Está en la página 1de 30

1

no es por groseras aproximaciones"1

Max agregaba.
El punto de partida de Max Weber
(1864-1920), su contemporá neo, fue
precisamente el criticado por Du-

Weber
rkheim. Si éste construye el objeto de
la sociología desde la exterioridad y
la coacció n de lo social sobre el indi-
viduo, Weber considerará como uni-
dad de análisis a los individuos, pre-
cisamente porque son los ú nicos que
pueden albergar fines, intenciones,
en sus actos. Se trata, por lo tanto, de
dos caminos metodoló gicos inversos,
LA SOCIOLOGÍA CLÁSI- producto de dos tradiciones cultura-
CA: les opuestas -el naturalismo positi-
vista en Durkheim; el historicismo en
DURKHEIM Y WE- Weber- que, sin embargo, se reen-
cuentran en la consideració n sobre el
BER. papel que el sistema de valores y el
orden normativo juegan en el com-
portamiento humano.
Talcott Parsons, quien con su teoría
de la acció n intentó construir la sínte-
Juan Carlos Pontan- sis de los temas de la sociología clá si-
tieroi ca, lo señ ala lú cidamente: "a pesar de
sus diferencias -la absorció n de We-
ber en los problemas de la diná mica
social y la casi completa indiferencia
de Durkheim hacia ellos; la preocupa-
ció n de Weber por la acció n y la de
Durkheim por el conocimiento de la
realidad- sus resultados son casi
idénticos en el esquema conceptual
bá sico al que llegan. La identidad se
aplica a, cuando menos, dos puntos
estratégicos: la distinció n entre los
motivos morales y no morales de la
acció n en relació n con las normas y la
Weber: distinció n entre la calidad de las nor-
mas como tales (Weber, legitimidad;
Racionalidad y dominación Durkheim, autoridad moral) y el ele-
mento má s amplio del que ésta es
Durkheim, en su introducció n a El una manifestació n: Weber, carisma;
suicidio, advertía sobre el error de Durkheim, sacralidad."2
definir socioló gicamente ese acto a La trama del discurso teó rico de We-
partir de la voluntad de quien lo co- ber es, pese a ello, distinta a la de Du-
mete. La intencionalidad de los acto- rkheim: Weber es tanto un historia-
res es un inobservable y, por lo tanto,
no puede ser base de la ciencia: "la 1
Emile Durkheim, El suicidio, Buenos Aires,
intenció n es cosa demasiado íntima Schapire, 1965, pág. 13
2
para poder captarla desde afuera si Talcott Parsons, La estructura de la acción so-
cial, Madrid, Guadarrama, 1968, tomo II, pág.
816.
2

dor y un científico de lo político como El análisis de los orígenes y las carac-


un soció logo y esto se reflejará en sus terísticas del capitalismo le permite a
preocupaciones temá ticas y en su Weber desplegar sus críticas al mar-
método de investigació n, radicalmen- xismo economicista. Segú n su punto
te distinto a los de Durkheim. de vista, condiciones histó ricas para
Weber está trabajado por una doble el capitalismo, entendido como "sis-
determinació n. Por un lado, la vigen- tema de empresas lucrativas unidas
cia en Alemania de la discusió n sobre por relaciones de mercado", han exis-
el status científico del estudio de lo tido en numerosas oportunidades.
social, expresada en la ya comentada Sin embargo, tal sistema só lo se desa-
dicotomía entre "ciencias de la natu- rrolla en plenitud en la Europa de los
raleza" y "ciencias del espíritu". El in- siglos XV y XVI. La razó n de ello es
tentará superar esa polémica, pero que, en ese momento, a los datos eco-
no a la manera durkheimiana, es de- nó micos que ya habían aparecido en
cir, naturalizando a la sociedad para otras etapas de la humanidad, se su-
transformar así a la sociología en una mó la aparició n de una ética, la pro-
ciencia empírica, sino diseñ ando un testante, que favorecía en el nivel in-
método de tipo histó rico-comparati- dividual el desarrollo de comporta-
vo que le permita recuperar a la vez mientos acordes con el espíritu de lu-
la particularidad y la universalidad cro y las relaciones de mercado.
del hecho social. Eso no había existido en China ni en
Pero la segunda determinació n que la India, sociedades en las que se ha-
opera sobre Weber tendrá quizá s bían dado en ciertas épocas condicio-
má s importancia como estímulo para nes econó micas y sociales similares a
su labor específica. En el momento en las europeas de 1400. De tal modo, la
que él madura su obra, el peso de la ética protestante (entendiendo a la
orientació n marxista es grande en ética como un sistema de valores y de
Alemania, mientras en Francia es casi normas de conducta derivadas) apa-
nula. Weber "dialoga" permanente- rece como el factor principal para ex-
mente con Marx o, mejor, con el mar- plicar el origen del capitalismo.
xismo vulgar de tipo economicista, al El método por el cual llega Weber a
que trata de superar, pero teniéndolo aislar la causa fundamental del capi-
permanentemente como interlocutor talismo es el histó rico-comparativo.
intelectual. Se ha dicho que el objeti- Si, comparando sociedades diferen-
vo de Weber era completar la imagen tes, logramos igualar las principales
de un materialismo econó mico con variables -econó micas, sociales, polí-
un materialismo militar y político; el ticas, culturales, etc.- que aparecen en
tema central que le permitirá poner ellas, quedando una y solo una cuyas
en prá ctica esa propuesta es el origen características no son compartidas
y el carácter del capitalismo, preocu- por la totalidad, queda claro que es la
pació n absorbente en la obra webe- decisiva para explicar la diferencia
riana. específica. Sería el caso del papel que
En efecto, ese es su tema central y él juega la ética protestante en los orí-
aparece tanto en La ética protestante genes del capitalismo como sistema
y el espíritu del capitalismo (1904- social.
1905) como en la Historia económica El aná lisis histó rico pasa a ser socio-
general, publicada en 1924, cuatro ló gico cuando el científico construye,
añ os después de su muerte. Su obra a partir de la realidad, conceptos-tipo
fundamental -también pó stuma- Eco- o tipos-ideales. "se obtiene un tipo
nomía y Sociedad (1922) es una mo- ideal -explica- al acentuar unilateral-
numental síntesis conceptual en la mente uno o varios puntos de vista y
que su teoría sustantiva aparece enri- encadenar una multitud de fenó me-
quecida por una abrumadora erudi- nos aislados, difusos y discretos, que
ció n histó rica. se encuentran en gran o pequeñ o nú -
3

mero y que se ordenan segú n los pre- lonamiento ló gico que opera por adi-
cedentes puntos de vista elegidos ció n. El capítulo primero de Econo-
unilateralmente para formar un cua- mía y Sociedad actú a en ese sentido
dro de pensamiento homogéneo". como un largo pró logo imprescindi-
Pero el punto de partida para esta ble para comprender luego el derro-
construcció n es el actor y la acció n tero total del texto. Pero, pese al gra-
social; las relaciones sociales y los do de abstracció n alcanzado, el pen-
hombres interactuando. A diferencia samiento weberiano no tiene nada de
de Durkheim, no la sociedad naturali- gratuito. Tanto como una sociología
zada sino el comportamiento indivi- hay en él una filosofía de la historia,
dual. La sociología es, de tal modo, recorrida por una idea-fuerza, la de la
"una ciencia que pretende entender, racionalidad. El desarrollo del hom-
interpretá ndola, la acció n social, para bre es el de una creciente racionali-
de esa manera explicarla causalmen- dad en su relació n con el mundo.
te en su desarrollo y efectos"3. El Es- Las regularidades en la conducta hu-
tado, la familia, cualquier formació n mana se deben principalmente al re-
social, deja de existir socioló gicamen- conocimiento por los actores de la
te cuando no existen relaciones socia- existencia de un orden legítimo que
les que le dan sentido. les otorga validez. Esa legitimidad –
La característica bá sica de la vida so- tan parecida como acota Parsons a la
cial es la orientació n de las acciones "autoridad moral" que respalda a los
humanas hacia la consecució n de de- comportamientos en Durkheim- pue-
terminados fines a través de la utili- de estar garantizada por la tradició n,
zació n de medios adecuados racio- por la entrega afectiva, por el acata-
nalmente para conseguirlos. Este se- miento a valores absolutos o por la
ría el caso extremo de la acció n racio- adhesió n a la legalidad estatuida po-
nal de acuerdo a fines, pero Weber sitivamente.
reconocía otros tres tipos de compor- Esta ú ltima es la legitimidad contem-
tamientos probables: la acció n tradi- porá nea, sobre la que se construye el
cional, la acció n afectiva y la acció n moderno tipo de dominació n, legal y
con arreglo a valores. La centralidad burocrá tica, racional.
analítica de la acció n con arreglo a fi- Racionalidad y dominació n burocrá ti-
nes surge de la metodología propues- ca, impersonal, son dos temas co-
ta para la construcció n de tipos idea- nexos. El capitalismo realiza ambos
les (que siempre son tipos de acció n): supuestos y los lleva a su grado má xi-
para explicar un comportamiento po- mo. Es así el punto de llegada de la
lítico, por ejemplo, hay que fijar pri- historia, y el socialismo propuesto
mero có mo se hubiera desarrollado por los marxistas -interlocutores de
esa acció n de haberse conocido todas Weber especialmente a través de la
las circunstancias y todas las inten- poderosa socialdemocracia alemana-
ciones de los protagonistas y de ha- no significaría ningú n cambio subs-
berse orientado éstos para la elecció n tancial: en todo caso, una variante
de los medios, de un modo racional má s dictatorial de esa misma trama
en relació n con los fines. Este tipo- histó rica que arranca desde lo sagra-
ideal así construido permitirá anali- do para llegar al período actual de
zar las acciones reales como desvia- "desencantamiento del mundo", en
ciones de ese modelo. un proceso indetenible que Max We-
En realidad, resumir un pensamiento ber reconocía en tanto científico,
tan sistemá tico como el de Weber es pero que íntimamente rechazaba.
una tarea inabordable. Su discurso Max Weber y Emile Durkheim coro-
tiene una textura perfecta y cada con- nan el edificio de la sociología clá sica.
cepto supone al anterior en un esca- Después de ellos poco se avanzará
3 teó ricamente, salvo en el esquema
Max Weber, Economía y Sociedad, México,
FCE, 1964, tomo I, pág. 15. del contemporá neo Parsons, que
4

comporta má s una síntesis -a veces por los sujetos de la acció n, ya sea a)


ecléctica- de los grandes autores que existente de hecho; I) en un caso
lo antecedieron y de la cultura uni- dado histó ricamente, II) como tér-
versitaria de su tiempo. El ú nico mino medio y de un modo aproxima-
avance logrado lo ha sido en el campo do, en una masa determinada de ca-
de las técnicas específicas de investi- sos; ya sea b) construido como un
gació n, no en las grandes líneas teó ri- tipo ideal con actores de esta natura-
cas. La sociología contemporá nea - leza. No se trata para nada. De un
que como ciencia del hombre ha que- sentido "objetivamente correcto" o de
dado muy atrá s de la lingü ística, de la un sentido "verdadero" fundado me-
psicología y de la economía- se ha re- tafísicamente. En esto reside justa-
ducido a una teoría general formal, mente la diferencia entre las ciencias
integrada por teoremas abstractos empíricas de la acció n, la sociología y
deducidos de un modelo de compor- la historia y toda ciencia dogmá tica,
tamiento racional, acompañ ada por jurisprudencia, ló gica, ética, estética,
un cuerpo de técnicas aptas para es- las que procuran desentrañ ar el sen-
tudiar correlaciones empíricas, a par- tido “correcto" o "válido” de sus obje-
tir de lo dado. tos.
El círculo abierto a mediados del si-
glo pasado para oponer una nueva 2. Los límites entre una acció n
ciencia de la sociedad al fantasma del con sentido y una conducta simple-
socialismo se ha cerrado sin que la mente reactiva (por decir así), no vin-
sociedad haya recuperado el equili- culada a un sentido subjetivamente
brio perdido. intencionado, son totalmente elá sti-
cos.
Un sector muy importante de los mo-
Conceptos sociológicos dos de conducta que interesan a la
fundamentales sociología, especialmente la, acció n
puramente tradicional se halla en la
§ 1. Concepto de la sociología y del frontera entre ambas. Una acció n con
"significado" en la acción social. Por sentido o sea comprensible no se pre-
sociología, debe entenderse (segú n el senta en muchos casos de procesos
sentido admitido aquí de esta pala- psicofísicos, y en otros só lo existe
bra, usada de manera tan equivoca): para los especialistas: los procesos
“una ciencia que aspira entender la místicos, no comunicables adecuada-
acció n social, interpretá ndola, para mente mediante palabras, no pueden
explicarla de este modo causalmente ser comprendidos con plenitud por
en su desarrollo y efectos. Debe en- los que no tienen acceso a ese tipo de
tenderse por “acció n” una conducta experiencia. Pero tampoco la capaci-
humana (ya se trate de una actividad dad de producir una acció n aná loga a
exterior o interior, ya, de un omitir o la ajena es condició n para la posibili-
permitir) siempre que el sujeto o los dad de su comprensió n: "para com-
sujetos de la acció n la vinculen a un prender a César no es necesario ser
sentido subjetivo. un César". Poder "revivir" plenamen-
Por lo tanto, la “acció n social” es una te algo ajeno es Importante para la
acció n en que el sentido intencionado evidencia de la comprensió n, pero no
por su agente o agentes, está remiti- es requisito absoluto para la inter-
do a la conducta de otros, orientá n- pretació n del sentido. Con frecuencia
dose por ella en su desarrollo. los elementos comprensibles y los no
comprensibles de un proceso se dan
Fundamentos metodológicos unidos y mezclados entre sí.

