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Año del fortalecimiento de la soberanía nacional"

INSTITUCIÓN EDUCATIVA EMBLEMÁTICA

TRABAJO - HONRADEZ – DIGNIDAD


1848 - 2022

ESTUDIANTE: ……………………………………………………
GRADO Y SECCIÓN. …………………………………………
LEEMOS EL TRATADO PRIMERO DE LA OBRA “EL LAZARILLO DE TORMES” E IDENTIFICAMOS
FIGURAS LITERARIAS
PROPÓSITO DE APRENDIZAJE: Aplicar estrategias de comprensión de textos escritos,
EVALUACIÓN
identificar las figuras literarias y responder a preguntas.
EVIDENCIA INSTRUMEN
DE T
COMPETENCIAS / CAPACIDADES DESEMPEÑOS PRECISADOS/CRITERIOS
APRENDIZAJ EVALUACIÓ
E N
Lee diversos tipos de textos en su Identifica información explícita y relevante (figuras Respuesta a
lengua materna. literarias) en el primer apartado de la obra “El lazarillo de las preguntas
Tormes” de análisis del
Obtiene información del texto escrito. Deduce información importante en el primer tratado de tratado
Lista de
Infiere e interpreta información del la obra “El lazarillo de Tormes, a partir de información de primero de la
cotejo de
texto. detalle. obra “Lazarillo
autoevaluaci
Reflexiona y evalúa la forma, Explica acerca de la información del texto, la intención de Tormes”
ón
contenido y contexto del texto. del autor y el tipo de texto contrastándola con su leído.
experiencia.
Opina sobre el contenido del primer tratado de la obra
“El lazarillo de Tormes”.
nos ayudará a lograr el propósito de la sesión. Será muy importante demostrar
compromiso, creatividad y responsabilidad.
ANTES DE LA LECTURA:
Lee el siguiente título: “Cuenta Lázaro su vida, y cuyo hijo fue”. A partir de ello, responde:
a. ¿De qué tratará el texto que leerás?
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b. ¿Qué significado tendrá la palabra “lazarillo” en el título? ¿Tendrá relación con el contenido del texto
que leerás?
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DURANTE LA LECTURA:
Inicia con el primer acercamiento al texto, para ello procede con la lectura a vuelo de pájaro, durante cinco minutos, luego realiza la
lectura interactiva de manera detenida, mientras lees anota con un número las figuras literarias que encuentres, ve subrayando las
ideas principales y poniendo en círculo las palabras que desconoces las cuales deberás identificar de acuerdo al contexto o mediante
el uso del diccionario, en seguida parafrasea los párrafos y lo comprendido anota en el sumillado.
TRATADO PRIMERO
Cuenta Lázaro su vida,y cuyo hijo fue.

