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INTRODUCCIÓN
En este capítulo se intentan describir cuestiones fundamentales relacionadas con el uso
y manejo de suelos bajo invernadero. Evidentemente el mayor o menor control que la
horticultura protegida nos permite ejercer sobre las condiciones climáticas del cultivo se
extiende también a otro componente fundamental del sistema que es el suelo. El suelo
como soporte físico de la planta pero también como fuente de agua y nutrientes, como
amortiguador de posibles desajustes climáticos o incluso como origen de problemas en
forma de enfermedades que amenacen la sanidad del cultivo.
El cultivo protegido de hortalizas es un sistema de uso de la tierra en el que coexisten
una serie de calidades o propiedades de suelo, de agua, de clima, etc. y una serie de
necesidades o parámetros de cultivo, específicos de cada especie hortícola. El
emparejamiento de estos dos grupos de factores, la optimización de esas propiedades
con respecto a las necesidades del cultivo, implican un profundo conocimiento del
sistema.
Con frecuencia se observa en el productor de hortalizas bajo abrigo un cierto
desconocimiento de su sistema de uso de la tierra en comparación con el profundo
conocimiento que los agricultores de antaño tenían del medio en el que desarrollaban su
actividad. La automatización de operaciones como el riego, la ventilación, o incluso el
control de la radiación incidente, ha alejado a la horticultura del medio y tal vez la haya
acercado más a la actividad industrial. Sin embargo se sigue trabajando con seres vivos,
en este caso las plantas, que crecen también sobre un sustrato vivo que es el suelo. El
objetivo de este módulo no es otro que aportar una información que permita un manejo
adecuado del suelo y garantice su estabilidad como factor de producción primordial en
la producción hortícola bajo invernadero.
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FUNCIONAMIENTO DE UN SUELO
Para saberlo por supuesto será deseable contar con una caracterización física del suelo y
sobre todo con la curva de retención de agua de ese suelo (pF) con el fin de establecer la
fuerza con que ese suelo retiene el agua en relación con el porcentaje de agua en el
suelo (en volumen). Tradicionalmente se ha considerado que en un suelo el agua
disponible para el cultivo se obtiene a través de la diferencia entre el agua retenida en
dos situaciones de "quasi equilibrio": las denominadas capacidad de campo y el punto
de marchitamiento permanente.
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empieza un drenaje lento del agua. Por tanto podemos considerar la capacidad de campo
como el contenido máximo del agua que puede retener el suelo cuando la mayoría de la
macroporosidad está ocupada por el aire. Podemos imaginar entonces que la
normalización o "estandarización" de un método de laboratorio destinado a medir la
capacidad de campo de un suelo es una tarea complicada, así que se ha preferido estimar
este valor a partir del contenido de agua que retiene una muestra de suelo en equilibrio
con una presión de succión de 33 kPa.
Podemos imaginar que la relevancia física y biológica del dato de un agua disponible
para las plantas obtenida a través de ambos valores es más que dudosa: por encima de
capacidad de campo lo que impide la absorción de agua es la falta de oxígeno, no el
exceso de agua (como así demuestra la viabilidad de sistemas de cultivo como el NFT o
el NGS). Además, la noción de que el punto de marchitamiento permanente es una
característica del suelo es errónea. Hay cultivos más o menos resistentes a la escasez del
agua y esa resistencia es consecuencia de su capacidad de absorber agua del suelo con
mayor o menor fuerza. Cultivos como la patata, la calabaza y el pimiento se marchitan
irreversiblemente a tensiones de succión de 2000-3000 cm., mientras que otros como
girasol, algodón, garbanzo, etc. sobreviven a tensiones de succión de 15000 cm o más.
Por tanto, el punto de marchitez permanente es una característica del cultivo y no del
suelo, aunque depende también de la demanda evaporativa del aire ya que en
condiciones de alto déficit de presión de vapor la planta reacciona cerrando estomas,
interrumpiéndose el flujo de agua y nutrientes, lo que provoca pérdida de turgencia y
marchitamiento.