1. Por "sentido" entendemos el 3. Como toda ciencia, toda inter-


sentido intencionado subjetivamente pretació n propende a la "evidencia".
5

La Evidencia de la comprensió n pue- cias, captarlos intelectualmente; pero


de revestir cará cter racional (y ser en enfrentando dificultades crecientes
ese caso ló gica o matemá tica) o ca- para poder "revivirlos" mediante la
rá cter endopá tico: afectiva, recepti- fantasía endopá tica a medida que
vo-artística. En el campo de la acció n má s radicalmente se alejan de nues-
es racionalmente evidente, ante todo, tras propias valoraciones ú ltimas. De-
lo que de su “conexió n de sentido", se bemos conformarnos entonces, segú n
comprende intelectualmente de un el caso, con su interpretació n exclusi-
modo claro y exhaustivo. vamente intelectual o, en algunas cir-
Y hay evidencia endopática cuando se cunstancias -aunque esto puede fa-
revive plenamente la “conexió n de llar-, con aceptar tales fines a valores
sentimientos" que se experimentó en simplemente como datos para procu-
ella. Racionalmente comprensibles, rar luego tornarnos comprensibles el
es decir, en este caso: captables en su desarrollo de la acció n motivada por
sentido intelectualmente de un modo ellos mediante la interpretació n inte-
inmediato y unívoco son en primer lectual mejor posible o mediante un
término, y en grado má ximo, las co- revivir lo má s pró ximo posible de sus
nexiones significativas que se remi- puntos de orientació n. A esta clase,
ten recíprocamente, contenidas en pertenecen, por ejemplo, muchas ac-
las proposiciones ló gicas y matemá ti- ciones virtuosas, religiosas y caritati-
cas. Comprendemos de un modo uní- vas para quien sea insensible a ellas;
voco le que se quiere significar cuan- lo mismo sucede con muchos fanatis-
do alguien pensando o argumentan- mos de un racionalismo extremo
do, emplea la proposició n 2 x 2 = 4, o ("derechos del hombre”) para quien
los teoremas pitagó ricos o saca una aborrece de ello. Podemos "revivir"
conclusió n ló gica – de acuerdo con afectivamente con mayor evidencia
nuestros há bitos mentales- de mane- cuando má s pasibles seamos de ellos
ra "correcta". muchos afectos reales (miedo, có lera,
Igualmente, cuando alguien, apoyá n- ambició n, envidia, celos, amor, entu-
dose en los datos ofrecidos por “he- siasmo, orgullo, venganza, piedad, de-
chos" de la experiencia que nos son voció n y deseos de todo orden) y las
"conocidos" y en fines dados, extrae reacciones irracionales (desde el á n-
para su acció n las consecuencias cla- gulo de la acció n racional con arreglo
ramente deducibles (segú n nuestra a fines) que de ellos provienen y en
experiencia) acerca de los "medios” a ú ltima Instancia, aunque por su in-
utilizar. Toda interpretació n de una tensidad excedan absolutamente
acció n con arreglo a fines, orientada nuestras posibilidades, podemos
racionalmente de ese modo tiene - comprender su sentido endopá tica-
para la inteligencia de los medios uti- mente, y calcular de manera intelec-
lizados- el grado má ximo de eviden- tual sus efectos sobre la direcció n y
cia. Sin una evidencia equivalente, os medios de la acció n. El método
aunque sí suficiente para nuestras científico basado en la construcció n
exigencias de explicació n, compren- de tipos, investiga y describe todas
demos también aquellos "errores" las relaciones de sentido irracionales,
(inclusive confusiones de problemas) afectivamente condicionadas como
que somos capaces de cometer o de comportamientos que influyen sobre
cuyo origen podríamos tener una ex- la acció n, como "desviaciones” de un
periencia propia. desarrollo de la acció n “construido”
Por el contrario, muchos de los "valo- como puramente racional con respec-
res" y "fines" de carácter ú ltimo que to a un fin. Por ejemplo, para explicar
parecen dirigir la acció n de los hom- un pá nico en la bolsa será convenien-
bres frecuentemente no los podemos te determinar en primer lugar có mo
comprender, con toda evidencia, sino se desarrollaría la acció n libre de
tan solo, en determinadas circunstan- todo condicionamiento de afectos
6

irracionales, para incluir má s tarde; resultado estímulo u obstá culo de la


como "perturbaciones", los compo- acció n humana. Ajeno al sentido no
nentes irracionales. Igualmente cabe equivale a "inanimado" o "no huma-
proceder en la explicació n de una ac- no", Cualquier artefacto, una má qui-
ció n política o militar: tendríamos na, por ejemplo, se comprende e in-
que fijar, primeramente, có mo se hu- terpreta, en ú ltima instancia, por el
biera desarrollado esa acció n de ha- sentido que le atribuye (o pretende
berse conocido todas las circunstan- atribuir) a su producció n y empleo la
cias y todas las intenciones de los ac- acció n humana, con finalidades posi-
tores de haberse orientado la elec- blemente muy diferentes; sin remitir-
ció n, de los medios-de acuerdo con lo a ese sentido permanece completa-
los datos de la experiencia que noso- mente incomprensible.
tros refutamos existentes- de un Lo comprensible es, por lo tanto, su
modo rigurosamente racional con referencia a la acció n humana, bien
respecto a un fin. Só lo de esta manera como "medio", bien como “fin" imagi-
sería posible imputar las desviacio- nado por el sujeto o sujetos que
nes a las irracionalidades que las de- orienta su acció n. Só lo por medio de
terminaron. En estos casos, la cons- estas categorías hay comprensió n de
trucció n de una acció n racional con tales objetos. Son ajenos al sentido,
respecto a un fin sirve a la sociología por el contrario, aquellos procesos o
-en virtud de su inteligibilidad evi- estados -animados, inanimados, hu-
dente y, por su cará cter racional, de manos y extrahumanos- en los que
su univocidad- como tipo (tipo Ideal), no se intenciona un sentido, mientras
por medio del cual comprender la ac- no se evidencie en la acció n dentro de
ció n real, influida por toda clase de la relació n de "medio" o de "fin", y
irracionalidades (afectos, errores), sean, ú nicamente para ella, ocasió n,
como una "desviació n" del desenvol- estimulo u obstá culo. La formació n
vimiento probable de la acció n racio- del Dollart en 1277 posee (quizá s)
nal. una significació n "histó rica" como
En cuanto tal, y ú nicamente en virtud conclusió n de determinados asenta-
de estos fundamentos de convenien- mientos de considerable alcance his-
cia metodoló gica, puede afirmarse tó rico.
que el método de la sociología "com- El ritmo de los decesos y el ciclo or-
prensiva" es “racionalista”. Por lo gá nico de la vida: desde el desamparo
tanto, este procedimiento no debe ser del niñ o hasta el desamparo del an-
interpretado como un prejuicio racio- ciano, tienen naturalmente dimen-
nalista de la sociología, sino solamen- sió n socioló gica de primer orden por
te como un recurso metó dico; y me- los diferentes modos en que la acció n
nos aú n, en consecuencia, como si humana se ha orientado y se orienta
comportara la creencia en un predo- por esos hechos. A otra clase de cate-
minio de lo racional en la vida. Ya que goría pertenece,) ciertos conocimien-
nada nos indica en lo má s mínimo tos acerca del desarrollo de algunos
hasta dó nde, en la realidad, las accio- fenó menos físicos o psicofísicos (can-
nes reales está n determinadas o no sancio, habito, memoria, etc." asimis-
por consideraciones racionales de fi- mo euforias típicas de determinadas
nes. (No es posible negar el peligro formas de mortificació n, diferencias
de interpretaciones racionalistas en típicas de los modos de reacció n de
momentos inadecuados. Lamentable- acuerdo con el ritmo, modo, claridad,
mente, toda la experiencia confirma etc.) que, aunque apoyados en la ex-
este aserto). periencia no implican comprensió n.
En ú ltima instancia, la situació n es la
4. Los procesos y objetos ajenos al misma que se da en otros hechos
sentido se incluyen dentro de las opacos a la comprensió n: la actitud
ciencias de la acció n como ocasió n, comprensiva" los acepta, así como lo
7

hace cualquier actividad prá ctica, sobre un animal (comprensió n racio-


como “datos” con los que es necesa- nal actual de acciones), má s también:
rio contar. 2) la comprensió n explicativa. De
Existe la posibilidad de que la investi- este modo, “comprendemos " sobre la
gació n futura halle uniformidades no base una motivació n racional que
sujetas a comprensió n para ciertas sentido atribuye, quien pronunció o
conductas con sentido, por rara que escribió la proposició n "2 X 2 = 4", a
haya sido hasta ahora tal cosa. un acto de ese género, en este mo-
Diferencias en la herencia bioló gica mento y en esa conexió n, cuando lo
(de las "razas") por ejemplo -cuando vemos ocupado en un cálculo comer-
y en la medida en que se proporcio- cial, en una medició n técnica, en una
nara la prueba estadística de su in- demostració n científica o en cual-
fluencia en modos de comportamien- quier otra acció n en cuyo ámbito se
to de relevancia socioló gica: particu- "inserta" dicha proposició n por el
larmente en la acció n social en lo que sentido que vemos relacionado con
hace a la manera de estar referida a ella; es decir, la proposició n entra así
su sentido - serían admitidas por la en una conexió n de sentido que nos
sociología como datos, tal como los es inteligible (comprensió n racional
hechos fisioló gicos del tipo de la ne- de la motivació n). Comprendemos al
cesidad de alimentació n o de los efec- leñ ador o al que apunta con un arma
tos de la vejez sobre la acció n huma- no só lo actualmente, sino por sus mo-
na. Y la aceptació n de su significació n tivaciones, cuando sabemos que el
causal de ningú n modo alteraría la ta- primero lleva a cabo esa acció n para
rea de la sociología (y de las ciencias ganarse un salario o para cubrir sus
de la acció n en general): comprender, necesidades o por entretenimiento
interpretá ndolas, las acciones que (racional) o porque "reaccionó así
poseen un sentido. Só lo insertaría en ante una excitació n" (irracional), o
determinados puntos de sus relacio- que el que dispara un arma lo hace
nes de motivos, comprensibles e in- bajo una orden de matar a otro o en
terpretables, hechos no comprensi- defensa contra un enemigo (racional)
bles (así relaciones típicas de la fre- o por venganza (afectiva en este sen-
cuencia de determinados fines de la tido irracional). Comprendemos, en
acció n o del grado de su racionalidad fin, un acto de có lera por sus motiva-
típica con el índice craneano, el color ciones, cuando sabemos que en su
de la piel o cualquier otra caracterís- base está n los celos, una vanidad en-
tica fisioló gica hereditaria), como ya fermiza o el honor ofendido (actitud
ocurre actualmente en esta materia. condicionada afectivamente y, por lo
tanto, fundada sobre una motivació n
5. Por comprensió n puede en- irracional). Todas estas son conexio-
tenderse: 1) la comprensió n actual nes de sentido inteligibles, cuya com-
del sentido intencionado de una ac- prensió n es considerada por nosotros
ció n (y también de una manifesta- como una explicación del curso real
ció n). Por ejemplo, "comprendemos" de la acció n. “Explicar" significa, en-
actualmente el sentido de la proposi- tonces, para la ciencia que se ocupa
ció n "2 X 2 = 4" cuando la escucha- del sentido del curso de la acció n,
mos o la leemos (comprensió n actual algo así como: captar la conexió n de
de determinados pensamientos), o un sentido en que se inserta, segú n su
estallido de có lera que se expresa en sentido subjetivamente intencionado,
gestos del rostro, interjecciones y una acció n actualmente inteligible.
movimientos irracionales (compren- En todos estos casos -incluso en los
sió n actual irracional de afectos), o el procesos afectivos- entendemos por
comportamiento de un leñ ador o de sentido subjetivo del acontecimiento,
alguien que levanta la falleba de una y también de la conexió n en que se
puerta para cerrarla o que dispara inserta, el sentido 'intencionado"
8

