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GUÍA DE DISCIPULADO

CLASE 8. PLAN DE SALVACIÓN

8.3 Obstáculos para Creer

Durante el transitar de nuestras vidas, hemos recibido de parte de un familiar, vecino, amigo, o

cualquier instrumento de Dios, la invitación a acercarnos a Él, a través del plan de salvación, con el

primer requisito de Creer en el Señor Jesucristo como nuestro Salvador (Romanos 10:10-11). No

obstante, es en estos momentos, cuando independientemente de la situación que estemos pasando,

muchas veces adversidades y vicisitudes, que nos rehusamos a caminar de la mano del Señor

Jesucristo, presentando una serie de factores, es decir, obstáculos que no nos permiten avanzar, ni

tomar la decisión de acercarnos a Dios, permitiendo que nuestra voluntad se rinda a los pies del

Señor.

Se define obstáculo como cosa, situación o hecho que impide el desarrollo de una acción y, por

ende, impide el avanzar o pasar hacia un lugar. En el presente discipulado, hablaremos de algunos

obstáculos, que se convierten en grandes limitaciones e impedimentos para que recibamos el mayor

tesoro que nos ofrece el Señor Jesucristo a través de esa entrega de amor hacia cada uno nosotros,

sin acepción de personas, “La Salvación”.

 El pecado El pecado viene a ser un gran impedimento para acercarnos a Dios. Son muchas las

personas que, por una determinada condición, no se sienten dignos de ser hijos de Dios. Ya sea

por la crítica de las personas, o por luchas consigo mismo, éste constituye un gran impedimento

para que muchas personas se alejen más de Dios. Ciertamente a Dios no le agrada el pecado, pero

precisamente su gran acto de amor a través de su Hijo, el Señor Jesucristo, es para que tengamos

redención de nuestros pecados, pues como está escrito: “No he venido a llamar a justos, sino a

pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32); 1 juan 1:10 “ Si decimos que no hemos pecado, le

hacemos a él mentiros, y su palabra no está en nosotros”

 Los deseos del mundo Muchas son las personas que, aun teniendo conocimiento de la palabra

de Dios, y no creyendo en otros dioses, ni en corrientes de doctrinas falsas, no se acercan a Dios ni

dan el paso de aceptar al Señor como Salvador de sus vidas, por darle rienda a la concupiscencia,
lascivias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. Donde obedecen a los deseos

del mundo, permitiendo que el pecado se enseñoree de ellos, alejándolos más de Dios. Una

voluntad que perennemente toma decisiones conforme a los deseos del mundo, es una voluntad

que esta torcida y difícilmente quiera entrar en el camino que Jesús nos ofrece, ya que el camino

de Cristo está alineado bajo un reino espiritual, bajo la voluntad de Dios y no bajo los deseos del

mundo, como nos enseña la palabra de Dios en 1 Juan 2:17 : “Y el mundo pasa, y sus deseos;

pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” ; Efesios 4:22 :”En cuanto a la

pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos

engañosos”

La incredulidad Es la dificultad de creer en el Señor como mi Dios y Salvador. si bien es cierto



Jesucristo vino a pagar la deuda liberándonos, debemos renunciar a toda incredulidad y activar la

fe en nuestra vida tomando la decisión de creer lo que el hijo de Dios vino hace por ti y por mí,

esto desataría la libertad de una voluntad Cautivada por satanás, y la incredulidad tendría que

huir, para darle entrada a el poder de Dios y la justicia del Altísimo sea revelada, como establece

la palabra de Dios: “ Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como

está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17); Marcos 9:23: “Jesús le dijo: Si puedes

creer, al que cree todo le es posible”

La mente

Está bajo el control de un entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios. Por ello se

considera un obstáculo para creer en Dios, ya que de esta manera recibe pensamientos de maldad, de

ira, de temor, de religiosidad, de incredulidad y de todo aquello que produce el corazón en estado de

total corrupción, como está escrito en Colosenses 1:21 “Y a vosotros también, que erais en otro

tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado”

La idolatría

Esto trae densos y terribles velos de tinieblas que no permiten que entres en el camino del Señor.

Entendiendo por ella la adoración de ídolos, y dioses ajenos en forma de imágenes talladas, pero que

también implica en muchos casos el no darle el primer lugar que corresponde a Dios, sino a ídolos

como el dinero, el trabajo, la familia, propiedades, un hijo, un esposo, un esposo o esposa, entre

otros. La idolatría es el inicio de una sucesión de terribles complicaciones y pecados, como está

establecido en Colosenses 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza,

pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”; 1 Corintios 10: 14 “Por tanto,

amados míos, huid de la idolatría”

Un corazón endurecido Es aquel que no obedece a Dios, que aun cuando muchas veces ha

sido librado de circunstancias difíciles continúa conforme a su mismo estilo de vida, separado de

Dios, sin reconocer su condición. Faraón el rey de Egipto es un ejemplo bíblico del estado

espiritual de una persona con dureza en su corazón, debido a la ceguera espiritual, que esta

condición produjo en él. Vemos este ejemplo en Éxodo 7: 14 que dice: “Entonces Jehová dijo a

Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo”

Hoy una vez más Dios a través de esta enseñanza te invita a que te rindas delante de su

presencia, y puedas tomar la decisión de aceptar su amor, y aceptar al Señor Jesucristo como tu

Salvador. Dios anhela que no esperes más tiempo y hoy permitas que su plan perfecto para ti y tu

generación, pueda obrar en sus vidas, fortalecerlos, ayudarles y guiarlos a toda verdad, para ser

transformados en El y caminar como una nueva persona, perdonando y desarraigando todo pecado y

atadura que no te ha permitido disfrutar de ese tesoro maravilloso como lo es “La Salvación”.

Para Reflexionar:

 Juan 14:6; Efesios 2:10, Romanos 8:37


Verdad: Si algo debemos considerar como una gran y especial verdad en nuestro transitar es que

existe un llamado espiritual de parte de Dios para que podamos buscar y conocer el verdadero y

único camino hacia la vida eterna que es El Señor Jesucristo.

Acción: La acción que Dios espera hoy de ti, es que tomes la decisión de aceptar al Señor Jesucristo

como tu Salvador, abriendo tu corazón a Dios, y entendiendo que esta decisión, te hace más que

vencedor en Cristo Jesús, quien te brinda la libertad de toda cautividad arraigada a través de cada

obstáculo.

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