Para comprender en que medida la condición del suelo determina la absorción de agua y
nutrientes por parte del sistema radicular de la planta es conveniente conocer que tipo de
procesos son los que determinan está absorción. Lo más importante es comprender que
el ambiente en el entorno de la rizosfera, que a partir de ahora denominaremos cilindro
de la rizosfera, no es un ambiente estático sino tremendamente dinámico. Ya se ha
comentado anteriormente que el suelo está formado por varias fases:
• La fase sólida que incluye la materia mineral y la materia orgánica
• La fase líquida formada por el agua del suelo con aniones y cationes en disolución y
partículas coloidales en suspensión
• La fase gaseosa, aire, con una composición distinta a la del aire atmosférico debido
a la actividad respiratoria de las raíces y descomposición de la materia orgánica; por
tanto con una concentración mayor de CO2
Cada una de estas fases no está perfectamente separada de las demás, sino que forma un
continuum en el que el intercambio de materia y energía en tiempo y espacio es
constante.
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distintas concentraciones de iones entre una y otra parte del sistema radicular. Bien, este
continuo movimiento de iones favorece los procesos de absorción, procesos que se
producen mayormente sobre la superficie de las raíces jóvenes (que son aquellas con
mayor superficie específica, mayores vacuolas y membranas más finas). Esta absorción
radicular no es más que un proceso de intercambio de cargas electrostáticas sobre una
superficie sólida que es la superficie de la raíz.
De esta manera, el intercambio de iones entre la solución del suelo y la raíz modifica la
composición del entorno inmediato de la raíz. Por ejemplo, la absorción preferencial por
potasio (K+) que se produce durante la etapa generativa de la planta para inducir la
transformación de azúcares, va acompañada de una liberación de iones H+ con el fin de
mantener la carga electrostática del medio y el equilibrio establecido, lo que
naturalmente induce una acidificación que es necesario tener en cuenta a la hora de
mantener las condiciones óptimas del medio radicular. Esto mismo ocurre con la
absorción de aniones, proceso en el cual se liberan grupos OH- o HCO3-. Algunas veces,
sin embargo, el intercambio de iones puede ser directo entre los coloides del suelo y la
raíz sin pasar a través de la solución del suelo. La superficie radicular puede
considerarse entonces como un auténtico complejo de cambio que facilita la
disponibilidad de nutrientes para la planta. Los procesos de absorción consiguientes
(paso al interior de las células y transporte) son procesos de tipo activo que posibilitan
mediante el consumo de energía (respiración) el movimiento de nutrientes en contra de
los gradientes de concentración. Hay excepciones, especialmente el caso del calcio en el
que el transporte se realiza de modo pasivo, al igual que los procesos de adsorción en la
superficie de la raíz. Esto explica la lenta asimilación del calcio y su acumulación en el
cilindro de la rizosfera si lo comparamos con otros iones.
Podríamos clasificar de la siguiente forma (de mayor a menor) a los iones que
intervienen en la nutrición vegetal en función de la velocidad con que se difunden en la
solución del suelo, son adsorbidos en la superficie radicular y absorbidos a través de la
membrana:
Siendo además este último paso más rápido en cationes que en aniones, lo que explica
por ejemplo la mayor facilidad por parte de los cultivos en absorber amonio que
nitratos.
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Llegado a este punto del módulo y habiendo tomado contacto ya con ciertos aspectos
que explican como funciona un suelo sería conveniente retomar algunos conceptos
básicos a partir de algunas ideas que ya han sido apuntadas.
El suelo en agricultura se define como el medio físico donde se desarrollan las plantas y
toman los nutrientes y el agua necesarios para su desarrollo, por lo que debe de reunir
una serie de condiciones adecuadas para el desarrollo de las plantas.
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Los microorganismos son muy sensibles a las condiciones del medio en que viven.
Su número disminuye con la profundidad, encontrándose en la superficie, sobre
todo, los microorganismos aerobios; a medida que se profundiza, los
microorganismos anaerobios son los que dominan. La reacción del medio (pH) más
favorable para los microorganismos es la neutralidad o una alcalinidad muy ligera.
Su actividad depende mucho de la temperatura; resisten muy bien el frío y su
desarrollo máximo se logra a los 30 - 40º C.
