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Enero 16, 2019

Suavizando la situación

Carmen Espaillat: No eres responsable del comportamiento de los demás, pero si eres responsable por
tu comportamiento.

Nancy DeMoss de Wolgemuth: Solo porque hay un insensato en tu vida no quiere decir que tú tienes
que actuar como una insensata. Puedes actuar diferente.

Tu esposo puede a veces perder la calma o hacer necedades o insensateces. Tu jefe puede perder la
calma y hacer que sea difícil trabajar para él. Tus hijos pueden hacer cosas insensatas también…se
comportarán neciamente. Pero eso no quiere decir que tú tienes que actuar como una necia en medio
de una crisis.

Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de
Patricia de Saladín.

¿Qué debe hacer una mujer cuando su esposo toma una mala decisión? En los programas anteriores
comenzamos a ver un ejemplo de esto que encontramos en las Escrituras. Hoy veremos la
continuación, en esta serie titulada, «Abigail: Cómo vivir con personas difíciles en tu vida».

Nancy: Hablando sobre cómo tratar con los insensatos en tu vida, con los necios, puede que alguien te
llegue a la mente cuando escuchas esa palabra.

Si no has escuchado la primera parte de esta serie, quizás desees ir a 1 Samuel 25 y leer la historia de
Nabal que hemos seguido por los últimos días. Nabal era un hombre insensato. Su nombre quiere decir
insensato o necio, y él actuaba tal como su nombre. Hemos estado hablando de su esposa, Abigail,
quien era una mujer sabia y con discernimiento.

El tercer personaje en esta historia es David, quien iba ser el rey de Israel; pero todavía no es rey.
Todavía era un fugitivo huyendo del rey Saúl.

Nabal se ha enemistado con David, y ahora David está en pie de guerra preparándose para destruir a
Nabal y a toda su familia. Abigail, la esposa de Nabal, escucha todo esto y ayuda a resolver la tensa
situación entre estos dos hombres airados, su esposo Nabal y David, el próximo rey de Israel.

Entonces, Abigail está casada con este hombre iracundo, y ella ve este conflicto hirviendo que se está
dando entre su esposo y David. Ahora, en este momento los dos hombres están actuando como
insensatos. Pero Abigail responde de una manera diferente.

Su vida, para mí, es un recordatorio poderoso de que solo porque haya un insensato en tu vida no
quiere decir que tienes que actuar como tal. Tú puedes actuar diferente.

Tu esposo a veces puede perder la calma o hacer cosas insensatas. Tu jefe puede perder la calma y
hacer que sea difícil trabajar para él. Tus hijos pueden hacer cosas insensatas… nosotras mismas nos
comportamos neciamente. Pero eso no quiere decir que tú tienes que actuar como una necia en medio
de una crisis.

El comportamiento de Abigail, su respuesta, revela su corazón sabio y con discernimiento. Déjame


mencionar dos cosas que ella no hizo.

El sirviente de Nabal fue hacia ella y le dijo, «Abigail, tienes que hacer algo. David está en pie de guerra.
Nabal ha actuado neciamente, y lo que tenemos es una mala situación».

Una cosa que ella no hace es amedrentarse o atemorizarse ante Nabal o David. Ella no se va a una
esquina, se pone en posición fetal y atemorizada dice, «no sé qué hacer, tengo miedo». No hay
evidencia de que esta mujer tenga miedo.

Mi sospecha es que había temor en su corazón, pero ella no dejó que el miedo la detuviera de hacer lo
que era correcto y sabio. Ella no se encogió de miedo.

Otra cosa que ella no hizo fue quedarse sentada haciendo nada. Ella no es pasiva en esta situación. Ella
toma acción.

Ahora, quiero aclarar que si estás viviendo en una situación con un esposo abusivo, si hay violencia
física en tu casa, Dios no espera que te quedes sentada sin hacer nada.

Pero vemos en esta historia que aunque la vida de Abigail no está en peligro en ese momento, ella no es
pasiva.
¿Qué es lo que ella hace? Ella escucha la advertencia de su sirviente, de sus empleados y a
diferencia de su esposo, quien no escuchaba a nada ni a nadie, ella escuchó. Después tomó
acción. Se movió con rapidez, con sabiduría, con calma pero con determinación.

Mira el versículo 18.

«Entonces Abigail se dio prisa y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas,
cinco medidas de grano tostado, cien racimos de uvas pasas, y doscientas tortas de higos, y los puso
sobre asnos».