Pues sepa Vuestra Merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona
Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el
sobre nombre, y fue de esta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña
que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña,
preñada de mí, tomole el parto y pariome allí. De manera que con verdad me puedo decir nacido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a
moler venían, por lo cual fue preso, y confesó y no negó, y padeció persecución por justicia. Espero en Dios que está en
la Gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los
cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero
que allá fue, y con su señor, como leal criado, feneció su vida.
Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos, por ser uno de ellos, y vínose
a vivir a la ciudad y alquiló una casilla, y metíase a guisar de comer a ciertos estudiantes y lavaba la ropa a ciertos
mozos de caballos del Comendador de la Magdalena, de manera que fue frecuentando las caballerizas.
Ella y un hombre moreno de aquellos que las bestias curaban vinieron en conocimiento. Éste algunas noches se venía
a nuestra casa y se iba a la mañana. Otras veces, de día llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y
entrábase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que
tenía, mas de que vi que su venida mejoraba el comer fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne
y en el invierno leños, a quenos calentábamos.
De manera que, continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo
brincaba y ayudaba a calentar. Y acuérdome que estando el negro de mi padrastro trebejando con el mozuelo, como el
niño vía a mi madre y a mí blancos y a él no, huía de él, con miedo, para mi madre y señalando con el dedo decía:
—¡Madre, coco! Respondió él riendo:
—¡Hideputa!
Yo, aunque bien muchacho, noté aquella palabra de mi hermanico y dije entre mí: «¡Cuántos debede haber en el mundo
que huyen de otros porque no se veen a sí mismos!».
Quiso nuestra fortuna que la conversación del Zaide, que así se llamaba, llegó a oídos del mayordomo, y, hecha
pesquisa, hallose que la mitad por medio de la cebada que para las bestias le daban hurtaba, y salvados, leña,
almohazas, mandiles, y las mantas y sábanas de los caballos hacía perdidas; y cuando otra cosa no tenía, las bestias
desherraba, y con todo esto acudía a mi madre para criar a mi hermanico. No nos maravillemos de un clérigo ni de un
fraile porque el uno hurta de los pobres y el otro de casa para sus devotas y para ayuda de otro tanto, cuando a un
pobre esclavo el amor le animaba a esto.
Y probósele cuanto digo y aún más, porque a mí con amenazas me preguntaban, y, como niño, respondía y descubría
cuanto sabía, con miedo: hasta ciertas herraduras que por mandato de mi madre a un herrero vendí. Al triste de mi
padrastro azotaron y pringaron, y a mi madre pusieron pena por justicia, sobre el acostumbrado centenario, que en casa
del sobredicho comendador no entrase nial lastimado Zaide en la suya acogiese.
Por no echar la soga tras el caldero, la triste se esforzó y cumplió la sentencia, y, por evitar peligro y quitarse de malas
lenguas, se fue a servir a los que al presente vivían en el mesón de la Solana; y allí, padeciendo mil importunidades, se
acabó de criar mi hermanico hasta que supo andar, y a mí hasta ser buen mozuelo, que iba a los huéspedes por vino y
candelas y por lo demás que me mandaban.
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciéndole que yo sería para adestralle, me pidió a mi madre,
y ella me encomendó a él, diciéndole como era hijo de un buen hombre, el cual por ensalzar la fe había muerto en la de
los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre, y que le rogaba me tratase bien y mirase
por mí, pues era huérfano. Él le respondió que así lo haría y que me recibía, no por mozo, sino por hijo. Y así le
comencé a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo.
Como estuvimos en Salamanca algunos días, pareciéndole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó
irse de allí; y cuando nos hubimos de partir, yo fui a ver a mi madre, y, ambos llorando, me dio su bendición y dijo:
—Hijo, ya sé que no te veré más. Procura ser bueno, y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he puesto: válete por
ti.
Y así me fui para mi amo, que esperándome estaba. Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de
ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandome que llegase cerca del animal y, allí puesto,
me dijo:
—Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y
diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
—Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo. —Y rio mucho la burla.
Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mí: «Verdad
dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer».
Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos días me mostró jerigonza; y como me viese de buen ingenio, holgábase
mucho y decía:
—Yo oro ni plata no te lo puedo dar, mas avisos para vivir muchos te mostraré. —Y fue así, que,después de Dios, éste
me dio la vida y, siendo ciego, me alumbró y adestró en la carrera de vivir.
Huelgo de contar a Vuestra Merced estas niñerías, para mostrar cuánta virtud sea saber los hombres subir siendo
bajos, y dejarse bajar siendo altos cuánto vicio.
Pues, tornando al bueno de mi ciego y contando sus cosas, Vuestra Merced sepa que, desde que Dios crió el mundo,
ninguno formó más astuto ni sagaz. En su oficio era un águila. Ciento y tantas oraciones sabía de coro. Un tono bajo,
reposado y muy sonable, que hacía resonar la iglesia donde rezaba; un rostro humilde y devoto, que con muy buen
continente ponía cuando rezaba, sin hacer gestos ni visajes con boca ni ojos, como otros suelen hacer. Allende de esto,
tenía otras mil formas y maneras para sacar el dinero. Decía saber oraciones para muchos y diversos efectos: para
mujeres que no parían, para las que estaban de parto, para las que eran malcasadas, que sus maridos las quisiesen
bien. Echaba pronósticos a las preñadas, si traía hijo o hija. Pues en caso de medicina decía que Galeno no supo la
mitad que él para muelas, desmayos, males de madre. Finalmente, nadiele decía padecer alguna pasión que luego no le
decía:
—Haced esto, haréis estotro, coged tal yerba, tomad tal raíz.
Con esto andábase todo el mundo tras él, especialmente mujeres, que cuanto les decían creían. De éstas sacaba él
grandes provechos con las artes que digo y ganaba más en un mes que cien ciegos enun año.
Mas también quiero que sepa Vuestra Merced que, con todo lo que adquiría y tenía, jamás tan avariento ni mezquino
hombre no vi, tanto, que me mataba a mí de hambre y a sí no se demediaba de lo necesario. Digo verdad: si con mi
sotileza y buenas mañas no me supiera remediar, muchas vecesme finara de hambre. Mas, con todo su saber y aviso, le
contraminaba de tal suerte, que siempre o las más veces me cabía lo más y mejor. Para esto, le hacía burlas
endiabladas, de las cuales contaré algunas, aunque no todas a mi salvo.
Él traía el pan y todas las otras cosas en un fardel de lienzo que por la boca se cerraba con una argolla de hierro y su
candado y llave; y al meter de las cosas y sacallas, era con tanta vigilancia y tan por contadero, que no bastara todo el
mundo a hacerle menos una migaja. Mas yo tomaba aquella laceria que él me daba, la cual en menos de dos bocados
era despachada. Después que cerraba el candado y se descuidaba pensando que yo estaba entendiendo en otras
cosas, por un poco de costura, que muchas veces del un lado del fardel descosía y tornaba a coser, sangraba el
avariento fardel, sacando no por tasa pan, mas buenos pedazos, torreznos y longaniza. Y así buscaba conveniente
tiempo para rehacer, no la chaza, sino la endiablada falta que el mal ciego me faltaba.
Todo lo que podía sisar y hurtar traía en medias blancas, y cuando le mandaban rezar y le daban blancas, como él
carecía de vista, no había el que se la daba amagado con ella, cuando yo la tenía lanzada en la boca y la media
aparejada, que, por presto que él echaba la mano, ya iba de mi cambio aniquilada en la mitad del justo precio.
Quejábaseme el mal ciego, porque al tiento luego conocía y sentía que no era blanca entera, y decía:
—¿Qué diablo es esto, que después que conmigo estás no me dan sino medias blancas, y de antes una blanca y un
maravedí hartas veces me pagaban? En ti debe estar esta desdicha.
También él abreviaba el rezar y la mitad de la oración no acababa, porque me tenía mandado que, en yéndose el que la
mandaba rezar, le tirase por cabo del capuz. Yo así lo hacía. Luego él tornaba adar voces, diciendo: «¿Mandan rezar tal
y tal oración?», como suelen decir.
Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino, cuando comíamos. Yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y
tornábale a su lugar. Mas turome poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a salvo, nunca después
desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo con una
paja larga de centeno que para aquel menestertenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino lo
dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió y dende en adelante mudó
propósito y asentaba su jarro entre las piernas y atapábale con la mano y así bebía seguro.
Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé
en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil, y delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera,
taparlo; y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste ciego a calentarme en la
pobrecilla lumbre que teníamos, yal calor de ella luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a
destillarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no
hallaba nada, espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.
—No diréis, tío, que os lo bebo yo —decía—, pues no le quitáis de la mano.
Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla, mas así lo disimuló como si no lo hubiera
sentido. Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando en el daño que me estaba
aparejado ni que el mal ciego me sentía, senteme como solía. Estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara
puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora
tenía tiempo de tomar de mí venganza, y con toda su fuerza alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejó
caer sobremi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada de esto se
guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo con todo lo
que en él hay me había caído encima.
Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron
por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy día me quedé. Desde
aquella hora quise mal al mal ciego, y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del
cruel castigo. Lavome con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndose decía:
—¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud. —Y otros donaires, que a mi gusto no lo eran.
Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales, considerando que, a pocos golpes tales, el cruel ciego
ahorraría de mí, quise yo ahorrar de él; mas no lo hice tan presto, por hacello más a mi salvo y provecho. Y aunque yo
quisiera asentar mi corazón y perdonalle el jarrazo, no daba lugar el maltratamiento que el mal ciego desde allí adelante
me hacía, que sin causa ni razón me hería, dándome coscorrones y repelándome. Y si alguno le decía por qué me
trataba mal, luego contaba el cuento del jarro, diciendo:
—¿Pensaréis que este mi mozo es algún inocente? Pues oíd si el demonio ensayara otra tal hazaña.Santiguándose los
que lo oían, decían:
—¡Mirá quién pensara de un mochacho tan pequeño tal ruindad!Y reían mucho el artificio y decíanle:
—Castigaldo, castigaldo, que de Dios lo habréis. —Y él, con aquello, nunca otra cosa hacía.
Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por le hacer mal y daño, si había piedras, por ellas; si
lodo, por lo más alto. Que, aunque yo no iba por lo más enjuto, holgábamea mí de quebrar un ojo por quebrar dos al que
ninguno tenía. Con esto, siempre con el cabo alto del tiento me atentaba el colodrillo, el cual siempre traía lleno de
tolondrones y pelado de sus manos. Y aunque yo juraba no lo hacer con malicia, sino por no hallar mejor camino, no me
aprovechaba ni mecreía, mas tal era el sentido y el grandísimo entendimiento del traidor.
Y porque vea Vuestra Merced a cuánto se extendía el ingenio de este astuto ciego, contaré un caso de muchos que con él
me acaecieron, en el cual me parece dio bien a entender su gran astucia. Cuando salimos de Salamanca, su motivo fue
venir a tierra de Toledo, porque decía ser la gente más rica, aunque no muy limosnera. Arrimábase a este refrán: «Más
da el duro que el desnudo». Y venimos a este camino por los mejores lugares. Donde hallaba buena acogida y
ganancia, deteníamonos; donde no, a tercero día hacíamos San Juan.
Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almorox al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo de
ellas en limosna. Y como suelen ir los cestos maltratados, y también porque la uva en aquel tiempo está muy madura,
desgranábasele el racimo en la mano: para echarlo en el fardel, tornábase mosto, y lo que a él se llegaba. Acordó de
hacer un banquete, así por no lo poder llevar como por contentarme, que aquel día me había dado muchos rodillazos y
golpes. Sentámonos en un valladar y dijo:
—Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas y que hayas de él tanta
parte como yo. Partillo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, contal que me prometas no tomar cada vez
más de una uva.
Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos, mas luego al segundo lance, el traidor mudó de propósito y comenzó a tomar de
dos en dos, considerando que yo debría hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contenté ir a la par
con él, mas aun pasaba adelante: dos a dos y tres a tres y como podía las comía.

Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano y meneando la cabeza dijo:
—Lázaro, engañado me has. Juraré yo a Dios que has tú comido las uvas tres a tres.
—No comí —dije yo—, más ¿por qué sospecháis eso?Respondió el sagacísimo ciego:
—¿Sabes en qué veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas. —Reíme entre mí y, aunque
muchacho, noté mucho la discreta consideración del ciego.
Mas, por no ser prolijo, dejo de contar muchas cosas, así graciosas como de notar, que con este mi primer amo me
acaecieron, y quiero decir el despidiente y con él acabar.
Estábamos en Escalona, villa del duque de ella, en mesón, y diome un pedazo de longaniza que le asase. Ya que la
longaniza había pringado y comídose las pringadas, sacó un maravedí de la bolsa y mandó que fuese por él de vino a la
taberna. Púsome el demonio el aparejo delante los ojos, el cual, como suelen decir, hace al ladrón; y fue que había
cabe el fuego un nabo pequeño, larguillo y ruinoso, y tal que por no ser para la olla debió ser echado allí. Y como al
presente nadie estuviese sino él y yo solos, como me vi con apetito goloso, habiéndome puesto dentro el sabroso olor
de la longaniza, del cual solamente sabía que había de gozar, no mirando qué me podría suceder, pospuesto todo el
temor por cumplir con el deseo, en tanto que el ciego sacaba de la bolsa el dinero, saqué la longaniza y muy presto metí
el sobredicho nabo en el asador. El cual, mi amo, dándome el dinero para el vino, tomó y comenzó a dar vueltas al
fuego, queriendo asar al que de ser cocido por sus deméritos había escapado.
Yo fui por el vino, con el cual no tardé en despachar la longaniza, y cuando vine hallé al pecador del ciego que tenía
entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual aún no había conocido, por no lo haber tentado con la mano. Como
tomase las rebanadas y mordiese en ellas pensando también llevarparte de la longaniza, hallose en frío con el frío nabo.
Alterose y dijo:
—¿Qué es esto, Lazarillo?
—¡Lacerado de mí —dije yo—, si queréis a mí echar algo! ¿Yo no vengo de traer el vino? Alguno estaba ahí y por burlar
haría esto.
—No, no —dijo él—, que yo no he dejado el asador de la mano, no es posible.
Yo torné a jurar y perjurar que estaba libre de aquel trueco y cambio, mas poco me aprovechó, pues a las astucias del
maldito ciego nada se le escondía. Levantose y asiome por la cabeza y llegosea olerme, y como debió sentir el huelgo, a
uso de buen podenco, por mejor satisfacerse de la verdad, y con la gran agonía que llevaba, asiéndome con las manos,
abríame la boca más de su derecho y desatentadamente metía la nariz, la cual él tenía luenga y afilada, y a aquella
sazón, con el enojo, se había aumentado un palmo, con el pico de la cual me llegó a la gulilla. Con esto y con el gran
miedo que tenía y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza aún no había hecho asiento en el estómago; y lo más
principal: con el destiento de la cumplidísima nariz medio casi ahogándome, todas estas cosas se juntaron y fueron
causa que el hecho y golosina se manifestase y lo suyo fuese vuelto a su dueño. De manera que antes que el mal ciego
sacase de mi boca su trompa, tal alteración sintió mi estómago, que le dio con el hurto en ella, de suerte que su nariz y
la negra mal maxcada longaniza a un tiempo salieron de mi boca.
¡Oh gran Dios, quién estuviera aquella hora sepultado, que muerto ya lo estaba! Fue tal el coraje del perverso ciego,
que si al ruido no acudieran, pienso no me dejara con la vida. Sacáronme de entre sus manos, dejándoselas llenas de
aquellos pocos cabellos que tenía, arañada la cara yrascuñado el pescuezo y la garganta. Y esto bien lo merecía, pues
por su maldad me venían tantas persecuciones.
Contaba el mal ciego a todos cuantos allí se allegaban mis desastres, y dábales cuenta una y otra vez así de la del jarro
como de la del racimo, y agora de lo presente. Era la risa de todos tan grande, que toda la gente que por la calle
pasaba entraba a ver la fiesta; mas con tanta gracia y donaire recontaba el ciego mis hazañas, que, aunque yo estaba
tan maltratado y llorando, me parecía que hacía sinjusticia en no se las reír. Y en cuanto esto pasaba, a la memoria me
vino una cobardía y flojedad que hice, por que me maldecía: y fue no dejalle sin narices, pues tan buen tiempo tuve
paraello, que la mitad del camino estaba andado, que con sólo apretar los dientes se me quedaran en casa,y, con ser de
aquel malvado, por ventura lo retuviera mejor mi estómago que retuvo la longaniza, y, no pareciendo ellas, pudiera
negar la demanda. Pluguiera a Dios que lo hubiera hecho, que eso fuera así que así. Hiciéronnos amigos la mesonera y
los que allí estaban, y con el vino que para beber le había traído laváronme la cara y la garganta. Sobre lo cual
discantaba el mal ciego donaires, diciendo:
—Por verdad, más vino me gasta este mozo en lavatorios al cabo del año que yo bebo en dos. A lo menos, Lázaro, eres
en más cargo al vino que a tu padre, porque él una vez te engendró, mas el vino mil te ha dado la vida. —Y luego
contaba cuántas veces me había descalabrado y arpado la cara y con vino luego sanaba.
—Yo te digo —dijo— que si un hombre en el mundo ha de ser bienaventurado con vino, que serás tú. —Y reían mucho los
que me lavaban, con esto, aunque yo renegaba.
Mas el pronóstico del ciego no salió mentiroso, y después acá muchas veces me acuerdo de aquel hombre, que sin
duda debía tener espíritu de profecía, y me pesa de los sinsabores que le hice, aunque bien se lo pagué, considerando
lo que aquel día me dijo salirme tan verdadero como adelanteVuestra Merced oirá.
Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo en todo dejalle, y como lo traía pensado y lo
tenía en voluntad, con este postrer juego que me hizo afirmelo más. Y fue así que luego otro día salimos por la villa a
pedir limosna y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también llovía, y andaba rezando debajo de unos
portales que en aquel pueblo había, donde no nos mojábamos, mas como la noche se venía y el llover no cesaba, díjome
el ciego:
—Lázaro, esta agua es muy porfiada y cuanto la noche más cierra, más recia. Acojámonos a la posada con tiempo.
Para ir allá habíamos de pasar un arroyo, que con la mucha agua iba grande. Yo le dije:
—Tío, el arroyo va muy ancho, mas, si queréis, yo veo por donde travesemos más aína sin nos mojar, porque se
estrecha allí mucho y saltando pasaremos a pie enjuto.
Pareciole buen consejo y dijo:
—Discreto eres, por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo se ensangosta, que agora es invierno y
sabe mal el agua, y más llevar los pies mojados.
Yo que vi el aparejo a mi deseo, saquele de bajo de los portales y llevelo derecho de un pilar o poste de piedra que en
la plaza estaba, sobre el cual y sobre otros cargaban saledizos de aquellas casas, y díjele:
—Tío, éste es el paso más angosto que en el arroyo hay.
Como llovía recio y el triste se mojaba, y con la prisa que llevábamos de salir del agua que encima nos caía, y lo más
principal, porque Dios le cegó aquella hora el entendimiento (fue por darme de él venganza), creyóse de mí y dijo:
—Ponme bien derecho y salta tú el arroyo.
Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del poste, como quienespera tope de toro, y
díjele:
—¡Sus! Saltá todo lo que podáis, porque deis de este cabo del agua.
Aun apenas lo había acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como cabrón y de toda su fuerza arremete,
tomando un paso atrás de la corrida para hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si
diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás medio muerto y hendida la cabeza.
—¿Cómo, y olistes la longaniza y no el poste? ¡Olé! ¡Olé! —le dije yo.
Y déjole en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer y tomo la puerta de la villa en los pies de un trote, y antes
que la noche viniese di conmigo en Torrijos. No supe más lo que Dios de él hizo ni curé de lo saber.
DESPUÉS DE LA LECTURA:
Responde a las siguientes preguntas.
ESCRIBE LAS FIGURAS LITERARIAS QUE ENCONTRASTE EN EL TEXTO:
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TEMA: ¿De qué trata el fragmento de la obra “El lazarillo de Tormes”?
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SUB TEMAS:
a)………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
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b)………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
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c)………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
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IDEAS PRINCIPALES DEL FRAGMENTO: ¿Qué es lo más importante que se dice sobre el tema?
EXPLÍCITA (aparece en el texto)
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IMPLÍCITA (Se construye con la información del texto).
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¿Qué opinas del fragmento de la obra, tu que hubieras hecho en lugar de Lázaro?
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¿Qué parte te resultó divertido y por qué?
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INFORMACIÓN EXTRA
FIGURAS LITERARIAS:
Son recursos del lenguaje literario utilizados por un escritor para dar más belleza y una mejor expresión a sus palabras; es decir,
para dar mayor sentimiento a sus emociones. Ejemplos.
Símil o comparación. Consiste en establecer una relación de semejanza entre dos elementos que viene introducida por un
elemento racional explícito. “Eres fría como el viento”
Hipérbole o exageración. Tiene lugar cuando se disminuye o aumenta de manera exagerada un aspecto o característica de una
cosa. “Te amo hasta el infinito y más allá”
Paradoja. Implica el uso de ideas, expresiones o frases en las cuales hay una supuesta contradicción que, en realidad, tiene la
intención de enfatizar o darle un nuevo sentido a aquello de lo que habla. “Si anhelas la paz, prepárate para la guerra”
Personificación o antítesis. Contraposición de dos palabras o frases de significación opuesta. “Vivo sin vivir en mí, y de tal
manera espero, que muero porque no muero”
Pleonasmo. Uso y repetición de palabras innecesarias. “Temprano madrugó la madrugada”.
Epíteto. Adjetivo que destaca una cualidad implícita en el sustantivo. “Allí hay barrancos hondos de pinos verdes”
Hipérbaton. Consiste en invertir el orden habitual de las palabras. “Del salón en el ángulo oscuro” en lugar de “En el ángulo
oscuro del salón”
Sinécdoque. Asignar una palabra, un contenido más amplio que el habitual. “Tienen veinte primaveras”
Aliteración. Reiteración de sonios semejantes. “En el silencio solo se escuchaba el sonido de las abejas que susurraban”
Anáfora. Reiteración de una o más palabras. “Ha debido pasar mucho tiempo. Ha debido pasar…”