(apartá ndonos del uso lingü ístico ha- la conciencia, o lo que es má s frecuen-
bitual que suele hablar de "intencio- te, no lo haya sido con toda la pleni-
nar", en esa acepció n, solamente en tud con que fue intencionada en con-
relació n a la acció n racional dirigida a creto: un caso límite de la interpreta-
un fin determinado). ció n de sentido.
b) Manifestaciones exteriores de la
6. Comprensió n quiere decir, en acció n consideradas por nosotros
todos estos casos: comprensió n inter- como "iguales" o "semejantes" pue-
pretativa del sentido o de la conexió n den basarse en conexiones de sentido
de sentido intencionado realmente muy diferentes en el agente o agen-
en la acció n particular (en la conside- tes; y “comprendemos" también un
ració n histó rica) obrar muy distinto, a menudo de sen-
b) del sentido o de la conexió n de tido cabalmente opuesto, frente a si-
sentido como término medio y apro- tuaciones que juzgamos semejantes
ximativa mente (en la consideració n entre sí. (Ejemplos en Simmel: Probl.
socioló gica); Der Geschichtsphil.)
c) del sentido o de la consideració n c) En determinadas situaciones los
de sentido ("típico-ideal") construido hombres está n sometidos en su ac-
científicamente para obtener el tipo ció n al conflicto de impulsos opues-
puro (tipo ideal) de un fenó meno fre- tos, todos ellos "comprensibles".
cuente. Nunca se puede apreciar con seguri-
Tales construcciones típico-ideales se dad plena y, en la mayoría de los ca-
presentan, por ejemplo, en los con- sos ni siquiera aproximadamente la
ceptos y las leyes de la teoría econó - intensidad relativa con que se expre-
mica pura. Exponen como se desarro- san en la acció n las distintas referen-
llaría una forma especial del obrar cias significativas subyacentes en la
humano, si lo hiciera estrictamente "pugna de motivos” para nosotros
con vistas a un fin, sin ninguna per- igualmente comprensibles. Ú nica-
turbació n por errores o afectos, y "es- mente el resultado efectivo de la pug-
tando orientada unívocamente por na de motivos nos enseñ a sobre ello.
un ú nico fin (el econó mico). Pero la Como en toda hipó tesis es imprescin-
acció n real ú nicamente en casos ra- dible controlar la interpretació n com-
ros (la bolsa), y só lo aproximadamen- prensiva de sentido por medio de los
te, se desarrolla tal como fue cons- resultados: la direcció n que muestre
truida en el tipo ideal (sobre la finali- la realidad. Só lo en los pocos y espe-
dad de tales construcciones, cialmente adecuados casos, de la ex-
La interpretació n siempre busca la perimentació n psicoló gica puede ob-
evidencia. Pero ninguna interpreta- tenerse un control de precisió n rela-
ció n de sentido, por evidente que re- tiva.
sulte, puede aspirar, en virtud de ese También en la estadística y con enor-
cará cter, a ser también la interpreta- mes diferencias en la aproximació n
ció n causal vá lida. En si misma só lo en los casos (igualmente limitados)
es una hipó tesis causal de evidencia de fenó menos masivos pasibles de
particular a) frecuentemente “'moti- cuantificació n y correlació n.
vos" pretextado y ' “represiones" es En los demá s casos y como tarea im-
decir motivos no admitidos) encu- portante de la sociología comparada,
bren, incluso para el mismo agente, la ú nicamente resta la alternativa de
conexió n real de la trama de su ac- comparar la mayor cantidad posible
ció n, de modo que el propio testimo- de hechos de la vida histó rica o coti-
nio subjetivo, aunque sincero, só lo diana que, similares entre sí, só lo di-
posee un valor relativo. fieran en un punto decisivo: el "moti-
En este caso la tarea que cabe a la so- vo" u "ocasió n" que, justamente por
ciología es indagar e interpretar esa su importancia prá ctica, procuramos
conexió n, aunque no haya alcanzado investigar. Con frecuencia desgracia-
9

damente solo queda el medio insegu- lecerse con la prueba obtenida de los
ro del “experimento ideal”, es decir. ejemplos del comportamiento segui-
Considerar como no presentes cier- do por los persas en los casos de vic-
tos elementos constitutivos de la ca- toria (Jerusalén, Egipto, Asia Menor)
dena causal y construir el desarrollo y, por ello, en muchos aspectos tiene
probable que tendría la acció n para que conservarse incompleta. Aquí, la
lograr así una atribució n causal. evidencia racional interpretativa de
La denominada “ley de Gresham", por la hipó tesis debe servir necesaria-
ejemplo, es una interpretació n racio- mente como apoyo. En muchos otros
nal evidente del comportamiento hu- casos de atribució n histó rica, de gran
mano en ciertas condiciones y segú n evidencia aparente, ni siquiera cabe
el supuesto típico-ideal de una acció n la prueba del ejemplo citado. En con-
estrictamente racional con respecto a secuencia, la atribució n resulta defi-
un fin. nitivamente una simple hipó tesis.
Hasta dó nde la conducta real se co-
rresponde con la construcció n es algo 7. Denominamos “motivo” a la
que só lo nos lo puede enseñ ar una conexió n de sentido que para el agen-
experiencia (formulable, en principio, te o el observador aparece como el
bajo alguna forma estadística) que "fundamento con sentido de una ac-
comprueba en las relaciones econó - ció n”. Decimos que un comporta-
micas la desaparició n efectiva de la miento que se desenvuelve como un
moneda de mayor valor; ello nos ilus- todo coherente es “adecuado por el
tra sobre la amplia validez de la ley. sentido”, en tanto afirmamos que la
El curso del conocimiento, en reali- relació n entre sus elementos es una
dad, es este: primero se dieron las ob- “conexió n de sentido típica (o, como
servaciones de la experiencia y luego acostumbramos a decir, “correcta"),
vino la fó rmula interpretativa. de acuerdo con los há bitos mentales
Sin esta interpretació n obtenida por y afectivos medios. Por el contrario,
nosotros no hubiera sido satisfecha decimos que una secuencia de hechos
nuestra necesidad causal. Pero sin la es “causalmente adecuada”, en tanto,
prueba, por otra parte, de que el pro- de acuerdo con las reglas de expe-
ceso idealmente construido de los riencia, exista esta probabilidad: que
modos de obrar se corporiza en algu- siempre se desarrolle de igual mane-
na medida, también, la realidad, una ra. (Adecuada por su sentido es, por
Ley semejante, por evidente que sea ejemplo, la solució n correcta de un
en sí misma, sería una construcció n problema aritmético, segú n las nor-
sin ningú n valor para el conocimiento mas habituales del pensamiento y el
de la acció n real. La correspondencia cá lculo.
entre adecuació n de sentido y prueba Es causalmente adecuada -en el cam-
empírica es, en este ejemplo, conclu- po del acaecer estadístico- la proba-
yente y los casos son lo suficiente- bilidad dada, segú n reglas comproba-
mente numerosos como para consi- das de la experiencia, de una solució n
derar la prueba suficientemente se- "correcta" o "falsa" -desde el á ngulo
gura. La hipó tesis de E. Mayer acerca de nuestras normas habituales- así
de la significació n causal de las bata- como de un "error de cá lculo" típico o
llas de Marató n, Salamina y Platea en de una confusió n de problemas tam-
relació n con la peculiaridad del desa- bién típica.) La explicació n causal im-
rrollo de la cultura helénica (y, con plica, por lo tanto, la afirmació n de
ella, de la occidental) -hipó tesis ex- que, en correspondencia con deter-
traída por adecuació n de sentido y minada regla de probabilidad -de
basada ingeniosamente en hechos cualquier manera que se la calcule y
sintomá ticos (actitud de los orá culos ú nicamente en pocos casos ideales
y de los profetas helénicos frente a puede serlo segú n datos mensura-
los persas)- ú nicamente puede forta- bles, a un determinado proceso (in-
10

terno o externo) observado sucede la frecuencia del desarrollo que le co-


otro proceso determinado (o se ma- rresponde. Ú nicamente por la expe-
nifiesta junto con él). riencia externa puede mostrarse que
Una interpretació n causal correcta de esto es así. Existen estadísticas tanto
una acció n concreta significa: que el de hechos ajenos al sentido (mortali-
desenvolvimiento externo y el motivo dad, fatiga, rendimiento de maquina-
han sido conocidos adecuadamente y ria, cantidad de lluvias), como de he-
a la vez comprendidos con sentido en chos con sentido. Pero só lo es esta-
su conexió n. dística sociológica la de los ú ltimos
Una interpretació n causal correcta de (estadística criminal, de profesiones,
una acció n típica (acció n comprensi- de cultivos). (Son comunes, por su-
ble) significa: que el acontecimiento puesto, los casos que incluyen ambas,
juzgado típico se manifiesta con ade- como las estadísticas de cosechas.)
cuació n de sentido (en alguna medi-
da) e igualmente puede ser compro- 8. No por ello dejan de ser im-
bado como causalmente adecuado portantes procesos y regularidades
(en alguna medida). De no darse la que, por resultar incomprensibles en
adecuació n de sentido nos encontra- el sentido utilizado aquí, no pueden
mos simplemente ante una probabili- ser conceptuadas como hechos o le-
dad estadística no susceptible de yes socioló gicos. Incluso para la so-
comprensió n (o comprensible incom- ciología en el sentido que nosotros le
pletamente); y esto no obstante co- atribuimos (que comporta la limita-
nozcamos la regularidad en el desen- ció n a la "sociología comprensiva",
volvimiento del hecho (tanto externo sin que ello deba ni pueda obligar a
corno psíquico) con la mayor preci- nadie). Pero pertenecen a un lugar
sió n y también que sea posible cuan- distinto- lo cual es inevitable desde el
tificarlo. Ademá s, incluso la má s evi- punto de vista metodoló gico- del de
dente adecuació n de sentido só lo la acció n comprensible: al lugar de
puede ser considerada como una pro- las "condiciones", "ocasiones”, estí-
posició n causal correcta para el cono- mulos" y "obstá culos" de la misma.
cimiento socioló gico si se prueba la
existencia de una probabilidad (de- 9. “Acció n” como orientació n signifi-
terminable de algú n modo) de que la cativamente comprensible del com-
acció n concreta adoptará efectiva- portamiento, ú nicamente se da para
mente, con frecuencia o aproximació n nosotros como comportamiento de
determinables (como promedio o en una o varias personas individuales.
el caso "puro"), la forma considerada Puede resultar ú til o necesario para
adecuada por el sentido. Ú nicamente otros fines de conocimiento pensar al
aquellas regularidades estadísticas individuo, por ejemplo, como una
que concuerdan con el sentido inten- asociació n de "células", o como un
cionado "comprensible" de una ac- conjunto de reacciones bioquímicas,
ció n constituyen tipos de acció n pasi- o su vida "psíquica" como constituida
bles de comprensió n (en la acepció n por varios elementos (como quiera
aquí dada); es decir, son: “leyes socio- que se los juzgue). Se obtienen de ese
ló gicas” y constituyen tipos socioló gi- modo, indudablemente, conocimien-
cos del acaecer real solamente las tos valiosos (leyes causales). Pero
construcciones de una "conducta con nos es imposible "comprender" el
sentido comprensible cuyo acontecer comportamiento de esos elementos
má s o menos aproximado en la reali- que se expresa en leyes. Ni siquiera
dad puede observarse. Sin embargo, en el caso de tratarse de elementos
se está muy lejos de poder aseverar de carácter psíquico; y mucho menos
que, de modo correlativo al grado in- cuanto má s se los conciba en el senti-
ferible de la adecuació n significativa, do de las ciencias naturales; éste nun-
aumente la probabilidad efectiva de ca es el camino para una interpreta-
11

ció n derivada del sentido intenciona- incorpora así un sentimiento entera-


do. mente distinto al concepto Jurídico
Ahora bien, aprehender la conexió n que utiliza en virtud de su precisió n y
de sentido es precisamente el objeto uso general; b) la interpretació n de la
de la sociología (tal como la concebi- acció n debe asumir el hecho de que
mos aquí; y también de la historia). esos conceptos utilizados igualmente
[… ] por el lenguaje cotidiano como por el
Puede ser oportuno e incluso hasta de los juristas (y asimismo por el de
necesario que para otros fines de co- otros profesionales), constituyen re-
nocimiento (jurídicos, por ejemplo) o presentaciones de algo que en parte
por razones prá cticas, se considere a existe y en parte se manifiesta como
ciertas formaciones sociales (estado, un deber ser en la mente de hombres
cooperativas, sociedad anó nima, fun- concretos (y no, ú nicamente de jue-
dació n, etc.) como si fueran indivi- ces y buró cratas, sino del pú blico en
duos; (como sujetos de derecho y de- general), cuya acció n orienta real-
beres, o de determinadas acciones de mente; también debe asumir que esas
relevancia jurídica, por ejemplo. Pero representaciones, precisamente por
para la Interpretació n comprensiva serlo, tienen una poderosa y frecuen-
de la sociología, tales formaciones no temente dominante significació n cau-
son má s que desarrollos y entreteji- sal en el curso de la conducta humana
dos de acciones específicas de perso- concreta. Fundamentalmente como
nas individuales dado que ú nicamen- representaciones de algo que debe
te éstas pueden ser agentes de una ser (y también que no debe ser). […]
acció n orientada por un sentido. No c) El método de la sociología llamada
obstante, la sociología no puede igno- "organicista" [...] pretende explicar a
rar, incluso para sus fines, esas es- partir de un "todo," (una economía
tructuras conceptuales de cará cter nacional, por ejemplo) el obrar con-
colectivo que son instrumentos de junto que significa lo social; por ello
otros modos de abordar la realidad. trata al sujeto individual y su acció n
La interpretació n de la acció n tiene de modo aná logo a como la fisiología
respecto de esos conceptos colectivos trata la situació n de un "ó rgano" en la
una doble relació n: a) frecuentemen- economía de un organismo (desde el
te le es inevitable operar con concep- á ngulo de su "conservació n").
tos semejantes (que suelen llevar los [...] Para una sociología comprensiva
mismos nombres) con el objeto de lo- esa manera de expresarse puede ser-
grar una terminología comprensible. vir. 1) para orientarse provisional-
Tanto el lenguaje jurídico como el co- mente y como ilustració n prá ctica
tidiano emplean el término estado, (con este fin es altamente ú til y nece-
por ejemplo, para referirse por igual saria, si bien puede resultar dañ ina
al concepto jurídico como a las reali- en caso de una exageració n de su va-
dades de la acció n social frente a las lor cognoscitivo y de un falso realis-
cuales la norma jurídica eleva su pre- mo conceptual), 2) cuando en ciertas
tensió n de validez. La realidad "esta- circunstancias só lo ella puede ayu-
do", para la sociología, no está consti- darnos a resaltar la acció n social cuya
tuida por sus componentes jurídicos comprensió n interpretativa sea im-
o, mejor aú n, no proviene de ellos. [...] portante para explicar una conexió n
Cuando habla del "estado", de la "na- determinada, Pero aquí comienza jus-
ció n", de la sociedad anó nima''; de la tamente la tarea de la sociología (tal
familia", de un "cuerpo militar" o de como la entendemos).
cualquier otra formació n equivalente, Acerca de las "formas sociales” (en
sólo se refiere al desenvolvimiento, oposició n con los "organismos") esta-
en una forma dada, de la acció n so- mos en condició n de llevar a cabo,
cial, ya sea real, ya sea construida más allá de la simple determinació n
como posible, de algunos individuos; de sus conexiones y "leyes" funciona-
12

