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La ~ección Punto de Vista tiene el carácter de tribuna abierta para la libre expresión de opinio-
nes, cr1t1cas, contestaciones o cualesquiera comentarios referidos al contenido del último número
publicado.
Aquellas personas interesadas en la publicación de su «punto de vista» deberán remitir el tex-
to corresp?ndiente de extensión no superior a dos hojas tamaño UNE A-4 mecanografiado a do-
ble espac1o (600 palabras), a la Redacción de la Revista, con una antelación mínima de 2 meses
a la publicación de cada número.

NO MITIFICAR LA LEY DEL SUELO cidos. Por el contrario, me gustaría ver con cierta fícil camino de la planificación consensuada en-
Tras leer el contenido del primer número de frecuencia colaboraciones de especialistas la- tre administraciones democráticamente elegi-
la revista URBANISMO COAM y conocer la lí- tinoamericanos en donde explicaran sus esfuer- das. Ideas acertadas como la figura de los Pro-
ne~ editorial que va a regir futuros números, he
zos por superar las situaciones problemáticas gramas Coordinados de Actuación de la Ley de
cre1do oportuno poner por escrito los siguien- su rgidas a raíz del desarrollo urbano. Opino que Ordenación del Territorio de la Comunidad de
tes «pensamientos en voz alta>> que me surgie- tenemos que aprender mucho de aquellos paí- Madrid quedan así como imposiciones contra
ron a lo largo de la lectura del mismo. ses para poder realizar así un examen de con- las que en, todo caso, pueden alegarse en el
El primer pensamiento trata de la posible ten- ciencia de trascendencia histórica. trámite de audiencia y, en consecuencia, difí-
tación del equipo editorial de referenciar los pro- No me gustaría finalizar mis <<pensamientos en cilmente asimilables como propias por la ma-
blemas urbanos nacionales constantemente a voz alta>> sin expresar mi alegría por la aparición de yoría de los municipios afectados.
la Ley del Suelo. Soy consciente de que Espa- esta revista, máxime cuando ha sido fruto del es- ¿Qué significa en este contexto la queja so-
ña, como fiel prototipo de país mediterráneo, ha fuerzo del colectivo profesional al que pertenezco. bre el desapoderamiento del Estado? ¿Es que,
tratado de codificar su desarrollo urbano en ba- JOSE MIGUEL FERNANDEZ GÜELL acaso, esa coordinación es posible a nivel es-
se a un instrumento legal caracterizado por su Arquitecto-Urbanista tatal? ¿No será más bien que se está pidiendo
alto grado de abstracción teórico. Comprendo la dictadura sectorial desde arriba como reme-
la Importancia y preeminencia de la Ley del Sue- d io a la imposibilidad de coordinación inter e
lo para todo urbanista español, pero obviamente PLANIFICACION Y PARTICIPACION intra-administrativa? El Plan no puede entender-
el urbanismo entendido como ciencia no es sólo Supongo que muchos lectores al igual que se sino como marco de diálogo y consenso en-
esta ley. El urbanismo, sin entrar a discutir su yo, habrían agradecido que las preguntas a las tre las diferentes administraciones; la única d ifi-
status y rigor científico, engloba un conjunto de que, presumiblemente, responden los partici- cultad es que para aceptar este tipo de Plan hay
conceptos e instrumentos mucho más amplios pantes en la primera mesa redonda organiza- que entender el poder como capacidad de diá-
y abiertos que los incluidos en nuestra legisla- da por la revista URBANISMO, hubieran que- logo y no como capacidad de imposición. La
ción. En muchas ocasiones me he preguntado dado explicitadas en la introducción a la cróni- contradicción plan-proyecto es en mi opinión
si la gran mayoría de los arquitectos españoles ca transcrita; lo contrario ha obligado a tratar una falsa contradicción , una contradicción re-
serían capaces de acometer un proceso de pla- de descubrirlo en la lectura de unas interven- duccionista porque situando en el mismo nivel
neamiento suponiendo que de la noche a lama- ciones en las que, no sé si por el maquetado dos realidades que pertenecen a niveles distin-
ñana desapareciera la bien aprendida Ley del de la presentación o porque fue así como se de- tos, confunde la parte con el todo. La interven-
Suelo. Sarcasmos aparte, me gustaría ver a la sarrolló el encuentro, tuvo escasa incidencia el ción no es incompatible con el plan , es un pro-
naciente revista tratar los problemas urbanísti- diálogo y el contraste de opiniones entre los cedimiento para su implementación.