AUTOEVALUACIÓN
Competencia: Lee diversos tipos de texto en su lengua materna.
Criterios de evaluación Lo logré Estoy en ¿Qué puedo hacer
proceso para mejorar mis
aprendizajes?
¿Identifiqué información explícita (figuras literarias) en el fragmento de la obra “El lazarillo de
Tormes?
¿Deduje información importante en el fragmento de la obra “El lazarillo de Tormes?
¿Expliqué acerca de la información del texto, la intención del autor y el tipo de texto
contrastándola con mi experiencia?
¿Opiné sobre el contenido del fragmento de la obra “El lazarillo de Tormes”.?
ESCRIBIMOS UN TEXTO EXPOSITIVO SOBRE EL RENACIMIENTO ESPAÑOL

PROPÓSITO DE APRENDIZAJE. Redactar un texto expositivo: díptico acerca del


EVALUACIÓN
Renacimiento español, contexto histórico social, representantes y producciones.
INSTRU
EVIDENCIA DE MENT
COMPETENCIAS / CAPACIDADES DESEMPEÑOS PRECISADOS/CRITERIOS
APRENDIZAJE EVALUA
CIÓN
Escribe diversos tipos de textos en Adecúa sus ideas en torno al tema del Renacimiento Presentación de
su lengua maternal. español, contexto histórico social, representantes y un díptico (texto
producciones literarias. expositivo)
Adecúa el texto a la situación Escribe y desarrolla las ideas en el díptico (texto acerca del
comunicativa. expositivo) coherente y cohesionada, con relación al Renacimiento
Organiza y desarrolla las ideas de tema. español,
Lista de
forma coherente y cohesionada. Utiliza recursos gramaticales y ortográficos para contexto
cotejo
Utiliza convenciones del lenguaje articular las ideas y contribuir al sentido del texto histórico social,
escrito de forma pertinente. expositivo (díptico) representantes
Reflexiona y evalúa la forma, el Reflexiona y evalúa de forma permanente la validez y producciones
contenido y contexto del texto escrito. de la información, la coherencia y la cohesión textual, literarias.
así como realiza ajustes a la primera versión, hace
correcciones, la edita para publicarla.
¿Qué es un texto expositivo?

¿Qué es un díptico?
Es un tipo de folleto que puede contener gráficos, ilustraciones, letras de diferentes tamaños y colores, se utiliza para presentar
información. El texto que contiene es discontinuo porque combina imágenes. Se trata de una hoja doblada en dos, lo que nos deja
cuatro caras para poner información objetiva y verídica. En nuestro díptico colocaremos información sobre la literatura
renacentista española, contexto histórico social, características, representantes y producciones literarias.
Puedes organizar tu díptico guiándote con el siguiente orden, el cual tendrá:
Portada, donde colocarás el título y la imagen principal, ésta es la primera página de tu díptico.
Interior, aquí escribirás la introducción y desarrollarás el tema y los subtemas que van a abordar; es decir el contexto histórico
cultural y las características del Renacimiento español. Esta parte ocupará las páginas 2 y 3 de tu díptico.
Contraportada, donde colocarás los representantes con sus respectivas producciones literarias.

