la verdad, por ende, es nuestra justicia, y
además es la palabra, que también es la verdad.

Por eso Jesús abrió la puerta de la adoración a través de la gracia. Dejamos de


adorar como otros lo hacían, siguiendo leyes y dogmas para adorar mientras su
corazón estaba alejado. No conocían el amor, conocían solo la obediencia, y la
obediencia no les acercaba, sino que mantenía su corazón lejos.

La adoración que enseñó Jesús es una Adoración que nos acerca a Él y


acercándonos a Él nos acercamos al Padre. Una adoración guiada por El Espíritu de
Dios y La Verdad que es Jesús pues su gracia les hace vivir en nosotros.

Por eso Jesús le dijo a la mujer. Está llegando la hora, es más, ya ha llegado. Para
que adoren de la verdadera manera que mi Padre quiere que lo adoren. Jesús quiso
decir con esto que la Verdadera adoración ya estaba disponible para aquel que
creyera en El, ya había llegado el momento que se dejara de adorar por medio de la
ley para que se adorara por medio de la gracia, es decir, a adorar guiados por el
Espíritu y la Verdad, en El mismo.

Esa es la verdadera adoración, a través de la gracia. Una adoración que te acerca


como nunca al Padre acercándote a través de Jesús, una adoración que te hace
tener un solo corazón con El, una adoración que te lleva a la verdad y a la justicia,
una adoración que te hace ser agradecido, una adoración que te revela la cruz.

El Señor no necesita nuestra adoración, Él es digno de recibirla, pero no es


que le haga falta. Somos nosotros como creación quienes necesitamos
adorarle

La adoración en Jesús nos permite dos cosas:

 Mi adoración trae libertad:


1 Corintios 3:16
16 ¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el
Espíritu de Dios vive en ustedes?
En nuestro corazón reina Jesús. Es su morada, es su templo. La adoración permite
no desenfocarnos y siempre darle a Él, el lugar que se merece.
A lo largo de la historia se ha visto como el ser humano necesita adorar, sea lo que
sea, pero necesita adorar algo o alguien, el ser humano es atraído por ídolos. El
pueblo de Israel cuando Moisés fue al monte sintieron la necesidad de hacer un
becerro de oro para adorarlo. Hay culturas donde cualquier cosa es considerada un
dios. Por eso al adorar a Dios por medio de Jesús tenemos la certeza de que nuestra
mirada está puesta en el lugar indicado y que nuestro corazón no se desviará ni
recibirá a los dioses de este mundo.

¿Por qué te cuesta adorar? ¿Por qué es difícil honrar al Señor?


A veces no podemos adorar porque alguien más está sentado en el trono de nuestro
corazón. Un ídolo es simplemente eso, alguien o algo que le ha robado el lugar al
Señor en nosotros. Ya sea dinero, bienes, artistas, famosos, imágenes, etc. Por eso
la adoración nos enfoca y nos recuerda el lugar correcto al que pertenecemos y por,
sobre todo, a quien le pertenecemos.

 Mi adoración me acerca:
Santiago 4:8 NTV
8 Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes.

Mientras más adores, más te acercas, más conoces y más el Señor es revelado a tu
vida. La adoración estrecha la relación de Padre e Hijo, nos hace íntimos, nos
apasiona más por El.

La adoración no compra bendiciones. La adoración te permite conocer otras facetas y


caracteres de Dios. No adoramos para que el haga, adoramos porque Jesús ya hizo.

Conclusión:
Desde la creación la adoración, (Honrar al Señor y sus caminos) ha sido la puerta para
recibir bendición, con ella se materializaba lo prometido por el Señor. Hoy en día la
adoración no ha perdido su objetivo, pero la entrada del pecado al mundo disminuyó
confianza en la gente para acercarse al Señor. El enemigo hizo con eso que la gente
dejara de adorar porque no era digna de hacerlo ni de acercarse a Dios.

Es por eso que Jesús vino para llevarnos al plan original, una adoración gracias a la
redención, una adoración gracias a la gracia. Jesús restituyo la confianza, rompió la
esclavitud del pecado haciéndonos libres para adorar. Adorando guiados por su
Espíritu que nos guía al arrepentimiento y adorando en Jesús quien nos guía a toda
verdad.

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