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FRACCIONES
Denominación Diámetros (µm)
Arena muy gruesa 2000 > ∅ > 1000
Arena gruesa 1000 > ∅ > 500
Arena media 500 > ∅ > 250
Arena fina 250 > ∅ > 100
Arena muy fina 100 > ∅ > 50
Limo grueso 50 > ∅ > 20
Limo fino 20 > ∅ > 2
Arcilla 2>∅
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La estructura es el modo en que tienen los elementos constituyentes del suelo de unirse
entre sí, de tal forma que le confieren una arquitectura característica que determina los
procesos de transporte de agua y aire, la temperatura del suelo o la capacidad de este
para permitir la emergencia de semillas o la penetración del sistema radicular de los
planteles. La estabilidad estructural es la resistencia de los agregados a modificar su
forma o su tamaño por la acción de efectos externos y depende de factores como los
tipos de arcilla presentes en el suelo o los contenidos en materia orgánica, que
constituye no solamente una reserva de fertilidad por su capacidad de cambio sino
también de estabilidad estructural. Son numerosos los factores degradantes de la
estructura del suelo, pero el más importante es el agua, que ocasiona efectos de
dispersión, estallido, golpeteo, etc. En horticultura protegida este factor carece de
relevancia ya que la precipitación nunca incidirá directamente sobre el suelo; otros
factores como la utilización de maquinaria pesada o aguas de riego con excesiva
salinidad ocasionan serios problemas estructurales que inciden negativamente sobre la
permeabilidad de los suelos. Así, los suelos salinos, con pH < 8.5, CEes (Conductividad
eléctrica del extracto saturado) > 4 dS m-1 y un PSI (porcentaje de sodio intercambiable)
< 15, son suelos fácilmente recuperables mediante lavado ya que el porcentaje de sodio
es lo suficientemente bajo como para que se mantenga la estructura del suelo. Esto es
debido a que la alta proporción de cationes divalentes como el Ca2+ o el Mg2+ con
mayor carga eléctrica hace que las uniones que se forman entre las partículas de arcilla,
materia orgánica y partículas minerales sean lo suficientemente fuertes como para
mantener la estructura del suelo. Algunas veces, si el muestreo de un suelo no se ha
hecho correctamente, podemos encontrarnos con una analítica que indique que nuestro
suelo está salinizado, aún a pesar de que el cultivo no muestre síntomas de toxicidad por
exceso de sales. Esto ocurre cuando se ha muestreado el frente del bulbo húmedo, en
caso de riego por goteo, apreciándose también niveles altos de NO3- y K+. La solución
consiste simplemente en repetir el muestreo.
En el caso de que el PSI > 15, al lavar el suelo el Na+ ocupe las posiciones de cambio
ocupadas previamente por los cationes divalentes; su menor carga hace que las fuerzas
de atracción entre las partículas sean menores alterándose la estabilidad estructural del
suelo. Decimos entonces que se ha producido una dispersión, lo que afecta a la
porosidad del suelo con graves consecuencias para la permeabilidad, oxigenación del
suelo, formación de costras superficiales, etc. La solución en este caso pasa por realizar
una enmienda cálcica previa al lavado para aumentar la proporción de Ca2+ con el fin de
evitar que el Na+ ocupe las posiciones libres del complejo de cambio.
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La porosidad nos da una idea del comportamiento del suelo frente al agua y el aire,
indicándonos posibles fenómenos de encharcamiento (y, por consiguiente, de asfixia
radicular), pérdidas de nutrientes por lavado, procesos de compactación, etc. se expresa
en volumen de poros por unidad de volumen de suelo y depende directamente de la
distribución textural del suelo. Así, los suelos arenosos presentan porosidades que
oscilan entre 0.35 y 0.60, mientras que los arcillosos presentan valores entre 0.30 y
0.70. Pero más importante que la porosidad es la distribución por diámetro de esos
poros. Así, los macroporos (∅>100 µm) conducen agua solamente en condiciones de
encharcamiento por lo que intervienen en los procesos de drenaje y aireación. Los
mesoporos (30<∅<100 µm) intervienen también en procesos de drenaje y redistribución
de agua, mientras que los microporos (∅<30 µm) intervienen en los procesos de
movimiento capilar de agua en el suelo (evaporación, ascenso salino, etc.).
En cuanto a las propiedades químicas del suelo estas caracterizan las transferencias de
materia entre el suelo y la solución del suelo. Estas son:
• Reacciones de disolución e hidrólisis de los constituyentes minerales (química).