Te puedes apoyar en la información que se presenta en el siguiente cuadro para redactar la introducción, el desarrollo y la
conclusión o conclusiones.
PARTES DE UN Introducción Señalar el tema que se presentará.
TEXTO EXPOSITIVO Desarrollo Presentar la información que se quiere transmitir.
Conclusión Colocar un resumen de las ideas desarrolladas.

LITERATURA DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL


¿Qué es el Renacimiento?
El Renacimiento es la denominación que recibe un movimiento cultural producido en Europa Occidental durante los siglos XV
y XVI, transición entre la Edad Media y la Edad Moderna.
Durante el Renacimiento, destacaron las artes, aunque también se introdujeron ciertas innovaciones y renovaciones en las
ciencias (humanas y naturales). La ciudad italiana de Florencia fue donde se originó este movimiento, que posteriormente se
extendió por toda Europa y, por supuesto, por España.
A grandes rasgos, podríamos decir que el Renacimiento fue un período caracterizado por el humanismo, que determinó una
nueva concepción del hombre y del mundo, sin dejar atrás la reivindicación de lo clásico (la cultura clásica griega y romana)
después de varios siglos de predominio del dogmatismo medieval: se pasa del teocentrismo, donde Dios es el centro de todo,
al antropocentrismo, el hombre es quien ocupa ahora el lugar principal en todos los campos (artes, filosofía, ciencias y
política).
El humanismo fue el eje en torno al cual giró la literatura renacentista, movimiento según el cual el ser humano destacaba
sobre cualquier otro aspecto, incluido la religión.
El Renacimiento coincidió con la invención de la imprenta por parte de Gutenberg, gracias a la cual se facilitó el acceso a la
literatura, lo que implicó que la sociedad se preocupara más por la ortografía y la gramática.
La literatura renacentista tomó como fuente de inspiración los clásicos grecolatinos y la filosofía neoplatónica que apareció
y se cultivó en Italia durante estos siglos.
Como ya dijimos antes, la influencia mayor procedía de Italia, destacando como precursores de este movimiento
renacentista: Dante, Petrarca y Boccaccio. De este modo, surgieron en todos los países numerosos autores muy famosos
hoy en día:
 Italia: Matteo Maria Boiardo, Ludovico Ariosto, Jacopo Sannazaro, Angelo Poliziano o Pietro Bembo, entre otros.
 Francia: François Rabelais, Pierre de Ronsard, Michel de Montaigne o Joachim du Bellay.
 Alemania: Ulrich von Hutten, Sebastian Brant y Hans Sachs.
 Inglaterra: Tomás Moro, Edmund Spenser, Michael Drayton, George Chapman o Thomas Wyatt.
¿Cómo fue el Renacimiento literario en España?
Ahora te preguntarás que qué ocurrió en España. Pues bien, en España se experimentó durante el Renacimiento el
famoso Siglo de Oro, que se prolongó hasta el siglo XVII, con figuras destacadas como Garcilaso de la Vega, Fray Luis de
León, San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús, despuntando, por supuesto, nuestro Miguel de Cervantes y su
eterno Don Quijote.
Como ya hemos comentados, los autores renacentistas adoptaron como modelos a los autores de la antigüedad clásica y a los
italianos medievales Dante, Petrarca y Boccaccio.
Descubre cómo se originó y afianzó el castellano gracias a la literatura de la Edad Media.
La invención de la imprenta supuso toda una revolución para la literatura.
En España, el movimiento fue introducido por los humanistas Erasmo de Róterdam, Antonio de Nebrija y Juan Luis Vives,
quienes estudiaron la cultura clásica.
La Edad Media fue una época teocentrista donde se veneraba a Dios. Sin embargo, el Renacimiento supuso un cambio del
centro del mundo, ya que pasó a ser el ser humano y los poetas y autores literarios pasaron a tratar temas como el amor
humano, la naturaleza, las guerras, la política o la filosofía.
En España, encontramos dos precursores de la poesía renacentista: el Marqués de Santillana y Jorge Manrique.
¿Sabías que hay tutoriales en internet que te pueden servir de introducción a la literatura española durante el Renacimiento?
Aquí te dejamos un vídeo a modo de ejemplo:
¿Qué géneros literarios se cultivaron en el Renacimiento español?
Como te imaginarás, durante este período literario, se cultivaron la poesía, la prosa y el teatro, aunque también tuvo mucha
importancia la literatura religiosa, como veremos a continuación.
No obstante, antes te dejamos un cuadro a modo de síntesis de las características generales de la literatura
renacentista en España:
 Referencia de autores de la antigüedad clásica: Platón, Cicerón, Ovidio, Séneca, etc.
 El ideal de la belleza se identifica con la perfección. Se rinde culto a la belleza.
 Ausencia de expresiones violentas y emociones fuertes: predomina el decoro y la sencillez.
 Introspección en el mundo interior del ser humano de la mano del antropocentrismo.
 Secularización de la cultura y de las ciencias.
 Importancia de la ascética y de la mística.
 Amor por la lengua vernácula.
 Se afianza la lengua castellana: La Gramática de la lengua castellana de Antonio Nebrija (1492).
Poesía renacentista
La lírica renacentista se originó a partir de la tradición, donde se perpetúan las temáticas y las formas de la lírica de la Edad
Media: lírica popular y oral (canciones de amor, villancicos, etc.), lírica no escrita (romancero), lírica culta y lírica cortesana
trovadoresca (cancioneros). Asimismo, su origen también se basó en la corriente petrarquista y de influencia italiana que en
España llegó de la mano de Boscán y Garcilaso de la Vega (la lírica provenzal).
Entre las características de la poesía renacentista encontramos el uso natural de la lengua; los temas como el amor
platónico, la naturaleza, el bucolismo, la belleza femenina o la mitología. Los tópicos renacentistas que se tomaron del
mundo clásico fueron:
 Carpe Diem («Disfruta el momento»): disfrutar de la vida antes de la llegada de la vejez.
 Beatus Ille («Dichoso aquel (que)...»): alabar la vida del campo frente a la vida de la ciudad.
 Locus amoenus («Lugar idílico»): describir una naturaleza perfecta e idílica, se idealiza la realidad.
 Tempus fugit («Tiempo que corre»): aprovechar la vida porque el tiempo vuela.
Entre los máximos exponentes de este género, encontramos a Garcilaso de la Vega (1501-1536), Cristóbal de Castillejo (1490-
1550) y Juan Boscán Almogaver (1493-1542), a quienes veremos a continuación.
La literatura religiosa en el Renacimiento español
El Renacimiento impone una separación entre lo natural y lo sobrenatural. De ahí que surjan autores que
expresan sentimientos religiosos (en verso y prosa) como San Juan de la Cruz y su Cántico espiritual.
Surge así una literatura que expresan las vivencias religiosas de la época a través de la Ascética y de la Mística.
La ascética busca la perfección de las personas mediante el cumplimiento de las obligaciones cristianas y la instrucción. Por
su parte, la mística busca expresar los prodigios que ciertos privilegiados han experimentado en su alma al entrar en
comunicación con Dios.
La prosa renacentista
Dentro de este género, encontramos una serie de subgéneros narrativos que destacan:
Novela pastoril. Este subgénero épico, cuyo origen reside en Italia, tuvo mucho éxito durante el siglo XVI y XVII. La primera
obra española de este subgénero fue La Diana de Jorge de Montemayor. Este subgénero será el que posteriormente cultiven
autores tan célebres como Lope de Vega (La Arcadia) o Miguel de Cervantes (La Galatea).
Prosa didáctica y religiosa. La literatura religiosa experimentó su mayor auge durante la segunda mitad del siglo XVI, en
parte debido al espíritu religioso del monarca de la época (Felipe II), a la Contrarreforma y a las costumbres. Como exponente
de este subgénero destaca Santa Teresa de Jesús, que, en comparación con San Juan de la Cruz, cultivó más la prosa.
¿Sabías que después del Renacimiento, se sucedió el período del Barroco español literario?
Escritores del Renacimiento Español
Garcilaso de la Vega (1501-1536)
De la obra de Garcilaso de la Vega, escrita entre 1526 y 1535, se conserva muy poco. Esta fue publicada a título póstumo
junto con la de su amigo Juan Boscán, bajo el título de Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega (1543),
libro que dio el pistoletazo de salida al Renacimiento literario en España. Sin embargo, es probable que antes hubiera
escrito poesía de corte tradicional, y que fuese ya un poeta conocido.
Muchas de las composiciones de Garcilaso muestran la pasión del poeta por la dama portuguesa Isabel Freyre, a quien el
poeta conoció en 1526 y cuya muerte, unos años después, le afectó profundamente.
Escribió cuarenta sonetos y tres églogas que tratan sobre el dilema entre la pasión y la razón, muy característico de la poesía
de Petrarca; al igual que este último, Garcilaso recurre en estos poemas al paisaje natural como correlato de sus sentimientos.
Por otro lado, las imágenes y el tipo de léxico que utiliza dejan traslucir la influencia de Ausiàs March.
Además, escribió cinco canciones, dos elegías, una epístola a Boscán y tres odas latinas, inspiradas en la poesía de Horacio
y Virgilio.
Cristóbal de Castillejo (1490-1550)
Este destacado poeta del Renacimiento español propulsó una renovación poética basada en el octosílabo, ya que creía
innecesaria la importación de los metros italianos que llevaron a cabo Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Diego Hurtado de
Mendoza.
Castillejo reunió toda su obra en tres grupos: Obras de amores, Obras de conversación y pasatiempo y Obras morales y de