Dice que lo hizo con prisa. Es una mujer que está preparada para una emergencia. Me luce como una
mujer que es organizada. Sabe dónde están las cosas, y sabe cómo obtenerlas cuando las necesita.

Versículo 19,

«Y dijo a sus mozos: Id delante de mí; he aquí, yo os seguiré. Pero nada dijo a su marido Nabal».

Aquí está una mujer que supo qué hacer y tomó acción para suavizar la situación hostil. Déjame
recordarte que una mujer que camina con Dios estará preparada para actuar con sabiduría en
medio de una crisis.

Pero no esperes estar en una crisis y entonces tomar un curso intensivo para convertirte en una mujer
sabia de la noche a la mañana. Si no has estado convirtiéndote en una mujer sabia y con
discernimiento todo este tiempo, cuando te enfrentes con una crisis te agarrarán desprevenida y no
sabrás qué hacer.

Aquí está una mujer que sabía cuándo hablar y cuándo callar. En este caso, «Nada dijo a su marido
Nabal». Ella sabía que en ese momento él no estaba en una posición ni en un estado de ánimo para
escucharla. De modo que sabiamente se abstuvo de hablarle en ese momento. Sabía que solo serviría
para incitarlo aún más.

Pero ella sí fue a hablarle a David. Ella sabía cuándo hablar y con quién hablar. Ella sabía que David
amaba a Dios, y ella creía que podría razonar con él, que él iba a escuchar su apelación.

Entonces en versículo 20, leemos:

«Y sucedió que cuando ella cabalgaba en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he
aquí que David y sus hombres venían bajando hacia ella, y se encontró con ellos».

Ahora recuerda, en qué ánimo estaba David en ese momento. Él se ha ceñido su espada, y sus
cuatrocientos hombres que están con él se han ceñido sus espadas y están en pie de guerra.

Y aquí viene esta esposa pequeña, hermosa, y perspicaz (gracias a Dios) ante este ejército de
cuatrocientos hombres que andaban en busca de su esposo y que ceñían sus espadas. Y ella se pone en
medio de la situación entre estos dos hombres enojados e insensatos.

Ella es valiente, se enfrenta con David. Ella sabe que está armado y enojado.

Versículos 21-22:

«Y David había dicho: Ciertamente, en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto,
de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien. Así haga Dios a los
enemigos de David, y aún más, si al llegar la mañana he dejado tan solo un varón de los suyos».

David está en pie de guerra. ¡Cuidado!

Déjame señalar que la respuesta de David a Nabal, en mi opinión (veremos si tú estás de acuerdo), no
es proporcional a la ofensa. Lo único que había hecho Nabal era ser grosero, ser áspero y vil; pero lo
único que había hecho en verdad era negarle el alimento a David y sus hombres.

Eso no era un delito capital. No era para que David estuviera hablando de matar a Nabal y a todos los
hombres de su familia y sus pastores. David también estaba fuera de control.

Quiero señalar también que esto no era típico de David. En el capítulo previo, el capítulo 24, David
había estado en una cueva huyendo de Saúl. Y después Saúl entró en esa misma cueva con sus
soldados, y David discretamente tuvo la oportunidad, mientras Saúl no miraba, de cortarle el borde al
manto de Saúl (ver versículo 4).

Y sus hombres le dijeron, «¡aquí está tu oportunidad, mata a Saúl!» La Escritura dice que le remordía
su conciencia el solo pensar en haber cortado el manto de Saúl (v.5).

Él dijo, «no lo puedo hacer. No puedo tocar el ungido del Señor». David había ejercido un control
extraordinario en esa situación porque él era un hombre conforme al corazón de Dios.

Pero en esta situación, lo agarraron desprevenido –con hambre, enojado, solitario, y cansado– y no
actúa de una forma típica para él. Él está fuera de control.
Proverbios 29:11 dice: «El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime. Si un gobernante
presta atención a palabras mentirosas, todos sus servidores se vuelven impíos».

Proverbios 19:11 dice: «La discreción del hombre le hace lento para la ira...» ¿Ves? A David le faltó buen
juicio en esta situación. Él fue rápido para desquitarse. Entonces el versículo continúa diciendo: «...y su
honra es pasar por alto la ofensa».

Probablemente eso era lo que David debió de haber hecho en esa situación. Esto no fue un delito
capital. No era para merecer la guerra. David lo hizo, lo conviritió en una batalla. No tenía que ser así;
la honra de un hombre pasar por alto la ofensa.