• Reacciones de intercambio de iones (físico - químicas). Sobre estas reacciones
incide la fertirrigación y serán tratadas con detenimiento en aquellos módulos que
traten el manejo de la fertilización.
• Reacciones de biodegradación de la materia orgánica (bioquímica).
El poder amortiguador de un suelo define la resistencia que este ofrece a las variaciones
de pH cuando se añaden ácidos o bases. Esta propiedad es importante, ya que permite
mantener los valores de pH dentro de límites estrechos, evitando modificaciones en el
ambiente del suelo que podrían afectar desfavorablemente a las plantas,
microorganismos y a la disponibilidad de nutrientes.
El poder amortiguador o tampón del suelo está relacionado directamente con la CIC lo
que habrá que tenerse en cuenta a la hora de realizar enmiendas. Dado que el
bicarbonato presenta propiedades tamponantes y su presencia es muy significativa en
suelos de tipo calcáreo, se recomienda mantener concentraciones en el extracto saturado
del orden de 2-2.5 meq L-1. En el caso de encontrarnos con niveles excesivos de CO3H-
en el suelo podemos realizar una aplicación en el riego de ácido nítrico o fosfórico
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El pH Influye sobre la movilidad de los diferentes elementos del suelo: en unos casos
disminuirá la solubilidad, con lo que las plantas no podrán absorberlos; en otros, el
aumento de la solubilidad debida al pH, hará que para determinados elementos sea
máxima ( por ejemplo, cuando hay mucha acidez se solubiliza enormemente el aluminio
pudiendo alcanzarse niveles tóxicos). La génesis del suelo se ve influenciada por la
acidez o la alcalinidad de la solución. Al aumentar la acidez del suelo, la flora
bacteriana se ve desplazada por el predominio de hongos, por lo que la nitrificación y
otros procesos dependientes de la actividad bacteriana se verán afectados. Para el
cultivo de hortícolas en suelo se recomiendan valores de pH alrededor de 6.5.
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Todas estas situaciones pueden ser prevenidas en gran parte conociendo las cantidades
de fertilizantes requeridas por los cultivos y evitando las aplicaciones excesivas de
abono.
Un incremento de la salinidad puede ser prevenido o corregido, mediante lixiviación
controlada, con agua de buena calidad. Otros métodos serían:
• Mantener el medio de cultivo húmedo.
• No aplicar fertilizantes en polvo ni soluciones fertilizantes con elevada fuerza iónica
cuando el medio esté seco.
• Reducir el estrés de las plantas mediante sombreados e incremento de la humedad
relativa del ambiente.
Una vez repasados algunos conceptos fundamentales relacionados con aspectos físicos,
químicos y biológicos del suelo podemos abordar cuestiones relacionadas con su
manejo y entender cual es la justificación "teórica" a esas prácticas culturales que
inciden directamente sobre el sustrato de cultivo.
ACOLCHADO DE SUELOS
Consiste en cubrir la superficie del suelo con cualquier material que lo aísle del aire
circundante con el fin de mejorar el comportamiento del suelo como soporte de cultivo.
Esta mejora atañe fundamentalmente a la conservación de agua al disminuir las pérdidas
por evaporación, impedir el desarrollo de malas hierbas y por tanto ahorrar trabajo en
las labores de bina y escarda, y amortiguar las oscilaciones extremas de temperaturas
del suelo. En caso de que este acolchado se realice con algún material orgánico este ha
de estar altamente liginificado para evitar en lo posible una relación C/N demasiado
baja que modifique el equilibrio nutricional del suelo y procesos de descomposición
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indeseables. Este además puede ser incorporado al suelo al final del cultivo y
proporcionar abundante materia orgánica para aquellos cultivos que se hagan
posteriormente. Sin embargo, materiales como la paja de cebada, trigo o arroz no son
demasiado recomendables ya que en un ambiente húmedo y caluroso como es el de un
invernadero facilitan el desarrollo de enfermedades criptogámicas y puede servir de
hospedaje a insectos vectores de virosis que pueden ocasionar graves daños a nuestros
cultivos.