devoción.
 En el primer grupo la mayoría de las composiciones trataban sobre el amor platónico de Castillejo hacia la
dama Ana de Schaumburg, pero también aparece una tal Ana de Aragón.
 Entre las Obras de conversación destacan los diálogos en verso, por ejemplo, el Diálogo que habla de las
condiciones de las mujeres, antifeminista, o el Diálogo entre el autor y su pluma.
 En el tercer grupo se incluyen más diálogos: Diálogo entre la memoria y el olvido, Diálogo entre la verdad y la
lisonja y el Diálogo y discurso de la vida en corte, quizá su obra más personal.
Juan Boscán (1493-1542)
A Juan Boscán, poeta y traductor catalán del Renacimiento, se le debe la introducción en la lírica castellana de la métrica y la
versificación italianas, para la que contó enseguida con la aprobación de Garcilaso de la Vega, amigo de Boscán.
Una de sus obras más importantes es el poema clásico Hero y Leandro, el primero que trata de temas legendarios y
mitológicos clásicos y escrito en endecasílabos blancos. Boscán incorporó nuevas formas, como la elegía, la epístola en
tercetos y el uso de la octava real en poemas de mayor extensión.
Al igual que Garcilaso, Boscán combinó con gran acierto en su lírica las imágenes puras de Petrarca con las imágenes un poco
más rudas de Ausiàs March. Junto a su obra poética, hay que citar la traducción al español de El cortesano, de Baltasar
Castiglione, publicada en el año 1534.
San Juan de la Cruz (1542- 1591)
San Juan de la Cruz es considerado uno de los mayores poetas españoles de la época y como el máximo exponente de la
poesía mística, a pesar de que se conservan pocos versos suyos y fueron publicados de forma póstuma. Se cree que,
durante los ocho meses que pasó en prisión en 1577 como consecuencia de sus intentos de reforma de la orden de los
carmelitas, donde estuvo en completo aislamiento y sometido a crueles interrogatorios, elaboró sus llamados poemas
mayores: Llama de amor viva, Cántico espiritual y Noche oscura.
En estos poemas, que están íntimamente relacionadas entre sí, san Juan de la Cruz resumió sus propias vivencias
personales, centradas en su deseo continuo de que su alma alcanzase la unión ideal con su Creador. Así, estas tres
composiciones, de un modo u otro, describen el ascenso místico del alma hacia Dios.
San Juan de la Cruz, máximo exponente de la poesía mística.
De estos tres poemas mayores, Cántico espiritual es la obra más compleja y amplia de todas en la que recrea, a modo de
égloga, el Cantar de los Cantares para detallar los diferentes caminos que recorre el alma hasta conseguir unirse con la
divinidad. A lo largo de cuarenta liras, el autor detalla la búsqueda del Esposo (Dios) por parte de su esposa (el alma), que
pregunta por él a las criaturas de la naturaleza. Una vez que lo encuentra, se sucede un diálogo amoroso que culmina con
la unión de los dos amantes.
Lo que mejor caracteriza la poesía de san Juan de la Cruz es su extraordinaria intensidad expresiva, consecuencia de la
perfecta adecuación y el equilibrio de cada una de sus imágenes. Su poesía goza de un singular equilibrio entre sus imágenes
sensuales y el impulso ascético que la inspiró, y hace de ella una de las cumbres de la lírica renacentista en lengua
castellana.
¿Cuáles fueron las principales obras de la literatura renacentista española?
Como has visto, fueron muchos los autores renombrados que destacaron durante esta época. Sin embargo, si tenemos que
quedarnos con una de las obras más representativas de esta época, destacaríamos la siguiente, como máximo exponente de
la novela picaresca:
El Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes o La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades es una obra breve que se escribió en
el año 1554 y cuyo autor es anónimo. Esta obra se encuentra dentro del género de la picaresca, que surgió en esta época
también.
Es un relato en el que Lázaro nos cuenta en primera persona la historia de su vida desde su infancia. Tras la muerte de su
padre, su madre lo pone al servicio de un amo ciego. Después del ciego, que quizás es el más conocido, Lázaro pasa por un
total de nueve amos, entre ellos un escudero, un fraile y un clérigo.
El protagonista intenta justificar la vida del pícaro a través de los diferentes amos que tiene y sus fortunas y adversidades. A lo
largo de sus sucesivos amos, Lázaro va aprendiendo y el autor los utiliza principalmente para hacer una crítica social y
denunciar las clases sociales, sobre todo el clero.
«Carpe diem»: disfruta el aquí y el ahora.
Lazarillo de Tormes tiene lugar en el siglo XVI, durante el reinado de Carlos I de España y V de Alemania. Mientras el rey se
esforzaba por anexionar más territorios y aunarlos bajo su dominio, la sociedad era cada vez más pobre y luchaba contra el
hambre y la miseria. Asimismo, el honor se valoraba por el dinero o las apariencias. Con esta obra, el autor pretende mostrar la
verdadera cara de la sociedad del momento.
A lo largo de la novela aparecen diferentes temas sobre la realidad de la época. Lázaro le muestra al lector el lado más cruel
de la sociedad. Estos son los temas más importantes que se critican en el libro:
El hambre, la miseria y la lucha por la supervivencia: es uno de los temas más importantes que aparecen en la novela y
uno de los problemas más graves de la sociedad de la época. Este tema es tan importante en la novela porque el hambre hace
que Lázaro pase de ser un niño inocente a un joven pícaro, puesto que la miseria y la lucha por conseguir comida y por la
supervivencia lo transforman en una persona astuta.
Mendicidad: directamente relacionado con el hambre, el aumento de la mendicidad también formaba parte de la realidad
social española de la época. El propio Lázaro tiene que ganarse la vida como mendigo cuando está al servicio del ciego, y
posteriormente en varias ocasiones cuando se queda sin amo.
El honor y la honra: en la novela siempre aparece como telón de fondo el honor, que durante esta época estaba relacionado
con el linaje. Por tanto, la dignidad y la honradez dependían de la familia a la que se pertenecía y era casi imposible ascender
de clase social. En aquella época se excluía a los conversos, los sucesores de moros y judíos, por lo que la limpieza de sangre
también era una de las grandes obsesiones de esta sociedad.
El Lazarillo de Tormes no solo es una de las obras más importantes del renacimiento español, sino de la literatura española.
La avaricia y la corrupción del clero: como hemos dicho, la obra hace una crítica social y denuncia sobre todo al clero. Los
miembros de la iglesia con los que Lázaro tiene diferentes experiencias durante la novela, en lugar de ser agradecidos y
caritativos, como se podría esperar, son avariciosos, hipócritas, egoístas y corruptos.
Las apariencias: este también es un tema que aparece continuamente en la novela. El ciego se aprovecha de su
discapacidad para engañar a los demás; el clérigo predica bondad, pero maltrata a Lázaro; el escudero se hunde en la miseria,
pero finge tener dinero. Todos demuestran que la realidad no es lo que parece.
El abandono y la soledad: Lázaro es abandonado y entregado a un amo, por lo que es un niño que vive continuamente en un
estado de soledad. Aunque sus amos lo acompañan, en realidad el protagonista de la novela es un niño huérfano y solitario
que no puede confiar en nadie.
El egoísmo: otro tema que queda claro en esta novela es que todo el mundo piensa en lo que es mejor para uno mismo sin
tener en cuenta a los demás.
Finalmente, como podrás ver, Cervantes y otros autores de su época se catalogan dentro de la literatura del Renacimiento
español; no obstante, se incluyen dentro de la literatura del Siglo de Oro español, que se corresponde con el siglo XVII, fuera
del movimiento renacentista a nivel mundial, pero dentro del movimiento renacentista en España, ya que perduró en España
durante un poco más de tiempo. Si no eres nativo y quieres aumentar tu nivel de español para poder comprender a la
perfección las obras literarias de la historia, quizá quieras empezar por unas cuantas clases de lengua para ponerte en
sintonía con el idioma de Cervantes.
MOMENTOS DE LA ESCRITURA:
I. PLANIFICACIÓN.
Ahora, elabora tu plan de escritura. Ten presente el propósito por el cual estás escribiendo y construyendo un
díptico, si consideras que necesitas otras preguntas, agrégalas.
Plan de escritura de mi díptico sobre la
Literatura Renacentista
¿Para qué escribiré mi díptico? ………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………..………………………
………………………………………………….…
¿A quién estará dirigido mi díptico? ………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………
¿Cuáles son las informaciones que presentaré en ………………………………………………………………………………………………………
mi díptico? ………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………
¿Cuáles son las imágenes que consideraré en ………………………………………………………………………………………………………
mi díptico? ………………………………………………………………………………………………………
……………………………………………..………
¿Qué tipo de lenguaje utilizaré en mi ………………………………………………………………………………………………………
redacción? ………………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………
II. TEXTUALIZACIÓN. Escribe tu díptico y presenta la versión preliminar ante los integrantes de tu familia y
pregúntales, ¿cómo puedo mejorar mi díptico? Coméntales para qué lo estás escribiendo, así te podrán
recomendar y opinar sobre tu trabajo. Para redactar tu díptico, puedes ayudarte con el siguiente ejemplo:

