Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. EXPLOSIONES
1.1 PRECAUCIONES
2. FUEGO EN PERSONAS
7. FUEGOS DE CHIMENEA
9. FUEGO EN VEHICULOS
1.- EXPLOSIONES.-
Las explosiones constituyen uno de los peligros más graves a los que está expuesto el
personal en le curso de las operaciones. No se puede combatir una explosión, ya que
sus efectos son instantáneos, pero hay que esforzarse en prevenirlos, suprimiendo o
combatiendo las causas capaces de producirla.
1.1.- PRECAUCIONES.-
Cuando se teme una explosión, hay que tomar las siguientes medidas:
- Enfriar los tubos de gases comprimidos o licuados, los explosivos o los recipientes
de hidrocarburos.
- Hacerle rodar en el suelo protegiendo su cara y cuello, ordenándole que cierre los
ojos y la boca.
- Llamar a un médico.
Se atacarán las llamas con el mayor número posible de instalaciones de agua a chorro
o pulverizada, según convenga. Se protegerá la estructura del local enfriándola.
Puede ser que se encuentren amontonados al aire libre: igual que en el caso anterior,
se reducirán las llamas con chorros de agua, intentaremos proteger los montones
vecinos al fuego y no afectados por él, primero lo haremos con aquellos que estén en
la dirección del aire.
Si los forrajes y las fibras están en fardos, se extinguirán las llamas con agua y se
protegerán los fardos que no hayan empezado a arder.
Evítese caminar sobre los montones, pues el fuego puede haber formado cavidades y
caer en ellas, si es necesario andar sobre ellos, colocar tablones o escaleras bien fijos
y así caminaremos con toda seguridad.
Los trapos secos y grasientos son muy inflamables, estos últimos pueden calentarse e
incendiarse espontáneamente. El humo acre que desprende hace imprescindible la
utilización del aparto respiratorio.
Se atacarán las llamas con agua, si es necesario se protegerá la estructura, así como
todos los enseres que no hayan sido afectados por el fuego. Ventilar profusamente
todo el local siniestrado. Esparcir todo lo atacado por el fuego, remojarlo y comprobar
que todo a quedado extinguido completamente.
Estos fuegos, como todos sabemos, están clasificados en la clase "A". Se atacarán
con chorros de agua.
No se debe andar sobre las pilas de papel, pues es muy fácil que se produzca su
derrumbamiento, al estar tales pilas minadas por el fuego. El trabajo de esparcir y
separar las pilas quemadas de las que no lo están, es muchas veces necesario
hacerlo con "toros", dada la gran cantidad de papel que puede haber apilado.
Estas pilas de papel se pueden encontrar al aire libre (patios). También es posible que
se encuentren en locales cerrados. Entonces, al igual que se ha dicho para los
sótanos, se empleará el aparato respiratorio aislante, se atacará el fuego directamente
con agua a chorro, se intentará abrir puertas y ventanas para la aireación del local
(NUNCA ANTES DE TENER LAS INSTALACIONES PREPARADAS Y EN
ACTUACION), se protegerá maquinaria, enseres, es decir, todo lo que no haya sido
afectado por el fuego, se refrescará la estructura, vigilaremos y nos protegeremos de
posibles derrumbamientos.
Igual que en los fuegos de los que hemos hablado anteriormente, procuraremos aislar
el fuego para evitar su propagación a la maquinaria, pilas de madera próximas, demás
utensilios, etc., vigilando y refrescando todas las paredes que hubiesen sido afectadas
más o menos directamente por el fuego.
CARBON EN SILOS
Al trabajar hay que ventilar todo perfectamente para evitar la asfixia por el óxido de
carbono.
- Activar el fuego de forma masiva. Procurar, como siempre, fijar el fuego e impedir
su propagación a naves o productos próximos. Si es necesario el traslado de
determinados productos lo hará un especialista de la industria.
Si el fuego es violento:
Al tirarle agua cuidaremos que no entre mucha cantidad en ellos para no provocar un
desbordamiento.
- Cerrar la botella, siempre lo haremos con guantes gruesos con trapos mojados,
NUNCA CON LAS MANOS DESNUDAS.
- Ventilar enérgicamente.
- Apartar todos los materiales, objetos, etc., que podrían ser alcanzados por el
fuego o explosión.
Pero si llevamos a cabo la extinción sin tener una absoluta certeza de que va a
eliminarse inmediatamente la fuga de gas, encierra graves peligros, ya que de no
conseguir eliminar dicha fuga se podría acumular gas en grandes cantidades y
provocar una explosión o un incendio mayor que el inicial.
Las botellas de tipo doméstico, así como los tanques fijos, disponen de válvulas de
seguridad cuya apertura tiene lugar a dos tercios de la presión de timbre. En caso de
un excesivo calentamiento de uno de los depósitos, haría elevar la presión del butano
o propano que contiene y provocaría la apertura de sus válvulas de seguridad.
El líquido contenido en el mismo sufre entonces una brusca evaporación, lo que
provoca su enfriamiento y el descenso de la presión, disminuyendo de esta forma todo
riesgo de explosión del depósito.
Este mismo efecto se tiene cuando se produce una fuga en fase gaseosa.
Cuando el fuego tiene cierta importancia, sólo deberá apagarse reduciendo la fuga o si
se tiene verdadera seguridad de poder reducirla inmediatamente después de la
extinción. En caso contrario es preferible dejar arder, controlando los efectos térmicos
para evitar un excesivo calentamiento.
Para hacer esto se puede proceder a la extinción pero asegurándose antes de que no
existan puntos de ignición que puedan reinflamarlas. Si esto no fuera posible por llevar
mucho tiempo sometidas a la acción calorífica del incendio, se enfriará con agua
abundante antes de cualquier acto o trabajo.