les, lo que está necesariamente veda- que se ocupan de la acció n. Los resul-
do a las ciencias naturales (en el sen- tados de una ciencia psicoló gica que
tido de la formulació n de leyes causa- solamente indague lo psíquico con el
les de fenó menos y formaciones y de método propio de las ciencias natura-
la explicació n por su Intermedio de les y con los medios específicos de
los procesos particulares): compren- esas ciencias y no se preocupe de in-
der el comportamiento de los indivi- terpretar el comportamiento humano
duos participantes; viceversa, no po- por su sentido -con lo que se tendría
demos "comprender" el comporta- algo ya totalmente diferente - intere-
miento de las células, por ejemplo, san a la sociología, cualquiera que
sino aprehenderlo funcionalmente, sea la metodología particular de esa
determiná ndolo mediante las leyes a psicología, como pueden interesarle
que está sometido. [...] los de cualquier otra ciencia, y en
ocasiones particulares pueden tener
10. Las "leyes", como suele denomi- una significació n de primer orden.
narse a muchas proposiciones de la Pero no hay en este caso una relació n
sociología comprensiva-como la "ley má s estrecha que la que mantiene
de Gresham"-, son determinadas po- con otras ciencias. El error radica en
sibilidades típicas, corroboradas por esta concepció n de lo "psíquico": lo
la observació n de que, dadas deter- que no es "físico” es psíquico. Sin em-
minadas situaciones de hecho, se de- bargo, el sentido de un cá lculo aritmé-
sarrollen en la forma esperada ciertas tico intencionado por alguien no es
acciones sociales que resultan com- algo "psíquico'. La consideració n ra-
prensibles por sus motivos típicos y cional de un hombre acerca de si para
por el sentido típico intencionado por la realizació n de ciertos intereses es
los agentes de la acció n. Y resultan necesaria o no determinada acció n,
má s claras y comprensibles cuando el en virtud de las consecuencias que se
motivo que está detrá s del desarrollo esperen de ella, y la decisió n que de-
típico de la acció n (o que fue coloca- riva de esa consideració n, son algo en
do como fundamento del tipo ideal cuya comprensió n para nada nos sir-
construido metó dicamente) es pura- ven las reflexiones "psicoló gicas". [...]
mente racional con respecto a un fin
y, por ende, la relació n de medio a fin, 11. La sociología construye concep-
conforme enseñ a la experiencia, es tos-tipo -como frecuentemente se da
unívoca (es decir, los medios son por supuesto y evidente por sí mismo
"ineludibles"). En este caso se puede y procura encontrar reglas generales
aceptar la afirmació n de que cuando de acaecer. En antítesis con la histo-
se ha actuado de manera rigurosa- ria, que se esfuerza por lograr el aná -
mente racional así y no de otra mane- lisis y la atribució n causales de las
ra debió actuarse (porque por razo- personalidades, estructuras y accio-
nas "técnicas', los participantes, para nes individuales a las que se piensa
servir a sus fines, dados con claridad, culturalmente importante.
ú nicamente podían disponer de estos La elaboració n conceptual de la so-
medios y no de algú n otro). Este caso ciología halla su material paradigmá -
enseñ a, justamente, cuá n erró neo es tico fundamental, aunque no exclusi-
suponer a una psicología cualquiera vamente en las realidades de la ac-
como fundamento ú ltimo de la socio- ció n que se conciben como importan-
logía comprensiva. Hoy, cada uno en- tes también desde el punto de vista
tiende por psicología algo diferente. histó rico. Asimismo, construye sus
Cuestiones de orden metó dico justifi- conceptos y busca leyes con el objeti-
can plenamente que una orientació n vo, ante todo, de que sirvan para la
científico-naturalista separe lo "psí- atribució n causal histó rica de los fe-
quico" y lo "físico", algo totalmente nó menos culturalmente importantes.
extrañ o, en este sentido, a las ciencias Sus abstracciones deben ser, como
13

sucede en toda ciencia generalizado- En el campo de la sociología, esto


ra, relativamente vacías ante la reali- debe quedar totalmente claro, só lo se
dad concreta de lo histó rico. pueden construir;” promedios" o "ti-
Ello ofrece la ventaja de la mayor uni- pos promedio" con cierta univocidad
vocidad de sus conceptos. sí se trata de diferencias de grado en-
Esta mayor univocidad se logra me- tre acciones cualitativamente seme-
diante la posibilidad de un ó ptimo en jantes por su sentido.
la adecuació n de sentido, de acuerdo Aquí no hay dudas. Sin embargo; en
con la aspiració n de la conceptualiza- la mayoría de los casos la acció n de
ció n socioló gica. Tal adecuació n de relevancia histó rica o socioló gica está
sentido, por su parte, puede lograrse determinada por motivos cualitativa-
plenamente –es lo que vimos sobre mente heterogéneos, entre los cuales
todo hasta este momento- por medio no puede establecerse un "promedio"
de conceptos y reglas racionales (ra- en sentido estricto. Las construccio-
cionales con respecto a valores o a fi- nes típico-ideales de la acció n social,
nes). Pero la sociología procura tam- como las que suele adoptar la teoría
bién captar mediante conceptos teó - econó mica, por ejemplo, son "extra-
ricos y adecuados por su sentido fe- ñ as a la realidad" en el sentido en que
nó menos irracionales (místicos, pro- -como en el caso mencionado- se in-
féticos, neumá ticos, afectivos). En terrogan sin excepció n:
cualquier caso, racional o irracional, 1) có mo se procedería en la situació n
se aleja de la realidad para contribuir ideal de una pura racionalidad econó -
a su conocimiento, en la medida que, mica con respecto al fin, con el objeto
por medio de la indicació n del grado de poder comprender la acció n code-
de aproximació n de conceptos dichos terminada por obstá culos tradiciona-
fenó menos se ordenan conceptual- les, errores, afectos intenciones y
mente. consideraciones de cará cter no eco-
Un mismo fenó meno histó rico puede nó mico, en tanto también estuvo de-
ordenarse segú n el elemento de su terminada en el caso concreto por
constitució n que se considere, ya una consideració n racional de fines o
como "feudal", ya como "patrimo- es frecuente que lo esté en términos
nial", ya como "burocrá tico", ya como promedio; y también 2) con el obje-
"carismá tico". Para indicar mediante to de facilitar el conocimiento de sus
estas palabras algo unívoco, la socio- motivos reales mediante la distancia
logía debe elaborar tipos puros (idea- que se da entre la construcció n ideal
les) da esas estructuras, que posean y el curso real. Así tendría que obrar
en sí la máxima unidad de una ade- una construcció n típico-ideal de una
cuació n de sentido lo má s plena posi- consecuente actitud no mundana
ble; por esta razó n tal vez son tan frente a la vida (frente a la política y a
poco frecuentes en la realidad -bajo la economía, por ejemplo) mística-
la forma pura totalmente ideal del mente condicionada. Cuanto mayor
tipo- como una reacció n química con- sea la precisió n y la univocidad con
cebida sobre el supuesto de un espa- que o se construyan los tipos ideales
cio absolutamente vacío. Ahora bien, y má s extraños resulten en este senti-
la casuística socioló gica ú nicamente do, mayor será su utilidad desde el
puede construirse sobre la base de punto de vista terminoló gico, clasifi-
estos tipos puros (ideales). Cae de su catorio y heurístico. No es sino de
peso, sin embargo, que la sociología este modo que procede la atribució n
también utiliza tipos-promedio, del causal concreta que realiza la historia
género de los tipos empírico-estadís- de determinados acontecimientos:
ticos, una construcció n que no exige por ejemplo, si querernos explicar-
aquí mayores aclaraciones metodoló - nos el desarrollo de la batalla de
gicas. [...] 1866 debemos averiguar (idealmen-
te) tanto respecto de Moltke como de
14

Benedek, có mo hubieran actuado bien -de cambio- que el sujeto acepte,


cada uno de ellos, con total racionali- en el comercio porque su acció n está
dad, en el caso de un conocimiento orientada por la expectativa de que
pleno de su propia situació n y de la otros muchos ahora indeterminados
del enemigo, para confrontarlo con lo y desconocidos, también estará n dis-
que fue su actuació n real y explicar puestos a aceptarlo en un intercam-
luego causalmente la distancia entre bio futuro).
ambos comportamientos (sea por ra- 2. No cualquier acció n -aun exter-
zones de informació n falsa, errores na- es "social" en el sentido aquí ad-
de hecho, equivocaciones o conside- mitido No lo es, desde ya, la acció n
raciones no estratégicas). En este externa que só lo se orienta por la ex-
caso se aplica también una (latente) pectativa de determinadas reacciones
construcció n racional típico-ideal. de objetos materiales. El comporta-
Los conceptos que constituyen la so- miento interior ú nicamente es acció n
ciología son típico-ideales tanto des- social cuando está orientado por las
de el punto de vista externo como in- acciones de otros.
terno; en efecto, la acció n real sucede Así el comportamiento religioso, por
en la mayor parte de los casos con os- ejemplo, no es acció n social cuando
cura semiconciencia o total incon- só lo es contemplació n, oració n solita-
ciencia de su sentido intencionado. El ria, etc. La actividad econó mica (de
sujeto má s que "saber" o tener una un individuo) ú nicamente lo es si tie-
idea clara, "siente" indeterminada- ne en cuenta la actividad de otros.
mente; obra generalmente por instin- Considerado formalmente y en térmi-
to o costumbre. Ú nicamente a veces - nos generales: si toma en cuenta el
y en una masa de situaciones aná lo- respecto por terceros de su poder
gas só lo en algunos individuos- se real de disponer sobre bienes econó -
eleva a conciencia un sentido (racio- micos. Considerada materialmente: si
nal o irracional) de la acció n. Só lo ex- en el consumo, por ejemplo, toma en
cepcionalmente se da una acció n con cuenta las necesidades futuras de ter-
sentido cabal, es decir, lú cida y con ceros, orientando "por ellas su propio
absoluta conciencia. Tanto la historia "ahorro" o si en la "producció n" su
como la sociología deben tener en orientació n está fundada en la consi-
cuenta este hecho en sus aná lisis de deració n de las necesidades de terce-
la realidad. Lo cual, sin embargo, no ros, etc.
impide que la sociología construya 3. No cualquier contacto entre los
sus conceptos mediante una clasifica- hombres tiene carácter social; ú nica-
ció n de los posibles "sentidos inten- mente cuando se trata de una acció n
cionados" y como si la acció n real se con sentido propio orientada a la ac-
desarrollara orientada consciente- ció n de otros. Así, un choque de dos
mente de acuerdo con un sentido. […] ciclistas es un simple hecho equiva-
lente a un fenó meno de la naturaleza.
El concepto de acción social Pero, si se intentara evitar el encuen-
tro, ya se manifestaría una acció n so-
1. La acció n social (englobando to- cial, o también en la pelea o los inter-
lerancia u omisió n) se orienta por las cambios amistosos posteriores al
acciones de otros, ya sean pasadas, choque.
presentes o aguardadas como futuras 4. La acció n social no es a) ni una
(venganza por previos ataques, res- acció n homogénea de muchos, b) ni la
puesta a ataques presentes, precau- acció n de alguien influido por el com-
ciones frente a ataques futuros), Los portamiento de otros. a) Cuando en la
"otros" pueden ser individualizados y calle, al comenzar una lluvia, un cier-
conocidos o un conjunto de indivi- to nú mero de individuos abre simul-
duos indeterminados y desconocido" tá neamente sus paraguas (de manera
(el dinero, por ejemplo, equivale a un normal), la acció n de cada uno no es-
15

