Está en la página 1de 5

era que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se


hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera


hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.
—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se


hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseera que eran dos

contra uno y tenía intención de salvarla. Lo

fácil habría sido esperar a que los piratas se

hubieran ido, pero él nunca optaba por lo

fácil.

No había prácticamente nada que no supiera

hacer y ahora imitó la voz de Garfio.

—Eh vosotros, matalotes —gritó. Era una

imitación maravillosa.

—El capitán —dijeron los piratas, mirándoseándose

También podría gustarte