Ahora, 1 de Samuel 25:23 nos dice:

«Cuando Abigail vio a David se dio prisa y bajó de su asno, y cayendo sobre su rostro delante de David,
se postró en tierra».

Aquí vemos una mujer humilde. Ella se acerca a David humildemente. No está actuando como su
esposo insensato, Nabal, y no está fuera de control como David. Ella es discreta, pero ella es directa y
clara. Ella le hace un llamado a David.

Mientras lees este discurso, y lo estaremos examinado por los próximos días, no es una crítica, un
ataque. Ella se mantiene en calma, ella mantiene la compostura; se mantiene controlada. Me
imagino que su corazón latía con rapidez, pero cuando ella habla, se controla, es clara y firme.

Va hacia la persona a quien ella sabe que puede hablarle, y le hace un llamado a David para que haga
caso a la razón. Cuando ella le habla es respetuosa. Ella es de aspecto digno. Tiene buena fe y es
sincera, pero también es humilde.

Versículos 24-25:

«Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, solo sobre mí sea la culpa. Te ruego que permitas que tu sierva
te hable, y que escuches las palabras de tu sierva. Ruego a mi señor que no haga caso a este hombre
indigno, Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas
yo tu sierva no vi a los jóvenes que tú, mi señor, enviaste».

«Yo no estaba cuando esto sucedió, pero pido disculpas por lo que sucedió. Por favor perdónenos». Ella
está tratando de remediar la situación.

Date cuenta de que Abigail no cubre ni excusa a su esposo. Ella es sincera con respeto a la ofensa,
pero yo entiendo que lo hace de una manera respetuosa. Su meta no es derribar a su esposo. Su meta
no es ganar a nadie para su lado. Su meta es insertar la voz de la sabiduría, de la razón, de la
prudencia en esta situación tan tensa.

¿Le estaba faltando el respeto o demostró falta de reverencia a su esposo en la manera que habló?
¿Cómo justificas, algunos preguntarán, Abigail revocando lo que había ordenado su esposo? Él dijo,
«no, no te voy a dar de comer», sin embargo ella les lleva comida.
¿No se estaba sometiendo?

Bueno, algunas cosas me vienen a la mente. Número uno, Abigail no tenía la ventaja que tenemos
nosotras en el Nuevo Testamento. Ella no tenía toda esta amplia enseñanza. Entonces ella no
necesariamente es un ejemplo perfecto de cómo las mujeres en el Nuevo Testamento deben de actuar.

Pero quiero decir, mientras estudio este pasaje, que yo verdaderamente creo que ella estaba
protegiendo a su esposo, librando su vida de la venganza de David. Ella estaba obrando en beneficio de
él.

Ella estaba haciendo lo que sabía que su esposo hubiera querido que ella hiciera si estuviera pensando
con claridad, si no hubiera estado tan enojado. Si él hubiera estado pensando con claridad, ella sabía
que esto que ella estaba decidiendo era lo mejor para su esposo y lo que él hubiera escogido.

La sumisión no quiere decir que automáticamente haces lo que una autoridad te pide. No quiere decir
que facilitas el pecar. Y el ejemplo obvio en el Nuevo Testamento es Ananías y Safira, donde se ponen
de acuerdo para mentir sobre lo que están ofrendando a la iglesia.

Entonces Ananías entra, y la pregunta es: «¿Diste toda la cantidad?»

«Sí. Es toda la cantidad». Y se cae muerto.

Entonces entra Safira después de su esposo, sin saber lo que había pasado, y los apóstoles le preguntan:
«¿Es la cantidad completa?», y ella entonces escoge mentir. Ella no tenía que mentir. No tenía que
facilitar o capacitar a su esposo a pecar para ser una esposa sumisa.

Pero seguimos donde nos quedamos en versículo 26 de 1 Samuel 25, donde Abigail está hablando con
David. Ella está hablando humildemente, pero directa y claramente. Ella sabe que David es un hombre
conforme al corazón de Dios y alguien quien escuchará a la razón, aunque David y sus cuatrocientos
hombres estaban en pie de guerra contra su esposo.
Ella está obrando a favor de los mejores intereses de Nabal. Quiere preservar su vida y resolver esta
situación tan tensa.

Entonces ella le dice a David en el versículo 26,

«Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma; puesto que el SEÑOR te ha impedido derramar
sangre y vengarte por tu propia mano, sean pues como Nabal tus enemigos y los que buscan el mal
contra mi señor».