tá orientada por la acció n de los nes diarias, en su conjunto, se acer-


otros, sino que la acció n de todos está can a este tipo, que se inserta en la
determinada por la necesidad de de- sistemá tica no só lo como situació n lí-
fenderse del agua. b) Se sabe que los mite, sino porque la vinculació n con
individuos son influidos fuertemente lo habitual puede mantenerse cons-
en su acció n por el simple hecho de ciente en grados y sentidos diferen-
estar englobados en una "masa" es- tes; en este caso la acció n se aproxi-
pecialmente limitada (objeto de las ma al tipo nú mero
investigaciones de la "psicología de 2.El comportamiento riguro-
las masas", del tipo de los estudios de samente activo está, igualmente, no
Le Bon); se trata de una acció n condi- só lo en el límite, sino muchas veces
cionada por la masa. [...] El curso de má s allá de lo que es la acció n cons-
una acció n tal, determinada o code- ciente con sentido; se puede tratar de
terminada por la simple circunstan- una reacció n sin obstá culos a un estí-
cia de la situació n de masa, sin que se mulo extraordinario, fuera de lo habi-
dé con respecto a ella una relació n tual. Comporta una sublimación cuan-
significativa, no puede ser juzgado do la acció n determinada emotiva-
como social en el sentido aquí admiti- mente se manifiesta como descarga
do. Por supuesto, la distinció n es ex- consciente de un estado sentimental;
tremadamente elá stica. en este caso la acció n generalmente
[...] (aunque no siempre) se aproxima a la
"racionalizació n axioló gica" o a la ac-
§ 2. La acció n social, como toda ac- ció n con respecto a fines, o a las dos
ció n, puede ser: 1) racional con res- por igual.
pecto a fines: orientada por expectati- 3.La acció n efectiva y la racio-
vas acerca de la conducta tanto de los nal con respecto a valores se diferen-
objetos del mundo exterior como de cian entre sí porque la segunda ela-
otros hombres, empleando esas ex- bora conscientemente los objetivos
pectativas como "condiciones" o "me- ú ltimos de la acció n y la planea de
dios" para la consecució n de fines acuerdo con su carácter. Se asemejan
propios racionalmente ponderados y en que para ambas el sentido de la
perseguidos 2) racional con respecto acció n no radica en el resultado, en lo
valores; orientada por la creencia que está ya fuera de ella, sino en la
consciente en el valor ético, estético, propia acció n, en su peculiaridad.
religioso o como se lo juzgue- propio Actú a de manera afectiva aquel que
y absoluto de un comportamiento de- satisface su impulso actual de ven-
terminado, sin ninguna relació n con ganza, de goce o de entrega, de beati-
el significado, es decir, só lo en virtud tud contemplativa, o de dar libre cur-
de ese valor; 3) afectiva, especial- so a sus pasiones momentá neas, ya
mente emotiva, orientada por afectos sean vulgares o sublimes. Actú a rigu-
y sentimientos actuales; 4) tradicio- rosamente de un modo racional con
nal: orientada por una costumbre respecto a valores aquel que, sin pon-
arraigada. – derar, las consecuencias previsibles,
obra segú n sus convicciones sobre lo
1-La acció n rigurosamente que el deber, la dignidad, la belleza, la
tradicional, así como la imitació n pu- sabiduría religiosa, la piedad o la
ramente reactiva, esté por entero en trascendencia de una "causa", del ca-
el límite -y, muchas veces, má s allá- rá cter que sea, parecen ordenarle.
de lo que puede considerarse plena- Una acció n racional con respecto a
mente una acció n con sentido. En valores -en nuestra terminología es
efecto, frecuentemente só lo es una siempre una acció n segú n "ó rdenes"
oscura reacció n a estímulos habitua- o, "exigencias" que el sujeto cree diri-
les, que se desarrolla en la direcció n gidos a él (y ante los cuales se cree
de una actitud arraigada. Las accio- obligado).
16

Se hablará de una racionalidad con orientada de modo exclusivo por uno


respecto a valores só lo cuando la ac- u otro de estos tipos. […]
ció n humana se oriente por esas exi-
gencias (cosa que ú nicamente sucede § 3. Por “relació n" social se debe en-
en una fracció n mayor o menor de la tender un comportamiento de varios
acció n, muy modesta generalmente. individuos instaurado, de acuerdo al
[...] sentido que encierra, recíprocamente
4.Actú a racionalmente con y orientado por esa reciprocidad. Por
respecto a fines quien orienta su ac- lo tanto, la relació n social consiste ex-
ció n segú n el fin, los medios y las con- clusivamente en la posibilidad de ac-
secuencias que ella comporta, ponde- tuar de un modo dado (provisto de
rando para ello racionalmente los sentido), cualquiera sea la base sobre
medios con los fines, los fines con las la cual reposa dicha posibilidad.
consecuencias y los diversos fines en- 1. Un mínimo de recíproca bilaterali-
tre sí; como quiera que sea, no quien dad en la acció n es pues, una cualidad
actú e afectivamente (sobre todo, de conceptual. El contenido puede ser
manera emotiva) ni segú n la tradi- diverso: conflicto, enemistad, amor
ció n. A su vez, la elecció n entre dis- sexual, amistad, piedad, intercambio
tintos fines y consecuencias concu- en el mercado, "cumplimiento”, “in-
rrentes y en pugna puede ser racional cumplimiento", rompimiento" de un
con respecto a valores, con lo que la acuerdo, "rivalidad " económica, amo-
acció n sería racional con respecto a rosa o de otro tipo, "comunidad" na-
fines só lo en lo que concierne a los cional, estamental o de clase. [...] Por
medios. O en otro caso, el agente, sin lo tanto, el concepto nada dice res-
ninguna determinació n racional por pecto de si entre los sujetos existe
valores en forma de "mandatos" o “solidaridad” o lo contrario.
"exigencias", puede aceptar esos fines
concurrentes y en pugna só lo como 2. Se trata siempre de un contenido
deseos subjetivos dentro de una esca- de sentido empíricamente determi-
la de urgencias consecuentemente es- nable, intencionado por los partici-
tablecida, orientando su acció n de pantes – realmente en el caso concre-
acuerdo con ella de modo que, en lo to, o como promedio, o como "tipo
posible, resulten satisfechos en el or- puro" construido- y nunca de un sen-
den de esa escala. En síntesis, la tido normativo "correcto" o "verda-
orientació n racional con respecto a dero" metafísicamente. Incluso en el
valores puede mantener relaciones caso de las llamadas "formaciones so-
muy diversas con la racional con res- ciales" -como el "estado", la "Iglesia",
pecto a fines. Desde el punto de vista la "compañ ía", el "matrimonio", etc.-
de esta ú ltima, la primera es siempre la relació n social consiste exclusiva y
irracional, y tanto má s cuanto el valor simplemente en la posibilidad de que
que la motiva sea elevado a la condi- tenga o tendrá lugar una acció n ins-
ció n de absoluto, porque la conside- taurada recíprocamente de un modo
ració n de las consecuencias de la ac- determinado, segú n su contenido de
ció n disminuye en la medida en que sentido.
se acrecienta la importancia atribui- Esto debe ser tenido siempre en
da al valor propio del acto concebido cuenta para evitar una concepció n
en términos absolutos. Ahora bien, sustancialista de dichos conceptos.
una racionalidad absoluta en la ac- Un "estado", por ejemplo, deja de
ció n con respecto a fines representa "existir" socioló gicamente apenas
un caso extremo, de carácter funda- desaparece la posibilidad de que se
mentalmente constructivo. desarrollen determinadas formas de
5.La acció n, sobre todo la so- acció n social orientadas por el senti-
cial, só lo excepcionalmente está do. Esta posibilidad puede ser muy
grande o bien ser progresivamente
17

restringida; y en el sentido y la medi- de los tipos de desarrollo de la ac-


da en que ella efectivamente (sobre la ció n, en antítesis con la historia, que
base de cierta evaluació n) subsistió o tiende a la imputació n causal de co-
subsiste, también subsistió o subsiste nexiones individuales importantes, es
la relació n social en cuestió n. No se decir, má s cargadas de consecuen-
puede atribuir otro significado a la cias.
afirmació n de que determinado "es- Por uso hay que entender la posibili-
tado" existe o ya no existe má s. dad; de una regularidad en la conduc-
3. No decimos para nada que en ta., cuando y en la medida en que esa
un caso dado los participantes de la posibilidad, dentro de un conjunto de
acció n recíprocamente referida pon- individuos, esté dada sólo por el ejer-
gan el mismo sentido en esa acció n, o cicio de hecho. El uso debe denomi-
que asuman en su interioridad la acti- narse costumbre cuando el ejercicio
tud de la otra parte, es decir, que se de hecho se apoya en un arraigo du-
dé "reciprocidad" en el sentido. Lo radero. Se debe considerar, por el
que en uno es "amistad", "amor", contrario, que dicho uso está deter-
"piedad", "fidelidad contractual", minado por una situación de intereses
"sentimiento de la comunidad nacio- ("condicionado por el 'interés"),
nal", puede corresponderse en el otro cuando la existencia empírica de su
con actitudes totalmente diferentes. posibilidad se apoye sólo en el hecho
[...] Sin embargo (la acció n) no deja de que los individuos orienten racio-
de estar referida en tanto el actor nalmente su acció n con respecto a fi-
presupone una actitud en el otro (tal nes en virtud de expectativas simila-
vez erró neamente, en todo o en par- res. [. ..]
te) y orienta su conducta segú n esa Muchas uniformidades muy percepti-
expectativa, lo que es suficiente para bles en el desarrollo de la acció n so-
producir consecuencias (como suce- cial, especialmente (si bien no exclu-
de la mayoría de las veces, relativas sivamente) de la acció n econó mica,
al curso de la acció n y a la forma de la no descansan para nada en una
relació n. [...] orientació n de acuerdo con algunas
normas consideradas como vá lidas o
4. Una relació n social puede ser de acuerdo con la costumbre, sino
de carácter completamente transito- ú nicamente en que el modo de actuar
rio o puede comportar permanencia, de los participantes concuerda por
es decir, la posibilidad de la reitera- naturaleza, como término medio y de
ción continuada de un comporta- la mejor manera posible, con sus in-
miento con el sentido que tenga (o tereses subjetiva mente estimados,
sea, el supuesto por tal y, por ende, orientando su acció n justamente por
esperado). La "subsistencia" de la re- esa opinió n y conocimientos subjeti-
lació n social implica ú nicamente la vos; es el caso, por ejemplo, de las
presencia de esta posibilidad, vale uniformidades en la formació n de los
decir de la probabilidad mayor o me- precios en el mercado. Los individuos
nor de que tenga lugar una acció n interesados en cierto mercado orien-
conforme al sentido, y nada má s: ello tan su actitud, considerada como
debe tenerse en cuenta para evitar "medio": con vistas a sus típicos inte-
ideas erró neas. [...] reses subjetivos de cará cter econó mi-
co, considerados como "fin", y de
acuerdo con las expectativas típicas
§ 4. En la acció n social se pueden ob- que derivan de la actitud previsible
servar uniformidades de hecho, vale de los otros individuos, consideradas
decir, desarrollos de la acció n que se como "condiciones" para alcanzar di-
repiten en los mismos individuos con cho fin. Cuanto má s rigurosamente
un sentido intencionado típicamente racional sea su acció n con respecto al
homogéneo. La sociología se ocupa fin, tanto má s similar será su reacció n
18

frente a situaciones dadas; y de ahí den ser señ aladas. Y ú nicamente ha-
derivan homogeneidades, uniformi- blaremos, b) de una "validez'" de este
dades y continuidades de disposició n orden cuando la orientació n efectiva
y de acció n que, generalmente, son por aquellas normas se produce por-
mucho má s estables que cuando la que en una medida significativa (vale
conducta se orienta sobre la base de decir, en una medida que pese prá cti-
normas y deberes que tienen un efec- camente) se muestren vá lidas para la
tivo valor "obligatorio" dentro de un acció n, es decir, como obligatorias o
circulo de individuos. como modelos de comportamiento.
[...]
§ 5. En la acció n, particularmente, la 3. La acció n no só lo puede estar
social y asimismo la relació n social, orientada por la validez de un orden
sus participantes pueden orientarse cuando "cumple" con su sentido
en la representación de la existencia (como término medio, naturalmente),
de un orden legítimo. La posibilidad sino que también en el caso en que el
de que esto suceda de hecho se llama sentido en cuestió n es eludido o in-
"validez' del orden en cuestió n. fringido puede operar la posibilidad
1. “Validez” de un orden equiva- de su validez (como norma obligato-
le aquí a algo má s que una simple ria) en mayor o menor medida. El la-
uniformidad en el desarrollo de la ac- dró n, cuando esconde su acció n, la
ció n social, condicionada por la cos- orienta por la validez de la ley penal.
tumbre o por una situació n de intere- La "validez” que un orden tiene para
ses. Cuando las sociedades que se de- un círculo de individuos se revela en
dican al transporte de muebles man- el hecho de tener que ocultar su in-
tienen regularmente determinadas fracció n.
disposiciones respecto al tiempo de [...]
la mudanza, esas uniformidades es- § 6. La legitimidad de un orden puede
tá n determinadas por la situació n de ser garantizada:
intereses. Cuando un vendedor visita I. De modo puramente íntimo, y en tal
a sus, clientes en forma regular en caso: 1) puramente afectivo: por
ciertos días del mes o de la semana, adhesió n sentimental; 2) racional con
ello obedece a una costumbre arrai- respecto a valores; por la creencia en
gada, o a una situació n de intereses la validez absoluta como expresió n
(la gira por su zona comercial). Pero, de valores supremos que engendran
cuando un funcionario asiste diaria- deberes (morales, estéticos, etc.); 3)
mente a su oficina a la misma hora, religioso: por la creencia de que su
ello sucede no sólo en virtud de una cumplimiento asegura la existencia
costumbre arraigada, ni só lo en vir- de un bien de salvació n.
tud de una situació n de intereses - II. También (o exclusivamente) por la
que pudiera voluntariamente aceptar expectativa de ciertas consecuencias
o no-, sino también (por regla) por la externas; vale decir, por una situa-
"validez" de un orden (reglamento de ció n de intereses, pero por expectati-
servicio), como imperativo cuya in- vas de un cierto género. Un orden se
fracció n no só lo acarrearía perjuicios denominará : a) convenció n: en el
sino que, (normalmente) se rechaza caso en que su validez esté asegurada
por motivos racionales respecto al exteriormente por la posibilidad de
valor (efectivo sin embargo, en medi- que dentro de un determinado circu-
da muy diversa) de su "sentimiento lo de individuos, un (comportamiento
del deber". discordante tropezará con una (rela-
2. Al "contenido de sentido" de una tiva) reprobación general y prá ctica-
relació n social lo denominamos: a) mente perceptible; b) derecho: en el
"orden" cuando la acció n se orienta caso de que esté asegurado exterior-
(por término medio o de manera mente por la posibilidad de la coer-
aproximada) por "normas" que pue- ción (física o psíquica) practicada por
19