Fuente: shutterstock.com
Introducción: Se presenta el tema.

Fuente: shutterstock.com

Subtema 1

Fuente: shutterstock.com

Fuente: shutterstock.com

En este espacio en blanco redacta el primer borrador de tu díptico… el segundo borrador y la edición final lo
harás en una hoja suelta y adjuntarás a la presente carpeta.
III. REVISIÓN.
Revisa y corrige tu díptico, para ello utiliza la lista de cotejo con los criterios de evaluación. A la par que vas revisando, vas anotando o
marcando lo que es necesario corregir. Para esto, también te será de mucha ayuda tener a la mano tu plan de escritura y todos los insumos que
has utilizado para escribir tu díptico.
Instrumento de evaluación para hacer seguimiento a la elaboración del díptico:
Criterios de evaluación Lo logré Estoy en ¿Qué puedo hacer
proceso para mejorar mis
aprendizajes?
¿Mi díptico responde al propósito planteado en la planificación?
¿He considerado la estructura y la organización que planifiqué para mi díptico?
¿La información sobre la literatura renacentista española, es motivadora para el
público lector?
¿El lenguaje utilizado se adecúa a los destinatarios?
¿Las ideas de mi díptico se presentan con cohesión y coherencia?
¿Usé adecuadamente los recursos ortográficos?
¿Las imágenes se relacionan con la información que presento?