El horizonte protector
Está formado por una capa de unos 10 cm de arena, que puede ser gruesa o fina. Las
ventajas que aporta son:
• Rompe la capilaridad disminuyendo la evaporación del agua y evitando la ascenso
de sales desde los niveles inferiores. De esta manera se controlan también aquellos
problemas, sobre todo enfermedades criptogámicas, asociados a una elevada
humedad ambiental.
• Evita la formación de costras salinas lo que permite la utilización de aguas de mala
calidad
• Al tener un gran número de macroporos la masa de aire que contiene actúa como
aislante térmico, protegiendo la raíz de cambios bruscos de temperatura y mejorando
la inercia térmica del suelo. Esto permite la la disponibilidad y asimilación del
fósforo incluso en las épocas más frías del año, lo que explica la ausencia de
carencias de este elemento en este tipo de suelos.
• Tiene un calor específico bajo, de forma que para igual radiación recibida, eleva
más su temperatura, calor que cede al entorno radicular.
• La arena limita el número de malas hierbas, facilitando su eliminación, así como
parásitos y enfermedades.
• Protege a los frutos de polvo y barro y de posibles enfermedades fácilmente
transmisibles desde el suelo como es el caso de la Botrytis.
• Estimula el crecimiento de un sistema radicular superficial que encuentra en la zona
intermedia entre el horizonte arcilloso y la capa de arena un entorno óptimo para su
desarrollo (buena temperatura, humedad constante, buena estructura y buena
disponibilidad de nutrientes).
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En la arena fina o “volada”, los espacios entre las partículas son muy reducidos, por lo
que la ventaja que se expresaba anteriormente del enarenado respecto a la ruptura de la
capilaridad y el ascenso de sales, puede no producirse, sobre todo si debajo tenemos una
tierra arcillosa. Si la tierra es más suelta y de textura más franca, como la greda, el
peligro de ascenso de sales es menor. Este tipo de arena, al estar más apelmazada,
conserva más tiempo la humedad, lo cual, si en verano puede suponer una ventaja, en
invierno puede ser perjudicial por favorecer el desarrollo de enfermedades. En verano
alcanza altas temperaturas, y en el invierno, al estar muy húmeda, se enfría más
rápidamente.
La arena gruesa tiene un mayor número de poros, con lo que rompe más la capilaridad y
las sales no suben, pero si por debajo tenemos una sustrato muy permeable, se
conservará muy poco la humedad, con lo que los riegos deberán ser más frecuentes,
sobre todo en verano. En invierno, al estar más seca se enfría más despacio, y en verano
se calienta menos, con lo que las temperaturas que alcanza son más extremas que en la
volada.
Por tanto, en un terreno con tierra arcillosa deberíamos utilizar una arena gruesa, y si
disponemos de arena volada debemos procurar que la tierra sea de textura más bien
franca. Lo mejor es utilizar arena de tamaño intermedio, del tipo "grano de arroz”, que
presentará las ventajas de las dos anteriores y los inconvenientes serán menores.
Una vez extendida la arena es necesario regarla abundantemente para lo cual se hará
preferentemente un riego a manta para mojar de una forma homogénea el suelo. Se
puede aprovechar este momento para realizar la desinfección de la parcela. Hay que
evitar en la medida de lo posible pisar el terreno salvo en aquellas zonas destinadas al
paso de operarios o vehículos.
El horizonte nutritivo
Está formado por estiércol o cualquier material compostado. Sus ventajas son:
• Conserva la humedad y fija la salinidad.
• En él se desarrollan las raíces.
• Aporta y fija elementos nutritivos al constituirse en un complejo de cambio
localizado
• Absorbe el calor que le trasmite la arena
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Puede presentar una serie de inconvenientes en función del tipo de materia orgánica que
utilicemos. Si es estiércol y está poco maduro pueden presentarse problemas de falta de
disponibilidad de nitrógeno en la relación C/N. Es conveniente entonces compostar en
combinación con residuos vegetales frescos y secos. Habrá que evitar el uso de mezclas
pobres en nitrógeno o estiércoles que contengan enfermedades, semillas de malas
hierbas, etc. Por ello, siempre es conveniente esterilizar antes de aportarlo al suelo, bien
por solarización o compostaje y si no hay otra alternativa con cualquier agente químico.