4.4.- PLASTICOS.-
Los plásticos son materiales sintéticos formados por resinas que por medio del calor o
la presión se pueden deformar y admiten una mecanización.
Casi todas las materias plásticas son combustibles y desprenden al arder gases
nocivos y corrosivos.
Al iniciar la acción contra el fuego nos cubriremos con el aparato respiratorio aislante.
Emplearemos las máximas instalaciones de agua posible, ya que la mayoría de los
gases nocivos emitidos son solubles en ella (amoniaco, cloro, óxido de nitrógeno).
Como siempre, protegeremos todos los materiales y enseres que no hayan sido
atacados por el fuego, refrescaremos las paredes,...
4.5.- METALES.-
Existen metales y aleaciones que en su estado habitual o pulverizado arden y con los
cuales no son de aplicación las técnicas normales de extinción.
Para estos casos es eficaz el polvo antibrasa y a veces la arena, pero el agua produce
efectos contrarios reavivando la combustión con reacciones violentas.
- Baja tensión:
de 50 a 430 voltios en corriente alterna
de 50 a 600 voltios en corriente continua
- Tensión media:
de 400 a 1.000 voltios en corriente alterna
de 600 a 1.600 voltios en corriente continua
- Alta tensión:
Tensión superior a 1.000 voltios en corriente alterna.
Tensión superior a 1.600 voltios en corriente continua.
Generalmente los conductos eléctricos son recorridos por corrientes de baja y media
tensión. En este caso no debemos preocuparnos de la electricidad y el fuego lo
combatiremos por los medios habituales.
Otros inmuebles están alimentados por cables de alta tensión, está casi siempre
situada en la fachada, en la planta baja o en el sótano. En estos casos siempre
debemos pedir el corte del suministro eléctrico.
Desde que tengamos la certeza de que la corriente ha sido cortada, apagaremos los
fuegos por los medios habituales.
CASOS EXCEPCIONALES
- No utilizar más que agua pulverizada, para ello deberemos tener las lanzas de
triple efecto, antes de proyectar el agua comprobaremos que la posición de la
lanza es la de suministrar el agua pulverizada.
- Compresión o extensión.
- Calentamiento o enfriamiento.
- Fragmentación.
- Evaporación.
- Frotamiento.
- Trasvase de un líquido.
Estos fuegos, en la mayoría de los casos son debidos a una deficiente instalación de
los aparatos de calefacción o de los conductores eléctricos o bien a un vicio en la
construcción.
Ocurre con frecuencia que el fuego se propaga de una viga a otra, dejando intervalos
intactos. Una minuciosa inspección permite a veces descubrir la presencia de otro
foco.
En las empresas los fuegos de oficinas son muy frecuentes; a menudo son
ocasionados por una colilla o una cerilla tirada por descuido en una papelera;
atacando en su comienzo, estos fuegos son generalmente fáciles de apagar, pero si
han adquirido cierta importancia, es conveniente:
- Evitar las corrientes de aire.
- Ordenar que se cierren las ventanas y los postigos de la planta situada encima del
fuego.
- Atacar la base de las llamas de los focos principales con el fin de abatir la potencia
del fuego lo más rápidamente posible.
- Localizar el foco.
- Avanzar con prudencia, manteniéndose lo más cerca posible del suelo donde el
humo es menos denso. La visión de las llamas o el aumento de calor nos guiará
hacia el foco.
- vigilar los desvanes vecinos cuando las paredes medianeras no superan la altura
de las armaduras y las piezas de madera que forman los aleros comunican con la
casa vecina.
INDICIOS:
Los indicios pueden ser: olor de hollín, zumbido en el conducto, chispas en la cima de
la chimenea, caídas de hollín, (inflamado o no) en el hogar, etc.
CAUSAS:
EXTINCION:
EVITAREMOS:
Echar agua a chorro, que por producir un enfriamiento brusco sobre una zona
reducida, puede producir rotura o agrietamiento del conducto.
Estos fuegos suelen ser provocados, generalmente, por el mal funcionamiento de los
quemadores o del dispositivo de paro automático del
fuel-oil.
SE DEBERA:
- Detener la llegada del fuel-oil a la caldera por medio de la válvula especial cuyo
mando se encuentra, en principio, en el exterior.
- Reconocer los lugares actuando según las normas proconizadas para los fuegos
de sótanos o bodegas.
- Cortar el contacto.
- Desconectar la batería.
Todos los restantes orificios van protegidos con limitadores de caudal con diámetro de
salida máxima de 1,5 mm., esto garantiza que la fuga fuera insignificante.
Pero puede darse el caso de que estos vehículos se vean metidos en un fuego, bien
producido en un accidente o bien por declararse donde estén estacionados.
Estos productos son inflamables, puede encenderse por calor, chispa o llama
desnuda. Generalmente sus vapores son tóxicos, irritantes y pueden ocasionar graves
quemaduras.
En caso de vuelco del vehículo o que se produzca una fuga en la cisterna, se intentará
detener todo origen de fuego. No fumar, no producir chispas. Proveerse de un aparato
respiratorio. Detener la fuga si es posible hacerlo sin peligro alguno. Utilizar agua
pulverizada para abatir los vapores. Si no es posible recuperar el líquido o los charcos
formados son pequeños, rociaremos su superficie con agua pulverizada.
Estos fuegos tienen generalmente cierto parecido con los de los sótanos: difícil
reconocimiento y localización del foco.
Los fuegos de gasolina o queroseno los extinguiremos con los medios adecuados
(polvo, Co2,...)
El fuego de las partes metálicas, interior del avión, equipajes, etc., lo atacaremos con
instalaciones de agua a chorro o pulverizada.