IV. EDICIÓN:
Luego de haber revisado detenidamente tu díptico, pasa en limpio (en otra hoja) para que esté listo y puedas presentarlo de manera oral.
V. PUBLICACIÓN:
La publicación se hará mediante la grabación de un video.
PRESENTAMOS NUESTRO DÍPTICO SOBRE LA LITERATURA DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL
PROPÓSITO DE APRENDIZAJE: Presentación oral del texto expositivo (díptico) acerca del
EVALUACIÓN
Renacimiento español, contexto histórico social, representantes y producciones literarias.
INSTRUM
EVIDENCIA DE ENT
COMPETENCIAS / CAPACIDADES DESEMPEÑOS PRECISADOS/CRITERIOS
APRENDIZAJE EVALUA
CIÓN
Se comunica oralmente en su Adecúa el díptico a la situación comunicativa de Un vídeo
lengua materna. acuerdo con el propósito comunicativo al dar a conocer presentando
Obtiene información del texto oral. información sobre el Renacimiento Español. una exposición
Infiere e interpreta información del texto Organiza y desarrolla las ideas del díptico sobre el del díptico
oral. Renacimiento Español. acerca del
Adecúa, organiza y desarrolla las ideas de Utiliza recursos no verbales y paraverbales de forma renacimiento
Lista de
forma coherente y cohesionada. estratégica para comunicar las ideas del díptico sobre español.
cotejo
Utiliza recursos no verbales y paraverbales el Renacimiento Español.
de forma estratégica. Reflexiona y evalúa la forma, el contenido y el
Interactúa estratégicamente con distintos contexto del díptico sobre el Renacimiento Español.
interlocutores.
Reflexiona y evalúa la forma, el contenido y
contexto del texto oral.
¿QUÉ ES LA EXPOSICIÓN ORAL?
Es la presentación ordenada de ideas que una oradora o un orador realiza ante un auditorio formado por una o varias
personas con el objetivo de informar sobre un tema que se ha investigado y se tiene una información útil la expositora o el
expositor suele apoyarse en el lenguaje gestual para reforzar o enfatizar sus ideas.
Estructura de la exposición oral
INTRODUCCIÓN DESARROLLO CONCLUSIÓN
Se saluda y se anuncia o presenta el tema Donde se explica, describe y Corresponde al cierre del tema
el cual sienta las bases para el posterior ejemplifica el tema con ideas donde se resume la información.
desarrollo. principales y secundarias.
1. ANTES DE NUESTRA EXPOSICIÓN ORAL.
CUADRO 01
Ficha de planificación de mi exposición oral
Preguntas orientadoras para la planificación Responde de acuerdo a lo que deseas comunicar
¿Cuál será el propósito de mi exposición? Explicar, informar,
convencer, persuadir
¿Cuál será el tema de mi exposición?
¿Cuánto durará mi exposición? ¿03, 05 u 08 minutos?
¿A quiénes estará dirigida mi exposición, es decir, cuál será el
auditorio? ¿Quiénes me escucharán? ¿En qué lugar de mi casa
realizaré la exposición oral?
De acuerdo al auditorio al que me voy a dirigir, ¿qué registro del
lenguaje debo utilizar: formal o informal?
¿De qué manera podría captar la atención de los integrantes de mi
familia? Podríamos plantear una pregunta que lleve a la reflexión
desde el inicio; presentar la cita de una fuente reconocida, que sea
impactante; compartir una historia personal o presentar una imagen
llamativa.
¿Se responderán a preguntas de los integrantes de mi familia al
finalizar mi exposición?
¿Qué recursos no verbales y paraverbales usare en mi exposición
oral?
Recursos no verbales
• Cinésicos (gestos, posturas, sonrisas, miradas, etc.)
• Proxémicos (distancias, desplazamientos, etc.)
• Recursos paraverbales
• Volumen, intensidad, pausas, silencios, tono, timbre de voz.
¿Qué recursos de apoyo podría utilizar para el desarrollo de mi
exposición? Diapositivas, papelotes, etc.
2. DURANTE LA EXPOSICIÓN ORAL.
Presentarás la exposición oral en función a la secuencia de la exposición oral (cuadro 2), procederás con la grabación de
la exposición oral a través de un video. Puedes utilizar cualquier aplicativos, para ello debes considerar lo siguiente:
a. Elije un programa para grabar.
b. Busca un espacio adecuado en tu casa.
c. Ten a la mano el díptico (versión final), que contiene toda la secuencia para su desarrollo.
d. Lee la secuencia de la exposición oral, con el fin de considerar en el proceso de grabación los aspectos que se debe
presentar.
e. Graba el video. Cuida con especial atención la dicción (articulando las palabras claramente para que se entienda con
claridad lo que dices), el tono (el timbre de la voz, que puede ser de alegría, tristeza, enojo, etc.) y la intensidad (es decir,
el volumen de voz adecuado para que te escuchen con claridad).
f. Ensaya antes de grabar, para sentir mayor seguridad y confianza.
g. Graba la primera versión.
CUADRO 02
SECUENCIA DE LA EXPOSICIÓN ORAL
A partir de las interrogantes, podemos plantear lo que ¿Qué le diremos al auditorio?
vamos a decir en nuestra presentación.
INTRODUCCIÓN
¿Cómo realizaré la presentación ante mi familia? ¿Daré a
conocer el tema de la exposición? ¿Saludaré?
¿Qué podemos decir del Contexto histórico
social de la literatura Renacentista?
DESARRO ¿Qué Características presenta la literatura
LLO Renacentista?
¿Quiénes son los principales representantes
y cuáles son sus respectivas producciones
literarias?
CONCLUSIONES Y CIERRE
¿Qué ideas más importantes de todo lo expuesto podría
mencionar? ¿Será importante despedirme amablemente del
auditorio?
3. DESPUÉS DE LA EXPOSICIÓN ORAL.
a. Escucha atentamente la primera versión y verifica si estas considerando todos los aspectos que debe presentar el díptico
(usa el cuadro 03)
b. Mejora los aspectos que consideres necesarios.
c. Corrige las omisiones o falencias que hayas identificado y graba la versión final.
CUADRO 03
FICHA PARA REVISAR LA EXPOSICIÓN ORAL
ASPECTOS A REVISAR SI NO
ESTRUCTURA

INTRODUCCIÓN O PRESENTACIÓN
¿Me presenté ante el auditorio?
¿Mencioné con claridad el tema de la exposición?
¿Plantee una pregunta movilizadora para captar la atención del auditorio?
¿Utilicé los recursos de apoyo para la introducción, por ejemplo mi carpeta de recuperación pedagógica o mi
díptico?
DESARROLLO DEL CONTENIDO
¿Presenté la secuencia del díptico: portada, interior y la contraportada?
¿Utilicé los recursos de apoyo para el desarrollo, por ejemplo mi carpeta de recuperación pedagógica?
¿Utilicé recursos verbales y para verbales, varié el tono de voz, volumen y gestos de acuerdo a lo que me propuse
comunicar?
DESPEDIDA O CIERRE
¿Presenté las ideas más importantes de mi exposición?
¿Respondí a preguntas planteadas por el auditorio?
¿Agradecí al auditorio por la atención brindada?
¿Utilicé recursos verbales y para verbales, varié el tono de voz, volumen y gestos de acuerdo a lo que me propuse
comunicar?
¿Usé algún programa para la grabación de mi exposición?
¿Utilicé un guión como documento de planificación, apoyo y orientación durante el desarrollo de la exposición?

Ayacucho, 23 de diciembre de 2022

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