La composición del estiércol varía entre límites muy amplios dependiendo de la especie
animal, la naturaleza de la cama, la alimentación recibida, etc. Como término medio un
estiércol con un 20-25% de materia seca contiene 4 kg/Tm de nitrógeno, 2.5 kg/Tm de
anhídrido fosfórico y 5.5 kg/tm de óxido de potasio. En lo que se refiere a otros
elementos contiene por tm 5 kg de azufre, 2 kg de magnesio, 5 kg de calcio, 30-50 gr de
manganeso, 4 g de boro y 2 gr de cobre. El estiércol de caballo es más rico que el de
oveja, el de cerdo y el de vaca. El de aves de corral es con mucho el más rico y
concentrado en elementos nutritivos, principalmente nitrógeno y fósforo.
Se suele admitir que un animal en estabulación permanente produce anualmente
alrededor de 20 veces su peso en estiércol. El procedente de granjas intensivas se
reconoce fácilmente por su desagradable olor a putrefacción, lo que provoca la
formación de sustancias tóxicas para el suelo. Ello es debido a que contiene más
nitrógeno proteico y a sus altas tasas de antibióticos y otros fármacos (restos de
estimulantes de apetito, tranquilizantes, productos hormonales, etc.). En general, estos
materiales deben utilizarse con mucha precaución , compostándolos previamente en
mezcla con otros estiércoles o materias orgánicas equilibradas y siendo prudentes en su
uso.
Tipos de estiércoles
• Estiércol bovino
Presenta una elevada presencia de compuestos de lenta degradabilidad. Su particular
maduración ha hecho de él un material altamente polimerizado hasta el punto de resultar
parcialmente inalterable por la microflora, lo que retrasa su descomposición en el suelo.
Su función es en buena parte estructural, contribuyendo a promover la agregación de las
partículas terrosas y la estabilidad de los glomérulos formados. El efecto nutritivo, de
momento, tiene una importancia relativamente menor, pero se prolonga por más años
del de su aplicación. En general se indica que este efecto nutritivo puede equivaler en el
primer año de su aportación hasta el 30% del nitrógeno total presente. El efecto residual
tiene importancia relevante después de varios años del cese de los aportes, en función
del tipo de suelo, del clima, de las labores, de otros abonados y de los cultivos que se
siembren.
• Lisier (mezcla líquida de excrementos y orines) bovino
Presenta características fuertemente diferenciadas en función del sistema de cría,
pudiendo llegar en el lisier auténtico (7% de sustancia seca) hasta la consistencia más o
menos pastosa del llamado "liquiestiércol", que puede llegar a una riqueza en sustancia
seca del 15-20% cuando se usa cama a razón de 3-4 kg por cabeza y por día. El efecto
estructural puede ser la mitad de estiércoles con compuestos nitrogenados de lenta
degradabilidad (40%), mientras que el efecto nutritivo en el primer año de
mineralización puede llegar como máximo al 60%. En general se trata de un abono de
eficiencia media durante el primer año y de buen efecto residual, pero la gran
variabilidad del material hace alejar con mucho las características funcionales de las
medias antes indicadas. En particular, la presencia mayor de cama aproximará su
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El horizonte impermeable
Es una capa de 15 - 30 cm de tierra arcillosa o franca, que puede ser de traída de otras
zonas o autóctona. Las ventajas generales son:
En tierras con una textura más arenosa, el bulbo producido por el goteo se desarrolla
más en vertical que en horizontal, produciéndose una peor distribución de la humedad
en el suelo. Al ser permeable, puede producirse ascenso de sales de niveles inferiores.
Por otra parte, también es más fácil el lavado de esas sales hacia niveles más profundos,
y al ser una tierra más aireada las raíces pueden desarrollarse con más facilidad.
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Como características generales del enarenado podemos decir que nos permite utilizar
aguas de peor calidad, la temperatura del suelo es mayor y la concentración de sales a
nivel superficial es menor.