Abigail le habla con respeto a David. Se dirige a él como «mi señor». Se dirige hacia ella misma como
«tu sierva». Y trae el Señor (con S mayúscula) a la situación. Ella trae a Dios a la situación. Ella sabe que
David, a diferencia de su esposo, tiene un corazón para Dios, y ella le hace un llamado a David a que
vea esta situación desde el punto de vista de Dios.

En el versículo 27 ella dice:

«Y ahora permite que este presente que tu sierva ha traído para mi señor se dé a los jóvenes que
acompañan a mi señor».

Nabal, su esposo, les había negado comida y provisiones a los hombres de David. Pero ella llega
cargada de comida y provisiones. Tiene de más. No está lastimando a su esposo de ninguna manera
haciendo esto. Ella está haciendo lo que él hubiera hecho si estuviera pensando con claridad. Ella trae
la ofrenda de paz para apaciguar el enojo de David.

Versículo 28:

«Te ruego que perdones la ofensa de tu sierva, porque el SEÑOR ciertamente establecerá una casa
duradera para mi señor, pues mi señor pelea las batallas del SEÑOR, y el mal no se hallará en ti en
todos tus días».

Ella reta a David a que vea la situación completa del plan de Dios. «David, Dios tiene algo en mente
para ti. Dios te ha dado promesas. Dios va cumplir esas promesas. Dios te va hacer bien. Tú puedes
sobrevivir el mal que te ha hecho Nabal. No te tienes que vengar tú mismo. No tienes que tomar la
situación en tus propias manos».

Ella lo reta a que no responda mal por mal. Lo afirma a pelear la batalla del Señor. «David, hay tantas
batallas grandes que Dios te ha llamado a pelear. Fíjate en esas batallas».

Entonces en el versículo 29 le recuerda a David la protección de Dios y Su cuidado a los que le


pertenecen al Señor. Le recuerda el destino y el juicio que les espera a los que se oponen a Dios y a Sus
siervos. Ves estos temas no solo en el versículo 29, sino a través de toda la Palabra de Dios.

Es algo que te dará perspectiva cuando entres en un problema o estés en medio de un conflicto. Ten en
mente que a la larga, Dios premia a los que son fieles a Él, y Dios juzga y esencialmente destruye
a todos los que lo resisten. No siempre a corto plazo veremos los resultados, pero siempre a largo
plazo.

Mira el versículo 29. Este es un versículo profundo. Ella le dice a David,

«Y si alguno se levanta para perseguirte y buscar tu vida, entonces la vida de mi señor será ligada en el
haz de los que viven con el SEÑOR tu Dios; pero Él lanzará la vida de tus enemigos como de en medio
de una honda».

Ahora, vamos a desempacar este versículo porque hay mucho aquí. Ella anima a David y le dice,
«David, aunque los hombres te persigan», recuerda que esto fue cierto en la mayor parte de la vida de
David, quiero decir, si no era Saúl era Nabal. Digo, siempre hubo alguien.

Ella le dice, «quien sea que te esté tratando de matar, quien sea que te persiga, tu vida está a salvo, y tú
estás bajo el cuidado de Dios».

Le dice a él, «el alma de mi señor, la vida de mi señor (tú, David) será ligada en el haz de los que viven
con el SEÑOR tu Dios».

La frase, «ligada en el haz de los que viven» es una imagen que se refiere a la práctica de tomar todas
tu posesiones o todos tus bienes preciados y envolverlos en un haz para mantenerlos guardados. «Tu
vida», ella dice, «será ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios».

Escucha, si eres una hija de Dios, ese versículo describe tu posición en Cristo. Tu vida está guardada
en el cuidado del Señor tu Dios. Él te ha puesto en un lugar especial. Te ha envuelto. Estás en
Cristo. Estás segura si estás en Cristo. Tu vida está bajo la protección de la providencia divina.

Y ves este tema en lugares como el Salmo 91:1-4, es un pasaje familiar: «El que habita al abrigo del
Altísimo morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al SEÑOR: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios,
en quien confío. Porque Él te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal. Con sus plumas te
cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad».
Pienso que Abigail era una mujer que sabía lo que era –aun viviendo en este matrimonio difícil– ella
sabía lo que era tener su vida ligada en el haz de los que viven con el Señor su Dios. No podía
escaparse de sus circunstancias ásperas y difíciles, pero ella sabía que su alma estaba segura.

Por eso le podía decir a David, «no importan los Nabales que entren a tu vida, tu vida está ligada en el
haz de los que viven con el Señor tu Dios».

El Salmo 121 habla de que Dios es nuestro guardador. Según un comentario que leí, el título hebreo del
Salmo 121, se refiere a esta circunstancia con Abigail, Nabal y David. ¿Qué dice este pasaje?