un cuadro de individuos instituidos cualquiera haya sido su limitació n


con la tarea da exigir el respeto de frente a las aspiraciones ideales, la in-
ese orden o castigar su infracció n fluencia real y significativa de sus
[…] preceptos ló gicamente deducidos so-
Para nosotros, lo característico en el bre la conducta; preceptos que deben
concepto de “derecho” (que para distinguirse tanto de los revelados
otros propó sitos puede deslindarse como de los establecidos o de los de-
de manera muy diferente) es la exis- rivados del derecho tradicional.
tencia de un cuadro coercitivo.
Por supuesto, éste no tiene por qué El tipo de legitimidad hoy má s, co-
ser semejante al que nos es habitual rriente es la creencia en la legalidad:
en la actualidad. Sobre todo, no es el acatamiento a preceptos jurídicos
para nada imprescindible la existen- positivos establecidos de acuerdo con
cia de una instancia "judicial". el procedimiento habitual y formal-
[...] mente correctos. [...]

§ 7. Los que actú an socialmente pue- § 8. Se entenderá que una relació n


dan otorgar validez legítima a un or- social es de lucha cuando la acció n se
den dado. orienta par el fin de someter a la pro-
a) En virtud de la tradició n: validez pia voluntad al otro u otros que se re-
de lo que existió siempre; sisten a ella.
b) en razó n de una creencia afectiva o Se llaman "pacíficos" los medios de
en particular emotiva: validez de lo lucha donde no se ejerce una violen-
nuevo revelado o de lo ejemplar; cia física efectiva. Se denomina "com-
c) en virtud de una creencia racional petencia" a la lucha "pacifica" cuando
con respecto a valores; validez de lo versa sobre la adquisició n formal-
que se cree absolutamente valioso. mente pacifica de un poder de dispo-
d) en virtud de lo establecido positi- sició n propia sobre posibilidades de-
vamente, en cuya legalidad se cree. seadas también por otros. Existe
competencia regulada en tanto este
Esta legalidad puede valer como legí- orientada, en sus fines y medios, por
tima: un orden dado. Llamaremos elecció n
a) en razó n de un acuerdo de los inte- a la lucha (latente) por la existencia
resados que, sin el propó sito de dirigirse
b) en razó n de su sanció n por una au- contra otros, ocurre, sin embargo,
toridad concebida como legítima y tanto entre individuos como entre ti-
del sometimiento correlativo. [...] pos de individuos, por las posibilida-
des existentes de vida y de supervi-
1. La validez de un orden en virtud de vencia; esta selecció n es "social" en el
la naturaleza sagrada de la tradició n caso de que se trate de posibilidades
es la forma má s primitiva y universal. de vida de las vivientes, a "bioló gica",
El miedo a ciertos dañ os má gicos ro- en el caso de posibilidades de super-
busteció la traba psíquica para todo vivencia de tipo hereditaria.
cambio en las formas habituales y [...]
arraigadas del comportamiento; y los Toda lucha y competencia típicas y
diversos intereses, que frecuente- masivas conducen en ú ltima instan-
mente estén vinculados con el mante- cia, a pesar de las pasibles Interven-
nimiento de la sumisió n, con el orden ciones de la suerte y del azar, a una
establecido, contribuyen en la direc- "selecció n de las que tienen en mayor
ció n de su conservació n. [...] medida las condiciones personales
exigidas por término medio para
3. El derecho natural es el tipo má s triunfar en la lucha. Só lo las condicio-
puro de una validez racional con res- nes de la lucha y la competencia pue-
pecto a valores. No se puede negar, den decidir de qué cualidades se tra-
20

ta: si de la fuerza física o de la astucia una compensación de intereses por


sin escrú pulos, si de la capacidad es- motivos racionales (de fines o de va-
piritual o de meros pulmones y técni- lores) o en una unión de intereses con
ca demagó gica, si del amor incondi- motivació n equivalente. La asocia-
cional a los jefes o de la adulació n a ció n, típicamente, puede sustentarse,
las masas, de la originalidad creadora de manera especial, aunque no exclu-
o de la facilidad de adaptació n social, siva, en un acuerdo o pacto racional,
de cualidades excepcionales o medio- por declaració n mutua, En tal caso, la
cres, Entre las condiciones al margen acció n, si es racional, está orientada:
de todas las cualidades posibles tanto a) racionalmente con respecto a valo-
individuales como de masa, deben res: en virtud da la creencia en la pro-
anotarse aquellos órdenes por los que pia vinculació n; b) racionalmente con
el comportamiento, sea tradicional o respecto a fines: por la expectativa de
racional, con respecto a fines o a va- la lealtad de la otra parte.
lores, se orienta en la lucha. Cada uno [...]
de ellos interviene en las posibilida- § 10. Una relació n social, se trate de
des de la selecció n social. No toda se- comunidad o de asociació n, se llama
lecció n social es una "lucha" segú n el "abierta" al exterior en tanto y en
sentido admitido aquí. Selección so- cuanto la participació n en la acció n
cial equivale solamente a que ciertos social reciproca que la configura, de
tipos de comportamiento y ocasional- acuerdo con su sentido, no se halla
mente de cualidades personales, tie- vedada –por las regulaciones que ri-
nen mayor posibilidad de entrar en gen esa relació n- a nadie que lo pre-
una determinada relación social tenda y esté en condiciones de poder
("amante", "esposo", "diputado", integrarla. Viceversa, se llama "cerra-
"funcionario", "contratista de obra", da" al exterior en tanto y en cuanto
"director general", etc.). No se juzga tal participació n esté excluida, res-
con ello si esas posibilidades sociales tringida o sometida a condiciones ya
se obtuvieron por medio de lucha, ni por el sentido de la acció n, ya por los
si con ellas mejoran o no las posibili- ordenamientos que la rigen. El cará c-
dades de supervivencia biológica del ter abierto o cerrado puede estar de-
tipo en cuestió n. terminado tradicional, afectiva, o ra-
Ú nicamente se hablará de “lucha" cionalmente con respecto a valores o
cuando exista una auténtica "compe- fines. La clausura de tipo racional se
tencia". De acuerdo con la experien- apoya especialmente en la siguiente
cia, la lucha es, de hecho, ineludible, situació n de hecho: una relació n so-
en el sentido de "selecció n” y lo es en cial puede procurar a sus participan-
principio en el sentido de "selecció n tes ciertas posibilidades de satisfacer
bioló gica". determinados intereses, tanto inte-
La selecció n es "eterna", ya que no riores como exteriores, ya por el fin o
hay posibilidad de imaginar ningú n por el resultado, ya mediante una ac-
medio para eliminarla totalmente. ció n solidaria o en virtud de una com-
[...] pensació n de intereses. A los partici-
§ 9. Denominamos comunidad a una pantes en la relació n les interesa su
relació n social en tanto y en cuanto la cará cter abierto cuando tienen la ex-
actitud en la acció n social -en el caso pectativa de que su ampliació n les
concreto, por término medio, o en el proporcionará un mejoramiento de
tipo puro- de los participantes se ins- sus propias posibilidades en térmi-
pira en el sentimiento subjetivo nos de cantidad, calidad, seguridad o
(afectivo o tradicional) de integrar un valor; por el contrario, cuando espe-
todo. ran adquirir tales ventajas a través de
Denominamos asociació n a una rela- su monopolizació n, se interesan por
ció n social en tanto y en cuanto la ac- su clausura hacia el exterior.
titud en la acció n social se inspira en
21

Una relació n social "cerrada" asegura positivas o negativas incluyen a to-


a sus miembros el goce de las oportu- dos.
nidades monopolizadas: a) libremen- El poder de representació n (plenos
te, b) racionada o regularmente en poderes), segú n el orden vigente pue-
cuanto al grado y modalidad, o c) por de: 1) ser apropiado en todos sus gra-
apropiación permanente por parte de dos y cualidades (plenos poderes por
un individuo o de grupos, y relativa o derecho propio); o 2) atribuirse a
totalmente alienable cerrada en su quien posea características definidas,
interior). Las oportunidades apropia- permanentemente o por un lapso; o
das se denominan derechos. 3) ser otorgado a través de actos de
De acuerdo con el orden vigente en la los miembros o de terceros, perma-
relació n social, la apropiació n puede nentemente o por un lapso (plenos
recaer en 1) todos los miembros de poderes otorgados). Respecto de las
comunidades y sociedades determi- situaciones en que las relaciones so-
nadas (por ejemplo, los de una comu- ciales se muestran como relaciones
nidad doméstica), o 2) individuos, y de solidaridad o de representació n,
en tal caso a) de forma exclusivamen- en términos generales, só lo es dable
te personal, o b) de modo que, en agregar que es definitorio al respecto
caso de muerte, reciban esas oportu- que la conducta tenga como objetivo
nidades uno o varios individuos, rela- a) una lucha violenta, o b) un cambio
cionados con el que fuera titular has- pacífico.
ta entonces, socialmente o por paren- [...]
tesco, o elegidos por él (apropiación § 12. Por asociació n se entiende una
hereditaria). También puede ocurrir; relació n social caracterizada por la
3) que el titular tenga derecho de ce- regulació n limitadora hacia el exte-
sió n en favor de otros mediante pac- rior, en el caso de que la conserva-
tos; los beneficiados por la cesió n ció n de su orden esté asegurada por
pueden ser a) determinados, o b) dis- la conducta de determinados indivi-
crecionales (apropiación enajenable). duos, enfocada especialmente para
Los miembros de una relació n cerra- lograr ese fin: un dirigente y, even-
da se consideran iguales o compañe- tualmente, un cuadro administrativo
ros; cuando existe una regulació n de que, si es preciso, tienen también el
la participació n que les asegura la poder representativo. El ejercicio de
apropiació n de ciertas oportunida- la direcció n o la participació n en la
des, se consideran compañeros jurídi- acció n del cuadro administrativo (los
camente protegidos. La propiedad es- "poderes de gobierno") pueden ser:
tá constituida por las oportunidades a) apropiados, o b) que la asociació n
hereditariamente poseídas por un in- los otorgue de manera permanente,
dividuo, por una comunidad o socie- por un periodo o para un caso con-
dad; se denomina propiedad libre creto, a ciertos individuos que posean
cuando es pasible de ser enajenada. determinados rasgos o sean elegidos
[...] de un modo determinado. La acció n
§ 11. De acuerdo con un orden tradi- de la asociació n consiste en: a) la con-
cional o Instituido, una relació n social ducta legal del cuadro administrativo
puede entrañ ar para sus miembros que, por los poderes de gobierno o
las siguientes consecuencias: a) que representació n, se encamina a la con-
toda acció n de cada uno de los miem- secució n del orden de la asociació n;
bros se impute a los demá s (solidari- b) la conducta de los miembros, diri-
dad); b) que la acció n de un miembro gida por las regulaciones de ese cua-
se impute a los demá s (representa- dro administrativo.
ción). [...]
Ello quiere decir que tanto las opor- Una asociació n puede ser: a) autó no-
tunidades como las consecuencias, ma o heteró noma b) autocéfala o he-
terocéfala. Autonomía significa, por
22