En el manejo del cultivo habrá que tener en cuenta el tipo de tierra que tenemos y la
calidad de estiércol que hemos introducido. Un aspecto importante es la plantación. La
arena es un excelente medio de plantar o sembrar, pero sólo tiene un inconveniente
grave, y es que si está seca se calienta en exceso provocando daños o muerte de las
plántulas. Otro punto importante es que la planta pueda nutrirse rápidamente. Lo mejor
es colocarla cerca del horizonte nutritivo. Debe evitarse hacer plantaciones con barra,
por la compactación que se produce en las paredes del hoyo, lo que dificulta
enormemente el desarrollo de las raíces. Antes de la siembra es necesario realizar un
riego previo. Al día siguiente se realiza la siembra, apartando manualmente la capa de
arena para que la semilla esté en íntimo contacto con el horizonte nutritivo. El riego no
se repetirá hasta que se haya producido la germinación. En el caso de manejar plántulas
obtenidas en semillero el proceso es el mismo solo que el agujero practicado en la arena
ha de ser algo mayor para permitir la inserción del taco de cultivo. Es recomendable
hacer un riego a continuación para homogeneizar el contenido de humedad del sustrato,
taco de cultivo y el suelo.
ENMIENDAS
Recibe el nombre de enmienda toda aquella operación que se realiza al suelo mediante
aporte de alguna sustancia para corregir su pH, su estructura, su textura (muy costosas),
etc.
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lo que, cuando una enmienda de este tipo sea aconsejable, no deberá descuidarse
tampoco la aportación de abonos orgánicos.
La práctica del encalado es sencilla y las mejores épocas de realizarla son el otoño o la
primavera; deben en todo caso procurar hacerse con bastante antelación a la siembra.
Suele emplearse la cal viva, que se depositará por toda la superficie del terreno
formando montones a una distancia conveniente. Estos montones se recubren con una
capa de tierra y se dejan así durante el espacio de tiempo, variable en función de la
humedad ambiental, necesario para que la cal se apague. Cuando esto ha sucedido se
deshacen los montones y se reparte la cal, sola o mezclada con la tierra que la cubría,
uniformemente por toda la superficie del terreno. Después se entierra mediante un pase
de grada o ligera labor de arado.
El retranqueo es una operación consistente en retirar la arena y colocar una nueva capa
de estiércol. Suele hacerse cada 3-5 años y es imprescindible para mantener la fertilidad
del suelo a no ser que se aporten ácidos húmicos por fertirrigación. Consiste en ir
apartando la arena en forma de cordones dejando al descubierto una serie de bandas en
las que incorporaremos una nueva capa de materia orgánica. El proceso se irá repitiendo
sucesivamente hasta cambiar toda la capa de estiércol. Naturalmente la operación se
concluye con un riego homogéneo y generoso para permitir el asentamiento del terreno.
Naturalmente está se trata de una labor costosa en tiempo y mano de obra y puede ser
reemplazada por la operación de abrir "carillas"; que consiste en la renovación de una
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Watermark: Consiste en dos electrodos rodeados por una matriz de yeso envuelta
con una membrana sintética que la protege de la salinidad.
- Ventajas:
Permite realizar medidas continuas de la humedad del suelo
Son baratos
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arroyos (canales por donde circulará el agua de riego) y se marcan las líneas
donde se realizará el transplante de las plántulas.
- Se forman los caballones o mesetas
- En el caso de que el riego sea localizado no es necesario formar ni arroyos ni
caballones
• En el caso de que el suelo sea un suelo natural su preparación se hace de la forma
siguiente:
- Se realiza el estercolado si procede
- Se incorpora el estiércol al suelo
- Se realiza el abonado de fondo
- Se incorpora el abonado de fondo que se vaya a aplicar antes de la plantación
- Se realiza una labor superficial (15 cm de profundidad) con fresadora, grada o
cultivador
- Formación de tablares, caballones y arroyos en caso de que el riego sea a manta
- Al igual que en el caso anterior si el riego es localizado esto no es necesario
• En caso de que la siembra o plantación se realice en los meses de invierno será
necesaria la utilización de acolchados o tunelillos con film de PE de 200 galgas
• Si la siembra o plantación se realiza durante la época calurosa del año y en
enarenado será conveniente separar la arena de la base de la plántula con el fin de
evitar posibles daños por exceso de temperatura.