«El SEÑOR es tu guardador; el SEÑOR es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la
luna de noche. El SEÑOR te protegerá de todo mal; Él guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y
tu entrada desde ahora y para siempre».

Aquí está el desafío, amiga: Deja que el Señor te guarde en Su haz, si estás en los zapatos de David y
alguien te ha insultado falsamente, te ha atacado, te ha hecho daño, o si estás en los zapatos de
Abigail tratando de pararte entre dos hombres enojados. Acuérdate de que tu vida está guardada
en el lugar de refugio que tienes en Cristo.

No hay nada que pueda tocar tu vida, si eres una hija de Dios, todo está bajo el permiso y la voluntad
de Dios para tu vida. Tú estás guardada.

Ahora, puede que haya pasos que debas tomar en una situación donde tu vida esté en peligro físico. Y
no estamos diciendo que debes quedarte sentada y dejar que ese hombre te golpee. Hay pasos que
debes tomar cuando la ley es quebrantada –la ley de Dios o la ley civil– los pastores, los ancianos y los
oficiales de la ley tal vez deben involucrarse.

Pero tú todavía puedes tener en tu corazón la seguridad de saber que tú y tu corazón están guardados
en Dios. Él es tu refugio. Él es tu castillo fuerte.

Este versículo no solo nos dice que estarás segura. Al final del versículo 29, Abigail le dice a David, «Él
(Dios) lanzará la vida de tus enemigos como de en medio de una honda». Qué recordatorio para él, que
los enemigos de Dios serán juzgados.

Dios tratará con los Nabales de este mundo, si estás casada con uno, si eres madre de un Nabal, eres
la vecina, si eres la empleada de un Nabal, si estás en la misma iglesia que un Nabal. Recuerda, Dios
tratará con los Nabales de este mundo.

Proverbios 11:21 dice: «Ciertamente el malvado no quedará sin castigo, mas la descendencia de los
justos será librada».

Y aquí está el desafío: Sabiendo que Dios tratará con los Nabales del mundo, asegúrate de que no
te conviertas en un Nabal, o puedes estar segura de que Dios tratará contigo. Dios tratará con los
Nabales. Puedes contar con eso.

Ahora, quizás tú has estado casada con uno por 37 años, y tu corazón clama, «Dios mío, ¿hasta
cuándo?» ¿No es lo que oímos en el libro de Apocalipsis?, cómo los que están en el cielo claman y dicen,
«Señor, cuánto tiempo más para que te vengues de la sangre de los mártires?» (Apoc. 6:10).

No sabemos cuánto tiempo. Pero sabes que en el tiempo de Dios y a la manera de Dios Él lanzará Su
honda, Él descartará, Él tirará, Él destruirá a todos los que son malhechores. Mientras tanto puedes
saber que tu vida «está ligada en el haz de los que viven con el Señor tu Dios».

Carmen: Esta es Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la continuación de la serie, «Abigail: Cómo vivir con
personas difíciles en tu vida». Quizás te sientes como viviendo con un «Nabal», y necesitas aprender de
Abigail cómo relacionarte con personas con las que te es difícil tratar, y aprender cómo procurar la paz
a través de tus palabras y actitudes.

Y como Nancy nos lo recordó, queremos aclarar que si vives con una persona que te ha agredido, no
debes permanecer sujeta a esa agresión. Debes buscar ayuda y consejo piadoso. También Dios nos ha
dado instituciones y autoridades en nuestros países a las que debemos acudir.

Como seres humanos, nos caracterizan las relaciones interpersonales, y estas traen consigo conflictos.
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¡Crezcamos juntas en el conocimiento de la Palabra de Dios!

Mañana, Nancy te mostrará cómo mantener una actitud correcta en los momentos en que tienes que
abordar conversaciones difíciles.
Nancy: Proverbios capítulo 20 versículo 22 dice simplemente: «No digas: Yo pagaré mal por mal; espera
en el Señor, y Él te salvará». No tomes el asunto en tus propias manos. Espera en el Señor, y Él te
librará.

Tú puedes decirles cosas severas a los hombres más difíciles, si las dices con un espíritu afable y lleno
de gracia y con verdadera preocupación y compasión.

Carmen: Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones.

Trayéndote enseñanza práctica de la Palabra de Dios, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de
Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
1La historia fue traducida libremente de Hechos 5:1-11.

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Nancy DeMoss Wolgemuth
Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva
Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento
espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor … leer más …

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