oposició n a heteronomía, que el or- 1. La noció n empresa abarca la conse-


den de la asociació n no es impuesto cució n de actividades políticas hie-
desde fuera de la misma, sino por sus rú rgicas, asuntos de una unió n, etc.,
propios integrantes, y en tanto tales con la condició n de continuidad en la
(no importa cuá l sea la fó rmula. que persecució n de sus fines.
se utilice al respecto). Autocéfala sig- 2. Unió n o Instituto son asociaciones
nifica que el dirigente de la asocia- con reglamentaciones instituidas ra-
ció n sea designado segú n el orden de cionalmente, segú n un plan, o, mejor
la asociació n; heterocéfala, que lo sea dicho: en la medida en que una aso-
desde el exterior (bajo cualquier for- ciació n tenga reglamentaciones insti-
ma de designació n). tuidas, se denominará unió n o insti-
[...] tuto. Un 'instituto" es, en primer lu-
§ 13. En una “sociedad” los órdenes gar, el estado y sus asociaciones hete-
instituidos pueden surgir de: a) libre rocéfalas, y también la iglesia, a con-
pactació n, o b) otorgamiento y some- dició n de que sus regulaciones hayan
timiento. sido racionalmente instituidas.
El poder gubernamental de la asocia- [...]
ció n puede aspirar al poder legítimo § 16: Poder significar la posibilidad
para la imposició n de nuevos ó rde- de imponer la voluntad propia en el
nes. interior de una relació n social, contra
Le constitución de una asociació n cualquier resistencia sea cual fuere la
consiste en la posibilidad real de que base de esa posibilidad.
exista sometimiento al poder "otor- Por dominació n se define la posibili-
gante" del gobierno existente, segú n dad de que un mandato determinado
grado, modalidad y circunstancias. sea obedecido entre personas dadas;
A estas circunstancias pertenecen, por disciplina se entiende la posibili-
entre otras varias, el ascenso de de- dad de que un mandato sea obedeci-
terminados grupos o fracciones de do por un grupo de individuos, de
miembros de la asociació n. manera rá pida, simple y automá tica,
[...] a causa de ciertas actitudes arraiga-
§ 14. Por orden administrativo se en- das en ellas.
tiende la regulació n de la "acció n de [...]
la asociació n". Regulador es el orden §17: Una asociació n de dominació n
que define otras acciones sociales, se denomina asociació n política en
garantizando a los integrantes las tanto y cuanto su existencia y la vali-
oportunidades ofrecidas. dez de sus regulaciones estén asegu-
[...] radas, en un á rea geográ fica dada, de
§ 15. Empresa es una acció n dirigida manera continua por la amenaza y el
hacia fines determinados y de manera ejercicio de la fuerza física por parte
ininterrumpida. La asociación de em- de un cuadro administrativo.
presa es una sociedad que posee un Por estado se entiende un instituto
cuadro administrativo en actividad político de actividad ininterrumpida,
ininterrumpida para el logro de sus en tanto y en cuanto su cuadro admi-
fines. nistrativo tenga el monopolio legíti-
Unió n es una asociació n de empresa mo de la coerció n física en funció n
cuyas reglamentaciones instituidas del mantenimiento del orden vigente.
só lo tienen vigencia para sus miem- Una acció n está orientada política-
bros por libre decisió n. mente en tanto y en cuanto influya en
Instituto es una asociació n cuyas la direcció n de una asociació n políti-
reglamentaciones instituidas fueron ca, en especial en la apropiació n o ex-
"otorgadas" y rigen de hecho con res- propiació n, en una nueva distribu-
pecto a toda acció n, que, con ciertos ció n o atribució n de los poderes de
rasgos, se produzca en el á rea de su gobierno.
poder.
23

Por asociació n hierocrá tica se entien- constituir las bases en que confía la
de una asociació n de dominació n, en dominació n. Otro factor se le agrega
tanto y en cuanto utilice para la ase- normalmente: la creencia en la legiti-
guració n de su orden la coerció n, psí- midad.
quica, otorgando o negando bienes de Ninguna dominació n, segú n la expe-
salvació n (coerció n hierocrá tica). riencia, se conforma voluntariamente
Debe entenderse por iglesia un insti- con tener como posibilidad de su per-
tuto hierocrá tico con actividad conti- sistencia motivos exclusivamente
nua, en tanto y en cuanto su cuadro materiales, afectivos o racionales con
administrativo tenga el monopolio le- respecto a valores. Todas se afanan,
gítimo de la coerció n hierocrá tica. má s bien, por suscitar y fomentar la
[...] creencia en su "legitimidad". El tipo
de acatamiento, el del cuadro admi-
Tipos de dominación y formas de nistrativo encargado de garantizarlo,
legitimidad así como el cará cter que adopta la do-
minació n se diferencian de acuerdo a
§ 1. [...] la clase de legitimidad pretendida.
No toda dominació n se vale del me- Segú n ella varían también los efectos
dio econó mico ni, mucho menos to- de la dominació n.
davía, tiene fines econó micos. Má s Por eso, resulta conveniente distin-
toda dominació n ejercida sobre mu- guir las clases de dominació n de
chos individuos exige normalmente, acuerdo a sus pretensiones típicas de
aunque no siempre, un cuadro admi- legitimidad. [...]
nistrativo: vale decir, la posibilidad,
confiable, de que tendrá lugar una ac- 2: No hay que denominar "relació n
tividad dirigida al cumplimiento de de dominació n" a toda "pretensió n"
sus ordenaciones generales y manda- convencional o jurídicamente garan-
tos concretos, y llevada a cabo por un tizada.
grupo de individuos de los que se es- De otro modo, podría decirse que el
pera obediencia. Este cuadro admi- trabajador en la esfera de la preten-
nistrativo puede obedecer a su señ or sió n de su salario es "señ or" del pa-
(o señ ores) por la costumbre, por ra- trono, dado que éste se encuentra, a
zones puramente afectivas, por inte- demanda del ejecutor judicial, a su
reses materiales o por motivaciones disposició n. Desde el punto de vista
ideales (con respecto a valores). formal es só lo una arte” acreedora"
El carácter de estas motivaciones de- del cumplimiento de ciertas presta-
termina en buena parte el tipo de do- ciones dentro de un intercambio de
minació n. Motivos puramente mate- servicios determinado. El concepto
riales y racionales con arreglo a fines de una relació n de dominació n, no
como el lazo entre el mandante y su obstante, no descarta que haya podi-
cuadro comportan en este caso, como do surgir de un contrato formalmente
en todos, una relació n relativamente libre: es lo que sucede en la domina-
frá gil. Se le agregan generalmente ció n del patrono sobra el obrero, que
otros motivos: afectivos o racionales se expresa en las instrucciones y or-
con respecto a valores. denanzas de su trabajo, o en la domi-
En casos excepcionales pueden ser nació n del señ or sobre el vasallo que
éstos los decisivos. Cotidianamente contrajo libremente el pacto feudal.
domina la costumbre y junto a ella in- El hecho de que la obediencia por dis-
tereses materiales, utilitarios, aquí ciplina militar sea "obligatoria" desde
como en cualquier otra relació n. Pero el punto de vista formal, en tanto que
ni la costumbre, ni la situación de in- la prescripta por la disciplina de ta-
tereses, ni tampoco los motivos pura- ller sea "voluntaria" desde el punto
mente afectivos y de valor (raciona- de vista formal, no cambia absoluta-
les con respecto a valores), pueden mente la circunstancia de que la dis-
24

ciplina de taller comporta también


sumisió n a una autoridad (domina- 4. "Obediencia" quiere decir que la
ció n). La posició n del funcionario actitud del que obedece se desarrolla
también se establece mediante con- como si el contenido de la orden se
trato y puede ser denunciado, e inclu- hubiera convertido, por sí mismo, en
so la misma relació n de "sú bdito" una norma de su conducta; esto sola-
puede ser aceptada y, dentro de cier- mente en virtud de la relació n formal
tos límites, disuelta de manera volun- de obediencia, al margen de la propia
taria. opinió n sobre el valor o disvalor de la
La ausencia absoluta de una relació n orden como tal.
voluntaria só lo se presenta en la es- [...]
clavitud,
5. El campo de la influencia autorita-
3. La "legitimidad" de una domina- ria de las relaciones sociales y de los
ció n hay que concebirla só lo como fenó menos culturales es mucho má s
una posibilidad, la de que se la trate amplio de lo que puede parecer a la
como tal prá cticamente y como tal se primera observació n. Sirva como
la mantenga en una proporció n im- ilustració n la especie de dominació n
portante. Ni por lejos sucede que la que se practica en la escuela, por me-
obediencia a una dominació n se dio de la cual se imponen las formas
orienta en primer lugar (ni siempre) de lenguaje oral y escrito que valen
por la creencia en su legitimidad. In- como ortodoxas. [.. .]
dividuos y grupos pueden aparentar La autoridad parental y de la escuela
adherirse por razones de oportuni- tiene una influencia que va mucho
dad, o adherirse efectivamente en má s allá de esos bienes culturales de
virtud de intereses materiales pro- cará cter, en apariencia formal, dado
pios, o hacerla como algo inevitable a que configura a la juventud y de ese
causa de debilidades individuales y modo a los hombres.
de su situació n de desprotecció n.
Todo ello no es decisivo para clasifi- TIPOS DE DOMINACIÓN
car una dominació n. Por el contrario,
su pretensió n de legitimidad, por su § 2. Existen tres tipos puros de domi-
cará cter, la convalida, de manera des- nació n legítima. El fundamento prin-
tacada, reafirma su existencia y code- cipal de su legitimidad puede ser
termina la naturaleza del medio de 1. Racional: se apoya sobre la creen-
dominació n. Má s aun, una domina- cia en la legalidad de ordenaciones
ció n puede ser tan absoluta, como su- establecidas y de los derechos de
cede frecuentemente en la práctica, mando de aquellos a quienes esas or-
en virtud de una comunidad circuns- denaciones atribuyen el ejercicio de
tancial de intereses entre el soberano la autoridad (autoridad legal).
y su cuadro (guardias personales, 2. Tradicional: se apoya en la creen-
pretorianos, guardias "rojos" o "blan- cia en la santidad de las tradiciones
cos") ante los dominados y, dada la que tienen vigencia desde tiempos
impotencia militar de éstos, hallarse remotos y en la legitimidad de aqué -
tan segura que desprecie toda pre- llos a quienes esas tradiciones atribu-
tensió n de "legitimidad". yen el ejercicio de la autoridad (auto-
Pero, incluso en este caso, la clase de ridad tradicional.
relació n de la legitimidad entre el so- 3. Carismático se apoya en la entre-
berano y su cuadro administrativo di- ga extra cotidiana al heroísmo, la
fiere de acuerdo con la clase de fun- santidad o ejemplaridad de una per-
damento de la autoridad que entre sona, cuyas ó rdenes son emitidas o
ellos se dé, lo cual, como se mostrará reveladas (autoridad carismá tica).
má s adelante, es decisivo para la es- Cuando la autoridad es legal, las ór-
tructura de la dominació n. denes impersonales y objetivas, insti-
25

tuidas legalmente, y las personas por da y ordena, obedece al orden imper-


ellas designadas reciben obediencia sonal, segú n el que se orientan sus
en virtud de la legalidad formal de las disposiciones. Ello también vale para
disposiciones dentro del ámbito de el soberano legal que no es "funcio-
su competencia. nario": el presidente electivo de un
Cuando, la autoridad es tradicional, la estado, por ejemplo.
obediencia a la persona del señ or 4. El que obedece -tal como se dice
proviene de la tradició n y ésta lo vin- generalmente-, lo hace en tanto
cula (en su ámbito) por piedad (pie- miembro de la asociación-y únicamen-
tas) al círculo de lo consuetudinario. te, obedece "al derecho".
Cuando la autoridad es carismá tica, En tanto miembro de la unió n, del
se obedece a un caudillo carismá tica- municipio, de una iglesia; en un esta-
mente dotado, por mérito de la con- do: el ciudadano.
fianza personal, por revelació n, por 5. Respecto de lo afirmado en el
heroicidad y ejemplaridad, en el á m- nú mero 3, predomina la idea de que
bito en que la fe en su carisma es vá li- los miembros de la asociació n cuando
do. obedecen al soberano, no acatan a
[...] una persona, sino un orden caracteri-
zado por su impersonalidad, y que
Dominación legal só lo está n "constreñ idos a la obe-
con administración burocrática diencia en el á mbito de competencia
finita, racional y objetiva que está in-
§ 3. La dominació n legal reposa sobre vestido por dicho orden.
la validez de un elenco de ideas vin- Las características fundamentales de
culadas entre sí. la dominació n legal son, así: 1. El de-
1. Todo derecho, "acordado" u sempeñ o continuado, de acuerdo con
"otorgado" es pasible de ser institui- una ley de funciones, en el marco de
do racionalmente -racional con res- 2. Una competencia que significa:
pecto a fines, a valores, o a a) un conjunto de deberes y servicios
ambos-.con la pretensió n de ser res- limitado objetivamente por la distri-
petado por lo menos por los miem- bució n de funciones,
bros de la asociació n; pero también b) la disposició n de los poderes nece-
por quienes se muevan dentro del ra- sarios para su realizació n, y
dio de poder de la asociació n (en las e) la determinació n minuciosa de los
de cará cter territorial, dentro del te- medios coercitivos admisibles y la su-
rritorio que controlan) y actú en allí o posició n previa de su aplicació n.
traben relaciones sociales que la aso- La actividad instituida de este modo
ciació n considere importantes. recibe el nombre de "magistratura:' o
2. Todo derecho segú n su esencia, "autoridad".
es un universo de reglas abstractas,
instituidas por lo comú n intencional A todo esto, es preciso agregar:
mente. 3. La ordenació n de "autoridades"
La judicatura supone la aplicació n de fijas dotadas de facultades de regula-
tales reglas a casos concretos. La ad- ció n y supervisió n, del derecho a que-
ministració n, el cuidado racional de ja o apelació n ante "autoridades" su-
los intereses contemplados por las periores, esto es, el principio de je-
reglamentaciones de la asociació n, rarquía administrativa. Existen diver-
dentro de las normas jurídicas y de sas soluciones a la cuestió n de -si la
acuerdo con principios discernibles instancia superior puede cambiar
que fueron aprobados o, por lo me- una disposició n por otra que conside-
nos, no desaprobados, por las regla- re má s justa y en qué condiciones, o
mentaciones de la asociació n. si, por el contrario, debe delegar en el
3. El típico soberano legal, el que nivel inferior.
"está a la cabeza", al tiempo que man-
26