• En los suelos sin enarenar es necesario realizar en el momento conveniente una
labor de aporcado para mejorar la estabilidad de la planta en el suelo
• En el caso de riego localizado y con el fin de disminuir las pérdidas por evaporación
y evitar el ascenso salino es conveniente acolchar entre líneas con film de PE. La
utilización de films de color blanco puede inducir un aumento en los niveles de
radiación dentro del invernadero (sobre todo en los meses de menor insolación) al
aumentar la reflexión del suelo. Sin embargo su utilización está también asociada a
menor temperatura de suelo, lo que perjudica el funcionamiento de las raíces, y en el
caso de algunos cultivos como el pepino puede provocar orientaciones indeseadas
de la masa foliar que inciden negativamente en el rendimiento final
• Durante los meses más cálidos puede ser conveniente destapar el suelo con el fin de
permitir la evaporación y por tanto provocar una disminución del déficit de presión
de vapor en el ambiente del invernadero. Así conseguiremos evitar un posible cierre
estomático de las plantas como reacción a una excesiva demanda transpirativa del
aire, lo que ocasionaría pérdidas del rendimiento fotosintético y menores
producciones
• En la medida de lo posible será conveniente evitar la utilización de maquinaria
pesada que favorezca la formación de una "suela de labor". El suelo es un recurso no
renovable y conviene cuidarlo. La adopción de prácticas culturales que eviten la
compactación del suelo y contribuyan a mantener la estructura del suelo son garantía
de permitir la sostenibilidad de nuestra explotación
ESTERILIZACIÓN DE SUELOS
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También hay que eliminar todos los residuos vegetales (frutos, tallos, hojas) y
especialmente raíces gruesas que contengan restos de hongos y virus y que puedan ser
una fuente de inóculo para a transmisión de enfermedades.
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Pasteurización
La pasteurización consiste en calentar el suelo a 70ºC de tal manera que eliminamos la
mayoría de los agentes patógenos respetando en cambio la microflora saprofítica y la
disponibilidad de nutrientes en el suelo. Esta temperatura se consigue inyectando vapor
de agua en un gran volumen de aire a baja presión y se pueden conseguir calentamientos
de hasta unos 60ºC durante unos 30 minutos. Al igual que el sistema anterior este
resulta solamente viable en pequeñas superficies ya que se trata de un método caro.
Solarización
La solarización es una forma de pasteurización del suelo en la que la temperatura se
consigue cubriendo la superficie a tratar con una lámina plástica expuesta a la acción de
los rayos solares. Existe una relación directa entre el tiempo que se mantiene la lámina
plástica sobre el suelo y su efectividad, siendo deseable periodos de tiempo superiores a
los 30 días de elevada radiación solar. En la medida de lo posible la solarización se
realizará con el plástico de la cubierta del invernadero retirada, por lo que
aprovecharemos el cambio de cubierta, cada 2-3 años en función de la calidad del
plástico, para realizar esta operación. Se pueden utilizar láminas transparentes de PE o
de PVC de unas 400 galgas.
Tratamientos químicos
Consisten en la fumigación del suelo mediante la infiltración en el medio de una serie
de compuestos químicos volátiles de un espectro más o menos amplio de actividad
tóxica (expresada en tabla)
Actividad contra:
Fumigantes Bacterias Hongos Nematodos Insectos Malas
hierbas
Cloropicrina + ± + + +
Dazomet (libera MIT) ... + + + ±
Dicloropropano-dicloropropeno (D-D) ± ± + ± ±
1,3 dicloropropeno (1,3 D) ... - + ... ±
Dibromuro de etileno (EDB) ... - + ... ...
Metan sodio (libera MIT) - ± ± + +
Bromuro de metilo - ± + + +
Bromuro de metilo + cloropicrina + + + + +
Isotiocianato de metilo (MIT) + ± + + ±
+ = fuerte actividad; ± = actividad contra algunos organismos a altas dosis; - = poca o ninguna actividad
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En una agricultura que tiende cada vez más a una utilización mínima de agentes
químicos medioambientalmente agresivos o poco deseables, la adopción de medidas
culturales que contribuyan a mejorar la racionalidad de los sistemas de explotación para,
entre otras cuestiones, disminuir la dependencia de input externos o producir alimentos
más limpios o simplemente para cumplir con una normativa cada vez más exigente en
estos aspectos, es una obligación para el productor moderno. La alternancia de cultivos
o la fertilización orgánica son medios adecuados para suprimir enfermedades patógenas
de suelo y mantener su equilibrio biológico.
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Anexo fotográfico
Riego a manta
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Riego localizado
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Tensiómetro
Watermark
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