cos nacionales desde una óptica conceptual participantes. A medida que los objetivos de la planificación
más abierta que la proporcionada por el análi- Es muy difícil, en consecuencia, extraer conclu- son más concretos, a medida en que los nive-
sis limitativo de la Ley del Suelo. siones que vayan más allá de la yuxtaposición de les en los que se interviene son más reducidos
El segundo pensamiento se refiere al marco opiniones aisladas. A pesar de todo, me gustaría se van abriendo más áreas de acción que no
foráneo en el que fundamentalmente se va a contribuir a esa suma de pareceres con unas bre- anulan las anteriores. De la situación heredada
centrar la publicación. Estoy de acuerdo en que ves reflexiones aprovechando el ofrecimiento tá- de la dictadura no han tenido la culpa, como
éste ha de ser prioritariamente el europeo, so- cito que supone la sección Punto de Vista. algunos pretenden , los planes llamados de zo-
bre todo, cuando ya somos un miembro de ple- En el artículo editorial se hacen , entre otras, nificación . Esos planes son el efecto, no la cau-
no derecho de la CEE y cuando sentimos una dos afirmaciones en las que me gustaría inci- sa, son el resu ltado de una situación en la que
creciente curiosidad por conocer mejor a nues- dir; la primera, está sintetizada en las dos fra- a los principales actores económicos no les in-
tros vecinos. Ahora bien , consideraría un error ses siguientes: «Se ha optado de hecho por la teresaba descender a nivel de proyecto. No nos
engañemos, no es la crisis de crecimiento la que
de bulto ignorar las experiencias urbanísticas renuncia a la planificación ateniendose preferen-
norteamericanas y latinoamericanas. temente a lo morfológico y a los problemas de ha modificado la forma de redactar el planea-
Con referencia al primer caso, nos guste o no, pequeña escala>> y, más adelante, <<Se asiste a miento, es la necesidad ineludible, dado el gra-
tenemos una fuerte dependencia cultural de los un desapoderamiento del Estado en materia de do de deterioro alcanzado, de asumir como ob-
Estados Unidos, y, más concretamente, de su cul- urbanismo y ordenación territorial». jetivo el diseño del ámbito espacial en que se
tura urbana. A pesar de que las ciudades nor- Si por Planificación Territorial entendemos la desarrolla la vida cotidiana.
coordinación de las acciones de los diferentes La segunda frase es la referencia a que <<la
teamericanas difieren en muchos aspectos de las
actores que intervienen en la producción del me- participación púbica ha sido más aparente que
europeas, durante el siglo xx el urbanismo <<Ma-
de in USA>>ha influido en gran medida en el euro- dio territorial , con el objetivo de que las caracte- real>>, afirmación que, según mi opinión, hay que
peo. No voy a entrar a describir casos concretos, rísticas de este medio maximicen el bienestar de analizar unida a otra que se real iza poco más
toda la sociedad, es evidente que, en este país, adelante: <<se ha ejercido el urbanismo como si
pero valga como ejemplo de esta colonización
ni existe en la actualidad ni ha existido en el pa- fuera un asunto a cargo únicamente de la inicia-
cultural el hecho de que muchos de nuestros me-
sado reciente algo semejante, entre otras cosas, tiva pública>>. Interpretadas las dos conjuntamen-
jores profesionales del urbanismo han recibido
porque ni siquiera ha sido posible la coordina- te informan de que se está demandando una
formación académica en aquel país. Varias de
ción entre las diferentes instancias administrati- participación para los agentes que pueden inter-
las técnicas innovadoras de planeamiento y de
vas con incidencia territorial , y así, los planes han veni r en ella, una participación que estará siem-
gestión urbanas presentadas durante los últimos
sido en todo caso, meras reglas para el juego pre reducida a una lucha de intereses; todos sa-
años en España han tenido un claro origen en
del mercado y, muchas veces, pura demagogia bemos que la capacidad de intervención en la
los Estados Unidos. Aunque muchas de las ex-
normativa (a juzgar por su escaso cumplimiento). producción está ligada a la posición con relación
periencias norteamericanas no sean trasladables
Hoy día, esa coordinación sigue estando muy a los medios de esa producción . En este senti-
a nuestra sociedad , su característica frescura e
lejos, no sólo entre diferentes administraciones do, nadie puede negar que se ha realizado un
ímpetu innovador las hace siempre interesantes
(estatal , autonómica y local) sino, incluso, entre gran esfuerzo por parte de muchas administra-
a nuestro colectivo profesional.
los diferentes ministerios o consejerías de una ciones locales para conocer los deseos y la opi-
En cuanto a Latinoamérica, tenemos una obli-
misma administración . Los reinos de taifas si- nión de los ciudadanos con el fin, suponemos,
gación moral con aquel continente que no po-
guen siendo hoy la única realidad. En contra- de representarle en esa lucha de intereses.
demos olvidar. Nuestra actuación como poten-
partida, cada nivel administrativo ha procu rado Pero la principal participación no está ahí, la
cia colonizadora ofreció en ocasiones realiza-
desposeer de competencias al de abajo ya que verdadera participación es la que tiene como
ciones elogiables, pero en muchos casos ac-
no podía conseguirlas del de arriba. Esto es me- objetivo la autogestión territorial de lo que yo he
ciones muy c riticables. Cuando nos acercamos
ridianamente claro en el caso 'de las adminis- llamado el proceso de habitación. Esa no ha
a la celebración del V Centenario del descubri-
traciones autonómicas que, con la excusa de la existido ni parece que vaya a existir a corto pla-
miento de América no podemos dar la espalda
incapacidad técnica municipal, o de su supuesta zo, porque a ningún actor del proceso de pro-
a unos países a los cuales nos unen muchos
insolidaridad con la real idad regional o comar- ducción le interesa, ni siquiera a los que, como
lazos, especialmente emocionales. Con todo
cal , han ido apropiándose de competencias los arquitectos, intervenimos desde la instancia
ello, no pretendo que la revista adopte una ac-
constitucionalmente locales, en lugar de sentar sociocultural.
titud paternalista proclive a dar lecciones de co- CARLOS SANCHEZ-CASAS PADILLA
mo solucionar los problemas urbanos allí pade- las bases que permitieran iniciar ese largo y di- Arquitecto Urbanista

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