4. Las "reglas" de procedimiento clase de ó rdenes. Tanto el expediente


pueden ser: como la actividad ininterrumpida del
a) técnicas, o funcionario convierten a la oficina en
b) normas. la columna vertebral de toda forma
En cualquiera de los dos casos, a fin moderna de actividad en las asocia-
de obrar, segú n la racionalidad, es ciones.
preciso una formación profesional; 8. Má s tarde hablaremos en parti-
Por lo normal, só lo aquél calificado cular de las diferentes formas que
profesionalmente mediante pruebas puede adoptar la dominació n legal.
superadas con buen éxito puede ser Ahora analizaremos el significado del
parte del cuadro administrativo de tipo ideal en la estructura de domina-
una asociació n; así só lo el que se defi- ción del cuadro administrativo má s
na por tales condiciones llegará a ser pura y generalizada: la "burocracia".
empleado como funcionario. Los "fun- [.. .]
cionarios" constituyen el cuadro ad- § 4. El tipo má s puro de dominació n
ministrativo característico de las aso- legal es la que se practica por medio
ciaciones racionales: políticas, sacer- de un cuadro administrativo burocrá-
dotales, econó micas (en particular las tico.
capitalistas) o de otra especie. Ú nicamente quien dirige la asocia-
5. En el caso racional, tiene vigen- ció n dispone de una posició n de man-
cia el principio de la separació n com- do, ya por apropiació n, ya por elec-
pleta entre el cuadro administrativo y ció n o por haber sido designado por
los medios de administració n y pro- su predecesor. Pero, incluso sus fa-
ducció n. Los funcionarios, empleados cultades de mando son "competen-
y trabajadores de una administració n cias” legales. El cuadro administrati-
no son propietarios de los medios vo está integrado, en el tipo má s
materiales de producció n y adminis- puro, por funcionarios individuales
tració n, sino que los reciben en dine- ("monocracia" por oposició n a la "co-
ro o especies y está n obligados a la legialidad", que se analizará má s ade-
rendició n de cuentas. Rige el princi- lante, quienes:
pio de la separació n total entre el pa- 1. son personalmente libres y se suje-
trimonio pú blico, del cargo (o .de la tan só lo a los deberes objetivos a su
explotació n, el capital) y el patrimo- cargo.
nio privado (bienes individuales) y 2. está n incluidos en una jerarquía
entre la "oficina" y el "hogar"- administrativa rigurosa.
6. La apropiació n de los cargos por 3. son competencias estrictamente
aquellos que los desempeñ an no exis- definidas.
te en el caso má s racional. Y allí don- 4. en un contrato, es decir, en princi-
de existe un. "derecho al cargo" (en- pio, por libre selecció n de acuerdo
tre los jueces y, en la actualidad, en con
sectores crecientes de la burocracia y 5. la calificación profesional que es la
el proletariado), éste no está al servi- base de su nombramiento (en los ca-
cio de un objetivo de apropiació n de sos má s racionales por la aprobació n
parte del funcionario, sino de la con- de pruebas o la presentació n del di-
dició n puramente objetiva ("indepen- ploma qua prueba la calificació n),
diente"), ú nicamente sujeta a normas, 6. perciben en dinero sueldos estipu-
de su desempeñ o en el cargo. lados, con derecho a pensió n en la
7. Vale el principio administrativo mayoría de los casos.; los cargos son
de atenerse al expediente, incluso en revocables a iniciativa del mismo fun-
los casos en que las declaraciones cionario o, particularmente en los es-
orales sean regla o, incluso, estén tablecimientos privados, por iniciati-
prescriptas; sin embargo, se escriben va del que manda; la retribució n está
los considerandos, las propuestas y fijada en relació n con el rango jerá r-
decisiones, las disposiciones y toda quico, en primer lugar, y también se-
27

gú n las responsabilidades del cargo, taciones colegiadas de los mismos in-


siempre segú n el principio del "deco- teresados, comisiones parlamenta-
ro estamental” rias, dictaduras de "consejos', funcio-
7. el cargo es su ú nica profesión, o narios ad honorem o jueces no profe-
por lo menos la principal, sionales (incluidas las protestas y
8. se abre la perspectiva de una "ca- acusaciones contra la "santa burocra-
rrera", de ascensos y progresos, se- cia") jamá s deben engañ amos y hace-
gú n los añ os de desempeñ o, por ser- mos perder de vista que todo trabajo
vicios. Etc., o segú n opinió n de sus su- continuado es obra de funcionarios
periores, en oficinas.
9. trabajan completamente separa- Nuestra vida cotidiana se trama en
dos de los medios administrativos: no este marco. La administració n buro-
existe apropiació n del cargo, crá tica es en general, caeteris paribus,
10. la disciplina y la vigilancia admi- la má s racional considerada desde el
nistrativas son estrictas. á ngulo técnico-formal y es hoy, por
otra parte, totalmente inescindible de
El orden transcripto puede aplicarse las necesidades de la administració n
a establecimientos econó micos, de de masas (de personas o de cosas). O
caridad o cualquier otro tipo, priva- la administració n burocrá tica o el di-
dos, persigan fines materiales, o idea- letantismo.
les, y también a asociaciones políticas El gran medio de la superioridad de
o sacerdotales. Ello es pasible de de- la administració n burocrá tica es el
mostració n histó rica (segú n una saber profesional especializado, im-
aproximació n mayor o menor al tipo prescindible si se consideran los ras-
puro) gos de la técnica y la economía mo-
[.. .] dernas para la producció n de bienes,
sea bajo la forma del capitalismo o
§ 5. La administració n burocrá tica del socialismo, (Este, si se propone
pura, es decir, la administració n bu- lograr resultados técnicos iguales ge-
rocrá tica monocrá tica, sujeta al expe- nerará un enorme aumento de la bu-
diente, es -segú n lo indica toda la ex- rocracia profesional). Los dominados
periencia--, la forma má s racional de só lo pueden enfrentar la dominació n
ejercicio de una dominació n; en los burocrá tica existente construyendo
siguientes sentidos: precisió n, conti- una contra organizació n propia,
nuidad, disciplina, rigor y confiabli- igualmente burocratizada; del mismo
dad: por tanto, calculabilidad para el modo, el aparato burocrá tico mismo
soberano y demá s interesados; inten- está atado a la prolongació n de su
sidad y extensió n en el cargo; aplica- propio funcionamiento por intereses
ció n formalmente universal a todo obligados, tanto materiales como ob-
tipo de tareas; y posibilidad técnica jetivos, es decir, ideales. En una socie-
de perfeccionamiento hasta alcanzar dad que escinde a los funcionarios,
resultados ó ptimos. empleados y trabajadores de los me-
El desenvolvimiento de las formas dios administrativos y, que exige la
"modernas" de asociació n en todos disciplina y la formación profesional,
los á mbitos (iglesia, estado, ejército, si ese aparato no existiera, no habría
partido, empresa econó mica, asocia- posibilidad de existencia, excepto
ció n de interesados, uniones, funda- para los que aú n poseen los medios
ciones. etc.), se produce junto con el de abastecimiento (los campesinos).
desarrollo y creciente aumento de la La burocracia funciona para la revo-
administració n burocrá tica: y su apa- lució n victoriosa o el enemigo que
rició n constituye el germen del esta- ocupa un estado, tal como funcionaba
do occidental moderno. para el anterior gobierno legal. La
Todos los ejemplos que se oponen a cuestió n se formula siempre así:
esta idea, ya versen sobre represen- ¿quién domina el aparato burocrá ti-
28

co? Esa dominació n tiene siempre lí- mitada por el saber especifico, la bu-
mites para el no profesional: el con- rocracia (o el soberano al que sirve)
sejero profesional hace prevalecer, se inclina a aumentar todavía má s su
por lo general y a la larga, su volun- papel, mediante el saber de servicio:
tad sobre la del ministro no profesio- el saber sobre hechos, adquiridos a
nal. La obligatoriedad de una admi- través de las relaciones de servicio e
nistració n má s constante, estricta, in- "depositada en el expediente", La no-
tensiva y calculable, tal como fue ge- ció n de "secreto profesional" que si
nerada –no só lo por él, pero por él bien no es privativa sí es específica-
ciertamente en primer lugar por el mente burocrá tica -puede comparar-
capitalismo (indispensable para su se, por ejemplo, con el conocimiento
subsistencia y también para la de de secretos comerciales de una em-
todo socialismo racional, que deberá presa frente a los conocimientos téc-
aceptarla y potenciarla), define el ca- nicos-- se origina en este impulso de
rá cter fatal de la burocracia como co- poderío.
lumna vertebral de cualquier admi- Só lo es superior en saber a la buro-
nistració n de masas. El pequeñ o Ins- cracia -por su conocimiento de la es-
tituto, y só lo él (político, sacerdotal, pecificidad de los hechos en el á rea
econó mico, está en condiciones de de sus intereses- el interesado priva-
prescindir de ella. Así como el capita- do en una actividad lucrativa: El em-
lismo, en su etapa actual, fomenta la presario capitalista, constituye el ú ni-
burocracia –aunque haya surgido de co nivel inmune, por lo menos relati-
raíces diferentes, desde el punto de vamente, a la inevitabilidad de la do-
vista histórico-, porque ademá s apor- minació n científica y racional buro-
ta los indispensables fondos para el crá tica. El resto, en las asociaciones
fisco en dinero, así también es el fun- de masas, está n sometidas sin apela-
damento econó mico má s racional so- ció n al mando de la burocracia, como
bre el que puede sostenerse en su la producció n masiva lo está al domi-
forma también má s racional. nio de las má quinas de precisió n.
Junto a las cuestiones fiscales, se pre- La dominació n burocrá tica, desde el
sentan, para la burocracia condicio- punto de visto social general signifi-
nes esenciales de naturaleza técnica ca:
respecte de los medios de comunica- l. La tendencia a la nivelación a cam-
ció n. Su exactitud implica el ferroca- bio de una posibilidad general de re-
rril, el teléfono, él telégrafo, y se vin- clutamiento de los profesionales me-
cula a estos medios cada vez má s. Un jor preparados.
orden socialista no podría cambiar 2. Lo tendencia a la plutocratización
este rasgo. El problema sería si este en aras de una formación profesional,
orden podría llegar a crear condicio- cuya duració n es la mayor posible (a
nes similares a las de una administra- veces hasta casi los cuarenta añ os).
ció n racional, que en este caso sería 3. La dominació n de la impersonali-
el de una administració n burocrá tica dad formalista: sine ira et studio, sin
rígida, sujeta a reglas má s rigurosas y "amor" y sin "entusiasmo", regulada
formales que las del orden capitalista. só lo por el deber estricto; "sin acepta-
Si ello no sucede, nos enfrentaríamos ció n de individuos", igual, desde el
nuevamente con una gran irracionali- punto de vista formal, para todos los
dad: la antinomia entre la racionali- interesados que estén en una similar
dad formal y material que tan fre- situació n de hecho: tales son las nor-
cuentemente comprueba la sociolo- mas del oficio para el funcionario
gía. ideal.
Administració n burocrá tica supone: Sin embargo, del mismo modo en que
dominació n por el saber, que es su la burocratizació n genera la nivela-
rasgo racional principal y específico. ció n de los estamentos (de acuerdo
Si desborda la situació n de poder li- con una tendencia regular que tam-
29

bién aparece demostrada en la histo-


ria), toda nivelación social -en cuanto
deja de lado a los que mandaban por
su situació n estamental, merced a la
apropiació n del poder administrativo
y de los medios administrativos, y
como, en funció n de la "igualdad",
desplaza a los que administraban ad
honorem, en virtud de la propiedad-,
da origen a la burocratizació n, que
siempre es la sombra inescindible de
la creciente democracia de masas.
[.. ] .

El "espíritu" normal de la burocracia


racional es, en términos amplios,
como sigue:
1. Formalismo. Requerido ante todo
para asegurar las oportunidades -
probabilidades- individuales de los
interesados de cualquier clase, dado
que, de otro modo, el efecto sería la
arbitrariedad y, ademá s, el formalis-
mo representa la línea de menor re-
sistencia. En contradicció n, en parte
aparente y en parte real con esa ten-
dencia, aparece la
2. tendencia de los buró cratas a reali-
zar sus tareas administrativas segú n
principios utilitario-materiales en be-
neficio de los dominados, que de este
modo son hechos felices.
Pero este utilitarismo material suele
aparecer junto con la exigencia de re-
glamentos correspondientes, que son
también formales y manejados for-
malísticamente. (Sobre este tema: la
sociología del derecho). Tal tendencia
hacia una racionalidad material es
apoyada por los dominados que no
está n incluidos en la capa de los inte-
resados en la "aseguració n" de las
probabilidades poseídas, a las que nos
referimos en el nú mero 1. Esta pro-
blemá tica se inscribe dentro de la
teoría de la democracia.
i
Sociólogo argentino. Nació en Buenos Aires en 1934 y falleció en la misma ciudad en marzo de 2007. Entre sus publicaciones más importantes se
encuentran: Estudios sobre los orígenes del peronismo (1971) con Miguel Murmis; Los orígenes de la sociología clásica (1978); Estado y sociedad en
el pensamiento clásico (1985);

También podría gustarte